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PRACTICA DEL
TORNEADO LECCIÓN 7
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Las longitudes a copiar deben ser en el patrón iguales,a las que ha
de tener la pieza a mecanizar. En cuanto a los diámetros, lo único que inte-
resa es que las diferencias entre los del patrón sean iguales a las diferencias
de los que han de obtenerse en la pieza; así,si ha de construirse una pieza
con unos diámetros, por ejemplo, 55, 40 y 38 mm, en el patrón no hace falta
que el diámetro más pequeño sea exactamente 38, sino que según el ma-
terial o porque la pieza ha de ser relativamente corta y no hay peligro de
que flexe, puede partirse de un diámetro mucho menor, 20 por ejemplo.
Así pues, el palpador se deslizará por un cilindro de 0 20 para copiar la
longitud correspondiente de 0 38. Ahora bien, la diferencia, de diámetros
en la pieza de 38 a 40 es de dos milímetros; en consecuencia, esta dife-
rencia debe ser conservada en el patrón: para copiar el 0 de 40 el diáme-
tro correspondiente del patrón será 20 + 2, o sea, 22. El diámetro si-
guiente de la pieza varía de 40 a 55 cuya diferencia, son 15 mm : en el
patrón la diferencia debe ser la misma, es decir, el diámetro será de 22+15,
o sea, 37 mm. En resumen, un patrón ha de reunir las dos condiciones si-
guientes:
Figura 47
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Figura 48 Figura 49
Figura 50
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Para mecanizar una pieza como la de la figura 50 con un copiador
hidráulico las operaciones a efectuar serían las de las figuras 51 y 52.
Figura 51
Figura 52
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TÉCNICA DEL
TORNEADO LECCIÓN 21
TORNOS REVOLVER
El torno revólver fue dado a conocer por primera vez en los Estados
Unidos durante los años 1860 y 1861 por los fabricantes Jones y Swasey y
más adelante, en 1890, en Inglaterra por Herbert. Posteriormente, Herry
Ernault creó los primeros modelos franceses de este tipo de torno. En la ac-
tualidad, son varias las firmas españolas constructoras de tornos revólver.
En un principio los tornos revólver estaban destinados a trabajar sobre
todo con barras, es decir, eran considerados como tornos de decolletaje y
se reputaban faltos de precisión, pero después se cayó en ¡a cuenta de que
también podrían obtenerse buenos resultados trabajando con plato, en par-
ticular si se trataba de piezas en las que hubieran de efectuarse diversas
operaciones tales como mandrinados, ranuras, refrentados, roscas, etc.
Esta nueva apreciación del torno revólver motivó importantes modifi-
caciones que lo convirtieron en una máquina universal por la diversidad de
piezas y trabajos que puede realizar. Es ideal para series medianas, por el
número relativamente importante de piezas que se pueden trabajar a un
precio de coste muy interesante y razonable, sin necesidad de recurrir a
un utillaje especial o a la preparación complicada y difícil que requieren
los tornos automáticos.
Cabe clasificar los tornos revólver en dos grandes grupos, aun cuando
sus diferencias no son, como veremos después, muy acusadas, sino más
bien por lo que respecta a su aplicación.
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TORNOS PARA TRABAJOS EN BARRA
Figura 684. — Torno revólver con torre de trinquete y fijación con pinza
Este primer grupo lo forman los que la sujeción de las piezas (en
barra) se efectúa por pinzas y llevan la torre revólver portaherramientas
montada sobre una corredera o patín, que se desplaza por unas guías alo-
jadas en el carro portaherramientas (fig. 684). Su manejo es relativamente
ligero y muy rápido.
Los de este tipo se denominan por el diámetro de la barra que puede
introducirse por el interior de su eje. Se construye generalmente desde
10 mm hasta 65 mm de paso de barra y en las capacidades menores los
hay que no disponen de movimientos automáticos, pues dado que se dedi-
can al pequeño descolletaje y no exigen demasiados esfuerzos, los movi-
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mientos pueden realizarse a mano; así se facilita un trabajo extremada-
mente rápido.
