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CAPITULO II

2. MARCO DE REFERENCIA

El "marco teórico" Esto consiste en buscar las fuentes documentales que permitan

detectar, extraer y recopilar la información de interés para construir el marco teórico pertinente al

problema de investigación planteado. Según Briones (2006), el Marco Teórico es una

investigación preliminar sobre documentos y libros (es decir, documental y bibliográfica) para

tomar decisiones en el diseño de la investigación de campo (o de terreno) y para orientar el

análisis de los datos recogidos en terreno donde averiguamos que se ha dicho o investigado ya

sobre el tema o fenómeno que tendremos que investigar.

La formulación del marco teórico en la investigación permite contar con su sistema

coordinado y coherente de proposiciones y conceptos, que facilitan abordar el fenómeno o

problema con racionalidad”. Este capítulo tiene como objetivo fortalecer la problemática que

representa el rol de padres adolescentes en la crianza de los hijos en la ciudadela el dividivi del

distrito turístico y cultural de Riohacha – Guajira, desde un contexto, conceptual y legal de tal

manera que a partir de esos fundamentos teóricos de investigaciones ya comprobadas se puede

fundamentar bases para el desarrollo del trabajo.

El marco teórico de acuerdo a lo planteado por Hernández, Fernández y Baptista (2014),

es una síntesis escrita de artículos, libros y otros documentos científicos que detallan el estado

pasado y actual del conocimiento sobre el problema de estudio. Ayudando a documentar cómo la

investigación agrega valor a la literatura existente. Así mismo, la descripción de teorías sobre la

variable de estudio y el sistema de variable, el cual proporciona operatividad a este estudio.


2.1. Antecedentes

A continuación, se relaciona antecedentes de investigación de identidad cultural, con el

propósito que sirvan como instrumento de análisis en el proceso de la consolidación de la

información para desarrollar el presente estudio. Esta parte del capítulo está basado en la revisión

de bibliografías, en las cuales se pueden mencionar autores, que ya han realizado estudios sobre

el tema, los cuales han servido de gran utilidad, puesto que las investigaciones ofrecen la realidad

de la comunidad de estudio, sus percepciones y opciones frente a un tema como la salud, además

brindan estrategias que sirven de apoyo al desarrollo de la investigación. Briones (2006).

El primer aporte es el trabajo de Sánchez Acero (2012). Titulada Los Estilos De Crianza

De Las Familias Como Estrategia De Apoyo En El Desempeño Escolar De Los Estudiantes Del

Ciclo Ii Del I.E.D. Restrepo Millán Sede B. La siguiente investigación tiene como objetivo

Lograr orientar a los padres de familia conociendo sus estilos de crianza, a través de la

caracterización de estos, buscando mejorar los canales de comunicación con sus hijos que ayuden

a la solución de conflictos así como la comprensión dentro de la relación familiar, y fomentar los

hábitos de estudio en los niños para que exista una combinación entre la metodología aplicada en

la escuela y un efectivo apoyo en casa, en especial , el manejo de autoridad logrando crear límites

y normas, para mejorar el desempeño escolar a través de los talleres de padres, para trabajar en

equipo familia y escuela.

La población del presente estudio corresponde a estudiantes niños de entre 9 a 12 años de

edad, que cursan ciclo II, pertenecientes al colegio Restrepo Millán sede B, Isabel de Inglaterra

jornada tarde, ubicado en la localidad Rafael Uribe Uribe. Los estudiantes habitan en la localidad

Ciudad Bolívar y pertenecen al estrato socioeconómico 2, y padres de familia o tutores,

participantes en la investigación tienen un nivel educativo bajo, no todos son bachilleres, y los
campos laborales en los que más se ocupan son aseo, vigilancia, ventas, y muy pocos operarios

de empresas. Para el análisis de los resultados se realizó historias de vida, y se aplicó el

cuestionario estilos de crianza, de los resultados obtenidos se plantearon los talleres de padres,

trabajando cuatro grandes temas como la comunicación, los hábitos de estudio, el manejo de

autoridad, y los estilos de padres.

Como resultado del estudio se observó una correlación significativa entre desempeño

escolar y el estilo de crianza autoritario; esto se cumple frente a la percepción de los niños, lo que

implica la existencia de una base consistente y negativa por parte de la familia, al contar con el

estilo autoritario muy seguido del estilo permisivo de los hijos dentro del ámbito escolar, lo cual

se ve reflejado en el desempeño escolar. Los padres son piezas fundamentales para que sus hijos

alcancen un aprovechamiento deseable en las aulas. Los conflictos familiares, el trabajo y la falta

de motivación y preparación que existe entre los padres, impide obtener resultados satisfactorios

en los estudiantes.

Un segundo aporte es el trabajo de Sierra Suárez (2014), titulado Corresponsabilidad De

Padres De Familia En Los Procesos Formativos De Los Niños Vinculados A La Fundación

Imago. El presente trabajo investigativo- interventivo tuvo como objetivo el identificar la

corresponsabilidad que tienen los padres de familia que se encuentran vinculados a la Casa

Cultural Imago, frente a los procesos formativos de los Niños, Niñas y Adolescentes, esto se

logró gracias al desarrollo de dos fases, la primera investigativa en la cual se realizó la revisión

teórica acerca de diversos temas relacionados a la problemática principal, en donde se encontró

que la corresponsabilidad es una de las principales problemáticas entres padres hijos e

instituciones, además se realizaron observaciones participante, mediante visitas domiciliarias y

entrevistas semiestructuradas, para identificar como los padres de familia estaban asumiendo la
corresponsabilidad, lo que dio paso a la segunda fase, la interventiva, para la cual se desarrollaron

tres encuentros, en los cuales se abordaron temas de comunicación y pautas de crianza, mediante

foros de discusión y encuentros formativos con lo que se consiguió brindarles herramientas a los

padres para que se involucren en mayor medida al proceso formativo que llevan los NNA dentro

de la Fundación Imago.

Luego de culminar este proceso de investigación- intervención es necesario evaluar las

conclusiones, que ayuden a fortalecer y enriquecer el trabajo con los padres, madres y/o

acudientes que se encuentran vinculados a la Fundación Imago, por lo tanto es importante

reconocer que se logró realizar un proceso satisfactorio con algunas de las familias, aun así se

evidencio que los padres de familia no se involucran de manera directa en los procesos

formativos de los NNA, ya que al parecer tienen la concepción errónea que con llevarlos a

espacios como estos o al colegio, ya están cumpliendo su labor como padres, sin comprender que

es necesario que este formando a sus hijos desde todos los ámbitos posibles, para esto los padres

de familia encuentran justificaciones en variable externas, como el “tengo que trabajar” o “no

tengo quien los cuide”, llevando no solo a no tener contacto con su hijos sino permitir que la

relaciones entre ellos se debiliten, permitiendo así mismo que no haya comunicación y por ende

los padres no conocerán a sus hijos y viceversa, deteriorando como tal el proceso de toda una

comunidad, como en la que ellos se encuentran inmersos, donde la vulnerabilidad social.

Un tercer antecedente es el trabajo de Espinosa Cadavid (2015), titulado Lo Nuevo Y Lo

Que Permanece En La Crianza De Los Niños Y Las Niñas De Las Madres Adolescentes. Una

Mirada Desde Las Madres Adolescentes Del Barrio Moravia. En la presente investigación se tuvo

como objetivo principal, comprender lo nuevo y lo que permanece en la crianza de los niños y las

niñas de las madres adolescentes del barrio Moravia. Para el logro de sus objetivos se realizó un
estudio cualitativo, como enfoque metodológico se utilizó el interaccionismo simbólico y la

modalidad o estrategia utilizada fue la etnografía. Se realizaron doce entrevistas semi

estructuradas, seis a las madres adolescentes y seis a sus respectivas madres.

