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UNIVERSIDAD ANDINA

NÉSTOR CÁCERES VELÁSQUEZ

FACULTAD : CIENCIAS JURÍDICAS Y POLÍTICAS

E. P : DERECHO

CURSO : TRATADOS Y CONVENIOS

INTERNACIONALES

TEMA : UNESCO

DOCENTE : Mgrt. SOFÍA CANSAYA RAMOSI

INTEGRANTES : FREDY ELOY CCALLOHUANCA SUCARI


ALESSANDRI CCOPA PILCO
JUDITH KATHERY GONZALES TICONA
ALVARO YANAPA CHIPILE
SARA PILAR CAMASITA MAMANI
FELICIANO SUGERENTE CURO

SEMESTRE : III “C”

JULIACA – PERÚ
2018

1
Al creador de todas las cosas, el que nos
ha dado fortaleza para continuar cuando a
punto de caer hemos estado; por ello, con
toda la humildad que nuestro corazón
pudimos emanar, dedicamos
primeramente nuestro trabajo a Dios.

De igual forma, dedicamos esta trabajo a


nuestros padres que han sabido
formarnos con buenos sentimientos,
hábitos y valores, lo cual nos ha ayudado
a salir adelante en los momentos más
difíciles.

2
PRESENTACIÓN

Asignatura en la que se explican y estudian de forma básica los conceptos,


institutos e instituciones y principios fundamentales del abogado del siglo XXI.

Las firmas de abogados van a salir de la actual crisis reforzada en los aspectos
de gestión, serán más empresas, y ante el énfasis de los clientes por ser
facturados por valor, buscaran cómo medir dicho valor de servicio a través de
técnicas de gestión importadas de otros sectores. Por ello, la facturación por
horas será un sistema de gestión de control interno y se buscarán fórmulas
creativas de facturación, pero siempre buscando la aproximación a precios
cerrados.

3
ÍNDICE

PORTADA.........................................................................................................1

DEDICATORIA..................................................................................................2

PRESENTACIÓN...............................................................................................3

ÍNDICE...............................................................................................................4

INTRODUCCIÓN...............................................................................................5

EL ABOGADO DEL SIGLO XXI

1. GENERALIDADES........................................................................................6

2. PERFIL DEL ABOGADO DEL SIGLO XXI...................................................8

3. HABILIDADES DEL ABOGADO DEL SIGLO XXI.......................................8

4. CUALIDADES QUE DEBE TENER EL ABOGADO DEL SIGLO XXI.........13

5. PERSPECTIVA DEL ABOGADO DEL SIGLO XXI......................................18

6. LOS AVANCES CIENTÍFICOS Y TECNOLÓGICOS....................................21

7. NUEVAS COMPETENCIAS DEL ABOGADO DEL SIGLO XXI..................23

8. COMPETENCIAS PARA UN ENTORNO GLOBAL.....................................26

CONCLUSIONES..............................................................................................28

BIBLIOGRAFÍA.................................................................................................30

4
INTRODUCCIÓN

En muchas ocasiones nos empeñamos en hacer tareas que podríamos


delegar. No es excusa que tengas el despacho en casa, o que estés solo.

El Abogado siempre ha jugado un papel fundamental para el desarrollo de la


humanidad, sin importar los conceptos o imágenes que se han manejado de los
letrados nunca han faltado en la historia, ya sea para bien o para mal siempre
han estado presentes. En cada época el Abogado ha desempeñado distintas
funciones y obligaciones, es por eso el interés que se presenta al tratar de
definir al Abogado del siglo XXI.

En la sociedad actual el Abogado tiene un rol primordial, en donde sea que se


lo busque se lo va a encontrar porque vivimos en un mundo que
completamente manejado por leyes y que mira todo desde un contexto jurídico.
Existen muchas ramas para el ejercicio de la profesión, se necesita Abogados
en todo aspecto de la vida diaria, ya sea para asesoría, defensa, litigio,
certificación, trámites administrativos entre muchos otros.

Se ha hablado ya de la presencia permanente del Abogado en la sociedad y la


influencia que tiene en el diario vivir, es ahí donde radica la importancia de que
quien ostenta este título se dé cuenta de las características que debe tener
para sobresalir y hacer honor a su carrera, se los ha denominado Abogados del
Siglo XXI, y es porque tal vez ésta sea la era de mayor conflicto ético y social
para ejercer dicha profesión y también el momento perfecto para que los
nuevos profesionales cambien la reputación negativa y la imagen errónea que
la sociedad tiene de un legista.

5
EL ABOGADO DEL SIGLO XXI

1. GENERALIDADES

El abogado del s. XXI debe entender el mundo de la gestión en sus


diferentes aspectos: el financiero, el de gestión de personas, el
tecnológico y el de la comunicación. Más allá de que esté centrado en
conocimientos debe completarse con habilidades y competencias. Es un
profesional más abierto que debe generar más empatía con sus clientes.
Un abogado técnicamente excepcional sin habilidades en este ámbito es
difícil que tenga éxito en un proyecto en la actualidad. El entorno es tan
competitivo que hace que hace que muchos abogados sean capaces de
ser técnicamente muy buenos, por eso el cliente compara y busca algo
más. El cliente se ha sofisticado y antes de tomar decisiones busca
y...compara.

Así pues, este nuevo siglo busca un abogado mucho más completo, pero
no sólo ha de ser capaz de ser buen técnico y desarrollar habilidades en
el ámbito de la gestión si no que debe entender el entorno. El mundo del
derecho se ha vuelto mucho más internacional porque el mercado se ha
convertido en global. Las empresas pueden vender al mundo desde
cualquier sitio y el abogado también debe estar preparado para ello. No
debe conocer el derecho de todas las jurisdicciones en las que opera su
cliente, pero debe ser capaz de aportar criterio, criterio legal apara el
marco de las operaciones de sus clientes.

No olvidemos la especialización. ¿Por qué se ha convertido en algo tan


importante?. No olvidemos que la sociedad de la información en la que
vivimos ahora, ha generado compradores muy informados de los
aspectos legales que les atañen y además son extremadamente sensibles
al precio. La especialización tanto en aspectos de áreas de prácticas
como sectoriales son las que son percibidas como de más valor y el
cliente es menos sensible al precio. Por eso estamos asistiendo a esa

6
súper especialización por parte de las firmas y esta es una e as
tendencias que nos encontramos en el sector legal.