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ELEMENTOS CARACTERÍSTICOS CON RESPECTO AL PARALELO
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Figura 687. — Carro revólver con
torre de seis posiciones. — 1, Carro
revólver. — 2, Corredera. — 3, Torre
portaherramientas. — 4, Palanca de
accionamiento de la corredera. — 5,
Alojamientos para los portaherra-
mientas. — 6, Portaherramientas. —
7, Topes longitudinales para la corre-
dera. — 8, Palanca del automático
para la corredera.
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Podría añadirse alguna característica más, tal como los diámetros ad-
mitidos sobre bancada y carro, etc , pero las propias de los tornos revólver,
es decir, las verdaderamente importantes son las reseñadas.
La mayoría de los órganos conjuntos del torno revólver son iguales a
sus similares del paralelo, por lo que únicamente estudiaremos con detalles
sus dispositivos característicos.
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jante al de la figura 688. Este detalle nos servirá para el estudio del citado
dispositivo. Por consiguiente, siga usted las siguientes explicaciones aten-
diendo a la figura 690.
FIJACIÓN DE LA BARRA
ALIMENTACIÓN SEMIAUTOMATICA
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forma automática como consecuencia de un movimiento obtenido por una
operación efectuada manualmente.
Por consiguiente, si mediante una sola maniobra, logramos disponer,
una vez mecanizada una pieza, de un nuevo trozo de barra para el me-
canizado de una nueva pieza, habremos conseguido la alimentación semi-
automática.
Establezcamos ahora el orden de las operaciones que deberán efec-
tuarse Je forma automática:
1.° Apertura de la pinza.
2.° Avance de la barra.
3.° Nueva puesta a punto de la barra.
4.° Cerrado de la pinza.
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Figura 692. — Dispositivo de alimentación de la barra. — 1, Barra. — 2, .Pinza.
— 3, Dolla de cierre. — 4, Eje principal. — 5, Barra de empuje para el cierre. —
6, — Muelle de recuperación para la apertura. 7, — Tapa frontal para tope de la
pinza. — 8, Protector.
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Figura 693. — Dispositivo de cierre de las pinzas, por barras y palanca.
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carrera de alimentación Lt viene limitada por la longitud de la guía (6)
y en cuanto al soporte llega junto a la parte posterior del cabezal, debe
desplazarse nuevamente a su posición trasera. Interesa advertir que cuan-
do el soporte ( 3 ) está en su posición trasera, el contrapeso ( 7 ) ha de
estar a una distancia del suelo, superior a la longitud total de la carrera
de alimentación.
CAMBIO DE PINZA
COLOCACIÓN DE LA BARRA
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5.° Se fija el contrapeso y el cable a la oreja inferior del soporte tra-
sero, pasando el cable por la polea.
6.° Por último, abriendo y cerrando la pinza se comprueba si el avan-
ce de la barra se efectúa en la forma conveniente, primero con el torno
parado y luego con el torno en marcha.
PINZAS
El equipo de pinzas del torno revólver es una de las partes más im-
portantes del mismo. No cabe duda de que debe prestarse siempre mucha
atención a la conservación total de la máquina, pero las pinzas, como to-
das las herramientas, requieren un cuidado especial, casi podría decirse
un cuidado cariñoso, pues de su buen estado y conservación depende la
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calidad de los trabajos que se realicen. Téngase en cuenta que en nuestros
talleres es muy corriente pedir una precisión en los trabajos superior la
mayoría de las veces, a la que es posible lograr normalmente con la má-
quina. Del operario y del cuidado que presta a su equipo depende, casi
siempre, que pueda lograrse la calidad exigida.
