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CONSTRUIR LA CONVIVENCIA

EL NUEVO ORDEN MUNDIAL Y LAS RELIGIONES

M. Dolors Oller i Sala

EL SURGIMIENTO DE UN NUEVO IMAGINARIO DE LA SOCIEDAD


Y DEL MUNDO .................................................................................... 5
1. EL MUNDO QUE HEMOS CONSTRUIDO: UN MUNDO DESIGUAL,
VIOLENTO Y NO SOSTENIBLE ............................................................... 7
2. REPENSAR EL MUNDO O LA CONSTRUCCIÓN DE LA CASA COMÚN .............. 13
3. LA APORTACIÓN DE LAS TRADICIONES RELIGIOSAS ................................... 17
M. Dolors Oller i Sala es doctora en Derecho por la Universitat de Barcelona, profesora de
Moral Social en el Institut de Ciències Religioses de Barcelona (ISCREB) y
profesora colaboradora en el Departamento de Ciencias Sociales de ESADE
(URL).

INTERNET: www.fespinal.com • Dibujo de la portada: Roger Torres • Edita CRISTIANISME I


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ción, cancelación y oposición pueden dirigirse a la calle Roger de Llúria, 13 de Barcelona.
Este Cuaderno tiene su origen en la conferencia que
tuvo lugar el 12 de marzo de 2007 en Girona, en el marco
del curso “Creencias y Sociedad”, organizado por la
Fundación Caixa Girona y el Obispado de Girona en el
Centre Cultural de Caixa Girona-Fontana d’Or.

Por esta razón, el Cuaderno no incluye los aconteci-


mientos de las últimas semanas, y en especial la crisis
financiera mundial de septiembre de 2008. No obstante,
consideramos que mucho de lo que en el Cuaderno se
expone no solamente sigue siendo válido, sino más váli-
do aún después de estos acontecimientos que han con-
mocionado el panorama internacional.

Cristianisme i Justícia
Octubre 2008
EL SURGIMIENTO DE UN NUEVO IMAGINARIO DE LA
SOCIEDAD Y DEL MUNDO

Vivimos, sin duda, en una época de cambio histórico, inmersos en el


llamado proceso de globalización. La Tercera Revolución Industrial ha
provocado una redefinición en las relaciones de producción, de poder,
de experiencia en las sociedades, y ha afectado, de manera muy pro-
funda, a nuestra manera de vivir. Los avances científicos y técnicos,
especialmente en el terreno de la automoción, de la información y de la
comunicación, con sus consecuencias sobre los sistemas de produc-
ción, ocupación, mercado de trabajo y de la competencia internacional,
han hecho surgir un nuevo escenario social. Hoy se habla de un traba-
jo en red y de una nueva economía.

De hecho, todo este proceso es también fin de maximizar su utilidad individual,


profundamente excluyente y causa de y establecer las reglas de comporta-
muchas víctimas. Además, está hacien- miento.
do surgir un nuevo imaginario de la so- 2. El mercado es el modelo que per-
ciedad y del mundo, un nuevo escena- mite la optimización de las transaccio-
rio articulado en torno a cinco ideas nes. Este mecanismo se impone sobre el
1
motriz : de las cooperativas, el de las mutualida-
des, o el del propio estado. Así, podemos
1. Primacía del individuo contem- hablar de economía de mercado, pero
plado en su vertiente de consumidor y también de sociedad de mercado, consi-
productor en constante innovación. Un derándola como la forma natural de or-
individuo que usa una lógica utilitaris- ganización y regulación ciudadana.
ta, imbuída de razón instrumental, para 3. Es el mercado el que realiza la
interaccionar libremente con los otros a verdadera justicia social, mediante la
5
equidad. La sociedad de mercado es 5. El capital está en el origen del va-
considerada justa cuando permite que lor; es la medida de cualquier bien o ser-
cualquier individuo entre en competen- vicio, tanto material como inmaterial,
cia, dándole la posibilidad de asegurar- incluida la persona humana: reducida a
se su bienestar mediante sus iniciativas la calidad de “recurso humano”. El in-
y su creatividad. En virtud del principio dividuo ya no tiene valor si deja de ser
de equidad, un estado es justo si lleva a rentable, especialmente para el capital
cabo una política de acceso a la educa- financiero.
ción para todos, sirviendo cada vez más
el sistema educativo para la selección Éstos son los cinco grandes ejes
social. motrices de la nueva narración societa-
4. La empresa privada es la organi- ria en el marco de la globalización.
zación que, en la sociedad de mercado, Ahora bien, hay que tener en cuenta
garantiza mejor la coordinación de las que los procesos económicos de nues-
transacciones en la competencia y per- tra sociedad, generados por la globali-
mite la distribución más justa de costes zación, nos afectan incluso en nuestras
y beneficios en el mercado mundial. És- convicciones más íntimas, ya que «la
tas son, por otra parte, las organizacio- manera como vivimos depende en gran
nes que han sacado más provecho de las parte de los modelos económicos vi-
nuevas tecnologías, transformándose en gentes» y «nuestra manera de vivir
empresas-red que funcionan sobre es- afecta a nuestra manera de pensar y de
tructuras cada vez más horizontales y sentir»2. Este proceso supone el triun-
descentralizadas, responsabilizando a fo de la economía de mercado y sus le-
cada miembro de la organización y aten- yes sobre la política y su lógica del bien
tas a los intereses de todas las partes. común.

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1. EL MUNDO QUE HEMOS CONSTRUIDO: UN
MUNDO DESIGUAL, VIOLENTO Y NO SOSTENIBLE

El mundo de la globalización es un mosaico de redes. Los flujos que


emanan de ellas transportan informaciones y mercancías, ignoran las
fronteras haciendo entrar en crisis el principio de territorialidad y, con
él, el de soberanía. La lógica de la red –que se proyecta en áreas–
domina la lógica del territorio: los estados ven desplazado su protago-
nismo, tienen que compartir su poder y su capacidad de decisión con
otros actores que utilizan lógicas transnacionales. Aparece, así, un
marco de resolución de diferencias políticas, donde el bien común se
escapa cada vez más de la jurisdicción interna del Estado, planteando
retos de gobernabilidad a nivel planetario.

