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UNIVERSIDAD SEÑOR DE SIPÁN

FACULTAD : Humanidades

ESCUELA : Psicología

TEMA : La Adolescencia y sus adicciones

ESTUDIANTE : Hugo Jaime Chauca Tinoco

DOCENTE : Carmen del Socorro Panta Sánchez

CURSO : Psicología del Desarrollo

CICLO : II

AÑO : 2018

Huaraz, 10 de noviembre de 2018


LA ADOLESCENCIA Y SUS ADICCIONES

Introducción
La adolescencia
La adicción
Adicciones a las drogas
Adicción a las Nuevas Tecnologías

INTRODUCCIÓN

La adolescencia es la etapa dentro de las etapas del desarrollo humano en el que se


puede entender la adicción como un modo de relación en la que éste busca resolver
situaciones o estados conflictivos de manera poco adecuada. Este trabajo pretende
explicara las adicciones a las que se involucra el adolescente y estás pueden ser
adicciones a las drogas y a las nuevas tecnologías.
El consumo de drogas en la población de adolescentes de nuestro país es una práctica
habitual dentro de sus usos y costumbres relacionados principalmente con los tiempos y
espacios de ocio, lo que se ha dado en denominar “uso recreativo”. Sin embargo, no por
este uso “festivo” está exentas de problemas y complicaciones.
La adolescencia es un momento crítico en el proceso de maduración que puede verse
afectada por los efectos tóxicos de las drogas provocando problemas físicos, psíquicos y
los relacionados directamente con los procesos de neuroadaptación cerebral origen de la
enfermedad adictiva. La detección y tratamiento del uso y abuso de drogas pasan por ser
uno de los problemas más complejos en la práctica clínica diaria ya que a las
características de la propia enfermedad adictiva se suma, en la mayor parte de las
ocasiones, la negativa del afectado y/o el desconocimiento o rechazo del medio familiar
del problema. El conocimiento e identificación de los signos y síntomas relacionados con
el consumo de drogas es de gran utilidad para padres, profesores y médicos al permitir un
diagnóstico precoz del problema y posibilitar la intervención inmediata que evite la
cronificación del consumo y las complicaciones asociadas.

Además se plantea cuáles son los factores que pueden influir en la utilización abusiva de
las nuevas tecnologías, los problemas derivados de su clasificación y los aspectos propios
de la personalidad así como de los mecanismos que deben de ser contemplados tanto
para su abordaje como para su tratamiento.

LA ADOLESCENCIA

La adolescencia es una época especialmente sensible a experimentar nuevas vivencias.


