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MÉTODOS DE INTERVENCIÓN
EN COMUNIDAD I
2009
PROCESOS DEMOCRÁTICOS
TABLA DE CONTENIDO
5. ANEXOS .............................................................................................................. 90
5.1 Guía de actividades e interactividades............................................................ 90
5.1.1 Introducción ......................................................................................... 95
5.1.2 Las actividades ................................................................................... 96
5.1.1.1 Autoevaluación .............................................................................. 97
5.1.1.2 Actividades Unidad 1 ...................................................................... 97
5.1.1.3 Autoevaluación .............................................................................. 98
5.1.1.4 Actividades Unidad 2 ...................................................................... 99
5.1.1.5 Actividades Unidad 2 .....................................................................100
5.1.3 Las interactividades .............................................................................101
Ciudad Medellín
II. INTRODUCCIÓN
Este curso pretende introducir a los estudiantes de trabajo social en el campo de la
intervención comunitaria. Dotarlos de amplias competencias, de autonomía, de iniciativa y
de rigor en la formulación y gestión de proyectos comunitarios. Desarrollar en ellos aptitudes
y conocimientos que les permitan identificar los conceptos, elementos, criterios y etapas de
la intervención comunitaria, así como la habilidad para reconocer los diferentes factores
internos y externos que afectan dichos procesos.
De igual forma, una intervención comunitaria fundamentada en ejes trasversales, será así
capaz de fomentar en los miembros de la comunidad consenso, además de aquellos
procesos que, mediante una conciencia de las necesidades, satisfactores y recursos,
contribuyan a lograr su solución, en especial, mediante la reflexión, la adaptación, la
creación, la administración y el desarrollo de los servicios correspondientes. Los agentes de
este proceso son los trabajadores sociales, que deben poseer los medios para dirigir y llevar
a buen término la intervención. Este curso busca fomentar en el estudiante de trabajo social
las aptitudes requeridas para tal labor, ya que una intervención comunitaria bien orientada y
fundamentada, desencadenará posiblemente fuerzas nuevas, y lazos de comunicación al
interior de una comunidad determinada, propiciando el diálogo intercultural y el consenso.
Por lo tanto, el curso pretende desarrollar de forma rigurosa y sistemática los aspectos
fundamentales que comporta el trabajo social comunitario. Además, intenta aportar en la
construcción de una posición teórica, metodológica y epistemológica con la que el
profesional debe contribuir a la sociedad. Finalmente, este curso está diseñado para
promover la responsabilidad que conlleva el poseer un conocimiento especializado y
requerido para intervenir una comunidad, a partir de contextos históricos, políticos,
económicos, sociales y culturales específicos.
Propósitos
Los propósitos del curso son los de introducir al estudiante de Trabajo Social en el ámbito de
la intervención comunitaria, sentar las bases conceptuales y metodológicas para dicha labor,
y despertar en ellos una visión más aguda, crítica y reflexiva sobre su entorno inmediato.
Objetivo General
Brindar al estudiante de Trabajo Social los fundamentos conceptuales y metodológicos sobre
la intervención en comunidad.
Objetivos Específicos
Conocer el origen y desarrollo de la noción de comunidad
Identificar los factores externos e internos que inciden en el desarrollo del trabajo
con comunidades.
Competencias
El estudiante hablará con propiedad de las nociones sobre intervención y comunidad, así
como de las justificaciones profesionales, académicas y científicas de la práctica del Trabajo
Social Comunitario.
Habrá enriquecido su sentido de tolerancia y respeto por las opiniones e ideas del
otro.
Metas
Una vez finalizado el curso Métodos de intervención: comunidad I; el estudiante contará con
los siguientes elementos:
Tendrá una idea clara sobre las implicaciones y necesidades de intervenir una
comunidad.
Métodos de
intervención:
comunidad I
-Planificación Diagnostico
Tipos de comunidad integral de la
Natural Contractual
comunidad
-Modelo
Caracterizació
ecosistémico
n del grupo
Elementos de trabajo
constitutivos de Evaluación de
la comunidad las
necesidades
del grupo
-Intereses común Diseño y
planificación
-Comunicación entre sus de la
miembros intervención
Evaluación
-Vecindad inicial
Ejecución e
-Asociación implementaci
ón
Evaluación
final
Relación
Socialización
comunidad-
sociedad a través
de la historia
-Comunidad igual a
sociedad
-Comunidad diferente a
sociedad
-Comunidad y sociedad se
complementan
Bibliografía
General
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UNIDAD 1
La comunidad es un lugar “cálido”, un lugar acogedor y
confortable. Es como un tejado bajo el que cobijarse cuando llueve
mucho, como una fogata ante la que calentar nuestras manos en
un día helado.
Zygmunt Bauman
Introducción
Más que una historia conceptual del término comunidad, se propone un recorrido que va
desde Aristóteles hasta finales del siglo XX, para intentar comprender las principales y más
generales variaciones que ha sufrido este concepto. Se enuncian algunos de los elementos
constitutivos de la comunidad y factores que influyen en su conformación. Finalmente, se
analiza la relación comunidad sociedad, que ha pasado a lo largo de la historia por diferentes
estados.
MAPA CONCEPTUAL
Comunidad: Conjunto
de personas que Elementos
comparten 1.valores e constitutivos de
intereses, y actúan la comunidad
solidariamente.
Tipos de
vínculo
1. Nociones preliminares
El término “comunidad” proviene del latín Commune que a su vez se deriva del latín
comuine que significa “en común”. Si bien ésta expresión tiene varias acepciones, aquí nos
concentraremos, de momento, en las más específicas, por lo que podríamos decir que
comunidad es un modo de relación social construida sobre el afecto, la lealtad y la
reciprocidad, y con un carácter por lo tanto más emocional que racional. Así definida, la
comunidad sería un grupo de personas que comparten y persiguen intereses comunes. Sin
embargo, existen definiciones que sin dejar de lado el aspecto relacional de las personas,
contemplan también la dimensión espacial, es decir, donde tiene lugar ésta forma de
relación, o el escenario donde se desarrolla la vida en comunidad, lo que lleva a algunos
autores a definirla como la relación hombre–suelo. Ambas dimensiones, la relacional y la
espacial, son constituyentes y complementarias de las comunidades, junto con otras que
examinaremos más adelante. Estas dimensiones, además, se encuentran estrechamente
relacionadas, haciendo de cada comunidad un sistema particular de donde surgen sus
especificidades.
Pero la comunidad es un proceso de interacción solo posible en la medida que exista una
comunicación entre sus miembros. De ahí que toda alteración en los factores que posibilitan
esta comunicación termine afectando la comunidad misma. Así, desde barreras geográficas y
distancias físicas, hasta sistemas de transporte, entran a determinar las posibilidades de
existencia de una comunidad, en la medida que posibilitan o impiden la comunicación y, por
ello, los principales cambios que han experimentado las comunidades han sido el producto
de los cambios en los medios de transporte y sistemas de comunicación.
Otro elemento fundamental de toda comunidad es que sus miembros comparten intereses
comunes y trabajan conjuntamente por estos. Este elemento, junto con el elemento
comunicacional, pueden por si solos posibilitar la existencia de una comunidad, aunque no
se comparta un mismo espacio físico, y la presencia de estos dos elementos, en ausencia de
la proximidad espacial, posibilitan un tipo de comunidad virtual que se hace cada vez más
común en nuestros días.
Con base en lo anterior, podemos decir que comunidad es un conjunto de personas, que
pueden o no compartir un mismo espacio físico, pero que comparten valores e intereses, y
que trabajan solidariamente en su consecución.
Si bien la cercanía física de los miembros es un requisito cada vez menos determinante para
la existencia de una comunidad, no podemos negar que ha sido y continúa siendo un
elemento de gran importancia para su delimitación, donde los límites son a menudo
definidos a partir de criterios políticos o administrativos, como ocurre con las divisiones
político administrativas de los barrios, los distritos y las comunidades escolares. Pero estas
divisiones pueden no concordar con las agrupaciones sociales que se configuran en el marco
de un territorio de manera autónoma, producto de intercambios e interacciones diversas.
Ahora bien, si en ocasiones estas divisiones políticas o administrativas no coinciden con las
constelaciones de actores que pretenden definir, ¿bajo qué criterios se definen entonces los
límites de una comunidad?
A principios del siglo XX C.J. Galpin desarrolló una metodología para determinar los límites
de una comunidad. La metodología tomaba como referentes diferentes servicios, como
comercio, iglesias, bancos, restaurantes o escuelas convergentes en un territorio, así como
la interrelación que estos servicios guardaban entre sí (Diéguez. 2000). Lo novedoso de esta
metodología es que definía el territorio a partir de las interacciones que tenían lugar en él, y
no a partir de una división político–administrativa que se le impusiera a priori. Esta
distribución espacial de los servicios, para definir los límites de una comunidad, seguirá
tomando fuerza en el discurso académico hasta el punto de no sólo considerar al área local
como un sistema de interrelaciones, sino el territorio mismo, mas como un territorio de
flujos, que como un territorio de lugar, lo que va a significar un cambio de paradigma en la
geografía social después de la segunda mitad del siglo XX.
¿Pero que puede ocurrir si la población accede a servicios espacialmente cada vez más
distantes? Los medios de transporte y comunicación, y las distancias que estos cubrían,
determinaban hasta hace unas décadas la proximidad o lejanía de los servicios, y como se
dijo antes, los mismos límites y posibilidades de la comunidad. Hoy en día, cuando la
información y los servicios pueden viajar a altísimas velocidades, incluso con independencia
de los cuerpos que en otros tiempos eran sus portadores, esta delimitación se torna
compleja. Es decir, ya no tenemos que desplazarnos de nuestras casas para adquirir un
servicio al otro lado del planeta. No obstante, y pese a estos grandes cambios, la
concentración de servicios sigue siendo uno de los criterios fundamentales en las ciencias
sociales para definir los límites de una comunidad a la hora de intervenirla, especialmente en
contextos rurales, barrios o conjuntos residenciales.
Tal vez una de las nociones conocidas más antiguas para designar formas de organización
social y comunitaria se encuentre en la expresión griega koinonia. Aristóteles, por ejemplo,
quiso significar con este término diferentes formas de socialización del ser humano, donde el
vínculo social, es decir, el elemento que cohesiona a las personas de un grupo determinado,
era considerado como algo esencial, natural o ya dado, y esta actitud respecto al vínculo
habrá de perdurar incluso hasta finales del renacimiento, cuando ese carácter natural será
reemplazado por uno de tipo contractual, lo que a su vez coincidirá con el inicio de la
separación práctica y conceptual entre comunidad y sociedad.
Pero koinonia es también un concepto teológico, con el cual se quiere significar la unidad de
la fe de los fieles, la comunidad de la iglesia, y la comunión con Dios, y si bien ha asumido
diferentes sentidos a través del tiempo, todos están estrechamente relacionados, como se
evidencia en escritos de padres de la iglesia como San Agustín. De ésta manera, y sea cual
sea el uso que reciba el término teológicamente hablando, siempre nos remite a algún tipo
de unidad entre las personas, y especialmente a la integración de un individuo con los otros,
a través de un lazo esencial.
