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Enhanced Recovery After Surgery (ERAS®)

Se trata de un programa en el cuidado perioperatorio que tiene como objetivo buscar


vías para reducir el estrés ocasionado por las cirugías, tratar el aspecto psicológico,
favorecer la movilización después de una cirugía y disminuir la duración de estancia
en el hospital. Es de suma importancia tomar en cuenta los elementos de base y las
recomendaciones para el plan ERAS. Estas recomendaciones inician con una
adecuada información en la preadmisión detalladamente sobre el procedimiento
quirúrgico y el procedimiento de anestesia para reducir el nivel de estrés.

Se debe cuidar los condicionamientos físicos preoperatorios como en el caso de los


alcohólicos se debe restringir su consumo a un mes antes de la cirugía, esto
contribuye a un menor índice de sangrado. Del mismo modo los que consumen
tabaco deben presentar un mes de abstinencia preoperatoria para disminuir las
complicaciones.

En cuanto a la preparación intestinal para una cirugía colónica, se debe considerar


los efectos adversos psicológicos que trae consigo debido a la deshidratación. Se
aumenta la incidencia de derrame de contenidos lo que aumenta las
complicaciones. No se debe usar una MBP en cirugías de colon de rutina.

Se recomienda la preparación alimenticia en tratamiento con carbohidratos.


Estudios demostraron que recibir alimentos a la media noche antes de la cirugía no
causaba diferencia significativa en cambio de pH gástrico en comparación con
pacientes que recibieron fluidos puros 2 h antes de la cirugía. Se recomienda la
ingesta de líquidos puros hasta 2 horas antes de la inducción de anestesia y el
consumo de sólidos hasta 6 horas antes de la anestesia. Pacientes con neuropatía
diabética sufren de un retraso en el vaciamiento gástrico lo que puede provocar una
regurgitación y aspiración.

Administrando un tratamiento con alto contenido en carbohidratos complejos de 2-


3 horas antes de la cirugía, puede llevar al paciente diabético a un estado
metabólico activo durante la cirugía. 400 ml de maltodextrina al 12.5% ha
demostrado reducir la sed, hambre y ansiedad preoperatoria.
En cuanto a la anestesia preoperatoria, se deben evitar los fármacos anestésicos
de largo plazo, ya que estos afectan la recuperación posoperatoria. Si es necesario
se puede administra un anestésico de corta duración para facilitar los
procedimientos de anestesia regional como la epidural o la torácica con mínimos
efectos al finalizar la cirugía.

Profilaxis para la tromboembolia. Como profilaxis se utilizan fármacos como la


heparina de bajo peso molecular o heparina no fraccionada. Esto reduce la
incidencia de tromboembolismo venoso sintomático. Se administra una vez al día y
se recomienda no retirar catéteres hasta 12 horas después de la administración de
heparina.

Otro aspecto importante es la preparación antimicrobiana y la preparación de los


tegumentos, es imperativo la utilización de antibióticos para reducir la incidencia de
infecciones locales en el sitio quirúrgico. Se debe administrar de 30 -60 min antes
de que se realice la incisión inicial. Debe incluir espectro contra bacterias aerobias
y anaerobias. El tipo de antiséptico de mayor ventaja son los del grupo de
clorhexidina -alcohol.

El protocolo estándar de anestesia indica la utilización de un anestésico de corta


duración como el Propofol, así como un opioide débil como el fentanilo. Mantener
un bloqueo neuromuscular profundo facilita la visión y el acceso quirúrgico. La
anestesia total intravenosa es de utilidad en pacientes con susceptibilidad a nausea
y vómito posoperatorio. Un bloqueo regional puede reducir la respuesta de estrés,
así como disminuir la resistencia a la insulina. El tratamiento a las vías respiratorias
y la ventilación es importante para reducir el riesgo de infección en el pecho, así
como daño pulmonar.

La descompresión nasogástrica debe evitarse después de la cirugía colorrectal


porque la fiebre, la atelectasia y la neumonía se reducen en pacientes sin sonda
nasogástrica. La temperatura es otro factor de importancia en la incidencia de
complicaciones, por lo que mantenerla es la clave. El mantenimiento de la
temperatura durante el procedimiento se puede lograr utilizando mantas de
calentamiento de aire forzado, colchones de calefacción debajo del paciente o
sistemas de prendas de vestir de agua circulante. En cirugía abierta, los pacientes
deben recibir fluidos intraoperatorios. Los vasopresores deben considerarse para el
manejo intra y postoperatorio de la hipotensión inducida por la epidural siempre que
el paciente sea normovolémico.

El drenaje urinario es de suma importancia, se ha visto que el cateterismo vesical


suprapúbico en la cirugía abdominal se asocia con tasas más bajas de bacteriuria y
menor molestia para el paciente que el drenaje transuretral.

La analgesia epidural torácica media en comparación con la analgesia intravenosa


con opioides es altamente efectiva para prevenir el postoperatorio íleo. La profilaxis
y el tratamiento de las NVPO para apoyar la ingesta nutricional implica: evitar el
ayuno; mantenimiento del equilibrio del fluido para apoyar las deposiciones;
anestesia epidural para reducir la respuesta al estrés endocrino de las glándulas
suprarrenales; evitando el uso de opioides que alteran las evacuaciones
intestinales; evitando tratamientos antiinflamatorios para reducir el estrés; evitando
tubos y desagües; y movilización activa.

En conclusión, el programa ERAS se asocia a un menor índice de duración en el


hospital, minimiza las complicaciones que se presentan en contraste con el manejo
preoperatorio clásico. Se encarga de disminuir la incidencia de factores como
mortalidad y morbilidad. Sus estrategias cubren todo el proceso preoperatorio
dando especial atención al paciente para que la cirugía se realice sin aumentos en
las complicaciones.

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