Busca nuevos retos que le acerquen a una mayor comprensión de sí mismo. Un
movimiento hacia la búsqueda de nuevos retos, le va a llevar a realizar diferentes
actividades. Unas podríamos decir que responderán a un deseo autentico por avanzar,
por hacer aquello que piensa que le hará ser o estar mejor, que le acerque a ese ideal con
el que ha soñado. Así aceptará o se propondrá retos de mejora por ejemplo de su estado
corporal o de su desarrollo intelectual o cultural queriendo aprender sobre un área de
interés o tratando de resolver ecuaciones o acertijos.
En otras ocasiones ante estos nuevos retos, se puede sentir incapaz de poder afrontarlos
de forma adecuada y su actitud lejos de ser valiente, o progresiva, será más bien una
actitud que podríamos calificar de regresiva, Es decir tendrá comportamientos ya
superados que en su día fueron útiles y adaptativos pero que ahora no lo van a ser de una
forma clara, sino que por el contrario le van a enlentecer en su desarrollo.
Una manera entre comillas sofisticada de conducta regresiva la podemos ver al observar
el consumo de drogas o sustancias que alteran el estado de consciencia colocando al
sujeto en un estado de confusión en el que se diluye la realidad y se desdibujan los límites
de la persona. La búsqueda de esas sustancias podemos entenderla como la búsqueda
de una situación o vivencia psicológica en la que el sujeto no tenga que tolerar el dolor de
la falta o la dureza de la frustración.
Hay otras experiencias tienen que ver con el contacto o la búsqueda de objetos que
puedan satisfacer las necesidades desde el “llenar el espacio vacío” hasta adicciones a
sustancias, a comportamientos o situaciones. La adicción comportamental es definida por
Didia como, “a una actividad que en principio puede ser placentera o útil para la vida de
una persona, pero luego se convierte en algo dañino para el individuo. Aún consciente de
esta cualidad, no puede abandonarla y pierde de esta manera la capacidad de elegir y
controlar su conducta. Ello da lugar a una obsesión que cobra el lugar de un deseo
constante, inevitable que ocupa la mayoría de los intereses o actividades del sujeto,
dejando a las demás de lado”
El sujeto se plantea entonces que sin ese comportamiento no voy a poder ser el mismo.
Necesita mantener ese comportamiento para sentirse, para reconocerse o para ser. A lo
largo de la historia, las diferentes épocas han tenido y tienen objetos o sustitutos que han
sido especialmente deseados y por ello buscados, para satisfacer esa necesidad de
complitud o para calmar diferentes angustias. Estos objetos han ido cambiando a lo largo
de la historia de la humanidad. Entre muchos otros en un momento fue el caballo, la
espada, la bicicleta, el coche y ahora la nueva tecnología han sido vistos como objetos
que van a calmar o completar aquello que el sujeto ve que no tiene o que le incomoda en
demasía En estas nuevas épocas, los deseos están enganchados a la red, a la maquinita
o al móvil. No es extraño ver a la nueva tecnología como el diablo, como en su momento
la radio, Todos ellos tienen en común algo, han sido una amenaza, unos instrumentos que
iban a romper aquello que había costado tanto conseguir. O ¿es que no fue la televisión
algo que iba a romper la comunicación y el acercamiento entre las personas.
Las nuevas tecnologías no se libran de ello y traen asociados a ellas problemas relativos
a la intimidad, a la comodidad, al cambio en nuestra estructura cerebral, etc. Y además de
ello traen también la cuestión que nos ha reunido hoy: la fuerza que tienen para generar
adicciones.

LAS ADICCIONES

Se considera adicción (del latín addictus, que era el deudor insolvente que, por falta de
pago, era entregado como esclavo a su acreedor) a una enfermedad crónica y recurrente
del cerebro que se caracteriza por una búsqueda patológica de la recompensa y/o alivio a
través del uso de una sustancia u otras conductas. Esto implica una incapacidad de
controlar la conducta, dificultad para la abstinencia permanente, deseo imperioso de
consumo, disminución del reconocimiento de los problemas significativos causados por la
propia conducta y en las relaciones interpersonales así como una respuesta emocional
disfuncional.El resultado es una disminución en la calidad de vida del afectado
(generando problemas en su trabajo, en sus actividades académicas, en sus relaciones
sociales y/o en sus relaciones familiares o de pareja). La neurociencia actualmente
considera que la adicción a sustancias y a comportamientos comparten las mismas bases
neurobiológicas.
Además del consumo de sustancias psicoactivas existen adicciones a procesos como la
adicción al sexo, la adicción al juego (ludopatía), la adicción a la pornografía, la adicción a
la televisión, al deporte, la adicción a las nuevas tecnologías (tecnofilia), al móvil
(nomofobia) y la adicción a Internet.

Abstinencia
La abstinencia es la reacción del cuerpo al ser privado o resistirse de una sustancia
adictiva de la que se ha vuelto dependiente y tolerante. Sin la sustancia, las funciones del
organismo que dependían de la sustancia se modifican, debido a la dependencia de la
sustancia. Desequilibrios químicos y hormonales y un nivel de estrés psicológico es de
esperar, si no se vuelve a introducir la sustancia.