Las implicaciones de una tal concepción del vínculo social, como natural o ya dado, se
pueden dimensionar a partir de los múltiples ejemplos que nos suministra la historia en
diversos lugares y momentos, pero, especialmente, a principios de la Edad Media. Jurij
Lotman, por ejemplo, nos ilustra con sagacidad situaciones ocurridas en el Medioevo ruso,
donde imperaban formas de organización social y cultural que se relacionan mucho con la
idea de un vínculo “natural” entre las personas.
Al revisar casos del derecho ruso de principios de la Edad Media, Lotman constata que
incurre en mayor delito quien golpea a alguien con un guante en la cara, que quien asesta
un golpe, inflige una herida mortal o causa una mutilación con la espada. Esto, por mucho
que nos pueda sorprender hoy en día, se debía a que un golpe con el filo de su espada, si
bien podría considerarse delito, podría también considerarse producto de una lucha en
franca lid, mientras que una bofetada con el guante o con la espada envainada, era un signo
inequívoco de afrenta al honor familiar (Lotman. 1979). En otras palabras, una bofetada en
la mejilla significaba golpear a todo un linaje o a toda una comunidad. El vínculo que unía a
las personas era tan esencial, que no se podía insultar a alguien sin insultar a todo su grupo
y viceversa. Por lo tanto, el valor de un individuo estaba determinado por su grupo, y un
individuo sin grupo no era concebible.
También podemos encontrar ejemplos de expatriaciones, castigo que puede ser equiparado
a lo que hoy es la cadena perpetua, es decir, condenar a alguien a vivir sin vínculo, a vivir
en la individualidad, y esto, como ya se dijo, significaba no existir. Incluso los presos
condenados a cadena perpetua en un Estado de derecho cuentan hoy con pequeños espacios
y tiempos de socialización. Pero durante el primer milenio, y hasta mediados del segundo, el
exilio podría ser quizás uno de los castigos más severos que podía recibir un ser humano.
Ejemplos como los anteriores pululan en la historia y en la literatura, y todos ellos no son
más que el resultado de concebir los vínculos entre las personas como algo esencial y
natural. Pero el creer que algunas personas, o grupos de personas están unidos de manera
natural, tiene que ver con las condiciones socio-espaciales, creencias religiosas y reglas de
parentesco, entre otras. Cambios en estas condiciones van a generar nuevas reflexiones que
acarrearán a su vez una nueva definición del vínculo social.
A partir del siglo XVI se empieza a concebir el vínculo social en términos más contractuales.
Así, las antiguas comunidades son reemplazadas por un tipo de sociedad más individualista,
que se manifiesta en las representaciones de la economía y la política o, en otras palabras,
del mercado y el contrato social. Aún así, la noción de comunidad sigue teniendo vigencia, y
Para éste autor, la sociedad inicialmente se compone de individuos, los cuales en su estado
de naturaleza, luchan por alcanzar la felicidad y el conatus o conservación, ley suprema de
toda naturaleza, mediante una constante lucha de unos con otros. Sin embargo, se dan
cuenta de que dicha conservación no puede lograrse estando solos, y deciden dotarse de un
conjunto de leyes que les permitan vivir en convivencia. En este estado de naturaleza los
derechos de cada individuo son prácticamente inexistentes. Para Spinoza, la capacidad del
derecho natural se calcula según la fortaleza numérica de este. Es decir, que si dos o más
individuos articulan sus derechos tendrán más poder y, por lo tanto, más derechos de los
que tenían por separado. Todos estos derechos sumados, hacen que se conformen grupos
de individuos que, teniendo derechos comunes, puedan regularlos, disipando el temor y la
inseguridad que de manera individual, ofrecería el estado de naturaleza.
A diferencia de Hobbes, Spinoza considera que los pactos o contratos, no son un soporte
eficaz para la seguridad y la armonía en una sociedad, ya que por derecho de naturaleza,
todos los individuos pueden simular, y nadie está obligado a prestar atención a estos, a no
ser para poder tener la ilusión de un bien mayor, o por el miedo que pueda suscitar un
mayor mal.
Este autor vuelca su teoría hacia la concepción de una comunidad política, determinada por
otro tipo de individualidad. Parte de la noción de competencia, que unos individuos han
desarrollado frente a otros dentro de las dinámicas del mercado, lo que hace pensar en otro
sujeto mucho más solidario que individualista. Esto lleva a pensar en otra comunidad
constituida por el entretejimiento de estos individuos autónomos.
Rousseau propone un tipo de contrato consistente en las transacciones que los individuos
hacen, intercambiando bienes o posesiones, en donde cada uno de los contratantes hace
Sujetos libres: Aquí la libertad denota autonomía. Esto se da en la medida en que los
ciudadanos obedecen a normas que son resultado de la autodeterminación colectiva,
las cuales fueron dadas por ellos mismos. De ésta manera, una comunidad de
sujetos que son autónomos es considerada una comunidad democrática.
Los sujetos están en estado de igualdad: Al comprometerse bajo las mismas reglas,
gozan igualmente de los mismos derechos, todos se comprometen bajo las mismas
condiciones y deben gozar de los mismos derechos, sobrepasando las contradicciones
que pudieran presentarse entre los intereses particulares y los generales.
Al igual que Spinoza, Rousseau concebía la verdadera libertad solo en el marco de una
comunidad, idea que será refutada por varios autores posteriormente, quienes van a
concebir la comunidad como una garantía de seguridad colectiva en detrimento de la
libertad individual.
Es uno de los primeros autores en intentar apartar las ideas que se tenían de comunidad de
otras formas de socialización. Para ello, describe tres esferas de la sociedad enmarcadas en
una noción contractual del vínculo social, poniendo en el mismo nivel la esfera económica, la
privada y la familiar. Esta triple caracterización de Hegel, trata de abarcar las diferentes
nociones de comunidad que se habían concebido hasta el momento, donde el más
importante criterio que las diferencia, es el grado de intensidad afectiva que puede o no
componerlas. Sin embargo, en Hegel no se encuentra una diferenciación concreta y tajante
entre los conceptos de comunidad y sociedad.
Para éste autor, el Estado moderno compuesto por instituciones sociales y políticas
pertenecientes a una nación, se constituye como una comunidad política, en donde se
combina la libertad individual con la de las instituciones de que dependen los individuos para
efectivamente acceder a su libertad. En ésta medida, lo individual y lo colectivo se
complementan, aunque puedan ocasionalmente entrar en conflicto por el manejo de la
libertad. Pero esto, a fin de cuentas, ha sido una constante en el devenir histórico del
hombre.
Para éste filósofo y semiótico, una comunidad puede pensarse a partir de una cierta
coordinación entre leyes. Existiría por lo tanto una distancia entre lo que en ella se quiere
representar, aquello que se representa y el medio para representarlo, lo que remarca el
carácter artificioso y contractual del vínculo. Este sistema tríadico es heredero del de Hegel,
pero con otra orientación algo diferente, en el sentido de que cada uno de estos tres
elementos puede variar dependiendo de las circunstancias. Así, una persona actuaría en una
comunidad como interpretante de los signos de su entorno, pero también, y
simultáneamente, podría servir de signo a otras personas para orientar su actuar o, incluso,
podría ser la representación de un signo de algo, por ejemplo, como un líder comunitario
que representa la unión del grupo. A dicho proceso de interpretación y representación de los
1.5 La asociación
La asociación es un grupo de personas jurídicas o naturales que cuentan con una estructura
organizativa y que han unido sus esfuerzos en torno a determinados propósitos comunes.
Las asociaciones existen de diverso tipo y tamaño, existiendo incluso asociaciones que unen
grupos de asociaciones. Sin embargo, sea cual fuere el tamaño o forma de la asociación, su
unidad básica siempre será la persona, y lo que distingue a un grupo de personas asociadas
de otro grupo cualquiera es su carácter organizativo y estructurado, así como alguna
permanencia en el tiempo. Según Benjamín Ramírez, los elementos básicos de todo tipo de
asociación son los siguientes1:
Las personas
Los intereses
La estructura organizativa
Las normas
Los elementos físicos
La permanencia
El funcionamiento
1
RAMIREZ, Benjamín. Promoción de la comunidad y formas asociativas. Bogotá. Universidad Santo Tomás. 1990.
2. Comunidad y sociedad
Ferdinand Tönnies fue un sociólogo alemán, que si bien recopiló y se sirvió de pensamientos
anteriores a él, fue tal vez el primero en plantear abiertamente una distinción entre
comunidad y sociedad (Gemeinschaft und Gesellshaft 1887). Y es que sin el ánimo de
desacreditar el valioso aporte de Tönnies a las ciencias sociales, era poco probable que dos
siglos antes, alguien reflexionara sobre ésta separación, ya que tenían que conjugarse toda
una serie de factores y circunstancias, de las cuales Tönnies fue testigo excepcional -como
los cambios políticos, económicos, culturales y tecnológicos que se presentaron en la
revolución industrial- para poder concebir estas dos nociones como contrapuestas.
Las desigualdades al interior de una comunidad, sostenía Tönnies en su libro, sólo pueden
crecer hasta cierto límite, pues superado éste desaparece la esencia de la comunidad como
unidad de diferencias (Tönnies. 1947). En otras palabras, lo que éste autor nos quería
expresar, es que los vínculos que unen a las personas en una comunidad son elásticos y
permiten alguna tensión, pero con una fuerza excesiva estos vínculos se rompen, y ya no es
posible su recomposición, al menos en su estado original. Estos vínculos estaban
identificados por Tönnies así: 1) El vínculo del parentesco, del que se origina la comunidad
de sangre. 2) El vínculo de la vecindad, que permite la comunidad de lugar. 3) El vínculo de
la amistad, que posibilita la comunidad de espíritu o comunidad constituida por afinidades.
Estas categorías, sin embargo, no son ni mucho menos estados independientes, y la mayoría
de las veces coexisten y se interrelacionan, constituyendo a menudo una noción general y
estructural de comunidad en un grupo determinado.
En este orden de ideas, si para Tönnies comunidad y sociedad van en direcciones opuestas,
es porque para él la sociedad moderna somete a excesiva tensión los vínculos arriba
mencionados, provocando su ruptura. En la siguiente tabla podemos ver las principales
diferencias que Tönnies observa entre comunidad y sociedad:
COMUNIDAD SOCIEDAD
Tipo de organización Tradicional Moderna
social
Históricamente Primitiva, Esclavitud, Capitalismo
Feudal
Según Zygmunt Bauman, lo que distinguía a la vieja comunidad de la moderna sociedad, era
un entendimiento compartido por todos sus miembros. Este entendimiento se produciría de
manera “natural”, es característico de toda comunidad y se diferencia del mundo de las
disputas.
