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Las lesiones penetrantes del globo ocular son aquellas originadas por un traumatismo
ocular producido con un objeto filoso que ocasiona una laceración de espesor total en la
pared ocular y donde se observa la evidencia de un orificio de entrada. El examen físico
debe ser realizado por un oftalmólogo, con anestesia general y en el salón de operaciones.
El uso de anestesias retrobulbares o perioculares provoca un aumento de la presión orbitaria
y la posible salida de contenido intraocular a través de la rotura ocular. En caso necesario se
puede realizar el ultrasonido ocular.
El tratamiento implica:
Las pequeñas laceraciones corneales con cámara anterior formada pueden no requerir
sutura. Es recomendable el uso de una lente terapéutica.
Las heridas esclerales son igualmente suturadas con material no absorbible. En caso de
prolapso de tejido intraocular, es de vital importancia su recolocación, así como cortar el
vítreo prolapsado en la herida.
Cuando exista una laceración mixta (corneoescleral) se comienza a suturar a nivel del
limbo esclerocorneal.
Son heridas con puerta de entrada y de salida, también llamadas de doble penetración del
globo ocular, en las que generalmente un cuerpo extraño ha atravesado la cavidad ocular.
Después de una perforación del globo ocular, se produce una contracción extensa del vítreo
en el trayecto que ha seguido el cuerpo extraño. Esta contracción se continúa con
crecimiento fibroblástico y proliferación a lo largo del trayecto vítreo. Tales alteraciones
pueden desembocar en un desprendimiento de retina traccional o en una combinación de
desprendimiento retiniano traccional y regmatógeno.
• Dolor.
• Visión borrosa.
• Hipotonía ocular.
• Alteraciones pupilares.
Se produce como consecuencia del aumento de la presión intraocular de manera súbita, que
provoca que el globo ocular “se rompa” por las zonas de menor resistencia como lo es el
limbo esclerocorneal, alrededor del nervio óptico, a nivel de la inserción de los músculos
extraoculares en la esclera o la córnea en caso de existir antecedentes de cirugías o úlceras.
Analgesia parenteral.
Antibióticos parenterales
El trauma ocular contuso es la agresión al globo ocular proveniente de una fuerza externa
que no rompe la integridad de sus paredes o membranas, pero que afecta la función visual
de forma temporal o permanente.
Hemorragias subconjuntivales.
Hemorragia vítrea.
Desprendimiento de retina.
Ruptura coroidea.
Avulsión del nervio óptico. Se pueden producir diversos grados de tracción del
nervio óptico sobre el anillo escleral posterior.
Algunas de estas lesiones pueden manifestarse días después del trauma, como es el caso de
la catarata, el desprendimiento de retina y la atrofia del nervio óptico.
Tratamiento. La primera pauta del tratamiento debe ser aliviar el dolor con analgésicos
orales o parenterales y anestésico tópico.