Tolerancia
La tolerancia es un fenómeno complementario al síndrome de la abstinencia. Consiste en
la necesidad de aumentar la dosis de la sustancia para obtener los efectos deseados. Se
produce debido a los desequilibrios químicos que se producen en el cuerpo debido al
consumo reiterado. El organismo se "prepara" para la recepción de la sustancia. Es
necesario incrementar el consumo proporcionalmente al tamaño de este efecto.

Adicción conductual
El término adicción también se aplica a las compulsiones que no están relacionadas con
el consumo de sustancias. Por ejemplo, las compras compulsivas, la adicción al sexo (o
sexo compulsivo), el comer en exceso, los problemas con el juego, la adicción al ejercicio
o al deporte y la ciberadicción. A veces la compulsión no es hacer algo, sino evitar o "no
hacer nada"; por ejemplo, la dilación (evitar como forma de conducta compulsiva), es
decir, la procrastinación o posposición. En este tipo de usos comunes, el término adicción
se utiliza para describir una compulsión recurrente en un individuo para participar en
alguna actividad específica, a pesar de las consecuencias nocivas, según se considere
por el propio usuario para su salud individual, el estado mental o la vida social. Puede
haber factores biológicos y psicológicos que contribuyan a estas adicciones.

Mecanismos biológicos
Investigaciones sobre adicción indican que los mecanismos biológicos están presentes.
Hay muchas variables en que los estudios no están de acuerdo, entre los principales
factores contribuyentes. Como se discutió en el debate naturaleza versus naturaleza, la
naturaleza biológica de las cualidades innatas individuales puede explicar muchas
decisiones y acciones, como una historia familiar en la que la genética, el ADN y otros
trastornos mentales permanecen en estado latente durante generaciones y luego se
desencadenan. Quienes ofrecen tratamientos profesionales tienen diferentes opiniones
sobre este tema.

El riesgo de un futuro trastorno adictivo se incrementa en gran medida si una persona se


expone a una sobrecarga constante o se involucra en el abuso de drogas durante la
adolescencia debido a que es una etapa del desarrollo neurológico crítico que es sensible
a este tipo de experiencias. La razón de que el abuso de sustancias y el estrés durante la
adolescencia aumenten el riesgo de adicción se debe a los cambios que provoca en el
cerebro. Adicionalmente se habla de una tendencia a la excesiva búsqueda de la novedad
y recompensa vs evitación de dolor de los sujetos que desarrollan una adicción.
Varias regiones del cerebro también están involucradas en los mecanismos biológicos de
la adicción. Principalmente, la liberación de dopamina en el núcleo accumbens, que se
desencadena por una amplia variedad de fármacos en una amplia variedad de formas,
juega un papel en cualidades de refuerzo de estímulos. Ya que la secreción de la
dopamina es también característica de refuerzo naturales estímulos tales como alimentos,
agua, y el sexo, es evidente que la naturaleza adictiva de la droga implica procesos que
secuestran estos mecanismos. La investigación indica que este proceso se inicia en el
sistema dopaminérgico límbico y posteriormente modifica otras partes del cerebro que
reciben información de entrada de las neuronas afectadas. Entre estas áreas está el área
tegmental ventral.

ADICCIÓN A DROGAS

El consumo de drogas es tan antiguo como la historia de la civilización, utilizándoselas


con fines diversos tales como para aliviar momentos de pesar o de tristeza o depresión,
para acompañar festejos o durante ceremonias religiosas. Son diversas las causas o
“motivaciones” del consumo así como también la consolidación de la drogadicción
propiamente dicha. La diversidad de factores intervinientes en la aparición y desarrollo de
las adicciones permite considerarlas un problema multicausal, determinado no solo por
factores biológicos y psicológicos sino también por razones sociales y culturales. Una
gran variedad de elementos contribuyen a la comprensión de la situación: la pobreza, la
exclusión social, la inseguridad, la distorsión de valores, las carencias afectivas y las
presiones en el ámbito laboral ( entre otros factores de riesgo) que incrementan la
vulnerabilidad, tanto social como individual para el desarrollo de las adicciones.
Respecto de los tipos de drogas hay clasificaciones varias, si bien de manera sencilla y
sintéticamente se las puede ordenar de la siguiente manera:

