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BOLILLA 3

ACCESO A LA JUSTICIA AMBIENTAL


“El acceso a la justicia ambiental es entendido como la posibilidad de obtener la solución expedita y completa
de las autoridades judiciales de un conflicto jurídico de naturaleza ambiental, lo que supone que todas las
personas están en igualdad de condiciones para acceder a la justicia y para obtener resultados individual o
socialmente justos”.
Su contenido va más allá de una cuestión de legitimación para accionar en defensa del medio ambiente que
sólo es uno de los componentes de lo que se podría llamar “justicia ambiental”.
El concepto de “ acceso a la justicia” hace referencia a dos propósitos básicos del sistema jurídico por el cual la
gente puede hacer valer sus derechos y/o resolver sus disputas:
1. El sistema debe ser igualmente accesible para todos en condiciones de igualdad y debe garantizar el
acceso a la justicia, que es el paso inicial insoslayable en el camino a la concreción efectiva de los
derechos.
2. Debe dar resultados individual o socialmente justos.
El acceso a la justicia es un concepto más amplio que el de la jurisdicción, porque aquella noción condensa un
conjunto de instituciones, principios procesales y garantías jurídicas, así como directrices políticos sociales, en
cuya virtud el estado debe ofrecer y realizar la tutela jurisdiccional de los derechos de los justiciables, en las
mejores condiciones posibles de acceso económico y de inteligibilidad cultural, de modo tal que dicha tutela no
resulte retórica sino práctica.
El acceso a la justicia ambiental presenta algunas complicaciones adicionales, una de ellas es la extraordinaria
complejidad científico-técnica de los casos ambientales. Otra es la naturaleza de los intereses en juego, que
habitualmente son intereses colectivos y difusos, es decir de intereses que corresponden a muchas personas,
muchas de ellas indeterminadas o indeterminables. Hacer valer estos derechos ante los tribunales de Justicia
exige una especial capacidad de organización de los afectados, Qué debe ir acompañada de la capacidad
económica y técnica que se requiere para enfrentar procesos que habitualmente son costosos y complejos. En
estos procesos suele estar comprometido el interés público, lo que a su vez exige la participación de un órgano
que represente ese interés.
Por otra parte, la solución expedita y completa de este tipo de conflictos hace necesario un marco jurídico que
sea congruente con la naturaleza de los intereses que se deben tutelar judicialmente
Se intentó promover un sistema que permita la expedita y completa solución de esta clase de conflictos. Así
encontramos:
● El principio de gratuidad que debe regir en estos procesos como condición para el acceso efectivo a la
justicia ambiental. la falta de recursos económicos de los litigantes y de apoyo técnico a los propios
tribunales es, en la actualidad, un grave obstáculo en el campo probatorio, como ocurre con la prueba
pericial.
● El hecho de que la reparación del daño ambiental siga siendo tratada de acuerdo con las reglas
concebidas para la reparación del daño individual y con arreglo a métodos para la solución de conflictos
que no se relacionan con la tutela judicial que debe dispensar se ha los intereses colectivos y difusos.
● La consecuente necesidad de repensar en estos procesos la aplicación de principios tradicionales del
derecho procesal como el de congruencia y cosa juzgada y la indispensable ampliación del ámbito de la
legitimación Y el fortalecimiento de las facultades del órgano jurisdiccional durante el proceso
comprendida en la aplicación del principio precautorio.
● El perfeccionamiento de la actuación de los órganos administrativos en la prevención y sanción de las
conductas infractoras del orden ambiental sin perjuicio del papel que debe corresponder al derecho en
el ámbito penal.
● la concientización y educación de la sociedad como modo de asegurar su efectiva participación en el
control del daño ambiental.

DEFENSA DE LOS DERECHOS DE INCIDENCIA COLECTIVA


ANTECEDENTES
En la doctrina procesal tradicional, resulta extraño la acción popular y otras tantas acciones colectivas
reconocidas por el derecho ambiental, en las cuales la legitimación activa descansa en individuos, funcionarios
públicos o entidades supraindividuales investidas de la representación y defensa de los derechos grupales
introduciendo participativamente la defensa y gestión de variados intereses sociales, económicos y culturales.
Para cubrir la tutela jurisdiccional de los intereses supraindividuales se han experimentado en el derecho
comparado y se han incorporado al derecho nacional diversos modelos alternativos:
A. La actuación del Ministerio Público.
B. O de un organismo especializado como el defensor del pueblo o un fiscal ambiental.
C. Las acciones públicas delegadas, motorizadas por un denunciante o fiscal privado.
D. Las acciones populares en la que cualquier ciudadano puede accionar el nombre de todos.
El instrumental jurídico existente en la Constitución nacional todavía no reformada, antes de 1994, Tomaba
base en los tratados internacionales, legislación de fondo y legislaciones provinciales. En este marco no podía
negarse legitimación para la tutela de intereses colectivos y en particular para la defensa del medio ambiente, a
cada uno de los sujetos afectados singularmente considerados, toda vez que aún desde el punto de vista
individual cada habitante era titular de los Derechos Humanos a la vida y a la salud, de indiscutible rango
constitucional (art, 33 CN) y de expreso reconocimiento internacional (art. 4 y 5 de COAADDHH), los cuales
son directamente afectados y puestos en crisis en supuestos de daño ambiental. Pero además dichos sujetos
eran también titulares del derecho a la preservación del medio ambiente de idéntico rango y linaje que los
anteriores puesto que cabe reputar implícito en el antiguo texto constitucional.
La desprotección, desconcierto, impotencia del ciudadano sometido, su imposibilidad práctica ( jurídica y
económica) para acceder a los estrados de la justicia, movieron a reformas trascendentes superadoras de las
viejas teorías del “derecho subjetivo individual” como recaudo para habilitar la jurisdicción, admitiendo que el
interés legítimo individual o colectivo y hasta el interés simple ( categorías antes desdeñadas) serán
susceptibles de defensa y protección.
El reconocimiento de los derechos de incidencia colectiva, en particular los relacionados con el ambiente y la
correlativa posibilidad de defensa jurisdiccional de los intereses colectivos y difusos, se entronca y relaciona
con la del reconocimiento de los Derechos subjetivos públicos y colectivos y con la legitimación procesal amplia
para ejercerlos.

