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UNIVERSIDAD

AUTONOMA DE CHIAPAS

ESCUELA DE CIENCIAS QUÍMICAS


EXTENSIÓN OCOZOCOAUTLA

INFECCIONES DE VÍAS
URINARIAS
PATOLOGIA CLINICA. TAREA 1

ALUMNA: MALDONADO GÁLVEZ ALEJANDRA

CATEDRATICO: MTRO. DORIAN ARTURO PENSAMIENTO SOLIS

OCOZOCOAUTLA DE ESPINOSA, CHIAPAS; A 31 DE AGOSTO DEL 2018


INFECCIONES DE VÍAS URINARIAS
Las infecciones urinarias (IU) figuran entre las enfermedades infecciosas más
prevalentes y la carga económica que suponen para la sociedad es considerable.
Con el término infección urinaria (IU) se define a una serie de procesos que
asientan en el aparato urinario y que tienen como común denominador la
presencia de microorganismos en la orina, generalmente bacterias en una
proporción determinada. En el presente trabajo se abordan las manifestaciones
clínicas el diagnóstico y el tratamiento de los diferentes tipos de infecciones
urinarias.

En el aparato urinario debemos diferenciar dos elementos con distinto


comportamiento inmunológico: el parénquima (formado por la corteza y médula
renal, la próstata, el testículo y epidídimo) y las vías urinarias, que se inician en los
cálices renales, continúan con la pelvis renal, uréter y vejiga, y finalizan en la
uretra. Las infecciones que se originan tanto en el parénquima como en las vías
urinarias pueden a su vez ser complicadas o no. Las primeras implican que existe
una alteración orgánica o funcional del aparato urinario que es responsable de esa
bacteriuria.

Patogenia de las infecciones urinarias

La orina y las vías urinarias, en condiciones normales, son estériles y sólo la uretra
distal está colonizada por flora cutánea y vaginal: corynebacterias, estreptococos,
estafilococos, lactobacilos, etc.; en ocasiones, y de forma transitoria, pueden
albergar Escherichia coli u otros bacilos gramnegativos. Previamente a un
episodio de infección urinaria (IU) se produce una colonización vaginal y
periuretral persistente a partir de microorganismos que provienen del colon.

En circunstancias normales estas bacterias son eliminadas por el flujo y las


propiedades antibacterianas de la orina y, en menor medida, por la presencia de
IgA secretora y los escasos polimorfonucleares presentes en la superficie vesical.
Si dichas bacterias no pueden ser eliminadas, se inicia o bien una colonización
(adhesión del microorganismo al uroepitelio, su reproducción y eliminación por la
orina) o bien una infección (implica lesión del epitelio vesical), dependiendo del
equilibrio entre la virulencia de la bacteria, el tamaño del inóculo, los mecanismos
defensivos locales y la presencia o no de alteraciones anatómicas o funcionales
del tracto urinario.

Así pues, la mayoría de los episodios de infección urinaria son producidos por
microorganismos provenientes del colon, mientras que una minoría posee una
etiología exógena y son producidos por microorganismos ambientales que con
frecuencia se han introducido en las vías urinarias durante su manipulación. La
pielonefritis de origen hematógeno es extremadamente rara, está producida sobre
todo por Staphylococcus aureus y por levaduras, y se da en pacientes graves.

Existen factores patogénicos que modulan el riesgo de IU que dependen del


huésped y/o del germen responsable.

 Factores del huésped


Alteraciones del flujo urinario, alteraciones químicas u hormonales del
epitelio uretral o genital, hábitos higiénicos, cateterismos y manipulación
urinaria, embarazo y diabetes. También existe una predisposición genética,
como sucede en los pacientes que expresan en menor medida los
antígenos del grupo ABO en la superficie de las células epiteliales que
pueden tener ITU con mayor frecuencia.
 Factores bacterianos
La capacidad de adhesión de las bacterias al epitelio mediante los Pili o
Fimbriae: a mayor virulencia (adherencia) la invasión se produce con
inóculos menores.

