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L A S I N T E RV E N C I O N E S C L Í N I C A S
Waleed A. Salameh y William F. Fry, Jr. (Eds.)
E L H U M O R Y E L B I E N E S TA R E N
L A S I N T E RV E N C I O N E S C L Í N I C A S
Desclée De Brouwer
Título de la edición original:
Humor and Wellness in Clinical Intervention.
© 2001, Praeger Publishers, Westport, USA.
Queda prohibida, salvo excepción prevista en la ley, cualquier forma de reproducción, distribu-
ción, comunicación pública y transformación de esta obra sin contar con la autorización de los
titulares de propiedad intelectual. La infracción de los derechos mencionados puede ser consti-
tutiva de delito contra la propiedad intelectual (arts. 270 y sgts. del Código Penal). El Centro
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Prólogo..................................................................................................................... 11
Carlos Alemany
Prefacio .................................................................................................................... 15
William F. Fry, Jr.
Introducción ........................................................................................................... 19
Waleed A. Salameh
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El humor y el bienestar en las intervenciones clínicas
Apéndice: Veinte años en el país del humor: una odisea clínica .............. 305
Waleed A. Salameh
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Prólogo
Carlos Alemany
MAIOR 11
El humor y el bienestar en las intervenciones clínicas
portal en la red puede ser una medida importante para acceder a los fondos de
documentación, recibir intercambios, hacer propuestas de investigación etc.
Todo ello evidencia que el tema está absolutamente vivo y está pidiendo ser
tocado con el rigor que se merece.
Volviendo al libro al que nos referíamos al principio de este prólogo, en él
hicimos una revisión de los trabajos científicos, prestando especial atención a la
contribución de W. Salameh y W. Fry. A ellos les debemos en gran parte el rigor
y el esfuerzo de las publicaciones de estos años y de que hayan sido los anima-
dores de los Congresos Internacionales que se han celebrado recientemente
sobre el tema.
Al comienzo de este nuevo libro aquí presentado señalan los autores el avan-
ce impresionante que se ha realizado desde 1993, fecha en que publicaron su ya
famoso Advances in Humor and Psychotherapy. Los autores han visto cómo el
humor se ha extendido desde su base original de aplicación en la psicoterapia
a una gama muy amplia de aplicaciones en múltiples campos: en la medicina y
en la salud física, en la sociología, la lingüística, la educación, la antropología,
la comunicación social o en avances tan concretos como el tratamiento de los
enfermos terminales. En definitiva, como bien se señala aquí de nuevo, el
humor que antes inspiraba temor y recelo tanto en ambientes sociales como
científicos, ahora resulta ser un hijo pródigo con éxito o el alumno brillante que
todos –mundo de los negocios inclusive– quieren adoptar.
Como prolongación de la misma línea de los trabajos anteriores se inscribe
el libro que ahora tenemos el gusto de prologar y de publicar en nuestra colec-
ción Serendipity. Representa una excelente recopilación de temas de actualidad
hecha bajo la óptica del título que ellos le han puesto: El humor y el bienestar en
las intervenciones clínicas.
Los autores buscan en primer lugar, como afirman en su prefacio, el papel
eficaz y beneficioso que el humor debería desempeñar en las intervenciones clí-
nicas tal como es visto por un número creciente de personas. Y al mismo tiem-
po entendiendo la diversidad de la psicoterapia dentro de su desarrollo evolu-
tivo como un proceso de adaptación continua y buscando el extender la rele-
vancia psicoterapéutica a un campo más amplio como puede ser el de la “psi-
coterapia de la comunidad”.
Pero si algo pretende la psicoterapia es un cambio a mejor y un cambio que
logre una estabilidad disfrutando una nueva calidad de vida e instalando en la
persona una recuperada sensación de lo que es el bienestar dentro de la vida
humana. Que el humor tiene mucho que decir en ello, queda muy claro a lo
largo de la lectura de los diversos capítulos.
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Prólogo
MAIOR 13
El humor y el bienestar en las intervenciones clínicas
Humanas de habla española. Un libro que está dirigido tanto a los profesiona-
les de la salud y psicoterapeutas como a todas aquellas personas que trabajan
en ámbitos diversos relacionados todos ellos con el bienestar humano.
Dr. Carlos Alemany
Universidad Pontificia Comillas.Madrid.
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Prefacio
William F. Fry, Jr.
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El humor y el bienestar en las intervenciones clínicas
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Prefacio
MAIOR 17
El humor y el bienestar en las intervenciones clínicas
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Introducción
Waleed A. Salameh
MAIOR 19
El humor y el bienestar en las intervenciones clínicas
ahora es el alumno brillante que todos quieren adoptar. Los medios de comuni-
cación han tomado nota, publicando numerosos artículos en revistas y periódicos
sobre el humor y sus poderes curativos. Aunque algunos artículos puedan ser ine-
xactos, incompletos o demasiado optimistas sobre los efectos del humor, reflejan
un interés cultural genuino sobre un fenómeno cuyo momento ha llegado.
Me causa una gran satisfacción observar el resurgimiento del humor como
una fuerza tectónica. Al haber dedicado una parte considerable de mi carrera
profesional al estudio y la investigación clínica de este fenómeno fascinante,
sabía desde hacía tiempo que el humor era una Caja de Pandora, y su potencial
me mantenía en un estado de sobrecogimiento perpetuo. Ahora me da una gran
satisfacción descubrir que la buena semilla del humor ha crecido para conver-
tirse en numerosas nuevas oportunidades para explorar los beneficios de esta
experiencia humana única. Una observación validada repetidamente a lo largo
del tiempo es que el humor complementa perfectamente a otros objetivos clíni-
cos constructivos. Dado su amplio campo de aplicabilidad y la facilidad de
combinarlo con otros elementos, el humor puede mezclarse con otras interven-
ciones para mejorar el estado de ánimo y cambiar las vidas. Es convergente con
diversas medidas clínicas o métodos científicos que comparten el objetivo de
mejorar la condición humana. El humor puede bailar con cualquier pareja si es
cortés y respetuoso y puede seguir el ritmo. Ahora quisiera tratar dos perspec-
tivas aliadas de la salud que pueden fusionarse con la perspectiva del humor
en una combinación poderosa y elegante.
El humor, al florecer y producir una variedad tan impresionante de aplica-
ciones en los campos de la salud, de las relaciones humanas y de los servicios,
estaba predestinado por su naturaleza a unirse con otra perspectiva de la salud
que en los últimos tiempos ha cobrado una relevancia especial: el concepto del
bienestar. Como el humor, el bienestar ha obtenido un mayor interés científico
recientemente, en concreto por su capacidad de conectar distintos campos de
investigación y trabajo para conseguir una comprensión más completa de los
elementos que contribuyen a la salud de la persona. En vez de entender la con-
dición del individuo en base a términos opuestos como enfermedad o salud, el
concepto del bienestar se refiere a un proceso osmótico y dinámico que puede
integrar ajustes distintos en cada momento. El significado de que una persona
“esté bien” puede cambiar drásticamente entre una fase cronológica y otra, y
esta manera de entender las cosas cuestiona la rigidez que ha caracterizado los
conceptos tradicionales de la salud. Además, el significado que tiene “estar
sano” para una persona puede ser distinto de lo que significa para otra. Estos
conceptos pueden traducirse fácilmente y con toda naturalidad al ámbito del
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Introducción
humor. Sabemos que todo el mundo tiene el potencial para desarrollar su sen-
tido del humor, pero que lo que es gracioso para una persona puede no serlo
para otra. Segundo, lo que se considera humorístico puede cambiar radical-
mente a lo largo de distintos períodos vitales o existenciales a lo largo de la vida
del individuo. El bienestar entra en todas nuestra actitudes, diálogos interiores
y comportamientos, al igual que el humor. Por estas razones se está volviendo
cada vez más evidente que el bienestar y el humor están relacionados entre sí y
se refuerzan mutuamente en sus impulsos por estimular el desarrollo del indi-
viduo hacia el vigor, la integración y la síntesis.
Quisiera proponer que los conceptos del bienestar y el humor comparten
una relación orgánica, dado que ambos pertenecen al mismo movimiento psi-
cofisiológico hacia un equilibrio constructivo y en evolución. Ambos nos ayu-
dan a estar organizados, pero no demasiado organizados, satisfechos pero no
demasiado satisfechos, interesados pero no demasiado interesados, alertas pero
no demasiado alertas, amorosos pero no obsesionados. Existen elementos tanto
en el bienestar como en el humor que invitan a la moderación y la madurez
emocional mientras que atenúan el pensamiento obsesivo, el comportamiento
rígido y las respuestas extremas. El humor fomenta el bienestar, y el bienestar
a su vez fomenta el humor. Las posibilidades de esta alianza sólo están comen-
zando a desarrollarse. Por ejemplo, ¿cuales serían los beneficios de añadir ele-
mentos de humor a los programas de perdida de peso u otros programas de
bienestar relacionados con la mejora de la salud física? Por otro lado, ¿cuales
serían las ventajas de incluir los conceptos de una vida sana dentro de una for-
mación en competencias del humor? Tales vínculos no pueden sino inspirarnos
teniendo en cuenta su valor potencial en la aplicación general del humor al esti-
lo de vida y su integración más apropiada dentro de nuestra sociedad posmo-
derna. En la era digital de Internet, la World Wide Web y el genoma humano,
ya no nos sirven las nociones tradicionales o predefinidas de la adaptación. Por
el contrario, los individuos parecen dispuestos a hacer que sus vidas laborales
y personales sean menos limitadas, más plenas y desde luego con un mayor
espacio para el juego. Existe un sentido ubicuo de la imaginación inquieta que
está fomentando de manera activa el desarrollo de nuevas visiones personales,
sociales y técnicas. Ya no basta con ganarse la vida; la gente quiere disfrutar la
vida. Esta nueva inquietud concuerda bastante bien con los impulsos construc-
tivos del humor y del bienestar. Quizás pronto podremos comenzar a fomentar
el humor por el bien del bienestar, y el bienestar por el bien del humor.
El tercer componente cardinal de la trilogía curativa que estoy desarrollando
en esta introducción es el concepto del caos. Cuando se concibió en sus inicios, la
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El humor y el bienestar en las intervenciones clínicas
teoría del caos no guardaba relación con las disciplinas de la salud. Sin embargo,
actualmente está haciendo contribuciones importantes tanto en el campo del bie-
nestar como del humor. Con su acento sobre la causalidad no linear, su sensibili-
dad a las pequeñas modulaciones en los estados emocionales y biológicos, su
aceptación de la complejidad en las configuraciones estructurales y sus intentos
de buscarle un sentido a los aspectos caóticos e impredecibles de nuestro mundo
psicológico y físico, la teoría del caos complementa a la perfección el humor y el
bienestar. Al combinar los conceptos del bienestar, el humor y el caos, obtenemos
un modelo productivo y flexible dentro del cual pueden comprenderse, anali-
zarse y modificarse en su totalidad y cuando proceda la mayoría de los estados
emocionales y psicológicos y sus comportamientos asociados. La mezcla ade-
cuada del humor con las teorías del bienestar y el caos ofrece una importante
oportunidad para ir más allá de la redundancia, el arcaicismo y la reiteración en
el campo de la psicoterapia y acercarse a un nuevo paradigma para entender y
cambiar nuestras vidas. Según vamos adoptando este nuevo paradigma, conse-
guimos una comprensión más profunda de la conectividad que teje nuestras
vidas con aquellas de los demás dentro de un mundo más sano y más interde-
pendiente. La combinación dinámica de las teorías del humor, el bienestar y el
caos puede quizás contribuir a transportar la teoría psicológica más allá de su
meseta teorética actual hacia modelos innovadores de la motivación y el com-
portamiento humano. La tierra de la psicología está fértil y a la espera de para-
digmas teóricos originales de nuevos investigadores en las ciencias de la salud y
la comunicación humana. ¡Que prosperen mil flores!
En la edición de este libro, nos hemos esforzado por incluir más contribucio-
nes de mujeres. Los capítulos excelentes de Stephanie Brown, Karyn Buxman,
Sue Chance, Ofra Nevo y Sandy Ritz son contribuciones muy bienvenidas al
mundo del humor clínico. Y los colaboradores masculinos también realizaron
un buen trabajo, por cierto. Además, para mantener una cierta coherencia,
hemos mantenido la misma estructura de seis secciones que empleamos en
nuestros dos últimos libros sobre el humor y la psicoterapia.
Este libro no sólo está dirigido a los profesionales de la salud y los psicote-
rapeutas. Esperamos que sea de interés para muchas personas que trabajan en
ámbitos diversos relacionados con el bienestar. Su aplicación más directa se
encuentra en los campos de la psicología clínica, la psiquiatría, la enfermería, la
formación, la orientación y los campos vocacionales. Sin embargo, puede tam-
bién utilizarse en los campos de las relaciones humanas y de la comunicación.
Para aquellos que trabajan en la aplicación de las técnicas de cambio humano a
los procesos de crecimiento personal, espero que este libro les ofrezca nueva
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Introducción
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El uso del humor
en la psicoterapia
Harvey Mindess
1
Harvey Mindess una vez realizó la curiosa declaración que “si la inspiración me atiza,
¡pienso contraatacar!”. En este capítulo contraataca con auténtico brío. Basándose en su tra-
bajo extenso y pionero sobre la relevancia clínica del humor, el Dr. Mindess hace observacio-
nes muy perspicaces y sorprendentes que iluminan la manera en que el humor puede cambiar
positivamente las vidas tanto de terapeutas como de los individuos con los que trabajan.
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El humor y el bienestar en las intervenciones clínicas
habían practicado conmigo mis propios analistas, pero de alguna manera creí
que podría ayudar. También me pareció algo extraño que en todas las clases de
psicología que había tomado, jamás se habían tratado los temas de la risa y el
humor –¡como si no fueran aspectos importantes de la experiencia humana! La
omisión me intrigaba, como también lo hacía la posibilidad de que el humor
resultara tan útil como los sueños o las memorias tempranas o los patrones de
interacción familiares o la formación de hábitos o cualquiera de las otras cla-
ves que los terapeutas utilizaban en aquellos días al tratar de ayudar a sus
clientes.
Entonces aconteció un suceso casual pero muy oportuno. Llevaba un tiem-
po trabajando en mi consulta con una mujer atractiva e inteligente pero que
desafortunadamente era obesa. Había probado varios métodos de perder peso
en vano. Un fin de semana, sin embargo, y sin intervención alguna por mi
parte, escribió las siguientes líneas:
Acabo de tener una inspiración bellísima sobre cómo resolver un problema social
muy frustrante de una manera absolutamente original. Sencillamente consiste en
ilegalizar la obesidad. Lo que me ha llevado a esta idea es lo siguiente. Hay muchas
tentaciones en este mundo, pero la sociedad ha conseguido limitarlas mediante la
ley. Las esposas ajenas, la propiedad, y otras cosas así de golosas, han tentado a la
gente malintencionada a lo largo de los siglos. ¿Cómo prevenirlo? Se ha probado
de todo, desde el ostracismo social hasta la pena capital, más o menos inútilmen-
te. Desde este punto de vista, está claro que para mí y para otras personas de mi
volumen, hace falta poner en práctica alguna motivación más allá de la auto-repul-
sión. Tomemos el ejemplo de la rolliza mujer media que ha pillado a un buen mari-
do y aguanta la vida bastante bien. A menudo come para canalizar sus impulsos
de una manera menos peligrosa que si se dedicara a ligar con el hombre del gas o a
esnifar pegamento con los chavales que hacen pellas al otro lado de la calle. Pero
ahora esto puede cambiar. Si se le amenaza con la idea de acabar delante de los tri-
bunales por un delito flagrante de obesidad y tener que pagar una multa o que ingre-
sar en prisión, creo que nos acercaríamos bastante a una solución permanente.
Por si el lector se lo estuviera oliendo, sí, se trata de un problema personal. Lo
reconozco, estoy desesperada. Lo he intentado ya todo, y ahora estoy chillando soco-
rro. El gobierno se ha metido ya en todo lo demás... ¿por qué no en esto? ¡Por favor,
que alguien me ayude! Paradme antes de que vuelva a comer. ¿Donde está ese impa-
rable brazo de la ley? ¿Donde están las medidas para el control de la voluminosidad?
Todos los parlamentarios interesados, que se pongan en contacto conmigo. Me
encontrarán al fondo de la Delicatessen de Cantor. Que busquen a una señora regor-
deta con expresión culpable comiendo un Bocadillo Especial Eddie Cantor (pavo,
jamón, hígado troceado y rosbif sobre pan de centeno).
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El uso del humor en la psicoterapia
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El humor y el bienestar en las intervenciones clínicas
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El uso del humor en la psicoterapia
de que uno tuviera éxito mientras que el otro fracasara me enseñó que debía ser
mucho más cuidadoso a la hora de probar intervenciones de este tipo, e inten-
tarlas sólo cuando estoy seguro de que se recibirán en el mismo espíritu en que
se formularon.
Recientemente tuve la oportunidad de hacer algo parecido con una cliente
que había visto durante varios años. Ella misma era psicóloga, y por lo tanto
había progresado mucho y le iba muy bien en todos los aspectos de su vida.
Ahora me venía a ver sólo muy de vez en cuando. En este caso le trajo a la con-
sulta una situación que había sucedido unos días antes.
Ella y su marido habían hecho de anfitriones para una amiga de su herma-
na que estaba pasando el fin de semana en su ciudad. La habían invitado a
quedarse en la habitación de los huéspedes, aunque no era muy amiga de ellos
y tenía la reputación de flirtear mucho. La noche en cuestión, todos habían bebi-
do algo de vino con la cena y mi cliente anunció que se retiraba a dormir. El
marido, que a menudo se relajaba en su Jacuzzi antes de ir a la cama, dijo que
a lo mejor hacía eso, y su huésped dijo que ella se quedaría un rato charlando
con él antes de ir a la cama.
A las 2 de la madrugada, mi cliente se despertó y descubrió que estaba sola
en la cama. Sorprendida y preocupada, bajó al Jacuzzi y encontró ahí a su mari-
do y a su huésped dentro del agua juntos, conversando y bebiendo más vino,
su marido desnudo –según su práctica habitual– y la mujer sin sujetador. Su
marido, me dijo, la saludo alegremente con un gesto de la mano, invitándola a
unirse a ellos, pero a ella le dio un ataque de rabia. Enfurecida hacia los dos,
gritó, blasfemó y ordenó a la mujer que se fuera inmediatamente. Aunque ellos
protestaron que no estaban realizando ningún tipo de comportamiento sexual
y el marido se excusó repetidas veces, no había manera de calmarla. Cuando su
huésped había hecho las maletas y se había marchado, aun manteniendo su
inocencia, su marido siguió pidiendo perdones y se condenó a dormir en el
sofá. Al día siguiente, sin embargo, ella contó el episodio entero a su hijo e hija
–ambos mayores y ya casados y con hijos propios. Ellos, a continuación, proce-
dieron a amonestar a su padre también.
Tras repasar toda esta historia, mi cliente me preguntó directamente, “¿Qué
crees que debería hacer?”. Dado que no sólo había trabajado con ella a lo largo de
varios años sino que también habían pasado por mi consulta su marido y su hija
por temas de familia, sentí que tenía una buena comprensión de las dinámicas de
esta familia. Tenía claro que su matrimonio era sólido y mutuamente satisfacto-
rio, que mi cliente no tenía problemas para expresar sus sentimientos, y que su
marido era una pareja tan fiel y entregado como podría encontrarse. Mientras
que ambos son individuos de una fuerte moralidad, no son adultos de escasa
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El humor y el bienestar en las intervenciones clínicas
sofisticación. Pensando en todo esto y con lo que esperaba fuera una sonrisa
maléfica, respondí “Creo que deberías ponerte de rodillas y pedirle perdón”.
“¡Eres terrible!” exclamó mi cliente, riendo. “¡Lo sabía! ¡Tenía que haberme qui-
tado el camisón y haber saltado en ese Jacuzzi con ellos!”. Según fuimos discu-
tiendo el asunto en más detalle, me alegró ver que a pesar de su conmoción y enojo
cuando se encontró con la escena comprometida, ahora podía empezar a verla
como una farsa cómica en vez de una traición o una amenaza a su seguridad.
Otras maneras de utilizar el humor en la psicoterapia incluyen: contar chis-
tes que puedan ayudar al cliente a entender sus dilemas; reforzar los intentos
espontáneos del cliente de utilizar el humor como una herramienta para enfren-
tarse a la situación; y mostrar una actitud humorística hacia uno mismo y hacia
la práctica de la psicoterapia. Esta última, que recomiendo, permite al terapeu-
ta ser un modelo de modestia, espíritu ligero y conciencia de que incluso las
relaciones y empresas que acometemos seriamente son, a la larga, sólo partes
de la comedia humana.
Cada estrategia tiene su valor y sus límites. Voy a intentar clarificarlas.
1. Para empezar con la menos eficaz, contar chistes a los clientes para explicar
algo parece un tanto didáctico y artificial. Los chistes son historietas enlatadas que
raramente reflejan los matices de la situación concreta del individuo. Aunque
algunos terapeutas de fama mundial (Ej. Freud, Jung y Adler) supuestamente
emplearon esta técnica de cuando en cuando, en mi opinión los chistes –y en espe-
cial los más conocidos– no suelen producir momentos de intuición terapéutica.
2. El tipo de broma espontánea mencionada anteriormente tiene más posi-
bilidades de resultar eficaz, ya que surge de una manera natural a partir de la
situación actual del cliente y se refiere a lo que él o ella esta experimentando en
ese momento. Esta estrategia, sin embargo, también tiene sus desventajas. La
broma puede resultar pesada o caer en mal momento, o puede degenerar en la
práctica de intercambiar frases jocosas para aparentar ingenio en vez de per-
manecer centrados en la razón que trajo al cliente a la consulta: para ofrecer
terapia en relación a los problemas a los que se enfrenta.
3. Reforzar los intentos del cliente para utilizar el humor como una herra-
mienta para enfrentarse a sus problemas es probablemente el método más
seguro. En este caso permitimos que sea el cliente quien toma la iniciativa, pero
debemos diferenciar los intentos de emplear el humor como escudo defensivo
de aquellos que sirven para adaptarse a la situación.
¿Cómo puede detectarse la diferencia?
Un hombre con el que tuve algunas sesiones poco productivas empleo la
maniobra anterior. A menudo hablaba de sí mismo en tercera persona, utilizan-
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El uso del humor en la psicoterapia
do una voz infantil y diciendo cosas como “Bueno, vamos a ver, ¿en qué líos se
ha metido el pequeño Herbie [un nombre ficticio, claro] esta semana?”. Si yo le
interrumpía para pedirle que me hablara en su voz adulta, normalmente me res-
pondía con alguna broma de listillo: “¿Voz adulta? Ah sí, voz adulta. (Cambiando
a un tono de voz mucho más grave) Bueno, ¿en que líos se ha metido Herbert esta
semana?”.
Desafortunadamente, excepto en casos tan evidentes, puede ser difícil deter-
minar si las bromas del cliente ayudan a adaptarse o son meramente defensi-
vas. Otra persona que tuve el privilegio de tratar, sin embargo, me dio un ejem-
plo claro del uso del humor para la adaptación. Comenzó con una llamada tele-
fónica de una mujer desesperada que me informaba que su matrimonio se esta-
ba derrumbando. Me dijo que estaba muy alterada y necesitaba verme inme-
diatamente.
Le di una cita para la mañana siguiente. Esa noche, sin embargo, recibí otra
llamada, en este caso de su marido. En un estado de pánico, me informó que su
mujer acababa de intentar el suicidio. Se había comido toda una botella de pas-
tillas y no sabía qué hacer. Le dije que creía que debería provocar el vómito,
pero como no soy un doctor médico, le sugerí que llamara a urgencias y que
siguiera sus consejos. Quedamos en esto, y en que si todo salía bien, nuestra cita
con su mujer seguiría en pie la mañana siguiente.
Y efectivamente, apareció ella a su hora, con un aspecto un poco pálido pero
más o menos en su sano juicio. Entonces, comenzando con un torrente de lágri-
mas y progresando poco a poco hacia una combinación de consternación y risas,
me contó lo que había sucedido en los últimos dos días. Durante quince años,
había creído a pie juntillas que tenía un matrimonio muy feliz, un matrimonio
perfecto, una unión de almas, aunque por sus inhibiciones ella y su marido no
habían disfrutado de una relación sexual satisfactoria. Y ahora su marido le con-
fesó haber sido infiel repetidas veces. De hecho, él había tenido relaciones con
otras mujeres a lo largo de los quince años. Dijo que él insistía que la quería tanto
como siempre, pero la revelación de sus relaciones adúlteras era demasiado que
aguantar. Afligida, se había tomado las píldoras en un intento desesperado para
forzarle a probar su amor, poniendo su vida en juego.
Él respondió como ella esperaba, primero llamándome a mí y luego, como yo
sugerí, al hospital. Le aconsejaron que le hiciera beber la clara de varios huevos
con mucha sal, y él corrió a la cocina a preparar esta mezcla emética. Ella enton-
ces se echó en la cama y esperó. Y esperó. Y esperó. Finalmente, sintiéndose más
débil y mareada con cada momento, se arrastró a la cocina para descubrir que “el
muy idiota no sabía separar las claras de las yemas”. No hace falta decir que ella
tuvo que enseñarle cómo realizar esta sencilla operación para salvar su vida.
MAIOR 31
El humor y el bienestar en las intervenciones clínicas
Mientras me iba contando todo esto, lo que quedaba era una dolorosa, con-
fusa y sin embargo hilarante conciencia de la tragicomedia que había sido no
sólo la noche pasada sino los quince años de matrimonio que hasta entonces
había idealizado. Riendo para superar sus lágrimas, esta excepcional mujer me
enseño, de la manera más gráfica posible, cómo el sentido del humor de una
persona puede convertirse en la virtud que la salva.
Figura 1.1
Psicoterapeutas y psicoterapia
Y su terapeuta va a un terapeuta.
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El uso del humor en la psicoterapia
Figura 1.2
Significados del cambio terapéutico
MAIOR 33
El humor y el bienestar en las intervenciones clínicas
Un psicólogo es alguien que te dice lo que ya sabes en palabras que no puedes entender.
–Doctor, creo que soy un caniche.
–Entiendo... ¿desde hace cuanto tiempo que tiene esta creencia?
–Desde que era un cachorro.
34 MAIOR
El uso del humor en la psicoterapia
dijo, sin embargo, que tenía el derecho de escribir una carta para defender mi
punto de vista. Así lo hice, y debo confesar que fue una carta en la que no faltó
algo de sarcasmo. Al final, no se aprobó ninguna moción de censura, y ni
siquiera volví a saber nada del asunto, pero me pareció muy revelador que un
simple intento de humor pudiera causar una indignación oficial de tal calibre.
Si quiere saber lo que hace falta para recibir una llamada del presidente de
la American Psychological, he aquí el texto de mi “Ave Maestros”2:
Vengan y escuchen, colegas del gremio,
La historia de nuestros grandes genios:
Sigmund Freud la comenzó,
Un hombre que encolerizó
A los médicos de su generación
Al decirles que en su opinión
Todos sus pacientes ansiosos
Sufrían de polvos desastrosos.
En vez de perseguir a bellas damas
Los hombres soñaban con sus mamás
Y las mujeres, siguiendo su propio mito
Flirteaban con su querido papaíto.
Freud dijo, “¡Edipo es el problema!”.
Aunque nos suene un poco a griego.
“Yo les curaré”, prometió, “y para redondear el tema
Me inventaré toda una jerga para alimentar mi ‘ego’”.
Represión, regresión,
Racionalización
Proyección, compensación
Subconsciente, sublimación:
¿Si no fuera por Freud, dónde estaríamos?
¿Con qué palabras nos conoceríamos?
Al poco tiempo llegó Carl Jung
Cuya sensibilidad se irritong
Por los problemas que las personas tenían
–Causadas, decía, por duendes maléficos
Y otras criaturas cuyos gritos se oían
En mundos oníricos muy terroríficos,
Llenos de antiguos dioses y demonios luchando
Hasta que los soñadores se despertaban aullando.
2. NT: Evidentemente, se ha perdido parte del ingenio y unos cuantos juegos de palabras al traducir
esta poesía satírica. He tratado de mantener el espíritu del original preservando las bromas cuando el len-
guaje lo permitía y añadiendo rimas y elementos de humor equivalentes.
MAIOR 35
El humor y el bienestar en las intervenciones clínicas
36 MAIOR
El uso del humor en la psicoterapia
Desensibilización y condicionamiento
Operante y clásica –Ahora está pidiendo
Que le canonicen y le hagan santo
Pero no tengáis miedo: no hay causa para el espanto.
Cuando a Skinner le coronen Rey de los Sueños (o REMs)
A todos nos regalarán unos M&Ms.
También hay otros, por supuesto, pero estos son nuestros mitos.
Y mientras que algunos dicen que son unos cabezas de chorlito
Yo declaro que sus terapias y discursos
No merecen ni censura ni insultos.
El Hombre (y La Mujer), quizás, no hayan ganado nada con todo ello
MAIOR 37
El humor y el bienestar en las intervenciones clínicas
Evidentemente no me bastó con los líos que me acarreó este poema, ya que
he seguido satirizando la psicoterapia a lo largo de los años. Basándome en sólo
dos pruebas empíricas, sin embargo, he comenzado a creer que las cosas están
empezando a mejorar.
Hace nueve años, me invitaron a hablar en una sociedad psicoanalítica local
sobre el uso que hizo Freud de los chistes en el psicoanálisis, y hace tres años
me pidieron que diera una charla a los miembros del Instituto C.G. Jung sobre
Jung y el humor. En cada caso, aproveché la ocasión para divertirme un poco
con la figura venerada en cada asociación, y en ambos casos la reacción del
público fue de risas y aplausos generosos.
Con los Freudianos, les informé del hecho poco conocido de que a Freud le
encantaba contar chistes a sus pacientes. Con una cara muy seria, les dije:
3. NT: En la cultura norteamericana, los chistes sobre polacos son equivalentes a los chistes españoles
sobre los residentes del pueblo de Lepe (polaco = lepero = tonto).
38 MAIOR
El uso del humor en la psicoterapia
Lo que sucedió al concluir esta bufonada fue un fuerte aplauso por parte de
los psicoanalistas más jóvenes, y algunas expresiones de desaprobación por
parte de los practicantes mayores y más ortodoxos, pero ningún insulto o acu-
sación de ser un idiota o de haberme reído de su ídolo.
Dirigiéndome a los Jungianos hace tres años, la reacción fue incluso más
calurosa. Les conté que las relaciones profesionales entre Freud y Jung habían
sido más cercanas de lo que hasta ahora se había creído. Las pruebas recientes
provienen del diario de C.G. Jung, quien transcribió una conversación que
mantuvo con Freud cuando organizaron la primera Conferencia Internacional
sobre el Psicoanálisis. Además de Sandor Ferenczi, Ernest Jones, y otros miem-
bros de su círculo más estrecho de colaboradores, Freud había invitado a dos
importantes figuras extranjeras. Uno era un analista Chino llamado Chiang
Qien, y el otro un médico del Cairo, el Doctor Mohammed Kheh. Cuando Jung
estaba preparando el programa de los conferenciantes, Freud le empezó a dar
las instrucciones sobre el orden en que deberían hablar4.
Esta vez todo el público, tanto jóvenes como mayores, estaban desternillán-
dose de la risa. No sólo no se habían molestado por la broma que les había gas-
tado, sino que evidentemente les había parecido graciosísima la farsa.
En la discusión que siguió a cada una de estas presentaciones, me alegré al
comprobar que la mayoría de los analistas –tanto Freudianos como Jungianos–
parecían abiertos a la idea de que reírnos a gusto de nosotros mismos, de nues-
tros maestros y de los esfuerzos terapéuticos que normalmente nos tomamos
tan en serio puede ser una experiencia liberadora.
4. NT: El texto que sigue se refiere a un diálogo clásico de los cómicos Abbott y Costello, “Who’s on
First” que los lectores y públicos anglosajones inmediatamente reconocerían. Se pierde en esta traducción
no sólo el paralelismo cómico entre Freud/Jung y Abbott/Costello sino también una serie de germanismos
del texto original que resultan imposibles de reflejar en el castellano (siendo un idioma más lejano del ale-
mán).
MAIOR 39
El humor y el bienestar en las intervenciones clínicas
Aunque que a otros profesionales les pueda incomodar la idea, el hecho sen-
cillo pero fundamental que quiero resaltar es que no hace falta ni endiosarse ni
adorar a los ídolos para ser un psicoterapeuta de éxito.
BIBLIOGRAFÍA
40 MAIOR
El humor en el tratamiento
de los enfermos mentales
Karyn Buxman
2
En este lúcido capítulo, Karyn Buxman examina las aportaciones cruciales que el humor
puede realizar en el campo de la enfermería. A partir de un análisis coherente de los benefi-
cios terapéuticos del humor, procede a dar una serie de ejemplos e ilustraciones clínicas de
cómo el humor puede ayudar a los profesionales de la enfermería y de la salud en un trabajo
que exige tanto esfuerzo y sensibilidad. Enumera en su capítulo aplicaciones terapéuticas
importantes para emplear el humor en entornos hospitalarios, en particular con pacientes que
se consideran “crónicos” o “inalcanzables”.