El Estado-nación ha quedado desborda- vas estructuras transnacionales en el


do, ya que cada vez surgen más proble- ámbito de la economía, la producción,
mas de dimensión transnacional que re- el trabajo, y también en el ámbito de di-
claman también soluciones con esta ferentes movimientos de defensa de los
lógica transversal, que va más allá de la Derechos Humanos, de lucha en favor
lógica interestatal. Por ejemplo, el cam- del medio ambiente o en favor del fe-
bio climático, las emigraciones que son minismo, movimientos pacifistas, etc.
consecuencia de la mala distribución de Todas estas nuevas organizaciones, tan
la riqueza mundial, el terrorismo global, heterogéneas, no sólo se configuran al
los problemas de mercado que sobrepa- margen de los estados, sino que se ca-
san la dimensión del Estado-nación, etc. racterizan también por su voluntad de
Para dar respuesta a esta situación, han llevar su actividad más allá del ámbito
ido surgiendo un gran número de orga- territorial estatal, haciendo emerger una
nizaciones transnacionales de diversa nueva política, que algunos llaman sub-
índole, y éstas han hecho aparecer nue- política transnacional y policéntrica que
7
rompe con el monocentrismo político insostenible que no garantiza a todo el
del tradicional orden estatal3. mundo los mínimos para vivir con dig-
Todo esto ha generado expectativas nidad. El resultado es una situación de
de profundización democrática –si desorden social global, que comprome-
pensamos en una Sociedad Civil mun- te la paz y la estabilidad mundial. En es-
dial, de carácter transnacional4–, pero te sentido, no podemos olvidar que la
también ha transformado las democra- paz está siempre vinculada a la garantía
cias en una especie de poliarquías: a de necesidades y condiciones mínimas
menudo no sabemos a quien podemos de vida, o sea, a unos derechos sociales
exigir responsabilidades ni como ejer- mínimos como el derecho a la educa-
cer un control efectivo del mismo po- ción, el derecho a la salud, el derecho al
der. Las estructuras estatales democrá- trabajo y a una vivienda digna, etc. Así,
ticas tradicionales no son las idóneas podemos hablar de una paz positiva,
para controlar poderes que ahora son más allá de la simple ausencia de la lu-
transnacionales. cha armada.
Si contemplamos el mundo en su Por una parte, el desarrollo de nue-
globalidad, nos llama la atención la fal- vas formas de organización política ha
ta de cambios, realmente importantes, provocado la aparición de un mundo
capaces de hacerlo más humano, más multilateralizado, pero por otra parte vi-
justo. Así, el gran problema de nuestro vimos momentos de un gran “desorden”
mundo continúa siendo la desigualdad. en el escenario internacional y de un es-
La globalización que estamos viviendo coramiento hacia el unilateralismo de
es profundamente selectiva: mientras una potencia hegemónica, los EEUU.
unos privilegiados se ven claramente Vamos peligrosamente hacia un sistema
beneficiados, las tres cuartas partes de unipolar, de pax americana, basado en
la humanidad se sienten afectadas y son estrategias de unilateralismo y ataque
víctimas de las inexorables leyes del preventivo para frenar el eje del mal,
mercado. Por consiguiente, el creci- mostrar la supremacía técnica y militar,
miento económico está perpetuando las asegurar la invulnerabilidad y la seguri-
desigualdades, que se han mantenido dad energética con el control de las re-
tanto entre los países como dentro de las giones clave (Golfo Pérsico, Mar
economías nacionales5. Las diferencias Caspio). Y todo ello, para combatir el te-
entre los estados son notorias en lo que rrorismo global que pone en riesgo la
concierne al acceso a la salud, a la edu- seguridad. Esta tendencia imperial –ya
cación y a las oportunidades de partici- lo hemos apuntado– contrasta con el pa-
pación social, política y económica6. norama, antes descrito, de difuminación
Dicho de otro modo, el mundo se está glo- del poder y de emergencia de una plu-
balizando al ritmo y a la manera deseada por ralidad de formas de poder que hacen
los grandes poderes económicos. pensar en un multilateralismo.
El modelo neoliberal de la globaliza- La situación que vive hoy la huma-
ción lo deja todo en manos de la diná- nidad es fruto de un gran número de in-
mica del mercado y genera un proceso justicias y “perversiones”.
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1.1. La perversión de la imponer a sus respectivas sociedades,
democracia y de la política pervirtiéndose, así, el sentido de la de-
mocracia.
El Estado Democrático de Derecho se
ha visto progresivamente reemplazado
por un Estado de Derecho Privado, re- 1.2. Las injusticias de los
ducido a un código de reglas que se le- mercados financieros
gitiman por su buen funcionamiento. Se
impone, así, la racionalidad instrumen- Uno de las principales características
tal y la política se convierte en geren- del capitalismo global es la libre circu-
cial: en las democracias actuales, los va- lación de capitales, que es especulativa,
lores del mercado adquieren un claro inestable y generadora de crisis desas-
predominio con sus leyes, que han acon- trosas para los países pobres. Los mer-
tecido prácticamente como único refe- cados financieros están dominados por
rente, ya que el modelo de conducta es los grandes capitales financieros, la
el de las estrategias empresariales que se gran banca, los grandes fondos de in-
mueven por el beneficio, dejando de la- versión. Trabajan por sus intereses,
do otros valores indispensables para la buscando maximizar su rentabilidad,
convivencia, como la gratuidad o el bien sin tener en cuenta las verdaderas ne-
común. De este modo, las exigencias de cesidades de los países en vías de des-
la competitividad se imponen a perso- arrollo, que tienen una economía que
nas y territorios7. depende de alguno de estos mercados8.
El proceso de globalización es mar-
cadamente asimétrico en otro punto: se
1.3. Unas relaciones económicas
ha producido una fuerte globalización
internacionales injustas
económica y, en cambio, una tímida glo-
balización política. Esto genera un des- El libre comercio, pilar fundamental de
equilibrio que provoca que las leyes de la globalización, no es una realidad pa-
la economía y del mercado pasen por de- ra todos: aunque los países en vías de
lante de las regulaciones de los estados desarrollo hayan abierto sus economías
y no encuentren obstáculos en regula- a los productos, tecnologías y capitales
ciones internacionales, prácticamente de los países desarrollados; estos últi-
inexistentes. Se ha roto el equilibrio en- mos actúan de forma proteccionista. El
tre estado democrático y mercado capi- Norte ha liberalizado todos los sectores
talista: hoy ya no es el estado el que mar- que le convienen en el marco de la
ca los límites a los mercados, sino que OMC, pero no los sectores que convie-
es el mercado global el que marca los lí- nen a los países en vías de desarrollo,
mites a la actuación del estado. El FMI, como por ejemplo el sector de la agri-
el BM, las Organizaciones de cultura. Por ello, el comercio, en la era
Cooperación y Desarrollo Económico de la globalización, es fuente de rique-
(OCDE), la OMC elaboran los marcos za pero al mismo tiempo excluye a mi-
políticos (el ajuste estructural) que des- llones de seres humanos que no pueden
pués los gobiernos locales tienen que competir en el mercado en condiciones
9
equitativas. A lo cual hay que añadir que dioambiental10. Afirman que los diver-
el marcado acento neoliberal de institu- sos imperialismos y colonialismos han
ciones como el BM, el FMI y la OMC generado una enorme deuda histórica
ha roto con sus orígenes, que fueron por el saqueo y expolio de los países del
keynesianos. Por ello estas instituciones Sur, decisivos para el proceso de acu-
son percibidas como los brazos ejecuto- mulación y enriquecimiento de diversos
res de las políticas de los países ricos y países del Norte. Esta deuda se conoce
de los intereses de las grandes transna- como Deuda Ecológica11.
cionales9.

1.5. La injusticia en el trato de las


1.4. El deterioro del medio diferentes culturas
ambiente y la generación de la
Resulta simplista la identificación unila-
injusticia ecológica mundial
teral entre globalización y homogenei-
La globalización neoliberal actual está zación cultural. Más bien la globaliza-
haciendo más profundas las agresiones ción se identifica con un proceso
al medio ambiente. Los diversos agen- heterogéneo y multidireccional donde se
tes económicos poco han tenido en hallan nexos entre lo global y lo local.
cuenta las consecuencias ecológicas de Por lo tanto, el proceso no suprime las
la producción y el consumo. Muchos identidades; las reubica. Ahora bien, la
países ricos consumen como si no hu- amenaza para las identidades culturales
biese un mañana. Desgraciadamente, el no hegemónicas proviene de la inexora-
pobre también sigue esta línea peligro- ble introducción de la lógica del merca-
sa, ya que reivindica y asume nuestro do mundial, también en la cultura.
modelo económico y nuestras pautas de Hecho particularmente grave para las
consumo. identidades culturales sin capacidad po-
La geografía del daño ambiental in- lítica para intervenir en el proceso. El pe-
dica que los países ricos contribuyen ligro está en que entonces aparezcan
más al deterioro del medio ambiente, identidades reactivas que de forma in-
pero son los países pobres quienes su- cluso violenta se resistan a la uniformi-
fren más pérdidas de vidas y los riesgos dad cultural, proclamando su singulari-
de salud derivados de este deterioro. El dad. Es en este sentido que podemos
daño medioambiental y la preocupante hacer una lectura de los fundamentalis-
disminución de la biodiversidad no só- mos como tradiciones acorraladas.
lo amenazan la capacidad de vida y de Lo que se pone en juego es la sufi-
alimentación de los habitantes del pla- ciencia y la idoneidad de los mecanis-
neta, sino que también hipotecan la vi- mos de democracia liberal para hacer
da de generaciones futuras. Por ello, los frente al reto de sociedades cada vez
Movimientos Sociales Ecologistas rela- más multiculturales, en gran parte a tra-
cionan la protección de la vida y la sos- vés de los flujos migratorios12. Debemos
tenibilidad del desarrollo con el tema de recordar que el reconocimiento de las
la justicia y hablan, así, de justicia me- identidades es en primer lugar, y como
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condición sine qua non, un problema de que tienen en instituciones como el BM,
justicia entre grupos, de igualdad en el el FMI, la OMC, etc.
acceso al poder, en la toma de decisio- –Con la introducción de las nuevas
nes y en la distribución de resultados y tecnologías, el poder estatal también se
riqueza. El multiculturalismo plantea, muestra incapaz de controlar los medios
pues, problemas de acceso y participa- de información y comunicación de los
ción política, económica y cultural de que depende la opinión pública.
los diferentes grupos sociales y, en par- –Los estados tienen dificultades pa-
ticular, de aquéllos que no consiguen ra afrontar realidades desterritorializa-
igual integración en la distribución del das que sobrepasan sus límites, como la
poder y de la riqueza, debido a su dife- criminalidad organizada, la seguridad
rencia cultural, real o presunta. mundial o los problemas relacionados
con la ecología y el medio ambiente.
1.6. Un desgobierno global –Bajo el punto de vista jurídico in-
ternacional cobra enteros el concepto de
Son numerosos los ámbitos en los cua- ingerencia humanitaria de estados o
les el estado va cediendo posiciones en grupos de estados dentro del ámbito te-
favor de los nuevos actores de la glo- rritorial de otros para preservar los
balización. Todos ellos son ámbitos Derechos Humanos. Debe mencionarse
que exigen la adopción de medidas también la creación de un Tribunal o
que superen el ámbito territorial es- Corte Penal Internacional para juzgar
tricto de los diversos estados, y que de- crímenes contra la humanidad, que abre
mandan acciones concertadas de ca- la puerta a la extraterritorialidad de cier-
rácter transnacional. El Estado-nación tos delitos.
tradicional se ha hecho, como afirmó
hace ya unos años D. Bell: «demasia- En la sociedad red, los estados for-
do pequeño para los problemas gran- man parte de un sistema más complejo
des y demasiado grande para los pro- en el cual conviven con organizaciones
blemas pequeños». interestatales e internacionales. Esta di-
versificación del poder no ha hecho si-
–El Estado no puede determinar li- no dificultar la exigencia de responsabi-
bremente en el campo económico –y de lidades y de control efectivo del mismo
rebote en el campo social– ya que su fu- poder. Ante este desgobierno global,
turo se encuentra influido por la diná- nos urge buscar formas de gobernar es-
mica impuesta por la economía mundial ta complejidad.

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2. REPENSAR EL MUNDO O LA CONSTRUCCIÓN DE LA
CASA COMÚN

Sin duda vivimos un momento de crisis, un momento idóneo para


preguntarse qué tipo de sociedad y de mundo queremos construir.
Momento, en definitiva, en el cual se nos exige la lucidez necesaria
para saber percibir las posibilidades emergentes que podemos encon-
trar en la realidad presente. Las crisis son, pues, un toque de atención
para cambiar de rumbo y edificar un mundo sobre otras bases.

