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¿Habilidades sociales?

Que las y los estudiantes conozcan concepto de las habilidades sociales y sus tipos.

Definición de las habilidades sociales


Las habilidades sociales son un conjunto de
conductas que nos permiten interactuar y
relacionarnos con los demás de manera efectiva
y satisfactoria. Lo bueno es que podemos
aprenderlas e ir desarrollándolas con la
práctica. Aunque no siempre será sencillo,
debido al grado de complejidad que tienen
algunas de ellas, pero tampoco es imposible
conseguirlo.

Resolución de
conflictos

Pensamiento
Asertividad y
positivo,
empatía
paciencia.
Habilidades
Sociales

Escucha activa Comunicación


y respeto y cooperación
Resuelve el siguente pupiletras:

• Cooperación
• Resolución de conflictos
• Escucha activa
• Paciencia.
• Respeto
• Comunicación
• Asertividad
• Empatía
• Trabajo en equipo
Dinámica:

1. ABRAZOS MUSICALES
Objetivos: Pertenecer a un grupo y enriquecer las
relaciones sociales.
Materiales: Música
Desarrollo: Una música suena a la vez que los
participantes danzan por la habitación. Cuando la música
se detiene, cada persona abraza a otra. La música
continúa, los participantes vuelven a bailar (si quieren,
con su compañero). La siguiente vez que la música se
detiene, se abrazan tres personas. El abrazo se va
haciendo cada vez mayor, hasta llegar al final. (En todo
momento ningún/a niño/a puede quedar sin ser
abrazad@).

 ¿Te gustó esta dinámica? ¿Por qué?


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 ¿Qué momento te gustó más?
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 ¿Cómo te sientes después de haber realizado la dinámica? ¿Emociones
experimentaste?
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Importancia de las habilidades Sociales.
Que las y los estudiantes reconozcan la importancia del manejo de las Habilidades
sociales.

Las habilidades sociales consisten en un repertorio de comportamientos


interpersonales complejos, verbales y no verbales, a través de los cuales los niños
influyen en las respuestas de otros individuos; por ejemplo, compañeros, padres,
hermanos, maestros, etc. y asimilan los papeles y las normas sociales. Cuando estas
habilidades son apropiadas o “buenas”, la resultante es una mayor satisfacción
personal e interpersonal, tanto a corto como a largo plazo y, entonces hablamos de
niños asertivos. Cuando estas habilidades no son apropiadas hablamos de niños no
asertivos, diferenciando entre niños con un comportamiento pasivo y niños con un
comportamiento agresivo.

En líneas generales estas son las diferencias fundamentales entre los tres estilos de
comportamiento que pueden presentar los menores:

 Comportamiento asertivo: niños sinceros, positivos, no punitivos, justos,


considerados, directos, no defensivos, sensibles y constructivos.
 Comportamiento pasivo: pasan inadvertidos, son tímidos, vergonzosos, retraídos,
reflejan una baja autoestima, un estilo de “personalidad poco fuerte”, de
autodesprecio, y un bajo autoconcepto.
 Comportamiento agresivo: Estos niños se muestran mandones, exigentes,
egocéntricos, insensibles y crueles, manifestando indiferencia por los sentimientos de
los demás. Presentan una actitud arrogante, manipuladora, intimidante, negativa,
castigadora y en ocasiones ofensiva.
CLASIFICA EL COMPORTAMIENTO (AGRESIVO, PASIVO, ASERTIVO) DE LOS NIÑOS DE LAS IMÁGENES:
RESPONDE:
o ¿Consideras importante que los niños aprendan habilidades sociales?
¿Por qué?
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o ¿Qué consecuencias positivas tiene la práctica de habilidades sociales?
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o ¿Qué consecuencias negativas tiene la falta de práctica de habilidades
sociales?
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o ¿Para qué nos sirven las habilidades sociales?
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o Describe cómo crees que sería la convivencia en el aula si todos
pusieran en práctica las habilidades sociales:
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Habilidades Sociales I: Resolución de conflictos
Que los y las estudiantes conozcan las Habilidades Sociales: Aprender a resolver
conflictos, Autocontrol.

