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Ensayos Físico-Químicos
TEMA 7
PUNTOS DE FUSIÓN Y
EBULLICIÓN
CALOR LATENTE
EL CALOR
2. LA TEMPERATURA.
Cuando hablamos de calor y temperatura nos apoyamos en la idea intuitiva que nos transmite
nuestro propio cuerpo. Así, esa sensación fisiológica revelada por el tacto, que permite clasificar los
cuerpos en fríos y calientes, da lugar a la idea de temperatura y por extensión a la de calor. Sin embargo,
la física debe buscar sistemas que puedan ser representados en forma numérica, esto es, como
magnitudes o atributos medibles.
La experiencia demuestra que cuando dos cuerpos, uno frío y otro caliente, se ponen en
contacto durante un tiempo prolongado, terminan por alcanzar un estado de equilibrio entre ambos
que se denomina equilibrio térmico. En ese estado no es posible distinguir cuál de ambos está más frío y
cuál más caliente. La propiedad que tienen en común los cuerpos que se encuentran en equilibrio
térmico es precisamente la temperatura.
Junto a la definición anterior, también se suele utilizar otra definición según como obtenemos el
valor de la temperatura, que es: “la temperatura será lo que miden los termómetros”.
Ambas definiciones de temperatura hacen referencia a fenómenos observables y facilitan un
estudio científico de los mismos, pero no explican en qué consiste realmente esa magnitud que,
aparentemente, no mantiene relación alguna con las otras magnitudes de la física como la longitud, la
masa, el tiempo o la fuerza, por ejemplo.
Para poder entender mejor este concepto se desarrolla la teoría cinético-molecular. Esta teoría
admite que las diferentes partículas, átomos y moléculas, que constituyen las sustancias están en
continuo movimiento. En los cuerpos sólidos este movimiento es de vibración en torno a puntos fijos o
de equilibrio. En los gases el movimiento es desordenado y zigzagueante, a consecuencia de los choques
de las moléculas del gas entre sí y con el recipiente que las contiene. En los líquidos, como estado
intermedio, pueden darse ambos tipos de movimientos moleculares.
La teoría cinético-molecular establece que la energía asociada a esos movimientos moleculares
internos es la responsable de los fenómenos caloríficos.
Junto a la definición de la temperatura, basada en nuestro sentido del tacto y apoyada en la
observación de los fenómenos correspondientes, que la presenta como una propiedad que caracteriza
el grado de calor de los cuerpos y rige su transmisión de unos a otros, la teoría cinética propone otra,
compatible con la anterior, pero que ofrece la ventaja de explicar cuál es su naturaleza.
“La temperatura es una medida del nivel de esa agitación térmica o interna de las partículas que
constituyen un cuerpo, nivel expresado por el valor de su energía cinética media”. Cuanto mayor es la
energía media de agitación molecular, tanto mayor es la temperatura que detecta la sensibilidad del
hombre y que miden los termómetros.
A partir de la sensación fisiológica es posible hacerse una idea aproximada de la temperatura a
la que se encuentra un objeto. Pero esa apreciación directa está limitada por diferentes factores; así el
intervalo de temperaturas a lo largo del cual esto es posible es pequeño; además, para una misma
temperatura la sensación correspondiente puede variar según se haya estado previamente en contacto
con otros cuerpos más calientes o más fríos y, por si fuera poco, no es posible expresar con precisión en
forma de cantidad los resultados de este tipo de apreciaciones subjetivas. Por ello para medir
temperaturas se recurre a los termómetros.
3. ESCALAS TERMOMÉTRICAS.
En muchos materiales o sustancias la variación de la temperatura supone una variación de otra
propiedad medible, de modo que a un valor de temperatura corresponde un valor de esa propiedad.
Ejemplos de esto son: la longitud de una varilla metálica, la resistencia eléctrica de un metal, la presión
de un gas, el volumen de un líquido, la densidad de un líquido, etc. Estas magnitudes cuya variación está
ligada a la de la temperatura se denominan propiedades termométricas, porque pueden ser empleadas
en la construcción de termómetros.
Para definir una escala de temperaturas es necesario elegir una propiedad termométrica que
reúna las siguientes condiciones:
a) La expresión matemática de la relación entre la propiedad y la temperatura debe ser
conocida.
b) La propiedad termométrica debe ser lo bastante sensible a las variaciones de temperatura
como para poder detectar, con una precisión aceptable, pequeños cambios térmicos.
c) El rango de temperatura accesible debe ser suficientemente grande.
