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Estudio de riesgos y desastres

Índice.
Introducción.
1. ¿Qué es un desastre?

2. Componentes del desastre:

2.1. Amenaza o peligro

2.2. Vulnerabilidad

2.3. Riesgo.

3. Habitar implica riesgo

4. Riesgos conocidos y no atendidos vía arquitectura

4.1. Diseño y construcción … del riesgo

5. El nuevo escenario de riesgo: La expansión urbana

5.1. La velocidad de cambio

5.2 La degradación ambiental urbana

6. Gestión de riesgos y desastres

6.1. Componentes de la gestión del riesgo de desastres

7. Normativa de la gestión del riesgo de desastres

7.1. Marco normativo

8. El proceso en la gestión del riesgo de desastres

8.a. Estimación del riesgo


8.b. Reducción del riesgo de desastres
8.c. Respuesta
8.d. Reconstrucción

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9. Reducción del riesgo

9.1 Planificación de riesgos

9.1.1 Educación de la conciencia pública

9.2 Instrumentos participativos para la evaluación de riesgos, peligros,


vulnerabilidad y capacidades.

9.2.1. Estratificación de la vulnerabilidad

9.2.2. Estratificación del peligro

9.2.3. El cálculo del riesgo


9.2.4 Mapa de riesgos
10. La cultura de los sismos en el Perú

10.1. Perú, un país con historia sísmica

10.2. La reacción de una población asustada

10.3. Cultura de prevención no creada

11. Importancia de la participación ciudadana en manejo de riesgos


11.1. Reubicación de una comunidad resiliente

12. La arquitectura como solución a los riesgos y desastres.

12.1. Construcciones seguras para los peruanos de menores recursos

12.2 Alojamientos temporales después del desastre

13. Conclusiones

14. Bibliografía

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INTRODUCCIÓN

Para saber el porqué de esta investigación es necesario definir qué es un desarrollo


sostenible y la finalidad que implica esta.

Desarrollo sostenible

“Se llama desarrollo sostenible al desarrollo que satisface las necesidades del
presente sin poner en peligro la capacidad de las generaciones futuras para
atender sus propias necesidades”

Todo desarrollo implica la mejora de las condiciones y niveles de vida de una


sociedad o comunidad, es por ello que se presentan dos modelos de desarrollo
uno que busca el crecimiento económico y otro, el cual es el que más nos
interesa llamado desarrollo sostenible.
Esto también incluye a las personas y que viven en un medio sostenible, es decir
con recursos naturales. Ello implica que ante algún desastre sean capaces de
mejorar sus posibilidades y activos, sin dañar en el futuro a los recursos
naturales existentes.

Si bien es cierto, el desarrollo sostenible es la finalidad que se quiere para


obtener dar calidad de vida a las personas y vivamos respetando a los
ecosistemas; sin embargo, el motivo de esta investigación será el cómo podemos
mitigar los efectos de los desastres ,mediante una gestión de riesgo y sus
implicancias que tienen tales como la participación del gobierno,ciudadanos,etc.
Parte de esta reducción de riesgo y progreso es la arquitectura, por lo que se
indicará los medios que puede usar el arquitecto para contribuir a una
comunidad resiliente y con ello aumente los niveles de sostenibilidad en su
entorno.

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1. ¿Qué es un desastre?