 Legales: son usadas por un alto porcentaje de la población. Las más frecuentes son:
tabaco, bebidas alcohólicas, fármacos, anabólicos y esteroides. Y entre ellos los
ansiolíticos, o tranquilizantes menores, que disminuyen la ansiedad, mitigando estados
de zozobra, inquietud o agitación son fármacos que ocupan primeros lugares de venta
entre los medicamentos en general. Deben adquirirse con receta archivada, pero es
sabido que muchos consiguen dichos psicofármacos sin prescripción médica en un
consumo masivo e indiscriminado.
 Ilegales: son aquellas sustancias cuyo consumo está prohibido por ley, y pueden
dividirse en tres grupos:

Narcóticos o depresores: adormecen los sentidos al actuar sobre el sistema nervioso


central (como la marihuana, el opio y la morfina). Una intoxicación aguda con estas
sustancias causa vómitos y disminución de la agudeza sensorial. La heroína o “droga
heroica”, heredera directa de la morfina, es denominada así por los Laboratorios Bayer,
donde fuera creada, por su potencia o “magníficas” propiedades en tanto es tres veces
más potente que la morfina. Al ser consumida generalmente por inyección intravenosa,
puede producir intensa sensación de tranquilidad o sedación, si bien también causa
estados de excitación o euforia.

Estimulantes: la más conocida de estas drogas es la cocaína. Da resistencia física, pero


acelera el ritmo cardíaco, provoca parálisis muscular y dificultades respiratorias que
pueden desembocar en un coma respiratorio. Las anfetaminas son un producto de
laboratorio sintetizado originariamente en Alemania a fines de del siglo XIX cuyo efecto
más importante es el aumento de la actividad psicomotora, y que fuera utilizado durante la
Segunda Guerra Mundial para levantar el espíritu combativo y la moral de la tropa así
como para eliminar el cansancio.

Alucinógenos: el éxtasis es el más consumido entre los jóvenes. Su peligrosidad radica


principalmente en que puede causar la muerte por deshidratación o paro respiratorio. Por
su parte, el L.S.D. o ácido lisérgico, no tiene circulación o consumo de importancia en
nuestro país, es un alcaloide derivado de un hongo que ataca el centeno, descubierto por
el químico suizo Albert Hofman en 1943, y provoca mareo, excitación y visiones de formas
y colores vivos y cambiantes.

Las drogas han estado presentes desde los comienzos de la historia de la humanidad,
aunque con el paso del tiempo hayan ido cambiando el tipo de sustancias y las formas de
consumo. Hoy la problemática de las adicciones se presenta como un fenómeno
complejo, dinámico, en evolución, con indicadores propios como el inicio del consumo a
edades cada vez más tempranas, la aparición de nuevas sustancias en el mercado -
generadoras de un deterioro físico y psíquico cada vez más rápido- y diferentes patrones
de consumo.

Drogadicción y alcoholismo en la adolescencia.

Para referirnos al tema de las adicciones en la adolescencia propondría una primera


diferenciación en cuanto al consumo de drogas y bebidas alcohólicas que puede
presentarse en la adolescencia y la drogadicción o el alcoholismo propiamente dichos,
remitiéndose a un libro en el cual se otorga mayor espacio a la misma.

La diferencia entre ambas posiciones se sostiene en la intención, inconsciente, puesta en


juego:

 Hacerlo por placer o buscando encontrar fuerzas cuando las propias flaquean, en
búsqueda de sostén identificatorio, como primera posición.
 O bien cuando se ubica a la sustancia en el intento de reforzar el esfuerzo desmentidor
o renegatorio, patológico, ante la ley en sus diversas manifestaciones, en la otra.