Una vez que la propiedad termométrica ha sido elegida, la elaboración de una escala
termométrica o de temperaturas lleva consigo, al menos, dos operaciones; por una parte, la
determinación de los puntos fijos o temperaturas de referencia que permanecen constantes en la
naturaleza y, por otra, la división del intervalo de temperaturas correspondiente a tales puntos fijos en
unidades o grados.
El científico sueco Anders Celsius (1701-1744) construyó por primera vez la escala termométrica
que lleva su nombre. Eligió como puntos fijos el de fusión del hielo y el de ebullición del agua, tras
advertir que las temperaturas a las que se verificaban tales cambios de estado eran constantes a la
presión atmosférica. Asignó al primero el valor 0 y al segundo el valor 100, con lo cual fijó el valor del
grado centígrado o grado Celsius (ºC) como la centésima parte del intervalo de temperatura
comprendido entre esos dos puntos fijos.
En los países anglosajones se pueden encontrar aún termómetros graduados en grado
Fahrenheit (ºF). La escala Fahrenheit difiere de la Celsius tanto en los valores asignados a los puntos
fijos, como en el tamaño de los grados. Así, al primer punto fijo se le atribuye el valor 32 y al segundo el
valor 212.
La escala de temperaturas adoptada por el Sistema Internacional (SI) es la llamada escala
absoluta o Kelvin. En ella el tamaño de los grados es el mismo que en la Celsius, pero el cero de la escala
se fija en el –273,16 º C. Este punto llamado cero absoluto de temperaturas es tal que a dicha
temperatura desaparece la agitación molecular, por lo que, según el significado que la teoría cinética
atribuye a la magnitud temperatura, no tiene sentido hablar de valores inferiores a él. El cero absoluto
constituye un límite inferior natural de temperaturas, lo que hace que en la escala Kelvin no existan
temperaturas bajo cero (negativas).
Escalas termométricas:
4.1. Conducción.
En los sólidos, la única forma de transferencia de calor es la conducción. Si se calienta un
extremo de una varilla metálica, de forma que aumente su temperatura, el calor se transmite hasta el
extremo más frío por conducción. Este mecanismo se debe, en parte, al movimiento de los electrones
libres que transportan energía cuando existe una diferencia de temperatura. Esta teoría explica por qué
los buenos conductores eléctricos también tienden a ser buenos conductores del calor.
∆Q k ⋅ A
= ⋅ (T1 − T2 )
∆t x
∆Q
Donde: es el calor transmitido por unidad de tiempo
∆t
k = es la conductividad térmica (también se puede encontrar como λ.
A = área de la superficie de contacto.
(T1 – T2) es la diferencia de temperatura entre el foco caliente y el foco frío.
4.2. Convección.
Si existe una diferencia de temperatura en el interior de un líquido o un gas, es casi seguro que
se producirá un movimiento del fluido. Este movimiento transfiere calor de una parte del fluido a otra
por un proceso llamado convección. El movimiento del fluido puede ser natural o forzado. Si se calienta
un líquido o un gas, su densidad (masa por unidad de volumen) suele disminuir. Si el líquido o gas se
encuentra en el campo gravitatorio, el fluido más caliente y menos denso asciende, mientras que el
fluido más frío y más denso desciende. Este tipo de movimiento, debido exclusivamente a la no
uniformidad de la temperatura del fluido, se denomina convección natural.
Supongamos, por ejemplo, que calentamos un vaso de precipitados lleno de agua. El líquido más
próximo al fondo se calienta por el calor que se ha transmitido por conducción a través del vaso. Al
expandirse, su densidad disminuye y como resultado de ello el agua caliente asciende y parte del fluido
más frío baja hacia el fondo, con lo que se inicia un movimiento de circulación. El líquido más frío vuelve
a calentarse por conducción, mientras que el líquido más caliente situado arriba pierde parte de su calor
por radiación y lo cede al aire situado por encima.
4.3. Radiación.
La radiación presenta una diferencia fundamental respecto a la conducción y la convección: las
sustancias que intercambian calor no tienen que estar en contacto, sino que pueden estar separadas. Se
transmite también en el vacio. La radiación es un término que se aplica genéricamente a toda clase de
fenómenos relacionados con ondas electromagnéticas. Algunos fenómenos de la radiación pueden
describirse mediante la teoría de ondas, pero la única explicación general satisfactoria de la radiación
electromagnética es la teoría cuántica que postuló Albert Einstein con el efecto fotoeléctrico: la
radiación se comporta como minúsculos proyectiles llamados fotones.
Todos los cuerpos emiten radiaciones
Además de emitir radiación, todas las sustancias son capaces de absorberla. Por eso, aunque un
cubito de hielo emite energía radiante de forma continua, se funde si se ilumina con una lámpara
incandescente porque absorbe una cantidad de calor mayor de la que emite.
