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LITERATURA

¿Qué es la Literatura?

Géneros Literarios

Género Narrativo relata los textos literarios que relatan historias de personajes en un tiempo y
lugar determinados, en primera o tercera persona. A este género pertenecen: cuento, novela,
mito, fabula.

Género Lírico

Género Dramático

Relatos de orígenes

Diferencias entre Mitología Precolombina y Mitología Clásica + Características del mito

El mito:

▪ Cuentan una historia sagrada.


▪ En un tiempo primordial o fabuloso.
▪ Constituyen la religión de los pueblos que los crearon.
▪ Personajes sobrenaturales.
▪ Son verdaderas para el pueblo al que pertenecen.

Su Función:

En la actualidad, con adelantos científicos y tecnológicos, las preguntas sobre el origen de la


lluvia nos parecen fácil de responder. Sin embargo, para los pueblos antiguos, estas cuestiones
resultaban inexplicables.

A través de ciertos relatos intentaron aclarar misterios de los ciclos de la vida y de la muerte y
explicar cómo comenzó a existir todas las cosas (el hombre, el fuego, las enfermedades, los
astros, etc.). Los personajes de esos relatos o mitos son dioses y semidioses, seres
sobrenaturales que, a partir de lo que crearon desde los orígenes, hicieron que el ser humano
fuera lo que es.

Mitología Precolombina:

Se conoce como precolombina a la etapa anterior a la llegada de los europeos a América.

En la etapa precolombina hubo muchas sociedades, las más conocidas fueron la Maya, Azteca
e Inca.

La más antigua en la sociedad Maya, vivían en ciudades estado-independientes, es decir que


compartían ideas, costumbres idioma, pero cada una tenía su propio gobierno. La base de su
economía era la agricultura, y su principal cultivo era el maíz. Los mayas, además, tenían un
conocimiento muy desarrollado: crearon un sistema de numeración muy exacto que incluía el
cero, y un tipo de escritura jeroglífica para registrar hechos importantes. Crearon 2 calendarios
observando el movimiento de los astros.
Popol Vuh: Es un libro sagrado del pueblo Maya-Quiché que cuenta narraciones míticas y
legendarias de estos pueblos. Es anónimo y de creación colectiva, se cree que es escribo en
1550.

Está dividido en cuatro partes más el preámbulo:

▪ Preámbulo: Manifiesta la intención de contar la historia del pueblo Maya-Quiché.


▪ Parte 1: Cosmogonía y creación del hombre.
▪ Parte 2: Narraciones míticas y legendarias.
▪ Parte 3: Historia del pueblo y sus caudillos
▪ Parte 4: Consolidación de la comunidad.

Mitología Clásica:

Es el conjunto de leyendas o mitos griegos y


romanos. Los dioses en estos relatos eran seres
que tenían forma humana, pero eran
inmortales, además los dioses no eran seres
perfectos, tenían defectos, actitudes malas,
etc.

Cosmogonía: es una narración mítica que


pretende dar respuesta al origen del Universo y
de la propia humanidad.

La cosmogonía pretende establecer una


realidad, ayudando a construir activamente la
percepción del universo (espacio) y del origen
de dioses, la humanidad y elementos
naturales.

Teogonía: palabra que procede del griego


“theogonia”, que puede traducirse como “el
estudio del origen de los dioses” y brinda
información sobre el linaje de las divinidades.

Antropogonía: es la clase relato de carácter mítico-religioso sobre el origen del hombre, su


creación o surgimiento y por extensión de su cultura.

Relaciones intertextuales: Intertextualidad

Es la relación de co-presencia entre dos o más textos; esto significa que en el hipertexto
aparece el hipotexto. Esta co-presencia puede manifestarse de las siguientes formas:

Cita: es su forma más explícita y literal. Consiste en utilizar en un texto unas palabras o
párrafos de otro texto del mismo autor o de otro autor, aclarando de quien es la cita y
resaltando lo citado con otro tipo de letra o con comillas.

Plagio: se toman palabras o párrafos sin indicar que le pertenecen a otro autor. En este caso, el
lector es engañado por el autor. El plagio está penado por la ley.

Alusión: estamos ante el mismo caso, pero el autor de por supuesto que el lector conoce el
hipotexto y comprenderá la alusión. Si el lector (o espectador) no posee el conocimiento del
texto base, no se realiza la comprensión plena del mensaje del hipertexto. Este recurso es muy
usado en la actualidad, en la literatura y en la publicidad, así como en plástica y música.

Canto I Concilio de los dioses: Exhortación de Atenea a Telémaco. Homero comienza la Odisea
invocando a la Musa para que cuente lo sucedido a Odiseo después de destruir Troya. En una
asamblea de los dioses griegos, Atenea aboga por la vuelta del héroe a su hogar, quien lleva
muchos años en la isla de la ninfa Calipso. La misma Atenea -tomando la figura de Mentor, rey
de los Tafios- aconseja a Telémaco que viaje en busca de noticias de su padre.

Canto II Telémaco reúne en asamblea al pueblo de Ítaca. El palacio de Odiseo se encuentra


invadido por decenas de pretendientes que buscan la mano de su mujer Penélope, creyendo
que aquél ha muerto. Gracias a la ayuda de Atenea, aparecida ahora en forma de Mentor, el
joven convoca una asamblea en el ágora para expulsar a los soberbios pretendientes de su
hogar. Finalmente, Telémaco consigue una nave y emprende viaje a Pilos en busca de noticias
sobre su padre.

Canto III Telémaco viaja a Pilos para informarse sobre su padre. La siguiente mañana,
Telémaco y Mentor llegan a Pilos e invitados por Néstor, participan en una hecatombe para
Poseidón. El rey Néstor les relata el regreso de otros héroes desde Troya y la muerte de
Agamemnón, pero no tiene información específica de Odiseo. Les sugiere que vayan a Esparta
a hablar con Menelao, quien acaba de regresar de largos viajes. Atenea se desaparece
milagrosamente. Impresionado que un joven esté escoltado por una diosa, Néstor arregla que
su hijo Pisístrato acompañe a Telémaco a Esparta.

Canto IV Telémaco viaja a Esparta para informarse sobre su padre. Continúa el viaje hasta
Esparta, donde le reciben Menelao y Helena. Éste le cuenta acerca de su conversación con
Proteo, quien le informó acerca de la suerte que había corrido Odiseo, encontrándose éste en
una isla retenido por Calipso. Mientras tanto, los pretendientes sabiendo del viaje del joven, le
preparan una emboscada a su regreso.

Canto V Odiseo llega a Esqueria de los feacios. En una nueva asamblea de los dioses, Zeus
toma la decisión de mandar al mensajero Hermes a la isla de Calipso para que ésta deje
marchar a Odiseo. La ninfa le promete la inmortalidad si se queda, pero el héroe prefiere salir
de la isla. Tarda cuatro días en construir una balsa y emprende el viaje al quinto día, pero es
hundido por Poseidón, enfadado con Odiseo desde que el griego cegó a su hijo Polifemo.
Odiseo es ayudado por la nereida Ino, quien leda una manta con la que debe de taparse el
pecho y nadar hasta la isla de los feacios.