Bauman nos va a aportar dos buenos argumentos para que se produzca la separación entre
comunidad y sociedad. En primer lugar, dicha separación está estrechamente relacionada
con los cambios y desarrollos en los sistemas de comunicación, ya que una vez que la
comunicación entre los miembros de una comunidad y el exterior resulta más intensa e
importante que la comunicación interna, el vínculo se rompe.
El segundo argumento es, por así decirlo, la ponderación costo beneficio entre comunidad y
sociedad. La comunidad provee un beneficio a las personas de incalculable valor, como es la
seguridad; afuera asechan toda suerte de peligros, mientras aquí en comunidad no hay
peligro; afuera estas solo, mientras aquí en comunidad estas siempre acompañado; afuera
hace frío, mientras la comunidad siempre será cálida. Sin embargo, para Bauman la
comunidad tiene también un alto costo, que se traduce en la pérdida de la libertad. Así, la
promesa de la comunidad sería, “dame tu libertad y a cambio te daré seguridad”. Por esta
razón, lo que ofrecería la moderna sociedad sería la promesa de vivir bajo una forma de
organización social, que no coarta la libertad, pero que no ofrece las mismas garantías de
seguridad que ofrecía la comunidad tradicional. Esta forma de abordar las relaciones
“comunidad-sociedad” y “seguridad-libertad”, contrasta con aquellas ideas más clásicas,
como las defendidas por Rousseau y Spinoza, sobre la libertad en comunidad.
En los años ochenta, Agnes Heller tratará de escapar a las dicotomías que muchos otros
autores habían definido con anterioridad, como son las de “comunidad-sociedad”, o
“individuo-comunidad”. Para la autora, no solo existirían las formas comunitarias o las
formas societarias, entendiendo la comunidad como “comunidad natural”, tradicionalmente
aprendida desde la infancia, y entendiendo la sociedad como el mundo de la individualidad y
2
BAUMAN, Zygmunt. ALBORES, Jesús. Comunidad: en busca de seguridad en un mundo hostil. España. Siglo Veintiuno. 2003.
3
IBID
la organización contemporánea. Para ella existen otras comunidades de un nuevo tipo, que
llamará “comunidades de sentido”, a las que los individuos se adhieren por libre elección, y
no solo por obligación, y en las que los ámbitos de lo individual y lo colectivo interactúan.
Así las cosas, la única dicotomía aceptable para Heller es la que se establece entre una
“comunidad natural” y “una comunidad de elección”.
Como Agnes Heller, a finales del siglo XX van a surgir toda una serie de autores que van a
concebir el asunto de una manera un tanto diferente a como se había concebido unos años
antes. En Francia, por ejemplo, Marcel Roncayolo va a decir que no se trata simplemente de
que las antiguas fronteras desaparezcan, estas de hecho siguen operando, pero a otro nivel,
y en su reemplazo surgen unas nuevas, que se van recomponiendo cada día
(Roncayolo.1990). Así vemos, por ejemplo, que las fronteras de las ciudades, sin
desaparecer completamente, van dando paso a otras formas de delimitación, como es el
caso de las “áreas metropolitanas”, que agrupan varias ciudades y, en muchos casos, tienen
alguna autonomía administrativa. Es decir, más que a una disolución de las fronteras,
estaríamos hoy asistiendo a una recomposición de las mismas, lo que concuerda con la
postura de Heller sobre el nacimiento de nuevas comunidades en el seno de la sociedad
occidental. La principal dificultad que esto acarrea al profesional de las ciencias sociales, es
que estas nuevas configuraciones no resultan tan fáciles de delimitar, como lo podrían ser
las comunidades tradicionales, puesto que se encuentran superpuestos los nuevos límites
con vestigios de los antiguos.
Los efectos de esta influencia en las comunidades locales, acarrea hechos diversos. Uno muy
común es el de resistencia y defensa de las especificidades de las comunidades, haciendo un
rechazo tajante a todo influjo globalizador, otro es la aceptación pasiva de este influjo sin
generar resistencia alguna, y otro menos común, busca fomentar una articulación , sana,
inteligente y estratégica, entre la ola globalizadora por una parte, y los intereses particulares
de cada localidad por el otro, lo que de hecho genera unos productos que algunos autores
como Cynthia Ghorra-Gobin han llamado “Glocales”, y que buscan algo así como un
equilibrio entre los intereses particulares y locales, con los intereses generales y globales.
Son ya varios los autores latinoamericanos, como José Arocena, que ven en estos diseños
estratégicos de articulación el camino, sino el más fácil, si el más acertado, y han coincidido
en llamar a este enfoque “desarrollo local”, que podemos definir de momento como el
desarrollo y promoción de las localidades a partir de potencialidades y factores tanto
endógenos como exógenos.
Síntesis
La comunidad tiene sus orígenes en los lazos familiares, y este es el modelo por excelencia
de toda forma de organización comunitaria. Por tal motivo, Ferdinand Tönnies afirmaba que
“el estudio de la comunidad es el estudio de la casa” (Tönnies. 1947). Ahora bien, Los
cambios que ha experimentado la comunidad, tanto desde el punto de vista conceptual y
académico como práctico, ha estado influenciado por el contexto socio-político particular de
cada época y lugar, así como por variaciones demográficas, pero, en especial, por las
posibilidades de comunicación entre sus miembros. Por tal razón, los cambios en los medios
de trasporte y sistemas de comunicación han repercutido gradual, pero radicalmente, en
todas las formas de organización social, incluidas obviamente, y sobre todo, aquellas de
carácter más comunitario y local. Por ejemplo, al interior de nuestras propias casas
familiares, cada miembro crea hoy en día su propia esfera en su propia habitación, en la que
establece diferentes tipos de comunicación con individuos externos. Esto tiende en muchos
casos a debilitar la comunicación interna familiar, que en otra época no muy lejana, tenía
prioridad sobre cualquier otro vínculo externo. Si le damos crédito a la afirmación de
Zymunt Bauman sobre el debilitamiento del vínculo interno a causa del fortalecimiento de
vínculos externos, y si aceptamos la afirmación de Tönnies sobre el estudio de la comunidad
como el estudio de la casa, el ejemplo de la familia que ve deteriorada su comunicación,
sería un caso muy similar al que ocurre hoy por hoy en las pequeñas comunidades
tradicionales, que ven debilitado o desaparecido el vínculo que otrora las cohesionaba. Este
vínculo tiene también diferentes variaciones y puede ser clasificado según el grado de
afectividad presente, donde el vínculo parental tiene el mayor grado y el de amistad uno
menor. Un bajo grado de afectividad, sin embargo, no es obstáculo para organizar grupos a
través de formas asociativas en las que se persigan intereses comunes.
Finalmente, podemos concluir que hoy en día no es necesaria la proximidad física y espacial
de los miembros de un grupo para que se pueda hablar de comunidad. Basta con que estos
compartan valores e intereses, y que exista una comunicación entre ellos para hablar de
ella. Sin embargo, la proximidad física sigue siendo un criterio de importancia, así como la
concentración de servicios para definir los límites de muchas comunidades.
Glosario
Aldea global: Metáfora que alude a una generalización planetaria de los modos de vida,
sistema económico y filosofía política de la sociedad contemporánea.
Área local: Espacio que circunscribe un grupo no muy extenso, y en el cual están
concentrados sus servicios y se desarrollan sus principales interacciones.
Koinonia: Término griego que expresaba alguna forma de organización social. También
tiene una acepción teológica que no dista mucho de la primera, y que significa unión entre
los hombres y unión de ellos con Dios.
Vínculo contractual: Es el lazo que une las personas a través de un pacto calculado y
racional.
Vínculo natural: Es el lazo que une las personas de manera natural y esencial, y que
además tiene una fuerte carga emocional.
Bibliografía
Básica
TORRES, Vicente Antonio. Comunidad y etnocultura. Nodos y Nudos. Vol. 02, No. 11, Ago.-
Dic. 2001: p. 44-53
Complementaria
Electrónica
GUAYGUA Germán Ch. y ERGUETA ROMEROEL Pamela. Rol del parentesco andino en la
constitución de trayectorias y redes migratorias hacia España en las familias de las ciudades
de La Paz y El Alto”. Disponible en Internet en:
http://migracionyparentesco.pieb.com.bo/proyecto.htm
HONNETH Axel. Comunidad. Esbozo de una historia conceptual Isegoría, No. 20 (1999):5-
15. Disponible en internet en:
http://isegoria.revistas.csic.es/index.php/isegoria/article/viewArticle/89
UNIDAD 2
No en todas partes donde se rompe la distancia, ni
tampoco donde las almas se funden y los corazones se
acercan entre sí el resultado es una comunidad.
Hans Freyer
FORMAS DE COMUNIDAD
Objetivos de la unidad
Identificará algunas características que debe poseer una comunidad para que sea
considerada como tal.
Conocerá postulados teóricos referentes a la elección que los individuos hacen para
pertenecer o no a una comunidad.
Introducción
Mapa conceptual
Localizadas
Deslocalizadas
Parentesco De sangre
Vecindad
De lugar
Estacionarias
Dinámica
progresista Progresistas
Estructura
organizativa
1. Caracterización de comunidades
El rechazo al aislamiento es uno de los comportamientos más típicamente humanos. Sea por
razones de seguridad, de bienestar, o simplemente por instinto, el ser humano busca
convivir con sus congéneres, o al menos siempre había sido así. Esto se evidencia por
ejemplo en el comportamiento de muchos migrantes de primera generación, que al llegar a
una ciudad, país o cultura diferente, tienden a buscar y unirse a las colonias de coterráneos
que pudiesen hallar. Colonias y grupos que la mayoría de las veces terminan tratando de
replicar las comunidades de donde provienen, haciendo “comunidades a escala”, o
simplemente conformando o perteneciendo a nuevas.
Los clubes de todo tipo, las asociaciones y los sindicatos, pueden ser ejemplos de
formaciones comunitarias que se constituyen para hacer en grupo algo que sus miembros
prefieren no hacer aisladamente, por economía, por tradición, o simplemente por
conveniencia de sus intereses.
Es la habilidad del grupo para mantener las vidas y actos de sus miembros fuera de la vista
de otros grupos, controlando el flujo de información y garantizando algunos aspectos de su
seguridad. Los rituales, las fiestas, los mitos y los modismos (formas particulares que
desarrolla un grupo para referirse a algo o a alguien) hacen parte de la intimidad de una
comunidad. La intimidad se genera muchas veces como resultado del aislamiento del grupo,
generando códigos culturales y de comunicación solo compartidos por éste. De esta manera,
se espera que alguien en intimidad actúe de una manera más “natural” que cuando se
encuentra en presencia de foráneos. Uno no se comporta de la misma manera en casa que
con extraños, lo que resulta de gran relevancia para el trabajador que pretende intervenir
una comunidad, ya que esta actúa como una frontera, con una cara interna que circunda y
protege, y otra externa que repele. Es fundamental entonces, no sólo que el trabajador
social identifique el grado de intimidad del grupo, sino lograr vencer estas barreras, para así
tener la mejor participación de este.