PRECISIONES CONCEPTUALES

El concepto de interés difuso, tiene como elemento común la cotitularidad de situaciones de interés por parte
de una pluralidad de sujetos no identificados o identificables en base a la existencia de relaciones jurídicas
respecto del bien jurídico tutelado.
Los intereses difusos se caracterizan por:
● Su alcance colectivo, ya que están en juego situaciones que comparten un grupo más o menos amplio
de sujeto qué pueden tener escala local nacional o regional, proyectan frecuentemente sus efectos
antes de que se haya producido en lesión alguna en la esfera jurídica de Los afectados. Igualmente,
existe intercomunicación de resultados en su ejercicio: El Progreso en la defensa, procesal o
administrativa, de los intereses implicados beneficia automáticamente a todos los que están en la
misma situación, lo que constituye uno de los rasgos más significativos de los mecanismos relacionados
con su tutela.
● Interés difuso hace referencia a un bien no susceptible de apropiación exclusiva, respecto del cual su
disfrute individual o de los grupos no está limitado por el concurrente disfrute de los otros miembros del
grupo.
Son intereses difusos los que pertenecen identicamente a una pluralidad de sujetos, en cuanto integrantes de
grupos, clases o categorías de personas, ligadas en virtud de la pretensión de goce por parte de cada una de
ellas de una misma prerrogativa. de tal forma que la satisfacción de interés que atañe a cada individuo se
extiende por naturaleza todos, del mismo modo que la lesión a cada uno afecta globalmente a todos los
integrantes del conjunto comunitario. Los intereses difusos se traducen en colectivos a través de un proceso de
sectorialización y especificación, por eso el interés colectivo no es susceptible de concebirse como una suma
de intereses individuales sino como una relación de solidaridad, esto es, de identidad e instrumentalidad
recíprocas entre intereses individuales.
A los fines prácticos, la construcción dogmática de categorías como los intereses difusos o colectivos, gravitan
sustancialmente en el plano de la legitimación procesal, toda vez que habilitan la posibilidad de recurrir ciertos
actos que lesionan no ya un interés legítimo, persona, sino intereses sustanciales que afecten a determinados
grupos de personas o bien a la comunidad entera. El fenómeno ambiental alcanza al juez de una forma mucho
más directa que un criminal. Ya no pareces llega la justicia. Debe ver técnicamente, y además, si bien
mantendrá su objetividad, el juez actuará con una imparcialidad relativa por cuanto se halla tan involucrado
como el acusador y el acusado. El juez ya no es un espectador del sistema dispositivo, al enfrentarse un peligro
de daño ambiental toma para sí la dirección del proceso ordenando medidas precautorias o para mejor proveer.
Se ha sostenido que la denominación derechos difusos no expresa su contenido por cuanto el interés es
concreto e identificable para su protección y sería preferible denominar interés colectivo asociativo o grupal.
Estos nuevos intereses o derechos no son públicos y privados, son colectivos y nadie es titular exclusivo y a la
vez varios o todos son sus beneficiarios, la satisfacción de uno implica la satisfacción de todos.
Son intereses difusos los que pertenecen idénticamente a una pluralidad de sujetos en cuanto integrantes de
grupos clases o categorías de personas ligadas en virtud de la pretensión de goce por cada una de ellas, de
una misma prerrogativa, de tal forma que la satisfacción a la lesión del fragmento o fracción de interés que
atañe a cada uno alcanza o afecta, simultánea y globalmente, los intereses del conjunto comunitario.
en general comprenden una amplísima gama de verdaderos derechos vitales que hacen a la calidad de vida,
preservación del medio, tutela de la fauna, protección de bienes históricos arqueológicos, que no se aloja en el
exclusivo patrimonio de una persona singular, pues comprometen la suerte y el destino de un grupo, medio o
colectividad. Los intereses difusos tienen ante todo un carácter impersonal. es impero similares por lo que
presenta una dimensión social que rebasa la clasificación clásica del derecho subjetivo individual, ya que no
están en cabeza de un sujeto particular o aislado sino esparcidos y se refieren a un bien por naturaleza no
susceptible de división y por ende de apropiación exclusiva o excluyente.
los intereses difusos Se caracterizan como aquellos que no son ya sólo de uno o de varios si no mejor, de los
en un medio determinado y cuya suerte, en lo que concierne a la destrucción, degradación, o consumo sin
reposición, angustia Al conjunto en lo inmediato y en el porvenir vital de cada uno.

ACCIONES DE PREVENCIÓN Y DE REPARACIÓN DEL DAÑO AMBIENTAL COLECTIVO

El rol de la legislación provincial en materia de defensa jurisdiccional de los intereses difusos y derechos
colectivos, con constitucional, se había ampliado la función y operatividad del artículo 43 de la CN, Norma que
por su jerarquía permanecer como referencia en todo el proceso.
En este sentido distintos ordenamientos provinciales dictaron regulaciones sobre la acción de Amparo
ambiental.
La defensa jurisdiccional de los derechos de incidencia colectiva, procede cuando por causa de hechos u
omisiones arbitrarios o ilegales se generaron lesión, privación, perturbación o amenaza en el goce de los
intereses colectivos brindando protección a esos fines al medio ambiente, al ecológico, los valores estéticos,
históricos, urbanísticos, artísticos, arquitectónicos, arqueológicos y paisajísticos ya otros bienes que respondan
en forma idéntica a necesidades comunes de grupos humanos, a fin de salvaguardar la calidad de vida social.
Cuando por causa de acciones u omisiones del Estado o de particulares, pudiera derivarse una situación de
peligro, perturbación, restricción o amenaza en el goce de los derechos de incidencia colectiva de naturaleza
ambiental, o se produzcan daños ambientales, pueden ser ejercidas ante los tribunales que corresponden las
siguientes acciones:
1. Acción de prevención o protección de los intereses y derechos colectivos​​,Para la prevención de
un daño grave e inminente, o la cesación de perjuicios actuales susceptibles de prolongarse. Procede
con el fin de paralizar los procesos de emanación o desecho de elementos contaminantes del medio
ambiente o cualquiera otras consecuencias de un hecho u omisión que vulneran el equilibrio ecológico o
lesionen, perturben o amenacen valores estéticos, artísticos, urbanísticos, arquitectónicos,
arqueológicos, paisajísticos u otros bienes vinculados al resguardo de la calidad de vida de grupos, o
categorías de personas.
2. Acción de reparación de los daños colectivos​​, para la reposición de las cosas al Estado anterior al
menoscabo y, subsidiariamente, el resarcimiento pecuniario del daño globalmente producido a la
colectividad interesada. Procede a los fines de lograr la reposición de las cosas al estado anterior y,
generalmente, tienen lugar cuando es posible reparar en especie el menoscabo a los intereses
colectivos, sin perjuicio de que subsista el resarcimiento pecuniario del daño globalmente producido al
grupo o categoría de interesados, que debe ser fijado prudencialmente por el juez, cuando se acredita la
existencia cierta de un menoscabo colectivo, resarcimiento que no excluye el ejercicio individual de la
acción de indemnización por quienes particularmente hubieran sufrido un efectivo perjuicio en sus
derechos pudiendo los sujetos singularmente damnificados acumular sus pretensiones a esta acción
colectiva.
En general, para el supuesto que se denegare la legitimación al o a los demandantes pero el tribunal estimare
“prima facie” verosímil existencia de la privación, perturbación o amenaza al interés colectivo alegar en la
demanda correrá vista al agente fiscal, el que podrá continuar con el ejercicio de la acción si lo considerare
pertinente. Aún cuando el juez con la autoridad de aplicación respectiva considere que el accionante carece de
legitimación activa para la interposición de las acciones previstas (de prevención o protección y de reparación
del daño colectivo), cuando la acción interpuesta este verosímilmente fundada correr a vista al ministerio
público a los fines de proseguir con la acción.
En la resolución que otorga la legitimación el tribunal debe delimitar la composición del grupo de personas,
comunidad o categoría representados indicando con precisión las pautas necesarias para individualizar los
sujetos a quienes se extenderán los efectos de la sentencia, toda vez que la misma poseerá efectos erga
omnes. para ello previamente se ponderar a la actitud de las agrupaciones privadas de defensa que invoquen
mejor derecho para obrar como legitimado activo, pudiendo Asimismo los sujetos singularmente damnificados
acumular su pretensión a la acción colectiva, unificando personería en el representante de la agrupación
legitimada.
Si se postularan varias agrupaciones y el juez entendiera que más de una de ellas reúnen los recaudos
necesarios para obtener la legitimación, deberá resolver a cuál corresponde la legitimación estableciendo el
orden en que las restantes podrán sustituir la en cualquier etapa del proceso y en el estado en que se halle.
Todo eso sin perjuicio que, en el marco de la legitimación otorgada, el demandado puede interponer al
contestar la demanda, excepción de falta de legitimación para obrar, la que será resuelta en la sentencia
definitiva.