PERSPECTIVA TEÓRICA
MAIOR 41
El humor y el bienestar en las intervenciones clínicas
Labott y Martin, 1987; Martin y Bobbin, 1988; Wooten, 1997). Fry (1979) cree que
el humor y la risa fomentan la buena salud física, en concreto por su efecto posi-
tivo sobre las condiciones asociadas al estrés. Sin embargo, la literatura no
incluye muchas investigaciones que analicen el uso del humor en ambientes de
asistencia sanitaria.
De los estudios sobre el humor en la enfermería, tres de ellos son investiga-
ciones sociológicas en las que el humor y la salud se relacionan únicamente de
forma casual (Coser, 1959; Emerson, 1963; Fox, 1959). Robinson (1970, 1978) fue
la primera en estudiar las aplicaciones directas del humor en la enfermería.
Identificó las funciones del humor en el ámbito de la salud, reunió observacio-
nes de campo y puso en práctica el humor en el trabajo y la formación de la
enfermería. Robinsón realizó investigaciones posteriores (1977) que establecie-
ron unas pautas iniciales para cultivar el uso del humor en la asistencia sanita-
ria y en la formación profesional de los estudiantes de enfermería.
En la profesión de la enfermería, existe una tendencia siempre mayor hacia
el enfoque holístico. Orem (1985) mantenía que los aspectos físicos, psicológi-
cos, interpersonales y sociales de la salud no pueden separarse en el individuo
(pag.174). Robinson (1977) afirmaba que reconocemos a cada persona como un
ser psicosocial con su propias percepciones, motivaciones y comportamientos
(pag. xiv). Añadió que hemos analizado muchos de los compartimientos del ser
humano, incluidos la ansiedad, la frustración, el conflicto y la agresión, exclu-
yendo el humor: Hemos reconocido la necesidad que tiene el hombre de llorar
y hemos investigado este proceso a fondo. Pero no hemos prestado la misma
atención al complemento del llanto: ¡la necesidad de reír! (pag. xiv).
Levine (1980) observó que el reciente crecimiento en el interés que suscita el
humor no ha tenido mucho impacto en sus aplicaciones clínicas, quizás porque
la mayoría de la investigación y la teoría se ha orientado hacia la esencia del
humor en vez de sus usos prácticos (pag. 255). Robinson (1983) comentó sobre
la escasez de investigaciones científicas en la aplicación clínica del humor.
Las investigaciones sobre la aplicación clínica del humor para la prevención de las
enfermedades y para fomentar la salud, sobre la cultivación de un sentido del humor
y sobre el uso del humor del individuo como herramienta para reducir el estrés y en
sus prácticas diarias de salud son prácticamente inexistentes (pag. 123).
42 MAIOR
El humor en el tratamiento de los enfermos mentales
Hace falta mucha más investigación y estudio sobre las aplicaciones del humor a la
salud, no sólo en cuanto a las intervenciones en la salud mental, sino en el proceso
de curación de las enfermedades, en la prevención de la enfermedad y en el fomen-
to de la salud. Las posibilidades son abrumadoras pero muy emocionantes.
MAIOR 43
El humor y el bienestar en las intervenciones clínicas
TÉCNICA
Función Social
Coser (1959) estudió la estructura social de una sala hospitalaria y sus resul-
tados, aun siendo anecdóticos, también son valiosos. Descubrió que el humor
tranquilizaba, transmitía información, liberaba tensiones y reducía la distancia
entre las personas. Ruxton (1988) declaró que al compartir una simple histo-
rieta divertida, el profesional de la asistencia sanitaria puede mostrar sus pro-
pias vulnerabilidades y quizás fortalecer la relación con el paciente. Esto a su
vez ayuda a disminuir las distancias en la jerarquía paciente-personal. En resu-
44 MAIOR
El humor en el tratamiento de los enfermos mentales
men, el humor establece una mejor relación entre dos o más personas y acorta
la distancia social (McGhee 1979; Moody, 1996).
La siguiente anécdota personal es un ejemplo de cómo el humor puede usar-
se para mejorar relaciones y reducir la distancia social. Un día que el nivel de
ansiedad de mis estudiantes de enfermería parecía especialmente alto, compartí
con ellos una de mis experiencias como estudiante de enfermería. La escuela pro-
fesional que yo atendí tenía una regla muy estricta que prohibía vestir el unifor-
me hasta llegar al colegio; los uniformes había que llevarlos al colegio y luego
ponérselos allí. Llegó un día en el que iba a seguir a mi paciente a lo largo de una
larga cirugía ortopédica. Al ponerme el uniforme, descubrí que me había traído
dos zapatos izquierdos: uno con tacón, y el otro de un estilo rústico con una suela
delantera alta. Mi instructor no mostró la más mínima empatía y no me permitió
cambiar de zapatos. Entonces realicé ante mis estudiantes una demostración de
como tuve que caminar durante todo el día. Esto les permitió ver el lado vulne-
rable y humano de su instructora y redujo la distancia social entre nosotros.
Función Psicológica
Robinson (1983, 1991) cree que la ansiedad es una de las fuentes de malestar
que más frecuentemente estimula el recurso al humor. Cuando las personas se
vuelven ansiosas, su visión se vuelve más estrecha, su creatividad se reduce y
se irritan más fácilmente. Se cree que el uso psicoterapéutico del humor puede
reducir el estrés, la tensión y la ansiedad (Freud, 1905; Robinson, 1978). La
ansiedad la puede provocar una perdida de control asociada con cambios fisio-
lógicos y emocionales (Coser, 1959; Ruxton, 1988). El uso del humor permite al
paciente redefinir una situación a nivel cognitivo y examinar el problema desde
otra perspectiva (Ritz, 1995; Ruxton, 1988; Wooten, 1996).
La investigadora de la enfermería Sandra Ritz inventó la frase “humor del
superviviente” para describir un tipo de respuesta humorística aun más espe-
cífica (Ritz, 1995; Wooten, 1995a). El humor del superviviente es un mecanismo
de defensa activo que ayuda a la persona a enfrentarse a las amenazas y mie-
dos en vez de hundirse ante ellas. Pone de relieve el elemento absurdo que nos
hace reír para no llorar. Es un intento de sacarnos del horror y la ansiedad con
algo chocante. La risa y a veces incluso los comentarios obscenos cubren la
necesidad del superviviente para disimular su vergüenza y su humillación,
aunque las personas externas puedan no ver ninguna gracia en la situación.
Ofrece una sensación de dominación sobre algo que esta fuera del control de la
persona (Ritz, 1995, pag. 200).
MAIOR 45
El humor y el bienestar en las intervenciones clínicas
Efectos fisiológicos
Según Fry (1986), la fisiología del humor se refiere a los cambios que tienen
lugar en el cuerpo humano y que están asociados con las experiencias humo-
rísticas. Cuando los individuos entran en contacto con un estímulo que consi-
deran gracioso, la emoción que subyace a la risa se despierta. Esta emoción
puede traducirse en comportamientos como sonreír, risitas y carcajadas. Fry
sostiene que los estudios de laboratorio han demostrado que la risa y sus com-
portamientos visibles tienen un efecto sobre la mayoría de los sistemas fisioló-
gicos importantes. Existen pruebas de que la risa verdadera afecta el sistema
esquelético, el sistema respiratorio, el sistema nervioso, el sistema cardiovas-
cular, el sistema inmunológico y el sistema endocrino. Los datos aun no están
claros en relación al sistema gastrointestinal, el sistema urinario, el sistema
genital y el sistema metabólico (Fry, 1993).
Fry (1977, 1979) estudió los efectos fisiológicos de la risa tanto en los siste-
mas cardiovascular como el respiratorio. Descubrió un aumento del ritmo car-
díaco y de la presión arterial durante la risa, seguida por un breve período en
el que el ritmo cardíaco y la presión arterial caían por debajo del nivel pre-risa,
sugiriendo un modelo de estimulación-relajación (Fry y Savin, 1982). La respi-
ración del humor (risitas, carcajadas, risotadas, etc.) altera la respiración cíclica,
aumenta la ventilación y acelera el intercambio del aire residual. El resultado es
una mejorada oxigenación (Fry, 1986).
Fry (1986) cree que existen pruebas que confirman que el humor, la risa y la
emoción que las subyace afectan al sistema nervioso mediante un aumento
de la producción de catecolaminas correlacionado con el grado de risa. El sis-
tema nervioso simpático experimenta una mayor producción de catecolaminas,
aumentando el nivel de alerta y memoria, estimulando el aprendizaje y la cre-
atividad. También puede medirse una caída en el nivel de hormonas del estrés
como el cortisol y las catecolaminas (Berk et al., 1989; Wooten, 1994ª).
En el sistema inmunitario existe un aumento de la inmoglobulina A, que
combate las infecciones de las vías respiratorias superiores. También aumenta
la blastogénesis espontánea de linfocitos, con el resultado de un mayor núme-
ro y una mayor actividad de los linfocitos citotóxicos naturales (NK, natural cell
killers). Esta células atacan las células virales y algunos tipos de células cance-
rosas y de tumores. Pueden observarse aumentos en las células T activadas
(linfocitos), además de aumentos en interferones gamma, inmunoglobulina G
y complemento C (Fry, 1993; Wooten, 1997).
La risa parece ser beneficiosa para las personas que sufren de tensión mus-
cular (Fry, 1986, 1993). Cuando alguien ríe, los músculos del esqueleto al inicio
46 MAIOR
El humor en el tratamiento de los enfermos mentales
MAIOR 47
El humor y el bienestar en las intervenciones clínicas
USOS ADECUADOS
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El humor en el tratamiento de los enfermos mentales
1. NT: En inglés, la trascripción del sonido que hacen los perros al ladrar se escribe “bark”.
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El humor y el bienestar en las intervenciones clínicas
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El humor en el tratamiento de los enfermos mentales
MAIOR 51
El humor y el bienestar en las intervenciones clínicas
abrumada. Este tipo de experiencias permiten a la gente bajar las defensas por
un momento y reconocer que somos todos humanos.
2. Los profesionales de la enfermería pueden ayudar a los pacientes a recor-
dar momentos de la infancia divertidos (Buxman, 1991b; Keller, 1984; Pasquali,
1995). Algunos pacientes recuerdan los eventos agradables de su infancia con
facilidad. Otros necesitan más ayuda para recuperar memorias olvidadas.
Pueden realizarse diversos ejercicios para revivir estas bellas experiencias. Un
ejemplo es una visualización guiada en la que los pacientes cierran los ojos, rea-
lizan algunos minutos de relajación muscular progresiva y luego se visualizan
como niños. Frases como “Imagínate como un niño...vuelve ahora a tus más
tempranas memorias de la infancia... estas sonriendo... ¿por qué sonríes?” pue-
den facilitar la visualización de experiencias felices de la primera infancia. Se
puede animar a los pacientes a que traten de recordar las situaciones con el
máximo de detalle sensorial. Keller (1984) ha comprobado que este ejercicio es
más que una experiencia agradable. Puede conseguir la relajación necesaria
para la auto-aceptación. Una advertencia: Los ejercicios de visualización no
deberían emplearse con individuos que experimentan episodios de psicosis. Es
importante mantener a estos pacientes concentrados en el presente y en con-
tacto con la realidad (Buxman, 1991b).
3. Otro ejercicio que encuentro útil para recuperar memorias agradables de
la infancia y provocar la risa es la terapia de memoria dirigida a los juegos y
juguetes de la infancia. En un entorno de cuidados intensivos, durante una
sesión de terapia con un grupo mixto que incluía a varios pacientes con esqui-
zofrenia crónica, tuve la oportunidad de observar los beneficios terapéuticos de
humor que producía este ejercicio. Mientras que los otros miembros del grupo
estaban recordando sus juegos y experiencias favoritas de la infancia, George,
un esquizofrénico de cuarenta y seis años, de repente se puso a hablar. George
era un hombre gigantesco que medía casi dos metros y cuyo gran abdomen col-
gaba por encima de sus vaqueros. Normalmente solía quedarse al margen de
toda discusión, con la boca entreabierta, su pelo desordenado y una barba poco
arreglada, mostrando una emotividad muy plana. Sus comentarios, poco fre-
cuentes, normalmente resultaban tan fuera de contexto que nadie conseguía
entender qué es lo que quería decir. De repente, con una poderosa voz grave,
comenzó a recitar el guión de un viejo programa de radio:
52 MAIOR
El humor en el tratamiento de los enfermos mentales
Al terminar este chiste, George dejó caer su cabeza hacia atrás, sonrió de
oreja a oreja y comenzó a reír desde las profundidades de su descomunal barri-
ga. Los demás del grupo se desternillaron de risa. La intervención de George
fue tan inesperada, tan poco probable y tan divertida que los miembros del
grupo literalmente acabaron cayéndose de las sillas con las convulsiones de la
risa. Desde algún lugar profundo, una agradable memoria infantil se había
desatascado y a partir de ese momento George siguió interactuando con los
otros miembros del grupo a lo largo de la sesión.
4. Contar chistes es una habilidad que tanto los profesionales de la salud
como los pacientes pueden desarrollar (Buxman, 1991b; Pasquali, 1995). Según
McNary (1979), contar chistes “puede ser tan revelador como cualquier otro
género comunicativo –la mirada, el silencio, el tacto o la verbalización”
(pag.228). Para poder contar bien un chiste, hay que practicarlo al menos siete
veces. La enfermedad puede limitar la habilidad de algunos individuos para
entender el aspecto abstracto de ciertos chistes. Sin embargo, a pesar de sus
limitaciones, pueden aun disfrutar con la oportunidad de reír y de sentirse
aceptados socialmente (Buxman, 1991b). A un joven en un ala de cuidados
intensivos le gustaba intercambiar insultos jocosos. Durante un desayuno, un
grupo de su mesa se había preparado una serie de chistes del género “tu
mamá...”, y el resultado fue el siguiente diálogo:
–Tu mamá es tan gorda que cada vez que se da una vuelta ya es su cumpleaños.
–Tu mamá es tan fea que tienen que atarle unas chuletas al cuello para que el perro
juegue con ella.
–Tu abuela es tan vieja que cuando le dijeron que se comportara acorde con su edad
–¡se murio!”.
MAIOR 53
El humor y el bienestar en las intervenciones clínicas
Keller (1984) sugiere que el ritmo de los limerick puede ayudar a estructurar a
los pacientes psicóticos, aunque el objetivo principal es divertirse y al mismo tiem-
po reducir el trauma de la hospitalización. Sea cual sea la forma, la poesía puede
ser un vehículo para la comunicación. Permite a los pacientes airear y expresar
sentimientos que de otra manera pueden permanecer atrapados en el interior.
6. Las viñetas cómicas puede emplearse como una herramienta para utili-
zar el humor con pacientes mentales crónicos (Buxman, 1991b; Pasquali, 1995).
El profesional de la salud puede pedir a los pacientes que recorten y traigan una
tira cómica que les haya gustado a la sesión de grupo. En el caso de pacientes
con funciones más reducidas, el/la profesional puede ayudarles a seleccionar y
recortar la tira cómica. Estas tiras pueden ser la base de una discusión sobre por
qué a cada uno le gusta su tira, cómo se relaciona con ella y hasta que punto
puede aplicarse a su propia situación.
7. Keller (1984) ha utilizado un método bastante original de terapia del
humor: la galleta de la fortuna4. En una sesión con un grupo de pacientes muy
reprimidos, Kelly comenzó repartiendo unas galletas de la fortuna. Cada miem-
bro del grupo leyó su fortuna en voz alta. El resultado fue un gran concierto de
carcajadas y una discusión animada. El factor clave en este rompehielos no fue
el hecho de leer estas predicciones sino lo anormal del método del terapeuta,
su disponibilidad para jugar y su simpatía.
8. El uso de discos, cintas audio y videocasetes cómicos es otro método que
pueden usar los profesionales de la salud para aplicar la terapia del humor
(Buxman, 1991a; 1991b; Darby, 1997; Pasquali, 1995). Keller (1984) utilizó estos
materiales para facilitar una reacción espontánea y luego pidió a los miembros
del grupo que reflexionaran sobre los sentimientos que experimentaron en el
momento culminante de su risa. Preguntas como “¿Qué sensaciones te provo-
ca la risa?” o “¿Es la risa algo agradable? ¿En qué sentido?” pueden servir para
descubrir el impacto subjetivo del humor en el paciente.
9. Los juegos no competitivos, como aquellos que presentan Weinstein y
Goodman en su libro Playfair (1980) pueden ser útiles en la terapia del humor
(Buxman, 1991b; Pasquali, 1995). Estos juegos ayudan a romper el hielo y
aumentar la comunicación entre los pacientes de una manera divertida.
54 MAIOR
El humor en el tratamiento de los enfermos mentales
Dado que los juegos no son competitivos y todos acaban ganando, fomentan
también la auto-estima.
PRESENTACIONES CLÍNICAS
Tengo un amigo que tiene un problema con la bebida, ¿sabes? Y cuando le vi un día
tenía las dos orejas “fritas”. Le pregunté a mi amigo:
–Ken, ¿que diablos te ha pasado en las orejas? ¿Estás bien?
Me dijo que había bebido demasiado hacía algunas noches y sonó el teléfono. Por
equivocación cogió la plancha de su mujer en vez del teléfono.
–Eso explica una oreja– le dije –pero ¿qué pasó con la otra?
–Es que volvieron a llamar– respondió.
5. NT: En inglés: “You know what? You know what? You know what?”
6. NT: “No, but I know his brother, Who”. El chiste funciona en inglés porque el verbo “know” (cono-
cer) tiene dos sentidos: saber algo y conocer a alguien.
MAIOR 55
El humor y el bienestar en las intervenciones clínicas
Un hombre entra en un bar con una oca bajo el brazo y dice al camarero:
–Dame una bebida.
El camarero se da la vuelta y dice:
–Vaya cerdo ¿no?
–No es un cerdo, es una oca– dice el hombre.
–Estaba hablando con la oca– responde el camarero.
Después del segundo chiste, el grupo entero rompió a reír. Creo que sólo
algunos pocos lo entendieron, pero querían sentirse parte de la interacción
social. Joe me confesó que tenía “un millón” de chistes y que el humor era muy
importante para él, ya que le ayudaba a superar los momentos difíciles.
Entonces empezó a contarme sus problemas con el alcohol. Me pareció intere-
sante que el alcohol era un tema recurrente en ambos chistes. Parecía su mane-
ra de introducir un tema muy sensible o tabú.
3. Warner (1984) sugiere dar a los pacientes tareas humorísticas para las
sesiones de terapia, como escoger un chiste que les gusta o les disgusta, un chis-
te que les parece ofensivo, un chiste que les parece gracioso, etc. Al compartir
estos “deberes” en las sesiones de terapia, a menudo resultan iluminadores y
pueden también provocar comportamientos espontáneos.
–Toc Toc
–¿Quién es?
–Café.
–¿Café quién?
–Toc Toc
–¿Quién es?
–Café.
56 MAIOR
El humor en el tratamiento de los enfermos mentales
–¿Café quién?
–Toc Toc
–¿Quién es?
–Té.
–¿Té quién?
–Te creías que iba decir café, ¿no es así? 7
En seguida me di cuenta que este chiste era demasiado complejo para Kim,
ya que era capaz de deformarlo de mil maneras impensables. Sin rendirme ante
este obstáculo, lo intenté con otro chiste de Toc-Toc que me pareció más senci-
llo. Desafortunadamente, el chiste se basaba en los “yodel”, un estilo de canto
tirolés que Kim desconocía, y por lo tanto no le gustó. Finalmente probé con
un tercer chiste de este estilo que a Kim le encantó. Con un poco de ayuda
y de práctica, al final pudo contar bien el chiste a otro miembro del personal.
Pensando en ello, creo que Kim se benefició más de la interacción positiva, de
la risa y de la reducción en la distancia social (entre el cliente y el miembro del
personal) que del mismo aprendizaje de la aptitud de contar un chiste.
RESUMEN
7. NT: El juego de palabras original en inglés es distinto (Banana/Orange you glad I didn’t say bana-
na?). Este chiste pertenece a un género muy conocido de adivinanzas infantiles en el contexto anglosajón,
las “adivinanzas Toc-Toc” (Knock-Knock jokes).
MAIOR 57
El humor y el bienestar en las intervenciones clínicas
Se están dando pasos importantes en el ámbito del empleo del humor como
intervención terapéutica. Aun hay mucho por hacer, sin embargo, especialmen-
te en cuanto a las maneras de emplear el humor como intervención terapéutica
con los enfermos mentales. Aunque resulta un desafío de enormes proporciones,
nunca ha habido en mi opinión un momento más emocionante para trabajar en
el ámbito de la asistencia sanitaria. Las contribuciones que los profesionales de
la enfermería pueden hacer en este campo son realmente impresionantes.
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60 MAIOR
El humor en el tratamiento de los enfermos mentales
MAIOR 61
Un sistema de auto-mejoramiento
en competencias emocionales para
el crecimiento personal y su más
fácil absorción mediante el humor
Waleed A. Salameh
3
Yendo más allá de lo ya conocido en la teoría psicológica y directamente al núcleo de lo que cons-
tituye el funcionamiento humano más sano, Waleed A. Salameh realiza una original contribu-
ción en el campo de la terapia con un artículo que examina la adquisición de competencias como
un aspecto importante del trabajo terapéutico y del desarrollo personal, especialmente cuando la
adquisición de competencias emocionales sanas se ve facilitada por el humor. En este capítulo, el
Dr. Salameh presenta su nuevo modelo, el Sistema de Auto-Mejoramiento en Competencias
Emocionales (Emotional Skills Self-Improvement System o ESSIS), que puede emplearse para
ayudar a las personas a obtener una motivación constructiva y competencias vitales que les lle-
ven al éxito. Para fomentar la adquisición de competencias, ESSIS emplea como su recurso prin-
cipal los cuentos y parábolas humorísticas de distintas culturas. Estos cuentos de sabiduría risue-
ña forman un cordón umbilical humorístico que unifica a la humanidad a través del tiempo.
Lo que dejamos atrás y lo que tenemos por delante son algo insignificante en comparación con
lo que se encuentra dentro de nosotros.
Oliver Wendell Holmes
MAIOR 63
El humor y el bienestar en las intervenciones clínicas
La vida no siempre nos trata bien. Más allá de las guerras que inundan el
escenario externo de la historia humana, otras guerras cruciales se libran en el
escenario interno de nuestro teatro psicológico. Se nos presentan por doquier
desilusiones, pérdidas, muertes, errores y una infinidad de otras tragedias per-
sonales. Nadie es inmune a las afiladas espadas de Damocles que la vida cuel-
ga sobre nosotros. Cuando abrimos nuestros ojos y vemos el mundo por pri-
mera vez, la mayoría de nosotros contamos con un reducido equipaje emocio-
nal que nos pueda preparar para las batallas internas en las que sin duda debe-
remos luchar. Con el sentido del humor como nuestro más fiel aliado y refugio
perpetuo, nos aventuramos por las junglas amazónicas de la vida en busca de
la aceptación, el amor, el sentido personal y el contacto interpersonal. Siguiendo
el anhelo de crecer en el auto-entendimiento y en la comunicación con los
demás, partimos en una odisea psicológica para la que no existen mapas.
Mi propia búsqueda de un mapa fue evolucionando mientras comenzaba a
trabajar en varios entornos clínicos y hospitalarios y continuó cuando inicié una
práctica privada clínica y de consultoría. Al adentrarme en ambientes de for-
mación empresarial y coaching ejecutivo, tuve la ocasión de conocer a indivi-
duos que trabajaban en los entornos humanos más dispares. Paulatinamente
entendí que las necesidades humanas trascienden las categorías. Aprendí que,
sea como llamemos a las personas con las que trabajamos, los individuos pare-
cen buscar competencias emocionales esenciales y generales para afrontar
situaciones llenas de matices personales pero que en definitiva son parecidas.
La canción de la existencia humana resuena en todas las personas, aunque su
melodía la puedan cantar muchas voces distintas en contextos diversos. Todos
aspiramos al bienestar e huimos del malestar en sus distintas encarnaciones.
Todos anhelamos ser menos conflictivos, sentirnos más amados y apoyados y
tener éxito. Cuando nos volvemos más conscientes de nuestras opciones, nor-
malmente escogemos el auto-desarrollo. El Sistema de Auto-Mejoramiento en
Competencias Emocionales (Salameh, 1995a, 1997, 1998) ofrece una estructura
para facilitar la navegación por los mares emocionales de la vida. ESSIS puede
aplicarse en cualquier entorno, sea personal, clínico u organizacional, en el que
los individuos aspiren a obtener niveles más altos de eficacia emocional intra-
personal e interpersonal. Puede emplearse en la psicoterapia individual, de
grupo y de familia, en cursos de formación dirigidos hacia el bienestar y el cre-
cimiento personal, y también en el coaching de competencias emocionales en
entornos empresariales y organizacionales. En este sentido, el sistema de for-
mación en competencias emocionales descrito en este capítulo permite un
ámbito de aplicación múltiple.
64 MAIOR
Un sistema de auto-mejoramiento
Dado que el concepto del humor proviene de la raíz latina humere o hume-
dad, ofrece la tierra fértil y húmeda que nutre las semillas del cambio cons-
tructivo. El modelo ESSIS por lo tanto emplea el humor para facilitar la absor-
ción de las competencias emocionales del sistema por parte de los participan-
tes. Las herramientas humorísticas utilizadas en este capítulo son parábolas
Zen y Sufi, cuentos populares, proverbios y aforismos. Tanto la tradición Zen
como la Sufí emplean el humor como un vehículo directo para provocar el cam-
bio humano. Los maestros Zen y Sufi a menudo cuentan parábolas cómicas
para sorprender a sus estudiantes, contrarrestar la obsesión de los discípulos
con la racionalidad y mostrar el camino hacia la iluminación. En el sufismo, al
querido Mulla Nasruddin (que también puede llamarse Hodja, Joha o Bohlul,
según el contexto histórico o la cultura en la que se cuenta el cuento) se le iden-
tifica como el símbolo del cambio. Existen cientos de historias sobre las refres-
cantes y divertidas opiniones y las actitudes de Joha hacia una infinita variedad
de temas. Se le presenta como un loco sabio, el payaso de la verdad, un mala-
barista de las realidades, quizás no muy distante de la figura del terapeuta
humorístico.
Las otras fuentes de sabiduría cómica que he explorado son los valiosos
cuentos, aforismos y proverbios populares que existen en todas las culturas.
Todas las sociedades conocidas por la humanidad poseen un tesoro de conoci-
miento tradicional. Este conocimiento, de libre uso y disfrute, consiste de cuen-
tos, aforismos, dichos y proverbios humorísticos que la cultura considera medi-
cina emocional orgánica para sanar y suavizar los problemas que sus miembros
se van encontrando. Estas fuentes de conocimiento son regalos de valor incal-
culable que nos han legado nuestros antepasados comunes. Sus beneficios rege-
nerativos son equivalentes a un gesto compasivo intergeneracional, un guiño
de complicidad y aprobación que nuestros mayores nos hacen a través del tiem-
po y del espacio. Como las plantas sanadoras del bosque tropical, estos cuentos
y aforismos son parte del equipo de supervivencia de la humanidad, un com-
ponente precioso e irremplazable de nuestra herencia humana. Son símbolos
del anhelo humano de la armonía y de la sanación de los males. Representan
esquemas emocionales sanos que apelan a la búsqueda humana de los para-
digmas de la seguridad, la síntesis, la resolución y la catarsis. Facilitan las tran-
siciones que al principio resultan inaceptables y anuncian las nuevas estaciones
y momentos de cambio decisivo. Son ladrillos con los que podemos construir
un santuario para la auto-curación y la empatía. Por lo tanto, se utilizarán estas
fuentes de sabiduría humorística para facilitar e ilustrar cada una de las com-
petencias que componen el sistema ESSIS. En este sentido, el modelo ESSIS es
MAIOR 65
El humor y el bienestar en las intervenciones clínicas
1. Afrontar el enfado
2. Entender y expresar sentimientos personales
3. Entender los sentimientos de los demás con empatía
4. Actuar para cambiar la propia vida
5. Deshacerse de la mente quejumbrosa
6. Jugar con los límites
7. Aceptar la estupidez y el caos
8. Aprender a autoanalizarse
9. Enlazar distintos eventos emocionales mediante los enlaces causales
10. Reconocer que nadie tiene el monopolio de la verdad
11. Respetar las fronteras en las relaciones
12. Construir soluciones prácticas
13. Ver las cosas desde la perspectiva más amplia
14. Desprenderse de la vergüenza
15. Llegar a un entendimiento con la familia
16. ¡Divertirse!
17. Resolver el trauma
18. Desarrollar el auto-cuidado emocional
19. Concentrarse en los problemas, no en la venganza
20. Superar el fracaso
21. Aprender a ser paciente
22. Recuperar la esencia
23. Gestionar los finales de manera productiva
En los apartados que siguen voy a describir cada una de estas habilidades
emocionales e ilustrar cómo su aprendizaje puede mejorarse empleando recur-
sos humorísticos concretos que pueden aplicarse en cada caso.
AFRONTAR EL ENFADO
66 MAIOR
Un sistema de auto-mejoramiento
te tener que morir. Otras razones para enfadarse incluyen: los atascos, la devas-
tación que crean las adicciones a las drogas, el mundo injusto en el que vivimos,
el genocidio en Rwanda, la degradación del medio ambiente, o incluso ¡las lla-
madas a un Dios que no responde a sus llamadas! Razones psicodinámicas para
enojarse incluyen el enfado que provoca la autoridad, el enfado no resuelto por
la muerte de un ser querido, el enfado que provocan figuras paternas u otras
con las que aun tenemos asuntos por resolver, el enfado de que nos dejen y el
enfado que nos provoca todo el amor que anhelábamos y no recibimos. Siempre
que sea posible, debemos afrontar nuestro enojo reprimido expresándolo den-
tro del contexto específico al que pertenece sin caer en las trampas de la vio-
lencia, la mala educación o el sarcasmo. Cuando se procesa de la manera ade-
cuada, la ira es tan válida como cualquier otra de nuestras emociones para reve-
lar nuestra identidad emocional y lo que valoramos o no valoramos. Estas son
algunas ideas que nos pueden ayudar a entender y procesar el enfado:
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El humor y el bienestar en las intervenciones clínicas
5. Un día el rey leyó a Joha algunos poemas que había escrito. Le preguntó
a Joha su opinión sobre los poemas. Joha dijo: “No me gustan”. El rey se sintió
ofendido y ordenó que se le metiera a Joha en la cárcel. Tres meses más tarde,
le soltaron a Joha de la cárcel y se le invitó a la corte para pasar la tarde. El rey
sacó algunos de sus nuevos poemas y comenzó a leérselos a Joha. Joha inme-
diatamente se levantó y se preparó para irse. El rey le preguntó a Joha a dónde
iba y Joha respondió inmediatamente: “¡A la cárcel!” (Esta historieta puede uti-
lizarse provechosamente con personas que se obstinan en negar su enfado,
incluso cuando está plenamente justificado).
6. “No puedes sanar la tierra árida bañándola en el fuego” o “No saltes de la
sartén al fuego”. (En muchos casos, la ira debe gestionarse en pequeñas dosis).
68 MAIOR
Un sistema de auto-mejoramiento
Uno de los resultados que se espera conseguir con una intervención de cre-
cimiento personal es que los clientes aprendan el valor de experimentar y
comunicar la empatía hacia los demás. Entender y reflexionar sobre los senti-
mientos ajenos es un ingrediente crucial de cualquier interacción humana efi-
caz, ya que esta actitud acerca a las personas a pesar de sus distintos puntos de
vista. La empatía puede aprenderse de tres maneras. En primer lugar, puede
comunicarse mediante la propia empatía del guía hacia el cliente, de tal mane-
ra que este último experimente un proceso emocional correctivo a lo largo de la
intervención. En segundo lugar, una persona puede aprender la empatía pro-
gresivamente a lo largo de la vida cotidiana practicando las lecciones y las
intuiciones obtenidas en su trabajo de crecimiento personal. El tercer proceso
que permite a un cliente asimilar la empatía es lo que llamo “El método de Ed”.
El ex-alcalde de Nueva York Ed Koch se hizo famoso con su costumbre de
pasearse con los neoyorquinos por la calle y asaltarles con su célebre pregunta:
“¿Qué tal lo estoy haciendo?”. Si preguntamos a los demás “¿Qué tal lo estoy
haciendo contigo?” mejoramos el potencial de empatía mientras que nos vol-
vemos vulnerables y abiertos emocionalmente a las reacciones del otro. El inter-
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El humor y el bienestar en las intervenciones clínicas
1. “Las rosas siempre desprenden parte de su perfume sobre las manos que
las regalan”. (Este memorable proverbio describe de manera elocuente el hecho
de que la empatía permite disfrutar de su perfume tanto al que la ofrece como
al que la recibe).