Otra característica básica de las comunidades es que existe interacción entre sus miembros.
Esta la podemos definir como una influencia mutua, en la que hay una comunicación y una
adaptación del comportamiento con relación a los demás. En este sentido la interacción y la
comunicación serían elementos muy similares, excepto porque la interacción carece de la
simetría que la mayoría de las veces acompaña la comunicación.
Para muchos autores, este solo elemento les permite diferenciar una forma de organización
social comunitaria y rural de una forma urbana, aduciendo que en un pequeño poblado todos
sus miembros interactúan, se conocen y participan de los aconteceres del lugar, y que en la
vida urbana y citadina de nuestras metrópolis, éste grado de interacción está ausente. No
obstante, en las ciudades se da otro tipo de interacción, que si bien no cuenta con el mismo
grado de intensidad presente en el sector rural, también tiene implicaciones en las formas
de comportamiento. Además, en los barrios, asociaciones comunales, clubes y demás
organizaciones con características comunitarias, y que se construyen en un territorio urbano,
también se dan interacciones de todo tipo, por lo que este criterio no lo utilizaremos como
determinante de una u otra forma de organización social (la comunitaria o la societal), pero
si reconociéndolo como presente en cualquier forma de organización comunitaria.
Una razón fundamental para que los individuos interactúen y se agrupen es que tengan
intereses comunes. En este sentido, los intereses orientan la voluntad individual en
determinada dirección, y al aunarse terminan orientando la voluntad del grupo. Pero con
respecto a los intereses se pueden presentar al menos dos panoramas, cada uno de los
cuales implica acciones diferentes. Tenemos, en primer lugar, intereses individuales que
pueden ser idénticos en varios de los miembros del grupo. A estos simplemente los podemos
llamar “intereses semejantes”, y la mayoría de las veces se desarrollan a partir de acciones
individuales, pero no excluyen la posibilidad de acciones colectivas. En segundo lugar,
tenemos los “intereses comunes”, que solo pueden ser perseguidos a través de acciones
colectivas.
Además de esta clasificación de los intereses, se puede dar el caso de que uno y otro tipo se
encuentren, bien en estado latente, o bien en estado manifiesto. Cuando los intereses se
encuentran en un estado manifiesto o evidente, generalmente el grupo ya se ha movilizado
algo o mucho en el desarrollo de acciones tendientes a alcanzar determinado objetivo.
Cuando el estado de los intereses es latente, hace falta que alguien estimule la movilización.
Y nuevamente tenemos dos posibilidades, que éste individuo provenga del grupo o que sea
un agente externo a él. Si proviene del grupo esta persona deviene un líder, si proviene de
un agente externo, estamos en presencia de una intervención comunitaria.
Trátese de un líder o del profesional que interviene, ésta persona debe asumir una actitud
asociativa para poder hacer converger los intereses, en caso de que estos sean latentes, o
de las acciones a desarrollar, en caso de que estos intereses ya estén perfectamente
identificados y en un estado manifiesto. Ahora bien, aquí solo podemos dar algunas pautas
para comprender la mecánica requerida para este tipo de acción, pero una óptima actitud
asociativa solo se puede desarrollar con la experiencia del trabajo en campo, comprendiendo
las especificidades de cada grupo, y superando las barreras que impone la intimidad del
mismo. Digamos, sin embargo, que la actitud asociativa consiste en un estímulo y una
respuesta. La clave está en cómo se produce el estímulo para generar la respuesta que
esperamos, y que en nuestro empeño, no caigamos en actitudes restrictivas y disociativas,
que nos alejarían de nuestro objetivo.
1.1.5 Identidad
La identidad es otro elemento presente en las comunidades, del cual nace una noción del
nosotros y de la pertenencia a un orden que da sentido a la convivencia. Sin embargo, esa
noción del “nosotros”, de la pertenencia a algo o a alguien, así como de la identidad misma,
son construcciones colectivas, en las que hay que poner especial atención a las fuentes de
tales configuraciones. Por ejemplo, desde la política se construyen nociones de identidad que
no siempre son coherentes con las nociones que la misma gente se ha creado, o bien,
terminan convenciendo a la población de estas nociones, promoviendo en ocasiones ideas
regionalistas, nacionalistas, etnocentristas o xenofóbicas. De ahí la necesidad de que el
profesional que interviene una comunidad tenga claridad sobre los mapas identitarios, cómo
y desde dónde han sido construidos.
También es importante conocer los mecanismos a partir de los cuales determinada noción de
identidad se crea y se actualiza. Por ejemplo, algunas fiestas y rituales buscan fortalecer esa
noción del nosotros, y de actualizar periódica y permanentemente ese sentido de
pertenencia al grupo. Además de la pertenencia al grupo familiar, estamos constantemente
a la búsqueda de espacios en los que podamos decir nosotros, lo que viene a reforzar la idea
de Agnes Heller sobre comunidades de nuevo tipo, así como el natural rechazo al
aislamiento. Esto puede ser a la vez una prueba de que en la medida en que una persona se
siente parte de algo se siente más realizada.
La división del trabajo es uno de los principios más antiguos de estructura organizativa
dentro de una comunidad, bien sea en formas primitivas, donde el género era su principal
criterio, hasta las elaboradas y especializadas divisiones que existen hoy. Otros principios de
organización pueden ser los límites simbólicos o físicos que definen la comunidad, así como
las creencias y normas que rigen el comportamiento. Una estructura organizativa puede a su
vez albergar toda una serie de sub estructuras, como los partidos políticos, los clubes, las
cooperativas, asociaciones, etc.
En muchos casos estas estructuras pueden ser lo bastante evidentes para ser identificadas,
pero en otros casos el profesional que interviene al grupo tendrá que hacer uso de un agudo
criterio para percibir la forma en que el grupo está estructurado, y en otros casos deberá
proponer algún principio de estructuración para llevar a buen término determinada acción en
con este.
Varios son los autores que a través del tiempo han procurado establecer un principio
clasificador para las formas de organización social, y en especial para las formas de
organización comunitaria. Algunos han utilizado como criterio clasificador el espacio
geográfico, catalogándolas en comunidades rurales y comunidades urbanas. Otros han
utilizado la razón de adherencia al grupo, y las han clasificado como comunidades de hecho
y comunidades de elección. Hay quienes las clasifican según su finalidad, en estructurales,
funcionales o de afinidad. Y finalmente, están quienes se sirven de un criterio topológico
para clasificarlas en localizadas y deslocalizadas. Si bien se han propuesto otras
clasificaciones y otros criterios, creemos que estos cuatro esquemas nos permiten agrupar
buena parte de los tipos de comunidades más conocidos.
El siguiente cuadro resume las principales tipologías para una clasificación de las
comunidades:
Comunidades rurales
Comunidades urbanas
Comunidades de hecho
Comunidades de elección
Según su finalidad:
Comunidades estructurales
Comunidades funcionales
Comunidades de afinidad
Según su topología:
Localizadas
Deslocalizadas
Comunidades de sangre
Comunidades de lugar
Comunidades de espíritu
Comunidades primarias
Comunidades secundarias
Comunidades estacionarias
Comunidades conservadoras
Comunidades retrogradas
Comunidades decadentes
Comunidades progresistas
Esta distinción parte de la idea de que existen dos contextos claramente definidos como el
rural y el urbano. Y que en cada uno existen y se configuran organizaciones sociales que son
determinadas por dichos contextos. Pero hoy no resultan tan claramente definibles estos dos
sectores, debido a que la migración en múltiples casos ha traído a la ciudad tradiciones y
modos de vida del campo, y en muchas zonas rurales se empiezan a perfilar diferentes
aspectos característicos de la ciudad como la concentración del comercio y formas de
ordenamiento territorial urbano. Quizás lo único que sigue permitiéndonos establecer esta
distinción sea el número de habitantes, ya que más de siete mil habitantes son considerados
como un contexto urbano, y menos un contexto rural.
Según Galpin, en una comunidad rural existe una proximidad física, hay unanimidad en las
creencias religiosas, se comparte una misma lengua y códigos -tanto lingüísticos como
éticos y culturales-. Hay relaciones de parentesco, una utilización común de la tierra, se
comparten intereses económicos, existe el mutuo auxilio y se trabaja mancomunadamente.
Según Benjamín Ramírez, en nuestro país las comunidades rurales se dividirían a su vez en
comunidades campesinas y comunidades indígenas. En cuanto a las comunidades
campesinas, podemos decir que están más influenciadas por los centros urbanos que las
comunidades indígenas, ya que establecen constantemente relaciones y comunicaciones con
estos centros. Por ejemplo, muchos de los campesinos que trabajan en una ciudad próxima,
o viajan a vender sus productos, van adquiriendo costumbres de la urbe que luego
introducen en sus comunidades. Las comunidades campesinas son comunidades urbanas en
potencia, pero donde aún existe un vínculo lo suficientemente fuerte, y un número de
habitantes lo suficientemente pequeño como para definir y delimitar el grupo.
Con respecto a las comunidades indígenas, existen también diversos factores en juego, y
pese a las difíciles circunstancias que han debido experimentar desde la conquista hasta
hoy, los pueblos indígenas se resisten a desaparecer, habitando generalmente espacios aun
no copados por comunidades campesinas o urbanas, aunque excepcionalmente se puedan
presentar casos en los que comunidades indígenas comparten territorio con comunidades
campesinas, comunidades campesinas que colonizan territorios indígenas o, más
recientemente, el caso de comunidades indígenas que migran a las grandes ciudades.
Según el censo general del DANE de 2005, en el territorio colombiano habitan 87 pueblos
indígenas, y según la ONIC (Organización Nacional Indígena de Colombia) la cifra es de 102
pueblos, que suman una población total de 1.378.884 personas. De estas, al menos el 80%
habita en 710 resguardos distribuidos en zonas rurales o selváticas del territorio.
Una dificultad para el trabajo con comunidades indígenas tiene que ver con las
especificidades de cada grupo, pues si bien existe una organización que trata políticamente
de congregar sus intereses como la ONIC, existen también determinantes diferencias entre
una comunidad y otra, como son las diferencias de idioma, de costumbres y creencias, de
organización social, de modos de subsistencia y de relación con el territorio.
Muchos de los programas que se llevan a cabo desde el gobierno, las ONG’s u otras
entidades, tienen que ver con garantizar la protección de la vida, la seguridad, la salud y la
educación de las poblaciones indígenas, al mismo tiempo que se adelantan diferentes
esfuerzos por ayudarles a preservar sus tradiciones. Las poblaciones indígenas no están
tampoco exentas del grave problema de desplazamiento, ni de la violación de los derechos
fundamentales que se genera a partir del conflicto armado interno. Pero la mayoría de
iniciativas se deben enfrentar, además de los factores de violencia y desplazamiento
mencionados, con el elemento que paradójicamente se ha encargado de protegerlos, como
es el aislamiento y la ubicación en zonas de difícil acceso. Este hecho dificulta, entre otras
cosas, registros oficiales que permitan canalizar mejor las ayudas gubernamentales, y le
dificultan la labor al profesional, por la intimidad que produce este grado de aislamiento.