Canto VI Odiseo y Nausícaa. Atenea visita, en un sueño, a la princesa Nausícaa, hija de Alcínoo,
rey de Esqueria y la urge a tener sus responsabilidades como mujer en edad de casarse. Al
despertar, Nausícaa pide a su padre un carro con mulas para ir a lavar ropa al río. Mientras ella
y sus esclavas descansaban y otras jugaban a la pelota, Odiseo se despertó, las vio y pidió
ayuda a la princesa. Nausícaa, impresionada por su forma de hablar, acoge al héroe y le brinda
alimentos, le dice que la siga hacia la casa del rey y le indica cómo pedirle a su madre, la reina,
hospitalidad. Le señala un bosque consagrado a Atenea a las afueras de la ciudad donde puede
descansar. Odiseo aprovecha la ocasión para implorar a la diosa que lo reciban y lo ayuden a
llegar su isla patria.
Canto VII Odiseo en el palacio de Alcínoo. Odiseo es recibido en el palacio por Alcínoo, rey de
los feacios (fue guiado hasta allá por Atenea), y le invita al banquete que se va a celebrar.
Odiseo cuenta todo lo acaecido hasta ese momento, con lo que el rey queda impresionado.
Éste le ofrece la mano de su hija, más Odiseo no acepta, por lo que el rey cambia su
ofrecimiento por ayudarlo allegar a su isla.

Canto VIII Odiseo agasajado por los feacios. Se celebra una fiesta en el palacio en honor del
huésped, que aún no se ha presentado. Tras una competición de atletismo, en la que Odiseo
asombra al público con un gran lanzamiento de disco, comienza el banquete. El aedo
Demódoco ameniza la comida con un canto sobre la guerra de Troya. Al hablar del episodio del
caballo de Troya, Odiseo rompe a llorar, y el rey manda al aedo que deje de cantar, y pregunta
al huésped sobre su verdadera identidad.

Canto IX Odiseo cuenta sus aventuras: los cicones, los lotófagos, los cíclopes. Odiseo se
presenta, y comienza a relatar su historia desde que salió de Troya. Primero destruyeron la
ciudad de Ísmaro (donde estaban los cicones), donde perdió a bastantes compañeros. Más
tarde llegaron a la isla de los lotófagos. Allí, tres compañeros comieron el loto, y perdieron el
deseo de regresar, por lo que hubo de llevárselos a la fuerza. Posteriormente, llegaron a la isla
de los cíclopes. En una caverna se encontraron con Polifemo, hijo de Poseidón, que se comió a
varios de sus compañeros. Estaban atrapados en la cueva, pues estaba cerrada con una
enorme piedra que les impedía salir. Odiseo, con su astucia, emborrachó con vino a Polifemo y
mandó afilar un palo con el que cegaron al cíclope mientras éste dormía. Consiguieron escapar
ocultándose bajo pieles de oveja.

Canto X La isla de Eolo. El palacio de Circe la hechicera. Odiseo sigue narrando cómo viajaron
hasta la isla de Eolo, que trató de ayudarles a viajar hasta Ítaca. Eolo entregó a Odiseo una
bolsa de piel que contenía los vientos del oeste. Al acercarse a Ítaca, sus hombres decidieron
ver lo que había en la bolsa, dejando salir a todos los vientos y creando una tormenta que hizo
desaparecer la esperanza del regreso al hogar. Tras seis días de navegación, llegaron a la isla
de los Lestrigones, gigantes caníbales que devoraron a casi todos los compañeros de Odiseo.
Huyendo de allí llegaron a la isla de Circe, quien dijo al héroe que, para regresar a su casa,
antes tendrá que pasar por el país de los muertos. Igual que Calipso, Circe se había enamorado
de Odiseo. Pero ninguna de las dos se vio correspondida.

Canto XI Descenso a los infiernos. Tras llegar al país de los Cimerios y realizar el sacrificio de
varias ovejas, Odiseo visita la morada de Hades para consultar con el adivino Tiresias, quien le
profetizó un difícil regreso a Ítaca. A su encuentro salieron todos los espectros, que quisieron
beber la sangre de los animales sacrificados. Odiseo se la dio en primer lugar a Tiresias, luego a
su madre Anticlea y también bebieron la sangre varias mujeres destacadas y algunos
combatientes que habían muerto durante la guerra de Troya.

Canto XII Las sirenas. Escila y Caribdis. La Isla de Helios. Ogigia. De nuevo en ruta, lograron
escapar de las Sirenas, cuyo canto hacía enloquecer a quien las oyera. Para ello, siguiendo los
consejos de Circe, Odiseo ordenó a sus hombres taparse los oídos con cera exceptuándolo a él
y manda ser atado al mástil. Escaparon también de las peligrosas Caribdis y Escila.
Consiguieron llegar a Trinacria (nombre griego de Sicilia), la isla del Sol. Pese a las advertencias
de no tocar el ganado de Helios, los compañeros sacrificaron varias reses, lo que provocó la
cólera del dios. Al hacerse de nuevo a lamar, Zeus lanzó un rayo que destruyó y hundió la nave,
sobreviviendo únicamente Odiseo. Finalmente, arribó a la isla de Calipso (lugar donde se
encuentra al principio de la historia).
Canto XIII Los feacios despiden a Odiseo. Llegada a Ítaca. Cuando el héroe termina de contar
su viaje, el rey ordena su regreso a su hogar. Acompañado por navegantes feacios, llega a
Ítaca. Atenea le disfraza de vagabundo para evitar ser reconocido. Por consejo de la diosa, va a
pedir ayuda a su porquerizo, Eumeo.

Canto XIV Odiseo en la majada de Eumeo. Odiseo no revela su verdadera identidad a Eumeo,
quien le recibe con comida y manta. Se encuentra con la diosa Atenea, y juntos preparan la
venganza contra los pretendientes. Canto XV Telémaco regresa a Ítaca. Atenea aconseja al
joven Telémaco salir de Esparta y regresar a su hogar. Mientras tanto, Eumeo relata su vida y
sus orígenes al mendigo, y de cómo llegó al servicio de Odiseo.

Canto XVI Telémaco reconoce a Odiseo. Gracias a la ayuda de la diosa, el joven consigue eludir
la trampa que los pretendientes le habían preparado a la entrada de la isla. Una vez en tierra,
se dirige por consejo de la diosa a la casa de Eumeo, donde conoce al supuesto mendigo.
Cuando Eumeo marcha a casa de Penélope a darle la noticia del regreso de su hijo, Odiseo
revela su identidad a Telémaco, asegurándole que en verdad es su padre, a quien no ve desde
hace veinte años. Tras un fuerte abrazo, planean la venganza, con la ayuda de Zeus y Atenea.

Canto XVII Odiseo mendiga entre los pretendientes. Al día siguiente, Odiseo, de nuevo como
mendigo, se dirige a su palacio. Sólo es reconocido por su perro Argos que, ya viejo, fallece
frente a su amo. Al pedir comida a los pretendientes, es hum

3illado e incluso golpeado por éstos.

Canto XVIII Los pretendientes vejan a Odiseo. Aparece un mendigo real, llamado Iro, quien
solía pasarse por el palacio. Éste, riéndose de Odiseo, le reta a una pelea. Los pretendientes
aceptan que el ganador se junte a comer con ellos. Odiseo, tras quitarse su manta y dejar ver
sus músculos, gana fácilmente al mendigo. A pesar de la victoria, ha de seguir soportando las
vejaciones de los orgullosos pretendientes.

