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La historia de la maestra que se enfrentó al

dictador.

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María Chinchilla Recinos nació el 2 de Septiembre


de 1909 en la aldea Las Animas, municipio de
Asunción Mita, Jutiapa.

Sus padres, para darle un mejor futuro, la enviaron a


estudiar a la Ciudad de Jalapa, donde en 1927
obtuvo el título de Maestra de Instrucción Primaria,
en el Instituto Normal Centroamericano para
Señoritas (INCAS).

Después de algún tiempo de trabajar como maestra


en una escuela de Asunción Mita, María Chinchilla
se fue a vivir a la capital de Guatemala. En esta
ciudad fue maestra en varias escuelas y asumió la responsabilidad de ser parte del liderazgo
del Magisterio.

En 1944, los maestros presentaron, al General Ubico, una solicitud de aumento salarial; y
también los estudiantes de la Universidad de San Carlos exigieron la autonomía
universitaria. Estos dos eventos aumentaron la tensión que ya existía entre el pueblo y el
gobierno del dictador.

La inconformidad social aumentó a tal punto que el 22 de Junio de 1944 el gobierno


suspendió las garantías constitucionales. El 25 de Junio, un grupo de alrededor de 300
mujeres vestidas de luto salieron a manifestar exigiendo libertad, democracia y la renuncia
del dictador Ubico.

La profesora Chinchilla fue una de las organizadoras de esta manifestación, la cual provocó
un alto estado de tensión. En un acto de brutalidad, las fuerzas de seguridad del gobierno
dispararon contra las mujeres resultando en varias personas heridas y fallecidas entre ellas
murió la profesora María Chinchilla.

El trágico incidente ocurrió en la 17 Calle, y Sexta Avenida de la Zona 1. Ella fue sepultada
en el Cementerio General de la Ciudad de Guatemala donde actualmente se encuentra su
tumba en el Panteón del Maestro.

Los periódicos de esa época dan testimonio del reconocimiento que la sociedad
guatemalteca rindió a la Profesora María Chinchilla, valorándola como mártir, heroína y
símbolo del civismo. Debido a la indignación nacional e internacional, cinco días después,
el General Jorge Ubico renunció al poder.
El Magisterio reconoció la valentía de su colega cuando acordó que el Día del Maestro en
Guatemala sería celebrado el 25 de Junio de cada año, en memoria de su insigne maestra,
María Chinchilla.

Después de algún tiempo de trabajar como maestra en una escuela de Asunción Mita, María
Chinchilla o Seño Mary, como le llamaban sus alumnos, se
fue a vivir a la Ciudad Capital de Guatemala donde se
avecindó el 22 de marzo de 1932, según consta en su Cédula
de Vecindad No. 22,691 extendida en la Municipalidad de
Guatemala. Entre los datos personales, consignados en su
Cédula, podemos mencionar: estado civil: soltera, color:
blanco, ojos: cafés, pelo: castaño, estatura: 1.63 metros. Sus
hermanos fueron Francisca Susana y Miguel Angel, de
apellidos Chinchilla Recinos.

En la ciudad capital, María Chinchilla, laboró como docente


en la Escuela Nacional de Niñas “José Felipe Flores”, en la
Escuela Nacional de Niñas “Manuel Cabral” y en el Colegio
Particular “María Minera”, además formó parte de la
Asociación de Maestras Católicas.

Chinchilla, integrante de la Asociación de Maestras Católicas,


participaba en una marcha en reclamo de derechos sociales
conculcados por la dictadura ubiquista. Al ser reprimida la
marcha por miembros de la Policía montada, además de
golpear a la profesora, la policía la ejecutó de un disparo en la
cabeza.

La fecha ha sido motor de movilizaciones, así como de construcción de reivindicaciones


sociales y laborales para el magisterio nacional. Desde mejores condiciones para el
ejercicio de la profesión, hasta el reconocimiento de su derecho a la organización gremial y
laboral, así como la remuneración y condiciones dignas de retiro.

Pero además del recuerdo, en ocasiones no tan tierno, de la experiencia docente con las y
los maestros, también acude a la memoria el rol que el gremio como tal ha jugado en la
formación de sujetas y sujetos críticos. No tanto con la impartición de los programas
oficiales sino, más bien, con el ejemplo de organización y lucha social. Particularmente en
los años de la agresión autoritaria de la contrainsurgencia estatal, en las décadas de los años
sesenta a noventa.

Un ejemplo que caló fuerte en las y los estudiantes de las escuelas normales quienes, casi
en solitario, enfrentaron a las autoridades que empujaron la anulación del magisterio en
2012 y 2013. Un acto antihumano que lleva impreso el rostro de la titular de Educación
Cynthia del Águila, ejecutora de la decisión del gobernante, general retirado Otto Pérez
Molina.
En su “Estrategia para una educación de calidad para la niñez y juventud guatemalteca”, el
Ministerio de Educación (Mineduc), sostiene que declara como prioridad la mejora
educativa en los niveles de pre primaria y primaria. El Mineduc publica cifras que intentan
convencer sobre las necesidades del cambio. Una modificación que significa anular la
carrera de magisterio de educación primaria (urbana y rural), para crear un bachillerato con
orientación docente. De tal suerte que, quien desee ser maestro o maestra de educación
primaria, habrá de inscribirse en la universidad.

La idea fue “vendida”, publicitariamente, como el camino para la mejora de la calidad en la


educación ante los niveles de bajo rendimiento y la “necesidad de elevar la
competitividad”. Sin embargo, el mismo Mineduc destaca en sus cifras que en realidad el
problema básico no es la calidad sino la capacidad estatal de cobertura que, en el caso de
pre primaria apenas alcanza al 50 por ciento de la demanda. Argumenta que el sistema solo
absorbe al 14 por ciento de los maestros de primaria egresados cada año. Sin embargo, el
sistema público nacional únicamente cubre al 25 por ciento del total de estudiantes de
diversificado, de los cuales una parte es la formación magisterial.

