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JAEN, 2017
Curso: Estructuras Hidráulicas
Ing. Edinson V, Llamo Goicochea.
3. GENERALIDADES
La Hidráulica General aplica los conceptos de la Mecánica de los Fluidos y los
resultados de experiencias de Laboratorio en la solución de problemas prácticos que
tienen que ver con el almacenamiento de agua y con su trasiego en conducciones a
presión y en lámina libre.
Curso: Estructuras Hidráulicas
Ing. Edinson V, Llamo Goicochea.
Dinámica. Estudia las fuerzas que generan el movimiento y la presión del agua.
DEFINICIONES
5. HIDROSTATICA
Si consideramos el trinomio de Bernoulli para velocidad nula, es decir, con el líquido
sin movimiento, obtendremos la Ecuación que rige la Hidrostática:
Todo líquido en reposo, sometido a la única acción de la gravedad terrestre, ejerce una
presión contra una superficie que resulta ser perpendicular a la misma en cada punto.
En todo líquido en reposo, la diferencia de presión entre dos puntos separados por una
diferencia de profundidad Δh, es igual al producto del peso específico del fluido ɣ por
la diferencia de profundidad.
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DEFINICIONES
Su valor y magnitud depende del espesor y el peso específico de la atmósfera que varía
con la temperatura ambiente y la altitud. La media normal a 0º y al nivel del mar es de
1,033 kg/cm2.
EMPUJE HIDROSTATICO
El cálculo del empuje sobre superficies será dado por la expresión:
E = ½ (p2+p1) L B
Donde la componente vertical del empuje es igual al peso del líquido que descansa
sobre la superficie y aplicada en el centro de gravedad de dicha figura, mientras que la
componente horizontal es igual al empuje sobre la superficie plana de la proyección de
la superficie sobre un plano vertical.
6. HIDRAULICA DE PRESION
DEFINICIONES
EJEMPLO.
Solamente en casos muy singulares, con velocidades superiores a los 20 m/s nos
encontraremos con un régimen denominado de plena turbulencia, donde:
Ahora bien, la rugosidad que realmente afecta es la rugosidad relativa definida como la
relación entre la rugosidad absoluta y el diámetro de la conducción.
Podemos emplear una simplificación de Psak que nos permite obtener de forma
explícita y directa el factor de fricción:
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FORMULAS SIMPLIFICADAS
Existen muchas otras fórmulas que se han empleado a lo largo de los años como
aproximaciones de expresión más sencilla. Cuando los cálculos se hacían con regla o
primitivas calculadores, las fórmulas de Darcy y Colebrook eran casi inabordables, no
es extraño que surgieran diversas aproximaciones.
En general las fórmulas aproximadas emplean la expresión:
PÉRDIDAS LOCALIZADAS
En todas las documentaciones relativas a las pérdidas de carga localizadas, la magnitud
es directamente proporcional a ala altura de velocidad (V2/2g) y va determinada por
un coeficiente que denominaremos ζ:
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Una técnica habitual para estimar las pérdidas de carga localizadas es considerar una
longitud adicional equivalente, con lo cual la pérdida total equivaldría a una pérdida
continua de una tubería con más longitud. En este caso hay que tener mucho cuidado
cuando se vayan a estudiar otros fenómenos como los transitorios donde esta práctica
lleva a modificar significativamente los resultados.
Este método puede ser aceptable para un estudio preliminar, y algunos fabricantes de
valvulería indican en sus catálogos longitudes equivalentes en vez de pérdidas de
carga.
Como estimación se puede considerar que las pérdidas de carga en una conducción
“normal” suelen estar entre un 5% y un 20%, más cercano al 5% que al valor del 20%.
Sin embargo cuando se trata de instalaciones cortas con muchos elementos singulares
como una Estación de Bombeo, las pérdidas han de contabilizarse aparte ya que el
error puede ser notable.
Las pérdidas de carga a la entrada de un depósito son iguales a la altura de velocidad
completa ya que entra con velocidad y en el depósito se anula ζ= 1
A la salida de un depósito tendremos una pérdida que depende de la forma de la
embocadura, y puede tener valor de ζ = 1 a valores muy inferiores si la salida es
abocinada. A este valor siempre habrá que añadir la cota de energía necesaria para
generar la velocidad. Si se trata de un depósito de nivel constante, la altura necesaria
solamente se puede dar con cota en el depósito.
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Si empleamos un calibre superior salvamos la zona alta pero llegamos con mucha carga
disponible al depósito inferior con lo cual se podría optimizar hidráulicamente
combinando tuberías de distintos diámetros.
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La red puede ser inabarcable por medios sencillos si pretendemos realizar una
optimización de la misma ya que cada modificación de diámetro condiciona todas las
presiones aguas abajo. Por este motivo, cuando nos encontramos con una red muy
extensa emplearemos programas especializados para obtener la optimización.
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En cualquier caso, el chequeo es sencillo siguiendo una rama tal como se indicaba
anteriormente. Hay varios programas de optimización de redes ramificadas,
pudiéndose recomendar un programa de aplicación sencilla cono el DIOPRAM del
Grupo de Mecánica de Fluidos de la UPV.
Cuando se plantea la necesidad de mantener el suministro a través de la red aunque
existieran cortes en la misma, como en una red de distribución de un abastecimiento,
se plantea el uso de redes malladas.
Lo que prima en una red mallada es la garantía de suministro, aunque, obviamente en
caso de rotura se reducirá a calidad del mismo, o bien en caudales o bien en presiones.
Para el cálculo de las redes malladas existe un método denominado Hardy Cross
similar al de reparto de esfuerzos en estructuras donde se procede de la forma
siguiente:
malla
un nudo es nula
aproximación suficiente
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En cualquier caso, para una red extensa es preferible acudir al empleo de algún
programa comercial suficientemente contrastado como el EPANET del que existe una
versión en castellano.
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Por consiguiente, las obras hidráulicas se pueden clasificar de acuerdo con estas
intensiones:
Aprovechamiento
Defensa
Contra inundaciones
Contra azolves
Finalidades múltiples
Cuenca
1
2 5
4 6
7
Estaciones pluviométricas y pluviograficas Rio
Estaciones de aforo
De la figura anterior:
2. AZUDES
Azud, del árabe "as sad", que significa “barrera”, siendo esta habitual para elevar el
nivel de un caudal o río con el fin de derivar parte de este caudal a las acequias.
