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La responsabilidad alimentaria de los abuelos frente al

incumplimiento paterno. Comentario al fallo "L. G. B. s/Alimentos"

Autor: González Magaña, Ignacio


Editorial: IJ Editores

La responsabilidad alimentaria de los abuelos frente al incumplimiento paterno


Comentario al fallo L. G. B. s/Alimentos
Ignacio González Magaña
I. Hechos [arriba] -
El fallo de primera instancia desestimó la pretensión de alimentos provisorios
deducida contra el Sr. A. G. en su condición de abuelo paterno de la niña L. G. B.; y
la admitió respecto del progenitor de la mencionada niña, Sr. J. G. G..
La accionante ?madre de la niña L.- recurrió el pronunciamiento alegando que al
carecer de un empleo estable se halla imposibilitada de atender la totalidad de los
requerimientos básicos de L y que por dichas razones, insiste en que la prestación
alimentaria provisoria se haga extensiva al abuelo paterno, con sustento en el interés
superior de la niña.
La Sala interviniente, admitió el pedido de la progenitora de la niña y resolvió que,
vencido el plazo previsto para el pago mensual de la cuota alimentaria provisoria
fijada a favor de la niña y a cargo de su progenitor Sr. J. G. G., y ante el mero
incumplimiento -total o parcial- de este, se habilitará automáticamente a ejecutar la
prestación contra el abuelo codemandado, sin necesidad de la actora de cumplir con
ningún requerimiento ni otro recaudo previo.
II. Análisis argumental [arriba] -
a) La naturaleza de la obligación alimentaria
La doctrina en general reconoce que los alimentos poseen una naturaleza asistencial
y constituyen un derivado del derecho a la vida[1], debiendo buscarse sus
fundamentos ?en las relaciones de familia- en términos de solidaridad familiar y
humana.
Por su parte, la jurisprudencia ha entendido al respecto que la obligación alimentaria
respecto de los hijos mayores de edad y menores de edad tiene su fuente en los
deberes morales que asume toda persona cuando se convierte en padre o madre, por
lo que su interpretación debe ser amplia, toda vez que el concepto de familia implica
que sus integrantes tengan la posibilidad de alcanzar su desarrollo personal integral,
a través de la solidaridad que debe existir entre ellos[2].
Ergo, debemos admitir la naturaleza asistencial de la obligación alimentaria, cuya
fuente ? respecto de aquellos que son debidos de padres a hijos- tiene raigambre
moral, reconocida jurídicamente por las normas que regulan este instituto.
En este contexto resulta indiscutible la determinación de la cuota alimentaria
establecida a favor de la niña L. y cuyo pago le corresponde a su padre, el Sr.
b) La obligación alimentaria de los abuelos en el Código de Vélez
En primer término debemos señalar que la obligación alimentaria de los abuelos
respecto de sus nietos menores de edad en el Código de Vélez, presenta dos
caracteres que lo configuran: a) subisidiario y b) unilateral.
En efecto, y a la luz de lo previsto por el art. 367 del Código Civil, debería probarse
en primer término la imposibilidad de cumplimiento del obligado principal
(encarnado en la mayoría de los casos en la figura del progenitor), a la vez que la
obligación quedaría circunscripta a los rubros establecidos en el art. 372 del Código
Civil[3].
Por otra parte, la unilateralidad está dada porque en este caso no se trata de una
obligación recíproca (art. 367 "in fine", C.Civ.) sino unilateral: los abuelos le deben
alimentos a los nietos menores de edad, pero no así a la inversa. La reciprocidad se
activa cuando los nietos alcanzan la mayoría de edad.
Los nietos no deben demostrar necesidad o falta de medios para alimentarse, e
imposibilidad de obtenerlos con su trabajo (art. 370, CCiv.), ya que ello se presume
en virtud de la edad, aunque en este caso donde los obligados son los abuelos se
admite prueba en contrario.
c) Evolución en doctrina y jurisprudencia de la obligación alimentaria de los abuelos
hacia sus nietos menores de edad:
Durante muchos años, prestigiosa doctrina argentina en forma francamente
mayoritaria resolvió la cuestión aplicando la regla de subsidiariedad[4].
En forma pacífica, la jurisprudencia hizo eco de este criterio, sosteniendo que la
obligación alimentaria de los abuelos era subsidiaria o sucesiva porque si bien la