Las pinzas son herramientas caras, dada su fabricación difícil por la
precisión de concentricidad que debe lograrse y por el proceso costoso
de su mecanizado y su tratamiento térmico, así como el material, que
debe ser especial (elástico) y muy escogido. Se construyen de todas for-
mas y tamaños (figura 695), pues hay tornos revólver que permiten el
paso de barras de hasta 60 mm e incluso de mayores diámetros.
A título de orientación, señalamos las principales cualidades que de-
ben reunir las pinzas:
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Insistimos en que de la precisión de
la pinza depende la precisión del tra-
bajo; por consiguiente, todos ¡os cui-
dados serán pocos. Vea en la figura
697 una interesante forma de tener
en orden un completo equipo de he-
rramientas de este tipo.
A veces, a fin de reducir el equipo
de pinzas y para determinados traba-
jos, se utilizan de un tipo especial;
las pinzas de este tipo especial se lla-
man de reducción y en ellas pueden
montarse casquillos de diferentes me-
didas (figura 698).
CARROS PORTAHERRAMIENTAS
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Figura 699. — Carro portaherramientas y torre revólver del torno de la figura
689, con corredera y trinquete. — 1, Guias de la bancada. — 2, Garro portaherra-
mientas. — 3, Corredera. — 4, Guías de la corredera. — 5, Reglas de las guias.
6, Torre revólver. — 7, Palanca de accionamiento de la corredera
cilindrar, roscar interiores y exteriores, etc. Esto se consigue con los seis
portaherramientas que pueden montarse en la torre exagonal así como
también por la gran cantidad de soportes que en ella puede fijarse según
las necesidades de fabricación de los innumerables tipos de piezas a cons-
truir.
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Figura 700. — Carro portaherramientas del torno de la figura 685, de desliza-
miento directo sobre la bancada. — 1, Carro portaherramientas. — 2, Torre re-
vólver. — 3, Palanca de accionamiento del carro. — 4, Guías de apoyo. — 5,
Agujeros para alojamiento de las herramientas o útiles. — 6, Topes para torre
revólver. — 7, Palanca fijación torre.
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cada herramienta de trabajo; estos to-
pes giran sincronizados con la torre;
graduando el tope correspondiente a
cada herramienta limitan por delante
la carrera de ésta, llegando así siem-
pre de manera precisa hasta la pro-
fundidad o longitud graduada. Este
avance funciona a mano o con auto-
mático, el cual se dispersará al llegar
al fin de la carrera limitada por el
tope, provocando el giro de la torre-
ta; ésta presentará una nueva herra-
mienta frente a la pieza que se tra-
baja.
El avance automático de la corre-
dera o del carro, según el modelo sea
de la figura 699 ó 700, se efectúa em-
bragando la palanca (5) de la figu- Figura 701. — Esquema del funciona-
ra 701 situada en el exterior del ca- miento del carro de los tornos de las
rro. El disparo automático funciona figuras 688, 689, y 700. — 1, Palanca
accionamiento del carro. — 2, Corre-
cuando el tope correspondiente a la dera portatorre. — 3, Tuerca fijación
herramienta que trabaja toca a la pa- torre. — 4, Topes de carrera longi-
lanca de disparo alojada en el interior tudinal de (2). — 5, Palanca de em-
brague del automático. — 6, Carro
del carro. portaherramientas.
Figura 702. — Detalle del enclavamiento de la torre revólver del carro de la fi-
gura 700. — 1, Caras de apoyo de la torre. — 2, Cono de centraje giro. — 3, Pi-
vote de enclavamiento. — 4, Palanca de embrague automático. — 5, Muescas para
la fijación que se efectúa por la palanca 7 de la figura 700.
El carro de herramientas debe colocarse tan cerca de la pieza como
permitan las longitudes de las herramientas montadas en la torre, para así
reducir los recorridos de la corredera o patín hasta el punto en que salte
el pivote cada vez que se haya de girar la torre, evitando al mismo tiem-
po en lo posible excesivos voladizos en la fijación de las herramientas.
