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IDEAS PRELIMINARES
En el derecho romano se le conoció como “jus retencionis”. Fue tratado como la excepción de
dolo, bajo la denominación exceptio doli nunu, e introducido por los pretores para beneficiar a
quienes mantengan en su poder cosas pertenecientes a otra persona que habían efectuado
gastos en su conversación o mejoramiento.
Nuestro ordenamiento civil, en el tema del derecho de retención, tanto en el Código Civil de
1936 (artículo 1029) como en el Código actual (artículo 1123 del Código Civil), se ha inspirado
en el artículo 3939 del Código Civil argentino, que ha adoptado el principio de conexidad entre
el crédito y la posesión actual del bien.
DEFINICIÓN. EL vocablo retención deriva de las expresión latina “rem tenere”, que significa
“tener la cosa”. Pero ¿qué se entiende por derecho de retención? En la doctrina cada autor,
según su criterio, trata de proponer la mejor definición; así, para Cabanellas2 es la “facultad
que corresponde al tenedor de una cosa ajena para conservar la posesión de la misma hasta el
pago de lo debido por razón de ella. No configura privilegio, sino una prenda constituida
unilateralmente al amparo de un derecho reconocido por la ley”. Castañeda, dice que “ es el
1
Del artículo 1123 del Código Civil, como dice MAISCH VON HUMBOLDT, Lucrecia, “se infiere que el
derecho de retención, tiene una triple fuente: la ley, el contrato o simplemente el hecho de existir un
crédito impago que no esté garantizado y un buen del deudor que guarde conexión con aquel y que este
en poder del acreedor del crédito”. Agrega la jurista, que “el derecho de retención cuyo carácter de
derecho real aun se discute en doctrina, queda totalmente tipificado asi por su inclusión entre las
garantías reales. Además, no hay que olvidar que para poder ejercer este derecho en requisito el tener
la posesión física y actual del bien!, Código Civil. Exposición de Motivos y comentarios- derechos reales,
Lima, 1985, p. 281-282. Coincidimos con la autora, en cuanto afirma que la retención es todo un
derecho real porque en esencia se debe a la posesión y esta, sin duda, es un derecho real. Solo donde
hay posesión hay derecho de retención.
2
CABANELLAS, Guillermo, ob, cit.,t.m,p. 506. AREAN, Beatriz, considera el derecho de retención como
“un derecho en virtud del cual el acreedor que detenta una cosa perteneciente al deudor esta facultado
para conservarla en su poder hasta el pago de lo que le es debido con motivo de la misma cosa”,
ob.cit.,t,2, pp. 1047-1056.
derecho por el cual el acreedor no devuelve la prenda mientras no se le pegue las obligaciones
garantizadas con ella”. Aclaramos, sobre estas dos definiciones, que la retención no solo
operar sobre muebles (garantía mobiliaria o prenda), sino también sobe inmuebles, y sabemos
que sobre estos no hay prenda o garantía mobiliaria. A pesar de esto encontramos algunas
legislaciones que regulan el derecho de retención sobre las cosas muebles vinculadas a la
prenda; así, el artículo 16000 del Código Civil español señala: “El que ha ejecutado una obra en
cosa mueble tiene el derecho de retenerla en prenda hasta que se le pague”. Entre nosotros
garantía real mobiliaria.
En el pensamiento de los cultores del derecho civil patrimonial “el derecho de retención es el
derecho en virtud del cual el tenedor de la cosa que pertenece a otro, queda autorizado para
tenerlo hasta el pago de los que el propietario de esta cosa le debe”3. Asimismo, se conceptúa
la retención como “el derecho concedido por la ley al acreedor de negarse, mientas que no se
haya pagado, a la restitución de la cosa perteneciente a su deudor, aun cuando no haya
recibido esa cosa por un contrato de pignoración”4. Lo rescatable de esta definición es que los
autores determinan que la retención es un medio autorizado por la ley, con el propósito que el
acreedor obtenga el pago de la obligación.
En el plano legislativo tenemos la definición que contiene el artículo 1123 del Código Civil, cuya
hipótesis normativa dice: “Por el derecho de retención unos acreedores retinen en su poder el
bien de su deudor si su crédito no está suficientemente garantizado. Este derecho procede en
los caos que establece la ley o cuando haya conexión entre el crédito y el bien que se retiene”.
