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López et al., (2012) realizaron ensayos de compresión en prismas y tracción diagonal a muros
realizados con unidades de perforación horizontal de arcilla conocidos en Bogotá como bloques N°5.
Para el ensayo de tracción diagonal los autores fallaron, adicional al espécimen sin refuerzo, un
espécimen con refuerzo exterior consistente de mortero y malla electrosoldada por una de las caras.
Ruíz et al. (2004) realizaron una comparación de la resistencia a cortante entre muretes de
mampostería no reforzada y muretes reforzados externamente con malla electrosoldada. Entre los
resultados presentan información de ensayos de compresión en piezas de perforación horizontal y
muretes construidos con el mismo tipo de piezas.
Bastidas et al. (2002) realizaron ensayos de resistencia a cortante por tracción diagonal en muretes
de mampostería reforzados externamente con Polímero reforzado con fibra de vidrio, comparando
los resultados con la resistencia presentada por muretes de mampostería no reforzada. Emplearon
en los muretes dos tipos de mortero con resistencias a compresión diferentes con el objetivo de
evaluar su influencia en la resistencia a cortante de los muretes.
Para el desarrollo de este proyecto fue posible acceder a la base de datos de ensayos de laboratorio
en piezas de mampostería realizados en INGECONCRETO S.A. En la Tabla 1.1 se presenta el análisis
estadístico de la resistencia a la compresión de los ensayos realizados en unidades de arcilla de
perforación horizontal de dimensiones 100 x 200 x 400 mm, 150 x 200 x 400 mm y 200 x 200 x 400
mm. Estas dimensiones corresponden a los bloques típicos usados en las viviendas MUR del área
metropolitana del Valle de Aburrá. Adicionalmente se presenta en las tablas 1.2 a 1.4 las estadísticas
correspondientes a la resistencia de muretes de arcilla de perforación horizontal de espesores de
100, 150 y 200 mm. Las figuras 1.1 y 1.2 complementan la información presentadas en las tablas
mencionadas.
Tabla 1.1. Parámetros estadísticos para la resistencia a la compresión (f´c) de bloques de arcilla de
perforación horizontal
Tipo de bloque
Parámetros para f’c 100 x 100 x
100 x 400 100 x 500 100 x 400 100 x 500 TOTAL
(MPa) 400 x 600 x
x 300 x 400 x 400 x 350
200 400
Media 3.28 2.41 2.99 8.23 6.27 4.57 3.00
Mediana 2.90 2.00 2.20 9.00 3.55 2.30 2.20
Moda 4.60 2.00 2.20 9.00 2.90 2.30 2.20
Desviación estándar 0.95 1.90 2.68 3.43 4.06 3.62 2.69
Varianza 0.90 3.61 7.19 11.78 16.51 13.15 7.22
Mínimo 2.20 0.60 0.90 3.00 2.90 2.10 0.60
Máximo 4.60 13.20 17.30 12.40 11.30 11.00 17.30
Número de
9 214 831 11 10 13 1,088
muretes
Tabla 1.3. Parámetros estadísticos para la resistencia a la compresión (f´c) de muretes de arcilla de
perforación horizontal con espesor de 150 mm
Tabla 1.4. Parámetros estadísticos para la resistencia a la compresión (f´c) de muretes de arcilla de
perforación horizontal con espesor de 200 mm
Para el análisis estadístico se consideraron las siguientes variables: longitud, altura, espesor,
relación longitud-altura, relación altura-espesor, condiciones de borde. Se realizó el análisis para los
dos casos de cargas considerados en esta investigación: cargas en el plano del muro y cargas por
fuera del plano. Se consideraron únicamente muros con longitud mayor o igual a 0.75 m,
considerando que muros con longitudes inferiores no tienen aportes significativos en la capacidad
estructural de las edificaciones. En total se consideraron 1,057 con longitudes mayores a 0.75 m
para falla en el plano y 1,349 muros con longitudes mayores a 0.75 m para falla por fuera del plano.
Las tablas 2.5 y 2.6 resumen los parámetros estadísticos de los muros en el plano y por fuera del
plano, respectivamente.
Tabla 1.5. Parámetros estadísticos para muros con carga en el plano
Tabla 1.6. Parámetros estadísticos para muros con carga fuera del plano
El comportamiento de los datos para los muros analizados por fuera del plano indica algunos
comportamientos similares a los presentados en la muestra de los muros analizados en su plano.