Un desastre es una interrupción grave en el funcionamiento de una comunidad que


causa grandes pérdidas a nivel humano, material o ambiental, suficientes para que
la comunidad afectada no pueda salir adelante por sus propios medios, necesitando
apoyo externo.
Si bien los desastres se clasifican de acuerdo al origen del peligro que lo genera
(natural o inducidos por el ser humano), son las condiciones de vulnerabilidad
y las capacidades de la sociedad afectada las que determinan la magnitud de los
daños. Es por eso que un sismo de la misma intensidad puede destruir un edificio
de cuatro pisos en el Perú y no afecta a un edificio de 50 pisos en Japón (uso de la
microzonificación sísmica, sistemas constructivos entre otros).
En consecuencia, los desastres no son naturales sino por el contrario, son la resultante
de un proceso de construcción de condiciones de vulnerabilidad causados por el
hombre y de un desarrollo inadecuado e insostenible en el tiempo.
Todo desastre tiene una expresión territorial definida, que puede variar entre lo local
hasta cubrir grandes extensiones de un país, la cual no siempre coincide con una
delimitación jurisdiccional.
Además, el territorio donde ocurre un desastre no necesariamente es el mismo espacio
donde se generaron los factores causales del riesgo. Por ejemplo, la contaminación de la
parte alta de una cuenca, causada por una empresa que arroja sus desechos en el río,
constituye un riesgo para las comunidades ubicadas cerca de la fuente de
contaminación, pero también para las comunidades que viven en la parte baja de la
cuenca. Sin un manejo integrado de las cuencas, mediante coordinaciones entre
gobiernos locales, sociedad civil, empresas, etcétera, para prevenir y mitigar el riesgo de
desastre y favorecer la protección del medioambiente, el riesgo se desplaza hacia zonas
que no lo generan.

Principalmente son los desastres y las


catástrofes
los que ocasionan las mayores pérdidas
económicas y
cantidad de víctimas, sufrimiento y dolor en
las personas.
En estos casos, la ayuda y los recursos
requeridos pueden
demorar días, semanas, meses y hasta años
para lograr
una recuperación paulatina, dependiendo de
la capacidad
del Estado y de la ayuda humanitaria que se
pueda recibir
de otros Estados.

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2. Componentes del desastre:

2.1. Amenaza o peligro

La amenaza o peligro se define como la probabilidad de ocurrencia de un fenómeno


natural o inducido por la actividad del ser humano, potencialmente dañino, de una
magnitud dada, en una zona o localidad conocida, que puede afectar un área poblada,
infraestructura física y/o el medio ambiente.

Se pueden clasificar en:

- Peligros de origen natural, que se explican por procesos dinámicos en el interior (por
ejemplo, terremoto, tsunami) o en la superficie de la Tierra (por ejemplo,
deslizamientos), por fenómenos meteorológicos y oceanográficos (como el Fenómeno
del Niño) o biológicos (como las plagas)

- Peligros inducidos por la actividad del ser humano (por ejemplo, incendios, derrames,
explosiones, etcétera).

En el Perú, los peligros más frecuentes son de origen natural, como la probabilidad de
las inundaciones, aluviones, deslizamientos, heladas, sequías y terremotos. Sin
embargo, en los últimos decenios vemos que la actividad del ser humano
(contaminación, deforestación, desarrollo industrial) tiene consecuencias sobre el
comportamiento del clima, agravando y haciendo más frecuentes e impredecibles los
eventos. En la interacción de la naturaleza con la acción humana aparecen amenazas al
ambiente.

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2.2. Vulnerabilidad

La vulnerabilidad es el grado de resistencia y/o exposición de un elemento frente a la


ocurrencia de un peligro. Puede ser física, social, económica, cultural e ideológica,
institucional y política, o de otro tipo.

Se refiere a una serie de características que predisponen a una persona, un grupo o una
sociedad a sufrir daños frente al impacto de un peligro y que dificultan su recuperación.

Esos factores de vulnerabilidad pueden revertirse en capitales o recursos, a través del


fortalecimiento de los medios de vida, entendido como la combinación de todas las

fortalezas y recursos disponibles dentro de una comunidad o sociedad que puedan


reducir el nivel de riesgo o los efectos de un desastre. El desarrollo de las capacidades
permite reforzar los medios de vida y aumentar la protección de dichos medios ante la
ocurrencia de un evento peligroso. Vulnerabilidad y capacidad son las dos caras de una
misma moneda.

