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Lección No. 42.

18 de octubre de 2016

FACTORES PARA LA ARMONÍA MATRIMONIAL


COMPRENSIÓN DE LAS DIFERENCIAS (1RA PARTE)

Lectura bíblica: Santiago 5:9.


Texto áureo: Santiago 5:9.

Introducción

Surgen problemas en el hogar cuando los consortes no se dan cuenta de que cada uno es sino
lógicamente distinto del otro, pues en tal caso no se comprenden bien el uno al otro por no tener el
mismo sentir, Ro. 15:5,6; 2 Co. 13:11; Fil.2:2; 4:2; 1 P.3:8,9. Las diferencias físicas son bien conocidas:
como por ejemplo el hecho de que las chicas maduran más pronto que los muchachos de la misma
edad, y la vida de la mujer se prolonga más que la del hombre. Es obvia la diferencia entre sus
respectivas anatomías. Sin embargo, las diferencias sicológicas entre los dos sexos son algo más grande
y menos conocido. Consideremos algunas generalizaciones que se pueden aplicar a la mayoría de la
gente.

I. DIFERENCIAS DE PENSAMIENTOS Y ACTIVIDADES.


a) Generalmente los hombres tienden a pensar lógicamente, casi fríamente, con el intelecto; la
mujer tiende a pensar con su corazón, es decir, está influida por sus emociones. Las decisiones
de ella dependen mucho de cómo se sienta acerca del asunto; el hombre tiende más a pensar
en los argumentos racionales. Tal vez esto sea consecuencia de que la intuición femenina está
más desarrollada que la del varón.

b) El hombre se ocupa más de sus actividades fuera del hogar y en el mundo externo, que de sus
sentimientos. La mujer se concentra más en sus propios sentimientos y es menos objetiva en su
punto de vista.

II. DIFERENCIAS EN CONOCIMIENTOS Y PLÁTICAS.


a) Los hombres tienden a tomar en cuenta principios y a generalizar sus conocimientos; las mujeres
consideran más los detalles o particularidades. Por ejemplo, un hombre estudiará las líneas
generales de la política de un candidato para la presidencia, su señora indagará acerca de su
actitud referente al programa educacional o referente a su familia. El hombre ve el panorama y
la mujer los pormenores.

b) Los hombres tienden a hablar acerca de cosas prácticas; su empleo, sus planes para el futuro y
los asuntos financieros. No les gusta hablar mucho, por regla general, con respecto a otras
personas y relaciones humanas. En contraste, la mujer prefiere hablar tocante a sus
sentimientos, sus íntimas relaciones con otros, sus problemas y los asuntos de los miembros de
su familia. Capta con más facilidad la actitud de otros y tiende a chismear más con su marido.
Conclusión

Para concluir en esta primera parte hablaremos de la intimidad emocional:


Los hombres, hasta cierto punto, desean intimidad emocional, pero a la vez la temen y hasta la
evitan. El sexo bello necesita recibir frecuentemente expresiones de cariño y amor. Para el varón es
difícil hablar acerca de sus sentimientos; es menos capaz que la mujer de entender y de expresar una
emoción, de modo que tiende a retirarse de los encuentros emocionales. La mujer anhela intimidad
emocional y se siente insegura frente a la incapacidad de su mando para comunicar verbalmente
profundidad de sus sentimientos. Quiere escuchar a cada momento las palabras: “Te quiero, mi amor”,
y ser abrazada y besada; el hombre por regla general se siente incómodo hablando de su amor y
actuando románticamente. Muchos hombres piensan que basta con suplir las necesidades materiales
de su esposa y ser fiel en su relación matrimonial. No saben darse a sí mismos a su esposa.

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