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Universidad Nacional De Tumbes

Facultad De Ciencias Sociales


Escuela Académico Profesional De Psicología

INDICE

1. ASPECTOS FUNDAMENTALES DE LAS VICTIMAS……………………..2


DE DESASTRES Y EMERGENCIAS
2. FACTORES QUE MODIFICAN LA RESPUESTA INDIVIDUAL………..2

3. EL DESASTRE…………………………………………………………………2

4. VARIABLES MEDIADORES…………………………………………………3
5. ETAPAS DE UN DESASTRE………………………………………………….4
5.1PREPARACIÓN PREVIA AL DESASTRE Y ETAPA DE ALARMA….5

5.2IMPACTO Y EMERGENCIA……………………………………………….5

5.3FASE DE RECUPERACIÓN…………………………………………………6

6. REACCIONES DE GRUPOS ESPECIALES………………………………….8

6.1NIÑOS…………………………………………………………………………...8

6.2LA ATENCIÓN DE LOS SOCORRISTAS………………………………….8

7. BRIGADAS AZULES EN EL PERU…………………………………………..9

7.1OBJETIVOS……………………………………………………………………9

7.2INTERVENCIÓN PSICOLÓGICA DE LAS BRIGADAS AZULES………9


8. LA SALUD PSICOLÓGICA O MENTAL……………………………………..9

9. ¿CÓMO AFECTARARIA LA SALUD PSICOLÓGICA, ………………….10


UN DESASTRE?

10. REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS……………………………………..… 11


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1. ASPECTOS FUNDAMENTALES DE LAS VICTIMAS DE DESASTRES Y


EMERGENCIAS
Los desastres generan consecuencias físicas, sociales y psicológicas que se manifiestan
en diversos grados en diferentes personas, familias, comunidades y culturas. Por
fortuna, muchas de las víctimas atraviesan por etapas predecibles durante el desastre y,
por ello, los profesionales de la salud y las familias pueden prepararse para afrontar los
efectos de una calamidad.

2. FACTORES QUE MODIFICAN LA RESPUESTA INDIVIDUAL

Los desastres mayores producen efectos en las respuestas tanto física como psicológica.
Logue y col.2 resumieron los resultados de 32 estudios de desastres de gran alcance que
aparecen en la bibliografía de 1943 a 1980. Se incluyeron desde el incendio del club
Cocoanut Grove en Boston, Massachusetts, en 1942, hasta la tormenta tropical Agnes
(Inés) y las inundaciones resultantes en Valle Wyoming, Pennsylvania, en 1972. En
todos los estudios revisados se detectaron diversos efectos en la salud:

• molestias gastrointestinales: gastritis, náuseas y vómitos, diarrea, estreñimiento


• mayor número de muertes, especialmente entre los ancianos y las personas con
enfermedades crónicas
• mayor número de complicaciones con predominio de enfermedades cardiopulmonares,
hipertensión y problemas artríticos
• deterioro de la salud general durante un lapso de uno a dos años después del desastre
• mayor número de abortos espontáneos y no provocados
• agotamiento físico y nervioso entre las personas que ocupan puestos de mando y que
experimentaron algún conflicto en las labores que desempeñaron
• problemas neuropsiquiátricos, como depresión, ansiedad, dificultad para concentrarse,
insomnios y alteraciones del sueño, perturbaciones emocionales entre los miembros de
la familia, mayor incidencia de abuso de drogas, neurosis y psicosis.

Pese a que existen patrones predecibles de conducta en torno a un desastre, se advierten


variaciones entre una persona y otra. Las diferencias en la respuesta psicológica pueden
explicarse por la naturaleza del desastre y la persona mediadora y las variables del
sistema social y de tratamiento.

3. EL DESASTRE

El desastre puede describirse de acuerdo a la naturaleza del acaecimiento: incendio,


inundación, sismo, choque de trenes, tornado, explosión, ventisca, accidente nuclear,
intoxicación masiva con sustancias químicas, motines y otros más.
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La duración del hecho también es un factor importante por considerar: una explosión
termina rápidamente en cuestión de minutos; en tanto que una inundación puede
prolongarse por un periodo de varios días; un accidente nuclear puede acaecer en un
lapso de horas o días pero los efectos pueden tener un gran alcance y ser muy duraderos
debido a la contaminación por radiación.