Los factores que condicionan la vulnerabilidad global pueden revertirse en capitales o


recursos, a través del fortalecimiento de los medios de vida, los mismos que permiten
desarrollar la resiliencia de la comunidad. Por ejemplo, la contaminación del agua del
río, el tratamiento inadecuado de los desechos domésticos y la tala indiscriminada de
bosques para uso agrícola evidencian una vulnerabilidad del entorno natural por la
comunidad, lo cual puede revertir en capital natural si los pobladores aprenden a
manejar y usar adecuadamente sus recursos naturales.
La protección de los medios de vida permite a una comunidad revertir condiciones de
vulnerabilidad en capitales o recursos que fortalecen su capacidad de transformarse y/o
recuperarse tras un evento adverso. La resiliencia es la capacidad de adaptación de una
comunidad o sociedad, potencialmente expuesta a peligros, resistiendo o cambiando con
el fin de alcanzar y/o mantener un nivel de riesgo aceptable en su funcionamiento. Se
determina por el grado en el cual es capaz de auto-organizarse para incrementar su
capacidad de aprendizaje sobre desastres pasados, con el fin de lograr una mejor
protección futura y mejorar las medidas de reducción de riesgo de desastres.

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2.3. Riesgo.

El desastre y el proceso de riesgo. Desde nuestra perspectiva, definimos el riesgo de


desastre como la probabilidad de que se manifieste una amenaza determinada sobre un
sistema con un grado de vulnerabilidad dado, descontando de ello las acciones de
prevención-mitigación que se hayan implementado. En términos formales podemos
e
x
p
r
e
s
a
r

Existen diversas visiones acerca de la categoría riesgo. Entre las más extendidas se
encuentra aquella que parte de la idea de que las sociedades se tornan riesgosas a partir
de que sus estructuras (sociales y materiales) se encuentran localizadas en zonas con
una alta presencia de amenazas. El elemento físico-natural juega un papel dominante en
esta concepción y es el elemento activo. La sociedad por su parte, es un elemento
pasivo frente a lo natural. En las corrientes más avanzadas de esta visión, se han
introducido elementos “sociales” en la ecuación del riesgo. Se reconoce una
vulnerabilidad frente a las amenazas; sin embargo, ésta generalmente se entiende como
una vulnerabilidad física o estructural (material) que puede reflejarse en distintos
niveles de resistencia de la sociedad frente al impacto de las amenazas.

Por otro lado, desde hace algunas décadas surgió una visión distinta -denominada
“alternativa”- que centró la discusión en la vulnerabilidad, al considerarla como el
factor dominante en la causalidad de los desastres. El gran aporte de este enfoque fue,
sin duda, incorporar a la sociedad como un elemento activo en contraposición con la
visión dominante que ponía al centro de los estudios sobre desastres el factor físico-
natural. Sin embargo, con la proliferación de los estudios sobre vulnerabilidad -
provenientes de las ciencias sociales-, se habría de caer en una especie de extremismo
contra la visión dominante al soslayar la importancia de las amenazas. Para las ciencias
sociales, éstas se presentaban como un elemento dado y cuando mucho sólo se hacía la
distinción entre amenazas naturales y antrópicas.

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Zonas de alto riesgo
3. Habitar implica riesgo

El proceso de ocupación del ser humano en la tierra ha implicado desde la localización


en zonas que propician y facilitan la obtención de los recursos básicos para la
subsistencia, a la extracción exhaustiva de recursos hasta su agotamiento o destrucción.
En ambos casos se ha dado un proceso de construcción de riesgo, de posibilidad de
ocurrencia de daños y pérdidas, en función de la manera en que se realiza la ocupación
del territorio, tanto para efectos productivos como propiamente residenciales o de
servicios básicos, pero además de la manera en que construye sobre ese territorio, en
otras palabras, la forma de diseñar y construir las estructuras, la arquitectura.

Partiendo del concepto de riesgo antes presentado, el proceso de generación de riesgo


está inmerso en todas las formas de actividad humana en diversos grados, pero en
particular en el diseño y construcción de su hábitat. Así, el conocimiento y reducción
hasta límites aceptables del riesgo es lo que se considera una gestión apropiada.

