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LINGÜÍSTICA

El lenguaje como Semiótica Social (Registro, Medio, Campo, Tenor y Modo)


HALLIDAY

Funcionalismo: Para el autor la estructura de las oraciones y de otras unidades se


explica por derivación de sus funciones en el marco de los procesos sociales. Dice que
la lengua es como es a causa de las funciones que ha desarrollado para servir en la vida
de la gente. Considera la lengua un sistema.
Intenta interpretar los procesos lingüísticos desde un punto de vista del orden social,
dejando de lado la preocupación de la mente individual en la que siempre se hacía
foco.

EL LENGUAJE Y EL MEDIO
Se entiende por Hombre Social al individuo en su entorno social. Este tema había
ocupado hasta ese momento un segundo plano.
Nuestro entorno consiste en la gente, (no en sentido universal) en otros individuos con
los que tenemos trato de una manera más o menos personal.
El medio, en cambio, es tanto social como físico. El lenguaje es el medio gracias al cual
la gente interactúa. Entonces, ¿De qué otro modo se puede considerar al lenguaje sino
inserto en un contexto social?
La capacidad física de hablar y entender (físico) surge, y tiene sentido, sólo porque hay
otros organismos semejantes alrededor (social). Esto hace esencial la necesidad de
analizar el lenguaje inserto en un contexto social.
Es que la lengua y el hombre social constituyen un concepto unido que necesita
comprenderse e investigarse como un todo. Lo uno no existe sin lo toro; no puede
haber hombre social sin lenguaje y no puede haber lengua sin hombre social.

LENGUAJE Y SITUACIÓN
Para Halliday el lenguaje es un potencial: es lo que el hablante puede hacer en el
sentido lingüístico, es decir, lo que puede hacer como hablante/oyente equivale a lo
que “puede significar”. De allí la descripción del lenguaje como un “potencial de
significado”.
Desde este punto de vista se puede explicar el sentido lingüístico del hablante y el
oyente, lo que “puede ser” el lenguaje. Pero para estudiar lo que “es” el lenguaje es
mejor prestar atención a situaciones de uso del lenguaje, tomando en cuenta los
factores no lingüísticos que sirven como medio regulador.
En este sentido, no se puede especificar el uso de cualquier expresión dada, tampoco
se puede enumerar todo el conjunto, una lista, de usos posibles del lenguaje como un
todo. Así, el uso del lenguaje no se presenta como un concepto simple.

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En este sentido, la capacidad de dominar las variedades de nuestro lenguaje adecuadas
a los diferentes usos es una de las piedras angulares del éxito lingüístico.
El concepto básico aquí es el de contexto de situación. Este se refiere a que el lenguaje
sólo surge a la existencia cuando funciona en algún medio. No se experimenta el
lenguaje en el “asilamiento”, por eso se utiliza el concepto de situación para referirnos
al contexto que permite la existencia del lenguaje.
Falta agregar que el concepto de situación no se refiere a todas las porciones de
entorno material que podrían aparecer, sino a aquellas características que son
pertinentes al discurso que se está produciendo. Dichas características pueden ser
inmediatas y concretas, como cuando un niño dice “quiero más de lo que acabo de
comer”, o bien pueden ser abstractas y remotas, como una discusión técnica entre
expertos. En general la habilidad de utilizar el lenguaje en contextos abstractos e
indirectos es lo que distingue el habla de los adultos del de los niños; aprender una
lengua consiste en parte en aprender a librarla de las restricciones del entorno
inmediato.
Los tipos de situación que los niños van aprendiendo, más adelante les son necesarios
para desenvolverse socialmente utilizando el lenguaje menos dependiente del “aquí” y
“ahora”. Esto es porque aprenden a utilizar las observaciones ligadas a situaciones
particulares en entornos más generales. Esto nos lleva al registro.
REGISTRO
De manera general, los tipos de situación lingüística difieren entre sí por tres
conceptos:
1) Por lo que realmente ocurre.
2) Por quienes participan.
3) Por las funciones que desempeña el lenguaje.
Estas tres variables determinan tanto el espectro dentro del cual se seleccionan los
significados, como las formas que se utilizan para su expresión. Es decir, determinan el
registro.
Registro: se refiere al hecho de que la lengua que hablamos o escribimos varía de
acuerdo con el tipo de situación. La distinción entre uno y otro registro es una
distinción entre lo que se dice y cómo se dice, sin ninguna separación impuesta entre lo
uno y lo otro.
Lo que hace la teoría del registro es tratar de mostrar los principios generales que rigen
esa variación para que podamos empezar a comprender qué factores situación
determinan qué características lingüísticas.
Todo lenguaje funciona en contextos de situación y puede vincularse a esos contextos.
La cuestión no consiste en saber qué peculiaridades de vocabulario, de gramática o de
pronunciación pueden considerarse directamente por referencia a la situación, sino
que la cuestión es qué tipos de factor de situación determinan cuáles tipos de selección
del sistema lingüístico.
Así, la noción de registro constituye una forma de predicción: dado que conocemos la
situación, el contexto social de utilización del lenguaje, podemos predecir mucho

