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4) ÁREA JURÍDICA

4.1. Derecho Constitucional:

- Bases de la institucionalidad

Se entiende por bases de la institucionalidad al conjunto de principios que sirven de soporte


o cimiento para que se organice la sociedad.

Este capítulo fija la estructura esencial que inspirará el resto de la normativa constitucional,
estableciendo normas básicas en relación con las personas, con la forma del estado y del
gobierno, se establecen los deberes del estado y se regula el ejercicio de la soberanía
nacional.

Este capítulo es de gran importancia para el sistema constitucional chileno, por lo siguientes
motivos:

- Porque los aspectos que regula son los más importantes en la organización del
estado.
- Porque forma parte de la constitución y sus normas son obligatorias.
- Porque es un elemento imprescindible para interpretar el resto de la constitución

- LA DIGNIDAD HUMANA

La dignidad humana se puede definir como un valor inherente o el derecho inviolable e


intangible, que tiene cada ser humano, de ser respetado y valorado como ser individual y
social, con sus características y condiciones particulares, por el solo hecho de ser persona.

La dignidad humana ha sido avasallada a lo largo de la historia, y ejemplos de ello son: la


desigualdad social en la edad media, los abusos del poder y el holocausto judío. Justamente
este último hecho fue el detonante para que se dictara la Declaración Universal de los
Derechos Humanos en 1948, la cual declaró en su artículo 1, a todos los seres humanos
libres e iguales en dignidad y derechos.

Pese a las múltiples características que nos diferencian a los seres humanos (nacionalidad,
raza, sexo, religión, etc), lo importante es que en esencia somos todos iguales como sujetos
de derechos, y aquellos con menos oportunidades deben ser ayudados por el estado para
que tengan igualdad de oportunidades.

El término dignidad es sinónimo de valioso, con honor, merecedor.

Una consecuencia jurídica de ser seres dignos, es que estamos dotados de una serie de
derechos básicos, llamados derechos humanos o derechos fundamentales, los cuales no
pueden ser vulnerados bajo ningún contexto, tales como: el derecho a la vida, a la libertad, a
la educación, etc. Así lo señala la convención americana sobre derechos humanos (o Pacto
de San José de Costa Rica), que en el preámbulo señala: “que los derechos esenciales del
hombre no nacen del hecho de ser nacional de determinado estado, sino que tienen como
fundamento los atributos de la persona humana, por tal razón se justifica su protección
internacional”. Otra consecuencia jurídica, es que el ser humano por ser un ser digno, el
estado se encuentra al servicio de la persona humana. Y en virtud de esta misma dignidad,
es posible limitar el ejercicio de la soberanía nacional.

Por todo lo anterior, es que Chile reconoce esta norma en la constitución política de 1980, ya
que no existía en los textos fundamentales anteriores, señalando en el inciso primero del
artículo 1, que: “Las personas nacen libres e iguales en dignidad y derechos”. Lo que
implica el pleno reconocimiento de dos características de todos los seres humanos: su
libertad y su igualdad. Asimismo, es la primera carta que incorpora derechos en términos
generales, defendibles ante el estado y los particulares, y que cuenta con acciones que
permiten acudir a los tribunales para obtener su defensa concreta (recursos).

Respecto de la libertad, se manifiesta por el derecho de toda persona de decidir lo que se


puede o no hacer. Implica además la proscripción de toda forma de esclavitud o de dominio
de uno respecto del otro.
En relación con la igualdad, esta no se trata de una igualdad absoluta, sino que en una
equivalencia sólo en lo que se refiere a su dignidad y derechos. Vale decir, nuestro sistema
acepta y acoge las diferencias entre los individuos, pero siempre que ellas no afecten la
dignidad ni los derechos de las personas. En virtud del principio de la igualdad, no es posible
hacer diferencias arbitrarias en los sujetos, pero a su vez se hace necesario generar la
intervención social que permita eliminar las desigualdades que nacen de circunstancias de
hecho y que generan injusticia social (principio de igualdad de oportunidades).

Ambos valores, libertad e igualdad, se explican finalmente por una cualidad intrínseca de las
personas, como es su dignidad.

Como consecuencia de esta norma, se desprende que el estado está al servicio de la


persona humana.

- LA SERVICIALIDAD DEL ESTADO

Artículo 1°.-

Inciso 3 – El estado está al servicio de la persona humana y su finalidad es promover el bien


común, para lo cual debe contribuir a crear las condiciones sociales que le permitan a todos y
cada uno de los integrantes de la comunidad nacional su mayor realización material y
espiritual posible, con pleno respeto de los derechos y garantías que esta constitución
establece.

Inciso 4 – Es deber del estado: Resguardar la seguridad nacional, dar protección a la


población y a la familia, propender al fortalecimiento de ésta, promover la integración
enarmónica de todos los sectores de la nación y asegurar el derecho de las personas de
participar con igualdad de oportunidades en la vida nacional.

Principio de Servicialidad del Estado

Concordante con el reconocimiento de la dignidad del Ser Humano (art. 1º inciso 1º de la


C.P.R.), la Constitución establece que el Estado se encuentra al servicio de la persona
humana, lo que implica un reconocimiento explícito a la situación preferente que ocupa la
Persona en nuestra institucionalidad. Vale decir, en palabras de Eduardo Soto Kloss, se
incorpora la noción de “primacía de la persona” dentro de nuestro ordenamiento
constitucional. O como lo manifiesta Rolando Pantoja: “la razón de ser del Estado es estar al
servicio de la persona humana, dentro de una concepción filosófica que se asienta en el valor
del ser humano concreto, y su finalidad es promover el bien común, apuntando a un objetivo
social de desarrollo espiritual y material, con todos los supuestos implícitos que esa finalidad
conlleva”.

Es importante enfatizar en que no hay misión más importante para la Sociedad Organizada
que servir a la persona humana. De esta forma, debemos entender que cualquier actuación
que realicen los órganos del Estado debe estar enfocada, directa o indirectamente a servir a
las personas. Por el contrario, si el órgano actúa sin atender a esta finalidad, estaríamos en
presencia de una conducta inconstitucional.

Este principio constituye unos de los pilares fundamentales del Constitucionalismo


Humanista, con un aparato estatal que se dirige y justifica por el servicio permanente a favor
de la persona humana.

El cumplimiento de este principio es, por lo tanto, la base que permite legitimar al Estado en
general y a sus autoridades en especial en todas y cada una de sus actuaciones, por lo que
sirve de estándar continúo de evaluación de las mismas.

Noción de “Bien Común”

Que el Estado deba “promover el Bien Común”, significa que el Estado debe adoptar una
actitud activa, positiva, dinámica en orden a “tomar la iniciativa” en la obtención de dicho Bien
Común. Vale decir, el Bien Común no aparece como un mero límite en la actuación de los
órganos del Estado, sino que debe representar su objetivo fundamental, por lo que ellos
deberán buscarlo, perseguirlo y propender hacia él.
Por otra parte, la noción de “bien común” se relaciona con el hecho que el bien que se busca
debe ser el bien de todos los miembros de la sociedad, y no el bienestar particular de
determinados sujetos. Luego, la Constitución indica que, para alcanzar el bien común, el
Estado deberá “contribuir a crear las condiciones sociales que permitan a todos y a cada uno
de los integrantes de la comunidad nacional su mayor realización espiritual y material posible
con pleno respeto a los derechos y garantías que esta Constitución establece.”
Como se aprecia, la definición de bien común que nos proporciona el texto constitucional es
de corte individualista: o sea, no existe un bien “social” o de la “sociedad como ente
abstracto”, sino que el bien común se compone de la suma del bienestar de cada uno de los
individuos que componen la comunidad. O sea, la Carta opta por un modelo individualista (y
no socialista) de bien común: enfocado en el bienestar de las personas y no un ideal de
sociedad, con prescindencia de los sujetos que la conformamos.

En un sentido similar se ha pronunciado la Corte Interamericana de Derechos Humanos


cuando ha señalado:

“Es posible entender el bien común, dentro del contexto de la Convención, como un concepto
referente a las condiciones de la vida social que permiten a los integrantes de la sociedad
alcanzar el mayor grado de desarrollo personal y la mayor vigencia de los valores
democráticos. En tal sentido, puede considerarse como un imperativo del bien común la
organización de la vida social en forma que se fortalezca el funcionamiento de las
instituciones democráticas y se preserve y promueva la plena realización de los derechos de
la persona humana...” (Opinión consultiva “La colegiación obligatoria de periodistas arts. 13 y
29 Convención Americana sobre Derechos Humanos”, Opinión Consultiva OC-5/85 del 13 de
noviembre de 1985. Serie A No. 5, párr. 66)

Los Deberes del Estado en particular

Enmarcado dentro del principio de Servicialidad del Estado, y de esta búsqueda activa del
Bien Común, el citado art. 1º inciso 5º de la Constitución procede a indicar que son deberes
del Estado los siguientes:

- Resguardar la seguridad nacional: En este punto, la seguridad se refiere a la seguridad del


Estado en su conjunto: de su territorio, de la población, del poder del Estado.
- Dar protección a la población. Vinculado al principio de servicialidad, los órganos del Estado
debe velar por proteger debidamente a todos los miembros de la población, no sólo los
nacionales, no sólo los ciudadanos, sino que todos los que integren a la población.
- Dar protección a la familia y propender a su fortalecimiento. Ya hemos hecho referencia a la
importancia de la familia para nuestra sociedad, y por lo mismo, el Estado asume como
deber la protección de la familia e incentivar a su fortalecimiento.
- Promover la integración armónica de todos los sectores de la Nación. El Estado, por sí
mismo es un instrumento de integración, de reunión de las personas y de los grupos que lo
conforman. No obstante ello, debe velar por la eliminación de toda forma de exclusión,
promoviendo la participación de los diferentes sectores sociales.
- Asegurar el derecho de las personas a participar con igualdad de oportunidades en la vida
nacional. Para Alejandro Silva Bascuñán, esta expresión significa que todas las personas
deben estar habilitadas para intervenir en la toma de decisiones estatales, sin diferencias
notables entre unos y otros. Para José Luis Cea, en tanto, esta frase consagra el derecho a
la Igualdad de Oportunidades, como derecho autónomo, con consecuencias no sólo en el
área política, sino que también en lo económico, social y cultural.

