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Cristianisme i Justícia
Octubre 2008
EL SURGIMIENTO DE UN NUEVO IMAGINARIO DE LA
SOCIEDAD Y DEL MUNDO
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1. EL MUNDO QUE HEMOS CONSTRUIDO: UN
MUNDO DESIGUAL, VIOLENTO Y NO SOSTENIBLE
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2. REPENSAR EL MUNDO O LA CONSTRUCCIÓN DE LA
CASA COMÚN
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3. LA APORTACIÓN DE LAS TRADICIONES RELIGIOSAS
3.1. ¿Por qué hay que contar con –no ajeno, por otra parte, a ninguna de
las religiones? las tradiciones20– que se muestra clara-
mente incompatible con planteamientos
¡Las religiones tienen mala prensa!
democráticos. Pero constatarlo no nos
Hablamos a menudo de culturas, pero
debe hacer pasar por alto la importancia
cuando de lo que se trata es de hablar de
de las religiones: son aún una de las for-
religiones lo evitamos, especialmente
mas de identidad cultural más potentes
cuando tenemos que hablar de su pro-
en el mundo y de las más capaces de
yección pública. Hay quién piensa que
movilizar a las sociedades. Sólo por
la identidad religiosa es una amenaza
ello, se merecen que les prestemos aten-
para la convivencia y la libertad y es evi-
ción. El peligro de caer en el fanatismo
dente que existe un fanatismo religioso
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religioso no tendría que ser obstáculo demos decir que las tradiciones religio-
para valorar el papel positivo de las tra- sas forman parte de las estructuras so-
diciones religiosas en la cohesión so- ciales que cada grupo humano va cre-
cial, así como la posibilidad de ser, en ando. Desde esta perspectiva, las
según que contextos, verdaderos agen- religiones se tienen que entender, pues,
tes de cambio social, al ayudar a hacer como construcción social, y de ahí su
emerger una cultura del disenso, tan im- trascendencia pública, no sólo interior o
portante para transformar la realidad. de conciencia.
Culturas y religiones, además, no Es obvio, pues, que no podemos pa-
son realidades aisladas e independien- sar por alto el hecho religioso y su con-
tes. En toda sociedad humana se da una creción en las diferentes tradiciones.
interrelación entre elementos culturales Por ello, cuando defendemos la diversi-
y religiosos. «Cada cultura es en sí mis- dad cultural debemos defender también,
ma un universo, el cuál, sin embargo, no sin reservas, la libertad de creer en el he-
está cerrado. Las culturas proporcionan cho religioso (o de no creer en él). Sólo
a las religiones su lenguaje y las reli- si lo hacemos así, aseguraremos de ver-
giones ofrecen a cada cultura su signifi- dad la convivencia, imprescindible para
cado esencial», nos dice la UNESCO21, ser libres, la cohesión social o el ideal
y añade: «la paz no será posible si no re- de igualdad y, consecuentemente, la
conocemos el pluralismo y respetamos paz.
la diversidad».
Por ello, podemos decir que las reli-
giones son fenómenos socioculturales. 3.2. Necesitamos una perspectiva
Todas las culturas poseen unos compor- espiritual
tamientos religiosos, que son como el Asimismo, tenemos que tener en cuen-
alma de cada una de ellas. El hecho re- ta que los foros económicos y sociales
ligioso es algo que incumbe a todos los mundiales representan visiones impor-
miembros de un grupo o de una comu- tantes en orden a construir un mundo
nidad, independientemente que sean más justo22. Para solucionar los proble-
creyentes o no. Y esto es así porque las mas que tiene planteados la humanidad,
religiones forman parte de las culturas y urge también trabajar desde una pers-
las civilizaciones, siendo el hecho reli- pectiva espiritual, basada en el amor
gioso algo inherente a las formas de ágape, a fondo perdido, y en la compa-
pensamiento y a los comportamientos y sión universal. Es la percepción de la
prácticas del ser humano. unidad de todas las cosas y la sacralidad
La religión es un fenómeno cultural que impregna la existencia lo que nos
que proporciona al grupo humano unas puede aportar la fuerza necesaria para
pautas mentales, unos valores, unas ac- tener éxito en nuestro propósito de cons-
titudes y unos comportamientos; es un truir otro mundo, edificado sobre otras
hecho social que surge como exteriori- bases.
zación del proceso, mental y vital, co- Las religiones no pueden resolver
lectivo, del grupo. En este sentido po- por sí mismas los problemas ecológicos,
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económicos, políticos y sociales de a) La religión se viva como expe-
nuestro mundo, pero sí que pueden con- riencia, en términos de espiritualidad
seguir lo que sólo con planteamientos más que en términos de moral heteró-
económicos, políticos y sociales no se noma23, a pesar de que la actuación ha-
puede conseguir: un cambio de menta- cia los otros, el comportamiento ético,
lidad, una metanoia, una transforma- se convierte en el test de calidad de la
ción del corazón humano mediante la propia vivencia. Las diferentes tradicio-
conversión a una nueva actitud vital que nes religiosas constituyen propiamente
pueda concretarse en nuevos estilos de una de las matrices del comportamien-
vida. Debemos pensar en las relaciones to ético, el núcleo de creencias, disposi-
humanas también desde la dimensión ciones, actitudes, que dan unidad, iden-
religiosa. tidad, sentido a las personas en su
De lo que se trata es de crear una ma- relación con los otros, con la realidad y
sa crítica que permita establecer nuevos con Dios mismo. Las tradiciones reli-
paradigmas. Es necesario hacer emerger giosas son altamente valiosas en la for-
la conciencia colectiva de la responsa- mación de una ciudadanía implicada en
bilidad individual y sustituir el egoísmo el quehacer social, pero para que eso sea
por el altruismo, la competitividad ex- así, deben vivirse en profundidad. Sólo
trema por la cooperación, el individua- así podrán dar lugar a éticas autónomas.
