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Universidad nacional Pedro Ruiz Gallo

Facultad de ingeniería agrícola

Introduccion
La diversificación productiva, tan necesaria en los tiempos actuales, nos indica la necesidad
de mejorar nuestros sistemas de producción de hortalizas y flores. Un invernadero es una
herramienta muy útil para producirlas fuera de temporada, conseguir mayor precocidad,
aumentar los rendimientos, acortar los ciclos vegetativos de las plantas, mejorar la calidad
de los cultivos mediante una atmósfera interior artificial controlada. Sus beneficios han
masificado su uso en la agricultura porque permiten obtener una producción limpia,
trabajar en su interior durante los días lluviosos, desarrollar cultivos que necesitan otras
condiciones climáticas y evitar los daños de roedores, pájaros, lluvia o el viento. También
produce una economía en el riego por la menor evapotranspiración, que es la pérdida de
agua por la evaporación del suelo y la transpiración de las plantas, al estar protegidas del
viento. Su construcción es simple. Basta una estructura de soporte de madera o metal y una
cubierta que puede ser polietileno transparente, policarbonato o vidrios, que lo cubrirá por
los cuatro costados y el techo. Así retiene y mantiene en su interior una buena parte de la
temperatura que se produce por el calor del sol o por estufas. Los invernaderos requieren
un sistema para regular la ventilación, la humedad y la temperatura interior.

Precisan, asimismo, de una mayor especialización en el manejo de las plantaciones, debido


a que las plagas y enfermedades encuentran mejores condiciones para su desarrollo, debido
a la humedad y la temperatura. Esto se soluciona con un control adecuado de ellas. En
climas fríos es necesario que el invernadero cuente con una doble cubierta de polietileno,
con las láminas separadas entre sí por 7 a 10 centímetros. Esto permitirá que la cámara de
aire que se produce entre ellas actúe como aislante para conservar el calor. La cubierta
exterior requiere de un material más grueso (0,15 o 0,20 mm) y con protección Anti UV
(Rayos Ultravioletas); polietileno de dos temporadas. En cambio, para los interiores basta
con uno delgado (0,06 mm).

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Objetivos

OBJETIVO GENERAL
 Controlar y automatizar el ambiente dentro de un invernadero.
OBJETIVOS ESPECIFICOS
 Controlar los sistemas de calefacción, luminosidad y ventilación dentro del
invernadero.
 Generar un menor impacto ambiental.

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Control y manejo de invernadero


Invernadero
Es toda aquella estructura cerrada cubierta por materiales transparentes, dentro de la cual
es posible obtener unas condiciones artificiales de microclima que permitan alcanzar alta
productividad, a bajo costo, en menos tiempo, sin daño ambiental, protegiéndose de las
lluvias, el granizo, las heladas, los insectos o los excesos de viento que pudieran perjudicar
un cultivo y con ello cultivar plantas todo el año en condiciones óptimas.
Son construcciones con materiales (vidrio o plástico) que permiten un mayor ingreso de los
rayos solares, los que, a su vez, permanecen en mayor grado, al interior del invernadero,
gracias al mismo material.

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Control Climático en Invernadero


