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BIBLIOTECA CENTRAL
ganz1912

EL SUEÑO o LA ASTRONOMÍA DE LA LUNA

J()] JANNES KEPLEH

l NTl\ODl ICCIÓN, Tl\/\l)UCCIÓN, NOTAS E ÍN DICES

Fl~/\ N C!SCO SOCAS

• •


UNIVERSIDAD 'Sniversidad
de 5EV!LL A de Huelva
Catalogación Secreta riado
de Publicaciones. A RIAS MONTANO
Oniversidad de Sevilla
Serie: Historia y Geografía
t · rrrxm4'®rrrtWti
Núm.: 79
686370
Frandscc> Socas

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Scr v ici() de t>ul >lic:1cio ncs
l fnivers idad e.l e I Iuelva
V
Secre ta riadi > de Pul)licaciorn.:s
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Textos rc~dizados en tipo tiaramond dl' cuerpo 10/ 12: , no tas en Garamond
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CLASIF Prinled in Sp:1 in. Impreso t.: n Espail:l

1.S.Ji .N.
8/i-<>5ü<J9-H -1

J>e¡nísilo h:f!,al
I H52-2001

MATRIZ Imprime
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Arles Gr:ífic:1s Bo n ;m z;i


NUM . ADO. _ _ __

lk:scrv:1dos lodos los d e rechos. Ni la tota lidad ni parte de este libro pun lc re producirse o
tra n s mit ir.o.;t_: por ningún procl'dimicnto dcctr<'i nico o me c íni o >, induycndo fotocopia ,
g raha ciün magnéLi ca o n 1alqui1.. ·r ~1lma cen: 11nicnt o de i n l"o rmac i<.H1 }' sisl<:ma dL" rccupcr:1<.'iú n ,
sin pl'ru1i.so escrito del Servido de l'uhli.cadonvs de la l Tni vcrsidad d e I luel v:1.

C.E.J>.
!Jih/ioleca l l1úwrsilaría

El .sucílo o Ja A.stronomí:i de 1:1 Luna / Johannes Kc pler;


introd ucciún , tradu cc:ión, notas e índio:s , Francisco Soc as. -
Huelva: Universidad de llud va, 2001.
229 p.; 21 cm. - (Arias Montano [Universidad de llucl-
va]; 46)
ISBN 84-95699-J/i-1
l. Astronomía - Obras anteriores a 1880. l. Socas, Fran-
cisco, JI. Univers idad de Huelva. 111 . Título. !V. TílUlo:
Astro nomía de la Luna . V. Serie.
821.124 '04-96"15"
ganz1912

Í N D I CE

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Í NDICE l>E NOMHl<E-; l'W ll'JOS ...... .... .. . . .. .. 227


ganz1!912
1

PRESENTACIÓN

Tiene e ntre sus manos el lector la primera traducción


castdfa na de una o bra rara y admira ble. En ella Johannes
Kcplcr, uno de los sabios fundado res de . la ciencia moder-
na , refiere la hisloria qu e leyó en un libro lddo en s ueños .
Oculto bajo b nüscara de un tal Duracoto, protagonista y
autor del libro soñado, sube a la Luna y, encaramado en
b aLalaya de nuestro satélite, d espliega su admirable peri-
cia d e astrónomo y calculador para mostrarnos y describir-
nos los nu evos cielos qu e ha traído b ciencia d e icolás
C:opérnico. ¿Se trata d e un juego o de una especulació n se-
ria? El lenor verá si pued e con testar a est;1 pregunta cuan-
do se e nfrente a un escritor que utiliza y reforma la sabi-
duría de los siglos pasa dos con la docta experiencia del
s:1hio y el ingenuo entusiasmo del niño .
Como traductor y anotador de este Su.áio he tenido ante
mí una tarea, que aunque llena de trampas y dificultades,
he podido reali zar gracias a la ayuda de un gran número
d e colabo rado res entre los q ue no podría dejar de nom-
brar aquí a los profesores José Solís d e los Santos y ]osé
Luis Mancha. El primero, ante mi entusiasmo por la e nso-
ñaci(m kepleriana, tuvo la inmensa generosidad de dejarla
en mis manos, para que trabajara sobre ella. José Luis Man-
cha no sólo ha revisado minuciosamente mi versión con

11
FRA !'J<:Is(:() s, ><:As

todas sus notas, sino que además ha realizado para el li-


bro un buen número de anotaciones y me ha hecho mu-
chas sugerencias para mejorar el texto (de sus cálculos dejo
constancia en cada caso, no así, y con pesar, de sus en-
miendas). De todos modos espero corresponder a la ama-
bilidad de estos dos colegas con una libro hermoso y útil
donde las luces que ellos avivaron brillen claras y los e rro-
res que, por supuesto , corren todos de mi c uenta , sean po-
cos y pequeüos.
Espero de otra parte que cuando el pC1blico hispánico
lea ahora en su lengua vernácula el enrevesado y barroco
latín del Somnium, resulten profétic1s las pabbras del ger- INTHOl)( JCCIÓN
máni co Kepler sobre la acogida que por parte de nosotros
esper;dia para su obra: "Con todo, Alemania se lleva la pal-
111:1 de la corpulenci;1 y b glotonería, tal como España se
llev<t b del t:1lento, el buen juicio y la frugalidad. Así pues, 1. LA VIDA
en la s ciencias sutiles, como esta de la astronomía (y so-
bre todo la lunar, basada en una perspectiva extraña, como Johannes Kepkr 1 nació el día 27 d<.: diciembre de 1 "i7J
si alguien lo viera todo desde la Luna) , si por igual se em- en Wei l-d er-Stadt, ¡x·c¡uet) a villa impe rial ~le Su;1hia. Fue su
peñaran alemanes y españoles, éstos últimos irían muy por madre K:1tharin;1 Guldenmann , una mujer scnsihk, nervio-
debnLe de los otros. Y en consecuencia dejo dicho que esta sa y propensa a brujerías. Su padre, l kinrich Kep le r, un
obrita hahr:.í de dar risa a los alemanes, mientras que la hidalgo venido a menos, buscó prosperidad militando como
han de tener en cieru estima los españoles" (Somnium, nota soldado de fortu na en Flandes. En el corazón de una Eu-
161] de Ke pler). ropa fragmentada en dive rsas concepciones de los dogmas
y ritos cristianos, Keplcr perteneció a una familia luterana
residente en una villa católica enclavada en un du cado pro-
testante (Würtemherg). !·fasta el año 1578, mientras su pa-
dre andaba por Jos Países Bajos, vivió el niüo Keple r con
sus abuelos. Asistió por e ntonces a la escuela primaria de
Leonberg (que gozaba de un sistema educativo mu y efica z
y bien organizado) y al mismo tiempo trahajú durame nte
en faenas agrícolas. Algunos s ucesos ele su infancia adquie-
ren cierto valor de signos una vez que el hombre llegó a

1. En la d ocumentación conrempor<'mea el nombre aparecco también


como Kheple r, Ke ppler, Khe pple r, Keplerus . En lo s libros cisrellanos de
lo s s iglos XVII a XIX perdura la forma Kepl e ro, ta l como todavía dicen
los italianos.

12 13
Í'HAl\'C!SCO $oCA.' INTRODUCCIÓN

ser un gran astrónomo: su madre lo sacó a ver el co111c1 :1 Veit Müller\ un anticop ernicano. En su re ligiosidad parece
aparecido e n 1577 y su padre le mostró un eclipse de Luna que influye sobremanera el maestro de teología y amigo
en 1580. Al llegar a la mocedad , el a ño 1584, ingresa en 1:1 suyo Matthias Hafe nreffer. Porque en materia de creenc ia s
escuela monacal d t:: Adelberg (una su erte de seminario n1L'- Ke ple r observó cierta autonomía "que apoyó en su lectura
nor protestante); dos años después (1586) p asa al semina - propia de la Biblia [. .. ] tanto en el asunto del libre albedrío
rio de Maulbronn , d o nde el ducado formaba funciona ri<>s (contra la opiniún de Lutero ) como en el de la Eucaristía;
y clé rigos eficientes. El plan de estudios de este centro in- [. .. ] pese a escrúpulos y angustias de conciencia que pade-
cluía d conocimiento e.le b s lenguas dúsicas y otras disci- c ió [. .. ! en estos años de estudio en Tubinga, conserv<Í un
p linas que prepararon a Kepler para obte ner el Bachiller espíritu profu ndamente religioso y d evoto, mat izado por su
en Artes tras sufrir e l correspondiente examen e n la Uni- conce pciún el e la divinidad q ue le aproximaba a actitudes
versicbd de Tubinga (2') de septiembre de 1588). El nuevo casi místicas 1.. .. 1, vivie ndo e n medio de la vorágine de la
bachiller tiene luego que espe rar un ano para ingresar (el Guerra de los Treinta Años, su opción personal fue sie m-
3 de scptiemhrl'. de 1')89) como becado en el Colegio o pre con ciliadora y ajena a b intolerancia""
Fundaciún (St(/iJ del duque. Era su inte nci(m estudiar teo- Acabados sus estudios, el l l ele abril de Vi94 llega como
logb y ll cg:1r a ser e n su momento p astor de la iglesia lu- profesor de matemáticas y ;1strono111ía al colegio-s~m inario
te r:llla . En 1'19 L alcanza , en decto, el g r:1do de Magíster protestante e.le Craz. Allí saca (159'1) e l l'rop,nosticu.m para
el año l ')~)') . Estos pron(isticos e ran mu y espcr:1clos y los
!lrti11m "con 1:1 1m:jor o piniún de sus profesores, que ven
leían gobe rnantes y pu eblo llano clusosos en tre el temor y
en é'. I g r:111 sutileza y alkiún por las matemáticas, por la fí-
la L'S pl'.ranza . En e ll os se anuncian con -precisiún eclipses
s ic 1 (de l·'. scalígero) y 1:1 meteorología (de Aristóteles), por
o cicl os lu n:1res, se barruntan con ma yor o menor acierto
la ;1s trnnomía (su maestro es Michael Maestlin , con quien
lluvü-;, torrnenlas o nev:1das, y se profeti zan azaros;11ncnte
forjar;Í una definitiva ;1111istad), mientras su maestro e n griego
terremotos, buenas o mala s cosechas, ep idemias, guerras.
scr;Í Ma1tin Crusius, d e cuya gramútica había aprendido has-
Parece ser que Kcplcr :1cert.<Í en pronosticar fríos rerribles
ta los e jem plos (k 111emoria" 2 . El coni-acto con el mundo
y un ataq ue turco (pues los turcos, recordemos, estaban
anti g uo , es, como se ve, minu cioso y profundo , tal como p eligrosa me nte avecindados e n la fronte r:1 suroril'.ntal del
por entonces era obligado e n los estudiantes de las uni- Impe rio).
vers id ades c:1l<ílic:1s y reformadas, las cua les institucio nali- Al segundo año de su estancia e n estl'. colegio Kepkr
1.a n en cierto modo el heterogéneo y vital movimiento hu- se queda s in alumnos y he aq uí que tie ne que converti rse
m:.mista. Y en efecto los estudios cl::ísicos de Tubinga in- en profesor de letras y e nseñar retúri ca, moral e historia.
tentaron no quedarse a b zag:1 de los de las universidades Por e ntonces concibe la idea d e los pol iedros reg ulares L'.11 -
catúli c 1s. Abiertos a las cuestiones más candentes y d eba- caj:tdos en las esferas e.le los planetas para marcar b pro-
tidas de la é poca quedalx1n los estudio científicos. En as- porció n de sus distancias , esto es, el germen de su Myste-
tronomía circulaban y se e nseñaba n a la vez las doctrinas rium cosmographicum. En 1596 regresa a Suabia p o r 1:azo-
tradicionales de Ptolomeo y las propuestas innovadoras de nes familiares (muerte de su abue lo Seba!do) e inte nta ven-
Copérnico;. Kepler tuvo all í como mae stro de filosofía a derle al duqu e la idea e.le construir un modelo o esfera ar-
milar ele su cosmos polié drico. Viaja a Stuttgart y pre p ara
2. E. llada García, 1992, p . 15.
3. "gracias a Ja divulgaci(m <.k: llhctico, sobre ~odo'', según aclara Eloy 4. Véase n1'is abajo nuestm n. 9.
Rada García (ihid.) 'í . E. Rada García, 1992, p . 16.

14 15
f RANuso J SucAs l NTl(()l )l H:C IÜN

la edición del Mysterium y su futuro matrimonio. Negocia amigos hasta que e n 1621 sobreviene la absolución de la
un enlace con la hija dos veces viuda pero joven (23 años) e ncausada , que muere ese m ismo ai'io.
de un me rcader llamad o Johst Müller. La b oda se celebra No po r andar m e tido e n los exasperantes trámites y an-
e n abril de 1597, pero el padre , q ue era hombre con pujos gustiosas tareas d el proceso abandona sus trabajos e inda-
de nobleza y no ponía muchas esperanzas en aquel doc- gaciones: hace observaciones y escribe so bre el cometa apa-
tor sin bienes e.le abolengo ni re ntas, retiene la dote de la rec ido e n 1618. Ese mismo año ocurre la lbmada defenes-
nueva esposa. tración de Praga, casus belli que como se sabe a bre un pe-
Un lance en las contiendas religiosas del tiempo deja riodo de g ue rras internacionales y con Flict.os civil es q ue du-
inmediatamente a Kepkr s in empico. Como Graz quedaba rar:ín hasta la paz de \Vestfa lia (164 '5 ). El afio 1(119 puhlica
bajo la jurisdicc iún del catúlico Hodolfo II , archiduque de s u H armonice Mundi con el enunc iado de la lla mada y
Austria y e mperador, cie rra éste el seminario protestante y ley (qu e establece la proporc iona lidad del c uadrado de los
encomienda b enseI1.a n 1.a ~1 los jesu itas . El 30 de septiem- períodos de los planetas respecto a l cu bo d e s us di .~tan­
bre d e 1600 Kepler co n su esposa y su hijastra sale semi- c ias medias al so]). Dos años dcspué·s Clú2 I) sac1 su E/Ji-
desterrado de Graz a bordo de dos ca rretas. Arriba a Praga lome que es un manual de astronomía copernic1na. l·:n 1(>25
y allí ;1nide a Tydm Brali e, matern:ítico del archiduque. conlien1.a la impresi(m de la s ingentes 'Jú hlas N1td í!l/hu1s''.
Pronto , el l3 d e oct ubre de IÚO 1, muere Tyc ho, y Ke ple r Sin em bargo, al año sig uiente (J ú26), el asedio de Linz oca-
es no 111 hr;1do su su cesor y queda como ;ilhacea y usuario s io na la de st rucciún de la imp ren ta <Jlll' se L'st:1ha utili za n-
de sus papeles astronómicos. En )(¡()/¡ Keplcr publica su do en 1:1 e clici(m. Kep ll'r marcha entonces a l llm y no es
UjJtü.:a y e n J ú05 parece que ya est;í en posesi6n ele la ley hasta 1627 c uando puede sac1r las 'l'ohla,,·. l·: I :11)0 J(128 oh-
del !llovi!lliento elíptico de los plan e tas. Así su Astronomía l icne un pu esto en la Sagan (u Zaga n ). Es en csl;1 pet¡U L'-
Nouu d e 1609 enunc i:1 bs leyes I" (l;is {Jrhitas de los pla- ña c iudad de Silesia donde, durante e l ; 11)0 H>:10, revisa y
netas forma n un :1 el ipse con d ,-;ol en uno de sus focos) y completa , casi hasta acabarlo, d So1n11ium. con la inl cnci(m
2" (el ti e mpo en que un planet;1 recorre un tramo de la de imprimi rl o a llí m is mo. Pero los Ciltimos arreglos e n el
elipse es proporc ional a l :.í rea dd lri;íngulo que forma di- texto y la disposición final del libro tu vieron que hacerl os
cho tramo y las lineas que unen sus extrl'mos con e l cen- los s uyos , ya que , tras un viaje a Hati sbona (Regenshurgl ,
tro del so]). el autor muc re allí el l 'i de noviembre de l (i30.
Por esle tiempo ( 1610), (~a l i l eo , grac ias al novísimo in-
ven to de l telescopio , h ace observaciones asombrosas que
recoge, comenta y p ublica en su Mensajero de las estrellas 2. EL SI IENO

(Sidere1.1,, nunlius) . Allí est:.'u1 las p rimeras descripciones de


los cráteres lunares y los satélites de Júpiter. Keple r res- Fl sueú.o o l a astronomía de la !.una es un p roducto
ponde con su !Jiscusüín um el Mensajero de las estrellas. lite rario extraño y complicado, tanto si atendemos a los co-
A una y o tra o bra se re mit.ir:í profusamente, como vere- nocim ie ntos q ue qu ie re trasmitir corno s i reparamos en su
mos , e n las "Notas" d e l Suer'w. Al año sig uiente, 1611, pu- modo de narrar, glosar y de mostrar. Consta de un relato y
bica la Dioptrice. La mu e rte del protector H.odolfo lI 0612) de unas anotaciones. A una breve e imaginativa historia con-
precipita su march a a Ja ciudad de Linz. En e l año 1615 se
incoa e l largo y dificultoso proceso contra su madre, ac u-
6. Llamadas así, en honor d e: su protector J(odolfo IT, t:il corno las
sada d e brujería , que culmina con e l arresto de la buena tablas del rey caste llano Alfonso X se lbmaron alfonsi nas. Ll eva ban una
mujer e n 1620. Kepler inte rviene moviendo influ encias y dedicatoria a John Napier.

16 17
Fl<ANCISC() SO CAS
JN'lfü )\ ){ JCCI(JN

tenida en un libro leído e n sueño s le siguen dos cv11 tt·11a- 3. L A ELABOJ{ACló DE t JN rnxTo
res largos de notas, las más de e llas mu y rigu rosas y ll··cni-
e<ts, muchas llenas de refe rencias eruditas, algunas s;ilpic:t- ¿Qué aparie ncia tie nen los cielos para un observador si-
clas de de talles humorísticos y confesiones autobiogr-:'i licas. tuado en la Luna? Esta es la cu estión qu e se planteó un
La parte propiame nte fantá stica, que es el re lato del libro día Ke pler sie ndo estudiante en Tubinga . La pregunta por
soñado, queda así como cabeza enan a de un cue rpo gi- aquel entonces no entraba e n la colecció n de los p rohle-
gantesco <le come ntarios y glosas. Po r si algún punto qu e- mata físico-n aturales o las c¡1.taestümes disputa tae m{is o
dú sin achr rar, el autor ;1ñade :1 este sueño anotado un menos espec ulativas. Y:1 ha bía resonado la voz d e Copé r-
"Apé ndice Geogr:'1fico o , si se prefiere, Selenográfico", que nico abriendo el gran debate de b astronomía moderna.
est[1 compuesto e n forma de carta y c uenta· a su vez con ll n centinela lunar podría %anjar la contie nda de una vei'.
un n utrido aparato de no tas. Ke pler pre te ndió ser así el más por todas y e n la forma m{ts elegante , ya que , s ubido a su
e xh;1ustivo y autori zad o intérprete de sí mismo . Como pro- puesto d e vigía, estaba capa citado para decidir a ojos vis-
fesor me tic uloso , no quiso de jar punto sin aclaración , ni tas si una tierra inmóvil era el centro del universo o si , de
¡x·rmiti(> tampoco que sus oye ntes se quedaran con ganas muy otro modo, una tierra que volte;1 sobre sí misma viaja
de saber algo o pudie ran malinterpretar ul vez alguna de e n compañía de su .~a tl:lite alrededor del sol , centro y fon-
s us e nsefian zas. do del o rbe . La propia trascendenci;1 del te ma hi zo que Ke-
La acci (m (aunque 111ejor fu e ra d ecir 'la visión') se si- pler fu e ra madurando a lo largo el e muchos años la forma ,
tú ;1 e n d ;1ño 1608. El autor, que se lu dormido leyendo el tono y hasta los p o rmenores ele un librillo qu e con suti-
una vieja cr(mict, sucí1a que e n la cé lebre feria de libros leza y gracia pero con decidida claridad prodaina y de-
d e Jirankfurl ha compr:tclo un ra ro ej e mplar y que se pone fiende e l sistema copernic:ino. La prudencia ade rn::ís [rizo
;1 lee rlo. En s us p::íg in as , un islandés llamado Duracoto, que súlo en s u madurez se dccidie r;t ;1 darle d último to-
qu e tie ne una rn:1drc hechicera y ha via jado hasta Dina- q ue y dejarlo listo para publicar. Si bien e n años juveniles
marca p a r:1 trabajar ;ti se rvicio dd astr(momo Tych o Bra- p<:nsó compone r un tratado formal o enunciar un conjun-
he, cuenta que !tahía subido hasta la Luna cabalga ndo a to de tesis sobre d tema, lu ego con el lie mro eonside r<í
lomos de duend es o d e monios. Par:1 esle nügico traslado preferible encerrar la doctrina en un;1 composición ele aire
co ntó con b a yuda preciosa de la madre y sus brnje rías. fa nt::ístico, urdir una frusle rí:i literaria denlro de la qu e se
deslizarían las cosas m::ís serias . Se Lrataha de seducir pri-
Des pu és d e contarnos su extr:1orclina ria jornada, Duraco-
me ro al escé ptico y al recalcitrante, y luego, una vez atraí-
to levantar::í d mapa el e su astronom ía lunar. Si es capaz
dos al campo propio, convencerlos s in re medio.
d e hacerlo , no se olvide , es gracias :1 las enseñanzas que
Cie rto pasaje del Suerlo nos ofrece noticias que permi-
recibió de l maestro Tycho. Pero en la Luna , además del
te n aclarar la a:;:arosa e intrincada historia de su composi-
nu evo cielo cu yas lín eas, partes y mudan zas desc ribe con
ción. Leemos allí qu e el año 1593, sie ndo Kepler estudian-
esm e ro , h alla un Lerrito rio lle nos d<..; ra rezas y maravillas .
te en Tubinga, tiene que manejarse con una disertación es-
Sobre la superfic i<.. '. del satélite y por de bajo ele ella padece
colar sobre el siguie nte tema: '¿Cómo le aparecerían los fe-
descomunales trastornos un mundo e x Lraño c uyos
nómenos celestes a un obse rvador situado en la Luna?'. En
h a bitantes se d e fiende n de las inclemencias dd sol y las el pasaje apostrofa a sus antiguos amigos y maestros:
aguas construyendo foso s y muros circ ulares. N o quiero
ad elantar al lector otros detall es qu e ir::í d escubrie ndo en "Tengo en mi poder un papel ya viejo , escriro, oh nobi-
la historia y su s anotacio nes. lísimo Christoph Besold, por cu mano en los tiempos aque-

18 J<)
[NTJ{( )l H l(:U()N
FRA'.\JCISO) SOCAS

llos en que, basándote en mis conferencias de 1593, idc1ste "Nos enzarzamos en estas discusiones el verano pasado
las casi veinte tesis sobre los fenómenos celestes en la Luna [. .. ], de modo que 1 ... I incluso fundé una astronomía nue-
y para discutirlas, si él daba su consentimiento, se las en- va corno si fuese para :1qudlos que habitan la Luna, así
señaste al señor Veit Müller, por entonces presidente ordi- como una geografía exclusivamente lun;1r" 11
nario de las discusiones filosóficas'.
Cuando Kepler recibe el nombramiento de M;1tenütico
Parece que estas tesis, confeccionadas como se ve in Imperial reside en Praga. Allí traba amistad con Wackhcr
usurn 13esoldi'', no se expusieron ni discutieron en público von Wackenfrls, oficial aficionado a Ja astronomía. A raíz
nunca, entre otras cosas porque Veit Müller, el profesor de ele ciertas conversaciones con él, el verano de 1609, Ke-
Tubinga enemigo de las teorías de Copérnico, impidió o plcr retoma la discrtaci(m de l ">93 y la convierte en una
hizo que se postergara su lectura''. Keplcr guardó entonces Geografía ele la Luna (cart;1 de J9-li-16L0). No obstante, en
el escrito durantt: diecisé'.is at1os sin modificarlo. la nota 034) del Somnium, cuando se discute sobre la de-
!'ero el interé's de Keplcr por b Luna no se apagó nun- clin:1ci(m magndica como indicador de la longitud en que
ca. En la Oj)tiUt ( 160/i) sei1ala que puede haber habitantes se halla un navío, aparece una referencia al tratado de
en el satélite. La primera alusiún al Sueilo se encuentra en William Gilbert, Ma,~net, publicado el ai1o 1600, dato que
la mencionada / >iscusi<íu con el Mensajero de las estrellas, podría hacernos pensar en un rcrnodelación mús tempra-
obra de 161 O, en b que Kepler describe cómo en la noche na. Asimismo la nota (8) dice que en 1611 el manuscrito
lunar brilla tenue "un claro de Tierra" (fácil adaptación de del Som.nit1n1 causa prolilcmas al autor por culpa de sus
nuestro "claro de Luna") y enumera las fases y movimientos referencias dcrnoníac1s. Decide entonces public1rlo y at1a-
de Ja Tierra vistos desde su satélitew. Es una astronomía de la larga nota fin;d (22:\). Asegura también que las "No-
lunar en ciernes, que l<.epkr habría de desarrollar luego tas" las cscrihi(i por orden entre 1620 y 16:\0. Hay una car-
con amplitud. ni Mensojero de Galileo reseñaba las primeras ta (4-12-1623) :1 Matthias lkrneggcr (1"i82-I640l, profesor
observaciones hechas con el telescopio y daba noticia del de la universidad de Estrashurgo, diciendo que en 1621
sensacional descubrimiento de los cráteres, montañas y empezó la reordcnaci(m de la Astronomía lunar y b con-
llanura.~ lunares, que, con las consabidas vacilaciones, se fecci(m de las notas aclaratorias 12 .
descrihbn. A propósito de las manchas oscuras (correspon-
dientes ;1 las partes llanas, que entonces, no sin discusión, "La (/Sfru11umía de la J.1111u, hace dos :lt1os, no m;Í.'i re-
fuc~ron tenidas por mares) Kepler apunta: gresar yo a Linz, ellllK'l"L' a componerla o, mejor dicho, a
adornarla con notas. Sin embargo, estuve en vano pen-
diente de que uno que me lo h:1hfa prometido me man-
7. Sumnium, not;i (2) ele Keplcr. cLira a Viena el tr:1L1dito de Plutarco Sobre la cara de la
8. La cxprcsi(m es de Frisch, l'muc111i11111 ediluris. Christoph llcsold Luna. A partir de una lectura de la traducci(m de Xilander
( 1S77-Jh:)8) lúe compa11cro de estudios de Keplcr en Tubinga pero, aun- creo lxirrunur lo que prctcndiú d filósofo, si bien me que-
que rnostr(i algún intu0s por 1" astronomía, :icab(i gradu:inclosc y ejer- do colgado en las lagunas. Si pudiera yo leer en griego lo
ciendo como profesor de leyes. Vé·ase F. Rosen, ''Keplcr '1nd \Vitchcrafr
que inmediatamente antecede y sigue a estas lagunas, me
Trials", '/be f!istorüm 28, l 966, 447-ltSO.
9. Kepler no rompe con Veit Müller ( 1S6 t-1626) a pesar de este in-
cidente y del desapego mutuo. Vé,1se E. Rosen, "Appendix C: Kepkr"s
Lunar Dissertation of l S9:í", pp. 207-208. 11. Trad. de C. Solís Santos, Cla!ileo-KcjJ/er. El Mensaje y el Mensajero
10. Citado por M. Ducos, p. 11, sobre la trad. de E. Namcr, Le messa- sideral, p. 121± (~ G. \.V, IV, 297-298).
ge céleste de Galil1'e. 1961, pp. 78-80. 12. Texto de la carta en <l. \\'l. XV!ll, 14:\.

20 21
fJ<A NU SCO SOCAS I NT1<01>11c:c 1<-, N

desenvolvería mejor. ¿Qué pasaría s i mi obra y la dc:: Plu- Así pues , nos hallamos por así decirlo ante cinco estra-
tarco e n griego y latín s<: editaran en un mismo volume n? tos textuales: 1) La disertación estudiantil elaborada en Tu-
¿Y valdría la pena también poner el relato ele Luciano, ai\a-
binga el año 1593, que, perdida para nosotros, tenernos que
diendo a saber las dos partes de la Historia verdadera? Oi-
suponer integrada y disuelta en diversos pasajes de la ohra.
gamos tambié n la opini(m dc:: D. Lingelshem, que tú me
recomic::ndas y ante qui c::n, por ser un hombre como me 2) La historia básica del Sue1~0, que es acaso del año 1609
escribes que es, me gustaría que me recomendaran. En mi y habría sido compuesta con fines pedagúgicos y cn g ra-
reblo hay tan tos problcm:ts como líneas y debo resolver- cia de un afidonado. 3) Las anotaciones en fo rma de co-
los por separado con mfaodos astro nómicos, físicos e his- mentario sobre dicha historia, redactadas de J (>22 a 1630
t<Íricos. ;,Pero qué harb uno' ;,Quié n e ntre todos pensará para darle al conjunto cierto a ire académico y des pe jar sos-
q ue va le b pena el tra bajo d<:: r<::solverlos? Desean los hom- pechas toca ntes a brujería. 4) El "ApC'. ndin.: Sdcnogr:ífico",
hr<::s que b s bromas el e esta cbsc se la.~ endosen , como n..:uti lizaci(m ele una ca rta dirigida al padre jes uiU P:tu l Cu l-
sude decirse, con mano suave, y no arrugan fácilmente el
clin en 1623. 'i) fas "Notas" a este "Apéndice", que rucron
n·1ío en este juego. En consecuenci:1 decidí resolver todas
escri tas después de que d astrónomo se..: lrasl:tdara :1 Sile-
las cuestiones en unas notas qul~ ve ndrían por su orden
dctr:'1s dd texto. Añádase el maravilloso y desusado arg u-
sia en 1628.
mento de las pl;izas fu ertes con sus ta ludes circulares he- Luego el e todas estas vueltas y rev uclt:1s, h'l s11.erio vino
d1os :1 fin de ir persiguiendo s u sombra , argumento ex- a puhlicirsc d af'i.o 1631, cuando ya su a ulor liahí:1 muer-
tra ído de las e<1111proh:1cioncs que hice con el telescopio to. Es así una ohra a la que falta el tdti1110 !oque. El cmT-
que conseguí hace poco. ;,J>ar:t qué más' Escribi ó Campa- po clL' notas está en efecto incompleto y ací y all:'t se Icen
ncb su Cittdad del Sol: ;, por qué no escribir nosotros la afirm:1.cioncs apenas concikthlcs 1·i. 1 l:t y 'no tici :1s de qu e el
de la Luna? ¿Es proeza singul ar pint :ll' con vivos colores
bs cost 11111hrcs sa lv:1jes de nuestra época y, para proteger-
lio Frisdd , Sel/. lil!<'//i uera<' hislorilf<' ljlli adr!C111/11r? l1111/it11111 1s el I>. l .i11-
se, irsv uno con su escrito de estas regiones y retirarse a
.~efsbc111ii, q11em mibi comm.c'11das i11t.lici11111, c11i 1111·. J!iro toli q11all'm scri-
la Luna? Aunque ;.qué convend 1 ~í deformar, cuando ni Moro
/Jis, Cll/!ÍO l'SS(' Cll/l//lll'fldllllf.///., /11 1·11<•11 CfJ/l/))/l'l/./{/./ÍOl/l' /0Jide111 S/111/ /mi -
con su l /fojnú ni Er:1s mo con su J{/ogi<> de la estupidez q ue- /Jle1t1(.{/{.l t/111!/ /incae, su!f!e1tda /Jarlil1 as/mt11!/11íu'. f!Orli111 ¡1/Jysice, jJC1r!im.
daron a buen recaudo sin que tuviera n qul· hacer uno y /Jisll!ricu. Sed tflt id agas? Q1111111s r¡t1ist¡11e c11r{f d(~111m1 censcf;il, ea so!ue-
otro su propi;1 apologí~1? , rl'? n1pi1111./ homi1ws /J11i11s/'/'f{¡di /udicro si/Ji 11111//i hmcbio, <fi/Od ai1t11./,
Así que mandemos a paseo todo ese cenagal político y 1hln1t.li, 1wc jitr; iles s11111 uú uirr11gm1tla111 .fiw1i<'111 i11 /11r/I! . lltupie sla/11.i.
encerrémonos bien en los jardines :1menos ele la filosofía. 1wlis ¡)l}s/ Jext11m ordine ser¡11enlil!11s () //11/ill subier e. llccedel <'X /e/esc11¡1ii
Mi'ilsc hcl ius ha recibido el e nc1 rgo de busca r e l Ca lenda- 111ei, 1¡11od 1111¡ier s11m 1wct 11s. <'.~/wrie11/ict 11timm l'I i11su/e11s (// g /(/nen /11.m
rio en Ralishona y ent:reg:írtdo. <,:>ucda con Dios. En Linz /a11g111e1111un Frisd1/ de 0¡1¡1iclis el ug,~1·ri/J/ls circ11 /aril!lls 11mhnie crmsec-
tmwae cansa. f,},11id ocr/Jis <>f)ffs? Scn/Jsil (,{1111¡1m1cllt1 cioilalcÚ1. .\i>lis. 1¡niú
a 1 de diciembre de 1623"'·1
si nos /.uual!? /luue t:u.re.~ht1n.fácinus, cyc/o¡Jicos b11í11s le1n/><>ri.-; nzores 11i -
11is C{)f()rih11s depí11gere, sed ca11./ionis ca11sa lerris c n111. /ali scnj1tiune <'X-
cedef'l' i111¡11e Lnnam se«edere? Q11a11u¡11u111 r¡uíd te1:qioers({ri ú11 •ahil, c11m
13. l1mt1t'l'111 Aslronomimn unte hiennium, 1/.1 ¡n-im11m J,inc ium sum 1u!c M0111s in Uto¡;ia nec Hrasmus ill e11cmnio 1"101iae l11.liji1eri11t, quin 11/ris-
reuers11s, recuden- coe¡1i seu potius 1wtis illustrare. Ver11m adbaesi e,--c;,p ec- quejitil apología o¡ms? Missum ~l{il1t1' /Jenilusfaciamus picem banc /Jo!ili-
lationifrustraneae lihclli Grueci l 'httarcbi defacie Lunae, q11em Viennam u1rn 1·10.w¡ue in amoe11is phi!osopbiue flirelis piune co11.tinea 1nus. Calenda-
1-a l'risch/ qui p romisil non suhmülil. l~-x: lectüme versümis Xylandricae 11i- rium Miilscbelius 'i11ssus est Nati.,jioww /!e/ere tihiqne dure. Vci/e Deo cun·1-
deor suhodorari, q11id si/1i vo!ueril pbilosopbus; in lucunis, bttereu lumen; me11da/1ts. Uncii d.1 nec. H123 lseg<m el texto de Frisd 1, Vil! , p. 2/i =
quodsi quue !acunas prux ime untecedu1ll et sequuntur ea graece legerem , G. w., xvm, p. J 4.)l.
r ectius me expeúirem. Quid si el m ea el Plutarcbi g ruecu-lttlina uno libe- 14. Aparecen vacías las notas(')) y (8.) ) de Hl s11erio y las notas (hi>),
llo ederenlu.r? Et anne dip,n.a etiam l11 c ilmica cummentatil! (co nunellda- (ddl , (oo) y (pp) del Apéndice).

22 23
FRANCISCO S<K:AS IN'J'R()])llC:Cl()N

22 de abril ele 1630 Kepler recibe seis hojas impres:1s de sin duela la Historia verdadera de Luciano. La Historia ver-
prueba y el 8 de octubre ele ese mismo año las tiene ya dadera ele Luciano, con el primer viaje lunar de la historia
corregidas y les ha agregado el "Apéndice". La muerte del ele la literatura, es en realidad una parodia de las crónicas
autor en el mes ele noviembre deja los papeles en manos de ciertos historiadores y geógrafos -como Ctesias y Jam-
de sus herederos. Es posible incluso que circularan copias bulo, a los que se nombra expresamente- que tras la ex-
manuscritas incompletas, aunque ninguna que sepamos lle- pedición conquistadora de Alejandro Magno describieron
gó a Galileo, c¡ue por entonces era sin duda el lector más las rarezas de Oriente sin discernir muy bien entre lo le-
interesado en una obra ele esa clase y el más capaz de com- gendario y lo real. No hay otra cosa, y Luciano deja bien
prenderla. Es sólo cuantro años desput~s, en 1634, cuando clara su intención en los preámbulos de su relato[('. El his-
Ludwig Kepler, el hijo del astrónomo, recibe o retoma una toriador y testigo ocular que protagoniza la Historia ucrda-
buena copia, la ordena, corrige y publica. dera que, como Colón, pretende navegar hacia poniente y
Pese a la fatal interrupción de última hora, todo en el desvelar qué hay al otro lado del Océano, realiza una tor-
texto deja ver que se halla en un estado muy próximo al llll'.ntosa travesía de ochenta jornadas, descubre una isla y
que hubiera querido su autor que fuera el definitivo. El lec- luego desde ella viaja sin querer a la Luna cuando una ven-
tor no tiene delante, pues, un rudo esbozo, sino un dibujo tolera arrebata su barco:
f:dto tan sólo de unos cuantos trazos que la imaginación
~;uple sin dificultad. "Al medio día, cuando ya liahfamos perdido de vista la
isLI, se lcvant(> de repente un lwrac:tn que hizo girar 1:1
na ve y la :dz(> cos:t de trescientos esL1dios, y ya no la dej<Í
1. Los MO!lEI.os ANTI< ;1 :os cter al mar sino que d viento, empujando la vda L' hin-
chando la lona, la llevaba lucia ;1rriha en volandas. Tras
h'l s1re11o de Kcpler resulta ser un texto insólito que sólo correr por los aires siete días y otras tantas noches, :ti oc-
de modo parcial reconoce modelos. La antigüedad greco- tavo día divisamos en el cielo cierta tierr;1 cnonnL', como
latina nos leg(> tres obras qul'. de algun;1 manera influye- una isla, hrillante y esférica, resplandeciente de luz. Fui-
n >n en su forma y contenido. Se trata, en primer lugar, de mos arrastrados hacia ella, atracamos y desembarcamos.
Durante la exploración del país descubrimos c¡uc estaba
la !listoria verdadera (Alethés fó.f!,os) del grecosirio Luciano
habitado y que había cultivos. Durante el día nada veía-
de Sarnósata; le sigue luego El suct'w de h\cipi<ín (Somnium
mos desde allí, pero al llegar la noche se dejaban ver de
Scipionis), el célebre fragmento final del diálogo Sobre el cerca mL1chas otras islas, unas mayores y otras más pe-
estado ( f)e rcpuhlica) ele Marco Tulio Cicerón; y cierra el queúas, de color semejante al del fuego, y otra tierra alxt-
grupo el diálogo titulado La cara que aparece en el disco jo con ciudades, ríos, mares, bosques y montafüts. Im;1gi-
de la Luna (De jacic quac in orhe lunac apparet) de Plu- namos que aquel sería nuestro mundo O, 9-10 ).
tarco ele Queronea 1'.
De estas tres obras antiguas la que ofrecía un modelo
de viaje y descripción del mundo lunar más acabado era 16. "Pues no s(Jlo lo exlravaganlc del terna y lo gracioso de la inten-
ción del autor scr{r agradable, o el que hayamos inventado complicadas
mentiras en un tono convincente y verosímil, sino sobre todo el que cada
cosa de mi historia parodie no sin gracia a antiguos poetas, historiadores
y filósofos que relataron muchos prodigios y fábulas, y a los que podría
15. Keplcr tenía a su disposici(m varias ediciones y traducciones lati-
mencionar por sus nombres, si no fuera porque tü mismo los vas a reco-
nas ele Plutarco (Basilea, 1570, Frankfurt 1599); véase sobre el particular
nocer durante la lcctur;1"' (Historia verdadera 1, 2).
E. Rosen, p. 210 y C. W XI. 2, p. 474.

24 25
FRANC1sco S< x:As

El mundo luna r de Luciano no se p a rece al d e Kcpl<: r y explicación o hipótesis la ha fo rjado él con independencia
está lleno de los seres más extravagantes, urdidos antl' todo y lu ego la ha e nco ntrado casi a b letra confirmada en el
para burla d e Jos c ronistas de Alejandro y, en me nor llll'- a utor antiguo. En 1623 el mismo Keple r trae.lujo el fJe fa cie
did a, de Ja s ociedad d e s u tie mpo. Los selen itas prmnlcn al latín porqu e la traducción de Xilanc.ler CBasilea l ')70) no
de Grecia. No ha y muje res entre e llos y lo s hijos brot111 de le satisfacía. Durante años estuvo pendie nte e.le la obra plu-
las pantorrillas d e los padres. La Luna se e ncuentra en g ue- tarquina , pu es sus anotaciones se siguen realizando hasta
rra con el Sol. Los e jé rcitos son de extraña catadura: hay alcanzar el año 1630 17 . Evid enteme nte, si Kepler trabajó a
se res con alas e n forma de pe ncas de lechuga, guerreros la vez e n su traducció n de Plutarco y en la redacció n del
q ue pelean con a jos, gorriones-bellota y h ormigas-caba llo . Suerto, tom(i mucho del librito griego . En tl'nninos genera-
Se trata de una fanta sía desatada que parodia los relatos les se contagia de ese tono entusiasta y libremente razona-
etnogr(tfú:os. Keplcr no deja de simp:1liz:1r con la gracia , la d or - tan griego por lo de más- qu e hemos apu ntado , s in
iro nía y el sentido d e fiera libertad de Luciano, p ero se apar- que ello le impida entresaca r ;il gunos detalles particula res
ta dt: él en cuanto confía en la cienc ia y la aprecia, cosa como, por e je mplo , la idea d e ha ce r que su pl'rsonaje via-
que el escéptico y desdeñoso gril'go no h:1ce . je a través del cono de sombra que durante los e clipses
Por e llo la obra que ofrl'cl' unas concomitancias más proyecta la Tierra sobre la Luna , puesto que , segCm el ne
explícitas con El s11e11,o es con toda n·1tcza el diálogo de fa <.:ie, la sombra lunar
l' lut1rco U>e fa cie J. A lo l:irgo de sus ¡x·1ginas tres inte rlo-
c utores -el noble romano Sila, Larnpria s, lwrmano de Plu- "arrastra l:ts a lmas de los bienavcnt ur:!dos, que se: aprcs u-
tarco, y Apolónic.ks, u n 111:1rem:'1tico y :1.-;t r(momo- dialogan r: 111 y gritan , ya q uL', llli l'nr ras c:st:í n en 1:1 somhra , no pu c-
sobre las manchas de la Luna. Tambié n int ervie nen un Aris- de n oír b annoní;1 de los c uerpos n : lcs tcs. Y a l mismo
tó teles, un Farnaces e n rep rcsentac i<'m de la escuela estoi- t"ic mpo, por d c hajo, l:1s :timas d.c los condl'nados que re-
ca , un Lu cio, un Teón y un Mcndao. La cscl'na parece q ue cibe n c:1stigo se Ja mcnt:tn y gritan :1c'1 y all:í a través de
es ){oma y el moml·nto los alrededores del aí1o 75 d.C. Falta csu sombra " (91ilih ).
el comie nzo del di:tlogo. Lt estructura de la obra es com-
pleja. No trata li nicamente c.ll' I te ma e.Id t.ítu lo sino que se Del Sueiio de lisci/>i<Ín , ohr:1 latina qu e :111 tecede e n casi
ocupa además e.le 1;1 naturaleza e.le la Lun:1 , su distancia , s us e.los s ig los a las g riegas a nte riores, tu rna Keplcr s in duda e l
movimientos, la constituci(m y cstructur:1 del universo, la arrn nqu c e.Id relato. Un suceso e.le la historia cont:cmporú-
lu z. Toe.la la ciencia de Pluta rco se desenv uel ve en un marco nea Oas gu e rras de Bohe mia) y un ;1vatar de J;i vida coti-
filosófico o , si se qui e re, especulativo , dentro del cual las diana del a utor (la lectura de una vieja crónica que habla-
observacio n es y experimentos tienen una importancia muy ba e.l e una bruja) provocan por asociaci(m inconsciente e l
secundaria en comparación con los argu mentos y dedu c- s ueño de la noche próxima, tal co mo en el relato cicero-
ciones de pura razón. niano la presencia d el protagonista ( un jovencísim o Esci-
Keple r oye hablar por primera vez del librito de Plutar- pió n Numantino) e n el último asedio d e Cartago y la char-
co en 1595. Más adelante tuvo en cuenta los razonamien- la de la víspe ra con el anciano rey númida Masinisa , que
tos sobre las m anchas lunares (¿agua o tierra?) que se con-
tie ne n e n el opúsc ulo griego cuando discutió la cuestión
17. Porque e n una de esas no tas ( Sumnium 1634, p. 124 = Frisch,
en su Optica (1 604). En Hl sueño reconoce acá y allá su
Vl![, p . 107) afirma que refutó tal error hacía ya 26 años, en su Optica ele
de uda con Plutarco a la vez q ue se divie rte cuando algun a 1604 (según E. Rose n).

26 27
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Fl<ANCI SCO SOCAS l t--'TRl>! ) l lt :<:H) N

fue aliado y amigo de su abuelo (Escipió n Africano) en la ni hui ") que se aprecian en la faz del astro y parecen con-
guerra contra Aníhal, hacen que el nieto vea y oiga tam- tradecir su carácter de c uerpo incorruptible ( Parad. U 49-
bién en sueñ os al abuelo. Sólo e l arranque es igual, por- 148). Hay un nexo entre esta discu siún racionalista y las
que el viaje de Escipi(m el Menor a las estrellas es del todo suposiciones de Kepler sobre las manchas oscuras (i,rnar o
onírico y b visión del mundo supralunar es la de un filó- tierra de labranza/). La diferencia est:í en que el experimento
sofr>, no la de un :tstrónomo 18 : todo es puro y reluciente , de los tres e spejos que propone Dante (ll 94-105) es sim-
incorruptible y ete rno. Es notable que para Kepler, a pesar húlico y muy indireCLo, mientras que el telescopio d e Gali-
de sus airl'.s huma nísticos y sus simpatías hacia los méto- leo y Keple r permite:: ya una visi(m del objeto sin artificios
dos razonadores de un Plutarco, te nga muy escasa relevan- intermedios (aunque no e vita Ja interferencia de prejuicios
cia esa astronomía se mipoética y teologizada que se tras- a la hora de interpretar lo visto) .
luc<.: en el co111cnt:1 rio al Sueilo de J~\cijJión de un Macro- En el canto XXXIV de su famoso poema caballeresco Or-
hio , copiado y tenido mu y en cuenta :1 lo largo de la Edad lando .fitrioso, Ludovico Ariosto ( 1516) imaginú que un in-
Medi :1, que se mantuvo en la idea de la Luna como ante- trépido addantado, Astoli'o, vi:1j:1ba a la Luna montado en
sala del mundo celestL', inmutable y perfecto. Y hasta aquí el carro cid profeta Elía.~. l<'.I de la Luna es un mundo a la
los modelos antiguos. vez real y fantástico. Por un bdo sus cosas vient.:n a Sl'.r ta-
En [:¡ Comedia de Dante ( l.'>00) Ja Luna es el primer les como bs de la Tierra a unque aquejadas de gigantismo:
astro en Li subida a l ciclo ( " l:t prim:1 stella ") y luce como
perla indestructihlc ( '' l'c tterna m:1 rga rit:1"): i\ILri l'iu111i , :tltri bg hi , altrt• campagne
sono 1:1 .s u , c he non son qui tr:i noi;
a ltri pi a ni , :tltrc v:11li, altre montlgnc,
Parl· v':i lllt' che nube nt· c oprissc
c ' han k c i1t :1d i, hanno i c 1stdli s uoi ,
lucida , s1w ssa , solida e puliu ,
con c1sc dt' le q11ai mai le pilt magm_:
q uas i :1tbrn:1nlc clic lo sol fcrissc
non vid e il p :tl:tdin p rim :1 né p o i
(!'arad II 31-33).
(estr. 72).
IMt· pa1Tcic'>que nube 1:1 cubría IOtms ríos y l:1gos y campii'l:1s
lúcida , espl'sa, s(>l id:1 y pu lida , li:1y all:1 arrih:1, nu como los nul'stros ,
como de acl'ro que ante d sol lucía .] o tros llanos y v: dk-.s y monrañas;
tiene n c iud ades, ti ene n sus c as tillos ,
Pero la Lun a e s un cuerpo misterioso que recibe en su c on ca sas qu e jam:ís viera ma yores,
ni :mtcs ni ck·s pu0s, el g ran ca udillo. ]
interior a los viajeros "com'acqua recepe / raggio di lu ce
perma ne n do un ita". A pl'.sar de todo, la teología dantesca
tiene c¡u e demorarse en dar puntillosas explicaciones --con Pero allí no faltan sucesos ext ravaga ntes y mágicos. As-
experimentos incl uidos- sobre las manchas nt.:gras (" li seg- tolfo visita en un estrecho valle una oficina de o bjeto per-
didos en la Tierra. El :dmacé n guarda sobre todo bienes
intangibles:
18. Aunqul'. C:iccn'm, que es d que en (lc.;finitiva habla a través de
sus pe rsonajes, da :1llí a entender que conoce una teoría se mihdiocéntri- Le lacrirne e i sosp iri dcgli amanti ,
ca (según la cual , al meno s los planetas intl'.riores, Ml'.rcurio y Venus, gi- l'inutil tempo che si percJe a g iuoco,
ran en to rno al Sol>. e l'o zio lungo cl 'uomini ignoranti,

28 29
[ N"I"I<Cllll lCC l(JN
FRANCISCO SOCAS

vani disegni che non han rnai loco, tos detalles, como la ay uda d e moníaca y la narcotización
i van i des ideri sono tami, del viaje ro, del viaje del licenciado Torralba, un personaje
ch<.: la p ili p arte ingombran di c¡uel loco rea l, mago que frecu e ntó la corte española e n el s iglo XVI.
(estr. 75) . Torralba ~ 1 había nacido en Cuen ca. Hacia 1500, a los quin-
[De los ama ntes lágrimas y llo ros, ce aüos de e dad , march<í a Roma y entró al servicio del
el tie mpo inúti l qu e se pierde en juegos,
obispo de Volte rra . Allí los seres del otro mundo irrumpe n
la holganza larga d..: los ignorantes,
en su vida cuando un d ominico amigo s uyo llamado fray
designios vanos nunca satisfechos:
tantos son los deseos inc umplidos, Pe dro Je presenta al (tngcl Zequ id, qu e se deja ver con e l
que atesta n el pa raje c1s i todo.! aspecto de un niño hlanqu irruhio, vestido de rojo y negro .
Zequ ie l as istirá a Torra lh:1 durante años pronostic(mdole el
"Para Luciano y p;1ra Ariosto" -comenta Jorge Luis 13or- porvenir y aconsejándole. En 1519 el mago regresú a .Es-
ges e n un ptúlogo a las Cránicas marcianas, e l céle bre li- paña y se asentó en V;1 lladolid, desde donde , ayudado por
bro de l\ay Bradbury (un ni e to literario de Kepler)- "un s u (m gel protector, viajó a Roma. El transporte del cuerpo
v iaje a la Luna l~ra símbolo o arquL~tipo de lo imposible; morul de Torralba se hi zo sobre un bastón nudoso, aun-
para l<.cpler, ya era un ;1 posibilidad, corno para nosotros" . que al p ~ 1recer tamhiC:n intervino una nave fulgur;mte que
La mirada de Keple r es diferente , sus instrumentos y exi- volaba sobre las aguas dd m:1r. En una hor:1 se plantó de
gcnci;1s son ya modern< >S. un sitio e n otro y, u1u Ve/. ll egado a !{orna , pudo contem-
Pero hay tambié n ;1nteccdentes L-crcanos. Quizá la se- plar nada menos que el saq ueo d e las tropas irnperi;iles (Ó
milla del libro del Sun111i11.111 kcplc riano la tenemos e n unas de ma yo d e 1'>27>. Pero estos lances tuvieron mal !"in: su
pabh ras del De immenso de ( ;iordano Bruno, obra publi- amigo Diego de ZC1f1ig;1 lo tra icionó y delató ante la Jnq ui -
c1c.b en 1'>91 (dos ;liios ;1nt es de la s tes is copernicanas de s ic i<'>n , q ue le a hriú procl'so e n Cue nca (l ')28) y, despué s
Tubinga). Allí el genio visionario , descrihien<lo el alcance de que hubie ra pas;1 do trl'S años en la c:irce l, lo conde n(>
de los cielos y b verdadera fornu del mundo, hace un viaje en a uto de re cdehraclo d ó de ma rzo de 153 1. Tiempo
a la Luna y propone una d cscripci(m de la Tierra vista desde después, el ai1o 1566, llcg(> a ed itarse un libro con sus aven-
la Luna : "en esta perspectiv;1 invertida , la Tie rra, por una h1ras22. Po r eso no l·s de ext r;1ñar que don Quijote, cu ando
ilu si<'m que no tie ne otra ca us:1 que l;i posición del espec- viaja por los aires a lomos <.k Clav ileño, recuerde que To-
tador, se con viertc c n un c ue rpo celeste incorruptible y de rra lha había estado a punto d e tocar la luna:
una pureza absoluta , en tanto que la Luna es en definitiva
d c ual ;1sími smo dij o que c uando iba por el ai re le
el centro d el uni verso" '''. Ya a ntes pusimos al lector ante
mande'> el di ablo q u.: ahriL:sc los ojos, y los abri<Í, y se vio
un texto del mismo Kepler que cornp a r:1 s u obrita con las
l"<lll cL~ 1c1 , a su par.:ce r, dd cuerpo de la luna , que la pu-
utopías de Moro y Ca mpane lla.
Hay antecedentes más raros e indemostrables. Marjorie
Hope Nicolson 2º sugiere qu e Ke pler ha podido extraer cie r-
. 2 l. El poeta don Ramón de Campoamo r k' dedicó un poema en oc ho
cant.os: l!l licencütdu Torra/ha. B:1rcclona, l.c'i pez editor, 1887. En .el pró -
19. f)e irnrnenso, IV,:\ (cit. por M. Ducos, pp. 21-22, nn . 26 y 27 que logo de esla edición se reproduce e n parte un artículo de don C;1ycrano
seña la también otras "visiones de la Tierra desde la Luna" en Nicolás de de Al vear sobre Torralba publicado en· !.a Jl11straci<ín h\pm1ola y .llmeri-
Cusa y Leornardo da Vinci). carw. Supleme nto al núm. 47, 1887, pp. 386-39 1.
20. (1948) p . 4'>. 22. Luis Zapara, Cario/amo.">, ca ntos :XXVlll, XXX-XXXII.

30 31
FHANUSCO SOCAS l NTHl H Jllü:J(>N

diera asir con la mano, y que no osó mirar a la tic rr:1 por 5. CoNs1nrnActONES EN TOl<No Al, Si 1F.ÑO
no desvanecerse" (Q uijute, JI, 41) .
Todas esas o bras me ncionadas configuran el ambiente
Ahora bien, al la<lo de la tradición de viajes fabu losos inte lectual donde se cond e nsa y toma fo rma el Su.eiio kc-
hay que poner las especulaciones filosóficas. Porque es que pl eriano. Ahora bien, como ya antes anunciarnos, la o brita
el cielo ha sido ante todo un lugar moral. Es la sede de los de Kcpler no se parece a nada. Monstruosa mixtu ra de fan-
dioses y también la fftbrica que por ser inabarcable y estar tasía y ciencia , habrá que examin arla en su sol e dad estra-
a s u ma ne ra ord e nada des pierta una admiración que en los l°;tl a ria y preciosa. Por lo pro nto e l autor no prete nde e n
espíritus más sensi bles roza d espanto. Séneca, en una de modo a lg uno urdir un viaje imaginari o con una finalidad
las ca rtas que dirigiú :1 su joven discípulo Lucilio (64,6) afir- mora lizadora, a pesar de que ca rica turizar (Lucia no) o em-
ma que más d e una vei'. contemplaba la sabiduría humana p<.:qu e ñecer (Cicerón) las cosas de la Tierra ha sido y será
ta n L'Xtrafo1do como contemplaba e l mundo, tal como si
d fin perseguido por la mayor parte de las fübulas viaje ras.
fu er:t un rec ié n ll egado (f( IJll fll atn sjJectator novus). Pascal,
El astrónomo, entre bromas y veras, nm una bue na carga
vio la naturaleza como un ~ 1 "esfera espantosa" (es verdad
de i.r naginación pero a la vez con m ucha exactitud y rigor,
que tac h<> luego esta ¡x tlahra sentime ntal y excesiva y puso
prete nde instalar a sus conte mporánec 1s d<.:ntro de la nu e-
e n Ju oar de e lla "innwnsa". Sobre e llo meditó Borges e n
tres p~gi nas rdulgcntcs que titu l<>!.a e.1/áa de Pasea[) . Kant,
v:1 ordenaci(m del mundo que h abía discfíado Copé rnico :
la Tierr:t ya no l 'S el centro sino un punto de vista <.: ntn.:
:ti final de su Oitica de la m z <í11 práct ica parafraseó a Sé-
inl"in itos. Poniendo a l lector como espectador e n b Luna ,
ncc:t diciendo que h:tbb dos cosas que le llenaban de es-
con el consiguie nte trastorno de toda la ·c ie ncia y astrono-
tupor, el cicl o cslrd lado sobre su c 1bez:1 y la ley m oral en
llt Ía te rr<.:slrcs, consigu e q ue s ie n ta la grandeza y el vértigo
s u int e rior. Y es qu <.: ah.ura de miras sú lo la tiene e l bípedo
de un uni verso que s<.: modilk:t en pe rs pectiva s s ie mpre
e rect o . ¡.:] liomhre cree pu rifica rse cn l;i visión del cielo,
( '; 1mhianles .
qu c le pe rm ite de j:t r lo bajo y vil , ap:trtarsc d e este mundo
Kep le r, como empeñoso y h :'."tbil matemático qu <.: es, re-
ca mhi:tn t:c de l:ts ge ne r:tc iones y corrupciones para dirigir-
sulta capaz de figur:trse la geome tría de los cicl os lu nan.::s
se a l te rritorio d e la luz y adqu irir a llí perspectiva sob re la
pe quefiez de las cos:ts de ací ahajo. Este es d .sentimiento y descrihirb e n un cuad ro del todo coherente, pero, c uan-
que vihr: t ocu lto <..: n /{/ s11e1lo y estal la a las claras en e l do se pone a describir el aspecto del s uci o lunar y la vida
e pitafio que para sí compuso Kepl cr como diciendo la ú l- d <.: ese mundo , desvaría un tanto. El manejo de aquellos
tima pa labra de quie n pasú s u v ida e n b contemplació n telescopios primerizos y rudime ntarios suministraba imáge-
de las a lturas: nes q ue hay q ue interp re ta r según patrones terrestres co-
nocidos pero inservibles. En la Luna se deja <.:nlrcver un
mensus erom coelos, 111tnc terrae rnetior umbras: mundo hermano al d e la Tierra , a l menos e n c uanto a los
rnens co<:lestis eral, co rporis umhn1 iacet rasgos m ás lla mativos, com o son las montañas y los ll a-
nos. Pero la hola grisácea e ngañ a a las nliradas con mu -
[Los ci<:los r<:p~1sé, rni<:ntras que ahora chos otros deta ll es. Los observado res v<.:n mares, pantanos,
repaso las tinichl:.ts de la tierra: pre dios y urbes dond e hoy sabemos qu e no hay m ás que
en los cielos la mente se e ncerraba, vastas sole dades. Con tocio, estos dislates, ilus iones o equí-
tirado q ueda el cuerpo como somb ra .) vocos de la vista que lanza sin crite rio p royecciones de la
realidad terrestre sobre la lunar, son en el libro lo de me-

.f2 33
F1{ANc1sc<) S<>(:As INTR<JlJlJ(;(;J()N

nos 2 ó. Vienen a ser como toques de sabor local dentro de rios, dacio que ese demonio que llamamos Astronomía com-
ese pintoresquismo que siempre es creación del observa- pensa muy mal, con su pasión por la ciencia, la falta de
dor extranjero. Y es que los intereses de Kepler son ante los bienes necesarios para el sustento. En otra ocasión se
todo astronómicos. Quiere mostrar que una.astronomía lu- da prisas en corregir sus afirmaciones ¡por miedo a que un
nar es tan legítima como una terrestre y hacer ver que sólo demonio no baje de la Luna y lo contradiga!" 2s
el cambio de punto de vista, el desplazamiento del obser- Hoy sabemos que la Luna es un mundo inhóspito y
vador, puede revelar el centro verdadero (el Sol). Para lle- muerto sobre el que, ayudado y a la vez estorbado por ra-
var a cabo su propósito Keplcr se escuda detrás de la do- ros aparejos, el hombre ha estampado por breve instante
ble cap:1 que le suministran de un lado el expediente de su huella. A nosotros los hombres de hoy, que a través de
un libro imaginario (el que relata la aventura de Duracoto) lentes y fotografías contemplamos los cielos corno si estu-
y de otro el ensuet1o donde tal libro llega a sus manos y vieran a nuestro lado, las visiones de Kepler nos llenan ele
se dl'ja leer. lln contempor{rneo vio claro lo que perseguía risuefía complacencia, cuando vemos su osada candidez y
el recurso de la ensot1aci(m: "La llam(l Sueit0 en razón de esa mezcla de aciertos y disparates tan típica de su época.
las espccuLtciones poco ortodoxas que contenía" 24 . Pese a ello, el relato urdido por Kepler sigue teniendo
[)e otra parte Keplcr suministra a la vez un texto y los el encanto de una oscura profecía. ni sueño no anuncia la
medios para interpretarlo. El sabio (el texto mismo del Sue- ficci(m científica corno género literario (pues hay en él es-
ilo corrobora que esta dcnominaci(m le hubiera complaci- casos elementos novelescos y demasiada doctrina), sino algo
do m:.ís a su ;iutor que !:1 fría y anacrúnica de 'científico') más amplio y profundo: la conciencia que el hombre mo-
conde.~ciendc :1 decir verdades entre risas, no tiene repa- derno adquiere de que su conocimiento ~·s un conocimiento
ros en aparecer entregado a un juego imaginativo aparen- provinciano, pues la capital del mundo no está en la Tie-
temente v:mo, si con ello logr:1 desarmar las resistencias rra. Si lo imaginado es fruto dd deseo, Kepler at1ora inteli-
de lectores imbuidos en las doctrinas astronómicas tradi- gencias que, siendo de esle mundo, lo vean como otro. El
cion:tlcs. Kepler se entrega a b c.~pcculaci(m con la curio- contacto con una inteligencia extraterrestre supondría ante
sidad, b alegría y el brío de un niflo. Tiene un extraño sen- todo -eso se dice y repite- la adquisici(m por el hombre
tido del humor, algo pedantesco y profcsoril y a la vez un de una perspectiva inhumana (salvo que toda inteligencia
tanto ingenuo: "lo ejerce contra sus adversarios: todos los sea la misma y por tanto forzosamente humana).
ignorantes, todos los hombres ele espíritu estrecho quedan La contribuciún de Kepler al desarrollo ele la astrono-
bajo los disparos de sus flechas s:1tíricas. Y todos los que mía y la ciencia modernas se ha visto como un episodio
carecen de sutileza tienen que perdonarle el ser aludidos. problem:.ítico. Kepler se nos muestra como un Jano bifron-
El astrónomo no se perdona a sí mismo: vuelve sus bro- te, un hombre ele genio que acumula descubrimientos con
mas sobre sí y ora se burla de los astrónomos que lo creen una mala filosofía y unos métodos sólo parcialmente efica-
a él caído del cielo, ora toma a broma sus afanes pecunia- ces (A. Koyré). Pero en otros aspectos es nuestro riguroso
contemporáneo. Si el Mysterium cosmographicum estaba
contagiado de un tnisticismo geométrico que hace que en
23. Las ciudades circulares de la Luna tienen a su lado los canales de él las leyes físico-matemáticas reluzcan como pepitas de
Marte como ejemplo de error motivado por la imprecisi(>n del instrumen-
to, la novedad dl'I objeto ohservado, los prejuicios del observador y sus
deseos de.descubrir algo de mayor interés.
24. Se trata de .Jacob llartsch. La cita se halla en Frisch , VII, p. 439. 25. Traducido de M. Ducos, p. 14.

34 35
Fl{i\NCISCO SOCAS INTR< JI)[ ICC!()N

oro entre aguas turbjas, el Somnium, a pesar de su vuelo Kepler evoca claramente28 los enfrentamientos que tie-
fantástico, resulta paradójicamente nüs riguroso y científi- nen Jos seguidores de Copérnico con los defensores de una
co. El postulado de una fuerza que explica las mareas te- interpretación literal de la Biblia (que como hemos dicho
rrestres y los giros de los astros es un acierto. Como ha es el conjunto general de los cristianos católicos y protes-
sefíalado Arthur Koestler: "Por primera vez desde la anti- tantes). El pasaje en que alza su voz en defensa de Copér-
güedad se hacía un intento no sólo de describir los movi- nico y contra la censura y expurgación de libros añade a
mientos celestes en términos geométricos, sino de asignar- su claro compromiso la gracia maliciosa de un epigrama
les una caus;1 física" 2''. Lo que le capacitó para dar pasos que no carece de cierta picante desenvoltura:
en b buena dirección y llevar a cabo hallazgos que brilla-
r(m indestructibles en medio de sus razonamientos y dis- Ct(la cual sufre su propio perjuicio. Al libro de C:op6r-
cursos ya ,,uperados por la ciencia posterior es (y otra vez nico Sohre lus reuoluciones d princip:il JX'.rjuicio que se le
cedemos la pabhra a Koestler) "la increíble mezcla de te- causa es eso que dicen los ignor;1ntcs en cuestiones de
astronomía Ccjcrciendo la crítict de libros no conforme ;1
meridad y pedante cautela que existe en sus obras: su irri-
razc'm sino a lo loco) de que se pucdl' leer con t;il de que
tahiliébd y su paciencia, su ingenuidad y su profundidad prc·vbmcntc se elimine lo del movimiento ele la Tierra, lo
filos(>fic1; y umhién lo que le anim(> a formular preguntas que equivale ;1 decir C[lll' c·ste libro no hay que leerlo sin
que nadie se había atrevido a hacer sin temblar por su au- previamente quemarlo. Como pienso que a cst;is gentes
dacia, o sin ruhorit.arsc ante su estupidez aparente" 27 no hay que contradecirlas con argumentaciones sino con
hurbs, les he compuesto este cpigra1~1a:

6. EF1·:<:T<>S INF.'>l'FIU\l><>S
Ne /asciuirc, j)()/erant custrure j)()chtm;
lesliculis dcmptis /lila s11pc1:,·1cs eral.
Vae lihi f'.vtha,i;om, cerehrn r¡11 i.Járis ah11sus,
Cuando todavía el h'I s11e1io circulaba entre amigos y co-
l'ilam co11(ed11nl, {////e sed c.xcerehrunt.
nocidos en manuscrito y sin recibir el Cdtimo toque, vino a
ocasio11:1r serios disgustos ;1 su autor. l lay entreverados en [Para que no rl'loce querrían capar al poeta: se queda-
sus discusionL'S dos tcnus que a nosotros los hombres de ba sin te.~tkulos, pero seguí~1 vivo.· i\y de· ti, l'it:igoras, pues
hoy nos pueden parecer inocentes pero que en aquellos dicen que de tu cerebro ahusaste: te perdonan la vida, pero
tiempos resu ltah:m controvertidos y espinosos: heliocentris- antes te clcscerchran.I'''
mo y hrujerí;i.
La dcfens;1 de Ja herejía copernican;1 frente a la común El otro gran terna controvertido es el de la brujería. La
doctrina de J\rist(Jteles y Ptolomeo et1cerraha peligro por- intervención de demonios y una hechicera en la trama del
que las iglesias catúlica y protestante y las academias se relato provocaba recelos en muchos si tenemos en cuenta
sentían incúmoclas ante el novedoso sistema astronómico. que todo sucede en un tiempo de histerismos colectivos y
Est[t claro que por una parte el mundo bíblico encaja me- nügicos espantos. Sin decir que nuestro texto esté tan es-
jor en el esquema ptolemaico y que por otra los profeso- trechamente ligado a las circunstancias dramáticas del pro-
res, tocio el mundo lo sabe, aborrecen cambiar de manual. ceso inquisitorial de la madre de Keplcr como para que lo

26. 1989, p. 198. 28. Sumnium, not;i (6) de K<:plcr.


27. 1989, p. 20 l. 29. Somium, nota (7) el<: Kcplcr.