lismo por la solidaridad, el consumismo b) No se caiga en la tentación de
por la sencillez, el tener por el ser, el ma- apropiarse del Absoluto, buscado por to-
terialismo por la espiritualidad. das las religiones, lo cual las pervierte,
haciendo que su vocación universalista
esté permanentemente amenazada de
3.3. Un Dios de todos y de nadie convertirse en totalitarismo. Entonces,
Aunque las tradiciones religiosas se ex- en lugar de ofrecer las religiones como
presen mediante la sabiduría, el amor, la oportunidad para todo el mundo, éstas se
compasión y la vida de piedad, no son convierten en dominio sobre los otros.
inmunes a la locura, al pecado, a la mal- Se transforman así en ídolos que reclu-
dad. Las instituciones y tradiciones reli- yen y bloquean el dinamismo de la ex-
giosas han apoyado y apoyan a veces sis- periencia personal, en lugar de actuar co-
temas de opresión y exclusión, o han mo iconos del Misterio, que remiten
funcionado y funcionan como tales en su siempre más allá y abren al ser humano
interior. Pero a la hora de construir una a una realidad que siempre está por des-
convivencia más humana, podríamos se- velar, nunca poseída, sino más bien por
ñalar que las religiones son las entrañas la que debe dejarse poseer24.
trascendentes de las culturas y, como
trascendentes, tienen la posibilidad de ir
3.4. Religar, releer
más allá de la pertenencia, pues afectan
al sentido mismo de la vida. La religión La palabra religión proviene de dos po-
nos ayudará a convivir y afrontar los sibles fuentes y ambas hacen referencia
nuevos retos con la condición de que: clara no sólo a una experiencia interior,
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sino también a la relación del individuo ter sagrado de la vida y la gratuidad de
con el grupo humano25. Proviene de: saberse don a entregarse gratuitamente.
En este sentido, pues, ayudan a tejer una
– Religare: religar, que quiere decir realidad no dual, en la cual hay una co-
crear vínculos, establecer vínculos; en nexión misteriosa de todo con todos,
primer lugar con lo que llamamos Dios, porque hay un soporte básico que nos
Realidad Última o Trascendente; en se- impulsa a la comunión desde la diversi-
gundo lugar, entre los seres humanos, y dad. Y también trabajan por la libera-
en tercer lugar con el mundo y la natu- ción y el descentramiento del yo, con-
raleza. Y en este sentido, cada religión duciendo a una empatía con el otro: la
integra creencias (en relación con Dios), experiencia religiosa si es auténtica,
códigos de comportamiento o vertiente nunca es individualista, sino relacional.
ética (en relación con el grupo humano)
Por ello, las diferentes tradiciones
y ritos (que ponen en relación con el
religiosas pueden favorecer hoy la revi-
mundo y la naturaleza).
sión del proceso globalizador para que
– Relegere: releer, interpretar el sea favorable a todo ser humano, nos
Misterio de Dios, el sentido de la vida y ayudan a caminar hacia el territorio de
de la muerte, el sentido de la existencia lo que es colectivo, donde se inicia re-
de cada cual, el porqué del mal, etc. almente la humanización. En su núcleo
Hacen inteligible y asumible a escala experiencial está el descubrirse en co-
humana el Misterio a pesar de que no munión con esta Realidad que nos des-
pueden –de ninguna manera– alcanzar- borda y que a la vez es inmanente a nos-
lo, pues siempre queda más allá de toda otros, realidad que nos da sentido y nos
interpretación. Y éste releer el Misterio posibilita realmente ser. Las religiones
nos hace percatar del nexo profundo con pueden, pues, facilitarnos el vivir la dia-
un mismo y con los otros, la naturaleza léctica entre unidad y diversidad, glo-
y el cosmos entero. balidad e identidad.
Las tradiciones religiosas son cami-
nos diversos para propiciar la experien-
3.5. Repensar la laicidad
cia de Dios y, vividas a fondo, como ex-
periencia, tienen en común la En el mundo de la globalización, en so-
transformación espiritual de las perso- ciedades cada vez más multiculturales
nas y su capacidad de generar santidad. y, por lo tanto, con más pluralidad reli-
Juegan un importante papel en la cohe- giosa en su seno, todo este pluralismo
sión de las sociedades y no a partir de cosmovisional empuja a las sociedades
unos mínimos sino a partir de unos má- democráticas a entrar inexorablemente
ximos dinámicos, siempre y cuando lle- en la lógica del pluralismo no sólo ide-
ve consigo la experiencia de un ológico sino también cultural. Y en este
Absoluto inmanipulable, inaprehensi- contexto, el ideal laico ya no puede ser
ble. Todas ellas contemplan al ser hu- la neutralidad ni la indiferencia, sino el
mano como valor absoluto y abren al reconocimiento de las tradiciones reli-
Misterio: hacen experimentar el carác- giosas como sabidurías que, enrique-
20
ciéndose unas con otras, hacen emerger el respeto absoluto al ser humano. Debe
lo que es verdaderamente humano. hacerse justicia a las religiones, no des-
Por ello, ante un laicismo que quie- figurarlas27.
re reducir la religión a un sentimiento
íntimo y privado de las personas y que
intenta esconder su dimensión social, 3.6. La propuesta de una ética
debe proclamarse la necesidad de nor- mundial
malizar el hecho religioso, asumiendo Se hace cada vez más evidente la nece-
su existencia y el carácter público de su sidad de gobernar toda esta complejidad
proyección. En este sentido, es preciso creciente. Por ello, la importancia de or-
tener clara la distinción entre la religio- ganizar un espacio público transnacional
sidad, entendida como encuentro perso- que ayude a hacer viable la democrati-
nal con Dios, y la religión, entendida co- zación de las relaciones internacionales
mo un hecho comunitario. Tenemos y la construcción de unas bases sólidas
planteado el reto de vivir la laicidad en para una gobernabilidad mundial.