Los azudes son pequeñas presas, con una altura muy moderada, normalmente
destinadas a la simple derivación o a una regulación elemental.
Son elementos importantes en los sistemas de regadío por métodos tradicionales, en
los, junto a la acequias formaban un sistema hidráulico, que además de servir de uso
para riego, alimentaba los lavaderos, abrevaderos para animales, e incluso se utilizaba
la fuerza del agua para los molinos de agua. En tiempos recientes se han empleado en
minicentrales hidroeléctricas para producción de energía.
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consigue con un cuenco al pie. Esto exige una prolongación del pie hacia agua abajo en
forma de una solera o zampeado para conseguir la longitud necesaria para el resalto.
Los rastrillos, de acuerdo a las indicaciones del profesor Vallarino, y en caso de que
otorguen una impermeabilidad parcial pueden completarse con un zampeado aguas
arriba para alargar el camino de la filtración. En cualquier caso debe cuidarse la
ejecución de la unión zampeado-presa Para evitar el paso del agua pudiendo tratarse
mediante juntas e incluso para intentar aumentar su impermeabilidad, cubriéndose
con un manto de arcilla compactada.
El mejor procedimiento para conocer el efecto de estos elementos es dibujar la red de
corriente. Sin embargo en casos sencillos, como los proyectos que se abordarán
normalmente, o para tanteos previos, pueden usarse reglas empíricas, como puede ser
la de Lane que se basa en que el cociente entre la longitud ponderada del camino de
filtración, y el desnivel de la lámina de agua entre aguas arriba y aguas abajo de la
presa, debe guardar una cierta relación según el terreno de cimiento para que el
gradiente sea aceptable.
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Conclusión
Presas de pequeña altura destinada a la simple derivación de caudales o a una
regulación muy elemental, y que con cierta frecuencia se asientan sobre los acarreos
de un cauce. Casi sin excepción son vertederos Sus principales condicionantes de
diseño son la resistencia del cimiento y la impermeabilidad. El primero no suele
representar un problema siendo fundamental el segundo, aunque no desde un punto
de vista de pérdidas volumétricas, sino desde el aspecto de la impermeabilización para
evitar filtraciones que puedan generar inestabilidades en la estructura provocadas por
subpresiones o potenciales sifonamientos.
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4. CALCULOS HIDRAULICOS
3.1. PARÁMETROS HIDRÁULICOS DE DISEÑO DEL AZUD
Los parámetros hidráulicos principales para calcular la capacidad de vertido de un azud
son, el coeficiente de desagüe y la altura de vertido.
El coeficiente de desagüe depende de la tipología del vertedero pudiendo oscilar entre
un máximo de 2,10-2,20 para perfiles tipo Creager, a 1,70-1,80 para vertederos en
pared gruesa.
La altura de vertido puede obtenerse de dos formas. Normalmente, cuando se diseña
un azud en un cauce, la Confederación Hidrográfica correspondiente solicita un estudio
de curvas de remanso para evaluar del efecto producido por la implantación de la
estructura en dicho cauce. La altura de vertido se define bien a partir del resultado de
dicha curva de remanso, bien por el cálculo mediante la fórmula de Rehbock (Q = Cd
L H3/2) una vez definido el coeficiente de desagüe.
Para el cálculo de este calado y2 y partiendo del calado y1, se calculan en sentido hacia
aguas abajo los sucesivos descensos de nivel de la superficie libre, teniendo en cuenta
las pérdidas debidas a fricción, mediante la expresión:
H1 = H2 + hf + he
Donde H1 y H2 son las alturas totales de energía en las secciones tomadas:
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La longitud del resalto, y por tanto, la longitud mínima del dispositivo de disipación de
energía puede evaluarse en 6,1 veces el calado conjugado para F>4,5. Para valores
entre 2,5 y 4,5 se recomienda disponer una longitud mínima de 5 veces el calado
conjugado aunque se recomienda adoptar el mismo valor que para F>4,5. Para valores
inferiores puede optarse por no disponer estructura de disipación aunque hay que
tener en cuenta que por el propio diseño del azud siempre existirá una pequeña losa
aguas abajo del pie de presa para la reincorporación del agua al cauce que cumplirá las
funciones de dispositivo de disipación.
Para alturas de vertido diferentes a la unidad basta con multiplicar las coordenadas x e
y por el valor de la altura de vertido.
La cota de nivel de agua hA es 738’50 y la cota de salida aguas abajo del azud h B es
727’50.
Supondremos vA y pA nulas por ser un punto en la superficie del embalse y sin
velocidad, y pB = 0 por desaguar a la atmósfera. Así, la ecuación de Bernoulli queda de
la forma:
Siendo las pérdidas localizadas del orden de un 10% de las pérdidas distribuidas.
5. CALCULOS DE ESTABILIDAD
Sobre cada bloque de la presa actúan unas acciones y unas reacciones que deben
encontrarse en equilibrio estático de fuerzas y de momentos. Las acciones, también
denominadas solicitaciones, son las fuerzas activas actuantes, mientras que las
reacciones son las fuerzas pasivas que las contrarrestan.
Para evaluar las solicitaciones y reacciones actuantes sobre la presa se toma una
rebanada transversal de la presa, que para simplificar los cálculos se considera de 1,00
metro de espesor. El estudio se reduce así a un cálculo plano o bidimensional.
Las solicitaciones que se tienen en cuenta para el cálculo de presas de gravedad son:
- Peso propio.
- Empujes hidráulicos.
- Subpresión.
- Efectos de oleaje y de aterramientos.
- Acción del hielo.
- Efectos símicos.
- Variaciones de temperatura.
En el caso del cálculo de pequeños azudes agrícolas basta con tener en cuenta las tres
primeras solicitaciones y, en caso de encontrarse en zona sísmica, el efecto de dicho
sismo.
Para comprobar la estabilidad al deslizamiento se necesita obtener la reacción normal
del terreno (N) y para comprobar la estabilidad al vuelco la tensión σ.
Los valores de N y de σ se obtienen resolviendo las dos ecuaciones
Siguientes:
Equilibrio de fuerzas normales N =∑FN donde FN es la resultante de las solicitaciones en
dirección normal al plano de deslizamiento.
Equilibrio de momentos ∑M =0 donde ∑M es la suma de todos los momentos de
solicitaciones y reacciones sobre un punto cualquiera, que por simplicidad suele ser el
pie de aguas abajo (así es cero el momento de Froz y Fcoh ).