El grado de alerta es otro factor relevante que modifica la respuesta psicológica ante el
desastre. Este factor normalmente guarda relación directa con el tipo o la naturaleza de
la calamidad. Por ejemplo, es posible predecir la llegada de huracanes por medio del
estado general del tiempo, la observación directa, el rastreo de las tormentas por radar
meteorológico y otros métodos pues gracias a estos medios, las personas y comunidades
pueden recibir la alerta con suficiente anticipación de horas o días. En contraste los
terremotos sacuden repentinamente y normalmente no presentan señales de alerta, e
incluso los terremotos residuales aunque pueden esperarse no pueden anticiparse con
exactitud.
4. VARIABLES MEDIADORES

Los factores personales y sociales influyen notablemente en la reacción de una persona


ante cualquier situación de estrés, algunos aspectos por considerar incluyen:

• Características demográficas (por ejemplo, edad, sexo, raíces culturales, estado


socioeconómico)
• elementos de apoyo social (familia, iglesia, vecindario, grupos sociales o
comunitarios)
• estado general de salud (enfermedad preexistente o mala salud)
• capacidad para afrontar un hecho (por lo general obtenida a troves de una experiencia
previa)

La "realidad" de las víctimas o percepción de la situación quizá sea el factor más


importante que media entre el tipo de respuesta psicológica ante el desastre.

Los desastres son importantes para cada individuo en la medida en que afectan sus
vidas. Por ejemplo, la persona que no percibe la gravedad de una situación tal,
posiblemente tenga una reacción psicológica menos intensa que aquella que capta la
situación como catastrófica. Sin embargo, la percepción suele cambiar a medida que la
víctima comienza a sentir la realidad de los hechos. La mente humana es capaz de
recibir percepciones tan desastrosas como la muerte en si pueda afrontarlas en un
momento dado.

Los sistemas de emergencia comunitarios, estatales y federales también pueden tener


trascendencia en la respuesta individual al desastre. El grado en que se cuente o no con
tales servicios, quizá sea el que determine si el impacto es positivo o negativo. Para
llevar al máximo una respuesta positiva, estos servicios deben incluir la disponibilidad
de intervención en caso de crisis, y orientación desde el punto más temprano posible,
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Hasta la fase de restablecimiento, que puede ser de un año o más después de la


catástrofe.

5. ETAPAS DE UN DESASTRE
5.1PREPARACIÓN PREVIA AL DESASTRE Y ETAPA DE ALARMA

Es triste señalar que las dos etapas mencionadas frecuentemente no se presentan. En


estos casos surgen las reacciones psicológicas mas graves. En las situaciones de
catástrofe mencionadas, la falta de recursos, de planificación, de prevención, de
capacitación, de suministros y de preparación general y psicológica, despierta
sentimientos devastadores de impotencia y desesperanza. Si se añade a lo anterior la
falta de un sistema de alerta, el impacto que esto causa en la persona, será catastrófico.

La preparación previa al desastre es una actividad en la que deben intervenir


diligentemente todas las personas que intervienen en un sistema de salud, es decir, a
nivel personal y profesional. Es una de las formas más eficaces de atenuar los efectos
que provoca una catástrofe en nosotros, nuestra familia, y los socorristas que pueden
acudir a brindar auxilio.

La capacitación y el adiestramiento por medio de simulacros constituyen una


preparación excelente para afrontar un desastre, si se efectúan en forma organizada,
planeada y programada regularmente. Estas prácticas constituyen medios estupendos
para "sensibilizar" a personas y grupos frente a un desastre, y revirtiendo así en gran
medida el pánico que pudiera surgir. Cuando una situación está bien ensayada,
naturalmente se afronta con un sentido elevado de competencia y confianza. En forma
local, programas de este tipo pueden diseñarse con peligros reales, tomando en
consideración a la comunidad. Por ejemplo, una comunidad establecida alrededor de un
gran aeropuerto puede realizar sus simulacros representando un gran choque irreal de
aviones en un área de la comunidad. Otra comunidad cercana a una presa o río
importante puede efectuarlos simulando una inundación, y así sucesivamente .

La finalidad principal de tales simulacros, desde el punto de vista psicológico incluye:

• aumentar la conciencia del peligro.


• facilitar la desensibilización psicológica
• incrementar la confianza en las capacidades de actuar y de afrontar la situación
• Disminuir la incidencia y la magnitud de reacciones psicológicas negativas, como
rechazo, pánico y choque

Las etapas previas al desastre y de alerta suelen constituir un momento en el que las
personas sin preparación sienten una ansiedad de cierta magnitud. En su forma leve,
dicha ansiedad suele ser dominada por diversos mecanismos subconscientes de defensa.
Por lo general, las personas inclusive niegan que exista la posibilidad de un desastre
("nunca me ocurrió a mi"); desarrollan una actitud fatalista ("es inevitable y no puede
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Hacerse nada al respecto") o utilizan racionalizaciones para convencerse a si mismas de


que el desastre no se presentará ("en este sitio no ha habido un terremoto en los últimos
Cincuenta años, de tal forma que las posibilidades de que acaezca disminuyen con cada
día que pasa").