obligación alimentaria se encuentra potencialmente en cabeza de todos los parientes
que la deben de acuerdo a la ley, sólo nace en forma efectiva para el más lejano
cuando no existe pariente más cercano en condiciones de satisfacerla, afirmándose
que la falta de prueba acerca de la imposibilidad del padre del menor de cumplir con
su obligación alimentaria impedía el progreso de la ejecución iniciada contra el
abuelo[5].
En consecuencia, esta posición clásica ?que debe reconocerse; está cayendo en
desuso-, propone la aplicación lisa y llana de la regla impuesta por el art. 367 del
Código Civil, en cuanto dispone que ?Los parientes por consanguinidad se deben
alimentos en el orden siguiente: 1° Los ascendientes y descendientes. Entre ellos
estarán obligados preferentemente los más próximos en grado y a igualdad de grados
los que estén en mejores condiciones para proporcionarlos?.
Ello quiere decir que para poder reclamar alimentos a los abuelos a la luz de este
criterio, se debía acreditar la insuficiencia de recursos de ambos padres, o bien
demostrar la imposibilidad de suministrarlos.
La incorporación al plexo normativo nacional de la Convención de los Derechos del
Niño, otorgándole jerarquía constitucional (conf. art. 75 inc 22 de la CN), implicó,
entre tantas otras cuestiones, la reinterpretación del criterio desarrollado en los
párrafos precedentes.
Ello así, especialmente teniendo en consideración que el art. 27. 4° de la citada
Convención establece que "Los Estados Parte tomarán todas las medidas apropiadas
para asegurar el pago de la pensión alimentaria por parte de los padres u otras
personas que tengan responsabilidad financiera por el niño...".
Esta pauta, analizada a la luz del interés superior del niño que debe guiar todo
proceso en el cual se encuentre involucrado (conf. art. 3.1 de la CDN) y en
conjunción con éste, obliga a reinterpretar el alcance del principio general contenido
en el art. 367 del Código Civil.
Ello fue observado por la doctrina y refrendado en la jurisprudencia, que comenzó a
admitir acciones reclamos alimentarios dirigidos directamente contra los abuelos, o
al menos, simultánea con la del progenitor, afirmando que los mandatos de la CDN
son claros al no establecer subsidiariedad alguna entre los padres y el resto de las
personas responsables del niño,[6] por lo que no correspondía que la ley
reglamentaria la exija.
Sin embargo, este cambio paradigmático no fue radical, pues si bien la protección de
los derechos de la infancia y adolescencia, amparados por la ley 26.061 y el principio
de interés superior del niño, exigían redimensionar la pauta de la subsidiariedad, pero
sin abandonarla totalmente.
Ello ha sido receptado en forma clara por el fallo que aquí anotamos en cuanto hace
mérito que al encontrarse involucrados derechos que afectan a los niños, no resulta
necesario agotar todos los pasos formales previos a demandar a los abuelos[7]cuando
surge evidente que aquel desgaste procesal resultaría inútil[8]; flexibilizando en
consecuencia las exigencias procesales, bastando arrimar elementos que lleven a la
convicción del juez que no existe otro remedio que hacer efectiva la obligación
alimentaria que atañe a los abuelos una vez determinada la mora del progenitor
obligado en primer término.[9]
III. Análisis del caso a la luz de los principios establecidos en el Código Civil y
Comercial de la Nación [arriba] -
Si bien algunos sistemas normativos en el derecho comparado regulan los alimentos
en un apartado único dentro de una estructura codificada, no ha sido este el criterio
seguido por Vélez en el Código Civil derogado, ni por el Código Civil y Comercial
de la Nación que regula las obligaciones alimentarias derivadas del matrimonio; de la
responsabilidad parental y del parentesco por separado, en los capítulos que el
legislador ocupa para tratar los referidos institutos.
En este contexto, y atendiendo particularmente al tema que nos ocupa, el artículo 646
establece, entre los deberes de los progenitores el de "prestarle alimentos" y
considerar sus necesidades específicas, según sus características psicofísicas,
aptitudes y desarrollo madurativo. Complementándose con esta disposición y como
"regla general", el art. 658 determina que la obligación alimentaria pertenece a
ambos progenitores, conforme a su condición y fortuna, aunque el cuidado personal ?