El proceso operativo difiere en el caso de que la subpresión sea conocida (cuando no
existe grieta) o desconocida (cuando existe grieta).
Los esquemas de operación se reflejan en los gráficos siguientes:
Figura 5. Proceso operativo cuando existe y funciona el drenaje (Fuente: “Apuntes teórico-prácticos de Obras
Hidráulicas” ETSICCP)
Figura 6. Proceso operativo cuando no existe o no funciona el drenaje (Fuente: “Apuntes teórico-prácticos de
Obras Hidráulicas” ETSICCP)
Curso: Estructuras Hidráulicas
4.2. ACCIONES
Peso propio
Se calcula multiplicando el volumen de la rebanada por la densidad aparente del
hormigón. El volumen de la rebanada coincide con la superficie de la sección (dado que
el ancho de la misma es de 1,00 metro) y se obtiene mediante fórmulas geométricas.
A estos efectos se puede considerar, del lado de la seguridad el peso específico del
hormigón en masa como ɣc = 2.35 t/m3
Empujes hidráulicos
El empuje hidrostático es la mayor fuerza desequilibrante a que está sometida la
presa. Es perpendicular al paramento de aguas arriba de la presa. Si el paramento es
inclinado debe separarse en dos componentes, una horizontal y otra vertical (cuyo
efecto como el del peso propio, es estabilizador). Se considera que el valor del empuje
del agua es una ley triangular cuya altura comienza a nivel de embalse y llega hasta el
punto más bajo de la cimentación.
La densidad del agua es ɣw = 1,00 t/m3
Subpresión
La presión intersticial consiste en el empuje del agua que se filtra por el contacto entre
la presa y el terreno y se conoce comúnmente como subpresión.
Se trata de una fuerza desestabilizante que actúa en dirección normal al plano de
cimentación en dirección contraria al peso. Aunque no es exactamente así se considera
que la ley de subpresión a lo largo del cimiento es lineal entre aquellos puntos del
cimiento cuya subpresión es conocida. Estos son:
El pie de aguas arriba, cuya subpresión es igual a la profundidad a que dicho punto se
encuentra desde el nivel de embalse.
El pie de aguas abajo, cuya subpresión es igual a la profundidad a que dicho punto se
encuentra desde el nivel del río aguas debajo de la presa.
El tercer punto depende de la existencia de drenaje operativo o de grieta en el pie de
aguas arriba. El drenaje reduce la subpresión en ese punto a un valor que oscila entre
el 25% y el 40% de la subpresión del pie de aguas arriba. La grieta se origina cuando la
totalidad de la sección deja de trabajar a compresión y existen tracciones en el pie de
aguas arriba. Si existe grieta el máximo valorde la subpresión, originado en el pie de
aguas arriba, se prolonga hasta el final de la misma.
A modo de resumen esquemático la subpresión se puede representar de acuerdo a la
siguiente figura:
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Efectos sísmicos
En lo que atañe a estos efectos, en zonas de baja sismicidad (si la aceleración en la
zona del proyecto es inferior a 0,04g, ) no es necesario tener en cuenta las posibles
acciones sísmicas.
En la zona de sismicidad media se realizarán los cálculos de forma que las estructuras
resistan una aceleración sísmica horizontal igual a la máxima probable, en quinientos
años, y otra vertical con un valor igual a la mitad de la horizontal. En el caso de no
conocerse dicha aceleración probable, se adoptará para la componente horizontal, un
valor comprendido entre el 5 y el 10 por 100 de la aceleración de la gravedad, y para la
vertical, la mitad de la horizontal.
En las zonas de alta sismicidad, el Ingeniero autor del proyecto, asistido si lo cree
necesario por expertos en la materia, realizará un estudio sismológico y tectónico que
justifique las acciones previsibles. Para presas bóveda, cúpula o de contrafuertes, será
preceptivo el cálculo dinámico, teniendo en cuenta los posibles modos de vibración de
la estructura. Lo mismo habrá de hacerse para presas de gravedad de altura superior a
los 100 metros sobre cimientos.
También deberán preverse los posibles movimientos del terreno en el vaso, cerrada y
zonas que les afecten.
Las acciones sísmicas horizontales y verticales se considerarán, que separada y
conjuntamente, actúan en la dirección más desfavorable. No se tendrá en cuenta la
coincidencia con temporales o avenidas extraordinarias.
Los efectos hidrodinámicos del agua embalsada se podrán calcular según las fórmulas
simplificadas de Westergaard.
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REDES DE ABASTECIMIENTO
Las conducciones de abastecimiento suelen constar de grandes arterias que terminan en redes
ramificadas de menor diámetro.
Las arterias principales habitualmente son tuberías de diámetro grande y fuerte presión, pueden
conducir agua tratada o sin tratar. Parten de una obra de almacenamiento que puede ser un embalse o
un depósito de regulación, para llegar hasta el inicio de una red de distribución.
En las grandes conducciones del siglo XIX la traída de agua solía partir de grandes conducciones en
lámina libre, mediante canales o túneles, en las que se intercalaban algunos acueductos o sifones para
salvar los grandes desniveles. Actualmente, esas grandes obras se siguen utilizando, pero las nuevas
actuaciones o la duplicación de las actuales se suele ejecutar mediante conducciones cerradas en
tubería, generalmente forzando a que entre en presión en todo el trayecto lo que permite mayor
libertad en el trazado.
Canal del Villar de traída de agua a Madrid desde la Presa del Villar
Las redes de distribución suelen tener presiones más reducidas y siempre conducirán agua tratada. La
parte final de la distribución y acometidas, generalmente se diseña en forma de red cerrada, de modo
que cada punto pueda recibir suministro por más de un camino.
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El hecho de tener una presión grande condiciona el tipo de tubo, los anclajes, las juntas y las pruebas. Si
funciona en presión el trazado es relativamente libre, el tubo puede subir o bajar siguiendo el terreno
sin que ello afecte a su buen funcionamiento. La colocación suele ser en zanja somera (del orden de 1 a
3 cm. de recubrimiento) y su nivelación no es crítica, basta con colocar una ventosa en cada punto alto y
un desagüe en cada punto bajo.