Resolución de conflictos: Los conflictos son aquellas situaciones o circunstancias que


implican un problema o dificultad. Un conflicto puede ser con uno mismo, individual
o con varias personas. Los conflictos suelen dar lugar a emociones negativas,
pudiendo provocar discrepancia, tensión y enfrentamientos.

¿Cómo solucionar un conflicto?

EL COCODRILO
Cuando llega la hora del rincón de juegos, Cristina va directamente al cajón de los
juguetes a coger el cocodrilo antes de que se lo quite Nacho. Nacho siempre le quita
todo lo que ella se pide.
Sólo para fastidiar. Pero nada más agarrarlo por la cola, su preciosa y aplastada cola
verde, nota que alguien tira de él justo por el lado contrario, por la enorme boca de
blancos y pequeños dientes.
- ¡Lo he cogido yo primero! - grita Cristina, tirando por el
cocodrilo.
- ¡No, lo he cogido yo primero! - grita Nacho, tirando del
cocodrilo.
-¡Es mío! - grita Cristina, zarandeando el cocodrilo.
- ¡No, es mío! - grita Nacho, zarandeando el cocodrilo.
- ¡Suéltalo ahora mismo! - grita Cristina, dándole una patada a
Nacho.
- ¡Suéltalo tú! - grita Nacho, dándole una patada a Cristina.
La profesora los ve y acude a separarlos.
- ¡Eh, nada de pegarse! ¿Qué pasa?
- Yo cogí primero el cocodrilo - lloriquea Cristina.
- No, lo cogí yo primero - lloriquea Nacho.
La profesora les quita el cocodrilo.
- Pues vais a tener que jugar a otra cosa, porque el cocodrilo me lo quedo yo.
Cristina mira a Nacho con rencor, diciendo: “¿Ves lo que has hecho?”. Y Nacho mira a
Cristina con rencor, como diciendo: “Por tu culpa nos hemos quedado sin el
cocodrilo”. Y cada uno se va a un rincón de la clase a buscar otra cosa con la que jugar.
Pero Cristina no se lo pasa nada bien, no hace más que pensar en lo mucho que quería
el cocodrilo. Y Nacho tampoco se lo pasa bien. No hace más que pensar en lo mucho
que quería el cocodrilo.
Al día siguiente, Cristina vuelve el cajón de los juguetes a coger el cocodrilo, segura
de que Nacho se ha olvidado ya de él.
Pero, nada más agarrarlo por la cola, su preciosa y aplastada cola verde, nota que
alguien tira de él justo, pero al lado contrario, por la enorme boca de blancos y
pequeños dientes. Es Nacho, cómo no.

Pero esta vez la profesora se da cuenta y va hacia ellos.


-Tendréis que turnaos. Diez minutos lo tendrá Cris. Y otros diez, Nacho - les dice.
Cristina se pasó sus diez minutos abrazando al cocodrilo, mirando a Nacho con ojos
de triunfo, como diciendo: “Chincha, es mío, lo tengo yo primero”, luego es Nacho
quien mira a Cristina diciendo: “Ahora te fastidias porque lo tengo yo”. La verdad es
que ninguno de los dos se lo ha pasado nada bien durante el rincón de juego. En
realidad, los dos se han aburrido un montón.
Al día siguiente, cuando llega la hora del rincón de juego, Cristina le dice a Nacho:
- ¿Quieres que juguemos a que estábamos en la selva y veíamos un cocodrilo?
- Vale. Y teníamos que nadar muy deprisa para que no nos comiera - dice Nacho.
-Y cogíamos unos palos para luchar con el cocodrilo- dice Cristina.
- Y se venía con nosotros a enseñarnos la selva- dice Nacho.
Y jugaron tanto, que el rincón de juego se les pasó en un pis -pas.
María Menéndez Ponte
Actividades sobre el cuento:
* ¿Qué pasa al principio del cuento entre Cristina y Nacho?
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* ¿Qué hacen tú y tus amigos cuando quieren usar el mismo juguete?
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* ¿Cómo les ayuda la profesora a solucionar la pelea?
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* ¿Pasan un buen momento jugando juntos?
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Página recortable
Pinta el cocodrilo y escribe una frase:

 Sobre la importancia de saber solucionar los conflictos.