La intención de la investigación, fue identificar como las madres adolescentes están

criando a sus hijos o hijas y en ello que es lo nuevo que están incorporando y que es lo que

permanece con respecto a la crianza recibida de sus madres. Para esto, se analizó lo entendido y

experimentado por cada madre adolescente y cada abuela sobre crianza, niñez, afectividad,

rutinas y autoridad e igualmente como han vivido su maternidad. En la investigación, se encontró

que existen múltiples diferencias en como las adolescentes están criando sus hijos o hijas con

respecto a su anterior generación, principalmente debido a los cambios que ha tenido la sociedad

con respecto a los niños y las niñas y su desarrollo. Igualmente se encontraron similitudes

especialmente en el manejo de la autoridad familiar.

Se identificó que la madre adolescente que permanece con su familia de origen, asimila la

maternidad y la crianza de una manera más positiva que las adolescentes que al momento de su

gestación se van de casa para iniciar una nueva familia. Se evidencia también como las abuelas

reconocen con admiración algunos cambios en la crianza pero también se aferran a la tradición en

otros temas..

Otro referente es el de Zelada López (2008), titulada La paternidad temprana, desde la

vivencia de los padres adolescentes. El principio fundamental de esta investigación es el

conocimiento y la comprensión de la forma en que los padres adolescentes viven su paternidad.

El trabajo tiene como objetivo general “Reflexionar desde la vivencia de los padres adolescentes,

la influencia de su paternidad y las características socioeconómicas, en la construcción de sus

proyectos de vida. El estudio se caracteriza por ser cualitativo y emplear Historias de Vida
prioritariamente como técnica de recolección de la información, ésta técnica permitió profundizar

en aspectos importantes y sensibles de la vida de estos jóvenes, en relación con la forma en que

éstos asumen su paternidad y como ha influido en la elaboración de sus proyectos de vida. Se

seleccionaron cinco jóvenes que hubiesen sido padres entre los 15 – 20 años de edad, en el

periodo de 1998 – 2000, del Distrito Central del Cantón de Turrialba, según los criterios de

selección previamente establecidos. Cuyo objetivo general es reflexionar desde la vivencia de los

padres adolescentes, la influencia de su paternidad y las condiciones socioeconómicas, en la

construcción de sus proyectos de vida inmediatos y futuros.

Aun cuando el problema no se conoce en todos sus detalles, causas, dimensiones y

consecuencias sociales, económicas y culturales; el tema del embarazo en adolescentes se ha

trabajado en repetidas ocasiones, considerando únicamente a la madre adolescente, dejando de

lado al joven padre, quien es atendido en muchas ocasiones en forma estigmatizada; sin

considerar los factores contextuales y estructurales, que pueden definir la forma en que el padre

adolescente asume su paternidad.

Finalmente, un último referente es el trabajo de Laureano Navarrete (2014), cuyo título es

Prácticas de crianza de los padres de preescolares que asisten al control de crecimiento y

desarrollo del centro de salud nueva esperanza, Villa María del Triunfo, Lima – 2014. Identificar

las prácticas de crianza que realizan los padres de preescolares del Centro de Salud Nueva

Esperanza en la dimensiones “Apoyo/afectivo” y “Regulación del comportamiento”.

Método: Investigación de tipo cuantitativo, aplicativo, diseño descriptivo de corte

transversal. La muestra se obtuvo mediante muestreo no probabilístico, conformada por 60

padres que asistieron al control de Crecimiento y Desarrollo durante los meses de Agosto a
Octubre del 2014. La técnica utilizada fue la encuesta y el instrumento un cuestionario; los datos

fueron procesados en el programa de Excel.

Resultados: Respecto a las prácticas de crianza de padres de preescolares que asisten al

control de Crecimiento y Desarrollo se obtuvo que del 100% (60) padres encuestados, el 57%

(34) realizan prácticas de crianza adecuadas, mientras que el 43% (26) realizan prácticas de

crianza inadecuadas. En cuanto a la dimensión Apoyo/afectivo, el 57% (34) realizan prácticas de

crianza adecuadas y el 43% (26) realizan prácticas de crianza inadecuadas; en la dimensión

Regulación del Comportamiento; el 57% (34) realizan prácticas de crianza inadecuadas y el 43%

(26) realizan prácticas de crianza adecuadas.

Conclusiones: Una mayoría significativa de padres realizan prácticas de crianza

adecuadas. En cuanto a la dimensión Apoyo/afectivo la mayoría de los padres realizan prácticas

de crianza adecuadas y en la dimensión Regulación del Comportamiento las prácticas de crianza

realizadas por la mayoría de los padres son inadecuadas.

2.2. Base teórica conceptual:

En la presente investigación solo determinaremos el rol de padres adolescentes en la

crianza de los hijos en la ciudadela el dividivi del distrito turístico y cultural de Riohacha –

Guajira, se tendrá en cuenta teorías e investigaciones de diferentes autores con el propósito que

sirvan de guía o ayuda para precisar los elementos contenidos en la descripción del problema y

puedan ser manejado y convertidos en acciones concretas.

Tener un hijo no sólo significa cambiar pañales, comprar leche o ir al pediatra.

Convertirse en padres es una verdadera responsabilidad que demanda responsabilidad y

compromiso. Pero, ¿qué ocurre cuándo los nuevos papás son adolescentes en pleno desarrollo
físico y social? ¿Cómo asumen esta nueva vida los jóvenes que, en la mayoría de los casos, no

tienen más preocupación que el carrete de fin de semana o la prueba del colegio? Para conocer las

magnitudes que alcanzan la maternidad y paternidad tempranas primero es necesario

conceptualizar el término adolescencia. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) esta

etapa se extiende entre los 10 y 19 años de edad y, comprende procesos físicos, sicológicos y

sociales.

La OMS considera que biológicamente el individuo vive un progreso entre la aparición

de las primeras características sexuales secundarias (cambios corporales) y la madurez sexual.

Los adolescentes “son capaces de darse cuenta de que el cuerpo es una fuente de placer y de

interacciones con el sexo opuesto”. En tanto, los procesos sicológicos responden a que las pautas

de identificación de cada persona evolucionan desde la niñez a la adultez. Mientras que los

cambios sociales advierten la transición del estado de dependencia socioeconómica total a una

relativa.

Sin embargo, para la sicóloga infanto- juvenil, Ingrid Brinkmann, la adolescencia no es

una etapa estricta en términos etáreos. Es, sobre todo, sociocultural. Es decir, “la adolescencia es

un proceso mucho más largo de lo que fue antes”, menciona. La profesional explica que

sicológicamente se considera adolescente a “la persona que vive a costa de sus padres y que no se

mantiene, aunque esté en los últimos años de universidad. Como la vida está tan cara y las

viviendas también, la gente se queda más tiempo con sus padres, aunque no les guste o no se

sientan cómodos”.

La adolescencia es un periodo crucial en el ciclo de vida, pues en ella el individuo

adquiere una cantidad de elementos importantes que le permiten elaborar su identidad y

plantearse un proyecto de vida propio. Al tener presente la relevancia que tiene esta etapa de vida
para los y las adolescentes, ha motivado a gran cantidad de autores y autoras a indagar la cuestión

de la adolescencia desde distintos matices con el fin de comprender e interpretar su realidad a

partir de sus respectivas formas de vida. En este caso, se aborda el tema de la adolescencia, como

se dijo anteriormente en relación con el embarazo, la maternidad y paternidad para los y las

adolescentes y su incidencia en el proyecto de vida.

