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LA CULTURA EMPRENDEDORA EN EL PERÚ

¿Cómo se ha desarrollado en nuestro país?

El emprendedor peruano se caracteriza por ser ingenioso, creativo y siempre dispuesto a


encontrar soluciones, muchas veces en un contexto financiero adverso. Valores importantes
como la constancia y el empuje les permiten seguir adelante con sus iniciativas. Hay una
vocación por el trabajo duro y la recompensa. Si el emprendedor no cree en sí mismo, su
negocio está condenado y si al emprendedor le faltan fuerzas para lograr objetivos, ocurre lo
mismo. El Perú no solo presenta todas las estadísticas de una economía emprendedora, sino
que también parece llevarlo impreso en su ADN cultural. El peruano se siente capaz de asumir
los retos de un emprendimiento independientemente del contexto macroeconómico que se
presente.

La década de los 90 encontró al Perú tratando de superar las épocas de hiperinflación y caos
que se vivía en el país, lo cual demandó mucho años para poder superarlo. Esta situación
generó que, por muchos años, los habitantes de provincias migraran hacia la capital en
búsqueda de oportunidades para mejorar su situación económica, pero la situación les fue
adversa, por lo que comenzó a tomar fuerza la creatividad del peruano para subsistir.

Es así que surge el término "emprendimiento", aunque eso se vió motivado por la necesidad.
¿Qué es el emprendimiento por necesidad?, pues implementar una idea de negocio de forma
apresurada, sin conocer si tenía o no el potencial de mercado para generar ingresos. La falta de
oportunidades de empleo en la década de los 90 empujó a las personas a buscar su propio
empleo y crear su propia empresa pero la gran mayoría eran motivados por la necesidad en los
sectores de Comercio y Servicios.

El emprendedor peruano se ha hecho por necesidad, ha gestionado su propia oportunidad de


hacer empresa, ha comenzado de cero, lamentablemente el Gobierno tiene pocas políticas
públicas de apoyo al emprendimiento, esto ha hecho que los emprendedores formen clusters
industriales y empresariales en Villa El Salvador, Los Olivos o en el Emporio Comercial de
Gamarra. Ahí han surgido empresarios que son exitosos hoy en día y que son buenos
referentes para otros emprendedores.

En el Perú existen muchos perfiles de emprendedores sociales y que buscan resolver los
problemas que más aquejan a la sociedad peruana, sobre todo relacionado con Educación,
Transporte, Higiene y Sanidad. Con el transcurrir de los años y los cambios en la legislación se
fue mejorando el contexto para la aparición de nuevos emprendedores en el Perú y que ahora
son grandes empresas. El empresario de hoy día antes fue un emprendedor, tenemos el caso
de Renzo Costa que ha salido de un emprendimiento informal y ahora es una empresa modelo,
con potencial de crecer a nivel internacional; también tenemos a los salones de belleza
Montalvo, que están creciendo como franquicia. Ya se está empezando a notar que hay un
ecosistema cada vez más sólido para el emprendimiento en el Perú. Hace cinco años quizás
hablabas con un innovador o un emprendedor y nadie sabía de qué se estaba hablando y los
innovadores no sabían a quién recurrir pero ahora ese ecosistema es mucho más sólido.

¿Qué características la diferencian de otros países?

El 43% de los peruanos está dispuesto a iniciar un negocio en los próximos tres años, según el
informe del GEM y Esan que mide el índice de espíritu emprendedor de 54 países.
El Perú ocupa el primer lugar en cuanto al índice de espíritu emprendedor en Latinoamérica y
quinto a nivel mundial con un valor de 0,37 puntos, según el informe del Global
Entrepreneurship Monitor (GEM).

Este resultado se encuentra muy por encima del promedio de la región (0,10), Colombia (0,29),
Chile y Ecuador (0,28) ocupan la segunda y tercera posición. El estudio realizado por Esan
considera la percepción de existencia de oportunidades, conocimientos, habilidades y
experiencia para explotarlas de manera exitosa, en el índice del espíritu emprendedor. Son 54
países provenientes de cinco continentes los que participaron en esta edición. La percepción
optimista del peruano sobre el espíritu emprendedor se materializa en los elevados valores que
alcanzan sus percepciones sobre la existencia de oportunidades (56%), los conocimientos y
habilidades previas para emprender (68%) y el bajo miedo al fracaso (31%).