2. “Una palabra atenta puede distraer al burro del comer su paja”. (Este pro-
verbio se utilizó con un cliente egocéntrico al que resultaba difícil entender las
perspectivas ajenas. Temía que si sentía empatía con otra persona, esto signifi-
caría que estaba completamente de acuerdo con ella. Expliqué que la empatía
es un gesto de atención amable hacia otra persona, pero no significa que nece-
sariamente se esté de acuerdo con ella. Traté entonces de perforar su barrera
auto-protectiva con este divertido proverbio, y ella río de buena manera al
oírlo. Con el tiempo, aprendió progresivamente a relajar el puño cerrado que
asemejaba su actitud emocional.
3. Un vecino se acercó a la casa de Joha un día para quejarse sobre su mujer.
Al oír la queja, Joha dijo “Sin duda tiene razón, ¡estoy de acuerdo!”. Un poco
más tarde, la mujer del vecino pasó por ahí y se desahogó con Joha sobre su
marido. Joha escuchó atentamente, y luego dijo: “Señora, tiene razón, ¡estoy
completamente de acuerdo con usted!”. La mujer de Joha, que había observado
todo el episodio, se acercó y le preguntó: “¿Cómo pueden tener la razón los
dos? ¡No puedes estar de acuerdo con los dos!”. Joha respondío: “Bueno, que-
rida mía, ¡creo que tú también tienes razón!” (Este cuento ilustra que el corazón
de la empatía es lo suficientemente grande como para escuchar voces distintas
y aparentemente contradictorias).
Todas las palabras del mundo no pueden igualarse al poder de una acción
elocuente. El proceso de cambio avanza sólo cuando los individuos comienzan
a seguir sus intuiciones para cambiar sus vidas. Todos recibimos el mismo día
cada mañana. ¿Qué harás tú con tu día de hoy?
1. Trabajaba con un cliente que tenía un gran talento para teorizar sobre lo
que debería hacer para mejorar, pero nunca seguía ninguna de sus propias reco-
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Un sistema de auto-mejoramiento
Hay personas que parecen tener una piedra en el zapato que no consiguen
quitarse nunca. Siempre tienen un montón de razones para quejarse sobre ellos
mismos, sobre los demás o sobre este mundo inacabado en el que vivimos. Las
acciones de estigmatizar, condenar, vilipendiar, calumniar y difamar son enfer-
medades que bloquean nuestro crecimiento personal. Por lo tanto, es funda-
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Un sistema de auto-mejoramiento
seguir en un puesto de trabajo una vez que el potencial excede los parámetros
del puesto). También es útil tener en cuenta los límites intelectuales o emocio-
nales de los demás, y hasta qué punto son capaces de absorber, dar o participar.
1. El rey, que no estaba muy contento con el espíritu demasiado libre de
Joha, dijo un día: “Si puedes probar que no soy más poderoso que los otros
mortales, incluido tú mismo, te daré cien monedas de oro. Si fracasas, te colo-
caré sobre un asno, mirando hacia atrás, con la barba afeitada y haré que se te
pasee por toda la ciudad como a un idiota”. Joha respondió, “Lo intentaré, lo
intentaré, pero antes me gustaría que ordenara a estas moscas que no me moles-
ten”. El rey dijo, “Pero las moscas no seguirán mis órdenes”. Entonces reflexio-
nó un poco sobre el tema y decidió dejarlo. (Este cuento puede emplearse con
aquellos que se niegan a reconocer los límites ajenos).
2. Un amigo pidió a Joha que le diera algo de dinero y una fecha fija en la
que se lo repagaría. Joha respondió: “No tengo ningún dinero que darte, pero
puedo darte la fecha”. (Este cuento puede aplicarse en situaciones donde algu-
na persona no entiende los límites financieros de cada uno).
3. Un vecino se acercó a Joha un día para pedirle prestado su burro. Joha
respondió que el animal no estaba. En ese momento, el burro rebuznó sonora-
mente en el establo de Joha. El vecino dijo enfadado: “¡Tu propio burro te dela-
ta!”. Joha respondió tranquilamente: “No puedo discutir con una persona que
da más valor al rebuzno de un burro que a las palabras de su vecino”. (Cuando
los individuos no quieren aceptar un cierto límite, se vuelven ciegos hacia las
interacciones interpersonales).
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APRENDER A AUTOANALIZARSE
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Figura 3.1
Modelo de Proceso de la Psicoterapia Integradora de Corto Plazo
ARQUEOLÓGICO CONTEMPORÁNEO
HUMOR
HUMOR
INTEGRACCIÓN1
INMEDIATEZ SUBJETIVIZACIÓN
Tabla 3.1
Definición de las seis etapas en el modelo ISTP
1. Se trata de una palabra inventada por el autor combinando los conceptos “integración” y “acción”.
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5. “¿Por qué se quito la vida el tacaño? Porque encontró un féretro con una
oferta imbatible”. (Los patrones son difíciles de erradicar).
6. Hace mucho tiempo vivía un rey que reinaba sobre sus tierras con un
puño de hierro. Sin embargo, el rey tenía un primer ministro iluminado que le
convenció para que relajara un poco su actitud dictatorial y permitiera celebrar
unas elecciones para formar un parlamento de representantes elegidos por el
pueblo. Según se fue avecinando la fecha de las elecciones, el rey se fue ponien-
do cada vez más nervioso. Ordenó a su jefe de policía que pusiera en marcha
las artimañas necesarias para que las elecciones salieran en beneficio del rey. El
primer ministro supo del complot y preguntó al jefe de policía sobre el asunto,
y éste contestó: “Su majestad me ha asegurado que no quiere amañar la vota-
ción. Sólo quiere saber los resultados con antelación”. (Los hábitos y patrones
establecidos permiten a menudo predecir correctamente el comportamiento
actual de una persona).
7. Al trabajar con el tema de los enlaces, a veces comento a los clientes:
“Sabes, no sé si llegaremos a cazar a nuestros patrones, pero tarde o temprano
nuestros patrones nos cazarán a nosotros”. (Este comentario sigue la línea de
fomentar un intento decisivo de extirpar los patrones disfuncionales, en el
mismo espíritu de un comentario como “La vida es corta, no te cortes”).
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prevenido y perdió control del burro. Cuando la gente del pueblo, sorprendida,
le pregunto a Joha a donde iba con tanta prisa, él grito: “No me lo preguntéis a
mí, ¡preguntádselo a mi burro!” (Cuando se violan las fronteras, los resultados
pueden ser totalmente impredecibles).
Cuando nos quedamos mirando las migas, no podemos ver el pan. Las dis-
tracciones de la vida a menudo nos pueden distraer de la atracción principal.
Cuando trabajamos con distintas personas, es interesante observar cómo los
individuos pueden distraerse y perder de vista sus intereses principales al per-
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Un sistema de auto-mejoramiento
seguir preocupaciones que en definitiva son inútiles pero que les restan tiempo
y energías. Si el formador descubre un descarrilamiento de los objetivos unido
a un mal uso de energías, puede entonces ayudar a su cliente a identificar
donde están las recompensas más importantes para él o ella y volver a dirigir
las energías desde lo trivial a lo esencial.
1. Una mujer llevó a su querido hijo Juanito al lago para nadar. Juanito nado
demasiado lejos, se cansó y se empezó a ahogar. La madre vio que el niño se
estaba ahogando y comenzó a gritar socorro y auxilio para que alguien salvara
a su hijo. Un hombre valiente que pasaba por ahí se lanzó directamente al agua,
nadó hasta Juanito y lo trajo sano y salvo a la playa. La mujer, al ver a Juanito,
se volvió al rescatador y le reprochó severamente: “Juanito llevaba una gorra.
¿Dónde está su gorra?”. (Este cuento puede emplearse para ilustrar lo absurdo
que resulta encallarse en los detalles insignificantes y olvidarse del objetivo
principal).
2. Un ratón estaba cruzando los raíles del tren para volver a casa. Mientras
que los cruzaba, pasó el tren y le cortó la cola. Cuando llegó a casa, se dio
cuenta que había perdido la cola en los raíles del tren. Decidió volver a por
ella. Cuando el ratón estaba buscando la cola en los raíles, pasó el tren una vez
más y le cortó la cabeza. ¿Cuál es la moraleja de la historia? Un ratón nunca
debería perder la cabeza por un pedazo de cola. (Este cuento es perfecto para
despertar a los clientes que invierten sus energías en actividades poco pro-
ductivas, inútiles o especialmente destructivas, dejando de lado su vocación
principal).
3. “No puedes dejar que los pequeños tributarios te distraigan de la bús-
queda del río”. (En definitiva: ¿Donde está el oro en esas montañas?)
DESPRENDERSE DE LA VERGÜENZA
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Figura 3.2
Grietas de identidad provocadas por la vergüenza
Negación Fracaso Sobrecompensación Disimulo
Formación de la identidad Grieta de Grieta de Grieta de Grieta de
Un sistema de auto-mejoramiento
Trauma y depresión
Ansiedad
cronológico
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El humor y el bienestar en las intervenciones clínicas
Todos venimos de algún sitio. Una de las certezas de la vida es que cada uno
de nosotros ha tenido una infancia, padres o figuras paternas y una tierra for-
mativa que podemos llamar la familia que ha moldeado en parte nuestra ma-
nera de percibir la realidad. Tarde o temprano, debemos enfrentarnos con la
herencia emocional que nuestra familia nos ha legado.
Si tenemos que identificar aquellos individuos con los que tenemos relacio-
nes llenas de ambivalencia, muchos de nosotros pensaríamos en primer lugar
en la familia. Los miembros de nuestra familia han sido a menudo los que se
han comportado con más amor hacia nosotros y también los que se han com-
portado con menos amor. Una de las tendencias interesantes que he notado a lo
largo del tiempo es que tendemos a categorizar a nuestros padres y a otros
miembros de la familia en roles muy extremos de un lado o del otro: Algunos
colocan a sus padres en un altar sagrado, viéndoles como perfectos e infalibles.
Por el contrario, otros tienden a demonizarles y describirles como malvados o
inútiles. Sin embargo, la verdad puede encontrarse en algún lugar entre estos
dos extremos. Excepto en casos en los que la madre o el padre era un psicópata
criminal o una persona que sufría de disfunciones extremas, la mayoría de los
padres exhiben porcentajes variables de comportamientos tanto constructivos
como destructivos hacia sus hijos a lo largo del tiempo. Ser padre es un trabajo
en el que uno puede equivocarse. Desde luego que los padres se pueden com-
portar de forma estúpida y caótica como los demás seres humanos, pero tam-
bién son capaces de acciones nobles y positivas. Quizás nuestras desilusiones
recurrentes con nuestros padres provienen del hecho que, en los ojos de un
niño, los padres comienzan siendo Superman o la Mujer Biónica. La actitud ini-
cial del niño o niña hacia sus padres es de adoración, amor y cariño incuestio-
nable. Representan los héroes imbatibles y ubicuos de su mundo. Por supues-
to, según vamos creciendo la pintura de las estatuas sagradas se va resquebra-
jando y cayendo trocito a trocito. Nuestros padres comienzan a adquirir dimen-
siones más realistas como seres humanos que habitan un cuerpo humano y que
pueden poseer cualquier debilidad humana. Dado que ninguno de nuestros
padres recibió un diploma de la Universidad Parental antes de procrearnos, y
comenzó sin ninguna competencia en materia de ser padre o madre excepto sus
experiencias infantiles con sus propios padres, nos convertimos desafortuna-
damente en los conejillos de indias de sus experimentos paternos. ¿Cómo
podemos ajustarnos a este sistema existencial tan absurdo? Muy a menudo con
sentido del humor y respuestas compasivas.
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Un sistema de auto-mejoramiento
Tres conceptos técnicos parecen relevantes al trabajar con los asuntos que
quedan por resolver con nuestras figuras paternas y maternas y con nuestros
hermanos y hermanas: los conceptos de diferenciación, calibración y distensión.
El concepto de diferenciación nos ayuda a separar el trigo de la paja. Mediante
la diferenciación, el individuo aprende a distinguir el comportamiento disfun-
cional del padre o madre de su comportamiento positivo y constructivo. En vez
de polarizar la figura como toda buena o toda mala, el individuo comienza a
entender que puede haber exhibido ambos aspectos en distintos momentos. De
esta manera, puede identificar, elogiar y absorber psicológicamente los aspectos
positivos del padre/madre con una identificación constructiva mientras que
renuncia y se distancia del comportamiento disfuncional. Dicho de manera sen-
cilla, mantenemos los valores y comportamientos redentores del padre/madre y
evitamos los patrones y comportamientos inadecuados sin condenar ni deificar
excesivamente la persona. La diferenciación nos permite discriminar de manera
justa entre los aspectos del repertorio psicológico que son poco sanos para noso-
tros y aquellos con los que nos sentimos cómodos.
El segundo concepto que puede emplearse para ajustarse a la herencia (o
locura) de los padres es la calibración. La calibración se refiere a la moderación
y reorientación de las respuestas, tanto subjetivas como interpersonales, de tal
manera que la persona pueda obtener un sentido de la proporción al dirigirse a
las figuras paterna y materna. El trabajo de calibración puede tener lugar tanto
si los padres del cliente están vivos como si no, dado que el trabajo emocional
con otro individuo no termina con su muerte física. En vez de reanimar senti-
mientos de rechazo, enfado y retraimiento al entrar en presencia real o simbóli-
ca con un padre/madre, se puede ser más equilibrada al enfrentarse a las figu-
ras de los padres: poniendo límites, discriminando entre las partes de la interac-
ción con los padres que funcionaban y las que no, y expresando las preferencias
sobre comportamientos deseados que ayudarían a fomentar el desarrollo perso-
nal. Si el padre/madre ya no vive, entonces el proceso de calibración puede lle-
varse a cabo mediante un juego de rol. La calibración es un proceso abierto y
continuo. Es necesario tanto para ajustarse en cada momento al miembro de la
familia y para obtener una terminación emocional de las situaciones familiares.
El tercer concepto que puede facilitar las interacciones con nuestros padres es
la distensión. Distensión significa que vamos distendiendo la relación con nues-
tros padres para que sea menos estresante y más amigable. Nos entrenamos para
estar en su presencia sin dejar que las experiencias pasadas afecten negativa-
mente las interacciones en el presente. Nos acercamos a ellos con compasión y
consideración, desarrollando un agarradero emocional nuevo y sano en la inte-
MAIOR 97
El humor y el bienestar en las intervenciones clínicas
racción. Dado que este método requiere que el padre, madre u otro miembro de
la familia se esfuerce más en la relación, puede que al inicio se encuentre algo de
resistencia. Sin embargo, su tono respetuoso puede finalmente tentar a la perso-
na a entrar en una relación equilibrada y amigable.
Si tejemos la diferenciación, la calibración y la distensión en el tejido de
nuestras relaciones con los padres y/o la familia, podemos permitir que las par-
tes sanas de nuestra familia entren en nuestras vidas. Por otro lado, podemos
también estructurar nuestras relaciones de familia de tal manera que los aspec-
tos disfuncionales de los padres no invadan nuestra existencia, creando fronte-
ras adecuadas que limiten las entradas y salidas de la familia en nuestras vidas.
Un ejemplo que me viene a la mente es el de una cliente con la que trabajé en
psicoterapia que apreciaba el afecto de su madre hacia sus hijos pero a quien no
le gustaban las repetidas intrusiones en su vida para “visitar a los nietos”. La
madre de esta mujer sabía que los niños daban lecciones de natación e inició la
costumbre de aparecer en la piscina cada vez que sus nietos tenían lecciones.
Sin embargo, la hija había organizado su tiempo de tal manera que pudiera dis-
frutar de sus dos hijos a solas durante las lecciones de natación. Esta situación
era sintomática de la ceguera de la madre hacia las fronteras de la hija y sus
intrusiones en la vida de ella que siempre habían sido la norma. Empleando la
trilogía conceptual de diferenciación, calibración y distensión, la hija pudo
decir a su madre que las lecciones de natación eran un tiempo que había reser-
vado para disfrutar con sus hijos sin otras personas. Si la abuela quería ver a los
niños, debía dejar de aparecer sin avisar y hacer una cita en otros momentos
disponibles. Ella apreciaba el afecto de la abuela hacia sus nietos, pero no a
costa de sus momentos de mayor intimidad con su propia madre. Recibía con
gusto el amor, pero no la intrusión. A través de este incidente, la madre comen-
zó a darse cuenta que su hija tenía una identidad claramente distinta de la suya,
y que necesitaba respetar esta identidad aun manteniendo su afecto e inva-
diendo menos los espacios. El resultado final fue una situación en la que todos
ganaron: la abuela, la cliente y los nietos.
Cuando se ponen en funcionamiento estos conceptos y técnicas, pueden
ayudar a desarrollar una relación constructiva con nuestros padres o hermanos,
a no ser que los padres padezcan alguna enfermedad mental severa y crónica.
E incluso en estos casos, todos los seres humanos pueden aprender en el plano
emocional. Además, adoptar este método relacional nos ofrece la posibilidad de
convertirse en un modelo positivo para los propios hijos cuando los hubiera,
contribuyendo a la mejora de las relaciones familiares futuras en la sociedad
más amplia. En algunos casos en los que la ira u otros sentimientos hacia un
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Un sistema de auto-mejoramiento
1. “La familia es una cita a ciegas genética”. (Utilicé esta cita de Erma
Bombeck con un cliente que creía que había tenido muy mala suerte con los
padres que le habían tocado. En un primer momento respondió con la risa, a la
que siguió una reflexión más seria sobre la irónica verdad que no podemos ele-
gir nuestros padres y que a menudo nos pueden desagradar las características
tanto físicas como emocionales de esta cita a ciegas genética. Para fomentar la
aceptación de esta ironía inevitable, seguimos discutiendo el hecho de que las
citas a ciegas son aleatorias. Unas veces tienes más suerte que otras, pero el
objetivo es tomárselo con un cierto sentido del humor, mantener la mente y el
corazón abiertos y divertirse.
2. “Tu familia no es más que un grupo de gente con los que te toca viajar
en ascensor”. (Utilicé esta cita de Jodie Foster con una cliente que sentía un gran
peso de obligación hacia otros miembros de la familia por el hecho de estar rela-
cionada con ellos. Consiguió deshacerse de su sentido innecesario de obliga-
ción cuando se dio cuenta de lo absurdo de sus creencias –no nos acercamos
demasiado con las personas que nos tocan al lado en el ascensor, ¡sólo quere-
mos salir del ascensor!).
3. “Cuando vuelves a visitar a tus padres, te alegras de verles la primera
semana que les ves, y luego empiezas a acordarte de por qué te fuiste”. (Utilicé
este comentario con un cliente que se lamentaba por sus “vacaciones echadas a
perder” con sus padres. Cuando fue a visitarles, descubrió algunos patrones de
comportamiento disfuncionales en los que nunca se había fijado, con la lupa de
sus aprendizajes terapéuticos. Este descubrimiento le hizo sentirse deprimido y
desilusionado al volver de sus vacaciones. Con la ayuda de esta idea cómica,
obtuvo algo de perspectiva sobre el hecho de que al fin y al cabo, había dejado
su casa con un buen motivo).
4. David tenía un padre católico y una madre judía. Ambos querían que
aprendiera los caminos de su fe particular. Cuando llegó el momento de la pri-
mera comunión de David, su padre preparó la ceremonia en la parroquia cató-
lica del barrio. Pero su madre también quería que tuviera un Bar Mitzvah y
notificó al rabino sobre la ceremonia. El día de la primera comunión de David,
cuando el cura le estaba dando el cáliz, el rabino agarró al cura del hombro y
MAIOR 99
El humor y el bienestar en las intervenciones clínicas
preguntó: “Perdone, ¿me permite?”2. (Este chiste puede emplearse con las per-
sonas que deben resolver problemas relacionados con padres de distintas cul-
turas o matrimonios mixtos. El mensaje del chiste es que los híbridos funcionan.
Los híbridos en la naturaleza y en la vida humana a menudo están más prepa-
rados para enfrentarse a los cambios futuros que los seres de los que descien-
den. Los hijos pueden aprender a estar orgullosos de su “cóctel familiar” por-
que los beneficios y aprendizajes que obtienen de él son mucho más preciosos
que sus desventajas).
DIVERTIRSE
2. NT: La frase original en inglés, “May I cut in please?”, es una referencia a una petición de cambio de
pareja en los bailes de salón.
3. En el original es “Casper, the friendly ghost”, o Casper el fantasma simpático. Dado que este perso-
naje apenas se conoce en España, decidí sustituirlo.
100 MAIOR
Un sistema de auto-mejoramiento
1. “El hombre no vive sólo de la proteína”. (Uso esta cita de Milton Erickson
con las personas que se toman la vida demasiado en serio para su propio bien).
2. “Cuando tengo que elegir entre dos males, siempre escojo el que aun no he
probado”. (Esta cita de Mae West puede emplearse para fomentar la apertura
hacia la experimentación en la vida y alejarse de la melancolía y las precauciones
excesivas. Esta cita tiene un efecto similar a la anécdota del hombre que rezaba
“Oh Señor, por favor líbrame de las tentaciones, pero aun no”).
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El humor y el bienestar en las intervenciones clínicas
RESOLVER EL TRAUMA
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Un sistema de auto-mejoramiento
MAIOR 103
El humor y el bienestar en las intervenciones clínicas
pequeños detalles dan vida a los sentimientos asociados con el evento traumá-
tico y permiten al individuo revivirlo de un modo catártico con la ayuda del
guía, y a lo largo de este proceso el código secreto del trauma aparecerá.
Mi teoría es que la resolución del trauma es una variable fundamental para
obtener el bienestar emocional. Aunque no existen reglas fijas sobre el número
o la frecuencia de los eventos traumáticos en la vida del individuo, puede darse
por sentado que cada individuo ha experimentado uno o más traumas duran-
te algunos períodos de su vida. Es preciso dedicar esfuerzos y concentración
serios a la tarea de descifrar el código y resolver estos traumas.
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Un sistema de auto-mejoramiento
MAIOR 105
El humor y el bienestar en las intervenciones clínicas
estar con nuestros amigos y familia, necesitamos dedicar tiempo a estar con
nosotros mismos, sin estar involucrados en ninguna otra tarea aparte de rela-
jarnos y auto-explorarnos. Tomarse el tiempo para considerar nuestros propios
sentimientos sobre distintos temas y encontrar una resolución adecuada dentro
de nosotros sin duda tiene un valor positivo. Cuando nos tomamos un descan-
so de la lucha competitiva por el pan de cada día, de la sobrecarga de informa-
ción y del mantra podrido de la vana acumulación materialista, podemos crear
una oportunidad verdadera para sanarnos desde dentro y comprender el sen-
tido de nuestras vidas. Al atravesar este proceso pueden surgir muchos senti-
mientos. Nos puede apetecer llorar o reír. Podemos sentirnos ansiosos o depri-
midos. Podemos experimentar un período de preocupación que necesita atra-
vesar la pantalla de nuestro horizonte emocional. Si dejamos que todas estas
reacciones emocionales sigan su curso, nos quedaremos con lo único que
queda: una calma total, sencilla y apacible. Es por ello que el auto-cuidado es
un sanador y un amigo. Nos rescata cada vez que lo necesitamos.
Si dedicamos tiempo a estar con nosotros mismos sin teléfonos u otras inte-
rrupciones, podemos comenzar a sacar algo de tiempo de la vorágine para sanar-
nos. Cuando nos sentimos dañados, traumatizados o afligidos por alguna situa-
ción, debemos dedicar algo de tiempo para el auto-cuidado. Antes de iniciar un
ataque, una retaliación o cualquier otro acto impulsivo, quizás podamos mirar
hacia adentro para entender y arreglar aquellas partes de nosotros que se han
roto. Las buenas noticias son que nunca es demasiado tarde. Cualquier momen-
to es bueno para la reflexión interna sobre quién somos y a dónde vamos. Las
siguientes preguntas pueden dar un impulso al proceso de auto-cuidado: ¿Puedo
salir fuera del círculo de mis propias preocupaciones? ¿Estoy en paz conmigo
mismo? ¿Me gusto? ¿Cuando fue la última vez en la que cuando algo salió mal
miré dentro de mí mismo en vez de culpar a otra persona? ¿Soy alguien que ele-
giría yo mismo como amigo? Solamente el lector centrado y auto-reflexivo puede
responder a estas preguntas íntimas. Cuando obtenemos la paz interna, la paz
externa sin duda la seguirá: El auto-cuidado tiene su recompensa.
1. Como ejercicio para descubrir el poder del auto-cuidado, cierra los ojos
e imagina que dentro de ti miras a una gran pantalla en blanco. Proyecta el
número veinticuatro en esta pantalla y luego di veinticuatro o en voz alta o
mentalmente. Inicia una cuenta atrás desde veinticuatro a cero, asegurándote
que proyectas cada número en la pantalla y lo dices en voz alta o mentalmen-
te antes de seguir al siguiente número. Ahora toma conciencia de cómo te sien-
tes. Si has llevado a cabo el ejercicio como lo he descrito, habrás notado una
inmediata sensación de relajamiento que te invade y te ayuda a tranquilizarte.
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Un sistema de auto-mejoramiento
Viejo estanque,
La rana salta–
Plop.
(Meditar sobre nuestra existencia es como dejar que un barco flote libre
sobre un lago tranquilo en una noche perfecta de verano, sin nadie a la vista,
completamente solos con la noche).
4. Un cómico con el que trabajé me contó sobre una vez en la que le contra-
taron para realizar un espectáculo en un club de la comedia. Al acabar la noche
se sintió muy satisfecho con su propia actuación. Sin embargo, esa noche en
concreto tuvo mala suerte con un público compuesto de personas malhumora-
das y difíciles de satisfacer. Primero se metieron con él sin razón alguna.
Después de un rato, algunos de ellos se marcharon en mitad del espectáculo. Su
primera reacción al fracaso fue culparse a sí mismo, decirse que “había hecho
algo mal”. Sin embargo, se permitió entrar en un estado de auto-cuidado emo-
cional y reflexión sobre lo sucedido. Los pensamientos negativos atravesaron
su horizonte emocional y se fueron disipando. Persistió con el auto-cuidado.
Finalmente, oyó una voz que surgía desde dentro y se imaginó diciendo a su
público malhumorado: “¿Sabéis qué? ¡Os habéis perdido un espectáculo
genial!” (Existe un poder sanador dentro de nosotros que podemos potenciar si
dedicamos tiempo a la práctica del auto-cuidado emocional).
5. “Si la iluminación no está donde estás tú, ¿donde vas a mirar?”. (Este
dicho Zen nos invita a considerar la idea de que lo que creímos perdido estaba
siempre con nosotros).
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El humor y el bienestar en las intervenciones clínicas
108 MAIOR
Un sistema de auto-mejoramiento
MAIOR 109
El humor y el bienestar en las intervenciones clínicas
actitudes del cliente. Una vez que había redirigido sus energías hacia un cami-
no menos vengativo hacia su “enemigo”, fue muy fácil para él resolver su pro-
blema.
He encontrado que este tipo de bloqueo psicológico es bastante común en
muchos de los individuos con los que trabajo. Sus obsesiones con encontrar un
culpable de sus problemas les devora todas las energías disponibles para el
cambio. Siguiendo el principio de la magnetización de la energía propuesta por
este autor (Salameh, 1995b), la energía psicodinámica del individuo puede
verse monopolizada por un imán disfuncional que tiende a tomarse la mayor
parte de las energías disponibles de una persona. El humor puede emplearse
para descentrar y fragmentar el imán improductivo, liberando las energías
emocionales y la inercia dinámica hacia el bienestar, fomentando una redistri-
bución adecuada de la energía para comportamientos más constructivos. La
figura 3.3 aclara la relación entre los imanes y el papel que desempeña el humor
en la redistribución de la energía.
Figura 3.3
El principio de la magnetización de la energía y el papel del humor
en la redistribución de la energía
110 MAIOR
Un sistema de auto-mejoramiento
SUPERAR EL FRACASO
1. “La tierra es más dura después de la lluvia”. (El fracaso aumenta la capa-
cidad de respuesta).
2. “Puedes sentir desilusión si fracasas, pero estas perdido si no lo intentas”.
(Esta cita de la soprano Beverly Sills se refiere a la necesidad de seguir adelan-
te y aceptar la posibilidad del fracaso).
4. NT: El home run (conseguir golpear la pelota de tal manera que salga fuera de los límites del campo)
permite conseguir tantos puntos para el equipo como jugadores haya sobre las cuatro bases del campo. Se
trata de la jugada más importante y deseada del béisbol. El strikeout (no golpear la pelota durante tres
intentos consecutivos) es el mayor fracaso.
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El humor y el bienestar en las intervenciones clínicas
112 MAIOR
Un sistema de auto-mejoramiento
1. “Los niños y las niñas impacientes se pierden el postre”. (Este dicho del
sur de los Estados Unidos se empleó con un hombre que corría a toda veloci-
dad sin dirección. Sin razón aparente, parecía impaciente con todos, incluido sí
mismo. Aun teniendo mucho hambre para comerse el “postre”, no habría reco-
nocido el “postre” aunque hubiera caído en su plato. Por causa de su impa-
ciencia interpersonal, se perdía muchos mensajes positivos de los demás y
malinterpretaba mensajes neutrales como si fueran negativos. Como resultado,
algunas personas a las que podía haber caído bien si hubiera sido un poco más
relajado acababan rechazándole. El dicho le hizo sonreír, aunque también le
hizo darse cuenta que se estaba perdiendo muchas cosas buenas por su estilo
impaciente).
2. “La paciencia es una planta amarga, pero su fruta es dulce”. (Este dicho
se empleó con una persona que decía que “no tenía tiempo” para la paciencia.
Tenía un “estilo de vida activo” y funcionaba las veinticuatro horas del día y los
siete días de la semana. ¡Quería comenzar su propia fábrica de producción del
tiempo! Yo simpatizaba con su sentimiento de que la paciencia era a veces una
píldora amarga, pero le invitaba a examinar de qué manera sus frutos dulces
podían beneficiarle).
3. “No importa lo larga que sea la procesión. Llegarás a entrar en la iglesia”.
(Este proverbio lo compartí con una mujer que siempre quería ser la “primera”
MAIOR 113
El humor y el bienestar en las intervenciones clínicas
en todas las colas. Le animé a reconocer que existían suficientes cosas buenas
en este mundo para todos, aunque no estuviera siempre en el primer puesto de
la fila. Aunque la procesión fuera larga, siempre quedarían muchas recompen-
sas cuando ella llegara al destino. Otro dicho con un significado parecido es que
Dios da a cada pájaro su propia semilla).
RECUPERAR LA ESENCIA
114 MAIOR
Un sistema de auto-mejoramiento
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El humor y el bienestar en las intervenciones clínicas
116 MAIOR
Un sistema de auto-mejoramiento
baja con el material asociado a los finales con mucha cautela y respeto, asegu-
rándose que se tratan de manera terapéutica los contornos de este material. El
humor puede fomentar las terminaciones sanas en relación a materiales emo-
cionales estancados y al mismo tiempo proporcionar esperanzas para ir pro-
gresando hacia nuevos horizontes emocionales.
1. Los monjes zen Tanzan y Ekido estaban viajando por un cruce de carre-
teras cuando se encontraron a una bella mujer vestida con un kimono de seda.
La mujer dijo que estaba parada porque no podía cruzar al otro lado de la
carretera. Entonces Tanzan le levanto en sus brazos y la llevó al otro lado por
encima del barro. Los dos monjes entonces siguieron su camino. Ekido no dijo
ni una palabra a su compañero hasta llegada la noche cuando llegaron a un
templo de refugio. Entonces no podía aguantarlo más. Dijo a Tanzan: “Los
monjes no debemos acercarnos a las mujeres, especialmente aquellas más jóve-
nes y bellas. Es peligroso. ¿Por qué te acercaste a esa mujer?”. Tanzán le repli-
có tranquilamente: “Yo dejé a esa mujer en el cruce. ¿Acaso tú la sigues lle-
vando encima?”. (El Monje Ekido seguía arrastrando un final no resuelto por-
que no podía dejar a la mujer en el cruce. Su amigo Tanzan sencillamente había
terminado con ella en ese momento y lugar. Este cuento ilustra perfectamente
cómo distintas personas pueden reaccionar al mismo final de manera distinta.
Un suceso puede terminar a nivel emocional y físico para una persona pero no
para la otra).
2. A veces cuento a mis clientes la historia de una mujer rica que creía tan
firmemente en la reencarnación ¡que se legó su propia fortuna a sí misma!
(Negar un final que llega no puede ayudarnos a resolverlo).
3. Un viejo proverbio oriental dice: “Un féretro no tiene bolsillos”. (Aceptar
el final último de la muerte nos ayuda a entender que el amor es lo único que
puedes llevar contigo).
4. Joha murió y su familia organizó un funeral para él. Cuando pusieron a
Joha en el féretro, algunos de sus familiares comenzaron a discutir sobre las
reglas de la ceremonia y sobre cual lado de la familia debería sentarse en cada
lado del féretro. Este conflicto degeneró hasta tal punto que los familiares
comenzaron a gritarse y a pegarse. En ese momento, Joha se levantó y gritó:
“¡Basta ya! En vez de pelearos sobre qué lado del féretro os toca, ¡deberíais estar
contentos que ninguno de vosotros estáis sentados donde estoy yo!” (Este cuen-
to sirve como metáfora de la paz que llega cuando dejamos que algo termine.
Los finales no siempre tienen por qué ser tristes. En muchos casos pueden pro-
porcionar alivio. A veces, la terminación equivale a una mayor libertad).