Resumiendo el abogado del s. XXI es un abogado más completo, más


formado en el ámbito de gestión y con más competencias. Tiene el reto de
ser más competitivo en un entrono maduro, debe hablar idiomas y
moverse en un entorno internacional. Ha de ser capaz de ejercer
liderazgo e influencia, pero a cambio se ha convertido en un elemento
clave en el mundo empresarial y en la toma de decisiones ya que nos
encontramos en un mundo extremadamente regulado. 1

El Abogado del Siglo XXI tiene que ser una persona que ante todo tenga
muy claro cuál es su esencia como persona, el valor y la importancia de
una moral intachable y que sepa que su alma y conciencia no están en
venta al mayor postor. Es cierto que en esta época no todo se puede
tachar como blanco o negro, no en todos los casos y circunstancias va a
estar claro que es lo correcto y que es lo que no se debe hacer y ante
problemas de personas reales que sufren no se puede confiar
simplemente en lo que dice un libro de normas o reglamentos, pero esto
no debe ser justificación para que el defensor o asesor quebrante la ley o
luche para que gane la impunidad o la injusticia.

El Abogado del Siglo XXI necesita trabajar por convicción y por pasión por
lo que hace y no por motivación económica o búsqueda del poder. El
Abogado del siglo XXI tiene que ser una persona perseverante que no se
desilusione antela primera pérdida o decepción y que sea imposible
cambiar su fe en la bondad humana porque en este campo de trabajo es
más que seguro que va a tener que presenciar el lado más oscuro de las
personas diariamente, por esto mismo también necesita una brújula moral
muy fuerte porque es muy peligroso pasar tanto tiempo sumido en
experiencias donde triunfa la maldad y los bajos instintos humanos sin
que ciertas características se adhieran a la vida personal. 2
1
Navarro, Eugenia. El Abogado del S. XXI...La revista internacional de Derecho Práctico
2
Rosinal (2012). Abogado del siglo XXI. 10 de Setiembre

7
2. PERFIL DEL ABOGADO DEL SIGLO XXI

1) La capacidad técnica y formación jurídica del abogado es


fundamental para el ejercicio de la profesión, si bien a nivel de una
posible contratación en el mercado del sector legal, dicha capacidad ya
no suma.

2) Un buen perfil competencial es clave para una posible


contratación en el sector legal, por lo tanto, dicho perfil, si suma.

3) Actualmente existe una falta de competencias en el


sector, causado fundamentalmente por la falta de aprendizaje de
competencias durante la carrera.

4) Se antoja necesario y fundamental para el abogado una


formación en competencias complementaria al conocimiento del
derecho para operar en el sector.

Bien, creo que con esta primera información sea suficiente por hoy
para conseguir el propósito que me anima en este primer post de la
temporada: hacernos reflexionar seriamente sobre la importancia de ir
avanzando en crearos un perfil competencial, necesario e ineludible en
la nueva etapa de la abogacía en la que nos encontramos. 3

3. HABILIDADES DEL ABOGADO DEL SIGLO XXI

La clasificación de las habilidades del abogado teniendo en cuenta tanto


el carácter profesional de nuestro trabajo y, cómo no, las funciones más
representativas de la actividad del abogado. Una vez expuestas,
realizaremos una reflexión final a modo de conclusión.

Una última cuestión, clasificaremos las habilidades en los siguientes


grupos: Generales; Profesionales; Sociales; Empresariales; Comerciales y
Psicológicas.

3
Leon, Oscar. El perfil del abogado del siglo XXI

8
HABILIDADES GENERALES: Entendemos por habilidades generales
aquellas destrezas que se consideran recomendables para toda persona
y cuya posesión se entiende socialmente como un componente positivo y
favorable para su personalidad, pues su disfrute facilitará el crecimiento
tanto personal como profesional de su titular.

En nuestra profesión, participada de factores como la necesidad de


realizar un trabajo y un esfuerzo continuo prolongado en el tiempo,
sometido a innumerables tensiones e imprevistos, y en el que la
interacción con los clientes y operadores jurídicos es esencial, serán de
relevancia las habilidades que nos permitan actuar con responsabilidad
en el cumplimiento de nuestra actividad y en la relación con los demás.

Para ello, el abogado deberá estar revestido de habilidades como la


constancia, la disciplina y laboriosidad (esenciales para el trabajo diario);
la prudencia, paciencia, serenidad y autocontrol (necesarias para la
interacción con terceros) y, finalmente, como un principio informador de
los anteriores, la honestidad y sinceridad.

HABILIDADES PROFESIONALES: Las habilidades profesionales serán


aquellas que empleamos activamente en nuestra profesión como una
herramienta directa para el desarrollo de nuestra actividad y que sin ellas
no podría concebirse la figura del abogado. Por lo tanto, son habilidades
indispensables tanto para el ejercicio de la profesión como para la propia
conceptualización del profesional como tal.

Estas habilidades podríamos dividirlas en dos clases, las derivadas de


estatuto privilegiado que informa el desempeño de nuestra función y las
obligaciones principales en su desempeño, reglas éstas que constituyen
fiel reflejo de la tradición y cultura profesional y que nutren nuestro Código
Deontológico. Por otro lado se encontrarían las habilidades que son
necesarias para el desarrollo de las tres actividades que realiza el
abogado en su actividad profesional ya citadas: el consejo jurídico, la
mediación y negociación y, finalmente, la defensa ante los tribunales.

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Respecto a las primeras, debemos señalar que tras siglos de experiencia,
nuestros códigos profesionales han entendido que nuestra profesión se
rija de acuerdo con determinados postulados, lo que ha sido precisamente
pensando en garantizar que nuestra función se desarrolle a satisfacción
de los intereses del cliente y de la sociedad, por lo que el abogado deberá
dar cumplimiento a los mismos. Entre estas habilidades o principios
rectores de nuestra actividad se encuentra la independencia, diligencia,
lealtad, responsabilidad y cualquier otro principio que derive de nuestro
estatuto profesional.