A lo largo de los siglos, la construcción de viviendas es uno de los ejes de la economía


y, a la vez, una de las más importantes demandas sociales y financieras, tanto de los
países como de las comunidades y de las familias. No obstante, todavía millones de
familias construyen sus propias viviendas con escaso o ningún apoyo financiero más
allá de sus propios ahorros, y, por lo tanto, difícilmente disponen de los conocimientos
técnicos o el apoyo de diseñadores y constructores profesiones, y menos aún toman
como un criterio de importancia la gestión del riesgo frente a desastres. Incluso es
común el hecho de que conozcan los riesgos y hayan sido víctimas de situaciones de
desastre pero asuman que no tienen otra salida que vivir en el riesgo. Otras tantas
familias resuelven su necesidad habitacional por vía de programas gubernamentales o
privados formales sin que se apliquen adecuadamente las prevenciones elementales
frente al impacto de los eventos destructivos de origen natural o humano, esto ya no en
función de una decisión propiamente familiar, sino por las carencias técnicas o
institucionales que tales programas presentan en muchos países; carencias que llevan
incluso a ignorar a propósito reglamentos o requisitos de localización, diseño y
construcción con la excusa de que se trata de situaciones de emergencia.

Ocupación de habitantes en zonas de riesgo debido a la necesidad


habitacional

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4. Riesgos conocidos y no atendidos vía arquitectura

La arquitectura vernácula y la adaptación climática de gran diversidad de edificaciones


donde no hay participación de profesionales del diseño han demostrado ser apropiados
frente a las amenazas del medio local. La tradición y el conocimiento profundo de sus
territorios ha permitido alcanzar soluciones que en muchos casos son superiores a los
diseños no adaptados o mal adaptados impulsados por profesionales, corrientes
arquitectónicas o constructores que utilizan tecnologías supuestamente más avanzadas.
La tradición, olvidada muchas veces, ha permitido acumular inmensas cantidades de
información sobre adaptación climática y a los riesgos correspondientes con las
condiciones permanentes o estacionales del territorio que se habita. Pero también,
contrariamente, es común la completa desaparición de poblados construidos en
evidentes situaciones de alto riesgo sin que se tomen las previsiones mínimas. Por ello
es indispensable evaluar las bondades de la tradición y profundizar en aquellos
elementos reproducibles para integrarlos como soluciones efectivas según el caso, y a la
vez, desechar aquellos elementos o soluciones de diseño y edificación que una vez y
otra también han probado ser causantes directos de las pérdidas de vidas y bienes.

El desarrollo de proyectos municipales y comunitarios con apoyo técnico en diseño y


construcción con materiales locales y disposición de tierra constituye una forma de
superación de la construcción improvisada. El ahorro local y familiar puede
complementarse con sistemas constructivos de bajo costo y control local de parte de
organismos comunitarios y no gubernamentales que aseguren la apropiada localización
y diseño de los asentamientos seguros. La política habitacional con apoyo financiero de
largo plazo y normas estandarizadas mediante manuales de construcción en vez de
reglamentos inaplicables es lo que corresponde impulsar en la ciudad.

4.1. Diseño y construcción … del riesgo

Analizar los procesos de diseño arquitectónico requiere de su contextualización en la


sociedad concreta que los genera; incluir su relativa respuesta frente al proceso social
generador de riesgos implica diferenciar aquellos propiamente vinculados al diseño y la
arquitectura de aquellos más bien vinculados a procesos más generales.

La satisfacción de la necesidad de vivienda lleva a una serie de acciones constructivas


que incluyen el uso de tierras inadecuadas para habitar, el uso de edificios urbanos en
malas condiciones y la generalizada autoconstrucción, entre otras formas de satisfacer
una demanda no solvente. Así, con las viviendas se produce diversidad de condiciones
de riesgo derivados tanto de los sistemas constructivos como de los procedimientos
financieros, los grados de institucionalización y formalización o legalización del uso del
suelo. Tanto la localización en territorios de alto riesgo como la baja calidad de
materiales, su uso inadecuado y el desconocimiento de las técnicas, implican la
construcción de refugios que se pueden convertir en trampas mortales.