Las acciones y las reacciones en la etapa previa al desastre, comúnmente varían de la


inactividad y la apatía, a la ansiedad leve (y el "ideal" de planificación y preparación
queda en un punto intermedio), la hiperactividad y la ansiedad que aumenta los niveles de
pánico son más características de la etapa de alerta. Es importante recordar que muchos
desastres como sismos, tornados y accidentes de transporte, normalmente no tienen una
etapa de alerta previa.

5.2IMPACTO Y EMERGENCIA

Las cifras muestran que gran parte de las reacciones inmediatas a un desastre están
acompañadas de algún signo de perturbación emocional. Casi todas estas respuestas son
transitorias y las víctimas se restablecen espontáneamente con las medidas de apoyo. La
flexibilidad es la mejor regla empírica en este lapso en que las reacciones son
transitorias y cambiantes.

Inmediatamente después de la etapa de impacto y durante gran parte de la etapa de


emergencia, las tareas y la experiencia médicas están dirigidas apropiadamente a salvar
vidas. Las necesidades psicológicas suelen ocupar una prioridad más baja o se posponen
para un momento ulterior. La investigación sugiere que el simple tratamiento de apoyo
en el momento más temprano posible después del impacto, suele evitar o atenuar las
perturbaciones psiquiátricas que pueden surgir durante la fase de recuperación.

En el sitio del desastre, en los albergues o en los primeros puntos de selección, tanto los
trabajadores, los profesionales como los voluntarios deben percatarse que el apoyo
brindado a base de la sola compasión humana y sentido común, constituye una de las
mejores medidas preventivas para los pacientes con problemas psicológicos. Algunas de
estas medidas pueden llevarse a la práctica sin necesidad de capacitación especial:

• Facilitar la unidad de las familias, en especial de los niños con sus padres.
• No dejar solas a las personas amedrentadas o lesionadas; asignar a otro superviviente
para que permanezca con ellas o colocar a la gente en grupos.
• Asignar tareas significativas o actividades con un propósito determinado para
mantener a las víctimas ocupadas y que mejoren su autoestima.
• Brindar calor, alimento, refugio y reposo.
• Conservar una red adecuada de comunicaciones para evitar rumores que despierten
conductas irracionales e impulsivas.
• Emprender acciones de liderazgo, es decir, señalar a alguna persona para que dé
instrucciones y tome las decisiones.
• Instar a las víctimas a desahogar verbalmente lo que experimentan, colocando las en
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Grupos para que compartan sus sentimientos y se apoyen mutuamente.


• Aislar a cualquier persona que demuestre pánico o conducta histérica, pues sus
emociones pueden ser contagiosas; alguien debe permanecer con ella hasta que se
cuente con personal profesional que la valore e intervenga.

Cuando estas medidas de apoyo tan simples no son útiles o cuando la persona es víctima
de algún daño físico y psicológico que la coloca dentro de un sistema de tratamiento,
habrá que hacer una intervención rápida, por medio de una valoración de la situación, lo
más exacta posible. Es importante hacer un interrogatorio rápido para identificar a la
persona, conocer los datos generales de su familia y saber lo que ocurrió. El recuadro 8-
1 aporta un formato sencillo para documentación y valoración.

5.3FASE DE RECUPERACIÓN

En las etapas previas como las de impacto y emergencia se demostró que gran parte de
la intervención conveniente puede lograrse con el apoyo de los miembros de la familia,
los voluntarios o los profesionales en los cuidados de la salud sea cual sea su
especialidad. Los trabajadores especializados en salud mental, como psiquiatras,
enfermeras psiquiátricas, psicólogos y trabajadoras sociales, intervienen grandemente en
sus papeles de consultores y supervisores se ven directamente involucrados con las
víctimas que muestran las reacciones más graves y requieren de atención especializada.

 Reacción normal o más común

Ansiedad leve (desconsuelo etc.)