Canto XIX La esclava Euriclea reconoce a Odiseo. Odiseo, ocultando su verdadera identidad,
mantiene una larga conversación con Penélope, quien ordena a su criada Euriclea que le bañe.
Ésta, que fue enfermera del héroe cuando era niño, reconoce una cicatriz que, a Odiseo, en su
juventud, le hizo un jabalí cuando se encontraba cazando en el monte Parnaso. La esclava,
pues, reconoce a su amo, que le hace guardar silencio para no hacer fracasar los planes de
venganza.

Canto XX La última cena de los pretendientes. Al día siguiente, Odiseo pide una señal, y Zeus
lanza un trueno en medio del cielo azul. Este gesto es entendido por uno de sus sirvientes
como una señal de victoria contra los pretendientes. Odiseo aprovecha para ver quién es fiel al
desaparecido rey, y librarse así de la venganza. Un profeta, amigo de Telémaco, advierte a los
pretendientes que pronto los muros se mancharán de su sangre. A pesar de que algunos de
ellos creen en la profecía y huyen, la gran mayoría de ellos se ríe de la adivinación.

Canto XXI El certamen del arco. Aparece Penélope con un arco que Odiseo dejó en casa a su
marcha a Troya. Promete a los pretendientes que se casará con aquel que consiga hacer pasar
la flecha por los ojos de doce hachas alineadas. Uno tras otro, los pretendientes lo intentan,
pero ni siquiera son capaces de tensar el arco. Odiseo pide participar en la prueba, ante la
negativa de los demás. Tras la insistencia de Telémaco, le es permitido intentarlo. Con suma
facilidad, Odiseo tensa el arco y consigue hacer pasar la flecha por los ojos de las hachas, ante
el asombro de los presentes. A la señal de su padre, Telémaco se arma, preparándose para la
lucha final.

Canto XXII La venganza. Antínoo, jefe de los pretendientes, se encuentra bebiendo cuando
Odiseo le atraviesa la garganta con una lanza, dándole muerte. Ante las quejas de los demás,
Odiseo responde con amenazadoras palabras, y los pretendientes temen por sus vidas. Se
inicia la feroz lucha, con los numerosos pretendientes por un lado y Odiseo, su hijo y sus dos
fieles criados por otro. Melantio, infiel cabrero de Odiseo, consigue armas, pero gracias a la
ayuda de Atenea, todos aquellos que traicionaron a Odiseo van muriendo uno por uno. Los
esclavos son colgados del cuello en el patio del palacio, mientras que Melantio es cortado en
cachos para que coman los perros. Odiseo manda a Euriclea que haga fuego y limpie el patio
con azufre. La esclava avisa a las mujeres que fueron fieles al héroe, que abrazan a su amo.

Canto XXIII Penélope reconoce a Odiseo. Después de que Odiseo matase a los pretendientes
que se hospedaban en su casa, Odiseo manda a los presentes que vistan sus mejores trajes y
bailen, para que los vecinos no sospechen de lo ocurrido. Con la ayuda de Euriclea, el héroe se
presenta a Penélope, pero ella no le reconoce ya que ella estaba convencida de que él estaba
muerto y el aspecto que tenía en ese momento no era el mismo que cuando se marchó a la
guerra. Entonces, Odiseo describe el lecho conyugal del matrimonio, y cómo lo hizo él mismo
de un olivo. Penélope, convencida ya, abraza a su esposo, que le narra sus aventuras, como
por ejemplo el enfrentamiento que tuvo con Polifemo, el monstruo de Escila, cuando Circe
convirtió en animales a todos sus marineros, etc. Finalmente le cuenta que aún tendrá que
hacer otro viaje, antes determinar su vida en una tranquila vejez.

Canto XXIV El pacto. Las almas de los muertos viajan al Hades, donde cuentan lo ocurrido a
Agamenón y Aquiles, compañeros del héroe en la expedición de los aqueos a Troya. Odiseo
marcha a casa de su padre, Laertes, que se encuentra trabajando en la huerta. El hombre se
encuentra envejecido y apenado por la larga ausencia de su hijo. Para ser reconocido, Odiseo
le muestra la cicatriz y recuerda los árboles que en su infancia le regaló su padre. Mientras, los
familiares de los pretendientes se juntan en asamblea, y piden venganza por la muerte de los
suyos. Odiseo, su hijo y su padre, que se encuentran en la casa de éste, aceptan el reto, y da
comienzo la lucha. Laertes dispara una lanza que mata al padre de Antínoo. Pero en ese
momento cesa la lucha. Interviene la diosa Atenea, que anima a los itacenses a llegar a un
pacto, para que juntos vivan en paz durante los años venideros.

En una época Layo y Yocasta gobernaban la ciudad de Cadmo, era un reino muy fructífero en
todos los aspectos, sin embargo, un día por obra de los enviados del dios Apolo, llegó a oídos
de los reyes una profecía la cual se cumpliría en algún tiempo.

Tal predicción consistía en que el hijo de Layo se habría de convertir en su asesino y en el


esposo de su madre a la cual también le tendría que engendrar hijos. Después de un tiempo,
los reyes de los Cadmeos tuvieron un hijo al cual Layo mandó a matar con uno de sus siervos
porque tenía miedo de que su primogénito le diera muerte; a los tres días de nacido, el niño
tenía perforados los pies por un garfio de hierro e iba a ser arrojado desde la montaña Citerón,
pero el siervo que tenía un noble corazón no cumplió las órdenes de su rey y llevó al niño a
otro reino cerca de Cadmo.
En Corintio, el siervo regaló al bebé a un empleado de los reyes de dicho lugar, el cual condujo
al niño hasta el palacio real donde Pólibo y Merope (los reyes) adoptaron a aquél inocente.

Después de unos años, el bebé creció con el nombre de Edipo, nombre atribuido por las
heridas de sus pies; un día Edipo se encontraba en una fiesta en la cual una persona ebria le
dijo que los reyes de Corintio no eran sus verdaderos padres, así mismo le hizo saber acerca de
la profecía que estaba marcada en su destino la cual decía que en un tiempo Edipo habría de
matar a su padre y casarse con su madre. Lleno de incertidumbre, el soberano consultó con
sus padres el comentario del borracho, pero sus padres negaron rotundamente aquel chisme.

Como Edipo había comprobado que sus verdaderos padres eran Pólibo y Merope, salió del
reino para no cometer ninguna de las atrocidades que estaban establecidas, y un día vagando
por el cruce o intercepción de tres caminos, se encontró con una caravana de hombres que
custodiaban un carruaje, pero como el conductor lo empujó, Edipo lo atacó y finalmente mató
a todas las personas que iban ahí menos a un siervo que logró escapar.

Luego, Edipo llegó a Cadmo y salvó al pueblo del tributo que le daban a la esfinge y así la
población lo coronó rey y se casó con Yocasta, juntos gobernaron el reino y tuvieron cuatro
hijos, dos varones y dos mujeres. Cierto día en la ciudad de Cadmo, la población de ese lugar
encabezada por los ancianos pide ayuda a su rey para que acabe o busque un remedio contra
las enfermedades que están azotando a todas las personas y que están matando a niños,
mujeres, adultos y ancianos. Edipo decide ayudarlos porque no le queda otro remedio ya que
él es una persona muy importante para Cadmo.