En los tornos de revólver de poca capacidad (hasta 22 mm ) el acciona-
miento de la corredera portatorre se efectúa en lugar de con el manetón
en cruz que acciona a una cremallera, con una palanca a mano. Como quie-
ra que en estos tornos los trabajos de corte tampoco son excesivamente
fuertes, la torreta sólo va fijada con el enclavamiento del pivote, sin tuerca
alguna que la fije por encima (figura 703).
TORRES PORTAHERRAMIENTAS:
TIPOS Y SUS MOVIMIENTOS
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más de los agujeros (uno en cada cara) para la fijación directa de las he-
rramientas (figura 700) unos pequeños agujeros roscados en las esqui-
nas de las caras para poder acoplar diversos tipos de soportes (figura 701)
con los cuales se amplía considerablemente las posibilidades de las he-
rramientas de corte en el torno revólver.
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Figura 705. — Portaherramientas de tambor de eje universal.
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Figura 706. — Revólver de tambor del torno americano PITTLER. — 1, Eje de
puntos teórico. — 2, Eje principal. — 3, Tambor del revólver. — 4, Plato del
tambor. — 5, Eje del plato del tambor. — 6, Soporte del eje. — 7, Tambor de
topes. — 8, Topes regulables — 9, Piñón de traslación del carro longitudinal. —
10,Taladros para montaje de las herramientas. — 11, Guias bancada. — 12, Carro
revólver. — 13, Alojamiento alargado para el tronzado de piezas largas.
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El eje horizontal del tambor, muy bien dimensionado, asegura al tam-
bor del revólver una guía perfecta. El tambor se fija en cualquier posición
con un fuerte pasador de enclavamiento.
En un lado del carro revólver van situados los topes que limitan el mo-
vimiento longitudinal y desembragan de forma automática el avance del
carro por sobre la bancada.
Para refrentar y segar basta girar convenientemente el plato del tam-
bor ya que su eje está más bajo que el del torno (figura 707).
Las piezas muy largas se siegan fácilmente, pasándolas por el aloja-
miento alargado (13 de la figura 706) y montando la herramienta de tron-
zar en el alojamiento inmediato. El mando o cuerpo de la herramienta pue-
de ser, en este caso, muy corto y, para disponer de suficiente juego cuando
se gire el tambor, el alojamiento por el que pasa la pieza es alargado.
Cuando la fabricación de una determinada pieza no exige demasia-
das herramientas, pueden montarse a la vez en el mismo tambor las co-
rrespondientes a otros trabajos con lo que se reduce considerablemente
los tiempos necesarios para la preparación.
El tambor se desmonta fácilmente del plato y puede cambiarse con
gran rapidez, interesante ventaja que permite disponer de un tambor con
las herramientas montadas, cada vez que se repita un determinado tra-
bajo.
CARRO LONGITUDINAL-TRANSVERSAL
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Figura 708. — Detalle del carro longitudinal-transversal y de sus mandos del tor-
no de la figura 688.
sea, que puede utilizarse este tipo de desembrague tanto para las herra-
mientas anteriores como para las posteriores.
El avance longitudinal del carro se efectúa por el volante (5) si es a
mano o embragando la palanca (6) si quiere hacerse automáticamente.
Para detener el avance puede desembragarse dicha palanca (6) o bien
con el accionamiento del disparo automático por medio de los topes (7)
montados en la barra ( 8 ) , la cual dispone de seis topes distintos, nume-
rados del 1 al 6 y mandados por el volante ( 9 ) .
Este mecanismo de disparo, al igual que el de refrentar, funciona en
los dos sentidos del avance, aunque se recomiende hacerlo funcionar siem-
pre de derecha a izquierda, es decir, hacia el cabezal, para evitar atasca-
mientos en el carro revólver, ya que éste solamente tiene disparo automá-
tico en una sola dirección.