El proceso de globalización actual no con los otros y sobre todo la capacidad


ha hecho otra cosa que poner en evi- de saber descubrir en todo momento la
dencia de una forma nítida que todos es- emergencia de lo que es nuevo y, a la
tamos situados dentro de una red de re- vez, plausible. Es el momento de ser lú-
laciones y que no hay una pieza clave cidos y creativamente atrevidos.
que haga funcionar el sistema, sino mu-
chas piezas que tienen que ser conside-
radas de forma complementaria y si- 2.1. Edificar el mundo sobre
otras bases
multánea. Eso quiere decir que tenemos
que evitar caer en la tentación de buscar Deberían ponerse en marcha cuatro
soluciones fáciles, simplificadoras de nuevos contratos sociales13, pilares de
los problemas y retos que tenemos. Por una nueva concepción del gobierno de
ello la necesidad de buscar un nuevo pa- la globalización desde una perspectiva
radigma para comprender la realidad, democrática. Estos cuatro contratos so-
una racionalidad diferente, trenzada por ciales son: un contrato social para erra-
las iniciativas, la cooperación, el senti- dicar la pobreza; un contrato natural pa-
do de la responsabilidad, la capacidad ra conservar el medio ambiente; un
de relacionar unas cosas y fenómenos contrato cultural para conseguir una
13
educación para todo el mundo a lo lar- Una justicia que manifieste una actitud
go de toda la vida; y un contrato ético global del ser humano en su relación
que vuelva a dar sentido y perspectiva a consigo mismo, con los otros –tanto
la aventura humana. personas como pueblos–, con la natura-
Para que pueda tener éxito esta em- leza y, si es creyente, con Dios. Una jus-
presa de erradicar la pobreza severa, ticia que fecunde una libertad concebi-
conservar el medio ambiente y hacer da como “libertad para”, no sólo como
llegar la educación a todo el mundo, es “libertad de”, porque si sólo se da la se-
especialmente importante articular una gunda, la libertad personal acaba en des-
nueva arquitectura planetaria que sirva amor y en injusticia y, por ello, una li-
para gobernar con justicia la globaliza- bertad que sólo puede tener realización
ción. Debemos apostar por un sistema plena en su dimensión social14.
internacional consensuado, alejado de
todo unilateralismo, con redes de trata-
miento de las grandes cuestiones mun- 2.1.2. Hacia una nueva concepción
diales. del desarrollo
Pero no basta con la creación de ins- Cuando el desarrollo sólo se define en
tituciones y normas: adquiere vital im- términos de crecimiento económico ge-
portancia el ámbito de los valores. Es nera una insana dependencia destructi-
preciso tener presente que la ética pro- va en el aprovechamiento de recursos
porciona referentes, sentido, y que tam- naturales, que los países política y eco-
bién se muestra del todo necesaria para nómicamente poderosos llevan a cabo
abordar el reto de repensar los modelos en los países pobres. Por ello, tenemos
políticos, económicos y sociales que te- que pasar:
nemos.
Si las patologías que hemos detecta- – Del bienestar a la justicia. El tra-
do en nuestro mundo hacen referencia a bajo para una sociedad y un mundo más
la desigualdad, al daño medioambiental humanos tendría que poner el acento
y a la violencia, si queremos sobrevivir más en la equidad y la justicia que en el
debemos trabajar para encontrar los an- bienestar o incluso que en la calidad de
tídotos. Y estos antídotos se nos mues- vida. Es necesario que la lógica econó-
tran con una claridad meridiana: la jus- mica se ponga al servicio del hombre y
ticia, un desarrollo realmente sostenible, de sus necesidades reales, posibilitán-
una cultura de la paz que ayude a ges- dole ser en relación con los otros. Ha lle-
tionar y solucionar los conflictos. gado la hora de apostar por vivir
una”solidaridad ascendente”, llamada
también “solidaridad para el reconoci-
2.1.1. Hacia una nueva concepción miento”, que no consiste en repartir en-
de la justicia
tre “los menos iguales” el excedente de
Hemos de tener una visión más amplia los “más iguales”, sino en organizarlo
de la justicia, que presuponga evidente- todo desde los derechos y las necesida-
mente la justicia distributiva y también des de los menos iguales, de los más dé-
la conmutativa, pero que vaya más allá. biles.
14
– De la dependencia de unas zonas así como avanzar hacia una cultura de
del planeta a la verdadera interdepen- la moderación y del límite.
dencia. Si desde tiempos remotos siem-
pre hemos funcionado de manera frag- 2.1.3. Hacia una justicia cultural
mentada, centrados en intereses y global y de diálogo de civilizaciones
prácticas individuales o practicando el
etnocentrismo, ya va siendo hora de Nos es cada vez más necesario saber en-
profundizar el encuentro entre conti- contrar el difícil equilibrio entre demo-
nentes, culturas, religiones, y así apren- cracia e identidad cultural, Derechos
der unos de los otros. Tenemos la nece- Humanos y el derecho a la diversidad
sidad de introducir la redistribución, no cultural, visto como riqueza a compar-
ya de renta, sino de investigación de la tir. Y también impulsar un diálogo de ci-
complementariedad de esfuerzos para vilizaciones con carácter de igualdad,
hacer del mundo el hogar de todos, una en el seno del cual debería tener un pro-
casa común. tagonismo importante el diálogo interre-
ligioso. Sólo así podrá salvaguardarse
– Del consumismo incontrolado y
realmente la diversidad cultural. Y al
depredador a una ética de lo que es su-
mismo tiempo esto ayudará a vivir con
ficiente o de la moderación. Nuestras
densidad ética y a impulsar una cultura
sociedades están sumidas en la cultura
de la solidaridad que vincule nuestra vi-
del individualismo posesivo y de un
da a la de los otros.
consumismo potenciado por los recla-
mos publicitarios. Se impone, pues, una
moderación en el consumo. Conviene 2.1.4. De la cultura de la violencia
recordar las palabras proféticas de hacia la cultura de la paz como base
Gandhi: «Tenemos que aprender a vivir de una convivencia justa y humana
más sencillamente, para que los otros Las estrategias de prevención de con-
sencillamente puedan vivir». He aquí el flictos tendrían que ocupar un lugar cen-
gran reto para el siglo XXI, «la civiliza- tral en el quehacer de organizaciones
ción no consiste en multiplicar hasta el como la ONU, estrategias que también
infinito las necesidades humanas, sino deberían estar presentes cada vez más
en limitarlas deliberadamente a aquello en la política y las relaciones entre los
esencial». diferentes estados. Del mismo modo,
– De la indiferencia ecológica a la deberían invertirse esfuerzos en la cons-
justicia ecológica. No se puede repensar trucción de una paz positiva, más allá de
el combate contra la desigualdad al mar- la ausencia de conflictos armados, ga-
gen del impacto que puede tener en los rante de unos mínimos existenciales pa-
equilibrios ecológicos: la justicia ecoló- ra todos y del respeto a los Derechos
gica implica una relación adecuada con Humanos, con lo cual el mundo ganaría
el medio ambiente, y ésta no se puede en seguridad. La no violencia es el ver-
dar en un mundo injusto. Es urgente dadero fundamento de la vida comuni-
promover una ética de lo suficiente que taria y el medio más adecuado para la
ayude a sentirse satisfechos con menos, resolución de los conflictos.
15
2.2. Un nuevo orden internacional triarcalismo presente en las diversas
alternativo al actual culturas.
Transitar por los caminos anteriores da Todo esto comporta una gran res-
lugar y exige un orden internacional ponsabilidad que exige llevar a cabo un
muy diferente al que peligrosamente se nuevo paradigma de entendimiento, de
ha ido diseñando a partir del derrumbe cooperación y de integración política,
del mundo bipolar, fruto de la Guerra económica y cultural. Y por ello es tan
Fría. importante poner las bases de una nue-
Este nuevo orden mundial debería va arquitectura mundial, capaz de go-
tener las características siguientes: bernar la globalización teniendo en
cuenta todos estos criterios15.
– Un orden mundial que fomente la
paz y, por lo tanto, un orden necesitado
de unas sociedades que apoyen el fo- 2.3. Globalizar la democracia
mento de la paz y de la resolución pací- para gobernar la globalización
fica de los conflictos.
La construcción de una globalización
– Un orden mundial ecológico, y por
alternativa sólo será posible con una
ello necesita de seres humanos sensibles
nueva arquitectura política de gobierno
ante las necesidades de los otros, de la
de la globalización, que impulse una go-
naturaleza y de todo ser vivo.
bernabilidad mundial justa y eficaz16.
– Un orden mundial que tenga más
De lo que se trata, en definitiva, es
de verdadera comunidad mundial que
de globalizar la democracia porque no
de sociedad internacional, para que se podemos vivirla sólo “de puertas hacia
consiga fijar un núcleo de normas bási- adentro”, si el mundo no está estructu-
cas aceptadas por todos los actores de la rado ni regido democráticamente.
escena internacional, encaminadas a Tendríamos que construir un sistema de
que todos los seres humanos gocen de gobernación glocal17, concepto nuevo
los mismos derechos fundamentales y que se ha puesto de moda para hacer re-
de unas condiciones de vida dignas. ferencia a un sistema donde aquello que
– Un orden mundial plural que re- es global y aquello que es local no re-
conozca no sólo el pluralismo ideológi- sulta excluyente, sinó que más bien son
co sino también el pluralismo de cultu- dos caras de la misma moneda18. Ahora
ras, tradiciones y pueblos y que valore bien, esta nueva gobernación tampoco
la riqueza que eso comporta. debe ser una mera liga o coalición de es-
– Un orden mundial fraterno, donde tados, sino un verdadero poder de al-
las sociedades y los pueblos valoren en cance mundial que, si es democrático,
términos de igualdad la aportación de debe ser al mismo tiempo descentrali-
las mujeres, y se vaya superando el pa- zado y permeable a lo que es particular.