- LA SOBERANÍA DE NACIÓN O EL PUEBLO

Artículo 5°.-
La soberanía reside esencialmente en la nación. Su ejercicio se realiza por el pueblo a través
del plebiscito y de elecciones periódicas y, también, por las autoridades que esta constitución
establece. Ningún sector del pueblo ni individuo alguno puede atribuirse su ejercicio.

El ejercicio de la soberanía reconoce como limitación el respeto a los derechos esenciales


que emanan de la naturaleza humana.
Es deber del estado respetar y promover tales derechos, garantizados por esta constitución y
por los tratados internacionales ratificados por Chile y que se encuentran vigentes.

Titularidad y ejercicio de la Soberanía (art. 5º inc. 1º CPR)

Por soberanía debemos entender el Poder Político máximo o supremo en un determinado


Estado. La Soberanía implica el poder máximo de mando al interior de un Estado, pero a su
vez la absoluta prescindencia de otro Estado soberano. Vale decir, la Soberanía debe ser
entendida en dos dimensiones: “la soberanía - autonomía” que corresponde al poder que se
ejerce en un Estado determinado, y la “soberanía – independencia” que alude a una posición
de igualdad frente a otros Estados también soberanos.

El artículo 5º inciso 1º de la Constitución Política no define soberanía, sino que indica quién
es el titular de ella y quién la puede ejercer (y de qué modo). Respecto de su titularidad, la
Constitución dispone que la soberanía reside esencialmente en la Nación, y que su ejercicio
corresponde al Pueblo.

¿Por qué esta diferenciación?

A partir de los autores contractualistas, especialmente en Rousseau – “El contrato social”-, se


comienza a sostener que el Rey deja de ser “el soberano” (como sostenían los autores de la
Era Moderna, como Bodin -“Los seis libros de la República” -), sino que el poder se divide
entre cada uno de los individuos que forman el Estado de modo tal que la voluntad general
se forma por la unión o adición de las diferentes voluntades. De esta forma, el Poder Político
o Soberanía residía, según estos autores, en el Pueblo entendido éste como el conjunto de
ciudadanos. Más adelante, el Abate Sieyés –“El Tercer Estado”- advierte que al ser el
concepto de “pueblo” un concepto compuesto y dinámico, ya que depende de la suma de
individuos o ciudadanos, no era adecuado entregarle a él la Soberanía, la que debía tener
rasgos de unidad y permanencia. Por lo que el autor expresa la necesidad de radicar la
Soberanía en una entidad diferente, independiente de los individuos que ocasionalmente la
formen, y que posea las características de unidad y permanencia antes señaladas. Por ello,
él termina por señalar que el verdadero titular de la Soberanía ha de ser la Nación, entendida
ésta como “una unión de carácter abstracto y permanente de todos los miembros de una
sociedad política, es decir, tanto las generaciones pasadas como las presentes y futuras”.
Según el profesor José Luis Cea, la intención de Sayés fue quitarle el Poder a los
ciudadanos y depositarlo en la Nación, con características de Poder absoluto, imprescriptible
e ilimitado.

Ahora bien, esclarecido el fundamento de por qué el Poder o Soberanía “reside en la


Nación”, entendida ésta como el ente abstracto antes descrito, es imposible asumir que dicho
ente abstracto, carente de voluntad y dinamismo, pueda efectivamente ejercerla, y por ese
motivo, apareció adecuado en las discusiones de la Comisión de Estudios de la Nueva
Constitución, establecer que el ejercicio de la soberanía le corresponde al Pueblo.
El Pueblo, en este sentido, debe ser entendido como el conjunto de ciudadanos, o sujetos
que poseen facultades electorales, quienes logran unir sus voluntades a través de los
mecanismos constitucionales para adoptar las decisiones que exige el ejercicio del Poder.
Ningún sector del pueblo ni individuo puede atribuirse el ejercicio de la soberanía.
El pueblo, a su vez, ejercerá este poder de las siguientes formas:

a) Ejercicio directo de la Soberanía. Ello ocurre en dos situaciones:

- Por Plebiscitos. Consisten en consultas públicas realizadas a los ciudadanos sobre


asuntos específicos. Nuestra Constitución contempla sólo en dos casos la posibilidad de
llamar a Plebiscitos:

- Durante la tramitación de las Reformas Constitucionales, en casos de discrepancias


entre las Cámaras del Congreso Nacional y el Presidente de la República (art. 128 y 129 de
la CPR), o

- En el casos de plebiscitos comunales, regulados por el art. 118 CPR.

- Por elecciones periódicas. Por su parte, nuestra Carta Fundamental contempla cinco
tipos de cargos que son de elección popular, a saber: el Presidente de la República (art. 26
CPR), los Diputados (art. 48 CPR), los Senadores (art. 49 CPR), los Alcaldes (art. 57 de la
Ley Orgánica Constitucional de Municipalidades, Nº 18.695 por aplicación del art. 119 CPR) y
los Concejales (art. 119 CPR)
b) Ejercicio indirecto de la Soberanía. Opera mediante la actuación de los órganos del
Estado, algunos de ellos compuestos por funcionarios elegidos directamente por la
ciudadanía (como los señalados anteriormente), o bien designados por funcionarios
previamente elegidos por la ciudadanía (como las autoridades del Poder Judicial, del Tribunal
Constitucional o del Ministerio Público).

Límites de la Soberanía (art. 5º inc. 2º CPR)

El inciso segundo del artículo 5º de la CPR, se encuentra compuesto, a su vez, por dos
oraciones, gramaticalmente separadas por un “punto seguido”:

1.- El ejercicio de la soberanía reconoce como limitación el respeto a los derechos esenciales
que emanan de la naturaleza humana.

La primera oración de dicha norma forma parte del texto original de nuestra Constitución de
1980, y según la Comisión de Estudios de la Nueva Constitución (CENC) tiene por objeto
establecer que los derechos esenciales “tienen como fundamento los atributos de la persona
humana y no nacen del reconocimiento que les brinde determinado Estado, siendo, por tanto,
anteriores y superiores a todo ordenamiento jurídico”. De esta norma derivan las siguientes
consecuencias:

a) Se establece el principio que el ejercicio de la soberanía se encuentra limitada por “el


respeto a los derechos esenciales que emanan de la naturaleza humana”.

b) Ello significa en primer término, reconocer que la soberanía popular no es total, absoluta o
ilimitada, sino que reconoce en sí misma, una frontera trascendental, como es el respeto por
los derechos fundamentales. De esta forma, ni el Pueblo ni los órganos públicos se
encuentran habilitados para tomar decisiones que impliquen vulneración a esta clase de
derechos. Esta norma es, pues fundamental para nuestra Democracia, la que sólo se justifica
por el respeto a las personas y sus derechos más esenciales.

c) La existencia de este límite se manifiesta en diferentes áreas:

· En lo relativo a la interpretación de las normas. En virtud de esta norma, nace un criterio


básico de interpretación constitucional, y que consiste que ninguna norma de la Carta
Fundamental podrá ser interpretada en contra de los derechos fundamentales, lo que en
sentido positivo puede entenderse como el principio “pro-homine” o “favor libertatis”, que
estudiamos en el Capítulo I de este curso.

· En lo relativo a la aplicación de las normas: Si existen dos normas que son


contradictorias, necesariamente deberá aplicarse aquella que proteja a las personas, por
sobre aquella que no las proteja, independientemente de cuál sea la jerarquía o rango de las
diferentes normas en aparente pugna. Por su parte, si ambas normas son protectoras de los
derechos, en tal caso, deberá ser aplicada aquella norma que mejor proteja a las personas,
nuevamente sin importar la jerarquía de las normas, incluso prefiriendo las normas
internacionales por sobre las internas.

· En lo relativo a la acción de los órganos estatales. Los órganos representativos de los


diferentes poderes o funciones del Estado deberán someter su acción a los deberes de
protección de los derechos fundamentales. Así por ejemplo:

- Los órganos ejecutivos. En el ejercicio de la subfunción de gobierno, el mando deberá


ejercerse con pleno respeto por los derechos fundamentales de las personas. A su vez, en la
subfunción administrativa, los servicios públicos deberán encontrarse al servicio de las
personas, debiendo privilegiar siempre el respeto por sus derechos esenciales, por sobre
otro tipo de consideraciones.