Pese al alto nivel de intención a emprender, ello solo refleja la predisposición para poner en
marcha una iniciativa, no la disposición para identificar oportunidades y sacarlas adelante. El
informe también revela que el 43% de los peruanos están dispuestos a iniciar un negocio en los
próximos tres años. Con este resultado, el Perú ocupa la posición seis en cuanto a intención de
emprender en la región. Colombia lidera el ranking latinoamericano con 53% seguido de
Ecuador con 48%. Asimismo, el estudio detalla que en el Perú el 65% está de acuerdo que
emprender un negocio es una elección de carrera profesional deseable; el 63% señala que
quienes tienen éxito al emprender un negocio gozan de estatus y respeto y el 75% indican que
a menudo se habla de emprendedores que han tenido éxito en los medios de comunicación.

Sin embargo, el Perú cuenta con una elevada tasa de mortandad de los emprendimientos (6,2%
frente a 5,2% del promedio de la región) y los bajos niveles de innovación (17,8% frente a 23%
del promedio de la región) existentes en la gran mayoría de ellos.
ADICIONAL
La Cámara de Comercio de Lima (CCL) señaló que el Perú no debe sentirse satisfecho con
este nuevo título, pues a decir del gremio empresarial aún estamos muy lejos de contar con un
Estado que promueva las condiciones de competencia en el camino correcto hacia la
competitividad nacional.

Los factores que promueven el emprendedurismo en el Perú son diversos, destacando la


necesidad generada por el desempleo y la poca oferta laboral de las empresas consolidadas, lo
cual obliga a las personas a generar, por su cuenta y riesgo, negocios como único modo de
sobrevivir. Existe un número reducido de empresas que generan nuevos negocios, aplicando
innovación en sus procesos y productos. Estas aún constituyen el 5% del total de empresas
exportadoras del Perú.

Cuatro de cada 10 peruanos entre 18 y 65 años realiza alguna actividad emprendedora. Los
emprendedores peruanos son 19 veces superiores que sus pares japoneses en cuanto al
emprendimiento por oportunidad y 11 veces superiores en cuanto al emprendimiento por
necesidad. Poseemos una cultura emprendedora extraordinaria, que representa un gran capital
social, el cual lamentablemente se ve afectado por barreras que ocasionan una alta tasa de
mortalidad empresarial. Sin embargo, muchos emprendimientos mueren en el intento. Según
información de Sunat, al año se registran cerca de 300,000 empresas, pero se cierran unas
200,000. Cabe destacar que el 80% de los emprendimientos peruanos son microempresas. El
gremio empresarial considera que es necesario definir políticas de que promuevan la
competitividad nacional, a fin de aprovechar el gran potencial emprendedor del Perú. Para la
CCL, un aspecto importante de la competitividad es la formalización, simplificando los procesos
administrativos. Asimismo, se debe promover la generación de mecanismos de integración e
inclusión a servicios, protección social y derechos laborales, así como posibilidades de
información, capacitación y de crédito para empresarios y trabajadores.

Los principales problemas que afrontan los emprendedores peruanos son la incapacidad de
gestión, el desconocimiento del negocio y del mercado, los ingresos no acordes con sus
expectativas y que basen su desarrollo empresarial en el empirismo. A ello se suma que las
estrategias nacionales para apoyar a los emprendedores se cumplen parcialmente, tanto por el
Estado como por la sociedad civil. Además, estos esfuerzos se dan algunas veces de manera
desarticulada y dispersa. Es necesario entonces buscar mecanismos eficientes, donde el
emprendedor o empresario acceda de una manera integrada por un tiempo determinado, a los
servicios necesarios para crecer y desarrollar su capacidad de sobrevivir en el mercado o
implementar sus proyectos de innovación y/o competitividad.

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