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En los tornos pequeños para diá-
metros de 20 ÷ 22 mm este carro
solamente tiene desplazamiento trans-
versal. Se acciona a mano por medio
de un mecanismo de piñón y crema-
llera y se le da el nombre de carro
de tronzar. El desplazamiento rápido
permite con una breve maniobra ac-
tuar con las dos torretas montadas,
una anterior y otra posterior (figura Figura 709. — Carro transversal o de
tronzar de desplazamiento rápido a
709) llevando también en su parte mano.
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trasera un sistema de topes para limitación de carrera en los dos sent-
dos.
PORTAHERRAMIENTAS
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Figura 711. — Portaherramientas de torno revólver para trabajar con plato. —1,
Portabrocas de centrar (con pinza). — 2, Portaherramienta de cilindrar con
fijación para broca. — 3, Portaherramientas de mandrinar. — 4, Portaherra-
mientas de cilindrar. — 5, Soporte portaherramientas. — 6, Porta-moletas.
Figura 712. — Barra superior de guía.
des que existan de que trabajen varias a la vez. Esta tarea requiere un es-
pecial cuidado y sobre todo, cerciorarse de que se aplica siempre la solu-
ción más adecuada.
El criterio que debe guiar todos los pasos en esta búsqueda, es encon-
trar una coordinación de los trabajos a efectuar en las superficies exterio-
res: cilindrado, ranurado, etc , con los trabajos a efectuar en las superficies
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Figura 714. Ejemplo de piezas a mecanizar en torno revólver.
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Ahora se trata de combinar la sucesión de estas operaciones, teniendo
en cuenta el tiempo que se emplea en unas, más que en otras, a fin de
lograr una mejor coordinación del trabajo.
Vemos que el cilindrado A y el cilindrado B, pueden hacerse casi si-
multáneamente. Ahora bien, también podemos agrupar el cilindrado B
con el taladrado, pues la similitud de su carrera o longitud, hará que coin-
cida por más tiempo el trabajo de las dos herramientas. Otra operación
de longitud similar es el roscado B, pero no lo podemos efectuar si antes
no practicamos la ranura C, operación ésta que debe forzosamente ser pos-
terior al cilindrado B.
Vaya siguiendo en la figura 715 este orden de operaciones y observa-
rá que pueden fácilmente agruparse en la forma mencionada.
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El moleteado F podría practicarse al mismo tiempo que el roscado D,
pero siempre es preferible efectuar las operaciones de roscado por sepa-
rado para evitar toda cióse de vibraciones que podrían perjudicar la mar-
cha de la operación. Finalmente, el biselado G y el tronzado H serán he-
chos por herramientas montadas en el carro transversal.
Resumiremos ahora el orden progresivo de las operaciones a efec-
tuar (figura 716).
Ya hemos estudiado anteriormente la forma en que tiene lugar el «ade-
lantamiento» de la borra hasta m tope convenientemente situado a la me-
dida precisa y que puede ver en 6 y 7 de la figura 716.
Las operaciones a efectuar sarán:
1. Cilindrado A y punteado con broca de centrar
Esta operación de puntear con broca de centrar tiene, aunque no lo pa-
rezca, bastante importancia, pues de este punteado depende el centrado
posterior de los taladros. Las caras de las barras forjadas o fundidas, tienen
unas rugosidades o asperezas que pueden desviar las brocas, por otra par-
te, fijadas muchas veces con bastante voladizo. Estos inconvenientes se evi-
tan con una broca de centrar lo más grande que permite el taladro a efec-
tuar posteriormente y lo más corta que se pueda, fijada con un mínimo de
voladizo en la torre revólver. Es por esto que esta operación previa de pun-
teado se efectúa casi siempre combinada con otra operación cualquiera.
Esta operación se efectúa con un portaherramientas como el 1 de la
figura 710, pero de una sola herramienta.