Los histogramas de la Figura 2.4 muestran que las longitudes se concentra en un rango entre 1.4 m
y 3.6 m. El espesor de los muros se distribuye de manera uniforme en 0.10, 0.15 y 0.20 m. Las
relaciones longitud/altura concentra la mayoría de los datos en valores menores a 1.5 y la relación
altura-espesor no muestra una tendencia clara.
Las condiciones de frontera juegan un papel fundamental en el comportamiento de muros por fuera
del plano, por lo que se realizó una identificación de dichas condiciones en los muros de la muestra.
Los muros pueden tener apoyos en sus cuatro lados (superior, inferior y dos laterales). Se encontró
que el 98% de los muros presentan al menos un apoyo. En la Tabla 2.7 se muestra el porcentaje de
muros analizados correspondiente a los diferentes posibles apoyos que se pueden presentar.
Figura 1.3. Histogramas de los datos registrados para la muestra de muros en el plano.
Figura 1.4. Histogramas de los datos registrados para la muestra de muros fuera del plano.
Tabla 1.7. Distribución de condiciones de borde en los muros analizados por fuera del plano
Las dimensiones de los muros (longitud, altura y espesor) se seleccionaron en función de los datos
recolectados en campo (ver sección 1.3), tratando de representar la población de muros existentes
en las viviendas del área metropolitana del Valle de Aburrá. Se emplearon piezas de mampostería
de perforación horizontal con dimensiones de 39 cm de longitud, 19 cm de altura y 14 cm de
espesor, mampuestas para la construcción del muro de modo que la longitud de 39 cm quedara
horizontal y la dimensión de 14 cm le diera el espesor al espécimen.
Los muros fueron sujetos durante el ensayo a esfuerzos axiales de compresión representativos de
las fuerzas promedio de un muro del primer piso de un edificio de cinco niveles (515 kPa), y de un
muro de una edificación de un nivel con cubierta de concreto aligerado con ladrillos de arcilla cocida
(45 kPa). La condición de sujeción de los especímenes fue de doble empotramiento, restringiendo
los desplazamientos y los giros en la parte inferior y superior del muro. Esto con el objetivo de
representar los diafragmas rígidos que forman las losas de concreto aligerado con piezas de arcilla
de perforación horizontal con espesores entre 15 cm y 20 cm, tipo de losa que se encuentra
generalmente en las construcciones de mampostería no reforzada del Valle de Aburrá.
La Tabla 2.1 presenta las características de los primero cuatro muros que se fallaron sin ningún tipo
de refuerzo en sus caras.
Tabla 2.1. Dimensiones y esfuerzos axiales en los muros a fallar
Los especímenes fueron construidos sobre una viga de concreto reforzado de 0.25 m de base, 0.15
m de alto y una longitud de 1.90 m. Dicha viga fue vaciada de forma centrada dentro de un canal de
acero de las mismas dimensiones en base y altura, pero con una longitud de 2.50 m. En la parte del
canal que no quedó cubierta de concreto se hicieron perforaciones para introducir pernos de alta
resistencia y fijarlo a la losa de reacción del laboratorio, para así evitar giros y desplazamientos de
la parte inferior del muro.
Sobre los especímenes de mampostería (2.46 m de altura, sólo de mampostería, sin incluir la viga
de concreto inferior) se vació una viga de concreto reforzado de 0.25 m de base, 0.14 m de altura y
una longitud igual a la de cada muro. Esta viga cumplía doble propósito: i) fijar de ella una viga de
acero de la cuál iban sujetados los tres actuadores encargados de aplicar el esfuerzo de compresión
axial y la fuerza lateral, y ii) transmitir de manera uniforme los esfuerzos de compresión y cortante
al muro.
La fijación entre la viga de concreto superior y la viga de acero se realizó mediante anclas mecánicas,
consistentes en pernos de 1/2 pulgada de diámetro y 3 pulgadas de longitud con uno de sus
extremos ensanchado y tuerca y arandela en el otro. Se emplearon 8 o 12 anclas según la longitud
del muro a ensayar.