el interior del pluralismo cultural, y re- Espacio donde las principales tradicio-
pensarla como laicidad intercultural, lo nes religiosas puedan mantener un diá-
que lleva a recrear la forma de presen- logo fecundo entre ellas y con otros ac-
cia pública del hecho religioso26. tores, sobre problemas comunes de la
Dentro de un perfecto juego demo- humanidad. Espacio público, en defini-
crático, las tradiciones religiosas pue- tiva, con capacidad para influir en el
den ayudar a la promoción de valores en proceso de toma de decisiones sobre
la sociedad civil y también en las es- cuestiones globales y donde se pueda
tructuras políticas. Las religiones son generar una ética común. En un mundo
factores importantes en la construcción tan complejo como el actual, todas las
de la vida social y pueden aportar su voces tienen que ser escuchadas; la to-
ayuda en la creación de una cultura cí- ma de decisiones no puede quedar re-
vica y en la formulación de una nueva ducida a la representación de los go-
moral pública dentro de los diferentes biernos de los estados. Hoy más que
países. También pueden ser considera- nunca, es necesario ejercer la corres-
das factores importantes para ayudar a ponsabilidad entre todos los actores de
una gobernabilidad mundial con justicia. la escena mundial. En este sentido, de-
De un modo u otro, la religión da bemos tener presente:
respuesta a las grandes cuestiones fun-
damentales del ser humano: las pregun- 3.6.1. La necesidad de unos estándares
tas sobre el amor y el sufrimiento, la cul- éticos mínimos a nivel planetario
pa y el perdón, la vida y la muerte. El Acuerdo sobre unos estándares éticos
ser humano aparece en el centro de to- mínimos que ayuden a orientar y regu-
das las religiones y en todas ellas es en- lar nuestras relaciones interpersonales y
altecido con una dignidad sin igual. Por las relaciones a nivel planetario entre
ello podemos decir que las tradiciones pueblos y culturas. Sin estos estándares
religiosas han vehiculado la dignidad y mínimos, la gobernación de la globali-
21
zación para que vayan llegando los be- criterios de comportamiento humano
neficios a todo el mundo no es más que presentes en las diferentes tradiciones
pura entelequia. religiosas son lo que daría la cohesión
Llegados a este punto de nuestra ex- necesaria y uniría a todos los pueblos y
posición es obligado hablar del trabajo culturas para afrontar nuevos retos pla-
que ya desde hace tiempo están reali- netarios y, a la vez, la condición de po-
zando diferentes colectivos de diversa sibilidad de un orden mundial perdura-
procedencia y que van en esta dirección. ble en el tiempo.
Mención especial merece la labor reali- Así, Hans Küng transforma la
zada por el teólogo Hans Küng, que par- Religión, o de forma más precisa, el in-
te de la siguiente base: dispensable diálogo interreligioso en
un ethos universal que no quiere decir,
– No puede haber paz entre las na- en cambio, una ética uniforme para to-
ciones sin paz entre las religiones. dos. Cuando habla de ética mundial se
– No puede haber paz entre las reli- refiere a un consenso social básico en
giones sin diálogo entre las religiones. relación con determinados valores, de-
– No puede haber diálogo entre las rechos y deberes fundamentales; con-
religiones sin unas normas éticas uni- senso que debe ser compartido por to-
versales. dos los grupos sociales, por creyentes
– No puede haber supervivencia pa- y no creyentes, por los miembros de las
ra nuestro planeta sin una ética de ca- diferentes naciones, religiones, filoso-
rácter universal, mundial28. fías y concepciones del mundo. En
otras palabras, este consenso social,
En 1993, en el II Parlamento de las que un sistema democrático no tiene
Religiones del Mundo celebrado en que imponer sino presuponer, no con-
Chicago, salió a la luz pública la siste en un sistema ético común, sino
Declaración hacia una ética mundial, el en una actitud ética común, o sea, un
autor de la cual fue precisamente Hans ethos –manera de comportarse– de la
Küng29, donde se formuló un catálogo humanidad, que no es una nueva ideo-
de normas éticas universales, basado en logía o superestructura, sino que enla-
los preceptos básicos de las grandes re- za entre sí los recursos religioso-filo-
ligiones y sistemas éticos no religiosos. sóficos comunes ya existentes de la
Ante la complejidad de los retos a afron- humanidad, sin imponerlos por ley
tar y la necesidad de hacer efectiva la desde fuera sino interiorizándolos de
corresponsabilidad desde los diferentes manera consciente.
frentes, la Declaración parte del hecho
que de la capacidad de movilización y
motivación de las religiones puede 3.6.2. Dos principios y cuatro normas
emerger una gran esperanza para el No sólo el Parlamento de las Religiones
mundo, a partir de una cooperación del Mundo, sino también la ONU, ha
mundial de todas ellas, que se concrete asumido ya como principios funda-
en criterios que constituyan la base de mentales, como base para una ética
una “ética mundial”. Precisamente estos mundial, que:
22
– Todo ser humano debe ser tratado bernar la complejidad de la globaliza-
de manera humana: debe respetarse la ción. Porque éstos irrenunciables éticos
vida y la dignidad humana, la indivi- nos remiten a la necesidad de una auto-
dualidad y la diferencia. ridad mundial que vele por su cumpli-
– Lo que no quieres que te hagan los miento.
otros, no se lo hagas tú a ellos. Todos Pero el problema que presenta toda
somos responsables de lo que realiza- ética de mínimos, también mundial, sur-
mos, de todas nuestras decisiones, ac- gida ésta del consenso social básico
tuaciones y negligencias, porque todas aportado por las tradiciones religiosas,
ellas tienen sus consecuencias. es determinar la manera de llegar a de-
finir estos mínimos de manera que pue-
Estos dos principios tienen que dan ser aceptados por todas las culturas
constituir una norma inamovible e in- y sistemas éticos. La base participativa
condicional para todos, familia, agrupa- para elaborar este consenso se convier-
ciones sociales, toda clase de razas, na- te, así, en un elemento clave.
