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Presentación
En esta clase, comentamos algunas particularidades del acto de escribir que pueden ser
aplicadas tanto a la reflexión sobre las propias producciones escritas como a la orientación
de los estudiantes que, cotidianamente, están a cargo del cursante. Algunos de los
conceptos que trataremos provienen de la psicolingüística; más precisamente, de la
psicolingüística cognitiva. Otros están tomados de otras ramas de la lingüística: la
lingüística del texto, la sociolingüística y el análisis del discurso. Finalmente,
consideraremos también algunas cuestiones cuyo origen está en la retórica, entendida como
conjunto de reglas para la composición de los textos.
Nuestra intención, sin embargo, no es puntualizar el origen de los conceptos ni
profundizar en los aportes que estas ramas de las ciencias del lenguaje han hecho al
conocimiento de la lengua y su uso o a la didáctica. En cambio, nos proponemos ofrecer
algunos elementos que orienten la producción de diversos textos académicos. Por esta
razón, nos centramos en la definición y la ejemplificación de los tipos de textos cuya
escritura se solicita a lo largo del posgrado, desde una de las diversas posibilidades de
abordaje de esos textos.
En efecto, consideramos que la modalidad a distancia exige establecer un “código”
común entre los profesores y los alumnos –aclarar que se entenderá por “informe”,
“descripción de experiencia”, “artículo” y demás–, así como guiar todo lo posible la
producción de esos textos.
La planificación de la escritura
Concebir al receptor: Como la comunicación escrita es diferida –a diferencia de la
interacción oral, en la que la emisión y la recepción son simultáneas–, el escritor debe hacer
una estimación previa de la naturaleza del receptor para adecuar el texto a su comprensión.
Esto lo obliga, en primer lugar, a evaluar el grado de información que tienen los receptores
y, en segundo lugar, a considerar la necesidad de expurgar el texto de ambigüedades y
baches en la información –a menos que busque lo contrario, como en el género poético–, ya
que él no va a estar presente en el momento de la decodificación para rectificar o completar
los datos.
3. Imagine qué sabrá y que no sabrá el receptor del artículo sobre el tema
determinado en la actividad 1. Liste qué información podrá dar usted por
supuesta y cuál deberá desarrollar.
Definición de estructuras textuales: Un texto es una realidad muy heterogénea y, por eso,
resulta muy difícil clasificarla. Es posible afirmar, en efecto, que las narraciones son, al
menos, tan variadas como las argumentaciones y que las descripciones existen rara vez en
estado puro, ya que a menudo sólo constituyen un momento de un texto narrativo o
explicativo; del mismo modo, un relato puede ser apenas un momento en una
argumentación, una explicación o una conversación. En razón de esta diversidad, la
lingüística actual tiene aún pendiente la tarea de acordar una clasificación de las estructuras
textuales, entendidas no desde el punto de vista del saber de los hablantes —que,
empíricamente, pueden decir de un texto: “es un chiste” o “es un cuento”— sino como
categoría científica ligada a una teoría y construida a partir de la consideración sistemática
de determinados parámetros. Aquí adoptaremos como criterio la consideración de cinco
estructuras textuales básicas, que pueden combinarse entre sí: narración, descripción,
argumentación, explicación y diálogo. Al parecer, a lo largo de su desarrollo cognitivo,
los sujetos internalizan progresivamente esas estructuras y las ponen en juego tanto al
comprender como al producir textos; así, cada secuencia descriptiva llegaría a ser
reconocida como tal por compartir con las otras un cierto número de características
lingüísticas de conjunto que se han incorporado (Adam: 1992).
● Cuáles son sus características (las funcionales, que resultan útiles para la práctica
educativa)
La puesta en texto
Traducir lo planificado: La puesta en texto es, básicamente, el proceso de convertir las
ideas en lenguaje legible; algunos autores prefieren denominarlo “traducción” para subrayar
el hecho de que la información que se produce durante la etapa de planificación puede
respresentarse a partir de diversos sistemas de signos, tales como los lingüísticos y los
visuales (Flower y Hayes: 1996).
Releer: Durante la puesta en texto, los escritores competentes se detienen y releen los
fragmentos que ya han redactado. La relectura, subproceso de la puesta en texto, ayuda al
redactor a mantener el sentido global, a evaluar si lo dicho corresponde a la representación
que se ha formado del escrito y al plan trazado. Además, permite establecer enlaces
coherentes entre las secuencias ya elaboradas y las que se escribirán.