Entonces el rey manda a su cuñado llamado Creonte a visitar al dios Apolo para que éste le
diera un consejo y así acabar con la peste de la cual sufría su patria, al regresar a Cadmo,
todavía encontró a los ancianos en reunión con el rey, por eso dijo las instrucciones del dios
frente a todos ellos. Apolo había dicho que se acabarían los padecimientos si se resolvía un
crimen que fue cometido hace mucho tiempo y que por obra de la esfinge ya no es asunto
para recordar por ninguno de los ahí presentes; se tenía que aclarar el asesinato del rey
anterior a Edipo llamado Layo.

Después de oír estas palabras, el rey Edipo hizo, muchas sanciones al que fuera el culpable y
mandó a toda la población en busca de aquel asesino que mató al anterior rey. Una acusación
era el exilio otra, que nadie le abriera las puertas de su casa y, otra más era que nadie le podía
hablar ni admitirlo en sus plegarias o sacrificios porque era todo un criminal y debía ser
castigado. Todo lo que se sabía y lo que se decía del asesinato de layo era que lo habían
matado unos bandidos.

Por otra parte, una vez que hubo terminado la reunión de Edipo y el pueblo de Cadmo, se
apareció ante el rey un adivino llamado Tiresias el cual dijo al gran gobernante que moderara
sus palabras y acusaciones ante el asesino que aún no conocía ya que de lo contrario le podían
pasar cosas muy malas; sin embargo, Edipo no hizo caso a estas palabras del adivino que
provocaron su enojo y cólera, así que lleno de coraje el soberano insultó mucho a Tiresias y lo
echó de su palacio.

El pobre ciego (adivino), también se enojó e insinuó al gran rey la culpabilidad de tal asesinato,
pero Edipo no se dejó y lo acusó de complicidad con Creonte para quitarle la corona y quedar
su cuñado como único y legítimo rey, después de éstas últimas palabras, Tiresias se fue.
Edipo se quedó pensando en lo que le había dicho el adivino, así que habló con Creonte, su
cuñado para aclarar el malentendido, pero todas las explicaciones por parte de su cuñado
fueron en vano, ninguna hacía cambiar de parecer en Edipo la idea de fraude y complicidad
por parte de Creonte y el adivino.

Después, el magnánimo rey de Cadmo habló con su esposa Yocasta, la cual le dijo que no se
afligiera con todo lo que le habían dicho ya que era seguro que nada de lo mencionado por el
adivino podía ser verdad, y así en el gobernante cesó por un rato su duda.

Luego de un tiempo de hablar con su mujer, ésta le indicó que hace mucho tiempo ella estuvo
casada con Layo, el rey que yacía muerto, y que de él tuvo un hijo. Una terrible noticia había
llegado a sus oídos por parte del oráculo de Apolo, tal profecía decía que el hijo de Layo habría
de matar a su padre, casarse con su madre y engendrarle hijos, es decir, que el hijo de Layo
habría de ser su asesino, esposo de su esposa y padre de sus hermanos.

También a Layo en ese tiempo le había llegado tal noticia, por lo que él optó por atar al niño de
los pies, y llevarlo hacia las afueras de Cadmo para matarlo. Yocasta del mismo modo le dijo a
Edipo que el rey Layo en el momento de su muerte iba acompañado de unos siervos, y de los
cuales sólo sobrevivía uno que había sido mandado lejos por temor a Edipo, porque en el
momento que vio a Edipo, sus ojos se llenaron de miedo y desesperación por lo que pidió un
cambio de lugar de trabajo, lejos del rey.

Posterior a esto, Edipo hizo llamar a aquel siervo para aclarar sus dudas, pues ya sospechaba
ser el asesino de Layo. Enseguida, llegó un mensajero a palacio, el cual daría noticia al
gobernante Edipo; el enviado decía que el rey había heredado la fortuna de su padre Pólibo
que estaba muerto y que por tal motivo debía ir a su lugar de origen para reclamar la corona y
el reino de Corintio.

Luego de oír éstas palabras del mensajero, Edipo no sospechó más de su inocencia en el
asesinato, pero también recordó que un día le hicieron llegar una noticia parecida a la que oyó
Yocasta que consistía en que, en un tiempo Edipo iba a matar a su padre y se habría de casar
con su madre para tener hijos con ella, por tal motivo recordó que se fue de su lugar de origen
y en un camino se encontró con un grupo de personas que custodiaban un carruaje, uno de los
conductores empujó al joven y éste mató a todos los que iban ahí, menos a uno que logró
escapar. Con tales reminiscencias, el rey de Cadmo pensaba en su inocencia y en su
culpabilidad al mismo tiempo que también temía por todas las sanciones puestas al culpable
por él mismo.

Después de esta noticia llegó uno de los criados de palacio el cual anteriormente había
ayudado a Layo a deshacerse de aquel hijo que le iba a quitar la vida al rey.

Éste criado, le dijo a Edipo que hace mucho tiempo de sus propias manos le hizo entrega a una
persona de las afueras de Cadmo, un niño, el cual fue crecido en una familia buena, y eso era
todo lo que sabía.

Con todas estas indagaciones a Edipo le llegaba a la cabeza la idea de que él era el asesino de
su padre Layo y que se había casado con su madre Yocasta para tener hijos, inmediatamente
de pensar y poner al descubierto al culpable, la buena madre y esposa de Edipo se suicidó
debido a todos los problemas que tenía y todas las faltas y orgías que había cometido con sus
propios hijos.
Edipo lleno de culpa, se quitó la vista y mandó llamar a Creonte su cuñado, el cual iba a
castigarlo y habría de ser testigo de las profecías cumplidas, dichas por el oráculo de Apolo.
Creonte fiel servidor de Cadmo, exilió a Edipo que antes de irse se despidió de sus hijas y pidió
a su cuñado y tío que cuidara de sus tesoros más preciados, porque él desde donde estuviera
no podría hacerlo; con esto automáticamente Creonte quedó como rey de Cadmo y Edipo se
marchó.

Así fue como Edipo, en un tiempo rey de Cadmo, mató a su padre, se casó con su madre y tuvo
hijos con ella sin saberlo y fue el más desdichado de los desdichados.

1. ¿En qué sentido el saber de Tiresias no le proporciona ningún provecho? Justifiquen


estas palabras.

R: Porque Edipo se niega a escuchar, ya que escucharlo implicaba aceptar que él era el asesino
de Layo y era más fácil creer en un ardid entre Tiresias y su cuñado Creonte para sacarle el
trono. Además, era reconocer que él había fracasado al abandonar Corinto para evitar que la
profecía del oráculo se cumpliera: matar a su padre y casarse con su madre. Era perder la
felicidad y el poder.

2. Entre otras, las características propias del héroe trágico son la soberbia y la arrogancia.
¿En qué zonas del texto Edipo se muestra de ese modo? ¿Cómo reacciona frente a los
consejos de los otros? ¿Cómo puede relacionarse esta actitud con los fines didácticos
de este espectáculo cívico?

R: En su enfrentamiento con Tiresias y con Creonte. El no haber hablado nunca con Yocasta
de las predicciones de los Oráculos. El desoír la voz de los Oráculos. El haber matado a Layo --
para él un desconocido -- de lo que sólo hay referencias.
Su reacción es de pasaje gradual a una postura humilde e inquisidora, siempre hacia la
búsqueda de la verdad. La primera en comprender los hechos es Yocasta que no quiere que
prosiga con las investigaciones. Con la revelación del mensajero y el suicidio de Yocasta se
desploma toda la soberbia y la arrogancia de Edipo y pide para sí todo el castigo asumiéndose
culpable.