También es importante tener en cuenta la calidad del agua que transportamos en un abastecimiento. El
agua potable debe llevar al menos un pretratamiento que incluirá decantación, por tanto no son de
esperar elementos grandes de suspensión, de cualquier forma, si se emplean elementos delicados
(como pueden ser válvulas reductoras) es conveniente el empleo de filtros y tamices. Habrá que
considerar la posibilidad de que el agua haya sido tratada con cloro, puesto que este elemento la hace
químicamente agresiva.
Otro condicionante absolutamente vital para el diseño de conducciones de abastecimiento es que las
averías en grandes arterias tienen una trascendencia grande, por producir desabastecimientos en zonas
extensas, se debe ser especialmente cuidadoso en conseguir una gran durabilidad en la conducción.
En las redes secundarias cerradas, es menos importante la incidencia de una avería, dada la posibilidad
de poder recibir suministro por distintos caminos al mallar la red. Generalmente no se produce
desabastecimiento sino merma de la calidad del servicio. En caso de anularse una parte de la
conducción el desabastecimiento se reduce a una zona pequeña.
REDES DE REGADIO
Las redes de riego suelen constar de ramales principales de gran diámetro que posteriormente se
ramifican en redes abiertas de pequeño diámetro, las presiones en general son reducidas, y la calidad
del agua es de simplemente apta para el riego.
Como vemos las diferencias con los abastecimientos son: presiones más pequeñas, agua con más sólidos
en suspensión, pero siempre libre de cloro, y redes finales abiertas en lugar de cerradas.
La presencia de posibles sedimentos hace que deban mantenerse las velocidades dentro de un margen
aceptable. Velocidades pequeñas producen sedimentación y velocidades grandes erosión. En principio
suelen aceptarse valores de 0.3 a 0.5 m/s para la velocidad mínima y de 3 a 5 m/s para la velocidad
máxima.
La presión más reducida permite emplear tubos de menos prestaciones, pero puede condicionar el
trazado, ya que nunca la tubería debe quedar por encima de la línea de presión dinámica.
Al ser las redes abiertas, en caso de avería se produce desabastecimiento en zonas más grandes, no
obstante, la trascendencia de las averías es sólo económica y normalmente menos importante que en
los abastecimientos. Puesto que las conducciones no suelen estar en zona urbana, las roturas producen
menos daños.
La instalación de tuberías en tierras de labor, suele traer aparejados accidentes por choque fortuito con
aperos de labranza, por otra parte, los vehículos agrícolas se mueven fuera de los caminos y pueden
producir cargas concentradas, en tubos instalados fuera de vías de circulación. Estos aspectos deben ser
tenidos en cuenta al diseñar el tubo y al decidir su trazado en alzado, considerándose una altura mínima
de relleno sobre la clave que, dependiendo del tipo de labor, ronda desde un mínimo de 0,75 m hasta
1,5 m.
REDES DE SANEAMIENTO
Salvo casos muy especiales de saneamientos bombeados (por ejemplo en zonas costeras), en general las
redes de saneamiento son conducciones rodadas en lámina libre.
La condición de lámina libre trae aparejado el calcular las conducciones como canales y no como
tuberías en presión, pero permite la aportación de caudales a lo largo del recorrido, que no sería viable
en el caso de estar la red en presión.
El caudal de cálculo suele sufrir grandes oscilaciones entre el mínimo de negras y el máximo de negras
en redes separativas, o de lluvias en sistemas unitarios.
La gran cantidad de sedimentos hace que los límites de velocidad máxima y mínima deban ser muy
tenidos en cuenta, una velocidad muy baja produce sedimentos, con desprendimiento de gases
peligrosos, una velocidad alta provoca gran erosión en las conducciones.
Suele aceptarse una velocidad mínima de 0,5 m/s para el caudal mínimo de negras y una velocidad
máxima de 3 m/s para el caudal máximo de negras. Para el caudal máximo de avenida se aceptan
velocidades mayores, 5 a 6 m/s, incluso hasta 12 m/s.
Debe respetarse siempre el valor de velocidad mínima por lo peligrosa que es la sedimentación para los
usuarios y personal de mantenimiento, y en cambio puede admitirse alguna velocidad máxima mayor, si
sólo se produce en períodos cortos poco frecuentes.
limpiarse periódicamente. Generalmente se construyen por duplicado para permitir el servicio aunque
sea mermado sin una total obstrucción.
Las conducciones de saneamiento tienen presiones bajas, por lo que pueden emplearse tubos de gama
de prestaciones poco exigente, incluso ha sido práctica común durante años el emplear juntas no
estancas (corchetes de ladrillo).
Otro aspecto a tener en cuenta al proyectar saneamientos es su tamaño. Cuando son visitables, los
daños en caso de rotura no son solamente materiales, por tanto deben adoptarse coeficientes de
seguridad mayores en los tamaños grandes que en los pequeños tubulares.
Los datos básicos que determinan una conducción son: punto o puntos de salida, puntos de llegada,
caudal a transportar y determinación de condicionantes de tiempo es decir caudales continuos o
necesidades de punta en tiempos breves, estacionales, etc.
Esta fase es la más importante de todo el proyecto y de ella dependerá el coste de la obra y el tener o
no un resultado satisfactorio a largo plazo.
Las necesidades futuras no deben sobreestimarse, ya que ello lleva a sobrecostos innecesarios, pero,
por otra parte, debe siempre tenerse en cuenta, que una ampliación futura es antieconómica y a veces
imposible. Un pequeño aumento del diámetro de la conducción, no influye más que en el costo del
propio tubo, pero las expropiaciones, la zanja, el montaje, el relleno y las obras especiales son casi
idénticas, por tanto no es proporcional el sobrecosto con el aumento de caudal transportado, en
cambio, con la tubería ya montada, el doblarla con otra para aumentar el caudal cuesta más del doble,
dado que la tubería ya colocada es una nueva servidumbre que reduce la banda de trabajos.
En zonas conflictivas, con edificaciones o servicios, es posible que la primera tubería impida totalmente
la colocación de una segunda, u obligue a dejarla sin servicio y levantarla. En estos casos, la ampliación
debería haber estado prevista desde el proyecto inicial.
El trazado es siempre una solución de compromiso entre varios factores que acabarán determinando la
solución mejor en planta y alzado, normalmente será necesario estudiar dos o tres soluciones para
elegir la mejor.