Todos los cuerpos absorben radiación, pero también reflejan parte de ella. Los cuerpos que
absorben las radiaciones, pero reflejan muy pocas, se perciben como oscuros o negros (si no reflejan
ninguna). Por el contrario, los cuerpos que reflejan las radiaciones y absorben muy pocas, se perciben
como claros o blancos (si las reflejan todas).
Las superficies opacas pueden absorber o reflejar la radiación incidente. Generalmente, las
superficies mates y rugosas absorben más calor que las superficies brillantes y pulidas, y las superficies
brillantes reflejan más energía radiante que las superficies mates.
Algunas sustancias, entre ellas muchos gases y el vidrio, son capaces de transmitir grandes
cantidades de radiación. Se observa experimentalmente que las propiedades de absorción, reflexión y
transmisión de una sustancia dependen de la longitud de onda de la radiación incidente. El vidrio, por
ejemplo, transmite grandes cantidades de radiación ultravioleta, de baja longitud de onda, pero es un
mal transmisor de los rayos infrarrojos, de alta longitud de onda. Este hecho, junto con las propiedades
de transmisión del vidrio antes mencionadas, explica el calentamiento de los invernaderos. La energía
radiante del Sol, máxima en las longitudes de onda visibles, se transmite a través del vidrio y entra en el
invernadero. En cambio, la energía emitida por los cuerpos del interior del invernadero,
predominantemente de longitudes de onda mayores, correspondientes al infrarrojo, no se transmiten al
exterior a través del vidrio. Así, aunque la temperatura del aire en el exterior del invernadero sea baja,
la temperatura que hay dentro es mucho más alta porque se produce una considerable transferencia de
calor neta hacia su interior.
Además de los procesos de transmisión de calor que aumentan o disminuyen las temperaturas
de los cuerpos afectados, la transmisión de calor también puede producir cambios de fase, como
la fusión del hielo o la ebullición del agua.
5. LA ECUACIÓN CALORIMÉTRICA
La experiencia pone de manifiesto que la cantidad de calor tomada (o cedida) por un cuerpo es
directamente proporcional a su masa y al aumento (o disminución) de temperatura que experimenta. La
expresión matemática de esta relación es la ecuación calorimétrica.
Q = c · m · (Tf - Ti) (1)
donde Q representa el calor cedido o absorbido, m la masa del cuerpo y Tf y Ti las temperaturas final e
inicial respectivamente. Q será positivo si la temperatura final es mayor que la inicial (Tf > Ti) y negativo
en el caso contrario (Tf < Ti).
La letra “c” representa la constante de proporcionalidad correspondiente y su valor es
característico del tipo de sustancia que constituye el cuerpo en cuestión. Dicha constante se denomina
calor específico. Su significado puede deducirse de la ecuación (1). Si se despeja c, de ella resulta:
Q
c= (2)
m ⋅ (T f − Ti )
El calor específico de una sustancia equivale, por tanto, a una cantidad de calor por unidad de
masa y de temperatura; o en otros términos, es el calor que debe suministrarse a la unidad de masa de
una sustancia dada para elevar su temperatura un grado.
Si se tienen dos recipientes con 1 litro (≈ 1 kg) y 10 litros (≈ 10 kg) de agua que se encuentran a
20 ºC y se quieren calentar a 50 ºC, aunque el incremento de temperatura es el mismo, la cantidad de
calor necesaria para calentar 10 litros de agua es mayor que para calentar 1 litro. Por tanto, la cantidad
de calor almacenada en un cuerpo es proporcional a la masa de ese cuerpo.
La brisa marítima y la brisa terrestre se dan debido al calor específico del agua y de la tierra. El
agua posee uno de los mayores calores específicos, por eso no, solamente tarda más en aumentar su
temperatura pero también tarda más en ceder calor. El aire queda más denso en las cercanías del mar
pues este último tiene la temperatura más baja durante el día (en relación a la temperatura de la tierra),
así surge la llamada brisa marítima. Durante la noche el proceso es al revés. Esa brisa también regula la
temperatura de la Tierra.
Ejemplo:
Calcular la cantidad de calor necesario para elevar una masa de 500 gramos de hierro de 15ºC a 85ºC. El
calor específico del hierro es igual a 0,114 cal/g. ºC.