La producción dentro de un invernadero siempre ha permitido obtener una mayor y mejor
cosecha en los distintos cultivos durante todo el año y en cualquier clima. Para que esto
funcione es necesario mantener un control estricto de los elementos climáticos que bien
regulados permiten mayores ganancias sobre el cultivo, y fuera de control pueden causar
grandes daños. En este trabajo se explican los cuatro elementos más importantes, así como
los medios que existen para controlarlos.
Temperatura
Se trata del elemento más importante dentro del invernadero para el desarrollo de las
plantas. Se acumula mediante la radiación solar comprendida entre los 200 y 400 mm, que
corresponde al espectro de luz capaz de atravesar la cubierta. Esta radiación es absorbida
por el suelo, las plantas y la estructura del invernadero y luego es reflejada tanto al interior
como el exterior del invernadero, en forma de una onda de radiación aún mas larga,
ocasionando que se genere calor en el invernadero. Este calor puede ser transmitido por
irradiación, conducción, convección y filtración. La conducción se produce en la estructura
del invernadero, al igual que sucede con la convección que incluye también al calor
generado por las plantas. Tanto la radiación, como la infiltración dependen del aire,
especialmente la última pues es debida al intercambio de aire entre el interior y el exterior
del invernadero.
Temperatura Mínimas y Máximas
Todo cultivo tiene una temperatura óptima de crecimiento y desarrollo por lo que es
importante conocer sus necesidades en cuanto a temperaturas máximas y mínimas, tanto
de noche como de día; sin embargo, la temperatura óptima suele concentrarse en el rango
de los 10ºC a los 20º C, y los límites entre los 0º y 50º C para sus funciones vitales. Es
especialmente importante controlar la temperatura durante los meses de primavera a
otoño pues es posible que se generen altas temperaturas o cambios bruscos, ambos siendo
perjudiciales para las plantas. En primavera lo más importante es estar atentos a los
cambios bruscos de temperatura que pueden presentarse pues hay tanto días calurosos
como días fríos. Es necesario controlar en este caso el riego para que las plantas lleguen
secas al atardecer y no sufran demasiado daño en caso de temperaturas bajas. En el verano
el control de la temperatura nocturna estar durante periodos largos por debajo de los 10ºC
durante el crecimiento de las plantas, y de 15ºC cuando se encuentren en producción.
Durante el día, las temperaturas por debajo de los 13ºC y 15º durante el desarrollo y la
producción son perjudiciales durante un largo tiempo. En el caso de las altas temperaturas,
estas comienzan a ser peligrosas a los 30º y muy dañinas a los 35ºC, especialmente si se
cuenta con una humedad relativa menor al 50% durante el desarrollo y al 60% durante la
producción; en caso de que la humedad relativa sea menor, la temperatura también deberá

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serlo. Estas temperaturas no suelen ser peligrosas en casos esporádicos, pero si cuando
están presentes por largos periodos de tiempo.

Control y manejo
Calefacción y conservación del calor
Un invernadero debe calentarse si la temperatura cae por debajo de la necesaria para el
cultivo, y para llevar esto a cabo existen dos opciones: minimizar la pérdida de calor o
calentarlo artificialmente, aunque en ambos casos el factor principal suele ser el costo. Para
el primer caso, es necesario el uso de materiales que tengan una pérdida de calor baja como
es el caso del triple acrílico S3P 32, el doble plástico IR opaco con cortina, o el vidrio con
cortina térmica de film aluminizado y burbujas. Es posible, si se usan cubiertas de doble
pared inflar con aire la lámina formada
entre las dos películas, siendo esta capa de
aire una forma eficaz de mantener el calor
y disminuir el uso de energía hasta en un
45% si el invernadero cuenta con
calefacción. Una modificación más cara de
este método es el uso de una pantalla térmica que se extiende por la noche y se recoge
durante el día. Una pantalla ideal debe ser capaz de reflejar el infrarrojo, ser móvil, buen
aislante térmico, y económica. Su costo radica principalmente en que necesita un
mecanismo de apertura y cierre para funcionar correctamente.
Existen tres sistemas de calefacción usados ampliamente. El primero es el de control de
heladas, que suele usar combustibles como madera, gas natural, gasoil, y materiales
orgánicos. El único inconveniente es que producen una temperatura desuniforme en el
invernadero y sin la adecuada ventilación, las plantas pueden dañarse por los gases
producidos; sin embargo, son económicos, los combustibles pueden encontrarse fácilmente
y son útiles con un uso adecuado.