En cuanto al trazado en planta, el ideal es una sucesión de rectas, que unan por el camino más corto los
puntos de paso obligados, pero pocas veces encontraremos un terreno que permita llegar a esta
situación ideal. Debemos contar con:
Disponibilidad de terrenos, necesitamos una franja en la que quepan la propia tubería, la tubería en
acopio, las tierras y los medios auxiliares, grúas, camiones, etc.
Acceso, debemos llegar con la mayor facilidad posible a todos los puntos de la obra, dependiendo del
tamaño de los tubos variarán los medios de colocación y el transporte. Como veremos en el capítulo
correspondiente, rara vez el transporte se hace directamente al punto de colocación, normalmente se
llevan los tubos a un acopio intermedio desde donde se van trasladando a pie de zanja según convenga
a las necesidades del montaje.
Terrenos inestables, lo normal es huir de ellos, dificultarán el montaje y pueden impedir la explotación
de la conducción. La apertura de la zanja y su posterior relleno no harán sino perjudicar aún más la
estabilidad.
Trazados a media ladera, son otro caso a evitar en la medida de lo posible, dificultan la excavación y,
salvo que el terreno sea muy estable, hacen muy peligrosa la colocación. Entibar una zanja es un recurso
que sólo se emplea si no queda más remedio, puesto que dificulta enormemente el montaje, salvo que
se empleen entibaciones especiales por paneles grandes con poco o ningún arriostramiento en cabeza,
que tienen un coste muy elevado. La solución alternativa a un trazado a media ladera es seguir la línea
de máxima pendiente. Si la pendiente es fuerte esta solución obliga a emplear medios un poco
especiales en el montaje pero se trabaja con total seguridad y casi siempre con un coste menor que en
la solución a media ladera.
Codos y curvas, dependiendo del diámetro y de la naturaleza de la junta, las tuberías permiten un cierto
radio de curvatura, siempre debe tenerse en cuenta la curvatura en el espacio, es decir combinando
curvatura en planta y alzado si es que ambas coinciden. Cuando debemos adoptar cambios de dirección
incompatibles con la curvatura máxima admisible, es necesario realizar un quiebro relativamente
brusco. En conducciones a lámina libre como los saneamientos esto se consigue con arquetas y pozos,
en las conducciones en presión se emplean piezas especiales en forma de codo. En uno u otro caso el
elemento empleado para el cambio de dirección tiene un costo elevado respecto al de la conducción en
línea, por lo que se debe tender a colocar los mínimos indispensables.
con teléfono, conducciones de agua, saneamientos, electricidad, gas, líneas de alta tensión, carreteras,
ferrocarriles o autopistas. Deben determinarse ya en proyecto cuáles de estos servicios y en qué puntos
van a resultar afectados, de qué modo y dónde se soluciona el paso. Independientemente de la
determinación de proyecto, que generalmente estará hecha con planos de diversas entidades
propietarias de los servicios, en obra deben situarse con precisión mediante catas a mano, si es preciso
no es infrecuente que existan pequeñas disparidades, del orden de metros entre la situación teórica de
un servicio y su localización real. El omitir este trabajo puede dar lugar a costosos retrasos o a
accidentes que podrían haber sido evitados.
Si estamos en fase de proyecto, debemos evaluar cuidadosamente el coste de interferencia en un
servicio, puesto que puede ser más barato ir a soluciones de trazado alternativo.
Los accidentes naturales como ríos, arroyos y vaguadas, pueden atravesarse, bien en sifón, en
autoportante o a veces con una simple protección de la zanja, pero deben adoptarse medidas que
encarecen la conducción, por tanto en estudios de soluciones alternativas deben tenerse en cuenta y
evaluarse.
Líneas de alta tensión, ferrocarriles, tren de alta velocidad. Estos elementos producen fuertes corrientes
parásitas en el terreno, lo cual puede provocar corrosiones rapidísimas en las tuberías férricas que
corran paralelas a la línea eléctrica o ferrocarril, si no se adoptan medidas especiales de protección
contra la corrosión galvánica.
En cuanto al trazado en alzado, debemos distinguir tres casos con tratamiento totalmente distinto,
conducciones rodadas, conducciones en presiones bajas respecto al trazado en alzado y conducciones
en presión lo suficientemente alta para no interferir con el trazado.
En abastecimientos y riegos la forma de evitar los problemas de una conducción rodada suele ser
convertirla en conducción en presión, simplemente bajando la cota de la tubería. De no hacerlo así
tendremos trazados muy críticos en cuanto a pendiente, de difícil ejecución, y que en funcionamiento
provocarán cambios de régimen de lámina libre a sección llena, con sobrepresiones accidentales que
pueden acabar dañando a la tubería, y que reducen la capacidad hidráulica de la conducción.
En el caso de saneamientos es forzoso el diseño en lámina libre, dado que el caudal es muy variable,
sobre todo si son unitarios. En unos momentos estaremos transportando un caudal muy pequeño
(mínimo de aguas negras) y en otros uno muy grande (punta de aguas negras en redes separativas o
caudal de avenida en redes de pluviales o saneamientos unitarios).
Las pendientes de la conducción deben fijarse entre un valor mínimo que evite la sedimentación y un
valor máximo que no produzca erosión. La pendiente mínima es aquella que con el caudal mínimo
produce una velocidad igual o mayor que la mínima aceptable (del orden de 0.5 m/sg.), mientras que la
pendiente máxima es la que, con el caudal máximo, produce velocidades iguales o menores que la
máxima admisible (del orden de 5 m/sg.).
En terrenos muy llanos la condición de pendiente mínima hace que aumente mucho las profundidades
de zanja o incluso que haya que disponer bombeos (p.e. saneamientos paralelos a líneas de costa). En
terrenos muy accidentados la condición de pendiente máxima puede cumplirse fácilmente mediante
rápidos o resaltos. Los rápidos son tramos de pendiente muy fuerte protegidos con fuertes losas de la
erosión, los pozos de resalto son caídas verticales también con una fuerte losa en el fondo.
En los saneamientos, salvo que se disponga un bombeo, NUNCA deben establecerse tramos en
contrapendiente, ni colchones de agua, ni tramos cuasi horizontales. Cualquier punto en el cual se
produzca sedimentación generará gases peligrosos para las tuberías de hormigón y mortales para el
personal de mantenimiento. Por este mismo motivo casi nunca se construyen sifones en los
saneamientos, ya que obligan a un mantenimiento muy costoso consistente en limpiezas periódicas.