Norte
Atlántico Mokana
Sucre Senú,
Noroccidental
Nororiental
Cundinamarca Muisca
Centro occidental
Caldas Cañamomo*, Embera, Embera Chamí,
Embera Katio
Sur occidental
Para empezar, partamos de una primera distinción entre las comunidades que se configuran
en el marco de un contexto urbano, y aquellas rurales que se desplazan hacia un territorio
urbano. Las primeras están constituidas por las personas que nacen en la ciudad, y las
segundas están conformadas por los migrantes. A este respecto, se acostumbra teórica y
operativamente, clasificar las poblaciones de migrantes en los de primera, segunda o tercera
generación. La población a la que hacemos referencia principalmente en este numeral, es a
la de primera generación, es decir el grupo que llega a instalarse en una ciudad, usualmente
en las zonas periféricas, y que manifiestan ciertas características comunes, como por
ejemplo, una interacción con el resto de la ciudadanía que se reduce a lo necesario (trabajo
y en ocasiones estudio) conservando muchas de las tradiciones de sus lugares de origen,
conformando grupos o colonias con fuertes lazos afectivos, entre otras. Estas características
tienden a matizarse más en los migrantes de segunda generación, es decir los hijos de la
primera generación, aunque en ellos es posible aun encontrar características especificas de
la comunidad de la que partieron sus padres. En los migrantes de tercera generación, las
características de la comunidad de origen son prácticamente ausentes, y se pueden
considerar citadinos en todo el sentido de la palabra.
Por otra parte, las comunidades que se gestan en el marco de un territorio urbano, son
demasiado diversas y numerosas como para hacer un inventario de ellas, en especial,
porque muchas son efímeras y no perduran en el tiempo. Pero esto no impide que
propongamos algunos ejemplos y características comunes.
Sin embargo, las formaciones comunitarias más típicas de un contexto urbano son las que
hacen parte del desarrollo de cada individuo a lo largo de su vida, casi siempre de manera
transitoria. Estas son, por ejemplo, las que se construyen en las escuelas y las
universidades, en los gremios, cooperativas y sindicatos. En los grupos juveniles y artísticos,
o en comunidades religiosas, que logran convocar y congregar a poblaciones numerosas. No
podemos dejar de mencionar tampoco, aquellas formas comunitarias que no son bien vistas
en ocasiones por las administraciones y que reciben una connotación negativa, como son los
grupos de la población de la calle, con problemas de indigencia, prostitución y drogadicción.
Allí muchas veces se configuran pequeñas comunidades que no siempre reciben la atención
necesaria.
Comunidades de hecho son aquellas que se nos imponen, en las que nacemos y en las que
somos educados. Comunidades de elección, son aquellas en las que el individuo se adhiere
por voluntad propia. En este sentido, la comunidad tradicional estaría más cerca de la noción
de comunidad de hecho, y las comunidades que se gestan en la sociedad contemporánea, o
la misma sociedad urbana, estarían más cerca de la noción de comunidades de elección.
Sobre el tipo de elección que los individuos hacen para adherirse a alguna forma de
organización social, Durkheim hace una reflexión acerca de la característica de la sociedad
moderna, estableciendo una diferenciación entre lo que llamó “solidaridad mecánica” y
“solidaridad orgánica”, en el mismo sentido que aquí le atribuimos a las comunidades de
hecho y a las comunidades de elección.
Sobre la “solidaridad mecánica”, dirá que se caracteriza por las creencias religiosas. El
término lo toma de la física y de los elementos inorgánicos, donde la cohesión es más fuerte.
La solidaridad mecánica, se puede asociar a las sociedades primitivas y tradicionales, en las
que se puede encontrar una mayor homogeneidad, ya que comparten sus creencias o
“conciencia colectiva”. De igual manera, en este tipo de sociedad, existe el derecho
represivo, en donde si se ataca un miembro de ella, se está atacando a toda la comunidad
(ley del talión). Es un tipo de organización en la que la decisión de pertenecer o no está al
margen de cualquier discusión, porque simplemente se ha nacido inmerso en ella. Por lo
tanto el comportamiento y la solidaridad son más mecánicos.
En este orden de ideas, Max Weber concibe la comunidad como un concepto tipo de la
sociología, tal y como lo es la sociedad. La define como una relación social en la cual el
sentido de la acción que los sujetos definen, y por el cual se orientan, se desarrolla a partir
de un sentimiento de pertenencia a una totalidad. Para éste autor, tanto la comunidad,
como la sociedad, se tornan diferentes entre sí, en la medida en que sus características más
intrínsecas varían de acuerdo al tipo de afiliación, motivación, o elección que se haga, para
pertenecer o no, a una u otra forma de organización. Para Weber, en la comunidad prima la
afectividad como razón de pertenencia al grupo, y sobre las formas de organización más
societal dirá que, el sentido de la relación se orienta por la búsqueda de una recíproca
compensación de intereses.
Estas comunidades no están localizadas en un territorio físico, por lo que no pueden ser
ubicadas como lo podríamos tal vez hacer con otra comunidad en un mapa. Si bien existen
límites, códigos, números de usuarios o miembros, etc., con los que se podrían trazar
algunos límites, estas comunidades son en principio imposibles de dibujar en un plano
bidimensional. En oposición a estas comunidades virtuales y deslocalizadas, estarían todas
las demás, donde el espacio geográfico sigue siendo determinante.
Síntesis
En resumen, los principios clasificatorios aquí propuestos, no son más que guías e
indicaciones sobre algunos criterios que pueden orientar una clasificación, pero no excluyen
las inmensas posibilidades combinatorias, ni la inclusión de nuevos criterios o nuevas
tipologías.
Glosario
Comunidad rural: Es una comunidad donde existe una proximidad física, hay unanimidad
en las creencias religiosas, se comparte una misma lengua y se comparten códigos
lingüísticos, éticos y culturales. También hay relaciones de parentesco, una utilización
común de la tierra, se comparten intereses económicos, existe el mutuo auxilio y se trabaja
mancomunadamente. La densidad poblacional no es tan determinante como en la ciudad,
presentándose una mayor dispersión de las residencias.
Comunidad virtual: Se le llama así a las nuevas configuraciones sociales que tienen el
internet y las nuevas tecnologías como espacio de interacción.
Interacción social: Influencia mutua en la que hay una comunicación y una adaptación del
comportamiento con relación a los demás.
Intimidad de grupo: Es la habilidad del grupo para mantener las vidas y actos de sus
miembros fuera de la vista de otros grupos, controlando el flujo de información y
garantizando algunos aspectos de su seguridad
Bibliografía
Básica
LILLO, Nieves. ROSELLÓ, Elena. Manual para el trabajo social comunitario. Narcea. Madrid.
2004.
Complementaria
AQUIN Nora. ¿Por qué desarrollar la especificidad? En revista Prospectiva Universidad del
Valle No 2. 1995.
Electrónica
SANCHO, Comìns, Josè. El desarrollo rural en una comunidad urbana. Universidad de Alcalà
de Henares. Madrid 25 de septiembre de 2002. Disponible en internet en:
http://www.libroblancoagricultura.com/libroblanco/jautonomica/madrid/ponencias/pdf/sanch
o.pdf
ORTA, Antonio. El aula como espacio de interacción social. Disponible en internet en:
http://www.encuentro-practico.com/pdf08/orta.pdf
ABRIL, Gonzalo. El séptimo día. Notas sobre la comunicación en la era digital Universidad
Complutense de Madrid. Disponible en internet en:
http://www.institucional.us.es/revistas/revistas/comunicacion/pdf/numero%201/art%202.p
df
UNIDAD 3
La intervención surge en diferentes momentos en relación al
problema. Se puede atender un imperativo que ya existe, o se
puede intentar prevenirlo, o ante los hechos consumados se
puede buscar la reconstitución de lo social (…) es pensar en lo
inexistente, en lo posible, en lo deseado.
Nelia Tello
Objetivos de la unidad
Introducción
Estos modelos, sin embargo, no deben interpretarse como marcos cerrados o caminos
exclusivos. Al contrario, nuestro objetivo al presentar un panorama resumido de los
principales modelos de intervención comunitaria, es que el profesional tenga la posibilidad
de combinarlos según sus necesidades específicas, es decir, hacer un uso más flexible de
ellos.
Mapa Conceptual
Modelos de
intervención en
el Trabajo
Social
Comunitario
Modelos Modelos
tradicionales alternativos
Modelo critico-dialectico
Planificación social
Análisis de necesidades
Desarrollo comunitario
Planificación integral
Modelo ecosistémico
Prevención comunitaria
Una confusión habitual es la que se da entre método y técnica, por lo que es oportuno
aclararla. Teniendo claro que el método es una serie de pasos, o un proceso estandarizado,
podemos decir que la técnica es la forma particular o individual como se instrumenta el
método.
Robert Owen fue el precursor de una forma de organización comunitaria que trascendió de la
teoría a la práctica. Él nace en 1771 en la ciudad de Gales, donde llego a poseer una
industria textil con quinientos trabajadores. Es allí precisamente, donde a Owen le asalta la
preocupación por las condiciones laborales y de vida de sus subalternos, proponiéndose
mejorarlas. Y aprovechando su influencia, se pronunció ante el Estado sobre la participación
que éste debía tener en relación a las cuestiones de tipo económico y laboral. Sus ideas le
llevaron a participar en la formulación de diferentes leyes sobre el trabajo, siendo la más
importante la ley de 1819 que regulaba el trabajo infantil.
Owen estaba convencido de que tanto el entorno social en que se desenvolvían los
individuos, como las condiciones ambientales, culturales y económicas, eran determinantes
en su carácter y comportamiento. Y también creía, que todo lo que determinara al individuo
se podía poner al servicio tanto de las empresas como de los mismos trabajadores. De ahí
que conciba unos pueblos ideales de cooperadores, como una respuesta a las grandes
ciudades fabriles de capitalistas, y que eran el punto de referencia social. Basado en los
mismos principios, estimuló de forma abierta la conformación de sindicatos, ya que
consideraba a los trabajadores actores primarios y fundamentales para la conformación y
consolidación del movimiento cooperativo.
El objetivo principal que tenía para sus pueblos de cooperadores, era el de desarrollar un
sentido amplio y permanente de comunidad, en donde se diera la hermandad y se
compartieran las obligaciones, extendiendo este tipo de comunidad hacia toda la sociedad,
con el propósito de suplantar a los grandes capitales, que para Owen eran la causa
primordial para que la comunidad se derrumbara y desapareciera, tal como él la concebía.