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Los siguientes son los sistemas de calefacción por agua en donde el líquido caliente (60º –
80º) circula por tuberías a lo largo de todo el invernadero. Generalmente este sistema tiene
grandes pérdidas de calor en el sistema tradicional en donde los tubos se encuentran por
arriba, de modo que algunos agricultores han optado por enterrarlos en el suelo. En este
caso el sistema pierde menos calor por lo que se usan temperaturas menores (30º–40º); sin
embargo, por las temperaturas más bajas es necesario bombear más agua para obtener la
misma cantidad de calor. El mayor inconveniente de este sistema en sus dos modalidades
es que es caro, si bien el costo es menor si los tubos están enterrados, además de que suelen
ser insuficientes por si solos en zonas donde hace mucho frío. Finalmente está el sistema
de aire forzado en el que el aire se calienta con un quemador y es distribuido al invernadero
por varios conductos que igual que el sistema anterior, pueden ir por encima o debajo del
suelo. El mayor inconveniente de este sistema es los gradientes de calor que se producen,
estando más caliente en la parte de arriba del invernadero y más cerca del calentador. El
problema puede minimizarse perforando las tuberías aumentando el tamaño de los
agujeros y disminuyendo la distancia entre ellos conforme se alejen del calentador o
conducto principal, aunque se recomienda que los agujeros estén hacia el suelo para evitar
dañar a las plantas mediante el contacto directo con el aire caliente. También aumenta la
evaporación y el movimiento del aire, lo que dificulta controlar el CO2. Fuera de lo anterior,
se trata de un sistema bastante útil ya que puede usarse como apoyo térmico o para elevar
la temperatura del invernadero varios grados por encima de la del exterior. Es además
bastante económico puesto a que usa cualquier tipo de combustible y es adecuado para
invernaderos de cualquier tamaño.
Refrigeración
El movimiento del aire y su intercambio con el del exterior influye enormemente en el clima
del invernadero al reducir la temperatura, modificar la humedad del aire y la concentración
de dióxido de carbono. Existen tres tipos de refrigeración: la ventilación natural, la
ventilación forzada y la refrigeración por evaporación. La ventilación natural o pasiva
consiste en aberturas en el invernadero (ventanas) que permiten un intercambio de aire
entre el interior y el exterior. No utiliza motores, si no que se basa en dos principios:
 La distribución de las presiones debido al viento que crea zonas de presión positiva
y negativa en la cubierta.
 Una diferencia de temperatura entre el interior y el exterior del invernadero y por
tanto de la presión.

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En el caso de la ventilación forzada se requiere el uso de ventiladores que permiten un


control más preciso de la temperatura que la ventilación pasiva. La American Society of
Agricultural Engineers (ASAE) ha establecido una serie de normas para el control y diseño
de este tipo de sistemas:
 La tasa de ventilación debe ser como mínimo de 3/4 a un cambio total del aire por
minuto.
 Los ventiladores deben hacer circular el caudal de aire previamente calculado a la
presión estática de 0'03 kilo pascales.
 La distancia entre dos ventiladores contiguos no debe ser superior a 7.5 metros para
asegurar la uniformidad en el flujo del aire.
 Siempre que sea posible se deben situar los extractores a sotavento de los vientos
dominantes en verano. Si necesariamente es preciso instalarlos a barlovento, se
debe aumentar el volumen a ventilar por cada extractor en un 10 %.
 Debe haber una distancia mínima sin obstáculos a la salida del aire de 1.5 veces el
diámetro del ventilador. Los ventiladores se pueden situar en el techo si hay
interferencias en los laterales.
 Para evitar entradas de aire indeseadas cuando los ventiladores no estén en
funcionamiento, las aperturas de entrada deben tener rejillas motorizadas que
abran hacia fuera y sólo se abrirán cuando los ventiladores entren en
funcionamiento. Las rejillas de salida también abrirán hacia afuera movidas por la
presión de los ventiladores.
 La superficie de las ventanas de entrada será al menos 1,25 veces el área de los
ventiladores.
 Las aspas deben estar protegidas con tela metálica de alambre de 1.5 mm de grosor
mínimo y aperturas de 13 mm. Esta especie de pantalla debe estar al menos a 100
mm de distancia de cualquier parte móvil para prevenir accidentes.