En cuanto a las segundas, es decir, las necesarias para realizar la mejor


ejecución de nuestras diversas funciones, podemos realizar la siguiente
clasificación:

Generales: Competencia técnica, comunicación oral y escrita, inteligencia,


imaginación, capacidad de estudio, comprensión lectora, habilidad
para utilizar las tecnologías de la información y las comunicaciones más
avanzadas, capacidad de análisis y síntesis, capacidad de abstracción,
flexibilidad y adaptación mental.

Asesoramiento: Saber escuchar, empatía, cortesía, concentración.

Negociación: Capacidad de negociación, vocación conciliadora, alta


resistencia a la frustración.

Intervención en el Foro: Oratoria en su más amplio sentido, y derivada de


la misma, dominio del lenguaje verbal y no verbal, argumentación,
memoria, imaginación, claridad de ideas, previsión, naturalidad.

HABILIDADES SOCIALES: El abogado desempeña su labor en un


contexto en el que tiene necesariamente que interactuar con otras
personas desde perspectivas bien diferentes. Con los clientesinterviene
primero para captarlos. Una vez captados, para recorrer el largo camino
de la resolución del asunto encomendado y, cómo no, para fidelizarlo.
Con los restantes operadores jurídicos actuará bien para persuadirlos y

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convencerlos de la bondad de nuestra argumentación (jueces) o para
negociar o trabajar en equipo (otros abogados).

Consecuentemente, el buen abogado deberá ser una persona sociable


que domine las técnicas de comunicación, ser extrovertido y saber
relacionarse con los demás en cualquier contexto. Igualmente deberá
saber transmitir una imagen adecuada (presencia)

HABILIDADES EMPRESARIALES: Los despachos de abogados son


empresas de servicios, extremo éste que, a estas alturas, resulta
incontrovertido. Por ello, nuestros despachos deben gestionarse como
verdaderas empresas, adoptando los sistemas, procesos y herramientas
propias del mundo empresarial de modo que el abogado pueda liderar,
organizar, planificar y controlar su negocio. Para ello es inevitable el
acceso y permanente aprendizaje de habilidades de dirección, gestión y
organización de empresas.

En este campo, el abogado deberá ser un buen estratega, tener liderazgo,


ser proactivo, saber gestionar, organizar y planificar el tiempo, dominar las
técnicas de trabajo en equipo, saber delegar, etc...

En este apartado incluimos igualmente el dominio de un segundo idioma,


que a nuestro juicio debe ser el inglés, actualmente vinculado
estrechamente con el mundo de los negocios, pues debido a la
globalización ya más que consolidada, la habilidad del dominio de este
idioma será fundamental para nuestro crecimiento.

HABILIDADES COMERCIALES: Hay que destacar la necesidad que


tiene el abogado de disponer de las habilidades que lo conviertan en un
verdadero comercial, entendiéndose por comercialidad la capacidad de
atraer y captar clientes. Para ello, el abogado deberá concienciarse de la
importancia que la actividad comercial tiene para la creación y crecimiento
de los despachos profesionales, y el papel que dichas competencias y

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habilidades jugarán en su propio crecimiento profesional, bien
individualmente, bien en la jerarquía profesional de la firma.

A tal efecto, el abogado deberá formarse en técnicas de marketing, y


especialmente las materias comerciales, deberán ser un referente
continúo, ya que las capacidades comerciales se adquieren a través de su
conocimiento y puesta en práctica.

Igualmente, el abogado deberá dominar las técnicas de atención al


cliente, indispensables para generar la satisfacción del cliente a través de
un servicio excelente y de calidad.

HABILIDADES PSICOLÓGICAS: La profesión de abogado requiere de


conocimientos psicológicos, entendiendo por éstos, desde un concepto
amplio, todos aquellos que pueden guardar una relación con el
comportamiento humano de las personas con las que interactuamos ya
citadas.

Efectivamente, el componente humano, aunque a veces se olvide, es un


elemento esencial de nuestra actividad que tiene una repercusión
constante, consciente o inconsciente, en el devenir de todos y cada uno
de nuestros trabajos. Conocer estas habilidades psicológicas es de
inestimable ayuda para la interacción diaria con esas otras personas.

Los conocimientos psicológicos en nuestra actividad tienen innumerables


aplicaciones, tanto para regular nuestra actuación como para la
interacción con terceros. Respecto al empleo para el propio abogado
podemos destacar la capacidad del pensamiento positivo, la resistencia a
la frustración, el emplear las técnicas de la visualización y el empleo de
todas las técnicas que nos permitan estar con nosotros mismos, aprender
a conocernos y obtener la tan ansiada relajación mental y corporal.
Respecto a los demás, toda técnica que nos ayude a conocer la forma de

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ser de las personas será bienvenida, destacándose igualmente la
empatía, el saber escuchar de forma activa, la atención, etc. .4

4. CUALIDADES QUE DEBE TENER EL ABOGADO DEL SIGLO XXI

“La excelencia técnica y la formación meramente jurídica ya no aportan


un valor diferencial, son necesarias, es algo que se da por hecho que hay
que tener, pero no suman, ni tienen el peso que tenían para la abogacía
tradicional”. Esta es una de las conclusiones que Sandra Enzler y
Eugenia Navarro presentan en su informe El abogado del siglo XXI y que
viene a confirmar una tendencia que ya se venía anunciando desde hace
meses, incluso años: la figura del abogado experto en materia jurídica ha
dado paso a un profesional más completo, multidisciplinar y con un fuerte
componente comercial-técnico en su preparación, valorándose incluso
conocimientos avanzados en temas económico-financieros, de legislación
internacional, entre otros requisitos deseables.

Casi todos los despachos de abogados, de cualquier tamaño, sufren


tensiones de tesorería y de una drástica reducción en la generación de
negocio. Aunque el despacho siga manteniendo su cifra de negocios,
suele tener el problema de falta de tiempo de los socios para generar
más negocio, ya que la reducción de personal ha provocado que los
socios dispongan de menos tiempo para captar clientes en favor de
fidelizar a los existentes o ejecutar ellos mismos asuntos que antes
llevaban asociados o colaboradores”.