Inicialmente, sus ideas tuvieron especial acogida en Escocia, en las empresas hilanderas de
New Lanark, donde se implantaron medidas tendientes al mejoramiento de las condiciones
laborales, como la vivienda y una regulación del horario de los trabajadores. En Inglaterra,
Owen fue el promotor de varios "pueblos de la cooperación" entre 1820 y 1844. En estos,
cada familia que habitaba en uno de los pueblos, tenía una vivienda, de la cual era su
propietaria, y también eran dueños de parte de la herramienta de trabajo.
Luego de mostrar varias de sus ventajas, el modelo de Owen se popularizó entre otras
organizaciones, algunas de las cuales describimos a continuación:
En el año de 1860 surgen las entidades caritativas de Socorro a indigentes, como respuesta
a la situación crítica en que se encontraba la economía, los altos niveles de desempleo y los
brotes de marginalidad en la población inglesa de aquella época. Para subsanar un poco
esta crisis, se crearon varias entidades encargadas de atender las poblaciones en estado de
pobreza extrema. La más conocida y transcendente entre estas fue la Chartity Organization
Society (C.O.S), que da origen a una organización comunitaria de carácter privado, que
ofrecía múltiples alternativas de solución para subsanar la pobreza, a través del trabajo
individual, y con el apoyo de la comunidad.
Para la atención a los casos de necesidad que se iban presentando y que eran acogidos para
su atención por la C.O.S, u otras entidades con similar orientación que se fueron creando en
Inglaterra y Estados Unidos, se aplicaban ocho principios para el desarrollo de la
intervención:
Con base en esta encuesta una comisión adopta los pasos a seguir
Después de la primera Guerra mundial se mejoraron los métodos y técnicas para trabajo
social de éste tipo, al tiempo que se mejoraba la formación de nuevos profesionales en ésta
área del conocimiento, enfatizando en la imparcialidad y la objetividad que el trabajador
social debía tener a la hora de aplicar sus conocimientos en un caso particular, o con las
personas que estuviera asistiendo.
Así, el trabajador social centra su atención en varios tópicos como el individual, el grupal y el
comunitario. Y este último, en particular, a partir de comisiones o juntas, donde se
organizan las actividades que se desprenden de la incidencia de los organismos sociales.
Esto con el fin de optimizar los programas y servicios que se dan en la comunidad.
Por otro lado, de ésta organización surgieron dos formas de pensar el trabajo social:
Estas dos maneras de intervenir crearon una divergencia entre quienes eran visitadores y
proporcionaban una ayuda a nivel individual, y quienes empezaron a promover cambios
significativos para la transformación social a una escala más “macro” o colectiva. Este
segundo planteamiento, llevo a la C.O.S a promover y patrocinar cambios que fueran
viables en el marco de la estructura social, con el objetivo de que a nivel individual, estas
estructuras produjeran efectos menos devastadores. Para ello se promovieron algunos
experimentos con organizaciones de tipo comunitario de diferente tipo y a todo nivel.
Como un intento por la conservación de los valores espirituales y humanos en pleno auge
de la industrialización y el urbanismo, se crea en 1884 en Inglaterra el movimiento de los
Settlement Houses (o movimiento de los establecimientos). Este movimiento fue creado por
el pastor Samuel A. Barnett y su esposa Henrietta Barnett, con el nombre de Toynbee Hall,
en un barrio de la zona oriental de Londres, donde él era párroco, con el objetivo de hacer
un centro para la integración social en donde obreros, estudiantes, ricos y pobres, pudieran
interactuar, aprendiendo y ofreciéndose ayuda mutuamente. Sus principales objetivos eran:
Los Barnett, tenían la convicción que, al trabajar cada caso de manera individual y según su
contexto, se comprendía mejor la influencia que se ejercía por parte del ambiente vecinal, y
esto contribuía a que se pudiera comprender mejor al sujeto de intervención, para poder
resolver su problema. Creían que las fortalezas de las personas podían ser más cuando eran
trabajadas dentro de un grupo, creando objetivos comunes, al igual que propósitos en donde
el compañerismo y la camaradería fueran fuente de cooperación para las personas, en un
ambiente que se prestaba para la pluralidad de la participación y el confort de los sentidos.
Este modelo sería así adoptado por otros Settlements, tanto en otros lugares del mismo
oeste de Londres, como en otras ciudades y países.
Este modelo estaría orientado a la resolución de problemas, y el rol del trabajador social
consistiría en ser un gestor, un analista y un implementador de programas, de manera
técnica y racional, sin participación activa de la comunidad. Los resultados de este tipo de
intervención generalmente son bienes y servicios para los grupos más necesitados, y tiene
un mayor ámbito de aplicación en problemáticas urbanas que rurales. Una de las mayores
debilidades de este modelo, es que ante la falta de participación de la comunidad, se exige
un mayor y más costoso esfuerzo técnico por parte de los profesionales y las instituciones.
Este modelo, sin embargo, no lo debemos confundir con el de planificación integral, que si
contempla un alto grado de participación de la comunidad.
Así, para 1956, las Naciones Unidas redactan el texto Desarrollo de la comunidad y servicios
conexos, que pronto se convierte en un documento obligado y de referencia para las
iniciativas de desarrollo comunitario en diferentes latitudes. Según este documento, el
desarrollo comunitario es:
El conjunto de los procedimientos por los cuales los habitantes de un país unen
sus esfuerzos a los de los poderes públicos para mejorar la situación económica,
social y cultural de las colectividades; para asociar estas colectividades a la vida
de la nación y así contribuir sin reservas al programa del país4.
Como se puede ver, aquí “desarrollo” abarca un espectro mayor al simple desarrollo
económico, social o cultural, para tratar de ser un medio de mejorar integral y
simultáneamente todos estos ámbitos. Es precisamente este propósito de integrar diferentes
actores, de integrar los conceptos “desarrollo” y “comunidad” –que incluso separadamente
son ya lo bastante amplios- lo que motiva y demanda la articulación de diversas disciplinas y
sectores, ya que tal pretensión supera el campo de acción del Trabajo social y de cualquier
otra disciplina de las ciencias sociales. Ahora bien, al tiempo que el desarrollo comunitario va
tomando fuerza en discursos de diverso orden, va surgiendo también la noción de
subdesarrollo, que es involucrada inicialmente por los economistas para describir la relación
entre la renta per cápita de países “modelo” o industrializados, y los países jóvenes o los
que no tienen una renta similar. Pero luego la noción de subdesarrollo va a ser utilizada
indistintamente a diferentes aspectos y ámbitos.
Por estas y otras razones, tanto el modelo de desarrollo comunitario, como los de
planificación u organización comunitaria, han adquirido en nuestros días el calificativo de
4
Naciones Unidas, Desarrollo de la Comunidad y Servicios Conexos. Naciones Unidas,
Departamento de Asuntos Económicos y Sociales, Nueva York, 1960.
DESARROLLO DE
ORGANIZACIÓN O PLANIFICACION
MODELOS LA COMUNIDAD
ACCION SOCIAL SOCIAL
Centrados en el Centrados en la Centrados en el
Objetivos proceso y en la tarea proceso
tarea
Concibe a los usuarios Los clientes son Considera a los
como víctimas. Los considerados como clientes como
líderes de la receptores de ciudadanos,
comunidad determinan servicios, son activos participantes activos
Concepto de
los objetivos y las consumidores, pero no en un proceso
población y papel
formas de actuación. participan en la interactivo entre ellos
asignado a los determinación de la y el profesional.
miembros de la política y de la acción.
comunidad
Ve a la comunidad La comunidad es vista Es considerada como
como una jerarquía de como organizada y una unidad geográfica,
Estructura de la privilegios y de poder, con problemas eclipsada respecto al
como islas de particulares que sólo resto de la sociedad,
comunidad y sus
población oprimida, le afectan a ella. como aislada.
problemas
sufriendo injusticia
social.
Es considerada como Está presente como Es considerada dentro
un objetivo externo de patrocinador o de la comunidad que
acción, como controlador del lo comprende todo, los
oposicional y opresora profesional. Los miembros de la
Orientación hacia
hacia el grupo de técnicos y las estructura son
la estructura de
clientes. instituciones no son considerados como
poder percibidas por la colaboradores de una
comunidad como empresa en común.
integrantes de ella
Activista. Experto. Capacitador y
Papel de los facilitador.
profesionales y
medios de cambio
Los llamados modelos alternativos para la intervención social comunitaria son difícilmente
agrupables en una sola categoría, en virtud de sus fines, naturaleza y denominación, sin
embargo, pueden ser caracterizados de acuerdo a las diferencias que presentan con relación
a los tradicionales, o bien a partir de sus fines específicos. A continuación presentamos
varios de estos modelos alternativos, que el profesional de trabajo social está llamado a
conocer, con el fin de obtener herramientas que le permitan adoptar las mejores opciones a
la hora de hacer una intervención en comunidad, según los objetivos y recursos de que se
Según José Arocena, desarrollo local es todo esfuerzo colectivo en el marco de un territorio,
que opera desde lo local y se sustenta en la participación democrática. En relación a los
modelos tradicionales, el desarrollo local perseguiría el cambio en la comunidad de una
manera más eficaz, al implicar un mayor número de actores e intereses en la definición de
objetivos y en la ejecución de las acciones.
Algunas características del modelo de desarrollo local son: Una noción del territorio más
sistémica y fluida, un apoyo administrativo a las iniciativas, equipos interdisciplinarios,
participación activa de la comunidad, articulación del sector público y privado, y líderes o
gestores bien formados, entre otras.
Este modelo, que nace en los años 70, integra diversas disciplinas como la sociología, la
filosofía y la educación. Sobre él existen múltiples definiciones, coincidiendo todas ellas en
plantear el problema desde el escenario que se quiere transformar, es decir, desde las
condiciones particulares o rasgos esenciales que caracterizan una comunidad. Está inspirado
en el paradigma dialéctico, procedente de la filosófica marxista, y está enfocado en la
transformación de la realidad comunitaria sobre la cual se actúa.
Investigación
La intervención que se hace con éste modelo, es básicamente la que busca una
transformación social con la ayuda y la participación activa de la comunidad, es reflexionar
sobre la realidad para poder intervenir con mayor eficacia en ella.
Con la idea de que no sólo se investiga para conocer, este modelo aporta al trabajador social
la posibilidad de acercase de forma metódica a la comunidad, validando sus intereses y
ayudándole en la consecución de sus objetivos. La IAP opera desde adentro, es decir, se
parte de la comunidad misma, la cual expone sus problemas y necesidades a los expertos,
quienes son una guía para que se dé una efectiva participación conducente a la acción
transformadora. La idea es que la misma comunidad sea la autogestora del proceso,
apropiándose de él y teniendo un control operativo de la investigación, de la cual es sujeto y
objeto al mismo tiempo.
La IAP plantea la investigación como una forma de intervenir en la realidad de los sujetos.
Además, sus objetivos van encaminados hacia una participación activa de las comunidades,
en donde se dan consensos, se aprende del otro y de sus necesidades, y se fomentan
relaciones en el orden de lo comunicativo para abordar temas de interés común.