16
3. LA APORTACIÓN DE LAS TRADICIONES RELIGIOSAS

Afrontar los retos que tenemos planteados como humanidad hace


necesaria la colaboración de todos, sin excepciones. Si somos parte
del problema, también somos parte de la solución; esto debemos tener-
lo claro. Una realidad tan compleja como la nuestra necesita buscar
soluciones que no pueden ser fáciles sino muy complejas. Una parte
sustancial de esta complejidad viene dada por las diferentes visiones
de la misma realidad: nuestro mundo es multicultural, con seres huma-
nos y pueblos con raíces, creencias y paradigmas diferentes. Ante el
miedo y la inseguridad que causa esta diversidad, necesitamos ser
conscientes que la diversidad cultural es la única garantía de libertad.
Debemos recordar que «no es la libertad lo que asegura la diversidad,
sino que es la diversidad lo que hace que la libertad esté llena de ver-
dad.»19

3.1. ¿Por qué hay que contar con –no ajeno, por otra parte, a ninguna de
las religiones? las tradiciones20– que se muestra clara-
mente incompatible con planteamientos
¡Las religiones tienen mala prensa!
democráticos. Pero constatarlo no nos
Hablamos a menudo de culturas, pero
debe hacer pasar por alto la importancia
cuando de lo que se trata es de hablar de
de las religiones: son aún una de las for-
religiones lo evitamos, especialmente
mas de identidad cultural más potentes
cuando tenemos que hablar de su pro-
en el mundo y de las más capaces de
yección pública. Hay quién piensa que
movilizar a las sociedades. Sólo por
la identidad religiosa es una amenaza
ello, se merecen que les prestemos aten-
para la convivencia y la libertad y es evi-
ción. El peligro de caer en el fanatismo
dente que existe un fanatismo religioso
17
religioso no tendría que ser obstáculo demos decir que las tradiciones religio-
para valorar el papel positivo de las tra- sas forman parte de las estructuras so-
diciones religiosas en la cohesión so- ciales que cada grupo humano va cre-
cial, así como la posibilidad de ser, en ando. Desde esta perspectiva, las
según que contextos, verdaderos agen- religiones se tienen que entender, pues,
tes de cambio social, al ayudar a hacer como construcción social, y de ahí su
emerger una cultura del disenso, tan im- trascendencia pública, no sólo interior o
portante para transformar la realidad. de conciencia.
Culturas y religiones, además, no Es obvio, pues, que no podemos pa-
son realidades aisladas e independien- sar por alto el hecho religioso y su con-
tes. En toda sociedad humana se da una creción en las diferentes tradiciones.
interrelación entre elementos culturales Por ello, cuando defendemos la diversi-
y religiosos. «Cada cultura es en sí mis- dad cultural debemos defender también,
ma un universo, el cuál, sin embargo, no sin reservas, la libertad de creer en el he-
está cerrado. Las culturas proporcionan cho religioso (o de no creer en él). Sólo
a las religiones su lenguaje y las reli- si lo hacemos así, aseguraremos de ver-
giones ofrecen a cada cultura su signifi- dad la convivencia, imprescindible para
cado esencial», nos dice la UNESCO21, ser libres, la cohesión social o el ideal
y añade: «la paz no será posible si no re- de igualdad y, consecuentemente, la
conocemos el pluralismo y respetamos paz.
la diversidad».
Por ello, podemos decir que las reli-
giones son fenómenos socioculturales. 3.2. Necesitamos una perspectiva
Todas las culturas poseen unos compor- espiritual
tamientos religiosos, que son como el Asimismo, tenemos que tener en cuen-
alma de cada una de ellas. El hecho re- ta que los foros económicos y sociales
ligioso es algo que incumbe a todos los mundiales representan visiones impor-
miembros de un grupo o de una comu- tantes en orden a construir un mundo
nidad, independientemente que sean más justo22. Para solucionar los proble-
creyentes o no. Y esto es así porque las mas que tiene planteados la humanidad,
religiones forman parte de las culturas y urge también trabajar desde una pers-
las civilizaciones, siendo el hecho reli- pectiva espiritual, basada en el amor
gioso algo inherente a las formas de ágape, a fondo perdido, y en la compa-
pensamiento y a los comportamientos y sión universal. Es la percepción de la
prácticas del ser humano. unidad de todas las cosas y la sacralidad
La religión es un fenómeno cultural que impregna la existencia lo que nos
que proporciona al grupo humano unas puede aportar la fuerza necesaria para
pautas mentales, unos valores, unas ac- tener éxito en nuestro propósito de cons-
titudes y unos comportamientos; es un truir otro mundo, edificado sobre otras
hecho social que surge como exteriori- bases.
zación del proceso, mental y vital, co- Las religiones no pueden resolver
lectivo, del grupo. En este sentido po- por sí mismas los problemas ecológicos,
18
económicos, políticos y sociales de a) La religión se viva como expe-
nuestro mundo, pero sí que pueden con- riencia, en términos de espiritualidad
seguir lo que sólo con planteamientos más que en términos de moral heteró-
económicos, políticos y sociales no se noma23, a pesar de que la actuación ha-
puede conseguir: un cambio de menta- cia los otros, el comportamiento ético,
lidad, una metanoia, una transforma- se convierte en el test de calidad de la
ción del corazón humano mediante la propia vivencia. Las diferentes tradicio-
conversión a una nueva actitud vital que nes religiosas constituyen propiamente
pueda concretarse en nuevos estilos de una de las matrices del comportamien-
vida. Debemos pensar en las relaciones to ético, el núcleo de creencias, disposi-
humanas también desde la dimensión ciones, actitudes, que dan unidad, iden-
religiosa. tidad, sentido a las personas en su
De lo que se trata es de crear una ma- relación con los otros, con la realidad y
sa crítica que permita establecer nuevos con Dios mismo. Las tradiciones reli-
paradigmas. Es necesario hacer emerger giosas son altamente valiosas en la for-
la conciencia colectiva de la responsa- mación de una ciudadanía implicada en
bilidad individual y sustituir el egoísmo el quehacer social, pero para que eso sea
por el altruismo, la competitividad ex- así, deben vivirse en profundidad. Sólo
trema por la cooperación, el individua- así podrán dar lugar a éticas autónomas.
lismo por la solidaridad, el consumismo b) No se caiga en la tentación de
por la sencillez, el tener por el ser, el ma- apropiarse del Absoluto, buscado por to-
terialismo por la espiritualidad. das las religiones, lo cual las pervierte,
haciendo que su vocación universalista
esté permanentemente amenazada de
3.3. Un Dios de todos y de nadie convertirse en totalitarismo. Entonces,
Aunque las tradiciones religiosas se ex- en lugar de ofrecer las religiones como
presen mediante la sabiduría, el amor, la oportunidad para todo el mundo, éstas se
compasión y la vida de piedad, no son convierten en dominio sobre los otros.
inmunes a la locura, al pecado, a la mal- Se transforman así en ídolos que reclu-
dad. Las instituciones y tradiciones reli- yen y bloquean el dinamismo de la ex-
giosas han apoyado y apoyan a veces sis- periencia personal, en lugar de actuar co-
temas de opresión y exclusión, o han mo iconos del Misterio, que remiten
funcionado y funcionan como tales en su siempre más allá y abren al ser humano
interior. Pero a la hora de construir una a una realidad que siempre está por des-
convivencia más humana, podríamos se- velar, nunca poseída, sino más bien por
ñalar que las religiones son las entrañas la que debe dejarse poseer24.
trascendentes de las culturas y, como
trascendentes, tienen la posibilidad de ir
3.4. Religar, releer
más allá de la pertenencia, pues afectan
al sentido mismo de la vida. La religión La palabra religión proviene de dos po-
nos ayudará a convivir y afrontar los sibles fuentes y ambas hacen referencia
nuevos retos con la condición de que: clara no sólo a una experiencia interior,
19
sino también a la relación del individuo ter sagrado de la vida y la gratuidad de
con el grupo humano25. Proviene de: saberse don a entregarse gratuitamente.
En este sentido, pues, ayudan a tejer una
– Religare: religar, que quiere decir realidad no dual, en la cual hay una co-
crear vínculos, establecer vínculos; en nexión misteriosa de todo con todos,
primer lugar con lo que llamamos Dios, porque hay un soporte básico que nos
Realidad Última o Trascendente; en se- impulsa a la comunión desde la diversi-
gundo lugar, entre los seres humanos, y dad. Y también trabajan por la libera-
en tercer lugar con el mundo y la natu- ción y el descentramiento del yo, con-
raleza. Y en este sentido, cada religión duciendo a una empatía con el otro: la
integra creencias (en relación con Dios), experiencia religiosa si es auténtica,
códigos de comportamiento o vertiente nunca es individualista, sino relacional.
ética (en relación con el grupo humano)
Por ello, las diferentes tradiciones
y ritos (que ponen en relación con el
religiosas pueden favorecer hoy la revi-
mundo y la naturaleza).
sión del proceso globalizador para que
– Relegere: releer, interpretar el sea favorable a todo ser humano, nos
Misterio de Dios, el sentido de la vida y ayudan a caminar hacia el territorio de
de la muerte, el sentido de la existencia lo que es colectivo, donde se inicia re-
de cada cual, el porqué del mal, etc. almente la humanización. En su núcleo
Hacen inteligible y asumible a escala experiencial está el descubrirse en co-
humana el Misterio a pesar de que no munión con esta Realidad que nos des-
pueden –de ninguna manera– alcanzar- borda y que a la vez es inmanente a nos-
lo, pues siempre queda más allá de toda otros, realidad que nos da sentido y nos
interpretación. Y éste releer el Misterio posibilita realmente ser. Las religiones
nos hace percatar del nexo profundo con pueden, pues, facilitarnos el vivir la dia-
un mismo y con los otros, la naturaleza léctica entre unidad y diversidad, glo-
y el cosmos entero. balidad e identidad.
Las tradiciones religiosas son cami-
nos diversos para propiciar la experien-
3.5. Repensar la laicidad
cia de Dios y, vividas a fondo, como ex-
periencia, tienen en común la En el mundo de la globalización, en so-
transformación espiritual de las perso- ciedades cada vez más multiculturales
nas y su capacidad de generar santidad. y, por lo tanto, con más pluralidad reli-
Juegan un importante papel en la cohe- giosa en su seno, todo este pluralismo
sión de las sociedades y no a partir de cosmovisional empuja a las sociedades
unos mínimos sino a partir de unos má- democráticas a entrar inexorablemente
ximos dinámicos, siempre y cuando lle- en la lógica del pluralismo no sólo ide-
ve consigo la experiencia de un ológico sino también cultural. Y en este
Absoluto inmanipulable, inaprehensi- contexto, el ideal laico ya no puede ser
ble. Todas ellas contemplan al ser hu- la neutralidad ni la indiferencia, sino el
mano como valor absoluto y abren al reconocimiento de las tradiciones reli-
Misterio: hacen experimentar el carác- giosas como sabidurías que, enrique-
20
ciéndose unas con otras, hacen emerger el respeto absoluto al ser humano. Debe