Sin duda, la gran concentración urbana es la que presenta mayores condiciones de


riesgo frente al sismo, pero hay un elemento central en zonas rurales o indígenas: la
escasa renovación habitacional. La vivienda rural o indígena en muchos países de
América sigue todavía patrones coloniales y cientos de miles de familias continúan
residiendo en casas de cientos de años y con escaso o ningún tipo de reparación o
adecuación, hasta que llega un sismo y se derrumban. El evento destructivo es de hecho
un elemento esencial de la renovación de viviendas en los poblados rurales. Los grupos
de ingreso medio –y hasta bajo- en zonas rurales disponen por lo menos de acceso a
tierra suficiente para construir, de lo cual no gozan en las ciudades los sectores de

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similar ingreso. Pero los pobres urbanos, residentes de barrios nuevos son los que
presentan normalmente las peores condiciones de salubridad, seguridad y accesibilidad
a servicios básicos como agua o manejo de residuos o disposición de excretas o aguas
servidas; en estas condiciones son a la vez los más vulnerables frente a las amenazas
múltiples a que se enfrentan.

5. El nuevo escenario de riesgo: La expansión urbana

“La ciudad es el espacio donde las amenazas han dejado de ser


propiamente naturales y donde adquieren mayor importancia las amenazas socio-naturales,
antrópicas y tecnológicas. Asimismo, por su conformación, en el ámbito urbano se presenta
también una mayor susceptibilidad a las llamadas amenazas complejas”.

En el presente capítulo veremos al espontáneo crecimiento urbano genera


nuevos riesgos. Por ende se han generado nuevas investigaciones sobre el riesgo
urbano o la construcción de estas ciudades. La transformación de espacios, relaciones
sociales y el hábitat ,son factores que han hecho que la ciudad sea un nuevo escenario
de riesgo.
Si bien es cierto la ciudad forma nuevos riesgos, sin embargo, esto no quiere decir que
debido a la urbanización de estos lugares se desdeñe a los sectores rurales, sino que,
debemos tomar muy en cuenta puesto que en el futuro sus efectos serán más visibles.

Existe por tanto, una tendencia a la urbanización, así como también a la construcción.
Ambas se llegan a dar , en distintos contextos, como en países desarrollados y en otros
casos en paises periféricos. Al existir un contraste entre ellos debemos tener en cuenta
que el riesgo urbano y las formas de gestión son distintas.

Cuando analizamos los factores de riesgo en el contexto urbano podemos concluir que
son múltiples, dependen del lugar y que, a pesar de no haber estudios sobre riesgo
urbano y la investigación en este campo es posible determinar ciertos rasgos que lo
caracterizan, como el identificar sus aspectos críticos, que si no los atendemos a tiempo
pueden resultar ser grandes desastres en el futuro.

10
9.2.4 Mapa de riesgos
El mapa de riesgo es un instrumento para
la comunidad y las organizaciones
locales, en su preparación y capacitación
para saber qué hacer ante los riesgos y
amenazas a las que están expuestas. Su
finalidad es determinar las naturalezas y
las dimensiones de las pérdidas, el
conocimiento de los peligros y la
vulnerabilidad a nivel físico, social y
económico.

Es así que su representación es mediante


un croquis o maqueta, el cual permita a la
población reconocer las zonas de la comunidad, las casas o principales infraestructuras,
las cuales pueden verse afectadas en caso hubiese un terremoto, inundación,
deslizamiento de tierra o erupción volcánica.

El Mapa de riesgos se constituye


con la integración de los mapas
de: peligro, de los elementos en
riesgo, las capacidades y la
vulnerabilidad. Para su obtención
fue necesaria la identificación de
los cuadros analizados
anteriormente.

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10. La cultura de los sismos en el Perú

El Perú como muchos países pertenecientes a las costas del Pacífico presenta gran actividad
sísmica y volcánica. A lo largo de su historia ha sido azotado por este tipo de desastres
geológicos.

Para el Perú, si se trata de situaciones de riesgo, más se habla de sismos, debido a que posee una
historia marcada por ellos, a pesar de ello, el Perú es uno de los pocos países en la costa Pacífico
que no cuenta con un debido plan de emergencias y mitigación de desastres. Esto se da por la
mala organización por parte de las autoridades y la poca falta de responsabilidad por parte de la
misma población que tiene miedo, pero no hace nada al respecto. Además de que también las
poblaciones de menores recursos económicos invaden sectores de altos riesgos, luego las
municipalidades ignoran las invasiones, ocurre un desastres y grandes pérdidas, estas
poblaciones invaden otros sectores y el círculo vicioso no termina.