Esta actitud está vinculada con la enseñanza de escuchar lo que nos advierten, de ser
equilibrados en nuestros actos, pues todos están expuestos a sufrir desgracias y a veces con
sus actos se acarrean males mayores de los que el destino les tenía deparado.

3. Edipo desatiende las palabras del sabio ciego y cree, contrariamente, que se trata de
un complot humano. Respondan en relación con esta cuestión: ¿cuál ha sido la relación
de Edipo con las instancias determinadas por lo divino a lo largo de su vida y la de sus
antepasados?

R: La mántica en Edipo, es decir, el dominio de la adivinación en el mundo griego antiguo y de


su vida, no está constituido más que por ciencias oraculares. Los adivinos, como Tiresias, y la
adivinación.

4. “Pronto verás un espectáculo capaz de conmover al más cruel enemigo”, dice el


mensajero al final de la obra. Respondan y justifiquen qué tienen que ver esas palabras
con el género trágico.
tiene que ver con que el propósito del teatro, y en este caso la tragedia, que era la catarsis, el
desahogo.

5. ¡Ay, malaventurado! ¡Ojalá nunca sepas quién eres!, dice Yocasta. ¿Qué es lo que debe
saber Edipo para tener conciencia de quién es? Si pensamos metafóricamente esas
palabras, se cae en la cuenta de que sólo es posible saber quién se es, si se ha
asesinado, primero, al padre. Reflexionen entre todos sobre la sabiduría de esas
palabras. ¿Qué significa “asesinar a los padres” en esta lectura metafórica?

R: No se refiere a matar literalmente al padre, sino que dado que sólo se es cuando tienes
pleno control de todos los aspectos de tu vida y esto normalmente se logra cuando tienes
cierta distancia con los padres

6. Algunos ven en la tragedia de Edipo un cierto germen de lo que luego sería el relato
policial de enigma. Hay buenas razones para considerar esa posibilidad: un delito (han
asesinado a Layo) y una investigación. Recuerden que el relato policial condensa dos
historias, la del delito y la de la investigación, aunque esta última sea la que le da
identidad al género. Respondan: ¿en qué zonas del texto pareciera asistirse a la típica
investigación detectivesca?

R: Cuando caracterizas al protagonista (Edipo) hay que referirse indudablemente a su carácter


de investigador. Se transforma en un verdadero pesquisante, como resultado de la promesa
hecha al pueblo: él indagará y logrará encontrar al asesino de Layo, el antiguo rey de Tebas.
Por supuesto, no tiene por entonces la menor idea de que se trata de él mismo. Comienza el
proceso cuando requiere datos precisos del antiguo crimen. Cita a testigos que no aparecen en
escena todavía. Los interroga intensamente, incluso hasta con crueldad. Por ejemplo, a Tiresias
lo trata de un modo incisivo y no contempla su condición de anciano (algo que los griegos
respetaban mucho por entonces) y de ciego, además.
Cuando nota que se está acercando peligrosamente a la verdad (una verdad que le puede
quitar mucho: su reino, su familia, su reputación) no duda...y continúa hasta que la luz de esa
verdad es insoportable para sus ojos y él mismo se los arranca.

7. El conflicto de Edipo es un conflicto interno: el investigador es el asesino mismo:


buscar desesperadamente al asesino de Layo no es más que una búsqueda
desesperada de sí mismo. El destino de Edipo (fatal e incondicionalmente cumplido)
consiste en haberse encontrado a sí mismo como enemigo de sí; dos “Edipos”, dos
“yo”, que habrán de resolverse en un tercer “yo”. El psicoanálisis establece que la
resolución del complejo de Edipo tiene lugar hacia el final de la pubertad. ¿Qué tendría
que ver eso con la constitución de la propia identidad y con la relación del sujeto con su
propia familia?

El relato comienza cuando Ignacio Vélez hermano de Antígona deserta de la civilización y se


une a los indígenas. En la contienda, mueren ambos hermanos Ignacio y Martín Vélez. Después
de la muerte de ambos a Martin Vélez le hacen todos los ritos y lo entierran honorablemente
mientras que, al traicionero de Ignacio Vélez, por pasarse al lado de los indígenas, lo habían
dejado sin entierro por las órdenes de Don Facundo Galván. Después Antígona se encuentra
con su hermana Carmen y le dice Antígona que quiere enterrar a Ignacio y Carmen no quiere
tener nada que ver en esto, y le dice a Antígona que no va a decir nada a nadie, Antígona le
dice que no importa si lo dice. Después Antígona dice a Facundo que tiene que enterrar a su
hermano (Ignacio) y Facundo la amenaza. Antígona decide enterrar a su hermano. Luego
Lisandro vuelve de la batalla para hablar con su padre Facundo y un rastreador, quienes le
explican a Facundo como van en la batalla.

Ahí Facundo le cuenta a Lisandro que no enterraron a Ignacio Vélez y que Antígona quería
enterrarlo, Lisandro y el rastreador se desconciertan, porque alguien había desobedecido a sus
órdenes y lo habían enterrado. Tenía en la cabecera una cruz de sauce atada y en los pies fores
de cardo negro. El rastreador dijo que había unas huellas. Don Facundo pide al rastreador que
siga las huellas y rastree al culpable del entierro. Vuelve el rastreador y le dice a Facundo que
ha encontrado las prendas con las que se ha enterrado a Ignacio y le dice que esas prendas las
encontró en el cuarto de Antígona. Traen a Antígona, y ahí Facundo dicta la sentencia por
desobedecer sus órdenes, dice que al atardecer Antígona ira en un alazán (caballo de pelo
rojo) para que corra por la pradera frente a los indios así le mataran con lanzas. Después
Antígona se encuentra con Lisandro y empieza a hablar con él, Lisandro le dice que su padre
hizo mal en dictar esa sentencia. Le dice que ese caballo no saldrá, pero Antígona dice que no
importa ya. Después empiezan a recordar cuando eran chicos cuando Lisandro domo su primer
potro, era un doradillo (caballo de pelo dorado), y ahí se enamoraron.

Al atardecer Antígona va hacia el caballo para cumplir su sentencia y de la puerta sale


corriendo Lisandro, llamándola, le dice que ese caballo no puede salir, los hombres lo sujetan a
Lisandro mientras habla con Antígona, pero ella sigue su destino y va hacia el caballo, Lisandro
con todas sus fuerzas se suelta y corre hacia ella sale Antígona con su caballo y Lisandro atrás
con otro persiguiéndola, hasta que la alcanza y a lo lejos se ven lanzas que caen, muriendo
ellos atravesados por la misma lanza. Más tarde Don Facundo pregunta cómo andan las cosas,
suenan unos clarines y le dice un soldado “hemos ganado”, y vuelven a tocar el clarín, pero
más triste, facundo dice “que pasa allá afuera”, luego llega el sargento y le dice, “le traigo dos
muertos”, Antígona Vélez, y Lisandro Galván. Atravesados por la misma lanza. Facundo Galván
dice: “Hombres caven dos tumbas, ahí mismo donde reposan ya, si bien se mira están casados”
un hombre le dice: “Pero no le darán nietos”, a lo que Facundo responde: “Todos los hombres
y mujeres, que algún día cosecharan en esa pampa el fruto de tanta sangre”.