37
FHANCISCO SOCAS I NTJ{l) l>l Jl :CH)N

reduzcamos a una simple consecue ncia de él, lo cie rto y 7. L A LEN<>llA Y EL ESTILO
verdad es que hay trazas, las unas palmarias y claras y las
o tras solapadas y ocultas, de ta n penoso avatar. "En 1615", A comie nzos del siglo XVII impera la lengua del Lacio
refiere Miche!e Ducos, "la madre del astrónomo, Katharina en los escritos científicos y en la correspondenc ia de los
Kepler, fue acusada de practicar la hechicería. Este proceso, sabios germánicos. Kcple r, pues, escribió d El sueiw en la-
se inscribe en el cuadro m:is amplio de la 'caza de brujas' tín, como hizo con la mayoría d e sus obras y c:11las.
q ue se desató entonces: en estos comienzos del siglo XVII,
la re preskín es fortísima. Alemania no se libra: en Leonbe rg, "El Imperio alenün " -cito de un artículo sobre el h.:ma
la aldea de Wurtembe rg d on.d e vive la madre de Keple r, de Cathe rine d e Buzon- "qu eda, con los países esrnncli-
cinco hechiceras fu e ron quemadas en 1615. Esto revela la na vos y la Eurora central , co m o un hastiú n de resisrencia
frecuencia de tales acusaciones. Pleitos entre vecinos, ha- del latín y de la tradic ió n e sco lásr ica durante toda la mi-
tad del siglo XV II , rnient.ras qu e más :il oeste la e di ción
bladurías diversas hicieron que se acusara a Katharina Ke-
e n lengua vulgar .•;e impone y:1 daramcntc so hrl' la l'.d i-
pler. En cuanto se le infonn(>, el sabio defendió decidida-
ci(>n Litina"'" .
mente a su madre . Consult(J a juristas, se hizo con los ins-
trumentos del proceso, redact(J largos pliegos de descargo
Esta misma autora enmarca en s u ambiente la forma-
para el tribunal. En una de las comparecencias verbales, el
ciún humanística dd sabio:
cscrihano señal(> quc la acusada 'había comparecido' (¡cla-
ro!) 'acompañada por su hijo, d astr(>nomo impe rial'. La " Y s in embargo, par:tdúj ica me nte, es a la situaci<Ín p ar-
actividad des plegad a por Kc:pler lúe, pues, intensa: cartas, tin ilar de Ak-111 ani :1 en la hi storia rel ig iosa de su tiem po a
estancias e n Wurt:ernhe rg se sucede n durante los seis años la qu e Keplcr cle h l! el hah ' r rod id o h:1cc r estud ios y ad -
que dura d proceso. Katharina se refugió durante un tie m- quirir un conocimiento profundo del latín, ele un latín por
po en casa de su hijo e n Linz, regresó a Alemania, sufrió lo (k;m:'ts más d:ísko qu e esnM1stico. La necesidad de for-
un arresto de catorce meses. L1 obstinación y la pacie ncia mar un cuerpo de p:istores sclect.os capaces dl' hacer bue n
de Keplcr, la actividad que desplcg(J fueron finalmente co- papel frentl' a sus advl'rsarios ca t6licos se ba hía traducido
ronadas por el éxito: d astrónomo obtuvo la libertad d e 1e tlmente en el d ucad o dt; Wurtl!lllhl'rg , donde vivía la fa -
milia de Kl'pln, e n todo un siste ma de ayudas para j(>vc-
su madre en 1621. Es preciso señalar lo que de excep cio nal
ncs pobres y honrados, y d e una de cs1:1s :1yud as se he -
te nía un resultado semejante: era completame nte extrao r- ndkiú Kepler: se le c n vi<'> :ti se minario menor d e Aldcl-
dinario lograr b lihe raciún d e una acusad:1. La sa lida de bL·rg y luego al se minario ma yor de Maülhronn, nm l:i id ea
tales procesos es normalme nte la muerte y la fa milia debe de co nve rtirlo en pastor, con lo q ul' él estaba tota lme nte
considerarse muy dichosa si no se la compromete también''-'º. de acuerdo. Cursos e n latín , oblig;ici(m de los alumnos de
Sólo un afán de perkccic'Jn e independencia e n mate ria hablar l:itín entre e llos, estudio sistemático de las grandes
de ciencia y literatura explica que Kepler, en medio de este o bras clásicas y de Ja retúri c 1. l<l!pln saldrá de a llí con
p eligroso temporal , no arriara velas y eliminara cualquie r una rerfecta familiaridad con la lengua y una gr;1n fr1cili-
alusión a duendes y hechicerías en su librito. dad para escribirla . 1. .. 1 En fin, su interés por la antigü e-
dad será lo bastante intenso para hau:rle apn:nder el griego
como autodidacto en la l!istoriu 11erdadem de Lucian.o. Este

30. Hemos traducido de M. Ducos, rp . 7-8. :\ l. Traducido de C. de Buzon, 1976, U, p. 768.

38 39
FRANC!so > So<AS JNTIHl l>l :<.:<:1c·>N

conocimiento <lel griego le pe rmilir:í preferir constantemente jeto de verdadero estudio ling üístico, s irve sin e mbargo d e
la expresión origi na l, sobre toJo para los té rminos matemá- blan co a los crn n enlarist:1s , c u yas apreciaciones :ísperas so-
ticos, frente: a las traducciones latinas a m enudo equívocas"32 . bre su oscuri(bd , su seq uedad , s u p esanlez y su intra d u-
cibilidad no d ist inguen sk m pre entre Jo que es dific ull:1d
Su latín es fun cional y técnico. < ~ uar<la algunos voca- de comprc ns iú n del fH! llSctJJ//Óli<J dt• Ke pler y fa llo de s u
blos y g iros propios cid arislotelismo escolástico y la astro- exjJresián"5·1•

no mía medieval, pe r< > infunde a su prosa cierto aire culterano


y barroco, metiéndose c uando quie re e n florituras de estilo. El mismo Kepkr crn conscie nte de las dificultades qu e
Pu ede cll'.cirsl.', no o bsta nte, qu e entre los pliegues de su repn:.::sentah;t la rcl.úrict propi:1 dd latín en rclacicí n con ese
s intaxis se esconde s iem p re un ~1 in telige ncia rigurosa y despo jamie nto vcrb;Il qut· ex ige toda ciencia matemática.
decidida. Las líneas argu me nl alcs, scíl idas y b ien trazadas, Sin embargo, era el lai ín u 11:1 lengua excelente pa r;1 las es-
saltan por e ncima d e f'rascs tortuosas y pala bras sobreen- pecu lacíones nloscíf"i cas a b s que Keple r se entregaba con
te ndid;1s qu e pon e n ;1 prueba b s;1gacidacl del lector. A l:1nto gusro . Nos dicl' just11ncnre por e ll o:
pcs;ir d e este retorcimi e nto hay qu e dejar claro qu e Ke ple r
es mu y versado en htines, unto, que cuando quiere es capaz "Es hoy día mu y dur:1 1:1 comlici(>11 de escribir lib ro.-; ma -
lc m át icos, pa rlicularml' Il lt: :1stro nl>111i cos. Fn t·l'eno, s i L'll
de componer, como se ha visto, un sole mne e pitafio o un
l:1s proposiciones, exp lic:1c io 11es, demoslTadoncs y condu-
poe mill;i h url<>n t'l1 el m:ís puro l 'srilo d e Marcial3·'. Algun a
siorws no Sl' observa la precisi<'>n dehid:1, el libro no l ' S
vez ap:t rl'cen vocablos , junluras y frases virgilian as, cosa marcnütico. l'no s i SC' ohscrv:t , s u lectu ra lleg:t a se r m u y
q ue no t's ele ex! r;11);1r, pul's Kcplcr l uvo que frecuentar por dilk11 1i us:1, sol>rc· Lodo L' n lengua lali1;: 1, (jlll' n o posee :1r-
fuerza a Virgilio c uando e n (~ raz , ;Il no tener alumnos de tku lo y :1 1:1 q11 t· k i':dt;1 1:1 donosu r:t pro p i:1 de la g ricg:1
111a1cm;íl ic 1s, tu vo que da r cursos sohrl' el poeta la tino . An- 1... 1. Inclu so yo , qu e prok·so como 111:11cm:ítico, m e canso

tes que f'o rjar un ne ologismo pre fi e re dar un sesgo nuevo con 1:1 k " 1t1r:1 dv mi ohr:1 c uando inll'nlo ha ce rm e con el
a un tl' nnino tradicional. Ga lileo escrihicí en latín e italiano, Sl' ntíd o de la s d<'ll1<>slr:1c io nl's que , pese a todo , lll' incor-
y sus textos L'll la le ngua mate rna so n como p iedra Rosetta por:1do pnson:il 111t'lll<' t'll b s f'i g uras y el texto"-''.
par<1 inl e rpreur su latín , q ue ti ene ad c nüs un fue rte sesgo
rom;1ncc. En ca mbio Kcple r no conoce o tra leng ua cie ntífica
y filos<'> lka que un latín, que, e nrevesado pero castizo, se 8. LA FOiffllNA

e rige en única cl ave inte rpre tativa de sí mismo.


T:tl vez d Somium e rnpez(> a tcner descl'. nck:ncia antes
"El latín de Keplcr" - de nuevo le cedo la palabra a De qu e la imp renta lo 111ulliplil·;1ra , cuand o todavía circ ulaba
Buzon- "tiene mala rep utación. Sin habe r nunca sido oh- incompleto y e n f'orm;1 de bo rrador manuscrito . El poeta
inglés Joh n Don ne (1')72- 16~1) compuso su Conc!aue z~ ­
natianurn, una sátira ed itada en Londres el año 1611 "' en
:12. lie mos tr;id uddo de C. Lk Bu zon , ·1976, 11 , pp. 7ú8-769.
3:1. Dos de ellos aparecen insertos e n las notas (7) y (59) del Sueiio;
un tercero, c'. 11 b nota U2), pu ede ser una c ita, procedcnll' ;1caso de un
libro de e mblemas o algo así. Al fina l d el apart,1do ·i d e l'Sla lntroducci<ín .~4.Trnducido dt· C. él e Bu;.:on , 1976, TI , p. 7(18.
aparece el epita fi o que para sí rcda c tú e l ast r(momo. El 1rn:tro de rodas 3~. Prefacio de "1 AsLronomia Nooa en G. W , W .
estas composiciones es el dís tico elegíaco, estrofa popularís ima en los 36. Jlay un:1 ed ici<Ín moderna de una traducciún ing lesa del XV ll : T~-
medios humanísticos. 11utü1s /lis Omdm'<.', cd. de T. S. J lealy, Oxford , 19<>9. Sobre el incidente

40 41
FRANCISCO SocAs JNTR< >I >l lCCJÜN

la que se cuenta no precisamente un viaje a la Luna sino del sistema ptolemaico, que aman y defienden por igual la
un descenso a las honduras de la Tierra donde arden las ortodoxia astrológica y la cató lica, no quiere ni nombrar:
llamas del infierno cristiano. Sin l'.mhargo, menciona a Ke-
pler en tono burlón , y es casi seguro que, en manuscrito , "El doctísimo Atanasio Kirquerio escribió con notahle ex-
conoció una prime ra versión - acaso d escueto relato del tensión y dulzu1:1 este Viaje en un libro, que después intitu-
viajl'. lunar sin las "Notas"- del SucFw. kí Cami1uJ extático; y en él dice q ue fue llevado del ángel a
l Jn contl'.mpor(tnco suyo, Francis Goclwin (1562-1633), registrar todas las oficinas del orbe. Otro (ele cuyo nombre
e ditcí otra historia fa ntástica, q ue, esa sí, hablaba de un hom- no quiero acordarme) hizo pacto con el demonio por que le
descubriese las mat: tvillas de esta cósmic-a máquina. Y(> rn >
bre l'.n Ja Luna 57 . El l'.scrito se reclac!ú e n 1629, pero vino a
soy tan bueno como el uno, ni tan malo como el otro; porque
publicarse en 1638. El héroe y viajl'.ro, tal como quería Ke- ni ha querido guiarme el ángel, ni yo quiero que me lleve d
p ll'.r, es un español fornido y reseco, Domingo Gonzales, diablo. Los dos escribi eron como espíritus, y yo como pohrl'.
que, a l igual que 1) uracoto, enc uentra demonios en su su- hombre, con que se clL-.;curre la diferencia q ue habrá de s us
bida a 1:1 Lun:1. El mundo lunar no es tumultuoso como en pape les a este borró n. Sin m:ís lazarillo que m.i fanrasí:1, y
nuestro Sue!lu sino tranquilo; s(>lo la claridad excesiva, no durmiendo a pierna sueh;i, he concluido las mis1nas jornad:is;
e l c il o r, lo vue lve e n oc1siones insorortahle. es Vl'rdad que ha corrido la posta mi pensamiento. Los dos,
Alh:tnasius Kircher ( l úOl-1680) , aquel jesuita de curio- como llevaban compañía ele s u g uslo <y que les haría d
sidad omnívora y fantasía desbo rdante, compuso en latín gasto), pudieron detenerse en él; pero yo, como llevaba pcx:os
cuartos, no pucle detenerme sin irreparable alt:tso y desco-
un Jter e:x:staticwn coeleste. Se trata d e un viaje por los cie-
modidad. Yo, lector de mi alma , te doy compc ndiatb s e n
los en com ra ñfa de un es píritu, p ero esta única semejan za estas corl :1s hojas las maravillas de una y otra esfe ra , no
con é l no prueba que conociera el relato de Kepler. omitiendo sust:1ncias que no ponga e n tu notici:1"'''.
l In pcrsonaj<.: que nos recuerda e n muchos aspectos al
quijotesco Torr:1llx1 fue el estrafalario escritor y nigromante El viaje ro vive tod:1 su aventu ra, cómo no, dentro d e
don Diego de 1<>rres Vi llarroel 0693-1770) que en ple no Si- un s ueño evoc:ido en l:t modorra ele una espaüolísima sies-
glo de las Luces vivió cultivando crepusculares y arcaicas ta. Tal como Duracoto, cree que la lectura de un libro -el
cie ncias. Fruto de sus aficiones astrolúgicas es el Viaje fan- de Kirche r justamente- provoca sus visio nes. En la cuarta
tástico"" que, según el "Prúlogo :1 quien leyere'', compuso jornada del viaje llega a la Luna acompañado por unos ami-
en ocho dfas. Allí mismo se mencionan bs dos obras en que gos. Refiere así su experiencia:
se ins pira . La una es el 1ter e.xstalic1t1n ele Atanasia Kircher y
la o tra es acaso el Sumio de Kepler, al que como destructor "Allí e m pezamos a discurrir por sus mo ntes, va lles y lla-
nadas; no vimos, ni en los más ocultos rincones, aquellos
vivientes que dijo Pitúgoras, con que tuvimos por apócrifo
habla M. H. icolson , l 910, 268-272. Véase tambil:n W. Applebaum, 1971,
B2- F\4.
la opini(m dc su escuela . i vimos mo nstruo alguno; sólo
. :)l. El lector pued e conocerla en esta ed ic i<'> n (bilingüe): L'homme dcms pudimos percibir que era un globo mu y parecido al de la
la Lune 76:)8, éd. d 'Annie Ma rti n, Nancy, 1980. Tie rra en lo desigual y escabroso; r e ro tenía movimiento"1º
:)8. El título completo reza así: Viaje Fcmtáslico del gran Piscátor de
Su/amanea. Jornadas por uno y otro mundo. · /)escu/Jrimientu de sus sus-
/andas, generaciones y producciorws. Cien.cía, j1ticio y con¡etura del díct .)'). Diego d e Torres Villarroel, Via¡e j ú nrcísliw (Y otras obras), con
22 d e 1rw¡~i de es/e prese1//e m i.() de 1724 { ..]por s1.1. aut"r.el bachiller don una intr. d e Albeno Laurent, Barcelona , ] 996, p. 15.
Diego de 7inres. 40. Jhid., p. S5.

42 43
--· -· - -···- · · - - -- -- -

fH A CISCO SOCAS [ NT IH >1>UCC H)N

A este movimiento de esta luna ptolemaica sigue una maras redondas de cien leguas de a nc ho y más de diez de
tram oya de orhes deferentes y excéntricos, de epiciclos y hondo (bien pronto se han resgua rd:tdo contra e l sol su
esférulas, tan comp licada que uno de los interlocuto res in- enemigo), porque son gentes nüs c ivi lizadas que los villa-
terrumpe: "Señor astrtilogo , yo no he entendido palabra de nos zafios y ruines qu e cam inan sobre d sucio sin manera
lo que vuestra merce d ha dicho ";1• -privolvanos se les llama-, con los que est;ín en guerra pe r-
En la Francia qul"' a lberg(> el movimiento literario y filo- petu:1"H
s(ifico del libertinaj e e rudi to, Cy rano de Bergerac (1619- Berna rd Le Bovi e r de Fontene lle ( l(i'i7-1 7'i7) , e n s us
16'i')) escoge para s u satírico viaje a la Luna un medio de 1:·11tretiens sur la pluralitc' des mmtdes ( 1687), se pregunta
tran sporte singu l:tr qu <: consiste en una suerte de canana o u)mo es que ciertos genios que puebl:111 el C·t.er son ca paces
cinturún donde se embute un bue n número de ampollas d<: atravesar el aire espeso que nos rodt::f''. Consagra dos
con ag ua de rocío. El rocío, que por naturaleza propia su- jorn:1das <la scgumb y 1:1 te rcer:1) a la d emost r:1ciún d e
frL' la atracci(m del ca lor del sol, ascie nck· y e leva al prota- que la Luna es una ti err:1 liahit:1da . Sus argumentos, al
gonist:1 por los aires. l'ostcriormcnle, e l viajero rompe unos p:trece r, deri van del lib ro antes 1m·1icio11:1do de John
cu:1nt.os frascos y (k·scicndc sobre la Luna cuando se cruza Wilkins , si bie n es harto problablc que hicicr;1 una l e~"!L1ra
<:n s u rut;1. Nos int e res:1 reseña r qu e :il comienzo de L'autre directa del S11e1io , pu es habla de los ge nios que descien-
mmu.fe nombra a Kcplcr y recue r(b que para él, la tierra den por la sombra de la Luna y ele las ca vid ades d o nde
visU desde la Lun:1 p:trece un s atélitL''-~. vive n lo., selenitas .
El Filúsofo ing lés 1lenry More ( l 6 l!f-Hi87) escribió un M:1ric Annc ele Houm ie r 070'>-nTI ), e n los l«~}'tt.(!('S de
lnso1n11 i t11n l'hi/osu¡1bic u111. con ecos seguros del sueño ke- Milord c<>tun dm 1s les se/ Jt /Jfanetles ( l.;1 1 i" aya l7(i"i), dcscri-
plcri:1n< >. IK· unos sele nita s supe rficiales y rid ículos. No lil· ne n cahe-
Su conl e rr:t1wo _l o hn \Xfilkins Oúltí-Hi72), obispo de Che- 1.:1 y lllUl'Slra n una gran hoc:1 en 111e dio dd pec ho. Sus c:i-
st.e r y lmmbrL: de ciencia, puhlin'> en L6'.)8 un opúsculo ti- s:1s son pur:1 :1parie ncia , hed1:1s tan s<'>lo de fa d 1:1 da con
ttilado 1:·1 nmndo de la /,111ui' dividido en dos libros. En el puerla s y ve ntanas qu e d:111 al vacío. La gcnlc st: besa y
primero defendía que la Luna pu ede ser un mundo. En el sa luda con muestras el e lwlagos, sie mpre dispuesta a obte-
segundo post u la ha que b ticrrn l~ra aciso un planeta. Torna ner fav<ircs.
mu c has cosas prestadas del Sue1l<1 con referencias explíci- El danC:s 1lans Ch. Anclersen (183')) esce nifica un:1 Luna
tas ;1 sus " olas" y al "Ap<·ndice". de cuento, rcspbndecie nte y blanca como ni eve recié n caí-
El poda Samud Butler (]612-Hi80), ;t utor de l fa moso da . Un vi:tj<:ro descubre e n ella un:1 c iucl:1d de ccl ificios
poema qu ijotesco f/11.dihras, también hace rekrencia al Sue- tT:msparentcs y albumi nosos. Con recu rso mil veces re il.e -
tzo en su poem:1 1:·h:fante en la Luna: "Los habitantes de la r;ido por los venideros relatos de fi cc i(m c ientífica, los se-
Luna, a medio día , ba jo el sol ard ie nte, se esconden en cá- lenitas se comunican po r tele patía .

/i J . !bid., p . 5ú. 44. Ci1:ido por/\. Koesrler, 1989. p . 335.


li2. "Je crois 1. .. 1 qu e b June est un monde comme cdu i-ci, a qui Je 1
i'i . .. l·: t je· m'l'tonnc bie n que cc ux qui 0111 b fo li e de cruire que des
ntJlre se rt de !une L.. ] .J'cus hcau alléguer qu e Pythagorc, Ep icure, Démo - gl' nies corpord' hahitcnt l'a ir le plus pur ne disl'nl :i ussi que Cl'. qu i bit
n ite , et de nf>tre fi ge, Copernk et Kc:pl er, avaient C·té d e cet av is ... " (cita- que c~s gL·n k:s Tll.' nous re 1H.lent qut: des v i."til c tn:.·s rarcs e t 1n>s co urtt~s 1
do por M. Ducos, p . 167, n. 8). c\·st qu 'il y e n a pe u d 'entre e ux qui sac hc nr plo nger e t que Cl' ux-1:1 me-
43 . J lay una Lraducdón francesa "l.e Monde dans l:t Lune" realizada mcs ne ¡wuvcnt faire jusq 'au fo nd dl' cet air C·¡xtis <> LI nous somme., qu e
por d Sieur de b Montagne, (!{ouen , 1656). des plongeons d e rres pe u durée,. (Jornada tercera ).

1
44 45
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JN·l'll<> I H Jt :t :IÚ N

Según M. Ducos, a raíz de la publicación de las obras Ke pler.. La Luna , en efecto, ap arece como un mundo des-
comple tas de Kepler por parte de Christian Frisch, en tre a pacible y mortecino donde se mueven animales gigantes-
1858 y 1870, y la ap arición el e las prime ras traducciones cos. La vegetación , constituida por plant;1s espinosas y lí-
d e l Sueiio, renació e l inte rés por el astrémomo. Así, un tal quenes, crece durante una jornada para marchitarse durante
Louis Figuier hace a Keplcr protagonista de su drama his- la noche siguie nte . Los selen itas lleva n una vida su bterr:í-
tórico Kepler ou l'Astrologie et l'Astromnnie. nea. Todo coincide con las figuracio nes d e l Sueiio hasta el
El hombre que a fines del s iglo XIX más contribu yó a punto c..¡ue Cavor, el protagonisCa, no pu ede por menos ele
la popularización de la ciencia astro nó mica , Camile Flam- exclamar: "iKepler tenía ra zé>n!".
marion (1842-1 925), hace me nción ex presa de Kepler y su s En años rec iL~n tcs tanto Kerle r como su Suet'i.o se han
visio nes lunares e n Les mondes frnagi naires et les mondes convertido en argumento d e ob ras li te ra ri as , y así tenemos
réels (1864). En los prolegómenos de este rratado Flamma- que e l novel ista irlandés .John lktn vill c lu com puesto dos
rio n , como Keple r, idea una atronrnnb lunar y le toma relatos qu e despliegan ror extenso el c u:1dro social y b
prestadas a nuestro a utor las coo rden;1das e incluso los :1ventura cie ntífica de Copé rni co y Ke plcrí", mientras que
palabras de su inve nció n que designan una y otra cara d el el úio 1970 Jolm More publi caba una pil~Za de teatro c uyo
sat~ li tc : 'Privolva' (cara ocu lu ) y 'Subvolva' (cara visible) . tít ul o e n lengua alema na lo cli(;e todo: Smnniurn. l<ej;/e1:,·
El celebérrimo Ju les Ve rne Cl 828- l l)O'i ), -todavía popu- írm.i.rn 11u11 Mond.
lar y leído en nuestro tie mpo- no hace me nciún alguna d e l
Suáio e n su novela Oe la 7'erre ú. ta !.une (1865) donde
no mbra al Domingo Gonzales de Godwin y al propio Cyra- 9. l' llNTO FINA i.

no, pe ro no al Duracoto ele Kepler. l ~ n c1mhio en Autour


di! la !.une, lmpey Barbaricane, el pres ide nte del G un-Clu b A la con lcm pbci <'> n de un objeto lcj:1 110 sigue el deseo
de Balti mo re que tras la g ue rra civil propone a sus socios de acercarse y tom:1r poses iún. fnmed i:1r:11nente después de
la loca empn:sa tk: llegar med iante un c 1ñonazo a la Luna, los prime ros vis lumbres telesc<'>pieos de la Luna Kcpler ima-
recuerda "la p eculiar o p inión d e Kep ler sobre la formación gina un via je que reso lve ría la s in c(>modas incerti dumbres:
de estos redondeles", e n evid ente a lusi(m a la idea, expuesta
e n e l "Apéndice" del Suerl.o, de q ue los cr;·11 e res lunares son "No hay 111:'1s rem ed io qL Je l'l'l'lT L'Sfa s cosas hasta que
al gCtn cx plor:1dor ha g:1 acto de prl'scn cia all í"·°-
murallas de inmensas ciudades circulares.
Poco conocido es el libro de G. le Faure y H. de Gra-
ffign y, Aventures e.xtntordinaires d 'u.n sauant ru.sse (París De este modo, la cien cia astron<'>mica en s u a nh elo de
1889) que en su prime ra p arte se desarrolla en la Luna. aproxima ción sugiere m uy pronto los via jes espaciak:s. Todo
Famoso y, además, lleno de ecos kepleria nos, es e l re lato viaje es ansi:t de espacio y cumrle un proyecto tra zado por
de H. G. Wells (1866-1946) 1l?efi:rst rnen in the Moon (1901).
En é l se cuenta c..¡ ue Cavor, célebre científico, ha descubie1to lió. f<u/>ler. A Nol!el, Lo ndres , 198 1 (ha y 1r:1duccit'm es¡xuiola pu b lica -
da por Edha.sa). Véase F. C 111011 , "De h grande syn taxc au licu commun.
una sustancia dotada de propiedades antigravitatorias (a la
lJisto irc:. et mét:afiction da ns /Joctor Copernicus et Kcplcr el" .f ohn Banvi-
que llama "cavorita") . Acompañado por Bedford, escritor y lk", e n M. Du¡wrray (cd.), Jlisluricilé d rnBc¡/iclim1 dans le ruinan wn-
ho mbre de negocios , constru ye una esfera de cavorita que tcmporain des lles /Jritannú¡ues, J\ix <éll !'rove1K<é, l lniv. de l'rovence, 1994,
le permite viajar a la Luna. We lls ajusta e ntonces su histo- pp. l ú7-Ull .
47. Sonmium, nota (202) de Keple!'.
ria a deducciones físicas y bio lógicas semejantes a las de

46 47
l NTROl >l ICClÚN

deseos y a ñoranzas. Al homhrc p rimitivo lo incitaba la vi- es de una monótona vastedad inconcebible. Ubique et sem-
sión real de las tie rras próximas con su riqueza promete- per eadem.
dora. Pero al hombre ele hoy no k: ocurre nada d e eso. Ya se insinúa e n las gentes y los gobiernos cierto can-
Viaja adonde q uie re y porque quiere. Siempre inquieto, p re- sa ncio y desd é n e n re laci(m a los viajes espaciales. fü ifacl
tendiú el cielo, y eso a pesar de que cielos oscurecidos por Sánchez Ferlosio Jo dijo con g racia a l comienzo d e un so-
b lu z de las ciudades y los detritu s gaseosos de la indus- nado ensayo donde blasfema contra los dioses insidiosos
Lria d eja n ver escasas estrellas y pbrn.:tas . Sin e mbargo, esa y c ru e ntos del progreso:
ilus iún, natura l o induc ida por la ideología del p rogreso,
Sl' ha apagado mucho d espués de los p rim eros y c01tos "El desprestigio popular del espacio era completamente
v iajes espaciales . Co rre po r b s p;íg inas de los informativos nornw l. Cuando las informaciones televisivas pretendían
y rcv isus una anC·nlota - qu e no ;1cierto a decir si respon- demostrar document;ilmente que unos hombres h;1hían arri-
lx1do a la luna, la ol>lig;1t ori;1 obediencia al testimonio gr:1-
d e ;1 un s uce so colllprohado pero que encaja a las mil ma-
fi co - nüs autorita rio que una imposiciú n dogm;í tic 1- fo r-
r;ivillas L' ll lo probable y significativo- que cuenta que cua n- z;1ha , por una parte, a los espectadores al ;1c;1t;1111iento,
do los rusos consiguieron , grac ia s un ingenio costosísimo , 1.11ie ntr;1s, por otra, el contenido mismo de ese test imonio
lútog r:1fi:1r la c 1r;1 oculta tk- la lu11 ;1, los gobernantes pre- les infundía el oscuro sentimiento de que, cotllra lo pre-
g unt:1ron :1 los ex pe rtos : "Decidnos con p alabras claras y te ndido, nadie de este mundo había alacanzado de ver-
sL·ncillas qué ha logrado en dcfinit iva esta expe dició n ". Y d:id b luna. Era un sentimiento que respondía , por lo de-·
e llos contesta ron: " A vcrigu :1r :1 c ie nci :1 c ie rta que la ca r~l nüs, a una verdad de Pero Grullo: J;1 luna es i11ltu1nana , y
ou ilt :1 d e l:i lu na l'S igu ;il q ue la o tr:1 que desde acá se ve ". los honihres pueden alcanzarla ta n sc.llo en l:i 1nism;1 nie-
dida en la que se mantengan apartados de L"lla. l·: n dccto,
Co11oc id:1 es !;1 sen t·e ncia de uno d e los primeros astro nau-
el dl'scomunal conju nro de las prótesis ahsolu1:11 ne nte in-
t:1s alllcr ic 1nos qu e tl esnihi ú 1:1 luna rcci0.n pisada como
d ispcnsa bles ·-hot;1s l:istraclas, trajes especialísimos, i>om-
"un ;1 vasta l'Xlcnsiún de nada ". l';1ra ul viaje no necesita- honas de oxígeno, escafandras etc.- , flL'U tralizando el me-
mos ;ili"o rjas un caras , desde luego. Las exploraciones ce- dio lun;1r y trasladando o reproducie ndo el lern.:stn.:, les
lestes qu ieren ca lmar d prurito qul' d Ll s p rovocan; patean permitía n entra r en contacto con la luna justamente mer-
sollrl' s í rnis111as pa ra d a r un brin co impos ible. Por eso las ced a s u ca pacidad p;1ra mantenerlos apart;1dos de el la . Si
inst itucio nes interesada s en l;i L;1rc:1 y me tidas en estos trá- te pones un guante de goma y luego metes 1:1 mano en
ragos intcrplanet:i rios ti ene n como Cinico y principal argu- sos;1 cúustica, no puedes decir q ue has tocado sosa cCtus-
nll·nto para con tinu ;1rlos y p:1r:1 pe dir una nueva p a rtida Lica - no ot1~1 es la verdad ele Pero C rullo ;1que me rdcría".; 8 .
nüs gene rosa e l que ya a nt es S l~ lt:iya gastado muc h o
l'e ro no Jwy cuidado, los h echos se impondrán. Las d es-
dinero.
Por eso el v iaje a las estrel las, protegidas de nuestro asa l- com unales e intra ns itables distancias dictar::"in su ley. Dentro
to por distancias inhumanas , s ie mpre se r::"1 un viaje literario de cien , mil , un millún de años (otorg ué mosle una esperanza
más que c ientífico. Lo qu e podemos ve r o reco ger de o tros ele vida larga a la especie) , c uando ya la human id ad ha ya
mundos es inútil. Todos esos mundos son s imilares a una abandonado definitiva m ente toda vele idad viajera y, no re-
parte de la tierra (y no b mejor) y si :dguna vez se e ncon- signada sino sabia, se entregue a otras tareas de fe licidad
trara y se pud iera llega r a un mundo como la tierra no se-
ría más que eso, una re pe tició n . lJ n:1 de las leccio nes que íf8. l(afad S:í ndK·z Ferlosio, J\1ientras no carnhien los dioses, nada ha
nos h a dado nuestra o rg ullosa c ie n cia es q ue e l universo cmnl>iado, Mad rid , Alianza, 198ó, p. 9.

48 49
fitA NC1"X J SOCAS

y conocimiento, los museos guarclar{ln los cohetes espaciales


como obeliscos pretenciosos y monumentos consagrados
a falsas divinidades por una civilización incomprensible: ad-
quirirán para skmpre el aire funeral y polvoriento de la
Hi storia y la Cultura . Entonces Jos hombres caminarán sobre
la faz dl'. b Tierra con los ojos cargados de asombrada in-
telige ncia.

BmuoGHAFíA

CE! nomhre o sigla que precede al s ig no = se utiliza como


ahrcvi:1tur:1 e n las citas; en los d e m;'1s casos bs refe re nc ia s se ha-
r::í n por nombre y año)

O. RE Pl'.lff()f{[ ()S llTBJ.JOGRÁFICOS

M. CASl'AR, FJihlio,~ra/>h ia Ke/Jleriana, Múnich, l k:ck, 1968


(2" ed., revisada por M. l.ist).
M. LIST, "Kepler Four f-lundrc d Years", Vistas in llstronomy,
18, 197'i , 9'i6-1005 lpar:t el pe ríodo I 967-197'il.

l. EDICIO NES

1.1. De obras de Kepler

G. W = .foannes Kepler. Gesammelte Werke, bajo la direc-


ción de Walther von Dyck y Max Caspar, Múnich, Beck,
1937 ss. [El Somnium se halla e n el t. XI, 2, pp. 319-
379; se adjunta un estudio, pp. 473-497, y notas, pp. 516-
538; la ed. está a cargo de M. List y H. Gréissing 0993))
FRISCH = joannis I<epleri astronomi opera omnia, ed. Chris-
tian Frisch, Frankfurt-Erlangen, Heyde r & Zimmer, 1858-

')() ')J
FH.i\ N('.JS('.( ) S C)< :.l \S J ~ I B l.lf)C ; 1~ 1\ FÍA

1871 , 8 vals [Reimpresi(m en Hildesheim , 1971. El Som- E. ROSEN = KejJler's Somnium . '!Z?C' lJreain, or Posthuinous
nium se halla e n el t. Vlll, pp. 21-751 Wbrl<: on Lunar Astronon~v. Trans late d with a commen-
Somnium = Job. KejJpleri Mathem.aticí olim l rnperatorii Som- ta ry hy Edward Rosen. The l Jn iversily uf Wisconsin Pn:ss.
niu1n, seu Opus Pusth11munz. ele Astrononiia Lunari. Di- Madison , Milwaukee, and Lon don, 1967.
Vll~!!,atum a M. /,udouico KejJ/Jlero/ilio, Medicinae Can-
didato. lmjJressum jJartirn Sagani Silesiorwn, ahsolutum 2.2 . De otras obras y o tros ;1uton.·s
Fruncujúrli, su111/Jtih11s heredum uuthoris. Anno J'vf DC
X XXI\; lí'.:1ga n-Frankfurt 1(13/il IH:1y edición facsímil a
E. RADA GARCÍA, ] ohannes Ke/ Jler. IN secreto del 11niverso,
c1rgo de Martha List, OsnahrC1ck, Ze ller, 19691
Madrid, Alianza Universidad , 1992 ftraducción prologa-
1. 2 . De otros
da y a notada del Mysteri111n Cusmogra¡1hicunt . I
E. HOSEN, Kepler's Conversalio1t uiifh c;afileo sidereal Mes-
IWl ·:Y t·: I< = 'f) dw1tis Hmhe ntmi U/Jera 0111.nia , ecl. J. L. E. se11ger, Nueva York, 1965.
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t>e/úcie = /Jejúcie 1¡11rw i11 orhe !1111 ae üjl/Jaret, pról. , edic. l;i I hssertutio cum nuncio sidereo d e Kepler, con u nos
y trad. de 1L1rold Clierniss en l '/11/arch 's 1\!Tora lia, Lon- Apénd ices sobre las manchas solarl's y los primeros tiem-
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54 55
- --- - --·-··

~~dJbd:Jb:!~~ ~~~~~~-bd:~ :=:'=='" rl

~ IOH.KEPPLERI ~
1j1MA THEMA TICI ~
ti OLIM IMPERATORII 11~
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ANNO M DC XXXIV.

9!E:i§lig~E§~~'P.2t~t~~2c-ª~~ ~
!'orlada de la /!rimera edicüin del Somnium ( 1634).
·- ··-···-·-··----···-···- -·. ··········- -- - --------· ...•. --··--·- - - - -··- ·- - - -- -- -- - -

CAiffA DE LODWING KEPLER

Al !l11slrísimo y h':x:celentísimo I 'ríncifie y Serlor l>on Felipe,


/.(/1/(1.f!. rct/le de J-Jesse 1, Conde de Catzenellenho,(!,en , J)fetz, /,ü'.~e n­
heim. y Nittau, etc. su Seiior y l'Jincij1e Clem.en lísinw, etc.

JI ustrísi1110 y Excck:nt ísimo Príncipe, Seüor C:k:n1cntísirno:


Cuando m i padre .Joha lllK'S Kcplcr, astrónomo imperial,
se c 1nsó dd movimiento de la masa te rrestre, se puso a
soña r con b astronomía y d movimiento del glo bo lunar,
pe ro ¡no sé quC'. mal presagio tr:1í;1 este sueño consigo ! Para
nosotros sus hijos fu e d esde luego mu y aciago, po r más
agradable qu e para d fuera y por más que él deseara asis-
tir ·a su cumplimie nto . Cua ndo nuestro Su eño estaba ya re-
dactado y se e ncontraba e n la impre nta, nuestro padre , su-
mido, ay, en un sue ño más p esado -como que era de mue r-
te-, vo ló con s u alma más allú de la región lunar hasta el
é te r (esa es nuestra esperanza al me nos), abandonándonos

1. Felipe Jll (1581-16tí 3 ), landgrave de J-lesse, rambién lla mado Feli-


pe de Hesse-Butzbach. Era g1: 111 afic ionado a la asrronomía y las mate má-
ri cas; v<Óase más ahajo la nota ( 179) d<.: K<.:pler al Sueifo. Ke pler le ded icó
su o bra Cb ihas lo[.ictrithmorwn tk lú24.

59
EL SuEN(> o LA A sTJ.{ ()!\ o rv1íA [) F LA L1 1NA
JOIIANNl·:s KE1'LE1<

a nosotros sus hijos y de jándon os expuestos a los ultrajes como p ara mi cuñado habría d e ser el d e la mu e rte? Y s in
d e la g ue rra y a las mise rias d l' este mundo y privados casi e mbargo, puesto que la obligació n d e un hijo no es d eja r
d e toda riqueza temporal~ . lln personaje muy famoso y sa- que caig;1 en el olvido el no mbre J e un padre t:111 céle bre
y honrado, sino m::ís bien, caso de no poder por s u propio
bio , Jacob Bartsch, doctor en 1ncdicina y profesor designa-
do de matemá ticas e n b llni vl'rsidacl de Estrasburgo , mi t ilento e ngr:mdecer la fama del p:tdre , mantene rla en lo
cu fü1do , se hizo cargo d e la i111presión del lib ro , cu ando , qu e pu eda , no fui , pu es, capa z de neg:mnc a sus peti cio-
s in haberse rematado a ún d negocio , víctima también é l n es, sino q ue llegué a ofrecerme a ell o d e buen grado.
Sin e mbargo , la e mpresa está por abor:1 falt;i de un p;1 -
de grave cnf<.:nn edad vino a rnorir'-
Durante c.stc· tiempo yo, lul'go de un viaje que había trocinador. Difícil seó. encontrarlo e n estos tiempos entre
c·mprendido en compañía de cierto lxuún austríaco4, regrese~ ho mbres de guerra, qu e poco se cuidan de la astronomía
:1 /\lc111:1nia. Corno no tc·ní;1 la 111cno r noticia sobre la sitw1- de esa hola qu e es la Luna , c ua nd o tiene n rn ::ís b ien que
c i(>n d e los mío s d esd e lia c í:1 d os a lios , escribí de sd e c uidarse de q ue no los hiera n y mafe n holas qu e d ispar;in
¡:r;mkfurt a Lusa cia', do nde se· lt:tlbhan . rogándoles q ue me arc tbuccs o c:u1oncs". Por dio no lle podido enconlrar pe r-
hicieran s;1ber cc'imo estaban y si seguían vivos. Inmediat;1- sona :tlg una qu e sea nl::ís digna que Vos, 1lustrísirno Prínci-
mente mi madr;1stra , que se· h:1hía quedado viuda con cu;1- pe , ¡x1 r;1 co ncede r a este breve libro el llc ndkio dl· vuc·s-
tro hijos pcc¡udios y s in dinero , cog ic'> los e jempla res in;1- 1ro pa troci nio. Pu es Vos sois e l m ás versado e n los c:ílcu -
c 1hados del S11e1/ u y, e n rno nwnlo de l:lnta agitació n y e n los astro rn'>micos, Vos estáis muy ajeno a la loc ur;1 de ];¡
comarc 1 un azolada por la c 1rcslí:1, vino a so licitar mi ayu- g uerra y Vos sostuviste is con Vuestro mu y Cle mente l':1tro-
d:1 , siendo así que era m:ís hivn yo quien necesitaba el so- l'inio a nuc·stro padre mientras estu vo en d mundo de los
corro y apoyo de ol ros. Me· ruega que haga por que se vivos. lk esta s uerte , s us hijos espe ra n con firm e nmCian-
completl·n los eje m p lares dd S11c1i o . Pero ¿qué cosa bu c- z:1 que Vos nu negu C·is vu estra Pro tccciún ni ;1 s us pe rso-
n;1 pmlí;1 cspe r:1r yo de un Sucúo que tanto para mi padre n:1s ni a L'.~ lc lihrill d . /\ tu vC·s dL· mí dios se enc<>111ic·1Kbn
1111 milde mentc a Vuestra /\lte1.a llu strís i111:1 junto con este
Suc1io, y dirige n ardientes oraciones a Dios gr;mdc y 111ise-
1·icordioso p:1r;1 que en su clc 111cnci;1 se di gne conservar ;1
2. Kc pkr 11111ri(> el día IS dl' 11< >v il'rnhr\' d l' 16.)0 durante un via j<' Vuestra /\ lte1.a Ilu strís ima así co1110 a Vuestra Ilustrísima <.:s-
q ue c·rnp rc ndi(> par;1 cob rar los rc:c ihos d e unos capi1 aks q ue h:1bía dc·-
posiudo a inl erC·s l'l1 cl 'ksoru d l' I< is Es ta dos dv la J\l ta Austria. [R)
posa" las fu c rz:1s de l cspíril u y del c ue rpo y alejar de vucs-
.). Jacoh l\ansch ( 1600- lh.)2), 11 1:11 v111:i1ico y doc\Or <:'n med icina , cuy;1 IH> reino todo a1:1que e ne migo y todas las desvc·nturas de
l!llllTtc te mprana con<i un:i carrl'r:1 c il'11liric:1, se había casado e n l ú:\O b gul'rra.
con una hi.ja ck J\e pkr llam:1da Susana ( 1(>02-!). Col:ihoró con e l suegro
e n alguna de su s o bra s. Aqu í se le llama "p rok sor d esignado" porqu e su
:1ntccesor e n una c.íted1: 1 d e 111a1,·111;í 1icas 110 llcgú a de ja rla. En el a;io
l(i:) I tuvo q ue regrc s:1r a Lu saci;1 (hoy en l'i suniL'sle de Polonia) de don -
6. So n los primeros ;11)os dl' l:i lcrrihle y la rga <:ucrra dl' los Tre inta
d e era o riundo y a ll í muri c'i de b pcsle uno o dos años después. Véase E.
a i"H >S. Felipe d e 1Jcsse lll <>Sll~ tba un 1alanl e p:1c ífico y quiso lihr:1r a sus
[{ose n , "Appe ndix /\: Jacoh llartsch", pp. 177- 195.
lc rrilorios del conflicto.
4. Se trata de Joliann Jo achirn vo n Sinze ndorf a quic:n Ludw ig acom-
7. La p:ígina d e título del Sum11i11111 din: cxprcs:1mcn1c qu <: l:t obra
p::tfiú e n l(l:\2 h:1st.a c;in e lira una vei'. que :1rrcgl(i los asuntos del pad re
se imprime a costa d e los hcre d c: ros del a ul o r (s11111/J/ilms hai'r ci/11111 m 1-
mue rto y pudo lograr los dineros <[ lll' le d e hí:i el Tesoro. Ludw ig regresú
tlwris 1 s in me nci(m del landgrave.
a Frankfurt c:n ju lio de 16:)1t y fue: a llí donde pu hlic(> el Sue1fo [D]
8. Crist ina Sofía, rnarquc:sa de East Frii.:sland, era la segund a c:sposa
5. Donde estaba su he nn:1na Susana d esd e ·16.) l en comp afüa de l
del la ndgrnve y se había c:1sad o con é l el 2 ele junio de 16:)2. 11 ~ 1
espo so Jacob Bartsch.

ó7
60 ,I

~
1
1
.l O! IANNES KEI'LER

Mis saludos, pues, para Vos, Príncipe Soberano, en honra


de Dios y la Patria.
En Frankfurt del Meno, a 18 e.le septiembre de 1634.

El nüs kal servidor d e Vuestra Alteza Soberana,


Magíster Ludwig Keple r,
Candidato al Doctorado en Medicina.

EL SUEÑO o LA A STRONOMÍA DE LA L UNA

JOHANNES K EPLER

62

,.. ,
__
___.,.
J. KEPLEH

EL SuENo o LA A s rnoNoMíA DE LA L UNA

Cua ndo lucia e l a11o 1(>08 ;1 rreciaro n ' las desavenencias


entre los dos he rmanos , el c11 1pl'r;1dor Rodolfo y d arch i-
duque Mal ías 1, compar;iha nsc po r doqu icr sus acciones con
sucesos de la historia d e Bohemia. Yo, movido por la ge-
neral y pC1h lica curiosidad , me puse a leer con interés las
cr(micas de nohern ia. Hahi<: ndo topado con e l caso de la
ma rim;ll' il o Lih us;12 , u n f:1 rn osa por sus artes de hechice-
ría , ocurri(> cierta noche <¡lll' , luego de haber hecho unas
I'
observaciones de los astros y de la Lum , me arrebujé e n

1. Hodolfo ll ( J'í'í2-J (il2> vs d L'lllJlL'rador ci d Sacro Imperio l{om:1-


no (;erm:'inico, rey Lk lloh c mi:1 y l lungría . Su herlll:mo, el archiduque
l\llalías ( J')C,7- 1619) , gohern:1dor de Auslria , se le e11fre nt<Í apoyando la su-
lilevac ic>n de los ln'i ngaros ( lú07 ) y akn1ando la rd>cliún de !lloravos y
c hecos. Hodo lfo aca lló cediendo a l\lla tí:is, L'J1 jun io de 1608, Austria , Hun-
grb y l\lloravia.
2. Li husa L'.S una reina legendari:1 de Bohemia que habrb vivido a
con1ie nzos de l sig lo VflI y a la q ue se k :1t ril >uye la fundación de· Praga.
Seg[1n d histo riador Cos1nas dv Praga U - J l2')) en s u Chmnictt Bohemu-
1·111-n , estaba :1dornada de muchas vinudes pe ro era pitonisa y capaz de
ad ivinar el porvenir. Su nombre se asocia también a la leyenda de la gue-
no1 de las mujeres. Era que en su corte no que ría más que muje res, d e
Jrn IANN rs KEPl.EH El. SUENO () J.A ASTRONOM ÍA DE LA LU NA

la cama y me quedé profundamente dormido. Soñé que En los primeros años de mi infancia, mi madre , unas
estaba leyendo un libro traído de la feria", cuyo contenido veces de la mano y otras sobre sus hombros, solía lleva r-
era d el siguiente tenor: me por las estribaciones d el Hekla(12), sobre todo en los
"Es mi nombre DuracotoO ), mi patria Is1andia(2) a la días cercanos a la festividad de San Juan, cuando el Sol,
que los antiguos llamaron Tu leí. Fue mi madre FiolxhildeC3), visible las veinticuatro horas del día, no deja lugar a la no-
cu ya reciente rnue rte(4) me da li cencia para escribir, cosa che03). Ella cogía con muchos requilorios ciertas hierbas ,
que desde hace tiempo ;1rdientemente deseaba. Y es q ue las cocía en casa(l 4), confeccionaba 1111os saquitos de pe-
mientras estaba en vida procurú por todos los medios que lle jo de cabra, los rellenaba con el prvp:1r:1do y los lleva ba
yo no escribiera( ')). Me d ecía que son muchos los que abo- al puerto cercano para vendérselos :1 los p:ttrones(l5) de
minan de la ciencia( Ó) y, ante lo que por pura pereza mental los barcos. De este modo ganaba nu csl r< • s11stento.
no comprenden , cbn en levantar cal umnias y promulgar le- En cierta ocasión rajé por curiosid:1d t1rn> ele aquellos
yes perjudiciales para la human idad(7): que no pocos, con- saquitos que mi madre, distraída, esta li:1 v«11diendo. Extra -
denados(8) según esas leyes, se habían hundido en las si- je de su .i nterior las hierbas juntamen tl' CCll l unos paíl.uc-
mas del Hekla\9). El nombre de mi padre(JO) nunca me los(16) bordados con diversos signos y b privé así de su
lo dijo db''. Aseguraba que habí:1 sido pescador y que ha- pcqud\a ganancia. Ella, muy enfadada, me ll":lspas(J al ma-
bía muerto a los ciento cinc uen t;1 aílos, cuando yo conta- rinero en lugar del saquito y pudo cobrar su.-; dineros. El
h:t unos tres aí1os de ed:1d y C: I llc va lx1 c:1sado con ella al - parrún , inesperadamcntl~, solt(J amarras al siguiente día y
rededor de setenl:l(I l ). con vienlo favorable se d irig í<\ según pude colegir, hacia
Be rge n en Norueg;1(l7). A los pocos días se levantó viento
del norte( 18) y tomú rumbo a Dinamarca, navegando e n-
tTe Jnglate rra y Noruega. Era el caso que traía una carta de
1n:1ne ra que cua ndo muriú su :-; : un~ 1 zo 11 : 1 s se L'll( 't'1Taron l'.11 un casLillo par;1 un obispo7 de Islandia(l 9) para el danés Tycho Brahe que
viv ir ;11lí, cosa que no consin tieron los va ro nl's, q ul' l'n lu cha abierta 1:1 ~ vivía en la isla de Hvc n". Yo me sentía muy enfermo, tanto
til'.s;iloja ron. Ello L x p lic:1 l"i mot e c¡uv le da l\L'\ ikr dl'. "marimacho" (t >irct-
0

.~u). lle la Cb r oni ca de Cosm:1s hulio una cdici6n en vida de Keplcr he-
cha l" n 1kn;111 e n 1607, con la historia dv 1.ih11s;1 en pp. 1-7; puede ivLTSc
ra n1hié·n en Mo1m111. ( ;i:r 111. l/1"st.. n.s. , :~. lkrlín , 1'>25, p. ·11. 7. Esle obispo Od ur Einarsson ("J')'iO- J630) fue uno de los informa-
3. Se trata de la feria a1111:il de l'ra nkfun del Meno; celebrada desde dores de Tycho Brahe y reaparece e n la nora ( [5) de Kepler.
la !'dad Med ia hasta la actualidad. A ella lleg:1han las novedades editoria - 8. El astrúno mo danés Tycho Brahe 0 546- 1601) estuvo instal ado en
les par;1 po ne rse a la venta. Es nalural por tanto que d libro maravilloso la isla de llvcn desde el año .157ú. Fe de rico J[ de Dinamarca le había
y nunca visto que el narrador lee e n sueúos lo baya adq uirido all í. Que cedido b isla con toda s sus rentas para que all í se dedicara a sus o bser-
e n 16'.H d libro sot1ado se convirtiera ;1 su vez en lihro real editauo y vaciones y trabajos . Tycho construyú un castillo al que llamó llranibo rg
vendido también en Frankfurt ¿refu e rz:1 la creencia tan extendida de que qu e le servía a la vez ele o bservatorio. En él residían sus colaboradores,
los libros como los hombres ti e ne n -'U propio destino! se gua rdaba el instrnmental y lleg<i a instalar una imprenta. Allí vivió veinte
4. Los antiguos situaban \;1 isla de Tule al norte de las Islas Británi- afios , pero su brutalidad con los c:unpesinos y sus gastos excesivos h icie-
Gls . Su identificación con Islandia era corriente , aunque el mismo Kepler ron que Cristián IV, d sucesor de Fed erico ll, le retirara el apoyo real.
(Somnium 1634, p. 169 = Frisch, Vlll, 119) discute y conoce su ide ntifica- Tycho abandonó su isla, mard1 (> a Copen hague, luego viajó por Alema-
ción con otras Lit:rr:1s (las islas Shetlands o el distrito noru ego de Tele- nia ha sta recalar en Praga, donde fu e nombrado matemático imperial p or
mark). [RI Hodolfo II en 1598. Ya antes, en l '>97, Kepl er le había enviado su ambi-
5. El mayor y nüs conocido volcán de Islandia .• ciosa o bra Mysterium cosmographicu·m y e mpe.zado un intercambio de
6. El padre dt: Kepler e ra so l.dado de fortuna y pasaba la mayor par- cartas. En 1599 Tycho lo invita a trabajar con él en Praga. En 1600 Kepler
te del tiempo fuera de l hogar. se instala en Praga, pero al año sigui<:nte mue re Tycho.

66 67
Jo11A NNF.S KF.1'1.EH EL S!IEN<l n !.A A sT11<>NoM iA 1w l./\ L1 1NA

por e l bambo leo d e la nave como por el calor del clima , qu e pensaba que no me sería d ifícil e n lo su cesivo hallar
q ue para mí, que no e ra rnús que un mozalbete de catorce algún predicamento e nrre la gcnre inculta de mi tie rra mer-
aüos, era cosa desusacla( 20 ). Una vez que el barco toe(> ced a la ciencia adquirida . Conseguí de mi anfüricí n la ve-
pu e rto e n la isla , me abandone> en casa de un pesca - nia p a r;:i la partida , me desped í de é l y me vine a Copen-
dor<2 1 ), rne dejó la carta , promdi (i que volvería a reco- hague. Allí e ncon tré compañeros de viaje que por mis co-
germe y zarpú. nocimientos de la le ngua y el país me tomaron gustosos
Cuando le e ntregué la cartl , Brahe, muy divertido, dio bajo su patrocinio , y regresé a mi tie rra a los c inco años
e n preguntarme< 22)'} multitud d e cos:1s que yo, por desco- d e habe rl a a bandonad o.
nocer su lengua , no e ntendí, salvo :dguna q ue otra pala- La p rim era ven tura dl'. m i regreso fu e qul'. hall é a m i
hra<2:n De modo que e ncorncnd<'> la tarea de conversa r madre todavía viva y entregada a las mismas fal' n:1s de otros
conmigo a los numerosos discípulos qul'. mantenía(24). Cra- ti c m pos. l{egresanc.lo sano y salvo, puse fin a su largo arrc-
ci;1s :1 la libe ralidad de Bralw<25), ocurrir'> que con una pr:íc- pe nlimiento por haber perdido con su ligereza a un hijo .
Li c1 de poc1s se lllanas hahl: di:1 yo ya ml'.dianaml'.nle l'.I da - El :1ño estaba ya en el otoño(29) y pronto llegarían aque-
né·s. Por mucha pris:1 qu e me die ra e n contarles cosas, 11üs llas nuestras largas noc hes, pu es en el mes que correspon -
garns tl· ní:111 di os dl· segu ir preg untando. Me rnaravillah:1 d e :rl n:1cirn iento de Cristo el Sol apenas se levanta soh r1.~
desde luego de muchas cosas extrari:1s para mí, a la vez L'I hori zo nt e al medio día y de nuevo sin m ás se escon-
que rcsc1'1:1ha ot r;i s mu c kts de mi ¡xnria ante el asombro de(')()) /\sí pues, mi madre , libre en esta época de sus ta-
de mi :ru di torio. reas , se me pegaba y me acompañaba adondequiera que
Volvi<'> al cabo L'I patrú n dc hr navL' a huscanne y p:1r:1 yo iha con m is c1rt:rs de recomendación. Me preguntaba
mi gozo k: d ije ron que se fuera s in mí(26). dla bie n ;1ccrca de b s tierra s q ue había visitado hien acer-
Me alrab enormemente b pr::íc1ic:1 de la astron o m í:r, y c 1 dd cielo, alcgr;índosc muc hís imo de que hubi era apren-
lkalle con s us discípulos, utilizando aparatos mar:rvillosos"' dido la astronomb. Corn par:tha lo que e lla sabía con lo que
ohs1.· rv:rha noc hes cnteras 11 la Luna y los ast ros(27 ), cos:1 yo le ih;r cm1tandoU 1 ) y procl:rmaha que conmigo allí no
qu e rne liacb recordar :r rni madre , pu es t: rmh iC:n elb solía 1 ' import:tha rnorirsc, ya q ue podrí:I hace r he redero a su
charlar rn:ís d e una vez co n la Lun :1U8 ). hijo de unos conocimientos que e lb sola poseía(32).
Fue pues t:n cst:r ocrsi<'m n 1:1ndo yo, por nacimiL'nto Yo , mu y inclinado por Gtr:ícter a aprender cosas nu e-
casi un salvaje y po r cond iciún me nos que un pohrt:, me v:1s, le pregunté· a mi vez por sus sa beres y nrfü es habían
inic ié: en csu c ienci:1 cxccl s:r que me a hri ú el ca mino a n1:1- s ido s us ma estros en aquella nación tan apartada e.le las
yores empresas. ot ras. A esto e lla, cierto e.lb , tornándose espacio para ha-
En efecto , después de pasar algunos ai'los e n esta isb , b lar, rernemor<'> la cuestión e ntera desde sus comien zos 1l,
al final me vini e ron deseos d e regresa r a mi patria. Y es nüs o menos del siguiente modo:
"Ha avanza d o el conocimie nto, Duracolo, hijo mío, no
sólo en las o lras regiones ado nde has ido, sino tambié n e n
<). Esta llamada d.: 11 01~1 faltci L·n l;i cd. origi nal dd Su 11rni111n (J<i:Hl.
nuestra p:1tria. Pues si hil'.n nos acu cian fríos y tinie blas y
1.0. Pero no to d avía el tdesco pio . !.os in slrum entos de T ycho llama·· otros inconvenientes, que a hora qu e te o igo hablar de las
han Ja alcnciún po r nu1ncroso~ y grand es.
:11. Keplcr prorcs(> siempre gra n admir;iciún a T yd10 l \rahc, como al
ho mbre que con sus o hserv:iciones continua s y minuciosas perrniri<'> des- l 2. Una nota marg in al d el SomnÚ1m ( 163'0 anuncia en esce punto:
velar las re:i lidadcs oc ultcis d e la natura leza. J<ur11 m co11sas (lj!eriem11s ( "l ksvebr~· m os las ca usas de todo") .

68 69
·~---· -- ···-- ··· --- . ---- . -· ·-· -·- · - -

J o 1IAN Nl'S KEJ>J.J; H EL S 11EÑO o LA A ' TJ<ONOM ÍA DE l.A L llNA

bondades ele otras tierras por primera vez p e rcibo , tene- nas nos habíamos tapaclo(49) las cabezas con nuestras ro-
mos e n cambio abundancia ele ingenios(33) y tenemos a pas (según habíamos convenido), cuando he aquí que se
disposición los espíritus más sahios(34) que, hastiados de presenta un viejo gargajoso de voz quebrada y ronca(50) y
la m ucha luz de las otras regiones y de la barahúnda e.le al punto se pone a ha blar de este modo aunque e n la len-
gente, buscan nuestra s sombras y viven con nosotros e n gua de Islandia:
estrecha compa.ñía. Jueve son los principales ele e llos(35l,
uno ele los cuales(36) conozco particularmente por ser el
más apacible y el menos dañino de todos(37) y al que con- EL J>EMONI0(5 1) DE LEVANIA(52)
ju ro con vei.ntiún signos( 38). Con su ayuda no pocas ve-
ces viajo a otras comarcas(39) que yo le digo. Y si la leja- "A cincuenta mil millas alemanas 16(53), e n las honduras
nía de algunas me da miedo(IÍO), pregunto sobre ellas y dd éter'7 , está situada(54) la isla de Levania. El camino de
saco tanto provecho como si <ill{t me hubiese marchado(41). aquí para allá o ele allá hasta la Tierra rarísimas veces está
La mayoría de las cosas que o viste con tus propios ojos o franco("i5) y, cuando lo está, para nu estro pueblo es fú-
aprendiste en conversaciones o sacaste de los libros él ya cil(56), pero para los hombres supone un viaje lleno de
me bs había contado antes tal como tú a mí ahora . Tengo dificultades sin cuento y que lleva aparejado peligro de
especia l interC~s en que conmigo contemples una región dL' lllUl'1td"i7). Nunca llamamos para que nos acompañen en
b que me h;1hl(J muchas VL"ces, puc~ son por demás extra- esta travesía a hombres sedentarios, nunca a gordos, nun-
ña s las cosas que de el la cuenta. La designó con el nom - ca a can ijos(58), sino que escogemos a los que navegan
bre de Lcv;inb( /¡ 2)". con frecuencia ;1 la s Indias y están acostumbrados a man-
Admito sin más dilaciones que llame a su maestro y 11ll'. tenerse de ga ll eta, ajo, cecina y alimentos repugnantes(59).
siento a su lado dispuesto a escuchar todos los lances del Sohre todo nos son útiles las viejas resecas(60) que ya desde
.•1
viaje y la descri¡xic'>n de aquella tierra. Era ya tiempo d<.: s u infancia tienen por cosa trillada el modo de ir a c:ilxtllo
prima vera y la Luna estaba con sus cuernos crecida. No d e noche sobre cabrones, horca s o mantos raíclos 18 y viajar
más el Sol SL~ hundiú en el horizonte, realzó su brillo la
.ii Luna , p egada' ~ al planeta Saturno en el signo de TauroC43) . les de la antigua Roma aca llaban a los fc._·Jigrc., es t·on la fórmula: fru> ele
:lll
Mi madre se apartó un poco de mí(41) hasta una próxima /in.~ 11is! ( "cola borad con vuestro sile nc io").
I~
e ncrucijac.la í( 45), pronuncie) unas frasecillas e n alta voz(46)
1
1(1. llna milla alemana son 7,4 k ms.
declarando S ll petición, Clllll()li(> ciertos requiloriOS, regre- l 7. "en las honduras del é te r" (iu t1elheris f'r<!fiindo), es expresió n
de resonancias poé ticas. La palab1~1 es de origen g riego (ailhl!r = "hrillan-
SÓ(47) y, luego e.le imponer silencio con la palma de la mano rc") y des ign:r el resplandor difuso de los c ielos. En la poesía latina ae-
derecha extendida hacia mí 1', se sentó a mi vera(48). Ape- tberc'lls, cotno aeriu.. ;, son a vece.s ténninos lri vialcs para designar sin 1nás
lo alto o elevado. Keple r e ntiende propiame nte por "(..ter" una s uerte de
aire enrarecido que envu elve a los astros. En la ciencia mode rna el éter
13. Se trata de lo qm· técnica rrn:nte conocen los astúnomos como una se fu e desroja nclo de su bstancia hasta ser la m:t s sutil materialización del
"conjunció n", esto es, c uando dos astros estCi n e n la misma longirud ce- espacio abstracto todavía . unos años :rnres de Albe rt Einstein y su teoría
leste y e n latitudes rr<>ximas, de modo que parecen encontrarse sobre e l de la relatividad.
fondo de las constelaciones y estrell as fijas. 18. Pbntea cierto problema esta figuraci<'m de las brujas cabalgando
14. En la antigüe dad Diana , diosa lunar, nocturna y de moníaca, reci- sobre "mantos raídos" (tri/a palla ), cua nd o la cabalgadura tradicional de
bía e l epíte to de Trivia ("b de las encrucijadas"). l:.ts brujas es Ja escoba (incluso en Martín del Río , Disquisitiones magica e,
15. El silencio es un requisito de las ceremonias sagradas, pues cua l- ll , 16) . Sin embargo M. Ducos (p. 160, n. 6) ha seii.alado el precedente
quier palabra extral'i:.t puede inte rferir en el discurso sagrado; los o fician- cerca no de; la 1Jistorit1 / )(J11 I> . .foha1tn Fauslen (Francoforte, apu d Johann

70 71
JoHANNEs KE!'LE R Er. SuEt':O o LA A snlnNOMíA r ii·: LA L UNA

por espacios inmensos entre unas tierras y otras. Los ale- cabeza, sino que m ás bien el empuje quede repartido e n-
manes no se prestan nada para tales viajes; en cambio no tre todos y cada uno de los miembros. En este punto sur-
rechazamos a Jos espai'íoles 19 con sus c uerpos resecos(61). gen nuevas dific ultades, un frío intenso(70) y b imposibili -
El camino, con ser largo, se recorre entero a lo más en dad de respirar(71 ). La prime ra dificultad la salvamos rne-
cuatro horas(62). En consecuencia a nosotros, que siem- (liante cie1ta fu e rza innata en nosotrosC72), la segunda po-
pre andamos muy atareados, la marcha no se nos consien- nié ndole al viajero esponjas humedecidas jumo a b s nari-
te(63) con anterioridad al momento en que la Luna comien- ces(73). Una vez realizada la primera parte del tra yecto, el
za a menguar por la patte de oriente. Cuando la Luna queda viaje se hace m::is fúciH 74 ). Entonces sacamos los cue rpos
iluminada entera y nos coge todavía de camino, nuestro al aire libre y les qu.it:amos nucstr:1s manos de dehajo(7'íl.
viaje fracasa . Una coyuntur;1 tan pasajera hace que tenga- Se :1currucan como arañas los cuerpos qu e nosotros trans-
mos por compañeros de viaje :1 pocos humanos y éstos de portamos si rvién donos c1 s i C1nica mcnr e de un halan-
los m:1s adictos a nosotros( 64 ). Abordarnos e n tropel a un ced' (76) , de manera que a l fin su 111:1sa corpórea tienda
hombre de cst:1 cb se y empujándolo todos por abajo lo espontúneamentc hacia d lugar convenido(77l. Pero esta
llevamos en volandas hasta las alturasC6'í). El arranque en tendencia"' nos es poco tüil, porque es demasiado déhilC78l,
particular le es muy rnolesto((J()) y se ve atormentado no :1sí que aceleramos el habnceo, como hemos did10 , y nos
de otro modo que si, dis parado con púlvora, re basara mon- colocamos luego delante del c uerpo para que con el durí-
tes y marcsC67 ). l lay por ello qu e adormecerlo rápidamen- simo choque contra la Luna no sufr:1 daf10 :dguno. Suelen
te e n esos primeros mome ntos a hase de narcóticos y opiú- los viajeros humanos quejarse al des pe rtar de cierlo inex-
ccos20( (i8) y desplegar sus miemhros(69) a fin ele que bs plicable c1nsancio en tocios los miembros del que se recu -
pos:1deras no v;1yan tirando del tronco o d tronco de la pernn después de largo rato para poder andarC79l.
Ila y además otras muchas dificultades que sería largo
rl'seña r aquí. A nosorros no nos ocurre nada maloC8()). Y
Sp iese, 1<187 ). El Doclor Fausto traslada :1 tres nobles mozos desde Wurl- es que poblamos densamente l:i sombra de la Tierra a rodo
111 e111hvrg a M\1nicl1 ulilizando su capa dl' mago a rnanvra de alfombra vo- lo largo. Una vez que Ja sombra loca Levania, estamos lis-
l:idcira. los para saltar como de una nave :1 la orillaC81 ). Allí nos
.!'). lln vsp:iúo l, llcrniingo Conz:iles, es e l llé· rCJe dl'I libro d<: Francis
( ;odwin sobre un viaje lunar puhlic 1do l'n 1ú58 (hay n i. moderna: Annic
i\m;1nin, Francis C:ud1/!i11. /. humme dm1s /([ !une (c,dition h il ingue), Na n-
ey, 1980). IDI mo dijo q11 e cuando iba po r el ai rl' le mandi°> el diablo l(Ul' ahriesc Jos
20. M. Nicolson ( Vuyllg<'S lo lb<' Moo11 , Nueva York , l'Vil , p. 45) s u- o jos y los '1hri(>, y se vio wn cc:rca , a s u parecer, del c uerpo d e I;¡ lun a,
giere que l\ e pler ha podido recoger vstc delalk de la historia d e l licen - c¡ue la pudiera asir con la mano, y que no ose°¡ mirar a la tic:rra por no
ciado Torralba, mago castdlano del siglo XVI , que sL~gú n una historia dcsvanc'cc·rse"' ( 11, ·'Íl l. Tene mos aquí, adc:mús, otro viaje demoníaco has ta
publicada e n 1566, habría viajado a manos d e un demonio, e l cua l, en los alcdai'i os de la luna . 1lll
ciertas versiones de la a ventura , le proporciona un 11:1rcÍltico. A este To- 21. ));unos aquí a la palabra latina nutu e l va lor de "halanceo"'. !{o-
rralba lo recuerda e l mu y leído Do n Quijote cuando a lo mos de Clavile- sen en cambio lo interpreta como "propensión ", aproximando s u sentid o
ño está en pleno viaje astr:d y su acompaiünte Sa ncho se quie re quitar ;d mode rno de "ine rc ia". Véase: E. Hosen , "l\ppendi x ]: Kepler's Concepr
la venda: "No hagas tal y acuérdale del verdadero cuento d e l licen - of lnertb", pp. 222-225. Ducos escoge un sentido muy frecuenle del té r-
ciado Torralha, a quien llevaron los diablos en volandas por el a ire, ca- mino: "volontC:•". Los demonios, seg(1n L'Sto, empujarían al hombre scfüi
ballero en una caña, cerrados Jos ojos, y en doce hor;.1s llegó a Roma , y con su decisión. El término lo usa Ke pll'r en e l Mysteri11m Cosmogrr.1pb i-
se apeó <.:n Torre d e Nona , que es una call e de la ciudad, y vio todo el C1t m (G. w., vnr. 93 l.

fracaso y asalto y muerte de llorhón , y por la maüana ya c:staba de vuelta 22. El términ o griego aquí usado, porrrí ind ica la propensi(in espontá-
en Madrid , donde dio cue nta de todo lo que: había visto ; el c ual asimis- nea de los cuc:rpos.

72
jOJlA NN F.' KEPLE!l EL S UEÑO o LA Asn toNOMiA DE LA L 11NA

recogemos rápidamente en cuevas y lugares oscuros(82), hemisferios pasa por los polos del mundo 2<', a la manera
no sea que el Sol al poco nos sorprenda en campo abie r- de nuestro coluro solsticia l27 , y se denomina 'divisor'(91).
to, nos corte el paso hacia el cobijo deseado y nos obligue Expondré en primer lugar aquellas cosas que son co-
a ir tras la sombra al mismo tiempo que esta se va retiran- munes a uno y o tro hemisferio. Le vania se ve afectada toda
do(83). Se nos concede entonces tregua para hacer lo que ella por la alte rnancia del día y b noche al igual que no-
conforme a nuestras inclinaciones más nos agrade: charla- sotros(92), pero carecen ellos de esta variabilidad nuestra
mos con los demonios d e aquella región, hacemos amis- a lo largo de todo el año(93l. Porque en toda Levania los
tad con e llos y, en cuanto el sitio aqud se queda sin sol(84), días son por lo general iguales a las noches, salvo que c:n
nos paseamos en tropel por la sombra . Y si la sombra por Privolva tocio día es regu larme nte más corto que su noche
la pu nU , cosa que ocurre a menudo(85) , toca la Tierra, nos y en Suhvolva más largo<94). Más adelante se explicarú ade-
lanza rnos con el ejército de nuestros aliadosl; hacia ella. mús en q ué medida cambia a lo largo de un ciclo el e och o
No podemos hacer tal vi:1je sino c uando los hombres ven años. Pero sobre cada uno de Jos polos, e n lugar d e la no-
:il Sol eclipsarse. lk ah í que inspiren tanto terror los eclip- che, lo que se o bserva es que b mitad del sol asoma y Ja
ses de So1(86). otra mitad queda oculta al tiempo que va rodeando en cír-
Quede esto dicho acL·rc1 del viajL'. ;1 Lcvania. Toca ahora culo las rnontañas(95). Pues Lcv:mia les parece estar quie-
hablar justamente de la for111:1 de b regiú n, comenzando al ta :1 sus habitantes mientras se mueven los astros, no me-
21
modo de los ge<'>grafos por lo que ocurre en sus cielos · . nos que a nosotros los hombres nos lo parecl: nu estra Tie-
Aunqu e el aspecto de bs estrd b s fijas en Levania es rra(9(i). La noche y el día juntos equivalen a uno ele nues-
del todo snnej:mtc al nuestro(87), sin e mbargo, los movi- tros meses (<)7). Ocurre que cuando el S{i] va a salir cada
mientos de los planetas y sus cantidades son tan diferen- mal'íana aparL:ce casi un signo del zodíaco l:ntero más allá
tes de Jos que desde aquí divisamos, que la organizaci<'m qu e el día antc:rior. Y al igual que para nosotros en un al'ío
de su ;1stronornía l'S por demás dil"crenle de la nuestra. d Sol da la vuelta ;)(¡') veces y b esfera de las estrellas fijas
En efecto, al igual que nuestros geúgrafos dividen el glo- 3()6 (o con mayor precisió n: e n cuatro años el sol da 1461
bo terráqueo en cinco zonas;' segC1n Jos fenúmenos celes- vueltas y la esfera de las l'.~trdb s fijas 1465), asimismo para
tc:s, asinlis mo Lc: v:mia consta de dos hemisferios(88) , e l de ellos c:n un año el Sol da doce y la esfera de las estrellas
Suhvolva y d de Privolva(89). El uno disfruta continuamente fijas trece vueltas (o con ma yor precisiún: en ocho años el
de su Volva, que ¡x1ra sus habitantes hace las veces ele nues- Sol da 99 y la esfera de las estrellas fijas 107). Sin c:mbargo
tra Luna; el otro, por el contrario, est{t eternamente priva- es más habitu al entre ellos el cido ele 19 años, pues en todo
do de la vista de la Volva(90). Y el círculo que divide los ese tiempo el Sol sale 235 y las estrellas fija s 254 veces(98).

