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La terca intromisión de la historia:

El “Manifiesto de Historiadores”
y la recuperación de la memoria
del golpe militar de 1973 y la dictadura en Chile.1
Hernando Andrés Pulido Londoño
Antropólogo, Universidad Nacional de Colombia
Candidato a la Maestría en Historia Universidad Nacional de Colombia
Docente de la Fundación Universitaria Los Libertadores
The obstinate meddling of History: hapulidol@libertadores.edu.co

The Historians’ Manifesto and Recepción: 1 de Junio de 2009


the recovery of the 1973 coup d’etat and Aprobación: 24 de Noviembre de 2009

Chile’s dictatorship’s memory

ABSTRACT Resumen

Since the advent of democratic government in 1990, Desde 1990, con el advenimiento de gobiernos de-
the Chilean society started recovering the collective memory mocráticos, la sociedad chilena inició un complejo proceso de
of the Chilean coup d’etat of 1973 and the crimes committed recuperación de la memoria colectiva sobre el golpe de Es-
during Augusto Pinochet dictatorship (1915-2006). The Chilean tado de 1973 y los crímenes cometidos durante la dictadura
historians got involved in this process by means of an intellec- de Augusto Pinochet (1915- 2006). Los historiadores chilenos
tual controversy that opposed diverging views. The Historians’ tomaron parte a través de una polémica intelectual que opuso 1 Agradezco a la profesora
Manifesto was the left and center-left intellectual response to visiones divergentes. El “Manifiesto de Historiadores” fue la res- Gisela Cramer, del Depar-
tamento de Historia de la
the conservative tendency that kept the fatefulness of these puesta de intelectuales de centro e izquierda a la perspectiva Universidad Nacional de
Colombia, por la motiva-
facts. The present document tries to put this controversy in conservadora que sostuvo la inevitabilidad de estos dolorosos ción para redactar este
trabajo.
context, setting it as an example of reflection about the process hechos. El siguiente documento busca contextualizar esta po-
of recovering the collective memory, about the use of history, lémica como ejemplo relevante de reflexión en torno a los pro-
as well as the political reconciliation of countries affected by cesos de recuperación de la memoria colectiva, los usos pú-
dictatorships, wars and human rights violations. blicos de la historia y las políticas de reconciliación en aquellos
Key words países cuyas poblaciones han sufrido los efectos traumáticos
Historiography, Memory, Chile, Coup d’etat, Dictatorship. de guerras, dictaduras y violaciones de los DD.HH.
Palabras clave
Historiografía, Memoria, Chile, Golpe de Estado, Dictadura.