Síntomas gastrointestinales (náuseas, vómitos y diarrea)
Diaforesis
Micción frecuente
Temblores o tensión muscular
Palpitaciones o taquicardia Hiperpnea

 Reacción depresiva

Inmovilidad
Mutismo
Sentimiento de vacío
Expresión verbal de un sentimiento de "insensibilidad" hacia los hechos

 Reacción psicosomática (síntomas físicos provocados por una reacción


psicológica)

Reacción de transformación (parálisis parcial sin causa física, incapacidad para utilizar
alguna parte del cuerpo)
Náuseas y vómitos extremos

 Reacción de ansiedad
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Conversación rápida y continua


Presta poca atención
Uso inapropiado del sentido del humor
Deseo de rebatir cuanto se le dice
Hiperactividad física

 Reacción histérica (poco común)

Intentos de huida a ciegas Llanto o gritos incontrolables Deterioro grave del


juicio y el criterio

Los supervivientes se sienten agradecidos por estar vivos, pero a menudo sienten ira y
pueden expresarla de forma individual o colectiva. La ira puede estar dirigida a personas
o grupos, por ejemplo, grupos étnicos minoritarios, los que tienen éxito en los aspectos
financieros, líderes cívicos, personas que suministran atención o el gobierno. Este tipo
de chivo expiatorio sirve para liberar sentimientos reprimidos, pero también puede
culminar en sentimientos de culpa.

La culpa es un sentimiento prevalente en la etapa de recuperación. Las víctimas pueden


sentir "culpa por haber sobrevivido" al percatarse de que todavía están vivas mientras
que otros ya murieron, o que sus lesiones fueron menores que las de los demás. Algunos
se preguntan si hubieran podido hacer más para rescatar a los que perecieron, y por ello,
se sienten culpables de no haber intensificado sus esfuerzos. Otros sienten como si
hubieran sido castigados o incluso fueran responsables del desastre. La culpa algunas
veces motiva a las personas al heroísmo, en un intento por liberarse de sus sentimientos
de culpa.

La pena por los objetos y seres queridos que perdieron es un proceso largo. A escala
masiva puede comenzar con la incineración y el entierro de un gran número de víctimas.
Este tipo de entierro puede ser traumático para los supervivientes que no pueden
guardar luto hasta que sepan por medio de la identificación que su ser o seres queridos
realmente están entre los muertos. No es raro que los familiares se pasen días buscando
los cadáveres de las víctimas entre los escombros.

Durante este periodo de reconstrucción y recuperación, debe surgir un nuevo equilibrio


en las relaciones familiares y sociales (recuadro 8-2). Las alteraciones en actitudes,
valores y estado de ánimo cambian la forma en que las personas establecen relación
mutua. El estilo de vida también cambia para muchos cuyo nivel económico es menor
del que tenían antes del desastre.

6. REACCIONES DE GRUPOS ESPECIALES

6.1NIÑOS

Los principales factores que contribuyen a las reacciones de los niños ante una tragedia
son su nivel de desarrollo en el momento en que éste acaece, lo que perciben de las
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Reacciones de sus familias, y el grado de exposición directa a la calamidad. Las


reacciones normales incluyen:

• Ansiedad y temor generalizados


• ansiedad por separación de los padres
• inquietud
• irritabilidad
• Alteraciones de las funciones corporales, como enuresis
• dificultad para concentrarse
• rechazo a asistir a la escuela
• culpa de que pudieron haber hecho algo para evitar el desastre y sus efectos

Los niños y los adolescentes que han sufrido el desastre en su familia y en sus
comunidades están afectados por las percepciones que tuvieron de las reacciones de sus
padres y otros adultos, las cuales también son influidas por los procesos sociales y
legales propios de la tragedia. Según Newman "la herencia común que un desastre deja
a muchos niños es el sentido modificado de la realidad, mayor vulnerabilidad a
tensiones futuras, y una idea alterada de sus capacidades interiores, así como una
conciencia precoz de la fragmentación y la profundidad". Muchos tienen un sentido de
la esperanza y la creatividad, junto con limitaciones del desarrollo y algunas
alteraciones psicológicas. Los niños y adolescentes de esta categoría a menudo
necesitan auxilio especial para reaccionar de manera constructiva a los traumas que
sufrieron.

6.2LA ATENCIÓN DE LOS SOCORRISTAS

Desde el punto de vista histórico los profesionales de la salud, a semejanza del resto de
la población, también han sido víctimas de desastres. El caso de Hiroshima muestra lo
real que puede ser para estas personas su preocupación por sobrevivir. De una población
total de 245000 personas hubo 75000 muertos y 100000 lesionados. De los 150 médicos
que había en la ciudad, sólo 30 sobrevivieron y de las 1780 enfermeras sólo quedaron
126.12

Estos encargados de suministrar atención médica y los socorristas que sobreviven


pueden ser observadores objetivos sólo por un periodo breve, a menos que conserven
una distancia psicológica y a veces física de adaptación en relación con sus pacientes.
Dicha objetividad se pierde rápidamente cuando se convierten en una parte real de la
secuencia social. Es difícil investigar las respuestas a un desastre, debido al factor
mencionado; los investigadores asignados para recolectar datos a menudo han
abandonado su trabajo para proporcionar asistencia como socorristas.13