Y es que la preocupación por la actividad comercial de los profesionales


no es nueva. Según el informe presentado, las horas que cada socio
debe dedicar a promoción han venido en progresivo aumento desde
2000, mientras que sus horas facturables se han venido reduciendo de
forma paulatina, pero sostenida desde entonces. Tanto es así que, ante la
merma en el incremento anual de facturación de los despachos de

4
León Fernandez, Oscar. Las habilidades del abogado del siglo XXI (bueno, algunas)

13
abogados, ha habido que buscar nuevas formas para sostener los
bufetes y para mantenerse en el mercado.

Enzler y Navarro también apuntan sus conclusiones hacia lo que sí


buscan los despachos de abogados. “Un buen perfil competencial se
convierte en el aspecto clave para convertirse en un profesional de
referencia. Asimismo, la capacidad de generar negocio adquiere una
importancia muy superior a la que tenía hasta el momento”. La relevancia
de aportar considerablemente a la facturación es valorada por más del
90% de los encuestados, mientras que la adaptación a un mundo
globalizado y en continuo cambio es otro de los factores mejor valorados
por los departamentos de Recursos Humanos.

Un 74% de los encuestados no contratarían a un profesional que solo


aportara sólidos conocimientos jurídicos. En cambio, si contratarían en un
79% de los casos a un profesional que aportara clientes y generara
facturación; Y en un 94% a aquel que tuviera un buen perfil competencial.

Desde entonces se venían apreciando ciertos cambios en los perfiles que


los despachos de abogados requerirían por parte de sus trabajadores.
Según Alonso, este cambio se generó a partir de la “la entrada en vigor
del Real Decreto 1331/2006, que regula la relación laboral de los
abogados. Desde 2006, los abogados han pasado a ser trabajadores por
cuenta ajena. Por este motivo, hablar de carrera profesional es una
realidad en despachos y departamentos de asesorías jurídicas. De este
modo, los departamentos de Recursos Humanos se han convertido en un
pilar estratégico para los socios, al liderar el cambio cultural y
organizativo que esto implica”.5

1. Le encanta el cambio

Me encanta recordar algunas frases míticas que decíamos hace


apenas 10 años: “los abogados no pueden trabajar en espacios
5
http://noticias.juridicas.com/actualidad/noticias/4006-iquest;que-cualidades-debe-tener-el-
abogado-del-siglo-xxi/

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abiertos (open office)”, “no podemos facturar de acuerdo a un
presupuesto cerrado”, “la publicidad de abogados no se permitirá”,
“internet no afectará al sector jurídico”, etc.

Sin embargo, el abogado de este siglo usa las nuevas tecnologías


(Blackberry, Google, LinkedIn, Wikipedia, etc.) y se adapta al nuevo
medio para prestar un mejor servicio.

¡Y qué decir de la galopante depresión económica que está viviendo


el país! Aquellos que se adaptan han empezado a bajar sus rates y a
facturar bajo presupuestos cerrados aún sabiendo que solamente
cubren costes o incluso pierden dinero.

2. Ama las Nuevas tecnologías

La irrupción de Internet ha transformado no sólo la forma de consultar


las bases de datos jurídicas (leyes, jurisprudencia y doctrina), sino
que también ha cambiado la forma misma de prestar el servicio.
Hemos dejado atrás el fax para entrar en un mundo de correos
electrónicos y de acceso a la información en movilidad y de forma
inmediata.

Pero internet no solo ha transformado esta profesión liberal que es la


abogacía, sino que también ha afectado a otras aún más importantes,
como la medicina. ¿Quién no ha consultado una enfermedad en
Google antes de ir a la consulta del médico especialista? Es más:
¿quién no pide una segunda o tercera opinión? Pues lo mismo está
ocurriendo con las consultas jurídicas, en las que vemos que a veces
el cliente parece saber más que el propio abogado.

Dicho todo lo anterior, no hay más remedio que abrazar lo bueno de


las tecnologías de la información, que ofrecen inmediatez, información
y, quizá dentro de unos años, ayuden a asesorar a los clientes en
base a algoritmos y probabilidades de resoluciones jurídicas.

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3. Es hiperespecialista de una materia

El antiguo abogado sabe un poco de mucho. En la vida personal, eso


es un activo ya que, como reza el dicho: “el saber no ocupa lugar”. Sin
embargo, en el ejercicio de la abogacía –y principalmente en la de los
negocios, donde la competencia es brutal y el mercado global- no vale
saber un poco de mucho o incluso mucho de una materia como el
mercantil, sino que hay que hiperespecializarse en, por ejemplo, el
mercado de valores.

4. Persigue al cliente de forma proactiva

Cuando yo mismo contrato a un compañero para que me asesore en


un asunto personal, me encuentro con situaciones que, como cliente,
no me gustan. Así, por ejemplo, me ha sucedido que llamo al móvil de
mi abogado y no lo coge. No pasa nada; lo entiendo perfectamente
porque puede estar en un juicio o reunión, sin embargo, en la mayoría
de los casos, no recibo respuesta a lo largo del día. Y claro, al día
siguiente tengo que volver a llamar. ¿No sería más sencillo, contestar
por mensaje: “Álvaro, estoy ocupado…. En cuanto esté libre te
devuelvo la llamada”? Después, lógicamente, hay que devolver la
llamada (en el mismo día).

5. Hace fácil lo difícil

En un mundo hipercomplejo, conectado y muy competitivo, donde las


premisas empresariales de los años 80 y 90 (fabricación industrial en
cadena, baja competencia, incluso monopolios de derecho y hecho)
se han transformado con la nueva era de la información, lo más
complejo hoy en día es hacer fácil lo difícil.

6. Pregunta y escucha mucho

El abogado de hoy habla poco pero pregunta mucho a su cliente para


conocer los hechos y centrar la cuestión planteada. Posteriormente,

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vuelve a preguntar para conocer hasta el más mínimo detalle de los
hechos. Después, manda a su equipo junior a investigar nuevos
elementos que puedan afianzar los hechos comentados por su cliente.
Y finalmente, habla, normalmente a través de un escrito, demostrando
que sabe mucho del derecho concreto que afecta al caso.