MAIOR 117
El humor y el bienestar en las intervenciones clínicas
1. Aprende el ritmo adecuado de tus cuentos para que la frase final llegue
en el mejor momento. El tono de voz, los gestos, el lenguaje corporal y otros
efectos especiales pueden contribuir a que el cuento o la parábola sea mucho
más interesante para el cliente (Ver Salameh, 1986b, para encontrar sugerencias
adicionales sobre las ventajas de utilizar efectos especiales en el trabajo clínico).
Sé generoso con el empleo de estos recursos.
2. Antes de interpretar un cuento con alguien, pide a la persona o personas
con quienes trabajas que te digan qué significado dan al cuento. Las interpreta-
ciones de los cuentos que realizan los clientes tienen mucha importancia por-
que iluminan sus propios temores, anhelos y preocupaciones. Cuando las per-
sonas con las que trabajas han realizado sus propias interpretaciones, entonces
puedes proporcionar materiales interpretativos adicionales según las dinámi-
cas y necesidades de cada persona.
3. Pide ejemplos concretos de la vida y experiencias de la persona para ayu-
dar a ilustrar los significados que contiene el cuento. Esto ayudará a comunicar
la competencia emocional asociada con el cuento para que los clientes puedan
asimilarla en sus propios mundos y experiencias.
4. Siempre que sea posible, haz que las personas practiquen la habilidad a
la que hace referencia el cuento en la propia intervención de formación o tera-
pia, para que puedan ir integrándola dentro de su repertorio emocional. Esto
puede hacerse con deberes para realizar en casa, ejercicios prácticos, juegos de
rol, cuentos del propio cliente, escritura o el uso de un diario. Métodos de des-
carga emocional como estos facilitan la integración de una competencia emo-
cional concreta y ayudan a fomentar el beneficio curativo original al que trata-
ba de aludir el cuento.
5. Recuerda que los cuentos presentados en este capítulo son metáforas o
barcos que llevan a los individuos de una orilla del río a la otra. El Buda dijo en
una ocasión que él sólo era un barco cuyo propósito era llevar a las personas de
una orilla del río a la otra. Dijo que la tragedia de su vida es que algunos indi-
viduos creían equivocadamente que el barco (el Buda) era la otra orilla del río.
En otras palabras, si traducimos la metáfora del Buda al lenguaje de este capí-
118 MAIOR
Un sistema de auto-mejoramiento
tulo, los cuentos presentados aquí no son la otra orilla del río. Son un medio, no
un fin. El objetivo final es que el individuo aprenda las competencias emocio-
nales que constituyen el ESSIS. Los cuentos son sólo vehículos de aprendizaje
que pueden transportarnos hacia la integración psicológica y emocional. Se han
diseñado para despertar el interés, la curiosidad, el asombro, el auto-análisis y en
el mejor de los casos, la transformación. Sin embargo, no son el único objetivo
de la intervención que integra su uso.
La ciencia del caos puede emplearse para entender cómo, con el paso del
tiempo, pequeñas variaciones pueden generar caos (o inestabilidad) que suce-
sivamente puede tener como resultado mayores niveles de complejidad. La teo-
ría del caos parece muy adecuada para entender el mundo no linear de la psi-
cología humana. El paradigma ESSIS contiene numerosos puntos de conexión
con la teoría del caos.
1. El modelo ESSIS mantiene que los seres humanos son productos incom-
pletos que viven en un mundo incompleto. Este punto de vista sobre la flexibi-
lidad y la evolución de la naturaleza humana se corresponde con la teoría del
caos en su énfasis común sobre el efecto de pequeñas variaciones sobre el ajus-
te general del sistema a su entorno.
2. Tanto el ESSIS como la teoría del caos nos invitan a aceptar la compleji-
dad y un nivel moderado de estupidez y caos como fases precursoras de orga-
nizaciones más complejas hacia el bienestar, la síntesis y la armonía.
MAIOR 119
El humor y el bienestar en las intervenciones clínicas
120 MAIOR
Un sistema de auto-mejoramiento
tarse el caos de manera productiva. Pablo Picasso dijo en una ocasión: “Si tus
rodillas se doblasen en el sentido contrario, ¿qué aspecto tendría una silla?”.
Nos guste o no, la chaladura es una parte integral del caos.
10. ESSIS y la teoría del caos concuerdan en proponer que los pequeños
cambios son importantes porque acaban detonando transformaciones en el sis-
tema entero. Por ejemplo, pequeñas transformaciones en las actitudes o com-
portamientos humanos, aun las más minúsculas o inicialmente imperceptibles,
pueden crecer de forma gradual hasta convertirse en cambios de comporta-
miento trascendentales. Cuando un individuo comienza a hacer ejercicio cinco
minutos al día, realiza alguna acción generosa una vez al mes, o sonríe, algo
sucede que puede transformar su mundo paso a paso. Cuando alguien consi-
gue dominar alguna de las competencias ESSIS, incluso una de ellas, ya ha
mejorado la calidad de su vida.
11. Tanto ESSIS como la teoría del caos nos enseñan sobre la interdepen-
dencia de todos los sistemas. Cortar demasiados árboles o quemar un bosque
tropical tiene efectos ecológicos comprobables sobre el entorno global del pla-
neta porque la contaminación o el efecto invernadero no conocen las fronteras.
La configuración fractal de las células cerebrales permite a cada célula interac-
tuar de manera flexible e interdependiente con los otros sistemas fractales que
llevan nutrición, hormonas y oxígeno al cerebro. De modo parecido, las distin-
tas competencias emocionales descritas por ESSIS están todas interrelacionadas
de diversas maneras. Cualquier suceso del microcosmos tiene efectos claros
sobre el macrocosmos. Todo está relacionado con todo.
12. Partiendo de estos conceptos, el significado de los dichos, parábolas y
cuentos divertidos expuestos en este capítulo se vuelve mucho más claro. Estos
cuentos son sencillamente matrices simbólicas que representan los intentos de
la humanidad de procesar el caos con éxito. Con su organización verbal y cog-
nitiva, estos cuentos imitan y se comunican con la estructura interna caótica que
es ya parte de nuestro funcionamiento psicológico y neurológico. En segundo
lugar, al crear fluctuaciones inicialmente minúsculas en el pensamiento y el
comportamiento que luego provocan transformaciones trascendentales, estos
cuentos también imitan los procesos de conversión típicas del caos que han
postulado los teóricos del caos. En general, el tejido de los cuentos es idéntico
al tejido de la causalidad compleja del caos y que refleja a su vez el tejido huma-
no. Los cuentos reconocen que, de tantas maneras, el caos es inseparable de la
vida. Se complementan con nuestros intentos continuos de dar sentido al caos
aun aceptándolo.
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El humor y el bienestar en las intervenciones clínicas
Tabla 3.2
Conceptos clave en ESSIS y la teoría del caos
SÍNTESIS
El muro de Berlín ha caído. Nuevos desafíos nos esperan más allá de los
dulces sueños de los ordenadores obedientes, las vacaciones exóticas y las
garantías de los productos. Los peores y más agobiantes muros que quedan
por destruir permanecen dentro de nosotros mismos. Los procesos de creci-
miento humanos están diseñados para ayudarnos a derribar nuestros muros
de Berlín internos, para aprender nuevas estrategias que nos permitan afron-
tar los desafíos de la vida, para aumentar nuestro sentimiento de bienestar,
aceptar el caos y la complejidad y mejorar la calidad de nuestras vidas. Como
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Un sistema de auto-mejoramiento
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Tabla 3.3
Auto-valoración en competencias
5 = Muy bueno, 4 = Bueno, 3 = Satisfactorio, 2 = Hace falta mejorar, 1= Insatisfactorio
Fecha inicial_____ 4 meses más tarde 8 meses más tarde 16 meses más tarde Hace falta Hace falta
Fecha _____ Fecha _____ Fecha _____ aumentar reducir
Competencia emocional ESSIS
1. Afrontar el enfado
2. Entender y expresar sentimientos personales
3. Entender los sentimientos de los demás con empatía
4. Actuar para cambiar la propia vida
5. Deshacerse de la mente quejumbrosa
6. Jugar con los límites
7. Aceptar la estupidez y el caos
8. Aprender a autoanalizarse
9. Enlazar distintos eventos emocionales mediante los
enlaces causales
10. Reconocer que nadie tiene el monopolio de la verdad
11. Respetar las fronteras en las relaciones
12. Construir soluciones prácticas
13. Ver las cosas desde la perspectiva más amplia
14. Desprenderse de la vergüenza
15. Llegar a un entendimiento con la familia
16. ¡Divertirse!
17. Resolver el trauma
18. Desarrollar el auto-cuidado emocional
19. Concentrarse en los problemas, no en la venganza
20. Superar el fracaso
21. Aprender a ser paciente
22. Recuperar la esencia
23. Gestionar los finales de manera productiva
Un sistema de auto-mejoramiento
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MAIOR 125
El humor y el bienestar en las intervenciones clínicas
126 MAIOR
La importancia del humor
en la psicoterapia con niños
y adolescentes
William Bernet1
4
William Bernet disfruta trabajando con niños y adolescentes. Un aspecto distintivo de su ori-
ginal enfoque clínico es su respeto inequívoco hacia la identidad naciente de sus jóvenes
pacientes. Emplea el humor con tacto y compasión como una herramienta de escultura fina
para ayudar a los jóvenes a ir formando una identidad que puedan considerar propia.
Para el psiquiatra infantil, el humor es una herramienta indispensable para el diagnóstico y
la terapia. Algunos lo empleamos a menudo, mientras que otros apenas lo hacen; algunos lo
usan de forma intencionada y con mucho cuidado y conciencia sobre sus significados, mien-
tras que otros lo hacen con mayor espontaneidad e intuición. Tiene una función importante
tanto en la oficina de consulta como en el centro hospitalario.
Este párrafo se publicó hace casi cincuenta años. Su autor, Charles R. Shaw
(1961, pag. 370), describió varias maneras en las que empleaba el humor al tra-
bajar con niños y adolescentes. Este capítulo parte de las observaciones de
Shaw y agrega materiales acumulados desde entonces tanto en la experiencia
clínica como en el campo de los estudios sobre el humor.
PERSPECTIVA TEÓRICA
El humor es importante para los niños y los adolescentes por muchas razones.
El humor es un elemento de la relación de confianza entre los niños pequeños y
sus cuidadores. Cuando los niños mayores van creando relaciones entre ellos, el
humor es un aspecto importante de lo que los niños hacen y dicen los unos a los
1. Algunos de los materiales de este capítulo se publicaron en el artículo “Humor in evaluating and tre-
ating children and adolescents” en el Journal of Psychotherapy Practice and Research, 2 (1993), 307-317.
Utilizado con permiso del American Psychiatric Press, Inc.
MAIOR 127
El humor y el bienestar en las intervenciones clínicas
128 MAIOR
La importancia del humor en la psicoterapia
tratado los aspectos tanto teóricos como clínicos del humor en el psicoanálisis.
Escribe: “Facilitar el desarrollo de la capacidad del paciente para el humor
maduro es uno de los efectos más felices y orgullosos del análisis clínico”.
Rutherford (1994) ha descrito el valor terapéutico del humor desde un punto de
vista Adleriano. Gelkopf y Kreitler (1996) han desarrollado un modelo cognitivo
para explicar los distintos efectos curativos del humor. Shaughnessy y
Wadsworth (1992) han resumido la investigación sobre el uso del humor en la
psicoterapia desde 1970 a 1990.
Gardner (1971), Levine (1980), Orfanidis (1972), Shaw (1961), Ventis y Ventis
(1989), Yorukoglu (1974, 1993) y Zall (1994) han descrito el empleo del humor
en el tratamiento de los niños. Bernet (1982, 1993), Brooks (1994), Prerost (1984),
Saper (1990) y Schimel (1989, 1992, 1993) han hablado sobre el empleo del
humor en el tratamiento de los adolescentes. Estos autores han proporcionado
algunas técnicas para el uso del humor para evaluar y tratar a niños y adoles-
centes. El objetivo de este capítulo es repasar y organizar este material ya publi-
cado y describir varias nuevas ideas sobre cómo el humor puede emplearse con
estos clientes.
TÉCNICA
Los terapeutas que trabajan con personas jóvenes ya conocen bien algunos de
los materiales y técnicas incluidas en este capítulo, como por ejemplo los siguien-
tes temas: emplear el humor para establecer una buena relación; emplear el
humor durante el proceso diagnóstico para evaluar el desarrollo social y algunos
aspectos del funcionamiento psicológico; emplear el humor para explorar senti-
mientos; emplear el humor para gestionar una actitud de resistencia. Otros con-
ceptos presentados en este capítulo pueden resultar relativamente inusuales
dado que apenas se han descrito o nunca han aparecido en la literatura. Las téc-
nicas innovadoras presentadas aquí incluyen: emplear el humor para interrum-
pir las expectativas que los clientes adolescentes traen a la consulta; incluir el
humor en el inventario de las emociones; dar a los clientes deberes humorísticos;
y utilizar el humor en la terapia de grupo, especialmente el sarcasmo para enfren-
tarse a adolescentes que se resisten fuertemente al tratamiento.
El humor psicoterapéutico puede contemplarse desde tres puntos de vista.
En primer lugar, el humor puede emplearse de varias maneras para influir en
la relación terapéutica y darle forma. Por ejemplo, puede utilizarse para fomen-
tar una relación positiva entre el terapeuta y el cliente. Puede comunicar un
sentido de mutualidad –o sea, que el terapeuta y el cliente tienen algo en
MAIOR 129
El humor y el bienestar en las intervenciones clínicas
común. Puede desafiar e interrumpir las expectativas que los clientes adoles-
centes traen a la relación terapéutica, con el objetivo de mejorar la alianza entre
cliente y médico.
En segundo lugar, el humor es una herramienta que puede emplearse
durante el proceso diagnóstico de varias maneras. Junto con otros datos, el
humor puede dar indicios sobre el nivel de desarrollo cognitivo y social del
niño o adolescente. El uso constructivo del humor que muestra el niño puede
ser una indicación de salud mental. Por otro lado, una actitud carente de humor
puede ser indicativo de enfermedad mental.
El tercer punto de vista del humor clínico es su relevancia como técnica tera-
péutica, incluido su uso para explorar sentimientos, gestionar la resistencia y
fomentar el cambio. Al considerar el humor como un agente de cambio, no
quiero decir que el terapeuta emplee el humor sencillamente para ser gracioso
y de esta manera mejorar el ánimo de los pacientes. Tampoco me refiero a la
idea de que la risa frecuente y explosiva conlleva un mecanismo fisiológico que
contrarresta el cáncer y otras enfermedades mortales (Cousins, 2000). En ciertas
ocasiones, el humor puede verse como un catalizador que facilita el proceso
terapéutico. Por ejemplo, el uso sensato del humor puede reducir la actitud
defensiva del cliente para poder avanzar hacia la terapia en sí. En otros momen-
tos, el humor puede ser no sólo un catalizador sino que se acerca más a ser el
tratamiento mismo. Por ejemplo, el uso del humor para tratar la agresión, las
fobias y los problemas de comportamiento.
Cuando un cliente cuenta chistes durante la terapia de manera espontánea,
el chiste se convierte en un material muy interesante para analizar. El conteni-
do, la intención y el efecto asociado del chiste puede estudiarse de la misma
manera que cualquier otro comentario, fantasía o sueño. Este hecho se conoce
bien en relación al trabajo con adultos. Por ejemplo, un cliente puede expre-
sar sentimientos agresivos o que resultarían inaceptables en otros contextos
mediante un chiste.
Cuando un cliente niño o adolescente cuenta un chiste durante la terapia,
normalmente es una buena idea sonreír o responder de alguna manera. Si el
terapeuta se salta este paso e inmediatamente comienza a analizar el chiste, se
distanciará de su cliente y este último probablemente no volverá a contar más
chistes. Por supuesto, la decisión de analizar y cuestionar el humor del cliente
o sencillamente disfrutarlo es una decisión clínica.
Hay veces en las que un chiste es sólo un chiste. Freud (1905/1981) teorizó
que algunos chistes sencillamente tratan de ser graciosos y no tienen ningún
objetivo concreto. Freud consideró que otros chistes eran “tendenciosos” en el
130 MAIOR
La importancia del humor en la psicoterapia
sentido de que tenían algún objetivo adicional al del mero divertimiento. Freud
(pag. 95) creía que los chistes tendenciosos podían ser hostiles (“destinados a la
agresión, la sátira o la defensa”), obscenos (“destinados a mostrarnos una des-
nudez”) o cínicos (atacando a “instituciones, personas representativas de las
mismas, preceptos morales o religiosos e ideas”). Freud creía que los chistes
permitían la expresión indirecta de sentimientos reprimidos de agresión, sexua-
lidad o crítica.
Las ideas de Freud sobre el humor se han mantenido bastante sólidas a lo
largo del último siglo. Aun parece que algunos tipos de humor se expresan por
pura diversión, mientras que otros tipos sirven un objetivo subyacente. Pero
como nos encontramos sobre los hombros de Freud, podemos ver más lejos que
él y entender que el humor puede servir objetivos que van más allá de la expre-
sión de los sentimientos socialmente inaceptables. Por ejemplo, el humor puede
crear lazos que unen a los componentes de un grupo (por ejemplo los chicos de
un instituto escolar) porque todos entienden el significado de un chiste com-
partido. En segundo lugar, el humor puede estudiarse desde enfoques nuevos
(por ejemplo, desde el punto de vista del desarrollo o de la fisiología) que Freud
no investigó.
En este capítulo describiré también las posibles desventajas y complicacio-
nes de introducir el humor en la psicoterapia. Aunque el humor se empleó con
éxito en los ejemplos clínicos de este capítulo, existía el riesgo potencial en algu-
nos casos de que el cliente pudiera malinterpretar lo que se dijo. El terapeuta
debe permanecer siempre sensible hacia el significado que sus palabras puedan
tener. El humor puede ser una herramienta poderosa en la psicoterapia, pero
puede también ser peligrosa si se emplea de manera errónea.
USOS PERTINENTES
Los médicos no psiquiátricos suelen usar el humor más a menudo que los
profesionales de la salud mental con el objetivo de establecer una buena rela-
ción. Un cirujano ortopédico bromeaba con los niños que se habían roto un brazo
diciendo: “Bueno, te has roto el húmero. Pero no hace mucha gracia, ¿verdad?”.
(En inglés, la palabra para significar húmero, “humerus”, suena igual que
“humorous”, gracioso o divertido). Un gastroenterólogo (Scarpa, comunicación
personal, 1983) contaba a sus pacientes jóvenes un chiste divertido sobre los cal-
zones sucios. Contó el siguiente cuento con un acento alemán:
MAIOR 131
El humor y el bienestar en las intervenciones clínicas
El coronel llegó y se dirigió a sus soldados. Dijo, “Caballeros, tengo noticias buenas
y malas. Las buenas noticias es que hoy toca el cambio de calzoncillos. Las malas
noticias son –Hans, tú cambias con Kurt; Heinrich, tú cambias con Fritz”.
Shaw (1961, pag. 373) describió cómo empleaba el humor para iniciar sus
entrevistas con los niños. Por ejemplo, a veces extendía al joven un saludo ridí-
culo, como “Buenos días doctor, ¿quería usted consultar conmigo sobre algún
paciente?”. Shaw creía que el humor tranquilizaba al niño y enviaba el mensa-
je de que el entrevistador disfrutaba genuinamente de su compañía. Observaba
detalladamente la respuesta del niño a este experimento inicial, ya que ésta le
proporcionaba información diagnóstica además de pistas sobre cómo proceder
con la entrevista. Algunos psicoterapeutas pueden sentirse incómodos con la
idea de hacerse los graciosos al inicio de una evaluación psiquiátrica. Sin
embargo, puede tener sentido incluir algún chiste más adelante en el proceso
de evaluación.
132 MAIOR
La importancia del humor en la psicoterapia
MAIOR 133
El humor y el bienestar en las intervenciones clínicas
to límite y que lo hacen mucho menos que otros niños de su edad. Masten
(1986) encontró una relación positiva entre la creación y la apreciación del
humor y la competencia académica y social de los niños. Cuando se usa de
manera adecuada, el humor puede ser una herramienta de afrontamiento
importante. La posibilidad de ver el lado divertido de la adversidad puede ayu-
dar a un niño o niña a superar los momentos difíciles.
Inventario emocional
Gestionar la resistencia
Aunque los clientes digan que quieren cambiar, existe una parte de cada
cliente que quiere permanecer exactamente como está. Los clientes pueden
exhibir resistencia de diversas maneras. Lo más normal es que los clientes evi-
ten hablar de temas difíciles y sensibles para no arriesgar cambios en su equili-
brio emocional. La resistencia se emplea a veces también para evitar escuchar y
entender realmente lo que el terapeuta está intentando comunicar. En algunas
circunstancias, el humor puede emplearse para ayudar al terapeuta a enfren-
tarse con la resistencia del cliente que está interfiriendo con el progreso del tra-
tamiento. Por ejemplo, el humor puede emplearse para ayudar a los jóvenes
adolescentes a hablar sobre los temas sexuales. Algunos ejemplos de este méto-
do aparecen más adelante.
134 MAIOR
La importancia del humor en la psicoterapia
MAIOR 135
El humor y el bienestar en las intervenciones clínicas
Larry Ventis y Deborah Ventis (1989) describieron el empleo del humor para
tratar a un niño de ocho años y su hermana de doce que tenían sendas fobias a
los perros. Los Ventis emplearon una terapia cognitiva-conductual, incluyendo
técnicas de relajación, imitación y participación guiada. Un aspecto del trata-
miento consistía en dar a los niños un libro de chistes sobre perros y un tebeo
sobre perros y pedirles que seleccionaran sus favoritos. “La intención era for-
mar y fomentar un punto de vista hacia los perros distinto del miedo, facilitar
la formación de una relación agradable y cómoda hacia ellos y establecer que el
proceso de superar los miedos podía ser agradable” (pag.187).
136 MAIOR
La importancia del humor en la psicoterapia
Algunos terapeutas han encontrado que resulta útil dar al niño deprimido
una tarea para llevarse a casa: aprende un chiste y tráelo a la siguiente cita de
terapia. El objetivo de esta técnica no es solo animar al paciente. Lo que el tera-
peuta pretende es comunicar al niño que él o ella es capaz de sentirse bien y
contenta. La tarea le anima a verse como una persona potencialmente feliz, en
vez de como un niño o niña destinada a la tristeza.
Otro motivo para pedir a un cliente joven que se aprenda un chiste como
parte de sus deberes se basa en la importancia del humor en las relaciones entre
coetáneos en la infancia y primera adolescencia. Los niños emplean las adivi-
nanzas para competir en ingenio con sus compañeros. Cuentan chistes para
presumir de sus habilidades, de una manera sana y adecuada a su edad. Entre
los adolescentes, los chistes pueden emplearse para definir quiénes forman
parte de un grupo concreto, dado que hace falta compartir actitudes y conoci-
mientos comunes para entender algunos chistes. Un niño que no ha formado
relaciones satisfactorias con otros de su edad por causa de la timidez o por cual-
quier otra causa puede necesitar mucho apoyo y seguimiento por parte de
ambos padres y el terapeuta. En primer lugar, el terapeuta puede enseñarle que
contar chistes es algo que a muchos niños les gusta hacer juntos. El terapeuta
entonces puede animar al niño contando un par de chistes sencillos e ilustrati-
vos. Los deberes pueden ser que el niño se aprenda algunos chistes nuevos que
otros niños le cuenten en el colegio o en su barrio.
MAIOR 137
El humor y el bienestar en las intervenciones clínicas
sesión, pero que esto no significa que puedan contar el mismo chiste en la uni-
dad de pacientes, en la escuela o incluso en casa. El motivo de esta advertencia
es que algunos de los chistes que se cuentan durante la terapia pueden resultar
provocadores u ofensivos para otras personas. El terapeuta no quiere dar el
mensaje de que la tolerancia de un chiste en este grupo significa que un profe-
sor permitirá el mismo chiste en la clase.
Contar chistes en la terapia de grupo con niños tiene relevancia para varios
objetivos terapéuticos. Casi cualquier niño está dispuesto a participar en una
reunión de grupo contando un chiste o un cuento divertido. En segundo lugar,
la reunión se estructura de tal manera que cada niño recibirá algún comentario
positivo después de su presentación. En tercer lugar, los niños son más espon-
táneos con este formato, porque no se dan cuenta que sus chistes pueden reve-
lar información sobre sí mismos. Finalmente, este proceso ayuda al niño a
entender que existe una diferencia entre lo que resulta aceptable en la terapia y
lo que puede decirse en otros momentos y ambientes.
138 MAIOR
La importancia del humor en la psicoterapia
Contraindicaciones y complicaciones
Kubie (1971) y Haig (1986) han descrito los problemas potenciales que pue-
den surgir al emplear el humor en la psicoterapia. En vez de crear una relación
buena, el humor puede alejar al cliente. En vez de ayudar a un niño a aprender
competencias sociales, puede desilusionar al cliente descubrir hasta qué punto
se encuentra lejos de los otros niños. En vez de reducir la resistencia del clien-
te, un uso inadecuado del humor puede fortalecer la resistencia, la negación y
la represión. Tanto el cliente como el terapeuta pueden emplear el humor como
un método para congraciarse con el otro, manteniendo la distancia entre ambos
actores y los temas dolorosos de la terapia. Un cliente que no se quiere tomar
en serio puede emplear el humor de manera defensiva.
El humor funciona mejor cuando tanto el cliente como el terapeuta entien-
den los temas que trata el chiste. Por ejemplo, un terapeuta blanco debería tener
cuidado si quiere bromear con un adolescente afroamericano. Un terapeuta
judío puede inventarse una manera estupenda para contextualizar un tema clí-
nico de manera humorística, pero el humor puede confundir u ofender a su
cliente baptista. Dado que todos tenemos zonas sensible que pueden no ser evi-
dentes a los demás, cualquier terapeuta que piensa emplear el humor debe pro-
ceder con cautela y consideración.
Aunque pueden darse situaciones en las que los profesionales empleen el
humor de una manera impulsiva pero eficaz a nivel terapéutico, en la mayoría
de los casos el terapeuta debería contemplar el uso estratégico del humor de una
manera consciente y considerada. Debería también tener en cuenta los temas de
contratransferencia y otros factores interpersonales que pueden influir sobre su
uso del humor con un cliente concreto en un momento concreto.
A algunos terapeutas y formadores les resulta natural emplear los métodos
humorísticos, pero otros pueden encontrarse incómodos con ellos. Esta genera-
lización probablemente sea cierta de otras modalidades de tratamiento, como
la hipnosis o el psicoanálisis. En cualquier caso, existe la posibilidad de que
algunos terapeutas prueben a usar el humor y descubran que sencillamente no
funciona para ellos.
MAIOR 139
El humor y el bienestar en las intervenciones clínicas
PRESENTACIONES CLÍNICAS
Charlie, un niño de nueve años que acababa de entrar en programa de terapia por
su piromanía recurrente, contó un chiste por su propia iniciativa. Preguntó al tera-
peuta si había oído hablar sobre un hombre a quien dispararon en la guerra.
“¿Sabes donde le dispararon? Le pegaron un tiro en la Cam-polla”. El terapeuta
quería responder a la broma del paciente y trató de seguirla. Preguntó a Charlie si
había oído hablar sobre otro soldado que recibió un disparo en la guerra: “¿Sabes
donde le dispararon? Le pegaron un tiro en las Fili-piernas”. Al inventarse su pro-
pio chiste, el terapeuta conseguía varios objetivos simultáneamente: construir una
mejor relación siguiendo el chiste del paciente, comunicando que el terapeuta res-
petaba el sentido del humor de Charlie, y presentando una especie de prueba, para
ver si el paciente estaba dispuesto a trasladar su temor a herirse desde la zona geni-
tal a otra zona del cuerpo.
140 MAIOR
La importancia del humor en la psicoterapia
Este ejemplo ilustra la delgada línea que separa el humor beneficioso del
dañino, una línea que el terapeuta debe identificar. En vez de reducir la tensión
que existía, el mismo comentario podría haber aumentado la ansiedad de otro
paciente.
MAIOR 141
El humor y el bienestar en las intervenciones clínicas
rápidamente consideró sus opciones y escogió una que era tanto humorística como
desconcertante para su nuevo paciente. ¡Brooks propuso realizar la entrevista desde
el armario para que Jim no tuviera que mirarle! La segunda sesión procedió de la
misma manera –a Jim le siguió pareciendo que el terapeuta era feo y Jim le pidió que
volviera al armario. Al inicio de la tercera sesión, Jim dijo, “No eres tan feo como creí
al inicio. Hoy no hace falta que te metas en el armario”. (pags. 53-55)
Había un padre que prohibió a todos que hablaran en la mesa. Un día uno de sus
hijos quería decir algo. En cuanto abrió la boca el padre le paró, diciendo: “Sea lo que
sea que quieres decir, dilo cuando haya terminado la cena”. Cuando habían termi-
nado de comer, el padre preguntó al hijo que es lo que quería decir. El hijo respon-
dió: “Solo quería decir que había un bicho en tu plato”. (pag. 685)
De los dos pacientes que contaron el mismo chiste, uno vivía en la casa de
un abuelo dogmático y tiránico y el otro tenía un padre muy severo.
Yorukoglu fue aun más lejos con el método del chiste favorito del niño y
lo empleó en la terapia familiar. Con el permiso del hijo, el terapeuta conta-
ría el chiste y explicaría su significado a los padres. Este método resultó muy
eficaz en algunas ocasiones, porque los padres se dieron cuenta que el humor
surgía de ciertos sentimientos que el niño no había podido expresar clara-
mente.
142 MAIOR
La importancia del humor en la psicoterapia
Había un niño pequeño que tenía una rana llamada Babá que murió un día mientras
que el niño estaba en el colegio. Cuando su madre se lo dijo, el niño no reaccionó,
pero en mitad de la noche, comenzó a gritar, “¡Babá ha muerto! ¡Babá ha muerto!”.
Cuando su madre corrió a su habitación, le explicó que no había reaccionado antes
porque pensó que ella había dicho “Papá ha muerto”. (pag. 152)
Gestionar la resistencia
Gardner (1971) citó ejemplos del uso del humor con la técnica de contarse
cuentos. Reconocía que muchos aspectos de la terapia son desagradables para
los niños, como por ejemplo hablar de miedos o traumas y aceptar las propias
MAIOR 143
El humor y el bienestar en las intervenciones clínicas
Un chico estaba en una farmacia y, por algún motivo, estaba totalmente desnudo. De
repente entraron dos señoras ancianas en la tienda. Ambas eran muy miopes. Para
esconderse, el niño saltó sobre un mostrador y se hizo la estatua. La primera mujer
le tocó al niño y exclamó: “¡Oh! He accionado el grifo de la limonada”. La segunda
mujer tocó al niño y dijo: “Eso no es para la limonada. Es para la crema de manos”.
144 MAIOR
La importancia del humor en la psicoterapia
Bromear
Algunos terapeutas que trabajan con adolescentes han notado que a veces
pueden comunicar un mensaje a un cliente con un comentario jocoso que les
toma un poco el pelo. Por ejemplo, empleé la siguiente táctica trabajando con
un cliente joven.
Stan era un chico de dieciseis años que acababa de recibir su carné de conducir y
ya había tenido dos accidentes con el coche familiar. Era un joven irresponsable y
rebelde que se vestía con un atuendo alternativo y la cabeza rapada excepto la
parte central, en el que quedaba una especie de “cepillo”. Stan estaba explicando
su plan para convencer a sus padres que le dejaran conducir otra vez. Preguntó si
el terapeuta creía que le deberían dejar conducir. El terapeuta declaró que no debe-
rían dejarle conducir porque Stan no se viste ni se comporta como un “pijo”. Stan
parecía entender que el terapeuta le estaba tomando el pelo sobre su manera de
vestir, pero que el terapeuta también estaba preocupado por su manera irrespon-
sable de conducir.
MAIOR 145
El humor y el bienestar en las intervenciones clínicas
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La importancia del humor en la psicoterapia
RESUMEN
MAIOR 147
El humor y el bienestar en las intervenciones clínicas
Una niña iba a ver a su psiquiatra cada semana, pero lo odiaba. Para tratar de esta-
blecer una buena relación, el psiquiatra contó algunos chistes. La niña se quejó, “¡No
te aguanto ni a tí ni a tu estúpida terapia!”. El psiquiatra pensó que se encontraban
en un punto muerto, y dijo que quizás hablaría con un colega para que le diera una
segunda opinión sobre el tratamiento adecuado para esta niña. La niña respondió,
“Ya te daré yo una segunda opinión. En primer lugar, tu terapia es estúpida. Y en
segundo, ¡tus chistes son una mierda!”.
C’est la vie.
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148 MAIOR
La importancia del humor en la psicoterapia
MAIOR 149
El humor y el bienestar en las intervenciones clínicas
150 MAIOR
El humor en la
orientación profesional
Ofra Nevo
5
Escoger una vocación es una tarea plagada de tantas presiones provenientes de distintas fuentes
que la ansiedad a veces puede llegar a bloquear todo el proceso. Ofra Nevo llega al rescate con
el humor. En su capítulo indagador e informativo, enseña cómo el humor puede emplearse
fácilmente para ayudar a los estudiantes a tomar decisiones razonables y provechosas.