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El 16 de octubre de 1998 el ex dictador chileno Au- Ahora bien, mientras en la superficie del debate público
gusto Pinochet (1915-2006) fue detenido por agentes de era puesta a prueba la posibilidad de juzgar extraterritorialmen-
Scotland Yard en Londres acusado de genocidio, terrorismo y te crímenes de lesa humanidad, en el fondo la conciencia co-
tortura. La orden de detención internacional fue emitida por el lectiva chilena había llegado a un punto álgido en la recupera-
juez español Baltasar Garzón quien aprovechó que Pinochet ción de la memoria del golpe de Estado y la dictadura, proceso
había ido a la capital inglesa para una visita privada, la cual que recibió desde 1990 el espaldarazo del gobierno de transi-
culminó en una intervención quirúrgica, siendo incapaz de in- ción democrática de Patricio Aylwin. Esta dolorosa elaboración
vocar inmunidad diplomática. social fue atizada por el propio Pinochet con la publicación de
Como senador vitalicio y frecuente visitante de Gran su Carta a los chilenos (diciembre de 1998) redactada durante
Bretaña, Pinochet había logrado evadir en 1991, 1994, 1995 y su detención en Gran Bretaña (Pinochet, 1998).
1997 otros intentos de detención por parte de las autoridades La carta, -una apología del Coup d’État y el régimen
inglesas en respuesta infructuosa a presiones de los grupos militar-, coincidió con la aparición por fascículos en el perió-
internacionales de defensa de los DD.HH y las organizaciones dico “La Segunda” de una Historia de Chile sobre el período
de familiares de los desaparecidos y torturados durante su ré- 1964-1973 con la rubrica del historiador conservador Gonzalo
gimen. Mientras Pinochet permanecía detenido en el hospital Vial. La sesgada interpretación histórica realizada por Vial de
Groveland Priory a la espera de una apelación en la Cámara de los acontecimientos que desembocaron en el derrocamien-
los Lores, en Chile la Agrupación de Familiares de Detenidos y to de Salvador Allende (1908-1973) y el mensaje de la Carta
Desaparecidos manifestaba su complacencia por el arresto del motivaron una importante controversia intelectual en la cual
ex jefe de Estado y un multitudinario festejo convocado por las un grupo notable de historiadores chilenos izquierdistas y de
fuerzas de izquierda del país reunió a más de 30.000 personas centro redactaron y firmaron un “Manifiesto de Historiadores”
en el Parque O’Higgins de Santiago para celebrar el hecho. Sin (Grez, Salazar, 1999). El “Manifiesto”, reproducido en varios pe-
embargo, el día 30 del mismo mes, a Pinochet le fue concedida riódicos, propició un aumento en el número de sus firmantes e
la libertad bajo fianza con la condición de que permaneciera importantes adhesiones en el extranjero, entre ellas la de des-
confinado en los límites del Groveland Priory bajo estrecha vigi- tacados historiadores norteamericanos quienes denunciaron el
lancia policial, para luego ser trasladado a su nueva residencia encubrimiento y distorsión de la intervención norteamericana
en Virginia Waters, condado de Surrey. en Chile por parte de su propia historiografía y de ciertas auto-
Entre tanto, la orden de extradición emitida por el juez ridades del gobierno de EE.UU (Albuquerque, 2007).
Garzón para juzgar a Pinochet en tribunales españoles había El propósito de este trabajo consiste en examinar el
seguido su curso. Esta petición internacional desató una agria contexto y las ideas intercambiadas en este debate público,
polémica desarrollada con virulencia al año siguiente, la cual encuadrándolo como un ejemplo relevante de reflexión en tor-
se apaciguó con el desafuero de Pinochet en Chile en 2000 no a los procesos de recuperación de la memoria, los usos pú-
y la muerte del ex dictador en 2006. La polémica involucró a blicos de la historia y las políticas de reconciliación en aquellos
los gobiernos Inglés, Español y Chileno, al Vaticano y a sec- países cuyas poblaciones han sufrido los efectos traumáticos
tores políticos de los EE.UU., además de grupos de presión, de guerras, dictaduras y violaciones de los DD.HH.
manifestantes y amplias capas de la población de distintas Sin duda, rescatar la memoria de las víctimas y fomen-
vertientes ideológicas que discutieron la conveniencia de juz- tar procesos de justicia social allí donde los regímenes políticos
gar a Pinochet fuera del territorio chileno y la válidez de su in- han usado la violencia para perpetuarse son actividades ínti-
munidad como ex jefe de Estado para evadir las acusaciones mamente relacionadas e implican la intervención de historiado-
de violación de los DD.HH.

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res comprometidos con su realidad social. El estudio del caso sin que exista por lo mismo la más remota posibilidad
chileno puede iluminar la situación colombiana en un momen-
de que quienes me prejuzgan y condenan lleguen a
to donde las acciones de justicia y reparación en el marco de
comprender nuestra historia y a entender el espíritu de
nuestro conflicto interno han sido insuficientes y están lejos de
mitigar el dolor producido por las heridas de la guerra. lo que hicimos. Soy absolutamente inocente de todos
los crímenes y de los hechos que irracionalmente se me
La Carta a los Chilenos imputan. Sin embargo, temo que quienes lo hacen nun-
y los fascículos de Vial ca estuvieron ni estarán dispuestos a darse a la razón y
aceptar la verdad
La Carta a los Chilenos, escrita por Pinochet en di-
(Pinochet, 1998, párr. 17).
ciembre de 1998 durante su detención en Londres, es una
justificación de las motivaciones del ex dictador y de las Fuer-
zas Armadas chilenas para intervenir “aquel histórico 11 de
La retórica de Pinochet buscaba, por supuesto, mo-
septiembre”, día del derrocamiento del presidente Salvador
vilizar a sus simpatizantes en el país austral y cuestionar la
Allende Gossens. Como tal, es una defensa de sus acciones
capacidad de un juicio internacional en España. No obstante,
de gobierno e invoca una interpretación de la historia chilena
como documento histórico, la “Carta” significa el despliegue
fuertemente enraizada en la lógica dicotómica de la Guerra
de esta lógica dicotómica en tanto la historia chilena contem-
Fría. Para Pinochet, su situación de detención así como las
poránea es asimilada a una epopeya:
amenazas comunistas que acecharon al país austral en la dé-
cada de 1970 tienen la forma de un complot internacional
organizado por sus enemigos derrotados en suelo chileno:
Soy un hombre que pertenece a un tiempo histórico
y a unas circunstancias muy concretas. El siglo que
He sido objeto de una maquinación político-judicial, ya termina bien podría ser definido como uno de los
artera y cobarde, que no tiene ningún valor moral. más crueles que la humanidad haya conocido. Dos
Mientras en este continente, y específicamente en los atroces guerras mundiales y una guerra ideológica
países que me condenan mediante juicios espurios, el que sojuzgó a más de media humanidad lo han
comunismo ha asesinado a muchos millones de seres marcado profundamente al confrontarse dos visiones
humanos durante este siglo, a mí se me persigue por absolutamente opuestas. El dilema era; o vencía la
haberlo derrotado en Chile, salvando al país de una concepción cristiana occidental de la existencia para
virtual guerra civil. Ello significó tres mil muertos, de que primara en el mundo el respeto a la dignidad
los cuales casi un tercio son uniformados y civiles que humana y la vigencia de los valores fundamentales de
cayeron víctimas del terrorismo extremista. Soy falsa- nuestra civilización; o se imponía la visión materialista
mente juzgado en numerosos países europeos, en una y atea del hombre y la sociedad, con un sistema
operación dirigida por quienes se dicen mis enemigos, implacablemente opresor de sus libertades y de sus
derechos (Pinochet, 1998, párr. 6).