23. Otros demonios. 26. Los polos del mund o son los dos p unto s en donde el e je de la
24. Para hacer c ualquier localizaciún exacta de Lie1rns, lugares, ciu- tierra corta la esfera celeste. En la astronomía geocéntrica el cielo es una
dades lci geografía necesita una se rie de referencias astronómicas: puntos esfer:1 que gira en tomo a la tierra. Nosotros, según la astronomía coper-
cardinales, longitud y latitud. nicana , concebimos el eje celeste como una prolongación ilusoria del eje
25. En el Somnium Scipionis el globo terrftqueo estú dividido en cinco terreotre y los polos del mundo corno una proyección de los polos terres-
zonas. En la cintura de la tierra hay una ecuatorial , ardiente e intransitable tres e n el cielo.
par.i los ho mbres; po r encima y de bajo de elb ha y dos te mpladas, únicas 27. Los co luros son círculos imaginarios sobre la esfera celeste. El sols-
q ue son habitables; quedan en los extremos los dos polos helados. licia l pasa por los polos celestes y por los solsticios; de ahí su nombre.

74 75
.Jtlll /\ 'N I'. ' K F.1'1.1'. H

Sale el Sol para los habitantes de la parte central o inte- dos. Se percibe m ejor junto a los pol os, q ue son parajes
rior de Suhvolva cuando nosotros v<.:mos la Luna en su úl - que ven el Sol un semestre sí y otro no, casi como e ntre
timo"" cuarto; en cambio a los habita ntes interiores de~ Pri- nosotros quienes viven en :1mhos polos.
volva les sale cuando vemos el primer cuarto. Lo que digo Así pu es, el globo de Levania se divide en cinco zonas
ck las partes centrales debe cnt<.:nderse de los se micírculos que en c ie 1lo modo se corresponde n con nuestras c in co
completos que pasa n por los polos y por las partes centra- zonas terrestres. Ahora bien , la túrrida :1penas tiene 10 g ra-
les cortando pc rpendicularmenle el divisor, semicírcu los que dos, al igual que la frí:1. El resto todo es semejante a nues-
p<idrían denom in:1rsc '111edivolvanos'(l)9). tras zonas te mpladas(!03 ). L1 zona té>rrida pasa por la me-
Hay adc111[1s un círc ulo a medio camino cntn: los polos d iaci(m lk los hemisf'crios , 1:1 mitad d l'. su longitud cae d l'n-
que· hace las veces de nuestro ecu:1dor terrestre y de be re- tro d e Subvolva, la ot r:1 mitad e n l'rivolva.
cibi r 1a111hiC· n ese nombre. Cort;1 en dos por puntos opues- De las inte rsecciones cnt re los círculos ecuato rial y z.o-
tos 1:111to :d di visor como a l nwdi volvano . De: cualquie r pa - l liacal nacen t:tmbién c uat ro puntos cardinales , tal como
r:1je que quecl:1 sobre e·slc círculo el Sol pasa próximo al entre nosotros los equinoccios y los sohticios·;i, y d e esa.<.;
cénil di:triamentc y por C·I exactam e nte en dos días opues- intersecci ones arran c:1 cl comienzo del círculo zodi:1-
tos :il ai1o, en el n101m·nto del medio día. Para los dem::ís c:il1200IÍ). l'ero desde l'.Stl' :1rr;111c¡uc el movimiento de las
que hahit :1n a uno y otro lad o ha cia los polos , el Sol al estrcll :1s fij:1s haci;1 los signos sucesivos es muy r:ípido , pues
medio día dcdin:1 desde el cC·nit( IOOl . e n veinte afios Ltúpicos"', o sea, los que abarcan c 1h:drne nte
Tie ne n en Levania c ierta :1lternancia dl'. vera nos e in - un verano y un in vierno, recorren el zodfaco entero, cosa
viernos, pero no pu l·dc cornp:tr:U".'-;l' :1 la variedad <le la nues- qu e l'ntre nosotros ocu 1TL' e n a lgo 11üs d <i 2(i.000 años( 10'1).
~: Acerca del movimiento pri111 ;1rio , baste con lo d ic ho .
tra ni , co rno en nuestro c:1so, ti e ne lu gar e n los mismos
sitios dur:111te una misma época del :1110. Pues ocurre qu e La explicación dl· los rnovimicnLos sec undarios no es
en un cs p:1cio de diez :11ios el verano de allí se traslada de menos dife re nte de :1qul'llo que :1 nosotros nos a parece y
.I~.: 111ucho m;Ís com pli c:1d;1 que entre nosotros. En efecto, al
un:1 p;1rtc dd ;nío si dé reo"'1 a l;i parte opuesta , si tomamos
en cons ideraci<'m un mismo sitio. En efecto, en un período conjunto d e los seis pl:incl:1s"' -Satu rno, Júpiter, Marte , el
de 19 :u1os sidúeos -o de 2:)'i días- es verano e n los po- Sol, Venu s, Mercurio- , ;1 dcm;ís de toda s bs irregularidades
los vein t<'. veces y otras t:111Us in vierno , y en el ecuador que comp:11timos con ellos, se ll's a t\ad e n :dl{1 otras tres:
cuare nta veces( JOJ ). l l:t y entre dios'º cada año seis días
de verano, siendo los seis resta nt es de invierno, ta l como :\ l. Los puntos equinon·iall's Sl' li;1 1lan l' ll la intersecci<'>n del l'n1ador
ent re nosotros Jos meses( 102). Est1 alternancia ap enas se <"cicsic· y la l'ciíplica ; ;1 <) ()" dl' c·s1os punros, sic111prl' sobre· la c·díptic t, se:
p ercibe en las cercanías del ecuador, ya qul'. el Sol e n esos <.:ncUL'ntra n !ns .o.;olsricios.
52. El zodí:1co es 1111;1 franja de la c:sfera celeste donde tiene n lu ga r
parajes no se desví:i a un lado u otro más q ue cin co gra-
los movi mie ntos aparcntl's del so l, la luna y los planetas. Su and1u r:1 es
de 17".
2N. Sl.'g lÍn E. !<osen (p. 1N, n. 21i l es just'1mcnte en el primer cuarto :):). lln '1i'i.O t1·ópico es L'I inl e rv'1 1o dl' tiempo q[1 e transcurre cnrre dos
(j>rinw quadra) y no e n el último (1tftim a 1¡1wdro! cu'1nd o el sol se le- pasos sucesi vos del sol por el L"c¡uinoccio de prirn:1vera o punto vernal.
:)/¡. Est e co njunto tk sc·is planl'las 1:s extraiio par;1 el lector mode rno.
vanta p a ra les rnedivo ]v;111os. Se; trata, pu es, de un desliz de la pluma de
No están l lrano, Neptuno y l'lutcin , claro es, porque todaví'1 no SL" h'1-
Kepler.
29. El a 11o s idé reo es el tiempo qu e t'1rda el sol en regresar a la m is- hían desculiie no . Est;í el Sol porque en Ja astronomía tradicio nal se le:
ma posiciú n que e n un momento dado te nía respecto a las estre llas fija s . conside 1"1 un pbne ta m;'ts. No es1;'1 la Tie rra (o Volva) , bie n p orq ue Ke-
plcr la d a por su puest:1 o porque la cons ide ra como satélite de b Luna.
30. Los selenitas o levan ie nses.

76 77
EL Sut:NO o LA A ,·rnoNoMiA DE LA L UNA

l.

dos de Ja longitud - una diaria y otra en un ciclo de 8 años Pues si e l retardamie nto sucede en Privolva en m edio
y 1/ 2 - y una tercera de la latitud e n un ciclo de 19 años. de la noche , se acumula su exceso sobre e l día. Si por el
Pues los que ocupan el centro e.le Privolva tienen un Sol contrario sobreviene de día , entonces se igualan más el día
mayor en su medio día que en su amanecer, esta ndo todo y la noche, cosa que ocurre una vez cada 9 años. Entre
lo dcmús igual, mientras que los de Subvolva lo tiene me- los suhvolvanos ocurre a la inversa01 4).
nor006): unos y otros cst{m de acuerdo en que el Sol de- Hasta aquí, pues , los acontecimientos que en cierto
clina de la eclíptica:l' algunos minutos alternadamente, ora mo do son comunes a Jos dos hemisferios.
hacia unas ora hacia otras estrell as fijas( 107). Estas oscila-
ciones , según he dicho , vuelven e n un espacio de 19 años
sobre sus pasos inciales. No obstante, la desviación se man- EL llEM ISFEHIO DE PRIVOLVA

tiene un poquitín nüs en Privolva y algo menos en Suh-


volva( J08). Y aunque respecto al primer movimiento el Sol Lo que lleva mos dicho de uno y otro hemisfe rio s upo-
y bs estrellas fijas se supone qu e rnarcl1an a la par alrede- ne ya un ,1 e norme diversidad entre ellos. Porque no sólo
dor de Levania, sin embargo, el Sol :11 medio e.lía en Privol- b presenci;1 o ausencia de la Volva ofrece esp<:ctúculos muy
va :1pen,1s avanza res pecto a las estrellas fijas mientras que dispares, sino que incluso los fenúm enos comunes tienen
en Suhvolva va entonces muy r:"ipido. Y al revés a med ia efectos mu y diversos ;1c(1 y allá , tanto, que qui:r.(t podría
noche. l·:n consecuenci;1 el Sol parece respecto a las estn:- llamarse con ra :r.{m al h e misferio de Privol va 'destempla -
ll as fijas ir por así decirlo a saltos, dando un sallo cada do''"' y al de Sulwolva 'templado'. Rea lmen te en Privo lva la
díaCI 09). noche es tan brga como l 'i <'> 16 días oatL1ralcs de los nues-
,.. Lo mismo se cumple para Venus, Mercurio y Marte. C:on tros, espantosa con su s tinieblas inacahahJes, ta n <:s pcsas
~I
.Júpiter y S;1turno apenas son perceplihles estos fenóme- como las que entre nosotros ha y en las noches sin luna,
nos( 1 LO). y;1 que ni s iquiera la iluminan jam:'is los rayos de la Volva.
Pero ni siquier;1 es igual a sí mismo ese movimiento diur- En consecue ncia todo est(t cu;1jado en hielos y c 1r:ímba-
no en las mismas horas de todos Jos días, sino que a vec<:s nos( 11 'i) y encima con vientos muy fríos y recios0 16 ). Viene
es m(ts lento -así el del Sol corno el de las estrellas fijas tr;i.o.; ella el e.lía tan largo como 14 de los nuestros o poco me-

todas- y en la p~11le opuesta de l at'io, a la misma hora, más nos(ll7), durante los que hay un Sol granc.le(l l8) y lento bajo
r{1pido(l l l). Y ese retardamie nto se dcspb:r.a a lo largo de b s estrellas fijas0 19) y cesan todos los vientos0 20>. El calor
los días del año de manera qu e ya alcanza la estación ve- es por dio inte nsísimo. De modo que e n el espacio de un
raniega ya la invernal , que el año anterior h:1hía experi- mes de los nuestros , que es un día en Levania, en un solo y
me ntado aceleración, completando un ciclo a lo largo de 9 mismo lugar, hay un calor quince veces más ardiente que el
años o poco menos(ll2). Y así o es el día el que se alarga africano y un frío más into lerable que el de Quivira07 .
(por causa de un<:i reta r<l<:ición natural , no como e ntre no-
sotros en la Tierra por causa de un corte dispa re jo del cír- 36. En el /)ejúcie de Plura rco, que inspiró ranras rel1exíones de Ke-
culo del día natural) o Jo es a las veces la noche(l 13). pler, el hemisfe rio oculto de la Luna queda privil egiado con la prese ncia
en él de las alnus de los bienaventurados: "Se llama a la parte que mira
al Sol el Llano Elisio" (')44c). La desolaci(m que pinta Kepler se corres-
ponde más con las realidades de la astronomía.
35. Desde un punto ele vista geostático , la eclíptica es un círculo ima-
37. Fl nombre de Quivira proviene de las informaciones d e un guía
gina rio sobre la esfera celeste descrito po r la aparente circunvolució n anual
indígena malinte rpretadas por los españoles du1~t11te la expedición de Fra n-
del sol.

78 79
J<>l 11\NNES K1~1 1 1.1m. EL SlfEÑv o IA A''TRONOMÍA m : JA l.ll NA

Hay que seña lar partic ularmente que el planeta Marte a A nosotros39 los habitantes de la Tierra nuestra Luna, cuan-
los que están e n b mediación de Privolva, a media noche do está llena y se levanta sobre los tejados a lo le jos, nos
- y a los dern{ts en la r~ute correspondiente de su noche-, parece tan gra nde como tapadera de tinaja, pero cuando sube
se les aparece a las veces casi d doble de grande que lo ;1 lo alto en la mitad de l cielo, apenas alcanza d tamaño de
vemos nosotros( 121). una cara. En cambio a los subvolvanos la Volva en la mitad
del cielo justamente (lugar e n el qu e la ven los habita ntes
del centro u o mbligo del he misfe rio) se les aparece con un
d i(unetro casi c uatro veces ma yor que a nosotros nu estra
Luna, de manera que, si se comparan s us d iscos, su Volva
i\I pasa r ;1 esr:1 parte e mpiezo por los habitantes d e sus es quince veces ma yor que nuestra Luna0 26). Los que tie-
lílllit cs que p lll·h l:1n l'i círc ul o di visor. T ienen e llos e n cx - ne n :1 la Volva sie mpre pegada al horizon te b ven como si
dusiv:1 el poder contc1npbr elo ngaciones·*' de Venus y Mer- fu e m un monte ardiendo que de lejos se d ivisa.
c u rio rL·specto de l Sol rnucho 111 ~1 yo rcs q ue las qu e con- Porque al ig ual que nosotros distingu irnos regiones se-
tcrnpl :11llos nosotros022). !\ estos mismos tambié n Venus gún las elev~1 ciones 111 ~1 yo rcs y menores del poloí0 , aunq ue
en c i<.·1·t;1s <voc 1s se les a parcCL' e l doble de grande que :1 no vea mos co n nu estros ojos el polo mismo , así a ellos les
nosotros( 12:)), sohrL· tod o a los c¡u e viven junto al polo no r- sirve para lo prop io b a lt it ud de la Vol va , siempre visible
te< 12/i l. y diferente segC1n los lu g;1rcs. Y es que, como he dicho,
l'e ro b visi<'>n Jll;"ís licrrnos;1 de toda s e n Levania es b e n alg unos sirios se cie rne sobre las ca bezas, en otros a pa-
d L· s u Volv;1 , d e <'t1 ya vista disfrut :111 e ll os e n compens:1ci<Ín n.•cc hundid:1 bajo d círculo dd horizonte, en el resto de-
Lk una Luna como la nuestra que ni dios ni los d e J>rivol - clina desde el cénit hacia el ho ri zonte, mostrando siempre
v:1 t ic1w11( l 2'i l. Y por la consta ni e presencia de esta Volva e n cada lu ga r una a lritud consra ntd J 27).
b rq.:i<'> n se de 1H>lllina 'suhvo lva11;1', al igua l que Ja ot ra d c- J'or otra part.c, tienen sus propios po losC128), q ue no
no 111ín:1sl' por s u c 1rL·nci:1 ' l'rivo lva ', esto L'S, qu e est::í pri- cst ín en :1c¡uell:! s cstrcllas fij:1s dond e n osotros po ne mos
v:1d :1 de b vista de b Volva. los polos del mundo( 129 ), sino e n otras que nos sirven a
nosotros d e referencia para los polos d e b cdíplica. Estos
c is<'o V:i/.'f ll l'/. dl' Coronad" ( ISiiO-' Íll. Sv 1r:11:1rí:1 de· un rl'i no qul' cst:1 1"1:1 pol os ele los lunícobs en un es pacio d e 19 años describe n
s ilu:i do l' ll I" q11l' hoy es la p:l rll' n ·n1ra l del csi:ido d e Kan sas, l'ntonn·s por las cstrdb s del lk1gún i1 y las opuestas del Pez Espa-
pohbdo por llls indios Wid1i1:1. Coron:1d" inlúnn«> l"ll una c:ul:l :d rey de d :1 <b Dorad:1)·íL y por las dd l';"íj:1ro (el Pez Volador)'í' y la
20 dl' oct11hre de l 'i-'Í 1 que \_lui vir:1 , , . l'llC< >ll imh:1 a ·ÍO" de la1itud y qul'
su din1:1 y sucio l'r:1n parecidos :1 los dl' Esp:11í:1. l.o mis mo rq1itc Fr:lll-
cisco l.ú pc·z de t;c im:1r:1 e n su llistorit1 ge1u•ral de las /11dias (Zaragoza ,
l'i'i2-S:I ~ Madrid- tlarcelona 19:12 , l. I L, p . 2:\ú). Kcpler debía ignora r l'S- 39. El !esto dd Sont1li11111 ( lü'.H , p . J(¡) trae aqu í un incong rue nte no-
IO.s dclalles v no lic ia s. tk o tra p:1ne e n los mapas con1c·n11H >r{mcos de tis. Frisch lo e nmie nda en oo/Jis y !{osen e n nohL<. A este últi1110 segui-
Onc:li us y M~rcator d re ino de (_lu ivir:1, e ngrandecido por c:I dcsconoci- 11tos.

mic'n10 de los territorios norteños de A111é ric:1 , se :darga co 111 0 una amplia 40. La :drura cid polo Cl'k·sle, nll.:dida en grados desde el horizonte,
p c nínsul :1 de costas reclondeacbs ha st:1 alcanza r lo q u e: hoy es Canad{l y da la latitu d ck! un lugar dde r111i11:1do.
Alask: 1. Prohalc:mente Keple r d edujo de :d1í que estaba cx puesla a los vien- 4 1. Conste lación borea l.
tos pol:1 res l:ll com o una Esca ndinavia a111eric:111:1. Véase E. Hosen , "Ap- 42. Conste lación austr:d. Kqilc: r da d os nombres, el técnico (Xipbiu)
pendi x .J: The Cokl of Qu ivira ", pp. 22/i -22'i. y el vulgar (" la Dorada").
:18. l·: I 1érmino "elongación" des ig na b distancia angu lar ele un pl:tne - "i:\. Constdad{m aus tra l, d esignada lambién con doble no mbre: f'a.s-
ta respect o al sol. SC!r y Piscis uulctns.

80 81
]Oi IANNF-' KEl'l.l'R E1. S UEÑO () LA A STllONOMÍA DE l A Lt INA

ubeci lla Mayo r4 ; unos p equeños círculos alrededor d e los considera n un día y una noche el tiemp o en q ue se reali-
po los de la eclíptica030). Ya q ue estos po los distan de su zan todos Jos c recientes y mengu a ntes de su Volva , noso-
Volva casi un c uadrante de círculo , ele manera q u e puede tros lla ma mos a ese esp acio 'mes'. Nunca casi, ni s iquie ra
así localizarse cualquie r pu nto tanto e n relació n a esos po- en e l n ov ivolvio, se ocult:1 la Vo lva para los s uhvo lvanos ,
los como en relación a la Volva( l31), queda cla ro , pues , a causa d e su grandeza y lu minosidacl(141), p articu la rme nte
c u{inta mayor comodidad tie nen ellos que nosotros al efecto . para los ha bitantes d e los po los p ri vados e nto nces del Sol,
Como que indi ca n b lo ngitu d de un luga r p or re ferenc ia a para los que la Volva, justa mente en el inte rvolvio 11', :i me -
s u Vo lva inm(w il( 132) y la lati tud tanto por referencia a su dio d ía, vue lve s us cue rnos h:1cia arriba( 1'°12 ). Pu es gene -
Volva como a los polos0 33 ), mi e ntras que nosotros para ralme nte pa ra los que viven sobre e l círculo medivolvano,
b s lo ngitudes no te ne mos n;1d;i s i no es la despreciabilísi- e ntre b Vo lva·i7 y los p olo s, el novivolvio es señ;il dd me -
111;1 y ape nas dislinguibl e ded inaci(m magnét icai\ 13,il. dio día , el primer cuarto lo es del a tardecer, el plc nivolvio
As í pues, tiene n dios quieta su Volva como si estu viese se pa ra dos mitades igua les d e la noc he y el último c u;1rro
d ;1v;1t b en d c ido con un clavo. Su posició n no varía y trae de nu evo el Sol(l /ij ). En cambio para los qu e tie ne n
por c ncirn;1 de ella los dem{1s astros y también e l Sol pa - la Volv;1 y los polos situados e n el horizonte, y liahit ;111 en
s:1n del orto ;1l oca.so( l Y'il sin qu e haya noche e n la <¡Ul' el punto de intersecció n del ecua dor con el di visor, la ma-
;ilguna de las cslrclbs fijas que est:"in en el zodíaco no se iian:1 y la tarde tienen lugar en e l novivolvio y el pkni vo l-
o cultl· tras la Vol v:1 y aparczc1 ;1 b s ve ces por la zona opucs- vio, y e l mt.:dio día y la media noch e en los cuartos. CalcC1 -
t;1( l 3(1) . !'ero no tod as b s noc hes hacen esto las m is mas lese a pa rtir de ahí la situación d e los q ue vive n e n las
estrella s<li7 l, s ino <¡UL~ se 1urn;1n todas l:ts que clisUn de zon;1s inte rmedias(l 44).
I;¡ e clíptica unos (¡ (¡ 7 g rados0 38 ) y se produce un c ido Durante e l día distingue n las horas según las difere ntes

~· f: t S L'S de su Volva, de ma nera q u e cu a nto más se a proxi-
d e J l) años . l ln:1 vez transcurrid o este , SL' vuel ve a l p rin ci-
pio( 1.W). ma n el Sol y la Vulva , La nlo más cerca está pa ra aqudlos
Y su Vol v;1 eren: y decrece no de otro rnod o qu e nucs- el ml'd io día , para 0stos el atardece r u oc1so ele! Sol. En
tr:1 J.un:i( 110). J,;1 causa es e n uno y otro si tio la misma: .s i ca mbio d urante b noche, que n:gul an nente dura Jo que
el astro e stá o no il umin :1d o po r el Sol. L:1 dura ciún , si se 14 días de lo s nu estros con sus noche s , están mu cho lll L'-
a tie nde a la natura leza del proceso, también es la m isma , jo r pre parados qu e noso tros pa ra m e dir el tie mpo. Y es q ue
:1unque ellos la m ide n de un modo y nos.otros de o tro. Ell os a pa rre de aquella s ucesión ele foses de la Volva, e ntre las
qu e el p lcnivolvio , como d ijimos, indica l:t me dia noch e
e n el llll'di volvano, está tambié n qu e la Volva por sí sola
!¡!¡.. La N 11f1eu tfa M aior . conocida tamhié· n como "(; ra n Nube de l\fa -
gallanes" 1x1r:1 diferv nc i:irL1 d e o tr:1 d e me no r t:1111a no, no l'S una constc·-
ya le s indica a e llos las horas . Pues aunque en mo do alg u-
be ión sino un cC1nHilo dv estre llas pr(ixi mo a l:t Vía r.:ictca q ue :t l:i ·v ist:i no se la Vl~ mo verse el e su sitio C1 45), sin embargo , siempre
produ ce la s<.'. nsa ciú n de una nube cill a (de a hí el nombre). Se e ncue nt ra allí, a l contrario de lo que hace nu estra Luna, g ira C146) y
<.'. ll d hondo sur y IJeva el no mbre de l 111:1 rine ro portug u(:s qu <.'. l:t d escu-
briú durante su via je e n torno a la tie rm .
4S. La aguja d e 1:1 brújula no scfi:il:t exactamente el po lo norte geo -
grá fico sino d polo magn ético. De este mod o la d irecc i(m Lk: la ag uja /i 6. Est <: té rmino "inwrvolvio" est(t forjado sobre el habi tual e n c1stro-
imant ad a y el me ridiano d e l luga r d o nd e se halla fo rma n un (tngulo a l nomí:i "int e rl u nio ", que des ign:1 el inte rva lo e nt re dos lunaciones marca-
q ue se le denomina "d eclinaci6n ma gnétic:t". Sobre los inte ntos, a l pa re- d:ts po r cada luna nue va .
cer va nos, d e usar la d ecl inación magnética para calcular la longitu d geo- 47. Desa nú llese la concisa exrresió n d e l na rrador como "d punto q ue
g r:ífic:t de un p unto véas<.'. la nota ( 154) de Keplcr: tie ne a la Volv:t sobre su vértice".

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82 83
BIBLIOTECA
UNAM
CENTRAL
_ll)! !ANNES J(JJlJ.Fl{ EL SuFi:o o LA AsTRONO."-ÜA 1>E JA LUNA

va presentando sucesivamente una asombrosa variedad de te el polo norte de su rotación. Hay, en efecto, cierta man-
manchas que una y otra vez transcurren de oriente a occi- cha pequefüt y oscura(l 7 4) colocada en medio de una zona
dente047). Un giro de esos, cuando regresan las mismas da ra0 75) por encima de la silueta ele la muchacha, que
rnanchas(l18), represenu para los subvolvanos una hora desde la parte más alta de la Vol va( 176) se mueve hacia
de tiempo( 11íl)), equivaliendo a algo m:'ts ele un día de los oriente y luego, tras bajar en el disco, hacia occidcnte(l 77),
nuestros con su noche( l "i()). Y es esta Ja única medida de desde donde otra vez se retira a lo alto de la Volva en di-
tiempo constantd 1"i1). Y:1 antes' 8 se dijo, en efecto, que el recciún de oriente y así se la ve constantemente( 178). En
Sol y los astro.s giran cicla día para los lunícolas irregular- cambio, cuando el Sol est:í en Capricornio est:i mancha no
mente, por lo que el giro de !:1 Volv:1 es lo que más les aparece por ninguna parte, toda vez que el círculo entero
sirve a ellos, .si con <."! .se comparan las distancias de las con su polo se esconde tras el cuerpo ele l:i Volva. Y por
estrellas fij:1s resp<.'Clo de Li Lun:1( 1"i2l. supuesto en estas dos épocas del :1!lo l:is 111ancli:1s se diri-
En genera 1 !:1 Volv:1, por lo que luce a su parte supe- gen en línea recta hacia occidente( 179), mientra que en las
;I i rior y nortc11a, 1x1recc te1wr dos mitades( 1'13), una nüs os- épocas intermedias, cuando el Sol esb en Aries"' o en Li-
1:jl,Li1 cura y cu! licrt:1 d<.' un:1 .suerte de rn:mchas continuas( l '11 ), bra, las manchas suben o bajan al travé·s en línea un tanto
la otra un poco rn:ís d:1r:1( l '1'1 ), sep:1r:1d:1s por un cinturún inclinada. Por esta raz(m conocemos que los polos de este
luminoso que corre cut r<.' :11nhas en dirccci(m al norte( l '1(1 ). gini, mientras se mantiene en su sitio el n·ntro de la Vol-
Su forma es dificil dl· dl'.snihir. No obstante, la parte m:ís v:1, clan b vuelta en el círculo polar alrededor ele los polos
orienta!( l '17) :1parece corno el busto de un cuerpo hum:1- de los lunícolas una vez por año(l80).
no c01t:1d< >p< >r hs :1 xi l:1s( l '18) indin(mdose para besar a un:1 Los m;ís observadores se percatan l:1mhié·n de que no
muchacl1:1( l '1<)) de larg:1s fakl:1s( 1(10) que extiende una mano siempre la Volva presenta un mismo tanufio. lk.~ulta que,
hacia atr:ís( 1(11) p:1r:1 !!:mur a un g:1to en actitud de sal- en aquellas horas del dí:1 en que los astros .son rápidos, el
tar(162). l'rn· contr:1, !:1 p:1rte rn:1yor y 111(ts extens:1 de !:1 diámetro de b Volva es mucho mayor, tanto, que entonces
manc!1:1( 1(1:\l se <.'Xlicmk· h:1cia occidente sin una forma (k·- sohrc¡x1sa cuatro veces al de nucstr:t Luna( 181).
~ li 1
termin:1da< IM l. l•:n l:i otra mitad de la Volv:1 el hrillo(l6"i) ¿Qué· diré· a continuaciún de los eclipses de Sol y de
está nüs <.'Xlemli<.lo que l:1s rn:111cl1:1s( 166). Se diría que es Volva que ocurren en Lcvania y ocurrl'n aelcm;'1s en Jos mis-
: ~ • rl
la silueta de un:1 c1rnp:111:1( 1(17) su.spendida de una Clll'r- mos instantes que aquí en el globo de b Tierra Jos eclip-
cla(]68) y voltc;1cl:1( l(J()) l1;1ci;1occidente(170). A lo que que- ses ele Sol y Luna, aunque justamente en el orden inverso'
da por cncim;1( 171) y por delJ:1jo( 172) no cabe buscarle una Efectivamente, cuando nosotros contempbrnos un eclipse
semejanz:1. total de Sol, contemplan ellos uno de Volva, y a su vez,
Y no es bastante que de este modo b Volva les indi- cuando contemplamos nosotros uno de nuestra Luna, se
que las horas del día, sino que adcrn:'ts les suministra indi- eclipsa para ellos el Sol(182). Sin embargo no cuadran to-
cios nada oscuros de las estaciones del afio con .~<>Jo que dos, pues ellos ven a menudo eclipses parciales de Sol en
presten alguna atenci<'m, y dio caso de que ;1 alguien se le momentos en los que para nosotros no falta ningCm peda-
escape la disposici(m de las estrellas fijas. En la época en zo de la Luna083); y, al contrario, no poc1s veces se pa-
que el Sol está en C:í nccr( 173 l, la Vol va muestra claramen- san sin eclipses de Volva en momentos en los que noso-

'Í'). El texto del Somnium de 16.)'t dice Orienle (y mantiene Frisch)


48. En el contexto ck- los avisos de nota ( 108), ([()'))y adelante. en lugar de Ariete que es lo que exige el sentido (y corrige Rosen)

84 85
] Ol l ANNES K EPLER E1. S t JENo o LA A sTHONOMÍ1\ DE tA Lt JN A

tros te ne mos eclipses p a rc ia les de Sol(l84). Los eclipses d e Tienen sin e mbargo e ntre ellos los eclipses d e Sol la
Volva se dan e ntre ellos e n Jos ple nivolvios tal como e ntre siguie nte p articularidad: muy a menudo s uced e que , ape-
nosotros los de Luna se da n en los plenilu nios; Jos de Sol nas oculto el Sol tra s el cuerpo d e la Volva, p or la parte
se cla n e n el novivolvio tal como en tre nosotros se dan e n o puesta surge un resplandor como si el Sol se alargara y
Jos novilunios0 85) . Y pu es tiene n días y noches d e masia- abarcara el cuerp o entero de la Volva, p ese a que realmente
do largos , exp erime nta n e nsomhrecimi entos mu y frecu en- es de otro modo y en todas p artes el Sol se ve más p eque-
tes d e ambos astros. Así corno e ntre nosotros g r:m pa rte ño qu e Ja Volva( l94) . Por consiguie nte, no sie mpre se o ri-
de los eclipses se traslada has ta nuestros antíp odas , los an- g ina una oscuridad total , salvo que Jos centros de los cue r-
típodas suyos por el conlra rio , cs1·0 es, los privolvanos, no pos se alineen muy c<:rc 1 el uno del otro(l95) y además lo
ven ninguno y sólo Jos s uhvol vanos los ven todos. permita la distribució n del medio diáfano( l9(Í). Pero es qu<.:
l In cdipse total e.le Vo l v~1 no lo ven nunca( 186) , sino qu e ni siq ui e ra la Volva se oscurec<.: tan c.k repente c¡u<.: deje
ven pasar a travC·s del cue rpo de b Volva una sue1te de man- de verse del todo(197) , aunque el Sol se oculte entero tras
1111 cliila( l 87) rojiza por los hordes(J88) y por el medio ne- ella. S(i]o lo hace en la coyuntura media del eclipse to-
'.'I
n gr;1( 189). La mancha penetra por el orient<: de· la Volv:1 y tal(1 98). En cambio al principio del eclipse total h Vulva
I1.11

illl .~ale por el extremo occide nt;t!(l 90) siguiendo el mismo G l - sigu e brillando en ciertos parajes del círculo divisor como
,:¡;¡ rnino que bs manchas propi:1s ele la Vol va, si bien a 111;1yor ca rbón e n ascuas cuando se extingue la llama. l ln:1 vez que
1.:r
velocidad y :tdelantí ndobs( 19 l ). Dur;1 el tránsito la s<:x ta se apaga c'sc brillo, se está en la mitad del eclipse total
p:1rlc <.k· una de sus lior:1s o cuatro horas de las nuestras(l92 ). (pu es e n el eclipse que no es total n o se apaga ese brillo),
1'"''
·~ i¡
l.a cau sante de los eclipses sobres es para ellos la pro - y un:1 vez que v uel ve el brillo de la Valva (en los lugares
pi;1 Vol va, e xacramcnte ig ual que para nosotros lo es nu es- opuestos del círculo divisor), es q ue de nuevo se va a de-
tra Luna. Siendo así que la Volv a tiene un di:'1me tro'i0 c ua- jar ver el Sol. De este modo , ambas luminarias se apagan
tro veces ma yor qu e el del Sol, es inevitable que el Sol, al por así decirlo a la vez e n l:i mitad d el eclipse total0 99).
pasar por d sur, e n s u marc h;1 de oricnle a occid l'nk , cl'r- Y ha su aq uí ace rca de los fen(Jme nos que se dan L'.n
ca de la Volva i11111(iv il , lranscurr;1 mu y a menudo por de- uno y otro hemisfe rio de Levania , e n el subvolvano y e n
tr;ís d e la Yol va, que ocult;1 por ta nto una po rció n o la to- d privolvano . o es difícil colegir el e ello, a un sin deci r yo
ralidad del Sol. Aunqu e frecue nte , es muy notabl e el e clip- nada , Jo mucho que Subvolva se diferencia de PrivoJva e n
se total de Sol , pu es d ura v:1rias ho ras de las nuestras093 ) cua nto a la s demás condicio nes.
y hace que se extinga a la vez b luz del So l y la d e b En efecto, aunque la noc he de Suhvolva e s tan larga
Volva'i 1, lo que para los s uhvolva nos es un acontecimiento como 14 de nuestras jornadas 52 , sin e mbargo , la presencia
grave, toda vez que, a causa del brillo y el tam;1ño de la de la Volva ilumina aquellas regio nes y las protege del frío .
Volva siempre presente, disfrutan de noches no mucho nüs Pues tan gran masa , tan gran brillo, no pueden dejar d e
oscuras que los días mie ntras q ue durante el eclipse de Sol cakntar( 200) .
ambas luminarias, el So l y la Volva, se apagan.

52. Traduzco así, aquí y en ad e lante, el término griego del original


50. Aparente, según lo ven lo s se le nitas o levanicnses. nychthemúra = 'conjunto del día y la noch e ' ; lo usa el autor ciertame nte
51. Evidentemente, cu and o la Tie rra o Volva oculta el Sol a los lun í- porque el tó mino latino c/ies resulta tan a mbig uo como el castellano 'd ía ',
culas, lo tiene a sus espaldas y, por tanto , la cara que les mu estra a pa re- q ue es a la ve z 'una jornada· y 'la parte d e ella que goza de la luz dd
ce oscure cida. sol'.

86 87
j OHANNES KEl' J.l'H E1. Sl!EÑO o LA AsmoNoM iA llE LA LllNA

Y a su vez, aunque el día en Subvolva tenga la moles- cual como puede. Muchos son buceadores; todos los seres
ta presencia del Sol durante 15 ó 16 jornadas de las nues- de naturaleza viva toman aliento muy despacio, pues habi-
tras, sin embargo, el Sol, empequeñecido, no tiene tan te- tan en las profundidades de b s aguas supliendo a la natu-
rrible fuerza(201) y la conjunción de las luminarias arrastra raleza mediante artificio(211-l. Dicen que en lo más hondo
las aguas todas hacia aquel hemisfcrio(202), cu briendo el ele aq uellas c uencas el agua se mantiene fría , en tanto que
suelo de manera que muy poco de él aflora(203). El he- el Sol hace hervir las corrientes superiores(215). Todo lo
misferio privolvano es por e l contrario seco y frío, ya que que hay en la superficie'; lo cuece el Sol a medio día y
se le han quitado tocbs las ag ua s(204) . Cua ndo se hace de sirve de alimento a los ejl:rcitos de colonos viajeros en su
noche en Subvolva y de día en Privolva, un he misferio tie- llegada(21 6). Porque e n general el hemisferio subvolvano
ne una lumin;1ria y otro la otra separadame nte. Se sepa- guarda semejanza con nuestros ranchos, aldeas y l1uertos,
ran'1 entonces tamhiC·n las ag u:is, y los campos de Suhvolva el privolvano con nuestros sem bradíos, bosques y eriales.
quedan al descubierto, mie ntras que a Privolva se le sumi- Los que tienen más necesidad de respirar conducen las
:·;'' nistra líquido como pcq ud 10 a li vio del calor(205). aguas hirvientes por un estrecho cana l hasta el interior de
1

¡!!,, 1
.
Y pese a que Lcvania entera no ah;1rca una circunfe- las cuevas para que a lo largo cid paso se vayan enfriando
renc ia mayor de mil cu alroc icnt;1s 111ilbs alemanas -lo que :1111"es de llegar a lo hondo. Allí se están e llos la mayor p ar-
; 1 Ja postre vie ne ; 1 ser una c uarta parte de n uestra Tic- te del día sorbiendo ese agu:1 y, al c 1e r la tarde, salen a
rra(20ú)-, tiene sin embargo mont es a1Lísimos(207) y valles buscar comida(217) . La corteza e n las plantas y el pellejo
profundísimos y dilatados(208), por lo que le va muy a la en los an imales, o lo q ue hag;1 sus veces, representan la
l'.aga ;1 nuL·stra Tierra en cu:into :1 b perfccciún de s u re- parte 111;1yor de la masa de s us cuerpos, ºque son blandos y
dondez. Al m ismo tiempo es poros;1 toda dla y está como porosos. Y si alguno se ve sorprend ido en la superficie por
agujercacl:t por cavernas y simas <¡UL' se comunican unas la llegada del día, se requema y endurece y a la tarde pierde
co n otras(209) , sobre todo en los te rritorios de Privolva , lo la picl(2 l8). Los seres que nacen del suelo , si bien son po-
~·t '[I
q ue constituye par:1 sus habitantes(2 l0) el principal re me- cos y lo h:1ce n en las c umbres de las montañas, nacen los
dio contra d ca lor y el rrío(2ll ). más y mueren en u11:1 misma jornalb, s ucediéndoles otros
Tocio lo que de aque l s udo n:1cc o sobre ;1qucl sucio nuevos que brotan cada dLt.
l·r ~· camina(212) es de un tamailo monstruoso. El crecim iento El carácter vivíparo prevalece en genera l. Es maravilla
·'it¡ •
• 1:
L~S rapidísimo y todo tiene una vida co rta lu ego que alcan- verlos a medio d ía salir a tomar el Sol como por gu sto,
za su cuerpo masa tan descomunal< 2 13 ). Los de Privolva aunque no se alejan, sino qu e se qued an cerca d e las bo-
no tiene n nido fijo ni vivienda segura. l•: n el espacio de un cas de sus cuevas para tener una retirada segura y rápi-
solo día recorren e n tropel tod o d g lobo, parte valiéndose da(219).
de sus piernas , que las tienen m ás largas que n uestros ca- Con el calor del día algunos pierden el aliento y la vi-
mellos, parte valiéndose de alas. Otros acornpaüan en bar- ta lidad, recobrando ambas propidades al llegar la noch e ,
co a las aguas fugitivas. Si necesitan q uedarse más de un
día en un sitio, en ese caso, se meten en las cuevas, cada
5!i . Parece~ que esta id<::a se la da .José de !\costa, que en su H isloria
m1/11ml y moral de las Indias Occidentales (![ , 12) afi rma: "La profundi-
53. El tex to del Somniu.m (1634) trae diuidant11r ("que se separen'', dad inmensa ck l mar impide ;1 los rayos del sol recalentarlo". IDl. Más
o "se sepa rarían'" ) errata que corrige frisch en diuiduntur, que es lo rra- noticias sobre !\costa en las notas (216) y (222) de Kepler y en nuestras
ducido . notas expl icativas de allí.

HR 89

__ -...._
-- - - -- - -- -- - - --------

lo contrario ele lo que entre nosotros les pasa a las mos-


cas'\ 220). Acá y allá dispersos por el sue lo se hallan unos
burujos e n forma de piñones, cuyas cortezas se tuestan du -
rante e l día y que al atardecer, cuando Ja salida d e las ca-
vernas qu e d :1 por así d ecir lo franca , los an imales co-
mcn(221 ).
El principal alivio del calor en el he misferio sulwolva-
no son los continuos nubl ados y las lluvias(222) que de
vez en cuando sobrev ienen por la regió n central y basta
mi-; :1 ll:t(22:-\) ... ""
J\ l'Stc punto lkguC· e n mi suc1\o. lln estrC'. pito re p ent i-
no de vie nlo y llu vi:1 me dl'sperlú y bo rní a la vez el final
del lib ro traído de Frankfurl. J\s[ pues, dcjC~ al demonio na-
rrador y ;1 .~us oyen tes, Duracoto el hijo y Fiolxhilde la rna-
drc , con s us calx·1.as tapada s corno estaban y, al volver en
mí, hallC: que l'll realid:1d tl· nb yo ca beza y c uerpo liados
e n Ja :tl moluda y bs m:111t ;1s'''.

"' l'in de " l ·:I Suci'to"

1
1

'i'i. I' liniD el Vicju ( //.N , XI, :-\(>, 1 Í_-\) y Martín de l Río (lhst¡uisilirJ/ll'-'
1111.1gicae, In , 26) dan hi not icia pasmosa d e que las 111osc1s ahogada s rc-
suciran si Sl' las ml'l-e c nlrl' cen izas tibias .
'i(Í. Esto es un paralelo h u!llorístico con la situ:oció n de Duracoto y
su madre, a la vez que una rderc ncia al su cL·so del mundo de Ja vigilia
que ocasiona <:n la mentL· del so!'i ador la image n del suct'10. Es corrknte
<: n los relatos d<: sudios mar:1villosos q ue el protagonista traiga algCt n o b- "li'.co J3mb e entre los instrumentos de su ohseroatorio ( 15H 7)
jeto o sct'u l dd mundo o nírico. En cambio e n los su<:ños d e carácter r<:a-
lista hay s ie mpre un suceso trivial que al des pertar es la explicació n de
todo.

90

_.......__
NOTAS DE J. Kl ·'.PLEl{ AL
Sr ll~JÍI< >ASTRÓNOM!CO ESCfüTt\S Sl ICESIVJ\MENTE
ENTHE LOS t\ÑC )S 1620 Y 1630

( 1) l·:stl' nombre se me ocurril-> pensando e n nombres pro- l


1

pios dl' la historia de Escocia' que sue nan mu y pare-


('i do.~. pues esta regi(in se ll al la en frente del m:1r de
lslandi :1.
(2) l ·: n nu estra leng ua :tlemana s u<:na algo así como "Tie-
rr: 1 de hiel os". En esla isla re mota imaginé yo la Joca- 1
liz:1ci<.>n de mi sueño y mi ensu dío por imitar a los
fil<'>sofos en este género de 1iteratu ra . Sabido es q u e

1. Kqilcr conoce los :1sun tos de Escoc ia a través del libro dl'I huma-
nist a (;corgc llmfoman, Ren1111 Scoticamm bisluria (falimhurgo l'i82). Allí
(f'.23) se sostie ne que hay seme ja nzas e ntre vocablos de galos y brítones
(ant iguos pohlad<H\'s de Escocia). En tre e llos, en e fcno, ha y muc hos que
crnpiez:111 p< >r 'du r·, rrefijo qu e, segú n Buc:l1an~1n , quil'rc decir · ~1gua Co1110
1

e jemplo se da en el libro el nombre Durocotti e ntre lo.s ga los. Aparece tam-


bié n un:1 ciudad Durocortorum (Reims) e n d relato de Julio César ( J )e be-
llo c:alliw. VI .44). Por ahí forj(> sin duda Kepler el nombre Dumcot:o dd
prougonista de su Suerio. [R] [D I Pero, a p esar de que Kepler lo ca lla, hay
otra etimología, ollvia para cua lquier lector de su tiempo, que hace del nom-
hn.: un nomhrc parlante de abolengo latino, y Duracoto vedrí:1 de /)l/.ra +
cos, esto es, 'piedra dura'; o tambié n de J)ura +cutis, que es 'pe lle jo duro'.
Ya veremos m:ís ade lante que Kepler pone la dure/.a de cuerpo como re-
qu isiro imlisp ensable para los viajes celestes.
11
¡ 1
93 1

_......_ - ~
Jo 11 A~N ES KF.l'Ll'I< E L SUEÑO o LA A STl<ONOM Í!\ l>E l.A 11 lNA

Cicerón se mard1(> al Africt para soñar2 , que Plat(m límites al ver como a la sazón mi ensueño o c ue nto
e dificó s u Atl {tntich~ precisamente en el océano occi- me ha salido tan parigual. Porq ue yo rl'.cuerdo con
dental, de donde pudo convocar fant(1 sticos re fu erzos toda ex actitud el momento en que compuse calb un:1
en ayuda del valor guerre ro , y que Plutarco en s u tra- de las partes de mi ficción y no todas derivaron d e la
tadito Sohre La cara de la /,1111t t , después d e una larga lectura del tal libro. Tl'.ngo e n mi pode r un papel ya
introducci ú n , se planl:l en los mares de Amé rica y nos vie jo, e scrito , oh nobilísimo Ch ristoph Besold\ por tu
describe unas isl:1s que el geúgrafo moderno proba- mano en los tiempos aque llos en que, b:1s:í ndote en
hk:mente situaría por b s Azores, Groenlandia y la Tie- mis conferencias de 1 'i93 , ideaste las casi ve inte tesis
rra del Lahr:1dor, reg iones s ituadas alrededor de Isbn - sobre los fenómenos celestes e n b Luna y p:1r:1 dis-
clia '. /\ decir vcrd:1d , cuanl:1s veces releo l'.ste libro de cutirlas, si él daba su conse ntimiento, se las enseñas-
Plutarco, otras t;111t ;1s soy pwsa de una admiraci ó n sin te :il señor Veit Mülkr, por e ntonces presidente ordi-
nario dl'. las discusiones filosóficas''. En :1quellos til'.lll-
po.~, claro es, aún no había visto yo las ohr:1s de l'lu -

2. Jkl(:rcná1 :il S111'1Ío de h:,·ci/1üi11 !.1'011111i11111 Sci¡iiu11is!, cé:lclire· p:tS:I·· t:1rco. Después topé'. con .la !Iistoriu oerdudcra de Lu -
je de·l Sl'X lo y t'ilti11m lilini dt·l di:"dogo cin·roni:ino So/Ji·c el fotrnlu 11 !e re .. ciano7, escrita en griego y que consta de dos p:1rt cs.
/!1111/iui) . l lno ck los inlcrl on1torc-.-., J·'.scipi(>11 l•'.1 nili:1no , n1e·nta que, iios1w - Me h:1hía buscado esta obrita para practicar 1:1 k-ngu:1
d:1do en c:is:i cid rcyl'/. lll"lo fVl:i.-. inis:i, vt : en st1e·nos :í su padn: l'aul o \in1i- 1. 1'
:1y udt1ndorne de lo gustoso de su argumento lllJs que
\io y :1 s11 :1li11do por :ido p cit">11 1' 11\ilio Coriwlio Fscipici n d vencedor de
i\ 11íli:d. \(sic· t·il1in10 k 11111 cs1 r:1 l:i 111:'1q11i11:1 dd mund o : l:i Vía J.:íctea, d sol osado y que, sin embargo , sugiere de alguna manera 1·1,
111· !

con M crc11rio y Venus nHlH> sns s; 11<."· li1 cs, c.: I resto dl' los planetas, LI lttll ~ I y. b n:1lur:dcza del universo mundo, c(>mo el mis mo Lu- :I''
e n J'in , l:i lit·rr:i t ' ll la 1x1rle 111:·is honda y ccnlral. lkcorek·1nos que· e n lic·111 .. <.Üno advierte en el p1úlogo. Tarnhil-11 é l se adcnl 1ú
JlllS d <· Kq>l<"r el S11e1io IÍ<' foci/1i1i11 era l:t tinic:1 p:ine· del tr:11ado cin·roni:i-
e n el océano 11av1.:gando m:ís a ll á de la s Co lu11111:1s de
no que.: Sl' conocía , 1ni l'nl r~ 1 s <¡llL' e l n:sto no se cu 11uciú hasta prin cipios
del s ig lo XIX. 1Jur:1111 e· la \·'. dad Medi:i y el J{e·nac i111it·1110 lúe larnhi é·n 111t1 y 1IC·rcules y se vio arrastrado e n volandas con su n:1ve
l<·ído e·I crn m·111:1rio dd lll'OJll:tlúnico fVlacrol iio (ss . JV-Vl. por un torbellino de viento, viajando así hasta la Lun:1.
5. J•:J 1r b1 0 pbi t.1nico solm: l:t i\tl :í n1icla se 11:111:1 e·n el '/1111«0 C2'Íl'- Estas fueron las primeras trazas del viaje qu e poco
2'idl y e· 11 l' I (,'rilios ( JOMl', l l :k- 1'2 \cl, dCJ ndl' se· Jl<ll te' en hoc:i d l' ll ll
1
san:rdol <.' L'gipc.: io qtH.' s<. · lo l'lll'n ta :il :1tl'nil'11 sc.: Soklll . Nos~ tr; ll a, pul's ,
dl.' un su l' r.H>. Kcpil'r h:1hl:1 t>scur;1n1cn tc d<: qul' de :dli vin il'ron gr~ 1ndcs
re·l'ucrzos Cs11/Jsidil/.). En rt·a lidad los a1l:in1 es, que· rein:ih:in d esde rn:ís :111:'1 '>. Chrisroph Besold 0577-1638) fu e compañero d e estudios d e· 1'.t·-
de bs colu111n:1s del ll'rn 1les h:tsla l.ihi:i y Elruria , se enfrenl:1ron con i\ll'llas \)lc r en Tubinga y, a unque mostró algún interés por la aslronomí:1 , :i c:ih(i
y cst:i ciudad salí<'> rdo rz:id:1 y 1riunf:in1 c . Sahido es que una c:ir:ístrofc gradu :'t ndose y s iendo profesor d e leyes . Com o am igo y consejero, i111 c·r··
acabó con la i\ tl:íntida pt:ro no con los ilu111inados que la buscan . viene e n l:i vida familiar de Keple r (casamie nto de.o l:t h1.:rn1:1n:i Marg arila
4. Plutarco (46- 120 d .C.) esnihi(> un 1ra1:1dilo Sohre la a uu 1111<· se"" y proceso d e la madre acusada d e brujería). Véase E. \(osen, "Kepl c r ami
en el disco lunar (JJefacie c¡tttw iu iJ/he /i11uw ap¡1aret J. Cuando di scute· Wilc hnafr Tri:ds ", 'JZ1l' /listorian 28, 1966, 447-450 Un .
l:t posibilidad de que la luna esté h:ihi1:1da , co nclu ye que allá rnor:in 1:1.s (i. Veit Mü llcr ( l'iól-1626), profesor dt: Tubinga, era un krvicnlc· :in-

:'u1i111:1s de los muertos en purifi caci(m. 1le ol r:t p:1rte Keple r e n c uen l ra Licopernic;ino e impidió l'I debate y exposici(m d e las tesis que luego se·
qu e Plutarco maneja una topogralfo te rrestre nada imaginaria, como .-. i el inl egra rí:in c'n e l S11erio. Kepler no rompe: co n L'I a pesar del desapego
griego conociera la presencia d e isl:ts y tierras en d i\tlánti co. En p:trti c u- mutu o. VL':isc E. Rosen, "Appendix C: Kep ler's Lunar llis.scrUtion of J 'i9:1",
lar cree qut: la isla ügigia , que según Plutarco ('),Í l :1) se encu e ntra a dn- pp. 207-20:-l. Fl clehate (dis¡111tat io) e n la vicia universitaria de entonces
Cll días de navegación march a ndo hacia poniente desde Inglate rra , no es e ra a lgo vivo: el estudiante exponí:i s us puntos de vista y era rebatido
o tra que Isl:tndia. El librito d espen(i lanto su interés que lo tradujo, anotó por profesores, alumnos y pC1hli co en genera l.
y editl'i (en Somniurn 16Yl, ff. 97- U-Vi ~ Frisch , Vlll, 76-12:)). Véase E. Ro- 7. De esta ohrita del alegre escritor d e Samósata (125-195 d.C.) h a-
sen, "Appendix D: Keplcr Tr;ins l:ilion o f Plut:arc h's Moon'', pp . 209-211. bbn1 os y: t e n nuestro pr<il ogo.

94 95
jOllANNFS K1:J>U:H EL S1 wNo o LA AsTRoKoMíA JJE LA LuNA

tiempo después emprendería yo hacia la Luna. En Graz gatorio de San Patricio 12 en los subterráneos del Hec-
por primera vez el año 1595 me hice con el librito de lda, el voldm de Islandia. Puesto que también Plutar-
Plutarco cuando tuve noticia de él leyendo el Comen- co conforme a la opinión de la teología pagana había
tario de Erasmo H.einhold a las Teorías de Peurbachs situado el purgatorio de las :Jnimas en la Luna me 1
',

dd que torné'. muchas cosas para la Seccüín de Óptica pareció bien a mí, en el momento de zarpar hacia la
de la Astronomía en Praga el año 1604'J. Sin embar- Luna, soltar amarras precisamente c~n Islandia. Una ra-
go, no porque las islas mentadas por Plutarco estu- zón mayor que me aconsejaba Ja elecci(m de esta isla
vieran por los m;1res de IsLmdia escogí esta tierra para fue un reblo de Tycho Brahe del que se hablará m:Js
los supuestos de mi ensuet1o, sino que la razón fue adelante''. También cumplió su papel el recuerdo de
que por aquellos dfas esl;1ha a la venta el librito de mis lectur:ts sobre aquella historia del invierno que
Luciano sobre el viaje en barco a Li Luna traducido ;ti pasaron unos holandeses en la helada Nueva Zembla".
'l·I
alcm:Jn por el hijo de Holknliagen'º y junto con él se Esta historia suministra adenüs por sí sola muchísi-
cditah:m las historias de San Brand[m'' y la del pur-

12. l.:1 kyl'11d:1 irlanck·."1 dl'i p111·gatmio de San Patricio se· sitt'i:1 c·n un
islote del l.ougli llc·rg ( 'º l.ago [{ojo) donde tmlavía se cnse1la a romeros
H. Cvorgt' Pcur\l;1cli ( l-·í2;)-l/1()[) cscrihiú un rn~1nu:d de ~1strono111ía Y ¡wrc·grinos d pozo ele·! santo en cuyas honduras se metió el caballero
nwy difundi(lo CJlll' se i111prin1V) unos docl' :túos dl'spt1<_-·s de su 11n1crlc
Owein para obtener el perd(m de los pecados, enfrentándose :d diablo y
,,¡ con el tíltilo tk 'Jbe1Jriul<' J/l!t'(f{' ¡1/(//1<'f11n1111 !Nllc'/!t/S /enrías de /1Jsj1!tmc .. al esp0ct:1culo terrible de las penas de ultratumba. Los lances de este via- i!
..
~H !
f((S). I•:rasll\o l{dnl10ld ( l'il l··l'i'i:\l co1np11s<> un cornc·nlario al rnanual tWi1 ..
lcnlll'rg l'i'Í2l anadicndo un ensayo s<>hrc· la luz lunar ("lle illulllinaliom·
je se cucnlan en el 1'ractat11s de ¡nu;~atorio S. J>a11'icii compuesto a fines
del siglo XII por el monje cisterciense 11. di Saltrey (según M. P. Ciccare-
l.un:ll'"). Allí halib ele- las rdcTt"ncias qm· los t·siudi<N>S del tema podr:ín sc, "Le piu :mtiche repprescnt:1zioni del purgatorio, dalla Passiu l'erjJetuae
l1:dl:ir c·n l'lut:m·<> y llic.>gc·m·s L:1t·rcio. K<"pler t<·ní:t c·n gran a¡)}"(·cio 1:1 :lila l"ine clel IX sec.", en Ro111a11oharharica 7, 1982, p. 33 y A. Curtayne,
<>iir:t dt· lkinliold. ll{l llll
I. 011.~/i /!erg. SI l'atriá\· f'w;~a/ory, Tralee, 1956). Parace que el santo nunca
'). ltsl:l o lira l:i compuso Kcpler c·n l'r:1g:t, p<"ro se· pul ilic<> en Fr:lllkf"urt visite'> el Domkgal, en !:1 costa noroccidcnt:d de Irlanda, donde se halla el
del Meno c·n el a!Ío que· dice el texto. Su título con1plc10 rez:1: l'am/ij!(J· Lough llerg (L. llidcr, "/Zw U/(' und legend o/ St. !'atrick, Dublín, 1949,
JIJ('JI(/ Vilcllmti 1¡11i/)((S /'(¡¡s 11slrot1Ulllilli' Ujl/ÍUI 1milil11r. Vilci<"">n () Viil'IO
p.26 lcit. por 1'1l !Adeudo los dct:dks de esta nota a la amabilidad del
c·s el nonihre latini/.:1do de Witelo, s:thi<> trat:1dis1:1 ¡ml:1co del s.Xlll. Kc·- profesor Antonio Maya, editor meticuloso y sabio de textos medievales].
pler titul:i su lillro como si se tr:itar:t de un supk111cnto a la obra de· Witl'· 1:\. Plutarco, JJe/itcic, 943c. En realidad el purgatorio plut:1rquiano
lo, pero en re:did:1d va l!l'.ts all:'1 y con d ccl1:1 los cimientos de la ,·,plica est'1 en una zona intennedia entre la tierra y ]:¡ luna. En él flotan las al-
moderna. En el liliro hay catorce rcfcrcnci:1s a l'lutarco. 11'1 ID]. mas de racionales e irracionales y, una vez purificadas, entonces suben
10. Gabriel Rollenh:1gcn puhlic<'> el :11io l!iO:\ en Magdelmrgo \/ier por fin :t la luna, que es incorruptible y pertenece propi:unente a la re-
Bücher wunderhalicher ... Ne11se111c:1wrru lilims so/Jre oiajes mam/lil/osos! gic'm del cido.
el tercero ele los cuales es con cl'ecto !:1 l/isloria /lerdadem de Luciano. I/¡. Vbse la nota (13) de Kepler.
George Rollenhagen (1542-lli09l, su p:1dre, fue 1111 poeta muy leído y fa . 1'i. En los años sucesivos de 1594, 9'i y 96, expedicionarios holande-
ses capilaneados por Williarn Barents fracasaron en tres intentos de abrir
lllOSO. [R]
11. San Brandán el Navegante fue una suerte de Ulises irlandC:·s que una ruta hacia China viajando por el Océano Ártico en dirección a levan-
parti(l en compañía ele catorce monjes en busca del Paraíso Terrenal. Su te y quedaron detenidos un invierno en la isla rusa de Novaya Zemlya
vida se transmite a través e.le la Leyenda Dorada y sus viajes se narraron (Nueva Zembla). Un marino llamado Gerrit de Veer, publicó en Amster-
en una obra latina compuesta en las cercanías del Rin durante el s. X. La dam el a!'io 1'i98 un informe de estos viajes redactado en lengua alemana
obra se perdi(l pero dejó el rastro en historias muy leídas durante la Edad que inmediatamente se tradujo al latín con el título de /Jiarium nauti-
Media. Hay una puesta en castellano: llenedeit, h'! uiajc de San Brandán, curn seu veru descriptio trium navigationum admirabi!ium et nunquam
trad. y pról. de Marie Jos(, Lemarchand, Madrid, Simela / Selecci(m ele auditarum. Un amigo de Kepler, Colmann Zehentmair, le envió un ejem-
Lecturas Medievales, 1988 (4"ed.J. IHI plar el 24 de mayo de 1599. [R] [D]

(Jó 97

_I ~
JOi iANNE S KEPl.l'.I( Et Sut:Ño o LA A sT Ho NO /\·tíA DE LA Lll NA

mos de los ejercicios astron ómicos trasladados por mí aguardar la madurez de los años para qu e como de
a la Sección de óptica de la Astronomía del año 1604
16 consunción y vejez acabe la Ignorancia por morirse.
(3) En mi habitación, que usaba por gracia de Martín Ba- Puesto que el blanco al que apunta mi Suerlo es po-
cbaczek, rector de l;t Universidad Carolina 17 , colgaba ner en pie un argumento en favor del movimiento de
de la pared un mapa de Europa muy antiguo en la Tierra o más bien una soluci<)n a las objeciones qu e
el que se le aplicaba a Islandia la denominación de por doquier le ha puesto la gente, creía que esa vieja
Fiolx 18 . Cualquiera que fuese su significado, me gust<Í Ignorancia estaba ya suficientemente muerta y arran -
el nombre por sus resonancias bárbaras y le añadí la cada del recuerdo de los sabios, aunque est:1 claro que
voz 'llilde ' ''' que ar:1rece en los nombres de mujer del su alma todavía se debate en la unión con sus dil:tta-
antiguo idioma, corno Brunbildc, Mathilde, Hildegard, dos miembros , unión muy reciamente tr;1hada a lo lar-
1liltrud y otros parecid os.
go de muchos siglos, sobreviviendo en las u niversi-
1 I
ll l l (/¡) Porque esto es má s verosími l que no imaginar que es- dades como una madre cargada de años. Sin emba r-
r:mdo su m:1dre viva e l hijo se pusiera a escribir y di- go vive e.le manera que más le v;tldría estar 1m1crta 2 1.
!i:11 (Falta la nota S)
\' 1111! vu lgar sus :trtcs-' 0 Pero t:tmhi C:n quería sugerir que de
l 1¡ .1
1:1 expe ri enc ia bruta o , por hablar a la usanza de los (6) Algo así me ocurritJ en un nx-i cnle viaje'', y no :1 iní
1111.! I
');;¡ ¡ rnC·dicos, de la pr:íltic1 e mpírica nace b Cienci:t , como so lo , sino también a un grupo de muchos que pen -
(''
1111 .1 de una nudrc su hija, y qu e p:1ra C·.~t: 1 no es cos:t se- saban como yo. Un teólogo de la Confesiún de i\ugs-
gu ra propala r entre d vulgo las explicaciones m{ts ar- hurgo 2" nos atacó con gran celo y creía hall:tr en las
"I ' Escrituras armas para derrotarnos. Encor:1 j:1do a l f'i n
,, . c:111as de l:t rc:tlidad rnicnl r:1s siga v iv:1 entre los hom-
·~ ~I ! 1
bres su madre 1:1 Ignorancia. Es más, hay que ser con- con nuestras réplicas , a voz en grito y jurando por
"'"·'
:.•J f~I 1
dcscemlientc y respet uoso con lo vetusto y h:1y que lo más sagrado, proclamó que nuestra tesis iba con -
,l<ill
tra toda razón. En este punto yo , rompie ndo al fin
¡·
'"lhl .1 mi contumaz silencio (pues hasta aquí aguardaba se n-
tl:lf!1l i
I(>. Fn su ()/>lic ({ l\qilcr cblic:i un c:ipitulo ((,'.\.Y/.. ll , 128- [52> :1 una tado como mero oyente), dije: "No es extraño que
ol>scrv:1c i(>11 rcdi z:1d:1 por l<>s hol;1ndcsl's dv ll:irenl s, que fue que tr:1s la esto desazone a la gl~nt c de vu estra secta como a
11od1c polar vi sol k·s :iparcci(>Sl'is dbs d espué·s <il' lo que espcr:ihan. IDI
17. 1"1 l lnivcrs icbd d« \'raga había s ido fundada l'O l :lli7 por e l c m-
ignorantes. Porque s i en la estrechez de vuestra ra-
pcrador Carlos IV, de :ih'i su nombre de: 11 cadenúa C:am/iua . M:1rlin l\:1-- zón alcanzarais a comprender la utilidad , necesidad
cha cze k, astnínomo y m:1tcn1:'1tico, «ra redor de esl" universidad c u;mdo y posibilidad d e este principio, y:t hace tiempo qu e
Kepler vivb en Prag". L:i "mist"d entre los dos estudiosos lkg(> a tanto vosotros mismos, 1nediante una interpretaci(m a pro-
que Martin ofre ció a .Jolianm:s "lojamicnto e n su c:1 s:1 y le constru y<> una
torrecilla de made r:1 para qu e hicie101 su s o bservacione s (U. \.Y!. , XIH, 169 ,
2 1. Todo e sto tiene e l aire de una alegoría o rnito racional :11 «stilo
:134) [D]
18. Islandia se llamó a veces "Fixl:mda" y "Frixlandia", nunca con ese platc'>nico que simboliza la lucha enlrc la juventud luminos" de la teoría
nombre de "Fiolx" que trae Ke plcr. Rosen ( p.:\S , n.2(>) s ugiere qu e nues- co p e rnicana y Ja vetustez del sistema geocéntrico.
tro autor, corto d e vista, se confund iú co n el vocablo "Fjiiror" ( = fiordo) 22. Una no ta margina l e n la ediciú n Hi) 4 d e l ,\ i nnni11rn re za : Anuo
que aparece en localidades de la isla. 1620. En el otoño de este año Kepler viajó desde Linz en el norte de
·19. En la antigua lengu a alemana el término "J lilt" designa el comba- Austria hasta \Vurtemberg a fin de prestar apoyo a su madre y defender\ ''
te. FI término m ás moderno "llikle" que s(>Jo aparece e n nombres feme- d e las :icusaciones de h echict,ría. No regresaría a Linz sino al cabo d e un
ninos valía acaso por :'amazona ,, o "guerreadora ". año largo. IR]
20. Recordemos el proceso por bruj e ría c¡L1e sufriú la m,1dre del pro- 23. Esto es, luterano. La Confesió n de Augsl>urgo, redacrada por Me-
lanchton en 15)0 y luego levemente retocada, es el credo de los luteranos.
pio Ke pler.