denominación que sustituye al término ?tenencia?, presente en el Código de Vélez-
esté a cargo de uno de ellos.
En cuanto al contenido de la obligación alimentaria; el art. 659 sigue la tendencia de
ampliar los rubros que integran la obligación alimentaria parental, agregando a la
enumeración existente del Código Civil: los gastos necesarios para adquirir una
profesión u oficio.
Es decir, que el Código Civil y Comercial de la Nación, profundiza la huella abierta
por el criterio desarrollado en el punto anterior; dejando de lado el carácter
subsidiario de la obligación alimentaria de los parientes no obligados en primer
término y estableciendo un régimen de complementariedad, con base en lo dispuesto
en el art. 639 del CCyC que fija como principio general de la responsabilidad
parental, la protección del interés superior del niño (art. 3 CDN, ley 26.061 y art. 705
CCyC).
Asimismo, a fin de proteger este interés superior, el art. 668 del citado cuerpo legal,
permite el reclamo de alimentos en el mismo proceso al progenitor y los abuelos,
aunque la obligación de los abuelos tenga una fuente diferente que la de los padres,
que como ya hemos visto, son los primeros obligados.
El art. 670 por su parte, declara aplicables las medidas para asegurar el cumplimiento
de la obligación alimentaria previstas para los parientes y el el art. 661 legitima al
hijo menor de edad para demandar los alimentos a sus progenitores.
Con respecto a la situación fáctica resultante del caso en análisis, es dable señalar
que el art. 668 del Código Civil y Comercial -ubicado en el título de la
Responsabilidad Parental- autoriza el reclamo conjunto a los progenitores y los
abuelos, estableciendo que "Los alimentos a los ascendientes pueden ser reclamados
en el mismo proceso en que se demanda a los progenitores o en proceso diverso;
además de lo previsto en el título del parentesco, debe acreditarse verosímilmente las
dificultades del actor para percibir los alimentos del progenitor obligado."
De este modo, observamos que casos como el que aquí anotamos deberían ser
receptados favorablemente a partir del 1° de agosto de 2015, bajo el álea del nuevo
texto de fondo, el cual a nuestro juicio refleja la protección alimentaria dentro de la
órbita de la justicia de protección o acompañamiento, en total coherencia con los
mandatos constitucionales convencionales que obligan a no dilatar la provisión del
sustento alimentario.[10]
IV. Reflexiones Finales [arriba] -
El fallo en estudio resuelve a nuestro juicio en forma acertada el conflicto puesto en
tensión, adoptando una solución que no solo se condice con la doctrina y
jurisprudencia más avanzada en la materia; sino también haciendo especial hincapié
en el interés superior del niño involucrado, cuya protección no puede ser sosegada
por la rígida aplicación de principios procesales que justifiquen una respuesta
diferente.
En este sentido, imponer a la accionante ?en este caso la madre- la carga de de
demostrar que agotó todas las medidas para obtener el cumplimiento de la cuota
alimentaria antes de recurrir a los abuelos, puede terminar configurándose en una
"exigencia diabólica" cuyo efecto concreto no es otro que dilatar la satisfacción del
derecho alimentario del niño o adolescente.[11]
Debe reconocerse que, con lamentable frecuencia, los primeros obligados ?los
progenitores? recurren a ágiles maniobras para evadir su responsabilidad
(ocultamiento de ingresos, de bienes, renuncia al empleo) a veces en connivencia con
sus propios progenitores ?los abuelos de sus hijos-.
Ello, desde ya entendemos que no impide que el abuelo que ha sido demandado por
alimentos demuestre que su hijo se encuentra en condiciones de atender al
mantenimiento del niño o adolescente, o incluso, cuando si fue condenado al pago de
la cuota, solicite su cese o disminución probando que el padre adquirió posibilidades
de asumir su obligación.
En definitiva, y siguiendo las enseñanzas de la Dra. Mariel Molina de Juan, podemos
afirmar que sin abandonar la regla ni el orden de prelación, ni proteger a los
progenitores que se sustraen de las obligaciones derivadas de la responsabilidad
parental, celebramos la superación del rigorismo formal que como mecanismo
meramente procesal conspire contra el fin primordial del propio proceso: atender con
inmediatez las necesidades del niño alimentado.[12]