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El humor y el bienestar en las intervenciones clínicas
PERSPECTIVAS TEÓRICAS
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El humor en la orientación profesional
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El humor y el bienestar en las intervenciones clínicas
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El humor en la orientación profesional
MAIOR 155
El humor y el bienestar en las intervenciones clínicas
los que un cuento o comentario humorístico permite entender una realidad que
hasta entonces no se había visto. Esta manera de usar el humor puede ayudar a
los clientes a obtener un momento de comprensión interior. El humor es también
una herramienta adecuada para conseguir que una idea resulte más aceptable
para el cliente (Bloch, 1987; Greenwald, 1987; Killinger, 1987; Kuhlman, 1984;
Mindess, 1976; Mosak y Maniacci, 1993; Salameh, 1987, 1993).
Heinamen (1969) ilustró de manera preciosa esta función del humor con el
siguiente cuento sobre el Maggid, un famoso orador judío del pueblo de
Dubno, Polonia, que a menudo empleaba las parábolas en sus sermones:
Una vez los miembros de la comunidad se acercaron al Maggid y le dijeron:...Sus
parábolas...son excelentes, pero diganos, ¿son necesarias?... ¿Por qué esconder la ver-
dad en parábolas que...tantas veces sirven sólo para esconder los hechos tales como
son?
El Maggid de Dubno sonrió: Si hablamos de parábolas, haría bien en responder-
les con otra parábola...
La Verdad Desnuda solía caminar sin ropa ni adornos. Cuando la gente la vio
caminar así por la ciudad, se daban la vuelta asqueados... Ahí donde iba, la rechaza-
ban, o en el mejor de los casos la ignoraban. Un día, cuando iba caminando por una
pequeña callejuela, se encontró con una amiga que se había puesto un bellísimo ves-
tido. Era nada más y nada menos que La Parábola. Entonces la Verdad confesó sus
penas a la Parábola: ¿Por qué a ti te hacen tanto caso, mientras que a mí, la auténti-
ca Verdad, nadie me presta la más mínima atención?
Respondió la Parábola: El problema, amiga mía, es que caminas por todos los
lados sin vestido ni adorno. A nadie le gusta encontrarse cara a cara con la verdad
desnuda. Déjame que te ayude... La Parábola le vistió con algunas de sus ropas, y
efectivamente, La Verdad ahora parecía muy elegante y atractiva. A partir de enton-
ces, cuando La Verdad aparecía con su nueva y preciosa vestimenta, se le daba la más
cálida bienvenida...
El Maggid concluyó: Esto es lo que trato de hacer con la verdad mediante mis
parábolas... la mayoría de las personas no pueden aguantar un encuentro cara a
cara con la Verdad desnuda. Por lo tanto, la verdad puede encontrar el camino
hasta el corazón de la gente sólo cuando se viste de Parábola. (Heinamen, 1969,
pags. 249-250)
Aunque la parábola no hace nada para cambiar la verdad, consigue que sea
bella y atractiva a aquellos que de no ser así la ignorarían. De la misma mane-
ra, el humor adorna ciertas verdades y así permite quienes las escuchan acer-
carse a la verdad sin temores.
4. El humor que reduce la ansiedad. La escuela cognitivo-conductual recomen-
daría el uso del humor como respuesta y como estímulo. El humor se percibe
como una respuesta que compite e interfiere con la ansiedad. Puede emplearse
156 MAIOR
El humor en la orientación profesional
MAIOR 157
El humor y el bienestar en las intervenciones clínicas
1. Veloci-Dani: Toma una decisión inmediatamente sea lo que sea, para poder eli-
minar en seguida el malestar que le provoca la ambigüedad.
2. Eulalia Último-Minuto: Siempre espera hasta el último segundo posible antes de
decidirse.
3. Begoña Piñón Fijo: Toma una decisión firme y se niega a considerar ninguna
otra alternativa.
4. Mia Dica: Retrasa cualquier decisión por miedo a equivocarse o parecer ridícula.
5. Cornelio el Cobarde: Evita decidir porque no tiene seguridad en su propia habi-
lidad de vivir con las consecuencias de su decisión.
6. Rebeca la Rebelde: Siempre hace lo contrario de todos los demás.
7. Pascual Apaciguador: Siempre está mediando, haciendo compromisos, apaci-
guando y tratando de quedar bien con todos.
8. San Pedro Perfectus: Pasa demasiado tiempo investigando todos los aspectos de
un tema antes de tomar la decisión “perfecta”.
9. Ima Impulsiva: Siempre toma decisiones impulsivas y emocionales sin pensar
mucho en las consecuencias.
10. Sr. N. Tuición: Sigue sus intuiciones y confía en su sentido interior de lo que le
parece que tiene que hacer.
11. Sara Sistemática: Elige sólo después de considerar cuidadosamente todas las
ventajas y desventajas de cada alternativa.
12. José Nosé: Evita decidirse por falta de información.
13. Sra. N. Decisa: No sabe qué decidir y va cambiando de una opinión a otra.
14. Yolanda Uyqueno: Toma su decisión y enseguida cree que se ha equivocado, y
se lamenta de no haber escogido otra alternativa.
15. Rudi Ruleta: Siempre deja que decida la suerte o el destino.
16. Norberto Nopintoná: Siempre deja que las otras personas (coetáneos, padres,
otras figuras de autoridad) decidan por él.
17. Sor Presa Divina: Deja que el Buen Señor decida.
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El humor en la orientación profesional
18. Tomás Todosyninguno: No tiene ningún método claro de tomar sus decisiones,
pero exhibe algunas características de todos los personajes anteriores (Donald y
Carlisle, 1983, pag. 271).
Los autores cuentan que han empleado esta lista para animar discusiones de
grupo sobre las decisiones que deben tomarse para planear la carrera profesio-
nal, y que los estudiantes se divierten con el punto de vista cómico hacia sus
propios comportamientos de toma de decisiones, identificándose con alguno
de los miembros de la lista de personajes. Cuando se van calmando las risas ini-
ciales, los estudiantes y los orientadores pueden comenzar a discutir los rasgos
psicológicos que se corresponden a cada tipo. En otras palabras, la lista de per-
sonajes sirve de trampolín para discutir los obstáculos que impiden tomar deci-
siones de la manera más adecuada.
Nevo et al. (1988) emplearon una versión israelí de esta lista. Dado que el
humor en la lista estaba basado en juegos de palabras y rimas en inglés, las tra-
ducciones mantuvieron el sentido pero tuvieron que modificarse con nuestro
propio lenguaje y creatividad2. Descubrimos que al vivir en un país pequeño
como Israel y hablar un idioma que nadie habla se nos afiló mucho el sentido
creativo. Además de provocar una reacción de risa sana, esta lista luego sirve
de idioma privado, como una serie de asas (Mosak y Maniacci, 1993) que puede
compartir un grupo en la orientación de grupo o por la pareja orientador-clien-
te en la orientación individual.
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El humor y el bienestar en las intervenciones clínicas
orientación profesional. Su último libro se llama Tomar decisiones con la ayuda del
ordenador: El orientador en la máquina. El concepto del “orientador en la máqui-
na” combina dos asociaciones: M1 –Dios en la máquina, “Deus ex machina”; y
M2 –la orientación que ofrece la máquina, o sea, el ordenador. Katz emplea
diversas bisociaciones humorísticas en sus textos para ayudar al lector a com-
prender las decisiones profesionales (Katz, 1959). Por ejemplo, Katz dibujó una
viñeta (1959) en la que bisociaba elementos comunes en los deportes y la orien-
tación profesional. La viñeta muestra a una persona con una habilidad escolás-
tica general muy alta como un atleta que resulta competente en cualquier tipo
de deporte que prueba, mientras que otra persona con un talento excepcional
aparece como un deportista que destaca en sólo un deporte.
Otra bisociación empleada por Katz es la combinación de los coches y las
carreras profesionales. Describe a los estudiantes que poseen talento pero que
reciben malas notas de la siguiente manera:
Imagínate un automóvil con un motor muy potente pero con una transmisión que
no funciona. No hay manera de sacarlo de punto muerto y meterle una marcha. El
motor tiene muchos caballos, pero los caballos no están atados al carro. La habilidad
escolástica es como un motor, es la fuente de tu poder y velocidad en el colegio. Te
dice a qué velocidad y hasta donde puedes ir, pero ¿estás sacando de ella todo el kilo-
metraje que podrías? (Katz, 1959, pag. 30)
TÉCNICA
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El humor en la orientación profesional
Una mujer profesional ansiosa se estaba preparando para hacer un pastel. Tenía prisa
y esperaba unos invitados. De pronto se horrorizó al comprobar que se le había aca-
bado el azúcar. ¿Qué podía hacer? No tenía tiempo para ir al supermercado. Lo único
que podía hacer era pedirle una taza de azúcar a su vecina. Dudo un momento,
diciéndose que la vecina probablemente no se la daría, porque es ese tipo de gentu-
za. Y si dice que sí, probablemente se reiría de su falta de preparación y cotillearía
con sus amigas sobre el tema. Seguía pensando en todo esto hasta llegar a la puerta
de su vecina, enfadándose más y más. Se enfadó tanto que cuando finalmente llego
a la puerta de la vecina y ésta la abrió, le dijo: “¿Quién necesita tu azúcar? ¡Te lo pue-
des meter por donde te quepa!”.
Este cuento tiene muchas versiones, todas ellas centradas en alguien cuyas
expectativas disfuncionales le impiden llegar a sus metas. He descubierto que
este formato de cuento puede emplearse para crear cuentos específicos hechos a
medida para un cliente concreto (ver, por ejemplo, Greenwald, 1987, pag. 47-48).
La suposición en la que se basa el trabajo terapéutico de la Terapia Racional
Emotiva es que la ansiedad y las emociones erróneas que experimentan las per-
sonas a menudo provienen de sus expectativas, creencias, reacciones y actitu-
des hacia los eventos externos. He desarrollado un método sistemático que ana-
liza ocho expectativas irracionales/disfuncionales básicas que suelen hallarse
detrás de la falta de satisfacción profesional. El humor ha resultado muy eficaz
para aclarar, confirmar o contrastar las expectativas irracionales de los clientes
a la hora de realizar decisiones asociadas a la carrera. Una bisociación entre el
amor y la carrera fue un ingrediente importante. Otras bisociaciones basadas en
la agricultura, el deporte y la construcción también fueron útiles. Cuando se
emplean estas bisociaciones durante la orientación con adultos, a menudo pro-
vocan sonrisas o carcajadas, sirviendo de catalizador para una discusión seria
y una mejor comprensión del tema.
1. Sólo existe una carrera en el mundo que se ajusta a mí. Una única y exclu-
siva Srta. Vocación Perfecta. Muchas personas llegan a la orientación profesional
para que se les diga que existe una carrera que se les ajusta a la perfección
(Thompson, 1976). Creen que existe alguna ocupación ideal para ellos, y que
cuando consigan entrar en ella se sentirán completamente satisfechos. Creen que
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El humor y el bienestar en las intervenciones clínicas
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El humor en la orientación profesional
ren tomar una decisión perfecta. Parecen considerar cada aspecto de las distin-
tas alternativas y a menudo rechazan cualquier opción porque no colma todas
sus necesidades y requisitos, como el personaje de San Pedro Perfectus citado
anteriormente.
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El humor y el bienestar en las intervenciones clínicas
Si quieres construir una casa con diez pisos y las autoridades sólo te dejan construir
cuatro, hay dos posibilidades: o luchas por el permiso para conseguir diez pisos y
esperas hasta conseguirlo o llegas a un compromiso y construyes lo que puedes
–cuatro pisos ahora, y luego añades tres y otros tres. Al final llegarás a diez pisos.
(Nevo, 1989, pag.127)
Una vez conté este cuento a una cliente que se encontraba parada en el desa-
rrollo de su carrera. Al oír el cuento, mi cliente sonrió y pudo ponerse a buscar
rutas alternativas conmigo para llegar a sus metas.
3. El orientador descubrirá y me dirá objetivamente cuál es la opción
correcta para mí. Algunos de los que llegan al Centro de Orientación de la
Universidad de Haifa para que se les oriente sobre su trayectoria profesional
cuentan que han visitado grafólogos, astrólogos o quirománticos. Otros clientes
se preguntan si no valdría la pena hacerlo. Aquellos que acuden a la orientación
están buscando alguien que les ayude a acabar con su incertidumbre. Cuando
se encuentran con problemas, buscan una figura de autoridad que les guíe o
incluso tome las decisiones por ellos.
Dado que no existe ninguna vocación única que se adapte al individuo (ver
primera expectativa), los orientadores serían incapaces de fotografiar una tal
vocación aunque usaran rayos-X. Creo que la lección de cómo tomar una deci-
sión profesional es el objetivo más importante de la orientación profesional. Los
clientes necesitan ayuda para tomar sus propias decisiones. Mediante la orien-
tación, las personas pueden aclarar sus propias ideas y sentimientos, obtener
información y tener en cuenta los factores más importantes para tomar una
decisión. Sin embargo, nadie puede decidir por ellos.
A veces introduzco una pizca de humor preguntando a los clientes si les gus-
taría volver a la época en la que los padres organizaban los matrimonios de sus
hijos. Algunos clientes responden a esta bisociación con una sonrisa y el reco-
nocimiento de que, aunque les gustaría tener una solución mágica a sus pro-
blemas, tampoco quieren renunciar a su derecho de escoger. Algunos clientes
incluso suspiran y reconocen que preferirían que sus padres decidieran por
ellos. En estos casos descubrimos la inmadurez del cliente, dado que la bisocia-
ción en vez de producir una respuesta de humor ha revelado una verdad fun-
damental que afectará la trayectoria de la orientación.
Otro aspecto de esta expectativa se puede observar durante la primera sesión
de orientación al responder el cliente a las preguntas del orientador. Algunos
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El humor en la orientación profesional
clientes dicen: “No quiero hablar sobre mí mismo; quiero realizar pruebas obje-
tivas para que se haga una idea objetiva de mí y no forme prejuicios sobre mí
basados en lo que yo diga”. Una vez le dije a un estudiante de las ciencias socia-
les durante una sesión de orientación que se estaba inspirando en el modelo de
la psicología experimental, diseñando un experimento n = 1 en el que él mismo
sería un “grupo de control” para sí mismo: No quería afectar mis ideas hablan-
do y revelando información sobre sí mismo para luego poder comparar mis
ideas con las suyas. La comparación le hizo romper a carcajadas y pudimos esta-
blecer una relación de orientación cooperativa. Existe otra bisociación relaciona-
da con el mundo de la pareja que podría emplearse en esta situación. Es el deseo
de que el otro miembro de la pareja sepa, sin necesidad de decírselo, qué es
bueno para la persona, qué es lo que la persona realmente quiere. Esto es irra-
cional porque cada individuo tiene la mayor experiencia consigo misma y cono-
ce mejor que nadie sus propias preferencias. Por lo tanto es mejor para la rela-
ción si la persona comunica a su pareja lo que quiere. Normalmente digo, “Tú
has pasado más horas contigo que ninguna otra persona. Llevas más kilometra-
je contigo mismo, y por lo tanto ¿quién puede saberlo mejor que tú?”.
MAIOR 165
El humor y el bienestar en las intervenciones clínicas
Los estudios han demostrado que las pruebas de habilidad pueden predecir
quién tiene más posibilidades de tener éxito en la educación secundaria y uni-
versitaria, y los resultados de estas pruebas pueden predecir el éxito en diver-
sos campos. Aunque las pruebas de habilidad pueden indicar la posición rela-
tiva de una persona en relación a un grupo, no pueden decir nada sobre el valor
de la persona. Las pruebas, como las personas, no son perfectas y tienen ciertas
limitaciones en cuanto a su fiabilidad y validez. Otros elementos como la moti-
vación, los métodos de estudio y la personalidad tienen también sus méritos.
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El humor y el bienestar en las intervenciones clínicas
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El humor y el bienestar en las intervenciones clínicas
USOS PERTINENTES
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El humor en la orientación profesional
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El humor y el bienestar en las intervenciones clínicas
tanto, las bisociaciones entre el amor y la carrera probablemente sólo sean ade-
cuadas con adultos que tienen la experiencia cognitiva necesaria para captar el
humor de la situación. Las bisociaciones entre los deportes, los coches o la agri-
cultura pueden ser más apropiados para aquellos que son incapaces de enten-
der las bisociaciones con el amor. El orientador debe buscar bisociaciones ade-
cuadas al cliente, como en el siguiente ejemplo.
Un joven de dieciocho años, proveniente de un ambiente rural, estaba muy
impaciente por tomar una decisión sobre su carrera. Después de tres reuniones,
estaba claro que no era lo suficientemente maduro como para tomar una deci-
sión. Le faltaba experiencia en cualquier campo excepto la agricultura, pero
estaba muy decidido a escoger su campo de estudios en seguida. Tanto yo
como supervisora como el orientador que trabajaba con este cliente opinába-
mos que éste no era el momento para tomar una decisión. Buscamos una buena
asociación para dejar claro nuestro mensaje. Finalmente decidimos decirle lo
siguiente: “Deberás esperar, probar distintas opciones, conseguir algo de expe-
riencia con algunas de las posibilidades. Tomar una decisión ahora es como
meter un aguacate en el horno y esperar que madure. Un aguacate necesita
tiempo para madurar y ningún horno puede reemplazar este tiempo de madu-
ración natural. Eres como este aguacate y necesitas más tiempo”.
CASOS CLÍNICOS
Caso 1
Uri tenía veintisiete años, el hijo mayor de una familia de clase media. Vivía en
una ciudad grande y ambos padres eran profesores de enseñanza media. Uri era
un estudiante brillante en su instituto, tanto en las humanidades como en las cien-
cias. Participaba en la asociación de teatro y en los deportes. Tenía éxito en todo lo
que hacía. Sin embargo, le costaba mucho decidir sobre su futuro. Diagnosticamos
su problema principal como la indecisión por su talento multipolar y sus intere-
ses diversos (Crites, 1981). Tenía muchos talentos y podía tener éxito en muchos
campos, pero no era capaz de decidirse sobre lo que más le interesaba.
Según fue progresando el proceso de orientación, iba quedando cada vez
más claro que el problema principal era la dificultad que tenía Uri para renun-
ciar a algunos de sus sueños. Quería ser todas las cosas que le hubiera gustado
ser (actor, abogado, médico y analista de sistemas). Estaba bloqueado y no
podía decidirse porque quería que su carrera colmase todas sus habilidades,
intereses y valores. En nuestra tercera reunión, le pregunté cómo había decidi-
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El humor en la orientación profesional
Orientadora: Veo que también te costó mucho comprometerte en el campo del amor.
¿Qué crees que es lo que te ayudó en ese campo?
Uri: No fue fácil, pero el hecho de que salí con distintas chicas me ayudó bastante.
Me quedé con mi novia porque descubrí que era la mejor con la que podía estar. No
es perfecta y no estoy seguro si será mi última elección. Me gustaría probar distintas
vocaciones antes de elegir sólo una.
Orientadora: ¿Crees que puedes salir con una vocación para probar hasta que deci-
des comprometerte?
Uri: Que gran idea. (Sonríe) Me gustaría poder hacerlo, pero no creo que esto sea
posible.
Orientadora: ¿Existe alguna manera distinta de probar una vocación?
Uri: La verdad es que no lo sé.
Orientadora: La manera alternativa a la experiencia directa puede ser preguntar a
otras personas, o leer información sobre distintas carreras, utilizando tu imagina-
ción.
Uri: Supongo que debería probar esto.
Entonces discutimos distintas posibilidades prácticas para obtener información,
incluidas algunas citas con varios profesionales.
Orientadora: Otra cosa que noté en la descripción de tu novia es la búsqueda de la
perfección. Me da la impresión que estás buscando una mujer perfecta y una carre-
ra perfecta.
Uri: (se ríe) Sí, soy un perfeccionista.
Orientadora: Si estás siempre buscando la opción perfecta, vas a tener problemas.
(Lo dije con una expresión medio seria, medio sonriente). El gran psicólogo, William
James, una vez dibujó la siguiente fórmula:
Logros
Satisfacción =
Expectativas
Esto significa, incluso con mis conocimientos limitados de matemática, que tus
expectativas perfeccionistas siempre menospreciarán cualquier logro que obtengas.
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El humor y el bienestar en las intervenciones clínicas
Orientadora: Creo que no existe una solución perfecta a tu elección de carrera, y que
probablemente no puedes obtener todo lo que quieres y deberás renunciar a algunas
de tus preferencias. No encontrarás una carrera que colmará todos tus intereses. Eso
quiere decir que nuestra meta es encontrar una opción que no será perfecta pero con
la que te podrás sentir satisfecho.
Caso 2
Orientadora: Imagina que vas a comprar un piso nuevo. Te encontrarás con un agen-
te inmobiliario. Probablemente te pregunte cuáles son tus expectativas: ¿Cuántas
habitaciones quieres? ¿Qué tipo de suelo preferirías? ¿Qué zona te gustaría? ¿Qué
valor das a las vistas, el aire y el sol, el ruido? ¿Cuánto dinero puedes gastarte?
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El humor en la orientación profesional
Después de concretar tus preferencias, dice que tiene el apartamento perfecto para ti
pero que cuesta mucho más de lo que puedes gastarte. ¿Qué harías?
Naomi: Trataría de conseguir más dinero.
Orientadora: ¿Y si lo intentas durante un buen tiempo y aun no consigues lo sufi-
ciente?
Naomi: Entonces, si realmente tengo que mudarme, me quedaría con un piso más
pequeño (sintiéndose algo insultada). Ya sé lo que quiere hacer. Está comparando la
compra de un piso con el intento de ingresar en los estudios de medicina.
Orientadora: Sí, me pillaste (Ambos sonreímos. Ella sonríe porque me ha pillado, y
yo lo reconozco con mi sonrisa).
Naomi: Escuche, no pueden compararse las dos cosas. No me importan los pisos
tanto cómo me importa ser médico.
Orientadora: Sí, claro, lo entiendo. Es muy importante para ti estudiar medicina.
Pero por favor, sigamos con este ejemplo. (No me doy por vencida tan fácilmente).
Si realmente te hubieran importado mucho los pisos, ¿qué harías?
Naomi: Trataría de buscar más dinero.
Orientadora: Si, ¿durante cuanto tiempo? Mientras tanto, tendrás que vivir en la calle.
Naomi: Vale, buscaría un piso más pequeño que pudiera pagar, y trataría de mudar-
me a un piso mayor en el futuro.
Orientadora: Así, de momento, no estarías en la calle. ¿Puedes comparar esto a tu
situación actual?
Naomi: Usted cree que no tengo la habilidad suficiente para realizar los estudios de
medicina.
Orientadora: No, yo no he dicho eso. (Ella sin duda sentía que mi bisociación la esta-
ba amenazando. No veía ningún humor en la comparación). Dije que para ingresar
en una facultad de medicina necesitarás obtener notas más altas. Has intentado con-
seguir notas mejores, pero no bastan. Quizás podrías aceptar por ahora la idea de
quedarte en un piso más pequeño que satisfaga algunas de tus preferencias, y ver lo
que puedes hacer en el futuro para mudarte a un piso más grande. Mientras tanto,
no te quedarás en la calle.
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El humor y el bienestar en las intervenciones clínicas
Escogí este caso para ilustrar cómo puede no producirse una respuesta
humorística al inicio cuando el orientador trata de emplear una bisociación.
Quizás me equivoqué al emplear una bisociación que al principio no gustó a
Naomi y podía parecer arrogante. Sin embargo, lo importante era ofrecer un
diagnóstico productivo con tacto y honestidad, realizar la bisociación y ayudar
a liberar la habilidad de Naomi para tomar decisiones realistas. Durante el resto
de la intervención de orientación profesional, ambos empleamos el concepto de
“buscar pisos más pequeños para no quedarnos en la calle” como asa de refe-
rencia (Mosak y Maniacci, 1993).
RESUMEN
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El humor en la orientación profesional
BIBLIOGRAFÍA
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MAIOR 179
La comedia, la tragedia y
la empatía
Sue Chance
6
A Sue Chance le interesa el meollo más central de la terapia. Partiendo de un punto de vista
teórico inspirado por la auto-psicología de Kohut, aunque modificado por su propia perspec-
tiva humanista y humorística, nos ofrece una comprensión profunda sobre cómo el humor
puede ser beneficioso para el proyecto de la psicoterapia en general y para el paciente en par-
ticular. Sus perspicaces observaciones nos informan sobre cómo el humor puede ayudar en el
trabajo del terapeuta dentro de cualquiera de los modelos psicoterapéuticos disponibles en la
actualidad.
PERSPECTIVA TEÓRICA
Nadie que practique la terapia durante un tiempo puede evitar darse cuen-
ta de que la vida está llena de yuxtaposiciones tragicómicas. Incluso fuera del
contexto terapéutico, toda persona tiene algunos encuentros de primera mano
con estas situaciones: escuchar risas irrefrenables cuando los amigos y la fami-
lia recuerdan a los difuntos recientes, sentir una mezcla de sonrisas y lágrimas
al terminar un cuento maravilloso o ver a un hijo escapar ileso de un accidente
y responder con una explosión de ira y alivio. Desde la época de la antigua
Grecia, hemos sido conscientes de que la tragedia y la comedia son los elemen-
tos emparejados del drama. Y existen pocas empresas en la vida contemporá-
nea tan dramáticas como la terapia, en las que revivimos el pasado para com-
prender el presente y mejorar el futuro.
Kohut y el coraje
Muchos terapeutas sentirían rubor si les llamaran heróicos por hacer psico-
terapia, y muchos pacientes tampoco se considerarían heróicos. Sin embargo,
me viene a la mente el ensayo de Kohut (1985) sobre el coraje, en el que identi-
fica tres rasgos principales de los individuos heróicos:
MAIOR 181
El humor y el bienestar en las intervenciones clínicas
Dado que la terapia más eficaz es también la más dura, desenterrando la tra-
gedia de sus escondites oscuros, escoger esta vía a menudo requiere coraje y
sabiduría por parte de ambos participantes en el duo terapéutico. El proceso
requiere además el sentido del humor fuerte del que hablaba Kohut.
¿Como conseguimos el equilibrio adecuado al mezclar la tragedia y la come-
dia dentro del contexto terapéutico? Es evidente que en primer lugar debemos
aceptar que esta pluralidad es relevante y deseable para el trabajo terapéutico.
De hecho, reconoceríamos que la definición de Kohut es correcta y representa
un ideal profesional al que podemos aspirar. Desde luego, y en cualquier caso,
representa mi propio ideal o prejuicio personal.
Soy consciente que a muchos de mis colegas profesionales les cuesta aceptar
el sentido del humor como parte de su perfil profesional. Una vez discutí sobre
el humor con mi mentor, Karl Menninger. Hizo una observación que a mi me
pareció sorprendente –dijo que nunca creyó tener un buen sentido del humor.
Me impresionó mucho, porque a menudo había visto su sentido del humor en
acción. Una vez, durante una reunión con unos pacientes de avanzada edad,
solicitó comentarios sobre un poema algo tétrico sobre una madre y su hijo que
se morían de hambre. Mi respuesta, probablemente basada en mis años de
experiencia como asistente social, era que me parecía que existían otras alter-
nativas. Con una mirada traviesa, respondió, “Ah, Doctora Chance, intuyo que
usted vota al partido republicano”1.
En otra ocasión, dijo que yo había traído a su oficina un grupo de estudian-
tes de medicina “hace dos semanas”. Le corregí diciendo, “No doctor. En reali-
dad fue hace cuatro semanas”.
Sonrió y respondió, “No seas tan malo con este viejo, ¿vale?”. (Karl Menninger
tenía ochenta y nueve años en ese momento)
182 MAIOR
La comedia, la tragedia y la empatía
periódico que se manda a todos los psiquiatras de los Estados Unidos, he des-
mentido esta idea repetidas veces. Escribí con candor y con humor sobre diver-
sos temas serios, y luego recibí comentarios de colegas que me dijeron que lo
que dije y la manera de decirlo les ayudó especialmente, tanto en sus vidas per-
sonales como en la práctica clínica. No puedo pensar en nadie que haya expre-
sado el aspecto útil de mi estilo mejor que Roy Menninger. En una crítica de mi
segundo libro, A Voice of My Own (“Una voz propia”, 1993), una colección de
mis columnas, escribió, “Su manera de pensar, decididamente no linear e
imprevisible, es fresca, sorprendente y provocadora –y a menudo desconcer-
tante para los pensadores aristotélicos, de líneas rectas, que emplean el hemis-
ferio izquierdo, como yo”.
“Útilmente desconcertante” es un ejemplo maravillosos no sólo del auto-
conocimiento del Dr. Menninger y de su integridad intelectual pero además del
tipo de reconocimiento elegante que otorgan los terapeutas con experiencia al
efecto saludable de sentirse desorientado de vez en cuando.
Y ¿hay algo que pueda desorientar más que el humor? El humor no puede
coexistir con la rigidez –son dos polos opuestos. Tampoco puede coexistir la
empatía con la rigidez. Partiendo de estos dos hechos, en seguida queda claro
que cuanto más rígido el terapeuta, menos valiente será la terapia. El pensa-
miento estereotípico no sólo evita la comedia, evita también la tragedia, princi-
palmente porque exige que excluyamos la irracionalidad que hace que los seres
humanos se encuentren tan malditos y tan benditos. El estereotipo pone a todos
al mismo nivel, y de esta manera no admite las imperfecciones y los talentos
que componen la individualidad única de cada persona en sus sufrimientos y
sus triunfos, heroísmos y derrotas. Es por ello que los terapeutas competentes
a veces tratan las diagnosis de las pruebas psicométricas como verdades cientí-
ficas. Aunque una etiqueta codificada consigue la apariencia de la realidad o la
verdad, la única cosa real o verdadera que se obtiene en la experiencia de una
terapia siempre enraizada en el momento presente es el paciente individual que
se trata de entender y ayudar.
Antes de que alguien pueda declararse totalmente a favor del uso del humor
en la psicoterapia, sin embargo, es preciso que hable sobre algunas de sus des-
ventajas. Me gustan las analogías, y en mi libro A Voice of My Own (1993), com-
paré el humor a emplear “nitroglicerina –resulta muy eficaz cuando se usa bien,
pero no es algo con lo que los neófitos deberían jugar”.
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La comedia, la tragedia y la empatía
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El humor y el bienestar en las intervenciones clínicas
TÉCNICA
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2. NT: La frase original de Twain compara “lightning” (el rayo) y el “lightning bug” (un insecto).
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El humor y el bienestar en las intervenciones clínicas
Además del gran chiste sobre todos nosotros que acabo de citar, el hecho es
que probablemente no exista ningún ejemplo concreto de humor que tenga gra-
cia universalmente. No hay nada que vaya a tener gracia para todas las perso-
nas en un momento dado. Es importante tener esto en cuenta, especialmente
porque nos da una pista sobre el impacto diferenciado que tiene cualquier chis-
te o frase ingeniosa. Por la razón que sea, siempre he sido muy consciente del
efecto de las diferencias de edad y de sexo. Por ejemplo, me parece muy evi-
dente que un chiste que cuenta una mujer a un hombre no se percibe de la
misma manera cuando una mujer se lo cuenta a otra mujer. De la misma mane-
ra, un chiste de una persona más joven a una mayor puede tener una respues-
ta muy distinta que el mismo chiste contado entre coetáneos.
Cuando intentamos responder a la pregunta “¿Qué es lo que tiene gracia?”,
nos encontramos siempre con el problema que citó Robert Benchley al decir “No
hay límite a los esfuerzos que son capaces de realizar las personas sin sentido del
humor para analizar el humor”. Cuanto más se intenta, menos se divierte uno y
más resulta ridículo. Existen pocas tareas tan sufridas, por ejemplo, que leerse el
libro de Freud Los chistes y su relación con el inconsciente (1905/1981). Como cuan-
do leemos cualquiera de sus obras, podemos quedarnos impresionados con el
edificio que construyó el gran maestro, pero nosotros, mortales comunes, tene-
mos que bregar con mucho esfuerzo para seguirle, poniendo cada ladrillo en el
sitio exacto donde él lo puso. Si dejamos nuestras herramientas durante tan sólo
un momento, nos perdemos por completo. No sorprende que las sucesivas gene-
raciones de psicoterapeutas encuentren tantos asuntos que debatir, sea sobre el
humor que sobre cualquier otro tema, en la tierra fértil de sus textos.
En su libro de 1905, Freud notó el gran parecido que existe entre los chistes
y los sueños. Ambos se caracterizan por la condensación, la transferencia, los
razonamientos erróneos, el absurdo, la representación indirecta, la representa-
ción por el contrario, la alusión y la analogía. E igual que con los sueños, los
chistes pueden evitar el censor personal y permitir la satisfacción de instintos
sexuales u hostiles. En otras palabras, los chistes pueden permitir la expresión
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La comedia, la tragedia y la empatía
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El humor y el bienestar en las intervenciones clínicas
existen los días. El único gran dios nos abandonó a los días, al tumulto de oca-
siones que nos brinda el tiempo, nos abandonó a los dioses de los días, cada día
un bruto salvaje de descomunal tamaño e imbecilidad” (pag. 43).