12. Una vez que haya planteado la primera versión del texto, revise:
● si, entre las ideas expuestas, no hay contradicciones, las cuales surgen, muchas veces,
de consultar diversas fuentes que exponen visiones diferentes que no están
adecuadamente anticipadas por una frase introductoria (“Según X, la teoría de Y...”; en
cambio, según Z, dicha teoría...”);
Volver a la planificación: Por otra parte, se cree que existe una correspondencia entre el
desarrollo de la competencia escritora y la cantidad y la calidad de correcciones que se
realizan al texto. Aunque nos ocuparemos en detalle de estos aspectos en el punto siguiente,
señalaremos aquí que, estrechamente ligada con los procesos de planificación y corrección,
la puesta en texto es, muchas veces, un proceso recursivo. Es decir, el proceso puede
interrumpirse en cualquier momento y reenviar a la planificación para apuntar la necesidad
de agregar o quitar una idea, por ejemplo, o dar lugar a la revisión que marca la
conveniencia de ajustar un párrafo o un subtítulo. Este tipo de desarrollo se observa en los
escritores competentes. Por el contrario, los escritores inexpertos suelen mantener
linealmente, hasta el final, la estructura planificada al principio.
Recurrir a estrategias de apoyo: Finalmente, cabe hacer referencia al papel que, durante
la puesta en discurso, cumplen las denominadas “estrategias de apoyo” (Cassany: 1987).
Éstas vienen a salvar ciertas deficiencias de conocimiento que pueden abarcar desde la
ignorancia de la norma ortográfica aplicable a una palabra hasta la falta de una cita que
apoye un argumento o de un dato concreto como una fecha. Consisten en la puesta en juego
de microhabilidades tales como la búsqueda y la selección bibliográfica, la consulta de
diccionarios y enciclopedias, la consulta de fichas y los procedimientos mnemotécnicos.
● serán producidos por un emisor (el alumno) que, sin ser un científico, recoge
resultados de otros emisores científicos (los profesores y/o los investigadores
citados por los profesores);
Las características del artículo han sido presentadas, más o menos implícitamente, a
lo largo de las actividades 1 a 16. Por esa razón, nos limitaremos a sintetizar su estructura y
hacer una breve referencia al modo de tratar la bibliografía. A continuación,
caracterizaremos brevemente los géneros “informe” y “descripción de experiencia”.
● revisión.
En cambio, en caso de los informes que surgen del estudio directo de un objeto, se
observan diferencias notables según la disciplina desde la que se lo analice (psicología,
lingüística, química, biología, sociología). Por otra parte, más allá de las diferencias
temáticas, el informe no tiene características genéricas definidas y uniformes en todas las
áreas de conocimiento; es en gran parte a partir de los modelos textuales de cada disciplina
y de la consigna concreta requerida como se sabe de qué modo encarar su escritura.
Ahora bien, todos los informes del ámbito educativo permiten observar tres partes
bien diferenciadas: la introducción, el desarrollo y las conclusiones.
● La introducción. Sirve, por un lado, para presentar el tema que se estudiará y
para justificar por qué se lo eligió (se resalta su interés, originalidad o importancia). Por
otro lado, allí se realiza una breve presentación del trabajo, es decir, una mención del marco
teórico adoptado, de la metodología empleada, de los materiales seleccionados y de la
organización textual de la exposición (“En primer lugar, ...; en segundo lugar, ...”).
● El desarrollo. En esta parte, se expone el trabajo propiamente dicho, a partir del
despliegue de cada uno los aspectos del tema seleccionados como relevantes. En general,
en el desarrollo se expanden los aspectos mencionados en la introducción: el marco teórico,
la metodología y demás, y se presentan datos y argumentos (propios y/o de otros autores
con estatuto de autoridades, los cuales serán citados de acuerdo con las convenciones
planteadas en Tratamiento de la bibliografía) que sirvan de fundamento a las ideas.
● La conclusión. Aquí se retoman los datos más importantes mencionados a lo
largo del trabajo y, en ciertas ocasiones, se realiza una evaluación personal acerca de lo que
se ha presentado en el informe todo o en el desarrollo.