Los microorganismos pueden llegar a las vías urinarias por diseminación


hematógena o linfática, aunque hay abundantes datos clínicos y experimentales
que demuestran que el ascenso de microorganismos desde la uretra es la vía más
frecuente que produce IU, especialmente por microorganismos de origen intestinal
(es decir, Escherichia coli y otras enterobacterias). Esto ofrece una explicación
lógica de la mayor frecuencia de IU en las mujeres que en los varones y del mayor
riesgo de infección después de un sondaje o instrumentación vesical. Una sola
inserción de una sonda en la vejiga urinaria de pacientes ambulatorios provoca
una IU en el 1 %-2 % de los casos. Las sondas permanentes con sistemas de
drenaje abierto producen bacteriuria en casi el 100 % de los casos en el plazo de
3-4 días. El uso de un sistema de drenaje cerrado, con una válvula para impedir el
flujo retrógrado, retrasa la aparición de la infección, aunque no la previene en
último término. Se cree que las bacterias migran por el espacio mucopurulento
existente entre la uretra y la sonda, lo que da lugar a la aparición de bacteriuria en
casi todos los pacientes en el plazo de unas 4 semanas.

La infección hematógena de las vías urinarias se limita a unos pocos


microorganismos relativamen te infrecuentes, como:

 Staphylococcus aureus
 Staphylococcus saprophyticus
 Klebsiella pneumoniae
 Pseudomonas,
 Serratia
 Proteus mirabilis.
 los géneros Candida
 Salmonella
 Mycobacterium tuberculosis

Estas producen primoinfecciones en otras partes del organismo. Candida albicans


causa IU clínicas por vía hematógena con facilidad, pero también es una causa
poco frecuente de infección ascendente cuando existe una sonda permanente o
después de un tratamiento antibiótico.

A partir del concepto de virulencia bacteriana o patogenicidad en las vías urinarias


se deduce que no todas las especies bacterianas son igual de capaces de
provocar una infección. Cuanto más comprometidos se encuentran los
mecanismos de defensa naturales (por ejemplo, obstrucción o sondaje vesical),
menor es la necesidad de virulencia de una cepa bacteriana para producir
infección. Esto se ve respaldado por la observación in vitro bien documentada de
que las bacterias aisladas de pacientes con una IU complicada no suelen expresar
factores de virulencia. El concepto de virulencia también indica que determinadas
cepas bacterianas dentro de una misma especie están equipadas exclusivamente
con factores de virulencia especializados, por ejemplo, diferentes tipos de fimbrias,
que facilitan el ascenso de las bacterias desde la flora fecal, el introito vaginal o la
zona periuretral hasta la uretra y el interior de la vejiga o, con menos frecuencia,
permiten que los microorganismos alcancen los riñones y desencadenen una
inflamación sistémica.

Factores predisponentes de infección urinaria

Los factores de riesgo asociados a la infección del tracto urinario son cambiantes y
dependen fundamentalmente de la edad, de los hábitos sexuales y de las
condiciones fisiológicas y anatómicas del tracto urinario
TIPOS DE INFECCIONES

Por su localización Inferiores o de Vías Bajas:

 Cistitis

 Uretritis

 Prostatitis

Superiores o de Vías Altas:

 Pielonefritis Aguda

 Nefritis Bacteriana Aguda Focal ó Difusa

 Absceso Intrarrenal

 Absceso Perinéfrico

Las IU inferiores y superiores pueden coexistir y superponerse hasta en un 30 %


de los casos por lo que algunos autores no utilizan esta clasificación. En las
infecciones superiores y en las prostatitis existe invasión tisular lo que conlleva un
manejo diferente y un tratamiento más prolongado.

IU Complicada versus No-Complicada:

 IU No Complicada: Esencialmente son las IU del tracto inferior


(cistitis/uretritis). Se engloban en este grupo las ITU con mínimo riesgo de
invasión tisular y con previsión de respuesta a un tratamiento estándar corto
(3 días). Ocurren en mujeres jóvenes, en edad fértil, sanas, no
embarazadas, y que refieren clínica de cistitis de menos de una semana de
evolución. El resto de las ITU se consideran complicadas.
 IU Complicada es toda aquella que no cumple criterios de no complicada,
pudiendo darse en alguna de las circunstancias

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