Freud (1905/1981) se merece algunos puntos de más por escribir que “suele
suceder en el chiste que los mejores productos de la elaboración del mismo sean
utilizados para revestir los pensamientos de más valioso contenido” (pag.79).
Esta frase expresa la conexión esencial entre un sentido del humor profundo y la
madurez. Durante una conferencia que pronuncié para un grupo de psiquiatras,
conté una anécdota que me parecía muy graciosa sobre el sentido del humor de
mi madre. Después de hablar con ella sobre mi reciente mudanza, mi madre res-
pondió: “Supongo que mi siguiente mudanza será con los pies por delante”.
Noté la confusión total de una mujer joven cuando conté la historia, y expliqué
“Es un chiste sobre la muerte”. Con un escalofrío, susurró, “Sí, ¡lo sé!”. Aun rien-
do, le pregunté, “¿Puedes pensar en algo más importante sobre lo que podamos
bromear?”. Una psiquiatra de avanzada edad que se sentaba junto a la mujer
rompió entonces a reír de buena gana. Me di cuenta que era necesario compartir
la madurez emocional suficiente para poder captar el chiste. Desarrollar un sen-
tido del humor sólido significa desprenderse de todos los resentimientos, inclui-
do el resentimiento sobre nuestra propia mortalidad e insignificancia. ¡Qué pen-
samiento de mayor sustancia puede haber!
USOS PERTINENTES
190 MAIOR
La comedia, la tragedia y la empatía
Aunque existen razones de peso para tener cuidado con el humor, un chiste
puede emplearse como “sonda de prueba” con un cierto valor diagnóstico.
Permite al terapeuta valorar la capacidad del paciente para la espontaneidad y
su preparación para el auto-análisis activo. Incluso si las metas que Kohut nos
marcaba son demasiado elevadas para poderse realizar, el humor puede brin-
darnos un momento de placer e identificación compartida entre dos personas
de temperamento muy distinto.
MAIOR 191
El humor y el bienestar en las intervenciones clínicas
3. NT: Este título se refiere a la frase de Bill Clinton sobre el aspecto fundamental que ningún presidente
EE.UU. debe olvidarse: It’s the economy, stupid! (Se trata de la economía, ¡imbécil!)
192 MAIOR
La comedia, la tragedia y la empatía
BIBLIOGRAFÍA
Chance, S. A Voice of my Own: A Verbal Box of Chocolates. Cleveland, SC: Bonne Chance Press,
1993.
Dillard, A. Holy the Firm. Nueva York: Harper & Row, 1977.
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Wordsworth, W. Ode - Intimations of Immortality. En A Choice of Wordsworth’s Verse. Boston,
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MAIOR 193
El humor y el proceso
de recuperación en 12 pasos
Stephanie Brown
7
¿Cómo puede una persona escapar del pantano del alcoholismo? ¿Cuál es el papel del humor
en el tratamiento del alcoholismo y las adicciones en general? En este interesante artículo,
la Dra. Brown propone que el humor puede emplearse para resaltar la naturaleza tragicó-
mica del alcoholismo, y puede hacer de espejo para desviar los venenos de la adicción.
También muestra cómo el humor puede contribuir de manera activa y específica a cada
etapa del proceso de recuperación. Además, la Dra. Brown enseña cómo el humor ayuda a
moldear una nueva realidad más allá de las cadenas de la adicción.
PERSPECTIVA TEÓRICA
A lo largo de los últimos veinte años ha crecido una conciencia sobre la rela-
ción entre el humor y la salud. Norman Cousins (2000) demostró el impacto
sanador potencial del humor en relación con su propia enfermedad física.
Muchos otros también comienzan a reconocer las conexiones poderosas entre el
humor y el bienestar emocional.
Un ámbito muy importante en el que el uso del humor se reconoce pero aun
se entiende poco es el proceso de recuperación del alcoholismo dentro del
esquema de 12 pasos de Alcohólicos Anónimos (A.A., 1955/1976).Un artículo
de portada de la revista Newsweek (Leerhson, 1990) presentaba el desarrollo de
la idea de la recuperación y del movimiento de los 12 pasos como una sátira, a
la vez distanciada y muy cercana a las personas y los eventos descritos. Los lec-
tores se ríen de camino hacia su propia reunión de recuperación. En este senti-
do la idea de la recuperación puede verse como un fenómeno social además de
un asunto de salud.
El artículo de Newsweek iluminaba la compleja relación que existe entre la
naturaleza bien seria e incluso mortífera del alcoholismo y otras adicciones y la
no menos seria, pero a la vez humorística, experiencia del alcoholismo a lo
largo del proceso recuperativo.
MAIOR 195
El humor y el bienestar en las intervenciones clínicas
196 MAIOR
El humor y el proceso de recuperación en 12 pasos
Beber
MAIOR 197
El humor y el bienestar en las intervenciones clínicas
que la bebida resuelve o ayuda a afrontar. El siguiente ejemplo ilustra esta lógi-
ca distorsionada y la transferencia de la responsabilidad hacia algo externo.
Transición
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El humor y el proceso de recuperación en 12 pasos
MAIOR 199
El humor y el bienestar en las intervenciones clínicas
Decidí ir a la fiesta, pero en vez de quedarme ahí en medio, con la tentación de beber,
me ofrecí como voluntario para coger los abrigos. Lo que no me imaginaba era que
habría cientos de invitados. No podía gestionar todos esos abrigos, los confundía
unos con otros, me equivoqué con las etiquetas, se me caían. Era como en una pelí-
cula de Chaplin.
Recuperación temprana
200 MAIOR
El humor y el proceso de recuperación en 12 pasos
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El humor y el bienestar en las intervenciones clínicas
Recuperación en curso
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El humor y el proceso de recuperación en 12 pasos
Según Heuscher (1980), para que aparezca el humor, hacen falta tres condi-
ciones interactivas y reforzadoras: la distancia, el desarrollo de defensas de
nivel superior y el autocontrol. La distancia se refiere al paso del tiempo, el
grado de espacio psicológico y físico y el grado de inmediatez. Cuanto mayor
sea la distancia desde el aquí y el ahora, mayor será la oportunidad para que
un sentimiento o una memoria se perciba desde la óptica del humor. La distan-
cia añade el filtro de un observador, facilitando la objetividad y la seguridad.
El desarrollo de las defensas de nivel superior sucede de manera natural
cuando los niños sanos van madurando, junto con las competencias cognitivas
de nivel superior. Diversos investigadores (Loewald, 1975; McGhee, 1972) des-
MAIOR 203
El humor y el bienestar en las intervenciones clínicas
Christy, que estaba de visita desde otra ciudad, contó al grupo de AA que se sentía
“como en casa, aunque no os conozca a todos personalmente...”. Hizo una pausa y
se echó a reir. Haciendo referencia a un pasado de bebida descontrolada y muchas
experiencias sexuales, Christy añadió: “Sabéis, la verdad que es algo sorprendente
que pueda decir que no os conozco a todos personalmente”. El grupo se rió de mane-
ra espontánea.
204 MAIOR
El humor y el proceso de recuperación en 12 pasos
la mente lo seguirá” es un consejo para los novatos que los miembros de A.A.
consideran muy sabio desde hace tiempo. Los nuevos abstemios al inicio tienen
un sentido muy frágil de control sobre su conducta externa. Según se van esta-
bilizando los comportamientos abstemios, comienzan también a entender el
nuevo vocabulario y el lenguaje de la recuperación. En ese momento, con una
mayor distancia hacia las acciones impulsivas y una separación cada vez mayor
entre el pensamiento y la acción, el humor comienza a aparecer.
Al concretarse las habilidades cognitivas, los individuos comienzan a desa-
rrollar una “historia” o “narración” de su trayectoria bebedora que ahora pone
el énfasis en el comportamiento y en la manera de pensar bebedora y las dis-
torsiones que facilitaron la negación de estas realidades. El contraste entre lo
que realmente sucedió y la imágenes o explicaciones que el bebedor ofrecía a
veces resulta bastante cómico:
Cuando bebía, Katie se veía como una anfitriona estupenda, que organizaba enor-
mes fiestas de las que todos hablaban. Katie siempre creía que las cosas que se decí-
an sobre sus fiestas eran positivas. Tras cinco años de sobriedad, ahora describía sus
habilidades de anfitriona de tal manera que todo el grupo se moría de la risa:
“Recuerdo que una vez bebí con mis invitados durante horas y luego, a la una o dos
de la madrugada, me puse a cantar para ellos. Cogí una escalera y me subí al tejado.
Me creía Ethel Merman, la cantante de la obra musical Gypsy. Ahí estaba yo, aullan-
do a la luna y haciendo un estriptis, como en Gypsy. Parece que debió ser toda una
escenita, y muy divertida de una manera bastante distinta a como yo me la podía
haber imaginado jamás. Hasta que dejé de beber, yo creía que éste fue un momento
estelar”. Aunque Katie contó la escena de una manera que invitaba a sus compañe-
ros en recuperación a reírse, nadie negaba la dolorosa humillación que estaba des-
cribiendo. La historia es divertida porque Katie ya no hace estas cosas.
MAIOR 205
El humor y el bienestar en las intervenciones clínicas
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El humor y el proceso de recuperación en 12 pasos
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El humor y el bienestar en las intervenciones clínicas
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El humor y el proceso de recuperación en 12 pasos
Una tarjeta de la compañía Sylvia diseñada por Nicole Hollander muestra a dos
mujeres bien vestidas hablando. Una tiene una bebida en la mano. La otra dice: “mi
peso es siempre perfecto para mi estatura...”. Dentro de la tarjeta está sentada soste-
niendo una bebida y con un plato de galletas a mano. Dice: “...que varía”.
Gertrudis la Gorda se sentó en la mesa y pidió una tarta de bizcocho entera. “¿La
corto en cuatro o en ocho trozos?” preguntó la camarera. “En cuatro”, respondió
Gertrudis, “Estoy a dieta”.
MAIOR 209
El humor y el bienestar en las intervenciones clínicas
Gran parte del humor de A.A. se basa en este tipo de incongruidad y sor-
presa, como en el siguiente ejemplo.
Fui al psiquiatra porque estaba deprimido. Le dije al psiquiatra que bebo socialmen-
te, una o dos copas. Asintió y me declaró ‘no alcohólico’. “Estupendo”, me dije,
“¿quiere eso decir que puedo seguir bebiendo todo lo que quiera?”.
“Llamé al psiquiatra desesperado. Luego cancelé tres citas seguidas, diciéndole que
estaba demasiado borracho o resacoso para ir. Finalmente, cuando llegué, él no men-
cionó la bebida. En vez de ello, ambos quedamos en que estaba deprimido y comen-
cé a tomar antidepresivos, pastillas para dormir y un estimulante para seguir ade-
lante. El psiquiatra me mantuvo empastillado durante años y yo nunca dejé de
beber”. De momento el público no ríe. El hombre sigue contando su historia “Mi psi-
quiatra luego me llamó, ¡porque estaba deprimido y necesitaba ayuda! Acabó
mudándose a mi casa y entonces bebimos hasta perder la cabeza, a todas horas”.
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El humor y el proceso de recuperación en 12 pasos
la menor idea de por qué ya no podía concentrarse o tocar. Resignada, con una
bebida en la mano, se explicó con tristeza que esto es lo que sucede cuando
envejeces.
2. Otra persona exhibe el mismo tipo de distorsión lógica: Durante años
seguí la misma rutina: me levanto, me tomo un vodka con zumo de naranja
helado, seguido por una vomitina, la ducha y el afeitado. Un día de pronto
pensé que la mayoría de las personas no vomitaban cada mañana. ¿Cual será la
causa? Rápidamente decidí que el zumo de naranja helado no iba bien con el
estomago vacío. ¡Desde entonces juré beber el vodka sólo!
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El humor y el bienestar en las intervenciones clínicas
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El humor y el proceso de recuperación en 12 pasos
MAIOR 213
El humor y el bienestar en las intervenciones clínicas
Una mujer dice: “Perfeccionista, con tendencias a dudar mi misma”. La otra respon-
de: “Sistema familiar basado en la vergüenza, y tremendamente codependiente”. El
texto debajo de la viñeta dice: “¿Recuerdas aquellos días en que bastaba con conocer
tu signo astrológico?”.
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El humor y el proceso de recuperación en 12 pasos
Durante la entrevista, mi futuro jefe me dijo que en esta compañía, si una persona
tenía un problema, todos tenían un problema. Me reí para mis adentros, contenien-
do mis ganas de saltar y decir “¡Perfecto! ¡Soy vuestra chica ideal!”.
Los ACOAs en esta terapia de grupo se rieron de buena gana. Pero las otras
personas que oyeron esta historia no captaron la broma. Sólo vieron en ella la
ética del trabajo en equipo, en vez de la aceptación inadecuada de responsabi-
lidad hacia todos y hacia todo lo que oían los ACOAs.
Aunque los niños pequeños de los alcohólicos a menudo no se ven como
agentes o iniciadores, pueden creer irónicamente que son responsables de toda
la devastación. Para evitar la depresión, suelen desarrollar una creencia defen-
siva en su propio poder y omnipotencia: Ellos causaron todos estos problemas,
y por lo tanto también podrán arreglarlos (Brown, Beletsis y Cermak, 1989). Un
chiste de mucho éxito entre los ACOAs describía perfectamente este sentido
abrumador de responsabilidad hacia los demás: “Cuando un ACOA se está
muriendo, pasa delante de sus ojos toda la vida de otra persona”.
El tratamiento esencial para un ACOA consiste a menudo en desenmarañar
el comportamiento, las creencias y los sentimientos ligados a mantener los lazos
patológicos citados anteriormente. Cuando los ACOAs reconocen la realidad
de la impotencia que experimentaron cuando eran niños, es normal que sientan
una gran pérdida y se depriman en vez de obtener un sentido de mayor gestión
sobre su situación (Brown, 1988, 1992, 1995).
Los participantes en los programas de los 12 pasos y en la psicoterapia pue-
den aumentar su desapego y el desarrollo de defensas superiores que fomen-
tan la distancia. Compartir las experiencias de vivir con padres alcohólicos
puede facilitar la apreciación del humor y permitir la obtención de una fortale-
za mayor a través de ello. Sin embargo, el humor puede también reforzar las
defensas contra la experiencia de dolor aun más profundo.
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El humor y el bienestar en las intervenciones clínicas
RESUMEN
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El humor y el proceso de recuperación en 12 pasos
BIBLIOGRAFÍA
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El humor y el bienestar en las intervenciones clínicas
218 MAIOR
El humor del superviviente:
el papel del humor al enfrentarse
las personas con los desastres
Sandra E. Ritz
8
¿Ha pensado alguna vez en reírse durante una catástrofe? Sandra Ritz no sólo ha observa-
do la risa durante las catástrofes, sino que ha animado y asistido a los supervivientes de los
desastres a seguir haciéndolo. En este capítulo, la Dra. Ritz se enfrenta con un tema que
hasta ahora prácticamente no se había estudiado: la relevancia del humor en las intervencio-
nes con supervivientes de las catástrofes que experimentan condiciones muy duras a nivel
psicológico y físico.
PERSPECTIVA TEÓRICA
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El humor y el bienestar en las intervenciones clínicas
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El humor del superviviente
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El humor y el bienestar en las intervenciones clínicas
¿Qué es un desastre?
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El humor del superviviente
Los problemas graves de salud mental que pueden surgir y permanecer des-
pués de un desastre en un pequeño número de supervivientes incluyen la
PTSD, el abuso de las sustancias y la depresión clínica (Freedy el al., 1994;
Green et al., 1990; Rubonis y Bickman, 1991; Sattler y Freedy, 1995). Algunos tra-
bajadores de los desastres opinan que las catástrofes causadas por la acción
humana pueden provocar una agitación psicológica mayor que las catástrofes
naturales. Sin embargo, aun no se ha determinado cuales son los elementos pre-
cisos de los desastres que provocan este aumento de psicopatología (Rubonis y
Bickman, 1991). Las variables de la crisis que afectan al trauma individual,
como la gravedad de la amenaza, el terror o el horror experimentado durante
el impacto del desastre, pueden afectar al ajuste psicológico. La mayoría de los
supervivientes de una catástrofe se enfrentan a una serie de adversidades en el
período posterior al suceso que puede afectar la adaptación psicológica a largo
plazo. Algunos ejemplos de tales adversidades son la falta de provisiones, la
disrupción de las rutinas habituales y otros problemas similares típicos de una
situación catastrófica.
Los factores individuales que suelen asociarse con un riesgo mayor de pro-
blemas de adaptación incluyen: un nivel de ingresos reducido, una edad muy
avanzada, un historial de haber sufrido crímenes violentos, problemas de salud
mental anteriores, emociones iniciales muy intensas en reacción al desastre,
amenazas percibidas de heridas graves o muerte de la propia persona o de la
familia, una mayor incidencia de eventos estresantes posteriores al desastre,
una falta de recursos importantes en el entorno posterior al desastre (por ejem-
plo, estabilidad familiar, empleo, apoyo social) y comportamiento de afronta-
miento negativo (por ejemplo, el abuso del alcohol) (Freedy y Kilpatrick, 1994;
Sattler y Freedy, 1995).
Los estudios actuales sobre la psicología de los desastres se centran princi-
palmente en las respuestas y adaptación patológicas. Se han estudiado poco las
respuestas de adaptación positivas que pueden producirse (Joseph, Williams y
Yule, 1993).
El comportamiento pro-social es predominante después de un desastre
natural y facilita la cohesión social entre los supervivientes (Freedy y Kilpatrick,
1994; Quarentelli, 1982; Warheit, 1988). Quarentelli (1985) apuntó que algunos
“de hecho han defendido las consecuencias positivas de los desastres” y que es
el “segundo desastre” que provoca la escasez o retraso de los esfuerzos de asis-
tencia post-impacto que pueden contribuir de manera significativa a producir
efectos negativos para los supervivientes (pag.196). Quarentelli (1982) sugirió
MAIOR 223
El humor y el bienestar en las intervenciones clínicas
224 MAIOR
El humor del superviviente
ponderante y las personas actúan de manera heroica para ayudar a salvar las
vidas y propiedad propias y ajenas. Las distorsiones en la percepción son habi-
tuales y pueden verse afectadas las capacidades cognitivas.
La “fase de luna de miel” se desarrolla a partir de la primera semana apro-
ximadamente, hasta unos dos o cuatro meses después del suceso. Se trata de un
estado de optimismo sobre la recuperación. Existe un sentimiento fuerte de
haber compartido una experiencia catastrófica y haber sobrevivido. La agita-
ción inicial del rescate ya ha terminado y comienza el período de la “limpieza”.
Los supervivientes conocen los hechos, pero el significado de las pérdidas aun
no se ha hecho sentir. Aparece un espíritu de comunidad robusto, en el que las
personas se esfuerzan por ayudarse los unos a los otros. Existe una apoyo ofi-
cial y un nivel alto de expectativas con relación a los seguros y el gobierno. Los
supervivientes buscan la información activamente, pero aun no quieren hablar
de sus sentimientos.
Según los estudios, la “fase de la desilusión” suele producirse desde los dos
meses hasta el primer o segundo año después del evento. Algunos expertos en
los desastres creen que esta fase puede comenzar mucho antes, a veces tan
pronto como a los cuatro días después del desastre (Myers, 1994). Durante esta
fase, pueden producirse sentimientos como el pesimismo, el enfado, la amar-
gura, el resentimiento y la desilusión. La novedad de la vida en condiciones de
hacinamiento se marchita. La pena se instala en las personas. Los supervivien-
tes deben realizar listas de sus pérdidas para los representantes del gobierno y
de las compañías aseguradoras. Las personas se encuentran con el “segundo
desastre” de la burocracia, los papeleos, las colas y los retrasos. Surgen conflic-
tos sobre el reparto de culpas y recursos. Los supervivientes pueden sentirse
ahora como víctimas. Pueden sufrir cansancio, irritabilidad, temor y ansiedad.
Algunos experimentan sentimientos de vulnerabilidad, incompetencia y com-
plejos de culpabilidad por haber sobrevivido. Los miembros de una familia
pueden sufrir estrés, problemas de salud e insomnio. La euforia de haber sobre-
vivido ha ido desapareciendo y los síntomas del estrés post-traumático pueden
comenzar a notarse. Muchas agencias externas comienzan a abandonar el lugar
en esta fase y algunos grupos de la comunidad pueden debilitarse. Existe un
sentido general de pérdida de comunidad. Los supervivientes se centran en la
reconstrucción de sus propias vidas y en resolver sus propios problemas. Se
encuentran inundados con el papeleo y muchos experimentan una “sobrecarga
de información”. Algunos individuos pueden ahora abrirse más a la comuni-
cación sobre sus sentimientos, si creen que su interlocutor les entenderá y está
dispuesto a escuchar.
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El humor y el bienestar en las intervenciones clínicas
Tabla 8.1
Humor del superviviente, en los supervivientes y trabajadores
de un desastre, según sus distintas fases
226 MAIOR
El humor del superviviente
TÉCNICA
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El humor y el bienestar en las intervenciones clínicas
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El humor del superviviente
MAIOR 229
El humor y el bienestar en las intervenciones clínicas
1. NT: La frase “requiere un ensamblaje parcial” (some assembly required) hace referencia a frases simi-
lares que aparecen en los anuncios, cajas y envoltorios de diversos juguetes, muebles y otros productos de
consumo en Estados Unidos.
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El humor del superviviente
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El humor y el bienestar en las intervenciones clínicas
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El humor del superviviente
groso huracán. Emplearon un carrito motorizado para robar la caja fuerte cerra-
da de un supermercado. Intentaron cargar con su gran peso por la calle, pero
los vientos de 200 kilómetros por hora les derribaban continuamente. Al ver
que caían hasta los postes telefónicos y los árboles, los ladrones decidieron
abandonar la caja fuerte en medio de la calle y corrieron a un refugio. Un hom-
bre que contó esta historia a un grupo de supervivientes aprovechó la ambi-
güedad lingüística de la frase “keep safe”, que en inglés puede significar “man-
tenerse a salvo” o también “guardar una caja fuerte”. Dijo: “I guess those stu-
pid guys just didn’t know any other way to keep safe in a storm!” (Supongo
que esos idiotas no sabían otra manera [de mantenerse a salvo] / [de guardar
una caja fuerte] en una tormenta).
Función 4: El humor como una manera de ofrecer explicaciones alternati-
vas del cataclismo que no son ni mejores ni peores que otros intentos inútiles
de explicar esta situación caótica y terrible. Por ejemplo: Cuando las aguas
comenzaron a bajar después de las inundaciones de 1993 en el Centro Oeste
americano, quedaron muchas zonas de cultivo y muchos hogares cubiertos de
barro y todo tipo de objetos. En un barrio había aparecido un váter roto en
medio de un campo de barro. Alguien colocó una señal pintada a mano en el
váter, que decía: “Shit happens” –una frase que significa literalmente que “la
mierda sucede”, y que se utiliza en Estados Unidos para decir que “La vida
es así”.
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El humor y el bienestar en las intervenciones clínicas
Figura 8.1
“Necesitas relajarte”
Necesitas
relajarte, Para relajarme,
estás ¡necesito dos
demasiado tiendas!
tenso.
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El humor del superviviente
tiene una relación positiva con la actuación de los soldados durante el estrés
del caos bélico es el humor activo –la habilidad de producir humor, no senci-
llamente reaccionar o apreciarlo (Bizi, Keinan y Beit-Hallahmi, 1988).
Rosenberg (1992) también descubrió que la habilidad de los trabajadores de los
servicios de emergencia para producir humor espontáneo y relevante a la
situación es crítico para reducir el estrés.
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El humor y el bienestar en las intervenciones clínicas
ahí, delante mía, escritas en la pared por algún otro americano que había estado
antes que yo, las palabras “¡Sonríe, estás en Candid Cámera!” (Una frase que se
usaba en el programa de “cámara escondida” Candid Camera). Bien, pues no pude
evitar sonreír. A pesar de todo lo que había sucedido en la semana anterior, sonreí
ampliamente. Reí a carcajadas, disfrutando no sólo el humor y la incongruidad
pura de la situación sino también apreciando a la bellísima persona que había reu-
nido la suficiente cara para superar su propia depresión y frustración y dolor y cul-
pabilidad para rascar en la pared una frase de apoyo a los que vendrían después
de él. No podía saber cuantos soldados asustados y hundidos pasarían por este
miserable cubículo, verían esta descarada nota que les recordaría que no estaban
solos, y conseguirían tirar adelante y afrontar lo que fuera que la cámara escondi-
da de la vida tenía preparada para ellos. Nunca descubrí cual de mis compañeros
dejó ese absurdo saludo, pero Dios mío, se merecía una medalla por ello. (Coffee,
1990, pags. 131-132).
El humor negro entre las víctimas de los abusos y las torturas es una expre-
sión de la esperanza y del pensamiento optimista que refuerza su ánimo y capa-
cidad de resistencia (Obrdlik, 1942). Las situaciones deshumanizadoras o de
peligro mortal se convierte, gracias al humor irónico, en algo humano, delicio-
so y valioso, de tal manera que “Incluso ante la soga, el prisionero puede
enfrentarse a sus verdugos con gallardía, aplomo, desprecio y coraje. Su pose,
su estilo, su elegancia y su respeto hacia sí mismo trasciende la pérdida de su
propia vida” (Koller, 1988, pag. 10).
Durante los siete años que el periodista Terry Anderson sufrió como rehén,
a veces aislado en un calabozo, otras veces encadenado con otros rehenes,
descubrió que “Es increíble a veces cuanto nos reímos. Las imitaciones de
John, las terrible anécdotas interminables de Brian, los juegos de palabras y
las canciones de borrachera de Tom, las historias de Boston de Frank. Incluso
las cosas estúpidas y frustrantes que hacen los guardas nos desatan la risa
tonta. A menudo tiene un cierto toque amargo. Pero no siempre. También
muchas veces es sencillamente un alivio poder reírse de algo” (Anderson, 1993,
pag. 292).
L. Tenney sobrevivió la marcha de la muerte de Bataan y fue prisionero de
guerra en una cárcel japonesa en las filipinas durante tres años. Organizó
“juegos y bromas” dentro de la prisión, incluidos espectáculos cómicos que los
prisioneros montaban con regularidad porque “sentíamos que no podíamos
seguir mucho más tiempo así... necesitábamos algo para poder pensar en otra
cosa que no fuera nuestras circunstancias miserables” (1995, pag. 149).
Durante sus tres años como trabajadora esclava de los nazis, Gerda
Weissmann Klein escribió y produjo espectáculos de comedia semanales en su
236 MAIOR
El humor del superviviente
Si puede identificarse un factor civilizado del carácter del náufrago que le ayuda a
sobrevivir, ése es un sentido del ridículo bien desarrollado. Ayuda al náufrago a reír-
se en la cara de las situaciones imposibles y le permite superar el asesinato de todos
los códigos y características civilizadas que hasta entonces habían guiado su vida. El
MAIOR 237
El humor y el bienestar en las intervenciones clínicas
El humor es la única cosa que suaviza un poco la vida y la muestra como el circo
que realmente es. Al perder nuestros hogares y nuestras vidas, todo parecía ridí-
culo, absurdo y estúpido. Ahí estábamos, en un campo a medio hacerse, con la
nieve y el frío. Los refugiados ayudaron a cubrir las paredes con aislante para
aumentar el calor y construyeron la alambrada de alambre espino para encerrarse.
Teníamos que cantar “God Bless America” muchas veces con una bandera.
Rodeados por todos los lados de guardas armados con rifles, no podíamos salir de
ahí alegremente. ¿Qué podíamos hacer? Tantas cosas locas pasaron en ese campo.
Por eso las bromas y el humor que vi ahí no era de un tipo alegre, sino ridículo y
absurdo. Era sobre las personas y las situaciones. El humor era siempre “Es el des-
tino. No puede evitarse. ¿Qué va a pasar ahora?”. Traté de afrontarlo de la mejor
manera, simplemente adaptando y ajustándome a la situación. (Gesenway y Roseman,
1987, pág. 71)
238 MAIOR
El humor del superviviente
ver a poner los pies sobre la tierra y a recuperar nuestro equilibrio y el sentido
de la vida. El humor es esencial para nuestra paz mental y para nuestra habili-
dad de ir más allá de la supervivencia” (pág. 124).
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El humor y el bienestar en las intervenciones clínicas
PRESENTACIÓN CLÍNICA
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El humor del superviviente
MAIOR 241
El humor y el bienestar en las intervenciones clínicas
USOS ADECUADOS
Al analizar los datos acumulados descubrí que ciertos tipos del humor del
superviviente se correspondían a las cuatro fases emocionales solapadas de un
desastre. Este esquema conceptual de tipos de humor del superviviente especí-
ficos a una fase de las grandes catástrofes naturales contribuye a proporcionar
una descripción más completa de las respuestas emocionales a un desastre. El
tipo de humor que emplean los supervivientes puede ser un indicador más de
la fase emocional concreta que están atravesando, ayudando a los trabajadores
de la salud mental a modificar sus intervenciones en consecuencia. En los
siguientes párrafos describiré algunos de los tipos de humor del superviviente
específicos a una u otra fase de los desastres naturales, con ejemplos tomados
del Huracán Iniki.
Fase heróica
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El humor del superviviente
de la familia rompió el tenso silencio e hizo a todos reír al coger el auricular del
teléfono y gritar en él: “¡Operadora, eh, operadora! ¡He pagado mis facturas!
¿Cómo es que me han cortado la línea?”.
La Isla Jardín se había transformado en un desolador paisaje de escombros
que parecía un campo de batalla. Al salir de su refugio por primera vez, una
superviviente contó que “reí a través de mis lágrimas” cuando otra compañera
del refugio dijo, “Toto, creo que ya no estamos en Kansas” (Se trata de la céle-
bre frase del Mago de Oz que pronuncia Dorothy al encontrarse por primera vez
en el extraño mundo de Oz).
Durante la primera semana después del desastre “la gente de Kauai trató de
mostrar que el espíritu de aloha, la célebre amabilidad y hospitalidad de los
hawaianos, no se había visto mermada por la llegada de un visitante poco opor-
tuno –El Huracán Iniki” (“Aloha Spirit”, 1992, pag. 1). Atrapados en una isla sin
redes de energía, comunicaciones o transporte, los supervivientes trabajaron
juntos para cubrir sus necesidades más fundamentales. Ayudaron a sus fami-
liares, amigos y vecinos, y también dieron su apoyo a los miles de turistas atra-
pados con ellos. No había agua corriente, y por lo tanto aquellos que tenían hor-
nillos de gas los usaban para hervir el agua y así hacerla potable. Otros diluían
una solución de cloro en el agua recolectada para beber un líquido que se cono-
cía en broma como “el cóctel de cloro”.
Los supervivientes compartían sus experiencias mientras que recogían el
agua y se bañaban en los ríos. Varios rieron cuando un hombre ironizó que los
únicos supervivientes que no perdieron nada en el Huracán fueron las cucara-
chas. Las tiendas, los restaurantes y los hoteles que ya no podían refrigerar los ali-
mentos, para evitar que se echaran a perder pintaron a mano carteles que anun-
ciaban “Comida Gratis” y repartían comida entre los viandantes. Un supervi-
viente contó que:
El humor y la risa eran las mejores medicinas mientras que limpiábamos y tratá-
bamos de rehacer nuestras vidas. Las comidas en grupo se volvieron de suma
importancia. Todo empezó de manera muy inocente, esta dieta nuestra del hura-
cán... algunas de las personas más felices que he visto por aquí son las que lucha-
ban contra el colesterol alto. Iniki les ha proporcionado una interrupción casi bien-
venida de su dieta de pescado al vapor y pollo sin la piel. Se les puede reconocer
por las salchichas de Frankfurt que llevan en una mano y la lata de mortadela en
la otra, con una sonrisa de oreja a oreja. El menú de Iniki ha incluido el solomillo
de buey y la langosta... Vayas a donde vayas, puedes ver la bolsa marrón y blanca
de ese alimento de vicio, M&Ms. La euforia del chocolate y el refresco de lata,
incluso templada, fortalecen a los habitantes de Kauai para enfrentarse a la recu-
peración (Nace, 1992, pág. 63).
MAIOR 243
El humor y el bienestar en las intervenciones clínicas
Figura 8.2
“Antes de nada, ¿podrían ayudar a quitarme esta casa de encima?”
¿Cómo se
siente?
¡Díganos como
fue el huracán!
Estoo... Antes de nada,
¿podrían ayudar a
quitarme esta casa
de encima?
Los pilotos de los helicópteros que sobrevolaron Kauai para valorar los
daños desde el aire leyeron una serie de mensajes escritos en letras enormes a
nivel del suelo. Alguien había trazado en la arena de una playa la palabra
“Hielo”, y también otra persona formó esta misma palabra con escombros en
su jardín, indicando el deseo de obtener un recurso con una alta demanda y una
muy baja oferta. Varias casas escribieron señales a mano que decían “¡Estamos
bien!” y “¡Sobrevivimos Iniki!” y “Gracias al Señor”. Un superviviente erigió un
gran cartel en medio de su jardín, lleno de escombros, que decía: “Kauai: No es
un lugar para los blandengues”.