ciones y religiones. Y sobre esta base,
Es evidente que cuanto más amplia
deben garantizarse cuatro normas indis-
sea la participación, más legitimación
cutibles:
tendrá la propuesta. Pero, al mismo
– El compromiso en favor de una tiempo, si es muy amplia, más difícil
cultura de la no violencia y del respec- será el consenso. Entonces, el resulta-
to a toda vida («no matarás»). do será siempre de contenidos excesi-
– El compromiso en favor de una vamente genéricos, abstractos, con la
cultura de la solidaridad y de un orden finalidad de incluir todas las sensibili-
económico justo («no robarás»). dades30. En el momento de concretarse
– El compromiso en favor de una posteriormente en legislación, podrá
cultura de la tolerancia y de una vida ve- ser interpretada de diversas maneras,
raz y un estilo de vida honrado («no según los parámetros culturales en jue-
mentirás»). go: o bien se decantará por una legis-
lación que sea adecuada a los plantea-
– El compromiso en favor de una mientos de un determinado grupo,
cultura de igualdad, de compañerismo país, nación, civilización, según la co-
entre hombre y mujer («no cometerás rrelación de fuerzas presente en la go-
adulterio»). bernación del escenario mundial; o
bien el consenso a que se podrá llegar
3.6.3. Las insuficiencias de un para el texto legislativo concreto será
consenso sobre los mínimos para tan mínimo que resulte insuficiente y
afrontar los retos que tenemos poco operativo para hacer frente a los
planteados como humanidad retos que tenemos como humanidad.
Estos mínimos éticos, comentados en el Por otra parte, en la obtención del con-
punto anterior, se hacen necesarios para senso se plantea también la cuestión de
poder legislar sobre problemas que las condiciones de igualdad entre los
afectan a toda la humanidad y para go- interlocutores, cuestión ésta imposible
23
de conseguir en un mundo tan des- ción). Sería ésta una forma de liberar to-
igual31. da la energía creativa y transformadora
Otro punto débil es que una ética mí- que contienen las diferentes tradiciones
nima puede dar lugar a una mentalidad religiosas –y también las diferentes cul-
de mínimos, normativista, cuando lo turas en su globalidad– para que la pu-
que se necesita hoy es poder ir, de for- diesen invertir en la búsqueda de mane-
ma voluntaria, más allá de los mínimos, ras de afrontar los nuevos retos.
porque sólo con el cumplimiento de es-
tos no basta para solucionar muchas de
las problemáticas actuales. En realidad, 3.8. ¿Cuál puede ser la
incluso para que estos mínimos lleguen contribución de las religiones a
a cumplirse, es necesario que los indi- la gobernabilidad mundial?
viduos vivan personalmente éticas de Teniendo en cuenta que nuestra socie-
máximos. dad y nuestro mundo no pueden cam-
biar hacia mejor si antes no cambiamos
la mentalidad de los individuos, y que
3.7. Apostar por la diversidad en las tradiciones religiosas están en una si-
torno a grandes problemáticas tuación privilegiada para que esto pue-
De forma paralela y complementaria a da convertirse en una realidad, podemos
la ética de mínimos, debe propiciarse apuntar, sin ánimo de ser exhaustivos,
que ante una problemática común que cuál puede ser la aportación religiosa al
afecta a toda la humanidad se pueda convivir en sociedad. Así, las tradicio-
aprovechar todo el potencial que las di- nes religiosas pueden ayudar a:
ferentes tradiciones religiosas y cultura-
les llevan dentro. Se trataría de actuar no 3.8.1. Educar en las actitudes éticas
tanto pensando en aquello que las une a democráticas fundamentales
todas, como operando desde la diversi- Las religiones pueden contribuir de for-
dad que las diferencia. ma eficaz a construir una cultura cívica
Es evidente que hay valores y prác- y democrática. La construcción de una
ticas que no son traducibles a una sin- sociedad democrática tiene mucho que
gularidad global pero que pueden ser vi- ver con “tener cuidado” de la recupera-
vidos de forma sinérgica, en función de ción del concepto de bien común, con
la participación en la solución de pro- todo cuanto comporta y con prestar
blemas comunes. Vigilando de no pro- atención a las necesidades de los otros,
piciar la hegemonía global de algún mo- a las necesidades reales de los conciu-
delo o visión de la realidad, para no caer dadanos32. Pensemos, por ejemplo, en el
en el etnocentrismo. trabajo de purificación interior, de auto-
Debería llevarse a cabo, pues, un in- control, disciplina y descentramiento de
tento multidimensional y global de uno mismo que las tradiciones religio-
complementariedad entre la unidad (éti- sas hacen con los seres humanos, y que
ca de mínimos común) y la diversidad los capacita por “estar presentes” en la
(aspectos diferenciales de cada tradi- realidad, o sea, para estar de forma ac-
24
tiva donde cada cual está, para vivir el la realidad, al reducir a mero objeto o
aquí y el ahora del presente con intensi- mercancía todo aquello que es humano,
dad. Mención especial nos merece algo y que ha penetrado en todas las esferas
tan importante como la educación de la de la vida34.
mirada, uno de los frutos de la vivencia El sistema de valores consumista se
religiosa. centra, pues, en el poseer, el gozar, el ga-
Esta capacidad de atención es una nar, el alcanzar el éxito, el aparentar an-
categoría religiosa que está especial- te los otros para no ser menos que ellos,
mente presente en el budismo zen y en y todo ello nos introduce en la sociedad
el cristianismo. La educación de la mi- de la simulación y la ostentación, ali-
rada favorece la puesta en marcha, por mentada por los medios de comunica-
parte de los dirigentes políticos, de una ción que pervierten el deseo y convier-
nueva política más sensible al bien co- ten la necesaria autonomía personal en
mún, que ponga en primer lugar al ser aceptación ciega de opiniones extrañas
humano y esté a su servicio, y que tam- (vivir al dictado de la moda)35. Es preci-
bién ayude a luchar contra la no-impli- samente detrás del estímulo del consu-
cación política y social y la baja capaci- mo donde se juega el modelo de vida y
dad de convivencia, otro mal de nuestro de persona.