Para la aplicación del esfuerzo axial se emplearon dos actuadores con capacidad de 1,000 kN cada
uno. Para la aplicación de la fuerza lateral pseudo-estática cíclica se empleó un actuador con
capacidad de 100 kN. Los tres actuadores empleados tienen la posibilidad de ser controlados por
desplazamiento o por fuerza, con una precisión de 0.001 mm y 0.01 kN respectivamente.
Los actuadores verticales se dispusieron de forma tal que reaccionaran contra un pórtico de acero
considerado infinitamente rígido respecto a la rigidez del muro, el cual, a su vez, reaccionaba contra
la losa de reacción del laboratorio. El actuador horizontal, encargado de aplicar la fuerza lateral al
muro, reaccionaba contra el muro de reacción del laboratorio. En la Figura 3.1 se muestra la
configuración general de los actuadores, losa y muro de reacción, LVDTs (transformadores
diferenciales de variación lineal) y muro de mampostería objeto del ensayo.
Los actuadores por sí solos pueden registrar los desplazamientos a los que someten los especímenes
al aplicar las fuerzas indiadas, sin embargo, y con el fin de registras posibles diferencias entre los
desplazamientos registrado por los actuadores y los realmente trasmitidos a los especímenes, se
instalaron 3 LVDTs con capacidad de registro de 150 mm y precisión de 0.015 mm.
Para el registro de los datos entregados por los actuadores y los LVDTs se empleó el software de
control de los actuadores, suministrado por el fabricante. Se realizó registro de las fuerzas y
desplazamientos de los actuadores y las deformaciones presentadas en los LVDTs cada 0.5
segundos.
Figura 2.1. Configuración del montaje para ensayos de especímenes de mampostería con fuerzas en el
plano
Como se puede ver en la Figura 2.1, el muro de mampostería no está centrado respecto a los
actuadores verticales, lo que implica que, para cumplir con la condición de empotramiento y
distribución uniforme del esfuerzo axial inicial en el muro, se deben aplicar fuerzas diferentes y en
función de dicha excentricidad, en cada uno de estos actuadores. Esta condición se presentó sólo
en el caso del muro CPE-M1, pues para los demás ensayos se modificó el montaje de modo que los
especímenes de mampostería objeto de los ensayos, quedaran centrados respecto a los actuadores
verticales.
Las fuerzas aplicadas por los actuadores verticales a los especímenes dependían del estado de
esfuerzo axial, la longitud del muro y la excentricidad entre los actuadores y el muro, antes descrita.
En la Tabla 2.2 se presentan las fuerzas aplicadas por los actuadores verticales en cada uno de los
especímenes.
Tabla 2.2. Fuerzas iniciales aplicadas por los actuadores verticales a los especímenes
El actuador horizontal se encargó de aplicar la fuerza necesaria a cada muro para generar en el
extremo superior de éste, desplazamientos controlados según una historia previamente definida.
Dicha historia se diseñó de forma tal que los movimientos aplicados al muro no generaran fuerzas
inerciales en él, pues se buscaba que el ensayo fuera de tipo pseudo estático, por lo tanto, la
velocidad de la historia de desplazamientos se mantuvo constante e igual a 0.8 mm/s, exceptuando
los momentos en los que se llega a los picos de desplazamiento. En esos puntos la velocidad fue
disminuida para entregarle al actuador una función sin discontinuidades y evitar saltos bruscos en
la misma.
La historia de desplazamientos está dividida en un total de 40 fases (F) de carga. La primera fase
consta de cuatro ciclos (C) en los que se alcanza una deriva de ± 0.05%. En cada fase la deriva
aumenta 0.025% hasta llegar a una deriva máxima en la historia de desplazamientos de 1.00% (24.6
mm). Las faces dos, tres y cuatro tienen cada una tres ciclos. Desde la fase cinco en adelante, todas
tienen dos ciclos de carga.
En los picos de cada ciclo de carga se contaba con una meseta de tres segundos en la que se sostenía
el desplazamiento aplicado y se podía, en caso de ser necesario, pausar la historia de
desplazamientos para registrar afecciones del muro mediante fotografías y/o inspección manual. En
la Figura 2.2 se muestran las primeras fases de la historia de desplazamiento aplicada a todos los
especímenes.
Figura 2.2. Primeras fases de carga de la historia de desplazamientos aplicada a los especímenes
En los cuatros ciclos de la primera fase, se buscaba identificar desajustes en el ensamble del ensayo.