7. No copia a la competencia

Me encanta analizar la descripción de los servicios de distintas


páginas web e incluso los currículums de los abogados de una
determinada materia. La verdad es que son realmente parecidos. Por
dar un ejemplo, estamos asistiendo a una proliferación de abogados
especializados en nuevas tecnologías (actualmente, por cierto, un
poco antiguas…) y todos hacen y ofrecen los mismo: “privacidad, e-
commerce, nuevas tecnologías, etc.”. Pocos he visto que hagan algo
diferente, como por ejemplo, Compliance (Cumplimiento
Normativo). Es más, me atrevería a decir que en los próximos diez
años saldrán muchos abogados especializados en este novedoso
servicio llamado “Compliance”.

8. Vende un “producto”

O lo que es lo mismo: no se vende a sí mismo. El nuevo abogado


sabe mucho de una cosa concreta y no hace falta vender su
conocimiento. En todo caso demuestra dicho conocimiento, y eso es
vender realmente un “producto”. No decirlo, sino demostrarlo.

9. Usa internet para preguntar, no para buscar

Este abogado del s. XXI, que ya vamos conociendo mejor, usa Google
para buscar “preguntas” jurídicas“. No busca sobre la respuesta.
Ejemplo: voy a consultar el término homicidio imprudente, a ver qué
encuentro. Nuestro abogado no hace eso sino que busca
directamente sobre la pregunta. Así, siguiendo con el mismo ejemplo,
buscaría: “accidente de tráfico con muerte de peatón”.

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10.Se quita la corbata

Chistes sobre abogados existen muchos, aunque una cosa es cierta:


vestimos de forma similar, con traje oscuro y corbata más o menos
atrevida. Pues bien, el abogado nuevo de este siglo se deja de
ataduras y, metafóricamente, se quita la corbata. 6

5. PERSPECTIVA DEL ABOGADO DEL SIGLO XXI

El siglo XX estuvo caracterizada por grandes transformaciones: por un


lado, se transitó del nacionalismo individualista a la globalización solidaria,
de las guerras e intervenciones militares a los tratados de paz, los
derechos humanos y el reconocimiento internacional hacia los derechos
de la infancia, de los regímenes autoritarios hegemónicos e incluso
dictaduras militares, por el consenso general y reconocimiento en la
democracia, de los golpes de estado a elecciones democráticas, del
comunismo al capitalismo y luego al neoliberalismo. Ya para la última
década del siglo XX apareció en la escena un invitado inesperado que
terminaría por cambiar el contexto de desarrollo de las sociedades y hasta
el nivel de vida de las mismas: el desarrollo tecnológico. Ante este
escenario de cambio vale pena reflexionar con rigor ¿la abogacía queda
al margen de estos cambios? ¿En qué medida la nueva realidad social
genera influencias en el desarrollo de nuestra profesión? ¿Qué se espera
de los abogados del siglo XXI? En el presente ensayo, procuraremos dar
respuesta a las interrogantes planteadas.

Para acercarnos a las primeras dos preguntas, lo haremos en primera


instancia desde un ángulo cualitativo, en este contexto nos apoyaremos
en Carbonell7 cuando comenta: “No siempre el Estado constitucional ha
sido democrático. No siempre los derechos fundamentales se han
impuesto frente a la actividad legislativa. No siempre ha existido la
jurisdicción constitucional. No siempre se ha estado asegurado la

6
Ecija, Alvaro. 10 cualidades del abogado siglo xxi
7
Carbonell, M. (2004). Constituciones Históricas de México. México : Porrúa.

18
independencia judicial ni se ha podido controlar en sede parlamentaria la
acción del Poder Ejecutivo”.

Una segunda aproximación a las mismas interrogantes empero, con un


enfoque cuantitativo se da con la referencia en el mismo investigador
Carbonell, que ofrece valiosos elementos de valoración: “Entre 1980 y
1997 fueron promulgadas en el mundo 79 nuevas constituciones. En
América Latina la puesta al día en materia constitucional ha sido
especialmente intensa: de los 18 países que practican el
constitucionalismo democrático, 12 han adoptado constituciones
completamente nuevas entre 1980 y 1999”. Es una realidad: nuestro
entorno social, político, económico y jurídico ha cambiado, por ende,
también el rol de las profesiones y de los profesionistas, en este particular,
la abogacía.

Nos enfrentamos a nuevos retos, demandas y comportamientos sociales.


En menos de 30 años como sociedad nos hemos desplazado de la era de
los fax a, campos específicos del derecho poco explorados y aún en
construcción como lo es el Derecho Informático. Vivimos en el centro de
cambios vertiginosos donde la información avanza, se descomprime y
desactualiza casi al instante, entonces, volvemos a preguntar ¿Qué se
espera de los abogados del siglo XXI?

Lo dijo Charles Darwin de una manera magistral: “No es la especie más


fuerte la que sobrevive, ni la más inteligente sino la que mejor responde al
cambio”. Para las sociedades contemporáneas, cambios que se producen
a partir del reconocimiento pluricultural, donde las fronteras están
representadas sólo en lo físico por murallas, pero no en concepciones
ideológicas de razas, que condenan los movimientos armados, que
exigen mayor transparencia y rendición de cuentas de sus gobiernos,
donde la cultura de la legalidad ha pasado de ser una moda legislativa y
política para ocupar un lugar privilegiado en la exigencia de los
gobernados a sus gobernantes, que reprueba el maltrato a los animales y
señala la indiferencia del gobierno a las causas más necesitadas de un

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pueblo. En esto constituye –entre otras cosas- el cambio paradigmático
del nuevo engranaje social y la abogacía debe estar a la altura de estas
demandas y ofrecer soluciones efectivas, modernas y trascendentes.