mundo. El deseo de tener genera una actitud
Las tradiciones religiosas también cognoscitiva, ya que la realidad es vista
pueden hacer su aportación específica bajo el punto de vista del interés pose-
ante la necesidad de pasar de una liber- sivo. Todo es contemplado como un ob-
tad individualista a una libertad que, por jeto que se puede poseer y todo queda
amor, se hace responsable. El sujeto referido a la utilidad y el interés. Por ello
moral –individual o colectivo– sólo no tiene nada de extraño que el sujeto
puede construirse en el encuentro con el consumista sea un sujeto explotador y
otro y, por ello, podemos afirmar que la expoliador de la naturaleza y de los
ética, lugar de encuentro de un yo con otros, individuos, naciones o colectivos,
un tú, es el fundamento de la libertad al desconocer el valor del otro en sí mis-
que se hace responsabilidad33. mo y sólo verlo a partir de la utilidad o
satisfacción que le puede proporcio-
3.8.2. Educar en el consumo nar36. Ante esta exacerbación del indivi-
responsable dualismo egocéntrico, las tradiciones
religiosas pueden aportar su sabiduría
Asimismo, podemos constatar que sin en la contención del deseo y en una ma-
tener cuidado de la “mirada”, sin “edu- yor sobriedad de vida.
car” la atención, es imposible superar la
mayor forma de “distracción” colectiva
en la civilización occidental: el hecho de 3.8.3. Favorecer el diálogo a todos
centrarse en el consumismo y en el di- niveles
nero. Debemos evitar el predominio de Las religiones nos capacitan para el diá-
las relaciones comerciales en las accio- logo y la escucha, cuestión básica si
nes sociales, predominio cosificador de queremos alcanzar un consenso funda-
25
mental a partir de valores comunes, opi- consumista del Norte y la extrema po-
niones y normas reconocidas por todos breza del Sur38. En este sentido también
los seres humanos en el seno de sus res- es necesario subrayar las aportaciones
pectivas tradiciones culturales y religio- de las corrientes del llamado decreci-
sas. Por ello resulta cada vez más indis- miento. Éstas niegan que la justicia so-
pensable y urgente la creación de cial se pueda alcanzar con una economía
espacios nacionales y también transna- basada en el crecimiento exponencial y
cionales donde la diversidad cultural y la desmesura. No se trata, pues, ni de un
religiosa pueda dialogar para llegar a es- estado estacionario ni de un plantea-
te consenso. miento regresivo, sino de un verdadero
El diálogo hay que propiciarlo a to- nuevo paradigma de postdesarrollo, al
dos niveles, a nivel cultural y también a constituir una crítica radical al “de-
nivel interreligioso, entre las diferentes sarrollismo”39.
tradiciones religiosas y entre éstas y las La crisis ecológica que estamos pa-
tradiciones laicas37. En este sentido, de- deciendo puede ser ocasión propicia pa-
be tenerse presente que para poder ha- ra hacer el aprendizaje en el vivir de otra
blar colectivamente y con autoridad manera, recuperando esta justa medida
moral, las tradiciones religiosas tienen que reclama también la Carta de la
que saber discernir sus valores comu- Tierra, declaración de principios éticos
nes. Este mundo único necesita un ta- fundamentales y principios prácticos,
lante fundamental, pero al ser tan plu- que tiene por objetivo convertirse en có-
ral, ciertamente lo que no necesita es digo universal de conducta para guiar a
una religión o un ideal unitario, unifor- las personas y a las naciones hacia un
me para todos, ya que sería una pérdida desarrollo sostenible40.
de riqueza y potencialidades.
La propia globalización nos ha he-
cho tomar una renovada conciencia de
3.9. Los dos grandes ámbitos de que formamos parte de una misma es-
aportación de las tradiciones pecie que comparte, por otra parte, una
religiosas misma biosfera. Y aquí se pone en jue-
go otro aspecto importante que las reli-
3.9.1. La construcción de una cultura giones pueden ayudar a desarrollar: el
del tener cuidado y del respeto hacia cuidar; cuidar del ser humano y del eco-
el ser humano y su hábitat natural sistema para evitar el exceso de consu-
Las tradiciones religiosas pueden reali- mo y la destrucción del entorno. La cri-
zar valiosas aportaciones en la cons- sis social que padecemos está
trucción de una cultura del tener cuida- íntimamente ligada a la crisis ecológica,
do y del respeto hacia el ser humano y ya que ambas dañan a nuestra casa co-
de su hábito natural; ya que puede ca- mún, la Tierra, abren la puerta a la des-
pacitar a los seres humanos de autodo- trucción de los ecosistemas y hacen im-
minio y de descentramiento, dos actitu- posible la convivencia. Ambas tienen
des básicas en la construcción de una una misma raíz: «la crisis de la sensibi-
ética de la justa medida entre el exceso lidad y de la mirada de los humanos»41.