Recórtalo y llévalo a casa para que recuerdes lo importante que es saber solucionar los
conflictos con tus compañeros.
Habilidades Sociales II: Asertividad y empatía
Que los y las estudiantes conozcan las Habilidades Sociales: Asertividad, empatía.

La bolsa de monedas
Hace mucho tiempo, en una ciudad de Oriente, vivía un hombre muy avaro que odiaba
compartir sus bienes con nadie y no sabía lo que era la generosidad.
En una ocasión, paseando por la plaza principal, perdió una bolsa en la que llevaba quinientas
monedas de oro. Cuando reparó en ello se puso muy nervioso y quiso recuperarla a toda
costa.
¿Sabes qué hizo? Decidió llenar la plaza de carteles en los que había escrito que quien
encontrara su bolsa y se la devolviera, recibiría una buena recompensa.
Quiso la casualidad que quien se tropezó con ella no fue un ladrón, sino un joven vecino del
barrio que leyó el anuncio, anotó la dirección y se dirigió a casa del avaro.
Al llegar llamó a la puerta y muy sonriente le dijo:

– ¡Buenos días! Encontré su bolsa tirada una esquina de la


plaza ayer por la tarde ¡Tenga, aquí la tiene!
El avaro, que también era muy desconfiado, la observó
por fuera y vio que era igualita a la suya.
– Pasa, pasa al comedor. Comprobaré que está intacta.
Echó las monedas sobre la mesa y, pacientemente, las
contó. Allí estaban todas, de la primera a la última.
El chico respiró aliviado y le miró esperando recibir la
recompensa prometida, pero el tacaño, en uno de sus muchos ataques de avaricia, decidió
que no le daría nada de nada. El muy caradura encontró una excusa para no pagarle.
– Sí, es mi bolsa, no cabe duda, pero siento decirte que en ella había mil monedas de oro, no
quinientas.
– Señor ¡eso no es posible! Yo sería incapaz de robarle y presentarme aquí con la mitad de
sus monedas ¡Tiene que tratarse de un malentendido!
– ¿Malentendido? ¡Aquí había mil monedas de oro así que lo siento, pero no te daré ninguna
recompensa! ¡Ahora vete, te acompaño a la puerta!
¡El pobre muchacho se quedó helado! No había robado nada, pero no podía demostrarlo. Se
puso su sombrero y se alejó triste y desconcertado. El avaro, desde la puerta, vio cómo
desaparecía entre la niebla y después regresó al comedor con aire de chulería.
El muy fanfarrón le dijo a su esposa:
– ¡A listo no me gana nadie! He recuperado la bolsa y encima he dejado a ese desgraciado sin
el premio.
La mujer, que era buena persona, le contestó indignada.
– ¡Eso no se hace! A nosotros nos sobra el dinero y él merecía la gratificación que habías
prometido ¡Podía haberse quedado con el dinero y no lo hizo! Id juntos a ver al rabino para
que os dé su opinión sobre todo esto.
Al avaro no le quedó más remedio que obedecer a su mujer ¡Estaba tan enfadada que
cualquiera le decía que no!
Buscó al chico y acudieron a pedir ayuda al rabino, el hombre más sabio de la región y el que
solía poner fin a situaciones complicadas entre las personas. Aunque ya era muy anciano, los
recibió con los brazos abiertos; Seguidamente, se sentó en un cómodo asiento a escuchar lo
que tenían que contarle.
El avaro relató su versión y cuando acabó, el rabino le miró a los ojos.
– Dime con sinceridad cuántas monedas de oro había en la bolsa que perdiste.
El avaro era tan avaro que se atrevió a mentir descaradamente.
– Mil monedas de oro, señor.
El rabino le hizo una segunda pregunta muy clara.
– ¿Y cuántas monedas de oro había en la bolsa que te entregó este vecino?
El tacaño respondió:
– ¡Sólo había quinientas, señor!
Entonces el rabino se levantó y alzando su voz profunda, sentenció:
– ¡No hay más que hablar! Si tú perdiste una bolsa con mil monedas y ésta tiene sólo
quinientas, significa que no es tu bolsa. Dásela a él, pues no tiene dueño y es quien la ha
encontrado.
– Pero yo me quedaré sin nada!
– Sí, así es. Tu única opción es esperar a que un día de estos aparezca la tuya.
Y así fue cómo, gracias a la sabiduría del rabino, el avaro pagó sus mentiras y sus calumnias
quedándose sin su propia bolsa.
Responde las siguientes preguntas:

 ¿Consideras que fue correcta la actitud del ávaro?


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 ¿Qué habrías hecho tú en el lugar del ávaro?
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 ¿Cómo habrías actuado en el lugar de la esposa del ávaro?
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 ¿Por qué consideras que es importante poner en práctica la empatía?
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El juego de los zapatos


Este es otro sencillo juego para ejercitar la capacidad de ponernos en el lugar de los
demás. Consiste en trabajar en pareja de este modo, simbolizamos la expresión de
"ponerse en los zapatos del otro". Acto seguido, cada niño tendrá que responder a
unas preguntas que hará el facilitador, pero con la condición de responder según lo
que diría el niño de su derecha (es decir, el compañero que le ha prestado los
zapatos). Intercambiando los zapatos de la imagen. Por ejemplo: si el facilitador
pregunta a un niño cuál es su color favorito, este tendrá que responder según lo que
cree que diría su compañero.
Página recortable: Colorea los zapatos y recórtalos.
Habilidades Sociales III: Comunicación y cooperación
Que los y las estudiantes conozcan las Habilidades Sociales: Comunicación y
cooperación.

Caucasum era un joven valiente, experto espadachín, que


soñaba con convertirse en el mejor guerrero del mundo. En
todo el ejército no había quien le venciera en combate, y
soñaba con convertirse en el gran general, sucediendo al
anciano cobardón que ocupaba el puesto. El rey le apreciaba
mucho, pero el día que le contó su sueño de llegar a ser
general, le miró con cierto asombro y le dijo:
- Tu deseo es sincero, pero no podrá ser. Aún tienes mucho que aprender.
Aquello fue lo peor que le podía pasar a Caucasum, que se enfureció tanto que
abandonó el palacio, decidido a aprender todas las técnicas de lucha existentes. Pasó
por todo tipo de gimnasios y escuelas, mejorando su técnica y su fuerza, pero sin
aprender nuevos secretos, hasta que un día fue a parar a una escuela muy especial,
una gris fortaleza en lo alto una gran montaña. Según le habían contado, era la mejor
escuela de guerreros del mundo, y sólo admitían unos pocos alumnos. Por el camino
se enteró de que el viejo general había estudiado allí y marchó decidido a ser
aceptado y aprender los grandes secretos de la guerra.
Antes de entrar en la fortaleza le obligaron a abandonar todas sus armas. "No las
necesitarás más. Aquí recibirás otras mejores". Caucasum, ilusionado, se desprendió
de sus armas, que fueron arrojadas inmediatamente a un foso por un hombrecillo
gris. Uno de los instructores, un anciano serio y poco hablador, acompañó al guerrero
a su habitación, y se despidió diciendo "en 100 días comenzará el entrenamiento".
¡100 días! Al principio pensó que era una broma, pero pudo comprobar que no era así.
Los primeros días estaba histérico y nervioso, e hizo toda clase de tonterías para
conseguir adelantar el entrenamiento. Pero no lo consiguió, y terminó esperando
pacientemente, disfrutando de cada uno de los días.
El día 101 tuvieron la primera sesión. "Ya has aprendido a manejar tu primera arma: la
Paciencia", comenzó el viejo maestro. Caucasum no se lo podía creer, y soltó una
breve risa. Pero el anciano le hizo recordar todas las estupideces que había llegado a
hacer mientras estaba poseído por la impaciencia, y tuvo que darle la razón. "Ahora
toca aprender a triunfar cada batalla". Aquello le sonó muy bien a Caucasum, hasta
que se encontró atado a una silla de pies y manos, subido en un pequeño pedestal,
con decenas de aldeanos trepando para tratar de darle una paliza. Tenía poco tiempo
para actuar, pero las cuerdas estaban bien atadas y no pudo zafarse. Cuando le
alcanzaron, le apalearon.
El mismo ejercicio se repitió durante días, y Caucasum se convenció de que debía
intentar cosas nuevas. Siguió fallando muchas veces, hasta que cayó en la cuenta de
que la única forma de frenar el ataque era acabar con la ira de los aldeanos. Los días
siguientes no dejó de hablarles, hasta que consiguió convencerles de que no era
ninguna amenaza, sino un amigo. Finalmente, fue tan persuasivo, que ellos mismos
le libraron de sus ataduras, y trabaron tal amistad que se ofrecieron para vengar sus
palizas contra el maestro. Era el día 202.