En este sentido, Valverde y otros, (2001) en su estudio “Adolescencia, protección y riesgo

en Costa Rica, múltiples aristas, una tarea de todos y todas ” muestran los principales resultados

de la Encuesta Nacional de las Conductas de Riesgo en los y las adolescentes en Costa Rica, el

autor pretende establecer un diagnóstico de situación que permita comprender el estado de la

cuestión con respecto a las diversas conductas de riesgo y protectores asociadas a las mismas y

las distintas percepciones o representaciones que poseen los y las adolescentes al respecto. Dicha

investigación de corte cuantitativo les permite afirmar que históricamente ha existido una serie de

ideas erróneas alrededor del concepto de adolescencia, por ser concebida como una etapa

problemática en sí misma, ha oscilado entre la invisibilización absoluta y abierta estigmación

social (Valverde y otros, 2001:9) lo cual se considera significativo tener presente como punto de

partida.

Considerando a los y las adolescentes como personas con derechos y capacidad para

tomar decisiones, con potencial para trabajar y provocar cambios, ofrecer talentos y novedades,

construir ambientes favorables para sí mismas y crear propuestas alternativas en el presente para

mejorar su futuro con el propósito de alcanzar sus sueños y expectativas; para la construcción de

sus proyectos de vida, con el fin de proponer alternativas de intervención.

2.2.1. Paternidad y adolescencia.


El creciente interés por el tema de la paternidad en Costa Rica ha llevado a diferentes

autores y autoras a reflexionar acerca de esta temática desde diferentes perspectivas. Milcolta

Amparo (2002) en su artículo “La paternidad como parte de la identidad masculina12” de la

revista Prospectiva, se propone abordar a los hombres como sujetos principales de estudio y

reflexión, analizando la paternidad desde la perspectiva de género como una categoría que se

percibe se piensa y se construye socialmente, concibiéndola como una construcción sociocultural

y con una dimensión simbólica, con significados distintos en diferentes momentos históricos,

cambiante de una cultura a otra y en una misma cultura según la pertenencia étnica o de clase

social.

De igual forma, Altorre Javier (2001) en su libro “Paternidad responsable en el istmo

Centroamericano.” afirma que la paternidad se construye por medio de los procesos

socioculturales y subjetivos, señalando que la participación masculina desde el embarazo es

realmente muy limitada por las barreras culturales y personales que establecen una distancia de

los hombres, asociando que la forma en que es asumida puede variar en distintos grados y en

diversas formas, pues va desde la construcción de vínculos afectivos y amorosos hasta la

violencia y la distancia afectiva.

Señala que el papel que con mayor frecuencia asumen los padres es el de proveer sustento

económico a sus hijos e hijas con distancia emocional desde la autoridad y disciplina. Henríquez

(2003) en su tesis tiene como objetivo general evaluar cuales son las actitudes, percepciones y

valoraciones sobre la paternidad que tienen los estudiantes de estos centros educativos, afirma

que: “ resulta contradictorio, que exista una ley que castigue a los hombres que se niegan a

hacerse responsables de una pensión alimentaría . . . cuando la educación pública y la sociedad

misma, tienen alta cuota de responsabilidad por no brindar una educación sexual de calidad que
le permita a los varones prevenir embarazos y desempeñarse como hombres responsables no sólo

en la manutención, sino también en el afecto y la protección de sus hijos” (Henríquez, 2003:89).

2.2.2. Crianza

Micolta, (2008), citando a Antony (1970) dice que: La maternidad y paternidad son

términos utilizados para referirse a los roles paterno y materno, ejercidos por hombres y mujeres

en los procesos de crianza y socialización de los hijos. (…) Como roles sociales la maternidad y

la paternidad son cuestiones reguladas por la sociedad, es esta la que define quién o quiénes serán

los cuidadores y socializadores de los niños y niñas, que se van integrando a la sociedad y harán

parte de la generación adulta del futuro (p. 66).

La crianza puede ser entendida como el acompañamiento, cuidado y orientación que uno

o más adultos, directa e indirectamente, proveen a un niño” (…) Comprende los procesos de

cuidado y protección, afectividad, socialización, enculturación y educación que los adultos más

próximos a los niños, les otorgan (Peralta, 1996, p. 11). La crianza es el estrecho margen por el

cual se transmite la cultura en una comunidad. Con sus ritos de pasaje logra que los pequeños se

conviertan en miembros efectivos del grupo y de cuyo cumplimiento se desprende el sentido de

identidad y pertenencia.

En este horizonte coincide con educación, lo mismo que con socialización (Gómez,

Salazar & Quevedo 2001) En cuanto a la familia la crianza hace evidente la atmósfera familiar,

las actitudes, sentimientos, creencias y conductas específicas de los adultos hacia los niños y

niñas. La crianza se concretiza en su práctica y esta a su vez tiene tres componentes: los patrones,

la pauta y la práctica de crianza. Se hace entonces necesario el análisis de cada uno de estos

conceptos.
Durante mucho tiempo la crianza fue vista como una actividad unilateral, que se

llevaba a cabo de manera vertical desde los padres hacia los hijos; esta noción se asociaba

claramente con una visión simplificada, sin tomar en cuenta la considerable diversidad de la vida

familiar en términos de su organización, estructura y la interacción de sus miembros (Gracia &

Musitu, 2000). En este modelo de interacción familiar los roles en el proceso de crianza estaban

definidos con bastante claridad: el papel del padre era básicamente el de proveedor, aportando el

sustento económico, la madre era la responsable de la educación y el cuidado de los hijos, así

como de las labores domésticas (Palacios, Hidalgo & Moreno, 2001), mientras que los hijos eran

vistos principalmente como receptores pasivos de los valores, actitudes y pautas de conducta

transmitidos por sus padres (Ceballos & Rodrigo, 2001). Esta rigidez en los roles y las funciones

de cada integrante corresponde a la familia que puede considerarse como «tradicional» (Esteinou,

2008).

En la actualidad la crianza en muchas familias ya no se lleva a cabo de acuerdo a esta

división fija de roles y responsabilidades, lo que es resultado de diversas transformaciones que se

han dado en las prácticas familiares y que se reflejan en una flexibilización de pautas y estilos de

parentalidad. En lo que se refiere a la situación de la madre, se ha venido incrementando su

participación en el mercado laboral y en el mundo público fuera del hogar, por lo que se ha

modificado su relación con los hijos y su intervención en las actividades de crianza (Viguer &

Serra, 1998; Iglesias de Ussel, 2001). Por otro lado, en el caso de los padres se ha observado una

tendencia hacia una transformación en el ejercicio de la paternidad que consiste en un mayor

involucramiento en el cuidado físico y emocional de los hijos, sobre todo en padres jóvenes

(García & De Oliveira, 2006), más allá de su papel exclusivo de proveedor. De esta manera se

han venido modificando las creencias sobre la participación de la madre y el padre en la


socialización de los hijos y en la división del trabajo entre ambos en este proceso, traduciéndose

en el desarrollo de diferentes prácticas de crianza en el hogar, generalmente menos autoritarias y

más democráticas, orientadas más a sugerir, insinuar y tratar de convencer y no a dar órdenes e

imponerse (Requeña, 2008).