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 Es preferible controlar el volumen de aire renovado en varias fases. Para ello se


pueden utilizar ventiladores de dos velocidades o conectar distinto número en
función de la temperatura del invernadero.
 Los instrumentos de medida y control deben estar completamente protegidos de la
radiación solar, alojados en cajas pintadas con material reflectivo, o al menos
blanco. Se debe asegurar que circule aire alrededor de los controles a velocidad
entre 3 y 5 m/s. Para ello se pueden instalar ventiladores eléctricos que extraigan el
aire de la caja que contenga a los sensores. (Dirección de Producción y Protección
Vegetal y el Grupo de Cultivos Hortícolas, 2002).
Los sistemas de refrigeración por evaporación, mejor conocidos como paredes húmedas, se
basan en el principio de que cuando el agua se evapora absorbe el calor que la rodea. Para
su funcionamiento se hace pasar el aire a través de una pared porosa y húmeda que lo
enfría y luego el aire refrigerado cruza el invernadero y sale por el otro lado. Se trata de un
sistema que consume bastante electricidad y depende de un bajo nivel humedad en el aire
exterior para ser eficaz; sin embargo, ahorra agua debido a que esta puede ser de baja
calidad y reutilizada constantemente. El precio de su instalación depende principalmente
del costo de los ventiladores. Existen dos formas, los de presión negativa y los de presión
positiva. En el sistema de presión negativa se coloca la pared húmeda en un lado del
invernadero, y los ventiladores que succionan el aire en el lado opuesto. Esto crea un
gradiente de temperatura en la entrada y salida del aire, además de una baja presión que
puede favorecer la entrada de aire por las grietas y hoyos en conjunto con el polvo. Los
sistemas de presión positiva no hacen uso de ventiladores para succionar el aire, si no que
los usan para forzar su entrada por la pared húmeda y luego este sale por las ventilaciones
naturales del invernadero. Funciona mejor si se pone en el espacio entre dos invernaderos
en conjunto con un sistema de refrigeración. Se recomienda su uso en regiones áridas.

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Pantallas de Sombreo
Este método está recomendado solo para zonas en donde la insolación es muy fuerte y las
temperaturas nocturnas no son muy bajas, o para proteger plantas que son sensibles a
ciertos límites de radiación durante el inicio de su desarrollo. El método implica quitar la
cubierta del invernadero y remplazarla con una maya de sombreo que reduce los efectos
del viento y la radiación que llega al cultivo. Debido a que no toda la luz produce
aumentos en la temperatura la pantalla ideal debería tener las siguientes características:
 Ser selectiva y bloquear solo la parte de la
radiación infrarroja próxima y no la visible
que es necesaria para la fotosíntesis.
 No tener color ya que cortaría parte del
espectro visible
 Reflejar más que absorber la radiación
 Poder regular la intensidad de luz
 Ser móvil
 Instalarse fuera del invernadero
 No reducir la ventilación
 Tener un costo razonable El mayor
inconveniente de este sistema es el costo de poner y quitar la malla de sombreo.
Sombreo o blanqueado
Consiste en cubrir la estructura del invernadero con alguna sustancia que reduzca la entrada
de luz solar. Generalmente se usa el blanqueo efectuado con una mezcla de carbonato
cálcico y un agente humectador y se recomienda añadir algún tipo de pegamento para que
la lluvia no lave el producto. En la actualidad existen distintos productos para este método,
pero no se tiene clara la eficacia de alguno de ellos.

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Luminosidad
La luz es otro de los aspectos importantes para el
desarrollo de las plantas pues es necesaria para que se
lleve a cabo la fotosíntesis. A mayor cantidad de luz en
el interior del invernadero será necesario aumentar la
temperatura, humedad relativa y la concentración de
CO2 para un máximo aprovechamiento por la planta;
si hay poca luz entonces descenderá la necesidad por
los otros factores. Durante el invierno es
imprescindible captar tanta luz como sea posible,
mientras que el resto del año deberá aprovecharse la
luz de la mañana y las tardes para tener un equilibrio
térmico favorable. Los principales factores para la entrada de luz son la construcción y
orientación del invernadero. Es igualmente importante la orientación de las filas de cultivo
para obtener un mejor aprovechamiento de este elemento. Es necesario mantener limpia
la cubierta ya que el polvo reduce la entrada de luz hasta en un 50% lo que es un gran
problema. Otro factor importante es la presencia de árboles que pudieran sombrear al
invernadero.