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respecto del lenguaje que se producirá, con probabilidades razonables de estar en lo
cierto. Entonces, la pregunta es: ¿Qué necesitamos del contexto para hacer esas
predicciones?
En este sentido, no se trata sólo de conocer el tema. Por ejemplo, si se está hablando
de jardinería es de suponer que se usen términos como planta, cultivo, etc. Pero la
probabilidad de que esos términos se produzcan en el discurso también depende de lo
que el hablante y oyente estén haciendo en ese momento, podrían estar ocupándose
de trabajo de jardinería pero estar hablando de cualquier otra cosa.
Lo que necesitamos conocer respecto de un contexto de situación a fin de predecir las
características lingüísticas que probablemente se vinculen a él son:
1) Campo del discurso: se refiere al marco institucional en que se produce un trozo de
lenguaje e incluye no sólo el tema de que se trata sino también toda la actividad del
hablante o del participante (y también de los otros participantes) en determinado
marco. Es la acción social significativa.
2) Tenor del discurso: se refiere a la relación entre participantes, no sólo a la variación
de formalidad, sino también a cuestiones como la permanencia o cosas por el estilo de
la relación y el grado de carga emotiva que hay ella. Es la relación de los papeles.
3) Modo del discurso: Se refiere al canal de comunicación adoptado, no sólo a la
elección entre médium hablado y médium escrito, sino a elecciones mucho más
detalladas. También incluye otras elecciones vinculadas con el papel del lenguaje en la
situación. Es el modo de organización simbólica.
Todos juntos constituyen el contexto de situación de un texto.
De este modo, nuestra imagen funcional del sistema lingüístico de adulto tiene un
alcance de potencial de significado específico en cuento a la cultura y sensible en
cuando a la situación. El lenguaje es la habilidad de significar en los tipos de situación o
contextos sociales que son generados por la cultura. Cuando hablamos de los “usos”
del lenguaje nos interesa el potencial de significado que va asociado a tipos de
situación particulares y es probable que nos interesemos especialmente por aquellos
que poseen cierta importancia social y cultural.
Todo el análisis realizado hasta el momento podría describirse como una
“sociosemántica”, en el sentido de que es el estudio del significado en un marco social
o sociológico.

LA SITUACIÓN COMO DETERMINANTE DE UN CONTEXTO


El lenguaje ha evolucionado como modo primordial de significación en un entorno
social; él proporciona los instrumentos para actuar sobre el medio y para reflejarse en
él. Pero en un contexto más general, en que actuar sobre el medio y reflejarse en él
son, a su vez, instrumentos para crear el medio y trasmitirlo de una generación a otra.
Por ello el medio es una construcción social.
El sistema lingüístico ha evolucionado en contextos sociales como expresión de la
semiótica social.

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El sistema es un potencial de significado, que se realiza en forma de texto; un texto es
un caso de significación social en un contexto de situación particular; por consiguiente,
habremos de esperar encontrar la situación materializada o guardada en el texto, de
manera que refleje la relación sistemática entre la estructura semántica y el entorno
social.
En otras palabras, la situación aparecerá como constitutiva del texto, esto es, siempre y
cuando podamos caracterizado como algo que tiene en cuenta las propiedades
ecológicas del lenguaje, las características que lo vinculan a su entorno en el sistema
social.

LA ESTRUCTURA SEMIÓTICA DE LA SITUACIÓN: EL CAMPO, EL TENOR Y EL MODO


Cada uno de los componentes del contexto de situación tiende a determinar la
elección de opciones de un componente correspondiente de la semántica.
En el caso típico:
- El campo determinará la selección de significados experenciales.
- El tenor determinará la selección de significados interpersonales.
- El modo determinará la selección de significados textuales.
CAMPO
La selección de las opciones en los sistemas experenciales, esto es, en la transitividad,
en las clases de cosas (objetos, personas, sucesos, etc.), en la calidad, la cantidad, el
tiempo, el lugar y así sucesivamente, suele estar determinada por la naturaleza de la
actividad: la acción socialmente reconocida en que están involucrados los
participantes, en la que el intercambio de significados verbales desempeña una
función.
Lo que entendemos por “asunto” se puede interpretar como la estructura del campo
en los textos, contextos en que la acción social es de naturaleza inherentemente
simbólica y verbal.
Por ejemplo, en un encuentro de fútbol, la acción social es el propio juego, ese es el
asunto, el tema, el campo. Cualquier instrucción u otra interacción verbal entre los
jugadores será parte de esa acción social. En la discusión acerca de un encuentro de
fútbol, la acción social es la discusión y la interacción entre los participantes, es la
totalidad de esa acción social. En este último caso el juego constituye un segundo
orden del campo, que es hecho surgir a la existencia por aquel primer orden, la
discusión.
Es a ese campo de segundo orden al que le damos el nombre de asunto.
TENOR
La selección de opciones interpersonales, las de los sistemas de modo, modalidad,
persona, clave, intensidad, evaluación, comentario y sistemas por el estilo, suele estar
determinada por las relaciones de papeles en la situación.
En esas relaciones de papeles debe hacerse también una distinción entre un primer y
segundo orden. Los papeles sociales de primer orden se definen sin referencia al

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lenguaje, aunque puedan o sean realizados mediante el lenguaje como forma de
comportamiento de proyección del papel. Los papeles sociales de segundo orden son
los que quedan definidos por el sistema lingüístico: se trata de aquellos que surgen a la
existencia sólo en el lenguaje y mediante el lenguaje, los papeles discursivos de
interrogador, informante, respondedor, cuestionador, impugnador, etc. Se les asigna un
papel intermedio a las advertencias, amenazas, saludos, etc. que pueden realizarse de
manera verbal o no verbal, o de ambas maneras.
MODO
La selección de opciones en los sistemas textuales, como los de tema, información y
voz, lo mismo que la selección de patrones de cohesión, como los de referencia,
sustitución y elipsis, y como los de conjunción, suele estar determinada por las formas
simbólicas adoptadas por la interacción, y en particular por el lugar asignado al texto
en la situación total.

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