En el caso en que el terreno presente una pendiente mayor que la máxima admisible (ver figura
anterior) el número y altura de los resaltos se determina con la condición de coste mínimo y
profundidad de excavación aceptable. La profundidad máxima de excavación admisible depende del tipo
de terreno y de la profundidad del nivel freático, pero como regla general, suele procurarse que no sea
mayor de 5 ó 6 m., para profundidades mayores debe irse a secciones tipo con banqueo intermedio, con
el consiguiente aumento de volumen de excavación y de banda de ocupación.
Entendemos por presión reducida respecto al trazado aquella que llega a condicionar éste.
En el capítulo de definiciones vimos que se llama línea de presión dinámica a la línea de energía para un
caudal dado. La condición mínima de presión dinámica se determina con la cota mínima de explotación
del punto de toma y el caudal máximo.
Si superponemos sobre el longitudinal la línea de presión dinámica mínima, la tubería NUNCA debe
pasar por encima de la línea de presión, puesto que se produciría cavitación en las condiciones mínimas
de presión, con posibles roturas en tuberías o juntas y con interrupción del suministro.
En los puntos donde la tubería esté por debajo de la línea de energía mínima, en principio el trazado en
alzado es libre, y sólo deben seguirse las indicaciones normales de tuberías en presión que daremos en
el punto siguiente.
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En cada punto bajo o mínimo relativo dispondremos un desagüe para permitir el vaciado de la
conducción, con salida del agua a cauces naturales, bien por gravedad o por sistemas mixtos de
gravedad y bombeo. Estos desagües se proyectarán con doble válvula, una de seguridad y otra de cierre.
En cada cambio brusco de dirección dispondremos un codo. Codos, desagües y ventosas son piezas más
caras que el tubo, por tanto el coste aumenta si disponemos muchas. Por otra parte si ponemos pocas
no nos podremos ajustar mucho al terreno y aumentará el volumen y la profundidad de excavación. La
solución óptima será un compromiso entre el trazado absolutamente paralelo al terreno, con muchas
piezas, y la poligonal dura, con muy pocas piezas y grandes profundidades de zanja.
En casos especiales con mucha presión, si esta no es necesaria para llegar al punto de destino, pueden
interponerse elementos reductores de presión o de rotura de presión, estos aparatos provocan o bien
una pérdida de carga localizada muy fuerte (una válvula que se cierra automáticamente accionada por la
presión) o bien el bloqueo en un valor de presión determinado, lo cual se consigue mediante un flotador
que cierra totalmente la conducción al alcanzar una cota prefijada. Las válvulas reductoras de presión
son elementos caros y muy delicados, pueden estropearse fácilmente si el agua arrastra sedimentos,
por tanto se interponen aguas arriba filtros y tamices.
En previsión de mal funcionamiento pueden complementarse con válvulas de alivio de presión que
consisten en salidas de agua al exterior que se abren cuando la presión sobrepasa un valor establecido.
Los mecanismos de tipo flotador son menos sensibles a los sedimentos e incorporan su propia salida de
agua mediante un aliviadero de seguridad, pero requieren una arqueta depósito de dimensiones
apreciables y su precio es elevado, no obstante, en conducciones largas, pueden resultar muy
económicos ya que permiten reducir de forma muy segura las presiones y por tanto el timbraje de los
tubos.
Distinguiremos tres casos, conducciones en lámina libre, conducciones en presión y obras de drenaje
transversal, cuyo dimensionamiento es bien distinto de los dos anteriores.
Las tuberías de saneamiento, prácticamente siempre, se diseñan en lámina libre, mientras que los riegos
y abastecimientos, lo normal es que se dispongan en presión, incluso en los casos en que los diseños
previos sean en lámina libre, no estará de más revisar el proyecto, puesto que, normalmente, se
conseguirá una ejecución más fácil y un funcionamiento más seguro, enterrando ligeramente la tubería
y haciéndola funcionar en presión.
Las fórmulas a emplear son las de canales. Para el prediseño podemos considerar que el régimen de
funcionamiento es permanente y uniforme, calculándose para las condiciones más restrictivas de
funcionamiento.
Además, para poder considerar que las condiciones de lámina libre quedan establecidas, procuraremos
que el calado interior no sobrepase el 75% ó el 80% de la sección.
Entre las fórmulas a emplear, la más clásica es la de Manning, aunque en el caso de tuberías de gran
diámetro puede ser interesante emplear la fórmula de Hazen-Williams.
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Capacidad: El caudal máximo debe ser menor o igual que la capacidad máxima de la sección con la
pendiente de diseño y el grado de llenado considerado.
Velocidad mínima: La velocidad con el caudal mínimo de negras ha de ser mayor que mínima
admisible para que no se produzcan sedimentos (del orden de 0.3 a 0.5 m/s)
Velocidad máxima: La velocidad con el caudal máximo ha de ser menor que la máxima admisible para
que no haya problemas de erosión (del orden de 6 m/s). Si el caudal máximo corresponde a avenidas
con período de retorno alto, pueden admitirse velocidades mayores (hasta 12 m/s se han registrado sin
apenas daños en hormigón de buena calidad), ya que estas condiciones sólo se van a dar en breves
períodos cada bastantes años.
Es conveniente calcularse el calado y velocidad del agua en el colector para diversos caudales, o incluso
dibujarse la curva de calado-caudal para comprobar estos tres factores.
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Tubería en Presión
Para el cálculo de las pérdidas continuas de una conducción emplearemos las fórmulas ya indicadas en
el tema de repaso de hidráulica.
Para que el régimen sea laminar tendríamos que estar en valores inferiores a 2320. Como a 20º la
viscosidad cinemática del agua es del orden de 10-6 m2/s, el producto de la velocidad por el diámetro
debería ser inferior a 2,3x10-3, con lo cual, en aplicaciones habituales de la hidráulica de tuberías nunca
nos encontraremos en régimen laminar.
Ábaco de Moody
Existen muchas otras fórmulas que se han empleado a lo largo de los años como aproximaciones de
expresión más sencilla. En general las fórmulas aproximadas emplean la expresión:
Los valores de K, α, y β se ajustan experimentalmente. Cada una de las fórmulas de este tipo da una
correlación más o menos buena con Darcy en alguna combinación de caudal-diámetro y difiere para
otros valores de estos parámetros, bien por el lado de la seguridad o incluso por el de la inseguridad. Para
el cálculo de prediseño hidráulico de tuberías podemos considerar que las fórmulas simplificadas
pueden darnos valores suficientemente aproximados para el dimensionamiento. Se trata de las mismas
fórmulas empleadas en el cálculo en lámina libre que podrían simplificarse más, considerando que la
sección es completa, el perímetro mojado sería el de la circunferencia interior y el radio hidráulico, por
tanto, con valor Ф/4.