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Para Pinochet, como para muchos de los sectores minaba a Chile, a su vocación de libertad y sus instituciones
de élite militar y civil que se beneficiaron con su dictadura, la democráticas en la década de 1970, era una calamidad forá-
presidencia de Allende y su derrocamiento fueron un punto nea, proveniente de la órbita soviética.
de fractura que rompió en dos la historia chilena. Un antes, Resulta interesante que las líneas generales de este
dejado atrás, encarnado por fuerzas ideológicas oscuras re- discurso, plenamente ideológico en cuanto a un esquema de
presentadas por el comunismo, y un después como proyecto contradicción irreconciliable entre opuestos, se hallan insertos
de reconstrucción nacional: en la construcción historiográfica de los fascículos de la His-
toria de Chile elaborados por el historiador Gonzalo Vial. Vial,
fundador de las revistas “Portada y Qué Pasa”, -publicaciones
Todo lo que hice como soldado y como gobernante alineadas con el régimen de Pinochet-, integró en 1990 la Co-
misión Nacional de Verdad y Reconciliación, organismo creado
lo hice pensando en la libertad de los chilenos, en su
durante la presidencia de Patricio Aylwin para esclarecer las
bienestar y en la unidad nacional, objetivos superio-
violaciones a los DD.HH ocurridas entre el 11 de septiembre
res al logro de los cuales, quienes actuamos el 11 de de 1973 y el 11 de marzo de 1990. También conocida como
septiembre, consagramos todos nuestros desvelos. No Comisión Rettig, pues estuvo presidida por el jurista, ex par-
hicimos promesas. Sólo nos propusimos transformar a lamentario y militante radical Raúl Rettig, este organismo pro-
2 El Informe de la Comisión
Nacional de Verdad y Recon- Chile en una sociedad de hombres libres y democráti- dujo el llamado “Informe Rettig”, primer reporte oficial de las
ciliación (Informe Rettig) detenciones, torturas y desapariciones sistemáticas cometidas
fue entregado al presidente ca, donde a sus ciudadanos se les respetara el derecho
Patricio Aylwin el 8 de febrero durante los 17 años de régimen militar.2
de 1991 tras nueve meses de a crear y emprender libremente sus iniciativas, para
investigación. Tuvo en cuenta Sin embargo, el Informe Rettig fue criticado por su
3550 denuncias de las cuales que se hicieran dueños de sus propios destinos y no inexactitud ya que ignoró muchos casos testimonialmente
2296 fueron consideradas
casos calificados. esclavos del Estado y menos de otras naciones. Nos comprobados como veraces y, sobretodo, por la tergiversa-
3 Diversos organismos de propusimos hacer de Chile una gran nación y creemos ción y desvirtuación de ciertos hechos investigados por parte
DD.HH. revisaron el Informe
Rettig para corregirlo y preci- firmemente haber contribuido a lograrlo, sin perjuicio de miembros de la Comisión, con especial protagonismo del
sarlo. Los resultados pueden historiador Vial.3 En 1990, en aquellos momentos en los que
estudiarse en: COMISIÓN de que algunos países en el mundo aún no lo valoran,
CHILENA DE DERECHOS se preparaba para ofrecer sus servicios a la Comisión, Vial
HUMANOS. como no valoran que después de una transición pací-
admitió su autoría en el “Libro Blanco”, documento que pre-
fica nuestro país tenga hoy un verdadero régimen de- tendió probar un plan comunista para desatar una guerra civil
mocrático, en el que todas sus instituciones funcionan en Chile, -el llamado Plan Z-. Aunque se ha probado que el
plenamente (Pinochet, 1998). “Plan Z” fue propaganda para justificar la represión masiva
de chilenos en la etapa más temprana de la dictadura, Vial
insistió en la veracidad de las informaciones allí contenidas
Así, el bombardeo del Palacio de la Moneda cobra (Moraga, 1999, pp. 77-80).
la trascendencia de un acto de refundación, de una “gesta”, Aparte del cuestionamiento de las calidades éticas de
producto de una situación de choque definitiva entre dos fuer- este historiador, los argumentos historiográficos esgrimidos
zas antagónicas. Pero también, Pinochet delineó en su Carta por Vial y criticados por los firmantes del “Manifiesto de Histo-
un discurso nacionalista que fijó límites entre un adentro y un riadores” pueden resumirse en las siguientes tesis:
afuera, un nosotros y un ellos. El mal comunista que conta-