ACCIÓN DE REPARACIÓN DEL DAÑO AMBIENTAL COLECTIVO

El art. 28 LGA establece: “​El que causa daño ambiental será objetivamente responsable de su restablecimiento
al Estado anterior a su producción. en caso de que no sea técnicamente factible esta recomposición, se deberá
indemnización sustitutiva que determina la justicia ordinaria interviniente, y que deberá depositarse en el Fondo
de Compensación Ambiental que se crea por la presente,En cuál será administrado por la autoridad de
aplicación, sin perjuicio de otras acciones judiciales que pudieran corresponder.
Cómo te señalará anteriormente, en materia ambiental debemos considerar dos supuestos de responsabilidad:
1. La clásica responsabilidad y bien por daños ocasionados a través del ambiente o con motivo del daño
ambiental a una persona, supuesto para los cuales se prevé la indemnización o reparación civil en
dinero o en especie.
2. responsabilidad por daños al ambiente en sí mismo (daño ambiental colectivo), que no necesita para su
configuración un daño a las personas o a las cosas. ese daño a un bien público, Cómo es el ambiente
en conjunto o cualquiera de sus elementos genera la obligación que el artículo 41 CN establece con
​ año ambiental generará prioritariamente la obligación de recomponer según lo
carácter imperativo “​el d
establezca la ley”​. Ese deber genérico de preservar el ambiente comprende dos facetas:
a. La obligación de evitar el daño ambiental.
b. La obligación de recomponer frente a la ocurrencia del mismo. La cual comprende la restitución
de las cosas al estado anterior sin perjuicio de que se adopten medidas sustitutivas o
equivalentes que tiendan a la recomposición, al menos en forma progresiva.
Lo anterior resulta consistente con el “principio de prevención” que la misma ley enuncia: “las
causas y las fuentes de los problemas ambientales se atenderán en forma prioritaria e integrada
tratando de prevenir los efectos negativos que sobre el ambiente se pueden producir” Y con el
“principio precautorio” que dice: “cuando haya peligro de daño grave e Irreversible la ausencia de
información o certeza científica no deberá utilizarse como razón para postergar la adopción de
medidas eficaces, en función de los costos para impedir la degradación del medio ambiente”

RECOMPOSICIÓN DEL DAÑO AMBIENTAL

El derecho de todos y cada uno a un ambiente sano y equilibrado implica correlativamente un deber, Qué es el
de preservarlo (art.41 CN). El ambiente y los recursos naturales son objeto de un derecho y deber personal y
colectivo de disfruta y conservación, cuya defensa y restauración corresponde a todos los poderes públicos
como a los particulares.
Dicha obligación de preservación se encuentra fijada con más precisión cuando se establece que: “​El daño
ambiental generará prioritariamente la obligación de recomponer según lo establezca la ley “ (art. 4 CN).Esta
compleja posibilidad de “recomponer” el equilibrio de un ambiente natural o cultural contaminado, degradado o
alterado es una obligación que la CN coloca en primer lugar. Según Fayt el medio ambiente no es otra cosa
que la circunstancia vital en la que está inmerso el hombre y que le provee de elementos que habilitan su
desarrollo o al menos su subsistencia en condiciones dignas. Si se priva al ser humano de esta circunstancia
se desconoce su propia esencia ya que sin un ambiente fértil que posibilita esa supervivencia el hombre es
sólo una abstracción.
De la formulación normativa surge que la responsabilidad de recomponer el ambiente requería para su
operatividad plena de una norma legal, comprendiendo tanto las leyes antes de la reforma como cualquier
Norma del ordenamiento jurídico que se encuentre dentro del ordenamiento Estableciendo cargas u
obligaciones en función de la preservación ambiental, es decir normas tanto de rango nacional, provincial o
municipal.
El concepto de daño ambiental plantea una diferencia sustancial respecto a la noción de daño que maneja
habitualmente el CCC. Cuando la Constitución expresa “​prioritariamente”, ​establece que la primera prioridad
sería recomponer el daño, volviendo a la situación “ ex ante” y, de no resultar ello posible, establecer
mecanismos que permitan restaurar el equilibrio ecológico alterado.
En este sentido nuestros constituyentes han seguido similar orientación a la consagrada por las constituciones
de Brasil, Paraguay y Colombia, y en especial a la ley chilena que establece:
● "Daño es toda perdida, disminución, detrimento o menoscabo significativo inferido al medio ambiente o
a uno o más de sus componentes”.
● “Reparar es toda acción de reponer el medio ambiente o uno o más de sus componentes a una calidad
similar a la que tenía con anterioridad al daño causado o, en caso de no ser ello posible, restablecer sus
propiedades básicas”.
Pero el hecho de dar prioridad a la recomposición de la situación ex ante para recuperar un ámbito
absolutamente satisfactorio y adecuado a las necesidades, no significa que no exista la obligación de resarcir
cuando el daño se produzca y no sea posible volver a las condiciones previas existentes. En consecuencia,
este enunciado no deja de lado la obligación de recomponer por un lado y de resarcir por el otro.
En general la doctrina ha prestado especial preocupación al término RECOMPONER utilizado por nuestros
constituyentes, pudiendo interpretarse que el mismo comprende desde el punto de vista ambiental,
primeramente la restitución de los ambientes ecológicamente dañados o deteriorados a su estado anterior, y
sólo después, el resarcimiento pecuniario de tales daños.
Para la Constitución prevalece la obligación de recomponer a la de la indemnización pecuniaria,
resultando claro que dicha obligación lo es tanto para los particulares como para el Estado. La
obligación de recomponer significa restablecer la situación preexistente al daño generado según lo
establezca la ley aplicable.
Con estos presupuestos, la cláusula ambiental receptaría una doble obligación:
A. Recomponer el ambiente a su estado anterior o, en su defecto, adoptar las medidas necesarias
para restablecer el equilibrio ecológico afectado ( traslado de flora o fauna afectadas,
reforestación, etc.)
B. Resarcir los perjuicios económicos causados.