lo que es verdaderamente humano. hacerse justicia a las religiones, no des-
Por ello, ante un laicismo que quie- figurarlas27.
re reducir la religión a un sentimiento
íntimo y privado de las personas y que
intenta esconder su dimensión social, 3.6. La propuesta de una ética
debe proclamarse la necesidad de nor- mundial
malizar el hecho religioso, asumiendo Se hace cada vez más evidente la nece-
su existencia y el carácter público de su sidad de gobernar toda esta complejidad
proyección. En este sentido, es preciso creciente. Por ello, la importancia de or-
tener clara la distinción entre la religio- ganizar un espacio público transnacional
sidad, entendida como encuentro perso- que ayude a hacer viable la democrati-
nal con Dios, y la religión, entendida co- zación de las relaciones internacionales
mo un hecho comunitario. Tenemos y la construcción de unas bases sólidas
planteado el reto de vivir la laicidad en para una gobernabilidad mundial.
el interior del pluralismo cultural, y re- Espacio donde las principales tradicio-
pensarla como laicidad intercultural, lo nes religiosas puedan mantener un diá-
que lleva a recrear la forma de presen- logo fecundo entre ellas y con otros ac-
cia pública del hecho religioso26. tores, sobre problemas comunes de la
Dentro de un perfecto juego demo- humanidad. Espacio público, en defini-
crático, las tradiciones religiosas pue- tiva, con capacidad para influir en el
den ayudar a la promoción de valores en proceso de toma de decisiones sobre
la sociedad civil y también en las es- cuestiones globales y donde se pueda
tructuras políticas. Las religiones son generar una ética común. En un mundo
factores importantes en la construcción tan complejo como el actual, todas las
de la vida social y pueden aportar su voces tienen que ser escuchadas; la to-
ayuda en la creación de una cultura cí- ma de decisiones no puede quedar re-
vica y en la formulación de una nueva ducida a la representación de los go-
moral pública dentro de los diferentes biernos de los estados. Hoy más que
países. También pueden ser considera- nunca, es necesario ejercer la corres-
das factores importantes para ayudar a ponsabilidad entre todos los actores de
una gobernabilidad mundial con justicia. la escena mundial. En este sentido, de-
De un modo u otro, la religión da bemos tener presente:
respuesta a las grandes cuestiones fun-
damentales del ser humano: las pregun- 3.6.1. La necesidad de unos estándares
tas sobre el amor y el sufrimiento, la cul- éticos mínimos a nivel planetario
pa y el perdón, la vida y la muerte. El Acuerdo sobre unos estándares éticos
ser humano aparece en el centro de to- mínimos que ayuden a orientar y regu-
das las religiones y en todas ellas es en- lar nuestras relaciones interpersonales y
altecido con una dignidad sin igual. Por las relaciones a nivel planetario entre
ello podemos decir que las tradiciones pueblos y culturas. Sin estos estándares
religiosas han vehiculado la dignidad y mínimos, la gobernación de la globali-
21
zación para que vayan llegando los be- criterios de comportamiento humano
neficios a todo el mundo no es más que presentes en las diferentes tradiciones
pura entelequia. religiosas son lo que daría la cohesión
Llegados a este punto de nuestra ex- necesaria y uniría a todos los pueblos y
posición es obligado hablar del trabajo culturas para afrontar nuevos retos pla-
que ya desde hace tiempo están reali- netarios y, a la vez, la condición de po-
zando diferentes colectivos de diversa sibilidad de un orden mundial perdura-
procedencia y que van en esta dirección. ble en el tiempo.
Mención especial merece la labor reali- Así, Hans Küng transforma la
zada por el teólogo Hans Küng, que par- Religión, o de forma más precisa, el in-
te de la siguiente base: dispensable diálogo interreligioso en
un ethos universal que no quiere decir,
– No puede haber paz entre las na- en cambio, una ética uniforme para to-
ciones sin paz entre las religiones. dos. Cuando habla de ética mundial se
– No puede haber paz entre las reli- refiere a un consenso social básico en
giones sin diálogo entre las religiones. relación con determinados valores, de-
– No puede haber diálogo entre las rechos y deberes fundamentales; con-
religiones sin unas normas éticas uni- senso que debe ser compartido por to-
versales. dos los grupos sociales, por creyentes
– No puede haber supervivencia pa- y no creyentes, por los miembros de las
ra nuestro planeta sin una ética de ca- diferentes naciones, religiones, filoso-
rácter universal, mundial28. fías y concepciones del mundo. En
otras palabras, este consenso social,
En 1993, en el II Parlamento de las que un sistema democrático no tiene
Religiones del Mundo celebrado en que imponer sino presuponer, no con-
Chicago, salió a la luz pública la siste en un sistema ético común, sino
Declaración hacia una ética mundial, el en una actitud ética común, o sea, un
autor de la cual fue precisamente Hans ethos –manera de comportarse– de la
Küng29, donde se formuló un catálogo humanidad, que no es una nueva ideo-
de normas éticas universales, basado en logía o superestructura, sino que enla-
los preceptos básicos de las grandes re- za entre sí los recursos religioso-filo-
ligiones y sistemas éticos no religiosos. sóficos comunes ya existentes de la
Ante la complejidad de los retos a afron- humanidad, sin imponerlos por ley
tar y la necesidad de hacer efectiva la desde fuera sino interiorizándolos de
corresponsabilidad desde los diferentes manera consciente.
frentes, la Declaración parte del hecho
que de la capacidad de movilización y
motivación de las religiones puede 3.6.2. Dos principios y cuatro normas
emerger una gran esperanza para el No sólo el Parlamento de las Religiones
mundo, a partir de una cooperación del Mundo, sino también la ONU, ha
mundial de todas ellas, que se concrete asumido ya como principios funda-
en criterios que constituyan la base de mentales, como base para una ética
una “ética mundial”. Precisamente estos mundial, que:
22
– Todo ser humano debe ser tratado bernar la complejidad de la globaliza-
de manera humana: debe respetarse la ción. Porque éstos irrenunciables éticos
vida y la dignidad humana, la indivi- nos remiten a la necesidad de una auto-
dualidad y la diferencia. ridad mundial que vele por su cumpli-
– Lo que no quieres que te hagan los miento.
otros, no se lo hagas tú a ellos. Todos Pero el problema que presenta toda
somos responsables de lo que realiza- ética de mínimos, también mundial, sur-
mos, de todas nuestras decisiones, ac- gida ésta del consenso social básico
tuaciones y negligencias, porque todas aportado por las tradiciones religiosas,
ellas tienen sus consecuencias. es determinar la manera de llegar a de-
finir estos mínimos de manera que pue-
Estos dos principios tienen que dan ser aceptados por todas las culturas
constituir una norma inamovible e in- y sistemas éticos. La base participativa
condicional para todos, familia, agrupa- para elaborar este consenso se convier-
ciones sociales, toda clase de razas, na- te, así, en un elemento clave.
ciones y religiones. Y sobre esta base,
Es evidente que cuanto más amplia
deben garantizarse cuatro normas indis-
sea la participación, más legitimación
cutibles:
tendrá la propuesta. Pero, al mismo
– El compromiso en favor de una tiempo, si es muy amplia, más difícil
cultura de la no violencia y del respec- será el consenso. Entonces, el resulta-
to a toda vida («no matarás»). do será siempre de contenidos excesi-
– El compromiso en favor de una vamente genéricos, abstractos, con la
cultura de la solidaridad y de un orden finalidad de incluir todas las sensibili-
económico justo («no robarás»). dades30. En el momento de concretarse
– El compromiso en favor de una posteriormente en legislación, podrá
cultura de la tolerancia y de una vida ve- ser interpretada de diversas maneras,
raz y un estilo de vida honrado («no según los parámetros culturales en jue-
mentirás»). go: o bien se decantará por una legis-
lación que sea adecuada a los plantea-
– El compromiso en favor de una mientos de un determinado grupo,
cultura de igualdad, de compañerismo país, nación, civilización, según la co-
entre hombre y mujer («no cometerás rrelación de fuerzas presente en la go-
adulterio»). bernación del escenario mundial; o
bien el consenso a que se podrá llegar
3.6.3. Las insuficiencias de un para el texto legislativo concreto será
consenso sobre los mínimos para tan mínimo que resulte insuficiente y
afrontar los retos que tenemos poco operativo para hacer frente a los
planteados como humanidad retos que tenemos como humanidad.
Estos mínimos éticos, comentados en el Por otra parte, en la obtención del con-
punto anterior, se hacen necesarios para senso se plantea también la cuestión de
poder legislar sobre problemas que las condiciones de igualdad entre los
afectan a toda la humanidad y para go- interlocutores, cuestión ésta imposible
23
de conseguir en un mundo tan des- ción). Sería ésta una forma de liberar to-
igual31. da la energía creativa y transformadora
Otro punto débil es que una ética mí- que contienen las diferentes tradiciones
nima puede dar lugar a una mentalidad religiosas –y también las diferentes cul-
de mínimos, normativista, cuando lo turas en su globalidad– para que la pu-
que se necesita hoy es poder ir, de for- diesen invertir en la búsqueda de mane-
ma voluntaria, más allá de los mínimos, ras de afrontar los nuevos retos.
porque sólo con el cumplimiento de es-
tos no basta para solucionar muchas de
las problemáticas actuales. En realidad, 3.8. ¿Cuál puede ser la
incluso para que estos mínimos lleguen contribución de las religiones a
a cumplirse, es necesario que los indi- la gobernabilidad mundial?
viduos vivan personalmente éticas de Teniendo en cuenta que nuestra socie-
máximos. dad y nuestro mundo no pueden cam-
biar hacia mejor si antes no cambiamos
la mentalidad de los individuos, y que
3.7. Apostar por la diversidad en las tradiciones religiosas están en una si-
torno a grandes problemáticas tuación privilegiada para que esto pue-
De forma paralela y complementaria a da convertirse en una realidad, podemos
la ética de mínimos, debe propiciarse apuntar, sin ánimo de ser exhaustivos,
que ante una problemática común que cuál puede ser la aportación religiosa al
afecta a toda la humanidad se pueda convivir en sociedad. Así, las tradicio-
aprovechar todo el potencial que las di- nes religiosas pueden ayudar a:
ferentes tradiciones religiosas y cultura-
les llevan dentro. Se trataría de actuar no 3.8.1. Educar en las actitudes éticas
tanto pensando en aquello que las une a democráticas fundamentales
todas, como operando desde la diversi- Las religiones pueden contribuir de for-
dad que las diferencia. ma eficaz a construir una cultura cívica
Es evidente que hay valores y prác- y democrática. La construcción de una
ticas que no son traducibles a una sin- sociedad democrática tiene mucho que
gularidad global pero que pueden ser vi- ver con “tener cuidado” de la recupera-
vidos de forma sinérgica, en función de ción del concepto de bien común, con