Estas prácticas se relacionan también con las modificaciones respecto al papel de los hijos

en su propia crianza y a la relación con sus padres, tanto en las interacciones como en las

expresiones y experiencias afectivas, así como en el ámbito de la percepción y cognición (Ruano

& Serra, 2001). Se ha llegado a enfatizar cada vez más la propia individualidad y subjetividad de

los hijos, reconociendo que no sólo necesitan el ejercicio del control parental y el establecimiento

de ciertos límites en el hogar, sino también el apoyo, la comprensión y la aceptación como

personas con características propias que no necesariamente coinciden con el ideal de los padres.

La búsqueda de una identidad propia y de cierta autonomía se manifiesta sobre todo en la etapa

de la adolescencia, lo que también lleva a una mayor demanda de que sean tomadas en cuenta sus

opiniones y puntos de vista sobre la dinámica familiar y las relaciones con sus padres. De acuerdo

con Oliva (2006), los datos de diversos estudios han mostrado que los hijos de padres que

promueven la autonomía y la capacidad de influencia en la toma de decisiones durante la

adolescencia tienden a ser más individualizados y tener mejores niveles de ajuste y competencia

social. Esto implica que es esencial una buena comunicación entre padres e hijos, sin dejar al lado

el control, pero éste no debe ser establecido de manera unilateral.

Actualmente se tiende a ver al hijo más como un protagonista activo y no como mero

receptor pasivo en el proceso de crianza, por lo que es importante conocer y analizar su

comprensión, codificación e interpretación de los mensajes parentales. De hecho, recientemente

se ha empezado a tomar en cuenta más sistemáticamente el punto de vista de los hijos,


realizándose investigaciones sobre las representaciones que tienen acerca del ambiente familiar,

las prácticas de crianza de sus padres y el manejo de los conflictos en el hogar (Simón, Triana &

González, 2001). Márquez, Guzmán, Villalobos, Pérez y Reyes (2007) plantean que es necesario

evaluar la crianza no sólo en el modo en que informan de ella los padres o desde el recuerdo

retrospectivo de los adultos, sino también a partir de la percepción de los hijos. Rodríguez, Del

Barrio y Carrasco (2009) subrayan la importancia que tiene la percepción de los hijos sobre los

hábitos de crianza de sus padres, dado que la información obtenida por este medio se ha mostrado

no sólo confiable sino también más coherente y menos sometida a la deseabilidad social que la

suministrada por los padres.

2.2.3. Actitudes De Los Padres Frente A La Crianza De Sus Hijos

Al hablar de prácticas educativas parentales, hay que referirse a las tendencias globales de

comportamiento, a las prácticas más frecuentes, ya que con ello no se pretende decir que los

padres utilicen siempre las mismas estrategias con todos sus hijos ni en todas las situaciones, sino

que los padres, dentro de un continuum más o menos amplio de tácticas, seleccionan con

flexibilidad las pautas educativas (Ceballos y Rodrigo 1998).

Para comprender los antecedentes o los factores que determinan los estilos de crianza, hay

que tener en cuenta la eficacia de los diversos tipos de disciplina, las características del niño y de

los padres, así como la interacción entre ambos. En este sentido, Palacios (1988) postula que las

prácticas educativas de los padres pueden estar determinadas por una serie de factores que se

dividen en tres grupos. Un primer grupo relacionado con el niño: edad, sexo, orden de nacimiento

y características de personalidad. Un segundo grupo relativo a los padres: sexo, experiencia

previa como hijos y como padres, características de personalidad, nivel educativo, ideas acerca

del proceso evolutivo y la educación y expectativas de logro que tienen puestas en sus hijos. Un
tercer grupo relacionado con la situación en la que se lleva a cabo la interacción: características

físicas de la vivienda y contexto histórico.

También, Musitu, Román y Gracia (1988), al considerar los factores que determinan los

estilos de crianza, señalan los que contribuyen a una mejor práctica educativa como: estructura,

afecto, control conductual, comunicación, transmisión de valores y sistemas externos. Los cuatro

primeros hacen referencia a las relaciones intrafamiliares o microsistémicas; las últimas se

refieren a la dimensión social o ecológica, hasta la que se extiende la unidad de análisis en el

estudio de la socialización. La posición dentro de un sistema más amplio explicará en gran

medida la toma de postura y modos de actuación del grupo social que es la familia.

Respecto al grupo de factores relacionados con los niños, existen investigaciones (O'Brien

1996) que señalan las dificultades que conllevan las prácticas de crianza en niños pequeños y de

preescolar. Los padres apuntan como mayores dificultades en su crianza una serie de

comportamientos típicos del desarrollo del niño que son muy irritantes. Como más frecuentes

señalan el llanto, la desobediencia a los adultos y la interrupción a los adultos cuando éstos están

haciendo algo. El mayor grado de dificultad lo encuentran aquellos padres con más de un hijo,

especialmente si éstos tienen más de dos años.

Entre los factores relacionados con los padres, el más consistentemente asociado con los

estilos educativos familiares ha sido la clase social, si bien no refleja exactamente la complejidad

de la estructura social, ya que los estudios se basan en comparaciones de grupos relativamente

extremos. Además, dentro de la variable clase social o nivel socioeconómico, entendida como

combinación de elementos (nivel educativo, profesión, nivel de ingresos, calidad de vivienda), el

nivel de estudios es el que más ayuda a diferenciar a unos padres de otros en los estilos de

crianza.
Por lo que respecta a las actitudes, existen autores, como Rauh, Wasserman & Brunelli

(1990), que consideran determinantes las actitudes maternales en las prácticas de crianza. Así,

examinando las correlaciones de las actitudes de las madres hacia las prácticas de crianza y la

función adaptativa de madres e hijos, estiman la gran utilidad de la selección temprana de las

actitudes maternales, pues las actitudes negativas representan un índice de riesgo de la madre a

tener en cuenta en la función adaptativa de los niños. Las implicaciones en las prácticas de

crianza se han considerado en relación con el proceso de aculturación.

Por último, también relacionado con el tercer grupo de factores relativos a la situación en

que se lleva a cabo la interacción, cabría señalar la influencia de la estructura familiar en las

características de las prácticas de crianza. En la conducta de los padres hacia los hijos tiene una

influencia relativa el número de adultos, el número de niños, la educación de la madre, el ingreso

familiar y las percepciones de los padres de sus propias conductas en las prácticas de crianza.

Resultados de investigaciones como la de Wilson y otros (1995) indican que las percepciones

maternales de las conductas de las prácticas de crianza están asociadas con la estructura familiar

en relación con nivel de estudios. La relación entre percepción de la madre, conducta en las

prácticas de crianza y estructura familiar es bastante significativa con el nivel educativo de las

madres, aunque también relaciona con el número de niños en la familia y con los recursos

económicos.

2.2.4. Rol Social Y Participación Del Padre En La Crianza De Sus Hijos/As

La forma en que se incorpora el hombre a la familia también está infl uenciada por su

participación en el mundo laboral, la que está marcada por tendencias en el rubro de trabajo

según el nivel socioeconómico en el que se inserta. En la actualidad, la participación laboral de

los hombres llega alrededor del 76%, siendo una cifra que se ha visto disminuida a lo largo de los
años por la progresiva incorporación de la mujer al trabajo. Los hombres que pertenecen a

familias de estratos socioeconómicos más bajos son fuente y mano de obra directa en los

procesos productivos de primer nivel; los de estratos medios y altos tienden a ubicarse en trabajos

que tienen relación con el ámbito de los servicios.