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En este caso, el dimensionamiento se realiza de forma que la zona inundable aguasarriba quede
suficientemente encajada y que la cota de agua a la entrada no cree problemas a laplataforma de la
carretera o de la obra lineal que cruce.
En este apartado actual vamos a insertar un Nomograma que nos permite resolverel cálculo de estas
obras dependiendo de la posición del punto o sección de control de la obra, y las d imensiones de la
obra, longitud, sección y pendiente.
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En el caso de que nuestra obra se encuentre con una pendiente superior a la crítica y con salida libre
aguas abajo, nos encontraremos con control a la entrada de la obra, y en ese caso, si consideramos una
tipología de aletas de acompañamiento, podremos obtener :
El caudal que puede pasar limitando la cota de inundación, o bien al revés, conocido un caudal obtener
la cota de agua en la entrada.
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La velocidad máxima será compatible con el material del conducto a efectos de erosión.
La cota de agua a la entrada (Hw) debería de mantenerse inferior a 1,2 D, siendo D el diámetro
interior de la tubería de drenaje transversal. Si el valor obtenido fuera superior la boca de
entrada queda anegada y el conducto comienza en presión con lo cual será necesario disponer
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Los canales constituyen una de las tipologías más importantes de las obras hidráulicas. Por extensión
consideramos canales a aquellos cauces artificiales que nos permiten el transporte de grandes caudales
en lámina libre, a semejanza de un río.
Aunque existen muchas categorías dentro de este tipo de obras, en este tema vamos a estudiar
especialmente los canales de gran envergadura, quedando definidas por reducción otras obras de
similares características como las acequias de menor tamaño.
En general el proyecto del canal comienza con el estudio de una captación de un río lago, embalse
artificial o subsuelo, para seguir con una gran obra que abarca por lo general muchos kilómetros.
Como tal obra lineal, comparten con las carreteras o ferrocarriles la forma de ejecutar una buena
cantidad de unidades de obra, sin embargo tanto la excavación de la caja del canal como la ejecución del
refino y el posterior revestimiento, son específicos de los canales.
El trazado de los canales, debido a lo estricto de sus pendientes siempre ha encontrado especiales
dificultades cuando la topografía del terreno obliga a salvar divisorias o cruzar depresiones del terreno.
Para esto se utilizarán obras auxiliares específicas como sifones y acueductos.
Este revestimiento permite diseñar con mayores velocidades y por tanto con menor sección. Un canal
en tierras debe restringir la velocidad a valores entre 0,2 y 1,1 m3/s para evitar la erosión, mientras que
un canal revestido puede llegar a valores de 1,5 m3/s e incluso 2,5 m3/s para caudales máximos.
Por otro lado, los diseños clásicos de canales antiguos de regadío consideraban una circulación casi
constante de agua y un riego por turnos durante las 24 horas del día. Actualmente los turnos de riego
son menores lo que obliga a dimensionar con caudales para mayores caudales y con obras de regulación
intercaladas, generalmente en forma de balsas de agua excedentaria.
No debemos olvidar al diseñar la obra que dada la magnitud de este tipo de actuaciones obliga al
estudio de la repercusión medioambiental de la misma, tanto durante la construcción como durante su
explotación y mantenimiento
CLASIFICACION
Los canales pueden clasificarse atendiendo a su finalidad, a las características topográficas y geotécnicas
del terreno que atraviesan o a su construcción.
Atendiendo a su función los canales podemos distinguir entre: Canales para regadíos y/o
abastecimientos; Canales de derivación para centrales hidroeléctricas y Transvases entre cuencas
hidrográficas para compensación hídrica.
Atendiendo a su sistema constructivo se pueden clasificar en: Canales revestidos y Canales
estructurales.
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Los canales revestidos se ejecutan mediante la formación de secciones con excavaciones o terraplenes
en los que el empuje del agua es totalmente soportado por el terreno y donde la impermeabilización se
realiza mediante el revestimiento de la sección mojada. La sección suele ser trapecial o circular.
En algunos casos, los cajeros laterales funcionan como elementos resistentes sobre todo para combatir
la erosión. Estos cajeros resistentes se emplean principalmente cuando los taludes laterales son
pronunciados.
También en caso de fuertes pendientes longitudinales emplearemos una solera resistente a la erosión.
En estos casos los materiales empleados serían los siguientes:
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Escollera colocada.
Mampostería enfoscada.
Mampostería hormigonada.
Hormigón en masa.
Hormigón armado.
Un canal también puede ser una estructura resistente en si misma. Las tipologías son:
Canales en estructura de hormigón armado, en U o en cajón
Canales cerrados o atirantados como acueductos
Secciones enterradas (zonas urbanas, puntos singulares, sifones).
Acueductos y sifones.
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PARAMETROS HIDRAULICOS
Caudales: Como sabemos es el volumen de agua que atraviesa la sección transversal del canal en la
unidad de tiempo, pero podemos distinguir los siguientes:
Caudal de proyecto, que es el máximo que discurrirá por el canal en condiciones normales de
funcionamiento.
Caudal máximo admisible, es el valor que se toma para fijar el resguardo o diferencia de altura
entre la lámina de agua a caudal nominal y el borde superior del canal.
Caudal mínimo, es caudal mínimo necesario para el correcto funcionamiento de las
conducciones derivadas del canal y para que no exista sedimentación.
Factor de la sección para flujo crítico: es el producto del área mojada por la raíz cuadrada de la
profundidad hidráulica. En flujo crítico el número de Fröude es de valor 1, de donde se deduce que este
factor multiplicado por la raíz de “g”, nos indica el caudal transportado en régimen crítico.
Calado o tirante: Es la profundidad del agua en el canal medida sobre la solera en canales trapeciales y
desde la tangente horizontal en el punto más bajo en los canales circulares.
En el cuadro adjunto pueden verse las fórmulas que relacionan los distintos parámetros referenciales:
La hidráulica de los canales es muy sencilla, con un funcionamiento general en régimen uniforme y
permanente, salvo los cambios de sección, puntos de control o vertederos. En general la sección tipo del
canal será dimensionada obedeciendo a una de las sencillas fórmulas siguientes.