la participación en la solución de pro- todo cuanto comporta y con prestar
blemas comunes. Vigilando de no pro- atención a las necesidades de los otros,
piciar la hegemonía global de algún mo- a las necesidades reales de los conciu-
delo o visión de la realidad, para no caer dadanos32. Pensemos, por ejemplo, en el
en el etnocentrismo. trabajo de purificación interior, de auto-
Debería llevarse a cabo, pues, un in- control, disciplina y descentramiento de
tento multidimensional y global de uno mismo que las tradiciones religio-
complementariedad entre la unidad (éti- sas hacen con los seres humanos, y que
ca de mínimos común) y la diversidad los capacita por “estar presentes” en la
(aspectos diferenciales de cada tradi- realidad, o sea, para estar de forma ac-
24
tiva donde cada cual está, para vivir el la realidad, al reducir a mero objeto o
aquí y el ahora del presente con intensi- mercancía todo aquello que es humano,
dad. Mención especial nos merece algo y que ha penetrado en todas las esferas
tan importante como la educación de la de la vida34.
mirada, uno de los frutos de la vivencia El sistema de valores consumista se
religiosa. centra, pues, en el poseer, el gozar, el ga-
Esta capacidad de atención es una nar, el alcanzar el éxito, el aparentar an-
categoría religiosa que está especial- te los otros para no ser menos que ellos,
mente presente en el budismo zen y en y todo ello nos introduce en la sociedad
el cristianismo. La educación de la mi- de la simulación y la ostentación, ali-
rada favorece la puesta en marcha, por mentada por los medios de comunica-
parte de los dirigentes políticos, de una ción que pervierten el deseo y convier-
nueva política más sensible al bien co- ten la necesaria autonomía personal en
mún, que ponga en primer lugar al ser aceptación ciega de opiniones extrañas
humano y esté a su servicio, y que tam- (vivir al dictado de la moda)35. Es preci-
bién ayude a luchar contra la no-impli- samente detrás del estímulo del consu-
cación política y social y la baja capaci- mo donde se juega el modelo de vida y
dad de convivencia, otro mal de nuestro de persona.
mundo. El deseo de tener genera una actitud
Las tradiciones religiosas también cognoscitiva, ya que la realidad es vista
pueden hacer su aportación específica bajo el punto de vista del interés pose-
ante la necesidad de pasar de una liber- sivo. Todo es contemplado como un ob-
tad individualista a una libertad que, por jeto que se puede poseer y todo queda
amor, se hace responsable. El sujeto referido a la utilidad y el interés. Por ello
moral –individual o colectivo– sólo no tiene nada de extraño que el sujeto
puede construirse en el encuentro con el consumista sea un sujeto explotador y
otro y, por ello, podemos afirmar que la expoliador de la naturaleza y de los
ética, lugar de encuentro de un yo con otros, individuos, naciones o colectivos,
un tú, es el fundamento de la libertad al desconocer el valor del otro en sí mis-
que se hace responsabilidad33. mo y sólo verlo a partir de la utilidad o
satisfacción que le puede proporcio-
3.8.2. Educar en el consumo nar36. Ante esta exacerbación del indivi-
responsable dualismo egocéntrico, las tradiciones
religiosas pueden aportar su sabiduría
Asimismo, podemos constatar que sin en la contención del deseo y en una ma-
tener cuidado de la “mirada”, sin “edu- yor sobriedad de vida.
car” la atención, es imposible superar la
mayor forma de “distracción” colectiva
en la civilización occidental: el hecho de 3.8.3. Favorecer el diálogo a todos
centrarse en el consumismo y en el di- niveles
nero. Debemos evitar el predominio de Las religiones nos capacitan para el diá-
las relaciones comerciales en las accio- logo y la escucha, cuestión básica si
nes sociales, predominio cosificador de queremos alcanzar un consenso funda-
25
mental a partir de valores comunes, opi- consumista del Norte y la extrema po-
niones y normas reconocidas por todos breza del Sur38. En este sentido también
los seres humanos en el seno de sus res- es necesario subrayar las aportaciones
pectivas tradiciones culturales y religio- de las corrientes del llamado decreci-
sas. Por ello resulta cada vez más indis- miento. Éstas niegan que la justicia so-
pensable y urgente la creación de cial se pueda alcanzar con una economía
espacios nacionales y también transna- basada en el crecimiento exponencial y
cionales donde la diversidad cultural y la desmesura. No se trata, pues, ni de un
religiosa pueda dialogar para llegar a es- estado estacionario ni de un plantea-
te consenso. miento regresivo, sino de un verdadero
El diálogo hay que propiciarlo a to- nuevo paradigma de postdesarrollo, al
dos niveles, a nivel cultural y también a constituir una crítica radical al “de-
nivel interreligioso, entre las diferentes sarrollismo”39.
tradiciones religiosas y entre éstas y las La crisis ecológica que estamos pa-
tradiciones laicas37. En este sentido, de- deciendo puede ser ocasión propicia pa-
be tenerse presente que para poder ha- ra hacer el aprendizaje en el vivir de otra
blar colectivamente y con autoridad manera, recuperando esta justa medida
moral, las tradiciones religiosas tienen que reclama también la Carta de la
que saber discernir sus valores comu- Tierra, declaración de principios éticos
nes. Este mundo único necesita un ta- fundamentales y principios prácticos,
lante fundamental, pero al ser tan plu- que tiene por objetivo convertirse en có-
ral, ciertamente lo que no necesita es digo universal de conducta para guiar a
una religión o un ideal unitario, unifor- las personas y a las naciones hacia un
me para todos, ya que sería una pérdida desarrollo sostenible40.
de riqueza y potencialidades.
La propia globalización nos ha he-
cho tomar una renovada conciencia de
3.9. Los dos grandes ámbitos de que formamos parte de una misma es-
aportación de las tradiciones pecie que comparte, por otra parte, una
religiosas misma biosfera. Y aquí se pone en jue-
go otro aspecto importante que las reli-
3.9.1. La construcción de una cultura giones pueden ayudar a desarrollar: el
del tener cuidado y del respeto hacia cuidar; cuidar del ser humano y del eco-
el ser humano y su hábitat natural sistema para evitar el exceso de consu-
Las tradiciones religiosas pueden reali- mo y la destrucción del entorno. La cri-
zar valiosas aportaciones en la cons- sis social que padecemos está
trucción de una cultura del tener cuida- íntimamente ligada a la crisis ecológica,
do y del respeto hacia el ser humano y ya que ambas dañan a nuestra casa co-
de su hábito natural; ya que puede ca- mún, la Tierra, abren la puerta a la des-
pacitar a los seres humanos de autodo- trucción de los ecosistemas y hacen im-
minio y de descentramiento, dos actitu- posible la convivencia. Ambas tienen
des básicas en la construcción de una una misma raíz: «la crisis de la sensibi-
ética de la justa medida entre el exceso lidad y de la mirada de los humanos»41.
26
Es del diálogo entre las diferentes petuoso y no agresivo hacia la naturale-
tradiciones culturales y religiosas de za que «nos permite regenerar lo devas-
donde puede provenir el antídoto contra tado y atender celosamente lo que aún
el ansia devorador de la civilización oc- queda de la naturaleza, de la cual for-
cidental. Oriente tiene mucho que de- mamos parte y con la que compartimos
cirnos y que enseñarnos en este aspecto un destino común»43.
de cuidar y respetar toda la Creación y
en el control de las necesidades super- 3.9.2. La construcción de una cultura
fluas. No tenemos que olvidar que las de la paz
tradiciones religiosas orientales (hin-
duismo, budismo, y también religiones En un mundo tan lleno de violencia, nos
indígenas) ponen el acento en la armo- urge dar pasos hacia una cultura de la no
nía del ser humano y la naturaleza, violencia activa, capaz de transformar
mientras que las religiones de tradición las estructuras generadoras de violen-
semítica (judaísmo, cristianismo e is- cia. En este ámbito también las tradi-
lam) lo ponen en el ser humano y tien- ciones religiosas pueden aportar su va-
den a imponer su control sobre la natu- liosa sabiduría, porque para superar la
raleza. Las religiones y culturas violencia es preciso ir al corazón del ser
orientales tienen una visión más holísti- humano para pacificarlo y que así se
ca y equiparan al ser humano con el res- vuelva pacificador en las relaciones in-
to de seres vivos, acentuando la armo- terpersonales y sociales. El cultivo de la
nía y el equilibrio. espiritualidad es fuente de personas con
libertad interior, algo imprescindible si
Si hacer política es tener cuidado del
queremos asumir actitudes de no-vio-
pueblo y de sus necesidades y realizar
lencia activa, que implican un impor-
esto es hacer justicia42, podemos com-
tante trabajo anterior.
prender la importancia y el papel de las
mujeres en esta construcción de nuevos La solución de los problemas de la
paradigmas, así como las sensibilidades humanidad y del planeta pasa por pro-
que tiene que incorporar una nueva ma- piciar y privilegiar la fraternidad, ínti-
nera de hacer política. Éste cuidar fe- mamente relacionada con la paz. Por
menino entronca perfectamente con la ello la importancia de una experiencia
compasión tan típica de las tradiciones espiritual arraigada en los mensajes de
religiosas orientales, pero también con fraternidad de todas las tradiciones reli-
el Dios compasivo y benigno, con en- giosas, símbolo de la unión donde esta-
trañas de misericordia de quién habla el mos convocados por Aquél que es la
Antiguo Testamento, y con la manera de Fuente de toda Vida. En este sentido, la
ser y hacer de Jesús de Nazaret. religión expresa algunos de los más pro-
fundos sentimientos y sensibilidades de
La humanidad tiene que aliarse para los individuos y de las comunidades;
cuidar de la Tierra y unos de los otros. ahora bien, al mismo tiempo es porta-
Lo que puede hacer viable esta alianza dora de una profunda memoria históri-
es precisamente la sostenibilidad, o sea, ca y a menudo apela a solidaridades
tener un comportamiento benévolo, res- confesionales sin sentido crítico. Las re-
27
laciones entre las tradiciones religiosas de una globalización tan asimétrica.
y el diálogo interreligioso tienen por ob- Asimismo, también tiene que ver con la
jeto evitar este mal uso de la religión y construcción de puentes que derriben
dar oportunidades a los creyentes de ser los muros de nuestras culturas y de
agentes de curación y reconciliación. El nuestras tradiciones y hacerlas, así, más
anhelo de paz es un componente muy permeables, ya que todos somos veci-
importante en la dimensión espiritual en nos en una aldea global y tenemos que
todas las tradiciones religiosas. convivir pacíficamente si queremos sa-
El fomento de una cultura de la paz lir adelante como humanidad. Por ello
está estrechamente enlazado con la es preciso recorrer el camino del miedo
apuesta por la solidaridad, tan necesaria hacia la confianza. Porque el miedo es
en un mundo dividido, desigual y frag- un mal aliado y genera afirmaciones
mentado como el de hoy y en el marco identitarias que excluyen a los de fuera.