26
Es del diálogo entre las diferentes petuoso y no agresivo hacia la naturale-
tradiciones culturales y religiosas de za que «nos permite regenerar lo devas-
donde puede provenir el antídoto contra tado y atender celosamente lo que aún
el ansia devorador de la civilización oc- queda de la naturaleza, de la cual for-
cidental. Oriente tiene mucho que de- mamos parte y con la que compartimos
cirnos y que enseñarnos en este aspecto un destino común»43.
de cuidar y respetar toda la Creación y
en el control de las necesidades super- 3.9.2. La construcción de una cultura
fluas. No tenemos que olvidar que las de la paz
tradiciones religiosas orientales (hin-
duismo, budismo, y también religiones En un mundo tan lleno de violencia, nos
indígenas) ponen el acento en la armo- urge dar pasos hacia una cultura de la no
nía del ser humano y la naturaleza, violencia activa, capaz de transformar
mientras que las religiones de tradición las estructuras generadoras de violen-
semítica (judaísmo, cristianismo e is- cia. En este ámbito también las tradi-
lam) lo ponen en el ser humano y tien- ciones religiosas pueden aportar su va-
den a imponer su control sobre la natu- liosa sabiduría, porque para superar la
raleza. Las religiones y culturas violencia es preciso ir al corazón del ser
orientales tienen una visión más holísti- humano para pacificarlo y que así se
ca y equiparan al ser humano con el res- vuelva pacificador en las relaciones in-
to de seres vivos, acentuando la armo- terpersonales y sociales. El cultivo de la
nía y el equilibrio. espiritualidad es fuente de personas con
libertad interior, algo imprescindible si
Si hacer política es tener cuidado del
queremos asumir actitudes de no-vio-
pueblo y de sus necesidades y realizar
lencia activa, que implican un impor-
esto es hacer justicia42, podemos com-
tante trabajo anterior.
prender la importancia y el papel de las
mujeres en esta construcción de nuevos La solución de los problemas de la
paradigmas, así como las sensibilidades humanidad y del planeta pasa por pro-
que tiene que incorporar una nueva ma- piciar y privilegiar la fraternidad, ínti-
nera de hacer política. Éste cuidar fe- mamente relacionada con la paz. Por
menino entronca perfectamente con la ello la importancia de una experiencia
compasión tan típica de las tradiciones espiritual arraigada en los mensajes de
religiosas orientales, pero también con fraternidad de todas las tradiciones reli-
el Dios compasivo y benigno, con en- giosas, símbolo de la unión donde esta-
trañas de misericordia de quién habla el mos convocados por Aquél que es la
Antiguo Testamento, y con la manera de Fuente de toda Vida. En este sentido, la
ser y hacer de Jesús de Nazaret. religión expresa algunos de los más pro-
fundos sentimientos y sensibilidades de
La humanidad tiene que aliarse para los individuos y de las comunidades;
cuidar de la Tierra y unos de los otros. ahora bien, al mismo tiempo es porta-
Lo que puede hacer viable esta alianza dora de una profunda memoria históri-
es precisamente la sostenibilidad, o sea, ca y a menudo apela a solidaridades
tener un comportamiento benévolo, res- confesionales sin sentido crítico. Las re-
27
laciones entre las tradiciones religiosas de una globalización tan asimétrica.
y el diálogo interreligioso tienen por ob- Asimismo, también tiene que ver con la
jeto evitar este mal uso de la religión y construcción de puentes que derriben
dar oportunidades a los creyentes de ser los muros de nuestras culturas y de
agentes de curación y reconciliación. El nuestras tradiciones y hacerlas, así, más
anhelo de paz es un componente muy permeables, ya que todos somos veci-
importante en la dimensión espiritual en nos en una aldea global y tenemos que
todas las tradiciones religiosas. convivir pacíficamente si queremos sa-
El fomento de una cultura de la paz lir adelante como humanidad. Por ello
está estrechamente enlazado con la es preciso recorrer el camino del miedo
apuesta por la solidaridad, tan necesaria hacia la confianza. Porque el miedo es
en un mundo dividido, desigual y frag- un mal aliado y genera afirmaciones
mentado como el de hoy y en el marco identitarias que excluyen a los de fuera.
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El diálogo entre las diferentes tradiciones religiosas y también con las tradicio-
nes laicas se nos muestra hoy necesario y urgente para romper estereotipos y para no
criminalizar al desconocido. Las migraciones económicas han hecho y están ha-
ciendo que muchas personas de diferentes religiones convivan en la sociedad y es-
to, en lugar de ser visto como un problema, puede ser vivido como una oportunidad
para promover un conocimiento más profundo de las otras religiones, que redunda
en beneficio de la profundización en la propia. La humanidad tiene que aprender a
vivir identidades relacionales en lugar de cerrarse en identidades aisladas. Por otra
parte, es más importante que nunca esforzarse a nivel mundial para impedir la pola-
rización entre comunidades religiosas. El compromiso interreligioso en los conflic-
tos puede ser una contribución esencial a la construcción de la paz y a la reconcilia-
ción allí donde haya estallado el conflicto. Construir la paz con justicia tiene que
convertirse en una estrategia mundial por parte de todo el mundo, porque el destino
de unos es el destino de todos.
Las tradiciones religiosas pueden interpelarse, enriquecerse, fecundarse recípro-
camente, ayudarse a caminar desde los últimos y con los últimos, desde la austeri-
dad solidaria capaz de contener los deseos posesivos del ser humano, haciendo po-
sible, así, la construcción de una tierra de todos. Los encuentros con otras tradiciones
ayudan a tomar conciencia del significado de una humanidad común “ante Dios”,
compañeros todos en la investigación de la plenitud de la Verdad.