DAÑO AMBIENTAL COLECTIVO: ESPECIFICIDAD

De la noción propuesta de ambiente como bien valor material e inmaterial expresado conjuntamente por un
complejo de cosas y bienes, se deriva, que el daño ambiental es la lesión de esté bien, y más exactamente del
interés a él dirigido que posee jerarquía de derecho subjetivo público conforme nuestra Carta Magna.
En tal sentido siendo el ambiente un bien público o colectivo en sentido objetivo, el daño también es público o
colectivo.
El llamado daño Ambiental de incidencia colectiva ó daño ambiental colectivo alude a daños provocados al:
● Ambiente
● Sus recursos
● El equilibrio de los ecosistemas
● O a los bienes o valores colectivos
Es el incumplimiento por acción u omisión del deber de presentar preservar y recomponer el ambiente​​.
En este sentido se ha entendido que “ si se admite que los bienes que integran el dominio público pueden
dividirse en dos categorías a saber:
1. De dominio público: Sobre los cuales el estado tiene un poder de policía pero no un derecho de
propiedad, y
2. De dominio privado: sobre los cuales el estado tiene y ejerce un verdadero derecho de propiedad
diferenciado según la específica finalidad a que se afecten,
es evidente que el titular de los bienes públicos que componen el dominio público es el pueblo.
Conforme a esto:
1. Los bienes individualizados con la expresión ambiente y las relativas utilidades, Como así también los
correlativos intereses de uso y goce, son objetivamente
a. JURÍDICOS en cuanto son tutelados por normas.
b. COLECTIVOS porque corresponden a finalidades públicas y pertenecen a la colectividad, ellos
representan el patrimonio de la colectividad.
c. IGUALMENTE PATRIMONIALES en cuanto son susceptibles de valoración económica.
2. Cuando las normas puestas como tutela de estos bienes e intereses ambientales de la colectividad son
violadas se produce un ​daño ambiental​​.
3. El daño público se configura no sólo cuando hay lesión del patrimonio público, sino también cuando hay
lesión de los bienes e intereses que, perteneciendo a la colectividad organizada en el Estado, con
objeto de tutela. en este sentido daño público ambiental no es solamente el daño al Estado -ente- sino,
jurídicamente resulta más relevante el daño al estado - comunidad-.
En efecto en el campo de los daños ambientales, Es evidente que no es sólo un bien o un conjunto de bienes
públicos los que aparecen directamente dañados, sino que es el ambiente en sí mismo (daño ambiental puro)
y el conjunto de los habitantes de una manera personal y directa la víctima respecto de la cual el derecho
objetivo tiene necesariamente que acordar un esquema de protección dando legitimación para obrar al grupo o
individuo que alegue su representación sin necesidad de norma específica al respecto. Esta visión, deja de
lado el concepto iusprivatista individualista del daño resarcible dando paso a una “nueva tendencia pública,
colectiva de tipo preventiva y represiva”, donde se busque no tanto la reparación personal del lesionado, sino la
paralización de los efectos dañosos, objetivo que es concordante con la dilatación de la legitimación de las
personas afectadas “para consagrar una expansividad horizontal, con fundamento en la protección de intereses
legítimos o humanos que envuelven a una conjunto de perjudicado”.
Conforme a esto, daño ambiental, equivale al daño colectivo público, es decir, a la lesión de intereses
de la colectividad que poseen jerarquía de derechos públicos subjetivos (derechos de incidencia
colectiva en términos constitucionales), cuya lesión debe sobrevenir a través de la degradación de
alguno o varios de los componentes individuales del ambiente o bien.
Por ello el daño ambiental no puede ser restringido en términos meramente patrimoniales o financieros,
si no debe ser comprensivo también de la lesión de intereses más generales, de naturaleza
eminentemente social Igualmente susceptibles de valoración.
En consecuencia cuando el interés es difuso y afecta a toda la comunidad, esa intereses público y el
titular es la comunidad afectada. Y cada daño será autónomamente resarcible.
La conclusión es que es posible por la misma acción, causar ​dos daños jurídicamente distintos​:
1. El daño ambiental colectivo​​, cuya obligación de restauración por parte de los responsables es debida
en forma permanente e imprescriptible frente a la colectividad.
El daño el ambiente como bien jurídico en sí, reclama primeramente la reposición al Estado anterior del
ambiente, independientemente del resarcimiento pecuniario. por ello el hecho de dar prioridad a la
recomposición ambiental de su situación ex ante para recuperar un ámbito satisfactorio y adecuado a
las necesidades, no significa que no exista la obligación de resarcir cuando el daño se produzca y no
sea posible volver a las condiciones previas existentes. el principio supone la obligación de recomponer
por un lado, y de resarcir por el otro.
2. El daño a la persona o cosa material Con motivo del mismo daño ambiental que podrá tanto
pertenecer al estado como ser propiedad de otros sujetos.Este es un clásico caso de daño objeto de
reparación en especie o por medio de una indemnización pecuniaria conforme el art. 1740 CCC.

ARTICULOS IMPORTANTES
Bienes con relación a las personas
Art. 235 CCC: Bienes pertenecientes al dominio público. Son bienes pertenecientes al dominio público, excepto
lo dispuesto por leyes especiales:

a) el mar territorial hasta la distancia que determinen los tratados internacionales y la legislación especial, sin
perjuicio del poder jurisdiccional sobre la zona contigua, la zona económica exclusiva y la plataforma
continental. Se entiende por mar territorial el agua, el lecho y el subsuelo;
b) las aguas interiores, bahías, golfos, ensenadas, puertos, ancladeros y las playas marítimas; se entiende por
playas marítimas la porción de tierra que las mareas bañan y desocupan durante las más altas y más bajas
mareas normales, y su continuación hasta la distancia que corresponda de conformidad con la legislación
especial de orden nacional o local aplicable en cada caso;
c) los ríos, estuarios, arroyos y demás aguas que corren por cauces naturales, los lagos y lagunas navegables,
los glaciares y el ambiente periglacial y toda otra agua que tenga o adquiera la aptitud de satisfacer usos de
interés general, comprendiéndose las aguas subterráneas, sin perjuicio del ejercicio regular del derecho del
propietario del fundo de extraer las aguas subterráneas en la medida de su interés y con sujeción a las
disposiciones locales. Se entiende por río el agua, las playas y el lecho por donde corre, delimitado por la línea
de ribera que fija el promedio de las máximas crecidas ordinarias. Por lago o laguna se entiende el agua, sus
playas y su lecho, respectivamente, delimitado de la misma manera que los ríos;
d) las islas formadas o que se formen en el mar territorial, la zona económica exclusiva, la plataforma
continental o en toda clase de ríos, estuarios, arroyos, o en los lagos o lagunas navegables, excepto las que
pertenecen a particulares;
e) el espacio aéreo suprayacente al territorio y a las aguas jurisdiccionales de la Nación Argentina, de
conformidad con los tratados internacionales y la legislación especial;
f) las calles, plazas, caminos, canales, puentes y cualquier otra obra pública construida para utilidad o
comodidad común;
g) los documentos oficiales del Estado;
h) las ruinas y yacimientos arqueológicos y paleontológicos.