Esta situación también hace que la participación de los padres en la crianza sea distinta

según los grupos sociales, y de manera general, escasa. Se ha descrito que la incorporación del

padre en la crianza de sus hijos/as permite fortalecer el sistema familiar y un ambiente que

fomenta la relación cariñosa dentro de ella, previniendo la violencia intrafamiliar y los trastornos

afectivos. Es claro que algunos de los sentimientos a los que se enfrenta el hombre al

transformarse en padre incluyen: temor, ansiedad, desamparo y desconcierto. Estos sentimientos

hacen que se sienta inferior y, además, no encuentre apoyo en los servicios establecidos que dan

apoyo a su pareja. En la sociedad inglesa se establece este proceso como un ideal a alcanzar,

adoptando elementos presentes en el discurso planteado para el “nuevo padre”, en el que el

hombre se ve envuelto en cada una de las etapas del proceso de transición hacia la paternidad.

Este ideal planteado para el hombre lo hace experimentar estrés en la búsqueda por ejercer el rol

de padre como lo exige el contexto social en el que se encuentra inmerso. Paulson y

Bazemore(2010) plantean que la depresión en los nuevos padres es más prevalente que en la

población masculina general.

Decisiones y Roles en la Crianza

Además de las perspectivas del desarrollo, otras dos aproximaciones teóricas que

permiten comprender la manera como se toman decisiones y se definen los roles en relación con

la crianza de los hijos en familias reconstituidas son la perspectiva de género (Williams, 2000) y

el modelo contextual sobre determinantes del involucramiento paterno (Flouri, 2004). A


continuación se discuten los resultados de estudios empíricos sobre relaciones padres-hijos en

familias reconstituidas a la luz de estas dos perspectivas.

Crianza y Perspectiva de Género

Los estudios sobre crianza en familias reconstituidas resaltan el papel de las expectativas

sociales sobre los roles de género en la definición de las relaciones padres-hijos. Esto es

especialmente relevante al comparar los roles que asumen las figuras maternas (madre biológica

y madrastra) y las paternas (padre biológico y padrastro).

Las madres biológicas tienden a mantener la custodia de los hijos y convertirse en la

principal figura de cuidado después de la disolución de la unión marital (Ganong & Coleman,

2004). Se ha encontrado que las madres tienen más expectativas de autonomía en decisiones

relacionadas con la crianza de los hijos (Allen, Baucom, Burnett, Epstein, & Rankin-Esquer,

2001) y esto se le atribuye a creencias culturales —ideología de la maternidad (Williams,

2000)— que posiblemente les hacen sentir que deben tener más responsabilidad que su nueva

pareja en las decisiones relacionadas con sus hijos.

En el caso de las madrastras, las expectativas sociales sobre su rol en la familia son

mucho más claras que las expectativas sobre los padrastros. Especialmente en familias donde los

hijastros residen permanentemente con su madrastra, se espera que ellas se involucren

emocionalmente con ellos y asuman diversas tareas de cuidado propias del rol materno

tradicional (alimentación, apoyo emocional y supervisión escolar, entre otros) (Orchard &

Solberg, 1999).
De acuerdo con esta perspectiva, esperábamos que se les asignaran tareas de cuidado y

apoyo emocional tanto a las madres como a las madrastras. Así mismo, anticipábamos que las

madres mantendrían autonomía en decisiones relacionadas con la crianza de sus hijos.

Perspectiva Contextual

Flouri (2004) plantea un modelo contextual sobre el involucramiento paterno en el cual

interactúan cinco factores: características del padre, características de la madre, relación entre los

padres, características del hijo y factores del contexto. Este modelo resulta especialmente

relevante para entender los roles que asume la nueva pareja en la crianza en familias

reconstituidas.

Como lo indican los estudios (Ganong & Coleman, 2000), los intentos para establecer un

vínculo entre padrastro (o madrastra) y sus hijastros pueden verse afectados por diversas

situaciones. Así, por ejemplo, si el padre/madre biológico tiene una relación demasiado cercana

con sus hijos y mantiene límites muy estrictos en el involucramiento de su pareja en la educación

de sus hijos, esto puede hacer más difíciles los intentos del padrastro/madrastra de acercarse

emocionalmente a ellos (Ganong & Coleman, 2004).

Por otra parte, el modelo de Flouri (2004) permite entender los resultados de otros

estudios sobre la relación que mantiene el padre biológico no residente después de la separación

conyugal. Como lo señala Pryor (2008) la relación con el padre biológico que no reside con los

hijos depende de factores como: (a) la calidad de la relación entre exesposos, (b) la edad de los

hijos al momento de la separación de los padres y (c) la formación de nuevas uniones maritales.

En general, entre más jóvenes sean los hijos en el momento de la separación y nuevo matrimonio

de sus padres biológicos, existe mayor probabilidad de que el contacto con el padre no residente
se reduzca (Aquilino, 2006). Así mismo, la relación con el padre no residente puede verse

afectada por el desarrollo de la relación con el padrastro. Es decir, puede hacerse más cercana si

el hijo percibe al padrastro como un intruso, pero también puede hacerse más lejana si se

desarrolla una buena relación con el padrastro (Pryor, 2008).

2.2.5. Tipos de crianzas desarrollados por los padres adolescentes.

Las relaciones familiares durante la adolescencia se han convertido en uno de los tópicos

que suscitan más interés entre investigadores y profesionales de la psicología, probablemente

porque uno de los mitos asociados a la imagen negativa sobre esta etapa se refiere al deterioro del

clima familiar a partir de la llegada de la pubertad. La concepción Storm and Stress, que presenta

a los adolescentes como indisciplinados, conflictivos y enfrentados a los valores de los adultos,

continúa teniendo vigencia en la actualidad entre la población general, como lo demuestran

algunos trabajos centrados en el estudio de las ideas y estereotipos sobre la adolescencia

(Buchanan y Holmbeck, 1998; Casco y Oliva, 2015).

No obstante, existen referencias anteriores indicando que los mayores siempre han

considerado a este grupo de edad como rebelde e inmaduro, especialmente en periodos en los que

no se precisaba su incorporación inmediata al mundo adulto. En la actualidad, la mayor presencia

de los medios de comunicación contribuye al fortalecimiento de esta imagen dramática y a la

estigmatización de la adolescencia mediante la difusión de noticias sensacionalistas sobre el

consumo de drogas, la delincuencia juvenil o la violencia escolar.

En relación con la conflictividad familiar, es necesario destacar que la mayor parte de los

estudios realizados indican que aunque en la adolescencia temprana suelen aparecer algunas

turbulencias en las relaciones entre padres e hijos, en la mayoría de familias estas relaciones
siguen siendo afectuosas y estrechas. Sólo en un reducido porcentaje de casos, los conflictos

alcanzarán una gran intensidad. Además, estos adolescentes más conflictivos suelen ser aquellos

niños y niñas que atravesaron una niñez difícil, ya que sólo un 5% de las familias que disfrutan

de un clima positivo durante la infancia van a experimentar problemas serios en la adolescencia

(Steinberg, 2011).

Las relaciones entre padres y adolescentes, hay que reconocer que la familia es un sistema

dinámico sometido a procesos de transformación, que en algunos momentos serán más acusados

como consecuencia de los cambios que tienen lugar en algunos de sus componentes. Así, la

interacción entre padres e hijos deberá acomodarse a las importantes transformaciones que

experimentan los adolescentes, y pasará de la marcada jerarquización propia de la niñez a la

mayor igualdad y equilibrio de poder que caracterizan las relaciones parentofiliales durante la

adolescencia tardía y la adultez emergente. Como han señalado algunos autores que han aplicado

los principios de la Dinámica de Sistemas al análisis de los cambios en la familia (Granic,

Dishion y Hollenstein, 2013),

Durante la infancia, las interacciones sostenidas entre padres e hijos alrededor de las

tareas de socialización habrían servido para construir un estilo interactivo en cada díada (padre-

hijo/a, madre-hijo/a). Pero, a partir de la pubertad, los cambios intrapersonales en padres e hijos

van a representar una perturbación del sistema familiar, que se tornará más inestable y propiciará

un aumento de la variedad de patrones de interacción diádicos posibles, de forma que las

discusiones y enfrentamientos convivirán con momentos de armonía y expresión de afectos

positivos.