En caso de encontrar alguno, representado en saltos bruscos en los desplazamientos o las fuerzas
registradas por el equipo de medición, éste era ajustado y reiniciado el ensayo.
A continuación, se presentan las observaciones más importantes hechas durante la ejecución de los
ensayos. Las grietas visualizadas durante los ensayos fueron registradas mediante fotografías y se
midieron sus anchos. También se registró la fase de carga en la que fueron visualizadas por primera
vez, así como su evolución en las fases de carga posteriores.
El primer espécimen, CPE-M1, al igual que los demás fue ensayado bajo la condición de fijación
doblemente empotrado, lo que implica que el punto de inflexión o de momento igual a cero, se
presentó aproximadamente en la mitad de la altura del muro (0.5 H).
El ensayo se ejecutó sin pausas ni contratiempos hasta la fase de carga 25 con una deriva, δ = 0.65%,
cuando fueron detectadas dos grietas horizontales de tracción entre la primera hilada de ladrillos
del espécimen y el mortero que la une con la viga de concreto inferior, a ambos lados del espécimen.
Se registraron los anchos de grieta en 3.0 mm y 3.5 mm para el lado occidente y oriente,
respectivamente. Las longitudes aproximadas fueron de 40 cm desde los bordes hacia el centro.
El espécimen CPE-M4 presentó su primera grieta durante la fase de carga 9 con δ = 0.25%. Dicha
grieta se presentó en la parte inferior oriente del muro, que se abría mientras el muro estaba siendo
halado por el actuador horizontal y se cerraba cuando éste lo empujaba. Fue una grieta horizontal
presentada entre la primera hilada de ladrillos y el mortero superior de ésta. La longitud de la grieta
al inicio fue de unos 20 cm y fue creciendo tanto en longitud como el ancho.
Durante la fase de carga 12 con δ = 0.325% se presentó una nueva grieta horizontal en la parte
superior oriente del muro, presentando su mayor ancho cuando el actuador horizontal empujaba el
muro y cerrándose cuando éste lo halaba. Al igual que la anterior grieta, ésta se presentó horizontal,
entre la penúltima hilada de ladrillos y el mortero superior de ésta. Su longitud inicial fue de 40 cm
aproximadamente y fue creciendo con el incremento de los desplazamientos impuestos en el muro.
Entre las fases de carga 15 y 20 se descubrió que la viga de acero que transmite los esfuerzos al
espécimen de mampostería, no estaba bien sujeta a la viga de concreto de la parte superior del
muro. Debido a esto se estaban presentando deslizamientos entre las vigas y los desplazamientos
impuestos por el actuador no estaban siendo transmitidos por completo al espécimen. Por tal razón
las lecturas de desplazamiento del actuador no serán tenidas en cuenta para el análisis de los
resultados, y en su lagar se revisarán los desplazamientos registrados por el LVDT horizontal
instalado al lado contrario del actuador sobre la viga de concreto, asumiendo que las deformaciones
de ésta son cero.
También pudo notarse por las fuerzas y desplazamientos registrados por el actuador horizontal
entre las fases 20 y 22, que se había alcanzado la capacidad máxima en términos de fuerza a tracción
de este actuador, toda vez que llegado a una fuerza de 57.8 kN en tracción, el actuador no podía
seguir desplazándose, y simplemente se quedaba estacionado hasta que el ciclo de desplazamiento
hiciera que la fuerza empezara a disminuir nuevamente. Dicha situación no se presentó en la
condición de compresión, siendo en esta dirección en la que se falló el espécimen.
Para la fase de carga 22 con δ = 0.575%, las grietas horizontales antes mencionadas, ya habían
llegado a la mitad de la longitud del muro, generando incluso grietas diagonales en algunas piezas
de mampostería. Cabe resaltar que, debido al comportamiento de estas grietas respecto al
desplazamiento impuesto al espécimen, se puede deducir que son grietas de tracción, presentadas
en las fallas típicas de flexión de los muros de mampostería cuya longitud es suficiente para que se
generen esfuerzos de tracción en sus esquinas.
La falla del espécimen se presentó en la fase de carga 26 con un desplazamiento registrado por el
LVDT superior de 14.84 mm, equivalentes a una deriva del 0.06%. Se concluyó que el espécimen
había llegado a la falla debido a una disminución súbita de la fuerza aplicada por el actuador lateral
sobre el espécimen causada por el aplastamiento de la pieza de la parte superior occidental de éste.