Art. 236 CCC: Bienes del dominio privado del Estado. Pertenecen al Estado nacional, provincial o municipal, sin
perjuicio de lo dispuesto en leyes especiales:
a) los inmuebles que carecen de dueño;
b) las minas de oro, plata, cobre, piedras preciosas, sustancias fósiles y toda otra de interés similar, según lo
normado por el Código de Minería;
c) los lagos no navegables que carecen de dueño;
d) las cosas muebles de dueño desconocido que no sean abandonadas, excepto los tesoros;
e) los bienes adquiridos por el Estado nacional, provincial o municipal por cualquier título.

Art 237 CCC: Determinación y caracteres de las cosas del Estado. Uso y goce. Los bienes públicos del Estado
son inenajenables, inembargables e imprescriptibles. Las personas tienen su uso y goce, sujeto a las
disposiciones generales y locales.
La Constitución Nacional, la legislación federal y el derecho público local determinan el carácter nacional,
provincial o municipal de los bienes enumerados en los dos artículos 235 y 236.

Art. 1737 CCC: “Hay daño cuando se lesiona un derecho o un interés aprobado por el ordenamiento jurídico
que tenga por objeto la persona, el patrimonio, o un derecho de incidencia colectiva”. ​El CCC es de aplicación
supletoria, en todo aquello que no esté regulado expresamente en la Ley de Presupuestos Mínimos.
Art. 1740 CCC: Reparación plena. La reparación del daño debe ser plena. Consiste en la restitución de la
situación del damnificado al estado anterior al hecho dañoso, sea por el pago en dinero o en especie. La
víctima puede optar por el reintegro específico, excepto que sea parcial o totalmente imposible, excesivamente
oneroso o abusivo, en cuyo caso se debe fijar en dinero. En el caso de daños derivados de la lesión del honor,
la intimidad o la identidad personal, el juez puede, a pedido de parte, ordenar la publicación de la sentencia, o
de sus partes pertinentes, a costa del responsable.

LA DEFINICIÓN Y ALCANCE DE DAÑO AMBIENTAL

El art.27 de la LGA establece que: “se define daño ambiental como toda alteración relevante que modifique
negativamente el ambiente, sus recursos, el equilibrio de los ecosistemas o los bienes o valores colectivos.”
La ley 25675 no sólo se refiere a la modificación negativa del ambiente, sus recursos el equilibrio de los
ecosistemas sino también a los “bienes y valores colectivos”, con lo que introducen un concepto que sería
comprensivo de bienes culturales, arqueológicos, históricos, paleontologicos, paisajísticos, arquitectónicos, etc.
“alteración relevante” hace referencia, tanto situaciones de fragilidad, criticidad, vulnerabilidad y el riesgo del
ambiente y recursos afectados, como la magnitud, complejidad, intensidad y diversidad de las acciones
involucradas en el proyecto, instalación o actividad generadora de daños y sus efectos ambientales singulares
o acumulativos, lo cual facilita criterios técnicos objetivos y ponderables cuantitativamente.
el umbral del daño ambiental se cruza cuando hay un deterioro de carácter relevante que causa una lesión
ambiental y compromete el equilibrio el mantenimiento de su capacidad de carga y en general la preservación
ambiental y el desarrollo sustentable.
Si bien es necesaria la fijación de este umbral de aplicación para la acción de responsabilidad, lo difícil es
cuantificar su magnitud. Porque para determinar la extensión del daño es necesario considerar no solamente el
ámbito territorial de afectación si no también la persistencia del deterioro en el tiempo (en el supuesto de que
sea posible la recomposición) y las restantes consecuencias directas e inmediatas del curso contaminante o
degradatorio.
En consecuencia, daño ambiental sería el cambio adverso conmensurable en un recurso natural o el
perjuicio conmensurable a un servicio de uno o más recursos naturales o ambientales causados directa
o indirectamente por los particulares (personas físicas o jurídicas) o el Estado (nacional, provincial o
municipal) por sus hechos o actos jurídicos lícitos e ilícitos que por acción u omisión causan daño
Ambiental de incidencia colectiva.

OBJETO DE LA ACCIÓN
“Recomposición prioritaria” es la obligación de devolver el medio ambiente y los recursos naturales afectados a
su estado anterior al daño. Esta obligación surge del reconocimiento de la existencia de un ​orden público
ambiental​, que hace recaer tanto en particulares (personas físicas o jurídicas) como el Estado (Nación,
provincia o municipio) la responsabilidad por sus hechos o actos jurídicos, lícito o ilícito, que por acción u
omisión, causen daño ambiental de incidencia colectiva (art.27 LGA), quienes quedaron sometidos a las
acciones de responsabilidad ambiental prevista por los artículos 27 a 33 de LGA, además de las acciones
penales que pudieran corresponder.
El objeto de la acción de recomposición del daño ambiental colectivo coincide con el previsto por las acciones
de reparación del daño ambiental regulados por las legislaciones provinciales. La reposición de las cosas al
Estado anterior tendrá lugar siempre que sea posible reparar en especie al menoscabo. En particular consistirá
en la adopción de medidas idóneas para recomponer el equilibrio de los valores ecológicos y otros bienes
comunes a la comunidad perjudicada.
Las medidas de reparación y/o restauración (recomposición) tienen por finalidad reponer uno o más de
los componentes o elementos del medio ambiente y/o servicios ambientales afectados a una calidad
similar a la que tenían con anterioridad al daño causado o, en caso de no ser eso posible restablecer
sus propiedades básicas.
Cuando no es factible dicho a recomposición total o parcial, corresponde al responsable reparar el
daño ambiental por medio de una indemnización dineraria sustitutiva que determinar el juez
competente que deberá depositarse en el fondo de compensación ambiental que corresponda según la
jurisdicción.
Cuando la restauración es técnicamente posible y el costo de las medidas es razonable, el costo de las
medidas aplicadas para reparar los daños causados a los recursos naturales o bienes ambientales afectados,
constituye el método principal y preferible de evaluación de daños. Las medidas de restauración tienen por fin
devolver los recursos y servicios naturales a la situación en la que se encontraban sino se hubiera producido el
daño.
En otros casos lo difícil es determinar si el costo de las medidas adoptadas para reparar los daños causados a
los recursos naturales es razonable. El criterio de razonabilidad se define según el equilibrio entre los costos
económicos y medioambientales de las medidas de restauración y los efectos positivos de estas medidas sobre
el medio ambiente. Si el costo de las medidas de restauración resulta claramente desproporcionado un poco
razonable, la adquisición de recursos equivalentes podría constituir una compensación válida.
Otra solución prevista por el artículo 28 de la LGA es el pago de un importe en concepto de indemnización
sustitutiva de la recomposición cuando dicho objetivo sea parcial o totalmente imposible desde la factibilidad
técnica, que se depositara en él Fondo de Compensación Ambiental que deberá crear y administrar cada
provincia en cumplimmiento de esta norma. Esto se traduce en una ​indemnización sustitutiva de carácter
compensatorio​​, por lo tanto será necesario evaluar los daños para conocer el valor de los recursos naturales y
de los servicios ambientales perdidos para la fijación de su monto.
Confiar tener presente que la obligación de recomponer el medio ambiente natural y cultural dañado
Debería ser el principio de reparación integral del daño ambiental,​ según el cual la finalidad básica de
la reparación se da por la reconstitución o restauración global de los bienes ambientales (naturales o
artificiales) degradados, única vía válida para la salvaguarda de la conservación, defensa y
mejoramiento del ambiente.
Sólo en caso de que sea técnicamente imposible proceder de esta manera (cumplimiento en especie),
procedería por vía subsidiaria la indemnización sustitutiva, día del cumplimiento por equivalente, eficaz
económicamente hablando, pero deficiente en el aspecto ambiental.
La indemnización en función de sus Consecuencias negativas sobre la utilidad que le puede dar la
sociedad actual y futura, que genera el conjunto de bienes ambientales. Para determinar el “valor
social”, es menester considerar sus aspectos económicos, pero también culturales y naturales. Los
bienes ambientales carecen de precio o valor de cambio en el mercado, ya que no hablamos de los
recursos sino de los valores ambientales intrínsecos.
En consecuencia, es fundamental que la comunidad tenga conciencia del valor social intrínseco del
ambiente, por cuanto la evaluación del daño vendrá dada por la diferencia de calidad entre las
funciones ambientales, antes y después de la degradación. la cuantía del daño a indemnizar entonces
de no ser posible la restauración, vendría determinada por el montoEstimado que los beneficiarios de
los bienes afectados estarían dispuestos a pagar para mantener el ambiente en su estado anterior.
Por lo tanto a la hora de reparar el daño ambiental, resulta atendé recomposición o sustitución de los
bienes ambientales afectados, y de no ser eso posible técnicamente, deberán aplicarse los métodos de
determinación del valor a indemnizar, monto que debería ser depositado en el fondo de compensación
ambiental que correspondiere, para ser destinado a la conservación, defensa y mejoramiento del
ambiente, bajo el control del Juez en Vía de ejecución de Sentencia.