98 99
.f<JJ IANNES KEJ'J.I']( E1. Sur:No o 1.A A~Tt{Ol\OM i 1\ 1w JA LUNA

p ósito , como no pocas veces soléis h ace r e n otros contradecirlas con argumentaciones sino con burlas ,
casos, hab ríais d erivado un m ontón de arg ume ntos les he compuesto este ep igrama:
extraídos d e las Escritu ras. Pero ahora la Jl1queza de Ne lascivire, puteran.t caslrarc jJoe/am;
tu razón es tan g ra nd e, que no ves qu e tam bién e n- testiculis demptis vita s11¡wnles eral.
tre nosotros hay una partecilla d e razón. Y es que Vae tihi Pythagora. cerchro lfllijerris ah11s11s,
no va contra to d a raz(m un sup uesto que no va con- uitam concedlf.11/., unte sed excerehranl.
tra la r;1zc'm de astiúnomos y físicos. Lo qu e no al- ["Para que no retoce qul'rrí:tn ca¡x1 r a l poeta: .se que-
c 111z:1 a cornpn.:m.k:r uno, lo :tlca nza otro rnC1s experto daba sin testículos, pero scguí:1 vivo. Ay de ti , l'il:igo-
L'.11 b m:1ll:ri;1 "2 '. ras , pues dicen c¡uc de tu cerL· h1u a husasll': Le perdo-
(7) C;1da cual su l.rL' ,-; u propio pe rjuicio. Al lib ro de Co- nan la vida , pero antes te dcsCLTehr:tn".F
11 pC.:· rnico Sohre los reno/11 ci<111cs 2 ' el princip:tl perjuicio (8) Me e qui voco o e l ;1ulo r dl· un :1 s:ü ira procaz titulada
que se k· c1usa es c,<;o que dicen los ignorantL·s en fil u)11c!aue (r..;naciw10 2" lialiía con.o.;cguido un cjcmpl:1r
n1esti om·.-; de ;i,-;t ronom ía (ejerciendo la crítica Lll' 1i- de esta obrita, pues lllL' pincli:1 llll'nt:índonll' por mi
hros no conl{ irrnc ;1 r:1z(m ,-;ino a lo loco) de que se nombre ya desde el principio del libro. M:ís :1dcl:111Lc
puede leer con tal de que prL·vi:1rnenle se cli111i1w lo lleva al pobre Copé:rnico ante el trihun;t! de l'lut (m :ti
del movimiento Li L' la Tierr:1, lo que equivale a decir que se llega, si no me l'quivoco, a trav0s del crá ter
que este libro no hay c¡ue leerlo sin previamentl' qu e- del 1ll'kb'''. Vosotros mis amigos, c¡ue tenéis conoci -
..,,. marlo2r.. Como pie nso qu.:: a estas gentes no hay c¡uc miento de mis circunstancias y de cuál fue la ra z(m

ol>i•
·Jt.1t 2:í . Lutero y Mda11d1tnn se opusi<.:ron tcn11 i11an te1nentl' a l:1 s tl'oría s
copl'r nicana:-; . Kcpk~r. <[lll' s<...: sl'ntí~1 un crisliano reforn1ado sinn.:n>, tuvo 1.7. Esll' l'pigran1a c.il' il'ngu:1 ;1lgo dur:1 y ln 11111Jr \'St'o L1r nos d:1 u11:1
proi>ll'lllas a lo la rgo dl' su vida y pa1ticu l:1 rmvntl' en l.inz, cuyo pastor k· idl'' I dl' b 1·:1111iliarid:1d lk· l~l'pk·r <"Oil vi lal in lilvrario. J(I Vl'rs" tvrn-ro .
nl'g(> la co111u ni <in y I<.: ohligc» a sal ir a una aldea cerca na par:1 r<.:cil>irla con 1111 tc"·rnii1w dl's 11satlo \/i·rris = rlicC'risl <'S 111:ili11tnprl'tado por igual
d l' otro. El capítulo 'i dl' la pri11 1l'ra gra n obra astro n(>lllica d l' l\.epl<.:r, l'i en !:1.-.; dos tr:1ducciorn:s <[lll" tengo :1 1~1 visl:i: " l ll·l:i s. l'ytli;1gnn.', l t> i c.lunl
\..I J.:4:1
Mys/eri11.111 ( ,'usmo.~rt1/Jbic11m (' J\ 1hinga 1'i'Xil, c·s una ddensa fran "a dl· la l'l'sp rit a c"·tl- l'nchalnl-·· (M. lltlC'Cls); "J\l: 1s, () l'yt !tagoras, / WhllSl' tliin-
"">111p:11ihilid:1d l'lllrc· 1:1 Jlil>li:1 y b teoría "ºJWrn.icana. Un <.:stud io l kt al la - king v1orl· out iron d1:1i11 s" (F . l\n s. . ·n). 11or ....;u pUL'."ilo Pitjgc ir: 1s l'S aqu í la

d o dL·I conlli no se hall:1r:i l'll E. J(OSl'n , "Kl'pkr ami th<.: Luthe ran J\ttitudv t11(\S<,.':lr; ¡ ti<.- C:o pt"rnico, a t¡Uit'll S~lt°l'rd u\L'S r;111 ;ili t'OS y s;1J>ios ru!in;iri os
Towards Copernic:1nis111 in the Contc:xl or the Strugg!e bc:twl'ell Sci<::llCV c¡uisil'ron d<.:snTchrar.
and Ikligion", Vistas in !1strono111y, 18, l97'i, pp. '.H 7-537. IHJ [DI 28. L1 obra Conclave ~f.!1/llfi ful' puhli <"a da co\llo '1nc»11i111a en I.ondres
2'i. Sl' trata del /)(' rl'1 •0/11/icmi/111s orhi11.111 coelesti11m <.:ditado c·n Nü- al ano J(il l. Keplcr ignora aquí qul' su auto1· c·s .J ohn l lonm· ( I'i7.'> ·· l(>:\ I ),
rembl'r¡~ el año 15'Í:\, b obra de Nicohh Copl'rnico que da el primer Y <Jlll' lul'go alcanzaría t~una con10 cxqui si lo JH>t·ta lírico y 1nordaz s;1tírico.
pühlico gran golpl' l'll d derribo del edificio geocl0 ntrico o ptolema ico. J·: n d ( ,'u11clr11 •e el narrado r. ckp11 0s dl' desdl'1i:1r la rl'gk>n lle los cic'los
Copémico muere en ese mismo ai\o de l'i4:1. 1le su obra magna hay u na (p ues di<"L' l]Ul' tras la muerte ck Tyd10 Ilr:d1c', se la dl'j;1 a ( ;:dill'o y Kl'-
traducción castellana: Mínguez, Carlos, y Testa !, Merced es, Copérniw. So- pln, que c·st:í n muy antentos a cua lc¡uil'r novl'da d que allí ocurrd , i>:1j:1 a
hre las Revoluciones de los Orbes celestes, Madrid, Ed itora Naciona l, 1982. los inJ°il,rnos donde se encuentra con Copé·rnico, J>aracclso, M:1e ¡uiavl'lo
26. "A fin de que esa clase de opiniún no Sl' difuncLt ya e n addanll' y, final1m:nll' , S;m Ignacio de Loyo l;1, que· l'S L'i Ignacio del título. 1la y
e n detrimento de la verdad católica", en 161Ci la igksia romana prohibió una eod ici (m mmlerna del panfl eto lk- l lo111w: 'J' S. l leal y, ~~11111i11s ! lis
el !Je revolutionii?us d e Copérnico '' hasta que sea enmendado" (tal reza- Co11clcwe, Oxford, 196'). Vé·asc taml>il-n f•:. l(osc'.ll, "J\ppcmlix E: Kcpkr
ba el decreto de la Congregación dd Indice; una traducción inglesa cil'I and Donnc", pp. 212-213 y M. llucos, "Introduction", pp. Jií-1 S.
decreto entero se puede leer en G. de Santillana, 7be crime o/ Galileo, 29. En b cdid(m del Yi Kcpler rcmitl' :1c¡ uí en un paréntesis :1 cuatro
Chicago, Univcrsity of Chicago Press , 1955, p.123). Sl'gú n Ducos (p.176 , de s us propias nota." 3, \ 8, 9. Parece dcsn1ido dd autor o los edi tores,
n.9) las correcciones fueron publicadas en 1620. pues se» lo en la nota 9 se hahla del r Ick l:1 ( 1:1 nota S ni sic¡uier:1 se rl'dact<Í).

I 00 101
Jrn 1ANNl's KEPLE!l EL S t :ENo o 1.A A sTno ;-.ioM iA DE t A L UN A

de mi reciente v1a1e a Suabia'º, sobre todo si alguno bría sido posible por una parte que mi casa se viera
de vosotros topó antes de ahora con el manuscrito, libre de un vejamen de seis ailos y yo por otra del
pensará que el librito ese fue de mal agüero para mí. reciente viaje an ual, si no hubiese desobedecido las
No digo que no. Desde luego que es un estupendo órdenes soiladas de mi Fiolx hikle' 1 . Así pues, m e pa-
agüero de muerte el que se hace ante una he rida mo r- reció bien que este Suetio mío se tome el desqu ite
tal o tras behé:r un veneno: no menos estup e ndo pa- en el asunto ese de la public 1ci<ín del libro, lo que
rece el agüero de mi desgracia familiar hecho tras la sc.Tá un segundo castigo para mis adversarios' '.
divulgación ele este escrito. Pensarías que una chispa (9) La descripción del volci n ITekla es conocida por los
ha caído sobre lefia seca, esto es, que esas palabras mapas y libros de geogralfa " . En el tipo de suplicio
surgen de almas de siniestras interioridades, capaces atend í a la leyenda, pues como tal la considero, del
de sospechar toda clase de cosas siniestras. El primer famoso Emp édodes con tada por Diúgcncs Licrcio "':
ejemplar fue ll cv~1 do de Praga a Leipzig y de allí a se dice que, para alcanzar el título de di os, subió al
11111:1 Tubinga el año 1611 por el barón von Volkersdorf" y Elna y se arroj(> en el cr;Íler, l'lllreg:'u1dosc vivo a las
//i¡ 11 por los maestros que formaban su carácter y su men- llamas, cuando lo m{1s prohalilc es que fue ra a b bús-
~: \ r¡ :r 1

,illl l! té'. . ;.Estaréis lejos de creer que en las barbe rías'¿ (so- queda de una exp li caci/>11 para ese fuego incxlingui-
n;;1 1: bre todo porque para algunos el nombre que he dado hle y, cegado, ava nzar;¡ té'.merariame nle hasla un punto
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a la ocupaci(m e.le mi Fiolxhilde es de mal agü ero) se de donde ya no le era posible regrcs~1r: se rcsqud ira-
hacen comentarios d e mi historieta' En mi ciudad y jú bajo sus plantas la costra de cenizas solidificad:! y,
' ~ ~.

' ~ ¡ 1:1 11
domicilio su rgieron habladurías calumniosas sobre mi a rrepentido ya tarde de su curiosid ad y sin el menor
;·:~; i ¡ pe rsona en los años inmediatamente suces iv o.~ . O ídas cuidado por la fama, rindió e ntre congojas b vid:1 a
:1f!:1·il por almas insensibles levantaron a la postre un incen- pesar suyo. Un final parecido fue e l de G. l'linio , que
"';. 1,111 1 dio de maledicencia atizado por la ignoranc ia y la su- e n el desastre de la erupción del Vcsubio, para inves-
11
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t:11-111 perstición. Si no me equivoco, así pensaréis que ha- tigar sus causas, se hizo trasladar hasta Pompé:ya en- 11
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1 1111¡ ·11 tre lluvias amenazadoras de pavesas y piedra p<ímez
.;' ~ ~l ¡: y se ahogó con el hedor del azufre y las ce nizas que
.~ 1 tii•i ·r 1
30. Es el viaje a Wurte mberg qu e Kepler menciona L'll la nota (6).
31. Parece qu e se trata de \Xlil he lm von Volkc:rsdorf ( l 'i')'i-H112), ter- 33. l\cpkr supo d el L'ncrusan lic·n10 de la madre por una carra d e su
cer baró n de su nombre . E. Rosen (p. liO, n. 42) avL:ntu ra que visitó Pra- hennana Margarita c·n 1ú .J 5 y el proceso no acabaría hasta la lihcraci<'>n y
ga a ntes de marchar a Italia (donde moriría jovencís imo) y prestó algún d cdaraci< jn de inoc<.:ncia <.:n Jú21. Sl'is ;1 ii os de problemas, pues. El re-
tipo d e ayuda o protecció n a Ke pler. El nombre, bajo la forma Volcke rs- g reso a Linz en noviembre del 2.1, Lras un año de ausencia en Wu n c1n-
torff, es tá impreso con letras góticas en el So111ni11m de 16:H. bcrg, nos da 1622 como kcha d e <.:sta nota (8) . [R]
32. "... en 1615, el hijo del duque de Wurtemberg vino a caz;ir a Leon- 31. l In segundo cas Ligo -d i('C- porque su s adversarios han pagado ya
burg; estaba a compañado d e su h:lrhero que resul taha ser el he rmano de llll primero al l<.! ner (jll<.! COI'!'<.!!' con las lres cuartas J)artes d e los gasLos
b peor e nemiga de Katharina Keple r; eran los días cuando se empezaba del J)l'O('CSO. [))]
a d eci r que ésta e ra bruja. El barh<.: ro intent(>conve ncer a Katharina para 35. O lao Mag no <.:n su flisloria de ·"cntilms Se¡11enlrio11a/ilms (Homa
que curara a su h e rmana medianle la magia. Katharina Ke p!er rehusó , l'i'i5), l.ih. !!, ('ar. 2, afirma que <.!l volcín 1kkla <.: ra lcnido como un lu-
planteó querella y tal fu e el comie nzo del proceso , donde este personaj<.: gar ck exp iaci(>n para las a lmas dd purgatorio. De O lao proceden olras
debió jugar un papel importa nte . Procedía de Tubinga y ti.le a llá , dice noticia s que da Ke pler sohrc las ti<.:rras d e l n orte; véase m;ís ab;1jo las
Kepler, donde emrezó el escándalo" (M. Ducos , p. 177 , n. 7) . De todas notas (12), (l'il y (39) [[)]
maneras los barberos son proverbialmente murmuradores (cf. Horacio, Sál., 36. Vida y opiniones de losji:!ásq/i1s, Vlll 69 y 75 (dond<.: sugier<.: que
! , 7, 3). no fue suicida pre tencioso de morir como un dios sino víctima accicknral).

102 103
J< JI IANN ES K l' l' l.F.R EL St 1¡.::\'o o LA AsTtU)NOMÍt\ DE LA LUNA

le taponaron los conductos respiratorios37 . También de cador que a los 150 años d e edad tuvo de su mujer-
Homero, por la adivinanza que le pusieron unos pes- cita joven algunos hijos ' ~ .
caclores58, y de Aristóteles, empeñado hasta la tortura (12) Porqu e más arriba empiezan bs nieves y los p eñas-
en explicar las corrientes alternas del Euripo' 9 , cuenta cales, y <:n la cumbre se halla el fuego procedente de
la leyenda que se suicidaron tirándose al agua. Mu- las entrañas de la tierra, st:gC111 testimonian los libros
c hos así, pagan su amor a la ciencia, quedando po- de historia natural.
bres y suscitando el ahorrecimie nto <le los ricos igno- (13) Porque Isla ndia está situada junio al círculo polar. Tal
rantes w le oí contar a Tycho Brahe, que rcscik> estos porme-
( 10) Hago alusión a las costumbres bárbaras d e los legos. nores a partir de una relaci(m compuesta por un ohi.s-
Pues si se convierte la Ignorancia, como antes dije í i , po islandés 1 í.
¡fil en madre de la Ciencia, s u padre ha dt: ser la Raz(>n. 04) Los estudios de me dicina y d e astronomía cst;Ín e m-
111 111 Es evidente que a tal padre lo ha de ignora r u ocultar pare ntados por provenir ~ 1111hos de la misma l'u e ntc:
una rnadre como aquella. el ;1f(1n de conoce r la natur;deza. Ahora bien, l;i her-
(11) En la descripción histórica de Escocia y las Órcadas ,
12
bolaria pr::íctica lleva las rn;ís d e las veces a p;1re j;1das
c uyo autor es Buchanan, se hace mención de un pes- consigo creencias supe rstil'i< >sas.
( l S) Es e< >rrie nlc entre los geúgrafos 1:1 <ipini(m -vcrd;1de-
ra o falsa , no lo sé·- de que los timoneles de los h;tr-
:'>7. 1:1 relato dL· la lllllL'l'IL' del na turali sl':J Plinio lo hizo su sob rino l'li -· cos que vienen de Islandia sacan del mire a hic rlo de
11io c l .J ovl'n a pl'tid(Jn dd histori:1dor Tácit o. El n:portaje, vív ido y dc·ta los vie ntos el viento que quieren' ' . 'si uno iden1ific1
1lado , .se halla en las (.(1rtas, Vl, l (i. esto con los rumbos de la rosa de los n;1veganl L'S, con
;\H. l.a JllUL'\'\e dl' 1 lo mno L'St:.Í en l'sc:udo-Plutarco, "Sobre 1:1 vid :1 y
los poe mas de l lo mno " (Mor. Vlll. J.a adi vina nza de los pesc:1do res , c¡u"
...
:.lf!!il'
s in p esc1r nada ha bían estado espul giindose e n la mar, reza h:1 :1s í: "l.o
,.··"11! q ue hl'mos cogido lo he mos d e jado atrás y lo que no he mos cogido lo 'i:I. Aq uí l:r 1ncmoria d e Keple r redonde a y e mhellccc los da tos d t'
'' "t].lil
Íl\'i;ll·I
traemos con nosotros'' (solución: los piojos). I!ome ro muri<'> c·111rc tonu - una antigu ,1 lectura. Ceorge lluchanan en su lfisf()/)' o/ Scotfa/1(1 h,11>\:r,
ras intd<.:ctuail's por no sa lJL·r resolv<.:r d ace1tijo. Kepln conl'umlc su 111uc1·- en l'fl'l'tO, dl' llll hollli>J'l' "<¡ll e se CaS{l dc·spu c'.s de' los \()() ;11)os . C l!,llldO
tc (·on el ahogarnicnto d<.: /\rist"itdes. tenía 1·10 ;11ios ;1costu111hra ha ;1 pescar en .su li:1rquill:r en nll'di o (id rn:1r
i"•! ~ll ·111 39. Sobre el k gendmio suicidio d <.: Aristóteles (rnucrto el !>2.2 a.C. l v0asl' e ncrcsp:1do" (l.'li. l 'i82, lib ., 1, I'. 1,1). l't'ro n:1d;1 dice de· hijos ni de jovc·n
: i ;~ '!~~ E. Rosen , "App<.:ndi x F: Ke plcr legcnd:1ry /\ccount o r /\rislo tlc's Dc,1th", <.:sposa. IR]
pp . 124-215. El Eu ri po, cu yos flujos y re fluj os no alcanzab:1 , ¡ compren - /ÍIÍ. El ob ispo es Oddur Einarsso n ( l 'i'iO- lú:\O), qu L', inrc res:1do e n la
der el torturado filósofo, es d dclg,1do <.:strc d10 que s<.:p:1ra l;1 isla de l\til>c:1, astronon1í:1, estuvo con Tycho Bra hc L'il 1,1 isla d e· ll vc n Lle Vi8'i a l'i89.
al norte de Atenas, d el continente. Como e n el caso de ll omcro, .se trata Vc:'1se E. Rosen , "Appendix G: O ddur Einarsson Bis hop in !cd1nd", p. 21(>-
d<.: otra fabulilla sobre los límit<.:s angu stiosos del conocim i<.:nto hum:1no. 217. Tych o Bra he reselló la long itud y l:rtitud del mar que ha1\a l:r dit"JC<.:-
40. Si aquí enmendamos el texto recihido del Somni un1, ky<.:ndo ¡1m- sis nüs nmtc1i:1 de Islandia en una tabb impresa por su discípul o Christi-
vucati: en lugar de provocatis. el sentido de la frase c nlaz:11fa mucho me jor a nus Sev<.: rini Longomo ntanus (Christcn Sii re nson Lo ng licrg) c·n la Astro-
con b me nció n de los s uicicb s -Ho mero y Aristóteles- que le precede: "Mu- nonúa f)anica (Amsterdam , 1640, 2" ed ., p. l\)\)). [RJ
chos así, incitados por la pohrez,1 y d aborrecimiento d e los ricos ignoran- 4'i . Obo Magno (H istoria , lib. Ill , (''1[1. J(J) rncnta q ue antaño los fin-
t<.:s, pagan con su p ropia persona el amor que le tien<.:n :1 l:r ciencia". lalllleses vendí:rn tres hatill o.s " nudos m,·1gicos a los mercrd eres d e don-
41. En la nota (4). de estos podían sacar a volunt ad vientos suav<.:s, l'ucrll:s o muy fue rtes
l¡.2. En 1600 Kep le r, por hahcr re husado hacers<.: c1tó lico, deje'> lk <.:n - (lih. lll , ca p. ·1s). El jesuita Martín dt.:I l<ío (f)i.w¡11isilimwm, lib . 11 , c uest.
sei1a r y, antes de e ntrar e n d círcu lo d<.: Tycho Brahe para investigacio- 9) , hascind osc s in duda en Olao, convierte estos líos de cu erda o cinta en
nes astro nó micas , quiso d e dicars<.: a la medic ina y llegó a ped irl e apoyo o dres como los de Éolo e n la Odisea_ Sohre Martín del Río, v0ase más
para e llo a Ma<.:stlin , s u antiguo pro fesor d e Tubinga (G. W., XIV, l'il). lRI abajo nuestra n. ,53.

104 105
¡11

.J o11ANNfS K EPLEH

el indicador mag né tico y con el manejo de l timón, se lógico, pues, atribuir a Isla ndia , que tambié n está si-
hallará que resulta poco más o menos cierto. Hay e n tuada junto al círculo polar ártico, las m ismas te mpe -
efecto 32 vie ntos catalogad os, de los que 16 sop lan ratu ras m uy frías .
e n un hemisferio y l(j e n otro. Si la p e ricia del timo- (2 1) Esta isla, por ser estéril y p edregosa y poco extc..:nsa,
nel se supone, con la g uía ck la rosa y el m anejo del no tiene más habitantes ap a rte de unos c uarenta pes-
tim(>n, la nave irá por e l de rrote ro previsto dentro de cadores que en e lla viven19
su hemisferio . Ahora b ien, Jos vie ntos del he misferio (22) Esta costumbre d e preguntar, aprend er, estimar los re-
opuesto, scpaóndose hacia los !ad.os una y otra vez latos d e esta clase, rumiarlos constantemente y apli-
(fen(imeno qu e en la je rga marint:ra llam an 'barloven- ca rl os a las doctrinas naturales fue sie mpre propia del
tear'í") , enlre d 10ca n levemente hasta qu e se transfor- indi viduo auténticamente filosófico.
¡¡ll
man en uno de los vien tos del hemisferio contrario. (23) Se trata , claro es , de la misma lengua gc..:rmánica , aun-
'<:111 ( 16) De acuerdo con esto , el obispo islandés comunicó a que sus dialectos son mu y diferentes en Dinamarca e
Tycl10 Brahe que l:1s muchadus islandesas, mientras Islandia. Esta última , según parecl', es colonia de no-
oyen la p:1bhra de Dios en las iglesias, suelen escri- rue gos, bajo cuyo poder estaba hace cien años junto
hir con increíble destreza , borcl:tndolas en un caf1;1- con la vecina Groenlandi:1' º Más todavía, sabemos con
nuzo con aguja e hilo de color, :tlgunas de la s expre-
seguridad por el relato de cie rto merc:1der de Vene-
s iones y frases que oyeron.
7
cia, náufrago, que también en las ( )rc1das se~ asenta-
( L7) 1':1s:1ndo de largo junto a Escocia y la s Órcadas·• e n
ron las costumbres y la lengua germánicas ha ce dos-
•'!'ll el Ma r del ortc .
cie ntos años' l.
!l,<I' ( 18) Comoquicr:1 qu e éste no tenía su s;1quito pa ra a rros-
"'l ·
(24) (27) Raras veces menos de diez ; en ocasiones hasta
1:;11. rra r los embates del viento norte, no p udo at ra car en
tre inta. Solía entrenarlos e n el manejo de instrumen-
""'lll•
o rueg:1, qu e era s u punt o de desti no.
,.
,_,¡f!tl tos di versos para la o bservac i(in <le los astros, e n el
( 19) Seg\111 e l reblo de Tyc ho me ncio nado antes e n la nota
"ll!ICll traza do de dibujos, e n pru e bas con fuego' 2 y otras ta-
="!t!lll' u. reas de la ciencia semej:111tes. ,:1
~:; 1111 ( 20) Acerc 1 dl'I re no, una l'specie d.e ciervo nú rdico, Ty-
;_·.~n: cho Brahe comuni ca al bndgravl' d e IIesse·iH qu e no '1
11
~· ·~ ••: /¡l)_ La is la da nc·sa d e l lvl'n no l'ra tan in h<>srita como dice l\.crlcr, -.:
- '~~~·
sobrevive e n 1)inamarca po rque esa regic'J n , p ese a ser . 1
pues su.s c uarenta pcscadotrs rl'sulian ser, sq.(L'n1 el pla no q ue de ella le- 1!
bastante fría , es si n em bargo rn:'ts templada que Bot-
vant e> Tyd10 llrahe (véase nuestra n. H al texto del Sum11i111n), cuaren ta
nia, Finlandia o La pon i;.i , donde se cría d an imal. Es Clsc ríos. JDI
'iO. !.os noruegos se a nexionaron fslan d ia e n 12(>2; en 1380 la isla
46. El texto dice luuure, latinizaci(>n por semejanza de un r<'rmi no 1xisci a ma nos de los daneses. IDI
como el alem án 'lavieren' o el fram·c'-' 'louvoyer', que valen por navegar 'i'I. l'rohahlemente se trat:1 de Anto n io Zeno. l In libro sobre las pre-
aprovechando vientos contrarios. E. Rosen traduce 'tack ing' ("to cha nge tendidas aventuras de Antonio y su padt'l' Nicol ci , corridas cien años an-
the direction of a sailing-ship so that tJi c, wind hlows from the othe r side" , tes d l'i viaje d e Colón, se publi c<> en Ycncc i:1 en 1S'iH, confundiend o a
segC1n define el Dice. de Oxford). ge<>gr:1fos y ca rtógrafos sobre las ti e rra s y gl'n tcs del Atl:intico n orte. El
li7 . Las antiguas Órcaclas son hoy l:is islas Orkneys. libro no habla de las Órcadas, aunqu e se las identificaba con algunas ele
48. Wilhelm IV (1532-1592), g ran aficionado a la astronomía, reco- sus islas fantásticas. El dominio noruego sobre estas islas duró hasta 1468.
me nd(i a Br:ihe ante el rey de D ina111:1rca y cruzó con el astróno mo u na [H] [DI
nutrida correspondencia. El landgrave cornunid> en una ocasión a Bra he 52. El término latino del texto es jlJ>ronomica. Tal vez experimentos
que un reno que tenía proced<.:nte de Noru<.:g:i se le murió al no roder pirotécnicos o metalúrgicos. E. !{osen ve una a lusión a investigaciones quí-
res istir los c:ilor<.:s d el verano . [R] [Dl micas.

j ()(j 107
EL SaÑO o LA AsTRo NoMiA 1n-: L \ L UNA
J< )J [¡\NNE."' K EPLEH

(25) Era dueño de cuantiosas riquezas heredadas que dis- Es evidente asimismo que los ocios e n esos crepús-
pensaba generosamente e n pro de la ciencia. Vence- culos y noches interminables son muy a propósito para
do r además de todo aburrimi ento y perseguidor in- ];¡ fi l o.~ofía. El Ilrno. Julius Fred erick, duqu e de- Wur-

cansable: e.le las cuestionl's que generalmente se dan tenhe rg, que en un viaje memorable recorrió precisa-
por imposibles, como d emuestra su método de ob- me nte los territorios del norte , confirma esta opinió n
servación exactísimo en qu e la visió n hu mana se en- di cie ndo q ue por doq ui er se e ncuentran allí hombres
frenta y supe ra a la natura leza misma . maravillosamente instruidos y qu e ante los fora steros
(26) Una de las di versiones de este personaje e ra el sor- qul' estún de paso demuestran sus saberes con una
p render de vez en cuando a los que estaban a punto gentileza desusad a e ntre nosotros"'.
de marcha rse y ya se habían despedido. Veíanse es- (29 ) Consideré que esta época del afio e ra la m::í s conve-
tos recha zad.os in esperad~ urn.:nt.e po r los barqueros y, niente para na vega1: d ese.le el punto aq ue l del re ino
1~11
'l¡ llJi sa lvo que aprendieran a volar, rete nidos más tiempo de l)inarnarca hasta Is landia.
d el q ue qu erían. (3()) I·:sto se desprenc.k de lo dicho en la nota 15 según Ja
[( 27) Véase la not:1 21¡. I teoría de la esfera.
(28) l'.st1ha leyend o yo por entonces el libro de Martín del ( 51) Vul'lve atr(ts y mira la nota 28.
Río Cuestümes de rnagüt'.'· Es conocido adem::ís el Vl'r- (52 ) !11d.icihus lites, aurigae somnia currus,
so de Virg ili o: quasqu.e die quaeris, nocte potiris ojmm.
carmiu.t,t 1.'l'l (.Itelo j)(Jssunt deducere Lunam . !"Sueña d juez con pleitos y e l carretero con su ca-
..
,_. !"pueden con juros lucn lx1 jar J;¡ Luna del cielo ".!'; rro, y b s riquezas que de día buscas, por la noche
~ 'I! U¡1
Pero sobre todo me venía mu y h icn la regitin del cic- las tienes"P7
lt .. ~
. '~ lh (33) El obispo antes me nc ionado aseguró a Tycho Brahe
lo, ya q ue en Islandia a menudo l:t Luna , c uando pa ra
las otras n acio nes eslfr ll ena, no se dl:'.ja ver. Los escri- que los islandeses son gente de mucho miento.
tores'" vienen di c ien do que Jos pueblos n(>rdicos es- (51) Estos espíritus representan las ciencias, que es don-

t;ín familiari zados con la m;.1gia, y es de creer que los de se desvelan las causas de todo. Me inspiró e sta
l'Sp írit us de las tinichb.~ los acechen en medio de las alegoría la voz griega griega 'daemon' que viene de
consabida s noches prolo11g;1das, ya que Islandia cst::í ou[E:LV q ue significa 'conocer'. Decir 'daemon' es como

aparta da all::í e n las remotas regiones septe ntrionales.

53. El jesuita Ma11fo Anlonio ck l Río ( l 'i'i l - 1608) c·s a ulor de uno de
los libros de mayor éxito en su tie111po , los f)fs1¡11isilion11.m m.ap,icamm.
lihri sex (Lovaina, 1599-1600), un rq)vrrorio erudito dv casos y cosas de
'iú. Este viaje del duqueJulius Frederick (1'i88-HÍ35), emprendido en
11i;1gia con pretensiones de manua l p:ira uso del inqu isidor y del juez per- Hí 16, le rom(> dos afios completos. No se sabe que nadie lo relatara, por
segu ido r de la hechicería. Se editó una y o tr;i vez de modo impbcahle a lo q ue es de suponer que comunicó de viva voz a Kepler sus experie n-
lo brgo de 150 años . Sobre la vida , ohr;i y fam a de este autor puede cias. IRI
leese con provecho J. Caro Baroja, "Martín del Río y sus Disquisiciones '17. Este dístico, que no h e pod ido determinar si es del autor o aje-
mágicas", c'n Hl señor inquisidor y otm uidas por <J/tcio, Madrid, Alianza ,
no, recoge la id ea de que las tareas y conversaciones diurnas son res-
ponsables del a rgumento de nuestros suefi.os (como se afirma en los pri-
1968, pp. 171-196.
meros pasos del Suerzo de Hscipi<ín ciceroniano). Aquí el Keple r anotador
'i4. N11c1íliws , Vl!J , 69.
55. Olao Mag no, H istoria, lib. JJl (dedicado casi exclusivame nte a las insinúa que las averiguaciones de la madre Fiolxhilde sobre viajes y as-
pdct ic:ts hedüceri les de estos pueblos). 1DI tros ocasionaron el suefio lu nar de su hijo Duracoto.

108
109
J<>1 IAl\N ES K t' l'LEH EL S11EÑ0 o LA AsT HONOMÍA DE LA L UNA

decir 8ár¡µwv sx. Con estos presupuestos lec ahora la pe1sttc1ones; la Óptica engaña; la Música se pone al
nota 28 d esde donde dice "Es evidente as im ismo servicio de amoríos, tal como la Geometría h ace otro
que ... " tanto con el poder tiránico, y la Aritmética con la ava-
(35) La razón genuina de este número se me escapa. ¿Pensé ricia. Sin embargo pu ed e toma rse en mejor sentid o:
tal vez en las nueve Mu sas porque también eran e llas si todas por sí mismas son apacibles y poco da ñosas
para los paganos diosas, tal como es para mí un dios (aunque no esos espíritus apóstatas y malvados que
el espíritu? ¿O acaso con ese número aludí a las si- tienen trato con magos y hechiceras y de cuya sai'ía y
g uientes disciplinas: l. Meta física. 2. Física. 3. Úica . nocividad da testimonio irre futable s u propio patroci-
4. Astronomía. 5. Astrología. 6. Óptica. 7. Música. 8. nador Porfirio''°) , m ás lo será Ja Astronomía por la pro-
Geom e tría. 9. Aritmética? pia naturaleza d e s u o bjeto.
¡1¡;, (36l Estoy seguro de que en este punto me rondaba por (38) Indagando qué motivo me inclinó a poner es1·e nú-
".:1111 la cabeza no sé si Urania, que es una de las nueve mero , no veo otro que el haber hallado qu e tal es e l
Musas, o tal vez la Astronomía, que es una d e las cien- nC1mero de letras o caracteres d e las palabras Astro-
cias. En efecto, si no fuera porque el frío priva a los nomía Cojiernicana y que otras tantas son las formas
n(lrdicos de muchas (k~ las cosas necesarias para su de las conjuncion es de los siete planetas tomados de
sustento, yo di ría que estas gentes están mejor dota- dos e n dos. Y se aílade l:t fe li z ci rcunstancia de que
das que las otras para b astronomía , toda vez que b ése es el número de tiradas q ue se pueden hacer con
distinci6n entre los días y las noches es entre e llos dos dados , comoquiera que 21 es núme ro triangular
más neta, cosa que in vita a la astronomía. con hase N' 1• El sentido alegórico dd conjuro lo to mo
(37) Si estas cosas se dicen de las Musas, hay que recono- de Del Ríd' 2 y de la magia , pero s ubyace e n é l un
ce r qu e a la s otrass•¡ se les reprocha algo de van idad. sentido gramatical: 'conjura r' significa 'inte r¡x:br''''-
Ahora bien, si se aplica a las Ciencias, la Física ense-
fia a componer venenos y también, cuando opera sin
discreción, engendra alquimistas; Ja Metafísica preten- (10. Porfirio U.:)5-:)0é)) l'uc un l'il<isol'o de la esc uela llamada ncopbl<'> -
nic;1 que hizo comentarios ;1 la vez. de o h ras de Arist1'itelcs y l'Jolorn co.
dida a destiempo ensoberbe ce y, con sutil ezas exce- Corno todos los pbtc'>nicos se ocup<'> Cl)ll re y l'Xlc11s;1111c11tc de' Lt C U (',>;-
sivas e inoportunas, perturba las doctrinas comúnmen- ti(in de los dai11101 u•s. 1':11 una obra s11y:1 , lwckt dcsap;m·ccr por el cmpc~ ­
te admitidas; la Ética recomienda una largueza q ue no rador 'l'codosio, ataca a los crist ianos. S;i n Ag11stí11 lo critica y le rq1rocl1<1
es buena para todos; la Astrología es ahogada de su- s u de fensa d<.: la rea lidad dcmoníac t (!.a cúulad de /Jius, X 227). A (lL'sar
d e que aq u í Keplcr parece h;icerse ceo dd sanlo, profcs<Í gr;tn admira-
ci<'>n a Porfirio e incluso c mpn:ndió una traducción de s us obras. 11 ll
ú 1. FI concepto d e "nl'1mero triangu lar" es habitu a l en la 111at<.:mática
58. Kepler sigu e las e rróneas especu laciot1c·s etimológicas d e Plat<'>n pitagóric 1 y g riega pero exlJ"tño ;t n uestros lübitos. El m(ts pequd\o es 3
en el Crátilo (398b). La lingüística li istúrica moderna conecta e l té rmino ( = ·1+2), cuya hase sería 2, y luq~o se extra<.: la serie sumando la llamada
daimon con el verbo daiomai , "partir", siendo e n un principio los dai- hase aumentada siempre en una unidad. El siguiente número triangular
numes repartidores del destino, concdiido así como lote que a cada hom- <.:S, puL·s, <i ( l +2+3) con base 5. FI lé rrnino "base" se explica porque ima -
lm; corresponde. Es ele notar que e l gri<.:go histcírico coseivaba claramen- g inaban, por ejemplo, el número 2l de l texto como un triángulo gráfico
te esta acepción ele la palabra: ethos cmthrupo duimon, "el carácter es para · con 6 puntos e n Ja parte inferior y sohre e lla sucesivas líneas de 5; 4, 3, 2
cada cual su destino", dijo Ja sabiduría p resocr(1ticc1 (!feráclito, fr. 119), y 1 puntos.
identificando daimon con el lote de la suerte. Sin embargo Plat(m no tuvo 62. Menc ionado ya en Ja n. (28) de Kepler. Véase nuestra n. S.'\ allí.
muy en cuenta tal sentido. 63. En la tr;1ducción Jos términos 'conjuro', 'conjurar' e 'interpelar' quie-
59. Q ue no son la Astronomía. re n valer por evocatio, euocare y enu ncictre del original.

110 111
j<JIIA NN I'S KI'I'I.I'I< EL Stll:ÑO o LA ASTRONOM fA DE LA tl!NA

(39) Esto también lo dicen Obo y otros acerca de los fi- bn~os, más raros para nuestros oídos, gozan en las
neses , un pueblo del norte, y de los lapones1d Pero ci~nc ias ocultas de un prestigio supersticioso m ucho
yo lo he adaptado a la doctrina de los día naturales, mayor.
las zonas y los climas y a la experiencia de los holan- (43) He aquí cómo los impe rativos de mis propios presu-
deses en e l océano gbciall>s . Estos (¡ltimos hallaron puestos me arrojaron él esa costa que Plutarco esco-
todo de ~lCuerdo con lo que ~1C:1 abaj o nosotros los gió. También él hace mención de! regreso de Saturno
astrónomos sabemos y ven imos enseflando desde hace al signo de TaunF . Con to do, el p roceso de mi deci-
ya Il1udJas generaciones. sión fue el siguiente. Remedé el estilo de los astrólo-
(líO) Lo ante rio r se refería a las regiones de la tierra acce- gos y coloqu é e! Sol y la Luna en sus dig nidadesúH
s ibles al homhre. Esto de ;Ihora aplíqu ese a las regio- IXllticulares. En efecto, el Sol, antes de qUl' I)uracoto
nes del ciel o. volviera a su p atria, estaba en Leo, que es :; 11 CIS; I pro-
(/¡I) Es un dicho corriente; "Mejor cree r Cjue ir a ver" Son pia. De no h ab er sido así, pudo colocIP;(' (,1 S"I en
lllllchos t~lInhién los que preguntan .~ i los ;lstr6nOlllos ese signo, y la Luna, menguante y con ,'11' '1'11' l.';, en
acah;llllos de ha jar del ciel(). 1\ estos les h;1 respondi - Ciíncer, que es asimismo su casa. Pero lulli;1 1111 in-
do mejor para s us entendederas el ¡);Jcnsaiero ele las conveniente; me veía obligado a coloca l' (,1 S, 11 1)( Ir
estrellas de (~aliJe()"' . Sin embargo, más poderoso es deha jo dd horizonte oriental, p ues , para (,1 ,';I.~, 1, 1:1
el dictamen de la raz(m, que es sin salvedad ;tlguna noche parecía Ill ;JS adecuada. A causa de (..~t (· ill", 11I
el testigo más fiahle, como ban podido comprobar los ve niente horré e! s igno de Cáncer y desecl lé' l'i ;1 11< I
holandeses e n s u famosa invernada (ver nota 39). en <¡Ul' Saturno l'staba en Cáncer, a 's aber, el allO 1')<1. '"
(42) La tuna es para los hebreos 'Lebana' o 'Levana' . Pude que fu e jus tame nte cuando tú , Besold, copiaste 1)( Ir
muy bien llamarla 'Selenítida', pero los vocablos he- propia mano la di sert ación sobre la Luna. Todavb "11
m is originales se encuentran las tachaduras, De 011'; 1
64. Otro recu erdo borroso de una vieja lectura. Olao Magno, a utor parte, una vez que mi ])uracoto pasó el invierno en Si l
del libro lleno de verdades y maravillas sobre las nacion es dd Ilorte de tierra, elegí para d el mes de marzo, con el Sol en l'i
~ , ',' I
Europa citado en una nora anterior, lo que dice es que fin eses y lapones
eran capelces de dar cuenta al intresado de cualquier aconil:t"illlie lll o quc
eq uinoccio, en un huen signo astron()ll1ico y a punto
le sucediera a un familiar o amigo, aunquc se ellcontrara a 'iO() () 1000 de entrar en I\ries, que es s u exaltaci(lll. Así pues, si la
millas del lugar; e llo lo lograban mediante un trance () ellsllei10 (Jib. I!l, Luna debía aparecer con cuernos, esto es, en un signo
cap. 16). Puede que la noticia ll egara a Kep ler una vez más a través de vecino al Sol, no tenÍ;t ciertamente tanta dignidad en
Martín del Río. [R] [O]
65. Véase al final de la nota (2). ningún otro signo como en s u exaltació n e n Tauro69 .
66. Se trata del Mensajero de las estrellas o Sidereus llImGÍus (Ven,;-
cia, marzo de 1610), e l primer libro q ue deHn ibe ohservaciones astronó-
micas realizadas con el telescopio. Al mes siguiente de su puhlicad(ln lanza
Kepler su Discusión con el mensajero celeste (tomando la otra acepci()(1 67. Pl utarco, Defacie 941c.
de la palabra latina nuntius). Sohre el trasfondo contra el que se perfila 6H. El término di¡.;nitas designa la posici,ín de un planeta allí donde
la reacción de Kepler ante esta obra d e Galileo, véase E. Rosen, "Galile o su inl"lul'llCia aumenta. Kepler cree moderadamente en la astrología. Es-
ami Kepler: their first two contacts", ¡,is, 57, 1966,262-264. Tamhién pue- c ribe a Maestlin: "Como astrólogo lute rano descarto los absurdos p ero re-
de verse la traducción inglesa d el mismo E. Hosen (J(epler's Onwersation tengo la substancia" (G. W., Xlii , lH4). !citado por ]{osc:nl.
wilh Galileo sidereal Messenger, Nueva York, 196') ) y la española de C. (,<). Los aHtrólogos con I'lolomeo a la cabeza consideran el signo de
Salís Santos (Galileo -Kepler. El Mensaje y el Mensajero sideral, Madrid, Cincer como la casa dc: la Luna , mientras que Leo alberga al Sol (Tetra -
Alianza Editoria l, 1984). hihlos, 1, ¡¡·n. El Sol por su parte e jerce su mayor influencia en e l signo

112 113
] OllANN l-:S K I' l'LER EL S11EÑO o LA AsTH<>No MfA DE LA L UNA

De manera que p ara que pudiese aparecer junto a las 21 7" de marzo de 1589, por la tarde, momento en que
otras estrellas convino colocar el Sol bajo e l horizon- además la conjunción cae por las Pléyades, constela-
te de su puesta, en los comienzos de la noche . Y ello ción que si está junto a la Luna multiplica la imagina-
fue de propio inté nto, particularmente en los signos ción del nacido entonces, como ya admití en los Har-
de descensu7° largo, en los que, por su posició n, es mónicos7". Más todavía , los mé todos astronómicos re-
visible por entero el cuerpo de la Luna comprendido comiendan esta constelació n para observar la Luna en
dentro de los cuernos luminosos , según elije en la óp- creciente. Véase una observación de esta clase en el
tica71 y en mi Discusión con el Mensajero de las estre- capítulo XI de mi óptica, fol. 347, correspondiente a
llas72 de Galileo y, en fin, e n el Hpítome75. Para que los días 8 de abril y 27 d e julio de 1598n
también Saturno se uniera a la Luna , lo que conside- ( 44 ) (46) (47) Estas son también cere monias mágicas, con
ran los astrólogos un terna relacionado con las cien- las que tiene que ver e l modo en que se ha de ense-
cias ocultas, hubo qu e poner igualmente a Saturno en. ñar la astronomía, que no puede ser rutinario ni im-
Tauro. Así se llega a la época en que mayor a uge iban provisado, sino que e n esta ciencia toda respuesta
tomando las observaciones de Tycho Brahe 7 1, e l 11/ pronta necesita de ca lma, concentración de los senti-
dos y palabras meditadas. En la püctica particular de
cierta observación que yo repetía en Praga por aqu e-
de Aries, por ser cnl<mces d d ía m;'1 s largo y rn;ís inte nso d ca lor, y "1
Luna hace otro tanto e n Tauro !ibd.i. El 'J'etm/Jih/os o C11adri¡1arli/u es d
llos años 78 , siempre que se reunían conmigo especta-
cova ngdio de· b astro logía , obra dd mismo Ptolomco que ex plicú la má- dores o espectadoras, tenía yo por costumbre retirar-
quina geoc<'·ntrica durante m;b de un mile nio. il{i me previamente de su conversación hacia un reser-
70. Durante los se is meses e ntre d eq uinoccio de o toño y d d<: pri- vado que había allí cerca e n la casa elegido por mí
n 1~1 vc ra las noches son tn:í.s larg~1 s qu e los días. Ent o nces los seis signos
del zodíaco visibles en la noche descienden o haj;lll hacia el horizonl e
para tal prop(isiro. Lo d ejaba a oscuras, dispo nía un
nü s lent;1111ente que los otros seis signos diurnos. Este es el ll;i mado aq u í ventanuco en forma de agujero pequeñísimo, recubría
'descenso largo'. lkl la pared de tela blanca y, acto seguido, llamaba a la
7 1. "J\ I Liempo del crecie nte, se deja ver una l11z difu.sa e n to(lo el
cuerpo de la luna junto a los cuernos" (G. \V, 11, 22:\).
72. Kepler s<: dirige a Galileo e n estos términos: "En la p(t gina '>7, no
me nos ingeniosamente abordas la observaci(>n del disco lunar c uando le 7'>. El calendario gregoriano, q ue es d qu<: actualmente seguimrn;, es
salen los cuernos por vez primera y e nsefias c(>mo t:1parlos con la inter- fruto de los retoques que al llamado calendario juliano dio en l'I :1!10 1')82
posición de un tejado a fin de que resalte la parte rc·stante del disco. Este d papa Cregorio XIII. El cambio más llamat ivo era la supresi6n de diez
procedimiento de observación me resulta mu y bmili;ir" (C . Solís Santos, días para acompasar el año burocr.ítico con el solar. Sin e mbargo no to-
Galileo-Kepler. El Mensa¡e y el Mensu¡em sideral, JlP - 1:\ 1- 1:12; cf. E. R< >- dos los países aceptaron de mome nto la reforma y por eso Ke ple r, que
sen , Conversation, p. 32). escribe pa1~1 todos, da la do ble no tació n de los días, siendo la cifra ma-
73. Es un breviario de la astronomía copernicana editado por partes: yor la del viejo calendario juliano.
libros I-III (1 618), libro IV (1620), libros V-VJI (1 62 1) ID] 7(Í. l os cineo libros ele la Armonía del Mundo (llarm.unices Mundi)
74. Tycho Brahe dio una importancia grande a los instrume ntos de se editaron en linz el año 1619 con una dedicatoria al rey Jaime l de
observación y a las observaciones siste máticas frente a las ocas iona.les, Inglaterra; contienen la tercera ley del movim iento planetario. En el lib.
pe ro nunca llegó a publicar sus resultados, temeroso de que a lg ún o tro IV, cap. 7, habla de que tal e ra justamente la posición de la luna en el
compusiera el sistema del mundo que él pensaba compone r como coro- sig no de Tauro por el día de su nacimi e nto y que hallaba que se cumplía
nació n de sus labores. A su mu erte el "Tesoro de observaciones" pasú a en su persona lo que la astrologfa predice (tener una imaginativa llena
manos de Kepler y le permitió descubrir sus famosa s leyes sobre el mo- de fantasías) . [HI
vimiento de los planetas y publicar sus Tablas Rodol/lnas (de titu lo simi- 77 Ci W , II , 297.
la r a las medievales Tablas Alfonsinas) . [l{] 78. 1600-1612.

114 115
J< H IANN ES Ku•um E1. SrrENo o LA ASTRONOMÍA llE LA L1 JNA

concurrencia. Estas eran mis ceremonias, estos mis ri- ra escribir la presente obrita, un e clipse de So] e l 2/
tos. ¿Queréis también signos? En una pizarra garaba- 12 de octubre de 1605. Lo recordaréis vosotros que
teaba con tiza lo que me parecía rnCts apropiado para estuvisteis presentes en la observación, embajadores
mis espectadores. Utilizaba letras mayúsculas pero in- del Conde Palatino ele NeolmrgcP: en la terraza ele la
virtiendo los trazos (ahí tienes lo mágico del rito), tal casa de recreo sita en los jardines imperiales carecía-
como se escribe en hebreo. Colgaba la pizarra fu era mos de cá nura oscura, por lo que tuvimos que cu-
al aire libre frente al Sol , con las letras del revés, para brirnos con unas camisa s las cabezas para así aislar-
que así lo que yo había escrito se reflejara dentro so- nos de la luz del día.
bre la pared blanca al derecho. Si un vientecillo sacu - (')()) No c reo que sea imposible reproducir con diversos
día la pizarra fuera, dentro las letras reproducían en instrumentos cicla una ele las vocales y consonantes
la pared ;1quellos movimientos desacompasados. en una irnitaciún del lenguaje humano. Sin embargo,
( 4')) Los que de mis espectadores vivan todavía verán con sea e llo como sea, habrá de ser más parecido a un
su imagina ci(>n, cuando recapaciten, cu<ÍI fue esU e n- ruido o carras1x;o que a una verdadera voz. Y en esta
crucijada en mi casa. Pero aquí se entiende ahora la mec<Ínica pienso que se esconden ciertas trampas para
encrucijada astron<'imica en el esquema celeste supues- los supersticiosos y crédulos, de modo que en algu-
to. Y ella es doble: la un ;1 es la del Sol situado en el n;1s ocasiones pueden dar en c reer que les cst[111 ba-
punto equinoccial en el quc se entrecruzan e l ecu;t - hb ndo demonios, cuando se trata de un puro a rtifi-
dor y la senda eclíptica del Sol. Y con.'>ta en los ma- cio que remeda los prodigios de la magia. Aunque SL'.-
nuscritos de Brahe una ohservaci(m de la altura del gur;1111entc otros podrán afirmar la realidad de esto con
Sol en ese misn10 punto equinoccial realizad:1 ese dfa-N más fundamento que yo, que no la he comprobado,
La otra encrucijada es el nodo descendente de !;1 Lu1u pu edo acaso negarla.
o cola dd Dr:1gón''°, que entonces quedaba haci;1 el Pero se me vic·nc a la c1hcza en este punto d grato
final de Acuario. A ella ha ele atender el astrú norno recuerdo de M;1tthias ScifT;1rt, de feliz memoria, deja-
para saber cuándo la Luna está en sus 1írnites"1. En- do por Tycho nrahe a sus hijos como correligiona-
tonces por caso estaba la Luna en d límite austral, ha- rid5 Este hombre ernplc(> tres meses en calcular las
• ' li ~ ' "t cia el final de Tauro, posición c¡.uc invita a los astrú- efemérides de la Luna para un solo añ0" 1 conforme a
:¡~ ·~ · ·'. nomos a observar la latitud de sus límites. las reglas de Tycho. Tenía en su poder una voz no
[(46) (47) Véase la nota (44)]. mu y diferente de la que digo . Le sobrev ino un mal
( 48) Precisamente solía añadir estas bromas t;111to nüs agra-
dables para los espectadores cuanto que entendían que
eran eso, bromas. ~:2. El conde palatino es Philip Ludwig :il q ue sucedió su hijo Wol-
fgan g Wilhclm ( l 578-16S'.\). Uno de sus crnl,ajadares fu e .Johann Zeschlin,
(/i9) Siguiendo este mismo ritual (¡y qué requetem[tgico 1) ,
padrino d e lc~gado en el bautizo dd hijo de Ke pler. En octubre de 1605
habíamos obse rvado, poco antes de que yo proyecta- WolFga ng y Johann viaja ron a la corte i!llpl'rial en !'raga, donde, como se
Vl', asiste n :1 las ohservadonvs astrllll<Ímicas. Kepler habría de componer
una Carta sohre el eclij!S<' solurprod11cidu en el mes de octuhre de 1605 (~
7'). T)lchonis Brtthe ... opera, Xl, '.\17. \HI. G W. IV, )7-S'.\J !Hl [DI
80. L;,s nodos de la luna son los pumos donde su (Jrl>ita co rra la eclíp- 83. El término del texto es el helenismo svmmystes, propiamente ''t·I
tica. compañero inic iado en los ritos secretos" de la c iencia.
8 1. Límites: puntos situados a un c uadrante de distancia de los nodos .. 84. 1603.

lJ(¡ 117
jOJ IANNES KEPLER EL Srn~No o LA A sTHONOM i/\ DE LA 1 11NA

melancólico o frenético que no le permitía dedicarse radios terrestres. Multiplicando 59 por 860 resultan
a estos entretenimientos y que desembocó finalmen- 50740 millas.
te en mortal hidropesíaK 5. (5 4) No está situada sino que m~ts hiL'.n flota, si es que aten-
(51) El saber acerca <le la apariencia de los astros: de demos a su semejanza con una isla. Pero es que aquí
8a[EL v, saber81'. fue forzoso hablar según las apariL'.ncias. En decto,
(52) Se le rnadó venir87 desde la Luna, en la que dentro quien L'.stuviera en la Luna c'staría convencido de que
de la ficción estaban puestos nuestros ojos. la Luna está quieta en su sitio.
(53) A un grado del círculo máximo terrestre correspon- (55) Se da una razón físict , con s u migaja de broma, para
de n 15 millas alemanas. Y corno la altitud polar'*' e n explicar por qué los cclipsL'.s de Sol y de Luna aca-
Roma es 41º 50' y e n Nüre mberg 49º 26' sobre un mis- rrean tantas desgracias. Y es que dicen que los malos
mo meridiano poco más o rnenos, hay 114 millas de espíritus son poderes de l;ts tinieblas y del ;tire. !Jno
la una a la otra y 100 hasta la ribera del Danubio. L1 se siente' inclinado a pensar, en consecuencia, c¡ue es-
altitud polar L'.D Rostock es 54º 10'. Por tanto de Nür- tán condenados y como desterrados a las region es
emberg a Rostock hay 71 millas. De esta manera la somlnías, dentro de ese cono de sombra que b Tie-
diferencia entre los 48º 16 1 de altitud polar de I.in z y rr;1 proyL'.cta. Cua nclo d cono de sombra roza la Luna,
los 50º 6' de Praga e.'i ele 1" 50', lo que representa 26 en ese momento, los demonios la invaden en tropel
millas 8 '>. Si un grado tiene 15 millas, el radio de ese ayud:'mclose del cono de sombra corno de un:t.~ esct-
círculo, que es el radio dd globo terrestre , medir[t WiO le ras. A su vez, cuando el cono de sombra que pro-
millas 9" . Y en el Hijiarco''J demuestro y e n el 14>ítmne yecta la Lun:t roza la Ticrr;1 duran!¿~ los eclipses tota-
de /lstronrnnía (,'o¡wrnicand'2 deduzco de lo a nterior les dL'. Sol, los demonios regresan por él :t la Tierra ,
que la Luna e n s u apogeo dista lk b tierra unos S9 segú n SL' verá más adelante en la nol:t 86. Pero L'.stas
ocasiones son raws. Ahor;1 bien, en tanto L'.11 cu:1nlo
en este pasaje 'demonio' se toma por 'ciencia de b
85. Matthias Sciffert cnt:r(> en contacto con 'l'yclm llrahe despué~s de· astronomía', valdrCt la afirmación de que la rncnte no
que este viajar,1 a 1'r;1ga en 'I 599. En abril dd aúo siguiente, cuando las tiene otro camino hacia la Luna que a través de la som-
relaciones entre Kepler y llrnlic estuvieron a punto dl' romperse, vstudia -
! d l li 1: I · ~ I
ha ya con el último de ellos. Durante los afios suhsiguient'-'S trah:1j:1 con
bra de la Tierra y todo lo demá<> que de :d1í se des-
:1 ~1;-:1
Kep ler, que menciona sus c:íkulos y observaciones en algun:1s de sus prende. V<~ase la Sciametria, que es una secci(in del
obras. También fue Sll amanuense. nn lliparuP'.
86. Cf. la nota ()4). ( 56) Si persistimos en la ;degoría , es fácil para la razón apo-
87. Kepler dice ace<'t>ila, <: n el g6nero feme nino , con lo que se su-
yarse L'.n la Sciamelria, como e n su instrumento, con
pone que este de monio es he mhra .
88. Según M. Ducos (p. 186, n. 8), la altitud po lar L'S la altura dd miras a conocer las cosas del cielo. Pero si pensa mos
polo celeste en un lugar determinado y es igu;1l a la latitud de ese lu gar. en la naturaleza de ]os cuerpos y espíritus, igualmen-
89. Aquí hay un redondeo a b baja tan generoso que parece mús te es clara la razón clL'. lo afirmado. Y admito en hue-
bien un desliz, ya que l" 50' x 15 = 27,"í.
90. 360'' x 15 = 5.400; 5.liOO : 2rr = 860 millas alemanas (con redon-
de o al alza).
91. El manuscrito de esta obra inacabada (cuyo título completo era 93. Sciamet ria quiere decir "mL,dida de las sombras", pues justame n-
Hiparco o los tamar/os y distan cias de los tres cuerpos, el Sol, la ltt1'/.Cf y !et te el com ienzo del Hi¡wrco contiene definiciones, teoremas y problemas
Tierra) lo imprimió por vez primera Frisch (III , 520-549). [Rl en torno a la cuestk>n de la s somhr:1s de la tierra y la luna durante los
92. G. W , VII, 279-280. eclipses .

UH 119
JO! IANNES KEl'LEH EL St 11':[\.¡o O LA AsTROl\D!'vtiA I W LI\ L1 INA

na hora hacer aquí bromas, por supuesto con la mente La delgadez es característica de los ingenios sutiles. Y
preparada para un raciocinio de índole física, aunque de paso que me perdonen los puntillosos'!''.
de soslayo con mis dardos satíricos apunto en derre- (ÓO) ¡Aquí arde Troya con el sacrificio en Aulide'>7 y la alianza
dor hacia los confiados espectadores. de los reyes! Pero mi intención era solamente bromear
( 'í7) Esto lo entiendo al modo físico, caso de que un cuer- o argunK'.ntar bromeando. Si es verdad, digo yo, lo que
p< i, con su propia pesantez, se vea arrastrado hacia tantos tribunales proclaman acerca de bs brujas, de que
lo alto 12.000 millas en el transcurso de una hora. Añá- son capaces de viajar por los aires, ser[t entonces igual-
dase la carencia de aire, sobre la cual se hablará en mente posible que, como en este caso, un cuerpo sea
la nota 71, mortal ele necesidad para el hombre, como arr;mcado de la Tierra y transportado a la Luna.
lo es para el pez Ja carencia de agua. Porque entre (61) Las bromas llevan :1parejado consigo d que cuando
los principios que aduzco como admitidos porfísicos crees ganarte el aplauso de los unos a costa de otros
de primer;1 fila está tamhié'n d de que la superficie oyentes, hieres a los de :1c:t y :1 los de :dlá. Con tocio,
Alemania se lleva b p:tlma de b corpulencia y la glo-
externa de la atm(Jsfcra está situada a Ja altura de las
tonería, tal corno Espaüa se llev;1 la del talento, d buen
cumbres montaüosas más elevadas o incluso les que-
juicio y la frugalidad. Así pues, en las ciencias sutiles,
da por debajo'".
como L'Sl:I ele la astronomía (y sobre todo la lunar, ba-
( 'í8) Menudean en los escritos de Tycho Brahe los repro-
sada en un;1 pcrspcctiv;1 extr;1t1a, cotno si alguien lo vie-
ches lanzados contra esa clase de hombres que sin
ra todo desde la Luna), si por igual se crnpefiaran ale-
empacho presumen de sapiencia, frente a los cuales
manes y espafiolcs, estos últimos irían muy por delan-
d pone sus personale.~ esCucrzos y noclte.~ en vela.
te de los otro.~. Y en con:;cc11cncia dejo dicho quL' cstt
( 'í<J) Tuve ante mis ojos el epigrama que en son de broma
obrita habrá de dar risa a lo:.; :tlcmancs, tnicntr;1s que
compuse hace aüos sobre la cornplexi(m corporal de
la han de tener en cierta estima los cspat1olcs''".
Maestlin''\ profesor mío por ;1qul'I entonces:
Quo lcuius graciliJát cor/Jore ¡1ondus,
9h. l'idl' disculpas porqul' ;ilah:1 a un ni:wstro y porque L1111l1iC·n l-1
hoc citius superas euolat ille domos. pertc'nccc· a la cofrad[;¡ ck· los sutik'.s. Kcpkr liuhina sido un liucn pasa-
!"Cuanto menor peso arrastra en su cuerpo delg:1do, jero c·n el viaje a la lun;1. i::1 mismo se describe, confornll' a su tema as-
tanto rn(ts veloz levanta 6] su vuelo ;1 las moradas de tral: "Su cuerpo es :ígil, enteco, bien proporcionado. ( ;usta de roer hue-
lo alto''. 1 sos y cortcz:1.s de· pan duro. Se contenta t:1rnhi(·n con una alimentación
ele lo ni:'is frug;il" (cit. por l'risd1, V, 171>-·177). Y en una cart;1 ele 1599
dirigida a su protector el Canciller de l~aviera l lcrwart von l lohcnhurg:
"Hocr huesos, corncr pan duro, degustar alin1cnt()s agrios o an1argos es
para mí un placer, pasear por p;1rajes esc1hrosos, sohre tajos y a través
de la m:ilcza, una delicia" (C/.\V, XIII, 5J 1, n" 117). [RI [DI
<J<\. Creencia errónea, deducida del progresivo enr;1rccimiento del aire 97. Se trata del s;1nihcio ele ffigeni;1, llev;1do a c1ho por su padre Aga-
a medida que se sube a las montafias. Dado que las nüs altas cumbres menón a instancias de los otros reyes griegos, sus aliados en la expedi-
estaban por entonces sin explorar la deduccVm c;1rccía de comprobacio- ción incipiente contra Troya. Recordemos que la diosa airada contra los
nes. Desde Ja antigüedad se creía que tras la desaparici(m del aire ocupa- griegos, en cuyos altares deben inmolar a lfigcni:1, es Diana, identificada
ba en los cielos su lugar un;1 substancia sutilísinia: el éter. siempre con la Luna. lfigenia sustituye aquí ;1 la madre de Kepler, puesta
95. Mkhael M:1estlin ( 1550-1631) cnsefi(i matemúticas y astronomía a en peligro por d hijo con sus alegorías hrujerilcs.
Kepler en la Universidad de Tubinga y lo incinició en el conocimiento y 98. Porque según la tipología de las naciones que entonces andaba
aprecio de la teoría copernicana. Véase arriba nuestra n. 44 a la n. (14) en boga los alemanes eran espesos y lentos al razonar mientras que los
de Kepler. espaíí.oles gozaban de una inteligencia seca y pl'.netrante.

120 121
j O HA NN ES KEl'l.ER Et. S11EÑO o u MTRONOMíA D E '-'' LUNA

(62) La duración del eclipse central de Luna desde su co- comentaristas árabesHu Si no me equivoco, nos están
mienzo hasta su final , cuando los luminares están si- señalando un conocido pasaje del libro 11 , cp. 12, d e
tuados en sus apogeos, concluye muy pocos minutos su obra Sobre el cielo'º', acerca dd cual pueck 1<.:ers<.:
después. La paralaje'"' de l Sol es, en efecto, 0' 59'', la en el libro IV del Epítome de Astnmornía Copernica-
ele la Luna 58' 22' ' y la suma de ambos 59' 2 1" . El na 10 1. Pero la prueba más evidente d<.: est<.: par<.:nt<.:s-
radio del Sol tie ne 15' 0' ', por lo que el radio ele la co está en el flujo y reflujo d<.: las mareas. Véase al
sombra tendrá 44' 21 ''. Si se le añade el radio de la respecto mi introducción a los Cornentarios sobre los
Luna, que tiene 15' O' ', la suma vuelve a dar 59' 21"- movimientos de Martew'. La Luna, situada <.:n d vérti-
Ahora bien, el movimiento horario real de l<L Luna ce del Océano Atlántico, del llamado Océano Austral,
equivale a 29' 44' ', el del Sol a 2' 23". La difere ncia del Océano Oriental o del Océano Índico, atrae las
entre d de la Luna y e l del Sol es 27' 21' ', cuy;i du- aguas que rodean el globo t:erráqu<.:o y este arr;1strc
plo, obtenido al multiplicar por dos horas, se sustrae, hace c¡u<.: las aguas por doquier se precipiten hacia
y resultan /¡' 39"""'. Pero 4' 33" 50'" se reali?:an en 10 los espacios abiertos y libres de tierras continentales
minutos y el resto, ')" .~O ' ", en 12 segundos. En con- que <.:stán situados bajo la perpendicular de la Luna,
secuencia, 1:1 duraci(m total es de I¡ horas 20' 25''. Sin d<.:j:111do al dl'.scuhierto las costas. Pero, entretanto,
embargo, esu dur:1ci<'>n prolongada es rarísima. Por mientras estún de camino, :ti alejar:-;c la Lurn de la ver-
tanto, si un cuerpo, s:ilicndo desde la Tierra, se dis- tical de un océano, la corriente ele bs ;1gu;1s, l:m1;11 J;1
pone a v iajar h;1st:1 la Luna , o bien tiene que ser trans- contra la orilla occidental , queda lihr<.: de la causa
portado <.:n volandas por e l cono de somhr:1 terrestre atractiva, rctroccd<.: y a su v<.:z se dcrra111:1 en b s cos-
•' .. , ¡~;1''

! 111 l;-1~1 durante muchos días , de man<.:r:t que en el insl:inte tas oricntales 1<u.. En los liannríuicos, libro LV, cp. lilti-
q:
l 1~ 1;·t•I ele la entrada de b Luna en este cono esté listo, o
.dftl~I
bien, en el caso de que ese procedimi<.:nlo v:1ya total-
102. El coml'ntarista ára be /\vcrroc·s ( l l 2(i- I 1<)8 ) atribu yl', en dcclo,
mente <.:n contr:1 de la naturaleza de dicho cu<.:rpo, h:t -
a /\rist.títek s la nod(in de que la luna, p<>r SL'r o scura y proccdn s u brillo
; '11 ;~l~ ~
hr:t de completar todo el recorrido de la Ti<.:rra a la d e otro cuerpo (el so l), es sim ilar a la tic·rra. Pero en realidad /\ristc itcks
.::i1::; Luna en el brev<.: ti<.:rnpo <.:n que la Luna pennanl~Ce corH:ihe la luna co1_no un cuerpo puro y cc lc.slc, co1no u11 segu ndo y 1n(1s
dentro del cono d<.: sombra. Vien<.: a prop6sito una dé bi l sol. La lu na como una tierra et(TL':l o s ituada e n las altur:is :qxirc·ce
sin e mbargo en el co me ntario del latino M:inohio (s. JV) al S11e1iu de faci-
explicación sacada de la teoría del magnetismo. La jli<Í11 . IHI
Luna es un cuerpo e mparentado con la Tierra. Pluwr- l0.1. Aristútelcs, J)e ate/o II 12 (2921>, 20-21 ).
co, por boca de uno de los personaj<.:s d<.: su diálogo, J()/¡.. (,'. W Vlf, 25.1. "Kepler se cquivoc:1 al pe nsa r que Avcrrocs tie ne

fundamenta est<.: aserto prolijamente <.:n su obrita So- en me nte un pasa je del Sobre el cielo. J{ealmcnt c el comcnlarisla úrahe
está dilucidando La genemcüín de los t111imclies lll t 1 <76ib , U- 22)" <E.
bre la cara de la Lumiº', ya mencionada aquí. Apor- [(osen , p. (i8, n. 141).
tan también el testimonio favorable de Aristóteles sus 10~. G. W., III, 26. El título completo ele b 01Jr;1 reza: /islrm1umía mwua
e.xjJ/icadtt por causas. o Ff,·ica celes/e, e:xp11esta en Cmnentorios sohre los
numimientos de Marte. En la introdu cc ión se expone una teoría acertada
99. La paralaje es el ángulo formaclo por dos líneas rectas dirigidas y caba l sobre las marcas. [D]
la una del centro de un astro :d de la tkrr:1 y la otra desde el cenrro del J.06. Esta es básicamente la misma cxplicacic'rn que se da hoy en día
astro hasta el observador. [Dl sobre la naturaleza de las mareas, si bi en la ciencia actual la basa en los
100. 2 X 27' 21" ~ 54' 42" ; 59' 21" - 54' 42" ~ 4' 39" . cimientos matemáticos de la gravitación universal. Plutarco (J)ejácie 940a)
101. Plutarco, Defacie, 934a-955c. me ncion;1 la teoría de que las marcas dependen de una acciún licuefac-

122 123
~ ·--~·- ---~~~~~~~--------

E1. Sur:No o LA A sTl<O NOMÍA DE LA L1INA


] OHANN l'S KEl'l.l ' I<

1
1

mo107 , he reflexionado todavía sobre otra causa del flu - nares, ellos tiene n el valor de intentar con tales esca-
1

jo y reflujo de las mareas que está muy relacionada leras la subida a la Luna o la indagaciún de b natura- 1

con la expuesta 10" . Pe ro la que aquí toco basta para leza y d curso d e los astros. En b raza humana es
mis propósitos a bora. Porque s i los demonios no ha- una p arte pequetl.ísima la d e los que fil osofan y, en- 1

bitan en otro sitio que el cono ele sombra , cabe ima- tre los filósofos , a p enas uno o dos se e mpeñan en di-
ginar que arrastren e n volandas un c uerpo hacia el latar las fro nteras ele la astron omb.
vértice del cono. Evidentemente, si la Luna al mismo (65) Vudvo aquí por vía de ficción a b teoría de la natu-
tiempo no cru za ra a través del cono, se quedarían so- raleza ck los cuerpos_
los s in ayuda , se faligarfan , s udarían, reventarían , est:í <66) Defino yo la gra vedad como una propiedad parecida
claro. En cambio , si e mpre nde n la tarea con la Luna a la magnética , una atracciú n mutua. Ahora bien, la
a .~ u favor, al colocarsL' ella en la sombra favorecer{! ful~'rza de esta atracciún es mayor e ntre cuerpos prt'>x i-
los intentos dl: los de monios con su atracción mag- mos que entre cuerpos alejados entre sí. Por consi-
né'.tica de cuerpo emparentado_ Véase más ade lante b guiente, cuando dos cuerpos esün muy pró xi mo .~,
nota 78. ofrecen gran resistencia a su separación 1"''.
((>7) No hay golpe que sea fuerte cuando es ctpaz de cl'.-
( (Í3) 1lc aquí otra razón p:tra ktccr corto el tiempo del tr:ts-
lado, no dcriv:tda de b duraci('in del eclipse suficien- der el cuerpo que lo recibe . Por eso recibe un golpe
.1•;•1,.
temente largo, ni de l;t nalur:tk·za dd cuerpo, sino de m:ís recio la bola de plomo c¡ue la de piedra, puc .~ al
la rnl'.nte del transport:tdor. tener aquella m:ís peso ofrece m:tyor resistencia. Como
(64) Toda esta frasl: encaj:t de ntro de lo alegórico_ Pu esto nuestros cuerpos son pesados, ofreccr:í n resistencia :ti
qul'. los eclipses grandes y llamativos son raros, y ra- movimiento, y el golpe d e un choq ue a tan gran ve-
ras b s oportunidades de o bse rvarlos, la ciencia ;tstro- locidad ser[1 por tanto violentísimo_
((¡8) Aquí yo rqxtré al menos e n la :1gudez:t del dolor_ Cui-
n<m1ica (uno de los cspírilus) no se da a conocer ge-
ne ralmente merced a los eclipses_ Pero hay fil (>sofos de otro de la integridad del v i:1jero p:tra c¡uL'. no lo
q ue sin ahorr:tr L'.sfuerzos cu ltivan tocb s b s ciencias hagan picadillo, d a igua 1 s i dormido o despierto.
filosúficas (represen tacb s e n esa famili a d e espíritus): ((¡9) En el cuerpo apelotonado las ¡xtrtes pníximas a Ja c;1u-
. t,:J.111
ellos, repito , acechan el mome nto de los eclipses lu- sa impelente, al estar o prim idas por el peso de las par-
't~1~··~1
tes que descargan sobre e ll as, s ufre n nüs .
(70) Nuestros cuerpos se calie nta n con Ja tibieza de los va-
LOra de b luna _ Kepk-r al comentar 0stl' y o tros pasajcs del g riego proda- pores que continuamente manan ele las entrañas de
rna quc ha sido é l quie n po r vez primna ha dado la explicación hue n:1.
la Tierra 1 w. Tales vapores caen o bien en forma de
En una ca na de 1607 habla del libro de un a lem:ín , c u yo no 111hrc -dke-
sc ha (lL'.rdido, do ndc leyó algo parecido. c;alilco rechazó con m c1K i<Ín lluvia o bien condensados durnnte la noche, sin el con-
L:xprcsa de Kcpler la teoría, por parL·cerlc quL· presuponía "cualidades ou d-
tas y otras nociones infantiles semejantes" (()jJere, Vfl , 1±96 ). [HI
107. G. W, VI, 270.
108. Aquí Kepler añade a su ce rte ra teoría de las marcas dc talles qu e 109. Scgt'1n E. Rosen, esta nora es poco menos que una fonnula ci(>n
ocasionaron el desdén ele Gali l.eo. Seg(1n Kcpler la respiración d e cua- pre-newtoniana de la gravedad ("Appendix 11: KcpkT's Conccpl of .(;rnvi-
drC1pedos y peces, y el ritmo del sueño y la vigilia son movimientos q ue ty", pp. 218-22 1); contra M. Ducos , p.lt-19, n. l.
se suceden y explican en conforrn id <td con las mareas. De otro lado Ja 11 O. Todo esta nota (70) es de inspiraci() n <tristotélica. La teoría d e
tierra como los planetas está dotada de un alma y respira al co m p(ts del los vapores y exhalaciones de la ticrra estú e n i\rist6teles, Meleor., I, 4
sol y la luna (G W , VI, 270, 23-26). IRI CW>h).IDI

125
.124
JO! IANNES KFPLER Er. SuENo o LA AsT!{ONOMÍA DE LA LONA

curso de los rayos solares, en forma de rocío o escar- su fuerza ingénita de ardiente fervor por la especula-
cha. La piel, escamondada de este tibio vapor exter- ción, suple algo fríamente la falta de las vituallas ne-
no, empieza a ponerse áspera. El vapor emanado del cesarias para el propio sustento.
cuerpo, ante la pérdida del calor en virtud del cual (73) No puede uno dejar de mencionar aquella historieta
transpiraba, se reagrupa y se vuelve materia fría, ad- de Aristóteles, que viene aquí tan a cuento, acerca de
quiere por obra de la coagulación un movimiento ha- unos filósofos que se encaramaron sobre el monte
cia el cuerpo de donde brota y mete frío en el cuer- Olimpo de Asia para ampliar horizontes 11 1¡.
po al meterse en él. En fin, la brisa del éter, abando- (74) Evidentemente cuando el cuerpo ya se ha alejado de
nada por los rayos solares, es fría por privación de la esfera de atracción magnética de la Tierra un tre-
calor. Al ser sutilísima, adquiere así un frío de muy cho Lm gr:mde que ya predomina la at racci(m mag-
1 ;~ ~
1 1
poca efectividad siempre que está quieta. Empero, el nética de la Luna.
movimiento que le sobreviene le confiere de paso un (75) Cuando por mutua oposición las atracciones magné-
cierto aumento de densidad, de manera que cuanto ticas de la Tierra y la Luna se e<mtr:1 rrestan, sucede
más recio es su choque contra el cuerpo volante o el que ya el cuerpo no tiende a ninguna de las dos par-
del cuerpo contra ella, tanto nüs densa y penetrante tes. Entonn's el cuerpo en cuesti(>n, como un todo,
(merced a su sutill'za) y fria se vuelve luego. rn frío atrae a sus propios miembros, ya que son partes me-
se convierte en una cualidad activa a causa de Ja con- nor<:s que el todo.
densaci()n de la m:1teria, que, cuando no está aún con- (76) Aunque no hast:1 en absoluto la prop<:nsi(m. 1lace falta
densada, admito que sea fría s(ilo en un sentido pri- empujar tod:1vía. Y es que todo cul~rpo, en raz(m de
vativo. El paso de la forma privativa a la activa 111 se su mat<:ria, posee respecto al movimiento una cierta
lo dejo a otros para que lo expliquen. Véase una es- inercia que il' proporciona al cuerpo reposo en cual-
peculaci(m al respecto en mi Optica 112 , donde se pro- quier lugar donde se coloque lejos de las rucrz:1s atrac-
cede por una semejanza basada en la luz y en el co- tivas. Este impulso o, mejor dicho, inercia es menes-
lor negro, y en la medida en que mi intento sea falli- ter que sea su pcraclo por quien quiere mover un cuer-
do, procúrese hacer por que se descubran las causas. po de su sitio 1 h.
(71) Véase arriba la nota 57 (77) Ello es por supuesto cuando por su proximidad pre-
(72) Esto s(Jlo lo dic<:s por ti mismo 115 . La naturaleza me valece la esfera de atracción de la Luna. En efecto,
abandona: pon<:rse a bromear en asunto serio no sé conviniendo en que cualquier masa de la Tierra equi-
si hará gracia. De otra parte la alegoría resulta fría. El valente al globo lunar atraería con la misma fuerza un
demonio aquel que representa a la Astronomía, con

114. "Es imposible vivir en ciertas montaflas a menos que se ponga


111. "forma privativa y activa": términos aristotdicos y escol:'rsticos con uno una esponj;1 en las n;1rin:s, según indica Aristóteles en su Meteorolo-
los que al parecer Kepler no se siente cómodo. Según Arist(>tclcs en la gú;1" (Kepler, Optica = (,', W., JI, 125; y algo parecido dice en el l'fiítonw =
lvletafísica la carencia o privación no puede ser causa de nada. G. lV, VII, 63). El dato no est:1 en Aristóteles, pero aquí tiene incluso unos
112. Cap. I, prop. 15 y 37 = G. W, II, 23-24 y 37. [RI dct;dles circunstanciados. Estos fik>sofos que hacen alpinismo vienen a
113. Frase oscura. Ducos traduce: "Ceci est dit seulement pour la for- ser naturalistas o, como se decía entonces, físicos, hombres interesados
me''. Nuestra traducción se basa en suponer un;1 omisión: hoc tantum en hallar las causas de los fcn6menos. [R]
dicis <tui> causa. Acaso confunde Keplcr los planos hablando consigo ll'i. Véase E. Rosen, "Appendix !: Kepler Concept of Inertia", pp.
mismo. 222-223.