CANTAR PRIMERO: EL DESTIERRO DEL CID


Despedida y augurios: El Rey Alfonso VI por mentiras de García Ordóñez destierra al Cid. El Cid
convoca a sus parientes y vasallos que prometen seguirle en su destierro. El Cid al ver su casa vacía,
llora y se marcha. Al salir de Bibar ven a una corneja por la derecha lo que les da un buen augurio,
pero al llegar a Burgos, la ven por la izquierda lo que les anuncia uno malo.
Llegada a Burgos: Al llegar a Burgos las gentes salen a verle, pero nadie les hospeda. Una niña le
dice que se marche porque el Rey envió una carta, según la cual castigaría a aquel que hospedara o
diera alimentos al Cid. Va a la catedral, Santa María, donde reza, y después se marcha a un campo
para descansar con sus compañeros.

Martín Antolínez se une al Cid: Martín Antolínez les da alimento, y el Cid y sus vasallos le pagan.
Antolínez le dice al Cid que el rey le castigará por ello y que quiere unirse a sus vasallos, el Cid en
respuesta de su valentía, acepta su compañía. Después el Cid dice a Antolínez que todos van a
llenar dos arcas de arena cubiertas de cuero y clavos para obtener mediante un engaño dinero de
los judíos, Raquel y Vidas.

El engaño a los judíos: Antolínez se encarga de la tarea y parte hacia Burgos en busca de los judíos,
los encuentra en una tienda haciendo sus cuentas del día. Les pide hablar en privado y que no le
descubran a nadie, porque les va a hacer ricos. Les cuenta que el Cid fue acusado por robar mucho
oro, el cual está guardado en dos arcas que contienen 600 marcos, les dice que el Cid quiere
dejarlas en sus manos y que estén a buen recaudo durante un año. Van a ver al Cid para coger las
arcas y a cambio de este recaudo los judíos deben darle los 600 marcos.

El Cid tiene el dinero: Vuelven a Burgos y le dan a Antolínez los 600 marcos, más 30 marcos como
regalo porque gracias a él, el Cid les ha escogido para la guarda de las arcas. Antolínez da el dinero
al Cid y piensa en partir hacia San Pedro de Cardeña. El Cid va a la catedral y da gracias a Dios,
prometiendo a la Virgen mil misas.
El Cid va a despedirse de su familia: El Cid, sin compañía de sus vasallos, va a ver a su familia para
despedirse. Doña Jimena que estaba rezando por él, sale a recibirle junto con sus hijas y monjes. El
Cid le da al Abad Sancho 150 marcos para que cuide de su familia y vasallos; en el caso de que este
dinero se terminase le dice que por cada marco que gaste del monasterio por ellas, él le dará
cuatro. Doña Jimena llora por la marcha del Cid y, éste hace la promesa de que volverá para casar a
sus hijas.
Un centenar de castellanos se une al Cid: Antolínez, que había marchado de nuevo a Burgos, y 100
castellanos se unen en Burgos para ir en apoyo del Cid. Al llegar a San Pedro el Cid les agradece su
voluntad. Jimena reza por su esposo y se despiden.
Ultima noche en Castilla: El Cid recorre las tierras de Castilla, y toda la gente le acoge. La última
noche que duerme en Castilla se le aparece el arcángel San Gabriel y le dice que continúe su
camino. Cuando parten, el Cid teme que el Rey le persiga, así que se va a Zaragoza y toma Alcocer
luchando contra el rey moro de Valencia y, envía 30 caballos de su motín al rey para que vea su
hazaña. El rey lo acepta, pero sigue enfadado.
El Conde de Barcelona: En Barcelona derrota al Conde y le hace prisionero. El conde se niega a
comer; y a pesar de que el Cid le promete la libertad a cambio de que coma, se niega. Le libera,
pero se queda con todas sus pertenencias. El Cid y sus vasallos acompañan al conde y a los suyos
hasta la zona de acampada y, el conde se despide del Cid para siempre.

CANTAR SEGUNDO: BODAS DE LAS HIJAS DEL CID


La conquista de Valencia: El Cid se dirige a Valencia, va conquistando los territorios y después de
tres años en guerra conquista Valencia. Manda a su vasallo Minaya Alvar Fáñez, que le pida al Rey
que deje salir a Jimena de Castilla, para ir en su encuentro. El Rey entusiasmado por la conquista,
perdona al Cid y a sus vasallos y, le concede su petición. Esto origina la envidia de García Ordóñez y
de los Infantes de Carrión, éstos últimos planean casarse con las hijas del Cid para conseguir
riquezas. El Cid y sus vasallos se dirigen a Valencia pero antes en Burgosconsiguen caballos, mulas y
guarnición.
Minaya va a buscar a la familia del Cid: Minaya va en busca de Jimena para llevarla a Valencia, pues
el Cid debe permanecer en ella para defenderla y heredarla. Minaya se encuentra con los judíos,
Raquel y Vidas, le dicen a Minaya que el Cid les ha engañado, y que debe decírselo para
solucionarlo porque si no irán en su busca. Minaya llega a San Pedro, el abad manda recuerdos al
Cid. Empiezan el camino hacia Valencia con las hijas y Jimena.

Camino a Valencia: El Cid manda a Muño Gustioz, a Pedro Bermúdez y a Martín Antolínez al
encuentro de Minaya y su familia, éstos llevan una carta del Cid para su amigo el moro Avengalbón
que vive en Molina, para que éste acoja a su familia y vasallos. Pasan por Medina y llegan a Molina
donde Avengalbón da un buen recibimiento a Minaya y la familia del Cid. Después el Cid envía a
200 caballeros al encuentro de Minaya. Todo se prepara en Valencia con grandes espectáculos para
el recibimiento. Jimena se alegra mucho de ver a su esposo. Desde el alcázar todos
contemplan Valencia.
Guerra con el Rey de Marruecos: El rey de Marruecos, Yucef quiere reconquistar Valencia. El Cid le
dice a su mujer que va a tener que luchar contra los moros por salvar Valencia, y que ellas deberán
permanecer en el alcázar. Los moros invaden la huerta de Valencia. Las hijas y la mujer del Cid
están asustadas, pero confían en la ayuda de Dios. Se toca la campana como alarma. Mueren 500
hombres y al día siguiente el obispo da una misa donde anima a los caballeros: perdonan los
pecados de los muertos. Finalmente, tras matar muchos moros, derrotan a Yucef. Todos regresan
a Valencia donde el Cid se encuentra con su familia. Minaya y Pedro Bermúdez recuentan el motín
y llevan como presente al Rey 200 caballos con sillas y espadas. El Rey está muy satisfecho, pero
García Ordóñez aumenta su rencor.
La petición de los infantes de Carrión: Los infantes deciden pedir al Rey el matrimonio con las hijas
del Cid para ganar honra. El Rey dice que intentará hablarlo con el Cid. Después reúne a Minaya y a
Per Vermúdoz para que comuniquen al Cid que le concede el perdón y que los infantes de Carrión
quieren casarse con sus hijas. Regresan a Valencia donde el Cid los recibe y éstos le dan las noticias:
el perdón y el casamiento. Al Cid no le parece bien, pero como el Rey lo pide dará su
consentimiento.
Encuentro con el Rey: El Cid escribe al Rey una carta, en la que dice que la decisión que él escoja
será la que se lleve a cabo; el Rey al recibirla anuncia que dentro de tres semanas se celebrará la
reunión. El Cid que va a ver al Rey, manda a Salvadorez y a Garcíaz que cuiden Valencia donde deja
a su familia. Al llegar el Cid es recibido por todos y hay un emotivo encuentro entre él y el Rey. Se
reúnen con los infantes que se maravillan de él. A la mañana siguiente después de la misa, todos se
reúnen, el Rey pide al Cid a Doña Elvira y a Doña Sol, el Cid accede y toda la corte se lo agradece. El
Rey los casa, aunque ellas no estén presentes. Da al Cid 300 marcos por la boda y éste los reparte
entre la corte.
El Cid no quiere entregar a sus hijas el mismo y se lo encarga a Minaya: el Cid le dice Minaya que
haga de padrino de sus hijas y que se las entregue a los infantes de Carrión. El Cid y sus vasallos
marchan a Valencia.

