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En el entorno laboral es de vital importancia

tener en cuenta la percepción negativa que el


trabajador tiene sobre los riesgos
psicosociales. Éstos se definen como “aquellas
condiciones presentes en una situación
laboral, que están directamente relacionadas
con la organización, el contenido del trabajo y
la realización de la tarea, y pueden afectar
tanto al bienestar o a la salud (física, psíquica
o social) del trabajador como al desarrollo del
trabajo”. Percibir excesivas demandas
laborales, escasa seguridad en el trabajo,
falta de autonomía o escaso apoyo por parte
de compañeros y supervisores aumenta la
probabilidad de sufrir un trastorno mental. La
percepción negativa de los factores de riesgo
psicosocial, si se prolonga en el tiempo, puede
provocar reacciones emocionales negativas y
estrés, pudiéndose desarrollar sintomatología
depresiva.

Los trastornos depresivos se caracterizan por


la presencia de tristeza, sentimiento de vacío,
irritación, quejas somáticas e incluso cambios
en el funcionamiento cognitivo que afectan a
diferentes ámbitos de la vida de una persona.
Una percepción de escaso control y altas
demandas laborales, además de escasas
recompensas en relación al esfuerzo invertido
y pocas oportunidades de conciliar la vida
laboral y familiar son factores
desencadenantes de depresión en el
trabajador.

Existen muy pocos estudios de carácter longitudinal que evalúen la incidencia de la percepción
negativa de los factores de riesgo psicosocial en el trabajo y el desarrollo de depresión. Tras una
revisión sistemática de los artículos publicados de investigaciones longitudinales en los cuatro
últimos años, se ha constatado que percibir: altas demandas laborales, escaso control en el
trabajo, desequilibrio entre los esfuerzos y las recompensas obtenidas, el conflicto trabajo-
familia, la falta de supervisión, la inseguridad laboral, realizar horas extra, trabajar fines de
semana, ocupar puestos de menor categoría y presentar menor antigüedad laboral se asocian
con el desarrollo de depresión. No obstante, en algunos estudios también la falta de apoyo por
parte de compañeros y supervisores se relaciona con un estado de ánimo negativo.

Es de mencionar que en España no se han encontrado estudios publicados que evalúen la


incidencia de la percepción adversa del riesgo psicosocial en el trabajo sobre el desarrollo de
trastornos depresivos en los últimos cinco años. Este aspecto es relevante, dado que, según la
Organización Mundial de la Salud, la depresión se postula como una de las enfermedades más
frecuentes en todo el mundo, llegando a afectar a más de trescientos millones de personas. Los
síntomas de la depresión provocan a su vez que aumente el número de bajas laborales, además
de una disminución del rendimiento del trabajador y una afectación de las relaciones
interpersonales en el trabajo y fuera de este contexto.

Otro aspecto relevante de cara a hablar


sobre la percepción negativa de los
factores de riesgo psicosocial es el
siguiente: el concepto de burnout. El
burnout, o síndrome de estar quemado
por el trabajo, se define como la
experimentación por parte del trabajador
de: altos niveles de cansancio emocional,
altos niveles de despersonalización (o
distancia hacia el trabajo y las relaciones
con los demás) y bajos niveles de
realización personal. Aunque las
publicaciones sobre este concepto son
numerosas, es preciso mencionar que no
está reconocido como trastorno mental
por la American Psychiatric Association.
Algunas investigaciones reflejan que
puede existir solapamiento entre
síntomas depresivos debido a la
percepción negativa de las condiciones
del trabajo y los síntomas que engloban
el concepto de burnout.

Por estas razones y para evitar


diagnósticos incorrectos, es preciso
seguir investigando las causas de la
depresión en el trabajo. No obstante, en
la investigación en psicología
organizacional es recomendable analizar
las variables de estudio dentro de sujetos
que realicen tareas similares o posean
puestos parecidos para homogeneizar la
muestra en la medida de lo posible.

Además, es imprescindible analizar con cuales otros síntomas o trastornos está relacionada la
depresión en el entorno laboral. Por ejemplo, los trastornos de ansiedad, con los cuales la
depresión presenta alta comorbilidad.

Por último, y para finalizar este artículo, es necesario mencionar la colaboración de las propias
organizaciones para aumentar el número de estudios sobre la percepción de condiciones
laborales adversas y depresión con el objetivo de mejorar la calidad de vida del trabajador y
aumentar la percepción de una salud laboral adecuada (lo que se traducirá en mayor beneficio
tanto para el trabajador como para la organización).

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