Estilos Educativos Parentales y Socialización


El amor, la comunicación, el control que tienen los progenitores hacia sus hijos y el grado

de madurez que esperan que estos posean son características frecuentes en los procesos de

crianza de las familias (Moreno & Cubero, 1990). Cada familia origina estas características en su

contexto para así facilitar el desarrollo de los hijos y prepararlos para insertarse apropiadamente

en la sociedad. Los padres utilizan determinadas estrategias de socialización para regular la

conducta de sus hijos; estas estrategias se expresan en estilos educativos parentales y su elección

depende de variables personales tanto de los padres como de los hijos (Ceballos & Rodrigo,

1998).

Es importante destacar que las creencias acerca de la crianza y las prácticas de los padres

no siempre suelen relacionarse entre sí ya que las creencias hacen referencia a unas pautas

preestablecidas que plantean cómo educar a los hijos y las prácticas describen los

comportamientos concretos que tienen de los padres para encaminar a los niños hacia una

socialización adecuada (Solís-Cámara & Díaz, 2007). A su vez, las dimensiones fundamentales

con las que se ayudan los padres para realizar la socialización son el apoyo y el control. El

control está básicamente relacionado con el mandato parental y el apoyo está vinculado a la

comunicación que favorece el razonamiento, el afecto y la comprensión.

Estas dimensiones causan determinados modelos de crianza. Los modelos de crianza o

estilos educativos parentales establecidos por Baumrind (1967,1971), pionera de la investigación

en el tema, son el estilo autoritario, el estilo permisivo y el estilo democrático (Roa & del Barrio,

2002).

El estilo autoritario o represivo es rígido, en este modelo la obediencia es una virtud. Los

padres con este estilo educativo favorecen la disciplina en demasía dándole mucha importancia a

los castigos y poca al dialogo y la comunicación con los hijos limitando de esta manera la
autonomía y la creatividad en el niño (Baumrind, 1968). Este modelo es el que tiene efectos más

negativos sobre la vida social de los niños ya que éstos suelen mostrar comportamientos hostiles,

baja autoestima, desconfianza y conductas agresivas (Henao, Ramirez & Ramirez, 2007; Alonso

& Román, 2005). El estilo permisivo o no restrictivo refleja una relación padre e hijo no directiva

basada en el no control parental y la flexibilidad (Baumrind, 1997).

Los niños de este modelo crecen sobreprotegidos con escasa disciplina y no se tienen en

cuenta sus opiniones. Los padres evitan los castigos y las recompensas, no establecen normas

pero tampoco orientan al hijo (Torío, Peña & Inda, 2008). El estilo democrático es también

denominado autoritativo, autorizado, contractualista y equilibrado. Los padres que adhieren a este

modelo de crianza son más responsivos a las necesidades de los hijos proveyéndoles

responsabilidades, permitiendo que ellos mismos resuelvan problemas cotidianos, favoreciendo

así la elaboración de sus aprendizajes, la autonomía y la iniciativa personal.

Fomentan el dialogo y comunicación periódica y abierta entre ellos y sus hijos para que

los niños comprendan mejor las situaciones y sus acciones (Baumrind, 1966). Los padres de este

modelo establecen normas pero sin dejar de estar disponibles para la negociación orientando

siempre al niño.

Este estilo acompaña el desarrollo evolutivo del niño y la conformación de su

personalidad por ende es el que más favorece el ajuste social y familiar del niño brindándole

estabilidad emocional y elevada autoestima (Torío et al., 2008). Finalmente, Maccoby & Martin

(1983) proponen un cuarto estilo educativo, el permisivo-negligente, basándose en el modelo de

Baumrind (1978). En este estilo no existe ni la exigencia paterna ni la comunicación abierta y

bidireccional. Los padres de este modelo suelen ser indiferentes ante el comportamiento de sus

hijos delegando su responsabilidad hacia otras personas, complaciendo a los niños en todo y
dejándolos hacer lo que quieran para no verse involucrados en sus acciones. Liberan al hijo del

control no estableciendo normas ni castigos o recompensas ni orientándolo (Sorribes & García,

1996).

Es necesario afirmar que la mayoría de los padres no tienen un estilo de crianza definido o

bien presentan pautas de crianza contradictorias. Además el uso que los padres hagan de cada uno

de los estilos no será sin repercusiones, al contrario, los diversos modelos tendrán consecuencias

en la conducta y adaptación prosocial y emocional del niño (Torío et.al, 2008).

En consecuencia, son los padres quienes funcionan como agentes de socialización de sus

hijos constituyéndose en el nexo entre el individuo y la sociedad. La familia socializa al niño

permitiéndole interiorizar normas, valores culturales y desarrollando las bases de su personalidad.

Teniendo en cuenta las profundas transformaciones económicas, políticas, sociales y

culturales que impactan en las transformaciones de las identidades socioculturales de los actores

educativos; es necesario repensar las funciones desde lo pedagógico y lo asistencial. La sociedad

en general y especialmente la escuela estigmatiza o desacredita cuando alguien es portador de

una condición o atributo , en este caso el embarazo adolescente, que lo vuelve diferente a los

demás, se lo deja de ver como una persona íntegra y se lo reduce a un ser con una particularidad.

Por un lado las alumnas madres o los alumnos padres en la escuela sufren la situación del

estigmatizado, y por otro lado, su “marca” no es conocida por quienes los rodean y se

desprestigia las características de sus situaciones. Aparece “disfrazada” un tipo de marginación y

discriminación que termina reproduciendo la desigualdad social y por consecuencia la exclusión

socioeducativa. Reconocer y trabajar estos prejuicios discursivos que influyen en las prácticas

educativas es un paso importante para la inclusión.


Las estrategias de retención y el marco normativo existentes son herramientas necesarias

pero aun no suficientes para garantizar el derecho a la educación de los y las adolescentes padres,

madres y embarazadas, se observa que en las prácticas cotidianas encontramos muchos

obstáculos no solo a nivel institución sino también la vulnerabilidad de otros derechos como son

la vestimenta, alimentación, la salud, la vivienda, por lo tanto debemos cuestionar la organización

y el funcionamiento de las culturas escolares más tradicionales, Si bien se empieza a vislumbrar

experiencias como la creación de las salas maternales para los alumnos y alumnas en situación de

maternidad y paternidad, la implementación de normativas en cuanto un régimen de asistencia

especial para las adolescentes madres y la implementación de la Ley de Educación Sexual

Integral en todos los niveles educativos, todavía falta mucho por hacer porque siguen existiendo

mecanismos expulsivos para estos alumnos y alumnas, observándose una situación más

desfavorecidas para los padres alumnos .

2.3. Marco Legal Y Normativo

En el presente estudio, se analiza el marco legal relacionado con la salud y desarrollo de

los adolescentes en los países miembros del Organismo Andino de Salud – Convenio Hipólito

Unanue ORAS - CONHU, en particular lo relativo al acceso a servicios vinculados con la salud

sexual y reproductiva, así como documentos relevantes que incluyan normativa de los

Ministerios de Salud y directrices de organismos internacionales, de manera que el documento

aporte una perspectiva global a nivel de país y de la región.