Nosotros los peruanos tenemos miedo, nos asustamos con las noticias extranjeras de tragedias
naturales, la educación sobre prevención y conciencia falta para que algún futuro desastre no
nos sorprenda de manera irremediable.

10.1. Perú, un país con historia sísmica

Perú se encuentra
ubicado sobre el
límite de dos
placas tectónicas
que colisionan: la
placa de Nazca
que se introduce
debajo de la
placa
Sudamericana y
se acercan 9cm
cada año. Esto
ocasiona una
serie de
fenómenos
naturales
geológicos como
son las
erupciones
volcánicas,
sismos y tsunamis. Los límites entre placa y placa y la manera de convergencia se pueden
observar en la siguiente figura.

Otro factor influyente que ocasiona sismos en el Perú y en toda la costa del Pacífico es el
conocido Cinturón del fuego. Esta zona concentra la mayor cantidad de placas colisionantes lo
que también ocasiona gran parte de toda la actividad sísmica y volcánica del mundo.

Según registros antiguos, los sismos en el Perú datan de la época de la colonia. Aquí se
muestran una explicación más detallada de los grandes sismos (de 7.0 a mas) de los últimos 30
años.

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Fecha y hora Características del evento Descripción de los efectos

1970, 31 de mayo Magnitud: 7,8 (Richter) Un terremoto de magnitud y


15:33 h Intensidad: VIII (Mercalli un gran aluvión se registró en
modificada) el Callejón de Huaylas
Epicentro: 09,2° S y 78,8°O (Áncash). Este movimiento
telúrico dejó como saldo 67
mil muertos y 150 mil
heridos.

1974, 3 de octubre Magnitud: 8 (Richter) Este terremoto azotó la


09:31 h Intensidad: IX (Mercalli capital del Perú, así como
modificada) gran parte de la costa
Epicentro: 12° S y 78,8°O peruana, hacia el sur. El
movimiento duró alrededor
de 90 segundos y dejó como
saldo 252 muertos y 3.600
heridos.

2007, 15 de agosto Magnitud: 7,0 (Richter) Según las cifras oficiales del
18:41 h Intensidad: VII-VIII (Mercalli INDECI, el terremoto de
modificada) Pisco dejó daños en 5
regiones (Ica, Lima,
Epicentro: 60km de Pisco
Ayacucho, Huancavelica y
Junín) y en el Callao. Unas
596 personas fallecieron.
Destruyó 48208 viviendas y
14 establecimientos de salud.

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10.2. La reacción de una población asustada

La población peruana actualmente le tiene un terror a la ocurrencia de sismos, terremotos y


tsunamis. La historia les ha enseñado que pueden causar mucho daño y sin previo aviso. La
mayoría de la población peruana hace oídos sordos a noticias que se relacionen con los sismos.
El término prevenir es muchas veces símbolo de burla, sin embargo, el miedo prevalece y
domina.

En el Perú se realizan dos simulacros nacionales de sismos y tsunami al año. Este evento ha
tomado mayor interés tras el último terremoto de Pisco 2007 que hizo que todo el país se
preguntara ¿Está el Perú preparado para sufrir un terremoto superior a los 8,0 grados? Tras los
últimos simulacros, no. La participación de los ciudadanos de la capital fue casi nula. Estos
eventos nacionales son organizados por Defensa Civil, se anuncian con dos meses de
anticipación y llegado el día y la hora se anuncia con sirenas policiales, depende de cada
ciudadano participar o no.

Sólo el 75% que participó en los simulacros, la poca preparación, precariedad de la mayoría de
viviendas, pobreza y falta de cultura de prevención vuelven a la población peruana vulnerable.
Como explica el ingeniero Kuroiwa, “una población es vulnerable cuando carece de los
conocimientos elementales sobre los fenómenos naturales intensos que la amenazan, no los
comprende y no sabe qué medidas tomar para proteger su vida, salud y propiedades” (2010, p,
142) Este es principalmente el problema del país, los ciudadanos no toman conciencia, el
peligro y el riesgo es asimilado sólo en el instante de un desastre y no se toman las medidas
necesarias para que los daños se minimicen.