Desarrollemos esta diferencia.

Las drogas pueden aparecer durante la adolescencia ante el replanteo de la posición


subjetiva, cuando el trabajo de duelo o los desbordes de angustia se presentan como
costosos o insalvables. Enfrentado a la estructura o positiva falo - castración el sujeto en
distintos momentos de su vida puede buscar atajos o eludir afectos desbordantes. Es
entendible entonces que en caso de los adolescentes el apego a drogas se presente en
relación con las dificultades inherentes a la tramitación de los duelos a los que diversos
autores hicieran referencia repetidamente.

Las sustancias intoxicantes vendrían al lugar de facilitar una sutura ante dificultades
propias del esfuerzo identificatorio en ciertos sujetos y en determinadas situaciones de
pérdida importantes; en este caso pensamos en la adolescencia: cuando se plantea la
exigencia de tener que abandonar la seguridad del mundo endogámico de la infancia y
ante el juicio que enuncia la posibilidad de muerte del padre o el referido a la castración
materna, muerte de los padres de la infancia, combinatoria que lo enfrenta a la soledad y
a la desprotección aterradoras.

Podemos afirmar a grandes rasgos que lo que subyace a la problemática del consumo de
drogas en su extremo de la adicción es una devastadora depresión o bien pánico o
angustia desbordante, en un sujeto que no encuentra palabras para procesarlos, intensa
depresión o sensación de tedio imposible de soportar, o bien pánico o desesperación,
afectos distintos puestos en juego ante los cuales el sujeto puede recurrir a drogas como
“la” solución.

Nótese también que preferimos referirnos a “drogas”, evitando hablar de “la droga”, en
tanto las diferentes sustancias pueden provocar sensaciones diversas: estimulando,
tranquilizando o produciendo alucinaciones, inclinándose el sujeto por una u otra de
acuerdo a la pretensión de lograr un estado de ánimo que no puede conseguir por medios
propios.

ADICCIÓN A NUEVAS TECNOLOGÍAS

¿Cuáles son los factores que influyen y favorecen la adicción a las nuevas
tecnologías?
Hayez señala tres elementos que interrelacionados favorecen la adicción: el producto, el
entorno y el sujeto:
a. El producto: en este caso es abundante, barato y de fácil acceso. Se considera que
es casi imprescindible para que el sujeto se pueda desarrollar de forma adecuada. Se
ha convertido en un instrumento y herramienta imprescindible en cualquier hogar y
centro escolar. Los chicos tienen su blog en la escuela, su ordenador y su conexión
wifi, libre de las ataduras de la mesa del ordenador familiar (que empieza a ser un
objeto en extinción) para poder trabajar, sin ello sienten que no pueden hacer sus
trabajos escolares. La importancia del producto es tan grande que incluso a nivel
social, la escuela sin esos medios se ve incapacitada para poder competir. Además el
diseño de los instrumentos es muy “amable” que se puede transportar para llevarlo a
todas partes y no dejarlo nunca de lado. Ha sido realizado para fomentar una gran
dependencia con sus grandes gráficos, sonidos y con sus retos y reforzadores tan bien
estudiados y calibrados y con una gran autonomía para poder disponer de él durante
largas horas en los viajes, desplazamientos o incluso a lo largo de las comidas
familiares en las que el adolescente está más pendiente de las conversaciones con su
grupo de amigos o resultados de su equipo de futbol que de los temas hablados por
sus mayores.
b. El entorno: Muy favorecedor a través de las campañas publicitarias hace que se
vuelva muy comprensivo y tolerante ante estos dispositivos y los comportamientos que
generan. Lo preocupante puede resultar que no se pone en duda la necesidad de
tolerar estos dispositivos. También manifiestan la tendencia de la sociedad en aletargar
las experiencias de los jóvenes. Favorecedora de vivir sensaciones dentro de la casa,
sin romper los parámetros conocidos, que permiten al adolescente e incluso al adulto
entrenarse para la vida sin tener que soportar los riesgos.
c. El sujeto, el tercer elemento. En él podemos encontrar toda una serie de factores que
favorecen la tendencia y la dependencia hacia el producto con el que va a establecer la
adicción. Sin duda hay elementos que tienen que ver por un lado con aspectos
fisiológicos, pero además hay otros aspectos derivados de la personalidad del sujeto,
los aspectos intrapsíquicos de los que hablaremos más tarde con detalle.