En el plano de la legislación comparada5 tenemos el artículo 3939 del Código Civil argentino,
que expresa: “El derecho de retención es la facultad que le corresponde al tenedor de una
cosa ajena, para conservar la posesión de ella hasta el pago de lo que le es debido por razón de
esa misma cosa”. Definición legal a la que se adhiere Salvat, cuando se ocupa del articulo
acotado. En esta definición se señala que la retención recae sobre los bienes del deudor, que
pueden ser muebles o inmuebles.
La retención vista en la concepción doctrinal y legal expuesta nos hace ver que se trata de un
derecho real muy efectivo, y que tiene por objeto exigir al deudor primero que cumpla con sus
obligaciones para pretender tener derechos, por ejemplo, a la devolución del bien que se halla
bajo la posesión de un acreedor anticrético. También se puede colegir de las definiciones
3
Citado por ARIAS SCHRFIBER, M., ob.cit., t.VI,p. 253. El jurista nacional entiende el derecho de
retención, como “la facultad otorgada por la ley a favor del poseedor de una cosa ajena para conservarla
en su poder, hasta que se le pague lo que le es debido por concepto de la cosa retenida”, ibídem.
Una definición normativa (de derecho comparado) del derecho de retención, se halla en el artículo 3939
del Código Civil argentino que a la letra dice: “El derecho de retención es la facultad que corresponde al
tenedor de una cosa ajena, para conservar la posesión de ella hasta el pago de lo que es le es debido por
razón de esa misma cosa”. Vélez SARFIELD. En nota al articulo transcrito, fija las condiciones necesarias
para el derecho de retención: a) posesión de la cosa de otro por un tercero; b) obligación de parte del
propietario respecto del poseedor; c) conexión entre la cosa retenida y el crédito del que la retiene, para
ampliar al respecto véase Código Civil de la República ARGENTINA, Liberia el Foro, Buenos Aiires, 2003, .
596. El BGB Alemán, que fue sancionado en 1986 y entro en vigor el 1° de enero de 1990, se ocupa del
derecho de retención en sus numerales 273 y 274, en cuanto trata del contenido de las relaciones
obligaciones. La originalidad de este Código, en sede d derecho de retención está en contemplar la
posibilidad de reclamar la sustitución de la retención con otra garantía.
4
MAZEAUD, Henri, ob. Cit,p.487.
5
El Código Civil Aleman, regula el derecho de retención en sus numerales 273
anotadas, que el derecho de retención en esencia se nutre del principio de equidad como
constitutivo óntico de justicia.
Nosotros concebimos la retención como el derecho real cuya procedencia se halla prevista en
la ley o puede emerger del acuerdo expreso entre las partes con el objeto de retener la
posesión del bien, por existir conexión entre el crédito y el bien. Se debe aclarar que en toda
definición del derecho de retención no pueden faltar sus elementos constitutivos como la
expresa autorización de la ley, la conexión que debe existir entre el ejercicio efectivo de la
posesión que se retiene y la obligación de pago que se pretende. Don de no hay posesión no
hay retención, pero si puede haber deuda sin retención.
a. FACULTADA EMANDA DE LA LEY. Este elemento nos precisa que la retención tiene
como fuente inmediata la ley, así se desprende de la norma contenida en el artículo
1123 Código Civil, al establecer que este derecho “… procede en los casos que
establece la ley …”. Pero ¿puede la retención tener también como fuente la voluntad o
el acuerdo expreso de las partes? No existe ninguna prohibición legal para que la
retención no tenga origen convencional, de tal manera, aquí resulta de mucho
contenido jurídico la expresión “lo que no está prohibido por la ley está permitido”.
Este principio, denominado de clausura, nos orienta a afirmar que el derecho de
retención puede establecerse por expreso acuerdo contractual; lo que, además, se
corrobora por la información del principio de libertad contractual, que consiste en que
las partes contratantes pueden determinar con plena autonomía de la voluntad el
contenido del contrato, siempre que no sea contrario a la normal legal imperativa o
prohibitiva, el orden público, la moral y las buenas costumbres.
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posesorio (por ejemplo, el anticresista acreedor, el constituyente mobiliario, el
arrendatario, etc.) que otorgue legitimidad para ejercer el derecho de retención.
