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MANIFESTAMOS
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la hospitalización segura de los inválidos y ²lo que es peor aún² el lugar en donde todas las formas
de tiranizar y de insensibilizar hallaron la cátedra que las dictara.
Las universidades han llegado a ser así fiel reflejo de estas sociedades decadentes, que se empeñan
en ofrecer el triste espectáculo de una inmovilidad senil. Por eso es que la ciencia frente a estas
casas mudas y cerradas, pasa silenciosa o entra mutilada y grotesca al servicio burocrático y de
quienes se han servido de ella y engordado en sus puestos.
Cuando en un rapto fugaz abre sus puertas a los altos espíritus es para arrepentirse luego y hacerles
imposible la vida en su recinto. Por eso es que, dentro de semejante régimen, las fuerzas naturales
llevan a mediocrizar la enseñanza, y el ensanchamiento vital de los organismos
universitarios no es el fruto del desarrollo orgánico, sino el aliento de la
periodicidad revolucionaria´
³/D MXYentud centroamericana y universitaria de Córdoba, por intermedio de su
federación, saluda a los compañeros de la América toda y les incita a colaborar en la
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A 92 años de esa gesta histórica, las razones que motivaron a los estudiantes cordobeses a
pronunciarse en aquel entonces de esa manera categórica, nuevamente están vigentes: la
Universidad en nuestros países latinoamericanos caribeños, y muy especialmente la
Universidad de San Carlos de Guatemala, aparece al margen de los intereses
nacionales y populares, descomprometida con el presente y el futuro de nuestros
países y al margen de la lucha por la integración de la Patria Grande.
Tras más de dos décadas de feroz neoliberalismo, la educación se deterioró en todos sus niveles y la
ola privatista aún sigue ocupando espacios destacados en muchos países de la región y la
Universidad de San Carlos en Guatemala cuya administración al frente del Rector Estuardo Gálvez
Barrios no es la excepción.
¿No es hora de preguntarnos qué Universidad realmente queremos y necesitamos?, ¿qué rol debe
ocupar la universidad en nuestra América Latina Caribeña que comienza a integrarse y a romper
con el neoliberalismo en decadencia?, ¿puede la Universidad aportar en la lucha contra los flagelos
que padecen nuestras sociedades: pobreza, exclusión, falta de desarrollo, inequidad en la
distribución de las riquezas, dependencia tecnológico-científica, fuga de cerebros,
desindustrialización, pérdida de soberanía y de control sobre los recursos naturales?
En aquellos países donde se han roto las cadenas del neoliberalismo y aparecen proyectos
nacionales es de vital importancia contar con una Universidad que responda a esos proyectos
liberadores ³(O YLQR QXHYR QR SXHGH JXDUGDUVH HQ RGUHV YLHMDV´, enseñaba hace más de
dos mil años el maestro Nazareno.
¿La Universidad actual dará los técnicos, ingenieros, científicos, químicos, maestros, matemáticos,
agrónomos, arquitectos y tantos otros profesionales que realmente necesitamos?, ¿no será preciso
crear nuevas carreras, potencializar otras, desestimular algunas, cambiar los programas
radicalmente en algunos casos o modificarlos en otros retomando o fortaleciendo su papel social?
¿Y los docentes actuales, formados en una Universidad al servicio de los intereses
antinacionales, contrainsurgentes y oligárquicos no deberán, en muchos casos,
revalorar sus títulos adaptándolos al proyecto soberano y popular? ¿Seguiremos
formando a nuestros economistas con los manuales del neoliberalismo, a los historiadores con los
textos de la historia oficial sacralizados por la cultura dominante, a los médicos bajo el
patrocinio de los laboratorios multinacionales y a los arquitectos para diseñar
casas lujosas?
El movimiento estudiantil centroamericano y latinoamericano caribeño fue duramente golpeado
durante las décadas del neoliberalismo. Es una realidad que la fuerza que tenía el estudiantado de
las décadas de los 60 y 70 está menguada. Pero es cierto también que la juventud de Nuestra
América tiene mucho aún qué decir y hacer.
Los estudiantes en general, y los universitarios en particular, deberán ser artífices
de la nueva sociedad que comienza a configurarse en algunos países de la Patria
Grande;; como asimismo ser protagonistas de las nuevas gestas libertarias y
unionistas que comienzan a recorrer el subcontinente americano. Es urgente que se
produzca una nueva Reforma Universitaria y nadie mejor que los verdaderos estudiantes
universitarios para convocarla. Ya los compañeros secuestrados y asesinados por los tiranos en
1989 en Guatemala nos diseñaron el camino. Por lo que el Frente Estudiantil Universitario-FEU-
de Guatemala y el movimiento estudiantil centroamericano rechaza y le parece burlesco y antiético
el llamado del Consejo Superior Universitario de la Universidad dH6DQ&DUORVHQ*XDWHPDODD³6X
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Ayer los vientos de rebeldía universitaria soplaron desde Argentina. Hoy, desde el
impulso de la Venezuela Bolivariana, haciendo eco hoy en nuestra Centroamérica
obrera, campesina e indígena, aquella que a través del comandante Chávez propone
la Universidad del Sur, se presenta una oportunidad histórica para llamar a la
nueva Reforma Universitaria que necesitamos todos los pueblos de la Patria
Grande.
La dirección de la Reforma Universitaria ya esta dada, y no es la Reforma que propone el Consejo
Superior Universitario de la Universidad de San Carlos en Guatemala en el marco del Consenso de
Washington y el llamado plan estratégico 2000-2022 de corte neoliberal y mercantilista, por lo que
para la Universidad de San Carlos de Guatemala esta puede ser una gran oportunidad de
redireccionar su proyección y sus intereses, de tener una Universidad de Tod@s, sin discriminación
alguna, cerca de los intereses nacionales y populares, comprometida con el presente y
el futuro de nuestro país y de la lucha contra los flagelos que padecen nuestras
sociedades: pobreza, exclusión, falta de desarrollo, inequidad en la distribución de
las riquezas, dependencia tecnológico-científica, fuga de cerebros,
desindustrialización, pérdida de soberanía y de control sobre los recursos naturales
Pero para todo ello es necesaria la consolidación de una nueva y verdadera dirigencia estudiantil
que no solo tenga la palabra, sino la capacidad y proyección política, en donde los elementos del
pasado le brinden el entendimiento del presente y la sagacidad de proyectar el futuro.