Constitución Política De Colombia


“Art. 44.- Son derechos fundamentales de los niños: la vida, la integridad física, la salud

(…). Gozarán también de los demás derechos consagrados en la Constitución, en las leyes y en

los tratados internacionales ratificados por Colombia.

La familia, la sociedad y el Estado tienen la obligación de asistir y proteger al niño para

garantizar su desarrollo armónico e integral y el ejercicio pleno de sus derechos. Cualquier

persona puede exigir de la autoridad competente su cumplimiento y la sanción de los infractores.

Los derechos de los niños prevalecen sobre los derechos de los demás.”

“Art. 45.- El adolescente tiene derecho a la protección y a la formación integral.

El Estado y la sociedad garantizan la participación activa de los jóvenes en los organismos

públicos y privados que tengan a cargo la protección, educación y progreso de la juventud.”

“Art. 49.- La atención de la salud y el saneamiento ambiental son servicios públicos a

cargo del Estado. Se garantiza a todas las personas el acceso a los servicios de promoción,

protección y recuperación de la salud.

Corresponde al Estado organizar, dirigir y reglamentar la prestación de servicios de salud

a los habitantes y de saneamiento ambiental conforme los principios de principios de eficiencia,

universalidad y solidaridad. También establecer las políticas para la prestación de servicios de

salud por entidades privadas, y ejercer su vigilancia y control. (…)”

Código De La Infancia Y La Adolescencia

“Art. 7.- Protección integral. Se entiende por protección integral de los niños, niñas y

adolescentes el reconocimiento como sujetos de derechos, la garantía y cumplimiento de los


mismos, la prevención de su amenaza o vulneración y la seguridad de su restablecimiento

inmediato en desarrollo del principio del interés superior.

La protección integral se materializa en el conjunto de políticas, planes, programas y

acciones que se ejecuten en los ámbitos nacional, departamental, distrital y municipal con la

correspondiente asignación de recursos financieros, físicos y humanos.”

“Art. 8.- Interés superior de los niños, las niñas y los adolescentes. Se entiende por

interés superior del niño, niña y adolescente, el imperativo que obliga a todas las personas a

garantizar la satisfacción integral y simultánea de todos sus Derechos Humanos, que son

universales, prevalentes e interdependientes.”

“Art. 9.- Prevalencia de los derechos. En todo acto, decisión o medida administrativa,

judicial o de cualquier naturaleza que deba adoptarse en relación con los niños, las niñas y los

adolescentes, prevalecerán los derechos de estos, en especial si existe conflicto entre sus derechos

fundamentales con los de cualquier otra persona.

En caso de conflicto entre dos o más disposiciones legales, administrativas o

disciplinarias, se aplicará la norma más favorable al interés superior del niño, niña o

adolescente.”

“Art. 39.- Obligaciones de la familia. La familia tendrá la obligación de promover la

igualdad de derechos, el afecto, la solidaridad y el respeto recíproco entre todos sus integrantes.

Cualquier forma de violencia en la familia se considera destructiva de su armonía y unidad y

debe ser sancionada. Son obligaciones de la familia para garantizar los derechos de los niños, las

niñas y los adolescentes:


6. Promover el ejercicio responsable de los derechos sexuales y reproductivos y colaborar

con la escuela en la educación sobre este tema.

“Art. 41.- Obligaciones del Estado. El Estado es el contexto institucional en el

desarrollo integral de los niños, las niñas y los adolescentes. En cumplimiento de sus funciones

en los niveles nacional, departamental, distrital y municipal deberá:

1. Garantizar el ejercicio de todos los derechos de los niños, las niñas y los adolescentes

Asegurar las condiciones para el ejercicio de los derechos y prevenir su amenaza o

afectación a través del diseño y la ejecución de políticas públicas sobre infancia y adolescencia.

(…)

Parágrafo. Esta enumeración no es taxativa y en todo caso el Estado deberá garantizar de

manera prevalente, el ejercicio de todos los derechos de los niños, las niñas y los adolescentes

consagrados en la Constitución Política, los tratados y convenios internacionales de Derechos

Humanos y en este código.”

“Art. 46.- Obligaciones especiales del Sistema de Seguridad Social en Salud. Son

obligaciones especiales del Sistema de Seguridad Social en Salud para asegurar el derecho a la

salud de los niños, las niñas y los adolescentes, entre otras, las siguientes:

7. Garantizar el acceso gratuito de los adolescentes a los servicios especializados de salud

sexual y reproductiva.

8. Desarrollar programas para la prevención del embarazo no deseado y la protección

especializada y apoyo prioritario a las madres adolescentes.


“Art. 50.- Restablecimiento de los derechos. Se entiende por restablecimiento de los

derechos de los niños, las niñas y los adolescentes, la restauración de su dignidad e integridad

como sujetos y de la capacidad para hacer un ejercicio efectivo de los derechos que le han sido

vulnerados.”

Norma Técnica Para La Atención De Planificación Familiar A Hombres Y Mujeres

Resolución 0769 De 2008

La norma tiene por objeto brindar a hombres y mujeres y parejas en edad fértil, la

educación, información y métodos necesarios para dar respuesta a sus derechos reproductivos y

ampliar el abanico de opciones anticonceptivas apropiadas para sus necesidades y preferencias,

así como contribuir a disminuir gestaciones no deseadas. Los beneficiarios son todos los hombres

y mujeres en edad fértil, afiliados a los regímenes contributivo y subsidiado.

A más de la obligación administrativa y técnica de los operadores, la norma implica un

compromiso ético para garantizar los derechos reproductivos y la protección anticonceptiva de

hombres y mujeres en edad reproductiva. Las actividades y procedimientos que incluyen la

norma son: consulta de primera vez de planificación familiar, elección y suministro de métodos

de planificación familiar, consulta de control o seguimiento en planificación familiar.

Se establece en el numeral 5.3.3 que la anticoncepción de emergencia debe indicarse, en

las siguientes situaciones en las que exista una relación sexual sin protección:

a) Violencia sexual contra la mujer con violación;

b) Relación sexual sin protección en población adolescente vulnerable, garantizando el

acceso al uso de un método temporal regular que se adapta a sus necesidades. Se considera como

población adolescente vulnerable a aquella en condición de desplazamiento o en zonas


marginales y a aquella en riesgo por el conjunto de condiciones sociales, personales y culturales

en las que se desarrolla.

En el grupo de adolescentes, se debe informar y educar sobre métodos regulares

anticonceptivos, enfatizando siempre la doble protección.

En todo momento, se debe tener en cuenta la capacidad del menor adulto para otorgar

consentimiento para el acceso a métodos temporales de planificación familiar.

Dentro de la oferta de métodos temporales de planificación familiar, existen algunos que

por las características necesarias para su suministro, requieren que la mujer otorgue su

consentimiento informado por escrito. Este es el caso del dispositivo intrauterino, que se inserta

mediante un procedimiento menor en consultorio y que conlleva unos riesgos que deben ser

explicados a la mujer de una forma sencilla y clara, para que ella pueda, en el ejercicio de su

autonomía, autorizar la inserción del método. Igual sucede con el implante subdérmico.

Conociendo las implicaciones que para la salud de la mujer menor adolescente (14 a 18

años), tendría un embarazo no deseado y que existen los métodos para prevenirlo, la mujer en el

ejercicio de su autonomía en desarrollo, podrá tomar decisiones sobre métodos de planificación

familiar no definitivos.