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a. La polarización política de Chile se produjo a par- traumáticos acontecimientos en una escala temporal amplia
surgió la posibilidad de deshacer la idea de que el régimen
tir de la década de 1960 por la implementación de
militar fue necesario y pudo propiciarse la recuperación de
“planificaciones globales” dirigidas por la Demo-
una memoria histórica y popular más profunda.
cracia Cristiana y la Unidad Popular “contra” los
agricultores y sectores patronales vinculados a la El Manifiesto de Historiadores
derecha.
b. La “violencia” se introdujo por la vía del “gueva- La publicación del “Manifiesto” en 1999 significó la
entrada de la historia y los historiadores chilenos en las discu-
rismo”. Su objetivo fue la división de las fuerzas
siones colectivas que valoraban la experiencia del golpe mili-
armadas y la profundización del ataque contra los
tar y el régimen en Chile. Fue motivado directamente por los
patrones. textos de Pinochet y Vial pero pretendió denunciar, de manera
c. La derecha se polarizó como reacción ante lo an- más general, un
terior y ante la “horrible perspectiva” del triunfo
de Allende.
d. Las Fuerzas Armadas eran legalistas pero debieron “recrudecimiento notorio de la tendencia de algunos
intervenir cuando la “ilegalidad se usó como siste- sectores de la sociedad nacional a manipular y acomo-
4 Por la misma senda argu-
ma” y ante la perspectiva de una guerra civil. dar la verdad pública sobre el último medio siglo de la mentativa, en su Carta a los
chilenos, Pinochet afirmó:
e. Por la periodización del trabajo de Vial, historia de Chile, a objeto de justificar determinados “Frente a la dramática en-
crucijada en que fue puesto
1964-1973, se excluye todo juicio histórico sobre hechos, magnificar ciertos resultados y acallar otros; nuestro país por el gobierno
de la Unidad Popular me
las acciones de la Junta Militar que, presidida por casi siempre, con el afán de legitimar algo que es difí- resistí a actuar hasta el final,
no obstante el clamor ciuda-
Pinochet, gobernó a Chile desde 1973 a 1990 cilmente legitimable y tornar verdadero u objetivo lo dano que golpeaba las puertas
de los cuarteles pidiendo
(Moraga, 1999, pp. 77-80). que no lo es, o es sólo la autoimagen de unos grupos” nuestra intervención. Esperé
no por temor sino por una
(Grez, Salazar, 1999, p. 7). secreta esperanza de que se
pudiera superar pacíficamente
aquella extrema situación de
Las tesis de Vial reelaboran la idea de una contamina- crisis institucional, que fuera
denunciada por la Excelen-
ción exterior del sistema sociopolítico y económico chileno, y El Manifiesto es una sentida interpretación de la his- tísima Corte Suprema de
Justicia, la Honorable Cámara
muestran la intervención violenta de la derecha como simple toria chilena desde corrientes ideológicas de izquierda y de de Diputados y otros órganos
reacción a políticas y actores sociales desestabilizadores. La centro, pero también es la revelación de las difíciles condicio- de nuestra institucionalidad.
Nadie mejor que un soldado
acción militar queda justificada en esta visión, como también nes para el ejercicio profesional en este país austral durante sabe cuán incontrolables son
los enfrentamientos armados
en la de Pinochet, en la medida en que las Fuerzas Armadas la dictadura, período donde hacer historia desde posiciones cuando no se combate contra
son concebidas como la verdadera reserva de moralidad y le- contestatarias significó un gran riesgo personal o sencillamen- un ejército regular. No fue
posible evitarlo y, finalmente,
galidad en los dramáticos instantes que precedieron al golpe te la marginalidad laboral y el ostracismo académico. Por otra tuvimos que asumir la conduc-
ción del país aquel histórico
militar de 1973: los militares tuvieron que actuar violentamen- parte, ya en el debate subsecuente, el “Manifiesto” activó la 11 de septiembre”.
(Pinochet, 1998).
te aún a pesar de sus propios deseos.4 No obstante, la crítica recuperación de una tradición historiográfica que, bajo el to-
más importante que van a dirigir los historiadores firmantes talitarismo, se empeñó en reconstruir la memoria de las clases
del Manifiesto cuestionará la perspectiva inmediatista acerca populares con una gran profundidad histórica, lo que permitió
de las causas del golpe y el régimen. Al ser colocados esos a sus autores cuestionar los asertos de Pinochet y Vial ubi-