FACTOR DE ATRIBUCIÓN OBJETIVO EN LA RESPONSABILIDAD POR DAÑO AMBIENTAL

El art. 28 LGA establece que “el que cause daño ambiental será objetivamente responsable de su
restablecimiento al estado anterior a su producción”​.
El principio de responsabilidad que rige al derecho ambiental en el marco de la LGA, significa que el generador
de los efectos degradantes del ambiente, el ambiente actuales o futuros, resulta responsable de Los costos de
las acciones de prevención y correctivas de recomposición ambiental sin que sea necesario Investigar la culpa
en la producción del daño. O sea, quién crea el “riesgo” al ambiente es el que debe reparar, sin perjuicio de que
en forma concurrente y complementaria pueda aceptarse como otro factor de atribución objetivo la solidaridad.
La generación de daño ambiental constituye un supuesto de responsabilidad objetiva, no
correspondiendo determinar la culpa en su producción, por lo que el mero cumplimiento de estándares
administrativos de contaminación no puede operar como justificativo que exima la responsabilidad.
Sobre la relación de causalidad se ha señalado que no es aquella que exige una “certidumbre total”, una
seguridad absoluta, se trata de acreditar una posibilidad cierta, una probabilidad en grado de razonabilidad y
que la incertidumbre científica no debe Conducir a la incertidumbre jurídica, respon enfoque científico a una
orientación jurisprudencial muy arraigada en bastantes países, según la cual la relación de causalidad resulta
aprobada cuando los elementos de juicio suministrados conducen a un “grado suficiente de probabilidad” o
“alta probabilidad”, que forma parte del criterio de probabilidad o teoría de las probabilidades, en virtud de la
cual el demandante deberá únicamente establecer una considerable probabilidad de presencia del nexo causal,
agregándose que la aplicabilidad de dicha teoría a este tipo de causa, constituye un plus de protección.
la prevalencia del factor de atribución objetivo en los casos de daño ambiental, implica la incorporación del
principio de que “quién contamina paga”, que se traduce en el mandato qué quién crea el riesgo al ambiente es
el que debe cargar con Los costos de prevención y recomposición del deterioro ambiental, que nuestro
ordenamiento de derecho positivo, se traduce en el “principio de responsabilidad”: ​el que genera efectos
degradantes al ambiente, actuales o futuros, es responsable de los costos de las acciones preventivas
y correctivas de recomposición, sin perjuicio de la vigencia de los sistemas de responsabilidad
ambiental que correspondan (art. 4 LGA)

CAUSALES DE EXENCIÓN DE RESPONSABILIDAD

El art. 29 LGA establece “​Exención de responsabilidad sólo se producirá acreditando que a pesar de haberse
adoptado todas las medidas destinadas evitarlo y sin mediar culpa concurrente del responsable, los daños se
produjeron por culpa exclusiva de la víctima o por culpa de un tercero por quien no debe responder.
La responsabilidad civil o penal, por daño ambiental, es independiente de la administrativa”.​
Si bien no corresponde presumir responsabilidad ambiental, civil o penal del autor del daño ambiental, por la
sola existencia de infracciones a las normas ambientales administrativas “la autorización o habilitación
municipal para el ejercicio de actividades que puedan producir efectos nocivos resulta irrelevante,porque la
autorización administrativa, nacida del ejercicio del poder de policía, nunca puede tener por consecuencia
pronunciar una indemnidad en favor del que se ajustó a esas prescripciones.
Nadie puede tener un derecho adquirido de comprometer una salud pública con el uso que haga de su
propiedad, y especialmente en el ejercicio de una profesión o industria. La autorización de un establecimiento
Industrial está siempre fundada en la presunción de inocuidad, y no obliga al Estado que la concedió, cuando
esa presunción ha sido destruida por los hechos. La autorización eventual administrativa no obsta a que se
disponga la cesación de las molestias y/o baños, desde que los requisitos administrativos no pueden tener
iguales objetivos jurisdiccionales civil o penal.
La autorización administrativa para funcionar se otorga bajo la condición implícita de responder por daños y
perjuicios que puedan causarse a terceros.
No podría aceptarse que como consecuencia de una actividad o de una omisión de las autoridades a cargo del
ejercicio del poder de policía, deba tolerarse la violación del deber de no dañar. Tales actos emanados de la
autoridad pública competente (autorización), se otorga condicionalmente, en la medida en que la actividad que
se desempeña no sea dañosa. Por lo demás a unas conductas lícitas dañosas son pasibles de generar
responsabilidad.
De la redacción textual del artículo 29 de la LGA, ​la exención de responsabilidad por daño ambiental de
incidencia colectiva solo se produciría acreditando acumulativamente:
1. Que a pesar de haberse adoptado ​todas las medidas destinadas a evitarlo​ y,
2. Sin​ mediar ​culpa concurrente​ del responsable,
3. Los daños se produjeron por ​culpa exclusiva de la ​víctima o de un tercero por quien no debe
responder.
En consecuencia, concordante con lo previsto por la LGA sobre la responsabilidad objetiva y solidaria, no
resulta suficiente para que se produzca su extensión sólo la adopción de todas las medidas destinadas a
evitarlo, debiendo configurarse simultánea y acumulativamente, los extremos anteriormente enunciados.