El artículo 1123 del Código Civil, después de señalar que el derecho de retención
procede en los casos que establece la ley, expresa: “…o cuando haya conexión entre el
crédito y el bien que se retiene”. La norma señala con la letra “o”, que la fuente para
que haya retención es alterna – la ley o la conexión entre el crédito y el bien-. Pero,
¿cómo se configura la conexidad de la que nos habla la ley? Si sabemos que una de las
fuentes para la retención está en los casos que señala expresamente la ley, nada
impide que también la fuente de retención sea la voluntad expresada por las partes,
cuidando la congruidad de la conexidad que debe existir entre el crédito y el bien
objeto de la retención. Por consiguiente, nacerá el derecho a ejercer la retención
fundado en la voluntad concertada en el respectivo acto constitutivo, con el objeto de
no restituirse la posesión del bien a su propietario mientras éste no satisfaga
enteramente sus obligaciones, por ejemplo, el pago del capital mutuado, el pago de las
mejorar o los gastos de conservación extraordinarios realizados por el poseedor, etc.
La norma citada exige, para hacer uso del derecho de retención, el concurso del
principio de conexión entre el crédito y el bien que se retiene. Entonces, ¿La conexión
es imprescindible para la retención? Así es, resulta necesaria la conexidad entre el
crédito y la posesión actual del bien retenido, contrario sensu, no habrá la posibilidad
de retener el bien, por carecer precisamente de este elemento.
NATURALEZA JURÍDICA
El acreedor, por su misma situación de encontrarse en directa posesión del bien, hace
uso el derecho de retención, con el cual no goza de las facultades que se le concede al
acreedor en la garantía mobiliaria, anticresis o hipoteca (como son las de preferencia,
persecución y venta del bien), para hacer efectiva la obligación, pero tiene un
instrumento jurídico muy valioso para conseguir sus derechos, la posesión.
La garantía que ofrece la retención reposa en la posesión real que ejerce el retenedor,
hasta que el propietario-deudor pague la totalidad de la obligación, pero tiene un
instrumento jurídico muy valioso para conseguir sus derechos, la posesión.
La garantía que ofrece la retención reposa en la posesión real que ejerce el retenedor,
hasta que el propietario-deudor pague la totalidad de la obligación. Por consiguiente,
estamos ante una institución de naturaleza real, fundad de la posesión del poseedor-
acreedor.
El derecho de retención se ejerce como establece el artículo 1127 del Código Civil, con
el propósito invariable de asegurar el cumplimiento de una obligación, fundado en el
principio de
“equidad”. Lo que se retiene es la posesión de un bien material, y ella, sin duda, es un
derecho real. No hay derecho de retención sin el derecho real de posesión.
La metodología legal seguida por nuestro Código Civil, sobre el derecho de retención,
en cuanto a su ubicación normativa, es idónea. Lo tratamos en nuestro derecho como
derecho real típico, en el TITULO IV, del libro V, Derechos Reales, artículos 1123 a
1131. En efecto, se trata de todo un derecho real de garantía simple, pero efectivo,
fundado solo en la posesión del bien que retiene el poseedor-acreedor, por la falta de
pago de la obligación que reclama al deudor-propietario.
a. ES DERECHO REAL. Los que sostienen que se trata de un derecho real esgrimen
razones en el sentido de que en el derecho de retención se establece una relación
material con los bienes, por tanto, se puede ser invocado erga omnes (Salvat,
Spota). Al respecto nos ubicamos en la línea del pensamiento de los que
consideran la retención como derecho real, y agregamos que la posesión como
derecho real le da contenido jurídico a la retención. De lo que resulta que es la
posesión la que califica la retención como derecho real. Ciertamente, donde no
hay posesión no hay retención.
b. ES DERECHO PERSONAL. Se dice que la retención solo produce efectos frente al
deudor y sus herederos y que es accesorio de una derecho obligacional. En esta
opinión no se tiene en cuenta que el fundamento donde recae la retención es el
derecho real de la posesión, sin está no hay retención, es más, si se extingue la
posesión se extingue la retención.
c. ES DERECHO SUI GÉNERIS. Mientras que unos dicen que es un derecho personal,
otros afirman que es real, para algunos, es un derecho suigéneris, que sin tener la
categoría de derecho real de garantía puede ser opuesto a terceros (Machado,
Acuña). Es decir, se insinúan que no es personal ni real; que no es ni siquiera un
derecho, sino simplemente un medio de tutela de un derecho de crédito
(COVIELLO). Apreciaciones que no tienen ningún contenido jurídico-real, pues en
la posesión retenida reposa propiamente la garantía real de la posesión, que no
puede ser confundido con el derecho personal que tiene el retenedor (al pago de
una obligación).
c.a. Cuando la retención se puede ejercitar por todo el crédito o por el saldo
pendiente; y,
c.b. Sobre la totalidad de los bienes que estén en posesión del acreedor o
sobre uno o varios de ellos.