10.3. Cultura de prevención no creada

Con el paso de los años, en las últimas décadas, se ha incrementado la intensidad de los
fenómenos naturales. De todos los desastres producidos por la naturaleza, los sismos son de los
que no se pueden predecir, y han generado un miedo y preocupación en la población peruana.
Muchos expertos en sismología indican que la solución para mitigar los daños tanto materiales
como pérdidas humanas es que la población peruana siga las reglas de la prevención de
desastres.
Estas acciones se definen como: identificar las rutas de emergencia de evacuación de una
vivienda, centro de trabajo, ambientes públicos; en la vivienda revisar conexiones de gas y luz,
asegurar objetos que se puedan caer, mantenerse lejos de las ventanas y espejos; mantener la
calma, no realizar llamadas telefónicas puesto que las líneas colapsan; siempre contar con una
mochila de emergencia; ubicar las zonas de evacuación.

El Perú sea uno de los países con más riesgo a sufrir un terremoto y/o tsunami debido a su
ubicación geográfica. Aun así, solo el 75% de la población participa en los simulacros por ende
no es de interés público mantener una cultura preventiva.
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El Instituto Nacional de Defensa Civil (INDECI) se ha puesto a trabajar para concientizar a la
población sobre las acciones que deberían tomarse en caso de emergencia. El trabajo de esta
institución en conjunto con las municipalidades, la policía y los bomberos es arduo, pero para
una población que nunca antes tuvo un pensamiento de prevención va a ser difícil imponerlo
ahora.

Las consecuencias que se producen por no tener un adecuado plan de prevención y mitigación
de desastres pueden ser desastrosas. Como lo ocurrido en Puerto Príncipe en Haití en el 2010.
Este país no contaba con un plan de prevención, por lo que 220 mil personas fallecieron ese día
y más de 300 mil quedaron heridas. (Kuroiwa, 2010)

Caso similar, en el Perú, con el terremoto de Pisco 2007, 597 personas murieron, 1 300 heridas
y más de 400 mil damnificados sufrieron las consecuencias de la naturaleza. Sin embargo, Japón
cuentan con un plan de prevención de carácter público y colectivo. Toda la población japonesa
sabe qué hacer y cómo comportarse. Además de contar con tecnología constructiva antisísmica
lo cual ayuda a mitigar en gran medida las pérdidas materiales.

El Perú es un país que se encuentra en desarrollo, tiene poblaciones muy pobres que ante
cualquier desastre tienen un proceso de reconstrucción y mejoramiento de condiciones más
lento. De no tener un plan de prevención el progreso de todo el país podría verse demorado.
Sin embargo, el Instituto Nacional de Defensa Civil comenzó sus estudios sobre el riesgo de los
suelos, la prevención y respuesta a un potencial sismo y tsunami en Lima metropolitana y el
Callao en conjunto con Centro Peruano Japonés de Investigaciones Sísmicas y Mitigación de
Desastres.

Actualmente, Defensa Civil ya cuenta con un plan de prevención de desastres, el problema se


encuentra en la población. Dicho plan se encuentra en la fase de búsqueda de un compromiso y
conciencia social para gestionar integralmente una materia de prevención y respuesta frente a
desastres naturales.
El plan de preparación para sismos recién fue aprobado en el año 2010, y su objetivo fue
“promover la mejora de condiciones de habitabilidad en términos de infraestructura física e
implementación de medidas de prevención para reducir los riesgos de desastres ocasionados por
sismos” (Kuroiwa, 2010, p. 140) Cuentan también con un plan de gestión del riesgo de desastres
y el enfoque ambiental, el cual tiene como objetivo conocer los peligros y analizar y establecer
niveles de vulnerabilidad en la población peruana. (ibíd. 2010)

Por otro lado también existe el plan de prevención de sismos que tiene como objetivo principal
promover una mejora en las condiciones de habitabilidad e implementar medidas de prevención
para reducir el riesgo. Sus estrategias son reducir el riesgo de vulnerabilidad física
(infraestructura) y vulnerabilidad social (incrementar cultura de prevención), así como crear una
comunicación social, enfatizando el rol de las autoridades (Kuroiwa 2010).

