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Muchas afecciones diferentes se observan en los bebés nacidos con síndrome de Down,
incluyendo:
Retraso mental.
Hipoplasia maxilar y del paladar que determina la protrusión de la lengua (el hueso
maxilar de la cara está poco formado y la boca es pequeña, de modo que la lengua no
cabe en ella y sale hacia afuera).
Anomalías internas, principalmente del corazón y del sistema digestivo: defectos del
tabique ventricular, conducto arterioso permeable, atresia o estenosis duodenal
(estrechez o falta de desarrollo de una parte del intestino).
Dedos cortos con hipoplasia de la falange media del quinto dedo (falta de desarrollo de la
falange media del meñique).
Algunos signos son muy frecuentes o típicos, como la hipotonía muscular, los
dermatoglifos y, en el caso de los ojos de color claro (azul-verde), las manchas de
Brushfield, unas manchas blancas pequeñas situadas de forma concéntrica en el tercio
más interno del iris (no se observan en ojos oscuros).
Desde el punto de vista psicológico los pacientes con este síndrome son alegres,
obedientes, pueden tener sentido musical y no tienden a la violencia. Es característica la
marcada hipersexualidad de los pacientes. Desde el punto de vista bioquímico los
pacientes tienen un elevado nivel de purinas en sangre. La fertilidad es totalmente
diferente en los dos sexos: los varones con síndrome de Down son estériles, mientras que
las mujeres son fértiles. Si una paciente con síndrome de Down tiene hijos, las
probabilidades de transmitir el trastorno a su descendencia son del 50%, es decir,
alrededor del 50% de sus hijos serán normales, mientras que el otro 50% padecerá
síndrome de Down debido a la transmisión de un cromosoma 21 excedentes.
¿Qué es la amniocentesis?
Sin embargo, no todas las mujeres en esta situación eligen someterse a este estudio
porque, por una parte, conlleva un pequeño riesgo de sufrir un aborto espontáneo y, por la
otra, algunas no considerarían la posibilidad de practicarse un aborto, aunque el bebé
presentara anomalías.
Otras razones por las que puedes realizarte una amniocentesis son:
Para determinar si los pulmones de tu bebé están lo suficientemente maduros, si es que
corres el riesgo de tener un parto prematuro o si es necesario adelantar el parto por
cualquier razón.
Para diagnosticar o descartar una infección intrauterina.
Para controlar el bienestar del bebé si tienes sensibilización en la sangre,
como sensibilización Rh. Esta es una condición compleja que se da si tu tipo de sangre es
distinto al de tu bebé. (Nota: cada vez más hospitales están utilizando ultrasonidos
Doppler para detectar esto, en vez de realizar una amniocentesis).
¿Qué defectos congénitos puede detectar este estudio?
¿Qué factores aumentarían el riesgo de que mi bebé padeciera una anomalía genética o
una enfermedad?
Se considera que un bebé presenta un riesgo más elevado de tener defectos genéticos
en los siguientes casos:
Tu historial médico
Anteriormente has estado embarazada de un niño que tenía defectos congénitos y corres
un riesgo mayor de que te suceda de nuevo.
Tu edad
El riesgo de tener un bebé con defectos genéticos aumenta a medida que la mujer tiene
más años. Por ejemplo, la posibilidad de tener un bebé con síndrome de Down, es 1 en
1040 cuando tienes 25 años, pero es 1 en 75 cuando tienes 40 años.
¿Cómo es la amniocentesis?
Para el procedimiento en sí, tienes que acostarte en una camilla. Se limpia el abdomen
con alcohol o una solución de yodo. Un médico o técnico hace un ultrasonido para
localizar una parte del líquido amniótico que se encuentre a una distancia segura tanto de
tu bebé como de la placenta. Esto puede llevar hasta 20 minutos.
Luego, con la guía constante de las imágenes del ultrasonido, el médico o el técnico
inserta una aguja larga, delgada y hueca a través de tu VIENTRE , hasta llegar dentro del
saco de líquido donde se encuentra el bebé. Absorbe en la aguja una cantidad pequeña
del líquido amniótico alrededor de una onza o dos cucharadas y luego retira la aguja.
Recoger el líquido debería demorar menos de 30 segundos. El bebé producirá más para
reemplazar el que se quitó.
Es posible que sientas algo de dolor, una punzada o presión durante el procedimiento, o
quizás, no sientas ningún tipo de molestia. La cantidad de dolor o molestia varía entre las
mujeres, e incluso de un embarazo a otro. Puedes elegir que te duerman primero el
abdomen con anestesia local, aunque es posible que el dolor de la inyección de la
anestesia sea peor que el de la amniocentesis en sí, y muchas mamás deciden que una
aguja es suficiente.
Una vez acabado el procedimiento, el médico quizás utilizará un monitor fetal externo
para escuchar el ritmo cardiaco del bebé y, asegurarse así de que está todo bien.
Alrededor del 1 al 2 por ciento de las mujeres sienten dolores significativos, tienen
pérdidas de sangre o pérdidas de líquido amniótico. Llama a tu médico si tienes algunos
de estos síntomas —o fiebre—, porque pueden ser signos de un aborto inminente.
La mayor ventaja que tiene este análisis sobre la amniocentesis es que se puede hacer
antes, generalmente entre las semanas 11 y 12 de embarazo, aunque algunos centros de
análisis lo realizan cuando tienes 13 semanas y 6 días de embarazo. Para que te hagan la
amniocentesis, tendrás que esperar hasta que tengas por lo menos 16 semanas de
embarazo.
Las mujeres que deciden hacerse el CVS o la amniocentesis son primordialmente las
que presentan un riesgo elevado de tener un bebé con anormalidades cromosómicas o
genéticas. Esto se debe, en parte, a que dichos estudios son invasivos y porque en un
pequeño porcentaje de los casos puede provocar un aborto espontáneo.
Ten en cuenta que si te decides por el CVS, hay un 1 por ciento de posibilidades de
obtener un resultado llamado "mosaicismo placentario cerrado", en el cual algunas de las
células de la placenta analizadas contienen cromosomas anormales, pero el feto es
normal. Por lo tanto, si el CVS detecta mosaicismo se recomienda hacer una
amniocentesis, y posiblemente otros estudios, para determinar si el bebé está afectado.
Antes de realizar el CVS, se te hará una ecografía (ultrasonido) para confirmar cuánto
tiempo de embarazo tienes y asegurarse de que es posible obtener una buena muestra
para la prueba. Algunos centros hacen esto cuando vas a hacerte el CVS, mientras que
otros lo hacen con anticipación. Tendrás que tener la vejiga llena durante el
procedimiento. Esto puede resultar algo molesto, pero servirá para ver mejor al bebé. El
tener la vejiga llena levanta un poco al útero y desplaza a los intestinos lejos.
Si te van a hacer un CVS transvaginal, el doctor limpiará la vagina y cuello uterino con un
antiséptico. Esto se hace para prevenir que ninguna bacteria llegue hacia el útero, lo que
podría causar una infección. Después, el médico insertará un catéter (un tubo delgado) a
través del cuello uterino, y utiliza una ligera succión, para absorber una pequeña muestra
de la placenta.
El procedimiento puede doler un poco, pero acaba relativamente rápido. No lleva más de
media hora, desde el principio hasta el final, y la extracción en sí, solo dura unos pocos
minutos. Las mujeres que se han realizado un CVS transvaginal dicen que se siente algo
similar a un examen de Papanicolau, que puede no doler o sentirse como un pinchazo o
un cólico menstrual. Las mujeres que se someten a un CVS transabdominal pueden
experimentar molestias en la zona ABDOMINAL .