- Los órganos legislativos. Se encuentran impedidos de dictar leyes que sean contrarias o
atentatorias de los derechos fundamentales. Si bien pueden regular el ejericio de estos
derechos, e incluso limitarlos, en ningún caso podrán eliminarlos o restringirlos a tal punto
que dejen de ser reconocibles como tal.
- Los órganos judiciales. Deberán aplicar siempre las normas de un justo y debido proceso.
Además, deberán aplicar e interpretar las normas de acuerdo a criterios pro-homine o favor
libertatis.

- El poder constituyente. Incluso en la generación y modificación de la Constitución Política,


no podrán afectarse estos derechos. En caso contrario, la norma constitucional afectará
principios o valores superiores sobre los cuales se asientan todo el ordenamiento jurídico y
social de un país, pero por sobre todo, se afectarán las normas contenidas en el derecho
internacional de los derechos humanos, adquieriendo en tal caso, responsabilidad
internacional.

d) Se establece un “catálogo abierto de derechos fundamentales”, puesto que lo que


constituye un límite al ejercicio de la soberanía son todos los derechos esenciales que
emanan de la naturaleza humana, y no sólo aquellos que señala la Constitución.

e) Como consecuencia de lo anterior, y de la lectura de la norma en cuestión, se concluye


que los Derechos Humanos no nacen ni son creados por la Carta Fundamental, sino que
ésta sólo los garantiza o protege. En rigor, estos derechos brotan directamente de la propia
naturaleza humana, la que se caracteriza principalmente por su dignidad, origen último de los
Derechos Fundamentales.

f) Por lo mismo, son límite de la soberanía todos los derechos esenciales que emanen de la
naturaleza humana, y dentro de ellos:

- los que señale la propia Constitución Política en su art. 19, y en los demás preceptos
constitucionales, los que se indique el derecho internacional convencional a través de los
Tratados Internacionales sobre Derechos Humanos (hay autores como Humberto Nogueira
que incluyen también aquellos que reconoce el derecho internacional por otras vías, como
los principios de ius cogens o por vía consuetudinaria),

- todos los demás derechos que emanen de la naturaleza humana, aun cuando no se
encuentren incluidos en los sistemas normativos señalados anteriormente. Estos derechos
se conocen como “derechos implícitos”, y que además de lo establecido en el art. 5º inciso 2º
de la CPR, tienen una suerte de reconocimiento en lo dispuesto por el art. 29 letra c) de la
Convención Americana de Derechos Humanos (“Art. 29: Ninguna disposición de la presente
convención puede ser interpretada en el sentido de: c) excluir otros derechos y garantías que
son inherentes al ser humano o que se derivan de la forma democrática de gobierno”)

g) Todos aquellos derechos mencionados en la letra anterior, conforman lo que se denomina


El Bloque Constitucional de Derechos, bloque que forma parte de la Constitución Material.

h) También es consecuencia de esta disposición, un criterio básico de interpretación


constitucional, y que consiste que ninguna norma de la Carta Fundamental podrá ser
interpretada en contra de los derechos fundamentales, lo que en sentido positivo puede
entenderse como el principio “pro-homine” o “favor libertatis”, que estudiamos en el Capítulo I
de este curso.

i) Como corolario final, y en atención a lo señalado, los derechos esenciales que emanan de
la naturaleza humana se encuentran en una posición jerárquica aún más alta que la propia
Constitución Política (entendida ésta en su sentido formal) ya que ésta también es una
expresión de la soberanía popular y, por lo tanto, en el evento que la Carta Fundamental
estableciera normas contrarias a esta clase de derechos, nos encontraríamos frente a una
norma que aun teniendo rango constitucional, debe ser reformada con el objeto de ajustarla a
los parámetros antes señalados.

2.- Es deber de los órganos del Estado respetar y promover tales derechos, garantizados por
esta Constitución, así como por los tratados internacionales ratificados por Chile y que se
encuentres vigentes.

La segunda oración del inciso segundo del artículo 5º de la Constitución Política fue
incorporada por la Ley de Reforma Constitucional Nº 18.825 del año 1989, y establece
algunos deberes de los órganos del Estado, relacionados con el respeto y promoción de los
derechos fundamentales de las personas. Al respecto, debemos indicar lo siguiente:
a) El primer deber del Estado consiste en respetar “tales derechos” (debemos entender “los
derechos esenciales que emanan de la naturaleza humana”). El deber de respeto debe ser
entendido como un deber de carácter negativo, vale decir como una prohibición. O sea, los
órganos del Estado tienen prohibido violar, atentar o amenazar estos derechos.

b) El segundo deber consiste en promover los derechos fundamentales, lo que constituye un


deber de carácter positivo. Ya no se trata solamente de un “no atentar” o de un “no
amenazar” estas prerrogativas, sino que se impone la obligación de tomar una actitud activa
destinada al verdadero imperio de estos derechos. El Estado, por lo tanto, se obliga a
hacerlos efectivos en la práctica, lo que significa en primer término utilizar criterios de
interpretación que los favorezcan y nunca que los disminuyan en cuanto a su poder
normativo. Implica, además, adoptar acciones concretas de protección de derechos,
vinculados por ejemplo, con la generación de condiciones de vida favorables para los
ciudadanos, así como una correcta educación en lo que a Derechos Humanos se refiere.

c) No sólo los derechos consagrados en la Constitución deben ser respetados y promovidos,


sino que además aquellos que garanticen “los tratados internacionales ratificados por Chile y
que se encuentren vigentes”. Y si bien no lo dice expresamente, entendemos que todos los
demás derechos esenciales también deben ser respetados y promovidos, por aplicación de
la primera parte del art. 5º inciso 2º de la CPR, el que alude simplemente a “los derechos
esenciales que emanan de la naturaleza humana” sin distinción alguna.

- EL PRINCIPIO DE SUPREMACÍA CONSTITUCIONAL

Artículo 6°.-

Inciso 1 - Los órganos del estado deben someter su acción a la constitución y a las normas
dictadas conforme a ella, y garantizar el orden institucional de la república.

Inciso 2 – Los preceptos de esta constitución obligan tanto a los titulares o integrantes de
dichos órganos como a toda persona, institución o grupo.

Inciso 3 – La infracción de esta norma generará las responsabilidades y sanciones que


determina la ley.

Para describir este principio, es importante describir el concepto de Estado de Derecho.

Entendemos por Estado de Derecho, aquél donde existe un ordenamiento jurídico obligatorio
para gobernantes y gobernados, de manera tal que cualquier conducta, de aquéllos o de
éstos, originará las responsabilidades y sanciones que el mismo ordenamiento establezca.

El Estado de Derecho, en consecuencia, se caracteriza por su objetividad, puesto que


constituye un régimen que impera tanto para quienes detentan el poder, como para los
administrados. También se caracteriza por la ausencia de arbitrariedad ya que se entiende la
existencia de un ordenamiento común, conocidos por todos, y que no hace exclusiones ni
discriminaciones antojadizas.

Por su parte, tres son los principios más importantes sobre los cuales se sustenta la idea de
un “Estado de Derecho”:

1. El principio de la Supremacía Constitucional y la Fuerza Normativa de la Constitución


2. El principio de Legalidad o Juridicidad
3. El principio de Responsabilidad

El principio de la Supremacía Constitucional y la Fuerza Normativa de la Constitución

Constituye el primer principio fundante de la concepción de “Estado de Derecho”

¿En qué consiste este principio?

a) El principio de Supremacía Constitucional implica que la Constitución Política es la


Norma Fundamental del Estado. De aquello deriva la regla que ninguna otra norma
jurídica que se dicte al interior del territorio podrá ser contraria a la Constitución.
b) Por lo anterior, las normas deberán cumplir con una doble condición:
- Constitucionalidad de Fondo: Opera cuando los contenidos de la norma se ajustan a los
contenidos contemplados también en la Carta Fundamental. En caso contrario, se dirá que
esa norma es “inconstitucional de fondo”.

- Constitucionalidad de Forma: Opera cuando la norma es dictada por el órgano competente,


y cuando la norma se ajusta a los procedimientos que la Constitución establece para la
formación de la misma.

c) Pero además la Carta Fundamental es, en sí misma, una norma que, como tal, es de
carácter imperativo, y que, por lo tanto obliga a todos, tanto a los órganos del Estado y a sus
titulares, como a toda otra persona, institución o grupo. La Constitución tiene, por lo tanto,
fuerza normativa directa, lo que la convierte además en un precepto que perfectamente
puede fundamentar las actuaciones de los órganos del Estado, y sustentar los derechos y
deberes de las personas.

d) A su vez, la supremacía también se manifiesta porque sólo a “las normas dictadas


conforme a” la Constitución, los órganos deben someter su acción. Por lo mismo, lo que
legitima y otorga valor a las demás normas del ordenamiento jurídico es el respeto que ellas
observen del marco constitucional.

e) Por último, la Fuerza Normativa de la Constitución se demuestra porque toda infracción a


la Constitución, “generará las responsabilidades y sanciones que determine la ley”.