Éste modelo es más extendido desde el punto de vista metodológico. Su objetivo principal es
acordar la intervención según las necesidades de la comunidad. Su proceder se centra
principalmente en la planificación y propone para esto algunas fases, las cuales se
constituyen en un eje dinamizador de un proceso sistémico, en donde la situación –
problema se debe presentar de manera clara. Las fases son:
Así, el análisis de las necesidades de una comunidad comprende el conocer de forma global
y a la vez especifica la situación–problema que presenta la comunidad, con el fin de poder
planificar correctamente la intervención que se desea hacer. El papel del profesional frente a
este tipo de intervención, es el de diseñar e implementar de forma rigurosa y contextuada
un sistema de acción eficaz, que responda a las necesidades tanto de los individuos, como
de la comunidad en general. Aquí el eje central son las necesidades, y del análisis e
interpretación que se haga de la información, se diseñarán los mecanismos que conlleven a
que éstas puedan ser satisfechas de la mejor forma posible.
El papel del trabajador social, es en este caso, el de diseñar un proyecto amplio que cobije
tanto al sector público como al privado, en aras de hacer una intervención acertada, y con
los recursos necesarios, que ayude a la comunidad a alcanzar un mejor bienestar. Para esto
es indispensable que se tengan en cuenta los principios de globalidad, integración,
participación y coordinación entre todos los participantes, para que pueda darse una
Las iniciativas propuestas desde éste modelo están encaminadas al diseño de estrategias de
articulación y sinergia de todos los actores y agentes sociales implicados, lo que conlleva a
un consenso en cuanto a intereses y metas, estas últimas casi siempre definidas a largo
plazo, lo que deviene a su vez en procesos de promoción constante en el ámbito local,
regional, nacional e internacional.
De otro lado, éste autor concibe el ambiente como un cúmulo de estructuras seriadas, es
decir, un conjunto de niveles en donde los que se encuentran más internos están
conformados por los entornos inmediatos que contienen a los sujetos llamados
microsistemas (la familia, el trabajo, la escuela, la vecindad, etc.). En el siguiente nivel se
sitúan las relaciones que se producen en el microsistema, llamado mesosistema. En el tercer
nivel esta el exosistema, que es donde se sitúan los entornos externos, es decir, por los que
los sujetos no están directamente influenciados. El cuarto nivel está conformado por los
factores socioeconómicos y culturales de tipo macrosocial, constituyendo así el
macrosistema.
EXOSISTEMA Creencias
Costumbres Iglesia
FAMILIA ESCUELA
Club Costumbres
deportivo Imperantes
Municipalidad
AMIGOS
Trabajo
Mesosistema Junta de
Vecinos
Sistema de
Salud
Amigos Clase social
de la
familia
Tradiciones Valores
Normas y/o Sistema
Ideologías Pautas Culturales político Ideologías
económico
CRONOSISTEMA
Patrones de eventos y transiciones ambiéntales que ocurren durante
la vida, tomando en consideración las influencias
sociohistóricas en el desarrollo.
Tomado de http://www.freewebs.com/portaltrabajosocial/modelosdeintervents.htm
éste sistema de cosas. Esto ofrece las bases para que el trabajo que se haga en
intervención a nivel individual, familiar, grupal y comunitario pueda basarse en las redes
sociales en las que se vinculan más de dos personas, con el fin de alcanzar un objetivo
común, estableciendo vínculos y lazos importantes.
El modelo ecosistémico que acabamos de ver, ha servido también como uno de los
fundamentos de otro modelo bastante reciente, como es el de prevención comunitaria, que
solo hasta los años 90 ha podido consolidarse como un modelo de intervención. Este modelo
ha concentrado básicamente sus esfuerzos en ocuparse de prevención de la drogadicción y
el alcoholismo, y sobre estos asuntos, ha construido buena parte de su acervo conceptual y
metodológico, sirviéndose a menudo de otros modelos, como el ecosistémico, que le
permiten, por ejemplo, comprobar la influencia del medio en la adicción a las drogas o el
alcohol.
Entre los principales factores de riesgo para una comunidad que puedan favorecer el
consumo y la adicción, se encuentran, por ejemplo: la desorganización de la comunidad, una
alta movilidad de la misma y una disponibilidad de las sustancias. Por otra parte, los
principales factores de protección serían: un vínculo afectivo en la comunidad y
disponibilidad de apoyo y recursos (Marcos. 1998). Y tanto eliminar los primeros factores,
como potenciar los segundos, exige del concurso activo de la comunidad. Sin esta
participación, ninguna iniciativa en materia de prevención alcanzará fácilmente a verse
desarrollada.
Su énfasis se da en la transformación de la
realidad. Se aplica mediante la
Crítico-dialéctico Investigación Acción Participativa (IAP).
Su objetivo es la consecución de la
cooperación entre las organizaciones tanto
Planificación integral públicas como privadas, para potenciar los
recursos de la comunidad y asegurar el
bienestar de la misma.
Síntesis
Existe una variedad importante de modelos de intervención social comunitaria, sobre los
cuales el estudiante debe tener un profundo conocimiento. Pero tal variedad y abundancia
de modelos no debe desanimar al estudiante, al contrario, el conocimiento de estos implica
mayores recursos teóricos y metodológicos a la hora de intervenir una comunidad. Incluso
aquellos modelos que parecieran haber entrado en desuso, deben ser bien estudiados, con el
fin de comprender las limitantes que los han hecho menos eficaces que otros. Todo esto
permite que el trabajador social tenga unos marcos de referencia más flexibles y adaptables
a las cambiantes circunstancias sociales y comunitarias. Aquí, un modelo es comprendido
como tal, es decir, como un patrón que nos puede orientar, pero en ningún caso determinar
el desarrollo del trabajo. Por tal motivo, conocer diferentes modelos nos permite poder
orientar de diferentes formas una intervención, incluso de manera inédita, ya que podemos
tomar elementos de uno u otro según las necesidades especificas que debamos enfrentar.
Finalmente, si tuviéramos que extraer un rasgo común y recurrente a todos los modelos
aquí expuestos, diríamos que a excepción tal vez de la planeación social, en todos los
demás es fundamental la participación de la comunidad. El grado de participación y la forma
particular de producirse depende del modelo, o modelos escogidos, pero es claro que tal
participación, junto con el acompañamiento técnico del profesional, se convierte en requisito
fundamental de cualquier plan de intervención, sin significar esto que sea garantía de éxito.
Glosario
Charity Organization Society: Fue una de las organizaciones de caridad más conocidas.
Estas organizaciones se ocupaban principalmente de las personas en situación de indigencia.
Ecosistémico: Modelo que tiene en cuenta simultáneamente el entorno y las relaciones que
se tejen en el.
Bibliografía
Básica
ROBERTIS, Cristina et al. La intervención colectiva en trabajo social: la acción con grupos y
comunidades. Argentina: Lumen-Hvmanitas. 2007.
FALS BORDA, Orlando. El problema de cómo investigar la realidad para transformarla: por
la praxis. Bogotá: Tercer Mundo. 1986
FALS BORDA, Orlando. Orígenes universales y retos actuales de la IAP. Análisis Político.
Santafé de Bogotá. No. 038, Sep.- Dic. 1999: p. 73-89
Complementaria
LEON JARIEGO, José Carlos. Déficits sociales, servicios sociales e intervención comunitaria.
R T S Revista de Treball Social .Barcelona. No. 171, Sep. 2003: p. 6-16
MATUS, Teresa. La intervención social como gramática. Revista de Trabajo Social PUC n° 72
Santiago. 2004.
Electrónica
UNIDAD 4
Un proceso de intervención es una composición
polifónica en que se entrelazan contradictoriamente
diversas melodías semánticas.
Michael Halliday
Objetivos de la unidad
Introducción
Pero para acometer esta tarea tienen que darse o generarse algunas condiciones, de las
cuales dos de las más importantes serian: 1) el escenario, es decir el espacio que permite
las interacciones necesarias entre la comunidad, entre los profesionales, y entre la
comunidad y los profesionales. 2) seguir una serie de pasos o fases, porque si algo no tiene
cabida en un proceso de intervención es la improvisación. Allí se debe aplicar un
conocimiento científico, validado, validable y recuperable. Esta unidad pretende entonces
familiarizar al estudiante con el proceso de intervención de una manera teórica, mostrándole
de forma general los principales componentes del proceso.
Mapa conceptual
Cuando hablamos aquí de escenario, no nos referimos únicamente a un espacio físico, sino
también a todas las condiciones, actitudes y aptitudes que generan el ambiente propicio
para la intervención. Siendo lo más común no encontrar el escenario óptimo, el profesional
deberá entonces construirlo, basado en su saber y experiencia, y sustentado en sólidas
bases epistemológicas. El escenario debe dar cabida a la diversidad social de actitudes y
opiniones que componen el grupo, debe permitir la confrontación de ideas, y debe
contemplar todos los niveles del contexto social implicado. Todo esto, hace que el escenario
social donde se desarrolla la intervención, sea un espacio turbulento y complejo, pero es
uno de los requisitos fundamentales para una intervención exitosa.
Las necesidades de la comunidad pueden ser concebidas desde dos puntos de vista opuestos
pero complementarios. Uno es de tipo lineal, posee cierta connotación negativa, y define las
necesidades como carencia de algo. El otro es concebirlas como posibilidades y
potencialidades que pueden movilizar a la población, es decir, dándoles una connotación
positiva. A menudo, la primera postura es la asumida por la escuela más clásica y por la
comunidad. La segunda es la que comporta el profesional actual.
5
TELLO, Nelia. Apuntes de Trabajo Social. Trabajo Social, disciplina del conocimiento. Universidad Nacional Autónoma de México Escuela
Nacional de Trabajo Social
De subsistencia,
Identidad
Libertad
Ocio recreación y tiempo libre
Participación
Entendimiento
Creación
Afecto
Protección y seguridad
Sin embargo, la identificación de las necesidades es tan solo una parte del problema. Otra
noción que entra en juego y que reviste gran importancia a la hora de intervenir una
comunidad es la de “satisfactor” que, como su nombre lo indica, es aquel elemento que
puede satisfacer la necesidad. Los satisfactores pueden asumir diversas formas como,
bienes, servicios, modelos, organizaciones, espacios, etc., Es decir que pueden ser tanto
materiales como inmateriales. Una acertada identificación de los satisfactores permitirá el
diseño y el desarrollo de diversas estrategias de intervención. Según la teoría de Max Neef,
estos pueden ser caracterizados de la siguiente manera:
Satisfactores Características
Violadores o A mediano plazo aniquilan la posibilidad
destructores de su satisfacción y, por sus efectos
colaterales, impiden la satisfacción de
otros, son impuestos. Ej. Censura.
Pseudo-satisfactores Producen una falsa sensación de
satisfacción, pueden aniquilar la
necesidad que pretenden satisfacer. Son
inducidos. Ej. Sobreexplotación de
recursos ambientales.
