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ENRICO FERRI

Enrico Ferri, nace el 25 de febrero de 1856 en San Benedetto Po, provincia de Mantua,
Lombardía y fallece el 12 de abril de 1929 en Roma, Italia. Fue un político, criminólogo y sociólogo
italiano. Junto a César Lombroso y Rafaél Garófalo, forman la triada evangelista de la criminología,
el primero abocándose a la investigación de los factores fisiológicos, el segundo a la aplicación de
los elementos juristas y Ferri al estudio de las causas sociales y económicas del criminal.

Es el máximo representante de la escuela positivista italiana del derecho penal y está considerado
como el creador de la criminología moderna. Como seguidor del positivismo imperante durante la
segunda mitad del siglo XIX, aceptó por completo las implícitas actitudes deterministas de tal
corriente. Consideró que las razones por las cuales el hombre es delincuente son ajenas a su
voluntad, el delito para Ferri no existe, existen enfermedades que bien ha heredado o las adquirió
en el transcurso de su vida.

Centrándose en el estudio de las características psicológicas, de las que creía eran las responsables
del desarrollo de la criminalidad en el individuo, cuestionó enfáticamente la tipificación fisiológica
de los criminales. Estas características psicológicas incluían el habla, la escritura, los símbolos
secretos, el arte y la literatura, así como la insensibilidad moral y la falta de repugnancia a la idea y
ejecución de la ofensa, previo a su comisión, y la ausencia de remordimiento después de
cometerla.1

Alegó que los sentimientos como la religión, el honor y la lealtad no contribuían al


comportamiento criminal, pues estas ideas eran muy complicadas para tener un impacto
definitivo en la moral básica de las personas. Argumentó que eran otros sentimientos, como el
odio, el amor, la vanidad los que influenciaban grandemente pues tenían más control sobre la
moral de las personas.

Resumió su teoría al definir la psicología criminal como una resistencia defectuosa de las
tendencias criminales y las tentaciones, debido a una impulsividad desbalanceada que caracteriza
solo a los niños y a los salvajes.2

Ya en la tesis de su doctorado, "La teoría de la imputabilidad y la negación del libre albedrío",


destaca netamente este aspecto de su formación espiritual y de sus ideas: cree que el delincuente
actúa por causas ajenas a su voluntad y que deben buscarse en la sociedad.

La primera parte de su tesis trata de refutar en sentido filosófico los argumentos que pretenden
sostener el libre albedrío, suponiendo un riguroso determinismo que se aplica también a las
actividades humanas: éstas son espontáneas, pero siempre necesitadas de motivos que quitan la
libertad.

Aplicando estas premisas al derecho penal, Ferri afirma que el delito es imputable al delincuente,
pero no deseado libremente por éste; en realidad, actúa por causas que física o psíquicamente
condicionan su voluntad. Por tanto, la sociedad no puede castigar, sino tan sólo defenderse contra
el desorden que el individuo produce en una convivencia humana organizada; la sociedad debe
asimismo prevenir el delito, evitando los motivos del mal y acrecentando en diversas formas los
del bien.

La teoría de la imputabilidad, examinada desde este punto de vista positivista, forma la segunda
parte de su tesis, donde son estudiadas las causas dirimentes y atenuantes de la misma
imputabilidad, como la falta de discernimiento, la enfermedad mental, el sueño y la embriaguez, el
impulso de los afectos, etc., porque la amenaza legislativa con que la sociedad apremia para
prevenir, y la medida de su defensa, en caso de que el delito se haya perpetrado, no pueden
actuar si no son previstas por la razón.

En el aspecto filosófico, los argumentos de que se vale Enrico Ferri para negar el fundamento del
libre albedrío son hoy reconocidos como de escaso valor y casi ingenuos; sin embargo, se le
reconoce el mérito de haber dado a conocer a los juristas la gravedad del problema, en vez de
adaptar sus soluciones a normas tradicionales gratuitamente aceptadas.
1. Reducción del derecho a la sociología, el delito en relación con los individuos y la sociedad,
no con abstracciones lógicas.

2. Necesidad de encontrar leyes generales sobre la criminalidad, una forma científica para
distinguir un comportamiento penal del que no lo es.

3. Rechazo de principios clásicos del derecho penal: Discusión entre libre albedrío y
determinismo.

4. El determinismo de Ferri:

 libre albedrío es una ilusión subjetiva antropología criminal.

 el delincuente no es normal

 la estadística original, el aumento o desaparición de los delitos depende de razones


distintas que las establecidas por los códigos.

Factores del delito:

 Factores Antropológicos: constitución orgánica, psíquica y características personales.

 Factores físicos o cosmo-telúricos: Clima, la naturaleza del suelo, la producción agrícola.

 Factores sociales (ambiente social): Densidad, costumbres, religión, familia, alcoholismo,


las leyes civiles y penales, etc. Lo que es socialmente dañoso se establece partiendo del
estudio mismo de la sociedad à relación entre acción individual y reacción defensiva de la
sociedad.

Teoría de la Defensa Social:

 Los individuos son siempre responsables ante la sociedad.

 Sanción social es la reacción natural contra el delito.

 La pena se aplica en razón solamente de la peligrosidad del delincuente, la naturaleza y


extensión serán las necesarias para neutralizar la peligrosidad.

 Desaparecen las consideraciones sobre la culpabilidad.


 La teoría de la defensa social impulsada por Ferri elimina de la defensa jurídica el límite del
respeto de la dignidad humana.

Ferri enseñó en las Universidades de Turín, Siena y Roma y, prosiguiendo sus estudios, siempre
inspirados en la escuela criminalista positiva, publicó en 1900 Sociología criminal, sin duda su más
ambiciosa e influyente obra, en la que resumió en forma orgánica su pensamiento.

El agudo interés por la sociedad y su organización le hizo considerar con simpatía el socialismo:
militó en el partido socialista y dirigió el diario Avanti! de 1900 a 1905. Sin embargo, interpretó
igualmente el socialismo desde el ángulo positivista y lo juzgó derivación del darwinismo y del
evolucionismo de Spencer en textos como Socialismo e criminalità y Socialismo e scienza positiva.
Ello le indujo a alejarse del partido socialista cuando derivó hacia un más riguroso marxismo, y a
acercarse al fascismo.

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