Los medios de comunicación llegaron en seguida a la isla. Cuando los super-
vivientes de un desastre se enfadan con los equipos de televisión y radio que
parecen tener poca sensibilidad hacia su situación y sólo quieren “cubrir la noti-
cia”, el humor puede ser un modo de liberar los sentimientos hostiles de una
manera menos agresiva. Presencié cómo un superviviente del Huracán Iniki
contaba a sus amigos, entre risas, la historia de un grupo de reporteros niele que
estaban tan ocupados tratando de preguntarle cosas y sacar su foto que no se
dieron cuenta que necesitaba ayuda (ver figura 8.2).
244 MAIOR
El humor del superviviente
El día después del huracán, una cámara de video casera grabó a dos super-
vivientes sonrientes que habían compuesto rápidamente una canción.
Acompañados por un ukelele, cantaron: “Fue un poco traidora: Iniki, Iniki. Nos
ha dejao chafaos, pero gracias a Dios aun estamos aquí” (Small Cat Productions
y Cataluna, 1992).
Los trabajadores del desastre también atraviesan respuestas previsibles en
cada fase del período post-catástrofe, que pueden ser diferentes de las fases que
experimentan los supervivientes (Hartsough y Myers, 1985). En la Tabla 8.1
puede verse una comparación entre las posibles fases del humor de los super-
vivientes y trabajadores de un desastre, según la fase. Mientras que los super-
vivientes están en la fase heroica, los trabajadores pueden estar atravesando la
fase de “alarma” (pre-impacto, impacto y post-impacto inmediato) y de “movi-
lización” (iniciando su actuación). Durante la fase de alarma, los trabajadores
pueden emplear humor bravucón y humor negro como estrategias de afronta-
miento para reducir la ansiedad y la inquietud. Éste es el tipo de humor que
más emplean los miembros de los cuerpos de primera línea, como la policía y
los bomberos, en las situaciones de emergencia. Estas personas deberían tener
cuidado de que sus intentos de reducir su propia ansiedad con el humor no se
malinterprete como falta de sensibilidad hacia los supervivientes. Durante la
fase de movilización, los trabajadores emplean el humor de tipo “camaradería”,
trabajando juntos para desarrollar y coordinar planes de acción. Si trabajan
junto con los supervivientes, el humor de los trabajadores debería incluir a
todas las personas presentes. El humor de los trabajadores debería reflejar la
visión compartida de los trabajadores y los supervivientes y orientarse hacia
sus experiencias comunes.
MAIOR 245
El humor y el bienestar en las intervenciones clínicas
246 MAIOR
El humor del superviviente
Figura 8.3
“Cómo Iniki solucionó mi problema con las ratas”
MAIOR 247
El humor y el bienestar en las intervenciones clínicas
zar de nuevas en 1992 y se mudó a Kauai una semana antes del Huracán Iniki.
La tormenta destrozó por completo la nueva casa que acababa de comprar en
Kauai. Al oír esta historia durante una sesión de cuentacuentos, un supervi-
viente comentó: “Espero que no se mude a la Gran Isla –¡el volcán reventaría
a lo bestia!”.
La estación de radio de defensa civil de Kauai volvió a retransmitir a los
pocos días después de Iniki y se convirtió en el principal canal de comunicación
e información. Hacia el final de la segunda semana, una disk jockey local
comenzó a retransmitir una serie de episodios cómicos porque “había que reír-
se de esto o gritarle a alguien” (O’Malley y Radke, 1993, pág. 20). Los supervi-
vientes se reunían alrededor de las radios cada mañana para escuchar y reírse
de las sátiras de esta disk jockey, que giraban en torno a la situación del desas-
tre. Había muchas bromas relativas a la búsqueda continua de hielo. Los super-
vivientes a menudo repetían las parodias de este programa en las sucesivas
sesiones de cuentacuentos, como este anuncio promocional falso: “En el Super-
mercado Rápido de Ichitachi, no hemos subido los precios desde el huracán
–¡siempre fueron así de altos!” (Cataluna, 1992).
Las heridas y cortes en los pies eran muy frecuentes después del huracán,
porque pocos supervivientes tenían zapatos con suelas gruesas y duras para
protegerles de los clavos y los cristales rotos. Las enfermeras de Kauai que tra-
bajaban en una clínica médica local bromeaban que los numerosos supervi-
vientes que cojeaban hasta llegar al centro para tratarse una herida en el pie
“bailaban la Jota del Huracán” o “el Tango del Tétano”.
Hacia la segunda y tercera semana después de Iniki, muchos supervivientes
acudían al médico con enfermedades contagiosas (Ebersole, 1993). Una enfer-
mera-superviviente de los servicios públicos de Kauai, que participaba en el
seguimiento de estas enfermedades, se quejaba de que “Se está cociendo un
brote de pertusis entre nuestra población ‘exenta de la inmunización por razo-
nes religiosas’...3 casos probables y varios bajo observación en este momento...
¡¡Odio la pertusis!!”.
Siguiendo la petición de una escuela de formación profesional de la comu-
nidad, realicé un taller de humor para los profesores, personal y estudiantes
supervivientes. Les asigné una dinámica de grupo en la que varios participan-
tes del taller, incluidas algunas enfermeras, me ayudaron a compilar una lista
satírica de títulos de canciones, que pueden verse en la Tabla 8.2. Esta lista se
copió y circuló por toda la isla. De hecho, a las dos semanas, me la pasó un
superviviente de Kauai como ejemplo del humor sobre el huracán. Esta perso-
na no sabía que la lista salió de mi propio taller.
248 MAIOR
El humor del superviviente
Tabla 8.2
Los Grandes Éxitos del Huracán Iniki 2
Canción Artista
“Me llenas de energía” Los Generadores
“Me Piro en Avión” Steven Spielberg y los Turistas
“Dame Cobijo” Las Cuatro Lonas
“Volando con el Viento” Techo de Chapa (Heavy Metal)
“Te Siento Bajo mi Piel” Los Clavos
“Caí y Ya No Puedo Levantarme” Los Postes Telefónicos
“Tienes un Amigo” Los Vecinos
“Lo Oí en Radio Macuto” Los Rumores
“Muévelo, Nena” Iniki la Friki
“Juntos Otra Vez” Los Familiares
“Piensa Positivo” Los Kauaianos
“Sólo Llamaba Para Decir Que Te Quiero” Las Cabinas Telefónicas
“Silbando al Trabajar” La Guardia Nacional
2. NT: Varias de estas canciones, en su versión original, son títulos de canciones clásicas del pop inglés
y americano –por ejemplo Blowin’ in the Wind de Bob Dylan o I Just Called to Say I Love You de Stevie
Wonder.
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El humor y el bienestar en las intervenciones clínicas
250 MAIOR
El humor del superviviente
miento oficiales para los otros supervivientes. No existían canales formales para
organizar espectáculos con ninguna de las organizaciones de asistencia federa-
les, estatales, regionales o privadas. Se celebraron algunos conciertos públicos en
Kauai en los primeros meses después de Iniki gracias a los esfuerzos intensos de
empresarios con buenos contactos, celebridades, miembros del gobierno de alto
nivel y muchos voluntarios. No fue una falta de interés lo que obstaculizó la
celebración a tiempo de más eventos de arte y entretenimiento en Kauai después
de Iniki. El obstáculo principal fue la falta de contactos.
Algunos artistas consiguieron a veces superar los problemas por su cuenta
y ofrecieron espectáculos improvisados en Kauai. Estos eventos, organizados
rápidamente en algún parque de barrio que servía de lugar de distribución de
alimentos, se anunciaban a través de “radio cocotero”. Los supervivientes que
se enteraban del evento se tomaban un descanso del duro trabajo de limpieza y
disfrutaban de esta oportunidad para relajarse juntos. Las sonrisas y la risa
abundaban siempre entre el público, especialmente cuando algún cómico local
conocido participaba en el espectáculo.
Contacté con una organización estatal de teatro y compilé una lista de artis-
tas, como por ejemplo payasos, actores y cómicos, de todas las islas de Hawai,
que estaban dispuestos a venir a Kauai. Se encontraron algunos grupos de tea-
tro de niños que tenían actores, obras de teatro, atrezzo y vestuarios que el
Departamento de Educación del estado había aprobado anteriormente para los
programas de arte dramático de los colegios. Los canales burocráticos tradicio-
nales a menudo no se mostraron muy receptivos hacia mis intentos de ofrecer
este tipo de alivio social a Kauai. Sin embargo, pude trabajar con miembros del
grupo de teatro local de Kauai y un departamento de arte dramático de una
escuela universitaria local para facilitar el trasporte a Kauai de un grupo de tea-
tro para niños de Oahu. Se organizaron espectáculos en vivo gratuitos para los
niños en lugares accesibles de la isla. Los padres y los niños en seguida se con-
gregaban para ver y reírse de las payasadas de los cómicos profesionales. Se
corrió la voz rápidamente sobre los espectáculos y en las siguientes representa-
ciones los públicos fueron mayores.
Aunque los supervivientes experimentan un estado de ánimo optimista
y positivo durante la fase de luna de miel, los trabajadores del desastre se
encuentran en la “fase de respuesta activa”, trabajando a un nivel de intensi-
dad alto. Viven en condiciones adversas y sufren de agotamiento mientras que
tratan de colaborar con una gran variedad de organizaciones con distintas
prioridades. En contraste con el humor optimista de los supervivientes, los tra-
bajadores pueden emplear humor negro durante este período. Cuando están
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El humor y el bienestar en las intervenciones clínicas
Fase de Desilusión
252 MAIOR
El humor del superviviente
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El humor y el bienestar en las intervenciones clínicas
Figura 8.4
El huracán que voló mi mente
Tú no hables
del huracán... ¡Pero sí voló
¡porque no voló mi mente!
tu casa!
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El humor del superviviente
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El humor y el bienestar en las intervenciones clínicas
Sólo había artistas locales... el teatro estaba lleno. La gente incluso llegaba a colgarse
de las vigas del techo para ver el espectáculo. Era gratis, pero la gente hizo donacio-
nes a la Cruz Roja y al Fondo de Ayuda Iniki. [La maestra de ceremonias] estuvo tan
graciosa –hizo un ballet vestida como un obrero ...[un músico local] hizo los tres cer-
ditos en el dialecto local –sobre Iniki que soplaba hasta tirar abajo la casa– eso fue
para morirse de la risa. Todos rieron y rieron y rieron aun más.
256 MAIOR
El humor del superviviente
Eran todos voluntarios... Hizo que la comunidad sintiese que a la gente aun les
importábamos... Todos nos sentíamos aislados... La gente te puede enviar un paque-
te, pero no es tan eficaz como traer sus propios cuerpos y montar una auténtica
fiesta para ti. Nos dio a todos un día libre y una oportunidad para reunirnos. Para
nosotros en Kauai, no había ninguna razón para tomarse un descanso y juntarse si
no había alguna fiesta o algún entretenimiento al que ir. Hubiera sido descortés no ir
y participar en ese día. Mostró que alguien se preocupaba por nosotros. Fue una
oportunidad para ver a muchos amigos y para que la gente se juntara y viera que
todos estaban bien. Nos hizo tomarnos un tiempo libre para descansar. Vino muchí-
sima gente ...corrió la voz. La comida gratis y los cómicos consiguieron que la gente
se tomara un descanso. Fue maravilloso para todos.
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El humor y el bienestar en las intervenciones clínicas
258 MAIOR
El humor del superviviente
Cuando se ponga el sol dentro de unos minutos, atardecerá sobre el primer año de
supervivencia, y ahora llega el momento, con el amanecer de mañana, de ir más allá
de la supervivencia, de superar la adversidad con un nuevo sentido de la vida, con
una nueva visión, con una nueva fe en nuestras habilidades, una nueva fe en noso-
tros mismos, en nuestro propio liderazgo y creatividad, con una renovada confianza
los unos en los otros, en nuestra comunidad, en nuestra ohana [familia]” (Baptiste,
1993, pág. 5).
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Figura 8.5
“Que Iniki Descanse en Paz”
RESUMEN
260 MAIOR
El humor del superviviente
MAIOR 261
El humor y el bienestar en las intervenciones clínicas
262 MAIOR
El humor del superviviente
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El humor y el bienestar en las intervenciones clínicas
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MAIOR 267
El humor, la biología
y la psicoterapia 1
9
El Doctor Fry defiende la aceptación de un sentido más amplio de la palabra psicoterapia.
Una extensión de la definición que recientemente ha estimulado su interés se refiere al reco-
nocimiento de un tipo de psicoterapia “comunitaria”, en la que eventos culturales como los
festivales, los carnavales, las fiestas y las celebraciones –en las que el humor desempeña un
papel fundamental– según él proporcionan psicoterapia de grupo para las personas de la
comunidad festiva. En este capítulo, el Dr. Fry dirige su mirada al papel complementario y
potencial del humor en el tratamiento individual y comunitario de las llamadas enferme-
dades “geográficas” (aquellos trastornos que se experimentan por los efectos negativos de
factores del entorno natural). El paradigma que emplea en este capítulo es el S.A.D., la con-
dición de depresión psicológica causada por la deficiencia anual de la exposición solar. La
deficiencia de luz solar es más común entre aquellas poblaciones humanas que viven más
cercanas a los polos de la tierra, y por lo tanto afecta a grandes grupos o comunidades. El
Dr. Fry teoriza que, mediante los efectos estimulantes de la risa alegre, el humor puede
emplearse para conseguir funciones profilácticas o complementarias a la psicoterapia para
las poblaciones amenazadas.
No debería ser algo totalmente inesperado que los usos más activos y gene-
rosos del humor en las formas innovadoras de psicoterapia puedan tener a
veces beneficios más allá de aquellos que se reciben directamente en los entor-
nos clínicos convencionales. Durante los últimos veinticinco años, mientras que
la aceptación del humor como un complemento terapéutico ha ido creciendo,
se ha estimulado a los terapeutas y a los teóricos, en parte por un nuevo espíri-
tu de innovación, a replantearse el concepto de la psicoterapia (Buxman, 1995).
Las definiciones y las designaciones han cruzado barreras y se han extendido
hasta penetrar territorios sin explorar, quedando libre del encorsetamiento
del modelo clásico de la psicoterapia: la terapia en la consulta individual
1. Este capítulo está dedicado a la memoria de la Doctora Marie C. Doyle, educadora, profesora, psicó-
loga, sanadora, guía, administradora, innovadora y revolucionaria. Sus contribuciones y sugerencias para
este capítulo fueron cruciales, y siempre sabias.
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El humor y el bienestar en las intervenciones clínicas
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PERSPECTIVA TEÓRICA
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La Saturnalia (17-23 de Diciembre) y las Calendas de Enero (el primer día del año,
extendiéndose hasta los días sucesivos) había sido el festival principal (en la Roma
Pre-Cristiana) durante siglos. El 25 de Diciembre –el solsticio de invierno del calen-
dario Juliano– los seguidores del culto celebraban la regeneración del sol. Al elegir el
25 de Diciembre como el día para celebrar el nacimiento de Cristo, la Iglesia trans-
formó la energía de los festivales paganos y la adoración del sol en una celebración
del Hijo de Dios.
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El humor y el bienestar en las intervenciones clínicas
IMPLICACIONES CLÍNICAS
Una relación temporal regular entre el inicio (de la depresión) y un momento concre-
to del año... la salida de la depresión... sucede en un momento característico del año
(...la primavera)... en los (pasados) dos años, dos (depresiones) han tenido lugar que
demuestran la relación estacional temporal... y ninguna (depresión) no estacional ha
tenido lugar durante este mismo período... las (depresiones) estacionales han tenido
lugar durante el mismo período... las (depresiones) estacionales se han dado con
mucha más frecuencia en la vida del individuo que las (depresiones) no estacionales.
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El humor y el bienestar en las intervenciones clínicas
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ría de los sistemas fisiológicos del ser humano. ¿Podría tener un beneficio tera-
péutico esta estimulación orgánica en el tratamiento del SAD? Probablemente
no se trataría de un tratamiento central significativo. Se ha demostrado riguro-
samente que el tratamiento definitivo de SAD requiere la exposición a la luz arti-
ficial. La fisiología exacta de este beneficio no se ha investigado a fondo, pero
tiene que ver con el efecto físico de la luz –como mínimo. El humor y la risa no
generan la luz física.
Sin embargo, deben examinarse los beneficios complementarios. Un aspecto
de la historia cultural me ofreció un punto de partida. Mientras que llevaba a
cabo una investigación del humor en España, comencé a notar la preponderan-
cia de un cierto tipo de festival en épocas del año que coinciden con los perío-
dos de deficiencia de luz solar. Por supuesto, en seguida pensamos en las cele-
braciones de Navidad, la Januká judía, el Año Nuevo, el Ramadán y el
Carnaval (o Mardi Gras). Pero existen muchos otros que tienen lugar durante
los meses de poca luz solar, en todas las partes del mundo, cuando una u otra
parte del mundo están orientadas lejos del sol. Estas celebraciones no se limi-
tan a España. La heliocentricidad de los festivales es un fenómeno común.
Puede esbozarse un esquema para la especulación sobre este tema de la
siguiente manera.
1. En un ensayo que trata las consecuencias negativas de las ventajas evolu-
tivas, el biólogo y educador Paul Shepard (1996) escribió: “La consecuencia
radical de esta (defensa contemporánea de la fauna salvaje) es que nosotros,
como otras formas salvajes, quizás suframos de una salud peor en los paisajes
domésticos que en aquellos con los que está sintonizado nuestro DNA”. Este
punto de vista sugiere que la disparidad ecológica entre los requisitos genéticos
de los seres humanos, que se desarrollaron a lo largo de millones de años, y las
circunstancias de nuestro medio ambiente actual puede reconocerse como la
fuente de diversos trastornos funcionales que sufren los seres humanos con-
temporáneos. En otras palabras, los seres humanos se formaron por un proce-
so evolutivo hasta obtener ciertos rasgos que, en las circunstancias del entorno
anterior, resultaban ventajosas para la supervivencia de la especie. Sin embar-
go, los cambios en las circunstancias del entorno, a veces asociados con la
migración humana, a veces causados por los grandes cambios en el clima, se
están distanciando de las cualidades biológicas que se desarrollaron en contex-
tos anteriores del entorno. Esta distancia puede tener consecuencias desfavora-
bles para los individuos humanos y quizás para la especie entera.
Podemos citar como ejemplo el concepto de los orígenes africanos de la cria-
tura humana primitiva, y reconocer la fuerte exposición solar que existía en esta
supuesta cuna. El desarrollo evolutivo del animal que se volvió humano debió
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El humor y el bienestar en las intervenciones clínicas
incluir un ajuste al desafío que suponía esta abundancia de luz solar. Y al pro-
ducirse este ajuste, estas criaturas debieron desarrollar una dependencia a un
nivel estable y relativamente elevado de exposición solar, de la misma manera
que muchas criaturas han desarrollado una dependencia de la estabilidad de la
cantidad disponible de oxígeno o agua. Se dan muchos días de nubes, y a veces
de niebla, incluso en el ecuador. Sin embargo, incluso con esta mayor amplitud
de tolerancia, debían existir umbrales máximos y mínimos que no podían exce-
derse impunemente. Cuando las variaciones de la luz solar exceden estos lími-
tes, se produce la disfunción. De hecho, los índices de SAD son más altos cuan-
to más se alejan los humanos del ecuador.
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El humor y el bienestar en las intervenciones clínicas
7. Lo que sí puede decirse aquí y ahora es que existe una justificación sufi-
ciente para intuir que ciertos festivales concretos han surgido y evolucionado
como experiencias apoyadas por la cultura en ciertos momentos del año solar,
en parte porque han proporcionado un alivio temporal, mediante el mecanis-
mo de la estimulación del humor y la risa, de la depresión que provoca el prin-
cipal sufrimiento en la condición psicofisiológica conocida como SAD. Es
importante subrayar, llegados a este punto, que como tantos otros aspectos del
comportamiento humano, los festivales tienen múltiples causas. Estos ritos de
celebración pueden tener muchos valores aparte de la estimulación humorísti-
ca que proporcionan.
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RESUMEN
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BIBLIOGRAFÍA
MAIOR 285
El humor y el bienestar en las intervenciones clínicas
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minary findings with light therapy. Archives of General Psychiatry, 41, 72-80, 1984.
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Wirz-Justice, A., et al. Light treatment of seasonal affective disorder in Switzerland. Acta
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“Qué gracioso... ¡no pareces un
supervisor!”: el uso del humor en
la supervisión psicoterapéutica
Edward Dunkelblau, Barrett McRay y Mat McFadden
10
Muchos de nosotros aun nos acordamos de la ansiedad, la emoción, y en muchos casos, la
excelente orientación recibida en el contexto de nuestras experiencias de supervisión. La
compasión, honestidad y sentido del humor de un supervisor pueden ser una contribución
inolvidable y muy apreciada tanto para la vida personal como la profesional de cada apren-
diz. Este capítulo nos alerta al hecho de que existe un amplio espacio para el humor en la
supervisión, para ayudar a los supervisores a evitar la temible dolencia de la solemnidad, y
para informar a las generaciones venideras de aprendices y estudiantes que las profesiones
psicoterapéuticas pueden fomentar y aceptar el uso activo del humor en las intervenciones
clínicas.
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El humor y el bienestar en las intervenciones clínicas
PERSPECTIVA TEÓRICA
El humor en la psicoterapia
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“Qué gracioso... ¡no pareces un supervisor!”
La supervisión y la psicoterapia
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“Qué gracioso... ¡no pareces un supervisor!”
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El humor y el bienestar en las intervenciones clínicas
1. Etapa inicial. En la etapa inicial, los aprendices a menudo están muy ilu-
sionados por comenzar. Sienten impaciencia por llegar a sus primeros casos
terapéuticos. Les motivan las lecturas sobre la terapia por su alto nivel de inte-
rés y para reducir sus crecientes nervios. Cuando empiezan a enfrentarse a sus
casos, su emoción a menudo se convierte en temor, falta de orientación y ansie-
dad. Se sienten mal preparados para gestionar los problemas que se les presen-
tan y tienen miedo que serán incapaces de actuar como terapeutas.
Anécdota 1: “La primera sesión”. Después de mi primera sesión de terapia
con mi primer cliente en mi primera práctica, me senté en la oficina de mi
supervisor, preparándome para reproducir la cinta audio de la sesión. Estaba
paralizado por la ansiedad, algo normal en esta etapa de mi formación y ex-
periencia. Cuando nos sentamos y escuchamos los primeros momentos de la
sesión, la voz de la joven mujer en la cinta iba describiendo sus preocupaciones.
Según yo iba preguntando sobre la vida de esta universitaria, ella fue contando
la historia de su reciente terminación de una relación de cinco años que había
sido todo para ella. Al llegar al momento en la historia en la que su novio le dijo
que se marchaba, su voz se le entrecortó. Después de una pausa, dijo: “Me
entraron ganas de vomitar”.
Durante unos breves momentos de silencio, mi supervisor y yo esperamos
mi intervención. Mi voz rompió el silencio con estas palabras: “Vamos a ver, ¿a
qué escuela fuiste?”.
Lentamente, deliberadamente, sin hablar, sin mirarme, mi supervisor se
acercó y pulsó el botón de “pausa” en mi grabadora. Con una expresión confu-
sa en el rostro, siguió mirando a la grabadora. Yo empecé a reír y luego él
comenzó a reír. Con la risa en su voz y una sonrisa en la cara, levantó los ojos,
me miró y dijo: “¿De qué iba eso?”.
Los dos rompimos a carcajadas. Después comenzamos una discusión hones-
ta y muy útil sobre la ansiedad que había bloqueado mi habilidad de responder
a esta cliente con empatía y una actitud terapéutica.
El impacto de la intervención. La manera humorística con la que mi supervisor
reaccionó a esta metedura de pata terapéutica nos ayudó a superar la incomo-
didad del momento evaluativo y a discutir la naturaleza más profunda de mi
contratransferencia hacia esta cliente. La risa me ayudó a reconocer el proble-
ma sin sentirme humillado, defensivo o angustiado. Me animó a aceptar el
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“Qué gracioso... ¡no pareces un supervisor!”
hecho de que era un terapeuta novato en prácticas y que los errores eran de
esperar –era precisamente por eso que él estaba ahí. (CATEGORÍA: Descarga y
revelación de la verdad)
Durante esta etapa inicial de la supervisión, el supervisor desempeña los
papeles de maestro, estudioso y “fuente de la sabiduría”. El supervisor puede
apoyar a su aprendiz proporcionándole un entorno que le permita tranquili-
zarse y centrarse en la tarea actual. Si el aprendiz está demasiado tenso o tensa,
no podrá aprender o actuar de manera competente durante la sesión de psico-
terapia. El supervisor orienta a su estudiante en las tareas de la terapia inicial y
le anima a arriesgarse y equivocarse. El supervisor puede emplear las inter-
venciones humorísticas (como las anécdotas o la exageración) para normalizar
la experiencia del aprendiz y ayudar a reducir el alto nivel de estrés que los
miedos y las expectativas del estudiante generan.
Anécdota 2: “Ajustar las expectativas”. Durante una reunión didáctica del
grupo de supervisión, y mientras que hablaba sobre la orientación teórica prin-
cipal del lugar de las prácticas, nuestro supervisor comenzó con un tono en un
principio serio: “Si os quedáis con sólo una idea al terminar este año...” (aquí
hizo una pausa y sus labios formaron una sonrisa antes de continuar) “proba-
blemente habréis perdido mucho tiempo”.
Antes de que pudiera seguir su discurso, explotamos todos en un concierto
de risas. A continuación mantuvimos una discusión muy útil sobre los temas
importantes teóricos, pero el tono fue muy distinto de lo que hubiera sido sin
este momento divertido. Estimulados por el momento de humor, salimos de
nuestra postura estudiosa anterior y nos lanzamos a la discusión con brío.
Impacto de la intervención: Esta broma compacta nos cogió desprevenidos. El
resultado fue una discusión teórica mucho más animada y divertida de lo que
hubiera sido posible sin ella. El comentario desenfadado pinchó el globo inicial de
nuestras expectativas ansiosas. (CATEGORÍA: Sorpresa; Revelación de la verdad)
Anécdota 3: “Somos comunicadores profesionales”. Durante una supervi-
sión de grupo, los dos supervisores estaban manteniendo una discusión con
otro estudiante. Yo había formado una opinión sobre lo que se estaba diciendo,
pero no me pareció apropiado en ese momento compartirla. Parece ser que
había comenzado a inclinarme hacia adelante y que empecé a aclarar mi gar-
ganta. En ese momento, uno de los supervisores me miró y dijo “¿Estoy oyen-
do gruñidos pre-verbales?”. Nos echamos todos a reír. Este comentario se repi-
tió varias veces en las sesiones siguientes cuando parecía que alguien tenía algo
que decir que no estaban compartiendo con el grupo.
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El humor y el bienestar en las intervenciones clínicas
294 MAIOR
“Qué gracioso... ¡no pareces un supervisor!”
2. Etapa Media Temprana. Una vez que ya se han alcanzado las metas de la
etapa inicial, el proceso entra en la etapa media temprana de la supervisión. En
esta fase la desorientación inicial del aprendiz ha dado paso a la confusión que
generan todos los datos que trata de emplear en la sesión. Los aprendices pue-
den sentirse abrumados, pueden comenzar a dudar de sus capacidades tera-
péuticas o pueden percibirse como incompetentes. En esta encrucijada, el
supervisor desempeña el papel del “maestro terapeuta”. Su meta se vuelve
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El humor y el bienestar en las intervenciones clínicas
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“Qué gracioso... ¡no pareces un supervisor!”
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El humor y el bienestar en las intervenciones clínicas
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“Qué gracioso... ¡no pareces un supervisor!”
sión que crea el deseo creciente del aprendiz de ser competente (a veces expresa-
da como la ya citada “pseudocompetencia”) y el papel vital del supervisor como
controlador y evaluador. El resultado es que el supervisor debe trabajar el doble
para mantener el interés del estudiante en el proceso.
Anécdota 9: “La importancia de un nombre”. Durante una sesión de super-
visión individual, conté a mi supervisor que una de mis clientes (la madre de
un chico de quince años que también recibía terapia por problemas de com-
portamiento) me saludaba diciendo “Qué pasa guapo” o “Ciao cariño”. Le dije
que me sentía incómodo con su saludo y discutimos algunas razones que ex-
plicaban el sentimiento. Me preocupaba que, si le pedía que me llamara por
mi nombre, la confrontación podría interferir con la buena relación que había
desarrollado hasta ese momento. Tras haber considerado las razones, interpre-
tamos, mediante un juego de rol varias maneras en las que la situación podía
gestionarse en la siguiente visita del cliente.
Después de estas prácticas, el supervisor me contó una historia personal que
ilustraba una situación similar. Me contó que tuvo que clarificar las fronteras
profesionales con una paciente adolescente internada en una unidad psiquiá-
trica. Cuando se preparaba para dirigir una sesión de grupo para adolescentes
que esta paciente atendería, llego ella y soltó la palabra “gilipollas” a un volu-
men suficiente como para que tanto mi supervisor como todo el grupo pudie-
ran oírlo. Mi supervisor respondió diciendo, “He ido a la universidad durante
muchos años, he trabajado mucho y ahora me merezco tu respeto. A partir de
ahora me llamarás ‘Doctor gilipollas’”. Al oír esto todo el grupo rompió a reír.
La paciente adolescente que había dirigido el comentario al supervisor también
se rió y dejó de causar problemas.
Impacto de la intervención. Esta historia relajó parte de la tensión que sentía
por la situación a la que me enfrentaba. Al compartir el supervisor una anéc-
dota de su propia experiencia, acortó la distancia profesional entre los dos.
Redujo la ansiedad que yo sentía sobre la evaluación que él podía realizar sobre
mi actuación y me enseñó con su ejemplo cómo el humor puede emplearse para
aligerar un momento terapéutico tenso y desactivar una situación potencial-
mente volátil. La actitud auto-irónica del terapeuta/supervisor fue un ejemplo
de cómo los terapeutas no tienen por qué responder de una manera típica y
mecánica a los contenidos que proporcionan los clientes. A veces podemos res-
ponder de una manera original, impredecible o desenfadada que puede ser
más eficaz que la respuesta “seria”. (CATEGORÍA: Descarga; sorpresa)
La relación que se ha creado hasta este momento se convierte ahora en unos
cimientos sólidos que facilitan el aprendizaje del estudiante. A estas alturas,
MAIOR 299
El humor y el bienestar en las intervenciones clínicas
tanto el aprendiz como el supervisor conocen bien el estilo y sentido del humor
de cada uno y las “reglas del juego” que se han establecido para la supervisión.
En esta etapa, el humor puede ayudar a ambas personas a gestionar situaciones
difíciles, ver con una cierta distancia los juegos de poder y mantener un nivel
positivo de energía. Para que la etapa media tardía sea lo más eficaz posible, es
preciso mantener un respeto hacia el estudiante. Una discusión continuada
sobre el proceso de supervisión puede facilitar aun más un entorno de trabajo
positivo. Esta etapa es también la más larga en el proceso –¡y a veces puede real-
mente parecer la más larga!
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“Qué gracioso... ¡no pareces un supervisor!”
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El humor y el bienestar en las intervenciones clínicas
SÍNTESIS
302 MAIOR
“Qué gracioso... ¡no pareces un supervisor!”
Puede parecer al lector que todo lo que hemos hecho en este capítulo es tra-
zar el paralelismo que existe entre la psicoterapia y la supervisión, describir de
qué manera la supervisión facilita el desarrollo y dar ejemplos de cómo el
humor puede emplearse en este proceso. En respuesta a esta observación, sólo
podemos decir una cosa “Es verdad. ¡Tiene toda la razón!”.
BIBLIOGRAFÍA
MAIOR 303
El humor y el bienestar en las intervenciones clínicas
304 MAIOR
Apéndice
Veinte años en el país del humor:
una odisea clínica 1
Waleed A. Salameh
EL PUNTO DE PARTIDA
¡Todo comenzó con la risa! En 1978 me quedé fascinado con los humoristas
de los clubes de la comedia: sus gestos, su habilidad para estimular la risa y las
emociones positivas en los demás, y sus malabarismos verbales. Más adelante
decidí que el tema de mi tesis doctoral sería el proceso creativo, las característi-
cas de la personalidad y las experiencias de la infancia de estos y estas artistas
de la comedia, con la ayuda de una beca de la Sociedad de Investigación
Científica Sigma Xi. Diseñé la investigación como una comparación entre un
grupo de humoristas que actuaban en clubes de comedia y un grupo de control
de artistas creativos que no se dedicaban a la comedia. Durante esta investiga-
ción, viajé a Nueva York, San Francisco y Los Ángeles para realizar extensas
entrevistas clínicas y pruebas psicológicas con los cómicos. Las medidas eran
pruebas objetivas como las Escalas de Depresión y Fuerza del Ego del Inventario
de Personalidad Multifásica de Minnesota, el Inventario Psicológico de
California, y un cuestionario que puntuarían evaluadores independientes. Se
realizó también una prueba que yo desarrollé en la que los grupos experimental
1. Este apéndice es una novedad de la edición en castellano de Humor and Wellness in Clinical
Intervention.
