Sunteți pe pagina 1din 2

El papel del director orquestal en la sociedad

Paul Durand Gómez


Dirección Orquestal I

Cuando vamos a un concierto, en ocasiones encontramos en el escenario a un personaje


que se ubica frente a los instrumentistas y les indica con sus gestos corporales exactamente
cómo debe sonar una obra. A veces se cruza por la mente del espectador la pregunta “¿Será
realmente necesario que alguien haga ese trabajo?”, o “¿Tiene otro papel además de
dirigir?”.

El director de orquesta es una figura que muchos espectadores conocemos solo de forma
superficial. A menudo se desconoce que durante los ensayos es él quien facilita a los demás
músicos la comprensión de las piezas que se van a interpretar, hace sugerencias para
resolver dificultades técnicas y quien, soportado por conocimientos teóricos, estilísticos y
hasta históricos, está en capacidad de procurar que el resultado final sea fiel a la idea del
compositor. Podemos decir que entre sus deberes está el de re-interpretar lo que está
escrito, y al mismo tiempo ser el intérprete de la orquesta que está bajo su mando. En
palabras de Leonard Bernstein: “No me interesa tener una orquesta que suene como ella
misma. Quiero que suene como el compositor”.

En varios casos no solo recae sobre él la responsabilidad del buen sonido de la orquesta,
sino la de encontrar espacios donde pueda mostrar su música, y si también es su plan,
convertir la orquesta en un proyecto rentable. Si esto último sucede, hay también un deber
monetario con los músicos que le acompañan. Así, puede dirigir en lo musical y hacer las
veces de manager, como es el caso de la orquesta de André Rieu, donde en un inicio fue él
quien asumió la responsabilidad de difundir la música de su agrupación, además de
coordinar a los músicos.

Un director es el ejecutor de una cantidad enorme y variada de acciones alrededor del acto
creativo no solo para su realización, sino para lograr la transformación de una experiencia
musical en un fenómeno social. Cuando se está en una posición de autoridad sobre un grupo
de personas (que en este caso son los músicos de la orquesta), el líder se convierte en una
figura que llega a ser vista como modelo a nivel musical, profesional e incluso personal.
Si el director demuestra falta de interés en el proyecto, los instrumentistas lo percibirán e
inconscientemente adoptarán la misma actitud, o si al momento de hacer correcciones este
se muestra paciente y respetuoso, muy seguramente los demás músicos actuarán del
mismo modo al hacer observaciones a sus colegas.

En casos como estos se evidencia su capacidad de modificar la forma en que actúan quienes
están bajo su mando, y el poder que tiene como educador y formador. Un buen director es
capaz de despertar sensibilidad en cuanto al trabajo individual y grupal para lograr un
objetivo común, que en este caso es hacer que el ensamble suene bien; y también en cuanto
al trato adecuado hacia las demás personas. Estos elementos, aunque parezcan básicos, son
algunos de los pilares de la sociedad, y cuando un director logra ver a su orquesta como una
sociedad a una menor escala, comprende la gran importancia de una correcta formación.

Como se ha expuesto aquí, un director de orquesta posee una ocupación que se sale del
campo meramente laboral, y entra en lo social. Otro elemento para destacar en un buen
director es la consciencia que tiene sobre la incidencia que tiene un individuo en la
comunidad, y no se refiere solamente a darse cuenta de cómo el nivel de un violinista afecta
el sonido de la orquesta. Es la consciencia de la capacidad de cambio que trae la misma
música. Significa tener presente que así como tener un conocimiento interdisciplinar afecta
el resultado musical, el hecho de hacer llegar la música a otras personas causa un impacto
en su forma de pensar, y como consecuencia en su forma de vivir.

“El punto es, el arte nunca detuvo una guerra y nunca le consiguió a nadie un trabajo. Esa
nunca fue su función. El arte no puede cambiar acontecimientos. Pero sí puede cambiar
personas. Puede afectar a las personas de forma que estas cambien… porque las personas
son cambiadas por el arte – enriquecidas, ennoblecidas, alentadas – y entonces actúan de
un modo que puede afectar el curso de los acontecimientos… por la forma en que votan, en
que se comportan, la forma en que piensan.”

-Leonard Bernstein

S-ar putea să vă placă și