Solución:
Se la masa del hierro sufre aumento de temperatura el calor es sensible, luego:
Q = m · ce · (tf – ti) = 500 g · 0,114 cal/gºC · (85 – 15)ºC
Q = 500 · 0,114 · 70
Q = 3990 cal
6. UNIDADES DE CALOR.
La ecuación calorimétrica (1) sirve para determinar cantidades de calor si se conoce la masa del
cuerpo, su calor específico y la diferencia de temperatura, pero además permite definir la caloría como
unidad de calor. Si por convenio se toma el agua líquida como sustancia de referencia asignando a su
calor específico un valor unidad, la caloría resulta de hacer uno el resto de las variables que intervienen
en dicha ecuación.
Una caloría es la cantidad de calor necesaria para elevar en un grado centígrado (1 ºC) la
temperatura de un gramo de agua. Como esta cantidad es relativamente pequeña se utiliza también la
Kilocaloría, así:
1 kcal = 1000 cal
Esta definición se puede hacer más precisa si se considera el hecho de que el calor específico del
agua varía con la temperatura. En tal caso la elevación de un grado centígrado a la que hace referencia
la anterior definición ha de producirse entre 14,5 y 15,5 ºC a la presión atmosférica.
La caloría no está reconocida en el Sistema Internacional de modo que en muchos países está
prohibido su uso en cualquier documento público o privado
Una vez identificado el calor como una forma de energía la distinción entre unidades de calor y
unidades de energía pierde significado. Así, la unidad de calor en el SI coincide con la de energía y es el
joule - julio (J), habiendo quedado la caloría reducida a una unidad práctica que se ha mantenido por
razones históricas, pero que va siendo progresivamente desplazada por el joule.
El calor puede ser convertido en energía mecánica y viceversa, y como el calor es una forma de
energía, simplemente se estaría comprobando la ley de conservación de la energía, que señala: “La
energía no se crea ni se destruye, sólo se transforma”.
La energía mecánica puede convertirse en calor a través del rozamiento, y el trabajo mecánico
necesario para producir 1 caloría se conoce como equivalente mecánico del calor. Joule, tras múltiples
experimentaciones en las que el movimiento de unas palas, impulsadas por un juego de pesas, se
movían en el interior de un recipiente con agua, estableció el equivalente mecánico del calor,
determinando el incremento de temperatura que se producía en el fluido como consecuencia de los
rozamientos producidos por la agitación de las palas:
1 J = 0,239 cal ≈ 0,24 cal
1 cal = 4,184 J
Según la ley de conservación de la energía, todo el trabajo mecánico realizado para producir
calor por rozamiento aparece en forma de energía en los objetos sobre los que se realiza el trabajo.
O sea que cuando hablamos del equivalente mecánico del calor, no es más que una manera de
expresar dos formas de energía que son iguales: la energía calórica (representada en calorías) y la
energía mecánica (representada en Joules). Recordar que 1 kgm = 9,8 J y 1 J = 107 erg.
El BTU, (o unidad térmica británica) es una medida para el calor muy usada en Estados Unidos
de América y países anglosajones. Se define como la cantidad de calor que se debe suministrar a una
libra de agua para aumentar su temperatura en un grado Fahrenheit, y equivale a 252 calorías.
1 BTU = 252 cal
1 cal = 0,00397 BTU ≈ 0,004 BTU
7. CAPACIDAD CALORÍFICA.
La capacidad calorífica de un cuerpo es la relación entre la cantidad de calor (Q) recibida por un
cuerpo y la variación de temperatura (Δt) que éste experimenta.
Además la capacidad calorífica es una característica de cada cuerpo y representa su capacidad
de recibir o ceder calor variando su energía térmica.
Q Q
C= = → Q = C ⋅ (T f − Ti )
∆T (T f − Ti )
Expresando así que en un cuerpo dado la cantidad de calor cedido o absorbido es directamente
proporcional a la variación de temperatura. La nueva constante de proporcionalidad C recibe el nombre
de capacidad calorífica:
Q
C= (4)
(T f − Ti )
y representa la cantidad de calor que cede o toma el cuerpo al variar su temperatura en un grado.
A diferencia del calor específico, la capacidad calorífica es una característica de cada cuerpo y se
expresa en el SI en J/ºK. Su relación con el calor específico resulta de comparar las ecuaciones (1) y (3)
en las que ambas magnitudes están presentes:
C = m · ce (5)
Es una propiedad extensiva, ya que su magnitud depende, no solo de la sustancia, sino también
de la cantidad de materia del cuerpo o sistema; por ello, es característica de un cuerpo o sistema
particular. Por ejemplo, la capacidad calorífica del agua de una piscina olímpica será mayor que la de un
vaso de agua. En general, la capacidad calorífica depende además de la temperatura y de la presión.