Es tiempo de cambiar la abogacía de formato por la abogacía moderna,


donde no haya espacio para las malas prácticas, donde exista un
compromiso genuino por la legalidad, y las causas justas, donde la base
del éxito no esté determinado por los miles de pesos que se logran evadir
al fisco a través del amparo Mayer 8 porque no se acepta con resignación
lo que afirmaba Fromm9 en su estudio psicoanalítico de las sociedades
contemporáneas que: “somos una sociedad enferma <mentalmente>”. El
talento profesional y la creatividad de la abogacía deben ser utilizados
para inventar y reinventar nuevos procesos que ofrezcan soluciones a las
necesidades de la sociedad, finalmente, no debemos olvidar que nuestra
profesión encuadra en el mercado de servicios, y no constituimos la
excepción a la regla, debemos buscar la mejora continua y aportar valor
agregado.

La visión propuesta en estas líneas no constituye posiciones rígidas,


dogmáticas o absolutas más bien provisionales, abiertas y propositivas. El
bien común, la solidaridad, subsidiaridad y la honestidad, no deben ser
recursos en peligro extinción. No hemos olvidado en ningún momento el
valor axiológico de la justicia, empero como lo advirtió Bonifaz 10 la relación
entre el la eficiencia del derecho y la justicia no es algo que se consiga
por sí solo. La consecución de la justicia requiere de una serie de factores
extranormativos, ligados a la aplicación de las normas, es decir, no es
suficiente que el legislador prevea soluciones justas. Estas soluciones en
gran medida estarán condicionadas a la forma de aplicación del derecho
y, en parte, a los medios existentes para hacerlo eficaz.

8
Mayer-Serra, C. E. (2011). Por eso estamos como estamos. La economía política de un
crecimiento mediocre.México: Debate
9
Fromm, E. (1956). Psicoanálisis de la sociedad contemporanea. México: Fondo de Cultura
Económica
10
Bonifaz, L. (1999). El problema de la eficiencia en el derecho. México: Porrúa

20
Los abogados del siglo XXI, deben atender y enfrentar con valor sus retos
generacionales. No se puede vivir encadenado a una nostalgia
melancólica hacia el pasado y pensar “ya no hay nada por hacer, por
descubrir o por aportar” Hoyos 11 nos invita a no desfallecer por la
búsqueda del saber porque: “jamás estará absolutamente constituido,
porque todo saber es relativo a otro saber y toda búsqueda es el principio
de un nuevo camino por recorrer” de tal suerte que, siempre habrá un
espacio, algo por decir, algo por descubrir, superando el eterno debate de
lo teórico con lo práctico pues, como Rojas 12 cuando cita Brugger
señala:“No hay práctica alguna (ni en sentido ético ni técnico) sin teoría”.
Este es, el abogado que la sociedad del siglo XXI espera.

6. LOS AVANCES CIENTÍFICOS Y TECNOLÓGICOS

Así como las transformaciones sociales, políticas y culturales, fruto del


incontenible transcurso del tiempo repercuten en todas las ramas el saber
y en fin, sobre la conducta humana. La labor del Abogado no está al
margen de estos cambios, por el contrario, en la actualidad el profesional
del derecho se ve obligado a adaptarse a las nuevas exigencias y
necesidades que presenta la sociedad.

En este contexto, el Abogado del siglo XXI requiere mayor preparación y


destrezas, que no se limitan estrictamente a los conocimientos jurídicos
sino a disciplinas extrajurídicas, cuyo dominio implica un mejor perfil
profesional y en consecuencia, la posibilidad de obtener mejores
oportunidades en un entorno profesional tan competitivo.

Tradicionalmente el buen abogado ha sido concebido como aquel que


más juicios o contiendas legales gana; sin embargo, ese concepto ha ido
evolucionando; y, hoy por hoy es posible afirmar que el profesional del
derecho más eficaz es aquel que logra solucionar los conflictos
extrajudicialmente, que tiene la facultad de persuadir a las partes para
que cedan en sus pretensiones y lograr un acuerdo; para tal efecto, el
11
Rojas, A. S. (2009). Ciencia política. México: Porrúa
12
Hoyos, C. (2008). Un modelo para la investigación documental

21
Abogado del siglo XXI debe tener ciertas cualidades: capacidad
negociadora, equidad, ecuanimidad; en consecuencia, los abogados
deberán tener conocimientos de mediación, conciliación e incluso ser una
especie de psicólogos y sociólogos, todo esto con la finalidad de evitar
largos procesos legales que distan completamente de la rapidez y agilidad
que demandan, actualmente, las relaciones comerciales y en general, las
relaciones jurídicas de la sociedad.

Por otro lado, el gran número de abogados que existe en nuestro país,
genera una fuerte competencia, que obliga a los profesionales a
especializarse en las diversas ramas que comprende el derecho; las
mismas que no se agotan en las materias tradicionales como el derecho
laboral o societario, sino que ofrece una amplia gama de alternativas que
aumenta en gran medida en base al desarrollo de la ciencia y la
tecnología, así, actualmente se escucha hablar de Derecho Informático,
Derecho Ambiental, entre otros.

Dentro de las disciplinas extrajurídicas que el abogado debe dominar está


la informática, el profesional del presente siglo debe conocer y manejar
con solvencia las herramientas y sistemas informáticos, que no sólo
facilitan su trabajo y optimizan su tiempo sino que además les permiten
mantenerse permanentemente actualizados, como es el caso de la red de
Internet, a través de cual se puede acceder a la más vasta información,
así como exponer, analizar, discutir, intercambiar distintos puntos de vista
sobre temas legales específicos mediante salas o foros virtuales.

El proceso de globalización también trae repercusiones para los


profesionales del derecho. En un mundo sin fronteras es imprescindible la
utilización de una lengua única que permita facilitar intercambios
culturales, económicos, tecnológicos, científicos. Sin lugar a dudas, este
idioma es el inglés. La red de internet que en su gran mayoría se
encuentra dominada por esta lengua es una muestra de ello y de la
necesidad de que los abogados se preparen en el aprendizaje de este
idioma o al menos un idioma extranjero.