2. Cilindrado B y taladrado E
Tiene lugar en forma igual a la operación 1, pero utilizando una broca,
como es natural, más larga según la profundidad del taladro. En las ope-
raciones en las que efectúen trabajo de corte dos o más herramientas, se
prestará especial atención a la elección de la velocidad para que en ningún
caso resulte excesiva para una de ellas, pues pocas veces podrán utilizarse
todas ellas al máximo: casi siempre, las brocas serán como máximo de ace-
ro rápido, con límites de velocidad, notablemente inferiores a las de car-
buro de tungsteno que podemos fijar en los soportes, razón por la cual, en
el torno revólver se usan mucho las herramientas de acero rápido y de
stelita.
3. Escariado del taladro y ranurado C para la rosca
El taladro, desbastado previamente con broca, se acaba con un escaria-
dor de medida fija y con un portaherramientas como el 3 de la figura 710
procederemos a efectuar la ranura de la salida de rosca. La penetración se
efectúa a mano con la palanca que se aprecia en la figura.
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Figura 717. — Dispositivo para roscar con patrón. — 1, Patrón. — 2, Herramien-
ta. — 3, Palanca para poner en contacto el palpador sobre el patrón. — 4,
Palpador.
4. Roscado
El roscado puede efectuarse, claro está, de varias maneras; estos tornos
incluso disponen de un dispositivo especial para el tallado de roscas, las
cuales se efectúan de modo parecido al copiado (se precisa pues un patrón
para cada paso distinto). Sin embargo, estos dispositivos (fig. 717) no son
muy utilizados. En un principio no se efectuaban roscas de calidad y había
suficiente con el empleo de terrajas normales (4 de la figura 710). La
dificultad de dejar un buen acabado de flancos y una mediana precisión,
5. Moleteado
El moleteado se efectúa con so-
portes especiales de dos o tres mole-
tas, y que van normalmente fijados
en la torre revólver (fig. 719).
6 y 7. Biselado G y tronzado H
En realidad estas dos operaciones
son una sola maniobra si bien con
desplazamientos en ambos sentidos
del carro transversal. Se ha mont,do Figura 719. — Portamoletas para
fijar en la torre revólver.
una herramienta en cada torre, de for-
ma que sus caras de corte están opuestas a fin de no tener que invertir el
sentido de giro, al pasar de una a otra. El orden de operaciones es como
sigue:
• Iniciación del tronzado (torre anterior) hasta una profundidad que
permita efectuar el biselado posterior.
• Retirada de la torre anterior y acercamiento de la posterior.
• Efectuar biselado con herramienta especial, en ambas caras a la vez.
• Retirada de la torre posterior y acercamiento de la anterior.
• Terminación del tronzado y evacuación de la pieza terminada.
Se ha omitido en la figura 716 dibujar todas las herramientas dispues-
tas en la torre revólver, pero debe quedar bien entendido que cada una
está colocada en su alojamiento correspondiente y precisamente por el or-
den sucesivo (según el sentido de giro de la torre) en que van a ser uti-
lizadas para cada operación.
También ha sido preciso, antes de empezar el trabajo o sea formando
parte de la preparación, el reglaje de los topes de limitación de carrera para
cada herramienta montada en la torre revólver, así como de los del carro
transversal. Estos topes son varillas roscadas, por lo que resulta fácil su
reglaje de acuerdo con la profundidad que se precisa para cada operación.
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Figura 720. — Orden de operaciones para el mecanizado de tornillos en torno
revólver.
Orden de operaciones:
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SOPORTES DE MANDRINAR
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MATEMÁTICAS
PARA EL TORNERO LECCIÓN 21
RESOLUCIÓN DE TRIÁNGULOS
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nará con la letra A; al ángulo ABC se le designará con la letra B y al ángu-
lo BCA se le designará con la letra C. En los triángulos se llama lado opues-
to a un ángulo al lado que queda entre los dos que forman el ángulo; así
el lado BC es opuesto al ángulo A en la figura 120.