Humedad
Otro factor que debe controlarse dentro
del invernadero corresponde a la
humedad. Se denomina humedad a la
masa de agua en unidad de masa de aire.
La humedad relativa es por otro lado es la
cantidad de agua en el aire en relación
con la máxima que podría contener a la
misma temperatura. La influencia de la
humedad relativa dentro del invernadero
no ha sido del todo estudiada por la
dificultad de su control, pero es bien
sabido que las plantas necesitan
transpirar para absorber los nutrientes,
refrescarse y controlar su crecimiento. La transpiración depende de la diferencia del déficit
de saturación entre la planta y el ambiente, de modo que si es muy alta las plantas no
transpiran y por tanto no pueden absorber el agua o los nutrientes. Si hay muy poca
humedad se cierran las estomas y la fotosíntesis se detiene. Otros aspectos que se ven
influenciados por la alta o baja humedad son la polinización, el amarre de los frutos y el
desarrollo de las enfermedades.

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En verano se considera como una baja humedad relativa cuando esta se encuentra por
debajo del 60%, siendo más perjudicial entre más baja sea, y entre más tiempo este
presente. La humedad relativa se considera alta cuando sobrepasa el 90%, siendo esta
condición muy extraña en el verano, pero posible en primavera u otoño. Durante la noche
es común alcanzar niveles muy próximos a la saturación ya que la evapotranspiración carece
de importancia en ese momento. Para vigilar la humedad relativa es necesario contar con
un higrómetro y se procederá a ventilar para eliminar el exceso o a introducir agua al
ambiente con aspersión, la pared húmeda, o el sombreado.

CO2
El dióxido de carbono es un nutriente indispensable para la actividad fotosintética en las
plantas. La concentración normal dentro del invernaderos es de 0.03%, pero debe
aumentarse a límites de 0.1% - 0.2% si los otros factores son óptimos para aprovechar la
capacidad fotosintética de las plantas. Concentraciones mayores a 0.3% suelen ser tóxicas.
Los niveles recomendados de CO2 varían enorme con la especie o variedad cultivada, y sus
requerimientos de humedad, temperatura y luz, siendo este último el factor más
importante. La concentración de CO2 suele estar al máximo al final de la noche y al mínimo
durante las horas de mayor luminosidad. En periodos de invierno la concentración suele
descender, en ocasiones a niveles muy bajos, ya que el invernadero se encuentra cerrado.
En estos casos es necesario introducir algo de CO2 al ambiente y puede obtenerse como
subproducto en la combustión del sistema de calefacción, pero si este no es el caso pueden
introducirse pequeños quemadores.

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Ejemplo
Eficiencia hídrica de la producción en invernadero

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Conclusión
El control climático es un aspecto muy importante en el invernadero. Un desbalance en
factores como la luz, la temperatura, la humedad y la concentración de dióxido de carbono
pueden ocasionar serios trastornos en el desarrollo de la planta e incluso matarlas. Por ello
siempre es necesario llevar controles de estos aspectos y tomar las medidas necesarias
cuando se necesite.
Bibliografía
Dirección de Producción y Protección Vegetal; Grupo de Cultivos Hortícolas. (2002) Capítulo
4. Control del Medio Ambiente. El Cultivo protegido en clima mediterráneo. Organización
de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura.
Italia. Control Climático en Invernadero. (2011) TecnoAgro. Avances Tecnológicos y
Agrícolas. Recuperado el 23 de mayo de 2012 de http://tecnoagro.com.mx/revista-
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Sanz de Galdeano, Javier; Del Castillo, Juan Antonio; Uribarri, Amaya; Aguado, Gregorio.
Sádaba, Salomón. (2006) Invernaderos, Cultivos de Verano Guia de Manejo. Navarra
Agrícola. Recuperado el 23 de mayo de 2012 de
http://www.navarraagraria.com/n155/arinvera.htm
Lincografia
https://es.scribd.com/document/197519256/Control-Climatico-en-Invernadero-pdf
https://es.scribd.com/presentation/273627106/INVERNADEROS

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