(f) Todas estas consideraciones provoca que la Constitución Política, materialmente se


constituya en la Ley Fundamental, en la norma máxima dentro de un Estado, obligatoria para
todo sujeto y además, reguladora de todas las demás normas que, válidamente, puedan
dictarse en un Estado.

El Orden Institucional

El inciso primero del artículo sexto, en su parte final, establece que “los órganos del Estado
deben garantizar el orden institucional de la República”.

Esta norma fue introducida por la Reforma Constitucional del año 2005 (ley 20.050 del 26 de
agosto de dicho año). La frase introducida debe entenderse dentro del contexto de los
principios que involucra todo Estado de Derecho, vale decir, debe respetarse la Supremacía
Constitucional y los principios de Legalidad y Responsabilidad.

Todo órgano debe entenderse hoy como garante de la institucionalidad republicana y la


mejor garantía para este orden, es el correcto actuar de cada Institución, respetando sus
propias atribuciones y competencias y tratando de dar cumplimiento a sus fines propios y a
los del Estado en general, como es el de estar al servicio de la persona humana.

- PRINCIPIOS DE JURICIDAD

Artículo 7°.-

Inciso 1 – Los órganos del estado actúan válidamente previa investidura regular de sus
integrantes, dentro de su competencia y en la forma que prescriba la ley.

Inciso 2 – Ninguna magistratura, ninguna persona ni grupo de personas pueden atribuirse, ni


aún a pretexto de circunstancias extraordinarias, otra autoridad o derechos que los que
expresamente se le hayan conferido en virtud de la constitución o las leyes.

Inciso 3 – Todo acto o contravención a este artículo es nulo y originará las responsabilidades
y sanciones que la ley señale.

El principio de Legalidad o Juridicidad

La legalidad representa el segundo principio formador del concepto de Estado de Derecho,


se encuentra consagrado explícitamente en el artículo 7º del Código Político. Al respecto,
debemos indicar lo siguiente:
a) El principio de Legalidad encierra como idea central que toda persona u órgano debe
actuar conforme a la ley. También se habla, con bastante más propiedad, del principio de
“juridicidad”, ya que en verdad los órganos del Estado y, en general, toda persona debe
ajustarse no solo a la ley, sino que más bien a toda norma integrante del ordenamiento
jurídico (vale decir, no solo a la ley, sino que también a la Constitución, a los Tratados
Internacionales, a los reglamentos, las sentencias, etc.)

b) La norma en análisis, establece que los actos de los órganos del Estado son válidos
sólo si cumplen copulativamente, tres requisitos (“condiciones de validez”):

- Investidura previa y regular de sus titulares. Vale decir, es necesario que quien detenta el
cargo, haya asumido el mismo, dando cumplimiento a los requisitos y formalidades que el
ordenamiento exige para ello.

- Actuación dentro de la competencia. Esto se relaciona con que cada órgano deberá actuar
en el marco de las atribuciones que fije al efecto, la Constitución y las leyes.

- Respeto de las formas establecidas en la ley. Se vincula con los requisitos externos, o
solemnidades que deben revestir los actos estatales, de modo tal que su no cumplimiento
origina la nulidad de dicha actuación.

c) Por último, el inciso segundo del mismo artículo séptimo ratifica la idea de la actuación
“dentro de la competencia de cada órgano”, pero por sobre todo, es la consagración
constitucional del principio que consagrara Montesquieu, conocido como el de la separación
de poderes, por el sólo hecho de indicar que ninguna magistratura (entendido el término en
un sentido amplio, no sólo referida a “magistrados”) puede atribuirse, ni aun a pretexto de
circunstancias extraordinarias, otra autoridad o derechos que los que expresamente se les
hayan conferido en virtud de la Constitución o las leyes.
El principio de Responsabilidad

Constituye el tercer y último principio fundamental de todo Estado de Derecho.


La Responsabilidad está consagrada en los incisos finales de los artículos 6 y 7 de la
Constitución. Respecto de este principio, señalaremos lo siguiente:

a) El término “responsabilidad” debe entenderse como “asumir las consecuencias jurídicas


de un acto”, las disposiciones constitucionales citadas hacen referencia a todo tipo de
responsabilidad. En otras palabras, la infracción a la Constitución o a las leyes podrá dar
lugar a responsabilidades civiles, penales, administrativas o políticas, según lo que
establezca el propio ordenamiento jurídico.

b) El inciso final del artículo 7º, desde ya, consagra una de las consecuencias jurídicas más
importantes que se generan a partir de una actuación contraria a las condiciones de validez
señaladas anteriormente, como es la “nulidad de derecho público”. Vale decir, un acto que ha
emanado de quien no ha sido investido regularmente, o de quien ha actuado fuera de su
competencia o sin dar cumplimiento a las formalidades legales, “es nulo”.

c) Esta clase de nulidad, por otra parte, presentaría ciertas características propias que la
diferenciaría de la nulidad establecida en el campo del derecho privado. Así, la Nulidad de
Derecho Público, es única, ya que no distingue como en el derecho civil entre nulidades
absolutas y relativas. También, es insubsanable e imprescriptible, toda vez que ni otro acto ni
el transcurso del tiempo puede otorgarle validez. Por último, para algunos autores, se trataría
de una nulidad que operaría de pleno de derecho (por lo tanto, no requeriría de declaración
formal de nulidad) y con efectos retroactivos (ex - tunc); sin embargo, estas dos últimas
características no son totalmente acogidas por la doctrina constitucional chilena.
- PRINCIPIOS DE PROBIDAD Y PUBLICIDAD

Artículo 8.-

Inciso 1 - El ejercicio de las funciones públicas obliga a sus titulares a dar estricto
cumplimiento al principio de probidad en todas sus actuaciones.

Inciso 2 - Son públicos los actos y resoluciones de los órganos del Estado, así como sus
fundamentos y los procedimientos que utilicen. Sin embargo, sólo una ley de quórum
calificado podrá establecer la reserva o secreto de aquéllos o de éstos, cuando la publicidad
afectare el debido cumplimiento de las funciones de dichos órganos, los derechos de las
personas, la seguridad de la Nación o el interés nacional.

El Principio de Probidad

La actual redacción del artículo 8º de la Constitución, es producto de la Reforma


Constitucional que en el año 2005 introdujo la Ley Nº 20.050.

El principio de probidad obliga a todos los titulares de funciones públicas a actuar honesta y
lealmente.

La probidad implica, por lo tanto, un estándar de exigencia aún mayor que el de la simple
legalidad, puesto que mientras esta última sólo significa el apego a las leyes, la probidad
exige además que el comportamiento del sujeto sea fiel, con compromiso efectivo por el bien
público y, por lo tanto, anteponiendo siempre el interés general por sobre el propio.
La probidad ya había sido recogida por nuestra legislación positiva en 1999, por la Ley Nº
19.653 (Ley de Probidad Administrativa) la que introdujo principalmente la “declaración de
patrimonio, reformándose la Ley Orgánica Constitucional sobre Bases Generales de la
Administración del Estado, el Estatuto Administrativo, la Ley Orgánica del Congreso Nacional
y el Código Orgánico de Tribunales, entre otras leyes, e incorporando esta exigencia a las
conductas de la gran parte de los órganos públicos. A su vez, el mismo año, la ley Nº 19.645
modifica el Código Penal y tipifica diversos delitos de corrupción. Sin embargo, el
constituyente derivado consideró oportuno en el año 2005, darle a este principio un status
constitucional.

Es relevante indicar que la probidad es predicable a todo titular de alguna función pública y,
por lo mismo, no sólo es exigencia para quienes formen la Administración Pública, sino que
también a quienes participen en los demás Poderes del Estado, así como también, respecto
de los miembros o titulares de los organismos autónomos como el Banco Central, el Tribunal
Constitucional o las Fuerzas Armadas.

El Principio de Publicidad y Transparencia

Además, el nuevo artículo segundo del artículo 8º establece con rango constitucional, ambos
principios, respecto de actos, resoluciones y procedimientos estatales.
En estricto rigor, esta norma consagra dos principios diferentes, pero a las que da un mismo
tratamiento: el de la publicidad y el de la transparencia. Ambas figuras muchas veces son
confundidas, sin embargo, aluden a conceptos distintos.

La publicidad consiste en la obligación de los órganos del Estado de dar a conocer sus actos
decisorios; mientras que la transparencia alude a la información que deben dar esos mismos
órganos respecto de los procedimientos, contenidos y fundamentos de dichos actos.

En estos mismos términos, se pronuncia además, el artículo 13 de la Ley de Bases


Generales de la Administración del Estado Nº 18.575. Sin embargo, como ya se indicó, la
Constitución trata conjuntamente ambos principios, el de la publicidad y el de la
transparencia, a través del art. 8º inciso segundo, el que básicamente entrega tres reglas
básicas, a saber:

a) Son públicos:

- los actos y resoluciones de los órganos del Estado (principio de publicidad), y


- los fundamentos y procedimientos que se vinculen a dichos actos (principio de
transparencia).

b) Sólo una ley de quórum calificado podrá establecer la reserva o secreto de los actos
públicos, de sus fundamentos y procedimientos.
c) A su vez, esta reserva o secreto sólo podrá ser establecida por esta clase de leyes,
cuando la publicidad afectare:

- el debido cumplimiento de las funciones de dichos órganos,


- los derechos de las personas,
- la seguridad de la Nación, o
- el interés nacional.

