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El diálogo y el respeto mutuo como fundamentos de la paz

Por
Andrés Eduardo Rojas Patiño -Código 80083131
Psicología – Código:

Presentado a
Abel Baquero

Universidad Nacional Abierta y a Distancia UNAD


CEAD José Acevedo y Gómez
ECBTI
30-10-2018
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El diálogo y el respeto mutuo como fundamentos de la paz

Con frecuencia nos encontramos en situaciones de discusión, de disensión con otras persona, lo

cual no es poco común dado que somos seres con capacidad de pensar, evaluar y tener criterio, y

es gracias a la diferencia de criterios que las discusiones surgen entre las personas, pero es que

discutir no es la fuente del problema; la verdadera fuente del problema no es la discusión, sino la

incapacidad de sostener esta misma en el marco de la no agresión, sin el uso de adjetivos, de motes,

de calumnias, y por supuesto de agresiones.

Dicho de otra manera, para construir paz en torno al dialogo, es necesario tener de plano que

existen desacuerdos, diferencias, pero que se puede discutir en torno al respeto, al reconocimiento

del otro, sin llevar al contexto personal la discusión, aun cuando esta gire alrededor de aspectos

personales como las diferencias de credo, políticas y hasta sexuales. Sin embargo, y aun cuando

las discusiones giren en torno a aspectos personales, es clave tener presente que permitir que los

argumentos del contradictor nos afecten de forma en la esfera personal, que nos hieran, es permitir

que las emociones negativas afloren y con ellas los sentimientos que sacan de contexto, de control

la discusión.

Basta con controlar el pensamiento, con refrenar las ideas burbujeantes en la cabeza para dejar

de alimentar los sentimientos negativos, cargados de ira, de odio. Ahora bien, es inevitable que

en algún momento seamos heridos por las palabras o acciones de otros, sean estos detractores o

contendientes en cualquier aspecto de nuestras vidas, en este escenario, debemos aprender a dejar

atrás el dolo, comprender que mientras no perdonemos seremos presas del pasado, del dolor, y

estamos expuestos a caminar el sendero del odio. Al final, son los pensamientos que generamos
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en torno a las situaciones que nos rodean, los que nos afectan, las ideas o preceptos que tenemos

de las personas y sus posturas las que nos dañan porque permitimos que afloren las emociones

negativas, y de esta manera que las discusiones que podamos tener subirán de tono, entrando en un

vórtice de agresiones que al final llevan a distintas formas de violencia.

Para construir paz no es necesario estar todos de acuerdo en todo, sino discutir sobre los

desacuerdos de forma cordial, desde las ideas, sin la personalización del concepto, reconociendo

las diferencias que hay en el otro, porque finalmente eso nos hace humanos.
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Referencias Bibliográficas
(Utilizando la norma APA, última edición)

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