Inhibidores Sobresatisfacen, pero dificultan la
posibilidad de satisfacer otras
necesidades. Están ritualizados. Ej. Aula
autoritaria.
Sinérgicos o Satisfacen a una y estimulan y
sistémicos contribuyen a la satisfacción simultánea
de otras. . Ej. Lactancia materna.
Singulares Apuntan a la satisfacción de una sola
necesidad, siendo neutros de otras. Ej.
Planes alimentarios.
Ahora bien, si no se deben confundir las necesidades con los satisfactores, mucho menos
debemos confundir estos con los recursos, que son otro elemento importante a la hora de
trabajar con necesidades. Una diferencia fundamental, es que tanto las necesidades como
los satisfactores pueden ser ilimitados, mientras los recursos siempre son limitados. Estos
los podemos clasificar de la siguiente manera:
Tangibles
Intangibles
Humanos
1.2.3 El liderazgo.
El liderazgo es una función de las organizaciones y producto de las necesidades. Esto es así,
porque las polifonías resultan a menudo confusas, lo que obliga a que la vocería este
localizada o centralizada para optimizar la claridad del mensaje que se quiere expresar
colectivamente. Es decir, el líder no es el resultado solamente de características personales e
individuales, sino de características observadas por el grupo, a partir de relaciones
funcionales. Por lo tanto, alguien que es un gran líder en un contexto, puede no serlo en
otro que implique otras relaciones funcionales.
En un sentido general, el medio ambiente es todo aquello que nos rodea, pero aquí lo
entendemos como aquel espacio histórico, cultural, económico y social, en el cual se
interrelacionan actores sociales. Generalmente, el tipo de relaciones que allí se dan son de
poder, de intercambio, de negociación y de conflicto, pero el medio ambiente también se
caracteriza por la posibilidad de cambio a partir de la influencia activa de los líderes
existentes. Es decir que no se trata de un espacio estático, sino de un espacio dinámico y en
constante transformación. El modelo ecosistémico, como se vio más arriba, se concentra en
la influencia del medio en las condiciones y comportamientos.
Cada fase tiene un objetivo concreto y específico, así como algunas recomendaciones para
su desarrollo e implementación. Pero este desarrollo no tiene que darse necesariamente de
forma secuencial y lineal, ya que algunas de estas se pueden desarrollar simultáneamente.
Las fases que desarrollaremos en este capítulo son las siguientes:
Diagnostico de la comunidad
Caracterización del grupo de trabajo
Evaluación de las necesidades del grupo
Diseño y planificación de la intervención
Evaluación inicial
Ejecución e implementación
Evaluación final
Socialización
Etimológicamente el termino diagnóstico significa “apto para conocer” o, como dice María del
Pilar Morí, “conocer a través” o “conocer por medio de” (Morí. 2008). Cuando hablamos de
diagnóstico de la comunidad en el trabajo social comunitario, hablamos del procedimiento
por el cual se puede hacer la caracterización de una situación o de un grupo, a través del
análisis de factores sociales. El objetivo del diagnóstico es contextualizar a la comunidad, lo
que se logra identificando las características demográficas, culturales y comportamentales,
así como las necesidades y los recursos, y de una acertada identificación de estas
características va a depender la posterior formulación de propuestas de manera adecuada.
coincidencia de reacciones tiene lugar, lo que nos debe preparar para los posibles conflictos
que puedan presentarse.
Objetivos: estos deben responder al para que, es decir, explicar el destino o los
efectos o logros que se pretenden alcanzar.
Metas: las metas son logros susceptibles de cuantificarse, que se pueden por ejemplo
definir a partir de criterios de cantidad y tiempo.
Plan de acción: contempla cuantas y cuáles serán las sesiones de trabajo que se
desarrollaran durante la intervención. Cada una de estas sesiones debe estar
estructurada a partir de algún esquema que contenga, como mínimo, una descripción
de la actividad, el objetivo, el tiempo y el procedimiento a seguir.
Consiste en definir una línea de base, expresada a través de una serie de indicadores. Es el
punto solido de partida, es decir que se trata de definir la información, elementos y recursos
con los que se inicia el proceso. Si se carece de la línea de base, será difícil alcanzar los
objetivos, y mucho menos medir el impacto de la intervención posteriormente.
Esta fase consiste en desarrollar todo lo que en las fases anteriores se había preparado y
programado. Sin embargo, se debe tener cuidado de no efectuar este desarrollo de una
manera excesivamente mecánica, porque se debe estar alerta a posibles complicaciones, y
estar presto a realizar cualquier ajuste que se requiera. Durante la ejecución es también
importante llevar a cabo un muy completo registro anecdótico, que se convertirá en insumo
a la hora de verificar los indicadores.
Una vez desarrolladas todas las acciones previstas, lo que se intenta en esta fase es
básicamente medir el impacto y la eficacia del programa, a partir de los objetivos y metas
que se habían formulado. Es verificar que el esfuerzo realizado si logro el cambio esperado.
Síntesis
Tener claras las categorías, conceptos, modelos y referentes metodológicos, no es más que
una parte de lo requerido. El otro elemento lo desarrollará el trabajador social en la práctica,
lo que le generará otro conocimiento de tipo práctico. Sin embargo, el proceso descrito en
esta unidad, le servirá al trabajador social para ubicarse más rápidamente en un escenario
de intervención, saber cuál es su papel, y el orden y objeto de las acciones que debe
emprender.
Glosario
Escenario de intervención: Espacio que reúne todas las condiciones, actitudes y aptitudes
que generan el ambiente propicio para la intervención.
Satisfactor: Elemento que puede satisfacer la necesidad. Los satisfactores pueden asumir
diversas formas como, bienes, servicios, modelos, organizaciones, espacios, etc.
Bibliografía
Básica
TELLO, Nelia. Apuntes de Trabajo Social. Trabajo Social, disciplina del conocimiento.
Universidad Nacional Autónoma de México Escuela Nacional de Trabajo Social
Complementaria
HALLIDAY, Michael. El lenguaje como semiótica social. La interpretación social del lenguaje y
del Significado. Fondo de Cultura Económica. Colombia, 1998.
ROBERTIS, Cristina et al. La intervención colectiva en trabajo social: la acción con grupos y
comunidades. Argentina: Lumen-Hvmanitas. 2007.
Electrónica
MORI SÁNCHEZ, María del Pilar. UNA Propuesta Metodológica para la Intervención
Comunitaria. Universidad de San Martín de Porres. Disponible en internet en:
http://www.scielo.org.pe/pdf/liber/v14n14/a10v14n14.pdf
MADARIAGA OROZCO, Camilo, HOYOS DE LOS RÍOS. Olga Lucía y ABELLO LLANOS
Raimundo. Satisfactores de las necesidades humanas asociado a las redes sociales de
jóvenes escolarizados de la zona sur de la ciudad de Barranquilla. Disponible en internet en:
http://ciruelo.uninorte.edu.co/pdf/invest_desarrollo/6/satisfactores_de_las_necesidades_hu
manas.pdf
GUÍA
DE ACTIVIDADES E INTERACTIVIDADES
Introducción
Las actividades
Autoevaluación
Actividades Unidad 1.
ACTIVIDAD DESCRIPCION
1. Leer de manera consciente los Esta actividad es de carácter
contenidos de ésta unidad y realizar autónomo y se realiza de
las autoevaluación manera individual.
Luego de leer todo el
contenido de la unidad 1,
responda el cuestionario. A
continuación verifique las
respuestas.
2. Escribir un resumen de dos páginas, El estudiante después de leer
que sintetice los principales cambios en forma rigurosa el
que ha experimentado la noción de contenido de la unidad 1, y
comunidad a través de la historia. los documentos propuestos,
desarrollará un resumen
sobre los cambios que ha
sufrido el concepto de
comunidad, y sus aspectos
más relevantes en mínimo
dos páginas. Luego enviará el
trabajo al tutor vía correo
electrónico
3. Consultar en la web las siguientes El estudiante con su grupo
expresiones y reflexionar sobre el que colaborativo consultará sobre
hacer de su profesión: las expresiones propuestas,
las relacionaran con el qué
Actitud asociativa hacer de su profesión, y
Actitud disociativa. luego escribirán una reflexión
Actitud restrictiva. en dos hojas, que enviaran
Control social. por correo tanto al profesor
Interacción social. como a la totalidad del grupo,
para generar una
retroalimentación
Autoevaluación
Marque con x las características de la comunidad que eligió. Recuerde que una
comunidad puede compartir varias de estas características.
Tipo de comunidad
Según su ubicación geográfica Rural
Urbana
Deslocalizada
De elección
Funcional
Afinidad
Actividades Unidad 2
HORAS DE
ACTIVIDAD DESCRIPCION DIDICACION
DEL
ESTUDIANTE
1. Realice la autoevaluación -Piense primero en Las que el tutor
varias comunidades y disponga
haga repetidas veces
el ejercicio mental de
clasificarlas a partir
de la tabla propuesta.
Luego elija una y
llene el cuadro.
2. Escritura de un texto en donde se -El estudiante hará Las que el tutor
reflexione a cerca del las diferentes una reflexión acerca disponga
comunidades de las que pueda hacer de su contexto como
parte el estudiante individuo que
pertenece a una
sociedad. Esta
reflexión deberá
contener los
diferentes tipos de
comunidades de las
que el estudiante
considere que hace
parte y la forma como
se adhirió a éstas; si
fue de hecho o de
elección. Su escrito
será mínimo de dos
páginas y lo enviará
tanto a su grupo
colaborativo, como al
profesor del curso;
por medio del correo
electrónico.
Actividades Unidad 3
Las interactividades
INTERACTIVIDAD DESCRIPCION
1. Creación y apropiación conjunta de una -En la primera clase presencial se
base de datos de los correos hará una presentación inicial de
electrónicos de los compañeros de todos los integrantes del curso y de
curso y del tutor. sus correos electrónicos con el fin
de poder tener una comunicación
fluida y continua con todos y cada
uno de estudiantes y del tutor.
2. Creación de un grupo colaborativo -Los estudiantes basados en un
previo conocimiento de sus
compañeros de curso, y según sus
orientaciones y expectativas de
aprendizaje, conformarán un grupo
colaborativo de máximo cinco
personas, con el fin de realizar los
trabajos y actividades que se vayan
presentando en el desarrollo del
curso.
3. Postulación de preguntas en el foro. -Se postularán varias preguntas
finalizado el contenido de cada
unidad. Estas estarán colgadas en
el foro con el propósito de que
todos los estudiantes puedan
debatir acerca de las mismas. El
tutor podrá evaluar el grado de
participación de cada uno de los
estudiantes mediante seguimiento
al foro por unidad de contenido del
curso.
4. El estudiante escribirá una reflexión -Finalizado el foro por unidad
corta sobre la temática de mayor temática, el estudiante hará un
debate en el foro. pequeño escrito, máximo de dos
páginas, en donde haga una
reflexión de las discusiones
presentadas en dicho foro. Este
escrito deberá compartirlo con su