En la actualidad, el principio de Publicidad y Transparencia es especialmente resguardada


por la Ley 20.285 que resguarda el Acceso a la Información Pública y regula el deber de
Transparencia de los órganos del Estado. De esta norma, debemos destacar tres cuestiones
básicas: (a) Consagra la Transparencia “Activa”, que consiste en el deber de los órganos de
entregar una serie de información a través de sus páginas web; (b) Regula la “Transparencia
Pasiva”, que consiste en el deber de los órganos del Estado de entregar –salvo las
excepciones fijadas en la propia Constitución- la información que soliciten los particulares; y
(c) Crea un órgano autónomo, encargado de velar por el cumplimiento de estos deberes,
como es el Consejo para la Transparencia, cuyas resoluciones pueden, por regla general, ser
reclamadas ante la Corte de Apelaciones respectiva.

El antiguo artículo 8º de la Constitución Política

En su texto original, el artículo 8º de la Constitución rezaba de la siguiente forma:


“Todo acto de persona o grupo destinado a propagar doctrinas que atenten contra la familia,
propugnen la violencia o una concepción de la sociedad, del Estado o del orden jurídico, de
carácter totalitario o fundada en la lucha de clases, es ilícito y contrario al ordenamiento
institucional de la República.

Las organizaciones y los movimientos o partidos políticos que por sus fines o por la actividad
de sus adherentes tiendan a esos objetivos, son inconstitucionales.
Corresponderá al Tribunal Constitucional conocer de las infracciones a lo dispuesto en los
incisos anteriores.

Sin perjuicio de las demás sanciones establecidas en la Constitución o en la ley, las


personas que incurran o hayan incurrido en las contravenciones señaladas precedentemente
no podrán optar a funciones o cargos públicos, sean o no de elección popular, por el término
de diez años contados desde la fecha de la resolución del Tribunal. Tampoco podrán ser
rectores o directores de establecimientos de educación ni ejercer en ellos funciones de
enseñanza, ni explotar un medio de comunicación social o ser directores o administradores
del mismo, ni desempeñar en él funciones relacionadas con la emisión o difusión de
opiniones e informaciones, ni podrán ser dirigentes de organizaciones políticas o
relacionadas con la educación o de carácter vecinal, profesional, empresarial, sindical,
estudiantil o gremial en general, durante dicho plazo.

Si las personas referidas anteriormente estuvieren a la fecha de la declaración del Tribunal,


en posesión de un empleo o cargo público, sea o no de elección popular, lo perderán,
además, de pleno derecho.

Las personas sancionadas en virtud de este precepto, no podrán ser objeto de rehabilitación
durante el plazo señalado en el inciso cuarto.

La duración de las inhabilidades contempladas en este artículo se elevará al doble en caso


de reincidencia.”

Esta norma consagraba lo que en parte de la doctrina se conoce como “pluralismo limitado”,
el que provenía como antecedente previo, de la Ley de Defensa Permanente de la
Democracia de 1948, que proscribió al Partido Comunista.

La idea del pluralismo limitado significa la tolerancia a todo tipo de doctrinas y expresiones
políticas, pero con ciertas salvedades, que en ese caso prohibía los actos que propagaran
“doctrinas que atenten contra la familia, propugnen la violencia o una concepción de la
sociedad, del Estado o del orden jurídico, de carácter totalitario o fundada en la lucha de
clases, es ilícito y contrario al ordenamiento institucional de la República”.
Con posterioridad, y dentro de las negociaciones propias a la época de transición a la
democracia que dieron origen al cuerpo de reformas constitucionales aprobadas en plebiscito
en 1989 (Ley de Reforma Constitucional Nº18.825), se derogó dicha disposición,
permaneciendo “vacía” hasta el año 2005, año en que la Ley Nº 20.050 incorpora los
principios de probidad y publicidad a la referida disposición.

- Deberes y derechos constitucionales (Art. 19°)

Artículo Nro. 19.- La constitución asegura a todas las personas:

- Derecho a la vida (Nro. 1)


1.-
- El derecho a la vida y a la integridad física y psíquica de la persona.
- La ley protege la vida del que está por nacer
- La pena de muerte sólo podrá establecerse por delito contemplado en ley aprobada por
quórum calificado
- Se prohíbe la aplicación de todo apremio ilegítimo

El inciso tercero del artículo 19 Nº 1 de la Constitución dispone: “La pena de muerte sólo
podrá establecerse por delito contemplado en ley aprobada con quórum calificado”.
De este modo, la Carta Fundamental contempla expresamente esta única restricción al
derecho a la vida. Ello implica que el titular del derecho a la vida no puede válidamente
invocar esta garantía, para impedir que se aplique, en su contra, la pena capital.
Nuestra legislación contempla la pena de muerte, sólo en el Código de Justicia Militar para
diversos delitos (arts. 216, 223, 240, 244, 262,270 inciso segundo, 272 inciso segundo, 274 -
por aplicación del 272 inciso segundo-, 287inciso primero, 288, 303 inciso primero, 304 Nº 1,
327 inciso final, 336 Nº 1, 339 Nº 1, 347 inciso tercero, 354, 379 inciso primero, 383 Nº 1, 384
inciso primero, 385, 391 Nº 1, y 392 inciso primero).

En cambio para los delitos de carácter “civil” (los no militares), la ley Nº 19.734 de 2001,
derogó la pena de muerte para todos aquellos que la hubieren tenido contemplado en el
Código Penal. Sin embargo, como subsiste esta pena para los delitos contemplados en el
Código de Justicia Militar, podemos afirmar que Chile no ha abolido la pena de muerte, ya
que la abolición significa su eliminación total, absoluta, sin excepciones, cosa que no ocurre
en nuestro país.

Definir si nuestro país ha abolido o no esta pena, es importante, por cuanto el artículo 4.3 de
la Convención Americana de Derechos Humanos dispone, refiriéndose a la Pena de Muerte
que “no se restablecerá la pena de muerte en los Estados que la han abolido”.

Como Chile no ha abolido la pena de muerte, entonces no se le aplica este impedimento.


Vale decir, en principio, Chile podría restablecer la pena de muerte para los delitos comunes,
no militares. Sin embargo, en una interpretación más extensiva, entendemos que igualmente
el Estado chileno no podría extender esta pena a otros delitos, ni tampoco podría
reestablecerla a los delitos respecto de los cuales ya se derogó dicha sanción, en atención a
que el artículo 4.1. de la Convención Americana antes citada establece, en relación con la
pena capital, que “tampoco se extenderá su aplicación a delitos a los cuales no se les aplique
actualmente[6]”.

A mayor abundamiento, Chile ha ratificado tanto el Segundo Protocolo Facultativo del Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos destinado a abolir la pena de muerte, adoptado
por la Asamblea General de la ONU, del 15 de diciembre de 1989[7], como el Protocolo a la
Convención Americana sobre Derechos Humanos relativo a la abolición de la pena de
muerte, adoptado en Asunción el 8 de junio de 1990, en el Vígésimo Período Ordinario de
Sesiones de la Asamblea General de la OEA[8].

Ambos instrumentos tienen como propósito obtener que los Estados parte dejen de aplicar la
pena de muerte en sus respectivos territorios. Así, mientras el artículo 1º del Segundo
Protocolo Facultativo del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, destinado a
abolir la pena de muerte establece que “No se ejecutará a ninguna persona sometida a la
jurisdicción de un Estado Parte en el presente Protocolo”, el mismo artículo, pero del
Protocolo a la Convención Americana sobre Derechos Humanos relativo a la abolición de la
pena de muerte, dispone: “Los Estados Partes en el presente Protocolo no aplicarán en su
territorio la pena de muerte a ninguna persona sometida a su jurisdicción”
Es de nuestra opinión que frente a la suscripción de estos acuerdos internacionales, ya no es
posible para Chile volver a aplicar la pena capital en su territorio.

Otras limitaciones constitucionales al Derecho a la Vida

Además de la pena de muerte, como única limitación expresa del derecho a la vida, podemos
agregar dos limitaciones adicionales que, no obstante no estar explícitamente indicadas en la
Carta Fundamental, sí pueden ser justificadas constitucionalmente.

Estos casos son la Legítima Defensa y el Uso Autorizado de armas militares.

- La legítima defensa. El art. 10 numerales 4, 5 y 6 del Código Penal libera de


responsabilidad penal a quien, en defensa de su persona o derechos (o de terceros),
arremete o mata a otro. Esta es, por lo tanto una limitación constitucional al derecho a la
vida, y sólo se explica por cuanto el agresor al utilizar su propia existencia para dañar a otro,
se está saliendo de los contornos o fronteras del derecho (está saliéndose de la delimitación
del derecho a la vida), por lo que dicha existencia deja de ser un bien jurídico protegido por el
Ordenamiento Constitucional.

