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Dificultades y retos de los programas de becas y subsidios en Perú y Colombia.

Las iniciativas para promover el acceso de estudiantes de bajos recursos a la educación


superior en países como Perú y Colombia muestran dificultades (ver antecedente), ya que los
programas como Beca 18 y Ser Pilo Pagaestán generando tasas de deserción que causan
preocupación y que se originan por problemas de adaptación. Esto se explica porque no todos
los que participan cuentan con una adecuada preparación académica (desde la educación
secundaria) y porque la mayor parte de los estudiantes beneficiados sale de su ciudad de
origen, lo que representa un cambio drástico (contexto, alimentación y entorno). Además, en
el caso de Colombia es necesario considerar lo que demanda el compromiso de asumir los
riesgos de un crédito para cubrir los costos de una carrera.
En el caso de Perú, acceder a Beca 18 es todo un reto, ya que son 18 mil postulantes para
solo 4 mil vacantes. Sin embargo, existe una tasa de deserción del 15 % a pesar que los
beneficiarios, además de tener cubierto el costo total de estudios, reciben dinero del Gobierno
para solventar costos de casa, comida, útiles; asimismo, cuentan con seguro de salud, una
laptop, entre otros beneficios. Un estudiante que sale de su región recibe S/ 1 200 mensuales
y los que se quedan en su región disponen de S/ 774 al mes.

Para analizar las razones de la deserción, Marushka Chocobar Reyes, directora ejecutiva de
Pronabec, explica en una entrevista al diario Gestión que del total de beneficiarios de Beca
18 el 15 % proviene de Lima y el 85 %, de provincia. Este porcentaje alto que elige salir de
su ciudad de origen para estudiar en Lima tiene problemas de adaptación por no contar con
la preparación adecuada para iniciar la educación superior, y no se estaría usando el ciclo de
nivelación para universidades ni las tutorías académicas en los institutos, mecanismos de
ayuda del programa para hacer frente a este problema. También influyen los factores
psicológicos y sociales, pues los estudiantes deben enfrentar una nueva realidad y necesitan
apoyo para lograr buenos resultados a nivel académico.
Frente a esta situación, Chocobar explicó que Pronabec apunta a que la tasa de deserción baje
al 5 %. Para lograrlo están sugiriendo a los postulantes que opten por estudiar en sus regiones
de origen, asignando un puntaje especial para los postulantes que opten por esta alternativa.
Por otro lado, buscarán promover que la nivelación y tutoría funcione en todas las
universidades e institutos, y se tiene previsto implementar mejoras en el programa de
acompañamiento, pues actualmente existe un asesor para cada 800 estudiantes y se aspira a
que esto pueda mejorar asignando un asesor por 100 estudiantes.

En el caso de Colombia, Ser Pilo Paga, al igual que Beca 18, está orientado a una población
de bajos recursos y el acceso depende de obtener el puntaje requerido en una prueba a nivel
nacional para una cantidad limitada de vacantes por año. El financiamiento incluye el pago
de la totalidad del valor de matrícula del programa de elección del beneficiario en una de las
instituciones acreditadas; asimismo, brinda un apoyo de sostenimiento durante todo el
periodo de estudios. La diferencia es que funciona como un crédito que debe ser cancelado
al finalizar la carrera. En este sentido, la ayuda no se suspende en tanto el beneficiario curse
sus estudios, no realice más de dos aplazamientos y no realice más de un cambio de programa
curricular en los primeros dos semestres.

Pero también Ser Pilo Paga ha tenido bajas, ya que, según Obdulio Velásquez, rector de la
Universidad de La Sabana, el programa tiene una tasa de deserción anual de 12 %. Las
razones se explican tanto por los problemas de adaptación, pues no todos tienen un buen
rendimiento académico, así como por el riesgo que asumen los estudiantes frente al
compromiso de pagar el crédito educativo, el cual se debe cumplir incluso si el estudiante no
logra culminar su carrera.
En este caso, también se presentaron dificultades durante la implementación: los estudiantes
denunciaron no estar recibiendo del Gobierno lo correspondiente a sus gastos de
sostenimiento, por lo que tuvieron que pasar por situaciones precarias de vivienda,
alimentación y transporte.
Por último, hay que destacar que en Colombia se gradúan 500 000 bachilleres al año y Ser
Pilo Paga estaría atendiendo solamente al 2 % de los egresados. Si bien el objetivo es que los
estudiantes de bajos recursos pueden acceder a cualquier institución privada o pública, la
mayoría elige instituciones privadas. En ese sentido, lo que se cuestiona es que se estén
destinando fondos del Gobierno para unos pocos beneficiados en lugar de invertir esos fondos
en mejorar la educación pública.

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