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NOTAS
1. Ricardo PETRELLA, «La desposesión del de los países pobres. O el hecho que la fortu-
Estado», Le Monde Diplomatique, 29-IX- na de sólo tres personas supere el PIB de los
1999. 48 países más pobres del mundo, donde viven
2. Andreu MARQUÉS, Contribución a una crítica 600 millones de personas.
filosófica del economicismo, Lección inaugu- 6. Todo parece indicar que los Objetivos de
ral del curso académico 2000-2001, Desarrollo del Milenio (ODM) –erradicar la
Barcelona, Facultad de Teología de Catalunya, pobreza extrema y el hambre; conseguir la
2000, pág. 53. educación primaria universal; promover la
3. M. Dolors OLLER I SALA, Un futuro para la igualdad entre géneros y la autonomía de la
democracia. Una democracia para la gober- mujer; reducir la mortalidad infantil; mejorar
nabilidad mundial, Barcelona, Cristianisme i la salud materna; combatir el VIH/SIDA, el
Justícia, 2002, Quadern 115. También, Gurutz paludismo y otras enfermedades; garantizar la
JÁUREGUI, La democracia planetaria, Oviedo, sostenibilidad del medio ambiente; fomentar
Ediciones Nobel, 2000, pág. 60. una Asociación Mundial por el Desarrollo– a
4. Integrada por ONGs de gran importancia, la cual se comprometieron los 191 estados
desde Greenpeace, Amnistía Internacional o miembros de las Naciones Unidas, así como
Intermón-Oxfam a, por ejemplo, World Wild las instituciones de desarrollo más importan-
Life-ADENA. También forman parte de la tes del mundo, en la Asamblea General que se
sociedad civil mundial las nuevas élites ilus- celebró el septiembre del 2000, no se podrán
tradas internacionales, integradas por políti- conseguir para la fecha prevista, el 2015, de
cos, funcionarios civiles, empresarios, ejecuti- seguir la tendencia actual. El último Informe
vos, expertos, etc., que se mueven en el marco sobre Desarrollo Humano (PNUD 2006) seña-
de organismos intergubernamentales. la que 1.200 millones de personas viven en el
5. Es un escándalo que 225 personas posean una mundo con menos de un dólar diario.
riqueza superior a los recursos económicos 7. La hegemonía de las políticas neoliberales ha
anuales de 2.600 millones de seres humanos hecho que, en el terreno ideológico, se consi-
29
dere hoy, como única posibilidad realista, 13. Federico MAYOR ZARAGOZA y Jerôme BINDÉ,
aquello que defienden dichas políticas, impo- Un mundo nuevo, Barcelona, Centre Unesco
niéndose de esta manera el llamado pensa- de Catalunya, 2007, pág. 27 y ss.
miento único que justifica el statu quo y 14. Los movimientos del Foro de Porto Alegre
refuerza, de hecho, a las grandes empresas luchan por una globalización alternativa; con-
transnacionales Ver, al respecto, M. Dolors sideran que el patrimonio común de la huma-
OLLER I SALA, «Democracia: presente oscuro, nidad está constituido por un conjunto de
futuro posible», en José SOLS y otros, Aldea bienes universales que de ningún modo pue-
global, justicia parcial, Barcelona, Centre den ser mercantilizados, privatizados. Esto
d’Estudis Cristianisme i Justícia, 2003; tam- nos recuerda el gravamen social que pesa
bién, de la misma autora, Un futuro para la sobre la propiedad según la Doctrina Social de
democracia... la Iglesia, y que se fundamenta en la experien-
8. La economía global, que depende en última cia de que sólo Dios es el verdadero propieta-
instancia de los mercados financieros, ha pro- rio de los bienes de este mundo, siendo nos-
vocado graves crisis en importantes zonas del otros sus administradores y teniendo que lle-
planeta (México, 1994; Indonesia, 1977), gar éstos a toda la humanidad.
hecho que plantea la urgente necesidad de 15. Ver, entre otros, Arcadi OLIVERAS, Otro
regular el capitalismo global, a fin de poner mundo, Barcelona, Angle, 2006, donde el
los mercados financieros al servicio del creci- autor considera que no sólo otro mundo es
miento económico de los países del Sur. posible, sino también que es necesario ante las
9. Ver Joseph E. STIGLITZ, El malestar en la glo- injusticias sociales y la degradación ambien-
balización, Madrid, Taurus, 2002; y también tal.
Toni COMÍN, Autoridad mundial para un lide- 16. Ver Gurutz JÁUREGUI, La democracia en la
razgo planetario, Barcelona, Cristianisme i encrucijada, Barcelona, Anagrama, 1994.
Justícia. 2005, Quadern 134. 17. Debemos, pues, conjugar los procesos y las
10. A principios de febrero, se ha presentado el experiencias locales –las de nuestro entorno–
Informe de Evaluación del Panel Interguber- con los análisis y las incidencias globales.
namental sobre Cambio Climático (IPCC) cre- 18. Así es como se podría poner freno al peligro-
ado por las Naciones Unidas. Los expertos, so unilateralismo que se ha abierto paso a par-
corroborando anteriores estudios, certifican la tir de la caída del Muro de Berlín, que consa-
amenaza que cae sobre el planeta debido a un gra la fuerza de una potencia hegemónica, los
cambio climático que es ya irreversible y que EEUU, en un sistema claramente unipolar.
en buena parte es causa del hombre. 19. Agustí COLOMINES I COMPANYS, «Religiones y
11. En los últimos años, el ecologismo de los diversidad, una de las formas de identidad cul-
pobres, surgido en numerosos países del Sur tural más potentes del mundo», Avui.
en torno a conflictos relacionados con la 20. Todo lo que es humano, incluso lo más excel-
comunicación y el suministro de agua, la so, se puede pervertir. Por ello la necesidad de
defensa de bosques, selvas y ríos ante la pene- no absolutizar nada.
tración de las grandes transnacionales del 21. Declaración sobre el papel de la religión en la
petróleo, gas, minería, madera, etc., ha con- promoción de una cultura de la paz (1994).
vertido la reclamación de dicha deuda en una 22. Para las reformas urgentes y a la vez plausi-
propuesta central de los Movimientos de justi- bles que se pueden hacer, ver, por ejemplo M.
cia global. Dolors OLLER I SALA, «Por una gobernabili-
12. Ver al respecto, M. Dolors OLLER I SALA, dad mundial con justicia», en Repensar la
«Identidades colectivas e idolatría: la absolu- Igualdad y la desigualdad social, Valencia,
tización de lo que nos hace ser», en José Frontera pastoral misionera, oct-dic. 2005.