Estas partes están enmarcadas por dos paratextos: la carátula y la bibliografía.
Veamos una consigna de escritura de un informe como ejemplo: “A partir de una
serie de entrevistas realizadas a adultos en torno de un texto de ciencias naturales dado y a
la luz de lo visto en las clases y la bibliografía del módulo 4b, elabore un informe sobre las
dificultades y las posibilidades de comprensión de los textos de las ciencias naturales”.
La redacción del informe podría suponer, en este caso, los siguientes pasos:
● lectura y fichaje de las clases y de los textos pertinentes, con atención al
reconocimiento de referencias a las particularidades de los textos de ciencias naturales, así
como a las posibilidades y dificultades de comprensión que surgen de ellos;
● selección de un texto de ciencias naturales que se preste para observar las
características revisadas y las dificultades y posibilidades apuntadas;
● selección de un grupo de personas en las que puedan observarse los aspectos
relacionados con la interpretación de textos que interesa constatar; fichaje de las
características de los futuros entrevistados;
● elaboración de una pauta o guía para la realización de las entrevistas; la pauta
debe facilitar la constatación de logros y obstáculos en la interpretación (por ejemplo,
mediante un punteo de los conceptos y los procesos cuya interpretación se indagará), así
como la comparación entre las posibles respuestas de los entrevistados (para esto, es bueno
seguir un orden de preguntas relativamente fijo);
● entrevistas;
● procesamiento de la información obtenida mediante las entrevistas:
sistematización, entrevistado por entrevistado, de las dificultades y los logros alcanzados,
se acuerdo con determinado criterio clasificatorio; sistematización de la información
correspondiente a todo el conjunto de los entrevistados, de acuerdo con el mismo criterio;
● planificación del informe;
● puesta en texto del desarrollo: expansión de los objetivos del trabajo, la
metodología empleada, las características del texto seleccionado y las particularidades de
los sujetos entrevistados; presentación de los datos obtenidos y explicaciones de esos datos
a partir de la bibliografía y las clases revisadas;
● puesta en texto de la introducción y las conclusiones;
● revisión;
● completamiento de carátula del informe y de la bibliografía, y revisión de otras
cuestiones relativas a la presentación.
● Título
● Características de la institución
(pública o privada, rural o urbana;
ubicación geográfica, particularidades
del alumnado y otros datos relevantes)
-Propósitos
-Fundamentos teóricos
-Recursos empleados
-Plan de acción
-Alcances
-Reflexiones actuales
Hasta aquí nuestra presentación del proceso que es recomendable seguir al escribir y
de las características de los textos académicos. Para terminar, queremos remarcar la
importancia de la realización de las tareas de escritura pedidas. Creemos que escribir
implica ordenar ideas, profundizar, abrir inquietudes, intercambiar puntos de vista, adoptar
nuevas perspectivas, proyectarse. Por esta razón, la producción de los textos que se indican
en las clases forma parte del curso de posgrado.
Este curso virtual se dicta por primera vez y, por tanto, no contamos con artículos,
descripciones de experiencias e informes producidos por los alumnos. Por eso, al planificar
esta clase, nos preguntamos si era conveniente inventar esos ejemplos. Finalmente, nos
decidimos por otra idea: esperar, para que el taller resultara ilustrado por las producciones
de la primera cohorte de alumnos. Las esperamos, entonces.
Bibliografía
Adam, J.M. (1992), Types et prototypes: narration, argumentation, description,
conversation, explication, dialogue, París, Ed. Nathan.
Bajtin, M. (1982), “El problema de los géneros discursivos”, en Estética de la creación
verbal, México, Fondo de Cultura Económica.
Cassany, D. (1987), Describir el escribir, Barcelona, Paidós.
Krashen, S. (1981), Second Language Adquisition and Second Language Learning,
Pergamon.
Flower, L. y Hayes, J. (1996), “La teoría de la redacción como proceso cognitivo”, en
Textos en contexto. Los procesos de lectura y escritura, Buenos Aires, A.I.A. Lectura y
Vida.
Loffler-Laurian, A. M. (1983), "Typologie des discours scientifiques: deux approches", en:
Études de linguistique appliquée, 51, París.
Zamudio, B. y Atorresi, A. (2000), La explicación, Buenos Aires, Eudeba.