Es decir, en el nivel diversificado, la cobertura mayoritaria (68%) corresponde al sistema


privado. En tanto que, en los niveles pre primaria y primaria, el sistema público abarca a
más del 80 por ciento de la población usuaria.

La imposición del modelo castrante no ha significado mejoras en la estadística total. Según


las propias cifras del Mineduc, el Índice de Avance Educativo (IAE) nacional en 2013 se
situó en 60.6, o sea, medio punto menos con relación al 2012. Una cifra que se comporta a
la baja desde 2009 cuando alcanzó el 63.1. Un descenso que tiene su origen, entre otros, en
el descenso en la tasa neta de cobertura primaria. La misma fuente precisa que mientras en
2008 alcanzó el 98.7, para el 2013 había descendido a 13.6 puntos.

Así las cosas, el cierre de la carrera de magisterio, justificado en el manejo estadístico de la


cartera, no resuelve el problema de fondo: la incapacidad estatal de garantizar de manera
sostenida la cobertura en educación, al garantizar la absorción plena de la oferta docente.
Esto evidencia que el cierre de la carrera es una ecuación mercantil no una decisión de
planificación educativa.

De paso, modifican el contenido social de la formación docente y creen eliminar un posible


foco de gestión de protesta y organización social, nacido del ejercicio natural del
pensamiento crítico. El martillazo final de la subasta de la educación lo dan con la idea de
cancelar el 25 de junio como fecha emblemática de la celebración docente.

De manera que, insistir en conmemorar la gesta magisterial y el ejemplo de María Chichilla


no es un mero capricho ideológico. Es un ejercicio social de memoria, de análisis y
cuestionamiento a una fatal arbitrariedad concebida entre el militarismo y la barbarie
mercantil.

Después de algún tiempo de trabajar como maestra en una escuela de Asunción Mita, María
Chinchilla o Seño Mary, como le llamaban sus alumnos, se fue a vivir a la Ciudad Capital
de Guatemala donde se avecindó el 22 de marzo de 1932, según consta en su Cédula de
Vecindad No. 22,691 extendida en la Municipalidad de Guatemala. Entre los datos
personales, consignados en su Cédula, podemos mencionar: estado civil: soltera, color:
blanco, ojos: cafés, pelo: castaño, estatura: 1.63 metros. Sus hermanos fueron Francisca
Susana y Miguel Angel, de apellidos Chinchilla Recinos.

En la ciudad capital, María Chinchilla, laboró como docente en la Escuela Nacional de


Niñas “José Felipe Flores”, en la Escuela Nacional de Niñas “Manuel Cabral” y en el
Colegio Particular “María Minera”, además formó parte de la Asociación de Maestras
Católicas.

En esa época el Presidente de Guatemala era el General Jorge Ubico Castañeda, quien tenía
más de 13 largos años de gobernar y en todo ese tiempo los estudiantes, el magisterio, las
escuelas y la educación del país no fueron su prioridad. El pueblo guatemalteco estaba
cansado de tener un presidente dictador, por ello, en el mes de mayo de 1944 los
estudiantes de la Universidad de San Carlos de Guatemala iniciaron a mostrar su
inconformidad y a exigir la autonomía universitaria.

A principios de junio de ese año el Magisterio presentó al General Ubico una justa solicitud
de aumento salarial. La inconformidad social se acrecentó a tal punto que el 22 de junio de
1944 el gobierno suspendió las garantías constitucionales, para poder reprimir al pueblo.

Las manifestaciones en las calles de la Ciudad Capital iniciaron el sábado 24 de junio y al


día siguiente, domingo 25 de junio de 1944, por la mañana se realizó una masiva protesta
pidiendo la renuncia del General Jorge Ubico, protesta que fue disuelta por la policía y
soldados quienes agredieron a muchos ciudadanos.

Para mostrar su indignación por los hechos ocurridos en la mañana, un numeroso grupo de
mujeres, vestidas de luto, se reunieron a las cinco de la tarde, frente al Templo San
Francisco de la Ciudad Capital y de ese lugar salieron en manifestación pacífica exigiendo
libertad, democracia y la renuncia de Ubico. Pero la policía y los soldados, siguiendo las
órdenes del Presidente, dispararon contra las mujeres manifestantes, entre ellas María
Chinchilla Recinos, quien recibió un balazo en el pómulo derecho y calló muerta en la 17
Calle, y Sexta Avenida de la Zona 1. Al día siguiente fue sepultada en el Cementerio
General de la Ciudad de Guatemala donde actualmente se encuentra su tumba, en el
“Panteón del Maestro”.

Por haber manifestado públicamente su descontento gran cantidad de personas resultaron


heridas y varias fallecieron, en aquel heroico 25 de junio de 1944. Cinco días después, el
Presidente Jorge Ubico Castañeda renunció a su cargo.

Los periódicos de esa época dan testimonio del reconocimiento que la sociedad
guatemalteca rindió a la Profesora María Chinchilla, valorándola como mártir, heroína y
símbolo del civismo, por haber dado su vida por una Patria mejor. También el Magisterio
exaltó la valentía de su colega, y el jueves 6 de julio de 1944, la Asociación Nacional de
Maestros en magna asamblea acordó que en adelante el “Día del Maestro” en Guatemala
sería celebrado el 25 de junio de cada año, en memoria de su insigne compañera maestra:
María Chinchilla Recinos.

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