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La cuestión «cuestión social» es heredera de la «cuestión obrera» que
emergió junto con la Revolución Industrial a fines del siglo XVIII. La cuestión obrera expresaba un temor ante la irrupción de los obreros en el escenario social y una preocupación por el divorcio entre el trabajo y la vida familiar, el trabajo degradante de las mujeres y de los niños, las deplorables condiciones de vida de los barrios obreros. Realidades que contrastaban con la riqueza generada por la industrialización.
La cuestión social tiene tres dimensiones: la condición proletaria, la
condición de clase obrera y la condición salarial. Estas son tres formas de materialización de las relaciones de trabajo en la sociedad industrial y también son tres formas que relacionan el mundo del trabajo con la sociedad global. La relación entre estas tres condiciones no es lineal.
La condición proletaria representa una situación de casi exclusión del
cuerpo social. La condición asalariada implica que el salario deja de ser una retribución puntual de una tarea sino que conlleva al acceso a prestaciones fuera del trabajo (enfermedad, accidente jubilación). La condición de clase obrera se refiere a la incorporación de los trabajadores a la venta de su fuerza de trabajo al capital y su participación en el proceso de valoración del capital. se refiere principalmente al trabajo manual, mecánico, medible, distinguiéndose, del trabajo intelectual identificado con el trabajo conceptual, de dirección, de administración, de supervisión, etc.
En la sociedad industrializada moderna casi todo el mundo es
asalariado.
Participación
Esta situación trae consigo un conjunto de conflictos y debates que
abren paso al problema planteado por Durkhein entorno a la pérdida de cohesión de la sociedad.
La condición proletaria
La «cuestión social» corresponde a la capacidad de una colectividad de
garantizar a sus integrantes la cobertura de las necesidades básicas de vida. Expresa la exigencia de una solidaridad con los sectores vulnerables, sin recursos. Lo social es una construcción humana plasmada en una serie de instituciones (ver cuadro)” (Castel 1999: 25).
(armar cuadro instituciones vinculadas a la cuestión social)
Robert Castell llama el problema de la cuestión social (1999) es decir el riesgo de la fractura, interpela la posibilidad de una sociedad de vivir como conjunto. Este problema esta en el centro de la preocupación de Durkheim en su libro “La división social del trabajo” (1893). Durkheim consideró que hay dos tipos de solidaridad: la solidaridad mecánica y la solidaridad orgánica. La primera se refiere a la cooperación de coordinación de individuos que comparten las mismas características familia, amigos, comunidad. La segunda se sustenta en la especialización y división social del trabajo. Lo que agudiza las diferencias entre los individuos, rompiendo el sentido de pertenencia a un grupo o comunidad.
El jurista italiano M. Mazziotti define los derechos sociales desde dos
perspectivas: por un lado, la del ciudadano, que apunta a participar en los beneficios de la vida asociada; por otro, la del Estado que ha de cumplir con una función equilibradora de las disparidades sociales (Mazzioti 1964: 804, citado por Canessa 2006: 44).
Entre las respuestas a la cuestión obrera se encuentran la legislación
laboral, la organización sindical, los sistemas de seguridad social; la gestión de las relaciones industriales; las políticas de fomento del empleo. Estas diferentes respuestas contribuyen al reconocimiento de los aspectos más problemáticos de las relaciones de trabajo.
Los derechos laborales se sustentan en el reconocimiento por la
sociedad y el Estado de la conveniencia de compensar una situación concreta de desventaja, de proteger a los sujetos sociales más vulnerables en la relación laboral. En este sentido, los derechos laborales tienen carácter «social», distinto del derecho civil. Ese carácter social y el principio «tuitivo» es lo que recusa el neoliberalismo. Este niega la conveniencia de compensar las diferencias de poder en la relaciones de trabajo enmarcándolas en una variante de contrato civil privado. Sin embargo, la naturaleza colectiva y desigual de dichas relaciones no permite tal reducción. Por ello, la lucha social sigue vigente.
La metamorfosis de la cuestión social
Robert Castel,
La "cuestión social" puede caracterizarse por la inquietud acerca de la capacidad para
mantener la cohesión de una sociedad. Amenazan con la ruptura ciertos grupos cuya existencia hace vacilar la cohesión del conjunto. ¿Cuáles son? El problema se complica en este punto, debido al desdibujamiento del término "social". Progresivamente iremos explicitando sus diferentes acepciones. Pero hay que partir de una distinción global, con la reserva de que a continuación será matizada. Las poblaciones que son objeto de intervenciones sociales difieren fundamentalmente según sean o no capaces de trabajar, yen función de este criterio se las trata de maneras totalmente distintas. Un primer perfil de estas poblaciones remite a lo que podría llamarse una handicapología, en el sentido amplio del término. Ancianos indigentes, niños sin padres, lisiados de todo tipo, ciegos, paralíticos, escrupulosos, idiotas: el conjunto es tan heteróclito como un cuadro de Jerónimo Bosch, pero todos estos individuos tienen en común el no poder subvenir a sus necesidades básicas porque no están en condiciones de trabajar. Por tal razón se los desliga de la obligación del trabajo. Se puede plantear el interrogante (y se plantea a cada instante) de por dónde pasa exactamente la línea divisoria entre capacidad de incapacidad para trabajar. Este anciano decrépito, ¿no podría sin embargo arreglárselas para sobrevivir por sus propios medios? Siempre se sospechará que los desdichados quieren vivir a costillas de los ricos. Pero hay un núcleo de situaciones de dependencia reconocidas, constituido en torno de la incapacidad para entrar en el orden del trabajo, por deficiencias físicas o psíquicas manifiestas, debidas a la edad (niños y ancianos), a la enfermedad, a los defectos corporales, y que pueden incluso extenderse a ciertas situaciones familiares o sociales desastrosas, como la de la "viuda con hijos", para retomar una expresión que se encuentra con frecuencia en las reglamentaciones de la asistencia social. La "handicapología" debe entonces entenderse en sentido metafórico: la categoría es heterogénea en cuanto a sus condiciones originarias; en cambio, es sumamente coherente el criterio definitorio: esa peculiar relación con el trabajo.
Robert Castel, Metamorfosis de la cuestión social. Una crónica del asalariado, Paidos, Argentina 2004 pagina 29.
El desarrollo del capital industrial significa la expansión del trabajo asalariado.
Plantea lo que Robert Castell llama el problema de la cuestión social (1999) es decir el riesgo de la fractura, interpela la posibilidad de una sociedad de vivir como conjunto. Este problema esta en el centro de la preocupación de Durkheim en su libro “La división social del trabajo” (1893) Durkheim consideró que hay dos tipos de solidaridad: la solidaridad mecánica y la solidaridad orgánica. La primera se refiere a la cooperación de coordinación de individuos que comparten las mismas características familia, amigos, comunidad. La segunda se sustenta en la especialización y división social del trabajo. Lo que agudiza las diferencias entre los individuos, rompiendo el sentido de pertenencia a un grupo o comunidad.