LEGITIMACIÓN ACTIVA

El art. 30 LGA establece: “Producido el daño ambiental colectivo, tendrán legitimación para obtener la
recomposición del ambiente dañado:
1. El afectado
2. El defensor del pueblo
3. Y las asociaciones no gubernamentales de defensa ambiental
4. El estado nacional provincial y municipal
5. Asimismo quedará legitimado para la acción de recomposición o de indemnización pertinente la persona
directamente damnificada por el hecho dañoso acaecido en su jurisdicción.
Deducida demanda de daño ambiental colectivo por alguno de los titulares señalados, no podrán interponerla
los restantes, lo que no obsta a su derecho de intervenir como terceros.
Sin perjuicio de lo indicado precedentemente toda persona podrá solicitar, mediante acción de amparo, la
cesación de actividades generadoras de daño ambiental colectivo”.
Desde 1994 con la incorporación en la CN de los DDHH de tercera generación o de incidencia colectiva se
establece lisa y llanamente que “en lo relativo a los derechos que protegen el ambiente” podrán interponer
acción de amparo: el afectado, el defensor del pueblo y las asociaciones que propendan a esos fines
registradas conforme a la ley, la que determinará los requisitos y forma de su organización (art.43 CN).
La LGA concordantemente con la CN otorga legitimación para obtener la recomposición del ambiente dañado
el afectado, el defensor del pueblo y las asociaciones no gubernamentales defensa ambiental,​Extendiendo la
legitimación activa al particular damnificado y a quienes (frecuentemente) resultan legitimados pasivos:
Estado nacional, provincial y municipal. el artículo 41 de la Constitución nacional establece la
obligación de las autoridades entre las que se encuentran lógicamente el Estado y sus entidades de
control de la protección del derecho de vivir en un ambiente sano equilibrado y apto para el desarrollo
humano y la preservación del patrimonio natural. En tal sentido cuando existe el deber genérico de
preservar el medio ambiente, la abstención de ejecutar actos que, sin perjuicio del agente hubieran
prevenido o mitigado el daño, tal conducta omisiva genera el deber de repararlo.
El estado tiene legitimación activa suficiente para demandar la reparación de los daños ambientales colectivos
ocasionados cuando se afecten bienes y recursos que integran su patrimonio como bienes de dominio público
o privado.
El estado tiene legitimación activa suficiente para demandar la reparación de los daños ambientales cuando los
bienes naturales y culturales que integran el medio ambiente son considerados “bienes comunes o colectivos”,
aún cuando dicha acepción no sea constitutiva de una relación de dominio entre el Estado y tales bienes.
El Estado Nacional, provincial o municipal ejerce la legitimación activa en el reclamo del daño producido a
bienes ambientales y culturales ubicados en un lugar público, porque:
● Es titular del dominio de dichos bienes.
● Está obligado a su cuidado.
● Es representante colectivo de los intereses difusos afectados que sean vulnerados al dañar dichos
bienes y servicios ambientales.
En estos casos el estado puede actuar promoviendo la reparación del daño ambiental colectivo patrimonial y
extrapatrimonial sufrido por una comunidad o grupo social bajo su jurisdicción.

ORGANIZACIONES NO GUBERNAMENTALES

Las ONG´s son titulares de un derecho de incidencia colectiva, el cual es la protección a la salud, además
tienen derecho a accionar por el cumplimiento de las finalidades por las que han sido creadas.
Además el artículo 30 determina que el primero en deducir la demanda por daño ambiental colectivo, desplaza
a cualquier otro afectado legitimado que pretenda hacerlo, aún cuando éstos puedan ejercer su derecho a
intervenir como terceros.
A diferencia de los distintos ordenamientos provinciales, el citado artículo no prevé para los supuestos de
denegación de legitimación, la continuación del ejercicio de la acción por parte del MInisterio Público, y las
amplias facultades positivas que otorgan a los jueces dichos ordenamientos, para cuando hubiere dificultades
para la individualizacion de las legitimaciones, a los fines de la regular constitución del procedimiento
salvaguardando la vigencia del principio de contradicción.

RESPONSABILIDAD COLECTIVA SOLIDARIA

El daño ambiental colectivo es el presupuesto indispensable para generar el deber de recomponer y puede
tener su origen en la actuación individual de una persona determinada o bien en la actividad común o
concurrente de varias personas. Esta segunda situación genera la cuestión de la responsabilidad colectiva.
La conducta de diversos agentes, consideradas por separado, pueden generar la producción de un hecho
dañoso. Pero, también es posible que no lo sean, es decir, que la conducta de cada uno de ellos no sea causa
suficiente pero sí necesaria para la producción del daño ambiental.
El art. 31 LGA establece como solución, la responsabilidad colectiva solidaria, ya que cuando hubiere varios
causantes o si no fuere posible la determinación precisa del daño aportado por cada responsable, todos eran
responsables solidariamente de la reparación frente a la sociedad: “​Si en la comisión del daño ambiental
colbbbñuectivo, hubieren participado dos o más personas, o no fuere posible la determinación precisa de la
medida del daño aportado por cada responsable, todos serán responsables solidariamente de la reparación
frente a la sociedad. Sin perjuicio en su caso, del derecho de repetición entre sí para lo que el juez interviniente
podrá determinar el grado de responsabilidad de cada persona responsable.
En caso de que el daño se ha producido por personas jurídicas la responsabilidad se hará extensiva a las
autoridades y profesionales en la medida de su participación.​”
La solución de la equidad por la que opta el artículo 31 de la LGA es si en la comisión de ese daño ambiental
colectivo, hubieran participado dos o más personas, o no fuere posible la determinación precisa de la medida
del daño aportada por cada responsable, todos serán responsables solidariamente de la reparación frente a la
sociedad, sin perjuicio que existirá el derecho de repetición entre los implicados, quedando facultado el juez
interviniente para determinar el grado de responsabilidad de cada responsable.
Esta solución se aleja de fundamento de la responsabilidad civil estricta, en estos casos no es la determinación
de la relación causal sino el riesgo introducido por los miembros del grupo al que se le imputa el daño. ​En
estos casos es el riesgo del que obtienen el provecho económico los miembros del grupo y no la
conducta de un determinado integrante suyo el fundamento de la responsabilidad ambiental que se le
imputa.
Es obvio que la adopción del criterio de imputar responsabilidad ambiental a los miembros de un grupo de
riesgo en el cual se ha originado la conducta dañosa, sólo puede darse dentro de un sistema de
responsabilidad objetiva (LGA).
Ello es así porque no habiéndose determinado el autor material del ilícito mal podría investigarse Sí actúa con
culpa o dolo. Como consecuencia, el fundamento de la responsabilidad ambiental colectiva estaría dado por
una ​dispensa probatoria a favor del accionante​​,Acerca de la identificación del autor del daño cuando han
sido acreditados los presupuestos de responsabilidad individual respecto de un miembro típico del grupo. Dada
las circunstancias, se traslada el onus probandi a los integrantes del conjunto, es decir, a todos los autores
posibles, quién si no logran acreditar su desvinculación del hecho serán considerados responsables en su
totalidad.
En el supuesto de que el juez interviniente se proponga determinar el grado de responsabilidad de cada
persona, se va a adoptar el sistema de la mancomunación, es decir, la asignación de cuota parte entre ellos.
Dichas cuotas partes, deberían determinarse de acuerdo con el aporte efectivo de cada agente en el resultado
dañoso. Pero la determinación de este aporte a su vez no es fácil de hacer. La cuota parte debería asignarse
razonablemente en proporciona el riesgo. Riesgo que a su vez puede determinarse de diversas maneras,por
ejemplo teniendo en cuenta distintos elementos como la calidad de los efluentes, su volumen, la capacidad
económica de los miembros del grupo, o simplemente dividirse en partes iguales.