Propuesta de clasificación

Sobre las propuestas de criterios diagnósticos hay que mencionar al psiquiatra Ivan
Goldberg quien en 1995 fue como el primero en hablar de la adicción a internet. Lo que
empezó siendo una “broma”, se convirtió en una discusión y debate. Luego ya diferentes
autores han hablado sobre la adicción a las nuevas tecnologías y se ha abierto el debate
de cómo y dónde incluirlas. ¿Se deben incluir dentro del espectro de los trastornos
obsesivo-compulsivos?, ¿debemos de considerar como diferencial el hecho de que se
utilice la conexión a internet o también podemos incluir el uso de tecnología no conectada
a internet?

Han sido varios los trabajos que se han propuesto para valorar el nivel de dependencia a
internet. Recientemente se ha publicado en la revista Trastornos Adictivos un texto
original titulado “Análisis de las propiedades psicométricas de la versión en español del
Internet Addiction Test” firmado por D.X. Puerta-Cortes y otros en el que demuestran una
alta fiabilidad en el instrumento y donde también señalan que es necesario continuar la
investigación para ver otras dimensiones aún no exploradas. En este artículo muestran
diferentes propuestas de clasificación que en resumidas cuentas vienen a plantear una
escala de tres puntos.

 El primero denominado como uso normal, o mínimo o controlado.


 El segundo considerado como uso problemático, moderado o con tendencia a la
adicción.
 Tercer nivel ya referido al uso adictivo, excesivo o severo.

Esta dificultad en encontrar nomenclaturas o señalar con concreción la graduación del


nivel de dependencia refleja finalmente la complejidad del tema. Hayez plantea una
escala también basada en tres categorías:

 Consumo menor: Hace referencia a ese consumo que suele ser esporádico, en un
determinado momento. El sujeto mantiene con normalidad el resto de actividades de su
vida, las placenteras y las que le suponen esfuerzo y continúa con sus amigos.
El uso de estas tecnologías le va a aportar una satisfacción adicional, no sustitutiva de
placeres ni será ejecutado de forma mecánica repetitiva. Será capaz por ello, de
mantener su adecuación a la realidad, su esfuerzo por el logro de nuevas metas.
 Consumo preocupante: Se observa cuando empieza a haber un interés excesivo por
la actividad en sí misma. El sujeto empieza a estar demasiado interesado y empieza a
limitar su círculo de relaciones para estar con aquellos que comparten su afición. La
afición se vuelve única y omnipresente en sus lecturas, conversaciones y reflexiones.
Se puede detectar también como el sujeto retrasa para poder seguir con el juego, las
actividades que previamente había planificado por ejemplo comer más rápido, dejar de
salir con los amigos, etc. Este consumo expresa también rasgos del carácter del sujeto,
al empezar a desinvestir otros temas, también empieza a ser más despectivo con las
personas que no comparten sus intereses (o incluso su nivel de juego) y puede
empezar a expresar descontroles en su expresión agresiva.
 Consumo dependiente: El consumo está presente en todo momento de su vida. Todo
lo demás pasa a un segundo nivel, todo lo que antes le reportaba placer ahora es
rechazado. Esta vía de satisfacción se ha vuelto como la única vía.
En relación a la dependencia hay diversos estudios que hablan de los diferentes
niveles adictivos de las distintas plataformas (móvil, “play”, pc), de las distintas
actividades desarrolladas en ellas (sms, whatsapp, hablar…) y también de los
diferentes niveles adictivos y /o significaciones de las tareas desarrolladas. Por ejemplo
se habla del distinto carácter adictivo de los juegos de acción y los de reflexión.