Ignacio GONZÁLEZ FAUS y otros, Idolatrías de 23. Hoy podemos constatar que en las sociedades
Occidente, Barcelona, Centre d’Estudis Cris- del Primer Mundo se valora la cuestión reli-
tianisme i Justícia, 2004. giosa en términos más existenciales, más allá
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de las instituciones y los dogmas y esto, en el ponerse de acuerdo, pero los acuerdos a que
este sentido, es esperanzador. se llegue serán siempre parciales, porque res-
24. Xavier MELLONI, Los ciegos y el elefante. El ponderán sólo al pensamiento de determina-
diálogo interreligioso, Barcelona, Cristianis- dos grupos culturales.
me i Justícia, 2000, Quadern 97, pág. 6-8. 31. Sobre la necesidad de una ética común o míni-
Asimismo, puede consultarse OLLER, ma de carácter global y sus puntos débiles,
«Identidades colectivas...», pág. 104-105, ver, Joan CARRERA CARRERA, «Mundo global,
108-109. ética global» en SOLS y otros, Aldea global...,
25. Hemos extraído la distinción de Xavier pág. 146-152.
MELLONI, «El Diálogo Interreligioso» en 32. Robert BELLAH, The Good Society, New York
Investigación (Barcelona), 33 (noviembre, Vintage Books, 1992, pág. 254, citado por
2004), Framenors Caputxins de Catalunya i Pedro CODURAS, Discípulos y ciudadanos,
Balears, pág. 10 y ss. Barcelona, Cristianisme i Justícia, 1995,
26. Hoy, la laicidad se encuentra en una encruci- Quadern 68, pág. 4.
jada: o se transforma o no podrá afrontar los 33. Tal y como señala Paul Ricoeur, citado por
nuevos retos que se le presentan manteniendo Juan M. ARTADI, Razón económica y razón
el carácter emancipador originario que, de ética, Madrid-Santander, Cuadernos Fe y
hecho, ha ido perdiendo a medida que el siste- Secularidad, 1990, pág. 17.
ma socio-político y económico ha ido evolu- 34. MARQUÉS, Contribución, pág. 26. Ver tam-
cionando. Debe, pues, repensarse como laici- bién, Juan CUETO, La sociedad de consumo de
dad intercultural, concebida como una laici- masas, Barcelona, Salvat, 1981.
dad incluyente, patria común del pluralismo, 35. Podríamos decir que al ser humano se le con-
que descubra que también la esfera política sidera “nacido para consumir” en “el gran
necesita una responsabilidad moral, que nace almacén de la sociedad”; ver en este sentido,
en el interior del corazón de cada persona y J. Mª MARDONES y Rafael AGUIRRE, «El hom-
que para los creyentes tiene mucho que ver bre y la Sociedad de consumo ante el juicio
con el Trascendente. Hay que tener en cuenta, del Evangelio», Aquí y Ahora (Santander), 1
por ejemplo, que al privatizarse la fe cristiana (1989), Sal Terrae, pág. 9.
se pervierte y pierde su capacidad de unir a las 36. Esta visión posesiva del mundo se convierte
personas y de generar fraternidad. así en la manera “natural” de vivir y relacio-
27. En este sentido, los fundamentalismos son una narse en la sociedad consumista. Ver
perversión de las religiones. En ellos, el ser MARDONES y AGUIRRE, «El hombre...», pág. 9-
humano es considerado como un instrumento, 11.
no una finalidad en sí mismo. 37. El diálogo interreligioso tiene que adoptar
28. Hans KÜNG, Proyecto de una ética mundial, diversas formas: así, diálogo de la vida, codo
Barcelona, Planeta-De Agostini, 2004, pág. 9. a codo, cooperando personas de diferentes
29. La Declaración fue preparada en Tubinga y religiones en una tarea común; diálogo entre
fue presentada en Chicago por un comité de las diferentes teologías, diálogo entre las dife-
redacción del “Consejo” del Parlamento de rentes experiencias religiosas...
las religiones del mundo. Allí se le añadió una 38. Ver, Ramón ALCOBERRO, «Leonardo Boff:
introducción elaborada a partir de la Una Ecología de la Liberación para el tercer
Declaración, a fin de ofrecer un breve resu- milenio», USERDA (Suplemento de El
men para darla a conocer (http://- Triangle), marzo 2006.
www.audir.org); también, Hans KÜNG, Karl- 39. Ver en este sentido el artículo de Santiago
Josef KUSCHEL (ed.), Declaración del VILANOVA, «Decrecimiento o caos», Avui, 9-
Parlamento de las Religiones del mundo, XII-2006. Consultar también la www.unasola-
Barcelona, Trotta, 1994. terra.org.
30. Al contrario, si participan pocos en el consen- 40. Los principios de la Carta de la Tierra refle-
so, el diálogo será más fácil y también lo será jan consultas internacionales hechas durante
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un largo periodo de tiempo, con aportaciones organizaciones de todo el mundo. Para con-
y debate de ONGs, grupos comunitarios, sultar el texto, veáse www.cartadelatierra.org.
sociedades profesionales, expertos internacio- 41. Ramon ALCOBERRO, «Leonardo Boff: Una
nales en diversos campos, etc. El texto comen- Ecología...»; consultar www.alcoberro.info.
zó a gestarse en la Cumbre de Río de Janeiro 42. Leonardo BOFF, ¿Qué ética va a prevalecer?,
de 1992. Así, ha sido modelada tanto por 13-X-2006, www.servicioskoinonia.org.
expertos como por representantes de las 43. L. BOFF, «Carta de la Tierra ¿nuevo reencanta-
comunidades de base. Contó con la participa- miento del mundo?», artículo enviado el 16-
ción de miles de individuos y centenares de XII-2005, ver www.servicioskoinonia.org.
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