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cando los acontecimientos del golpe militar y la dictadura bajo c. Los militares no pueden calificarse como “reserva moral
una óptica de largo plazo, encuadre que coadyuvó a rastrear de la nación” allí donde empuñaron sus armas contra
complejos procesos sociales y determinar causalidades que casi la mitad de sus connacionales, violando sistemá-
5 El Manifiesto de Historiadores
fue firmado inicialmente el partían desde el siglo XIX.5 ticamente los DD.HH. e instalando autoritariamente “un
25 de enero de 1999 por once Los firmantes del Manifiesto criticaron y respondieron a régimen laboral que descansa en la masiva precarización
doctores en historia: Mario
Garcés Durán, Sergio Grez las “verdades históricas” y a la retórica nacionalista contenida en del empleo y en un hipermercantilizado sistema de edu-
Toso, María Eugenia Hor-
vitz, María Angélica Illanes, la “Carta a los Chilenos” mediante los siguientes argumentos: cación” (Grez, Salazar, 1999, p. 12).
Leonardo León Solís, Pedro
Milos, Julio Pinto Vallejos, Ar-
mando de Ramón Folch, Jorge a. La justificación de la intervención militar el 11 de sep- En forma más detallada, los firmantes del Manifiesto
Rojas Flores, Gabriel Salazar
Vergara y Verónica Valdivia tiembre de 1973 está lejos de ser una “gesta, hazaña o están de acuerdo con los siguientes puntos para controvertir
Ortiz de Zárate. Luego
fomentó múltiples adhesiones epopeya nacional”, en tanto implicó una acción armada las tesis del historiador Gonzalo Vial:
de académicos, directivos, de un sector de chilenos contra otro sector, conforman-
licenciados y magisters en
historia así como de organiza- do una verdadera lucha de facciones donde resultaron
ciones estudiantiles. Poste-
riormente, recibió adhesiones vencedores y vencidos.
internacionales y motivó una
réplica de Gonzalo Vial, una a. La polarización política chilena en las década
respuesta de los firmantes b. La crisis política y económica que antecedió al golpe
del Manifiesto a dicha réplica, de 1960 y 1970 no se debió al carácter
y varios artículos académicos militar no fue obra exclusiva del gobierno de la Unidad
de opinión entre los cuales “intransigente” de las planificaciones globales
destaca el de Sergio Villalobos Popular sino que respondió a procesos históricos de lar-
Rivera, uno de los historiado- ga duración que pueden rastrearse desde el siglo XIX. introducidas desde 1964, sino al efecto acumulado
res más importantes de Chile.
Como afirman los autores del Manifiesto: de la estagnación económica y la crisis social
arrastrados desde principios del s. XX.
De hecho, la Unidad Popular administró (y precipitó) b. La radicalización política de sectores relevantes
una crisis que tenía no sólo carácter político sino tam- de la juventud chilena y la izquierda no ocurrió
bién, y sobretodo, económico y social, la cual se había debido al “embrujo” del guevarismo sino a
larvado cuando menos un siglo antes, lapso en el que la la permanente verificación del fracaso de los
responsabilidad histórica no cabe imputarla ni al mar- gobiernos radicales de Carlos Ibáñez y Jorge
xismo ni a los partidos de centro izquierda, sino a la Alessandri, quienes reprimieron violentamente los
longeva rotación e inepcia gubernamental de las élites movimientos de protesta social surgidos durante
oligárquicas de este país. Es preciso considerar que las su permanencia en el poder.
crisis “pre-populistas” de 1851, 1859, 1890-1891, c. La implementación de reformas estructurales en
1907-1908, 1924, 1930-1932 y las crisis “desarrollis- Chile durante la década de 1960 no se debió a
tas” de 1943, 1947, 1955, 1962 y 1967-1969 revelan, un intento de desestabilización de los sectores
en conjunto, que el daño estructural causado por un patronales sino a la necesidad de remover intereses
siglo de gobiernos oligárquicos y neo-oligárquicos era dañinos que promovían el subdesarrollo y la
de difícil remonte por vías democráticas… explotación laboral en el agro chileno.
(Grez, Salazar, 1999, pp. 10 - 11).