TITULO II
MODOS DE EJERCER
Claro está, la retención de la posesión debe ser por falta de pago de algo
justificado o existente, generado precisamente por la relación de
conexidad entre la posesión que se ejerce y la obligación que debe cumplir
el propietario. De tal suerte que el acreedor debe terne pleno
conocimiento del valor económico que tienen las mejoras o de los gastos
extraordinarios, y correlativamente el propietario-deudor debe también
conocer la cantidad a la que está obligado a pagar. En suma, se entiende la
retención extrajudicial, como la actitud de rehusarse a la restitución del
bien hasta que se cumpla la obligación.
Para ejercer el derecho de retención, sea legal o convencional, debe concurrir dicha
conexidad entre la posesión actual del acreedor y la obligación principal. La conexidad,
de la que hablamos es inescindible y funciona bajo la fórmula: “donde no hay posesión
y por ende sin retención. La relevancia jurídica de la conexidad entre el crédito exigible
actual y la posesión retenida, radica en la fuerte interdependencia que mantiene.
La ley dispone que el derecho de retención puede ser instalado judicialmente como
excepción (artículo 1127, inciso 2), que se opone contra la pretensión destinada a
conseguir la devolución del bien. Toda excepción presupone necesariamente la
presencia procesal de una pretensión, la que va contenida en la demanda. Razonable
es para decir que no hay excepción, sin pretensión (algunos todavía dirán que no hay
excepción sin acción o sin demanda, que resulta inapropiado).
LA RETENCIÓN Y EL EMBAGO
TÍTULO III
La norma en el artículo 2001, inciso 1, del Código Civil, dice: “Prescriben, salvo
disposición diversa de la Ley: 1. A los diez años la acción (pretensión) real…”. Con
la advertencia que en la pretensión de reembolso o cobro de mejoras, de
conformidad con el artículo 919 del Código Civil, una vez restituido el bien, se
pierde el derecho de separación, y transcurridos dos meses prescribe-caduca-
aquella pretensión. Entendemos que no se debe confundí la prescripción extintiva
de la obligación principal, con la caducidad del reembolso de las mejoras, la que
tiene, para su reembolso, el plazo legal en la norma civil mencionada.
a. La existencia de un crédito.
La pérdida de la posesión para los fines de la retención, puede ocurrir también cuando
se ha restituido la posesión como en el caso del artículo 919 del Código Civil, es decir,
quien ha restituido el bien pierde el derecho de separación de las mejoras, en este
caso se le concede un breve plazo para cobrar su valor (dos meses), si no lo hace
pierde todo por prescripción (para nosotros caduca y por tanto extingue el derecho y
la presentación).
La pérdida de la posesión física tiene gran injerencia en los derechos del poseedor,
v.gr., sobre los incrementos en el valor de los bienes en predio de propiedad ajena; es
des decir, si se pierde la posesión, se debilita o se carece de defensa, como la de hacer
valer la excepción de retención de la posesión (artículo 1127, del Código Civil).
Con la destrucción total del bien desaparece o se extingue no solo la posesión, sino
también la misma retención, y ésta ya no tendrá objeto alguno. Los bienes muebles
generalmente con su destrucción o aniquilamiento se hacen inútiles para los fines de
la retención; en cambio, en los inmuebles los que desaparecen generalmente por
destrucción o aniquilamiento son sus construcciones, instalaciones y muy rara vez el
mismo suelo, por ejemplo, por avulsión, aluvión, sismo, etc. En suma, no existiendo
materialmente el bien mueble o inmueble en los que se ejerza la posesión, el derecho
de retención no tiene objeto.
COROLARIO
Se deduce del tratamiento que nos ocupó el instituto ius real de la retención que no
requerimos de mayor examen para comentar sobre los derechos de posesión y
retención en la garantía real mobiliaria, que dicho sea de paso, se halla prevista en la
garantía real mobiliaria, que dicho sea de paso, se halla prevista en la norma contenida
del artículo 10 de la Ley 28677, al establecer que en el supuesto del incumplimiento de
la obligación garantizada se otorga al acreedor el derecho a adquirir la posesión, o en
su caso a retener la posesión del bien mueble afectado (supra 757).
AGLIANO, Humberto, Principios de derecho civil, Astrea, 3ª . ed., Bs. As., 1981.
ALTERINI, JORGE H.M Acciones Reales, Abeledo – Perrot, Bs. As., 2000.
_________ “El numerus clausus en los derechos reales”, en Diez años Código Civil
peruano, Universidad de Lima, t. 1, Lima, 1985.