Si se calientan con la misma cantidad de calor dos recipientes con distinta cantidad de agua, se
observa que uno de los recipientes eleva más su temperatura.
Si se realiza el experimento con la misma cantidad de agua y aceite se observa que el aceite
alcanza antes una determinada temperatura que el agua. A esta capacidad que tienen las sustancias de
admitir el calor, unas más rápidamente que otras, se denomina capacidad calorífica.
8. CALOR ESPECÍFICO.
El calor específico de un cuerpo es el cociente entere la capacidad calorífica de un cuerpo (C) y la
masa (m) de dicho cuerpo.
Además en el calor específico hay que hacer notar que es una propiedad característica de la
sustancia que constituye el cuerpo y no es dependiente de la masa del mismo
C
c= → C = m⋅c
m
El calor específico de las sustancias varía con la temperatura, aumentando cuando ésta
aumenta. En los cálculos que realizaremos durante el curso supondremos que no existe variación en
pequeños intervalos de temperatura.
El calor específico del agua es la excepción a esta regla, pues disminuye cuando la temperatura
aumenta en el intervalo de 0 ºC a 35 ºC y aumenta cuando la temperatura es superior a 35ºC.
Las unidades del calor específico en el SI son Julios/kgºK, aunque se siguen utilizando los valores
de cal/gºC o Kcal/KgºC.
Algunos ejemplos de estos valores para ciertas sustancias son los siguientes:
9. CALORIMETRÍA.
La calorimetría es la parte de la física que se encarga de medir la cantidad de calor generada en
ciertos procesos físicos o químicos. Puede medir el calor de una reacción química, el calor producido en
un cambio de estado o el calor intercambiado en un proceso.
Todas las determinaciones y cálculos en calorimetría se fundamentan en los siguientes
principios:
• 1er Principio: cuando 2 ó más cuerpos con temperaturas diferentes son puestos en
contacto, ellos intercambian calor entre sí hasta alcanzar el equilibrio térmico. Por
tanto, considerando un sistema térmicamente aislado, “la cantidad de calor recibida por
unos es igual a la cantidad de calor cedida por otros”. El cuerpo frío se caliente y el
cuerpo caliente se enfría hasta alcanzar el equilibrio.
• 2º Principio: “la cantidad de calor recibida por un sistema durante una transformación
es igual a la cantidad de calor cedida por él en la transformación inversa”. La cantidad
de calor recibida por el cuerpo frío es igual a la cedida por el cuerpo caliente.
De acuerdo con el principio de conservación de la energía, suponiendo que no existen pérdidas,
cuando dos cuerpos a diferentes temperaturas se ponen en contacto, el calor tomado por uno de ellos
ha de ser igual en cantidad al calor cedido por el otro.
Para todo proceso de transferencia calorífica que se realice entre dos cuerpos puede escribirse
entonces la ecuación:
Q1 = – Q2
en donde el signo (–) indica que en un cuerpo el calor se cede, mientras que en el otro se toma como
positivo (+).
Recurriendo a la ecuación calorimétrica, la igualdad anterior puede escribirse en la forma:
m1 · c1 · (Te - T1) = – m2 · c2 · (Te - T2) (6)
donde el subíndice 1 hace referencia al cuerpo frío y el subíndice 2 al caliente. La temperatura Te en el
equilibrio será superior a T1 e inferior a T2.
La anterior ecuación indica que si se conocen los valores del calor específico, midiendo
temperaturas y masas, es posible determinar cantidades de calor.
∑Q i
=0
9.1. El calorímetro.
El aparato que se utiliza en las determinaciones calorimétricas se denomina calorímetro. Un
calorímetro ordinario consta de un recipiente de vidrio aislado térmicamente del exterior por un
material apropiado. Una tapa cierra el conjunto y dos pequeños orificios realizados sobre ella dan paso
al termómetro y al agitador, los cuales se sumergen en un líquido llamado calorimétrico, que es
generalmente agua.
Cuando un cuerpo a diferente temperatura que la del agua se sumerge en ella y se cierra el
calorímetro, se produce una cesión de calor entre ambos hasta que se alcanza el equilibrio térmico. El
termómetro permite leer las temperaturas inicial y final del agua y con un ligero movimiento del
agitador se consigue una temperatura uniforme. Conociendo el calor específico y la masa del agua
utilizada, mediante la ecuación calorimétrica se puede determinar la cantidad de calor cedida o
absorbida por el agua.
También se puede medir el calor latente que es la energía absorbida o desprendida por una
sustancia al cambiar de un estado a otro, como en el caso de un líquido a sólido y viceversa. Como
también podemos medir el calor de una reacción química o el calor de disolución de un compuesto.
