Sunteți pe pagina 1din 5

Participante:

Lucero Acosta

Matricula:

2018-04367

Asignatura:

Sociología

Facilitadora:

Felicia Ramírez
Tercera Actividad:

Consultar en el texto básico de la asignatura y en la web y realizar las actividades


sugeridas

1. Explicar la objetividad de la Sociología.

La disyuntiva entre hechos y valores es una polémica constante dentro de las ciencias
sociales. A lo largo de la historia de la sociología son muchos los teóricos que se han
pronunciado al respecto, produciendo respuestas muy heterogéneas y manteniendo vivo
el debate. Se ha insistido muchas veces que en las ciencias sociales el observador es a la
vez sujeto y objeto de investigación, haciendo del distanciamiento entre el científico y
los objetos de estudio la principal diferencia entre las ciencias sociales y humanas con
respecto al resto. Así, desde otras ciencias se sigue poniendo en duda la cientificidad de
la sociología por entender en ésta la imposibilidad de separar la dimensión subjetiva de
su práctica científica, toda vez que se piensa –erróneamente– que la ciencia es un hecho
aséptico e impenetrable de subjetividades.

Nuestra propuesta, la que hemos presentado Israel y yo en el XI Congreso Español de


Sociología, antes que establecer una serie de desiderátums que disuelva de una vez por
todas el problema de la objetividad en la sociología, pretende ofrecer un nuevo marco
explicativo a partir de la perspectiva del Homo suadens, desarrollado por los hermanos
Castro Nogueira (et al.), y que tiene su origen en el Programa Fuerte de la sociología del
conocimiento científico.

Desde que Max Weber formulara su postulado de la «neutralidad valorativa» de la


sociología en aquella reunión del Verein für Sozialpolitik en 1913 –por otra parte, mal
entendido por el resto de científicos sociales de su época, como se ha intentado
demostrar en muchas ocasiones (véase: Giner, 2010; Ritzer, 2011)– la problemática de
la objetividad en las ciencias sociales ha atravesado toda su historia hasta nuestros días.
Son muchos los autores que han contribuido arrojando luz al debate de la disyuntiva
entre hechos y valores; entre ellos, por citar algunos: Alfred Schutz [El problema de la
realidad social], Abraham Edel [influencia de los valores: externa, interna y parámetro
valorativo], Karl Mannheim [Ideología y utopía, y su famosa paradoja de la
imposibilidad de definir ideología desde una postura que no sea a su vez ideológica],
Peter Berger y Thomas Luckmann [La construcción social de la realidad], Alvin
Gouldner [El antiminotauro. El mito de una sociología no valorativa], Thomas S. Khun
[La estructura de las revoluciones científicas], Michel Foucault [Las palabras y las
cosas], Pierre Bourdieu [su gran preocupación por la ‘reflexividad’: investigar las
mismas prácticas científicas], David Bloor -ya citado- [Conocimiento e imaginario
social], Donna Haraway [conocimiento situado], Clifford Geertz [Conocimiento local],
Paul Ricoeur [Ideología y utopía, pero al contrario que Mannheim que piensa que son
dos formas de distorsión de la realidad, para Ricoeur ‘ideología’ y ‘utopía’, en clave
retórico-metafórico y desde un enfoque antropológico-filosófico, ambas son necesarias
para la construcción de discursos], Edgar Morin [Pensamiento complejo, Ciencia con
consciencia], Zygmunt Bauman [Modernidad y holocausto], Bruno Latour y Steve
Woolgar [La Vida en el laboratorio. La construcción de los hechos científicos]… De
todos estos autores se recopila bibliografía al final.

Pero en el lugar que menos se las espera, y por lo ya mencionado más arriba, pueden
encontrarse cosas muy interesantes y que aclaran muchas cosas sobre la ansiada
objetividad en la ciencia, y no me refiero ya a las ciencias sociales en concreto, sino a
todas las ciencias o cualquier forma de conocimiento. Ni las denominadas ciencias
duras se libran, como bien ha podido demostrar Emmánuel Lizcano en su Imaginario
colectivo y creación matemática: la construcción social del número, el espacio y lo
imposible en China y en Grecia (1993).
2. Plantear relación de la Sociología con las demás Ciencias Sociales.