2.1.2 Resultados
La capacidad de desplazamiento del espécimen se sitúa en una deriva del 0.73%, valor alto para el
material del que está construido pero natural bajo el comportamiento de flexión presentado por el
espécimen.
Cabe anotar que el espécimen CPE-M1 se falló con el máximo esfuerzo axial planeado en este
proyecto, correspondiente a 515 kPa, en representación de los esfuerzos soportados por los muros
de un primer piso de una edificación típica de cinco pisos, lo que lleva a pensar que es poco probable
que los muros de longitud igual o menor a 1.2 m presenten fallas por cortante.
En la Figura 3.5 se presenta la suma de la fuerza aplicada por los actuadores verticales al espécimen,
traduciéndose esta en el esfuerzo axial aplicado al espécimen.
Figura 2.6. Fuerza en actuadores verticales durante el ensayo del muro CPE-M1
Una vez que el actuador horizontal hace que el muro se mueva en la otra dirección, las fuerzas en
los actuadores tratarán de volver a los valores presentados en la Tabla 2.2, pero teniendo como
límite superior lo que el espécimen soporte sin que se generen desplazamientos verticales
adicionales en la viga superior de éste. La Figura 2.7 presenta la relación entre la fuerza axial total y
lateral aplicadas en el espécimen. En ella se puede ver de forma clara lo expuesto en los dos párrafos
previos.
Figura 2.7. Fuerza acial vs. fuerza lateral aplicadas al muro CPE-M1
La Figura 1 presenta la histéresis del espécimen CPE-M4. Esta figura fue obtenida con los
desplazamientos registrados por el LVDT horizontal y las fuerzas registradas por el actuador
horizontal. En ella se puede ver que el espécimen presentó muy poca degradación de su rigidez,
pues la envolvente de los ciclos histeréticos no presenta cambios de pendiente significativos. La
fuerza máxima alcanzada por el actuador fue de 66.14 kN y el desplazamiento máximo
experimentado por el espécimen fue de 14.84 mm equivalentes a una deriva del 0.06%.
80
60
40
20
Fuerza [kN]
-20
-40
-60
-80
-15 -10 -5 0 5 10 15
Desplazamiento [mm]
En la Figura 2 Se presenta la fuerza axial aplicada por los actuadores verticales en cada instante de
tiempo. Pueden verse en esta figura dos pausas. La primera se hizo para verificar las conexiones de
los LVDTs. La segunda se hizo para registrar la primera grieta que apareció en el espécimen. La figura
muestra claramente que la fuerza axial es variable a lo largo de todo el ensayo, presentando un
límite inferior (-0.4 kN), pero no así uno superior, incrementando tanto como sea necesario para
que la viga superior permanezca horizontal. Las razones de este comportamiento se explicaron en
los resultados presentados en para el espécimen CPE-M1
110
90
70
Fuerza [kN]
50
30
10
-10
0 30 60 90 120 150
Tiempo [min]
La Figura 4 muestra la fuerza axial total aplicada al espécimen en función de la fuerza lateral hecha
por el actuador horizontal para aplicar los desplazamientos en la parte superior del espécimen. De
esta gráfica se puede ver que la fuerza axial llegó a cero (0) en los últimos ciclos de desplazamiento.
Esto se debe al aplastamiento de las piezas de mampostería, generándose una incapacidad del
espécimen para reaccionar a las fuerzas inicialmente aplicadas por los actuadores verticales.
También es claro en esta figura la fuerza axial que soportaba el espécimen al momento de la falla,
cerca de 97 kN, contrastando con la fuerza inicialmente aplicada, 12.6 kN.
110
90
70
Fuerza [kN]
50
30
10
-10
0 30 60 90 120 150
Tiempo [min]
90
50
30
10
-10
-80 -60 -40 -20 0 20 40 60 80
Fuerza lateral [kN]
Para caracterizar los materiales con los que se construyeron los especímenes, se ejecutaron ensayos
de compresión en 5 piezas de mampostería, 12 cilindros de mortero y 6 muretes de 3 piezas y juntas
horizontales de 13 mm ± 2 mm cada uno. Además, se realizaron ensayos de tracción diagonal en 6
muretes de 1.00 m de longitud y 1.00 m de altura, para obtener resistencias a cortante por grietas
diagonales en la mampostería. En las tablas 2.3 a 2.5 se presentan los valores obtenidos de
resistencias a compresión y cortante de los muretes, piezas y cilindros de mortero ensayados.