En este tipo de medidas han de tomarse las debidas precauciones para que el intercambio de
calor en el calorímetro se realice en condiciones de suficiente aislamiento térmico. Si las pérdidas son
considerables no será posible aplicar la ecuación de conservación Q1 = – Q2 y si ésta se utiliza los
resultados estarán afectados de un importante error.
La ecuación (6) puede aplicarse únicamente a aquellos casos en los cuales el calentamiento o el
enfriamiento del cuerpo problema no lleva consigo cambios de estado físico (de sólido a líquido o
viceversa, por ejemplo). A partir de ella y con la ayuda del calorímetro es posible determinar también el
calor específico del cuerpo si se conocen las temperaturas T1, T2 y Te, las masas m1 y m2 y el calor
específico del agua.
Según la ecuación conservación de la energía: calor tomado calorímetro = - calor cedido sólido
Q1 = - Q2
(magua + kequivalente agua calorímetro) · cagua · (te – Ti) = – msólido · cespecífico sólido · (te - ti)
Sustituyendo valores en la ecuación anterior, se tiene:
(0,050 + 0,025) kg · 4184 J/kgºK · (19 - 16,5)ºK = - 0,025kg · ce · (19 - 85)ºK
Operando y despejando ce resulta: ce = 475 J/kgºK
Este calor específico es casi igual al que se indica en la tabla para el hierro y podría ser este metal.
Ejemplo:
Determinación del calor de disolución del NaOH
1) Tomar 200 gramos de agua destilada en un calorímetro y anotar su temperatura (ti)
cuando hayan pasado unos 5 minutos y se haya estabilizado: ti = 19 ºK
2) Pesar en la balanza 20,0 gramos de NaOH en lentejas y verterlos en el calorímetro con
agua agitando constantemente.
3) Anotar la temperatura máxima que haya alcanzado el sistema (te), te = 43 ºK
El calor absorbido por el agua más el calorímetro:
Según conservación de la energía: calor tomado calorímetro = - calor cedido disolución
Qabsorbido = - Qdisolución
Qabsob = (magua + Kequivalente calor) · ce · (te – ti)
Qabsorb = (0,200 + 0,025) kg · 4184 J/kgºK · (43 – 19) ºK = 22593,6 J
El calor de disolución:
Qabsorb 22593,6
Qd = = = 45187,2 Julios / mol
moles disueltos 20,0
40,0
También podría expresarse el calor de disolución como Julio/gramo
Q 22593,6
Qd = = = 1129,7 Julios / gramo
gramos disueltos 20,0
CAMBIOS DE ESTADO
La mayoría de las sustancias se presentan en un estado concreto. Así, los metales o las
sustancias que constituyen los minerales se encuentran en estado sólido y el oxígeno o el CO2 en estado
gaseoso:
Los sólidos: tienen forma y volumen constantes. Se caracteriza por la rigidez y la regularidad de
sus estructuras.
Los líquidos: no tienen forma fija pero sí volumen. La variabilidad de forma y el presentar unas
propiedades muy específicas con características de los líquidos.
Los gases: no tienen forma ni volumen fijos. En ellos es muy característica la gran variación de
volumen que experimentan al cambiar las condiciones de temperatura y presión.
A) ALTA TEMPERATURA:
A) ALTA TEMPERATURA:
B) ALTA TEMPERATURA:
• Fusión.
• Vaporización.
• Sublimación.
b. Si enfriamos quitamos energía y las partículas se mantienen más cerca, aumentan
sus fuerzas de cohesión y el sistema se ordena: cambios de estado regresivos:
• Condensación.
• Solidificación:
• Sublimación regresiva.
En el caso del agua: cuando hace calor, el hielo se derrite y si calentamos agua líquida vemos
que se evapora. El resto de las sustancias también puede cambiar de estado si se modifican las
condiciones en que se encuentran.
En el estado sólido las partículas están ordenadas y se mueven oscilando alrededor de sus
posiciones. A medida que calentamos el líquido, las partículas ganan energía y se mueven más deprisa,
pero conservan sus posiciones.
Cuando la temperatura alcanza el punto de fusión la velocidad de las partículas es lo
suficientemente alta para que algunas de ellas puedan vencer las fuerzas de atracción del estado sólido
y abandonan las posiciones fijas que ocupan. La estructura cristalina se va desmoronando poco a poco.
Durante todo el proceso de fusión del sólido la temperatura se mantiene constante.