Conductas observadas en el consumo dependiente de las nuevas tecnologías en


adolescentes.

La valoración de la dependencia se deberá de hacer teniendo en cuenta varios aspectos:


 Valorar el tiempo que ocupa dentro de las actividades que desarrolla el sujeto. El
adolescente es incapaz de controlar su tiempo y por lo tanto de planificar sus
actividades. Exploramos si esa actividad le resta tiempo para las otras cosas que se ha
comprometido a realizar o que debe hacer inevitablemente esto nos va a permitir
pensar como el adolescente no es capaz de adecuarse a la realidad, con lo que eso
supone de fracaso en su organización psíquica.
 Puede ser difícil además acotar las actividades que desarrollan con las
Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC), porque en un mismo momento
se puede estar leyendo una noticia en un periódico, consultar un diccionario, contestar
un mail o recibir una invitación para comenzar un juego on-line.
 A estos dos aspectos hay que añadir los generados por la subjetividad que está
implícita en la pregunta de cuanto es el tiempo adecuado para estar en la red. Sin duda
hay tiempos y usos que están claramente desaconsejados pero en muchas ocasiones
nos encontramos como los límites temporales están en función de las expectativas,
tolerancia y comprensión por parte del entorno (tanto padres, como amigos como
profesores). Hay adultos asustados por el uso de las TIC y otros más tolerantes.

CONCLUSIONES

 Se cree que el mayor número de aficiones e intereses de una persona está en relación
directa con una mayor probabilidad de ser feliz. Las carencias en una dimensión vital
pueden compensarse, en cierta manera, con las satisfacciones obtenidas en otra. Si un
adolescente es incompetente o no tolera la frustración en una o varias de estas
dimensiones (familia, amigos, estudios, sexo, comida, nuevas tecnologías, deporte,...)
puede centrar su atención en una sola. El riesgo de adicción en estas circunstancias es
alto. La adicción es, por tanto, una afición patológica que, al causar dependencia,
restringe la libertad del ser humano.
 En algunos adolescentes encontramos ciertas características emocionales o de
personalidad que aumentan la vulnerabilidad psicológica a las adicciones:
- Estado de ánimo disfórico (es decir, que se vive subjetivamente como
desagradable);
- Oscilaciones frecuentes del humor; intolerancia a los estímulos displacenteros, sean
físicos (dolor, fatiga, insomnio,...) o psíquicos (preocupaciones, disgustos,
responsabilidades,...)
- Baja autoestima; impulsividad; estilo de afrontamiento inadecuado ante las
dificultades cotidianas.
 Se trata de adolescentes que carecen de un afecto consistente y que intentan llenar
esa carencia con sustancias (alcohol, tabaco u otras drogas) o sin sustancias (nuevas
tecnologías, gimnasio, comida, sexo, apego,...).
 Una persona con una personalidad vulnerable y con una cohesión familiar débil corre
un gran riesgo de hacerse adicto si cuenta con un hábito de recompensas inmediatas,
tiene el objeto de la adicción a mano, se siente presionado por el grupo y está
sometido a circunstancias de estrés (fracaso escolar, frustraciones afectivas,
competitividad, etc) o de vacío existencial (inactividad, aislamiento social, falta de
objetivos, etc)
 Las líneas de actuación comunes antes las adicciones son: el manejo de los estímulos
(control, exposición), el control del deseo impulsivo de realizar la conducta adictiva, la
solución de problemas específicos (ansiedad, depresión, conflictos interpersonales), la
prevención de recaídas y, sobre todo, la creación de un nuevo estilo de vida centrado
en la autorrealización y el desarrollo integral y equilibrado del potencial energético,
afectivo e intelectual del individuo.
REFERENCIA

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