Tabla 2.3. Resistencia a la compresión de piezas de mampostería (f’cu)
Las paredes y tabiques de las piezas son de aproximadamente 12 mm lo que equivale a un área
transversal sólida de 45% para un corte vertical y del 25% para un corte horizontal.
Tabla 2.4. Resistencia a la compresión del mortero de pega (f’c)
Para la caracterización del mortero se construyeron cilindros de 7.5 cm de diámetro que fueron
puestos en tanque de agua desde el día siguiente de su fabricación y hasta la fecha de falla.
Tabla 2.5. Resistencia a la compresión (f´m) y esfuerzo cortante (0) de muretes de mampostería
Los muretes para las pruebas de compresión y tracción diagonal fueron construidos el mismo día y
con los mismos materiales empleados en la construcción de los especímenes. No se realizó proceso
de curado adecuado, es decir, no se humedecieron los muretes a diario, pues no es una práctica que
se realice en las construcciones de mampostería no reforzada del valle de Aburrá. La Figura 2.9
muestra un esquema y fotos de los ensayos de compresión y tracción diagonal.
Los muros fueron construidos con ladrillos que tenían 39 cm de largo, 19 cm de altura y 9 cm de
espesor y la altura de cada uno de los muros era 240 cm. Las condiciones de apoyo variaban de
acuerdo con el espécimen, el espécimen 1 y el espécimen 3 estaban apoyados en la parte superior
e inferior y sus costados no se encontraban apoyados y el espécimen 2 y el espécimen 4 estaban
apoyados en la parte superior, inferior y en un costado y el otro costado no se encontraba apoyado.
La Figura 5 (a) muestra el apoyo lateral que presenta los especímenes 2 y 4 en el costado, la Figura
5 (b) muestra el apoyo que presentan los especímenes en la parte inferior y la Figura 5 (c) muestra
el apoyo que presentan los especímenes en la parte superior.
Los muros de mampostería son muy sensibles a las cargas axiales, es decir, su resistencia fuera del
plano aumenta sensiblemente a medida que la carga axial incrementa. Debido a la capacidad última
de la mesa vibradora para imponer aceleraciones, los muros fueron construidos sin carga axial
adicional a aquella causada por su peso propio. La Tabla 1 muestra un resumen de las principales
características de los especímenes que se ensayaron.
(a) (b)
(c)
Figura 5 Condiciones de apoyo de los muros. (a) Apoyo lateral. (b) Apoyo Inferior. (c) Apoyo superior.
Resistencia
Longitud Espesor Condiciones Carga axial
Espécimen Altura (m) mortero
(m) (cm) de frontera (kN/m)
(MPa)
Apoyado
1 3,25 2,4 9 parte superior 7 0
e inferior
Apoyado
parte
2 4,08 2,4 9 superior, 7 0
inferior y un
costado
3 sd sd sd sd sd sd
4 sd sd sd sd sd sd
3.1.2 Construcción de los especímenes
Los muros de mampostería fueron construidos por mamposteros de profesión, pero sin seguir
ninguna indicación técnica. Los muros fueron apoyados sobre un perfil en “C” que se encontraba
relleno de concreto tal como se muestra en la Figura 5 (b), el apoyo superior se sostuvo por medio
de unos puntales que estaban anclados a la mesa sísmica, tal como se muestra en la Figura 6 y el
apoyo lateral de los especímenes fue proveído mediante la construcción de un muro perpendicular
al eje principal del espécimen.
Los ensayos fueron realizados en el Laboratorio de Investigación en Ingeniería Sísmica, el cual cuenta
con una mesa vibratoria con una plataforma metálica de 36 m2, capacidad de carga vertical de 70
toneladas y altura libre de 9,5 m. La mesa vibratoria cuenta con un actuador hidráulico de 15
toneladas controlado por el sistema central del laboratorio.
Los experimentos fueron instrumentados por medio de un acelerómetro (id: 507) que fue ubicado
en la mesa de la mesa vibratorio, un acelerómetro y un medidor de desplazamiento (LVDT) que se
ubicaba en la mitad de la altura del muro. El acelerómetro y el medidor de desplazamiento que se
encontraban en el muro se quitaron cuando la aceleración de la mesa superaba una aceleración
específica con el propósito de proteger los equipos que se podrían ver afectados cuando el
espécimen fallara.