Vaporización Ebullición
En el estado líquido las partículas están muy próximas, moviéndose con libertad y de forma
desordenada. A medida que calentamos el líquido, las partículas se mueven más rápido y la temperatura
aumenta. En la superficie del líquido se da el proceso de vaporización, algunas partículas tienen la
suficiente energía para escapar. Si la temperatura aumenta, el número de partículas que se escapan es
mayor, es decir, el líquido se evapora más rápidamente.
Cuando la temperatura del líquido alcanza el punto de ebullición, la velocidad con que se
mueven las partículas es tan alta que el proceso de vaporización, además de darse en la superficie, se
produce en cualquier punto del interior, formándose las típicas burbujas de vapor, que suben a la
superficie. En este punto la energía comunicada por la fuente de calor se invierte en lanzar a las
partículas al estado gaseoso, y la temperatura del líquido no cambia.
En el estado de vapor, las partículas de agua se mueven libremente, ocupando mucho más
espacio que en estado líquido. Si calentamos el vapor de agua, la energía la absorben las partículas y
ganan velocidad, por lo tanto la temperatura sube.
Ejemplo de esto es cuando colocamos en el congelador agua, como la temperatura es muy baja
las moléculas pierden movilidad y energía lo que hace que se organicen en cristales hasta convertirse en
hielo sólido.
La condensación como transición de vapor a líquido se lleva a efecto invirtiendo las condiciones
que favorecen la vaporización. Así, mientras que la disminución de la presión exterior facilita la
vaporización, la compresión del vapor formado facilita la condensación; el aumento de temperatura de
un líquido provoca su vaporización e, inversamente, el enfriamiento del vapor favorece su
condensación.
En términos moleculares, tanto el aumento de presión como la disminución de la temperatura
del vapor reducen la distancia media de las moléculas y hacen posible su unión.
8. PROPIEDADES COLIGATIVAS.
En química se llaman propiedades coligativas a aquellas propiedades de una disolución que
dependen únicamente de la concentración.
Estas propiedades están muy relacionadas con el cambio de ciertas propiedades físicas en los
disolventes cuando añadimos a éstos una determinada cantidad de un soluto no volátil.
Las propiedades que varían son:
- Descenso de la presión de vapor.
- Punto de ebullición (aumento ebulloscópico).
- Punto de congelación (descenso crioscópico).
- Aparición de la presión osmótica.
Estas cuatro propiedades no variarían o no aparecerían si no se agregara el soluto a un
disolvente puro. Las moléculas de soluto interaccionan o interfieren en el normal movimiento de las
moléculas de disolvente afectando a las propiedades indicadas.
El equilibrio se alcanzará más rápidamente cuanta mayor sea la superficie de contacto entre el
líquido y el vapor, pues así se favorece la evaporación del líquido, del mismo modo que un charco de
agua extenso, pero de poca profundidad, se seca más rápido que uno más pequeño, pero de mayor
profundidad, que contenga igual cantidad de agua. Sin embargo, el equilibrio se alcanza en ambos casos
para igual presión.
El factor más importante que determina el valor de la presión de saturación es la propia
naturaleza del líquido, de modo que, en general, entre líquidos de naturaleza similar, la presión de vapor
a una temperatura dada es tanto menor cuanto mayor es el peso molecular del líquido.
Sobre la presión de evaporación tiene también una gran influencia la temperatura, ya que las
moléculas aumentan sus energías cinéticas, venciendo así las energías intermoleculares y pasando al
estado de vapor con mayor facilidad, lo que produce un aumento de la presión de vapor.
El aumento de temperatura activa este proceso. Para cada valor de la presión exterior existe una
temperatura para la cual la vaporización se vuelve violenta, afectando a todo el líquido y no sólo a su
superficie. Esta forma tumultuosa de vaporización se denomina ebullición. El punto de ebullición de un
líquido depende de las condiciones de presión exterior, siendo tanto más elevado cuanto mayor sea
ésta.
La condensación como transición de vapor a líquido se lleva a efecto invirtiendo las condiciones
que favorecen la vaporización. Así, mientras que la disminución de la presión exterior facilita la
vaporización, la compresión del vapor formado facilita la condensación; el aumento de temperatura de
un líquido provoca su vaporización e, inversamente, el enfriamiento del vapor favorece su
condensación.
En términos moleculares, tanto el aumento de presión como la disminución de la temperatura
del vapor reducen la distancia media de las moléculas y hacen posible su unión.
