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Todas las doctrinas que conciernen a la salvación

tienen su plataforma en el sacrificio del Señor


Jesucristo en la cruz.
De allí mana la vida para todos los salvos.
Las doctrinas se conocen también como la
disciplina del evangelio, que a su vez están
representadas como las cuerdas del amor de
Dios para traer a los perdidos, los perfeccionan
para la salvación que es por la fe en cristo Jesús.
La sangre de Cristo: Esta doctrina tiene varias
connotaciones para el cristiano: Nos limpia de todo
pecado, 1. Juan 1:7; asimismo, enjuagará nuestras
conciencias. Hebreos 9:14,22; “¿cuánto más la sangre
de Cristo, el cual mediante el Espíritu eterno se ofreció a
sí mismo sin mancha a Dios, limpiará vuestras
conciencias de obras muertas para que sirváis al Dios
vivo?” y a su vez, por ella fuimos comprados, redimidos.
1. Pedro 1:18-21.
La redención – (Liberación)

Esta doctrina se inclina a redimir o librar a alguien a


través de una compra. “Porque habéis sido comprados
por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y
en vuestro espíritu, los cuales son de Dios”. 1 Corintios
6:20. “Más por él estáis vosotros en Cristo Jesús, el cual
nos ha sido hecho por Dios sabiduría, justificación,
santificación y redención”. 1. Corintios 1:30.
La reconciliación – (Mediación o arreglo)
Esta doctrina se enfoca hacía varias insinuaciones:
Viene de “Dios hacia el hombre”; luego, fue
asignada a los creyentes “como un ministerio” 2.
Corintios 5:18; “Y todo esto proviene de Dios, quien
nos reconcilió consigo mismo por Cristo, y nos dio el
ministerio de la reconciliación”; y a su vez, para
ponerla en ejercicio en disgustos entre hermanos.
Mateo 5:24.
La substitución - Reemplazo
Esta doctrina establece que otro tomó mi lugar y sufrió por mí.
Un paradigma emocional para Isaac, “Luego Abraham levantó
la mirada y vio un cordero enredado por los cuernos en un
arbusto. Así que fue, lo agarró y lo ofreció como sacrificio a
cambio de su hijo”. Génesis 22:13.
Otro paradigma emocional para nosotros “Y respondió
Abraham: Dios se proveerá de cordero para el holocausto, hijo
mío”. Génesis 22:8. “Quien llevó él mismo nuestros pecados en
su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos
a los pecados, vivamos a la justicia; y por cuya herida fuisteis
sanados”. 1. Pedro 2:24.
La justificación – (descargo o alegato)
Esta doctrina es un término jurídico la cual se aplica para desvirtuar un
cargo judicial a un reo por haber cometido una acción
condenable. “Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios
por medio de nuestro Señor Jesucristo”; Romanos 5:1.
En teología la justificación, significa “la operación de hacer de un
pecador un justo ante Dios”. Esto quiere decir, cuando el hombre
pecador admite para sí, el sacrificio de Jesucristo en la cruz del
calvario, Dios lo declara justo o justificado; por lo que dice “Al que no
conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros
fuésemos hechos justicia de Dios en él”. 2. Corintios 5:21. Para decir
verdad es que somos culpable pero Dios nos ha declarado justos por el
sacrificio de su “hijo”.
La remisión – (Perdón o indulto)
Es una doctrina que tiene un término eclesial. El hombre culpable al colocar
las manos al cordero inocente, la culpabilidad del hombre pasa al cordero, y
la inocencia del cordero pasa al hombre culpable. Por ello el cordero tenía
que morir por la culpabilidad transmitida. La remisión según Hebreos todo es
purificado, según la ley, con sangre; y sin derramamiento de sangre no se
hace remisión. Hebreos 9:22.
En el antiguo testamento, se determinaba que para que hubiera expiación
se tenía que buscar un macho cabrío para que el culpable colocara sus
manos sobre él y luego ser mandado a las lejanías, al desierto con los
pecados cometidos, es decir los pecados serían desterrados. Levítico 16, en
este sentido la palabra remisión expresa el hecho de retornar algo a su
origen nativo o de enviarlo muy lejos.
“El tendrá misericordia de nosotros; él sujetará nuestras iniquidades, y echará
en los profundos de la mar todos nuestros pecados”. Miqueas 7:19.
La expiación (Reparación – Compensación)
De esta doctrina se ha comentado que la expiación es la expulsión de la
culpa a través de un tercero. El culpable queda absuelto de cualquier pena
por medio de una cosa, animal u otra persona. Comenta la mitología griega,
que este término se desprende del concepto pagano, propiciar quería decir
favorecer a una deidad ofendida a través de una ofrenda con el fin de
evitar su ira y venganza. En Teología da la idea fundamental de restablecer
la armonía perdida con algo o alguien que desviara el castigo eterno. La
muerte de Cristo nos enseña claramente que fue suficiente para aplacar o
desviar la ira de Dios sobre el mundo perdido.
Según Pedro 1:20; Apocalipsis 13:8. Cristo con carácter expiatorio fue previsto
desde la eternidad, fue anunciado escatológicamente para sufrir por
nosotros en la cruz del calvario. “Por lo cual debía ser en todo semejante a
sus hermanos, para venir a ser misericordioso y fiel sumo sacerdote en lo que
a Dios se refiere, para expiar los pecados del pueblo”. Hebreos 2:17.
La propiciación – (Sacrificio o aplacamiento)
Este término en griego se inclina a lo que se propicia; es
decir, lo que interviene con los obstáculos e
inconvenientes entre dos seres; en teología, Jesucristo se
interpuso al perfil de la irritación de Dios por el pecado.
Esto quiere decir que, el Señor soportó todo el peso de la
ira de Dios en la cruz, por los pecados de la raza humana.
El justo pagando por los injustos.
Al recibir la ira de Dios en su cuerpo en el madero, desvió
la ira de Dios de la humanidad y de aquí se desprende
tres alternativas:
1.- Fue flagelado (Mortifificado), sufrió llevando la cruz, para
satisfacer la rectitud y la justicia de Dios que había sido ofendida.
2.- Murió para apartar esa ira de sobre aquellos que iban a creer
en él a través del evangelio.
3.- Fue crucificado públicamente como propiciación. Este solo
suceso lo declara como el sumo sacerdote intercediendo a favor
de otros, y a su vez como el cordero que, por su sacrificio, nos
indemnizó de una vez por todas a la justicia y a la santidad de
Dios. Por ello Juan apostilla en 1. Juan 2:2. “Y él es la propiciación
por nuestros pecados; y no solamente por los nuestros, sino
también por los de todo el mundo”.
9.- El perdón de pecados (Bautismo en agua) 21.- La ofrenda (Ofrecimiento o Voto)
10.- El bautismo del Espíritu Santo 22.- La esperanza
11.- La resurrección 23.- La alabanza
12.- La adopción 24.- La oración
25.- La unicidad
13.- La fe
26.- La perseverancia
14.- La gracia 27.- La paciencia
15.- La santidad
16.- La santa cena
17.- La segunda venida
18.- La santificación
19.- La adoración (Devoción o afecto)
20.- La comunión

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