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FACULTAD DE FILOSOFIA
CARRERA DE PSICOLOGIA-ESPECIALIDAD COMUNITARIA
Curso: 4º Comunitaria
Asunción - Paraguay
Año 2018
Tabla de Contenidos
Introducción……………………………………………………………………………4
Experiencia Clinitaria……………………………………………………………….…5
Conclusiones……………………………………………………………………………………8
Citas y referencias………………………………………………………………………………9
Ensayo sobre la experiencia de Clinitaria
Resumen
El hecho de que la psicología, o cualquier servicio, se inmerja en la comunidad, implica
una postura política. La experiencia de Clinitaria debe su razón de ser a que en la UNA
hay escasa formación científica sumada la insignificancia y efervescencia de las PPS y
Proyectos de Extensión Universitaria (EU). Es necesario revisar 2 cuestiones del
trabajo psicológico en la comunidad: una es su punto de partida y la otra el modo de
hacer. Llevar la clínica a la comunidad para realizarla con ella es una labor
relativamente nueva. En un país como el nuestro, urge la necesidad de ofrecer servicios
a las grandes mayorías populares que realmente necesitan de la psicología tanto como
las minorías que pueden solventarla.
Tal vez sea la connotación de esas palabras la que las haga ver como más atractivas para
el público, o quizás la necesidad de buscar cambios sociales que alcancen a todas y
todos.
Y en el último caso, es ideal conocer desde donde se configuran esos cambios. Pues el
hecho de que la psicología, o cualquier servicio, se inmerja en la comunidad, implica
una postura política que se expresa de manera conceptual, práctica y epistemológica1:
Cómo es, qué es y quien/es son los agentes de, dicho cambio.
La Psicología Comunitaria es clara respecto a esto: Puede decirse que la mayoría de los
autores define a la psicología comunitaria como aquella que trata de la comunidad y
que es realizada con la comunidad. 2.
Los jóvenes que consumían “crack” en los Bañados llamaron la atención de los
estudiantes que, alejándose de las prácticas tradicionales de criminalización y
distanciamiento de los casos de riesgo, suscitaron el progresivo acercamiento a
aquellos, jóvenes como ellos. En estos encuentros surgieron ideas, vivencias,
situaciones que van más allá del joven fumando chespi con sus amigos/as en un arroyo;
se produjo un rapport inusual, que nace desde la mirada antimanicomial, la mirada al
otro ser humano, que no existe casi en las instituciones de nuestro país.
Para abordar posibles casos de riesgo, hemos recogido diferentes testimonios de los
vecinos del refugio donde hacemos nuestras PPS en las notas de campo, en las que se
deben tomar notas después de cada observación y después de contactos más
ocasionales con los informantes 4, los mismos manifestaron los casos ocurridos, las
medidas que tomaron como comunidad, sus preocupaciones actuales, etc.
Vivenciar e investigar las dinámicas que se dan en un barrio, en una casa, fue muy
enriquecedor y novedoso para los estudiantes que participaron de Clinitaria.
Lo mismo se puede decir de las prácticas que desarrollamos en el refugio APAL, donde
hay días que simplemente nos sentamos a conversar con los vecinos, a compartir un
terere, a jugar con los niños; es impresionante la cantidad de información que fluye
entre esas actividades, aparentemente cotidianas, pero sumamente significativas, nos
valemos de la técnica de observación participante, la cual involucra la interacción
social entre investigador e informantes en el lugar de los últimos, y durante la cual se
recogen datos de modo sistemático y no intrusivo5, prestando atención a la mejor y
mayor información que podamos recopilar luego, para su posterior análisis.
Llevar la clínica a la comunidad para realizarla con ella es una labor relativamente
nueva, ir hasta ahí puede hasta parecer desafiante y fuera de contexto (al menos que sea
para completar horas de extensión o de PPS), sin embargo, en un país como el nuestro,
urge la necesidad de ofrecer servicios a las grandes mayorías populares que realmente
necesitan de la psicología tanto como las minorías que pueden solventarla.
Muy poco común es hablar de psicólogas/os en las calles, en las plazas, de terapias
colectivas, terapias colectivas al aire libre. Tal vez por la gran institucionalización de la
labor psicológica -en la que no debería olvidarse de que no todas las personas están
representadas por todas las instituciones- muchos casos aislados son invisibilizados y
mucha gente que podría acudir a los servicios de salud, no lo hace.
Muy poco común es hablar de psicólogas/os en las calles, en las plazas, de terapias
colectivas, terapias colectivas al aire libre. Pero no existe ningún impedimento científico
o ético para intentar realizarlas.
Citas y referencias