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d. La resistencia patronal a las reformas no fue una trabajar agazapada durante el régimen y muchos historiado-
res perdieron la vida, fueron torturados o censurados (Grez,
reacción ocurrida en la década de 1970 sino la
Salazar, 1999, pp. 29-37).
escalada de una actitud que había sido sufrida
Ahora, la tremenda importancia de este debate en el
ya por los gobiernos radicales anteriores a la contexto de la detención de Pinochet y la revulsión sociopo-
presidencia de Allende. lítica y cultural de este acontecimiento fomentó un número
e. La votación lograda por la Unidad Popular en importante de adhesiones internacionales entre las cuales
marzo de 1973 motivó que las fuerzas de derecha puede destacarse la de un grupo de doctores en historia
adscritos a distintas universidades de EE.UU. Esta adhesión
desecharan el trámite parlamentario para impulsar
es muy significativa pues ocurrió en un momento en el cual
el golpe militar.
el gobierno de Bill Clinton era presionado para que ordena-
f. Las Fuerzas Armadas no intervinieron para ra la desclasificación de documentos secretos que pudieran
reimponer la Constitución ni convocar a la aclarar la intervención de los EE.UU en Chile y su verdadera
ciudadanía a una Asamblea Nacional para discutir influencia en el golpe militar de 1973.
otra Constitución, sino que lo hicieron para “destruir
el poder político de la Izquierda y aun (si se analiza La adhesión de los
6 Esta adhesión fue firmada,
historiadores estadounidenses.6 inicialmente, por 35 doctores
finamente) del Centro, a cuyo efecto consumaron en historia de distintas univer-
sidades de EE.UU. Entre ellos
una masacre y una violación de derechos humanos y La Carta de Adhesión Norteamericana al “Manifiesto pueden mencionarse en forma
aleatoria a Jeremy Adelman (U.
civiles sin parangón en la historia de Chile” de Historiadores Chilenos” constituye la explícita admisión, a la de Princeton), A.J. Bauer (U.
de California, Davis), Virginia
(Grez, Salazar, 1999, pp. 14-16). luz del trabajo historiográfico sobre historia de Chile y América M. Bouvier (U. de Maryland),
Latina, de la intervención norteamericana de EE.UU. como una Linda Hall (U. de Nuevo Méxi-
co), Thomas Klubock (U. de
fuerza importante en la construcción de la historia de nuestro Georgetown), James Wood (U.
de Carolina del Norte, Chapell
continente, cuestión alentada por la detención de Pinochet y el Hill), entre otros.
La contundencia de los anteriores argumentos generó silencio del gobierno norteamericano ante este suceso:
una airada respuesta de Gonzalo Vial que fue publicada en el
periódico “La Segunda” el 12 de febrero de 1999, en la cual
descalificó a los firmantes del “Manifiesto” por su afiliación Con base a nuestras investigaciones y a la enseñanza
izquierdista y sostuvo, dada su participación en la Comisión
que apuntan al conocimiento del Chile del siglo
Rettig, que esta corriente ideológica no había realizado en
historiografía ningún estudio provechoso de la protesta so- XX, afirmamos enfáticamente que tenemos una gran
cial en Chile ni de la represión en el período 1973-1990. La responsabilidad en la construcción de la historia
réplica de los mismos autores del “Manifiesto”, publicada en de este país, tanto por la intromisión del gobierno
los diarios “La Nación” y “El Siglo” los días 7 y 9 de abril de estadounidense en los acontecimientos chilenos del
1999 respectivamente, realizó un detallado recuento de las
último medio siglo, como por su actual silencio
corrientes historiográficas chilenas de izquierda y su trabajo
frente a la detención de Pinochet en Londres. Aquí
para recuperar la memoria histórica de los sectores popula-
res y subordinados. Así, según los autores de esta réplica, la en los Estados Unidos, la posibilidad de vernos en el
propia memoria historiográfica de izquierda en Chile tuvo que