126 127
JOI IANNES KEPLER EL Si JEÑO o IA AsTHONUMíA DE LA LUNA

cuerpo colocado entre los dos globos de tal manera vas la investigación continua basada en la observación
que la proporción de sus distancias a uno y otro sea de los eclipses. Era mi morada en Praga una casa en
la misma que la de los cuerpos entre sí, ese cuerpo la que ninguna estancia había más adecuada para la
permanecerá inmóvil, ya que atracciones opuestas se obse1vación del diámetro del Sol que una bodega sub-
anulan. Por ejemplo, si dista de la Tierra 58 1/59 ra- terránea de cerveza desde cuyos bajos, a través de un
dios terrestres y de la Luna 58/59 radios terrestres. Ese agujero en el techo, solía dirigir el tubo astronómico 1
mismo cuerpo, si se acerca un poco más a la Luna, descrito en mi (JjJtica hacia el Sol de medio día du-
se dejará llevar ya por la atracci{m de la Luna al pre- rante las jornadas del solsticio 11 ". Pero esta parte de 11
dominar en razón de su proximidad la fuerza de esta la alegoría la desarrolla más extensamente la nota nú- ¡1
,,

Ciltirna. mero 8.3 que viene luego.


(78) Al principio es poco útil, pero en b proximidad de Ja (Falta la nota 83)
Luna lo es muchísimo, como es fúcil ele ver. Igualmen- (81) Lo que sucede al sC·ptimo u octavo día luego del eclip-
te es poco útil para quienes no empujan nada en ab- se de Luna, según se vcrú más abajo 11 'J_
soluto, mientras que a los que empujan para levantar (85) Los eclipses totales de Sol son m:'is frecuentes que los
1
¡ri11 hacia arriba el cuerpo les ayuda incluso cuando toda- de Luna.
! . 1

~ 1
vía predomina la Tierra. Véase arriba la nota 62. (86) Esta broma '~º se acbra mejor en la anterior not;1 5S.
1

(79) Véanse las notas 67, fü) y 69. Pero procure l'I vi:tjern Pero si ,'ic interprctt en sentido alegórico, al punto ex-
llegar con su cuerpo en tal grado de integridad, que traer;is de aquí las predicciones de Jos eclipses sola-
'"
I' ¡•
pueda pese a todo despertarse. Aquí la alegoría su- res derivadas de' 1~1 atenta investigackm y observación
ministra a quienes obligados por voto de castidad se de los eclipses lunares.
enfrentan a sus instintos naturales una medicina pro- (87) Pues si es que el r:1dio dd Sol respecto al radio de la
1 ', !~ : 1

bada: la investigación atent:1, continu:1, fervorosa. esfera de Saturno es tal como este último radio res-
(80) Lo que, según la nota 62 11 r', es completamenlc con- pecto al radio de la esfera de las estrellas fijas, según
trario y opuesto a la naturaleza de los cuerpos y has- deduje ~1 priori en el 1ihro IV del h'j!íúmze Astrunómi-
ta imposible. co121, tenemos que el radio del cielo de Saturno es ape-

(81) Para mí fue muy divertido cuando encontré que Plu- nas la dosrnilava parte del radio de la esfera de las
1,~ \ '. '' l
tarco ya había escrito poco mús o menos estas mis-
mas palabras 1 u
1 rn. El tuho astronr'mlico no es el telescopio sino un canuto sin len-
(82) Porque se llaman espíritus de las tinieblas, segC111 se tes utilizado P'Jra ohserv:1r los eclipses proyectando b imagen del sol en
vio antes en la nota S5. Pero la alegoría representa una pantalla dentro de la cfunara oscura, según refiere el mismo Kepler
con el viaje a través de la sombra b observaci(m de en una carta CU. W .. XVlll, :189) y en la Optiw (G. \\/"., ll, 288-290). [R]
los eclipses, con el Sol las Clll'Stiones políticas, con 119. No se vcrfi, porque o el autor olvidó volver sobre este punto o
los editores pasaron sin tran.scrihir la explicación.
las cuevas umbrías ele la Luna la soledad y las som- 120. El texto del Sornniurn (lú.-14) trae aquí iocus ("broma") que Fris-
bras de la vida académica, con la estancia en las cue- ch corrige en locus ("pasaje") con sentido y quizás con razón. Pero véase
la nota ( 55) de Keplcr, donde se hahla de un,1 ratio physica ioco mixta.
G. W retoma la enmienda de Frisch.
116. El texto de Somniurn de 1634 se remite a la nota 6. Enmiendo 121. G. W, Vll, 285. El límite del mundo es el cielo de las estrellas
siguiendo a Ducos (p. 191, n.6). fijas; Kepler rech:1za expresamente un universo infinito por ser algo que
117. Plutarco, Defacie, 940f-94ld. ni siquiera la mente puede abarcar (Destella nova ~ G. \\/"., 1, 257). [R]

128 129
fOl l /\ NNE' KEl' l.EH EL SuEt\o o LA A w 110NoM íA DE LA LUNA

estrellas fijas; el del cie lo en el que se halla la Tierra 'voltearse', y 'subvolvios' o 'subvolvanos' son los que
con su Luna apenas la veintemilava pane y el radio ven la Volva, mientras que los 'privolvanos ' son los
de la esfera lunar es 1/ 59 del radio de este último cie lo. que están privados de la Valva y su vista .
Así pues, los inte rvalos desde las estrellas fijas hasta (91) osotros aquí en el globo de la Tierra consideramos
la Tierra varían en no más de un diezmilavo. Y así, polos del mundo aquellos dos puntos de la esfera de
las desviaciones de la Luna s uponen alrededor de una las estrellas fijas opuestos entre sí en los qu e incide
treintava parte dentro de esta variación tan pequeña. el eje de la Tierra prolongado hacia una y otra región
De esta m a nera , cua l.quier desviación de la Luna res- del cielo. Estos dos puntos, d e ntro de la apariencia
pecto de las estrell as fijas se vuelve impe(Ceptible. del movimiento prirnero 1 ~· i , los vemos como inmúvi-
(88) La Luna s iempre nos mu estra las mismas manchas a les. Sin embargo, los habitantes d e la Luna no los con-
nosotros los habitantes de la Tierra. Entendemos p1>r sideran los p olos del mundo, ya que el ciclo estre ll a-
ello que gira :ilrededor de la Tierra como si estuviese do no se les muestra e n tan breve espacio de tiempo
:1tada a elb con un hilo, ocultando su hemisferio o como a nosotros, que c reemos que gira alrededor de
parte su pcrior y enscfbndo siempre el otro. ellos en veinticuatro horas de las nuestras. En reali-
(89) (90) A la que nosotros sus habitantes llamamos Tie-
dad ocurre que el e je del cuerpo lunar, perpendi c u-
rra' se 1nc ;111toj(1 a mí llamarla 'Volva' conforme a la
lar, o casi, al plano de b eclíptica , incide, si se pro-
percepci(in de los pueblos lunares. Al igual que e ntre
longa, en puntos del ciclo de las <.:strclbs fij as p1úxi-
nosotros , a ca usa de su color blanquecino, el luminar
rnos a los polos de la eclíptica: esos son para los lu-
nocturno recibe e n he breo el nombre de 'Lcbll;1na' y
nícolas los polos del mundo, dad<) que la esfer;1 de
;· ;~- lt·I ·r e n la lc ng u;1 et rusca (deri vada según creo de la pi."111i-
·; ~ ! . las estrdlas fijas , en el espacio de tiempo que noso-
.. dhi\'' ' ca) 'Luna', y en griego 'Selcne', de oD.nc;, que s ig nifi-
tros llamamos mes, para e llos se deja ver lbndo la
'l ' !h ! •,
ca 'resplandor blanco', pues a nosotros los que vivi-
1•:::~;1 ¡, vuelta soh re este eje, por aquello dL'. que rea lmente
·1·i• t1•lll
mos e n la Tierr;1 se nos aparece de ese modo, así Lam-
.!1:.~¡.,¡ 1 hi ~ n ent re los pueblos lu nares es razonable asignarle
el globo mismo de la Luna gira alrededor de este su
una dc no111i n:1ci(in a nu<:stra Tierra , qu e p;tra el los eje y de sus dos extremos con10 si estu vier:1n cla va-
. ':1r::: h:1cc bs veces d e un;1 luna , derivada de su aparien- dos e n su sitio. Pues, aunque e l globo de Li Lu na, y
cia c:xtenu 1"I · Pero a ellos d g lobo terráqu eo se ~s con él también s u eje, se mueve alrededor del globo
l''. '. ele la Tierra en el espacio de un mes, no obsunte, d
aparc:ce en el ciclo girando continuamente en torno
a un c:je inmóvil. Es posib le que tengan un indicio de e je como tal conserva mientras en todo lugar un pa-
ese giro en las manchas, según se explicará nüs ade- ralelismo consigo mismo y, por tanto, a lo largo de
lantcu5 D e modo q ue el nombre 'Volva' de rivaría de un giro señala casi los mismos puntos en el ciclo de
las estrellas fijas , ya que el tamaño del orbe lunar com-
parado con la esfera de las estrellas resulta impercep-
·122. Las <:timologías que aquí trae K<:rler so n todas ac<:ptahles salvo la
de la palabra Luna, que procede d<: la 1·aíz del verbo latino !u ceo ("brillar") tible. Por otra parte, que e l círc ulo divisor pasa por
y no de ningún ténnino etrusco. F.s por otra patk completamente e núnea estos polos del globo lunar, eso se ve claro porque,
la filiación que le asigna a la lengua etrusca, que' no procede de la pC111iG1, en todo el tiempo que dura la circunvolución men-
cartaginesa o fenicia (una lengua empa rent,1da con el é1rabe y el hebreo),
sino que es una lengua preindoeuropea (como el vascuence) que los lin-
güístas no han logrado ni descifrar del todo ni menos clasificar. 124. F.l movimiento primero es el movimiento aparente del cielo en
123. En la nota (146). los rérminos de una jornada.

uu 13 1
.J Ol 11\ NN ES KEPLER EL S UEÑO () !.!\ A STRONOMÍA IlE LA L UNA

sual, miran hacia la Tierra las mismas manchas luna- (94) En mis Efemérides 1!<> la fase de la Luna en doble hoz 127
res. Y es que en la medida e n que nuestra visión del d ifi ere de la cuadratura 1"" d e la Luna con el Sol a lo
g lobo lun::.tr es como la d e algo inmóvil, con tan to sun10 en un espacio d e dos horas de las nuestras y
mayor fundamento decirnos que gira a lrededor d e di- 10 minutos, y dio es así p orque la proporci(m del orbe
chos puntos. lunar respecto al solar (o terrestre) es ele l a 59, por
(92) Si el globo lunar gira al rededor de la Tierra (k mane- supues to en e l apogeo. Pero el día nace para los ha-
ra que siempre tiene v uelto ha cia ella el mismo he- bitantes ele la parte central de Subvolva 12'1 precisa mente
misferio (que podrían.1os considerar como .s u fac ha- cu and o esa parte del globo de b Luna se sitúa en el
da), está claro que cua ndo b Luna se encuentra entre círculo de iluminación de b Luna que forma la fase,
el Sol y la Tierra , qu e para nosotros es la Luna ueva no cuand o pasa el centro cid gloho de la Luna por la
y se nos aparecl'. con los cu ernos finos , entonces da cuadratura del Sol. Por consig uiente, puesto tfUL' en
b esp:tlda al Sol y le ocu lta su fachada . .En ca mbio amlxts fases la Luna quL~da m:ís ccrct del Sol CJLIL' la
c uando para nosotros e.~ Luna Llen:1, a saber, cuando Ticrr;1 (aclcm;ís, el tramo de la ú rhita de la Luna que
estamos entre elb y el Sol , da la espalda a Lis estre- rodea la Tierra por la parte exterior de estos confines
llas lij:1.~, oculündosc l:i ;1 I Sol, y presenta s u f;tciialb es m;Ís largo que el tramo que v:t por dentro entre la
al Sol y a b Ti erra . /\hora liien, en tocio el mundo la Ti e rr:1 y el Sol , y e l tranH > exterior mide el día para
prl'scnci:t dd So l s upone d día y su ausenc ia !;1 no- los h:iliitanlcs de 1:1 zon:t cL'nlr:tl de Suhvolva y p;1ra
che. En cosec UL'ncia :únha s caras tienen s u día y s u los habitantes d e la zona ce ntral ele Privolva mid e la
q::: •l noc he pero no un a jo rna da complda '!' t:i n co rla noche) , resulta que el clía para lo~ suhvol vanos y la
•1::• 1:·1
1•¡I;¡·¡ como la n uestr:i . l ~n efecto, todo el tiempo de un mes noche para los pri volvanos , apa rte del medio mes q ue
.· 1.1 :1=••\
nuestro s upone para dlos Li c xll'.nsic'in de un día y ya h e m os calculado , les s upo ne ackm:ís alrL·cledor de
.•!:.~, 1 una noche . cuatro horas de las n u cst r~ t s , y lo mi smo ele tie mpo
tl•l ~'' 1
1

w;¡,¡
C93l La vari:1ckín c111re nosotros dd día y la noch e en b s se les quita a la noche d e los un o.~ y al clía de los
.. ,,.;.; ¡ jorna d;1s que no corrcs pomk'. n ;i los equinocc ios pro- o tros. Evidentemente lo q uL'. ve nimos diciendo acerca
' '.l;':~. : viene del hec ho de que los polos del mumlo nos pa- ele los habitantes de b zona centra l ele cacla lwmisfe-
· •·" ~I f rL'Zcan estar mu y a lej ados d e los polos ele la e clípti- rio va le también para los c¡uc cal'.n lucia levante y po-
'· .r11 ··
' ,1.;
ca. Los habitantes ele la Luna no tienL'n los mismos
polos del mundo que nosotros , si no que tienen otn>s
12(>. Es ta especie de calendari o :1stnmc>mico :1h<1 rc:ih;1 desde los :iños
muy CL'rcmos a los po los dL'. la eclíptica. Si es que
1(1 l 7 a l (i'.1(1 y fue publicado en Lin z y Za gan l' ll dos Li radas co111ple1rn:n-
hay alguna variacicín de rivada de su peque i'iísimo apar- rarias Ccd ici t'> n parcial en F1isc h, Vll, 479-6(1(1). IRI
tamiento d e los polos de la eclíptica, no se la pu ede l 27. "l'n doble hoz" ~ hi/úlcata.
comparar con la nuestra y d esde luego no es lo bas- 128. Se dice que la luna y el sol e st:.ín en cuadratura n1ando Li s lí-
neas rectas que salen de estos d os astros y se· prolongan hasu 1:1 tierra
tante perceptible. Por tanto , gozan ele un e quinoccio
como su vé•rtice forman un '1ngu lo recto.
casi continuo en todo s u globo, al igual qu e tambi é n 129. Esta "parte central" no es un punto e n medio del hemisferio sino
entre nosotros en la Tierra durante la jornada equi- una zona que transcurre a lo largo ele b líne a que longitudinalnkntc' lo
noccial es equinoccio para tocias las regiom'.s del orbe. divide en dos partes iguales. "Algo m:.ís ck un hemisferio del globo lunar
est;í iluminado en todo momento por el Sol. Esta zona iluminada qu e da
limitada por un círculo que, por tal razón , se denomina círcu lo de' ilumi-
125. "jornada completa" ~ vuxvt'¡µEpov . nació n" ( C. W , VII, 471). [O]

132 133
EL SUEÑO o LA AsTRON< )M Í A DE LA LUNA

ni e nte , con esta sola variació n: cuantos grados de lon- dica el fin del período de 19 años: c ua ndo las mis-
gitud <liste del centro cua lqu ier lugar, otros tantos el mas estrellas nacen exactamente e n el mismo orden
glo bo lunar sobrepasa el sitio e n el que para los de que al principio.
la zona central comenzaba el día. (99) La de nominación 'medivolvanos ' eq uivale, e n tié nda-
(95) Tal como es forzoso que s uceda en el globo terráqu eo se , a la de nuestros 'me ridianos'. l'e ro aquí e n tre no-
junto al p olo dura nte la jornada del equinoccio. sotros los meridianos son muchos , mientras que para
<96) He aquí el s upuesto d e todo el s ueno, a saber: una e llos el nwdiovolvano es Cmico, esto es, el que pasa
prue ba en favor del movimie nto de la Tierra, o me- a través de sólo dos puntos o pu eslos entre sí e n los
jo r, una refutació n del argumento que niega tal movi- he misferios que recibe n s u nombre de la Volv:t. Sin
miento has(mdose e n d testimonio de los sentidos. e mbargo , estos mcdivolva nos no valen por nu estros
(97) Si el día se define por la prese ncia del Sol y el Sol me ridianos, sino que tamhié· n li c11cn los hahitantl:s
est:1 presente ~dlí donck· un paraje aparece iluminado de la Lun:t su.s propios irn.:ridianos, trazados a lra v(:s
por su luz, c.s evidente qu e durante l ') días e nteros de los polos y los vé·rticcs de los lugares, una suerte
las mismas manchas de l:t Luna en d medio de db de cornpafi.eros del Ill ed ivolv:mo <¡Ul' cst{1 en d me-
se nos aparecen continu:m1cnte iluminadas, sin 11w- dio de todos ellos. Nu estros meridianos terrestres no
di:1r noche ninguna. L:t Lun:1 Llena , en efecto, nos pre- tiene n un fundamento nalur;il , Illicntras que sus me-
senta esas manchas :1 nosotros, quietos en un mismo ridianos sí lo licm·n , a s:thcr, l'i 11wdivolv:1no que csl:í
1··1.111
1
s itio , durante mús de l ú horas, e incluso cuando la e n el medio de todos ellos , pues en ('! inciden el Sol
.:1;1
Luna , a ca usa de la n..xlondez d e la Tierra , se ocu It.a y la Volva a la vez e n un mis nio 1ilo111ento, mie ntras
bajo el horizonte , otros s ig ue n viC·ndolas. Por t::tnto, q ue e n los otros me ridianos no lo hacen en un mis-
su día es tan largo como quince jornadas de las nues- mo momcnlo s ino en dif'erenles.
l ra s y su noche equi vale a 0 1·r:1s c 1torce y :tlgo mús. ( lOO) Puesto que la Luna es un globo , lodo lo pesado all í
(98) Si en la Tierra nosotros (po r supuesto no la gen le del se di rige hacia el centro d e e ll :1, los c ue rpos se apo-
común sino los astn'inomos) contamos en 8 años 99 ya n e n s u suelo e n {1ngulo recio y scúa bn su propio
,,, •.·:
~- :: ·>· meses o en 19 años 25') meses, a pesar de qu e l:1s cenit e ntre la s estrdl:ts fij:1s e n el punto donde inci-
luna ciones 150 natura les no se mezclen en nu estros de una recta traz:1da desd e el ce ntro del globo lunar
asuntos con la misma obl igatoriedad que los d ías y y q ue pasa por la huella dL' esos l'UL'rpos. A c ua l-
las noches, ¿qué otra cosa podemos imaginar de los quie r estrella que se apa rte de L'Se pumo -del cenit
pul'.hlos que supone mos que e n la Luna hay, sino que del o bservador siLuado e n la J.un:t-, se le asignarú una
se atienen a esos mismos números, si es que allí hay d eclinación. Es te es el fundam e nto de la representa-
seres capaces de ente nde r los nCnneros, pues otro d ía ción del ecuador situado a mitad de camino entre los
no tienen ellos? Ade mús tie nen una señal que les in- po los y de la declinación d e l Sol respecto al cenit de
Jos lugares. Y como se su pone que el Sol en todo el
ano no pasa diariamente por el cenit de aquellos que
130. En el Fpítome (G. W. , VII, 448) Kepler llama "lunación" al pe río- vive n en el ecuador, sino solamente en día ele equi-
do de tiempo que va ele una luna nu eva a la siguiente. El término equ i- noccio, por consiguie nte, el e je del globo lunar, alre-
vale también a "mes sinódico", mientras que e l "mes sideral" discurre desde
dedor del cual gira, no co rre paralelo al eje de la
que el astro está en un punto de la esfe ra de las estrellas fi jas basta que
regresa a ese mismo punto. [R] eclíptica, sino que está algo inclinado respecto a él:

134 135
JOHANNES KEPLER EL SUENO () LA ASTlJONOMÍA DF, LA Lt JNA

o dicho de otro modo, siempre se alza en á ngulo rec- (103) Ape nas me atrevo a llamarlas realmente templadas.
to sobre el plano de la órbita lunar que ella en todo No hay en la Luna templanza, como se verá 1' 6
tiempo atraviesa, de manera que, por e sta r inclinada (104) Comparten con nostros el zodíaco. Nuestro zodíaco
re specto al plano de la eclíptica, su eje está también viene indicado por el movimiento anual d e la Tierra
inclinado respecto al otro eje . alred edor del So l. Es así que la Luna gira además en
(101) Los noclos 13 1 de la Luna dan la vuelta en m ovimiento tomo a nuestra Tie rra tal como no sotros la habita-
retrógrado a lo largo de 19 años yendo al encuentro mos toda ahu:Jedor. Luego p ara unos y otros la base
clcl Sol. Dan la vuelta , pues , también los límitesm en para la representa ción del zodíaco es la misma.
ese mismo tiempo, así como los polos de la órbita 005) Estos extremos se corresponde n con lo qu e se dijo
de la Luna , qu e para Jos habitantes de la Luna hacen en la nota 101. I·:s natural y lógico que la impo rtan-
1~~:1 f
las veces de los polos del mundo, moviéndose en un cia clel año tr(>pico, aunque no sea tan grande corno
1:1rt:~; pequeño círculo cuyo diámetro tiene 5 grados. Por entre nosotros, sea al menos considerable entre los
:¡IH:::~
consiguiente, en 19 años sidéreos transcurren para lunícolas, habida cul'.nta de su propio año tró pico.
' 1 ( 1 ~·:1111
ellos 20 aüos trópicos. De esa manera, en 9 l/2 años Repara sin embargo aquí en el supuesto de este li-
''l¡11n1 sidéreos, esto es, en 10 af\os trópicos, a aquellos a brillo y date cuenta de que para nosot ro,~ las princi-
,,J;,,íll
¡, ~ í
1 los que en un principio les sobrevino con el Sol en pales refl'.rl'.1icias de nuestro mundo todo --los doce
1·~·11 1iil
la constelaci(m de Cáncer, ]es sobrevie ne el décimo signos celesll'.s, los solsticios, los equinoccios, los aüos
verano con el Sol ahora en la constelación de Capri - trópicos y sid érl'.os, el ecuador, los coluros, los trópi-
,, ,. 111
'1:1 11; cornio. Algo así también nos ocurre a nosotros en la
cos, los círculos polares, los polos del mundo- Sl'. ci-
Tierra, pero mucho más despacio. En efecto, nuestro
i' I
ñe n todas al pe qu eñísimo globo ele la Til'.rra y se ba-
verano hace dos mil año,~ acontl'.cía con e l Sol en la
san únicamente en b perspectiva de los terrícola s, ele
'''l~ t¡::! ~I constelación de Cúncl'.r y con d Can 15:1 salie ndo jun-
manera que si mudamos esa pl'.rspectiva a otro glo-
' "' !r~'11 to con el Sol: hoy nuestro ve rano ha a van za do hasta
.1 -;1 1t~
bo es preciso entonces cambiar todos los conceptos .
la constelaci(m de Gérnini,~ , si bien l'.Sa porciónui del
006) Porque el orbe lunar o, mejor dicho, la distancia de
zodíaco conserva su antiguo nombre de C:'m cer 1".
la Luna a la Tierc1 en el apogeo l'.S l / 'í9 de la distan-
(102) De estos se is días s(Jlo uno o dos son re ~tlntl'.nte ve-
cia del Sol a la 'rierra. Así pues , c uando los privolva-
raniegos, los otros primeros y últimos van a proxim:m-
nos tienen el Sol e n su meridiano , quedan más cerca
dosc lentame nte a la duración dd día equinoccial.
del Sol que los te rrestres en 1/ 59 de la distancia to-
1)1. El nodo de la lu na aparece e n la nota (4~) de Ke ple r. Véase allí
tal, y cuando les ocurre lo propio a los subvolvanos,
nu estra nota explicativa. quedan l'.Stos otro tanto más lejos. La Luna Llena dis-
132. El concepto de 'límite' astron(nn ico aparece por e l fina l de la nota ta de l Sol 60 partes, la Tierra 59, la Luna Nue va 58.
Vi~) de Kepler. Vé ase a llí nuestra nota e xplica tiva.
Aho ra bien, con la disminuci(m ele la lejanía a umen-
l 33. O tro nombre de la estrella Sirio , b más brillante d d cielo , s itua-
d a en la constelació n del Can Mayor.
ta la imagen aparente '57 del Sol. Sin embargo , en sus
134. El original trae aquí la palabra griega latinizada dodecatemorium , cuadraturas, la Luna y la Tierra distan lo mismo del
qu e quie re decir doceava parte y equivale, pues, a un signo zodiacal (Pto-
lomeo, Tetrahihlos 93).
135. El fenómeno a quí descrito es la lla rn:ida precesi(m d e los e qui-
noccios, ca usante d e que los signos del zodíaco ya no ('Orresponda n a 136. En las notas d e Ke ple r que van de la (207) a Ja ( 2J 7) .
las conste laciones que les dan nombre . :t:\7. "image n aparente " = species.

136 137
jOJIANNES K~PLER EL Slll'NO () LA A STRONOM ÍA DE L' L UNA

Sol. Y en las cuadraturas hem os dich a1 38 q ue el Sol mueve en su dirección tanto como la Tierra e n senti-
sa le o se pone para los habita ntes d e la zona central, do opuesta1·H La Tierra , en efecto , recorre diariamente
tanto privolvanos como subvolvanos. 1/365 de su órhit:.I , la Luna sólo 1/ 300 de b suya, que
(107) La Luna se apa1ta a un lado y otro de la eclíptica unos al ser poco mayor de la sexagésima parte de aque-
5 grados vista desde la Tierra, pero vista desde el Sol lla , en con secuencia, 1/.)00 de esta sexagésima parte
se aparta otros tantos minutos poco más o menos, es poco más o menos 1/ 1800 de todo el recorrido
ya que la p roporción de s us orbes es algo mayor de terrestre y, así, la quinta parte d e 1/ 3úS. Por tanto, la
60 a 1. Luna, c uando la vernos ll ena , comple ta 6/ 5 de lo q ue
(108) Cuando los privolva nos ven e l Sol en su mediodía completa la Tierra y, cuando b vl'mos nueva , 4/ 'i , y
est~m nüs cerca de l Sol que los terrestres, cuando lo así este movimil'nlo es 2/ 3 d e :1quc l. Pe ro hay qu e
I~·~ 1 111
ven los suh volvano.s estCi n rnús alejados, algo nüs dl'. advertir al lcclor qul' el S11e1!0 se L".snihi (> antes de
141~·: :1:¡ Ja sexagC:sima parte, y, por tanto , los suhvolvanos es- lleva rse a cabo los últimos ajustes l'll l:ts proporcio-
't'111·:c111[
;1.·il!'I L:.Í n m:'ts lejos que los pri volvanos 1/30 del total. Y, nes asignadas a b s <'> rhita s, nundo :1[111 admitía yo
i!, I~ :'Í :1I 111 ¡ e n consecuencia, .si el Sol d ecli na para los privolva - con Jos antiguos que el Sol dislaha :lirl'dcdor de 1200
nos ;1 lo rn{1s S' 30' ', pa r:t los subvolvanos dec linar;í
: .!':I~ ~i
radios terrestres y la Luna 60 , y d L· l'Sl' modo Lt pro-
5' 20"u•i_ Y no se dicl: esto porque esa variaciú n sea p o rción entre b s t'irhitas no es de scsc11t:1 a uno s ino
1•11 ~ :1J grande y notable, toda vcí'. que a nosotros mi smos ele veinte ;i uno. l'ucsto q uc l:t (Jrhiu de b Luna Sl'
en Ja Tierra nos es casi impos ible observar la sex la supone por ahí que es l / 20 de la <'>.rhita de la Tie rra,
,,1.qfl
'ti ·UI p a rte de un minu to, sino para elimina r la sos¡x:'cha el movimiento diario de b Lun :t Sl'rÍ: t l/30 de 1/ 20,
'•;·¡•1J
;,¡¡
de una ma yor vari:1ci(m a parti r ele este cambio ele esto es , 1/ 600 dl' la (>rhita de Lt Tic rr:1, y por tanto
latitud de la Luna . Si mantuviera yo la proporci(m e n- más ele la milad del mov i111ic 11Lo diario de la Tierra.
tre los orbes que con los a ntig uos enseñ:t l'to lomco 1 i", En con secuc11l'i:1, d movimiento d i:t rio de la Luna
esra declinación :dc:inza ría los l'i minuLos. Nueva sería infe rior a la mitad del dl' l:t Tierra res-
(109) Puesto que la Tierra y la Lu na ava nzan alrededor del
pecto a las estrdbs fij:1s, y l'i de b Luna Llena una
Sol en su movimiento :111ual, y b Lun a, rnienrras, g ira
vez y media el dl' 1:1 Tierra ; es deci r, la Luna Llena
a su vez en torno a Ja Tierra , sucede q ue la Luna ,
avanza ría cuatro veces más r:ípid:1 que la Nueva. Sin
s ituada a medio camino entre el Sol y la Tierra, cuan-
embargo , como la Lun a como tal ll's panxe a sus ha-
do la conside ra mos como Nueva , se mueve e n di-
bitantes estar quie ta , seó nüs bie n el Sol el que apa-
rección contraria a la d e la Tierra. Sin e mbargo no se
rentará poseer tal movimiento y tal velocidad irregu-
lar e n su av an cc 1 · 1 ~ . A este punto se remite más ade-
138. Fn el tc:xto del Suetio, inm c:d iata mc nl e des pu é·s d i: la cifra <98). lante la nota 1 'i2.
l,'i9. 5' 30" 30 = 11 '' ; 5' 30" - 11" = 'i' 19" (pero est,1 cantidad si:
ri:dondca en 5' 20"). H.1. "se mueve: en dircff iún ... sentido o pu esto ". Aquí, buscando cla-
140. Claudio Ptolo meo o Tolo meo (s. 11 d .C.l fu e a la vez aslT<>nomo ridad , d rradu cto r da una vcrsi{in ;i lgo sueh:1. M'ís lil e 1~il sería: "sale al
(y astr<'ilogo), matemático y geógrafo, dc:jando en todos estos campos ohras, paso del mov imiento de la Ti l'rra. Sin em ba rgo, no se le acerca ta nto como
que, si no originales, encerraban grnn parte de los conocimic;ntos anti- la Tie rra avanza" (o huiet mol11i telbtris. Nun lumen o/Joüttlcmtu111, quan-
guos y sirvie ron de manuales durante s iglos. Su libro de astrono mía llev:1 /um te/tus progr<~~ifur).
;10rnbre a la vez árabe y griego (Almagesto = "El mayor") y con su teoría 112. Estos saltos del sol p:1ra los sl'le ni tas son me nos apmentcs de lo
de los ciclos, epiciclos y deferentes fue la obra de mayor autoridad entre que cree Kep ler debido a que su dlc ulo de la distancia del sol a la lu na
los astró no mos hasta el triunfo de l sistema cope rnicano. es e rróneo por defecto.

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_)OIIANNES KEPLEH EL Srn:No o LA AsTI<ONOMíA DE LA LUNA

( l lü) El movimiento diario de la Tierra en el Orbe Princi- Nueva, la hora ele la media noche, y para los privol-
pal14.1 es atribuido con mayor sencillez por los terrí- vanos al contrario.
colas al Sol, en sí completamente inmóvil, y los luní- (112) Tan grande es el movimiento del apogeo a través del
colas hacen lo mismo con el movimiento de la Luna zodíaco 1".
respecto al Sol, compuesto del movimiento anual de (113) Supuesto que una recta TR, trazada a través del cen-
la Tierra y el mensual ele la Luna. La atribución es tro de la Tierra C cayendo en ::'mgulo recto sobre la
más complicada en el caso ele Mercurio, Venus y Mar- que une los centros del Sol S y la Tierra C:, separe
te, a causa, es a saber, de lo intrincado de sus parti- dos arcos en la órbita lunar -el diurno TNR, que
culares movimientos aparentes. Porque si la Tierra y afecta por ejemplo a los privolvanos, del nocturno
la Luna en su movimiento anual y la Luna en el suyo TPR-, la ccuaci(m máxima 11 <' de b Luna en sus cua-
mensual se detuvieran del todo, parecerían no obs- draturas T y R es con seguridad 7 1/2", siendo el
tante moverse estos planeus, Marte por todo el zo- doble ele esta cantidad 15º. El arco, pues, que tiene
el apogeo en .~u rnittd se completa en un tiempo
díaco, muy lento cuando acom¡xifo1 al Sol, muy rápi-
de 195", el resto en un tiempo de 1(8' 117 Esto es lo
do en oposición :l él; en cambio Venus y Mercurio,
mismo que si .~l· dijera que nuestr;1 noche dura 13
no por todo el zodíaco sino en la vecindad del Sol,
horas y el día l l o al revés. Aunque l·s otro el 0(1-
parecerían moverse ambos con movimiento acrnnpa-
mero de lior;1s en ambos.
sado de unos gc1dos Fijos, y:i aclcb ntando ya yendo
(1J4) El retardamiento sobreviene con b Luna situada en
a la zaga del Sol. Con los movimientos aparentes pro-
el apogeo. Los h:1hitantes de b zrnu central de Pri-
pios de estos planetas se mezclan para terrestres y
volva tienen su media noche por el tiempo en que
lunícolas los movimientos con que la Tierra y la Luna nosotros los tcrrícol:1s contemplamos el plenilunio.
se trasladan. Conque, si se unen plenilunio y apogeo, los privol--
( 11]) Si los movimientos de la Luna en .~u curso se trazan vanos tienen una noche a cu 11111 la tiv;1111cnt e 1:1 rga. En
entre las estrellas scgCm los eng:ir1os de la visi{m apa- cambio si la Luna Nueva coincidL· con el apogeo, a
rente, es claro que entre los movimientos de la Luna los privolvanos se les iguabn nüs los dí:is con bs
estar{t también aquel que vuelve a la Luna en su apo- noches, ya que causas contrarias se anubn entre sí.
geo lenta y en su perigeo rápida. Sucede, empero,
que la Luna es muy lenta tanto Llena como Nueva y
11'i. En su movimiento en tomo a la tierra la lu11;1 no guarda sic·mpn:
Bífida Wi, y en todas las foses sucesivas. Ahora bien,
la misma distancia. El punto de su mayor lcj;1nía se denominia "apogeo"
cuando es Luna Llena, para los suhvolvanos de la y, como dice Kqilcr, se despb7.a a tr;1vl's cid zodíaco con movimiento
zona central es la hora del medio día; cuando es Luna uniforme hacia el este, regresando al mismo punto en poco menos de 9
afios (hjJítome ~ (;. W .. VII, ii'Í6). [RJ
J!íó. Keplcr llama "ecu;wi,\n" (aeq1wtio! a la dcosviaci(m o separaci(m
143. El Orbe Principal (orhis mag1111s) es el de la tierra alrl'dedor del ;mgular entre el rnovimil'.nto nwdio y el aparente. El tl'rmino, que se presta
sol, llamado así por Copérnico y los copemicmos "en vista de su l'X- a confusi(m, equivale ;¡[ nüs preciso y frecuente tCorrnino griego "prost;1-
traordinaria utilidad a la hora de explicar los movimientos aparentes no féresis" (según M. Ducos. p. 1')\ n. 1). E. Rosen, pues, traduce el pasaje
sólo del Sol sino también de los demás planetas" ( Kcplcr, F.j!ítonu: ~ C. W, como "the moonn's greatest incquality".
VII, 403). 1·17. 180º + l'i" = 195"; 180º - 15º ~ 165". Keplc:r explica en el 1-ipíto-
144. Este término es hoy desusado y se refiere al momento en que la me ((;: W, VII. 124) que las 360avas partes del círculo se denominan gra-
luna, en fase menguante o creciente. muestra dos cuernos finos. E. Rosen dos (gradusJ, pero que "en el caso del ecuador se llaman tiempos (ten1-
traduce "halved" y M. Ducos "en forme de croissant". porar. [I\]

140 141
1
1\¡

EL SuEÑO o 1.A A sTIH >N()MÍA n i ' LA L <1N A

j o HANNF.S K El'LEK
(115) Si se supone que pueblan la Luna seres vivos, se ha
1
de admitir también que surgen del cuerpo de la Luna
evaporaciones para que Jos sustenten y animen. Ahora
bien , un vapor sutil en un medio frío se condensa
en copos de nieve que dan lu gar a la esca rcha.
(116) En un sueño se requ ie re licencia para imagin;1r tam-
1
'


.

t
bién de ve1. en cuando algo que no hay;i estado en •
\
nuestros sentidos nunca.
Así, conviene aquí suponer q ue se kvantan vientos, 1
por aquello de q ue los globos va n al encuentro de
la brisa eté rea, ca usa q ue rec ue rdo no haber recha-
zado a la ho ra de explicar por qué el licmpo de la

1
mañana es rnús grato y saludable p:1r:1 todos los se-
118
res vivos, así animales corno plantas , o igualme nt e
por qué e n bs curnbn:s de los mo ntes niús altos , in-
duso los de la zona \(Jrrida , suele haber n ieves pe r-
\\
l.
1
petuas ·•''.
;\'
( 11 7) Al día de los p rivolvanos le alrihuyo s(Jlo \ll días de rl~'
~!
los nuestros y l 'i noches, dad.o qi.1e las líneas SL y
SV trazadas desde el centro del Sol S h;tsla hacer con-
tacto con la ú rhi1:1 de la Lun a en L y V sep:iran su
parte exterio r LPV de b inte rio r L V haciendo nüs \\
larga aquella que ésta , según el múdu lo de propor- 1.
ciún de las órbitas, en cuatro grados poco m:."ls o me-
nos . Pero ya en todo el arco éXterior los habitantes
1:.·i· i; de la zona central ele Privolva se hallan en b parte
'¡í:
sombreada de la luna, mientras que en \os puntos
.;
~.
~·~

~ <le contacto L y V, que son el primero y el último ,


·\
están s ie ndo iluminados por los rayos del Sol, y de
\\
ellos d isfrutan en todo el :1rco interior L V.

·¡ 4K. " ... la mariana es n1{1s agradable porque las regiones d e b Tierra
donde se leve1 nt:1 d Sol, van en ese preciso instanre al e ncuentro del aire,
mie ntras que las regio nes donde d sol se pone se ven entonces pnr así
\ \\
decirln arrancadas del éter .. (f)e stella nova= G. W., \, 233). [R\
149. "Es lógico que la maynría de las cumbres monwñosas cubiertas
de nieves perpetuas y de hielos esté por encima de Ja c.tpa de aire y
pend ren en d é te r·· (lijiílcJ111 e =C. W., VII , 63). [R]

143

142
- ··- -----·--·-·- - - - - -- - - - - -- - -- - - - - -

] O ll ANNES K EI'l.EI< E L SUEÑO o IA A ST HO NOMÍA lll·: LA L UNA

(118) Al Sol lo vemos desde la Tierra con una magnitud misrri.a longitud , queda ría un intervalo de 36.443 154 .
de 30 minutos. La Luna durante el novilunio llega a Supón ahora, conforme a la opinión de los antiguos ,
estar 1/59, o poco menos , más cerca del So l que no- que , comparándo sus diá metros, la órbita de la Luna
sotros y nuestra Tie rra. Por tanto adquiere el Sol en es exactamente 1/ 18 e.le la del Sol, y que es Luna Lle-
el hemisferio de la Luna que a la sazón está ilumina- na, de manl'.ra qul'. los privolvanos en su media no-
do un tamaño aparente algo mayor, esto es, de aproxi- che tl'.ngan cerca a Marte . 1/ 18 de 101.800 es 5.655 ,
madamente medio minuto más' 'º. Sin embargo los an- y ese tanto estarían ellos más próximos a Marte que
tiguos' " cre yeron que la proporción entre las órbitas nosotros los terrícolas. Es así q ue la proporción de
era muc ho menor, a sabe r, como de uno a d iecio- esta ültima cifra respecto a 36. 443 es todavía menor
cho , lo que 0G1sionaría un agrandamie nto dl' poco que un sexto, por tanto los s uh volvanos, durante
menos de dos minu tus 1s". nuestro novilunio, que para ellos es su plenivolvio,
(119) Corno antl's se dijo l'l1 la not1 109. Y es q ul' el Sol verían a Marte menor en menos de un tercio de lo
les parece un tercio m:ís lento a los privolvanos en que lo ven los privolvanos durante nuestro plenilu -
su medio día qu e a los suhvolvanos en el suyo. nio, que para ellos es su media noche.
(120) llna vez supuest os l o.~ extremos que fijamos en b nota Así pues, usando una relación más ajustada entre las
116. órbitas, como Ja que 1nanejé en las 'f'cthlas Rodo{fi-
Pues, :1 buen seguro, 1:1 Lu n:1 durante el novilunio roza l/(/S1 ", t;tl proproci (m se aminora de modo c¡ue el acer-
1 ~ 1 1 ~~-
l/5 111ás despacio co n 1:1 brisa etérea que la Tierra y camiento de la Luna a Marte no sería 1/ 21 de la dis-
1/ 5 nús despacio qu<.: ella mi sma durante el plenilu- ta ncia al Sol, y por tanto la difere~cia de cómo les
' ' t,i1
.·:¡, nio . aparece a los unos y a lo s otros sl'ría poco me nos
. f t.~
1. ,~,-(~
(121) Yo diría que ca s i el doble. La distancia del Sol a la que 1/ 11 del total.
. '' i't· , Tierra' "'º en el apogeo es de IOL. 800, la de M:1rte al ( 122) Las e longacioncs 1' 1' de Venus y Marte respecto al Sol
1~ 1 irJ
1
Sol en el perigeo 158. 2li 5 . Si , por otra ¡x1rte, la Tierra pueden ser observadas ta mhi~n por los suhvolvanos
en d :ddio y Mart.l' en el perihel io se junt:1ran e n la de la zona central, pero e n una posici(m de la Luna
tal que no diste mucho más d el Sol que la misma
150. :\O' : 5<) = 1/ 2' ( rL·do ndl":indo a la baja ) Tierra. En cambio , a los habitantes del divisor se les
15 1. Arislarco (:\ 10-2:\0 a.C. ) e n la rroposición Vll d e su o bra So/Jr(' apare ce el Sol en el horizonte justamente cuando la
el tmnalio v las dista1tcil/S dd sol ¡· lfl /111w c sl ahlcce la dis1an c ia de la
Luna o es Llena y está lo más alejada del Sol, o es
tierra al s1i nin10 equivalent e a m :í.s de 18 veces pero m enos de 20 vecl's
la distancia de la tierra a la lun:1. Pt o lonwo , a quien sigue Kepkr en su Nueva y est;'i Jo más cercana al Sol. Las elongacione s
nota ( 109 ), redondea la proporciú n en l / 20. El texto d e Aristarco en Th. de esos planetas se observan justo antes del 0110 o
l leath, Aristorcb11s u/Sm1ws, O xlúrd . 19 1:\ (rc imp. 1959), p. 577 (c it. por
E. Rosen).
Vi2. :\O' : 18 = l 2/ :\'. l'Vi . 1382'ÍJ - 101.800 = y,44'.)_
15:1. Esta distancia se t<>1na como unidad astron<'imica. Se k asignaba 1'i5. Llamadas así en honor del emperador Rodolfo U. Kepler trabajó
un valor convencional de 100.000 (que lu<·go aparece recrecido en el apo- en e ll as de forma intermitente d esde l<íOl, aflo e n que el mencionado
geo por el carácter elíptico d e l:i <irh it:a terrestre). Se usaba para dar, corno cmpcrador lo nombró matemático o astr(>norno imperial. Las acabó e n
:1quí, las distancias relativas de los planet:1s. Dice Kepler que tales cifras 1624, p e ro s<: publicaron tres afios d espu és. En J 969 se integraron en el
las deriv(i de las observaciones de Ticho, pero segün E. Rosen (p. 91, n. t. X de (,'. W.
i
222 ) las había derivado ele Copérnico antes de tener acceso a di cha s ob- 1'i6. "'elongaciones" = digression es. La elo ngación es la diferencia de 1:
'I
sc:rvaciclnes. longitud e ntre un planeta y el sol.
11
:r
144 145
jOll ANN FS KE l'LEI< E1. Sl l EÑO o l./\ ASTRONOMÍA DE J./\ l.I JN/\

justo después del ocaso solar, sobre todo la elonga- Tierra y el Sol, es necesario que este planeta se vea
ción de Mercurio. Hay, pues, de acuerdo con la pro- e ntonces no por la elongación en longitud, sino úni-
porción real de las (>rhitas una diferencia entre las camente por la latitud. Pero su límite austral está en
distancias rectilíneas del Sol y la Luna que es poco el signo de Piscis y su afelio no mucho antes, en el
más o menos 1/30 del total y, por tanto, la variad(Jn comienzo de Acuario. Sin embargo, se ve entonces
en esas elongaciones no es mucha. desde la Tierra y la Luna en los signos opuestos de
(123) Para que Venus les parezca mayor a los Junícolas que Leo y Virgo. Si, en efecto , el polo de la Luna se indi-
a los terrícolas, tienen que estar Venus cerca ele la na hacia estos signos de la eclíptica media, se inclina
Tierra y la Luna cerca del Sol. Es así que cuando está hacia el norte , y puede , inclin::'t ndose así, divisar más
e n línea recta y con ma yor claridad a Venus bajo el
Ja Luna cerca del Sol, durante nuestro novilunio, los
Sol por su latitud , ya qu e precisamente b latitud es
sulwolv:mos cid cenl ro, por ser para ellos la rne di:1
mayor en el afelio que e n el perihelio.
noche, no ven al Sol ni a Venus, luego esu visi(m
(l2'i) Están privados de la vísi6n de la Luna, entiéndase,
qued:1 reservada para los habitantes del divisor. Son
como cuerpo que dicurre entre los dem::ís astros, pues,
por otra parte un poco más notables las difl:rencias
como viven sobre ella, segC111 venimos imaginando ,
en la visi(m apéirL'tltc de Venus para los suhvolvanos
la ven del mismo modo que vemos nosotros nuestra
que las de M;1rtc para los de Privolva (.-;i bien los po-
Tierra.
bladores del divisor pu eden disfrutar de la visi(>n de
( l Hi) Se trata de los diúrncrros aparentes, no de los reales.
uno y otro planet a) , y:1 que en el mayor au: rc;1rn ic n- A decir verdad, el radio aparente · de la Luna e n su
to de Venus y la Tierra queda un interv;1Jo de 2').'.)00, apogeo mide J')' , mie ntras que su paralaje en esa mis-
dentro del cual (en tanto que intervalo me nor que el ma posición es de ')8' 22' ', algo menos de 60, que es
de M:1rte, que arriha 1'i7 se dijo era de :->6.li!i:->) el dó- el cuádruplo de l 'i. Altor:1 bien , cuanto mide la pa-
mctro de la Lun a es una porci<>n más considerable. ralaje de la Lun:1 , tanto mediría el radio de la Tierra
(124) I•:I círculo divisor ha sido antes"" definido como pa - si el ojo cstuvicsL' en la Luna. De manera que la pro-
satKlo por los polos dd giro mensual de b Luna . Aho- porción es poco menos que de 4 a l y, si se eleva al
ra bien, la órbita de la Luna tiene una btitud por un cuadraclo, poco menos que de 16 a ] , esto es, poco
lado hacia el norte y por el otro hacia d sur, y se más que de l'i a l , para los discos :1p:1rentcs. Así:
supone que el e je cuyos extremos son estos polos
corta en ángulo rcct< > el plano de la (irbita excé ntri- 'i8' 22" logaritmo logísticol'i 9 2.761
ca. Porque a unque ninguno de los dos polos de la 1')' O" logaritmo logístico 138.629 1"º
Luna se incline más que el otro hacia el Sol, sucede,
sin embargo, que el polo de nuestra eclíptica, que
1'>9. !.os logaritmos ful'ron ide;1dos por Ncpc r en 1614. Kepler se in-
nosotros consideramos como el centro de b eclípti-
tercs(> e n ellos :1 instig:1ci(m d e su am igo el relojero suizo Jost Bürgi y en
ca, difiere del polo de la órbita de la Luna , dado que 162/i puhliccí un:1 obra titulada Quilíada o FI millar de !ogarílmos dond e
éste gira alrededor de aquel en el espacio de 19 años . propone otra solución diferente a .la de Neper. El concepto de número
Así pues, cuando se observa a Venus situada entre la logíst:ico, que aquí se añade al de logaritmo, lo define en un Suplemento
a la Qu:ilíadct ((l. W., IX, 361) como opuc.sto al número absoluto, en cuanto
que el logístico representa una me dición. [Rl fDI
157. En la nota (12l) 160. En el Somnium de 1634 se lee la cifra 138.681; Frisch la corrige
158. En la n ota (91) y e n su contexto del S11eli.o. e n ·138629 según cálculos del propio Keple r, remitiendo a la "Parte sexa-

74(> .147
Jo 1JAN N FS KEPLEH. EL Sll EÑ O o LA A STRONOMÍA l >E LA LllNI\

La p roporción es igual a 135.868 029) Si el eje de la Luna permaneciera paralelo al eje de


Duplíquese pa ra que dé 271. 736. la 'rie rra durante todo e l giro, contemplaríamos nu e-
vas manchas en Jos alrededores de los bordes sep-
Este número, como indica su logaritmo logístico, es tentrional y austral de vez en cuando, es a saber, siem-
3' 58''. Luego si el disco de la Tierra mide 60', el de pre que viéramos la Luna en oposición al Sol en los
la Luna medirá 3' 58" . Como 4' O" es 1/15 de 60, la signos de Cáncer o Ca pricornio. En efecto, la línea
proporci<ín es en consecuencia algo mayor. trazada desde el centro de la Tierra a través d el lími-
( 127) Puesto que la Luna dirige hacia la Tierra s ie mpre las te ele la zona tó rrida y cru zada con el zodíaco en uno
mism:1s manchas, se s igue que la línea que une los y o tro punto solstic ia l, corta d eje de la Tierra en án-
centros de la Tie rra y la Lun:1 corta la supe rfic ie lu- g ulos desiguales. Cortaría , pues, deje de la Luna , d e
11:1r sie lllpre L'11 b llli srna mancha , y los qu e viven en ser paralelo al de la Tierra, en {tngulos también des-
esa rn:111cha ti e n en a nuestra Tierr;1, esto es, a su Vol- iguales. En tal caso, por tanto, uno de los polos d e
va, .'iiL·mpre sobre L'l cen it Cuantos grados de l círcu- b Luna se dejaría ver, y en Ja parte opuL'Sta del ~1 ño
lo mayor di.'>ta de c.'> ta rn:111cha cualquier lugar, otros lo haría el polo opu esto. Como no se dejan ver, re-
ttntn~ gr;1do.-; en el cicl() parece declinar b Volva de sulta que el eje del g lobo lun a r no es paralelo al de
.'>u cenit. l;1 Tierra, sino que qu eda co1w do siempre en ángulo
( 12m Se pr()dllcl' un cieno giru del cuerpo lurur e n el es- recto p o r la línea que parte del centro de b Tierra.
paci o de un 111es , aunqu e durante toe.la esa circun vo- Po r cons iguie nte , no se prolonga hacia los mis mos
't::f luci(m presenta b mis rn ;1 car;1 ;1 l;i Tierr:1 , segú n nos puntos que el e je d e la Tie rra . Es así que el eje de la
: .l'1~ir~.
,~¡¡:;~: \!-
lo co11rirr11a b pe rsistencia de las manchas. Pero como Tierra se prolong;1 hacia los que llamamos polos de l
"l.ll ~; ,¡ 1:1 Tierr;1 , () sea, 1:1 Volva, en d espacio de un mes mundo. Luego el e je ele la Luna no se prolonga en
'''l parece d:1r 1:1 vue lta por todo el zodíaco , ta mb ié n 1:1 esa misma dirección.
1•l •:1¡. :jJ1,
c1r;1 de l:i Luna da !;1 vuelta juntamente con ella , vol- ( 150) Los polos del giro y traslación me nsual del globo lu-
vié·ndose or;1 hacia C(11KL'r or;1 hacia el signo op ues- nar no son los mismos que los polos de la eclíptica,
to de Capricornio, y e llo supone girar. Sin embargo sino que los primeros rodean a éstos en unos peque -
1·1,•' >· · t 1
11 a los que están en la Luna no les parece que eila gire, tl.os círculos, cuyos radios miden 5º, y completan una
i~ H t¡
··w sino que la consideran q uieta, ul corno nosotros cree- vuel ta en sentido inverso 11.i a lo largo de 19 años,
mos que nu estra Tic rr;1 permanece quieta. Así pues , como Juego se explica. Así pues , dado que no se apar-
en vez d e la Luna , parece que es el cielo más bien tan de los polos de la eclíptica más de 5º, con razón
el que gira e n se ntido conLrario. Se s ig ue , pu es, que se dice que est:::in e n sus cercanías y tambié n en las
hay además dos punLos de l cielo alrededor de los cua- cercanías de aquellas estrellas fijas que son indica-
les , como si fueran inmóviles, el cielo les parece a doras de los polos de la eclíptica.
eilos girar una v<.::z por mes. Estos puntos se denomi- 0 51) Aunque la Luna en su tras lación describe la órbita de
nan polos. cuyos polos tratamos - y Jos polos e.le cualquier cír-

gC:si ma de la Chilias /!ug{.lrillnnorum!' que se halla en el vo l. VII. , pp. 3')1 ]() l. "en st::ntido inverso" (in antecedentia). E. Rosen traduce "in the
ss. de su propia edición. E. Rose n (p. 9'S , n. 235) y G. W. (X f, 2, Y í') ) acep- reve rse order of the signs", sohrcente ndicndo, como se ve, signa (las cons-
w n la e nmienda. 1elaciones del zodíaco). /vi. Du cos explica (<en n. :\, p.197): "vcrs l'Ouest".

148 149
JOHANNES KEPLER EL SUEÑO o LA AsTRONOMÍA m: LA LtrNA

cuío máximo de una esfera distan justamente un cua- Volva es realmente muy fácil de observar, si bien no
drantes de cualquier parte de la circunferencia-, sin en todos los meridianos sirve por igual para deter-
embargo, la órbita de la Luna no es un círculo per- minar la latitud de un punto. En efecto, ele todos los
fecto: en las cuadraturas las latitudes de su órbita es- meridianos, únicamente en aquél del centro que se
tán aumentadas, esto es, se desplaza ella más allá ha- traza siempre a través de la Volva, y dentro única-
cia los polos que como suyos contempla en sus có- mente del semicírculo que divid~ a los subvolvanos
pulas1r'2 y, así, dista entonces de esos polos de sus de la zona central, la altura de la Volva equivale sin
cópulas no un cuadrante cabalmente completo sino más a la latitud de un punto. Fuera de ese primer
casi un cuadrante. Pero tal recorrido sinuoso de la meridiano hay que añadir un dtlculo a la altura de la
Luna alrededor de la Tierra, inmóvil por así decirlo Vol va, sunündolc su distancia respecto del primer
en el centro del mundo, los habitantes de la Luna, a meridiano: el mismo c{dculo que hacemos cuando, a
causa de la imaginaria quietud de su morada, lo tras- partir de la altura del Sol, situado en el equinoccio
pasan ac[t :t la Tierra, es decir, a su VoJva. pero moviéndose ya fuera del meridiano, buscamos
(1:)2) Ya se dijo en la nota 127 que todo círculo máximo la altura de nuestro polo terrestre.
que a travC·s de la Volva se tr:1za dispone de ella como Cl 3/i) Tenemos por supuesto los eclipses y las conjuncio-
de cosa inm(ivil y que sus diferentes grados vienen nes de la Luna con las estrellas fijas, pero este es un
indicados por la diferente altura de la Volva. De otr;1 método muy trabajoso e inseguro. l )e otra parte, la
parte, dentro de los círculos m[tximos se incluye aquel declinación magnética, por los días en que yo estaba
que a medio camino de los polos lunares corre de redactando Ü·I (.tstrmwmía de la Luná, gozaba de cier-
poniente a levante. Por tanto, también en él se po- ta estima, como si en general sirviera para calcular la
dr[t hacer la distinción de lugares según grados de longitud 1r,' de un punto. Era que por este tiempo se
altura de b Volva hacia poniente o levante. Pero esto había publicado una Mecmneiria de cierto autor fran-
es una diferencia de meridianos o de longitud. cés11>í. Sin embargo la teoría magnC·tica de William Gil-
033) Evidentemente la altura del polo entre los Junícolas
proporciona los mismos medios de observación que 1(i:). El texto del Sonmium (J (J.'\4) lrac aquí /11/it11di11es. Nuestr;1 tra-
aquí en la Tierra o no muy diferentes. Esta altura del ducci<ín recoge la enmienda longi111di11es de Siegmund (;iintlwr, que dis-
polo puede servir para la latitud de los lugares por cute el pasaje en ".Johannes Kepkr und dcr tellurisd1-kosrnisd1c M;1gnc-
tismus", Geographische Ablwndl1111gen, .-\, 188'), p. 287, n. 2. Lt correc-
igual en todos los meridianos, ya que todos conflu-
cit'm es generalmente aceptada (no por Frisch, t. Vlll, p. 54 ).
yen en los polos lunares. No obstante, la altura de la 164. Se trata de ( ;uillaun1c· Nautonier, scúor de C;1stclfranc en Lan-
guedoc, autor de una ohr;1 titulada 1vh'com<'!rie (Toulouse-Vc:ncs, 1602-
l62. "en sus cópulas" (in co¡mlis). E. Rosen traduce: "at the syzigies", 160/i), que, según proclama el subtítulo, intenta faciliar d cálculo de la
y M. Ducos: "au moment de la syzigie", comentando luego en nota que longitud geográfica de cualquier lugar mediante el magnetismo, haciendo
este término, algo anticuado, designa la conjunci(m o la oposición de la b operación tan sencilla como h;11lar la latitud. Como es sabido, el gran
luna, es decir, el momento que correspondL' a la luna nueva o a la llena. problema del navegante en mar abierto era en aquella é·poca determinar
"Syzigia" es palabra griega que se corresponde con la latina copula, pero la longitud (ello dio lugar que el gobierno holancl6s ofreciera un cuantio-
es esta última la que aparece en d texto de Keplcr. Kepler entiende por so premio en oro a quien descubriera un procedimiento utilizable). Ke-
"cópula" cuando dos cuerpos en cuestión están "en el mismo sitio o en plcr no menciona a Nautonier por su nombre tal vez porque al francés
sitios opuestos" (respecto a un tercer cuerpo); y distingue además la "có- se le acusaba de haber extraído su m6todo de libros anteriores. Didier
pula más remota" (oposición) de la "cópula más cercana" (conjunción) Dounot (1574-Hi40), autor de la primera traducci<ín completa de Euclides
(Epítome, G. W, VII, 450). al francés, afirmó en una requisitoria (de 1611) que el mL'todo de la de-

150 151
~!I
] 01 IANN l'S Kl'l'LER E L SuENo o 1.A AsT 1HlNO!VliA DE V\ Lt JNA

bert 11" y la comprobació n re petida, sopesadas c uida- y de prime ra magnitud . Realme nte para ellos una no - '!
dosamente, han probado que esos intentos son e rra- che es tan larga como q uince noches de las nues-
dos y vanos. Porque no hay e n el globo te rrestre un tras, y durante e lla les paree<.'. que la Volva reco rrl'. 1/
punto fijo fuera del subpolar al que señale la aguja 25 dd zodíaco !('\ esto es, 14 grados, toda vez q ue
magnética , pero hay macizos mo ntañosos en c ie rtas en un año se incluyen casi 2') sernimeses naturales 16''.
regionl'.s hacia los que la aguja no deja de sentirse Aho ra hil'.n , en 11 grados es lcígico que le salgan opor-
atraída H'''. tuna me nte al encue ntro :dgunas estrellas fijas , pues
035) Tienl'.s aquí d supul'.sto bá sico insinuándosl'. en pleno se hallan en el cielo repartidas por todos sitios
discurso. Nada de particular tiene que nosotros los 0 37) Cualquier porción que la Luna nos rapa a nosotros
terrícolas c n.:amos qul'. la llanura sobre la qu e nos los te rrícolas en un mome nto dado, la misma ll'.s Lapa
asentamos y con dla b s cúpubs 1" 7 de las torres a los lunícolas en la parte opuesta del año su Volva ,
permanezctn inm<'> vil es, rnientr:1s quL~ los astros esto es, nuestra Tierra. C:osúlt:ense ahora mis h/úmc'-
sobrepasan esas cúpubs en su m;1rcha de oriente ;1 rides para Jos aflos vc nidcros 17(' y se vcr:t b:1cia el fi-
occidente. Pero ni mucho menos por <.'.Sto prescribe nal la correspomlcncia entre bs estrellas fij;1s. l lna de-
o queda derogad;¡ la vcrcbd. Así también los lunícolas terminada estrella fija queda oculu por la Luna en
un momento dado durante la rnayorí:1 de los meses
consideran que su planicie lunar y esa cúpula que
d e l año; al ah.o siguiente pcnn;tnccc visible y es otra
es la Volva cnc1r;1111ada en l:1s alturas sobre ellos l'St(111
estre lla la que corre su sucrll'..
quict;1s en su sitio , pese a que sabemos con ccrtcz;1
0 38) El cent.ro de la Luna se a parta de le eclíptica , que es
que b Luna es uno de los astros móviles.
s u senda, ')" 18' a lo sumo. A l'.Se :1 rco se le a i\;1de,
036) Esto no s<ílo es verdad e n las l'.Strcllas má s pcqu<.'lias
e n raz(m de la paralaje, alrededor de 1 S' , ya que d
e imperceptibles, sino ta mbién en las m::is brillantes
•· t1 -'t-
' I [• radio de b Luna es a lgo mayo r que la cuarta parre
de l radio de la Tierra. El radio aparente de l;¡ Vol va,
e n efecto, ocupa ca.o.; i el c uádruplo del radio ap;1rcn-
din"cic'm nugnét ic" p n>j)lll'Sto por Na uro n ic·r h"hía s ido ya puhl i<'""º por
To11ss:1 int de: llcssard vn s u / Jiltlu.~11<' d e !tt /011gitud cst-u11es/ (He >U l'n 1'i7'Í ). te de la Luna , de mo do que será Lamo mayor cuanto
lRI m e nor sea la paralaje de los radios rc;tles en ig ual ,;

165. William Ci lhe rt puhlin" l'n Londres e l a11o 1600 una obra titula- proporci(m. Así hacia un lado y otro se alcan7.a una 1¡
11
da f)e magiwle que un tril'nio d espuC·s estudi<i y asimiló con e ntu siasmo s uma d e 6 grados y un tercio 171 ap roximadamente .
Keple r. C~ilbert "firmaba allí que la tie rra es como un g ig" ntesco im:in. En Ji
e l lib. V se ocupa de la ded ina<'iún 111ag né ti ca . a la que no d ;i va lidez
<139) Se regresa con gran frecue ncia a las mismas, es ver- ll
como hase para un méto d o de t•stahll'cn la longitud porque t"I proced i- dad , pl'.ro no en d mismo orden , s; dvo una vez com- t'
i:
mie nto que da e storbado por la s irregularidades que presentan las masas
qu e forman la l'Sfera no uni fo rme dl' la tierra. A panir de es!" lect ura
Kcpler abandonó su id " " prl'vi;i ( corrl'.cta) de qu e había un pol o 1rn1gné:-
tirn difl'.rente del gl'ogr::ifico. En el f1Jílome (G.1V, Vil, 254) dl'ci ar" Kc- li>H. l 'i : 3(1!i l / /¡ ~ l/2'i (redondeando).
pl e r que ll'.vanta el edificio d<.: su astronomía sobre tres pilares: la nueva lú<). 360º X 1/2'i ~ Jiº (redondc"nd o). l'or mes natur"I Keple r en -
concepción de Copérnico. las obs<.:rv"ciones de Tycho Brahl' y la cie ncia tie nde d mes sinódico de :iproximadame ntc 29 días y medio. [R]
dd m"gnetismo de Gilbert. [R] [D] 170. Las Jojimu'rides de Kcpler "lcan za n h"sta el "ho 1636, como diji-
166. Gilbert, De ntagnete, lih IV, cap. l (cd. 1600, f. 153). IR! mos c'n nuestra priml'ra nota" la nota (94) d e Ke plcr.
167. "cúpulas" ~ pilas. Pue de tratarse de holas o esferas remata ndo J71 . La exp resión latina triens ("cuatro d e doce", li/1 2) vale por 1/3 .
las cúpulas de ciertas torres d e iglesias o palacios, con lo que la co mpa - Ello e ncaja con Jos cálculos del autor; véase, si no: 5º 18' + (/¡ x 15' ) = (i
ración es m:ís pertinente. 1/ 4" (con redondeo a la baja).