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DIMENSIONES CARACTERISTICAS
La dimensión principal que define la sección de un canal es el radio hidráulico, aunque en la práctica se
emplean cuatro dimensiones relacionadas para definir el canal: Perímetro mojado, Área de la sección
mojada, Anchura de la lámina de agua y Calado.
Faltaría por definir el resguardo y los distintos espesores estructurales
SECCION ECONOMICA
Hay muchos estudios sobre las secciones revestidas para establecer aquella que resulte más económica
para la ejecución de la obra. Ha de tenerse en cuenta que se trata de una sección tipo que se va a
colocar durante varios kilómetros y cualquier pequeña transformación interviene multiplicada por toda
la longitud.
Los estudios teóricos inciden en la necesidad de reducir la sección excavada y revestida, para un mismo
caudal trasegado, sin embargo, no solamente depende de la reducción en la medición de las unidades
de obra sino en la facilidad de ejecución de la misma o la posibilidad de disponer de medios adecuados
para la ejecución de la obra.
Desde el punto de vista puramente hidráulico, la sección óptima es la semicircunferencia y las mejores
secciones trapeciales son aquellas que tienen la “superficie del agua igual a la suma de los cajeros
mojados y un radio hidráulico igual a la mitad del tirante (calado)”, condición esta última que puede no
ser conveniente en muchos casos.
Para que sea válida la sustitución de una sección trapecial por otra circular no puede hacerse por la
equivalencia en área transversal y radio hidráulico entre ambas. La comparación entre ellas deberá
basarse en la igualdad de capacidades de ambos conductos para así averiguar, si las diferencias de
geometría (dimensiones) resultante y su valoración económica, justifica el cambio.
Evidentemente, sin entrar en condicionantes constructivos, la elección de una u otra sección, tratando
únicamente el tema hidráulico-económico podemos decir que en el precio de un canal los parámetros
más influyentes son:
Volumen de excavación.
Volumen de hormigón en el revestimiento.
Anchura superior de la caja.
Resguardo
A título informativo, Torrent recoge una serie de cuadros comparativos de secciones. Entre ellos
destacamos el siguiente que compara los parámetros anteriores entre secciones circulares y trapeciales
con distintos taludes, considerando un resguardo del 15% en el tirante de agua y un revestimiento del
orden del 6% del calado.
Aunque no son valores estandarizados, el resguardo del 15% del calado es bastante habitual, y como
veremos, un espesor de revestimiento del orden del 6% es bastante aceptable ya que suelen rondar en
los canales revestidos entre valores de 10 a 15 cm si se extiende con maquinaria específica.
En este cuadro, solamente se ofrecen las relaciones de volúmenes de excavación, anchura de caja y
volumen de revestimiento entre secciones trapeciales y circulares. Para la sección completa, siempre es
mayor la anchura de las secciones trapeciales, en porcentajes comprendidos entre el 1 y el 29%. El
aumento de sección excavable, se incrementa, para secciones trapeciales, con el tendido de taludes,
llegando hasta un incremento de un 8,7%. El incremento de volumen de hormigón de revestimiento por
ml varía entre un 3 y un 16,5%, a medida que crece el ángulo central y se tienden los taludes de la
sección trapecio.
Como se comentará en los procesos constructivos, los ahorros dimensionales entre ambas secciones
pueden no ser proporcionales a los costes de ejecución, pues los costes de las diversas unidades de obra
como la excavación de caja, refino y revestimiento no tienen por qué ser iguales (de hecho no lo son en
la mayoría de los casos).
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TERRENO ORIGINAL
SECCIÓN MIXTA
CANAL TRAPECIAL
TERRENO ORIGINAL
Por otro lado, a cota de rasante de explanación (ver figuras) el contacto de tierras y revestimiento, en
los canales circulares tienen pendientes muy rígidas (ver detalle de figura) entre 1:1,83 y 1:2,45 (H:V),
comparados con los taludes tendidos de las secciones trapeciales. Ante la verticalidad que adquiere el
revestimiento en esa zona, parece aconsejable, ensanchar el camino de servicio y banquetas, lo que
aminora parte de las ventajas señaladas. Además esta tangencia final requiere de una consistencia
diferente en el hormigón de revestimiento.
Ahora bien, la verdadera importancia económica reside en la posesión de maquinaria específica para
realizar la excavación, el refino y el revestimiento, más que en criterios meramente hidráulicos.
REVESTIMIENTOS
Muchos de los canales existentes se han realizado mediante dragados y composición de secciones en
tierras o en roca, sin ningún tipo de revestimiento, a excepción de zonas singulares. Sin embargo en el
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proyecto actual de nuevos canales siempre se considera su revestimiento por múltiples razones como
veremos a continuación.
Por criterios económicos, podemos decir que el precio del revestimiento es del orden de un 20% a un
30% del coste del canal. Ahora bien, analizando el problema con atención se llega a la conclusión que en
caso de no revestir, el pretendido ahorro puede quedar anulado si se tienen en cuenta factores como la
baja velocidad no erosiva del agua que necesitará incremento de sección, mayor movimiento de tierras,
mayor superficie ocupada, más longitud de las obras de drenaje y pasos transversales, suponiendo por
añadido, que los terrenos por los que transcurre el canal, sean lo suficientemente impermeables y que
la erosión y aterramientos sean asumibles en una explotación racional.
Las condiciones básicas de un revestimiento, aunque evidentes si se quiere obtener una explotación
fiable y de gran durabilidad, se indican a continuación:
Impermeabilidad.
Rugosidad mínima.
Flexibilidad.
Resistencia mecánica
Resistencia a la erosión del agua.
Durabilidad.
Fácil mantenimiento.
Coste moderado.
TIPOS DE REVESTIMIENTOS
Hormigón en masa
Hormigón armado
Prefabricados
Materiales plásticos
Bituminosos o asfálticos
Mampostería y sillería. (En desuso)
Ladrillo y otros materiales cerámicos. (Habituales en países asiáticos)
Tierras compactadas. (No usuales en España)
Suelos estabilizados con cemento, cenizas, bentonita, etc. (Soluciones puntuales)
Escollera (soluciones contra erosión o con secciones resistentes)
Existen otros tipos de revestimientos para actuaciones locales o rehabilitaciones
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