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11.Importancia de la participación ciudadana en manejo de riesgos

El riesgo puede existir solo se presenta un peligro, el cual es vulnerable, dado un determinado
espacio y tiempo. Sin embargo, este riesgo no puede existir si no existe una sociedad
vulnerable, es por ello que es importante en este caso el trabajo con la comunidad, prepararlos
antes del desastre para que este no pueda afectarlos. Por ello, si aumentamos el nivel de
resiliencia en las zonas vulnerables, reducirán sus riesgos ante algún desastre.
A continuación, se verá un cuadro comparativo, entre una comunidad resiliente y otra
vulnerable, para llegar a comprender mejor lo importante que es estudiar este tema, estar
prevenidos y saber que todos formamos parte de este aprendizaje.

Comunidad vulnerable Comunidad resiliente

El desastre sorprende a la La comunidad cuenta con mecanismos de alerta


temprana para tomar las medidas adecuadas
comunidad. ante la ocurrencia de un peligro.

La comunidad no conoce los La comunidad ha identificado sus peligros y


peligros que pueden elaborado un mapa de peligros conocido por todos
amenazarla. los moradores.

La comunidad no sabe a dónde La comunidad ha identificado,


ir en caso de emergencia. señalizado y acondicionado lugares
seguros.

La comunidad no está La comunidad ha formado y capacitado una


preparada para la ocurrencia de Brigada de Defensa Civil, que sabe cómo actuar
una emergencia. en caso de emergencia.

La comunidad deforesta para La comunidad preserva la flora existente y


extiende sus parcelas en zonas que no generan un
aumentar sus parcelas riesgo para su seguridad.
cultivables.

La comunidad adopta una Encabezada por el dinamismo de las


actitud pasiva ante la ocurrencia autoridades, la comunidad toma conciencia de
de un desastre. la posibilidad de prepararse para afrontar a un
desastre y reducir los daños ocasionados.

La comunidad vive a La comunidad se reubica en una zona más


orillas de un río que tiene segura o implementa medidas estructurales para
crecientes frecuentes. minimizar el riesgo de inundación.

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11.1. Reubicación de una comunidad resiliente

Como se dijo anteriormente este


tipo de comunidad tiene mayores
posibilidades de restablecerse
después de un desastre. Es por ello
que estará preparado para el tipo de
asentamiento de reubicación que
necesite, esto es de acuerdo a la
magnitud del desastre.

Encontramos dos tipos de


población, los desplazados y los no
desplazados.

➢ Población no desplazada: En este caso el evento tuvo una magnitud moderada,


por ende sus edificaciones pueden ser reparadas o reconstruidas rápidamente.
Durante este tiempo de reparación de su s viviendas, la población tendrá un
alojamiento temporal
➢ Población desplazada: En este caso el evento es de gran magnitud, en cuanto a
sus edificaciones, sufrieron graves daños por lo que es irreparable su
reconstrucción. Es por ello que sus lugares de alojamiento son viviendas,
asentamientos comunitarios (albergues,escuelas,edificios públicos,etc) .

12. La arquitectura como solución a los riesgos y desastres.

Ante una comunidad expuesta a la


vulnerabilidad, la cual viven en
condiciones de pobreza, es un
enfoque prioritario el compromiso
social, como el de los profesionales,
en el que este informe le dará
prioridad al arquitecto , el cual tiene
la factibilidad de participar tanto en
las periferias urbanas como las
ciudades informales, en donde se
encuentran muchas veces la
autoconstrucción y la vulnerabilidad
de los habitantes a algún riesgo o
desastre.

Tanto urbanistas como arquitectos son agentes sociales, responsables de mejorar la


calidad de vida en las ciudades, en la que todos los habitantes deben ser beneficiados sin
distinción alguna del estrato socioeconómico en el que se encuentren.

El compromiso social que tenga la arquitectura en las comunidades de distintos estratos,


hará que las personas más vulnerables a desastres tomen a la arquitectura como un
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