152 153
~,

jOHANNES KEPLEH
Et S t1EÑO () LA A STRONOMÍA DE LA Lt INA

pletado el ciclo. La causa d e esta permuta es la vuel- d esviación hacia un lado respecto al camino del Sol,
ta que dan los nodos lunares durante oa-os tantos años mostraría por su parte a los lunícolas con q uince ve-
en sentido retrógrado.
ces mús claridad que el que la Luna nos mu estra a
(140) A propósito de esta teoría véase un esquema en el nosotros los terrícolas. Y a este cuerno de la Volva
Epítome Astr. fol. 560 172
se refiere especialme nte la palabra 'casi'. Porque cuan-
041) Efectivamente, si entre nosotros la Luna a menudo, do la latitud se anula, no queda , ni siqu iera e n el tran-
cuando en día ele novilunio ha avanzado apenas unas ce de la con junción, nada del cuerno .
pocas ho ras fuera de los rayos del Sol , es sin e mbar- (142) Pues en los demás lugares de la Luna , durante el no -
go visible no y;1 e n s us cuernos iluminados sino t;11n- vivo lvio, aparecen a la vez el Sol y b Volva. Si aquíi 7'\
bi é n en todo s u cue rpo, cosa qu<.: se sabe qu e ocu- debido a la claridad del Sol presente, no se ve el cuer-
rre porqul' la Tierra ilulllina el hemisferio lunar opues- necillo que ;1 causa de 1:1 btitud le queda a la Luna,
to al Sol, ya que la Tierra entonces dirige ll:tcia la e llo sucede por razones de la vi.~i<Ín. En ca mbio para
Luna s u redondel compl etame nte iluminado por el los que habitan entre los polos de l c unino de la Luna
Sol , reflej;t ndo la lu z solar sobre la Luna, b ;1n:tlogía y el del Sol, el Sol en d tlll~dio día perman ece bajo
n1ueslTa , pues, a bs dar;1s que no es mu y dikrl'ntc d horizonte y Ja Luna un poco por encima cid hori-
lo que los lunícolas ven <:n s u Volva , quv <:s nu eslra ;:onte: tanto rn:'ts dara11H: nle visible, pues.
Tit·rra . Si se s upone que l'S novivolvio, Sl' h:t de su - ( lii~) 171 Si se consiclna el com ienzo del día cu;1ndo el Sol
poner a su vez que par;1 nosotros los te rrícola s es . asoma por d hori zonte , eviden temente con la Luna
Lun;1 Llena. Ahor;1 bien, la Luna Llena derr:1111;1 cbri- en L movié ndose en el primer cuadr:1nte, cuando el
dad sobre la Tierra (que es b Volva de los luníco- ángulo SLC, formado por las <rectas> que une n con
"i·~ hts ), sobre lodo e n las noc hes de invie rno, n1:1ndo el centro de la Luna L los centros del Sol S y de la
' < ···¡.
~ ~''
b Lun:1 e nlr;1 en C .í nccr e ilu111in:1 11Lll'Slr:1s regiones Tierra C, es recto, umbié·n los (mgu los, en SCrL, de
¡.
.,.J
d ·~· dl'sdc lo a ho: l'Sto, re pilo, es sa bido de todos. 1>or las tangentes SG 17' en conlacto con e l cuerpD de la
' ' ~' ~ n >nsigu ie nlc , esl:í mu y lvjos de sostene r un ahsu rdo Luna serán casi rectos. Y si el radio t r~tzado desde el
quien afirnia que, grac ias precis:11nentc a esa luz lu- centro del Sol toca ra la superficie de la Tü.:rr:1, se pen-
' "
,..,. ~

nar que d e noche pone ame nueslra vista los mon-


' ': ~~' sará q ue e l Sol asoma por el horizonte el e ese lu gar
tes y llanos de bs cercanías, b superficie de la Tie- de la Tierra que indi ca el punto de contacto. Por esa
rra (de b Volva para los lunícolas) lleg:t visible Justa misma razón, pu es, tarnhiC·n en ese mismo lugar G
la Luna. Y es que aunque la I.una apenas capta y re- de la Luna que SG toca , se pcns:1r:1 que el Sol asoma
fleja una quinceava parte de la luz que del Sol c1pla por e l horizonte , y Ja recta trazada desde el centro
la Tierra , con todo y eso, la cara de la Tierra es quince de la Lun:1 L a través de l punto ele contacto G en
veces más ancha para los habüantes de la Luna que dirección a la Tierra indicará el vértice ele ese lugar
la de la Luna lo es para nosotros los terrícolas. De de la Luna. Luego quienes tienen la Volva en el vér-
manera que se produ ce una comp e nsación. Añ:icbse
aquí el cuerno luminoso que la Volva, a causa de su

J 7 ) . En la Vol va o Tierra.
174. Ver figura e n ta nota (11:)).
172. C. W , Vil, 322 ~ Fri ~c h , VI, 364.
J7). Y la otra SL.

154
155

- -- - -- - ---- ·- --- - ·· - ---- -- - -----. --·-------


EL SuE:\¡o o LA A~-mo:'loM íA DE ,_., L1 l!\' A

tice, esos tien e n el Sol en el ho rizonte , esto es, p ara (como quiere e ntre nosotros la o pinión más corrie n-
ellos comienza en ese preciso instante el día . te) y con él la Luna su morada cam ine en tor no a la
(1 44) 17r' A su vez los lu nícolas que d urante el tie mpo de la Volva contemplando s uces ivamente tod as las partes
cuadratura ven apa rece r la Volva en su h orizonte , po r de su esfera , aunqu e esto es a la verdad más e xacto.
ejemplo en O , h abitan una regió n e n la q ue los ra- Considérese el caso de las manchas q ue aparecen e n
yos de la Volva CO toca n e l orbe lunar y la recta LO e l Sol. Vemos qu e en un . espacio d e 26 días aproxi-
trazada desde el centro d e la Luna L pasan do por el madam e nte giran e n to rn o al Sol177 • ¿Quién po d ría ja-
punto d e con tacto O fo rma el á ngulo recto O. De más adhe rirse a la o pini (m de que las manchas del
mane ra q ue cuando ese contacto se extien da hasta Sol están quietas m icnt ras esa neve en la qu e viaja-
casi el círc ulo m:íxi rno e ntero del cuerpo lunar ha brá mos y q u e llama n Ti c rr:i nos ll eve en un esp acio el e
alg ún punto a través del c ual la recta proceden te d e tiempo u n corto alrededo r dd Sol pa ra revcbrnos su-
L incida en la eclíptica . Sea ese punto O . Pa r:1 los cesiva me nte las d iversas partes y manchas de su su-
lug:1rcs situado.o.; por de bajo de la eclíptica los polos perficie? Incluso Jos copcrnicanos, que l'.St{m con ven -
cidos de que en los té·nninos de un atiu viajan alrc -
de la eclíptica qued:tn e n el horizonte. Conqu e, .o.;i e.s
dcclor del Sol, por eso mi smo csLín tamliié·n seguros
el momento ele un ;1 cuadratura, como adem;í s l'll ese
ele que en Hi dbs no complct.an semejante viaje, pu es
trance el :íngu lo !.OC serí:t recto , por fu erza l' ll la 1
e llo entraúa cor1tr;1clin·i(>11 . Es así que la vista nos pro -
lugar O , que ti e ne en el horizo nte tanto los po lo.o.; lk'
porciona un:t pru e h:t finnísim:t d e la rotaci(m so lar;
la eclíptica como la Volva , la línea LO ha ele ll ega r
luego tamhié·n a los lun ícol:is la vista· les garanti za qu l·
cerca del Sol , y así el Sol ha de estar e nto nces co lg;1-
su Volva g ir~t c n to rn o a s u cje. Y~t los cngaúc la vis-
do en el vértice y ha de ser la h ora d e med io db.
ta o ya los cerci o re c tl xt! mentc clc la verdad , tanto
··-~· ~
( 145) Rcalmc ntl' el globo terrestre cambia de sitio recorri e n- 1
da lo uno como lo otro: cst:"t claro que los lun íco b s ,
-· 1-~ do el zodíaco e n el espacio de un a no, ¡x'ro :1 los si los h ay , clchc n estar co nvl·nci dos de Lt rota ci<'> n de 1
. ',.j'
" .. t -~
lunícob s les p:ircn.: q ue está complc ramentc qui e to la Volv:t, seg ún p rctL:ndíarnos de mostrar. Pero po r lo
en su sitio , ya q ue no ric nc n ni ng ún medi o d e perc i- 1!
qu e roca a ciertas miras m:ís sccret:ts ele est:t hi storia ,
bir con s us senridos tal mov imiento . Por tanto , cree n surge aquí ante nosotros un di vertido reto rcimiento. ~
qu e es m:ís bie n el Sol el qul'. d urante d oce jo rnadas Pródaman todos qu e está n a la vista los m ovi mi e n-
y media de las s uyas rea liza ese m ovim iento haci:t la tos ele los astros alre cl eclor de la Tie rra y 1 ~1 quie tud
zona o puesta d el ciclo, qu e es justamente lo mismo 11
q ue nosotros Jos terrícolas pensam os del Sol.
e.le la Tie rra ; resp ondo yo que para los lunícolas est:í ,¡
a b vista la ro ta ci(m ele nu estra Ti e rra , que es s u Vo l-
(146) El glo b o terrestre ta mbién gira en los términos de un va , y la quietud el e su Luna . Si d ijera n acaso qu e Jos
día una sola vez sobre su c je . Este movimi ento de la sentid os lunáticos de mis ge ntes d e la Luna yerran, 11
Ti erra está e xpuesto a las miradas de Jos lunícolas y con e l mismo d crl'.cbo les res pond ería yo que yerra n
no hay para ellos una razón evidente para sospechar sin tino los sentidos te rrestres el e los terrícolas.
que la esfera el e la Volva no cié vueltas alrededor ck
su eje, sino qu e lo h aga rn:ís bien el mundo en tero
177. Las manchas solare.s y su períod o, q ue equivale al períod o d e
rot,1ci(m del astro, fueron descu h icnos por Ca lilco. que Jos dio ,:1 conocer
en una c ll'la impresa 0613). Keplcr tuvo conocimiento del hallazgo a t1:1vés
176. Ver figura en Ja nota (1 U J. de M:1rcus Wd ser, que le envi(i el com uni cado de Ga lileo. [R[

156 757
'I [

JoHANNES KEPLER EL Suflo o LA AsTIUlNOMÍA llF LA LllNA li!I


1:
(147) Por las manchas de la Luna conjeturamos la forma colas la naturaleza nos ha dejado sin apoyo, pues lo
de la superficie lunar, mezcla de agua y seco. Y no que nuestra mente y buen juicio disciernen no lo pu-
'i
l11
,1
es vana la conjetura. Demostramos, basándonos en den distinguir nuestros ojos: nada hay por parte ¡tl-
principios de óptica muy firmes, que la diversidad de guna que en el espacio de una hora de las nuestras
manchas y luces es indicio de asperezas y llanuras vuelva sobe sus pasos. En cambio en la Luna los sub-
en la superficie, de modo que las partes luminosas volvanos ven discurrir ante sus ojos el movimiento
habrán de ser elevadas y montuosas y las oscuras lla- de la Volva alrededor de su eje, movimiento que va
nas y bajas. Pero esto supone una separación de las presentando las manchas de la Volva en idéntica su-
tierras y las aguas. lle :1hí lo que sabemos nosotros cesión, y ello catorce veces en los términos de una
los terrícolas sobre la superficie del globo lunar. Apli- noche lunar. Por tanto, es completamente inverosí-
c:índoles este mismo r;t:/,on;11niento a mis lunícolas mil que a los lunícolas se les luya pasado por alto
ocurre con ellos que, como la superficie de la Tierra hacer esta ohservaciún. C:ahe por aquí apreciar hasta
tiene montaf1as y mares, habr{t de presentarles larn- cierto punto b pobreza y soledad de los privolvanos,
bié·n a estos lunícolas su reflejo en las manchas de la que, por estar privados de la vista de la Volva, care-
parte iluminada: véase la nota ( 1')/¡ ). cen de tal instrumento p:lra dividir su tiempo.
(118) La superficie de la Tierra vista desde su centro gira (l SO) Tres reposicioncs 17" de la superficie de la Tierra o Vol-
alrededor de un eje de poniente a levante, pero vista va hay que distinguir aquí: una, cuando el mismo lu-
por el espect:1dor lunícola la parte que mira hacia la gar de la supcrl'icie queda de nuevo bajo una misma
esfera lunar parece ir de levante a poniente según estrella fija; tal rcposici(m ocurre en algo menos de
aquel axioma de Ja Mecánica de Arist(Jteles que dice un día y una noche naturales de los nuestros. La se-
que las partes opuestas de un círculo (o esfera) pa- gunda, cuando la reposicVm se hace atendiendo a la
recen marchar en sentido contrario si se las observa línea trazada desde una misma regi(m de la Tierra a
desde el espacio exterior al drculo 17"- través de los centros del Sol y la Tierra; esta reposi-
( 119) Si la presenci;1 del Sol representa el día y su ausen- ción se corresponde del todo con el día y la noche
cia la noche, es cbro que la estancia demasiado lar- naturales hasta el punto de ser su c1usa. La tercera,
ga del Sol sobre el horizonte de los parajes lunares cuando la reposici(m se hace atendiendo a la línea
exige una subdivisión en partes mús pequeñas. Por- tirada desde el centro de la Tierra a través del centro
que si nuestro día con su noche, que a la postre es de la Luna; esta última reposici{m pone una y otra
poco menos que la veintinueveava parte del día y la vez las manchas de la Volva a la vista de la Luna.
noche lunar, si ese espacio tan breve de tiempo, por Calcula su longitud del siguiente modo. En 7(1 años
razones prácticas, se subdivide en 2/¡ partes, cu{mto hay 940 lunaciom.'srn" en tanto que las estrellas fijas
más tendrá necesidad de partici(m aquella jornada tan
larga de los lunícolas. Y eso que a nosotros los terrí- 17'). "rcposiciom,s" = resli/11/imws.
180. Las "lunaciones" son nwses. lL!y, en decto, cálculos parecidos
178. La ohra citada aquí como autoridad est{t considerada por la eru- en el Fjiítome ( G: W., VII, 484 ): "La Luna completa 12 revoluciones· en re-
dición moderna como un producto de b escuela aristotélica y no como laci(m al Sol, un poco antes de que el Sol regrese al comienzo de su re-
obra del maestro. La proposición dice exactamente: "Un círculo tiene mo- corrido. Por eso hacen falta trechos de tiempo más largos para que el
vimientos opuestos al mismo tiempo, un extremo del diámetro ... se mueve recomienzo sea con una simultaneidad mayor. De ahí, a partir de las ob-
hacia adelante, mientras que el otro ... hacia atr5s (848a, 20-22). [R] servaciones de los paganos [= antiguos], arranca el ciclo de 3 anos, que

158 159
jOHA NNK~ KEPLER EL SUEÑO o LA A :-.THO Nl >Mil\ IW J.A LU N1\

han completado 19 veces 1465 vueltas, esto es, 27 .835 tentrional y austral. El haber yo rc:stringido mayorme n-
vueltas, que s uponen 10.020.600 grados. Como en ese te al norte la distinción entre las mitades, se debe a
espacio ele tiempo disc urre n 27.759 días d e los nues- que la regi(m Magallá nica, que se c:xtiende in mensa
tros, rest;1 las 940 lunaciones y quedarán 26.819: tan- hacia el sur, es d esconocida y se cree que es toda
tas veces regresan las mismas manchas ele la Volva sin interrupción un mismo co ntine nte que lkga has-
ante bs mirad as de los lunícolas. Divide el mon to ta el uno y d otro hemisfe rio, así e l cid u cvo como i
¡,
de los grados por 26.819 y resu ltan 373 2/ 3: ta nto el del Viejo Munc.JCJ'H ~ .
tiempo del ec uador 1H1 transcurre mientras los luní- ( 154) Este párrafo lo aleg ué en m i 1Jisc11süín con <!L Mensa-
colas ven recomenzar l:i s ucesic'm de las manchas de jero celeste de Galileo editada por mí l'.11 Praga e l :1ño
i
la Volva. Una hora de los lu nícolas, es a saber, dur:1 1(110 con su correspondien te crítica"''. Me cnse11cí Ga-
lo que una noche y un día de los nuestros y poco li leo que !:is p~1r1cs :dt as y 111ontai1u.-;:1s de Li Luna no
más de s u tre intaa va parte, esto es, c1si 2S il or:1s d e cr:1n 111anch:1s sino cl:iridacl , mi c ntr:1s que los 111:1 rcs
las nuestras. dcsparram:1dos por las /'.onas m:ís IH mda.-; presenta -
( ISll Pues el mismo giro de la Ticrr:1 también a nosotros ban un colorido negro y aspecto de mand1:1s"" . Lo
los terrestres nos da un:1 idea del primer m(>vil , cuyo
movimiento conciben los astr(momos como c tcrna-
·~· • I~ :). 1':!1 los nupas (lv 1: 1 t'·p()C:I se.: soli:1 n·prl'S1..:n l:ir t111 v:1sto ni nti··
.;1
mc:ntc unifonnc 'H·'.
nenlv q11v co rría por los 1ii;11Ts dd sur dl'.'< ll' l\ 111L·'l'ic:1 li:1sl:1 /\ fr ic:i. L:1s
( l S2) Véase en la nota l09 la índolc y causa d e esta irre- l'Xplm:ic ionl'S posLL·riorcs lo irí:111 tksgaj:111tlo ,.,, I:! l\11t:'1rtid:1, N11l'v:1 l.t·-
gularidad del movim iento sobr tal corno lo observan bnd:i , Austr:ilia.
los lunícola s . 184. "¿(¿ue diré d l' t11 c·s:1nis i11i:1 di sc11si(>11 dl' l:is anriguas 11i:1nch:1.s
dl' i:L l.un:1r l lailicndo :iducido c·n 1:i p:ígi11 :1 2'i 1 J ~ 1.-risd i 11, 2871 dl' mi
' t'J (IS~) Las dos mitades son las dos partes del Mundo: b una
lil>rn IU¡1tica] la afirm:1c i1'll1 dl' 1'1111:11«·1> CJll<' inltTprl'l:I l'Sl:1s 11\a!ldi:1s anli-
"I·• la del Viejo, que :1 harca Europa , Asia y Al'rica , y b
' ,..)• guas de la l.u11~1 <.:01110 bgos o lll:l rL'S y l:ts p:1rtvs hrill:tnlcs cu1110 conti-
o tra la de:! uc:vo, cuyas ¡x1rtcs son las AmCTic1s sep- lll'nlvs, ne> dud~ en (>pc>rH:rtllL' y, nm r:l'.l.lHlL'S t'1 Hllr:1rias, p1 1SL' t·1>nlitll'll-
ll'S 1.. ·n l:Ls 111:1nch;is y :tg11:1 l'll b :t.nna dt.: hrilb11ll.' purl'/.:1, lo qut.· n1c v:1-
., ..·~ ~ lic·> l'I fnTllL'llll' :1p lat 1so dl' Wli11ckl'r. : os t.· 11 s:1 rz~101os l'll L'S\:1 tliscusi(>n
¡ ' ·~ conticnL' .17 llll'Sl'S lunarl's, quv es p rl'ciso apL·n~1s; l'i ciclo de H :11los, quv L"i Vl'ran1> p:1s:1do (uro qul' por<pll' l:i llalur:1ll'Z:1 urdi:1 v: di(·ml osl' dt· 110-
11 1:,.• conticnL' l)lJ llll'scs, con1 L· n :t.:1 1H.lo el siguh.·nte ddo t k~ 8 :111os L' l1 l' I 1111..:s sol n >.s lo 1nis1110 c¡w· ohtuvo pot«> tksptll'S v: dil·11d1>."' dl' (;:dikol. ele· modo
cc ntC·simo; l'i ciclo de 11 atit>S, q11l' cont il'n<.: 1:\6 llll'ses; y m:ís c·xa¡·to CJLll' p:1 ra complacer :d propio W:1chkl'r illdl!Sll rumll· Ulla astronomi:i nu eva
que rodos ellos es d qlll'. a grq~a estos dos últimos, el dl' .19 atios, t¡lll' co1 110 si ful:S<.: para aquellos qllL' habitan 1:1 l.un:l , así <:01110 u n: l gl'ografía
incluye 2:\S ml'.st'S. l'llt'SIO qul' una difl'!'t'l1('ia tic'. [/;f Lk- dí:i ¡K·rsisll' :1ú11, c·xl'iusivam<:nte lun:1 r, entre cuyos l'und:1rnc·111os se· h:d l:1 ha c:slo de que
antes de qut: b lun:1 nucv:1 n:grcsc :1 su p osici<'m origin~d , C:ilipo cuad ru- l:1s m:mchas ·"ll1 conlinentc·s y l:1s p:irtc·s hrillantc·s 111:1n·s. Lo que 111e mo-
p lin'i el número , formand o un período dl' 7Ci aiios , que ind11 yc·n <)/¡() me- vicí a contradecir a l'l utarco l'l1 este punto p11l'dt· verse en 1:1 p:1gina 251
ses". [H] l.= l'risch , !!, 2871 de mi libro l<JjJticrt l l'sto l'S, 1:i c·s pL'ril'nd:1 allí aducida
1H1. "tiempos dd ec uador" (lempum aet¡1.1.atoris) ~ grados del LTU:l- realizad:i en el monle Sd1eckl'I de Estiri:1 , Lksde l'i que me parecía que e l
d o r; co mo explica el mismo Kepk r, los grados "e n el caso del ecuador Sl' río de abajo hrilblia, siendo la lierr:t m:'is oscu r:i" (t r:id. d e C. Solís San-
llam:1n tiempos Uen1¡wrltJ" (!y1ít1m1e !<l: \V., Vfl, 124). cr. nuestra n. 1(1 a tos, (,"a/i/e11-fú'/'/e1: !!/ /11eJ1sajeyel Me11sajeru. pp. J2.i; d. E. Rus<.:n , K<11ler:I'
l:i not:i (] 1:11. C111·1.f'1'1cw;¡./üm, pp. 2'i-26, y ll'.Xt!J l:itino en l'risch, JI, pp. 496 s.). Sobre
182. 'J':into la noción d l' "primer móvil" como la de "movimiento etcr- Wackhcr von Wackcnkls, cl of'icial :11n igo de Kc'. plcr, véase nul'.stra lntro-
nament<.: uniforme" pertenc<.:e n a la astronomía pre-cop<:rnic:1na y se re- ducci (m.
fieren a la esfera mayor del mundo qu<.: contiena a todas !:is otr:1s. Kep ler 185. l'. n el Mensajero ce/este (Sidereus 1u111.cit1sJ. c;alill'o afirma d e la
señala aquí el car:tt<.:r ilusorio el<.: estas nociones , derivadas del movimi <.:n- luna que "la parte brillante represic11t:1 rn:is propiamente la superficie de
ro terrt:stre. sus 1krr:1s y la parte oscura la superficie d<.: las aguas" (Opere. m, (i'i). [R]

160 161
J oll ANN l'S K El'l.ER EL SUEÑO o !.A AWHONOM ÍA DI' l.A L llNA

mismo cabe decir, pu es, dd g lo bo terrestre: e l océa- que di por huena en mi Discusión c uando la propu-
no y los mares inte riores darán una imagen oscura, so Galileo. Por lo q ue toca a los colores de las tie-
mientras qu e los contienentes e islas, con la luz dd rras, serÍJ más exacto decir que todos los colores ex-
So l, d arán un vivo resplandor. Si antes sostuve la opi- cepto el negro son grados de luz pura . Respecto a la
niún contraria fue porque la superfic ie de la Tierra ausencia de color en las aguas ha y que decir que Aris-
prc:scnta colores variados, en tanto que las aguas se tóteles la niega en s u opúsculo Sobre los colores 1'11 de-
piensa que son incoloras. Ahora b ien , todo color (ex- fendie ndo expresamente que el co lor del agua tien-
cepto el blanco) es un g rado mayor o menor de ne- de al negro. Basa su razonamiento e n el sentido d e
grura. Y las reverbe raciones de b lu z solar son a n:t- la vista, ya qu e c ua lquier cb se de tie rra , cuando la
logas a la o scuridad de la superficie d onde rehoun . moja la llu via , se vu el ve m:.í.s oscura, mic:ntras q ue,
Las ag uas proporc iona ban o tro arg umento. Sie mpre cua ndo el Sol le sc:c1 su hume dad, brilla nüs clara.
que se cc>n tcmp lan dos supe rficies el e agua y ricrr:1 He añadido yo otra prue ba improvisad a. En cie1ta oca-
pucst:1s una a l l:ido de l:i ot ra, son las l ic rras l:1 s qu e sió n estaba conmigo , obre un pu e nte: ele Pr:1ga c ier-
prcscnUn un tono o.~c uro y las aguas las que: brillan. to ho mbre de letras insistié ndome acerca del brill o
l•: n l:i 0¡1tica, fo l. 2'1 1''"', pu ede verse un :1 pru e b:t rL·a- que despiden la s agu :1s para así refutar la :1firm :1c i(m
li1.:1 da ohsL·1va11do d río Mur desde c ie rt o monlL' ele Galileo. Le rogué· que mir;1r;1 la imagen de las ca-
Schiickl'i'"1 e n Fs tiri;t. Co ns id eraba yo c 1usa dl' I bri - sas reflejada en d río y que la comparara con la ima -
1' ~~ ll o Ja un iformidad como de espejo que ofrece la su- gen real: era palcnl'e la diferenc ia de c laridad y que
" ·ti
..,./l perficie de la s ag u:1s ly cau s;1 ele la oscuridad 1'"1 la la imagen del río e r:1 nüs osc ura. Ásí pues, el prime r
<; ·~¡ :1s percza p rop ia de la Tierra. En el c 1pítulo IVl r d e razonamiento mío acerca del colo r de las aguas y las
~ ··t! ~! la ()j>tica"'' he tcori z:1do l;1rgamc:ntc :1ce rc 1 d e est;1s tierras qued:1 inva lidado y vue lto de l revés. Por lo que
' ~= 11~, ca usas. hace a lo otro del brill o, L'.S d e mo do que ya en otro
~ t' ,.

LOioto;¡ l•:n L1 presente , pues, tc:ngo qut· d esb:1r:1 l:lr estos ar- pasaje de la Optica 1'1!, donde trato sobre la ilu m ina-
···.: gu rn e n w .~ (lo q ue y:1 hicv d e p;1sada en mi /) isc 11 -
j~
' ció n de la Luna, he: des baratado toda su fundame n-
sirí11-, fol. 1') ''~' ) y dar razú n de esa o p ini(>n contra ria

jad:1 po r e l aire luminoso. l'or ese 11101ivo, no Luvl' éx ito en d exame n de


·186. <:. W. 11, 220 = Frisd 1, 11 , 287. Allí se Sl'Ji:ila que l:i suliida :11 Sd1i'1c- las causas de la expnic nci;1. En d cclO, e n conr1:1 de las enseihnzas de
kel ful' en daño lúOI . Aristútcle~ en e l libro sobre los colorl's, a firn1l' qu e l:Js :1g uas parricipan
'187. Jo1 l'dic iún del S1111111il1111 dl' l(J:\•í lr:il' in 111n1tl<' Suc1tlo, larini za- de la oscuridad menos qu<' b tic'rra . ¿C<'> mo habría de ·'L'r cierto eso, dado
dc'm algo rara dd monll' Sc hiickl' I. N" ohsf:Jntc la kll'nrific:1d<'>n <:s clara q ue las tie rras empapadas de agua se tornan m:is ne gras?" ( rrad . d e C.
po r las referencias a L'St'~1 s 11lis1nas ohsc rv ~ t<.:ion es en otras o hr;lS de Kc- Solís Sanms, Galileo-K epler. !:'/ Me11sai <' y l'I Ml'nsa¡l'm, pp. ·12/i-l Z'i ; cf. E.
pl c r. Rosen, Kepler'.,· Conwrsalion, 2(> , y texto larino e n Frisch , Il , pp. 196).
188. l ~esli tu yo e n d t<exlo larino e l rra1110 el o/1scur ilulis ca11sam orni- ·191. Eesra obra , como la Mecá11ica, se tiene hoy por obra de un su-
rido por e l autor o s us edito res. ceso r de Aristóteles. Los pasajes aludidos rezan: "Todas las aguas con el
189. G. W .. 11 , 203 y 2 l8-2.W. L:i c'11111icnd:1 [VII es una propu c:sta de: E. p:iso del tiempo ... Sl' van volviendo gradualmente negras " (794h, 26-28).
Rosen, p. 1 IO, n. 280, e n vista d e qu e en <'I cap. 1 d e la OjJ!ica no se: "Todas las pa rtes que est{111 sie mpre bajo e l :1g ua se vuelven n egras ... en
habla de la cuesti(m , sino e n d VI. cambio lo que está expuesto al so l st: va poniendo verde" C794b, 32-795b,
190. "Ahora bien, en e l prop io ma rgen de la 1xigina siguien le se ex- 2). Keple r fuerza un tanto la s cosas , porqut: e l griego está hablando ele
plica lo e ndeble d e las razones aduc ida s. A sa ber, el río no b ri ll:1h:1 como fenóme nos q ue ocurren e n el agua de una cisterna, no c:n general. [H]
la tie rra debido a l:i lu z comu 11icad:1 por d Sol, sino d e bido a la lu z refle- 192. C. W., II, 202.

762 163
j Ol IANNl'S l<E l 'l.EI< Et. S1 ri::\lu o LA A sTHO NOMÍ1\ D E LA LV:.:A

tación. Porque si e l caso de las aguas vistas d e ce rca e n mi Discusión con é l, fo l. 16 1%, así como en la As-
se lo aplicamos a cuerpos redondos alejados de no- tronomía Copernietma, lib. VI, fol 83 l 1'n, y aquí en
sotros por interva los inmensos, nos apartarnos mu- la nota 147 de m{1s arriba.
cho del liuen Gtrnino aduciendo una explicac iém que Una vez asentadas e stas pre misas par:t la necesari a
no es explicación . Q ue las aguas que se extie nde n cautela, paso a desarro llar las razones de cada uno
junto a las tie rras brillen , sucede a causa de un brillo ele los particulares de e sta descripci(in. J>rimer:1me n-
que no es suyo s ino del airl: iluminado por el Sol, tc he dado al Viejo Mundo un :tspccto nús oscuro
cuyos ra yos luminosos, irrumpiendo desde todas par- en la idea de qu e, como aca bo de decir, Lts tie rras
les, rcbou n hasta nuestros ojos. l<:a pues, echa un velo presenta n un colo r oscuro. f Jablé de unas 111and1as
sobre las :tguas , de mane ra que quede ;1isbda la cb- casi continuas porque Eur< >p:t se contimí;t nm Asia
ridad del :tire qu e ha y cnci 111a , y vcri'> :ti punto apa - po r al parte ele Escitia , y i\sia con Africa por l:t ¡nrtc
garse el hrillo d e L1 agu:ts. Esta rcfuución d e mi a r- d e Arabia que queda entre Egipto y Palcsti11;1.
gumento l:t in.'>Crl"l' :ti margen en el fol. 2'í2 de rni ()jJ-
lica /\slru11<!111iu1 1
al tiempo que la cstalx1 re visan -
'''
1nil'nt.ras que la 111ás oscuct Sl.Tía 1. :\ ag ua. Pur 1ni p:trtc nunc:t ht· LhtlLtd o
do. !'ero ahoc1 lo.'> ('ULTpos celestes en modo :tl gu no dl' quv, e n el globo terrcslrl' vislo (lt .,srk: lejos cu,1wlo Sl' li:ill:1 ili1111in:1d o
p:trcccn ilumin:iclos por b luz del Sol y visibles des- p<>r los rayos solares, la supcrric·ic d L· la ritTr,1 se· olren· a l:i vis1:1 n1is
luininosa y la líquida n1js o:-.cur~1. ()trosí, bs gr~ llH.lcs 11uncl1:1s .'-il' vvn l' l1
de il'jos a c111s:1 d l· l:t rl'lkxi(m ele los ra yo.'> sobres la Luna más d e primida s que las rl'gioncs m:ís daras . l'lc. " ( lr:id. tic- C.
ocurrida conforme a l:1s leyes úpticas de los espe jos , So lís Sa ntos, Galileo-Kef>ll'r ¡;¡ M eusa¡i' y el Menscti<'l'<I. pp . . -¡s ..·í<> l. Tex to
s ino :1 c 1us:1 de la lu z conH111ic:1da por el Sol (:1s í la orig inal e n Ga lileo, Opcre, lll, <i2J. ·
denomin é· en mi <)¡11ica 1'> •) y hecha ya propia d e esos 196. "Para q ué seguir' Sup1 in qu e la Luna este" co1npuL·st:1 po r liLTra
l>J ;111ca , tal y corno su cede con la is l:i d e Cre ta (a l rnodo en que l.u c i:1rro
nll'rpos :1 c1 u.'>a de la asperc1.:1 de s us s uperl'icies. Y lll istorirt uerdadera , II, :\] afirma q11l' l:i J.un:1 es una lil'rr:1 S('ll ll°i'ml <' a un
esta luz ce i1rn 1n ic:td:t ('S por i111¡wr:1 ti vos de su propi:t qu eso), y ha brá que con cede r quv <'11 v irtud dl' 1,1 il11n1inaci (m ,¡,.¡ .~., ¡
dd'inici<'in rn:ís l'u crtc en las ticrr:ts que en las ;1gu:1s. resp landece con más claridad qur· los lllal'('.s , aun n1;111do IH> S(' hal kn
l1..: 11idos de oscuridad. Por consigui c!l l(' vn ~1hs oluto llll' impide 111i lihro
1
Con esto 1ust:t. para rc l'ut;1 r el argumento contrario . pr('Starte oídos cuando discrcp;i s d(: m í y ,1 d11cl's '1rg11111l'ntos n1atc:111;í1i-
l·:n l':tvor de la doctrina .verdadera que cnsefla que las ""s e n favor de Plutarco con irrl'fut:1hl l' y muy pcnl'tr:1nlt' dt'ducci<in. Así
zonas 111;111cli:1d:1s so11 u >1no 111arcs y L1gos, mientras ptws , las partes brillantes ofrece n mucli :1s cavkl 'J(k·s . las 1x11'1t's l>rilbntc:s
.st· ilu111inan según una línea tortu o.sa . la s p:1rlL'S lirill:111lt•s pr<'Sl'lll'1n c n o1"-
que Lts lurnirws:ts cq ui v:tlcn a 1:1 parte :üid :t cl c l co n- 1lll'S pro1ninencias grac ias ~1 las cuak's s(' ih 1mi11 ~ 1n ;1ntcs que b s zo11;1 s
tinente y a b s is la s, tienes ;1rg u mcntos ahsolut a me n- Vl'cinas; las partes que miran hac i:1 l'i Sol son hrillant r·s, y te 11d m is: 1s la s
te probatorios en H m e11sa¡em celes/e de C~: tlilco 1 'J" y <Jll l' le vuelven la espald a , todo lo c ual con vie ne :1 un lug;ir seco , s1'ilido
y d evado , pero no a uno líquido. Por d conlr;ni o, las partes te ne brosas
conocidas d esde la a ntigüedad son 1111ifonncs y Sl' il11 m in:111 m:ís t:mlc , lo
qu e liahla en favor de s u hund imie nto , d:ido qu e la s prominl' nc ia s c ir-
19:\. </ \\/'., 11. 221, a l marge n , y 1-'iisc h. JI, p. · iil7. c und a n tes brillan ya ampliamente: , dist ing u kndosL' de: las pa rtc.s oscura s
19·1. Se solía contempbr L1 c:xistcnd,1 de !res clases de luz, b d irecta ilu1uin:1rla s mediante un cierto neg rm a modo dt' srnnhr;1. En las cuadr;1-
o incidente, la rdkjad;1 y Li rdrn c ta(LJ. "l'or rni partL· " -dice Kc plvr- "he t11ra s, b líne a de iluminación L'S \'('('la por la parll' tenebrosa, '"""' s tod:1s
introducido un cuarto tipo d e lu z, a la que lic (bdo l'i nomhrc de 'lu z clbs CJU l' com petc:n a su vez ;1 los líquid us qu e ticndl'n a lo 1"1jo y por s u
comurlicada '. SL' origina en la lu z reflejada y l'n la refractada " ( Optica, peso se t'XlicndL-n horizontalcmen lt:" <tr:1d. d (: C. Solís Santos, C:alileo-
<r. W., II , 202 l. IRI fú1Jier. HI Mensaje y el Mensajero sideml, f!j>. l 25- 'J2ó ; cf. E. Rosc:n , Kepler's
195. "De estl' modo , si :ilguil'n quisiese resucitar la antigtw opini(in Omwrsution, pp. 26-27: texto uriginal en Frisch, ll, p. 'Í95 l.
de los pitagóricos según la cua l la Luna sería algo '1 sí corno otra Tierra, la J 97. La Astro1w1nü1 copernican a es ~ 1 h'¡>üome; el pas,1je aludido está
parte más luminosa d e dla re prese ntaría m :ís bien la superfi.cie súlid a, en G. W, VII, 47·í y Frisch, VI, p . 18~

161 165
Et S i! EÑO o 1.A A "imoNoMíA nE r.A L 11NA

(155) El aspecto de la m itad en que cae e l uevo Mundo 1110 camino que la superficie terrestre alrededor de

dije que era algo m ás brillante a cau sa de ese mismo su eje, suced e que el hemisfe rio inferior de la Tie rra
error mío , ya qu e posee extensiones enormes ocu- 0 Volv<t les parece a los lu nícolas q ue d iscurre hacia

padas p or mares y por el océano tanto exterio r como occidente.


interior 1'18 . Tales extensiones estrech an por su mitad (165) Uno y otro Océano, según, claro es, la hipótesis fa lsa.
a América en un istmo tan angosto que casi la de- (166) El continente americano.
güellan. ( 167) América del Sur.
(156) El Océano Brasileño, el Atl:.íntico el De ucaledonio 1'J<J 068) ica ragua, Yucatán, Popa y{m 2º2 •
' ' ( 169) Véase Ja nota 164. En efecto, Brasil por oriente estú
el G lac ia l, qu e se extil:nde hasta el estrecho de
Anián 11K• y cb a l Océano J aponés y Filipino, al de las mirando a África.
Molucas y al d e las islas de Sa lomón . 0 70) Brasil.
(1 '17) Respecto a la mencionada fr~mja o al Océano Atl:.ín- ( 171) América del Norte. L
tico. <172) La Tierra de J\lbga ll ancs.
( 173 )211 ' Con el Sol situado en Cúncer, el polo B de la Tie-
\,
(] ')8) África. 11

( 'l S9 J Europa. rra o del primer 1rn'>vil , (,'.Sto es, el del giro de la Vol-
(160) Sa r111aci ;1, Trac ia , las coma rcas del Mar Negro, Mos-
v;1, sólo est{t se parado del Sol 6(i 1/2 grados en el
covia y Tartaria. (mg ul o SCR, y así también del centro de su prop io
(161) Bretaña. disco, los lunícolas desde una línea que pasa por
··~
' · 'lj
062) Escandina via o Dinamarca, Noruega y Suecia. los centros del So l y de la Volva. Y es q ue el disco
( 163) Asia, T;1rtaria , CatayL" 1, China, la India, etc. de Ja Volva TR va nüs allá de su polo B a lo largo
061) Asia se extiende desde Euro¡x 1 haci;1 orie nte . Pero, de 23 1/ 2 grados contados, claro es, en ángu lo. Por
. '"i tanto , ta l como el radio C:R del disco vale úO', ig ual-
co mo b Luna recorre a lredt:dor de la Tierra el mis-
mente la línea que va desde el centro de l d isco has-
ta las cercanías dt:l polo 11 va le ')')'
·~
··,:
'. ; l 'J8. El mar inll'rior m;'1s '"'tc.;nso tk t\111C·ri ca c·s el C:arihl'; lo., marl's (1.74) Tu lc o Islandia , pero segC1n b hipútesis fa lsa , como
''' exteriores son, claro t:s, C" i t\tl;'111Lin> y t: l l'acilko.
si las s upe rfici es SL'CIS ti c la Tierra fuesen m;'1s osc u-
,. 199. "Más al l;'1 tic· la zona st:rtc.;ntrional de.; t\llii(>n , la isla hritó1nic1 , sl'
ras q ue las hC1med:.1s.
halla d océano llamado Du t't'aledo nio" ( 1'1olon1t:<>, (/eu.~rajfa, 11 , 5). O li-
serve el lector der;dlisla que Kepler esnihc.; "Deucaledonio'', no "[)uecale- (175) Hacia d Océano del orte.
donio ", ya qut: en los nomhrl'.' propios , y m:b tr;1tándose de lug;1rL'.' rl'- ( 176) El círculo polar :'irtico toca el borde del disco de la
motos y poco frecut:ntados, ha y mud1;1s vacilaciones en la tradicic'>n. l.;1
Volva. l'ero Islandia queda junto a ese círculo, de ma-
enume ración en serie d e los mares que hace 1-:epler, n o deja sin c.;mbargo
lugar a du das de.; que se trata del nombrt: tok·maico. nera q u e en cada giro de la Volva, cuando el Sol está
200. Este mítico estrech o uniría el Pacífico con el Océano Ártico. l'ro- en Cáncer, vie ne a caer a lguna vez en el borde del
vi<.:ne de una mala interpretacit'm de u n pasajt: de Marco Polo.
disco.
201. Catay o Catayo es c.;[ nombre que Marco Polo dio a la China.
Procede del vocablo Kitai que.; los conquistadores mogoles aplicalxm a l
(177) Corno en las notas 169 y 164.
norte del país, mientras que a la parte.; meridional de China la lla maban
Mangi. Catay rersiste en la menwria geogrMka de Europa , como se ve,
202. Ti oy e,.; una ciudad de Colombia, antaño fue una extensa rro-
hasta muy tarde. A China esperaba llegar CoVin, y así lo crey(i cuando en
Cuba oyó a los indígenas hablar de.; Ja rrovincia de Mango , que tan rare - vincia del imrerio espafiol.
cido a Mangi suena. 2üj. Véase la figura de la nota ( 113 ).

166
167
J()JIANNES KEI 1J,J']{ Ei. SuENo o LA AsTmmo1\IÍA DE LA L1 JNA

( 178) Esto tiene validez a la inversa 2º', siempre que el Sol, hargo, corno los lunícolas distan del polo de la eclíp-
situado en Cáncer, sea visible para todos los habitan- tica y la Tierra en cambio viaja junto con la Luna por
tes del círculo polar durante una vuelta completa del la eclíptica, guardando la Tierra siempre una distan-
primer móvil. Por tanto, también el círculo {trtico será cia igual respecto a los polos de la eclíptica, pero ora
visible siempre para el Sol o para el ojo situado en acercándose a las estrellas fijas en las que está el polo
la línea trazada a través de Jos centros del Sol y la de la Volva, ora apartándose de ellas, sucede que el
Tierra, en la que justamente están los lunícolas. lugar del polo de la Volva les parece ir a las veces
( 179) Pues el plano tr:tzado a través de los centros de la más acá o más alL:i del polo de la eclíptica y, de esta
Luna y la Til'rra, cortando en {tngulo recto el círculo manera, girar alrededor de ellos.
de b eclíptica, pasa entonces t;unbién por los polos ( 181) La variación del difum~tro de la Vol va vista desde la
de giro de b Volva. Pero cu:mdo el Sol estí situado Luna es exactamente Ja misma que nosotros consi-
en los puntos equinocciales, el polo de la Volva queda deramos en la paralaje de Ja Luna. Así pues, el radio
al bdo dL· ese plano. En consccuenci:t, d ccu:tdor de de la Volva en .'iU apogeo miele ')8' 22" y en su peri-
Lt Volva cst:i corl;tdo entonces por dla en :íngulos geo, cuando el Sol va r:tpido, 63' 11", mientras que a
ohlicuo.s. Fs dv otra p:trtl' gracioso ohscrv:tr esto mis-· nosotros nos aparece el radio de la Lun:t en su apo-
rno talllhié·n en las rnanclias del Sol prccis:tmcnlc, geo como de 1 S', cuyo cuCtclruplo es (¡()'.
como escribí en la ctrtt a lbrtscli del allo l(12l)"" :tccr- ( 182) Al Sol nos lo tapa la Luna, a la Luna le damos som-
,1) ca de las observaciones del Ilustrísimo Príncipe y Sc- bra nosotros mismos, esto es, el globo de nuestra Tie-
11or Felipe, landgrave de llesse 2 º1'. rra. Igualmente a nuestra Tierra, o :'iea a su Vulva, Je
([80) Es forzoso que los lunícolas a.signen un movimiento dan sombra allí los Junícolas mismos, o sea, su Luna,
I" ,, ;mu:tl a los polos de su VoJva, ya que ignoran que mientras que aquí su Vulva, que es nuestra Tierra, les
giran con ella en movimiento anual bajo las L'Strcllas oculta a ellos el Sol.
fijas. Pues aunque el eje de la Tierra al c:tho de un ( 183) Sin embargo, palidece también entre nosotros enton-
ano justo rcgrcs;t a las mismas estrellas fijas, sin ern- ces la Luna, sobre todo por aquella parte que tiene
,.
.
m:ís cerca la sombra .
(184) Ello es cuando el centro de la pemunhra 2" 7 , que las
2CH. En gricgc >: dvánuAtv. más de las veces está ocupado por la sombra espesa
205. Esta carra fue pulilic:rtb en /'.ag:tn con fecha de 1(>2'). VC·a.se E.
de la Luna, no se adentra en el disco de la Tierra, o,
Rosen, "Appendix A: .J:teph B:rrtsd1'', p. J H1.
206. Estas observaciones las h:tcc en la l<ll":tlitl:td de' llutzh:tch, donde incluso cuando se adentra, pero no hay sombra nin-
el landadgrave, adem:'rs de olrns instrumentos, dispone de un largu tubo guna de la Luna sino que queda un círculo remanente
de 'iO pies de largo y con un:t abertur:t su¡ll"ri<>r n<> m:tym que d t:uu:u1o de Sol. Si bien en el primer caso los lunícolas no ven
de una lenteja para observaciones de las m:tnchas solares n1edi:1nte prn-
yecci(m en pantalla -según rdiue Keplcr en la carta abierta a ll:trtsch de
1629, concluyendo: 'Las im:ígenes resd1:1das a medio db en rnuclws jor- 207. "¿Qu(· significan los tl'rrninos 'sombra' (umbra) y 'penumbra' (pe-
nadas sucesivas revelan que las rnanclias se desplaz:m c·n una línea. Esta mtm/Jm) de la Luna' Por el término 'sombra' de b Luna se entiende la
línea es perpendicular al meridiano en los solsticios. Fn los equinoccios entera porción circubr del disco de la Tierra ... para l:i que el Sol queda
está inclinada en un :íngulo cornplcrnent:trio a la oblicuidad de la eclípti- completamente oscurecido por la Luna. En camhio la 'penumbra' es la
ca, mientras que en los equinoccios opuestos lo hace en b dirección opues- entera porción del disco o superficie de la Tierra para la que alguna par-
ta. Entonces esta línea de desplazamiento siempre corta el plano de la te dd cuerpo del Sol queda oscurecido en ese instante" (Epítome ~ G. W..,
edíctica" (texto en Frisch, VII, p. 'iHll. Vil, '197) [RI

168 169
J01-lANNES KEPLFR EL SUEÑO o LA AsTRONO!vlÍA DE LA Ll1N1\

ninguna sombra neta en el disco de su Vulva, no obs- las prisas que me doy en corregirme, no sea que al-
tante, ven cierta palidez y oscuridad en el extremo gún observador de estos fenómenos haya bajado hace
ocupado por la penumbra; o si en el segundo caso poco ele la Luna y me contradiga.
el centro de la sombra así dispuesto traspasa, ven al- (189) Cómo es el aspecto de la sombra sobre una llanura
rededor del centro una sombra indecisa, como cau- terrosa que el Sol ilumina con sus rayos, es fftcil para
sada por una niebla tenue o un velo transparente, sin cualquiera comprobarlo si a medio día en verano mira
límites precisos, no de otro modo que cuando aquí desde un lugar elevado.
en Ja Tierra las cúpulas de las torres elevadas no pro- Pues la Tierra que nosotros los terrícolas vemos de
yectan sobre el suelo contiguo una sombra neta, sino cerca y ellos los lunícolas ven e.le lejos y lb 111:111 su
más bien dil'urninada por obra de los rayos solares. Volva es la misma. Sin embargo, el lugar cubierto por
( 18')) De manera que, pese a todo, no hay que olvidar que la sombra serú mús oscuro cuando durante el eclipse
para nosotros es novilunio en el preciso instante en de Sol nos invade una noche espesa, lo c¡ue succ'.de
que para dios es plcnivolvio, y para nosotros es ple- a veces por circunstancias del aire o brisa cde.-;te que
~- ~1
nilunio cu:tndo para ellos es novivolvio. rodea al Sol. VC~ase h'jJílome de Astronmnút CojJcrni-
( HX1) Esto es a.-;í porque el disco de la Tierr;1 (o la Volv;1 cana, fol. 89') 2 º').
de cllo.'i) tiene un radio que mide de (1;-\ 1 11" a ')8' (19()) C:omo antes en las notas 161, ](il) y 177. Pues la su-
22", rnil·ntras que la sombra de la Luna, que es la perficie de la Tierra, la Luna, situada sobre clb fren-
que ocasion;1 para los lunícolas los eclipses de su Vol- te al Sol, y la sombra de la Luna proyectada sobre la
v;1, a c1 u.-;;1 de la rnagnitud 2'" del Sol, se va achican- superficie de la Tierra, que imagin;1111os contamplada
do desde la Luna hasta el disco de la Volva, de m:1- por los lunícolas, se mueven en un área que es una
, r·1\ nera que nunc:1 tiene un radio mayor de l' 22'' y a y la misma.
menudo no c·s nada. (191) 21 " Véanse los esquemas de eclipses solare.~ conside-
(187) /\ s;1ber, nunca es mayor de una cuarenta y seisava rados en general que se incluyen en los prolcg(>mc-
parte del di:ínwtro de b Volv:i. nos de mis l!fi:rnéridcs211 . Estos esquema.~ son muy
' ''
( 188) A caus:1 de la disminucitm de los rayos solares. Atendí adecuados para representar los eclipses de Volva que
a lo que ocurre en b címara oscura cuando cntr:1 contemplan los lunícolas, mús todavía cuando en
un rayo de Sol por un ;1gujero muy pequdl.o. Pero ellos, por necesidades de la demostraci(m, se supo-
en ella la orla suele presentar un color rojizo porque ne que el ojo estú en la Luna. 'fómese el espacio de
la roe.lea sombra neta y Ja luz del Sol queda dentro una hora: el ecuador terrestre habr{t girado 1 ') gra-
e.le la orla, siendo el contraste mús fuerte. Por el con- dos en Ja zona media del disco de la Tierra A. Ahora
trario, en el disco de la Volva la sombra de la Luna bien, la Luna habrá recorrido medio grado de su ór-
cae dentro y es de dimensiones despreciables, mien- bita y la sombra de la Luna habrú completado poco
tras que por la parte de fuera reluce todo el disco de
la Volva. De este modo, en contraste con la claridad
circundante, es forzoso que la rojez desaparezca. Mira 209. G. W., VII, '508-509 ~ Frisch, VII, '512.
210. Veúsc figura correspomlicntc '1 la de Frisch (VIII, 60, fig. 2), E.
Rosen (p. 119) o M. Ducos (pp. 110-111).
211. Estos diagramas están reproducidos en la edición de Frisch, t.
208. La maginitud o tamaf\o del Sol vale aquí también por su distancia. VII, pp. '506, 5.30, S38, SSO, SS9, '573, '577, 587, 598, 603, 614.

170 171
JOHANNI.S K EP! .EH Er. S i:EÑO o 1.A A "im <>NOMÍA !>E I.A LtINA

más e n el disco de la Tierra , por e jemplo , e l tramo


PC. Pero una m itad de grado e n la órb ita de Ja Luna
equivale casi a 60 mitades en la Tierra según la pro-
porc ió n que guardan Jos diámetros del globo te rres-
tre y de la órbita 1unar. Luego la sombra de la Luna
PC recorrer:'t en una hora de las nuestras nüs de 30
grad os del ecuado r tc.: rrestrc sobre el disco de Ja Tie-
rra , cuya superficie h abrá g irado únicame nte 1 'i gra-
d os , y así b sombra l'C es el d oble más veloz q ue
las partes de la Tierra pr(>x i111:1s al centro dd disco
A , q ue caC"n frente: a Jos lun ícob s. Pero la som bra es
inco mparahkm c nte m:°is veloz e n R y S, punto .e; ses-
gad o s del enwdor te rrc·strc>, o en F y C , Cil ti mos pun-
tos v i.-;ihlcs del di.c;co.
( 192) Ento nces tod:1vLI no L'.'ilah:1 n di s ponihlcs la.e; 'J'ahlas I·
·· T Nodol/lnas 2 ' 2 . Véase no o bstant e e n los días 8 de abril
y :S de octubre e l :1i10 Hi;-i:\ eje mp los de conjuncio-
.•} n es casi centr:il es. Los ti e mpos n !:tdran :1 b pc rfec-
.. i cic'm 215. Pe ro tC.:~ n gase presen te qu e cu anto nüs lejos
del centro pas:1 1:1 so111hr:1 dL· b Luna , tamo más cor-
',J ta se hace su esl:t nci:t se>hre e l discc >.
.
. ·¡
'.i• ( 19.')) uest ros eclipses de Luna son para los lunícob s eclip-
· 1::•·' ,c;es e.l e Sol. Un eclipse· de Luna pu ede durar de prin-
cipio a fin li horas de las nu estr:1s y 20'. !'ero ella se
mantiene Locb ente ra dentro d e l:t sombra te rrestre 2
,.. horas y 8' . Véase e l H¡;ílo11u· de Astm1twnía Coperni-
utna, fol. 8()8 21". Luego tam b ié n para los lunícolas el
Sol puede ocultarse todo entero otras Untas horas .
(] 91) T ie n es un esqu ema en d cap ítul o de mi Optica so- ,,li
1,1
bre Jos eclipses de Luna , do nd e represen té la refrac-
1
ción de los ra yos solares en el a ire q ue rodea la Tie- ¡'
rra21' . Aquí Jos rayos refractados penetra n den tro de

212. l' ul )li cadas en l (127.


213 . 1':!1 l;1s h/i'máides ( = Frisd1, Vil , (,()!) .
214. /!j;ílonze ( =C.\\'.'·'., V II , 1¡91¡; Frisch , VJ, ~ Ol .
215. El a utor st: refkre al cap. 7 de s u 0¡11ica que lleva c.;J títu lo "So-
b re la sombra d e b 'J'ierra ". El diagrama corres ponclit:nte st: rt: produce en
G.\V , ll , 235. IHI

172 173
J O l lANNES K EPIJ·:R E L SUEÑO o JA ASTRONOM Í.~ DE l.A Lt: NA

los límites de la sombra desde la parte, por ejemplo, mente con el Sol se vuelve del todo invisible, sino
oriental, continúan todo hacia lo hondo del cono de que le hurta por completo el Sol a esa región extre-
sombra y sale n por la parte occidental. De esta ma- ma de la Luna, mientras qu e e lla, gracias a la blan-
nera, al arribar la Luna al extremo occidental de la cura que sobre sí d e la Lun:1 recibc, es por contra
sombra, le s:1len al paso los rayos del Sol refractados visible a los lunícolas. Esto que acabo de escribir se
procedentes del límite orie ntal ele la Tierra. Pe ro és- presta a confusión y no debe e ntenderse como rde -
tos se vuelven rayos visibles y creen por e llo los lu- ric.lo a un tipo de eclipse de Volva , sino a su osc ure-
nícolas que e st[tn viendo una peque ña parte o rie ntal cimiento ordinario durante d novivolvio, tal com o
del Sol m:ts all:1 de su Volva, cuando en rea lidad el para nosotros se oscurece la Luna e n cada novilunio.
Sol ctsi entero aparece tarnhil'.n delante ele la Volv:t ( 198) Esta 'mitad' tó mese aquí no en relaciún a ningún pun-
en su :irl.'.a occidenLil 2 " ' . Y esto ocurre en aqu e llos to particular de l:i Luna , sino :1 la estancia de la Luna
:;,:ii lugares ck· la Luna qu e vernos durante su eclipse po- toda entera dentro ck 1:1 so111hr:1 terrestre. Porqu e e n-
'"'·"•':1ll1 nerse muy rojos. I.a c 1usa de esta rojez es por otr:1 tonces la Luna, carente ella de luz, 110 derr:mrn lu z
¡. '- 1 1~J i ninguna sobre la Ti erra o Volva, d:1do que esta C1lti-
parte b refracci (>n de los r:1yos solares.
( Jl) 'J) Y por supuesto con la Luna 1lcg:1mlo :1 su :1pogeo. rna le tapa a toda la Lun :1 el Sol todo.
Porque mcdiantt.· observaciones se ha comprobado y ( 199) 'l'<írnense tamhic.':n aquí estas exp resiones del sigui<..:"nte
Sl' sabe que los ra yos del Sol rc-fracudos al.ravicsan modo. Los eclipses de So l e ntre los lunícol as son
por debajo b sombra sin alcanzar a b Lun:1 en s u máximos y no nüx imos, y se corresponden con los
.,') :1pogeo. eclipses de Luna entre los l e 1-resne~, que los lia y to-
,, ( 196) Evidentemente h:t y :1 v<..:"ces en la mate ria mis m:1 de tales y parciales.· En todos estos c 1sos rdkr:1se la voz
. ! 1_.

los v:1porL·s cierta lu z extra.t'ia qu e no procedc del Sol, 'eclipsamiento' o 'ecl ipsc '21 s :11 Sol; rcl"iéTasc a la Vol-
sea rncdi:1n\c rayos primarios o secundariosm . Si vsto va únicamente en tanto vn c u:mto, a causa del eclip-
ocurre en el airL: t.vrrestre , puede t:unhié·n ocurrir del se solar, también falta 1:1 luz del Sol reflejada por el
mismo modo en el lunar. globo lunar sobre la Tierra o Volva. Por tanto, la Vul-
(197) Porque la Tierra o Volv:1 se ilumina también con b va se queda sin la lu z prirn:1ria procedente del Sol a
't' '
Lun:1 Llena y adquiere con esa iluminaci(m cierta hbn- ca usa del habitual novivolvio y se queda sin la luz
cura. Durante el ticn1ro, pues, en que no tod:1 b Luna secundaria procedente de la Luna tamhic.'~ n a causa
se queda sin la vista del Sol, sino linic1111c ntc uno 0el Sol eclipsado para los lunícobs.
e.le sus dos bordes, esto es , la parte oriental o la oc- (200) El calor de la luz lunar, :1unquc esta lu z sea quince
cidental del círc ulo divisor, t;1111poco la Volva junta- veces menor que la de la Volva , podemos e xaminar-
lo mediante el ta cto , a yuc.l:tndonos, claro es, de nues-
tro ingenio. En efecto, si se rn:ogen los rayos d e la
21(1. "occidental " es una enrni e nda de E. ]{osen (p. 121 , n. 5 18) qu e
acce pto; Keplcr escrihVi urie11./ali.
217. En el h/>ítume ( C:. W'. , Vil , /¡':)(1) Keplcr define "los rayos secu nda -
rios del Sol" como aquellos que "son refractados dus veces en el aire que 218. 'eclipsamicnto', 'eclipse', = dr.t/i.!cliu1tis, dc/ectus (que prophune n-
circula alrededor de nu estra Tie rr;1, una vez en el camino d e e ntrada, y te significan 'falta', 'c:1rcncia', pero designaban el fenómeno astrcínomieo
d e nuevo en el camino de sa lida ". Proh;1hlemente (según E. Rose n, p. e n la le ngua literaria y familiar la tina) . En e l contexto aparece tambié n
121, n. 320) "los rayos que son refractados en el cam ino de e ntrada" son por supuesto el préstamo griego habitua l edipsis, que en todas las len-
los que Kepler llama "rayos primarios". guas m odernas acabó impo ni éndose.

174 1 75
.fo11ANNt<~':' K EI• 1.r:R EL S llEÑO () l.A AST IH >NUMiA DE LA LllNA

Luna Llena e n un espejo cóncavo parabólico o inclu- la Luna que atraen las aguas del mar por una sue rte
so esférico , se siente en el lugar del foco donde con- de fue rza parecida :t la magnética. Ahora bien , e l cuer-
fluyen Jos rayos una suerte de hálito tihie>2 1'>. Tal me po de Ja Tierra no d eja de ejerce r at racci<'m sobre esas
aconteció a mí en Linz 22 º cuando me d e dicaba a ha - mismas ag uas y a eso Jo llamamos 'gravedad' 222 . ;,Q ué
cer o tra clase d e experim en tos con espejos, s in pen- impide, p ues, que digamos q ue la Tierra ejerce atrac-
sar para nada en el ca lo r de la luz. Me puse de pronto ción igualmente sobre l:is aguas lunares u! como la
a mirar a mi :.il rcdedor para ve r qui é n me estaba Luna hace con las terres tres~ /\sí l:1s cos:1s, si ahora
echando el :di e nto en b 111:1110. el Sol y la Volva están e n conjunción u oposiciún, se
Que el resplandor de b Volva (o sea de nuestra Tie- aunará la fuen:a atracti va de :1mhos. Como, de.: otra
rra iluminatb por el Sol) es del género de los que parte , sus cuerpos unidos se mantienen nllld10 tiem-
e miten calor, no neccsiLI dc111ost r:1rsc, pues a VLTL's po e n e l cenit de los subvolvanos y no se :1part:1n de
durante el verano b funí'.:1 ck los rayos sobrL'S es allí tan pronto corno se aparl:1n de los vl-iticcs del
!a nta que a rdl' el monte y se inccndi:111 los tL·c hos de océano terrestre, me p:1rcci(1 qut· h:1hí:1 t icrnpo sufi-
madera, en t:1nlo que l:t gente le cch:1 1:1 culp:1 :1 in-· ciente para arr:1str:1r todas l:ts aguas de un ii clll isfc -
,,.,, ccn di:1rios. ~()ul': im port:1, po r consiguiente , que la rio a l otro. Pero :tlgo C:tll:1 e n t•ste r:1zonamient< >. 1':1r:1
" 'j Luna esi(· :1 cinn1cnta mil mill:1s de L'sle ca lor, si s u que ocurra eso, t iene que ser qu e i()da la supe rfi c ie
... ~-
lcj:111í:1 1:1 c nfrenl:l de c:1 r:1 a u11 :1 p:1 rt e del g lobo IL'-- de la Luna esté- disponible para l:t s aguas y que e n
rreslre 111u y l'.X tcnsa , es m:ís, c;1si 1:1n exte nsa como ninguna pane haya costas detenié ndolas. Pero ya d
un he111isk-rio? telescopio''-' nos h:1 revelado montL:s, mcsl·t:1s y cos-
(20 L) l ~s to por sí súlo t'S poco; s in c 111lx1rgo, en d conjun- tas irnnc nsas. Conviene, pues, que ulcs lcrr:1plcncs
• 11,J to de c1us;1s, no debe ul vez pasarse por :tito. Y es estén por ;1sí decirlo cortados con fosos y v:tllcs :1 rn:1-
. "1. ..
. . 1' .~
que el Sol durallll' el novivolvio di st;1 de los su l>vol- nera de l:1j:1duras lllllY profundas, para <fUl' tan gran
··1 :: va nos un di :'11netro c nlcro del c iclo de 1:1 Lun:1 rn:1s cantidad de agu:1 pueda ir y venir de un he111 iskri< > a l
qut· lo qu e dist:1 de los privolvanos dur:1ntL' su 111c- otro. No ha y más remedio que creer estas cosas ll:1sl:i
, " dio día. que algún explor;1dor haga acto de presencia al lí.
1 '' (202) Es una conjetura probable, no u1u demostraciú n fe- (203) No hay riesgo ninguno de que cumb res tan e kvad:1s
haciente. Enseñan los expertos en navegaci<>n que las y numerosas queden su mergidas .
mareas son 111:1 yo rcs en l:ts cúpulas 221 de los lu111ina- (204) Tambié n los privolvanos 1·iencn entonces su media
res que e n sus cuadraturas. Pe ro las caus:1s de las ma- noche y para ellos cuen ta l:t Volv:1 (aunque no es vi-
reas marítimas parece que son los cuerpos del Sol y sible) junto con el Sol. Sí comparamos esto con las
observaciones náuticas de los terrícolas , evidentemen-
te estos a firman lo contario, toda vez que tambié n :1
2 19. l'l11tarco (/)(' /Úde, <)'.l<)a) 1x11Tl'<' <[lll' alude a 1111 cdor d é bil co1110
é;te (el té'rnlino h;"ilil;, se debe a una l' ll lllivmla dv Frisd1 , pues l' I Su111 -
niuin de ·1<i3•i trae l:whitu.m). Según F. Rosen (p. 123, n ..'\22) Kq)kr <:s
el primero qu<: use'> 10rmino 'foco' \/iicus = ' bornilb') l.'11 su <J¡>lica <(/.IV., 222. gr:ivcdad = graoitas; no cs1~1ría lk nó s, e n un texto prenewto-
II , 91 , 11-17). niano, traducir por "pesantez". Véase i':. Hos~·n , "Ap pe ndix [!: Kepler's Con- 1
i
220. Kepler vivi(> en l.in z d<: Hil2 a lúl 7. cept of (;r:ivity", pp. 218-221.
221. Sobre d té rmino "cópula " (co¡m/u) vé·ase m:b ;1rriha nueslra nota 223. El insrrumemo aparece designado aquí con el nombre que ten- ·I
162 en la nota (1 31) de Kepler. dría más éx ito: telescopium

776 177
,
EL S UEÑO o LA A STRO <>MÍA llE LA L UNA

media noche en a usencia de los luminares es igual scopio y las observaciones de Galileo mencionadas
de grande el flujo de la marca q ue a medio día con en m i Discusión (fol. 20)21 8, así como o tras obse rva-
los luminares presentes. Lu ego vacila tambié n e n este ciones mías: promo ntorios que se levantan e n rer-
punto mi barrunto , a no ser que hagas derivar nu es- p enclicular desde el su elo hacia arri ba cinco mil pa-
tras mareas oceán icas nocturnas d e l re bote sobre las sos co mienzan a verse a partir de cuarenta y cinco
costas americanas , contra las que la Luna, arrástrán- m illas alemanas (véase el RjJítome de astronmnía co-
dolas tras de sí, arroja las aguas, y a la vez del cho- pernicana, fol. 2Y 29 ). Ahora bien, si echas u na rápi-
que sobre las costas de Europa y Africa en el corres- da ojeada a todos los informes e.le navegaciones oceá-
pond iente reflujo , qu e la Lu na frenaría a l regresar al nicas , difícilmente ha ll:tr{ts un interva lo mayor desde
día siguiente con un n u1..:vo arr:tstn_,,!·i. Es menester donde se vea tierra , pues ningún monte se a lza so- ~I
diminar en la Luna ta les c hoques de las ag uas con- bre la superficie e.le las agu :ts por encima de la milla 'I
tra las costas que dan lugar :t los reflujos, si e.l e ve r- grande alem:ma. Vé ase e l lfratóstenes holandés de
dad se quie re deja r sin ag u:1 ninguna :t los privolva- Sndl iu sL50 Accrc1 del tamaño y la alt ura de los mon- 1!
11
nos durante su media noche. tes lunares y acerca de cu::ínta distancia, con la Luna 11
1

(20'i) Cie rtamente durante b s cuadratura s tienen lugar un hffi <fo, h:ty entre la línea que scp:tr:1 b parte ilum ina-
flujo y un reflujo e.l e la marca casi impercepti bles, da de la somhri::ada y los puntos lu m inosos que se
como si se produjera un eq u ilibrio ent re el tirón del ckvan desde lo hondo d e la sombra hacia la luz de
Sol subie nd o y el de la Luna :tl cj;'ímlosc di:: la mitad los rayos sola res , véasc en e l Pesador qu e Galileo cs-
dd cie lo , o al contra rio. crihió contra Sa rsi 1 ·~ 1 , y e n sus otras °cJhras en general. 11
!
!
•1 ,;
1!
(206) El cfüunetro terrestre, a l igu:tl que el círrn lo máximo, Cua ndo c n mayo el e 1612 contemplaba yo un ecl ip-
'" ''.) está respecto a l di:tmctro lu nar en una proporci(m de se de Sol252 p roycctando los rayos a través de un te-
· ·¡, . 389 a 100 U:/Jítorne de astrunm11ía co¡1en1icana, fol.
"I:: 48Y 2') . Lu ego el di::ímctro lunar es :ilgo nüs que la 228 . I·:. J(osen, I<epler's Con versation, p. 3 1.
cuarta parte del terrestre. 22'). = <;.\V, Vil , 35; Frisch , VI, 130.
. '' (207) Este detall e del Suello tiene más ccbd qu e el telesco-
250. Wille hrordus Snellius (1580-1626) fue profesor de mate111'1ti cts e n
la l ln iwrsidad de Leyden . En 1600 viajó a Praga y conoci(i a Kepler. Pu-
1 1! ' pio ho land és!"'' y se lo cleho s in génL' ro e.le e.ludas a hlic(> trabajos intentando completar la obra del matem:ttico y ge(imetra
Maestlin, profesor mío en materia e.l e ~tstrono mía. Es g riego Apolonio. Puhlicó un libro titulado justanK·n te liraluslbe11es 13att1-
0 11s (1.eyden 1617), que es e l que aquí llama Kepler /Je~«icus con adjetivo
en efecto un de talle ele las 'l esis ya antes menciona-
sin6 nimo ; e n é l (lib. II , cap. 17) estudia la cuesti c'm de cc'imo calcular la
das en la nota 2. También la incluí en la ()ptica, fol. a ltura tk la s mo ntañas.
250 227 . La cofirman estupendamente el uso del te le - 231. Galileo publicó JI SaRRiatore (El Pesador) e n Roma el aiio 1623.
Lo único que e n él dice d e las mo ntañas lunares t:s que le parece proba-
ble y casi seguro que las haya (Opere, VI, 319 ). Lo tario S:1rsi es el a nagrn-
224. Sobre las marca s ya habJ(i Kcpler en la nota <(i 2) . rna tk Orazio Grassi, padre jesuita , proft:sor de l Colegio Homano, que en
22 'í. = G. \V, VII , 28'1 ; Frisch, VJ, '\28. 16 19 puhlicc'i la Libra astronomiu t (ü1 i3t1lau z a astrunrímictt), una refu-
226. El texto dice telescoj;il 1m !Je\'<iC!t nl , haciendo valer d término "bd- taci(m de l sistema copernicano. Contra él se dirige ante todo Galil eo con
ga" en e l sentido antiguo y humanísti co, intc rcamhiahlc par:t la actual llé l- su Sag,~iatore, ya desde el título , que quie re decir pesador de metales
gica y Holanda. Pero sabe mos que el apa rato procedía d e esta últi ma. preciosos y usuario de balanza de precisVin (fre nte a la balanza rudimen-
227. = G. W . 11 , 220; Frisch, JI , 286; all í se alude a unos pasajes dd /)e taria del clé ri go Grassi).
facie d e Plutarco d onde e l griego defi cndt: qu<:: d cu<::rpo dt: la luna es d e 232. De este eclipse solar de:! 30 de mayo de 1612 da m e nta Kepler
naturaleza terrestre (922d , 934f, 93'íc) y montañoso (930d , 93'ía ). íHl e n una carta a un particu lar ( G. W , XVII, nº 850). lRl

] ~ ]~

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J011 ANNES KEPl.ER EL SuE:'io o LA A~TRONOM iA ''" 1A L1 •N A
:I 1
1
1

lescopio con doble lente sobre una pantalla blan ca, a lguien los mirara d esd e l a .~ alturas d e l ciel o al po-
vi en e l disco d e sombra luna r, esto es, en la muesca nerse el Sol. Pero en proporc i(m el valle lunar es mu-
que la interposicic'm d e la Lu na producía e n la ima- c ho más hondo y e mpinad <>. Y para que no fal ten
gen del Sol, vi, n: pi ro, por la parte convexa del dis- razones d e asombro, en cierta parte de su recorrido
co, dos ahomharn ientos cla rb irnos que sob resalían de parece m e nos u mbroso , corno si lo sa lvara a lgún
b sombra, esto es, d e b Lu na, y se dirigbn hacia la p uente. Pero estas o hserv:il'iones son más n:cie n tes
pa rle (Úncava e ilu minada d e la im agen. Y no digas q ue mi op C1 sculo. Tanto m:ís por ello me d ivierte el
que fue culpa tk los vidri os o una ilusión <'> pt ica: Lis h:1her con años d e antelaci(in ba rruntado la verda d ,
protuhL:ra nci:1s se mantuviero n un rato dentro del d is- anúnumqu e gerr' us u1t!t1111u¡11e uirilem. ["con corazón
co solar y lo fueron recorri e ndo a rncdida que l:t Lun:1 y porte de val iL·nte.'Y "'
.~ e moví:1 h:1sU qu e :1c1 haro n po r s:tl ir un a tras ot ra . ( 209) En puridad este h:1rrunto mío no procede s(>lo de con-
Si qu ieres s:1 her la proporci ú n de .~ u s alturas res¡x:c- sid e rar que lo pro longado del día tic nl' que ciar lu -
lo al di:'1melro d L· la Lun a, ll' digo que h ubi ese s ido ga r a grandes ca lorl's , y qu v :1sí, daro es, los scn:s
imposible pcrci l iirh~ de no :tlcmzar al men o.~ la scx:.1- vivos de la Luna podrí:tn luhitar allí, sino qu e es qu e
gL·si m:1 p:1rk· de l'Sl' di :í melro. Porque el r:1dio LT:t yo, has{111domc en su mcivimicnto , tcnb ya formadas
' • ~I
dL·masiado ¡wqul·1·10, no mucho m:1yor que el de L1n:1 un:1s conjctur;1s ,-;obre 1:1 porosidad dd cuerpo lun:1r.
'i
nHmed:1 impl'ri:tl lk pl:tt a. 1l:ty por 1:11110 llH >ntl's L'll 1)i n1enl:I de taks conjl'turas L'll mis Comen/a rios so-
Lt Luna qlle SU JXT:t ll l:1s oc ho 111il las de al lu r:1 corn o hre Morle>.v A1 :uio sig u i t· n tL' c~H sa 1ic'i HI 111c11sa¡ero ce-
m ínimo , y:1 c¡ ul' d di :.í mctrci dL· 1:1 Lun:1 mid e :tlrcde- /es/C:' de Galileo , q uL', a pa rtir de o bse rvaciones muy
d or dv ')()() m illas"·'5 cla ras de esas ho y:1s , quL· por s u abundan cia lucen
(2()~) i\liajo l' ll l'i /1 j )(;J1r/ice'-' ' Sl' '1:1hl:1r:.í de un li oy:1 dl· re- d e la Luna algo sc rnc j:1nte a cola d e pa vo rea l, ha
',) venid o a corrohor:1r mi aserto 2"' . Véase m i / )isc11si<ín
. ' ~
...
... d o nd vz pcrfect:1, como si fllL'r:1 :1rlil"ici:d , c¡lle tiL'IK' d iez
millas alvn 1an:1s d e d i:í 1rn:lro. l l:1y en s u miud un :1

lll'ndidu r;i l:trg:1 y si nuos:1 como lTl'<> q ue :1pa rcnTí:1 11 1:1¡i:1 dco Austria fu e: usado por Kep ler, ·c..,di iuga ' se corrl'spondc con
el v: tll c dL· l ~ nns .~ npc nt ca ndo :1 tra VL'S d e los llH>n·- u n bosque cL"rca del Paso d e Semmering, que est:'t aproximad:tml'nl c :1
Lcs C:L·c i u~" o e l va ll e dd lnn a tra v0s d e los J\ lpcs s i treinta m illas del nordeste del m o nte Sch iil'kl' I°' (p. l:O, n. Y(O). Tal wz
L'I n :tr:itio nombre ·caecius' procede d l' una ma la grafb dco ·cakius' l:iti-
ni zaci()n si n m:'1s del K:tlkge birge. El dvsli z estaría ya en la.' fuentes tk:
2:):). En l:i nol:i UOúl l\ qiln l'ij:i b pro po rcic'm c·nlrl' los d i:i111co1ros d e· 1-.:L'p lcr, qu e móis de u na vez Sl' quvja tk c·., tos e rro res en los nombres
b tie rra y b hma L'l1 :\.'N/ 1011 ('Í/ I rvdondL·:tm lo) Por < >lt~ l p:trlL' e n d l:/1Í/CJ - gvogrétl"icos ((,'. \\7. , XV I I. 17'il
ll1C ' ( ~ (,'. IV.. VI I, .-j()J c: t!n1b vi r:tdio tc·rrc·s1rv l'l1 8ti0 lllil las a k 1n:111;1.'. Si e·I
25<i. La cit:1 es d e Virg ilio , /:'11l'irlfl, IX, 5 11 k:tmhiando "rostro" -111tl-
di;itnl"tn> tertTL'SITL' es l'Cll <>11Cl'S dv 8(i() X 2 ~ 1720, b Cll :trla p:trll' , ('<lCTl'S - t1 1111- por "a fún ·• -uurnul.
pondivntL" :ti d i'1111e·tc\l lun:tr, sni:t dv 1¡50 n1illas. Fn la llClta (o) dd 11/"'mli- 257. Pub licado L:t1 1(i0'). El p:1s:1 jco :tl udido est:'1 L"n G. 1\7.. llT , 2/¡5.
C<' rvdondl'a L"sta cil.ra a l:t ba ja v n /¡ ()() cnill as. Pero aquí l:t alz:t :t 'iOO m i-
2.~8. Hi lO. .
lla s; este di'1111l'lrn L'St:'t con proporcic'm dv (iO/ 1 con b :tltura 111:íxini:1 de· l:ts 2.~9. El rdit'.ve lun:tr ocupa un :1 b rg:i sccci (>n del Sidereus mmcius.
mo nl :llí:ts; por !:tnlo \:is mot:11í:1s lun arvs :tl c:1nzan 'iOO:(iO ~ 8 l/ '.\ mi ll:t s. l"I V('asL· C. So lís S;111tos , e;a/ilm-l\·e¡1/er. /:'/ Mensaje y el Me11sajero sideral,
2:\li. En d cucrp" d co l A/"'11d ice y e n l:i not:1 (ol. pp .4 J-5:S . TL,xto en Galileo , 0/J<'H', 111 , (l'i ss. El pasaje aludido reza t:n la
2:\'i . I'. Rosen ano!a este p:tsaj c como sigue: ";,Cu:'tl vs d rn ontv Cal'- tr:t d. de C. Solís S:111tos: "Esta supc rfi cil' lunar que se halla cubie rta d e
cius? ;, l'rl'lende ser un l'<¡t1i v: 1knlL' !:trino de 'K:t!kgc\Jirgc·'' En b lista de manc has L·o mo una cola de pavo re al de o jos cerlikos se aseme ja a :ique-
/\rnokl Mylius de nombres gcogr:ílkos antiguos y modernos inscrtad:t por ll os vasitos d L· v idrio qu e, in mersos :nín ca lie ntes en agu a fría , adqui eren
Ahra ham Ortc:lius e n su 'Jb ealn1111 ur/Jis lerrarurn (i\rnberes , 'l'i70l 'C:ie- una su pcrficit: agrict:id:t y o ndul:id:t, raz(>n por la c ual Ja gente los d eno-
ci us· u 1uivalc :t 'Sch iic kd '. l'ero en Wolfg:tng J.azi us ( l'i lli-l'i6'i), c uyo mina copas de hielo" (p. 1('; ).