P1 = x1 ⋅ P1
0
Es decir que la presión de vapor del soluto crece linealmente con su fracción molar. En una
solución que sólo contenga soluto, se tiene que X1 = 1 - X2, donde X2 es la fracción molar del soluto,
pudiendo escribir la formulación de la ley como:
P1 = (1 − x2 ) ⋅ P1
0
P1 − P1 = ∆P = x2 ⋅ P1
0 0
Se puede ver de esta forma que una disminución en la presión de vapor, ΔP es directamente
proporcional a la concentración del soluto presente
Una vez que los componentes de la solución han alcanzado el equilibrio químico, la presión total
del vapor es:
Pi = ( Pi ) puro ⋅ x1
donde
• (Pi)puro es la presión de vapor del componente puro
• Xi es la fracción molar del componente en solución
Consecuentemente a medida que el número de componentes gaseosos va creciendo en la
solución, la presión de los componentes individuales decrece, así como la fracción molar de cada uno de
ellos que va decreciendo igualmente con la adición de nuevos componentes.
Se cumple sólo para disoluciones ideales no obstante es una buena aproximación cualitativa.
Para que se cumpla al 100% la ley de Raoult es necesario que el líquido sea una disolución ideal y el
vapor una mezcla de gases ideales
En equilibrio Liquido - Vapor, la relación que se comporta según la idealidad de la Ley de Raoult
sería la siguiente:
PT ⋅ y1 = x1 ⋅ P1
0
Donde
PT = La presión total del sistema en equilibrio
y1 = Composición en la fase vapor, compuesto 1
x1 = Composición en la fase Liquida, compuesto 1
P10 = Presión de vapor compuesto 1
Ejemplo:
Calcular la presión de vapor del metanol a 40 ºC de una disolución al 20 % p/p en agua. La presión de
vapor del metanol a 40 ºC es 260,5 mm de Hg.
Calculamos la fracción molar del soluto:
g soluto 20 g
M soluto 32 g / mol
xme tan ol = = = 0,123
g soluto g disolvente 20 g 80 g
+ +
M soluto M disolvente 32 g / mol 18 g / mol
Aplicando la ley de Raoult para determinar la presión de vapor del metanol a 40 ºC:
PA = x A ⋅ P 0 A = 0,123 ⋅ 260,5 = 32 mm Hg
La presión de vapor del metanol en la disolución ha disminuido con respecto a la presión de vapor del
componente puro.
La molalidad (m) es número de moles de soluto por kilogramo de disolvente (no de disolución).
moles de soluto
m=
Kg de disolvente
La principal ventaja de este método de medida respecto a la molaridad es que como el volumen
de una disolución depende de la temperatura y de la presión, cuando éstas cambian, el volumen
cambia con ellas. Gracias a que la molalidad no está en función del volumen, es independiente de la
temperatura y de la presión, con lo cual se mide con mayor precisión.
En las fórmulas donde interviene la molalidad no influyen cambios de presión y temperatura.
∆Te = i ⋅ K e ⋅ m
donde: i = número de partículas de disolvente en disolución.
ΔTe = diferencia entre punto ebullición la disolución y el disolvente puro
Ke = constante ebulloscópica = si el disolvente es agua Ke = 0,52 ºC·kg/mol
m = molalidad
∆Tc = − i ⋅ K c ⋅ m
donde: i = número de partículas de disolvente en disolución.
ΔTc = diferencia entre punto congelación de la disolución y el disolvente puro
Ke = constante crioscópica = si disolvente es agua Kc = 1,86 ºC·kg/mol
m = molalidad
EJEMPLO 1:
En 392 g de agua se disuelven 85 gramos de azúcar (sacarosa). Determinar el punto de ebullición y el de
congelación de la solución resultante. Masa molecular de la sacarosa = 343 g/mol.
PASO 1: determinar la molalidad de la disolución. La sacarosa sólo da una partícula por mol en
disolución, así i = 1.
EJEMPLO 2:
Determina el punto de ebullición de una disolución 0,5 molal de CaCl2. La constante crioscópica del agua
es 1,86 ºC.Kg/mol.
Aplicamos las fórmulas anteriores teniendo en cuenta que al disolver CaCl2 en agua produce tres
partículas según:
CaCl2 Ca2+ + 2 Cl- por tanto i = 3
Punto Ke Punto Kc
Sustancia
ebullición, ºC ºC·Kg/mol congelación, ºC ºC·Kg/mol
Acido acético 118.0 2.93 16.7 3.9
Acetona 56.0 1.71 - 94,82 2,4
Benceno 80.1 2.53 5.5 5.12
Alcanfor 208.3 5.95 178.4 37.7
Cloroformo 61.2 3.63 - 63.5 -
Alcohol etílico 78.4 1.22 - 114,49 3
Eter etílico 34.6 2.02 - 116,3 1,79
Fenol 181.4 3.56 42.0 7.27
Agua 100.0 0.51 0.00 1.86