Las reacciones psicológicas pueden fácilmente abrumar a los grupos de auxilio salvo
que se les preste atención cuidadosa al hecho de las necesidades biológicas básicas, en
especial, reposo y sueño. En situaciones de desastre, los socorristas fácilmente trabajan
con mucho más afán de lo que lo han hecho antes. Por tal motivo la carga de trabajo
debe desempeñarse con ritmo y ellos tienen que aceptar las limitaciones humanas que
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Les impiden laborar noche y día durante un periodo prolongado. Si no satisfacen sus
necesidades biológicas básicas quienes proporcionan los cuidados de la salud dejan de
actuar como profesionales y solamente tienen energía para cuidar de sí mismos y de su
familia.

7. BRIGADAS AZULES EN EL PERU

Son un órgano operativo del Colegio de Psicólogos del Perú, constituido por
profesionales de la salud mental para intervenir oportunamente asistiendo a las personas
Afectadas por emergencias y desastres, con el objetivo de reducir el daño psicológico y
la vulnerabilidad frente a incidentes críticos.

7.1OBJETIVOS

 Disminuir el sufrimiento originado por un fenómeno natural o inducido por el


hombre que pueda afectar la Salud Mental de los afectados.
 Prevenir secuelas a corto y mediano plazo, por las experiencias que afectan
negativamente sus capacidades cognitivas, conductuales, habilidades sociales y
los recursos psicológicos para enfrentar las situaciones de riesgo.
 Velar por las condiciones físicas y psicológicas de las personas brindándoles un
servicio de salud mental que contribuya a preservar su dignidad como persona.
 Realizar acciones en la fase de preparación y prevención, como la capacitación
del personal, promover conductas saludables, modificar cogniciones negativas,
elaborar planes de contingencia, etc.
 En la fase de intervención, brindar contención emocional individual o grupal a
las víctimas y al personal de las organizaciones de Primera Respuesta y de otros
sectores que fueran afectados por el desastre o estén involucrados en la
intervención, para restablecer el equilibrio personal en las fases de respuesta y
rehabilitación.

7.2INTERVENCIÓN PSICOLÓGICA DE LAS BRIGADAS AZULES

 PRIMEROS AUXILIOS PSICOLOGICOS


 Manejo del duelo masivo
 Acompañamiento en la identificación de cadáveres

8. LA SALUD PSICOLÓGICA O MENTAL.

Para la Organización Mundial de la Salud, la salud mental es el “estado de bienestar en


el que el individuo es capaz de desarrollar sus habilidades, hacer frente a las situaciones
cotidianas de estrés, trabajar de forma productiva y fructífera, además de contribuir en
su comunidad”. Ello involucra sentirse bien, enfrentar de manera justa, realista y
madura los problemas cotidianos, llevar una vida variada y fecunda, así como un buen
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Manejo dentro de lo social, inclusive ser capaz de trascender a sí mismo y beneficiar


con su existencia a su entorno. Debemos indicar que, en tales condiciones, es muy
probable que exista un correlato físico de bienestar y plenitud también. Es decir, es más
probable que personas muy estresadas, deprimidas y coléricas enfermen físicamente, les
duela todo, sobre todo la cabeza y el cuello, o les surjan esas oportunistas enfermedades
psicosomáticas (migrañas, asma, gastritis, tumoraciones, entre otras).

9. ¿CÓMO AFECTARARIA LA SALUD PSICOLÓGICA, UN DESASTRE?

Ocurría un desequilibrio de la persona con su entorno socio-cultural. Los desastres


naturales, siempre producen un impacto en la salud mental de la población
comprometida, que es particularmente intenso con los terremotos. Las perturbaciones
psicológicas que generan estas circunstancias se expresan ya sea a corto, mediano o
largo plazo. Sin embargo, las reacciones naturales inmediatas a la catástrofe tienen un
patrón que está determinado por la evolución biológica y diseñada para maximizar la
supervivencia individual y colectiva. Así, las reacciones de temor o pánico sólo
representan la activación de conductas fisiológicas que tienden a proteger al individuo
de la muerte. Existen varias respuestas automáticas que van de estados de paralización
absoluta, hasta conductas de huida.
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10.REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS

 L. Malm García, ENFERMERIA EN DESASTRES, 2014.


http://helid.digicollection.org/en/d/Jph29/11.html

 OMS, Salud mental: un estado de bienestar, 2013


http://www.who.int/features/factfiles/mental_health/es/

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