Todas las ciencias explican un aspecto diferente de la misma realidad social, ya que
parten de presupuestos diferentes. Lo que hay detrás de cada postura es una concepción
del mundo en la que cabe una coherente aproximación a la realidad, de esta manera,
cada concepción del mundo desarrolla una forma compleja de la dinámica de la
realidad.

Por consiguiente, en el estudio de un fenómeno social participan varias disciplinas, las


cuales van interrelacionándose; por ejemplo, el problema de la delincuencia juvenil, un
fenómeno de naturaleza social, tiene implicaciones económicas, políticas,
antropológicas, legales, entre otras, por lo que su estudio es multidisciplinario, por lo
que varias disciplinas (sociología, derecho, psicología y antropología, por mencionar
algunas) lo tienen como objeto de estudio.

El fenómeno de la explosión demográfica suele tener una causa económica: se presenta


en los países pobres debido a que a menores ingresos hay una menor educación, menor
responsabilidad de la paternidad; ello a diferencia de los países industrializados, donde
el mayor porcentaje de población es de personas de edad avanzada, ya que debido a la
forma en que hombres y mujeres participan en el trabajo existe una tendencia a formar
familias de uno o dos hijos, y a veces de ninguno. La idiosincrasia de algunos grupos
sociales incide también en un índice alto de natalidad, debido a que es costumbre en
algunos sectores (entre ellos el campesino) procrear familias numerosas, quizá porque
ahí predomina la idea de que cuantos más hijos se tengan más brazos para las faenas del
campo habrá, o porque la religión impregna su vida y entonces hay que aceptar todos
los hijos que Dios envíe. Así se podría seguir mencionando que este fenómeno tiene
implicaciones políticas, jurídicas, religiosas, históricas, entre otros.

De lo expuesto antes se deduce claramente que la semejanza de la sociología con otras


disciplinas radica en que el objeto de estudio es el mismo, les interesa la misma realidad
social, los mismos fenómenos; es en el análisis donde se establece la diferencia, ya que
todas miran el fenómeno desde ángulos distintos y le dan explicaciones diversas. A la
vez, es durante el estudio que las diferentes disciplinas interactúan estableciendo así una
relación casi siempre fructífera.
Por otro lado, la vida del hombre no es unidimensional, tiene varias facetas como la
religiosa, la moral, la jurídica, la política, la económica y la artística, entre otras. Todas
estas esferas del quehacer humano se desarrollan en la existencia social del hombre;
esto es, del hombre en tanto que tiene relaciones con sus semejantes y con su entorno.
La sociología, por tanto, tiene como tema central la investigación de esas relaciones y
actividades interhumanas.

La sociología se relaciona con la biología porque ésta es la ciencia que tiene por objeto
de estudio a los seres vivos y los seres humanos son, desde luego, entes biológicos, a la
vez que eminentemente sociales.

La biología estudia el comportamiento de los seres vivos como especies, su manera de


agruparse, de convivir entre sí, con otros seres y con su entorno. Por ello es importante
estudiar los fenómenos biológicos para comprender mejor lo que es eminentemente
social.

La sociología se relaciona, así, con la psicología, ciencia que tiene por objeto de estudio
los fenómenos de la conciencia. La psicología se encarga de analizar la conducta de los
seres humanos y sus motivaciones para actuar. Esta ciencia está indisolublemente ligada
a la sociología, ya que los fenómenos sociales son producto de las relaciones
establecidas entre las conciencias de los seres humanos. Por consiguiente, si no hubiera
conciencia no se produciría el fenómeno social, porque éste nace, en primera instancia,
en la psique de los individuos.

La psicología estudia los fenómenos intrapsíquicos; la sociología, en cambio, los


interpsíquicos, según la terminología del sociólogo francés Gabriel Tarde.

También hay una relación de la sociología con la economía. El ser humano necesita de
satisfactores para su supervivencia, y éstos los obtiene en cuanto se asocia con otros
seres humanos para producirlos. Por elemental que sea el satisfactor considerado,
siempre han participado en su elaboración varios individuos. Y si en la satisfacción de
las necesidades intervienen la actividad de varios hombres, entonces el fenómeno
económico es un fenómeno social; de ahí que en ocasiones la sociología reciba el
nombre de ciencia social de la economía.

S-ar putea să vă placă și