3.2 Procedimiento experimental
En el experimento número 1 se evaluó la resistencia fuera del plano del espécimen número 1. Como
se mencionó en la sección 3.1.1, el espécimen 1 tenía una altura de 2,4 m, una longitud de 3,25 m,
un espesor de 9 cm y se encontraba apoyado en la parte inferior y superior.
Durante el ensayo se aplicaron las aceleraciones que se muestran en la Tabla 2, en cada una de las
etapas anteriores a la falla se revisó el espécimen con el propósito de observar grieta o daños, pero
nunca hubo daño apreciable o aparición de grietas. El muro falla en la etapa número 9, sin previo
aviso, con una aceleración que equivale a 0,89 veces la gravedad.
El muro durante su falla presenta una grieta en la base del muro y otra a una altura que equivale al
70 % de la altura del muro aproximadamente. Estas dos grietas junto la rotación que se permite en
el apoyo superior son las que inducen el colapso de muro. La Figura 7, Figura 8 y Figura 9 muestran
el momento exacto de la falla del muro, además, la Figura 10 muestra el registro de aceleraciones
durante cada una de las etapas.
Aceleración
Pr F(Hz)
Acc. 507 (g)
1 1.62 0.051
2 1.62 0.115
3 1.62 0.202
4 1.62 0.304
5 1.62 0.409
6 1.62 0.547
7 1.62 0.707
8 1.62 0.842
9 1.62 0.89
Figura 7 Momento de la falla cámara norte.
En el experimento número 2 se evaluó la resistencia fuera del plano del espécimen número 2. Como
se mencionó en la sección 3.1.1, el espécimen 2 tenía una altura de 2,4 m, una longitud de 4,08 m,
un espesor de 9 cm y se encontraba apoyado en la parte inferior, superior y en un costado. Este
experimento contó con un acelerómetro (Acc. 510) y un medidor de desplazamiento (LVDT) a la
mitad de la altura del muro
Durante el ensayo se aplicaron las aceleraciones que se muestran en la Tabla 3, en cada una de las
etapas anteriores a la falla se revisó el espécimen con el propósito de observar grieta o daños, pero
nunca hubo daño apreciable o aparición de grietas. Es decir, el espécimen se comporta fuera del
plano de manera elástica, este comportamiento se comprueba cuando se gráfica el registro de
aceleraciones del muro a media altura versus el desplazamiento del muro a media altura.
El muro falla en la etapa número 7 con una aceleración que equivale a 1,12 veces la gravedad.
Tabla 3 Aceleración máxima durante cada etapa.
Aceleración Aceleración
Pr F(Hz)
Acc. 507 (g) Acc. 510 (g)
1 1,36 0,05 0,58
2 1,36 0,13 0,14
3 1,36 0,31 0,35
4 1,38 0,40 0,47
5 1,38 0,59 ND
6 1,38 0,90 ND
7 1,38 1,12 ND
El colapso del muro se origina cuando los ladrillos que se encuentras trabados en el costado fallan
a tracción (ver Figura 13), produciendo que el muro se comporte como si estuviera apoyado
únicamente en la parte superior e inferior. Luego de la falla del costado, aparece una grieta
horizontal a una altura aproximada del 70 % de la altura del muro y una grieta en la base tal como
se muestra en la Figura 11 y Figura 12. Estas dos grietas junto la rotación que se permite en el apoyo
superior son las que inducen el colapso de muro. La Figura 14 muestra los registros de
acelerómetros durante cada una de las etapas y la Figura 15 muestra una gráfica desplazamiento
versus aceleración, donde se observa que el muro se mantiene elástico y lineal durante las primeras
etapas del experimento.
Figura 11 Momento de la falla cámara diagonal.
Figura 14
Especimen 2
0.6
0.5
0.4
0.3
0.2
Etapa 4
0.1
a (g)
Etapa 3
0
Etapa 2
-2.5 -2 -1.5 -1 -0.5 0 0.5 1 1.5 2
-0.1 Etapa 1
-0.2
-0.3
-0.4
-0.5
desplazamiento (mm)
Figura 15
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