Notas [arriba] -
[1] Makianich de Basset, Lidia N., Vocación alimentaria post-separación personal o
divorcio y reparación de los perjuicios, LA LEY, 1991-B, 849; citada por YUBA,
Gabriela en ?Cuantificación de la prestación alimentaria. Valoración judicial?, La
Ley Litoral, Febrero, 2013, 13[2] Cámara de Apelaciones en lo Civil, Comercial,
Laboral y Minería de Neuquén ? V. M. A. c. V. N. R. s/alimentos para los parientes ?
19/02/2013 ? La Ley Online ? AR/JUR/406/2013[3] Olmo, Juan Pablo ?Alimentos
de los abuelos a favor de los nietos menores de edad en Entre Ríos?, LLLitoral 2013
(noviembre) , 1065[4] Entre otros; BORDA, Guillermo A. "Tratado de Derecho
Civil", Familia, 10ª Edición Actualizada, Tomo II, La Ley, 2008; BUSSO, Eduardo
B. "Código Civil Anotado" Ediar Soc. Anón. Editores, Buenos Aires, 1958;
BOSSERT, Gustavo "Régimen jurídico de los alimentos", Ed. Astrea 1998;
MIGUEZ, Agustín A., "La obligación alimentaria de los abuelos", DJ, 1999-1-981.
[5] Jáuregui, Rodolfo G. ?Las características especiales de la subsidiariedad de la
obligación alimentaria de los ascendientes y una equitativa solución practica?
LLLitoral 2013 (mayo) , 377[6] LLOVERAS, N, "La obligación alimentaria de los
abuelos y el nieto menor de edad ¿un pariente?, (Dir.). AMEAL, O. J., (Coord.)
GESUALDI, D., Derecho Privado. Libro homenaje a Alberto J. Bueres, Hammurabi,
Buenos Aires, 2001, p. 957[7] CSJN 15/11/2005, "F., L. c. L., V. recurso de hecho",
SJA 01/03/2006 JA 2006-I-20, JA 2005-IV-62; Rev. Actualidad Jurídica Córdoba -
Familia y Minoridad, Nuevo Enfoque Jurídico, Córdoba, 2005, p. 2085-2089, LL
2006- A-605, con nota de SOSA, T. E., Obligación alimentaria de los abuelos:
subsidiariedad subjetiva y relativa. DJ, 2005-3-992 Ver también Cám. Familia 2
Nom. Córdoba, 14/09/2011, con nota de SOSA, T E., Obligación alimentaria de los
abuelos: de relativamente subsidiaria a concurrente, Rev. DFyP, 2-2012-106.[8]
CNCiv. Sala G; 24/04/2012 "S., T. G. y Otros c. D. A., J. R." elDial.com - AA76D4.
[9] CNCiv., sala C, 17/04/1997, "C. A. y otros c. T. de S., E.", JA, 1998-I-65, CNCiv.
Ver también BELLUSCIO, Claudio., Prestación Alimentaria. Régimen Jurídico.
Universidad, Buenos Aires, 2009, p. 453.[10] WAGMAISTER, A., Obligación
alimentaria solidaria del padre y de la abuela. Subrogación de la madre que detenta la
tenencia en el derecho de sus hijos, Doc. Jud., 2007-2-821. Ver también BÍSCARO,
B. "Alimentos a cargo de los abuelos. Principio de solidaridad de la obligación", JA
2006-I-21. Compulsar también MORELLO, A. y MORELLO DE RAMÍREZ, M,
"La obligación alimentaria de los abuelos ante la Convención sobre los Derechos del
Niño", JA 1998-IV-1090.[11] BÍSCARO, Beatriz, Alimentos a cargo de los abuelos.
Principio de solidaridad de la obligación JA 2006-I-21. TSJ Provincia de La Rioja,
"Presser, Mónica S. c. Heredia, Gustavo F. y otra", 28/03/2006, LL Gran Cuyo 2006-
1417, AR/JUR/5166/2006. Ver también Cám. Apel. Civ. y Com. Junín, 16/12/2008,
DJ del 08/07/2009 y LL Buenos Aires, n° 6/julio 2009, p. 597.[12] Molina de Juan,
Mariel F ?Alimentos a los hijos en el Código Civil y Comercial Sup. Esp. Nuevo
Código Civil y Comercial de la Nación. Familia: Filiación y Responsabilidad
Parental?, 20/05/2015 , 147 ? LA LEY 2015-C

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