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Lenguaje y Comunicación
Prof. Rosa Toro Campos
Puerto Montt
La alfombra voladora
Una vez, apareció en el cielo una alfombra voladora. Y se paró a descansar en la copa de un árbol.
Las alfombras voladoras viajan por el aire, como los aviones y los pajaritos. Son muy antiguas y es muy raro
encontrar todavía algunas por el mundo. Las alfombras voladoras parecen iguales a todas las alfombras. Pero solamente
si las miras con cuidado, por el revés, podrás ver que llevan una palabra mágica bordada en una esquina.
La alfombra voladora, que se había posado en la copa de un árbol, era de color verde y tenía bordada la palabra
Faralá.
Faralá había sido, hace muchísimos años, la alfombra mágica de un rey que, cuando quería viajar, no tenía más que decir:
- ¡Faralá, a Pekín!
- ¡Faralá, a Bombay!
- ¡Faralá, a Estambul!
Y la alfombra salía disparada, volando por los aires, llevando al rey de un lado para otro. Un buen día, aquel rey
se fue a la guerra y no volvió nunca más. Y Faralá quedó olvidada, encerrada en un armario.
Pasó mucho tiempo, hasta que una vez, haciendo limpieza en el palacio, encontraron a Faralá y, sin saber que era
una alfombra voladora, la dejaron en un patio para sacudirla y quitarle bien el polvo. Entonces Faralá, que lo había
pasado muy mal, tanto tiempo encerrada y sin moverse, echó a volar sin que nadie se lo ordenara.
Desde entonces, Faralá viaja sola por el mundo, de día o de noche según le guste, y se para a descansar en la
copa de los árboles cuando quiere.
Faralá es amiga de los pájaros que vuelan con ella. De los gatos que le dicen adiós desde los tejados, de los niños
que por la noche la esperan…
Faralá ha dado la vuelta a la tierra muchas veces. Y ha visto cosas que nadie más ha visto.
Faralá, volando, volando..., si quiere, puede visitar a los conejos rosa. Los conejos rosa viven en una casita
escondida en el bosque. Y se pasan el día haciendo merengues de fresa. Por eso, si les da un beso, sabe dulce y un
poquito pegajoso. Faralá, volando, volando…, puede llegar hasta la cueva del dragón amarillo. El dragón amarillo guarda
una capa que, si te la pones, te vuelves invisible e invencible.
Faralá sabe dónde está la fuente que habla, la gruta encantada, el árbol que ríe y que llora, la lámpara mágica, la
montaña que canta…
A Faralá hay otras cosas que le gustan tanto como volar. ¿Sabes qué es? Pues visitar a los niños por las noches,
cuando todos duermen, llevarlos con ella para que vean lo que más les guste ver.
La alfombra verde puede llevar a cada niño al sitio a donde quiera ir, aunque sea un sitio muy raro. Y aunque
esté muy lejos, lejísimo… ¡No importa!
Si alguna noche Faralá entra volando por la ventana y se acerca a tu cama, no tienes más que decirle: ¡Faralá,
Faralá, Faralá llévame a…!
Y la alfombra mágica te llevará a volar con ella por el aire, para que veas lo que más te guste ver.
5. Piensa y escribe:
¿Cómo se habrá sentido Faralá cuando estuvo olvidada en el armario del palacio?
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¿A qué lugar quisieras que te llevara Faralá si te visitara una de estas noches? ¿Por qué?
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10. En las siguientes oraciones, coloca una coma (,) para separar elementos o ideas, según corresponda
11. La alfombra ha observado seres especiales que nadie más ha visto. Une con una línea los siguientes seres que
nombran en el texto con sus características.
12. Imagina y escribe sobre las líneas una descripción del bosque de los conejos rosa. Luego, dibújalo en el recuadro del
lado.
13. Selecciona la descripción correcta de las alfombras, pintándola con lápiz de color.
Las alfombras voladoras son muy antiguas y sólo pertenecen a los reyes. Siempre llevan
escrita una palabra mágica en su revés. Es fácil reconocerlas por su extraño color verde.
Las alfombras voladoras son muy antiguas. Siempre llevan escrita una palabra mágica en
su revés. Es fácil reconocerlas por su extraño color verde, aunque a primera vista
parecen iguales a todas las alfombras.
Las alfombras voladoras, aunque parecen iguales a todas las alfombras, llevan escrita
una palabra mágica en su revés y vuelan como los pájaros y los aviones.
14. En cada recuadro escribe las palabras agudas, graves y esdrújulas que lleven tilde y que aparezcan en el texto
15. Haz una lista con los diptongos y otra con los hiatos que encuentras en el texto (sin repetir palabras) y luego
sepáralas en sílabas.