Así se desprende de la circunstancia de la norma del art. 32.2 de la Convención Americana


de Derechos Humanos establece que “Los derechos de cada persona están limitados por los
derechos de los demás, por la seguridad de todos y por las justas exigencias del bien común,
en una sociedad democrática”, norma que se incorpora a nuestra Constitución material por la
vía del art. 5° inciso segundo de la Carta Fundamental. De esta forma, quien usa sus
derechos (en este caso, el derecho a la vida) para dañar a otro “se sale de su derecho”. La
vida del agresor deja de estar amparada por la Constitución, y perfectamente el ofendido
puede tomarla y arrebatársela al violento, para resguardar su propia vida y bienes.
Por lo mismo, no se vulnera la Constitución cuando se da muerte a alguien que intenta
causar daño a otro. Ello, sino embargo, exige proporcionalidad, lo que implica que por una
parte lo que se defienda sea la propia persona del ofendido (diríamos, su vida, integridad
física, castidad, etc.) o bien, sus derechos[9], y no sirve, por lo tanto, para defender meras
expectativas, intereses que no revistan caracteres de derecho, etc. Pero a su vez, la
proporcionalidad viene también representada por la exigencia de la “necesidad racional del
medio empleado para impedirla o repelerla”, a la que se refiere el art. 10 Nº 4 del Código
Penal.

- El uso autorizado de las armas militares. Nos referimos en este punto, al uso de las armas
militares tanto en época de guerra, como en tiempos de paz.
En época de guerra, un militar podría dar muerte a otro, y ello no es inconstitucional, ya que
la propia Constitución acepta y regula la guerra (art. 32 N°s. 18 y 19; y art. 63 N° 15).
Y en época de paz, un militar (Fuerzas Armadas –cuando corresponda- o de Orden y
Seguridad) también podría llegar a matar a otra persona, en la mantención del orden público
y en el ejercicio de la fuerza pública, lo cual está aceptado también indirectamente por la
Constitución (arts. 76 incisos tercero y cuarto; y 101). Ello también dentro del cumplimiento
de criterios de razonabilidad y proporcionalidad.

La vida supone un cuerpo y un alma, los cuales también son protegidos a partir del art. 19 Nº
1 de la CPR, el cual además prescribe que “se prohíbe la aplicación de todo apremio
ilegítimo”.

La palabra integridad debe entenderse como plenitud, o sea, que no esté afectado ni dañado
aquello a lo que se refiere. En este caso, debe existir una plenitud corpórea y psíquica en
cada ser humano, y es esta plenitud la que se protege. Los daños o afectaciones a la entidad
física y psíquica de las personas están especialmente prohibidos a la luz de este precepto.
De este modo, el derecho a la integridad física consiste en el derecho de cualquier persona a
no ser dañado corporalmente, mediante golpes, torturas u otros métodos violentos. Tampoco
están permitidas las afectaciones físicas que impliquen un daño a la salud de una persona,
como podría ser el daño que se le cause a alguien mediante la utilización de gases tóxicos o
de armas biológicas.

El derecho a la integridad psíquica, en tanto, se referirá al derecho que tiene toda persona
para evitar que otro le cause daño emocional, una aflicción, o un dolor moral.
Por cierto que este derecho, tanto en lo físico como en lo psíquico, requiere de una
importante dosis de razonabilidad en lo que se requiere a su protección y defensa. No
cualquier daño físico o moral, nos parece, significa un atentado en contra de este derecho.
Por lo mismo, un leve empujón en una calle atestada, o las lágrimas que puede derramar una
persona cuando ve un spot publicitario, no significa necesariamente una violación al derecho.

Ÿ La prohibición de todo apremio ilegítimo

La Carta Fundamental proscribe toda forma de apremio ilegítimo.


Como se ve, no es correcto decir que la Constitución prohíba “los apremios”, sino sólo
aquellos que sean “ilegítimos”. Por lo mismo, debemos entender por “apremio” cualquier
medio mediante el cual una persona pretende obtener de otra, una determinada conducta. El
apremio será legítimo cuando se apegue al ordenamiento jurídico, como cuando un acreedor
advierte al deudor que si no le paga, lo demandará; o como cuando un empleador envía a su
trabajador, una carta de advertencia por algún incumplimiento laboral; o como un
parlamentario anuncia una acusación constitucional en contra de alguna autoridad, por
alguna infracción a la Constitución.

Los apremios serán, por tanto, ilegítimos, cuando no estén aceptados por el ordenamiento
jurídico, en especial cuando causen daño a la integridad física o psíquica de las personas.
José Luis Cea los define como “la torturas, los tormentos, los suplicios, y, en general, todo
trato cruel, inhumano o degradante de la dignidad de la persona, sea psíquica o físicamente
aplicado, o con ambas expresiones de crueldad para doblegar la personalidad de la víctima”.
Específicamente, en relación con la tortura, la Comisión Nacional sobre Prisión Política y
Tortura (“Comisión Valech”) la definió como “todo acto por el cual se haya infligido
intencionadamente a una persona dolores o sufrimientos graves, ya sea físicos o mentales,
con el fin de obtener de ella, o de un tercero, información o una confesión, castigarla por un
acto que haya cometido o se sospeche que ha cometido, intimidad o coaccionar a esa
persona u otras, anular su personalidad o disminuir su capacidad física o mental, o por
razones basadas en cualquier tipo de discriminación” [10].

Dos son los grandes problemas al momento de definir el término “tortura”. El primero, si es
necesario que ella provenga de funcionarios del Estado (los instrumentos internacionales, al
menos, así la entienden[11], pero la Constitución parece no hacer distingo alguno). Y el
segundo, acerca de si es necesario incorporar la exigencia de gravedad: ¿es necesario que
se califique el daño?, ¿todo sufrimiento que se inflija a otro es tortura, o sólo aquellos que
sean graves?, mientras la Convención de las Naciones Unidas “Contra la tortura y otros
tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes” incorpora la gravedad dentro del
concepto, la “Convención Interamericana para prevenir y sancionar la Tortura” la desestima,
enfatizando en la idea que cualquier sufrimiento intencionalmente causado, con miras a un
fin determinado.[12].

Chile por su parte, ratificó en 1988, tanto la Convención de la ONU “Contra la tortura y otros
tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes”, como la “Convención Interamericana para
prevenir y sancionar la Tortura”.

Este derecho, de acuerdo al Ordenamiento Internacional incluye también la prohibición de


imponer penas corporales (como azotes o lapidación) y así lo estimó la Corte Interamericana
de Derechos Humanos (caso Caesar con Trinidad Tobago, sentencia del 11 de Marzo de
2005): “las penas corporales por medio de flagelación constituyen una forma de tortura y, en
consecuencia, una violación per se del derecho de cualquier persona sometida a la misma a
que se respete su integridad física, psíquica y mental”. De esta forma, para la Corte
Interamericana no basta que el apremio o la pena esté autorizada por el derecho interno, ya
que igualmente implica la violación de la dignidad humana, independientemente de su
consagración legal.

Este mismo tribunal estimó que la mera amenaza de torturar a una persona “puede constituir,
en algunas circunstancias, tratamiento inhumano” (Caso denominado “Los Niños de la Calle”,
o Villagrán con Guatemala, sentencia del 19 de noviembre de 1999).
Garantías Judiciales

El derecho a la vida y a la integridad física y psíquica, se encuentra protegidos por la acción


constitucional de protección, regulada en el artículo 20 CPR.

- Igualdad ante la Ley y prohibición de discriminación (Nro. 2)

 En Chile no hay persona ni grupo privilegiados.


 En Chile no hay esclavos. Todos son libres.
2 “Igualdad ante la ley”.  Hombres y mujeres son iguales ante la ley.
 Ni la ley ni autoridad alguna podrán establecer diferencias
arbitrarias.

- Derechos del debido proceso (Nro. 3)

 Toda persona tiene derecho a defensa jurídica en la


forma que lo determine la ley.
 Para las FF.AA. y de ORDEN, en lo administrativo y
disciplinario, éstas se ajustarán sus respectivos estatutos.
 La ley arbitrará los medios para asignar defensa jurídica a
quien no pueda procurárselos por sí mismos.
 Nadie podrá ser juzgado por comisiones especiales, sino
por el Tribunal que la ley determine.
“Igual protección de la ley en el  Toda sentencia debe fundarse en un proceso previo
3 ejercicio de sus funciones”. legalmente tramitado. Deben establecerse siempre las
DEFENSA JUDICIAL. garantías de un procedimiento e investigación racionales
y justos.
 No se puede presumir de derecho la responsabilidad
penal.
 Ningún delito se castigará con una pena distinta a la que
señale una ley promulgada con anterioridad, a menos
que la nueva ley favorezca al afectado.
 Ninguna ley podrá establecer penas sin que la conducta
que se sanciona esté expresamente descrita en ella.