22
De lo dicho se desprende que actualmente, la preparación del Abogado
debe ser integral e interdisciplinaria, no puede limitarse a la ciencia del
derecho, debe comprender conocimientos de informática, idiomas
extranjeros, administración de empresas, economía y en fin todas
aquellas materias que tiene relación con cada una de las ramas del
derecho. La ciencia del derecho está llamada a normar y regular la
conducta humana, bajo esta premisa el Abogado debe prepararse para
13
afrontar y adaptarse a los cambios y las nuevas tendencias futuras.

7. NUEVAS COMPETENCIAS DEL ABOGADO DEL SIGLO XXI

¿Qué es lo único que permanece década tras década? EL CAMBIO. Que


la operativa, condiciones y relaciones de trabajo están cambiando al ritmo
que lo hacen los mercados, la economía o la vida en general no es un
tópico, es una realidad irrefutable. En un entorno cambiante, nadie se libra
del esfuerzo que significa adaptarse a los nuevos tiempos. Los abogados
tampoco. Da igual la especialización, práctica jurídica o relación laboral
que tengan con su despacho, empresa o si es un profesional
independiente. El mercado exige tener una visión más comprensiva de la
realidad, el mundo no es un despacho y hay que actuar como tal.

La fama de competitividad entre abogados, obsesionados con el trabajo


individual, está cambiando. A sus competencias se suman habilidades
tales como cooperación, flexibilidad o trabajo en equipo. Uno de los
protagonistas que ha fomentado la exigencia de estas nuevas
competencias en el abogado del siglo XXI ha sido la entrada en vigor del
Real Decreto 1331/2006 que regula la relación laboral de los abogados.
Desde el año 2006, los abogados han pasado a ser trabajadores por
cuenta ajena. Por este motivo, hablar de carrera profesional es una
realidad en despachos y departamentos de asesorías jurídicas. De este
modo, los departamentos de Recursos Humanos se han convertido en un

13
Manrique Lazarte. Jose Carlos. Investigando a varios autores, uno de los mas importantes y
precisos fue la del abogado Salvadoreno radicado en USA Salvador Jucandella en su obra
"El Abogado Transnacional del Siglo XXI".

23
pilar estratégico para los socios, al liderar el cambio cultural y organizativo
que esto implica.

Realmente estamos hablando de ¿nuevas competencias o las había


igualmente? Efectivamente, competencias había, pero fundamentalmente
competencias técnicas, de relación con clientes y desarrollo de negocio
de modo individual, pero no en cuanto a las relaciones internas, o al
menos, no tan demandantes como ahora. Tradicionalmente los abogados
eran profesionales independientes que en la mayoría de las ocasiones se
agrupaban para compartir gastos del ejercicio de la profesión y en
contadas situaciones compartían ingresos, contacto o clientes. En la
actualidad, como empleados por cuenta ajena, comienzan a tener las
mismas inquietudes que cualquier profesional perteneciente a las
tradicionales “empresas”.

Quizás nos sorprenda el tratar como nuevas competencias habilidades


tales como liderazgo, escucha activa, capacidad de relación y negociación
o trabajo en equipo, entre otras. Competencias inherentes a la mayoría de
los procesos de selección del marco empresarial, pero no para el sector
de la abogacía, hasta hace relativamente poco tiempo. Cuando se busca
talento, ya no sólo se exige un exhaustivo conocimiento jurídico, varios
idiomas o especialización, a esto se añaden requisitos tales como:

 Trabajo en equipo. Casi todo el mundo garantiza saber trabajar en


equipo, pero no es cierto. En el caso de un abogado con experiencia,
no sólo hay que coordinar un grupo, sino delegar en los demás
componentes para encontrar la efectividad a medio plazo. Muchos
abogados prefieren hacerlo “ellos mismos”, y no son conscientes de la
frustración y pérdida de conocimiento que provocan en el resto de
abogados con menos experiencia que se tienen que “buscar la vida”
como ellos hicieron antes. Saber delegar, saber formar, saber
supervisar son acciones de importancia en organizaciones donde la
gestión del conocimiento es vital.

24
 Capacidad de Liderazgo. Tener la habilidad de motivar a los
integrantes de un grupo es un factor clave. Liderar, coordinar,
escuchar y tomar decisiones. Arriesgar y correr el riesgo de
equivocarse. Explicar a los demás por qué se ha tomado una decisión
en concreto y enganchar a los demás en la consecución de un
objetivo es algo esencial. Capacidad de adaptación individual a un
nuevo entorno (trabajar desde casa, por ejemplo) y de provocar esa
adaptación en el equipo. Eso es liderazgo. Si además se puede seguir
un modelo de liderazgo situacional mejor que mejor.

 Escucha activa. Oír y escuchar parece lo mismo, pero no lo


es….Oír, te puedo oír y estar pensando en otra cosa. Escuchar
requiere una atención que permite hacer preguntas y mantener una
conversación. Una conversación que interese a las dos partes. Suena
obvio, pero es la única manera de mejorar la relación con clientes, con
compañeros, con otros colegas. Y aunque parezca mentira, no es tan
fácil encontrarla en los despachos.

 Capacidad de relación y negociación. Del hallazgo de las tres


anteriores, generalmente nace esta última. Si escuchas, puedes
negociar en un contexto ganar-ganar. Se mejora la relación con los
mismos y con el grupo. Se refuerza la capacidad de liderazgo y el
trabajo en equipo se convierte en un placer.

Buscar las competencias del siglo XXI en los nuevos abogados es


objetivo prioritario de cualquier despacho. Conseguir desarrollarlas en
abogados con más experiencia es todo un reto, pero menos complicado
de lo que parece. En la propia naturaleza de la profesión de abogado
encontramos una inclinación a la escucha, a la relación con clientes…
¿encontraremos a los líderes del XXI? Ya están saliendo de las
universidades, les falta formación, pero tienen madera para serlo. 14

14
Julio Alonso (2007). Nuevas competencias del abogado del siglo XXI. Custommedia S.L.
edita Equipos Y Talento

25
8. COMPETENCIAS PARA UN ENTORNO GLOBAL

El abogado del siglo XXI también aborda el tema de las competencias


anexas a las profesionales y de conocimientos específicos en materia
jurídica que se dan por sentadas una vez superada la formación
universitaria. Tal como concluyen las autores del informe, “un 70% de los
encuestados considera necesaria la formación complementaria en
conocimientos económicos-financieros y empresariales, donde estrategia,
finanzas y macroeconomía son las áreas más destacadas”. Además, se
valora positivamente el dominio del inglés.