180 18 1
]O!IANN l'S KEl'Ll'R E1. Sum>io o tA A sTR<>NOMÍA m: LA L UNA

con el Mensajero celeste, fol. 14210 . También tiene que pos guardan esa proporci(m respecto a los nuestros
ver con esto toda la carta que he añadido como Apén- terrestres, sino también s us funciones: respiración ,
dice a este Sueño junto con su s demostraciones. hambre, sed , vela , sueño, fatiga , descanso. Lo demues-
(2 10) A estos privolvanos jam:ís los vio ojo algu n a2·íi. Sin tra lo e nonne de sus obras, según ba de verse con
embargo, ahí tienes la explicación que al mencionar- detalle en nuestro Apéndice2·1·1; lo demuestra igualmen-
los doy. Esta explicación evid entemente vale sobre tc el exceso continuo (k calor y frío y lo raro de las
todo a llí donde d clima es m e nos te mplado y el con- reanimaciones. Véasc sobre el particular cn el opús-
traste entre grandes calores y grandes fríos es más culo de Plutarco el fol. 1730m .
vio le nto. <213) Esto está sacado e.l e la,-; ·t esis de Tubinga l i<·. Viene a
(211) Eslo era puro racioc m10, limpio de todos los da tos ser tambié n dicta me n de ana logía , de la que soy fiel
:¡ :j tk las observaciones. Po rqul'. s i entonces hubiese te- seguidor d csd c mis años mozos. Esta proporción del
fl 11 nido yo consta ncia de que la Luna tenía t;intas lagu- movimie nto , le ntísimo para nosotros, de las estre-
'"· 11 nas bajas corno revelt'> el telescopio de ( ;alilco, o si llas l'ija s res pecto a los periodos de cada planeta y
i. , ,j¡
'l 'J '
hubiera leído a l'lu tarco 2 ' 2 cuando cuenta el cucnlo al de la TiL·rra misma, diariamente tan breve, es la
ele b c1vcrn:1 de l léc1Lc, creo que hubiese escrito mi s qu e yo c reo qu e guarda l:t vici a del hombre con b
afirmacionc.'i con pluma m;í s suelta. pequdia masa de su propio cuerpo. Por eso :1 su
(212) Me refiero a la Licrra selenita . Pensaba que los seres vez L'n la Luna , como las esl'rclbs fijas vuelven a su
vivos eran tan grandes como montes. Vé ase la Astr()- posiciún ini cial más rápidamcnLc que Saturno, micn-
1·101nia, sccc. O¡>tica, f'ol. 2'i0 2 ' 1. Y no s(i lo sus c ucr- !Tas qu e el día es treinta veces mús largo que e l nues-
tro, con,-;i d eré que había que a tri hu ir a los seres vi-
•,¡ vos de :1ll:í vida breve y crccimien1·0 dcsrnes u rado,
.) 2·'1 0. Cf. C. Solís Sa ntos, 0¡1.cil , p . 122 y F. Rosl'n , 0/1.ci/., p . 21i , <"<>11 b e.le modo que nada llegue a s azón y todo pe n:zc 1 a
misma com¡x1r:t<"i<»n dl' 1:1 cola de pavo: "Conl'il'so que pul'de h:1ht'I' pn- miLad e.le su crecimiento. En las 7'esis pasé~• las cues-
J'ectamentc tales val ks L:n la l.t111a , l'Xcavados por los ríos L' ll los sinuosos Liones de su organ izac ió n social: todo lo suyo esü
rl'plicgw::s de los lll<>lltl'S. Mas, puesto que, :11üdl's, son ta n ahundantL'S
estas rnanl'has que hal'cn que la parle brilbnt l' del c u<'rpo lunar parl'zca
cxpucslo e n general a trastornos frecUL'ntes y radi-
1" la cob del pavo rea l adornarda con dive rso s espejos cua l ojos, se llll'
ocutTL~ si acaso esas 1n~1nd1as de Ja Luna no indican algun ~1 otra co...,a. En
efecto , te ne mos aquí en la Tie rra no pocos v; dlcs sinuosos que se extien - 2iÍ'Í. A/1<'11dic:e y not" ( r)
den ade mús un gra n trecho siguiendo el curso de los ríos y presentando L4'i . l'lur:1rco, I Jejúcie, 9:'\9h, "firma que la luna Lil' ne una cstaciún
una profundid ad naLb dcsprccial 1k '' (trad . dl' C. Solís Santos). Lc:m plada, "muy pa rec ida a ,la pri mavt:ra", e nt re las dos de ca lor y frío
24 1. fa lo ful:' VL'rtbd has t:1 que· d 7 de octubre de 19'09 un ing<..'nio extre mos. Fstas pa bhras i11du cc:n :t pe nsa r en la posibilidad de revivis-
soviético, ca lapultado con cohetes al otro bdn d e la luna , k:vantó un mapa cem'ias periúdic:1s. Ke pkr, de o tt:t partl', re hus('(Í manusnilos, l'diciones
fotográfico d L· la rnr;1 oculta y, por dec irln a 1:1 m;mera d e Kcp kr, com- y traducciones d e Pl u tarco porque l:i vcrsi<ín latina d t: Xyla ndn (Bas ilea,
probó que los pri volva nos o nunca habían estado alli o se había n mar- 1'i70) no le sat isf: tcía. '"' cd iciún cuya página se cita aquí parece ser la
chado para sie mpre . de 1l. Stepha nus de l '>7 2, e n 8", que contie ne el í>efac:iu e n d vol. 3, pp.
242. "También l"tá n los rajados y profundos valles de Ja Luna ; y se lú96- J7'12. Toda la c uesti<Ín se disrnte en E. J(osen, "Appendix D: Kepler's
le llama al m:b grande d e los tres 'la sima de Hécat<: ', dond<: las alm:ts Transl:ition of Plutarch's Muon" , pp. 209-21 'J.
s ufren y h:tcen s ufrir los castigos de los males que han hecho o pade cido 21i6. Que imegrahan la discrtaci<Ín kepleria na de 1'>93 sobre la luna,
desde que nacit:"ron" (Plutarco, ne fu cie, 941cl. Kcpler e mpre ncli<> la k c- d<.: la q ue Christopho rus l.lesold extra jo una ve intena de tesis , según s<.:
tura d e la obrita de Plutarco e n l '>95. vio e n la nota (2). Véase E. Rosen, "App endix C: Kepler's Lun ar Disserta-
213. G. w:, 11 , 220. lion of 1595", pp. 207-208".

182 183

BIBLIOTECA CcNTRAl
UNAM
JO! IANNFS ]Ü:PLER r
cales y la hacienda de los particubres es con fre- consideré que no hay en la Tierra nada tan nocivo
cuencia cuantiosa 217 • para el hombre que por don ele Dios no lo pueda
(214) Puesto que dejé sin agua a Privolva, viéndome obli- tolerar alguna especie animal: toleran el hambre y el
gado a deducir cambios descomunales de frío a ca- calor africano los leones, la sed y los desiertos inaca-
lor y viceversa en coyunturas de tiempo muy próxi- bables ele Siria y Palmira los camellos, el frío los osos
mas, caí en la cuenta de que esos territorios no po- polares, etc.
dían tener habitantes, al menos a la intemperie. Muy ( 21 S) Sobre la base siguiente: tod;1 materia, en cuanto ma-
oportunamente afluían las aguas en mornentos fijos teria carente de alma, es en sí misma fría y, si por
del día y, como de nuevo se retiran, di orden a los una causa externa se calienta, regresa espontáncmcntc
seres vivos de que las siguieran. Para que pudieran a su frialdad propia, una vez que ante el cese de la
hacerlo a tanta velocidad, doté de larg<ts paus a unos, caus;1 se consume el calor at'udido. Est(t cbro aquí
y a otros de la capacidad de nadar y sobrevivir en el que la superficie de las aguas de Privolva recoge el
agua, sin que, no obstante, dcgencr~tr~111 en peces. calor abrasante de los r;1yos sobres, mientras que a
Nada de esto le parecer;í increíble a quien haya leí las partes más hondas y escondidas, creo yo que por
do lo de Cobs, el hombre-pez de Sicilia''"'- Tamhié·n su profundidad, ya no llegan seguramente' los rayos
: t1 del Sol.
'1 ~
",, U 16) /\.todo había que darle una aplicación práctica, esta-
247. Toda '-'Sa parte dL· la discrtal'i(>n de l 'i'):) no pas(> al S11e1i(), t:li ba daro. El hervor de la aguas se deducía de lo pro-
vez contenía trasposiciones demasiados atrevidas Lk !:1 politic:i d,·l nw
longado de la jornada lunar y de un caso comproba-
mento al mundo lunar. El texto aquí adolece de esa vagllL'1Lid tan prnpi:1
de la literatura oracular y de h01úscopos; lo doy junto con 1:1s inter¡m·t:i do en las dependencias de Chile, por debajo del tr(J-
ciones de otros: 11niuc1:mlia crchris ma.ximi.w¡11c 1'icissi!11ili11ilms esse ()h- pico de Capricornio y dentro de la zona t(>rrida, caso
no.xill, priuatonm1 rcs/in¡1U'11ler 111tl/.!lll/S. E. !\osen intc·rpwt:1 así: "s11p- que se da pese a lo breve del día terrestre: escriben
posing that the commonwc:dth was rrcqucntlv suhject to vny gr1·at cli:111·· que caen allí lluvias de agua muy caliente"'',.
ges hut private fortuncs WLTC olkn largc" tp. 1511). Y M. 1>ucos: "en :dfir·
( 217) Esto viene a ser una suertl· de tarea preferente. Si al-
mant que les Etats sont sujcts :1 dc·s houlevcrsL'llll'nts trc.s i11q>mta11ts L't
tr(,s frC,quents et, souvent, les bien des parliculicrs, lorsc¡r1'ils sonl gr:111ds". guien objeta que esas rc·gioncs son inhabitables y ade-
(p.119). más las aguas hierven, a ese yo le recuerdo nuestras
i''
248. La figura de Col:'1s o Nicol:'1s es b del hombre pez dv Sicilia, que
no falta en el folclore de diverso.s lugares. El médico, 11iat1·n1:ítico y fii<'>-
sofo milanés Hieronymus Cardanus (1501-l'i7óJ en el lib. XI de su ohr:1 su oponente, se burla no de que· Cardano crea en el formidable c:ubmari-
e.le polimatía Desu/Jtilitate, editada en JS50 i~ cd. Ch. Spon, Lugduni (Li<in), nisU sino dc que llame solcmnc·mc·ntc· al hombre-pez Cole.mus y no Cola,
166.5, t. III, f. 554a], en un tono se1nirracionalista -como si el hornhrv pez abreviatura popular de Niccoli> o Nicol:ís. Sohre la polémica Escalígero-
hubiera sic.lo sin más un buceador con mucho aguante- h:1hla de Colano, Cardano, v(,,1sc F. Socas, "Presencia de la Antigüedad en la vida y la obra
"un buceador, vecino de Catania, que es ciudad de Sicilia. Es bien cono- de <;. Cardano ... en F Gaseó-E. F:ilque (cds., !.a Antigüedad recuperada,
cido que vivió poco antes de nuestra época o mejor acaso en db. l'er- Scvill:i 1')')2, pp. 102-10·1; y en gcneral sobre Cardan o su autobiografía
manecía debajo ele agu,1 tres o cuatro horas, como un pez". Kcplcr tenía Mi 1•hla, Madrid, Alianza fa!., 11)<)1.
en gran aprecio a Cardano, considerérndolo uno "de los nós dcstac:1dos 219. Esta noticia L1 sabe Kcplcr de un autm hispano que citará en la
filósofos de este tiempo" (W.G., IJ, 120). Es posible que el conocimiento nota (222). Se trata de José' de Arnsta U540-J(J()()) que public<'> en s,ila-
de Cardano le llegara a través de su enconado enemigo .Julius Caesar Sc1- manca ( 1588) un libro con dos obr:is suyas, un [)e 11t1/1trll 1wui orhis y un
liger (1484-1558), que en un imponente mamotreto puhlicado como si l>e jirom11f.c;atio11e euw1gelii a¡md imrharos si11e de pmcurmula Jndorum
fuera el libro XV de unas h'xotericae c.xerci/alirmes (1557) 'ltad> safiuda- salute. El libro completo se reimprime en Colonia (l'i'.)6) y en la p. 84 de
mente el De su/Jtilitate de Cardano. La e.xercilatiu 262, en d tono habi- '-'Sta cdicicin es donde Kcpler traha conocimiento de las cálidas lluvias
tual ele desprecio de quien se tiene por mejor latinista y más erudito que tropicales. [R]

184 185
] O H ANNES K El'l.EI< E1. S U ENO () LA A STl<O NOM Í A ])E JA Li lNA

b o degas y pozo s profundos e n los que durante e l ve- (22 1) Re fie re Escalígero e n s us ~7erc itaciones 2 ""' que de la
rano refresca rnos nu estras be bidas . resina que con el calo r de l So l re zuman las tablas de
(218) Los antecedentes de esto so n las diversas -pues d i- los navíos se form a n unas bo las p e gajosas y nacen
versas son las previsio nes d e aturaleza- co rtezas de unos ánades cuyos picos es lo Cdtirno que de su s cuer-
nuestras plantas y frutos , son los caparazones qu e sir- pos madura para ya libres echarse al agua . Es cono-
ven de escudo a ostr:1s y tortuga s, son las callosida- cido y visita do p o r m u chos un :1rbol de Escoc ia que
des de nuestros pies y, e n los animales, los cascos y produce idénticas criaturas 1' ' . Durante el ve rano d e
p e zuñas. 1615, que fue muy seco , vi e n Lin1. un retoño de e ne-
<2 L9) Había leído yo e n Arnobio el Africino 'º que e ntre
2
bro traído de los pá ramos del Traun2' " al que le b:.i-
las diversiones d e s us paisanos se cuenta que ta m- bía nac ido un insecto de extrallo aspecto, del mismo
J bién cst(t el ponerse desnudos al Sol para cale ntarse, color que el escarabajo cornudo; te nía ya fuera la mi-
:; :¡¡ como hacen los lag~trtos y neo que tambi é n los co- tad de su cuerpo y se mov ía con movimiento qu e do;
~I' 11
' . 11
codrilos, cuya naturalc1.a supong< > que comparte n los la parle de atr;ís de la rama estaba pegajosa de resi-
O;c_'il al'ricanos, pues son bichos de su nlisnu tierra. Por- na de enehro 2". ¡i
que para nosotros los europeos c·stos haI1os de Sol 1
1

serían lll:Í.'i bien un g C· ncro ck tornll'nlo. ni ni ( 1'i:'H·· I (1 l ,í ), que sirvk> en el l'jé: rc il <> po bco dl' Husi:1. ( ;uagnini ;1 su
("220) Tal se escribe de los pu eblos de Lucornoria 2' 1, depe n- vv ;r. Sl' l>:1 s:1 L'n l'I informl' mudw lll ;°is vn :1z l' informado de Sig mund

dencia de la Escili:t Borc:1!2' -'. llay ;1llí quienes al co- vo n l lnl>vrsll'in ( 1486-1 S<i<iJ , e mbajado r dd S:1no l1npl'fio ante d ;r.a r y
. : autor dl' los Ne1-u.111 Mosu11'itan11n con1me11tt1 rii <'v'. ic na ]'i/¡<J). Estos d os
mien 1.o de la larga noc he polar se qu e dan como 1º11li111o s :n1t o rl's to man la histo ria de los ho mbres ;dctargados co m o una
muertos y al volver e l sol re viven ; buscan al efecto ,·o nsL·ja fan1 :is1ica, mientras que Martín del Río no hace come nt;1rio es-
escondrijos seguros, no sea que cuando e sté n aleta r- <'c•p1ico ning uno : "Cie rtas gcnrcs que habita n e n b com;irca de I.u como-
•.1 gados les ocurra al go dcsagr:tdable . Véase sobre este ri a e n Rus ia nnH.:re n c:it b 27 de novie mbre a ca usa de la int e ns idad del
.:t'. frlo in vernal , co1no hac~ n las golo nd rinas y las ranas, )' luego, cuando
p:utic ubr la disL-rt:1c i<'>n de M:trlín del Río en s us l >is-
rl'grcsa la pri111 ave ra , el 24 de ab ril, rl's ucitan d e nu evo " U Jisq11isitim1 es
q11isic i<1nes m ág i ca s1"-1. 11u1,~ica 1', lib. 11, quaest. 29). A Keplcr no le interl'sa tampoco s ubrayar el
rnr;k ll'r sos1x ·d1 oso del cuento .
2'i0. Autor nisti;1 110 q ue h;1da vi :1 1i o '.\00 co n1pu so u n tratado ( ,'0 11/ru 2'i•i. ·' En el Océano Britá nico ca us:1 admiració n también un p ói ja ro ,
11t1/ÜJJW>l , e n c uyo lil>ro 1, cap .') se lee u na gcne r;J-
los .J.!.elll iles (Ad111'1:>11s desco nocido pa ra no sotro s; tie ne el aspecto ele un p ato . Se cuelga por el
lidad sob re Jos ba iio s de so l (a/>ricalioiwsl qu e l:i mc·mo rb kcro 1~1 . s ie m- pi co dl' l:1s tahb s po dridas ele los navíos que naufragan h asta que se de s-
pre inqu ieta . de Ke pl l'r ha re n l':td o a su ma ncr;1: 'º Si alguie n acostumbra- pega y va a buscar los p ece s q ue le sirve n de a lime nto ... Los briLa nos lo
d o a tomar baños dl' sol y secar la pie l ... se· <¡ll<'ja d e que l's pesas nubes llama n 'hl'rn:1dL·s"' (Hx:oterica<' exer cilutio11es, exc rc. 'i9, p a rs 2).
le q uitan el place r d e Un d b da ro , ¿dire mos l'lllOn Cl'S que la s llUhes o rre- 2'i'i. Kl'plcr, po rque le convie ne , :1cc pl a y re pite aquí la leyenda me -
ccn una cubierta ingral'1 porque no pe rmiten :1dquirir un bronn :ado cú- dieva l de los ói nades que nacen e n un á rbo l, a pesar de que en el relato
rnoda y gu sto samente?'' IRI del via je árlico de los holandeses comp ucslo por C e rril ck Veer se rech a-
2'il. El texto dd So11111 il nn ( 16;-ili l rra L' !,11c11moria. Fri sd1 edita C11!0- za l:Lxativ:urn:nte ac¡udb bisa leyl'n da y Sl' d a como su causa el carácter
m orict, de acuerdo con otr:1s 1ne 1icio ncs de Kepkr a este lugar con l.'i migra to rio de unos p5jaros -llamad os rolgtm sen en Ja lengua holand esa-
nombre Cucomoria. Pero en b fu e nt l' del autor. que no l'S otra, como se cuyos hu e vos n:1die logra ver en las zona s te mpladas. Recuérdese qu e al
dice al final de la nota que el famo so libro del jesuita Martín del Hío , el fin a l d e la nota (2) K<:pler dio claras muestras de haber estudiado bien el
to p ó nimo s<: deletrea lucomoria . breve f)ia rimn 1tauticum ( 1'>98) ele Ce rril de Veer. IRI
2S2. Nombre dasicizante d e Ru .sia o Moscovia. 2'i6. Afluente del Danubio qu e disc urre por Esliria en el norte d e
2'i3 . E. Rosen ("Appe ndi x M: The l'<:ople of Lucumoria") ha perse - Ausrria.
guido el origen de la n o ticia. Martín del [{ío la toma de una Sarmatiue 257. Kc ple r había estudiado con cuidado el variopinto libro de G io -
J.Ju ropette descriptio (Cra cov ia , J 'i78l del militar y viajero Alessand ro c; uag- va nni Hall.isla della Porta sobre la magia na tural -una obra mu ch o m ás

.186 187
JorrANNrs KEl'LEI< EL Sl 'ENO o LA AsTilONOMíA DE LA LUNA

(222) Acerca ele las dependencias del nuevo Mundo escri- merece recogerse íntegramente aquí por su afinidad
be José de Acosta idénticos extremos 2"'. Véase mi Dis- con todo esto. Así que nos vamos a dar un breve pa-
cusión con el Mensa¡ero celeste, fol. 182 "'>. seo por él. El autor, en las tesis 136 y 143, trata de la
(223) Esta conjetura la hice a a pmtir de cierto debate que siguiente vicisitrnP' 2 : de vez en cuando la Luna apa-
presidió Maestlin y se editó el ano 1605 con el título rece al amanecer de un mismo día vieja y por la tar-
Vicisitudes de los planctas 2''"; a ella aludo también en de nueva, siendo así que no puede distar del Sol mús
mi Discusü)n, fol. 192«1• No obstante, es un punto que de (i ó 7 grados, mientras que en otras ocasiones se
requieren para su afloramiento 12 grados. Para acla-
rar las causas del fenómeno, el autor, en la tesis 146,
crúlub que d /Je s11/J/i/i/({/<' de C:rrcbn"- y ;rlli ( lili. 11, c1ps. l-2l h;rhía propone como nueva explicaci(m que la Luna está
podid< > leer una n >lll1H.L1 al'inn~tciún de l~t gene. ·r~\Ci( )11 l'sp< >nLú1c1 y :-;us n ideada de una sustancia parecida al aire. Porque en
:;:11 prodigios, tal co1no era corriente c·n las l'lmcvpcioncs hiolúgicas de la t-po-
,11
la tesis 139 había dcmostr;1clo ya que la Luna, cuan-
l.¡¡ c;i. l 1\I
do se aleja 12 grados del Sol, apenas tiene iluminada
2SN. "Así el ""lrn· del s<>I ;irdil'nte c.s i11tercqiLid" por Lrs nubes, y Li
111 llt1vi;i que de cll:rs "''" ln1111nkn· y c·nl'rí;i el ;iirc y la tierr;i :rl mi.sr110 ti1·111- por l'I Sol u 11;1 octogc;sim;1 parte de su di:ünctro visi-
P"" (/Je nr1/11m 1101•i urhis, lih. 11, c;ip. 10. cd. C<il1i11i;1 l'í')(i, p. 87). ll\I ble. iC:u;'mto menor todavía ser:í ella si no se aparta
2'í'). "No veo cicrU111c11tc cc'Hno p11cdc11 soport~1r t'.o..;os selenitas d i11- del Sol m:ís all;í de 7 grados! Afirma por consiguien-
gl'lllc c;ilor del S"I clm;rntl' c·I pl<·nih111i", c1¡;111d" p;rr;i l'llo.s '"' rnnli"dí;i
tl' que tod() ese aire (jUl' se extiende m;ís ;_¡[[[¡ del lí-
(y lo mismo par;i los "tms cid lwllliskri" invisihk dur;inlc d 11ovilllni").
.si no l'S 111c'!'ced ;1 que el ;iirc· t11rbio "cult;r i'nTu1·nt1·1nl'nt1· el S"I. como tnite del cuerpo lunar queda teúido por los rayos so-
ocu1T1' con l"s 1wru;111os, ;1lelll1wra11do c·I cd"r c"n l;i hullll'cLid. 1liclro larc·s, toda ve/. que para ellos resulta permeable y
;rirc ocult;i ;il rn;íxinI<i las 1nanchas en el plcnilllnio, ;ihs"rhiendo y rcll"· tr;1nsparcntc; ele esta manera, b Luna nunca se oscu-
j;rndo lr;icb n"s"tros el inrrwnso rc·spLimlor del Sol" (lr:1d. ¡le· C. Solí.s S;1n-
'.J 1os, </rt!ileu J\ejJ/er. h'I Me11sd/<' y el M1·11s{{jl'rn si de mi, p. 12'!; cf. I•:. l\osl'n,
rece cid todo, ni siquiera en la conjunci(m central.
l\l'jJ/cr\' (.'¡¡111•e1:'<tlim1, p. 2')). M:ís adelante el autor confirma esta doctrin:t con otras
2(i0. l·:l /Je ¡iassio11i/){{sjilr111c/tm1111 .sl' cclit<·, rl':ilrncntc e11 l(>OÚ. Se tr;it;r cinco prucbas 21 ,;.
dL· un f;illo de rnc1rmria. 11\I FI té'rnrino ¡111ssi1J CJlll' lr;icluci111os por "vicisi- L:1 primcr;1 b constituye el hecho de que al pasar por
tud" pcrll'rn·n· por ,krl'dro pmpi" ;il kxico l'SIX'l'ializ;rdo de la astro11()-
111Úl y proviene dd corr<..'.'->ponclientc tccnici.'->lllO griego /Hllbu...,·. Esas vicisi-
un :1gujcru los r:1yos del Sol eclipsado siempre hacen
tudes no son c'Vl'ntu;dia'k"s o r;irc1.;rs del ;1stro sino q11<' cst;ín rcprescnt;i- en la imagen del Sol la circunferencia exterior convexa
das por su velocidad, ;rcder;ici¡ín, direcci<'m del 111ovilllienlo, lirillo, fase'-', mayor que la interior c(mc1va, esto es, de la pa1te sin
conjunciones, l'dipSL'S, ondt;1cioncs, de. Fn el !'./iilome ( (,'. \\!., Yll, 168) luz, coitada o tapada por el cuerpo convexo de la Luna,
Keplcr inrprimil'i un;i "T;iliLI sin(iptic;r de Lis divers;i.s vicisitudes de los
a pesar ele que b Luna Llena tiene generalmente un
planetas". [R[
261. "1Qué no.s dices del aire L'll torno " la Lun;r, dado qul' Maestlin cli:'unctro mayor que el del Sol. Piensa, pues, ciue cuan-
h;ihría observado incluso lluvias l'll ell;i, segr'm l\11 "púsculo editado en do medimos la Luna Llena estamos midiendo también
Tllbinga en 160(il Así pues, l'll la tesis 1S2 ser'l;d;i: ·>llurantl' el eclipse lu-
nar de l;r víspera del Domingo de l{;imos del ;rflo lúO\ se vio h;icia la
parte boreal del cuerpo lunar ciert;i m;inch;i negruzca, nós oscura que
todo el resto del cuerpo, con la l(irma de un hierm cand<:nte. Diríase una pasado" (tr;id. ele- C. Solís Santos, (,'alilm-fú1Jler. h'I Mensaje y el Mensaje-
nube esparcida por un;i vasta cxtL'.nsi(m, grávida de lluvias y tcrn¡x·stuo- /'() sideral, pp. l 2')-150; cf. E. !\osen, Ke/J/er\ (,'mwe1:,ation, p. 26.
sos aguaceros, acontecimiento que no resulta r;iro ver extendiéndose desde 262. ~ passiu.
las cumbres de los nüs ;iltos montes hasta ]:1s zonas mé1s lxrjas de los 265. P;ira este concepto usa Keplcr los términos experimentum y do-
valles." Esto es lo que dice; mas no creas que se tratah;i de una di'. las cument111H. Se trata de comprobaciones de tipo experimental u observa-
m;inchas antiguas, pues el propio Mestlin me ensl'rki un dibujo el ar'lo cional acompafladas de exposiciones mostrativas o demostrativas.

188 189
------------------ ----· . .. - · - - - ·

n
• !

Jüi IANNL' KF.l'l.F.H E r. StcF.Ño o IA A -;· rwJNOMi A lll' LA L t!NA

lo que del aire lunar iluminado en cletTedor sobresale cusión , fol. 18 270 , pero la verdad e s que el aire lunar
del cuerpo. En cambio cua ndo la Luna cubre al So l, no produce los efectos q ue mi interlocutor prete nde .
lo hace sola , sin ayuda rse para nada de esta capa de La ex plicación del fe nó meno e s o tra: el radio del agu-
aire , ya que los rayos solares pueden atravesa rla sin je ro por el que p asan los rayos solares. Una fran ja
ser estorbados o interceptados. luminosa tan ancha como el ra dio de la abertura se
Esta prueh;1 bas ada en ohsl'.tvaciones rea lizadas du- aflad e e n torno a la imagen falci forme del Sol inclu -
ra nte un eclipse solar2''1, es desde luego fo rtísima y so por las puntas de los cue rnos, que se van volvie n-
lkgó a conve nce r a l mis mo Tycho Brahe para qu e do turnas. Una vez que esta orla luminosa se ha sus-
l'.nseñara que d di(1111e tro de la Luna Nueva e s me- traído, queda una image n limpia , cuya circunferen -
nor que el dümetro de la Ue na 2' 6 . También I.ongherg cia exterior es ahora nüs estrecha y la interior y cún-
defiende este punto de vista del maestro en su Jls- ca va m{ts dilatada. Así pues, luego de suministrar esta
tronmnía danesa 2',(' . Trat<'J asimismo extensamente esta purga, hallamos que el di ámetro de la Luna que cu-
cucsti(m de la c1 p:1 lunar el ast r(momo frisio Da vid bre el Sol cuadra con d diúme tm de la Luna Llena.
Fahricio 2'' 7 , cuyas opinione.~ ventilé en los prolcg(nne- Esta soluciún mía del problerna, extraída de la Oj>ti-
nos de mis f:!i'm('rüles2''". Por demás verdadero es , rc- cá que por aquel tiempo 271 publiqué, la aduce en una
pito , el licclio de que en la im:1gen dl'l Sol edip.~; 1 - nota ;1 la tesis l l 46] precisamente el personaje que hizo
do , proyect1da a t ravC·s de un pequc!lo :1gujcro, b las vccl's de objctor 272 . l~ I l:t ~1 prueba accpU ndo lll i
circunfcrenci:1 convexa es una porci(m de un círculo ncg;tción de la diferencia e ntre b Luna Nueva y la
ma yor y la c(mc1 va lo e s de uno menor, si bien la Llen;1. Pese a todo, no suprimiú c'n las pruebas de l
.," ex plic 1ci6n :1duc id:1 por mi intcrlocuror no es la ade - a ire lunar esta primera , probablemente porque pe n-
c uada. No e s mi int e nc i(m negar el aire lunar, pues s() que. e ra el lector el que tenía que decidir, o ;1c1so
.1· lo admití en 1:1 ()jltica , !"ols. 2"i2 y :)022'"', y en la J)is- porque consideró qu e se ha bía valido de un ag ujero
lo suficientemente p equeño como rara que por é l
ta mbié n los cuernos de la image n salieran lo ba stan-
26·1. SegC111 J•: . J{os,·n se trata lk un L"l"l i¡ >se oc u rrido el 2'i d e k hrno
!:<:' agu dos . Y eso que yo no le p resto :ti p e rsonaje
de l 'i98. (;li nt he r ( 'Jt <11 1111 . p. 1-Í (>l lo re tra sa un ailo.
26'i. 'l) 1c/:n111 is J!ml w U/ )('r!f , VIII , 'i\ y Kt'piL" r, W. (,"., XIII , 280 y excesivo crédito, pues es grande la diferencia e ntre
323
266. Chrislianu s Sc vc·rini l.o ngorno nt " nus , Astm11w1úa Umliu t , 2" cd .,
Ams te rdam, 1640 , pars 2, lil>. 1, c:1p. '), pp. 2'J7 y 500 . 270. C. Solís Satllos, Galileo-Kepfer. Ji/ Mensa je y d ,/l!le11sa jl'ro sitiera/,
267. El astrú no1110 hol:1n< k'·s Da vid Fai>ríc iu s ( l SC,4-1 6 17) inaugun·, una pp. 129-"I YI; E. !!osen , l\e/1/e r :, Om1 >ersa /irm , p . 28-29.
1: 1ma tk la astronomía: t'I e studi o d e las estre llas variables <el 5 de agosto 27 1. IÚO'Í.
de l 596 d cscubri{i en la Con.-; tdaci(m de Ja lfallcna la variable llam:1da 272. "Dos ar1os des pu és d l' la pul>licaci<in d e mi Oplicct apareció un
hoy Mira CetD. Tycho llrahe in co rpo ní al manuscrito de su 'J "esoro de oh- dd iate sobre Li s irregularidades de los 111ov i111icnros celestes, que fue pre-
ser/luc iones el informe corres pondí t' nt.: de Fahricius con otra serie de e lla s. s idi do po r 1Vlid1ael IVlaestlin, profesor de rn :i tc m:'iticas en Tubinga, en 1'~111-
L 1hricius además cruz(¡ con Ke ple r una nutrida correspondencia qu e se• to qu e Sarnuel IJ:ifenreffcr hizo d e objeto r" ((,". W .. IV, 83). La discusi(i n
inicic'i d 25 de junio de 1601. Es pos ibl e que Johannes, un hijo d e David acadé mica tuvo lugar los días 21 y 22 de i'l'bre ro de 1606 y, cuando se
Fabricius, hicina en presencia del p:1dre Ja primera observación de las imprimi c'i , llafc:nreffer envi(i un c:jemplar a Keplcr el 4 de octubre de ese
manchas sobres (17 de fehn: ro d e l Ú'I 'J , según el calencbrio juliano). Véase mismo ar1o. Como era habitual el de bate to rna forma de tesis sucesivas y
E. Rosen , "Appendix K: David Fahric iu s", pp. 22(J-232. e l n úme ro [l l¡(iJ que E. Rosen suple e n e l texto de l Somnium es el d e la
268. Frhch VII , 489. corresp ondiente al asunto tratado. Hafenreffer se d edicaría más tard<.: a la
269. ~ G. \.\'!'., ll , 221 y 2<í l . me dicina . lRI

190 19 1
EL SuF.:'10 O LA A STRONOMÍA UE !A L UNA
1
1
1

la proporc1o n de Jos di:ímentros qu e d autor alega, n ul'.stro aire al im p edir la marcha recta de los rayos
!
basándose e n b o hserv:.Jci(m del eclirsc de Sol del solares' La aparie ncia falseada d el Sol a través de los
2/ 12 de octubre de 160'i , y la qu e yo d eduzco de rayos q ue atrav iesan el a ire y e n él se refractan no
o bservaciones similares. Hay que adve rtir, ror ta nto , anula , no anula, re pito, la sombra del aire te rrl'stre
a los observadores que b pantalla e n la qu e se pro- ni tampoco , por tanto , anular:í Ja sombra del a ire lu-
yecta la imagen d d Sol eclipsado de be estar a res- nar. Y baste ya de hablar sobre la primera prue ba d e
guardo de cualq uier traqueteo y s iemrre de be colo- la ex istencia de aire en la Luna .
ca rse pe rpe nd icular y a b misnu dist<t ncia del aguje- La segunda prueba de q ue hay aire en to rno a la Lun a
ro. Po rqu e , si se indina , los redoncldcs de la imagen se h:11la e n la tesis 148 . Cua ndo la Lu na d ividida e n
lumin osa se d istors io na n y de circ ula res dege ne ran lu z y sombra empieza a ocultar una estrella con s u
... . ~
en dípti cos. Ve:1, p ues, d ohjt'l or s i lia te nido su fi - pa rte somb reada . la estre lla p arece l'star m{ts cc rc:1
'I ~
JI cie nte mente e n cue nta esta pega . d el centro lun:tr que b franja luminosa o puesta . La
•:·11 Po r lo que ha n: al hech o aducido como cau sa d l' 1:1
• ~¡
Luna Lle na :1 punro d e oculr:1r estrel b s p:trece que ·¡
dis rninu ciún del di (11nctro, puesto CJUl~ yo en sí mis- las acoge prim e ro de ntro del ahomh:1mie11to de esta
'" rno no lo niego , 1c ngo que de mostr:1r :1hora por qu(· cap:1 luminos:t s uy:1, bri llantes to d:1vía :t tr:1vés de cll:i ,
'·I'
. ¡
no c .~ ca usa dl' t:tl dis minu ciún . Ello es 111:1yorme nte y que luego por fin las esconde tr:ts s u c uerpo y l:ts
po rqu e las p:1 rtl'S tr:1s ll'1cid as, :d co l oc1r.~c solire d Sol, oc ulta por completo . Ti e ne el lector una ohserv:wi<'in
ha cen somhr:1. l.o de mostré e n la Oj Jfica con los ex- de esta clase e n las Ta blas N.oúo(/in.as, JXl'Ce pto L3:),
pe rime nt os de la ho l:i d e n isr:tl llena d e :1gu:1175 l·:sta p. 91í27 í, pa ra la conjunciún ele 1:1 1:una y Venus . De
'. 1

'~
ho la d e ja pasa r los rayos sol:11Ts y los conde nsa tan-
to qu e que m:1n la ropa y hacen q ue b p(ilvora pren-
esta clase es tambi é n la cuarta p rud x1 ele la tesis 150:
sucede q ue la Luna nacie nte , cu:u1d o se la ve con
da. Ahor:1 bie n, produce un:1 inlk xiú n e n los r:1yos un a lu z d ébil y sucia por todo el c ue rpo y co n s u
qu e d eja p:1s:1r. A la Vl' Z los rn:í rge nes de b ho la pro- c ue rno u hoz bie n iluminado, sucede entonces, digo,
yectan su propi:1 sombra e n línea recta a partir dd que la circunfe re n cia d e Ja hoz luminosa tiene una
So l. Y si por do nde pu c(k p:1s:1r b lu z del Sol , de aparie ncia mucho más dilatada qu e l:t cirnmfc re ncia
I" 1 a llí no viene sornhr:1 ningun:t, ,;que oc urrirá e n los opuesta del cue rpo. El p onente piensa que la lu z clara
eclipses de Luna q ue :1 men ud o conte rnp l:1111os c ua n- de la hoz provie ne de l comp le me nto del aire luna r
do los dos lu m in:1rcs est(tn por l'. ncima de l ho ri zon- qu e se extie nde más allá del cuerpo. AñCtdase tam-
te? La luz del Sol atr:1viesa e n ta l caso n uestro aire y h i~ n la q uinta pru e ba conten ida en b tesis 151: el
llega hasta la Luna sin q ue la Tie rra lo im pida , Lo d:t hecho de que a l c ue rno lunar nu nca se le considere
vez q ue uno y otro luminar est:ín e n lo alto. ,;Q ué es más fino que un d edo de an cho, a unque a veces en
lo qu e envuelve d e sombra ento nces a la Luna sino un m is mo e.lía aparezca Lle na y Nueva, con la p arte

273. ''Como el a ire tambié n contienl! :ilgo o paco, est:1 sombra es d e 27·1. Frisd 1, VI, 401. Kcpler p uso en b ca becera de sus Ta blas Rod ol-
cualidad opaca, espe cia lmc nie e n to rno a los bo rdes, ta l corno toda ho la jinas 20') pn:cepto s que hacía n las ve('(:s d e ma nua l de instrncciones. Las
lle na d e agua, cu and o se la ex po ne al so l, hace sombra " ((,'. \V. , 11 , 2:)6). Tt1/Jlas se p ublica ron e n 1627; como aquí se da la página de la edición,
Ke plcr ut i lii'~tha una esfera d e vidl'io ll ena de agua como instrumento ex- ello q uie re decir q ue esta nota es posterior a ese aiio y la más tardía del
perimen tal ( OpLica , cap. '>, sec. :1 = C:. W. , II , 162). fRI Sue1io. [RJ

192 193
:·'
"" ·····-~------------······-------------------------

Jrn IANN I·~' KEl' LFR EL SUEÑO o LA A STRONOMÍA llE LA LUNA

iluminada ocupando apenas la octogésima parte del decimiento de la retiformc y su teñido difuso, y de
diámetro. El ponente de nuevo pretende que esta ahí también la apariencia de una anchura mayor e n
capa de aire que sobresale del cuerpo sea entonces la parte luminosa de l o bjeto visible , que, aunque no
visible. es la de la anchura real, sin embargo, con su eficacia
Yo no consideré ad ecuadas estas tres pruebas pa ra real y con su lum inosidad ocasiona la salida aq ue lla
demostrar una prolongación tan desmesurada más allú temprana de la Luna. La anchura visible de la hoz
del c uerpo lunar. Achaq ué la causa del fenómeno a real, insisto en ello, no ocasiona la anchura aparen-
la naturaleza de nuestra visión , pues no sólo es que te, como equivalente a ella , s ino que la claridad rea l
de noc he se dibw la rupila del ojo en un movimie nto ocasio na la anchura falsa y excesiva de bido a l fuerte
e.-;pont{meo y la lu z procedente del punto luminoso teñido de la membrana retifornw. Véase una disc u-
visible entra m{ts apretada y empapa amplbrne nte los siún mia parec ida cont.ra observaciones no muy dife-
vapores de Ja visi(m en la membrana re tiforme, sino rentes de David Fahri cio e n los proleg6menos d e mis
que adem:ts ocurre eso tamh iC'. n de día cuando : l la J~femérides 27 ''.
\.
''11
saz(m dirigimos el ojo a una luz. De este modo b Me salté la prueba tercera . El ponente la inserta en
imagen dd objeto visible se altcr:t "en Ja m emhr:llla la tesis 149. El bord e de l:t Luna iluminada es claro y
rctifonnc ya que las partes luminosas se dilata n L' in- neto y s in mancha , micnlr:1s qu e c:n el medio la Luna
. ;
v:tden l:t zo11~1 oscur:1 circundante . Ahora bien , con aparece completamente mancl1ad:1 : ello es porqu e el
esta imagen ({ innada e n la cavidad de la retifonnc aire lunar en el m edio del c uerpo es ralo y vadeable
dentro del ojo se corresponde de l;t o lra p:1rt.e 17' la hasta el suelo c urvo , en tanto que en los márgenes
1 I!
·,. visiú n externa de l objeto vis ible. Hecoge también esta se ofrece a nuestra vista en toda su profundidad. En
"I solu ci(>n el :tutor en nota a b tesis L') 1 sin nombrar- efecto, de este mismo modo en las llanuras de la Tie-
)' me y 1:1 red1a za , tod:t vez que que el fcnúmcno SL' rra el aire que h ay sobre nue stras cabezas , aunque
d:t t:tmbiC'.n d e día. Pero aquell o por lo q ue yo des- esté ilumindo por e l Sol, no impresiona nuestra vista
barato la ex plic tci<'>n , si bien e n la noche L'S nüs evi- demasiado y no ocu lta las estrellas de mayor tamaño
dente , tamhi(n es v:tlido par:t el día. a quie n las observa desde un pozo profundo 277 . Por
Sin cmb;1rgo, d e a llí, particularmente de las pruebas contra, el aire d esparramado alrededor ele las monta-
cu:i.rta y quinta , no se extrae ning una demoslr~ 1 c i (>11 ñas le janas, debido a que ofrece a la vista un recorri-
del aire lunar. Pu es, dado q ue los rayos del Sol lo do largo y profundo, muestra un color blanc uzco y
atraviesan iluminándo lo sohn.:manera , aunque por lo tiñe los montes que tras e lla están de un matiz s ucio
demás la franja no tiene por q ué ser incapaz d e pro- hasta desdibujados por completo; ese mismo aire, al
yectar una sombra , con todo, ella impresiona e n ex- ponerse el Sol, llega a ocultar en su niebla a las es-
ceso la vista a causa de esta luz de la que se ha em- trellas más luminosas cuando e mpiezan a brillar. De
papado; con cste exceso se corresponde aq uel pa-

276. Frisch, 11, 113.


275. E. Rosen (p. 145) traduce b ex presi<'m e;,·actissime e:x opjiosito 277. Según E. Rosen Keplcr tiene aquí presente un famoso pasaje
como alusiva a la inversi (m de h1 im agen en la retina: "exacrly and inver- de Aristóteles (Sobre la generación d e los llnimales, V, 1 [780b, 21-22]):
tedly"; pero el sentido es ambiguo , y así IVJ. Ducos (p. 127) interpreta: "A veces las estrellas se dejan ver por hombres metidos en pozos o cis-
"l'in1age ... est exactcn1~nt opposl:c º . ternas" .

794 195
jrn IANNES KFl'LFR EL SuENo o LA AsTw JNoMíA DE LA 11 JNA

este modo, las nubes, cuando están encima de noso- ño corriente, sino que ocupaba cerca de la mitad del
tros, suelen ser invisibles o ralas y transparentes, mien- diámetro. Y es justamente el recuerdo de tal cosa lo
tras que hacia el horizonte, por muy pocas que haya que completa la parte final de mi Suerzo. También yo
en el cielo, se las ve espesísimas. acabo estas notas mencionándola de nuevo.
Estas son las demostraciones del aire lunar que da
Maestlin, este es su alcance. Tras ellas coloca la tesis Fin de las notas de Kepler a "El Suefüi''
152 y penúltima del opúsculo, en la que compara el
aire lunar con el aire nuestro que rodea la Tierra, com-
para la claridad de la susodicha franja, que es la causa
de esas apariencias extra nas, con nuestra aurora, y
levanta nuestros ojos hacia las alturas corno yo los
levanto hacia la Luna, para que luego reconozcan en
esta nuestra Ticrr;1 ;1paricncias muy ¡x1rccidas.
Finalmente at1ade una apostilLi que dice: "Acaso el
aire a scrncj;rnza del nucsl ro se condensa en nubes
I'
1
que por .~u opacidad tendrían decididamente el as-
pecto de cuerpos s<ílidos y, de esta manera, apare-
cerían resplandecientes o de color de fuego, como
entre nosotros al salir el Sol o ponerse: ;1hí c¡uecb di-
cho eso. Desde 1u ego la obscrvaci(m nos cnset1a c¡ue
esa aureola rcspLindeciL'nte aparece 111C1s o menos cla-
ra L'.11 distintos momentos". Y ;1f1adc una prueba que
encaj;1 en mi hip(>tesis: "El a!lo I60'i, b víspera del
Domingo de !{amos, en el cuerpo de la Luna eclip-
sada, que presentaba un color como de hierro al rojo
vivo, hacia el norte, se vio una suerte de mancha ne-
gruzca y más oscura que el resto del cuerpo: se diría
que era un nublado sobre un extenso territorio con
su carga de lluvi;1 y tempestades, como los que no
pocas veces desde la cresta de los montes más em-
pinados podemos ver sobre los parajes nüs bajos del
valle". Fui poco después 278 a entrevistarme con él y
me aseguró que la mancha aquella no era de tama-

278. E. Eosen afirma que "esta conversaci(m pudo ocurrir en noviem-


bre o a comienzos ele diciembre de 1617" (p. H7, n. 399) pero la expre-
sión del texto ("alic¡uanto post") parace inadecuada para un acontecimiento
ocurrido l 2 años después de 160'), fecha del eclipse mencionado.

/96 197
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11/ 111uv Ne1 1erc·11dri !'adre !'ah/o C:1 ildi 11 ',


st1u•rdo!e <Í<' la Ci n11¡im/ir; de/l's1 ís .

..i
Vene rable y sapientísimo sl'i'ior, mi protector y amigo:
Apenas hay nadie con quien ahora prefiriera yo discu-

tir de astronomía antes que con usted , si aparte del disfru-
te de tal charla se trasluciera :dguna ga nancia nüs de mi

,-
1. Paul (;uldin ( l 'i77-1643) inte rcambió una nutrida corrcspondc:ncia
con Keplcr. Ensciiú matem:íticas e n la Universidad de los Jesuitas en (;raz
desde l 6 1ú a l(Jl 9. l'o r c ulpa d e su mala salud pasú a l:i de Vil'na e n
1621 par;1 ejercer como profesor un sexenio . Es allí dondl' recibe este
Apéndice• de· hl'plcr e n Jú nna d e carta . Sólo una d e las ca rlas de G uldin
se conserv;1n. lnrc nt<Í va name nte atraer a Ke ple r, que era un reformado
sincero, lucia d catol icismo. Refiere E. Rosen e n unas p{1gi11;1s c¡ue e n su
lradun-iún de l S11cúo le d ed ica ("Appendix L Paul (~ul din " , p p . 233-235)
su ime rvcncicín e n d caso Galileo y en la dis puta sobre la precedencia
en d descubrimie nto de las ma1K iias sob res: "En 16 1(1 la lglesb Car<ilica
l{omana suspendió d })e revo/ulirmih11s "l1asta nueva correcci(m,, y amo-
nestó a Galileo par.i que abandonar" Ja teoría copernicana. Federico Cesi,
uno de los amigos de Ga lileo e n l{oma, recibió poco d espu és b visita de i 1

Guldin. ·Mostró gra n cariño por ri•, contaría Juego Cesi a Ga lileo, •Y mu-
cho e nfado ante e l resultado del reciente proceso". Habie ndo re clamado

.199

--- - - --- --------- - - - - -- t


1
,
J OH ANl< F-' KEl'LElt E1. S uEÑO o LA As1w >NOMfA 1>E 1A Lt :NA

via je 2 en esta época agitada, cuando la corte toda no tiene la custres( e). En ellos Jos paisanos de Endimión 7 suden aco-
o tra preocupación que la guerra' . Tanto nüs por e ll o me tar {tre;rs para sus ciudades(fl a fin de p rotegerse(g) tanto
agradó e l saludo que Vuestra Reverencia m e ha mandado contra la humedad pega josa(h l como contra los ardores del
a tra vés d e la gen te de su ore.l en que aquí reside. En parti- So](i ), y e n ocasiones tambié n contra sus e n<.;migos(k). El
c ular d Pad re ?:ucdü; no podía entrega r su eslup<.; ndo re- trazado de la fortificaci(m es como sigue : clavan un palo
ga lo, me refiero al telescopio', a nadie que con tus traba- en el centro d el espacio a forti fi ca r(]) , a ese palo atan
jos l'.ll este Lerrcno disfrutara más qu e yo. Y pues ust<.::d es cuerdas( m) m{ts o menos largas( n) según la extens ió n d e
el primero que me d ice que este teso ro pasará a ser de mi la ciudad ; las mfü.; grandes que h e descubierto miden 5 mi-
propiedad , creo que ha de ser usted tambié n d primero llas alemanas(ol. Una vez que la cuerda está amarrada van
e n sacar algún provecho y deleite dl' este escrito dc riv:1do recorrie ndo la circunfe ren cia d e la futura mura lb <p) que
d e b s experienc ias rca liz:1das con su rcg:tlo. vie ne trazada por el extremo de b cuerda(q). Entonces acu-
11
1
1' Pero ;. po r qué no hahrí:1 de decirlo' Voy a dcrnostrarlc den en trope l' a con struir b llluralla(r). La anchura dd foso
¡I
'1 a usted , si atiende , qu e Vl'( > ciuda tk-s en la Lu11:1(a). Las no es menor de una milla aleman:1(s). El material extc1ído(t)
t ·;1vida des 1u11:1 res dc .~ n1 hicrt:1s prinwn > p( >r ( ;;1Iileo" tienen lo me te n Lodo ckntro en alg u11:1s ciudad es(v), e n otras de-
lll:Ís qu l' n:1da :1p:1ricnci:1 d l· manclia .~ Chl. S() n, ;1 tcnor dc jan parte fu era y pa rtc dc nt ro( x) de mane ra que resu lte una
llli dcmostraciún , zonas bajas L'll la su pe rficie pla11:1 tkl s uc- 111urall:1 doble(y) con un foso e n medio profundísimo(z).
io, como los 111;1rL'S l'lllrc nosotrosk) . l'cro de l;i fo rma d v C:ada muralla se cic rr:t sobre s í mis ma como tra zada a corn- !
es la s c:tvidad es co lij o( el l qu e son rn :ís bi en par:tjes p:ís y con pe rfecta redondez( :ta ). Es ro lo consiguen gracias
a 1:1 ig ua ldad de la cue rda que va desde d palo central<hh). r
1k este modo ocurre no súlo que b fosa está profunda-
p(il 1lican1<·11I <' la prioridad c'll e l d l'sc uhrimicnro dl' las m:o11d1a s soiarl's me nti: hundida , sino tamhit"~ n que d centro ele la ciudad, ,,l.
un col"ra <k suyo jl'.'i Uil:i , CI 1ristopi>l'r Sd1t·incr, < <l.dtlin rvf"ir¡, ·, en priv:lC lo cual ombligo de un vie ntre l1inc hado , aparl'.ce abierto a !'·¡
'1 :ll i\rquilvcto I1upvri:il l< iov:11111 i l'l'ro ni "111 ucl 1as vl·n·s qll<' l"l'<"<>1"li: il 1a , con
la m: 1yor <"<'l"l<'Z:l q uv un st•r ln 1111:11H > pm·<k 1rcordar alg<> , qu<' d ful' l' I
mane ra de l:1gu na( cc), e n t:mto q ue todo el circuito dL' a l-
pri1m·ro que· inf<>rnH ·> al l'adrc· Sd w ill<" r dl' <¡ ll <' Sl' lialii:11 1 vislo 111:lnl'li:ls rcclecl o r se eleva hacia lo alto por la acumulaci(m de la ma-
<" 11 d so l·" ( p . 2:-l'i). teria extraída dd foso( dd). Y L'S q ue desde el foso hast:i e l
2. lle" I.in z :1 Vie"na . centro la distancia del inte1valo es La! vez demasiado gran -
:l. !.os in icios de la llarn:1d:1 ( ; ll<' fl~l dl' los Trl' i11t:1 Ai"1os ( 1() 18-i ú/iX)
de pa r~1 s~1 c tr fuera tocio el m aterial(ce ). En el foso se re-
lcrrnin:in fa vorahlcllll'lll l' par:l la v: n1 s: 1 c:lt<",Jicl y .su c:1111pv<"J11 d l' ll1J X'r:1-
do r Fcrn:111do ll : repr<·si<'> n dl' la rvvudt:l pnitc·s1an tc· l'll lloilvrnia ( !(120) y coge la hum edad de! llano enfangado(ff), manten ié ndose
vit'loria dl' las tropas impcriaks en l'I palalin:ido ( 1()22). l't•ro l'll d a 1)0 t'll seco así tod o el espacio que qu eda desde el foso para
que csnihl' Kcpl<'r ( Iú25 > la corre d L' rc·rnando Il , :1st·nl :lda "" Vi<·n:1, tl'- adcntro(gg) . Cuando hay agua d e mas iada , d foso se hace
mía que una nueva coalidú n anti-irnpc·rial c n1pe za r:l :i fonnarsc· y a opcr:1r. navegahlc(h h ); c uando ha y sequía, es transitable como pista
·'i. iccolii Zucd li ( l'i8{,- J670l L'lltrú en crn1tado con Kcpk r cuando ,
:1companando com o conks<>r a l l'a rdcnal Alcssa ndro Ors ini L'll un viaje a
de tie rra(iil . Siempre que les invade el fu e rte ca lor del Sol,
Ale mania , k lle vó, de parte dl'I aut or, d llnli 'f.')'dln de Scipi<>ll L' Ch iara- Jos qu e están e n'' el medio del espacio(])) se refugian en
m onri , dd que p ued<· leerse rn :ís a ha jo en nu estra nota :l la nota (a ), n"
XXXI, de este Apéndice. Zuchi puhli d1 una Filoso/i"a rí¡1lica ( Li<Íll 16'i2- 7 . Los paisa nos de Endirni(1n .~on los selenitas. Endimión fue un gtu -
'i6) e n la qu<: fecha <:n 16 16 sus vanos intentos de construi r lln telescopio po m ozo del qu e se enamo r(> la Lun :l, seglin contaban los mitos griegos .
rdkctor (con espejos cóncavos en lug:l r d e lentes). IHI 8. En g riego: pundemei.
'i . El término la tino ahora es jJers¡1icill11m, que desd e la H:ija Edad 9. Frisch ( VIII , 68) corrige un quin d el texco del Somnium ( 1634) en
Med ia tamhit'n se usaba para las gafas . q11i in como pide d semido . Las dos notas s iguie ntes (11) (kk) estún en e l
6. Véase la nota (1 'i'Í) de Kc' plcr al S11elio. orden a lfa bdico inverso po r n<:ccs idades d e la traducción.

200 201
JOI! ANNE,; KE!'LE!l E L S1 IEÑO o LA A srn<>NOMiA D E LA L UNA

aquella p a1te del foso circula r a la somhra de la mu ralla extre m o d<:. los rayos de l Sol toca n la Luna, de tal man era
cxterior(kk), mientras que los q ue están más allá del cen- q ue la parte iluminada ele la Luna del lado de acá se incli-
tro e n la parte del foso e nfre ntada al Sol lo hace n a la sorn- n a h aci a el Sol, mientu s que la p a rte oscura y sin iluminar I;
hra d e la murall;i inte rio r(mm) . De esta suerte , durante los d el laci o ele allá , a causa de su con vexidad , se inclina ha-
15 días que el Sol a brasa sin para r ese sitio, van siguie nd o cia la p a rte o puesra al Sol , y que por tanto, dada una esfe-
la sombra , se vuelven - por decirlo con el término ap ropia- ra lisa y p e rfecta, una sccci(m e n la cuadratura cldx: ser
do- pe ripatético s 111 , a fin d e p ode r sor ott a r el calor(nn) . una línea recta d el tod o pe rfecta o bien una perfecta elip-
Tenga usted aquí estas proru estas mías enunciadas a se si la sección cae antes o desp ués ele la cuadratura: se
mo do de problemas, qu e ha brá que de mostrar punto po r seguirá clecidicbmente qu e do nde la secci(m no es una lí- i
!
punt·o a hase de ohse1v aciones hechas con el tclescopio(oo ), nea recta perfecta sino un a línea rota como por unos die n- 1 1
sie mpre que ellas esté n d e acue rdo co n mis conclusiones tes luminosos que se ade ntra n e n la parte oscura , allí el
d e ntro de los pres u pu estos d e la 6ptic1, la físi ca y la globo de la Luna no es perfccttmc nte esférico, que estos
mc tafísict( pp). Pero esto no es rnás que un juego, etc. die ntes brillantes son alturas qu e se elevan por encima de
la superficie de la parte oscura, o bien que las manchas
1

constituyen depresiones e n contraste con las partes claras I;


.1
N <>Ti\S Al. ¡\p¡::N I ltCJ-: que está n junto :1 ellas, aunqu e esos mismos rayos de Sol 11

que no pueden alcanzar las partes c ubiertas de m~111d1 as 111

L1) l•:ste es en cierto mo do el pbntc1miento y el res u- situad as d e l lado de all ú de la línea d e sep aración (pu es la ¡:¡
111c n de las tesis qu1.._· sig uL'. 11 . Pu esto que, e n la nou (oo), con vexidad d e esa zona se lo impide) alca nzan esas partes 11
he prometido intenta r de mostra rla s a hase de ohservacio- o clie ntes brillantes, dado qu e ella s está n m ás elevadas e n
1
m:s y, e n la ( pp) hace rl o de ntro de los presupuestos tk la re lació n al centro del globo lunar y no es su co nvex idad
1
(>ptica , b física y la metafís ica, procede ré e n est.:1s no l:ls a lo qu e las hurta al Sol (si fu e ra así b línea d e se paración
1k varlo a cabo. las cortaría ta mbién en línea recta), sino que la altura d e
l. ApariL'. ncia: L'.11 la supnlki e de la Luna , cuand o ju z- est:1s promin e ncias aume nta a medida qu e se av anza hacia
gamos que est(1 claram e nte partid a e n dos 11 , b s lXlrtcs ilu - la mitad o scura de la Luna .
minadas se ade ntran o siguen mús alb de l:t línea recta de III . A¡x 1riencia: La línea ele la pa rtición trazada por las
la particiú n trazada po r las partes sornhreacbs y p e netra n partes luminosas se quiebra a modo ck sierra o como el
e n la otra parte oscura de la Luna. corte d e una ra ma rota al bies.
11. Si a esta aparie ncia le :tplicas pres upuestos cie rtos, IV. Por tanto , dond e la Luna está comple tame nte ilumi-
tales como que los ra yos del Sol son rectilíneos, que la Luna nad a, algunas porciones junto a la particiún se alzan hacia
<:.S un cu erpo esfé rico , que esa partici(m ele la Lun:1 no es lo alto; o tra s partes ce rcanas, junto a c:sa misrna partició n,
otra cosa que d límite ck la iluminación solar, dond e el muestran pendientes hacia uno y o tro lado. Pero esto es la
de finició n de escabrosidad. Lu ego e n la superficie 12 d e la
Luna las partes que brillan con luz pura son realmente es-
cabrosas.
10. En griego: peripat"11si11. , qm: en efecto quiere decir "me rod eado-
res", "que pasean en círculo " (el rasaje tie ne resabios de chiste escolar
sobre el nombre de b secta a ristotC:: lica). 12. Prisch (V!II, 68) co rrige supe1.Jiciem cid Somnium (1 634) e n su-
11. En grie go en e l origi na l: lilxórn110> pe1.ficie como pide la gramática.