En los cálculos trigonométricos los lados que suelen representar por
una letra minúscula igual a la del ángulo opuesto a ellos; así, por ejemplo,
en la figura 120 el lado opuesto al ángulo A se indica por la letra a colo-
cada en él, el opuesto al ángulo B es el señalado con la b y el lado opuesto
al ángulo C es el señalado con c.
Otras denominaciones que también emplearemos en el cálculo de trián-
gulos son las siguientes:
Ángulo comprendido entre los dos lados es el ángulo formado por los
mismos.
Así en la figura 120 se tiene:
El lado a es opuesto al ángulo A y adyacente de los ángulos B y C.
El lado b es opuesto al ángulo B y adyacente de los ángulos A y C.
El lado c es opuesto al ángulo C y adyacente de los ángulos A y B.
El ángulo A es el ángulo comprendido entre los lados b y c.
El ángulo B es el ángulo comprendido entre los lados a y c.
El ángulo C es el ángulo comprendido entre los lados a y b.
Un triángulo habrá quedado resuelto por cálculo cuando se haya logra-
do obtener los valores de todos los ángulos y lados que lo forman. Pero
para poder resolver el triángulo es preciso conocer unos datos. Como mí-
nimo es necesario conocer tres de los seis datos y de los tres datos cono-
cidos uno por lo menos debe ser la longitud de un lado.
Los problemas de resolución de triángulos que pueden presentarse se-
gún los datos conocidos, pueden clasificarse en los grupos siguientes:
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A continuación va a estudiar usted los métodos de cálculo y fórmulas
empleadas para resolver los triángulos rectángulos, pues es muy difícil
que en la práctica usted se encuentre en el caso de resolver un cálculo de
triángulos oblicuoángulos.
B = 90° — C
Y si es B el ángulo conocido se tendrá la fórmula:
C = 90° — B
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Figura 122.
o lo que es lo mismo tg
c b c
sen C = cos C= tg C =
a a b
—1176—
En efecto multiplicando los dos miembros de cada una de las fórmulas
anteriores por el denominador del segundo miembro se obtienen las fórmu-
las siguientes:
Elementos
Datos Fórmulas que se emplean para el cálculo
desconocidos
a , C B,c,b B = 90° — C
c = a sen C
b = a cos C
Elementos
Datos Fórmulas que se emplean para el cálculo
desconocidos
b , B C ,c , a C = 90° — B
b
sen B
c = b tg C
Elementos
Datos Fórmulas que se emplean para el cálculo
desconocidos
b , C B,c,a B = 90° — C
b
cos C
c = b tg C
—1177—
TABLA 41 (Continuación)
b , c B,C,a b
tg B =
c
c
tg C = o bien C = 90° — B
Elementos
Datos Fórmulas que se emplean para el cálculo
desconocidos
a , b B,C,c b b
sen B = cos C =
a a
o bien c = a cos B
b = a sen B ; c = a cos B ; b = c tg B ;
c = a sen C ; b = a cos C ; c = b tg C ;
que permite conocer los valores de los catetos b y c aplicando una u otra
de las seis, según cuales sean los datos conocidos.
—1178—
De estas últimas fórmulas se deducen las siguientes que sirven para
calcular la longitud de la hipotenusa cuando se conoce el valor de un ca-
teto y un ángulo:
También en este caso se tomará una u otra según cuales sean los valores
conocidos.
Además de las formas trigonométricas anteriores se aplica también a la
resolución de triángulos rectángulos al teorema de Pitágoras. Como usted
ya sabe este teorema se expresa por la fórmula:
a 2 = b2 + c 2
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Se trata del caso II-2.° de la tabla. Los valores conocidos son:
120
a = = 191´369 c = 120 X 1´24227 = 149'0724
062706
con lo que queda resuelto el problema, siendo los valores buscados:
b 125 b 125
sen B = = = 0'5 ; cos C = = = 0'5
a 250 a 250