Enzler y Navarro sostienen que “las principales dificultades se encuentran


en la falta de competencias más que en la falta de conocimientos.
Aquellas que presentan más dificultades son la gestión de conflictos y la
resolución de problemas”. Por lo tanto, piden al cierre del informe que “las
universidades refuercen el desarrollo de competencias, los conocimientos
económicos financieros, el enfoque práctico, la gestión de conflictos y los
idiomas”.

En este sentido, el Máster Universitario en Abogacía. Acceso y Ejercicio


de la Profesión de Abogado que ofrece Wolters Kluwer Formación no solo
aporta y refuerza los conocimientos básicos en la formación de los
futuros profesionales que llegarán a los despachos de abogados, sino
que también aporta experiencia práctica y las técnicas requeridas para la
superación del examen de acceso. Aparte, se puede complementar esa
formación con el Programa Avanzado de Gestión Económico-
Financiera que aportará una base sólida de conocimientos financieros y
del entorno empresarial, para asegurar un buen plan laboral a los nuevos
profesionales y allanar su acceso a mejores posiciones en el futuro. 15

15
http://noticias.juridicas.com/actualidad/noticias/4006-iquest;que-cualidades-debe-tener-el-
abogado-del-siglo-xxi/

26
CONCLUSIONES

Se podría decir que el Abogado del Siglo XXI tiene que tener todos los mejores
rasgos que se pueda pedir de una persona humana porque hasta cierto punto
el Abogado es el que tiene el poder sobre la libertad de las personas y es el
responsable de hacer cumplir la ley, necesita tener una regla de cero tolerancia
ante las faltas éticas tanto propias como de las demás persona e incluso de sus
colegas, el Abogado del siglo XXI necesita ser la persona lo suficientemente
fuerte y recta para cambiar la mala imagen y la pobre reputación que sus

27
predecesores han dejado respecto a la profesión, necesita ser una persona que
nunca deje de luchar por sus sueños y que en el camino no pierdan la visión ni
los ideales de por qué querían ser Abogados.

El abogado del s. XXI debe entender el mundo de la gestión en sus diferentes


aspectos: el financiero, el de gestión de personas, el tecnológico y el de la
comunicación. Más allá de que esté centrado en conocimientos debe
completarse con habilidades y competencias.

Así pues, este nuevo siglo busca un abogado mucho más completo, pero no
sólo ha de ser capaz de ser buen técnico y desarrollar habilidades en el ámbito
de la gestión si no que debe entender el entorno.

La capacidad técnica y formación jurídica del abogado es fundamental para el


ejercicio de la profesión, si bien a nivel de una posible contratación en el
mercado del sector legal, dicha capacidad ya no suma.

Un buen perfil competencial es clave para una posible contratación en el sector


legal, por lo tanto, dicho perfil, si suma.

La clasificación de las habilidades del abogado teniendo en cuenta tanto el


carácter profesional de nuestro trabajo y, cómo no, las funciones más
representativas de la actividad del abogado. Una vez expuestas, realizaremos
una reflexión final a modo de conclusión.

Las cualidades que debe tener el abogado del siglo XXI es la excelencia
técnica y la formación meramente jurídica ya no aportan un valor diferencial,
son necesarias, es algo que se da por hecho que hay que tener, pero no
suman, ni tienen el peso que tenían para la abogacía tradicional”.

Las perspectiva del abogado del siglo XXI, estuvo caracterizada por grandes
transformaciones: por un lado, se transitó del nacionalismo individualista a la
globalización solidaria, de las guerras e intervenciones militares a los tratados
de paz, los derechos humanos y el reconocimiento internacional hacia los
derechos de la infancia, de los regímenes autoritarios hegemónicos e incluso

28
dictaduras militares, por el consenso general y reconocimiento en la
democracia, de los golpes de estado a elecciones democráticas, del
comunismo al capitalismo y luego al neoliberalismo.

Los avances científico y tecnológicos así como las transformaciones sociales,


políticas y culturales, fruto del incontenible transcurso del tiempo repercuten en
todas las ramas el saber y en fin, sobre la conducta humana.

La fama de competitividad entre abogados, obsesionados con el trabajo


individual, está cambiando. A sus competencias se suman habilidades tales
como cooperación, flexibilidad o trabajo en equipo.

BIBLIOGRAFÍA

Bonifaz, L. (1999). El problema de la eficiencia en el derecho. México: Porrúa

Carbonell, M. (2004). Constituciones Históricas de México. México: Porrúa.

Ecija, Alvaro. 10 cualidades del abogado siglo xxi

Fromm, E. (1956). Psicoanálisis de la sociedad contemporanea. México: Fondo


de Cultura Económica

29
Hoyos, C. (2008). Un modelo para la investigación documental

Julio Alonso (2007). Nuevas competencias del abogado del siglo XXI.
Custommedia S.L. edita Equipos Y Talento

León Fernandez, Oscar. Las habilidades del abogado del siglo XXI (bueno,
algunas)

Leon, Oscar. El perfil del abogado del siglo XXI

Manrique Lazarte. Jose Carlos. Investigando a varios autores, uno de los mas
importantes y precisos fue la del abogado Salvadoreno radicado en USA
Salvador Jucandella en su obra "El Abogado Transnacional del Siglo XXI".

Mayer-Serra, C. E. (2011). Por eso estamos como estamos. La economía


política de un crecimiento mediocre.México: Debate

Navarro, Eugenia. El Abogado del S. XXI...La revista internacional de Derecho


Práctico

Rojas, A. S. (2009). Ciencia política. México: Porrúa

Rosinal (2012). Abogado del siglo XXI. 10 de Setiembre

Lincografía

http://noticias.juridicas.com/actualidad/noticias/4006-iquest;que-cualidades-
debe-tener-el-abogado-del-siglo-xxi/

http://noticias.juridicas.com/actualidad/noticias/4006-iquest;que-cualidades-
debe-tener-el-abogado-del-siglo-xxi/

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