El Cid anuncia el casamiento a Jimena: el Cid llega al alcázar y les dice a su mujer e hijas que éstas
están casadas. Sus hijas y Jimena están contentas. Pero él les dice que sólo lo ha hecho porque se lo
ha pedido el rey, que él no quería casarlas.
Boda de las hijas del Cid:
En Valencia todo se prepara para la boda comienzan los preparativos en el palacio. EL Cid y su
esposa salen a recibir a los infantes de Carrión. El Cid le dice a Minaya que coja a sus hijas y que se
las entregue a los infantes, éste lo hace y después todos se dirigen a Santa María, donde el
sacerdote don Jerome las casa. después vuelven a Valencia y allí celebran el banquete por todo lo
alto. Las bodas duraron 15 días. Fueron muchos invitados entre ellos el padre de los infantes.

TERCER CANTAR: LA AFRENTA DEL CORPES


Se escapa el león del Cid, los infantes se asustan, el Cid lo amansa. Los infantes tienen vergüenza.
Todos están reunidos y sentados, el Cid duerme y de repente su león se sale de la jaula y los
infantes de Carrión se asustan y esconden, el Cid se despierta y consigue calmarlo. Todos se
maravillan. Los infantes de Carrión se sienten avergonzados
El rey Bucar de Marruecos quiere ataca Valencia. Se dirige hacia Valencia e instala sus tiendas
comienza la batalla los infantes luchan Fernando de Carrión va el campo de batalla, pero cuando ve
al primer moro se asusta. llega Bermúdez mata al moro y le dala la lanza Fernando para que diga
que lo ha matado él. Éste lo hace y el Cid mata al rey moro.
El Cid piensa someter a Marruecos: el Cid planea someter a Marruecos, pero luego decide quedarse
en Valencia. Felicita a sus yernos por sus supuestas hazañas, pero como piensan que el Cid sabe la
verdad y se está riendo de ellos, deciden irse con sus esposas a Carrión y hacerlas pasar tanta
vergüenza como ellos, al despedirse de ellos ven un mal augurio y el Cid preocupado dice que le
acompañe su sobrino Félez Muñoz hasta Carrión
Llegan a un campo, el Corpes, donde pasan la noche al día siguiente los infantes dicen a todos que
se adelanten que quieren estar a solas con sus esposas. Todos se van y los infantes les dicen a sus
mujeres que se van a vengar de ellas por la deshonra del león. Ellas les ruegan que no lo hagan,
pero no les hacen caso, comienzan a pegarlas hasta que casi las matan y las abandonan, y encima
se sienten vengados.

Félez Muñoz sospecha de los infantes y va en busca de sus primas las encuentra tiradas en el
campo las monta en su caballo y se las lleva a San Esteban cuando el Cid se entera manda a Minaya
que vaya a por ellas. Minaya y sus primas salen de San Esteban hacia Valencia y el Cid los recibe y
pide a Dios que se vuelvan a casar con más suerte.
El Cid envía Muño Gustioz para que le diga al rey que quiere justicia que sienta haber casado a sus
hijas con los infantes de Carrión. Le encuentra en San Fagunt y le dice lo que ha ocurrido. El rey le
dice que lo siente mucho. El rey convoca una corte en Toledo le da el mensaje a Muño Gustioz
para que se lo dé al Cid. Allí se reunirán todos incluso os infantes de Carrión.
Los infantes piden al rey que no celebre la corte aun así se hace, y se reúnen todos excepto el Cid
que se retrasa finalmente el rey sale a recibirle.
El Cid no llega a entrar en Toledo porque prefiere permanecer en el castillo de San Serván y hacer
vigilia.
El Cid se prepara para ir a la corte, invita a sus sobrinos y a otros para que vayan con él, así hasta
que son cien. Todos reciben al Cid gloriosamente el rey abre la sesión. El Cid pide sus espadas y los
infantes se las dan y, pide también el ajuar de la boda de sus hijas y se le concede.

El Cid dice que la cosa no puede acabar ahí, que él les confió a sus hijas en Valencia y ellos las
deshonraron. García Ordóñez se pone en pie y reta al Cid diciendo que los infantes son mejores
que sus hijas, lo que es reconocido por los infantes.
Pedro Bermúdez confiesa ante todos que el infante Fernando no fue quien mató al moro sino él, y
comienza una pelea entre Martín Antolínez y el infante Diego. Además, el hermano mayor de los
infantes insulta al Cid, y éste es retado por Muño Gustioz.

Mensajeros de Navarra y Aragón piden a sus hijas en matrimonio para sus reyes, el Cid dice que de
nuevo será el rey quien tome la decisión. Minaya reta a los infantes de Carrión, se fija el reto, el rey
asiste, pero el Cid vuelve a Valencia, y deja a Minaya, Antolínez y Muño Gustioz en manos del rey.
García Ordóñez anima a luchar a los infantes y Alfonso lo hace con los vasallos del Cid. Pedro
Vermúdez vence a Fernando, y Muño Gustioz vence a Asur González y los tres vasallos vuelven
a Valencia y el Cid se alegra de verlos.
Las hijas del Cid se casan con los hijos de los reyes de Navarra y Aragón, este casamiento les da más
honra que el anterior.