RESPONSABILIDAD DE LAS PERSONAS JURÍDICAS

El artículo 31 de la LGA in fine establece la posibilidad de extender la responsabilidad de las personas jurídicas
a sus socios, directores, representantes legales, gerentes u otros miembros: “​En el caso de que el daño sea
producido por personas jurídicas, la responsabilidad se hará extensiva a sus autoridades y profesionales, en la
medida de su participación​”.
Los Socios responden en la media de su participación en el capital social, mientras que los gerentes y
representantes legales responden frente a terceros a título personal, cuando se dieron de su mandato o por
aquellos actos ejecutados a nombre de la persona jurídica que sean notoriamente extraños a su objeto social.
Si bien la responsabilidad se hace extensiva a las autoridades y profesionales societarios “en la medida de su
participación”, este límite no implica que se haya adoptado una responsabilidad subsidiaria de los mismos
previa expulsión de los bienes sociales, dependiendo ello del tipo social.

SENTENCIA CON EFECTO ERGA OMNES

El artículo 33 de la LGA establece que: “​La sentencia hará cosa juzgada y tendrá efecto erga omnes a
excepción de que la acción sea rechazada aunque sea parcialmente por cuestiones probatorias​”
Sin dejar de lado en los principios: de defensa en juicio, debido proceso y de congruencia en las acciones de
defensa de los derechos de incidencia colectiva en general y de reparación del daño ambiental colectivo en
particular, se ha reconocido que basta la calidad de “usuario potencial” de los servicios ambientales que se han
visto alterados o menoscabados, para poder impugnar tales modificaciones más disvaliosas, los efectos de la
sentencia serán necesariamente “erga omnes”.
El pavimento desencadenante de la protección ambiental de extenderse al momento de la decisión judicial a
todas las cuestiones sobrevinientes derivadas del hecho fundamental de la relación procesal.
Cuando el objeto de la pretensión está referido al cese de la contaminación ambiental, revise naturaleza
sustancialmente expansiva de difícil acotabilidad, en cuanto a la preservación del medio ambiente no puede
restringirse a una mera tutela nominal y sino que implica una profunda revisión y alteración de los factores
degradantes, con un sentido tuitivo trascendente que debe salvaguardar con amplitud los intereses sociales
comprometidos.
Una vez detectado el peligro ambiental, la medida del interés particular se supera cuando se ve que la
magnitud en que el factor riesgo afecta el bien común, no pudiendo detenerse la protección judicial en aquel
estadio, sino por el contrario a cometerse hasta donde sea preciso neutralizar la amenaza.

PROCEDIMIENTO DE EJECUCIÓN DE SENTENCIA. CCC: DAÑOS: FUNCIÓN PREVENTIVA

El artículo 1710 regula el deber de prevención del daño.


Establece que ​“toda persona tiene el deber en cuanto de ella depende de:
1. Evitar causar un daño no justificado.
2. Adoptar, de buena fe y conforme a las circunstancias, las medidas razonables para evitar que se
produzca un daño, o disminuir su magnitud. Si tales medidas evitan o disminuyen la magnitud de un
daño del cual un tercero sería responsable, tiene derecho a que éste le reembolse el valor de los gastos
en que incurrió, conforme las reglas del enriquecimiento sin causa.
3. no agravar el daño si ya se produjo.”

REGIMEN DE INMISIONES INMATERIALES

El artículo 1973 regula las misiones (ART. 2618 del Código de Velez), estableciendo que: “​Las molestias que
ocasiona el humo, calor, calores, luminosidad, ruido, vibraciones o inmisiones similares por el ejercicio de
actividades en inmuebles vecinos, no deben exceder la normal tolerancia teniendo en cuenta las condiciones
del lugar y aunque medie autorización administrativa para aquella.
Según las circunstancias del caso, los jueces pueden disponer la remoción de la causa de la molestia o su
cesación y la indemnización de los daños. para disponer el cese de la inmisión, el juez debe ponderar
especialmente el respeto debido al uso regular de la propiedad, la prioridad en el uso el interés general y las
exigencias de la producción.”
La inmisión presenta un conflicto necesariamente entre sujetos que son vecinos por lo que se debe imponer
límites en el ejercicio de sus derechos, pero que se producción no perjudican a los bienes materiales y a las
personas afectadas y no que perjudican al entorno ambiental.

CONSUMO SUSTENTABLE

El art: 1094 CCC establece que: ​“Las normas que regulan las relaciones de consumo deben ser aplicadas e
interpretadas conforme con el principio de protección del consumidor y el del acceso al consumo sustentable.
en caso de duda sobre la interpretación de este código o las leyes especiales prevalece el más favorable al
consumidor”
Según la definición de las Naciones Unidas, “El consumo sustentable es el uso de productos y servicios que
responden a necesidades básicas y que conllevan una mejor calidad de vida y que además minimizan el uso
de recursos naturales, materias tóxicas, inmisiones de desechos y contaminantes durante todo su ciclo de vida
y que no comprometen las necesidades de las generaciones futuras”.
según el Papa Francisco, en la época moderna hay un exceso de antropocentrismo, el ser humano ya no
reconoce su posición justa respecto al mundo y asume una postura centrada exclusivamente en sí mismo y su
poder. De ellos se deriva una lógica “use y tire” que justifica todo tipo de desarme, trata a la naturaleza como un
simple objeto y conduce a una infinidad de formas de dominio. Es la lógica que conduce a la explotación
infantil, el abandono de los ancianos, a reducir a otros a la esclavitud, a sobre valorar las capacidades del
mercado para autorregularse, a práctica, al comercio de pieles de animales en Vía de extinción y de diamantes
ensangrentados.

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