- Derechos del proceso penal (Nro. 7)

a) Toda persona tiene derecho a residir y permanecer en


cualquier lugar de la República, trasladarse de un lugar a
otro, entrar y salir del territorio.
b) Nadie puede ser privado de libertad personal, ni
restringida, salvo en los casos previstos en la
Constitución y las leyes.
c) Nadie puede ser arrestado o detenido sino por orden de
funcionario público expresamente facultado por la ley y
después que dicha orden le sea intimada legalmente
(salvo delito flagrante).
d) Nadie puede ser arrestado detenido, sujeto a prisión
preventiva o preso, sino en su casa o lugares públicos
destinados a este objeto.
e) Todo imputado tiene derecho a libertad, salvo que el juez
la estime necesaria para la investigación o considerado
“Derecho a la libertad personal y a como peligro para la sociedad.
7
la seguridad individual”. f) En causas criminales, no se puede obligar al imputado o
acusado a que declare bajo juramento sobre hecho
propio (derecho a guardar silencio). Tampoco podrán
serlo sus ascendientes, descendientes, cónyuge y
demás personas que señale la ley.
g) No podrá imponerse la pena de confiscación de bienes,
salvo en los casos establecidos por la ley y sí en casos
de asociación ilícita.
h) No podrá aplicarse como pena, la pérdida de los
derechos previsionales.
i) Una vez dictado sobreseimiento definitivo o sentencia
absolutoria, el que hubiera sido sometido a proceso o
condenado y que la Corte Suprema declare errónea o
arbitraria, tendrá derecho a ser indemnizado por el
estado por los prejuicios patrimoniales y morales
sufridos.
- Libertad de expresión (Nro. 12)

 Sin censura previa, en cualquier forma y por cualquier


“Libertad de emitir opinión y de
12 medio.
informar”.
 Establece el Comité Nacional de Televisión.

- Derechos de reunión y asociación (Nro. 13 y Nro. 15)

 Pacíficamente y sin armas.


 Las reuniones en plazas, calles y lugares de uso público,
se regirán por las disposiciones de policía. D/S 1.086 DE
“Derecho a reunirse pacíficamente 1983 (Solicitud a las Intendencias o Gobernaciones
13
sin permiso previo y sin armas”. Art. 2°) – debe considerar autorización con 48 horas
de anticipación, nombre de quién organiza, nombre
de los interventores o relatores, recorrido a realizar,
lugares de detenciones, hora de inicio y término.
 Conforme a la ley, que otorgará personalidad jurídica.
“Derecho de asociarse sin
15
permiso previo”.  Se prohíben las contrarias a la moral, el orden público y
seguridad del estado.

- Normas constitucionales atingentes a Carabineros de Chile respecto del:

Poder Judicial

Artículo 76 y siguientes

MISIÓN COMO LA CUMPLE CARABINEROS


Debe cumplir el mandato judicial sin más
Facultad EXCLUSIVA de trámite y no podrá calificar su
Pueden impartir órdenes
conocer, resolver y hacer fundamento u oportunidad, ni la justicia
directas a la Fuerza Pública
ejecutar lo juzgado, en o la legalidad de la resolución que se
para ejecutar sus resoluciones
CAUSAS CIVILES Y debe ejecutar, salvo requerir la exhibición
y practicar sus instrucciones.
CRIMINALES de la autorización judicial previa, en su
caso.

La Constitución establece para los Magistrados de los Tribunales Superiores de


Justicia, Fiscales Judiciales, Jueces Letrados, el privilegio o garantía de no poder ser
aprehendidos sin orden judicial, salvo la existencia de un crimen o simple delito
flagrante y solo para ponerlos a disposición inmediata del Tribunal que debe conocer,
llamado FUERO.
Ministerio Público,
Artículo 83 y siguientes

MINISTERIO PÚBLICO (Art. 83°)


DEFINICIÓN COMO LA CUMPLE CARABINEROS
 Con la adopción de medidas de
protección en favor de víctimas
Organismo autónomo,
y testigos.
jerarquizado que dirigirá en Debe cumplir las órdenes sin más
 Impartiendo órdenes directas a
forma exclusiva la investigación trámite y no podrá calificar su
las Fuerzas de Orden y
de los hechos constitutivos de fundamento, oportunidad,
Seguridad durante la
delito, los que determinen la justicia o legalidad, salvo
investigación.
participación punible y los que requerir la exhibición de la
acrediten la inocencia del  Solicitando autorización al autorización judicial previa, en su
imputado y, en su caso, ejercerá Juez de Garantía para cumplir caso.
la acción penal pública. diligencias que priven alguna de
las Garantías Constitucionales
del Art. 19°.
FISCAL NACIONAL (Art. 85°)
COMO SE ELIGE REQUISITOS FUERO
1) Tener a lo menos diez años de título
Es designado por el Presidente de la
de abogado,
República, dentro de una quina
2) Haber cumplido cuarenta años de
propuesta por la Corte Suprema y con
edad,
acuerdo del Senado por 2/3 en sesión
3) Ser ciudadano con derecho a
especial.
sufragio.
 Durará ocho años en el ejercicio de sus funciones,
 No podrá ser designado para el período siguiente,
 La edad límite para ejercer sus funciones será de 75 años.
La Constitución
***SOLO PUEDE SER REMOVIDO POR LA CORTE SUPREMA, A establece para los
REQUERIMIENTO DEL PDTE. DE LA REPÚBLICA, DE LA CÁMARA DE Magistrados de los
DPUTADOS, O DIEZ DE SUS MIEMBROS, POR INCAPACIDAD, ML Tribunales Superiores
COMPORTAMIENTO, NEGLIGENCIA MANIFIESTA EN EL CUMPLIMIENTO DE de Justicia, Fiscales
SUS FUNCIONES*** Judiciales, Jueces
FISCAL REGIONAL (Art. 86°) Letrados, el privilegio o
garantía de no poder
COMO SE ELIGE REQUICITOS
ser aprehendidos sin
1) Tener a lo menos cinco años de
Es designado por el Fiscal Nacional, orden judicial, salvo
título de abogado,
dentro de una terna propuesta por la la existencia de un
2) Haber cumplido treinta años de
Corte de Apelaciones o el pleno de ellas crimen o simple
edad,
en caso de existir más de una en la delito flagrante y solo
3) Ser ciudadano con derecho a
región. para ponerlos a
sufragio.
disposición
 Durará ocho años en el ejercicio de sus funciones, inmediata del
 No podrá ser designado para el período siguiente. Tribunal que debe
conocer, llamado
***SOLO PUEDE SER REMOVIDO POR LA CORTE SUPREMA, A FUERO.
REQUERIMIENTO DEL PDTE. DE LA REPÚBLICA, DE LA CÁMARA DE
DPUTADOS, O DIEZ DE SUS MIEMBROS, Y POR EL FISCAL NACIONAL, POR
INCAPACIDAD, ML COMPORTAMIENTO, NEGLIGENCIA MANIFIESTA EN EL
CUMPLIMIENTO DE SUS FUNCIONES***
FISCAL ADJUNTO (Art. 88°)
COMO SE ELIGE REQUICITOS
Es designado por el Fiscal Nacional, 1) Tener el título de abogado,
dentro de una terna propuesta por el 2) Ser ciudadano con derecho a
Fiscal Regional. sufragio.

Procesos Eleccionarios,

Artículo 18.- Habrá un sistema electoral público. Una Ley Orgánica Constitucional
determinará su organización y funcionamiento, regulará la forma en que se realizarán los
garantizará siempre la plena igualdad entre los independientes y los miembros de partidos
políticos tanto en la presentación de candidaturas como en su participación en los señalados
procesos.

El resguardo del orden público durante los actos electorales y plebicitarios corresponderá a
las Fuerzas Armadas y Carabineros, del modo que indique la ley.
Estados de Excepción

Artículo 39 y siguientes
El ejercicio de los derechos y garantías que la constitución asegura a todas las personas sólo
puede ser afectado bajo las siguientes situaciones de excepción:

TIPOS DE ESTADOS DE QUÉ


CÓMO OPERA PLAZOS
EXCEPCIÓN RESTRINGE
 Libertad
personal.
 Derecho a
 LO DECLARA EL PDTE. DE LA reunión.
REPÚBLICA CON ACUERDO  Libertad de
 Por el tiempo
DEL CONGRESO NACIONAL. trabajo.
que se extienda
 Derecho de
(Art. 40°)  En caso de  La declaración, debe determinar
la situación de
asociación.
las zonas afectas. guerra exterior,
ESTADO DE guerra  Interceptar, abrir, salvo que el
ASAMBLEA exterior.  El Congreso dentro de 05 días,
registrar Pdte. lo
deberá pronunciarse si acepta o
documentos y suspenda con
rechaza el Estado de Asamblea o
comunicaciones.
de Sitio. Si no lo hiciera dentro del anterioridad.
 Disponer
plazo, se entenderá como
requisar bienes.
aprobado.
 Limitar el
 El Presidente de la República
derecho de
podrá aplicar de inmediato
propiedad.
cualquiera de los dos Estados
de Excepción, mientras se  Libertad de
locomoción.
 En caso de produce la respuesta del
Congreso. En el caso del  Disponer
guerra
(Art. 40°) ESTADO DE SITIO, sólo podrá arrestos  Sólo por 15 días,
interna o
ESTADO restringir el DERECHO A domiciliarios. pudiéndose
grave
DE SITIO
conmoción REUNIÓN.  Suspender o solicitar prórroga.
restringir el
interior.
derecho a
reunión.
 LO DECLARA EL PRESIDENTE
DE LA REPÚBLICA.
 La declaración, debe determinar
las zonas afectas.
 El Congreso dentro de 05 días,  Por el tiempo
deberá pronunciarse si acepta o que se extienda
rechaza el Estado de Asamblea o  Libertad de
la situación.
de Sitio. Si no lo hiciera dentro del locomoción.
 El Presidente de
plazo, se entenderá como  Derecho a
la República
(Art. 41°)  En caso de aprobado. reunión.
podrá declarar el
ESTADO DE calamidad  El Presidente debe informar al  Disponer
CATÁSTROFE pública. Estado de
Congreso las medidas adoptadas. requisar bienes.
Catástrofe por
 El Congreso podrá cesar el  Limitar el más de 01 año
Estado de Excepción si pasados derecho de sólo con
180 días las razones para propiedad. acuerdo del
decretarlo hubiesen cesado. Congreso.
 Declarado el Estado de Catástrofe,
las zonas afectas quedarán a
cargo del Jefe de la Defensa
Nacional que el Presidente
designe.
 LO DECLARA EL PRESIDENTE
DE LA REPÚBLICA.
 La declaración, debe determinar
las zonas afectas.
 A contar de la segunda prórroga
 En caso de en adelante, el Presidente deberá
grave contar siempre con la aprobación  No podrá
alteración del del Congreso. extenderse por
 El Congreso dentro de 05 días,  Libertad de
(Art. 42°) orden más de 15 días,
deberá pronunciarse si acepta o locomoción.
ESTADO DE público o de pudiendo el
EMERGENCIA grave daño rechaza la solicitud de prórroga.  Derecho a
Pdte. prorrogarlo
Si no lo hiciera dentro del plazo, reunión.
para la por igual
seguridad de se entenderá como aprobado. período.
la Nación.  Declarado el Estado de Catástrofe,
las zonas afectas quedarán a
cargo del Jefe de la Defensa
Nacional que el Presidente
designe.
 El Presidente debe informar al
Congreso las medidas adoptadas.
Fuerzas de Orden y Seguridad Pública

Artículo 101 y siguientes

Artículo 101.- Las Fuerzas Armadas dependientes del Ministerio encargado de la


Defensa Nacional están constituidas única y exclusivamente por el Ejército, la Armada y la
Fuerza Aérea. Existen para la defensa de la patria y son esenciales para la seguridad
nacional.

Las Fuerzas de Orden y Seguridad Pública están integradas sólo por


Carabineros e Investigaciones. Constituyen la fuerza pública y existen para dar eficacia al
derecho, garantizar el orden público y la seguridad pública interior, en la forma que lo
determinen sus respectivas leyes orgánicas. Dependen del Ministerio encargado de la
Seguridad Pública.

Las Fuerzas Armadas y Carabineros, como cuerpos armados, son esencialmente


obedientes y no deliberantes. Las fuerzas dependientes de los Ministerios encargados de
la Defensa Nacional y de la Seguridad Pública son, además, profesionales, jerarquizadas y
disciplinadas.

MISIÓN CONSTITUCIONAL DE CARABINEROS DE CHILE (Art. 101°, Inciso 2)


CONCEPTO DESCRIPCIÓN
La base del Derecho, se estructura sobre normas sociales obligatorias que
regulan la conducta humana, denominado “normas jurídicas”, las que llevan
implícita la coacción (fuerza) legítima que es presupuesto del ordenamiento
jurídico.

Cuando Carabineros da eficacia al derecho materializa este presupuesto y da


DAR EFICACIA AL
realidad práctica a la norma jurídica, entendiéndose “infundir realidad tangible
DERECHO
al ordenamiento jurídico, llevando el deber ser de la norma a su realización
práctica”.

ES LLEVAR A LA PRÁCTICA LA NORMA, LO HACEMOS CUANDO


CUMPLIMOS UN MANDATO JUDICIAL, CUANDO CUMPLIMOS LA LEY DE
OFICIO. ES NUESTRA ESENCIA.
ORDEN PÚBLICO: “Conjunto de normas jurídicas y políticas entregadas por la
sociedad a un Estado, las que son aceptadas por los individuos para regular su
convivencia y desarrollo en orden al bien común”.

El Orden Público está radicado en la persona del Presidente de la República,


de acuerdo a lo señalado en el Art. 24° de la Carta Fundamental y para que
prevalezca requiere de una Fuerza Pública que lo custodie, garantice, preserve
y haga cumplir (CARABINEROS).
GARANTIZAR EL
CARABINEROS, es la herramienta legítima con la que cuenta el ordenamiento
ÓRDEN PÚBLICO
jurídico para restablecerlo cuando ha sido quebrantado, lo que encuentra
perfecta relación con el dar eficacia al derecho, al permitir entregar la
tranquilidad necesaria resultante del respeto a las normas de convivencia dadas
por la autoridad.

ES GARANTIZAR EL RESPETO AL ORDENAMIENTO JURÍDICO PARA


PERMITIR LA CONVIVENCIA PRÁCTICA Y ARMÓNICA DE LA SOCIEDAD.
LO REALIZAMOS CADA VEZ QUE CUMPLIMOS CON UN SERVICIO
POLICIAL.
SEGURIDAD PÚBLICA INTERIOR: Función garantizadora que todo Estado
debe entregar a sus habitantes, que asegura su tranquilidad y paz social,
manteniéndola libre y exenta de todo peligro, daños y riesgo que afecte
GARANTIZAR LA directamente el normal ejercicio de los derechos y deberes de gobernantes y
SEGURIDAD PÚBLICA gobernados.
INTERIOR
LO REALIZAMOS PERMANENTEMENTE POR MEDIO DE NUESTROS
SERVICIOS POLICIALES PREVENTIVOS, SERVICIOS ESPECIALIZADOS Y
LOS ROLES INSTITUCIONALES.
ORDEN INSTITUCIONAL DE LA REPÚBLICA: “Conjunto armónico de
organizaciones y autoridades, de procedimientos y finalidades, de índole
política, social, económica y cultural, contempladas en la Carta Fundamental y
normas subordinadas a ellas leyes)”.
GARANTIZAR EL
ORDEN
CARABINEROS SE INTEGRA EN LA MISIÓN DE CAUTELAR ESTA NORMA
INSTITUCIONAL DE LA
CONSTITUCIONAL, POR SER EL ÓRGANO REGULADOR Y
REPÚBLICA
ADMINISTRADOR DEL PRESUPUESTO DE LA NORMA JURÍDICA, QUE
CONSTITUYE LA COACCIÓN O FUERZA LEGÍTIMA QUE DEBE SER
PUESTA AL SERVICIO DEL DERECHO Y OBVIAMENTE DEL BIEN COMÚN
Y LA SOCIEDAD TODA.
OTRAS MATERIAS CONSTITUCIONALES SOBRE
CARABINEROS DE CHILE (Art. 102° y sgtes.)
ARTICULADO INTERPRETACIÓN
Artículo 102.- La incorporación a las plantas y  Escuela de Carabineros del Gral. Carlos Ibáñez del
dotaciones de las Fuerzas Armadas y de Campo
Carabineros sólo podrá hacerse a través de sus  Escuela de Formación de Carabineros “Alguacil
propias Escuelas, con excepción de los Mayor Juan Gómez de Almagro” y los Grupos de
escalafones profesionales y de empleados civiles Formación a lo largo del país.
que determine la ley.  Personal C.P.R (Profesionales y empleados civiles)
Artículo 103.- Ninguna persona, grupo u
organización podrá poseer o tener armas u otros
elementos similares que señale una ley aprobada
Carabineros de Chile, tiene a su cargo la
con quórum calificado, sin autorización otorgada en
Autoridad Fiscalizadora, encargada de controlar
conformidad a ésta.
la Ley de Armas y Explosivos.
El Ministerio encargado de la Defensa Nacional o un
Cuenta con una AF por Repartición.
organismo de su dependencia ejercerá la
supervigilancia y control de las armas en la forma
que determine la ley.
 De entre los cinco oficiales generales de mayor
antigüedad,
 Durarán cuatro años en sus funciones,
 No podrán ser nombrados para un nuevo período
y,
Artículo 104.- Los Comandantes en Jefe del
Ejército, de la Armada y de la Fuerza Aérea, y el  Gozarán de inamovilidad en su cargo,
General Director de Carabineros serán  El Presidente de la República, mediante decreto
designados por el Presidente de la República… fundado e informando previamente a la Cámara
de Diputados y al Senado, podrá llamar a retiro
a los Comandantes en Jefe del Ejército, de la
Armada y de la Fuerza Aérea y al General
Director de Carabineros, en su caso, antes de
completar su respectivo período.
De conformidad a la ley orgánica constitucional.
Artículo 105.- Los nombramientos, ascensos y En ella se determina la carrera profesional,
retiros de los oficiales de las Fuerzas Armadas y incorporación a sus plantas, previsión, antigüedad,
Carabineros, se efectuarán por decreto supremo… mando, sucesión de mando y presupuesto de las
Fuerzas Armadas y Carabineros.

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