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espejo de nuestra propia historia depende de nuestra del Departamento de Estado de no opinar en el
capacidad de aceptar esta realidad y combatir la caso Pinochet, tapa con un silencio profundo la
tergiversación y parcialización de la historia oficial responsabilidad de los colaboradores estadounidenses
chilena y latinoamericana en general. en los crímenes realizados por el ex general. Antes
(Grez, Salazar, 1999, 39). estas versiones que siguen transmitiendo algunos
comentaristas norteamericanos sobre la historia chilena
de los últimos años, no queda sino denunciarlas como
La tergiversación de la historia chilena provenía direc-
falsas y aguardar la apertura de documentos oficiales
tamente de voceros del gobierno Estadounidense y de algu-
nas editoriales de los periódicos nacionales que instaban a para así confirmar los detalles de esta intervención
sectores interesados a mantener hipócritamente una posición (Grez, Salazar, 1999, pp. 40-41).
“anti-intervencionista” respecto a la cuestión de la detención
de Pinochet. Más aún: Curiosamente, en las aseveraciones
históricas breves y superficiales que sustentan estos argu- La presión por la desclasificación de documentos
mentos, se notan paralelos interpretativos con las posiciones secretos provenientes de la CIA enmarca esta denuncia de
tomadas por los partidarios del régimen militar. Junto con la manipulación de la historia chilena reciente por parte de
culpar a la Unidad Popular por el golpe que le vino encima, ciertos grupos gubernamentales de EE.UU. Aunque el caso
estos análisis nos agobian con elogios a los logros económi- Pinochet promovió que la opinión pública norteamericana exi-
cos del régimen militar, como si nada tuviera que ver con las giera que el gobierno Clinton (1993-2001) liberara miles de
violaciones a los derechos humanos cometidos para lograr tal documentos de la CIA, la propia memoria colectiva de ese
“milagro económico”. país tenía deudas directas con los sucesos de Chile. Hasta
La adhesión norteamericana, con mayor fuerza que el ese momento quedaba mucho por aclarar respecto a los ase-
mismo “Manifiesto”, liga la memoria histórica de la interven- sinatos de los ciudadanos estadounidenses Frank Teruggi y
ción de EE.UU con los procesos de justicia social y asignación Charles Horman por agentes del régimen y sobre los hechos
de responsabilidades que pudieran promoverse con la deten- relacionados con la muerte de Ronni Moffit, la acompañante
ción de Pinochet: de Orlando Letelier, ex-ministro de Allende, el día de su aten-
tado en Washington (21 de septiembre de 1976).7
En febrero de 1999, Clinton ordenó a las agencias de
Pero esta versión tan estadounidense de la historia
7 El 13 de febrero de 2000 el seguridad de su país recuperar y desclasificar los documen-
New York Times anunció la chilena- que con supuesta “objetividad” culpa
desclasificación de valiosos tos que dieran detalles sobre los abusos de derechos huma-
documentos referidos a igualmente al ex general Pinochet y al difunto nos, terrorismo y otros actos de violencia política en el país
los asesinatos de Horman y
Teruggi. Presidente Allende por los males sucedidos en los años austral. Cuando la CIA se negó a cooperar esta respuesta
setenta- esconde cínicamente la activa participación del provocó una fuerte campaña pública en Washington liderada
gobierno de los Estados Unidos y las corporaciones por Peter Kornbluh, director del programa “Chile Documen-
tation de los National Security Archives”. Sólo hasta el 2000,
multinacionales en la creación y la trayectoria del
previo condicionamiento del financiamiento de esta agencia
régimen militar. La referida manipulación de la
de inteligencia, se nombró una Comisión del Congreso para
historia no solamente pasa por alto esta intervención investigar con mayor detalle que su predecesora de la déca-
ya comprobada, sino que, ligada a la posición oficial da de 1970, la Comisión Church, las acciones de la CIA en