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El diálogo entre las diferentes tradiciones religiosas y también con las tradicio-
nes laicas se nos muestra hoy necesario y urgente para romper estereotipos y para no
criminalizar al desconocido. Las migraciones económicas han hecho y están ha-
ciendo que muchas personas de diferentes religiones convivan en la sociedad y es-
to, en lugar de ser visto como un problema, puede ser vivido como una oportunidad
para promover un conocimiento más profundo de las otras religiones, que redunda
en beneficio de la profundización en la propia. La humanidad tiene que aprender a
vivir identidades relacionales en lugar de cerrarse en identidades aisladas. Por otra
parte, es más importante que nunca esforzarse a nivel mundial para impedir la pola-
rización entre comunidades religiosas. El compromiso interreligioso en los conflic-
tos puede ser una contribución esencial a la construcción de la paz y a la reconcilia-
ción allí donde haya estallado el conflicto. Construir la paz con justicia tiene que
convertirse en una estrategia mundial por parte de todo el mundo, porque el destino
de unos es el destino de todos.
Las tradiciones religiosas pueden interpelarse, enriquecerse, fecundarse recípro-
camente, ayudarse a caminar desde los últimos y con los últimos, desde la austeri-
dad solidaria capaz de contener los deseos posesivos del ser humano, haciendo po-
sible, así, la construcción de una tierra de todos. Los encuentros con otras tradiciones
ayudan a tomar conciencia del significado de una humanidad común “ante Dios”,
compañeros todos en la investigación de la plenitud de la Verdad.