202 203
E1. S1JEÑ O o IA AsTiu >N01\.IÍA n E 1.A LUNA

V. Apariencia: de otro lado, cuando la línea d e parti- por zonas brillantes, q ue son elevadas según II y escabro··
ción pasa a través de las partes manchadas d e la superficie sas según IV.
lunar, es completame nte recta . XIV. Apariencia: en la mitad iluminada, cerca de la par
VI. Luego las manchas de Ja Luna son porcion es llanas tici(m, se ve un nutrido grupo de pequeños semicírculos 11
y perfectamtente esféricas d e la superficie. hoces oscuras con los c ue rnos dirigidos hacia la línea ck
VJI. Apariencia: cuando b parl:ición pasa por las man- partición. Fn: nte a estas hoces oscuras y tocá ndose por los
chas, aparecen d e ntro de la ¡x trte iluminada de l:t Luna una cue rnos ha y, digamos, otras hoces opu estas pero de lumi-
s uerte de r:1jas oscuras que provienen de la parte oscu ra nosidad m:.ís intensa que la de la zona que las rodea.
de la Luna y q ue c1si separa n con un corle las m:mchas XV. Por tanto, en la mitad iluminada hay depresione s
de las partes hil'n iluminadas. circ ulares u hoyas :1dond e los rayos solares no pueden ll e-
Vlll. l'or lanto , los rayos de Sol ilu111in:111 la s partes hri- g:tr por b parte enfrcnt:1d:1 al Sol. El resto de la hoy:1 que
lbnles y b s p:1rtes mandiad:1s del lado de ac.í y del bdo se alz:1 en ;1sperez:1s frcmc a la p:1 rrici<ín se opone dere-
l k all:í de esas r;ij ;1s oscuras de la mitad ilu111 in:1d:1, 1)l'ro d1a111c nte a los ra yos dl'i Sol y se ve ilu111in:1da rn:.ís in ten-
no ilumin:1n sin en1h:1 rgo la rcgi(ln que L1 raja nuza. samente qu e el resto de la ll:111ura exterior.
IX. /\ li ma bien, seg1ú1 11 , b s p:trtL·.s brillant es son eleva- XV I. /\p:tri c ncia: t tl es hoces bril lantes son de considc r:1-
ciones y la s part l'S 111:1ncl1:1das dcprL·sionL·s: luego es:1s ra- hl c r:un;111o y lll'gan a alc1111.:1r con sus cuernos la línea de
j:ts no son otra cosa que 1:1 so111hra dL· panes hrilbnt cs, esto particiún . J\ cll:ts Sl' o po nl' , en la part:e ilumin:1da , una su-
es , d e montes o ac1nt ibdos, proyecta da sobre la mand1a perlkie ahrnnhac.b y oscura , como recortada de b s hoces
como so bre un 1l:i no o rn:1 r. formando un círculo pe rfecto. Estos contrastes de sombras
X. Ap:1riencia: e n b parte oscura de b Luna en crecien- y luces ci rn 1bres se invierten l'll bs c u:1draturas opuestas.
te , junto a la particiú n, se ven UIH>S puntos hrillant.es que XV II. Por tanto, también l'n 1:1 mitad oscur:t hay hoyas o
1 l'Tl el l'Spac io de un:ts lior:1s Sl' vucl Vl'll m:ís c bms hasta e 1vid;1des c uyos enormes rebordes cu rvi1íneos en frcntidos
que se rumien con l:t p:trlc ilumin:1d:1 junto a la línea dl' al Sol proyL·cta n su sombra solire d l(>mlo de b cavic.bd. En
p:utici ón y se VL' L'lltonn:s que L'Sos puntos pcrlcnecL·n a c:1111hio !:1 mitad del reborde que corrl' dl:sde el Sol hacia la
l;i parte brillante de la Lun<t, no <l h~ manchas. mitad oscura de b Luna , rec ibe los r:1yos solares qu e entran
XI. Por t:mlo, es necesario que e n l'Sa parle dL~ la s u- por b :1hcrt ur:1 o hueco del reborde opu esto.
perficie que aC111 no toca n los rayos solares Sl' alcen algu- XV III. Lis causas que enrre nosotros los terríco las con-
nos picos a una altura tan g r:111de que puedan así ser toca- forman la s upc rl"icie de la Tie rra so n de dos tipos: causas
dos por los ra yos sobres, y que a su vez toda esa regiún que d erivan de la intcl igenci:1, como b agricultura , Ja cons-
vecina de tales picos sea m:'is elevada que la parte man- trucción de ed ificios o la canali1.aciún de ríos, y causas que
d1:1da d e la superficie. deriva n de los cambios que sufren los elementos. Y aquí
XII. Apariencia: los fen ú menos expuestos en los núme- las cualidades de los elementos que dan lugar a los cam-
ros I y VII se perci ben tanto en la primera cuadratu r:1 como bios y transformacion es son lwmedad y sequedad , dureza
en la última, exactamente junto a un a misma mancha, al y friahilidad. Las partes húmedas, en efecto, se escurren
ser atravesada por una y otra línea de partición, s i bien cada h:1cia los sitios más próximos al centro ele la Tierra h asta
cual a su tiempo y e n sentidos opu estos. que se llega a una situación de común equilibrio ; las par-
XIII. Por tanto , las manchas, q ue son de pres iones se- tes secas, puestas en contacto con las aguas de escorre n-
g ún JI y llanuras según VI , est;"in rodeadas todo alrededor tía , cuando son bastante duras, aguantan más, cuando son

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1
Jol IANNES Ki·:l'LER EL SU EÑO o l.A A STl<ONOMÍA llE l.A L t ,NA

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XIX. Puesto que la inteligencia es productora ele orden i!
algo blandas y deleznables, se van poco a poco resque- !

brajando. Me voy a servir de un eje mplo evidente. ¿Te gus- y jamás dispone cosa alguna e n desorden y confu sión , a
taría sa ber quién levantó las coli nas que salpican los lb- n o ser que de propio in tento suelte la s riendas a ca usas
nos de Bohemia allí donde el país se ve redu cido a una instrumental es ajenas a ella , se sigue. de ahí que lo desor-
11
estrecha franja junto a las sierras q ue lindan con Meissen!' • d enado en cuanto desorde nado procede de los cambios qu e
Si desd e una montaña elevada las miras a lo le jos coloca- sufren los elementos y de la necesidad de la mareria .
das unas tras otras, dirías que es obra de gigantes, una se- XX. Así pu es, como e n la s upe rfic ie de l c uerpo de la
rie de sepulcros, tC1rnulos o algo así. Yo te diré quié n es el Luna, al menos en las pa rtes nüs visibles, se ve cierta con-
constru ctor. Es el río Elha que, ha bie ndo encontrado un fusi t m, con zonas elevadas y zon:1s hundidas, unas llanas
paso nü s :1 hajo enrre los montes, fue hundie ndo y exct- y otr:1s escabrosas, es necesario que en el cue rpo lunar haya
vando a partir ele :1hí s u cauce. Es una larga edad la que algo anúlogo a nuestros elementos y a sus cual k b d l's men-
con infinitas Lluvi:1s caídas sobre la gleba espesa de la rc- cionadas. Podemos llamarlas con los mismos nombres, de
· ·! gi<'m lla n:1 la ha id o b van do y h:1 transportado L1 tierra ero- modo qu e sean dureza, fragilid :1d , scqued:1d y huml'dad.
s ion ada hasta el Elh:1. Están luego un;is roc1s que antai\o XX I. /\sí pues, las manclus de la Luna rl'presen tan al-
¡ ~ 1

cr:m suhtcrrC111c:1s y hoy, d espojadas de la t ic rr:1, se :tl z:1n guna ch~c de líquido. Este líqu id o con su coloración y hbn-
como montai'las y, rnnced a su durez:i , han pe rsistido, pl'Se d ez:t em hot1 l:i lu z del Sol y, por L'St:1r a una dista ncia pa-
a que la g leba dl' :drcdcdor, po r qul'hradiza , se había ido rcj:1 del Cl' nlro de la esfera , d:1 lu ga r :1 csa supcrficie h:1j:1 y
despeda1.ando. Est:1 es la razún de po r qué en las c umbres llana . Hay también mo ntañas qu e po r s u sequed:1d y dure -
de 1:1 mayor parte de las monta1'ías se hallan 111:1s:1s de ro- z;1 refleja n dar:uncntc la lu z que n:c ihe n ·del Sol, se elevan
c1s. !.os atolondrados dicen qu e es que e n tiempos hubo a las :1ltur:ts por e ncima de la s uperficie de las agu:1 s y con
:dlí fortil"icacione s. Esta es la ra1ún de por qu é hay muchas la dcs ig u:d dev:1ciún de sus parles <.bn un aspecto csc1-
rocas c..;sparcidas acC1 y all:'t e n los llanos de Silesia'·•. Y es hroso :1 l:t superficie .
que c u:111do el sucio L'S lla no' ' los ríos son poco torrencia - XX II. i\paricncia: e ntre la s manchas hay difere ncia to-
les y ünic1111enlc los pu¡ud ios vall es o vaguadas s ufre n la cante a oscuridad, d:1do que lu y unas 111C1s oscura s que
erosiém ca usada por el p e re nne m a nar de los manantiales, otras. Ilay , e n efecto, una 111anch:1 :1 cierta d istancia del cen-
en tanto quc las mesetas m:ís dev ad ~1 s no la surre n, salvo tro en direcció n sur q ue tiene..; el :1specto de un escudo aus-
e n la medida c..;n que..; las llu vias e ros ionan los campos e n tríaco. Sus ex tremos s upe rior e inferior son de un negro
toda su extensión. lJna vez que los valles se vacían del todo intenso , mientras que en el me dio se halla partida por una
y la llanura al cabo de un largo trecho de tie mpo se re- franja de anc hura siempre la misma y algo menos oscura
húnde, quedan al desnudo las rocas qu e antaño yacían e n- que el espacio restante, aunque me nos brilbnte que las par-
te rradas bajo el suelo"'. tes brillantes de la Lun a.
XXIII. Así pues, en la Luna, las pa rtes manchadas, o sea,
b s zonas húmedas , difieren en grado d e humedad, unas
13. Villa situada junto al Eli>a e n b comarca de llresdc·.
14. Ker le r viajó a la ci udad de Zagan en Silesia d 2(, ck julio de
1628. [HI Avicena, pu es una tradu cci(m condensada d e una obra suya titulada De
15. El texto de l Sum.níum (163/i , p. 80) dice ¡1lerw (' lleno'); ko plana congelaticm.e (del ai1o 'J020) acomp:tñaba a la Meteorología de Aristóte-
('llano'). les, que sabemos con certeza que ley<í el astrónomo. Otra posibilida d es
16. E. Hosen ([1. 1 'iÓ, n. 3) cree que la teoría de la formaciún de las que: proviniera del libro d e Georg Agricola De onu et causis s1thterruneo-
montañas por erosiún de suelos blandos rudo tomarl:i Kc:pkr dd :'t rabe mm ( llasilea 1516, y otras tres edicionc:s en 1612).

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J ()J l/\N NI·~"i KEPLER EL S UEÑO o LI\. 1\."IT HO N<>Mí h n E LA Ll lNA

son m ás secas y otras en ca mbio nüs húmedas . Hay, po r té n dispuestas así por alguna causa dotada de inte ligencia . 1
!
ta nto, unas partes a n{tlogas a nuestras marismas y o tras a ná- Vam os a aclarar este presupu esto con ejemplos. Una línea I ·

logas a n uestros mares ve rdaderos. Ta mbién en n uestras recta es algo o rden ad o. Una bala de p lo m o disp arada por
marism as c rece la g rama , el ca rri zo, el junco y b caña y se una escop eta sig ue una línea recta e n s u trayecto ria 17 . Este
extienden ac[t y al lú are na les du ros , secos y b lanq uecin os movüniento no p roviene de ni nguna inteligen cia sino d e
q ue refle ja n con m ayor cl a rid ad los r:1yos del Sol. una neces idad d e la m ateria . En efecto, la materia nitrosa
XXIV. Aparien c ia: a travé s cid me jor tele scopio el as- d e b pólvora de cañó n, en conta cto con b llama, explota
pe cto d t:: b s manchas situ:1das junto :1 la línea ele hisecci(m y e mp uja a la hala p o r dond e ésta se opon e a su exp an-
es para e l o jo m uy seme jan te a un a cara de n i11o pi ca d a si(m; es así qu e se le opone a todo lo largo del ca nuto d e
de viru c: l:1s y con una crupc ic'm d e granos, con ul de q ue hierro , luego e je rce a través de él una violenta pres i(m que
;1 esta c 1r;1 hinclud a le dé la lu z con su.-; r;1yo s incidiendo rev ie nta c n líne a recta . Ig ualme nte el m ovimi e nto de los
;ti sesgo y:1 d e un a pa rte o de la o tr:1, a saber, desde el cuerpos pesados es recti líneo , si bie n esta esp ecie d e o r-
!:ido de recho cu;1ndo l:i image n se Vl' e n la prime ra cua- den, m e re fi e ro a la líne a recta, es en cie rto mo do propia
dr:1tura o desde el izquierdo cuando l'n la segunda. Al ig ual d e los cuerpo.'> pesados y mús propia todavía de los rayos
que e n ul cara to dos los g ranos de viruela brillan po r el luminosos, qu e .~on una su e rte de cu e rpo inmate ria l qu e
lado que prese n\an a la luz, así tamhi C·n e n b s p:1rks rna n- se mu eve instant:ine:1mc rne 1H. Así tamhiC:n l:t conc ha d el
ck1das d e la Lun;1 se di vis:1n unos ¡wq ul'1'1os re d o nd e les c;1r;1col mu est ra un:1 fon11:1 ordenada de hé licL>, qu e s in e m-
espa rcid os ad y :1ll ú, todos los c u:tl es so n brillan tes de un bargo no proviene d e una int eligencia constructora s ino d e
costad o y osc uros del o tro. un a n eccsicb d mate ria l. En invierno el c"aracol se e nrosca
X X V. Y si ade nüs la lu z sol:tr llcg:1r:1 ha sta esto.-; re don- so bre sí mi smo en forma de c ucuru cho; sobre e l cara co l
deles por :1qucl co stado por donde hril\:111, luhrí:1 que con- así retorcido se dcrr;1ma un humor viscoso que luego for- :¡
1

clui r con tocb ce rt c1.:1 q ue el nt'irne ro de pro tuhnancia s e n ma una co .-;tra dura y va a1b di e nclo redondeles con cada
la Lu n:1 eq uiv:tl c :ti de estos an ill os q ul· Sl' e lcv:1n a b s :ti - nuevo torc imie nro. lg u;tlmc ntc la .-; celdillas de b s abe jas re- i:
!•
s ult a n hexagona k'.s por un:1 nL'Cvs illad mate rial de los cuer- '
tu ras rec ib iend o la lu z .'>ol:1r y proycct:mdo so mbra hacia
pos a l a p ret a rse unas contra o tr;1s lo más posihle 'i . Por el 1 ,.
el cosl:ld o opu esto al Sol. Pe ro corno lo qu e vern os l'S lo !'
contrario, es decir, q ue las p artes d e los anillos que dan a l contrario el quinario d e b s fl o res es algo o rd ena do y, com o
11
Sol est:Ln e n sombra mi e ntras que la s partes que qu e dan !¡
!1
del costado opu esto al Sol son brillantes, es m e neste r atri- 17. Al sa lir Lk-1 c:11i <ín; lu ego (scgci n d pcnsarni ento de la é· poca ) iría
buir a tales re do ndel es l:i forma contraria qu e la ante ri o r-
me nte dicha, e.le ma ne ra qu e no se al za rían com o mt::setas
cayendo deb ido a la resi.sLcnc·i,1 ofrecida por el aire . Sc"ilo hasr,1 1(>:)2 no
se proba r:i q ue la lraycl'loria dd proyectil es parah(ilica incluso en e l v;1-
il
sino q ue serían de p resio nes de ntro de unas cavidades re-
d o ncb s. Po rque de este m od o suced e qu e la fran ja e n fre n-
cío. E. Rosen (p. l'i9 , n. 'i ) dta un lraliajo extenso solirc d tema: A. Ru-
pcrr J lall , /Jal!ist i cs in the S1•1 •c•11 /l'l'Hlh Ce11t; 1rv, Cam h ridgLo, CTJI', 1')52, pp. il
)8, 8), 86. [l{J :1
tad a al So l proyecta su sombra sobre el fondo de la cavi- 18. Pa ra l\cplcr b luz, sin matn i,1 ni peso , toma una vcloci dad infi-
dad, m ientras qu e la franja opuesta, por recibir los rayos nita (la misma idea de aqu í '1pa rccc l:'l1 la CJ¡itica = G. W., 11 , 2 l J.
solare s e n ángulo re cto, es más clara. 19. A M. llu cos (p. 2H , n. 2 a d /or.:. ) le llama b '1tención qu c Kepl c r
XXVI. A.Jcio ma : las cosas d ispu estas en o rde n , si la cau-
no traiga aqu í otro ejcm plo conspicu o d e cstructura sexa ngu la r e n la na- ¡j
lurakza: los crista les d e n ieve . Keplcr llegó a conocer estas fo rm aciones ¡•
sa de tal orde n no pu e d e d educirse d e camb ios eleme nta- y a oc uparse de e ll a cn un pequeño librito: Strencw se1t de nive hex angu-
1
les o n ecesid ades de la m ate ria , es ha rto p rolx1ble que es- la , frankfurt, l 'i')l (trad. franccsa de H. l bllcux, París . Vrin-CNHS, 1975).

20H 209
Jo11Al'N1·:' KEPLE1< Er. SUEÑO o LA ASTRONOM ÍA llE LAL llNA

no puede provenir d e la mate ria, se atribuye a una facul- jero e n el suelo y que bajo la corteza hay un espacio vacío
tad conformadora partícipe e n cierto modo del núme ro y en donde va cayendo la arena. Ahora bien, el número XXI
po r tanto del cálcu lo. Esta c uesti(m la discutí ya en mi li- estorba semejante su posición, ya que es líquido lo que ocu-
bro Sobre la estrella m1<!va , caps. 26 y 27, plantdndome si pa tales partes y, si al líquido se le da una salida, escapa-
la organi zación de series armoniosas que a menudo halla- ría dejando esas p artes al d escubierto, de modo que de os-
mos puede atribuirse al ciego azar2º cu ras se volverían blancas y brillantes. Me nos alln podría
XXVJI . Apariencia: las cavidades re hundidas sobre las la disposici (m relativa de muchas de esas manchas prove-
rnanch:1s de la Luna son perfectame nte redondas segú n al- nir de un movimie nto d e los e le mentos.
canzan a ve r nu estros ojos; s in e mbargo no todas tie ne n 1:1 XXIX. De lo anterior parece que hay que conclu ir que
mi srn:t extensiú n. l la y t:11nhiL:n un sitio donde se las ve e n en la Luna hay c riaturas vivientes dotadas de la inteligen-
un :1 espec ie de dis posiciún o rde nada , como s i estuviesen cia necesari:t para la e jecución de tales o hras, aunque no
coloctd:ts al lrcshol i1lo . poseedoras de una masa corporal compa rable a esos mon-
XXVJll. Si :tpli c 1111os d ax io ma anles c nunci:tdo :t esus tes, pues en ellos no se trasluce o rd en alguno. En efecto,
:qx triencias, lcndrl'lllOs las siguientes conclusionl~ S : l'l1 tl!r- tarnpoco los hombres sobre la superficie de la Tierra ha-
rninos gL·m-r:dcs, soh rl' b s uperficie dl'i g lobo lunar, corno cen montes o mares (pocos son los .Jcrjes 22 , pocos los Ne-
lo demul'Slr:t l:t 111c·1.colan z:t de p:trt cs elevadas y bajas, do - ro ne:·/1 y, ni alln en e l caso de estos, sus ohr:ts pu ede n
111ina11 d aza r y b nn·l·s id:td material ; la lic rr:t es arr:lllGt- compa rarse co n los montes y mares natu rales), s ino que
d:1 de s us costillas rocosas subterráneas y los va lles s ufren conslru yen sobre ella castillos y ciudades en los q ue cabe
l'ros i<'>n dl· m:tnl'r:t qu e Sl' lcv:tnt:tn rnontcs, l:ts :1gu:ts se reconocer o rde n y cálculo. Por esto mis1~10 , claro es, la su-
escurren lwcia b s 1.on:ts l>aj:ts, rcprcse ntad:ts por las man- perficie de los globos parece entregada al ciego azar, a fin
c has, y allí qucdan e n eq uilibrio merced al impulso rectilí- dc que en la ordenación y e mbelle cimie nto d e ciertas par-
m·o de tm l:t s sus p:trlL'S li:t ci:1 un rni s1.110 punto cc·nLral del les haya lugar para el e jercicio d e la razc'm.
glolm lu na r·~' ; e n c tmhic >, L'n l:ts parlL'S rnam·hada s de l:t XXX. Apariencia: si observas con detenimiento tales ca-
.l.un:t, l:t fonn:t ¡)l·rkcl a mc: ntL· circ ub r de las c tvidades y vidades e imaginas una línea recta que pa rta del Sol y pase
su disposici ú n a in t crva l n~ regulares serían algo artificia l y por el centro de la cavidad , tendds seis contrastes: tres de
obr:t de una intl'iigcnci:t construnora . Porque esa excava- luz y otros tantos d e sombra, como si hubiera otra cavidad
ci (m en forma de círculo no puede h:thc rsc hecho cspon-
t:'.i nc mente por ningC1n movimie nto d e los clernenLos, a no
ser que se: dijera que la s upe rficie de la Luna est::i tapizada 22. Jcrjes, rey de me dos y pe rsas, hahía excavado d istmo del monte
de una gru esa capa de :t re na , que se ha practicado un agu- J\tos en e l norte del Egeo para facilitar e l paso de su íl ota durante unas
operaciones de castigo comra Grecia (las ll amad:1s po r los griegos "G ue-
rras Múl icas'" ) a princi pios del siglo V a.c. (el relato de la excavación
:w. Estl' tralx1 jo d<: KL" p kr U le stellt1 noua ! lum:i plc tk la :1 paricic'> n, est:i en Herúdoto, VII , 22-25). Pero es más probable q ue aqu í se aluda
el a1'io "!(101, en el pi<: del S<:rpc·ntario, de una estrdla d<:sconocida o nova. al in tento fingid o qu<: hizo el rey persa de levantar un te rra plé n en b
Esta irrupci(m ele lo ca ta.,trcífico o inc·s¡wrado e n el orden celeste c·s inad- isla d e Sa lamina tras la derrota de sus naves en las cercanías (] leródoto
misible para la ment:didad providencia lista ele Kcpler y susc ita in<:vitabk- vm , 97)
111ente la cuestión d e l azar((,'. llí'. , l, 29lJ IDl IRI 23. Nerón y otros ames qu e é l intentaron sin éx ito abrir un canal en
21. Dado que la luna es una esfera, los c uci-pos se dirigen a su cen- d istmo de Cori nto , pues las naves pac1 ev itar el largo pe riplo d e l Pelo-
tro (mientras que en la cosmo logía preco pernicana el lugar natura l de las poneso e ran a veces u~insporta das de mar a mar ¡ior tierra (Suetonio , Vida
masas es e l centro del mundo coincidt>nte c_o n el de la tierra l. de Nerón, XIX, 3; !'linio el Viejo, Historia natural, IV, 4).

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-" )J JANNES KEl'tEI< F.1. S11EN0 o LA AsT1<0NoMiA llE 1.A L1 IJ\"A

d e ntro de la cavid ad. La parte sombreada de Ja cavidad ríos o b ien sea un solo us uario q ue las utiliza en momen-
mayor y exte rna se curva dando sus espald;is ;il Sol; e n tos diversos . Sin e mbargo, donde hay diversidad de obras
ca mbio los c ue rnos b rillantes miran ha cia el Sol y hacia la la razón exige una a náloga diversidad en los momentos de
parte sombreada, mie ntras que la curvatura se a le ja del Sol. su utilizaci6n . De este m odo el orden que rein a en l'.Sta
El mis mo aspecto ofrece la pequeña cavid ad interior, p ero multitud d e obras exige una razún única qu e b s aba rqu e
ella , por fu e ra , ca ra a l Sol, est:í bai1ada d e lu z e n sus es- todas.
pakbs qu e miran al Sol, mie ntras qu e del otro lado estú XXXIU . De este axiom a y del XX!X deducimos sin difi-
c ubie rta de sombra y present;1 sus c uernos dirig idos a l Sol. n iltad que e n la supe rficie de "1 Luna ha y ;tlguna r:1za do-
T:1 mhiC'. n junto a 1:1 l'ra nja externa se descubre cierla di ver- ta t b de 1:1 inte li gencia nec(_'s;1ri:1 para h:wer estas cavida-
si d ad . En un:1s ca vidades csr:1 fran ja no est:í bi e n defin ida des y que esa raza e stá represen tada por muchísimos indi-
y es menos h rill:tn te que b zo na exterior (que , corno ve n- vidu os, dl· 111a ner:1 qu e una partl· construiría y utili z:1rb unas
go dic ie ndo , pe rtenece a las m:111d1as lun:1res), y :ti punt o, cavidades y o tr:1 parte otras , y:1 qu<: l:ts cavidades se prl'.-
co n :1qucl g rado de lu z con q ue hril1;111 b s m:1nclt:1s, co- sentan anrc nu estros sentidos co mo mu y sclllejanles c·ntre
tnicnz:1 la negrur:1 n1rv:1d:1; y del cosL1du opuesto, el del sí y dispuestas en orde n según cic rt:1s leyes, cusa que d e -
Sol, tras 1:1 de ns:1 lu z de l:t pare d que se l·nfrenta de rl·d1:1 mu estra un rnuluo :1c ucrdo L'.ll lre los constructores de las
a los ra yos solarl·s, sucede una cb rid:1d menor que se co11- di vers:1s cavidades.
tim.1a en 1:1 zo n:1 t k· la 11un cli:1. En otr:1s cav id:ttk-s, :ti con- XXXIV. A esru al1ade b co mprohacicín dcsnil:I l'n el /11-
Lrario , la fra nj:1 exterior f'ren le a l Sol cst:í horde:1d:1 por una j(Jrme" sobre mis o bservaciones de los pl:tneus jupill'rinos,
fin a línea de luz mu y hrill:tnt e, mientras que del l:1do opues- que lleva e n la c 1becera el i11:1propiado . título de "l'rdacio
to :ti So l L'Sl:Í bordc:1da por un :1 l'in:1 línea dl· sombra que a l lector""". Escribo en el fol. 1727 :
·¡ sep:1ra 1:1 fr:1nj:1 de la zona rcsl:mte.
XXX I. Por :1hí Sl' dcn1ucstu que l'l1 d fond o de l:t c 1vi- "No puedo pasar sin darnll' el guslo de describir tam-
dad se a lza un:1 colin:1 que en s u cen tro , como un ombli- bién e l cs pl'ct:ículo que nos o frt ·ció la Lun:1 e n mcnguan-
go, se re lt[1 ndc de nu evo e n for111 :1 de lt oy:1, segt.'111 ya in- tl' k n los dí:1s inmediatos sigu il'Jlfes al plenilunio-'"') . .1la y
diquC· el a 11o I(¡:¿') e n h'I escudero de '(¡;cbo~' ro l. 121. y l'll - sobre l'I o jo izquicrdo dl' la c 1ra de la Luna, fre n te por
fn.: nlc de 11 llL'StTo propio ojo tk·rcd 10 , un:1 manch :1 lx·qm:-
lTe las cavidades habría unas que se hunde n a partir de la
s uperficie si n nüs y otr:1s qu e por así decirlo cst:ín fo rtifi -
cadas fn: nte al e.~pac i o e xterior por una rnu r;db que se eleva 2'i. S'-' lral :i de..· la Nl/rmlio de o /Jsen •otis a se l/il a /11or /ouis satellitilms
1•rro1li/111s <1(1 1 1). r l:1y qu l· noLJr que s i 11ie11 e n eslc Ap<-nc licv li:ihla Jk-
a las alcuras. pkr de "plam·ras", '-'n d IÍlul o del !11/i11me de 1<111 , co mo se Vl', aplica a
A.'XA'll. La mul titud de ohr:1s de artificio a isladas sugie re los s:Hélites de Jlipircr d nomhrl' m;ís co1 mín y :1dcn1ado. liil
un;1 mu ltitud de usos para e llas, hie n se;111 mucho.~ los usua- 26. El infonm' empkz;i con b pal:dll: 1s h:diitu:iles c:n los p r6 1ogos y
cart:1s introductorias A111ico l .l'C/o r i .lá/11/1•n1 ((,', IV. IV, 117), qu<:, como re-
conoce..· Kq)ln, l1:11nan a l'ng:1üo, y:1 que no hay prefacio n ingu no y se
21i. Se !rata del !-lypc•n1sj>isr.cs T1'cb011is q ue fue re d:1ct:1do e n l ú2'í e n enlra en materia dirn·1amenlc. li{I
respuesta al opúscu lo de Scipio nv Cliiara1110 111i titula do /J n f.i-'l)>dw (V<:- 27. En el f. 1v" ((,' , \V'. IV, :520) se 11:dl ;1 la ohsnv:ición aqu í relerida.
necia , 1()2 1), un c..ksgracbdo inte rn o de re fu1:1r la opini<'>n de Tycho c.. k El tex to q11 e s ig ue (dcsck "Escribo en l' I fol. 17" hasta "en Fr:111kfurt e l
qu e b (>rhita de los uinll'las cs1{1 mu y alejada de la tie rra, po r encima c..k Úl< > lú l I") lo o mit<: Frisch e n su e dición dd l\p<'.·ndice (vol. Vfll , p . 72),
la esf<:ra lunar. All í dice Keplcr que la s l<:nles del telescopio ·'permiten s upo nié ndo lo ya .e ditado e n la Nurm./io <vol. JI , p . 511).
ver muy claram<:nte un ombligo que se dcva det r::is d<: esta m:rnd1a , como 28. l~l l"r:ise entre raré ntesis fa lta en d h~j{>rme (Ntt1ratio); <:s adi-
s i hubiera una fosa circul ar''((,', \F., Vlll , :166). ci(m eventua l d e Kepler.

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JOl!ANNl;S KEPLEH Et S 11EN0 o LA AsTK<>NOMiA DE LA L UNA

rnta , a manera de runto negrís imo , de todos conocida. da p o r las costas. El istm o se veía clarísimo. La imagen se
Nunca pensé que esa manchita fu ese otra cosa que una aseme jaba a la ele la p enírn;ula de Crirne:v' 1 en el mar Ne-
rrofunda cavidad . Cuando la Luna está e n creciente es ló- gro o , mejor aún, a la del Peloponeso. Estaba sep:1rado
g ico q ue esa cavida d se vuelva me nos visible, ya que va (dd conti nente") a uno y o tro lado por dos golfos oscu-
moviéndose hacia donde la Luna se comba, y allí se en- ros , si b ie n en un frente largo y perpendicular al lago y
frenta más derecha1m:ntc a 1 Sol que en d caso ele que la no como la me ncionada península que se adentraba e n el
Luna estu viese llena . Y es que e ntonces, ;il declinar la lu z lago e n (ingulo agudo. Er:i tres veces nüs largo qu e an-
del Sol, se e nsornbn:ce más. Esta mancha , e n b tarde del cho. Y a lgo asombroso: en la p enínsula unida por este ist-
día 4 ele septie mbre (del año l 6HF '), ral como ararecía mo a la costa mo ntuosa aparecía un rumo brillantísimo a
muy aumentada 1.>n mi instrume nto, e ra de un color ferru- ma ne ra d e montaña . Frente por frente, e n el continente
giento y estaba rodeada de un;1 franja de luz clarísima. En que e n sus o rillas relucía, se divisaba un punto somhre:1-
cam b io e n l;¡ ma i'l:in:1 dl' I 'i de sep tiembre la franj a ya se do, indicio ta l vez ele un valle ;1 trn vé.'> cle l c ual la materia
abría en d irecc ic'm a la p:1 rle osn1ra de la Lun:1. En dedo , de :tl uvi(m depositada en el lago ha ido formando una pL'-
el círculo o línlilL' de b ilumin;1ciún ya SL' tra zah:1 so hrc la níns ula , según razona Heródoto so bre los :tlu viom:s de
l!land1:1 con línea dccidid:1111L·nte n1rva, rni L· ntras que la Egipto 55 ;,O acaso esas son trazas de algún e 1ú n' ' :1hric n-
franja brillant L' Sl' :1den trah:1 con sus dos brazos m:ís allá d o istmos o ele :ilgún Clecímhroto" amurallando penínsu-
dd lí111iLL' de la lu z h:1ci:1 la zo n:1 de somhr:1.'•º 1.os hr:1 zos las contra no sé qu é ejércitos ele .J e rjes?".
L·st:1h:111 dohlados y a plastados hacia :1dentro co mo los pro-
montorios quL·, e n punta estrec ha y curvad:1, fonn:111 los !lasta aquí el lnj(1rme editado p o r mí e n Frankfurt el
puertos de /\ncon:1 , Mcsina , C é nova y otra s ciudades. Era año 1611 .
.1 la viva i111:1gen de un lago y por s u forn1:1 uno hah rí:1 di-
cho qu e se tratah:1 dd m :tr C:tspio, s i bie n por su L'Xlen-
·1 s i(in era m:ís scmejantl' :il m:1r Negro o al m:ir Jonio. En
e fecto, il:d1í:1 L' tl ( ' Sl' 111is1110 l:igo, por 1:1 parte <JUl' mir:i
l
haci:1 d int erior dd CUL'rpo lunar, un n.:dond l'lito nüs hri- 3 1. El orig inal trae el topónimo antiguo "Q ucrsorw.so T:íurico".
ll:mre un ido por un istm o :1 la costa , que lirill ah:1 a ün m:ís. 32. 01ro :11'1ad ido más al texto primitivo.
De 111:1ne ra que SL' disti ngu í:tn lrl's 111:11.ices de luz: uno mu y 33. ·•J. .. I salt a a los ojos de cualqu ier atL·nt:o obse rvador, aunqul' ja-
hrillantl' en lo.'i monl.L'S y costas , o tro fe rrugiL"nto y oscuro más lo haya o ído de antemano, que el Egipto es una especie t k- ll'rreno
e n la mancha o lago qm· se extiende lia sra los límites de pustizu, y cumu un rega lo del río mismo ". L.. I "La mayor pcirlL' de· dicho
la iluminac iún , y un tcrcL" ro intl'rmedio, aunque m:ís prúxi- país, seglin decía n Jos sacerdotes, y seglin t;unhié n mi parecer, es una
tie rra recogida y añadida le ntame nte al antiguo Egiplo. Al conte mplar aq uel
rno al osc uro del la go, rqircsc ntado por c.:I hl:tncor del rl'-
valle est recho e ntTc los dos montes que dominan la <'iudad de Menfis, se
donde lito. me figuraba qu(" habría sido en algún tie mpo un seno de mar, como lo
Por la tarde a las 9, n1ando la Luna s:ili <Í de nuevo, la fu eron la co1narca de llió n, b de Teutrania , la de l ~h:so y la llanura del
luz había abandonado y:1 e l l:1go por ente ro y se veían las lvkandro , si no tk:sdicc la comparaci(m de tan pequ ci1os e ti::ctos con aquel
costas con su estupenda curva lUra , U JtllO si la Luna estu- tan admirahlc y giganlcsco" (1 rcrc'>tloto, 11 , 'i y JO; tradu cción de Bartolo-
viese cortada o excavada . l lnic:unente la península que di- rné Pou).
jimos estaba todavía ilum inada de ntro de la c uenca limita- 34 . Suctonio , Nc•r. XfX, 3; !'linio, H N, IV, 4.
35 . Duratllc la segunda guerra méd ica ( /¡.tl() a.C.) bs ciudades del Pe-
lopo neso, ante la inmine nte invasión· de los persas tras el fracaso del es-
pa rtano Leónidas en las Termúpilas, acudieron al istmo d e Corinto y a
29. Nueva adic ión sohn.: el texto o rigina l del h!/Ónne (Na rratio). propuestas de Cleúmhroto , he rmano de Leónidas , se pusieron a cerra rlo
30. Kepler alte ra el orden de ntro de esta frase respecto a la ed ició n con un muro e n el que trabajaron sin cesa r d ía y noche (Heródoto , VIII,
del h !/Órme (Narrtttio). 71) .

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]OHANNES K EPLEH

Hallo en observaciones del día 22 de septiembre de 1622 zonas inferior y superior de la Luna e ran casi dípticas, pues
una d escripción similar, s in duda alguna de la misma man- se ofr(x:í:t n a nuestra vista ladeadas a causa de Li convexi-
cha, ya que la Luna estaba umhién e n mengu ante, c uando dad del g lobo; tamb ié n se veían unas sombras de valles
en forma ele medialunas, algunas al sesgo de las elipses
la línea de partición·"' corta un estrecho cuerno en la cara
muy clarame n te, de manera que s(ilo por e llo podría con
occiden tal de la Luna. Mis palabras e ran:
la vista percibirse la convexidad del globo lunar. Las zo-
n;1s m:1ncha cl:1s de la parte inferior esr:1b:111 sembradas ele
" En la partic i(m occide ntal d e b Luna (q ue es, entién- cicrros círculos brillantes qu e :1barc:1ban de nrro de sí cavi-
dase, una línea comb:1da o elíplic1 J se distinguía un;1 cos- dades y som bras, si bien estos drculos er;111 escasos. Se
ta y un ac: 111t il:tdo elevado y sinuoso proyeda ndo s u srn n- diría qu e e ran zonas lacustres o p:tntanos:ts de la Lu na ,
ln:1 e n un:i s ue rte de mar (en din:ccic'm de l c ue rno de la sobre b s c u;dcs se ha bían :1lz;1do esos te rrapll'n l's c irc ula-
Lu11:1 :1b:1 11don:1do y:1 por la lu :t, dd Soll. La luz l' ll !:1 par- re .~. a m:ine1·a de broca les de pozo, a Fi n de dej;1r fu t: ra la
te lk este 1t1:1r ·' l'gt 1ía m:ís :tll:t de l:t somlira por el 1ncdio liumed:1d circund an te. Una de el las, que se exte ndía ha-
del oolfo contin u:tndo luego li:1st:1 1:1 partid<'m. l In poco ci:1 ]:¡ parte m:ís :tira de l:t Luna , ostcnrab: t la form:1 cLira
'I
h:tci~ d ~ur h: 1b í:1 un a esp:T ic de i.,tm o lu111inoso, si liiL'll lk un:t he ndiclu r:1 algo nüs :1h il'rt ;1 il:1l·ia ,,u miud. No en
l' ll d :1c intil:1do hrill:tntc rcs:dlalia t111 punto nl'gru y a s u
tod:ts b s cavidades se clistinguL1 cJ;1r;1me nLe su llorck; ele!
vez de tr:ís de <· I, c· n d mar, un mo nt e rclu cicnll' y bie n
resto de l c uerpo lu n;1r (mancl1:1do o pa nt a noso), s ino q ue
vis ii>I<'. Los ,·xln:1 11os brillantes dd :1c:u1 til:1do se :1 l:1rg:d1:1n por causa de la contigüicl:tcl y uni lúrrn idad de su ilumina-
crn110 promo ntorios; l:t p:1 rtil'i<í11 , :d :1dL· nt r:1rse l'll d m:1r, ciún el borde se iba :1p;1g:111clo hasta d csp;1<·io ;1hicrt o de
Sl' vc ia rora e n c ieno 111o d o por e l l'Xt rc mo in!Crior; una la so mbra. Casi todas las ca vidades de gran Lamaho pre-
Vl'i'. solirq ias:id<> vi l'X trl'll)<> ren 1pc r:1h:1 s u l(m11a (díptica se ntah;111 e n su centro una ima gl· n p:1rccicb a la de esos
o comi>:ida> :1 hi largo de o tra 111:1nd1a ". crisrales redondos que se usa n l' n nu estras ve m anas, es
decir, en el sue lo m ás bajo ele c: 1d;1 una de estas c:1vic.la-
l last:t aquí lo dvl 22 d l' sL·ptil'mlm.: dl' L<122 . cles se alzaba un montículo, aunquL' no hasta la a ltur;1 del
Vo y a tener d g usto , sin L~ 111h : 1rgo, de tran snihir ttm - re borde exterior. A su vez es to.~ montículos tt'nÍ: m un re-
hi C·n u n:t ohvcrvaci(m c nl.LT:t , de la que se han tomad<> al - hundimiento e n el centro a mancr;1 dl· ombligo L'n un vien-
gu nos d c t:t !les p:t ra la a ntc ri or d l'scri p ci<Ín de a pa rienci:ts, tre hin chado o (y este ejemplo es m:ís exacto) cr:tter de
un volcún como el Etna, segú n rcvdaba su sombra. Y aun-
porqu e tod:iví:t no.~ ensl'ñ:t mucho y porqu e L:l1 dla sL: con-
qu e bs cavidades no estaban aprc t:1d:1s unas contra otras ,
tienen c iertos rudilllentos d l' este ;tpl'ndicc cpistol:tr, en la
ni siquie ra p egadas, sino que c:1da cual esta ba aparte en
d emostraciú n d e c u yas partes and:unos rne lidos. su s itio , sin e mbargo, e n la pa rte baja de b línea de parti-
ciún <que esta vez se presentaba nimbada) las sombras
"El dí:t 17 dl' julio de 162i (contando su conÜl'l1 i'.o a e n lú rma de pequeños crecie ntes se conl inuahan unas con
media noche) es tu ve obse rvando la Luna desde l:t J a l:1s otras korr:índose e ntre sí, seg ún se ha dil'hoJ, de t<il ma-
2 con las le nres de gran :dc:11Ke del J'ad re Nicol:ís í'.uc- nera que ya con esta o rdena ci<í n suya toma ba n la aparien-
chi·u Aparecían mu chas cavidades redon das, pero e n las cia ele un arco l'lírtico de somhr:1. /\sí también se dibu ja-
ban dos hendiduras ele somhra , cncanas l:t un:t de la otra ,

36. La 'particiún' se dice aq uí en griego: Totuí . !'ero usa arncs y des-


pul's el autor 1:1 t<>rma latina seclio. dú muy impresionado por la ulil idacl y las prestaciones del instrumento.
37. El de Zucchi no fue el p ri mer telescopio de que dispuso Kepler. Sin embargo d telescopio de Zucch.i k hizo ver lo que se podía avanzar
En 1610 y 16 ! 2 había manejado otros aparatos. En un principio no qu e- en la s observaciones . [RI

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JOHA NES K El'Ll'I< EL Sumo o IA A <TH<>N<>M ÍA DE LA L11:<A

que desde la línea divisoria de lu z y sombra penetraban los ocupa ; de ahí colijo que la muralla se opone al líquido
en la zona brilla nte doblada a s u vez. Con todo, como he externo; en cambio el líquido qu e hubiera de la muralla
dicho las hendiduras estaban corrndas ad y al!{t por tro- para adentro, los p a isanos d e Enclimión han aprendido a
zos h;·illantes que las cruza ban a trechos sin interru pción. extraerlo probablemente d e nuestros ho landeses. En mi Dis-
Se diría c¡ue es un valle larguísimo que co rre de ad pa ra
c11süín, fo l 17, vaticiné lo contrario: que las fosas se hun-
allá entre montes sin uosos y que cuando se mira estos
dían quizá para extraer el líquido de lo honclo 19 . Pero en-
montes al sesgo parecen rec ubrir e l valle".
tonc~ es todavía no ba hía observado como ahora qu e las ca-
vid ades se h allan e n las zonas mandudas y no en las bri-
Hasta aquí lo del 17 de ju lio de 162:1.
1la ntes.
J\.sí pu es, estas son la s observaciones y estos los axio-
( i) .El Sol es su enemigo declarad o e incontrovertible 1n.
mas a p a rtir de los cuales demostrar( cada una d e las p:1r-
Sobre este p unto escribí e n la J)iscusfrín, fol. 1711 , lo si-
tcs del apé ndice epistobr ma rcadas co n un:t lctra 58 .
gu iente:
(h) El que las c 1vidad es 1.:'.Sté n siluad:ts rn:iyormcnre en
las mand1as y no 1.· n las partes brillan tes, en c 1j;1 dentro d e l
'·Sic.:ndo así qu e tienen lu z del día durante quince jorn:1-
número XX IV y t:imhié·n se deduce de l:t mera o hscrv:icic'm d:1s ck' Lis nu l.:'sl r:1s, sufre n calores inso portables y tal vc:z
con la vist:1. c1 rccc·11 de piedr:1s para levanta r abrigos contra el Sol,
(c) Que las parll'S rnanchad :ts .-;on nós haj:ts que· b.~ bri - mientra .~ que a l:1s veces deben Lencr un sud o pegajoso
llantes, se sigue segC1n lo dicho en Xlll. como lo.~ que :1cí conon:mos·" ele arcil la, seguirán por tanto
( d) (e) En la ma ncha de negru rn l's1x·sa conje tu ro ma - d sigu iente: proced im ie nto a la hora de const ruir: excavan
res (XXI) y en las de un negro nüs desvaído pantano.~ (XX Tl , un :'irca muy extensa , amontonando :drecle dor e n círculo
XX lll). la tierr:1 q ue saca 1Y1·' , pa ra de esta suertl' esconde rse a la
(f) Si el los aco tan espacios es que d e be hal KT un ac ue r-
somhr:1 e n lo hondo, detrás de los taludes qu e a lzaron, y
:il lí dentro .segui r el movimil'nlo del Sol d:111do la vuelta
do e ntre e llos, segú n se desp re nde de XXX !ll.
c·n pos de la sombra. Esto viL'IK'. a ser para el los una es-
( g) Es propio de la raz(>n te nde r :1 un fin dete rm inado.
JX'c ie clt: ciud :1d suhterr:'inea , sie nd o sus casas un sinfín
Porqu e aunque también se entrega a l juego para mat.ar el de cuev:1s exc:1v:1d:1s en d t:dud c ircular. Los sembrados y
tiem po, sin emba rgo, la s o bras realizad as con miras a l jue- pastizales los pone n dentro del círculo, para no tener que
go nun c:1 son equ i¡x irahlcs por su tamail.o a las o bra s que :de jarse mucho de .sus ha ciend:1s c u:111do huye n del Sol" .
tienen como finalidad la propia consc rv:1cic'm. Ahora bie n ,
estas obras son e normes , tocia vez qu e a un :1 distanci:t de
"í0.000 millas no cscapan a nuestros sentidos. :\'). La cita di: 1:1 O>lll '<'1sacüí11 ap:1rcce a hajo L' l1 ex tenso, pero supri-
mic·n do juslalllelltl' L'Sla Cr:1se (b1111wris (' /Jroji/.llc/o e/iciendi Cau.sa) que
(h) Porque algunas de las cavidades est.ín rodeadas por
l'l :1utor considera ya inapropiada.
u na muralla exte rior y porque estas cavidades se hund en 1iO. En gricgo: u1u1n~/tlehlos.
en territorios de manchas en negrecidos por el líquid o q ue fil. Texto L'n e;. IV. . LV, 299 (con pequeñ:1s modificaciones de las que
señabmos las 1n;'1s im porrantcs); traducci<'in c·n C . Solís Santos, Galileo Ke-
¡1/er. fil Menst.1/e y el Mensajero sideral, pp. l27-128, y E. Rosen, Kepler's
38. Friscb (Vlll , 73) camhi:t aquí el texto del So111ni111n ( 16:)4) escri- (,'())/1!('YSlltiOll, p. 28.

biendo nwn eris ("por un número") e n lugar d e litcris ("por una IL'tra"), Y 42. "como los c¡ue ad conocemos" (nostrae) es una adición al texto
luego procede a cambiar las let1~1 s indicadoras, de la (b) a la (ppl, por primitivo.
los correspondientes números , del (2) al ()H). Nosotros mantenemos el 43. Aquí en cambio suprime la fra se del original: humoris in profun-
aspecto original del texto. do e/ú;iendi ccli~'ª ("para extraer el agua de lo hondo").

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.JOI IANNl'.S K El'l.ER E 1. S1 1FN0 o LA A sTl{ONoM iA DE LA LUNA

Estas cosas ya entonces las pensé yo así, sin haberme u nas HiO millas'"- El d ifrmctro de esta mancha equivale
percatad o tod avía de q ue <::n el centro de las cavidades se a p roxi ma damente a un dieciseisavo de la capacidad ele m i
al zaba n unos m ontíc ul o.~ con su ombligo rehu ndid o y q ue instrumento : luego est:í claro qu e mide 10 millas :tlema nas
Lt mura lla estaba pu esta a lrededor de ciertas cavid ades por y su radio 5 íl·.
s u pa rte exrerior. Mi razonam iento e ra e n efecto q ue ell os Cp) No pe nsar:ís que un círculo ele 5 milbs de rad io p ue-
po d ían saca r m{is provecho de esa larga sombra s in exca- de d ibujarse de un trazo con la p un ta de un corn p:ís, a no
va r b l:t g una, limitándose ra n súlo a a montonar fuera la se r q ue se tenga a d isposición un dibujante que ya d solo
t il'rr:1 l' Xtraída para así de fe nderse de l Sol. Lo que , por un:1 miela p o r lo me nos 20 millas.
ra z1í11 prec is;1 pL' r<> d l'sco11oc ida pa ra mí, pe nsaba yo qu e (q) Pe ro no l x 1 s t~1 una sola cul'rda p a ra ama rrarla a la
te nían q ue hacer, eso rnislllo corro ho r:i n alior:t o jos y k-n- e st:1ca por una punta y po r la o tra ir tra z:indo d círc ulo ,
tl·s. 11 :1 y q ue estahk cer si lo kicc n par:t p rotegerse del Sol, ya q ue dicha cuerda , p or su peso, caería l:t cia :ti s uel o y
SL'gL.111 :1d viL' l'lt' la 11 01:1 (i), o co ntr:1 la hurne d :id , según b se l'ng:mch:i ría <::n los mogotes, riscos y dc m:'ís :1spcrcz:1s
1101 :1 :1111L'ri or t ltl, o contra lo uno y lo ol ro, e 11 u n ll' rll li no dl' 1:1 su¡x- rl'icic. La C111ica solu ció n es por cons ig u ic ntc va-
lerse de rnuclu s CllLTdas am a rradas a una 111 is rn:1 L'Sl:tca L'
ll!L'di< ).
ir m arca ndo p unttis <t i.s l:t dos sobre e l futuro círc ulo :1 trL·-
(Id l ln:1 ve/. pul'stos :1 c0111parar l:is gen tl's dl' 1:1 Lu11:1 y
dws no ta n di su ntes qu e no se vea un:1 sl'l'u l d csd l' 1:1
l:1 s d t · 1:1 T ierra , :1pi ic:1111os 1111 mis mo crite rio sobre cos:1s
ot1 ~ 1. Y pl'Sl' a todo , el med idor tend rá q ue ir cada vez desde
q ul' gu:1 rd a11 L'lltrl' sí Sl'llll' j:1nz:1. Puesto q ue vt·n1<>s que las
la estac1 h:1sta el círcu lo con un carro carga el o con l:1 cuer-
p;i rll'S 111a 11d1:1d:1s d e 1:1 Luna son c ivil iz:1d:1s, e n las o t r:1s
d :1 a fin d e que e ll a le baste p:1ra la d istancia a cubrir.
p:1rtl'S esc1qx 1das y 1110111:u'los:1s luhrcmos de col ocar pa r-
( r) De XX IX se despre nde que los individuos de la raza
tida s de h:1ndolcros sa lv:1jes y sin ley. Estos SL~ r:'t n L:ne1ni-
luna r no son e quiparables e n c u:mto :1 la masa de sus cue r-
gus de los 111:ís civi li1,:1dos , q ue a su vez lev:111t:1r{1n rn ura-
pos con las montañas lunares; :1 hora h il'n, de XXX II 1 SL' des-
l h~ p:1r:1 p ro tege rse d l' sus :1taqu cs. Pe ro a pl íqu l'se :iqu í la
p re nd e ig ualme nte q ue son multitud . Co mo las :qx1 riL'1Ki:1s
o lisL· rv:wi c'in rccog id:1 L'n XXX IV, q ue no pu cdl' L'x plica rse d :1n testimo ni o de sus const.ru cc i o n c .~ e normes , es menes-
de otro modo si no e s con siderando qu c :1llí il:1ya J'orrilk a- ter que se lleve a cabo g racias a su 11C1mno lo qu e no se
c io nl's contra u n:1 invasic'm L'nL'tll ig:1. ll eva a c 1ho gr:1ci:1s a s u corpulencia. Sirvan como eje m-
<I > La s cav idades til'nc n fo rrn:1 de círc ul o. lln círculo se plos, de alg un :t man c r:1 similares, b to rre de Bahcl , las p i-
rraza a partir de un n: nt ro. Convie ne , p ues, que este ce n- rárn id es de Eg ipto , una l:t rgu ís ima carreter:1 pavimenta da
tro sea bie n vis ible y n1<.: nt c con algC1n instrurnl'nto para ex istente e n J:1s dep e nde nc ias del Pe rú í 7 o la mur:db q ue
medir los in te rvalos que Jw y entre él y 1:1 c irc unfe re nci:1. prot ege a los c hinos contra los tú rtaros.
( m ) La ig ua ldad L'.ntre estos inte rvalos t:lll grandes no
p m·ék establecerse si no L'S med iante u na c ue rda.
(n ) Dado que los d i{unetros de las cavi d ad es son ele d is-
tint :t lo ngitud . ·1'i. 12 : 50 = ((¡() : 400.
(o ) Pu esto qu e m i instrumen to abarca e n un solo golp e .fo. ](¡(): ](, = 10; ](I: 2 ='J.
de vista 12' de los 30' d e la Lun a, qu e tie n e un difrrne tro 'i7 . Los incas ha bían construido c.:xn.:lentc.:s y larguísimos c:i111i no.s pavi-
llll'l11;1dos de.: los que.: Kc.: pkr pudo lc.:ncr conocimiento a travé·s de José' de
ele 1¡00 millas alema nas'", mi instrumento aba rca po r tanto
Anisla o de la f Jescripcián de las fndUls occidentales (M;1drid, 160 1, ;.ap. 16)
de Anlonio de Ilerrer.:1, que tuvo d ho nor de dos ediciones en t1:1ducci<in
4''f. Sobre.: c.: I diámc.:lTO de.: b luna véase.: la nota (207) al S11e1io. b i in;r por los días del SueJ'w (en Am-;rercbm 1622 y Frankfurt 1621i). [R]

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]< >l IA NN FS KEPJ.EH F 1. S111:r\:o o t A A~TRoNoM íA nE LA Lr :NA

(s) En aquella hoya enorme, que mide 10 millas ale- XXXIV. La presencia de material amontonado en el interior
manas de ancha, b uena parte del diámetro estú ocupado se d esprende de la visión de esos montículos elevados so-
por d espacio abierto que se extiende entre d reborde y bre el suel o y del axioma metafísico de q ue nada se hace
el montículo central, y cualquiera que diga que no mide sin ca usa. Tal a ltura se levanta en medio de la hoya , luego
menos de una milla a lemana estará de acuerdo en que es tiene su propia causa . Ahora hü:n , no hay causa para ello
algo mayor, .c;egún co rro bora la vista. m:'is probable que el amontonam ie nto del material que an-
Por ahí puedes calcular b masa de sus cue rpos , que, tes re lle naba la fosa cercana que se ve todo alrededor, y
aunque no sea equiparable co n s us montañas, s upera e n además no es sencillo imaginarse otra causa.
mu cho a la masa d <.: los nuestros, como cabe colegir de (x) Se despre nde de e llo que p:trte ele la mate ria extraí-
sus construn:iones, que son mucho rn:'is numerosas que las da de las c:tvern:1s cubiertas por el reborde brillante se ha
nuestras. l•:sro mismo lllL' atreví a afirrn:1rlo ya en Ja Opti:- amontonado fL1 c r:1. Y de ella prccis:tmente estú hecho el · 1

ca, rol. 2"i0i8 , h:1súndomc e xclusivarneni-c e n 1:1 cornpara- re borde. Yo diría qu<.: se ha e mpi cado toda la materia si Ja
ci(J!l de l:ts nHmt:ü'las lun :1 rcs con bs nuestras. He :1c¡uí mis fusa estu viese lirnpi;1 y no se alzac1 en su suelo e l montí-
p:il :1bras: culo. Por tanto, alb adentro, donde se alza el montículo,
es d e ercer tamhién (flll' hayan amontonado ¡x1rtc ck~ e lla.
"Con r;1z(H 1 Plut;1rco dice que l'I n1<:rpo de la l.un;1 es (y) Aquí hay una do hk murall;1 , pu esto que, como he
;il d,· (;¡ Tierra , inrgu l:ir y 111on1;11ioso, :1u11-
e< >111p:1 r:1 hlc dicho , el re borde exterior forma b primera muralla, mien-
qUL', en proporc i<in :1 su globo, aqud lo s montes son dcs- tras que b que se levant:1 (l<.:ntro viene a ser Ja muralla no
dL· luego nu yorcs que los de la Tierra e n proporciún al de 1:1 fosa exterior (a la que desde dentro ·no amenaza nin-
su yo. Y po r segu ir hron11.::111do con Plutarco: puesto que
gún pe ligro), s ino de la laguna c¡u <.: se halla en el ombligo
entre nosotros es nirricnle que hombres y :inim:ilcs con-
centra 1 del monlículo.
cuL·rd e n con el c:11-:íl'lcr de su ;í111hilo o lcrrilorio , hahr:'1
por lanto e n la l.u11;1 criaturas v ivicnlcs tk 111ud1a mayor (z) Que b l(isa es harto prorunda, lo atestigua la abun-
corpuk·ncia y de crn11plc x ic'>11 mud10 m:ís n.:ci :l que l:t nues- da ncia del m;1tcri:tl ex traído , que es ta nta, que no S(Í lo el
tu , L'lc. " tilud e xterio r que va dando la vudta todo a lrededor es de
altura considera ble, sino que l:1mllié n el montículo interio r
(t) l'u esto que SL' VL'n un as fos:1s (según XXV) y ade- es por dcnüs vis ibl e.
m:'is son cosa :trtificial ( scgt'111 XXVII[), es imposible que se (aa) Ello se desprende de b ohservaci(m recogida en
hagan por otro medio que extrayendo mate rial. Y ello es XXVII y del mé todo de construcci (m que hasta aquí he-
porque e n las mism:1 s hoyas no encuentran dúnde cntc- mos ideado. ll na vez s upuesto qu e todos los puntos a lre-
rr:t rlo. No cabe aniqui lar ese m:tterial, lo mismo que de la dedor equidista n de la estaca y que la fosa se va constru-
nada la té cnica no pu<.:de extraer algo co rpóreo. yendo desde un punto determinado hasta otro, acabará por
(v) Esto sería verdad e n el caso de las cavernas que, trazarse un círculo completo con la fosa y, p or tanto, tam-
sin n ingún reborde brillante, parecen no tener una hoya bién con el talud ext<.:rior y el interior, según advierto en
fortificada por su parte externa, según lo dicho en XXX y la nota ( hb). Porque una vez supu esta una criatura do tada
según la observación del año 1623 descrita Juego e n el <le un cierto grado de inteligenci :1, ya no resulta chocante
con e ll a la utili zaciún de cuerdas iguales exten d idas en to-
das direcciones.
48_ e_w:, n, 220 . (bb) [Falta].

222 223
J<>i !/\ NN ES KEPLEI< EL SUEÑO o LA AsTRONi 1,\ J11\ 1)E LA LtiNA
'
t

(ce) La mente no hace nada en vano. Ahora bien, exca- hace otro tanto. La recorren ya 11:1 vcg;1ndo con poco es-
var la cumbre del montículo interior u ombligo parece cosa fue rzo, ya caminando a pie con may< >r mo lestia.
superflua , siendo así que la misma acumulación del mate- (11) Ello es porque los que están , :o la fosa tie ne n ele
ri ;d extra ído ele la fosa , a medida que el talud interior va un lado el montículo y del otro el talud exterior. Por tanto,
cn:ciend o , deja por sí sola una lag una en su centro, según si el Sol queda del lado d el talud exterior, el mismo talud
ad vierto e n (ddl les proporc io na sombra a esos.
( dd l lh;1llul. (nn) En cambio, si estos o sus oponentes tiene n el Sol
<ce) 1·:.-;10 tarnhié• n nos lo dictan nu estra m edmic1 y ar- del lado del montículo, los que están en la fosa se escon-
quit ec1uc1 te rrestres , y es uno de s us principios b(!s icos, ya de n a la sombra de trás del montículo o del talud interior.
que ;1t;11·1L' a la parre princi1x d de toda ohra, especialme nte (mm) Pues a los que están en el cüter del montículo el
cuando SL' ec han los cimiento.,. talud exterior no les proporciona sombra ninguna; se la pro-
(ll) Ya te níanH >s n1ari smas en Li Luna segCm XX III. Las porciona el talud interior y ello sin esfuerzo por su parte,
rL·su nll'.-; co nclusi< >ncs 11< is b s pro p< >rci< ma m1 csl r;t agri n 1l- ya qu e el s itio este del centro tie ne un fondo angosro y e n
1u r:1, a s:1hc r, qu e .-; i rodc1 s una zon;1 1xmtanosa con un a un breve paseo van sus moradores desde las partes reque-
f1>.,;1 prol'i1nd;1, d :1gu;1 d l' hi e ra y el :1gua in clu íd:1 c·n vi 1nadas por el Sol a las umbrías. Y si el talud, cuando el Sol
ce ru >l'SCUITl'n !J;1ci;1 f;¡ fosa. al medio día cae a p lo mo sobre sus cabezas, no da som-
(gg) Aunqul' L'i drenaje de la zo11;1 no sc;1 lo ha., t:llltL' bra , es lógi co pensar que hayan excavado e n b pendiente
profundo, L'I rnall'ri;d de I;¡ fosa qu e se ;1rroja e ncima for- d el talud unas cuevas donde esconderse y evitar el Sol d e
111:1r;'1 una mesa lo ha st;1nt e all:l como par;1 qu e d agua no medio dfa.
toque su s upe rfi cie. ( oo l [!,altaJ.
<hh) l·:n aqudl:1 s cos:1s que la intel igencia o rg:111iz:1 no (ppl IJ<Uftaí<JJ.
suc·k· h:1cc rsc nad:t l'n vano. Aquí, SL'g L'1n crn1s1a L'll Li l1i -
pútl's is de este· / lfx;n <.lice l'l1 fo rma de carta , hay una fos:t Creo , pues, que q ueda demo strado todo lo que e n el
pr:1clic:1da por cri;1tur:1s int el ige ntes ca 1x1z de recoger las / ljJéndice en forma el e carta se contiene, según prometí en
;1gu:1s y ade mús circul;1r. ;,Y para qu (· demonios iha a se r- el punto (oo) , y además mediante axiomas varios y nume-
vir 1111 c:1nal circular s ino para 11eveg;1r por s us aguas' rosos, según e l punto (pp) . Y ya es bastante lo dicho so-
( ii) 1.o !:i rgo de este día c durosís irno ga rant iza el seca- bre este Apéndice, con cuyo remate acaba también esta obri-
do de las ag uas casi ;1 diario . En este trance, p ues, la fosa lla mía. Invito ahora al lector a q ue lea e l opúsculo del au-
se utiliza con otr;1 i'inalidad : dar la vuelta c1minando sobre tor antiguo que viene luego'º.
su fondo.
( kkl La finalidad de este peregrinaje es refresca rse. No Fin d e las notas al "Apéndice"
es mero pasatiempo o juego Clas construccion es son de-
masiado importantes para e ll o , seg ún el tipo de conjeturas
que hemos aceptado antes entre los axiomas) , sino una ne-
cesidad imperiosa de agaza parse y protegerse contra los ri-
gc>res de l Sol a la sombra de la muralb. Y para poder ha-
49. Las notas (oo) y (pp) son en realidad los 34 puntos de la no ta
cer esto e n todo momento , tienen necesidad d e una fosa (a), tal como se anuncia en el comienzo ele la misma.
redonda por donde ir trasladCmdose a medida que el Sol 50. Se trata del De fa cie ele Plutarco.

224 225
. ··· ~ ---------- -- - - - -- -- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -- - - - -

Í NDICE DE NOMBRES PRO PIOS

[C = Carra ; S = Su<:iio (aqu í cada número indica la nota de Kt:pkr qu e


sigue más de cn c o al nombre reseñado); NS = Notas al Sud10; /\ = /\pén-
d ice (cad:i ktr:i indica la nota poúxima siguiente); NA = Not:is :d /\pé ndiccl

Acost:t, José ele: NS 222 Brahe, Tycho: S 20, 22, 25 , 27;


Áfri ca: NS 2, 154, 158, 169, 204 NS 2, 13, 16, 19, 20, 33, 43,
Alem:onia: NS 61 50, 58, 223
Alpes: S 208 llrandá n, San: NS 2
América: S 2 , 155, 167, 171 Brasil: S 169, 170
Ancona: NA :1 (XXXIV) Brl'la ña : S 161
Ani{in , csrrLT ho el e: NS 156 Brunilda : NS 3
Arabi a: NS ['ji¡. Buc han an: NS 11
Arnoh io: NS 219
Aristút:clcs: NS 9, 61, 148, 154 Caray: NS Hí3
Asia: NS 73 , 151, 163, 164 Cccio: NS 208
Atl::í ntida : NS 2 Ciccr<'>n: NS 2
Augshurgo, Confesión ele: NS 6 Ciencia: NS 4
Aulide: NS 60 Clc<ímhroto: NA a (XXXIV)
Azores : NS 2 Col:1s, el hombre pez: NS 214
Colu mnas de Hé rcules: NS 2
Bachaczek, Martín: S 3 Copenhague: S 29
lhrtsch, Ja co h : C; NS 179 Copérnico: NS 7, 8
Bergen: S 17 Crimea , pen ínsul a de: NA a
Besold, C hriscop h : NS 2 (XXXIV)
Bohe mia: S 1
Botnia: NS 20 Chile: NS 216

227

• - .
J o 11ANNF-> KEl' LEH EJ. S t1EÑO () l.A A STHONOM ÍA DE LA L UNA

China: S 163 Jlécatc: NS 211 Molucas: NS 156 Salomón, islas ele: NS 1 ')6
I-lek la: S 9, 12; S 8 , 9 Moscovia : S 160 Sarmacia: NS 160
Dinamarca: S 19; S 20, 23, 29, l T<.:r(idoto: JA a (XXXIV) Mü ller, Veit: S 2 Sarsi: NS 207
162 Hesse: véase Felipe Mur: NS 1"i4 s chilckel : NS 1"i4
Danubio: NS 'i3 Hild cgard : NS 3 Musas: NS 35 -37 Seiffart, Matthias: Ns 50
J)i(igcnes J.acrcio: NS 9 Tliltrud: NS 3 sicilia: NS 214
Duracoto: S l , 33 y al final ; NS 1 lomcro: NS <) Neohurgo: NS 49 s il esia: NA a (XV!ll )
1¡.3 I lvcn , is la d e: S 20 Nicaragua : NS 168 Siria: NS 2 lii
Noruega: S 17, 19 ; NS 18, 162 Snctl: Ns 207
Empédodcs: NS 9 lndi:1: NS l(ó Nueva Zernbla: NS 2 Suchia : Ns 8
l·:ndirn i<'>n: /\. f; A h lngl:iterra: S I') Nü rernhcrg: NS ')3 Succi:1: Ns lú2
l·:giptCl: NS 151Í; NI\. a (XXX IV ) lnn , v:ilk dd: NS 208
Ell ia : /\.a (XV(J ]) 1sl:111dia : s 2 , I ') , 'i 1; Ns 1, 2 , Olimpo: S 7) Ta rta r ia: NS 160, 1ú:S
Enns, va ll l' de : S 208 :\ , 1:\, l"i, 20, 2:-i 28, 2') , ¡ 71¡ , Olao: NS 3') T:í uri ni , Cju c rso n vso: vé·a sc
Fsc: ilígl'rc i: NS :!.21 17'í Ürcad as: NS 11, 17 ,23 Cri111L·:1, penínsu la de
t·:sc:1ndi11:1vi:1: NS 1ú2 lgnoranc i:1: NS 1¡
Tolorneo: véase l'tolomc o
Esciti:1: NS l '> /í, 220 P:ill'stirn: Ns 1c;,¡ Tracia: NS l(i()
Esn)('i:1: NS 1, 11 , l7 , 2,¿J J njl's : NI\. <XXXIV)
Traum: s 22 1
;i
Palmira: NS 2 1·1
l·:s ¡i:11i:1: NS ú3
Patric io , San: Ns 2 Troya : NS (10
l•:s1iri:1: NS l 'i·Í Kq>kr, .Joh :11111cs: C
l'c oloponcso: NA a (XXXIV) Tubinga (Tühingc n): Ns 8, 213
E<>t r:1sliurgo: C Kl'pl<:r, Lud w ig: C
l'e urhach : NS 2 Tule: S 3; NS 171¡
J·:tna : NS<)
Pitágoras : NS 7
Furipo: NS<) l.:diradm, Tivrr:1 del: NS 2
Plat<ín: NS 2 1Irania: Ns 23
Eu ropa: NS \ l 'ilÍ , 159 , i(l ,Í , 1.a poni:1: NS 20
i.L· ip l. ig: S 8 PliniCl: NS 9
2 ()1Í
l.cva nia <= l.u11 :1 ): s ·Í 2 , 'i2 , "i '> , Plutarco: s 2 , 'Í.'\ , (>l , 81 , 211 ; Vl'lll'Cia: S 23
8 l ,87,88, ')1Í,%, 101, 103, As VL"s uhio: Ns 9
11ahri cio, IJ:1 vid : NS 223
109 , 121 , 12 1í, 182 , 200 , l'lut/ m: N.'i 8 Vi rg ilio: NS 28
Felipe , landgra ve d e !Iessl': C:;
NS 20, 179 206, l'ompcya: NS 9 Volke rsdorf, ba r«m von : NS 8
Fin l:111d i:1: NS 20 1.ihus:i: s 1 l'opa yán: NS lú8 Volva (= Ti<.::tTa): S 90, 11 '), 125-
Fiol x: NS 3 l.inz: NS 'í3, 200, 22 1 Porfirio: NS 37 127 , 13 1-135, 13'), 136, 140,
Fiol x hilclc: S :-;, al final ; NS 8 J.onghng: NS 223 Praga : NS 2, 8, 44, 53, 82 112-HS, 152, Vi .~, 166, 173,
Fran kfu 1t: C; S l y al final ; NA l.uc i:1110: NS 2 l'tolomco: NS 108 174 , 176, 178-187, 190, 193,
a (XXXIV) l.uco111ori:1: Ns 220 19/i , 198-200
Frl'derkk, Julius: NS 28 Lusacia: C Quivira: S 121
Yucatfo: NS 1(>8
(;:ili lco: S 1 1, 13, l 'i1 , 207 , Maestlin: S '>9 , 207, 223 Haz«m: 'S lO
209 , 211 ; A h Mag;ilb nes, Tierra de: S 172 Rcinhokl, Erasmo: S 2 Wurtemb<.::rg (Wütttemh<.::rg): S
Gé nova: NA a (XXXIV) Martín del Hío: NS 28, 38, 220 Rodo lfo, empe rad or: S 1 28
Gilbert, Wi ll iam: NS 134 Matfas, archiduque: S ] Rollenhagen: NS 2
Gra z: NS 2 M:1tilde: NS 3 Roma: NS ') 3 Zu cchi , N ic o lús: A a ; NA a
Groe nlandia : NS 2, 23 Meissen: NA a (XVIIJ) Rostock: NS 53 (XXXIV)
G ulclin, Pablo: A a Mesina: NA a (XXXIV)

228 229
-···--- -·--·--··-- -- --

Se acabó de imprimir El Sucilo o Ja


Astronomía de fa Luna el día 16 de
Diciembre de 2001 , festividad de
Santa Adelaida, en los talleres de
Artes Gráficas Bonanza y
estando al cuidado de la
edición el Servicio de
Publicaciones de la
Universidad
de Huelva

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