El Estado debe garantizar la salud y los derechos sexuales y reproductivos de las/los

adolescentes, a partir de la interpretación de la Convención sobre los Derechos del Niño - Ley 12

de 1991 - que se refiere entre otros, al reconocimiento y garantía de la no discriminación, a la

libertad de expresión, a la libertad de pensamiento, conciencia y religión, a la protección de la

vida privada, al acceso a una información adecuada, a la educación. El eje fundamental de


interpretación es el criterio de interés superior del niño, desarrollado por la Corte Constitucional

en diferentes sentencias.

El derecho a la salud, establecido en el artículo 24, literal f) de la Convención, contempla

como obligación del Estado: "Desarrollar la atención preventiva de la salud y la educación y

servicios en materia de planificación de la familia".

El Estado debe garantizar el acceso a la información, educación y a la aplicación de los

métodos temporales de planificación a las y a los adolescentes sin más restricción que la solicitud

libre y el consentimiento informado del o la menor de edad.

Los y las adolescentes tienen la posibilidad de tomar decisiones que no pongan en riesgo

su vida sobre su cuerpo y su salud, es importante resaltar que incluso pueden decidir una

situación tan compleja como dar a su hijo en adopción. El ejercicio de la sexualidad es un acto

autónomo de las personas. Las/los adolescentes pueden tomar la decisión de ejercer su

sexualidad y también pueden tomarla sobre la forma de hacerlo para que sea de una manera

placentera, responsable y libre de riesgo de un embarazo no deseado.

Análisis de la normativa colombiana

La Constitución colombiana, establece la preeminencia de los derechos de los niños

frente a otros grupos etarios y el derecho de los adolescentes a la protección y formación

integral, para lo que es indispensable que puedan tener acceso a información y servicios de salud

sexual y reproductiva, así como a métodos de regulación de la fecundidad o anticoncepción.

En ese contexto, señala que la atención de salud es un servicio público, en consecuencia

responsabilidad del Estado, que es el que a través de la norma garantiza a todas las personas el
acceso a servicios de promoción y protección, dentro de los que están los que nos ocupan en este

análisis.

Con un avance mayor al constitucional, el Código de la Infancia y la Adolescencia,

establece la protección integral que implica el reconocimiento de los niños, niñas y

adolescentes como sujetos de derechos, garantizando el desarrollo del principio del interés

superior de este grupo, lo que obliga a todas las personas a asegurar la satisfacción integral y

simultánea de todos sus derechos humanos, que son universales, prevalentes e interdependientes

y deben materializarse con un conjunto de políticas, planes, programas y acciones.

Se establece que en todo acto o decisión administrativa o judicial prevalecen los derechos

de niños, niñas y adolescentes frente a los de los otros, involucrando a la familia que tiene la

obligación de promover el ejercicio responsable de los derechos sexuales y reproductivos y

colaborar con la escuela en la educación sobre el tema; y el Estado en cumplimiento de sus

funciones debe garantizar el ejercicio efectivo de todos los derechos y asegurar las

condiciones para ello.

Esta ley expresamente consagra responsabilidades específicas del Sistema de Seguridad

Social, al establecer que se debe garantizar el acceso gratuito de los adolescentes a los servicios

especializados de salud sexual y reproductiva y desarrollar programas para la prevención del

embarazo no deseado y la protección especializada y apoyo prioritario a las madres adolescentes.

Otro tema que merece destacarse en esta legislación es el relativo al restablecimiento de

los derechos de los niños, niñas y adolescentes que implica entre otras cosas la restauración de su

capacidad para el ejercicio efectivo de los mismos cuando hayan sido vulnerados. Es decir, en el
caso que nos ocupa si se niega atención, servicios o acceso a métodos anticonceptivos, esta

disposición permite reclamar por ello y exigir el cumplimiento.

En el año 2008 se emitió la norma técnica para la atención de planificación familiar, que

tiene por objeto brindar educación, información y métodos para dar respuesta a los derechos

reproductivos, señalando en la misma norma que conociendo las implicaciones que para la salud

de la mujer menor adolescente (14 a 18 años), tendría un embarazo no deseado y que existen los

métodos para prevenirlo, la mujer en el ejercicio de su autonomía, podrá tomar decisiones sobre

métodos de planificación familiar no definitivos.

Definición de variables

1. Variable Independiente: estilos de crianza

Definición conceptual: son una constelación de actitudes de los padres que involucra las

dimensiones apoyo (amor, aprobación, ayuda) y control parental (disciplina, supervisión, normas)

que son comunicadas a los hijos y que en conjunto crean un clima emocional que determinarán

los comportamientos del hijo y los vínculos de éstos con sus padres (Climent, 2009).

Variable independiente 2:

Para los adolescentes, el comportamiento es el conjunto de actos propios determinados

por el entorno en que se vive; tiene influencias más sociales, es decir, ubica los diferentes

procesos y sus manifestaciones en un contexto, e intenta establecer la naturaleza de sus

relaciones. Dado que los adolescentes son más independientes y volubles que cuando eran niños,

frecuentemente quedan fuera del control físico directo de los adultos. En estas circunstancias, el

comportamiento de los adolescentes está determinado por su propio código de moral y de


conducta. Los padres actúan como guías en las acciones de los adolescentes, en lugar de

controlarlas directamente.

Definición operacional: Cardoso (1998, citado en Viveros, 2000) sostiene que a la

paternidad adolescente la rodea un “muro de silencio”, que la divide y desplaza, implicando una

relación perversa de la sociedad con el padre joven. Si anulamos este tipo de paternidad, lo que

hacemos es legitimar la ausencia paterna generamos que el padre adolescente se sienta vulnerable

ante su nueva situación y le dificultamos la posibilidad de pensar, prevenir o asumir su

paternidad. Es necesario pensar a la paternidad como un proceso de construcción que tiene como

resultado una interrelación entre las personas, esta manera de comprender el medio prevalece a

través del tiempo mediante la importancia que el sujeto le otorgue a sus procesos.

Por su parte, los autores Alatorre y Luna (2000 citado en Anabalon, Cares y otros) señalan

que la paternidad se construye por medio de los procesos socioculturales y subjetivos que dan

lugar a las prácticas y significaciones en relación con los hijos e hijas. En el caso de los

adolescentes, se construyen en sus ámbitos de desarrollo y relaciones que vayan generando. Ser

padre adolescente significa no solo tener en cuenta el concepto de la masculinidad sino la mirada

que la sociedad atribuye al ser padre adolescente.


CUADRO DE VARIABLES

Objetivo general: Analizar el rol de padres adolescentes en la crianza de los hijos en la ciudadela el
dividivi del distrito turístico y cultural de Riohacha – Guajira

OBJETIVOS VARIABLE DIMENSIONES INDICADORES ITEMS


Identificar las  Actitud 1,2
actitudes de los Actitudes de  Emociones 3,
padres frente a crianza  Conductas 4,5
la crianza de sus ROL DE  Personalidad 6,7,8
hijos. PADRES  Afectación ,9,
ADOLESCENTES  Sensaciones 10
Caracterizar las Acciones frente  Escala de crianza 11,
acciones del rol a la crianza  Características 12,
del padre frente individuales, 13,
a la crianza de familiares y sociales 14,
sus hijos.  Apoyo 15
 Compromiso 16
 Responsabilidad 17

Determinar los Tipos de crianza Autoridad 18


tipos de crianzas Permisiva 19
desarrollados CRIANZA Negligente 20,
por los padres Facilitador
adolescentes. Autocrático

Proponer
estrategias del
rol de padres
frente a las
crianzas de sus
hijos.

Fuente: propia (2018)


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