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NOTAS

1. Ricardo PETRELLA, «La desposesión del de los países pobres. O el hecho que la fortu-
Estado», Le Monde Diplomatique, 29-IX- na de sólo tres personas supere el PIB de los
1999. 48 países más pobres del mundo, donde viven
2. Andreu MARQUÉS, Contribución a una crítica 600 millones de personas.
filosófica del economicismo, Lección inaugu- 6. Todo parece indicar que los Objetivos de
ral del curso académico 2000-2001, Desarrollo del Milenio (ODM) –erradicar la
Barcelona, Facultad de Teología de Catalunya, pobreza extrema y el hambre; conseguir la
2000, pág. 53. educación primaria universal; promover la
3. M. Dolors OLLER I SALA, Un futuro para la igualdad entre géneros y la autonomía de la
democracia. Una democracia para la gober- mujer; reducir la mortalidad infantil; mejorar
nabilidad mundial, Barcelona, Cristianisme i la salud materna; combatir el VIH/SIDA, el
Justícia, 2002, Quadern 115. También, Gurutz paludismo y otras enfermedades; garantizar la
JÁUREGUI, La democracia planetaria, Oviedo, sostenibilidad del medio ambiente; fomentar
Ediciones Nobel, 2000, pág. 60. una Asociación Mundial por el Desarrollo– a
4. Integrada por ONGs de gran importancia, la cual se comprometieron los 191 estados
desde Greenpeace, Amnistía Internacional o miembros de las Naciones Unidas, así como
Intermón-Oxfam a, por ejemplo, World Wild las instituciones de desarrollo más importan-
Life-ADENA. También forman parte de la tes del mundo, en la Asamblea General que se
sociedad civil mundial las nuevas élites ilus- celebró el septiembre del 2000, no se podrán
tradas internacionales, integradas por políti- conseguir para la fecha prevista, el 2015, de
cos, funcionarios civiles, empresarios, ejecuti- seguir la tendencia actual. El último Informe
vos, expertos, etc., que se mueven en el marco sobre Desarrollo Humano (PNUD 2006) seña-
de organismos intergubernamentales. la que 1.200 millones de personas viven en el
5. Es un escándalo que 225 personas posean una mundo con menos de un dólar diario.
riqueza superior a los recursos económicos 7. La hegemonía de las políticas neoliberales ha
anuales de 2.600 millones de seres humanos hecho que, en el terreno ideológico, se consi-
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dere hoy, como única posibilidad realista, 13. Federico MAYOR ZARAGOZA y Jerôme BINDÉ,
aquello que defienden dichas políticas, impo- Un mundo nuevo, Barcelona, Centre Unesco
niéndose de esta manera el llamado pensa- de Catalunya, 2007, pág. 27 y ss.
miento único que justifica el statu quo y 14. Los movimientos del Foro de Porto Alegre
refuerza, de hecho, a las grandes empresas luchan por una globalización alternativa; con-
transnacionales Ver, al respecto, M. Dolors sideran que el patrimonio común de la huma-
OLLER I SALA, «Democracia: presente oscuro, nidad está constituido por un conjunto de
futuro posible», en José SOLS y otros, Aldea bienes universales que de ningún modo pue-
global, justicia parcial, Barcelona, Centre den ser mercantilizados, privatizados. Esto
d’Estudis Cristianisme i Justícia, 2003; tam- nos recuerda el gravamen social que pesa
bién, de la misma autora, Un futuro para la sobre la propiedad según la Doctrina Social de
democracia... la Iglesia, y que se fundamenta en la experien-
8. La economía global, que depende en última cia de que sólo Dios es el verdadero propieta-
instancia de los mercados financieros, ha pro- rio de los bienes de este mundo, siendo nos-
vocado graves crisis en importantes zonas del otros sus administradores y teniendo que lle-
planeta (México, 1994; Indonesia, 1977), gar éstos a toda la humanidad.
hecho que plantea la urgente necesidad de 15. Ver, entre otros, Arcadi OLIVERAS, Otro
regular el capitalismo global, a fin de poner mundo, Barcelona, Angle, 2006, donde el
los mercados financieros al servicio del creci- autor considera que no sólo otro mundo es
miento económico de los países del Sur. posible, sino también que es necesario ante las
9. Ver Joseph E. STIGLITZ, El malestar en la glo- injusticias sociales y la degradación ambien-
balización, Madrid, Taurus, 2002; y también tal.
Toni COMÍN, Autoridad mundial para un lide- 16. Ver Gurutz JÁUREGUI, La democracia en la
razgo planetario, Barcelona, Cristianisme i encrucijada, Barcelona, Anagrama, 1994.
Justícia. 2005, Quadern 134. 17. Debemos, pues, conjugar los procesos y las
10. A principios de febrero, se ha presentado el experiencias locales –las de nuestro entorno–
Informe de Evaluación del Panel Interguber- con los análisis y las incidencias globales.
namental sobre Cambio Climático (IPCC) cre- 18. Así es como se podría poner freno al peligro-
ado por las Naciones Unidas. Los expertos, so unilateralismo que se ha abierto paso a par-
corroborando anteriores estudios, certifican la tir de la caída del Muro de Berlín, que consa-
amenaza que cae sobre el planeta debido a un gra la fuerza de una potencia hegemónica, los
cambio climático que es ya irreversible y que EEUU, en un sistema claramente unipolar.
en buena parte es causa del hombre. 19. Agustí COLOMINES I COMPANYS, «Religiones y
11. En los últimos años, el ecologismo de los diversidad, una de las formas de identidad cul-
pobres, surgido en numerosos países del Sur tural más potentes del mundo», Avui.
en torno a conflictos relacionados con la 20. Todo lo que es humano, incluso lo más excel-
comunicación y el suministro de agua, la so, se puede pervertir. Por ello la necesidad de
defensa de bosques, selvas y ríos ante la pene- no absolutizar nada.
tración de las grandes transnacionales del 21. Declaración sobre el papel de la religión en la
petróleo, gas, minería, madera, etc., ha con- promoción de una cultura de la paz (1994).
vertido la reclamación de dicha deuda en una 22. Para las reformas urgentes y a la vez plausi-
propuesta central de los Movimientos de justi- bles que se pueden hacer, ver, por ejemplo M.
cia global. Dolors OLLER I SALA, «Por una gobernabili-
12. Ver al respecto, M. Dolors OLLER I SALA, dad mundial con justicia», en Repensar la
«Identidades colectivas e idolatría: la absolu- Igualdad y la desigualdad social, Valencia,
tización de lo que nos hace ser», en José Frontera pastoral misionera, oct-dic. 2005.
Ignacio GONZÁLEZ FAUS y otros, Idolatrías de 23. Hoy podemos constatar que en las sociedades
Occidente, Barcelona, Centre d’Estudis Cris- del Primer Mundo se valora la cuestión reli-
tianisme i Justícia, 2004. giosa en términos más existenciales, más allá

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de las instituciones y los dogmas y esto, en el ponerse de acuerdo, pero los acuerdos a que
este sentido, es esperanzador. se llegue serán siempre parciales, porque res-
24. Xavier MELLONI, Los ciegos y el elefante. El ponderán sólo al pensamiento de determina-
diálogo interreligioso, Barcelona, Cristianis- dos grupos culturales.
me i Justícia, 2000, Quadern 97, pág. 6-8. 31. Sobre la necesidad de una ética común o míni-
Asimismo, puede consultarse OLLER, ma de carácter global y sus puntos débiles,
«Identidades colectivas...», pág. 104-105, ver, Joan CARRERA CARRERA, «Mundo global,
108-109. ética global» en SOLS y otros, Aldea global...,
25. Hemos extraído la distinción de Xavier pág. 146-152.
MELLONI, «El Diálogo Interreligioso» en 32. Robert BELLAH, The Good Society, New York
Investigación (Barcelona), 33 (noviembre, Vintage Books, 1992, pág. 254, citado por
2004), Framenors Caputxins de Catalunya i Pedro CODURAS, Discípulos y ciudadanos,
Balears, pág. 10 y ss. Barcelona, Cristianisme i Justícia, 1995,
26. Hoy, la laicidad se encuentra en una encruci- Quadern 68, pág. 4.
jada: o se transforma o no podrá afrontar los 33. Tal y como señala Paul Ricoeur, citado por
nuevos retos que se le presentan manteniendo Juan M. ARTADI, Razón económica y razón
el carácter emancipador originario que, de ética, Madrid-Santander, Cuadernos Fe y
hecho, ha ido perdiendo a medida que el siste- Secularidad, 1990, pág. 17.
ma socio-político y económico ha ido evolu- 34. MARQUÉS, Contribución, pág. 26. Ver tam-
cionando. Debe, pues, repensarse como laici- bién, Juan CUETO, La sociedad de consumo de
dad intercultural, concebida como una laici- masas, Barcelona, Salvat, 1981.
dad incluyente, patria común del pluralismo, 35. Podríamos decir que al ser humano se le con-
que descubra que también la esfera política sidera “nacido para consumir” en “el gran
necesita una responsabilidad moral, que nace almacén de la sociedad”; ver en este sentido,
en el interior del corazón de cada persona y J. Mª MARDONES y Rafael AGUIRRE, «El hom-
que para los creyentes tiene mucho que ver bre y la Sociedad de consumo ante el juicio
con el Trascendente. Hay que tener en cuenta, del Evangelio», Aquí y Ahora (Santander), 1
por ejemplo, que al privatizarse la fe cristiana (1989), Sal Terrae, pág. 9.
se pervierte y pierde su capacidad de unir a las 36. Esta visión posesiva del mundo se convierte
personas y de generar fraternidad. así en la manera “natural” de vivir y relacio-
27. En este sentido, los fundamentalismos son una narse en la sociedad consumista. Ver
perversión de las religiones. En ellos, el ser MARDONES y AGUIRRE, «El hombre...», pág. 9-
humano es considerado como un instrumento, 11.
no una finalidad en sí mismo. 37. El diálogo interreligioso tiene que adoptar
28. Hans KÜNG, Proyecto de una ética mundial, diversas formas: así, diálogo de la vida, codo
Barcelona, Planeta-De Agostini, 2004, pág. 9. a codo, cooperando personas de diferentes
29. La Declaración fue preparada en Tubinga y religiones en una tarea común; diálogo entre
fue presentada en Chicago por un comité de las diferentes teologías, diálogo entre las dife-
redacción del “Consejo” del Parlamento de rentes experiencias religiosas...
las religiones del mundo. Allí se le añadió una 38. Ver, Ramón ALCOBERRO, «Leonardo Boff:
introducción elaborada a partir de la Una Ecología de la Liberación para el tercer
Declaración, a fin de ofrecer un breve resu- milenio», USERDA (Suplemento de El
men para darla a conocer (http://- Triangle), marzo 2006.
www.audir.org); también, Hans KÜNG, Karl- 39. Ver en este sentido el artículo de Santiago
Josef KUSCHEL (ed.), Declaración del VILANOVA, «Decrecimiento o caos», Avui, 9-
Parlamento de las Religiones del mundo, XII-2006. Consultar también la www.unasola-
Barcelona, Trotta, 1994. terra.org.
30. Al contrario, si participan pocos en el consen- 40. Los principios de la Carta de la Tierra refle-
so, el diálogo será más fácil y también lo será jan consultas internacionales hechas durante

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un largo periodo de tiempo, con aportaciones organizaciones de todo el mundo. Para con-
y debate de ONGs, grupos comunitarios, sultar el texto, veáse www.cartadelatierra.org.
sociedades profesionales, expertos internacio- 41. Ramon ALCOBERRO, «Leonardo Boff: Una
nales en diversos campos, etc. El texto comen- Ecología...»; consultar www.alcoberro.info.
zó a gestarse en la Cumbre de Río de Janeiro 42. Leonardo BOFF, ¿Qué ética va a prevalecer?,
de 1992. Así, ha sido modelada tanto por 13-X-2006, www.servicioskoinonia.org.
expertos como por representantes de las 43. L. BOFF, «Carta de la Tierra ¿nuevo reencanta-
comunidades de base. Contó con la participa- miento del mundo?», artículo enviado el 16-
ción de miles de individuos y centenares de XII-2005, ver www.servicioskoinonia.org.

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