-"Ya controlas el arma más poderosa, la Palabra, pues lo que no pudieron conseguir
ni tu fuerza ni tu espada, lo consiguió tu lengua".
Caucasum estuvo de acuerdo, y se preparó para seguir su entrenamiento.
"Esta es la parte más importante de todas. Aquí te enfrentarás a los demás alumnos".
El maestro le acompaño a una sala donde esperaban otros 7 guerreros. Todos
parecían fuertes, valientes y fieros, como el propio Caucasum, pero en todos ellos se
distinguía también la sabiduría de las dos primeras lecciones.
"Aquí lucharéis todos contra todos, triunfará quien pueda terminar en pie". Y así,
cada mañana se enfrentaban los 7 guerreros. Todos desarmados, todos sabios,
llamaban al grupo de fieles aldeanos que conquistaron en sus segundas pruebas, y
trataban de influir sobre el resto, principalmente con la palabra y haciendo un gran
uso de la paciencia. Todos urdían engaños para atacar a los demás cuando menos lo
esperasen, y sin llegar ellos mismos a lanzar un golpe, dirigían una feroz batalla...
Pero los días pasaban, y Caucasum se daba cuenta de que sus fuerzas se debilitaban,
y sus aldeanos también. Entonces cambió de estrategia. Con su habilidad de palabra,
renunció a la lucha, y se propuso utilizar sus aldeanos y sus fuerzas en ayudar a los
demás a reponerse. Los demás agradecieron perder un enemigo que además se
brindaba a ayudarles, y recrudecieron sus combates. Mientras, cada vez más
aldeanos se unían al grupo de Caucasum, hasta que finalmente, uno de los 7, llamado
Tronor, consiguió triunfar sobre el resto. Tan sólo habían resistido unos pocos
aldeanos junto a él. Cuando terminó y se disponía a salir triunfante, el maestro se lo
impidió diciendo: "no, sólo uno puede quedar en pie".
Tronor se dirigió con gesto amenazante hacia Caucasum, pero éste, adelantándose,
dijo:
- ¿De veras quieres luchar? ¿No ves que somos 50 veces más numerosos? Estos
hombres lo entregarán todo por mí, les he permitido vivir libres y en paz, no tienes
ninguna opción.
Cuando dijo esto, los pocos que quedaban junto a Tronor se pusieron del lado de
Caucasum. ¡Había vencido!
El maestro entró entonces con una sonrisa de oreja a oreja: "de todas las grandes
armas, la Paz es la que más me gusta. Todos se ponen de su lado tarde o temprano".
El joven guerrero sonrió. Verdaderamente, en aquella escuela había conocido armas
mucho más poderosas que todas las anteriores.
Días después se despidió dando las gracias a su maestro, y volvió a palacio, dispuesto
a disculparse ante el rey por su osadía. Cuando este le vio acercarse tranquilamente,
sin escudos ni armas, sonriendo sabia y confiadamente, le saludó:
- ¿que hay de nuevo, General?
Dibuja la parte que más te gustó de la
historia:

♦HABLAR EN IDIOMA INVENTADO: andando por la sala,


cada vez que pare la música agruparse el número de
personas que indique el facilitador y según la consigna, DINÁMICA
hablando en idioma inventado:
- saludar a los demás
- preguntar y decir qué hora es
- explicar el tiempo que hace
- explicar la última peli que haya visto cada uno
- compartir lo mal que van las cosas con la crisis
- quedar para ir a tomar una copa
- ponerse de acuerdo para ir de vacaciones
Habilidades Sociales IV: Escucha activa y respeto
Que los y las estudiantes conozcan las Habilidades Sociales: Escucha Activa y
respeto.
Habilidades Sociales V: Pensamiento positivo, paciencia.
Que los y las estudiantes conozcan las Habilidades Sociales: Pensamiento positivo,
paciencia y cortesía.

Lee con atención:


Hay animalitos que trabajan de forma paciente y laboriosa como por ejemplo la araña,
las hormigas…
• La araña teje su tela con gran paciencia y lo hace porque esta le sirve como trampa
para cazar insectos de los cuales se alimenta y si no tuviera esta paciente conducta
pues sencillamente se moriría de hambre.
• Las hormigas tan pequeñitas y laboriosas arrastran pedacitos de pan o de hojas por
un largo camino hasta el hormiguero y pacientemente durante muchas horas hacen
lo mismo, van y vienen con su carga encima. Si las hormigas no tuvieran esa paciente
conducta, ellas junto con su hormiguero morirían.
• Los caracoles, cuando se sienten en peligro, esconden su cuerpo dentro de la
concha, y la cierran. Los caracoles se encierran también dentro de la concha cuando
no hay humedad, y permanecen así hasta que las condiciones cambian. De este modo,
pueden sobrevivir durante largos periodos de sequía. Si los caracoles no tuvieran
paciencia vendría otro animal más grande y se los comería, o se morirían en los
tiempos de sequía.

Responde:
1. ¿Has visto lo importante que es tener paciencia para conservar la vida? Pues a
nosotros nos pasa lo mismo que a esos animalitos. Si no tenemos paciencia
para cruzar las calles, si los conductores no esperaran la luz roja en los
semáforos, los coches chocarían y se podrían herir y hasta morir.”
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2. ¿Has oído ese consejo que se les da a los conductores de coches que dice
“¿Más vale perder un minuto en la vida, que la vida en un minuto”? ¿Qué se
quiere decir con esa frase?
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3. ¿Qué sería de la araña si no tuviera paciencia para tejer su tela?
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4. ¿Qué le pasaría a la hormiga si no tuviera paciencia para realizar su trabajo?
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5. ¿Qué sería de los caracoles si no tuvieran paciencia para estar por largos
períodos de tiempo cerrados en su concha?
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Ponemos en práctica lo aprendido en el aula
Fomentar que los y las estudiantes pongan en práctica lo aprendido durante el
bimestre.
1. DIBUJOS EN EQUIPO
Objetivos: pertenecer a un grupo, enriquecer las relaciones sociales, reconocer los
errores y pedir disculpas.
Materiales: un lápiz por equipo, papelotes.
Desarrollo: se hacen equipos de aproximadamente 5 o 6 niñ@s. Estos equipos se
forman en fila, un equipo junto al otro, y el primero de cada fila tiene un lápiz. Frente
a cada equipo, a unos 7 o 10 metros, se coloca un folio de papel. El juego comienza
cuando el profesor/a nombra un tema, por ejemplo, “la ciudad”, luego el primero de
cada fila corre hacia el papel de su equipo con un lápiz en la mano y comienza a dibujar
sobre el tema nombrado. Después de unos 10 segundos, el profesor/a gritará “¡Ya!”
y los que estaban dibujando corren a entregar el lápiz al segundo de su fila, que
rápidamente corre a continuar el dibujo de su equipo. Cuando todos hayan
participado, se dará por terminado el juego y se procederá a una votación realizada
por los propios niños en donde elegirán el dibujo que más les ha gustado (sin
necesidad de que fuese el suyo).
Ponemos en práctica lo aprendido en casa
Motivar que los y las estudiantes pongan en práctica lo aprendido en sus hogares.
PÁGINA RECORTABLE!

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