Capítulo 1:
Martin Fierro se hallaba en una pulpería (bar-despensa) y decide contar su historia, pidiéndole a Dios y a
los santos que lo ayudaran a refrescar su memoria y aclaren su entendimiento. El decía que no era
cantor letrado, que si se ponía a cantar no iba a terminar, que hacía gemir a la prima y llorar a la
bordona (Cuerdas de la vihuela). Contaba que tenía mucha experiencia en la vida, y que nada enseñaba
tanto como el sufrir y el llorar.
Capítulo 2:
Fierro va narrando su vida feliz como gaucho, pero explica que después comenzaron las desgracias. Dice
que tenía hijos, vivienda y mujer; y comienza a detallar los trabajos propios de un gaucho. Vivian
escapándose de las autoridades, pues esta se llevaba a los gauchos y los maltrataban sin que estos
pudieran defenderse. Luego los mandaban a la frontera o los echaban a un batallón. Fierro cuenta que
así empezaron sus males.
Capítulo 3:
Un día se encontraba en una pulpería cantando, y el Juez de Paz realizo una arriada en montón. Algunos
lograron escapar, pero él no porque era manso y no había el por que huir. Pero el juez lo odiaba a Fierro,
pues este en las últimas elecciones no había ido a votar y el juez lo considero de la oposición, y lo mando
a la frontera. Allí al principio no hacían nada, pero después los empezaron a tratar como malevos y los
obligaron a hacer trabajos duros. Los indios entraban cuando querían, a su territorio, pero no los
perseguían. Entonces les dieron armas, pero eran lanzas y otras armas primitivas, pues para las armas
de fuego no tenían municiones. Una vez, los atacaron por sorpresa al salir de un malón, y un indio se le
vino encima a Fierro con una lanza, pero este le tiro sus boleadoras bajándolo del caballo y matándolo.
Luego se subió al caballo y se escapó al fuerte.
Capítulo 4:
Esperaron que llegara el sueldo, pero no venía, y la miseria los acosaba. No tenían nada de ropa, pero a
él le quedaba solo una manta de abrigo que se la saco al comandante. Paso un año y las cosas seguían
igual. Luego dieron algo de dinero, pero a él no lo llamaron a cobrar por que "no estaba" en la lista. Se
disgusto Fierro, pero de esto se enteró el comandante y llamo al Cabo y al Sargento, quienes después le
dieron un castigo.
Capítulo 5:
Fierro esperaba una ocasión en que los indios entraran y hacerse el cimarrón (salvaje) y volverse para su
pago. Creía que si se quedaba iba a morir. Una noche un gringo borracho no lo reconoció y le disparo a
Martin Fierro, pero no le pego porque estaba mamado. Por el ruido salieron los oficiales y lo atraparon a
Fierro y lo tiraron al suelo. En eso vino el Mayor y le empezó a gritar. Luego lo ataron de las manos y de
las piernas; y toda la noche Fierro le estuvo haciendo maldiciones al gringo.
Capítulo 6:
Se reunió una militada para una expedición que iban a hacer sin carretas ni baguales (caballos), para
golpear a los indios en sus mismas tolderías, y que vendría con ellos un ministro llamado Don Ganza que
iba a reunir el ejército y que tenía cañones. Fierro explica que él nunca fue un gaucho dominado, que
nunca se ha acobardadado. Un día que estaban reunido el jefe y el Juez de Paz, Fierro agarro un caballo
y se escapó. Volvió a su pago al cabo de tres años convertido en desertor. Cuando fue para su rancho no
encontró ni el rastro de este. Después le conto un vecino que sus hijos trabajaron como peones y su
mujer se fue con no sabe que gavilán, pues el campo se lo pidieron y la hacienda la vendieron para
pagar arrendamientos. Fierro piensa que sus hijos están sufriendo mucho, y decide hacerse gaucho
matrero ("malo”).
Capítulo 7:
Luego Fierro comenzó a ser perseguido porque pensaban que era un vago, lo que se vio obligado a huir
constantemente. Además, él no tenía ni mujer, ni rancho, ni dinero, ni hijos. Un día se enteró que había
un baile por allí y se encontró con muchos amigos que se alegraron al verlo. Al ver llegar una morena la
ofendió. El que la acompañaba había estado juntando rabia, y luego de otra ofensa de Fierro, el moreno
se le vino encima pero el gaucho le pego con un porrón de ginebra. Luego el negro lo atropello y le tiro
dos cuchillazos que le logro esquivar; pero Fierro le devolvió el ataque y lo hirió. Volvió a venirse furioso,
el moreno, encima de Fierro, pero este lo hirió nuevamente matándolo.
Capítulo 8:
Otro día, en un boliche, entro un gaucho guapo y peleador; y lo provoco a Martin Fierro. Este le
respondió y comenzaron a luchar, pero Fierro lo mata de un revés con el facón (cuchillo) y se retira del
lugar.
Capítulo 9:
Fierro se la pasaba matrereando de día, pero siempre sobre el rancho estaba para vigilar que la policía
no lo agarre, y de noche buscaba una guarida para que no lo atrapen. Un día, se hallaba contemplando
las estrellas y escucho ruido de caballos que se aproximaban. Era la policía que lo había venido a buscar
por sus crímenes. Pero Fierro no quería entregarse y tuvieron que luchar. Un policía le disparo, pero
erro el tiro, y el gaucho aprovecho y lo hirió a otro que estaba acomodando las boleadoras. Otros dos se
le vinieron encima, pero con taconazos los mato. Luego un policía lo venía a atacar, pero Fierro le echo
tierra a los ojos y le clavo el facón. En eso uno de los policías, llamado Cruz, les dijo a los otros que no
era justo que le den muerte así a un valiente y se pasó al lado del gaucho, con lo que la pelea se
emparejo, y al venírsele dos encima los mato. Al ver esto, el resto de la policía escapo. Después se
dirigieron a un rancho y se pusieron a beber.
Capítulo 10:
Cruz le empieza a contar su historia: habla del gaucho, y de su mujer; y le explica cómo conoció al
comandante. Este lo tenía de lado a lado y no le pagaba nada. A veces lo mandaba a hacer viajes largos.
Pero en una ocasión, entro a su rancho y lo encontró abrazando a su china. Este, por el temor, saco su
espada y se le vino encima a Cruz. Le tiro un espadazo, pero el ágil gaucho lo esquivo y golpeo al
comandante. Pero en eso entro un hombre del comandante, y le disparo, pero no acertó, y Cruz se le
acerco y lo mato de un taconazo. Luego agarro sus ponchos y sus prendas y se fue para siempre del
rancho.
Capítulo 11:
Luego supo Cruz que había una milonga por la zona y allí fue. Se puso a bailar, pero el guitarrero lo
ofende con una payada y Cruz de un taconazo le corta todas las cuerdas de la guitarra. Un gringo con
fusil acudió en defensa del cantor entonces Cruz se vio obligado a salir. De adentro de la pulpería salió el
guitarrero y se puso a pelear con Cruz, pero este con un corte lo dejo en el piso. Monto su bagual y se
largó a los campos.
Capítulo 12:
Un día lo llamo el juez a Cruz y le propuso que se hiciera soldado de policía. Así obtuvo el cargo de
sargento, pero como a él no le gustaba andar con el revolver en la cintura y por haber prestado ayuda a
Fierro que no lo iba abandonar, decide dejar la policía y seguir como matrero.
Capítulo 13:
Luego se retiran del rancho y mientras van cabalgando, Fierro alaba las creaciones de Dios, en especial
la mayor que le dio al hombre que es una lengua que habla. Luego deciden ir a tierras indígenas, al lugar
donde estaban los caciques, pues estos trataban a los cristianos que iban por su gusto de "hermanos". Y
hacia esas tierras partieron porque allí iban a tener más seguridad y pasarían menos males. Cruz y
Fierro, arriando su tropilla cruzaron la frontera. Y cuando la habían pasado Cruz le dijo a Fierro que
mirara su pueblo, y a este dos lagrimas le rodaron por la cara. Siguieron su rumbo y entraron al desierto.
El relator concluye diciendo que no sabe si se habrán muerto y que él ha relatado a su modo: "Males
que conocen todos, pero naides canto"

1. ¿Cómo se describe la vida cotidiana del gaucho?

R:

2. ¿Qué es la leva? ¿Qué son los malones?

R:

3. ¿Cómo es la vida en el fortín? ¿Qué decide hacer Fierro?

R:

4. ¿Qué situación se presenta en el baile? ¿Qué ocurre con el moreno?

R:

5. ¿En qué circunstancias conoce Fierro a Cruz? ¿Cuál es la reacción de Cruz? ¿Cómo se
justifica?

R:

6. ¿Cómo ha sido la vida de Cruz? ¿Por qué ingresó en la milicia?

R:

7. ¿Cómo termina la primera parte de la historia?

R:

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