MAIOR 305
El humor y el bienestar en las intervenciones clínicas
2. De estos tres libros, sólo el último, el que el lector sostiene en sus manos, se ha publicado en cas-
tellano.
306 MAIOR
Apéndice
EL VIAJE
En 1983, los Doctores Jeffrey Goldstein y Paul McGhee me pidieron que escri-
biera un capítulo en el segundo volumen de su libro Handbook of Humor Research,
dedicado a la investigación aplicada. El capítulo se tituló “El Humor en la
Psicoterapia: Perspectivas Pasadas, Situación Presente y Fronteras Futuras”.
Como indica el título, el capítulo contenía un repaso histórico de tres tendencias
separables en la investigación del humor e identificaba cuestiones por resolver
en las investigaciones futuras sobre el humor en la psicoterapia. Algunos de los
conceptos importantes que introduce el capítulo son la distinción entre el
humor terapéutico y dañino, la introducción de una Escala de Evaluación del
Humor del Terapeuta que distingue entre cinco niveles de humor producidos
por el terapeuta desde el humor destructivo a una respuesta humorística extra-
ordinariamente beneficiosa, y un catálogo de doce técnicas humorísticas que
pueden emplearse en la terapia con ejemplos clínicos que ilustran cada técnica.
MAIOR 307
El humor y el bienestar en las intervenciones clínicas
308 MAIOR
Apéndice
EL PRESENTE
4. Para información sobre la revista o sobre las publicaciones del Instituto, por favor diríjase al Instituto
(591 Camino de la Reina, Suite 409, San Diego, California 92108, EEUU; tel. 619-260-1014; fax 619-460-4470)
o envíe un correo electrónico a la coordinadora de formación y suscripciones, Anna Collins (humorand-
health@earthlink.net).
He trasladado los datos de contacto a una nota a pie de página, ya que no me parecía relevante al
tema del artículo.
MAIOR 309
El humor y el bienestar en las intervenciones clínicas
4. Estoy escribiendo un nuevo libro sobre la terapia del humor con un colabo-
rador y colega con el que he compartido gran parte de estas vivencias en el
mundo del humor y la psicoterapia, el Doctor Michael Titze, que fue uno de los
contribuidores originales del libro de 1987 Handbook of Humor and Psychotherapy.
Este libro sintetizará nuestros conocimientos conjuntos a lo largo de los últimos
quince años sobre el tema de la integración del humor terapéutico con la psicote-
rapia de corto plazo en el contexto teórico de la psicología de profundidad. El
libro propondrá un sistema específico que los psicoterapeutas pueden emplear
para aplicar la terapia del humor con pacientes y/o estudiantes. Los temas de los
capítulos en este volumen incluirán: la primera entrevista, la nueva diagno-
sis clínica de gelotofobia y cómo trabajar con distintos tipos de gelotofobia, herra-
mientas clínicas concretas y técnicas humorísticas para fomentar un autoanálisis
y cambio profundo del cliente, formación eficaz en competencias emocionales,
cómo ser amigable con el humor, consideraciones sobre algunos individuos espe-
ciales y cuestiones de terminación terapéutica.
Aun me fascina el humor terapéutico. Veo el humor terapéutico como un
espacio para jugar con las posibilidades, un lugar fantasmagórico de encuentro
entre la cognición y la emoción en el que puede producirse la sanación tanto
psicológica como interpersonal.
310 MAIOR
Apéndice
1. La señal regenerativa:
El humor terapéutico facilita la recuperación de energía psicológica cuando
ésta se ha gastado. En cualquier momento que la persona esté baja de energías,
el humor terapéutico llega al rescate para recargar el sistema motivacional y
neuromotor, al menos durante un breve tiempo y quizás de manera más dura-
dera según la intensidad de la experiencia y el tipo de mensaje que expresa.
2. La señal de mediación:
El humor terapéutico constituye una bisagra emocional-cognitiva, un cami-
no crítico entre la emoción y la cognición. Explica nuestras tendencias emocio-
nales hacia la mente y, al contrario, las tendencias de la mente hacia nuestras
emociones. Cuando el filósofo Blaise Pascal declaro que “el corazón tiene razo-
nes que la razón ignora”, él estaba ignorando la función mediadora del humor,
que establece puentes constructivos entre “el corazón” y “la razón”.
3. La señal redentora:
El humor terapéutico es una experiencia socialmente redentora que puede
corregir sentimientos negativos entre las personas e iniciar una relación social
más amistosa que mejora la interacción precedente.
4. La señal nostálgica:
A nivel existencial, la experiencia terapéutica del humor es como una vuelta a
esa fase de nuestra infancia caracterizada por la satisfacción, la seguridad, el juego
y la plenitud. Nos proporciona una nostalgia cognitiva-emocional, una recreación
de “aquellos tiempos” en los que no había amenazas, en las que el mundo parecía
un lugar seguro y en los que la alegría parecía posible de manera habitual.
5. La señal ecológica:
Mediante la experiencia del humor terapéutico, podemos reciclar las expe-
riencias negativas de la vida y reconciliarlas con nuestra realidad actual de tal
manera que mejoren nuestro entorno psicológico interno. El humor terapéutico
es un depredador de los sentimientos y los pensamientos desagradables, repro-
cesándolos mediante una reconciliación tragi-cómica que proporciona alivio y
crea un espacio amigable para que surjan nuevas ideas y sentimientos sanadores.
La señal ecológica puede sentirse inmediatamente, y sus beneficios a largo plazo
son probables.
6. La señal del sobresalto:
El humor terapéutico se caracteriza por una inmediatez e intensidad muy
viva, un efecto de sacudida que consigue romper con todo lo sucedido ante-
riormente y con todo lo que esté por venir. Esta señal contribuye a lo que podría
llamarse “el sobresalto sanador” del humor terapéutico.
MAIOR 311
El humor y el bienestar en las intervenciones clínicas
Paso Descripción
Paso 1 Divertirse y Beneficiarse con el Humor: ¡Por qué una risa al día es al menos tan
buena como comerse un helado!
Responde a la pregunta “¿por qué el humor y la risa?” revisando los beneficios
emocionales, fisiológicos, anti-estrés y otros de el humor y la risa. Ejercicios
“generación de la risa”.
Paso 2 Derribar el Gran Muro de Berlín: Actitudes que obstaculizan el humor y la risa
Considera once actitudes que pueden impedir la risa o nuestro uso del humor, y
posibles alternativas para superarlas. Ofrece actitudes positivas que pueden faci-
litar una perspectiva humorística sana. Identifica los “Once Mandamientos Anti-
Humor”.
Paso 3 Vamos al País del Humor: ¡Técnicas para la creación del humor y de la risa que
puedes hacer ahora mismo!
Introduce el concepto de la trinidad sagrada de la creación del humor, la im-
portancia de estructurar el material en el tiempo y la anatomía de los chistes.
Ofrece más de 200 técnicas sencillas de autoaprendizaje para crear el humor,
con ejemplos de cada técnica y ejercicios de práctica (llamados ¡Risajercicios
de Autoaprendizaje!).
312 MAIOR
Apéndice
Paso 4 Echar a Volar: Cómo aumentar tu risómetro con los tests de la risa
Presenta una serie de nuevos “tests de la risa” como el de Frases Humorísticas con
Espacios en Blanco, el Cuestionario de Actitudes Humorísticas, el Test MAD y
otras herramientas de la diversión y de la risa que los participantes pueden tomar.
Paso 5 Reír con los Maestros: Cómo convertirse en un maestro cuentacuentos
Enseña a los participantes quince técnicas para convertirse en un maestro del
contar cuentos humorísticos. Introduce las parábolas humorísticas de las tradi-
ciones sufí y zen, y también cuentos divertidos de la tradición oral de distintas
culturas y subculturas.
Paso 6 Descubrir los Diamantes en tu Propio Jardín: Cómo disfrutar de tu tesoro humo-
rístico personal
Emplea la herramienta de la visualización guiada, con escenarios verbales con-
cretos, para revivir las experiencias personales humorísticas de la tesorería del
humor y la diversión del pasado del individuo.
Paso 7 “¿Podemos Hacerlo de Otra Manera?”: La conexión entre el humor y la creatividad
Analiza la conexión entre el humor y la creatividad y cómo el humor puede ayu-
darnos a superar el aburrimiento, aumentar la creatividad personal y ayudar a
generar ideas nuevas. Ofrece técnicas de autoaprendizaje y ejercicios para des-
pertar la creatividad humorística.
Paso 8 Conseguir una Actitud de un Millón de Dólares: Las características especiales de
la gente feliz
Describe las características psicológicas de las personas felices y la función del
humor y de la risa a la hora de conseguir el bienestar y la felicidad. Este paso
también ofrece sugerencias de autoaprendizaje para aumentar la motivación
positiva y acercarse a una actitud de un millón de dólares.
Paso 9 ¡Esto Me Está Causando una Úlcera! Deformaciones tóxicas del humor y de la
risa que pueden no ser tan sanas
Analiza varios mitos y realidades sobre el humor y la risa. Distingue entre el
humor sano y el humor malsano y cómo reírse menos de los demás y reírse más
con los demás. Presenta tablas, listas y ejercicios para distinguir la diferencia
entre el humor sano y el humor malsano.
Paso 10 Sigue Recogiendo Manzanas del Gran Manzano: Recursos de humor y de la risa
para ayudarte a seguir en el país de la risa
Explica cómo permanecer en el país del humor y de la risa. Incluye una lista com-
pleta de organizaciones, libros, CDs, DVDs, películas y sitios web. Proporciona
información sobre la organización Laughters Anonymous (“Reidores Anónimos”)
MAIOR 313
El humor y el bienestar en las intervenciones clínicas
5. Esta sección sintetiza dos entrevistas realizadas por el Dr. Joseph Dunn, fundador del Humor
and Health Institute y publicadas en el Humor and Health Journal (“Teaching Clinical Humor” Humor
and Health, 1993, vol 2, no. 2, págs 1-4; “Humor Immersion Training” Humor and Health, 1994, vol 3, no.
1, págs 1-5)
314 MAIOR
Apéndice
pacientes, cada vez me siento menos cómodo con la imagen tradicional. Es una
actitud que no invita al paciente a crecer. Los terapeutas humanistas han cues-
tionado esta imagen. Sin embargo, su solución les lleva al otro extremo de
adoptar una interacción excesivamente abierta y desestructurada en la que el
terapeuta puede revelar demasiado sobre si mismo.
No creo que la auto-revelación extrema sea apropiada, porque quita sentido
a la relación terapéutica y reduce la profesionalidad. La imagen terapéutica que
me gustaría fomentar es una imagen a medio camino entre estos dos extremos.
Creo que necesitamos emplear el humor como un mecanismo que nos guíe
para desarrollar una nueva imagen que incluya el humor junto con otros varia-
bles relacionados con la vivacidad y la presencia emocional plena.
MAIOR 315
El humor y el bienestar en las intervenciones clínicas
Una vez que los terapeutas han cuestionado su propia actitud, entonces
están listos para explorar técnicas específicas para introducir el humor en la psi-
coterapia. He desarrollado un sistema llamado Humor Immersion Training (HIT).
Mi colega, el Dr. Michael Titze, y yo hemos traducido también mi manual de
Humor Immersion Training al alemán. Este manual contiene una serie de técnicas
para fomentar y crear el humor. Al hablar de fomentar y crear humor, no dis-
tingo entre terapeutas y otros individuos que puedan querer desarrollar su sen-
tido del humor para ser más productivos en el trabajo, disfrutar más de la vida
o por razones de salud. Mi enfoque en el humor es democrático. El humor está
abierto a cualquier persona que le interese el tema, sin miramientos de profe-
sión, proveniencia o nivel de educación. Es un regalo gratuito que todos pose-
emos. Cualquier persona que quiera potenciar su sentido del humor está más
que bienvenida.
El humor puede comunicarse mediante los chistes. Sin embargo, los chistes
no son siempre la mejor manera de expresarlo. Los chistes pueden emplearse
para romper el hielo, pero no son siempre espontáneos.
Otra manera de comunicar el humor es contando cuentos. Existen diversas
tradiciones culturales de cuentos que son muy humorísticas. En la tradición zen
existe el koan. Los koans son cuentos que normalmente cuenta un maestro zen
que son absurdos y muy divertidos, pero que tienen además un significado filo-
sófico más profundo. La tradición sufí, que es una orden religiosa islámica
parecida en ciertos aspectos al budismo zen, también tiene cuentos cómicos.
Muchos de estos cuentos son apropiados para la terapia ya que fomentan una
perspectiva sobre la vida parecida a la de encontrarse sobre una montaña,
desde el punto de vista de lo que es realmente importante y no de lo que super-
ficialmente creamos importante.
Le cuento una historia de la tradición sufí. En la tradición sufí hay un per-
sonaje llamado Joha (o Mulla Nasruddin) que se parece un poco al Schlemiel de
la tradición judía –aparentemente tonto pero en realidad bastante sabio. Le
conté a un paciente que estaba obsesionado con sus preocupaciones excesivas
un cuento sobre Joha.
El príncipe de la ciudad de Joha tenía un burro al que quería mucho. El prín-
cipe tenía tanto afecto por este burro que quería enseñarle a leer y a escribir.
Entonces anunció que si alguien conseguía enseñar a su burro a leer y escribir
le daría una recompensa de 500 monedas de oro. Sin embargo, si el profesor fra-
316 MAIOR
Apéndice
MAIOR 317
El humor y el bienestar en las intervenciones clínicas
todas las expresiones de aprecio, los pacientes tienen miedo del plutonio emo-
cional que la terapia desentierra. Perciben correctamente que la terapia es un
trabajo duro. Llegan a la consulta porque sienten dolor y necesitan ayuda. El
humor ayuda a que el viaje de la terapia resulte una experiencia más tolerable
y agradable.
¿Cuáles son algunas de las técnicas que enseña en los cursos de Humor
Immersion Training?
318 MAIOR
Apéndice
MAIOR 319
El humor y el bienestar en las intervenciones clínicas
como si tuviera que enfrentarme al Tribunal Supremo. Empleo en este caso una
técnica de exageración sobre mi geografía personal para dar a la persona una
respuesta cómica a sus propias experiencias.
En segundo lugar, todos tenemos alguna característica física graciosa. No me
refiero a deformaciones, sino a características físicas que tienen un aspecto
cómico. Para algunos es la nariz; para otros, son las orejas o las manos. Nuestra
apariencia básicamente refleja el florecer de la diversidad genética. Nuestro ser
biológico es el resultado de una cita a ciegas genética derivada de nuestros
padres. Algunas personas interpretan las diferencias físicas de manera negati-
va. Ciertos individuos tienen problemas en aceptar rasgos como cejas gruesas,
orejas alargadas o una nariz grande. Sin embargo, estos regalos biológicos pue-
den abrir las puertas al humor. En mis cursos de Humor Immersion Training,
trato de redirigir las percepciones negativas para que los asistentes puedan
emplear sus características físicas particulares para crear humor.
A menudo, esto no es fácil, porque la persona ha aprendido a percibir el rasgo
físico de manera negativa. Sin embargo, puede emplearse este rasgo para imitar
a personas famosas que tienen el mismo aspecto. Por ejemplo, muchas personas
tienen narices grandes. Seguro que ha visto la nariz y las gafas de plástico de
Groucho Marx. Una nariz grande puede ser graciosa, y sin embargo algunas
personas se avergüenzan de su gran nariz. Algunas personas se sienten más
cómodas que otras en emplear sus rasgos físicos con un fin cómico y eso está
bien. La idea es ofrecer distintas opciones, un gran buffet de técnicas humorísti-
cas que da a cada uno la oportunidad de escoger las técnicas con las que se sien-
te más cómodo o las que por orientación natural les resultan más fáciles.
Otro procedimiento es rodearse de un entorno humorístico. Por ejemplo,
puede transformar el entorno de su oficina para provocar reacciones humorísti-
cas. Coloque carteles, citas y viñetas divertidas en la consulta. Un paciente me dio
recientemente un chiste gráfico que colgué de mi pizarra en el recibidor. Muestra
una oficina con dos puertas. Una puerta tiene un cartel que dice, “Terapia indivi-
dual, éntre por favor”. El otro tiene un cartel que dice “Terapia de familia, sién-
tense y a callar”. El paciente que me dio esta viñeta estaba sufriendo conflictos en
su familia y era difícil conseguir que unos escucharan a los otros. El chiste refle-
jaba el clima emocional en su familia, pero otros pacientes que lo vieron en la
pizarra añadieron comentarios divertidos relacionados con sus propias psicodi-
námicas. La viñeta resultó un ejercicio terapéutico para todos.
Tengo una pizarra en mi recibidor. Cuando los pacientes leen citas diverti-
das en la pizarra, de manera espontánea piensan en otras ideas graciosas y las
escriben. Les invito a que escriban lo que quieran en la pizarra. A veces escri-
320 MAIOR
Apéndice
ben pensamientos inspiradores y otras veces ideas cómicas. Es como una técni-
ca proyectiva libre. Hay miles de posters divertidos que pueden colgarse en las
paredes. También hay otros objetos como el Buda feliz con su gran barriga y sus
manos alzadas. Cuando la gente se fija en elementos cómicos de un entorno,
puede provocarles una respuesta humorística.
Otra sugerencia es que las personas hagan el esfuerzo de colocarse en entor-
nos humorísticos. Esto incluye: ver películas cómicas en el cine o en vídeo, ir a
clubes de la comedia, leer libros y materiales divertidos y suscribirse a revistas
de humor gráfico. El humor crece de manera natural en distintos tipos de tie-
rra. Todo lo que necesitamos es plantar las semillas en nuestras propias vidas.
MAIOR 321
El humor y el bienestar en las intervenciones clínicas
¿Tiene alguna observación que hacer sobre las diferencias personales y las
preferencias del humor?
Uno de los temas más característicos del humor es que nunca puede prede-
cirse lo que hará reír a alguien. Algo que a mí puede parecerme muy gracioso
a ti puede parecerte normal. Y a la inversa, lo que tú consideras divertido a mi
puede dejarme frío. Lo que la gente ve como gracioso es impredecible. La con-
clusión práctica es que debemos aplicar el humor de maneras distintas para
mejorar las posibilidades de que la otra persona perciba lo que se dice o hace
de manera humorística.
322 MAIOR
Apéndice
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El humor y el bienestar en las intervenciones clínicas
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Zuccoloto, David. The Truth about Psychology: Dr. Sickmund Fred’s Case Notes and Diary.
Hendersonville, TN: Synergetic Publications, 1994.
352 MAIOR
Sobre los editores y colaboradores
WALEED A. SALAMEH, Ph.D., M.S., es un psicólogo clínico con una consulta pri-
vada en San Diego, California. Además de su trabajo clínico, el Dr. Salameh rea-
liza numerosos cursos de formación y coaching ejecutivo con organizaciones y
empresas que desean potenciar sus recursos humanos y su productividad
mediante el desarrollo terapéutico del humor y el entrenamiento en aptitudes
emocionales. Es el director del Humor and Health Institute y el editor del Humor
and Health Journal. Sus publicaciones incluyen más de 180 artículos, conferencias,
manuales clínicos y capítulos de libros en los ámbitos del humor terapéutico, la
comunicación estratégica y el entrenamiento en aptitudes emocionales. Sus libros
publicados incluyen el Handbook of Humor and Psychotherapy (1987), Advances in
Humor and Psychotherapy (1993), ambos coeditados con William F. Fry, Jr., M.D.,
The Humor Immersion Training Manual (1989), Developing Your Emotional
Intelligence (1995), y Bedtime Stories for Children Over 21 (2000). Ha recibido el pre-
mio Scholarly Author Award del Instituto Milton H. Erickson de San Diego en reco-
nocimiento por sus contribuciones al campo de las intervenciones estratégicas.
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El humor y el bienestar en las intervenciones clínicas
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Sobre los editores y colaboradores
Los otros dos autores, BARRET MCRAY, PSY.D., Y MAT MCFADDEN, M.A., eran estu-
diantes durante la escritura del capítulo. Ambos ahora están bien establecidos en
sus carreras profesionales, sin duda gracias en parte a sus estimulantes expe-
riencias de supervisión.
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DIRECTOR: CARLOS ALEMANY
1. Relatos para el crecimiento personal. CARLOS ALEMANY (ED.). (6ª ed.)
2. La asertividad: expresión de una sana autoestima. OLGA CASTANYER. (22ª ed.)
3. Comprendiendo cómo somos. Dimensiones de la personalidad.
ANA GIMENO-BAYÓN. (5ª ed.)
4. Aprendiendo a vivir. Manual contra el aburrimiento y la prisa. ESPERANZA BORÚS. (5ª ed.)
5. ¿Qué es el narcisismo? JOSÉ LUIS TRECHERA. (2ª ed.)
6. Manual práctico de P.N.L. Programación neurolingüística. RAMIRO J. ÁLVAREZ. (5ª ed.)
7. El cuerpo vivenciado y analizado. CARLOS ALEMANY Y VÍCTOR GARCÍA (EDS.)
8. Manual de Terapia Infantil Gestáltica. LORETTA ZAIRA CORNEJO. (5ª ed.)
9. Viajes hacia uno mismo. FERNANDO JIMÉNEZ HERNÁNDEZ-PINZÓN. (2ª ed.)
10. Cuerpo y Psicoanálisis. Por un psicoanálisis más activo. JEAN SARKISSOFF. (2ª ed.)
11. Dinámica de grupos. Cincuenta años después. LUIS LÓPEZ-YARTO. (6ª ed.)
12. El eneagrama de nuestras relaciones. MARIA-ANNE GALLEN - HANS NEIDHARDT. (5ª ed.)
13. ¿Por qué me culpabilizo tanto? LUIS ZABALEGUI. (3ª ed.)
14. La relación de ayuda: De Rogers a Carkhuff. BRUNO GIORDANI. (2ª ed.)
15. La fantasía como terapia de la personalidad. FERNANDO JIMÉNEZ HERNÁNDEZ-PINZÓN. (2ª ed.)
16. La homosexualidad: un debate abierto. JAVIER GAFO (ED.). (3ª ed.)
17. Diario de un asombro. ANTONIO GARCÍA RUBIO. (3ª ed.)
18. Descubre tu perfil de personalidad en el eneagrama. DON RICHARD RISO. (6ª ed.)
19. El manantial escondido. La dimensión espiritual de la terapia. THOMAS HART.
20. Treinta palabras para la madurez. JOSÉ ANTONIO GARCÍA-MONGE. (8ª ed.)
21. Terapia Zen. DAVID BRAZIER. (2ª ed.)
22. Sencillamente cuerdo. La espiritualidad de la salud mental. GERALD MAY.
23. Aprender de Oriente: Lo cotidiano, lo lento y lo callado. JUAN MASIÁ.
24. Pensamientos del caminante. M. SCOTT PECK.
25. Cuando el problema es la solución. RAMIRO J. ÁLVAREZ. (2ª ed.)
26. Cómo llegar a ser un adulto. DAVID RICHO. (2ª ed.)
27. El acompañante desconocido. JOHN A. SANFORD.
28. Vivir la propia muerte. STANLEY KELEMAN.
29. El ciclo de la vida: Una visión sistémica de la familia. A. BELART - M. FERRER. (2ª ed.)
30. Yo, limitado. Pistas para descubrir y comprender nuestras minusvalías.
MIGUEL ÁNGEL CONESA.
31. Lograr buenas notas con apenas ansiedad. KEVIN FLANAGAN.
32. Alí Babá y los cuarenta ladrones. Cómo volverse verdaderamente rico. VERENA KAST.
33. Cuando el amor se encuentra con el miedo. DAVID RICHO. (3ª ed.)
34. Anhelos del corazón. Integración psicológica y espiritualidad. WILKIE AU - NOREEN CANNON.
35. Vivir y morir conscientemente. IOSU CABODEVILLA. (4ª ed.)
36. Para comprender la adicción al juego. MARÍA PRIETO URSÚA.
37. Psicoterapia psicodramática individual. TEODORO HERRANZ.
38. El comer emocional. EDWARD ABRAMSON.
39. Crecer en intimidad. Guía para mejorar las relaciones interpersonales.
JOHN AMODEO - KRIS WENTWORTH.
40. Diario de una maestra y de sus cuarenta alumnos. ISABEL AGÜERA.
41. Valórate por la felicidad que alcances. XAVIER MORENO.
42. Pensándolo bien... Guía práctica para asomarse a la realidad. RAMIRO J. ÁLVAREZ.
43. Límites, fronteras y relaciones. Cómo conocerse, protegerse y disfrutar de uno mismo. CHARLES L.
WHITFIELD.
44. Humanizar el encuentro con el sufrimiento. JOSÉ CARLOS BERMEJO.
45. Para que la vida te sorprenda. MATILDE DE TORRES. (2ª ed.)
46. El Buda que siente y padece. Psicología budista sobre el carácter, la adversidad y la pasión. DAVID
BRAZIER.
47. Hijos que no se van. La dificultad de abandonar el hogar. JORGE BARRACA.
48. Palabras para una vida con sentido. Mª. ÁNGELES NOBLEJAS.
49. Cómo llevarnos bien con nuestros deseos. PHILIP SHELDRAKE.
50. Cómo no hacer el tonto por la vida. LUIS CENCILLO. (2ª ed.)
51. Emociones: Una guía interna. Cuáles sigo y cuáles no. LESLIE S. GREENBERG. (2ª ed.)
52. Éxito y fracaso. Cómo vivirlos con acierto. AMADO RAMÍREZ.
53. Desarrollo de la armonía interior. JUAN ANTONIO BERNAD.
54. Introducción al Role-Playing pedagógico. PABLO POBLACIÓN y ELISA LÓPEZ.
55. Cartas a Pedro. Guía para un psicoterapeuta que empieza. LORETTA CORNEJO.
56. El guión de vida. JOSÉ LUIS MARTORELL.
57. Somos lo mejor que tenemos. ISABEL AGÜERA.
58. El niño que seguía la barca. Intervenciones sistémicas sobre los juegos familiares. GIULIANA PRATA,
MARIA VIGNATO y SUSANA BULLRICH.
59. Amor y traición. JOHN AMODEO.
60. El amor. Una visión somática. STANLEY KELEMAN.
61. A la búsqueda de nuestro genio interior: KEVIN FLANAGAN.
62. A corazón abierto.Confesiones de un psicoterapeuta. F. JIMÉNEZ HERNÁNDEZ-PINZÓN.
63. En vísperas de morir. Psicología, espiritualidad y crecimiento personal.
IOSU CABODEVILLA.
64. ¿Por qué no logro ser asertivo? OLGA CASTANYER Y ESTELA ORTEGA. (3ª ed.)
65. El diario íntimo: buceando hacia el yo profundo. JOSÉ-VICENTE BONET, S.J. (2ª ed.)
66. Caminos sapienciales de Oriente. JUAN MASIÁ.
67. Superar la ansiedad y el miedo. Un programa paso a paso. PEDRO MORENO. (4ª ed.)
68. El matrimonio como desafío. KATHLEEN R. FISCHER y THOMAS N. HART.
69. La posada de los peregrinos. Una aproximación al Arte de Vivir. ESPERANZA BORÚS.
70. Realizarse mediante la magia de las coincidencias. Práctica de la sincronicidad mediante los cuentos.
JEAN-PASCAL DEBAILLEUL y CATHERINE FOURGEAU.
71. Psicoanálisis para educar mejor. FERNANDO JIMÉNEZ HERNÁNDEZ-PINZÓN.
72. Desde mi ventana. Pensamientos de autoliberación. PEDRO MIGUEL LAMET.
73. En busca de la sonrisa perdida. JEAN SARKISSOFF.
74. La pareja y la comunicación. PATRICE CUDICIO y CATHERINE CUDICIO.
75. Ante la enfermedad de Alzheimer. Pistas para cuidadores y familiares. MARGA NIETO.
76. Me comunico... Luego existo. JESÚS DE LA GÁNDARA.
77. La nueva sofrología. Guía práctica para todos. CLAUDE IMBERT.
78. Cuando el silencio habla. MATILDE DE TORRES.
79. Atajos de sabiduría. CARLOS DÍAZ.
80. ¿Qué nos humaniza? ¿Qué nos deshumaniza? RAMÓN ROSAL.
81. Más allá del individualismo. RAFAEL REDONDO.
82. La terapia centrada en la persona hoy. DAVE MEARNS y BRIAN THORNE.
83. La técnica de los movimientos oculares. FRED FRIEDBERG.
84. No seas tu peor enemigo... ¡...Cuando puedes ser tu mejor amigo! A.-M. MCMAHON.
85. La memoria corporal. Bases teóricas de la diafreoterapia. LUZ CASASNOVAS.
86. Atrapando la felicidad con redes pequeñas. IGNACIO BERCIANO. CON LA COLABORACIÓN DE ITZIAR
BARRENENGOA (2ª ed.)
87. C.G. Jung. Vida, obra y psicoterapia. M. PILAR QUIROGA.
88. Crecer en grupo. Una aproximación desde el enfoque centrado en la persona. BARTOMEU BARCELÓ.
89. Automanejo emocional. Pautas para la intervención cognitiva con grupos. ALEJANDRO BELLO, ANTONIO CREGO.
90. La magia de la metáfora. 77 relatos breves para educadores, formadores y pensadores. NICK OWEN.
91. Cómo volverse enfermo mental. JOSÉ LUÍS PIO ABREU.
92. Psicoterapia y espiritualidad. La integración de la dimensión espiritual en la práctica terapéutica. AGNETA SCHREURS.
93. Fluir en la adversidad. AMADO RAMÍREZ VILLAFÁÑEZ.
94. La psicología del soltero: Entre el mito y la realidad. JUAN ANTONIO BERNAD.
95. Un corazón auténtico. Un camino de ocho tramos hacia un amor en la madurez. JOHN AMODEO.
96. Luz, más luz. Lecciones de filosofía vital de un psiquiatra. BENITO PERAL.
97. Tratado de la insoportabilidad, la envidia y otras “virtudes” humanas. LUIS RAIMUNDO GUERRA.
98. Crecimiento personal: Aportaciones de Oriente y Occidente. MÓNICA RODRÍGUEZ-ZAFRA (ED.).
99. El futuro se decide antes de nacer. La terapia de la vida intrauterina. CLAUDE IMBERT.
100. Cuando lo perfecto no es suficiente. Estrategias para hacer frente al perfeccionismo. MARTIN M. ANTONY - RICHARD
P. SWINSON.
101. Los personajes en tu interior. Amigándote con tus emociones más profundas. JOY CLOUG.
102. La conquista del propio respeto. Manual de responsabilidad personal. THOM RUTLEDGE.
103. El pico del Quetzal. El arte de conversar. MARGARET J. WHEATLEY.
Serie MAIOR
1. Anatomía Emocional. STANLEY KELEMAN. (4ª ed.)
2. La experiencia somática. STANLEY KELEMAN. (2ª ed.)
3. Psicoanálisis y Análisis Corporal de la Relación. ANDRÉ LAPIERRE.
4. Psicodrama. Teoría y práctica. JOSÉ AGUSTÍN RAMÍREZ. (2ª ed.)
5. 14 Aprendizajes vitales. CARLOS ALEMANY (ED.). (8ª ed.)
6. Psique y Soma. Terapia bioenergética. JOSÉ AGUSTÍN RAMÍREZ.
7. Crecer bebiendo del propio pozo. CARLOS R. CABARRÚS, S.J. (6ª ed.)
8. Las voces del cuerpo. CAROLYN J. BRADDOCK.
9. Para ser uno mismo. De la opacidad a la transparencia. JUAN MASIÁ CLAVEL
10. Vivencias desde el Enneagrama. MAITE MELENDO. (3ª ed.)
11. Codependencia. La dependencia controladora. La depencencia sumisa. DOROTHY MAY.
12. Cuaderno de Bitácora, para acompañar caminantes. CARLOS R. CABARRÚS. (3ª ed.)
13. Del ¡viva los novios! al ¡ya no te aguanto! EUSEBIO LÓPEZ.
14. La vida maestra. El cotidiano como proceso de realización personal. JOSÉ MARÍA TORO.
15. Los registros del deseo. Del afecto, el amor y otras pasiones. CARLOS DOMÍNGUEZ.
16. Psicoterapia integradora humanista. ANA GIMENO-BAYÓN Y RAMÓN ROSAL.
17. Deja que tu cuerpo interprete tus sueños. EUGENE T. GENDLIN.
18. Cómo afrontar los desafíos de la vida. CHRIS L. KLEINKE.
19. El valor terapéutico del humor. ÁNGEL RZ. IDÍGORAS (ED.). (2ª ed.)
20. Aumenta tu creatividad mental en ocho días. RON DALRYMPLE.
21. El hombre, la razón y el instinto. JOSÉ Mª PORTA.
22. Guía práctica del trastorno obsesivo compulsivo (TOC). Pistas para su liberación. BRUCE M. HYMAN Y
CHERRY PEDRICK
23. La comunidad terapéutica y las adicciones. GEORGE DE LEON
24. El humor y el bienestar en las intervenciones clínicas. WALEED A. SALAMEH Y WILLIAM F. FRY
Este libro se terminó
de imprimir
en los talleres de
RGM, S.A., en Bilbao,
el 28 de octubre de 2004.