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Chile. Los resultados están resumidos en lo que se conoce bres y las mujeres apenas podemos tolerar ciertos niveles de
como el Informe Hinchey (Congreso de los Estados Unidos contradicción entre la realidad y los discursos que la justifican.
de América, 2000). Más allá, cuando la distancia entre los dos se transforma en
un abismo, comenzamos a vagar por la senda de la locura.
Conclusión Y la muerte, convertida en una ofensa, se torna natural e,
8 Esta cita es tomada de la
incluso, necesaria.9 “Apologie pour l’histoire ou
En 1942, atrapado en un campo de concentración La historia y los historiadores envueltos en procesos métier d’historien” publicado en
español con el título de Bloch,
nazi en medio de la Gran Guerra europea, el historiador fran- de justicia social dirigidos a promover la convivencia equita- M. Introducción a la historia.

cés Marc Bloch escribía en su testamento intelectual: tiva entre los miembros de una sociedad tienen un enorme 9 ¿Cuántos en Colombia no nos
hemos sorprendido a nosotros
compromiso con la recuperación de ciertos tipos de memoria mismos aprobando el castigo
ocultos y menospreciados. Ello no responde al mero deseo de los verdugos cuando se
comete una masacre o un ase-
“Cada vez que nuestras estrictas sociedades, de construir objetos de estudio exóticos o a la satisfacción de sinato selectivo? ¿No hemos
dicho que muchos han sido
algún esnobismo intelectual. Como ilustra la situación de Chi-
que se hallan en perpetua crisis de crecimiento, se asesinados porque “hicieron
algo que lo merecía”?
le, la recuperación de la memoria, la verdad y la justicia social
ponen a dudar de sí mismas, se las ve preguntarse si
están íntimamente ligadas. En los países de América Latina, 10 Un interesante artículo referi-
han tenido razón al interrogar a su pasado o si lo han acostumbrados a tantas injusticias, el ejercicio de la historia
do a los aspectos psicológicos
de la memoria colectiva del
interrogado bien”8 por esta vía resulta de enorme utilidad y está lejos de ser con- Golpe de Estado en MANZI,
Jorge et. al. (2004). Memoria
(Bloch, 1949/2006, p. 11). finado a un pasado remoto sin conexión con el presente. colectiva del Golpe de Estado
de 1973 en Chile. Revista
La publicación del “Manifiesto de Historiadores” fue la Interamericana de Psicología.
38, (2), pp. 153-169.
expresión de un malestar refundido hondamente en los hilos
En las terribles circunstancias que culminaron con el de una memoria despreciada. El ocultamiento sistemático de
fusilamiento de Bloch, el historiador apenas podía imaginar las violaciones de los DD.HH. por parte del régimen de Pi-
que muchos años después, en un pequeño país del cono sur nochet afectaba profundamente la salud del pueblo chileno
americano, el olvido –como recurso último de distorsión de la y, por ende, su desenvolvimiento existencial.10 Igualmente,
memoria- sería la manera predilecta por los poderosos para la invisibilización de un trabajo histórico de resistencia que
reconciliarse con un pasado doloroso y a la vez reproducir muchos honraron con sus vidas debió aflorar en medio del
sus privilegios. doloroso ajuste de cuentas de esa nación con su pasado. En
El caso de Chile, -así como el Sudáfrica o Guatema- forma complementaria, superando la esquemática oposición
la-, nos muestra, sin embargo, que la legitimidad que justifi- entre opresores y oprimidos, hasta la memoria colectiva esta-
ca a una nación como comunidad de destino exige un cierto dounidense necesitó clarificar el grado de participación de su
grado de veracidad en relación con su propio pasado. Las gobierno y ciertas multinacionales en los infames hechos que
distorsiones, las mentiras o los ocultamientos no tienen sólo condujeron al derrocamiento de Allende y la dictadura militar.
el objetivo de justificar un orden de privilegios. También ten- Así, es preferible preguntarse en los momentos de in-
sionan los límites morales y permiten la asunción del horror certidumbre si uno ha tenido razón al interrogar la historia o si
como recurso válido para someter a otros. Pero la salud de la ha interrogado bien, que confinarla al olvido y arriesgarse a
las sociedades humanas y las instituciones que toman este convivir con el horror y la locura.
camino pronto se ven afectadas por el sin sentido. Los hom-

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