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Agujero óptico
Arteria oftálmica
Apófisis clinoides
posterior
Seno cavernoso
Fig. 3.3
Gran parte de la irrigación arterial de la órbita está a cargo de la arteria oftálmica,
esto se debo a las numerosas ramificaciones que presenta:
Arteria lagrimal, se origina de la arteria oftálmica lateral al nervio óptico y recorre
anteriormente la zona lateral de la órbita (fig.3.6). Irriga la glándula lagrimal, los
músculos y las regiones laterales de los párpados. También emite una rama ciliar
anterior para el globo ocular.
Arteria central de la retina, esta arteria se introduce en el nervio óptico para
alcanzar la retina a unos 10 a 12 mm del polo posterior del globo (fig. 3.4). Sus
ramas, 4 arteriolas (dos arterias nasales y dos temporales), emergen en el disco
óptico y se extienden por la cara interna de la retina (fig. 3.5).
Arterias ciliares
posteriores cortas
Fig. 3.6
Arterias ciliares posteriores largas Arteria lagrimal
Arteria supraorbitaria, se origina después de que la arteria oftálmica halla
cruzado superiormente el nervio óptico, se dirige anteriormente por la órbita (fig.
3.7), entre el oblicuo superior y el elevador del parpado (les brinda ramas
musculares), hasta que la abandona por el agujero supraorbitario para luego
irrigar la frente y el cuero cabelludo.
Arteria etmoidal posterior, abandona la orbita por el agujero etmoidal posterior
e irriga las celdillas etmoidales y la cavidad nasal (fig. 3.7).
Arteria etmoidal anterior, sale por el agujero etmoidal anterior, se introduce en
la cavidad craneal donde emite la rama meníngea anterior y continua hacia la
cavidad nasal (por la lámina cribosa) para irrigar el tabique nasal, el seno frontal
y la piel del dorso de la nariz (fig. 3.7).
Fig. 3.7
Arteria etmoidal posterior
Arteria dorsal de la nariz, una de las ramas terminales de arteria oftálmica que
irriga la superficie superior de la nariz (fig 3.10).
Arteria supratroclear, es otra rama terminal de la arteria oftálmica. Abandona
la frente junto con el nervio supratroclear e irriga la frente durante su recorrido
en dirección superior (fig 3.10).
Arteria supratroclear
Arteria dorsal
de la nariz
Fig. 3.10
Venas
En la orbita existen dos conductos venosos:
Vena oftálmica superior, se origina en la región anterior de la orbita debido a la
unión de la vena supraorbitaria y de la vena yugular (fig. 3.11). Discurre por la
parte superior de la órbita y en su trayecto se insertan las venas que acompañan
a las ramas de la arteria oftálmica y las venas de la parte posterior del ojo. Esta
vena abandona la orbita por la fisura orbitaria superior para introducirse en el
seno cavernoso.
Vena oftálmica inferior, es mas pequeña que la vena oftálmica superior. Se
origina anteriormente y recorre por la región inferior de la órbita (fig. 3.11), en su
trayecto recibe venas, que insertan en ella, de los músculos y de parte posterior
del globo ocular. Esta vena abandona la órbita posteriormente y tiene dos
destinos: se une a la vena oftálmica superior para luego unirse juntas al seno
cavernoso y atraviesa sola la fisura orbitaria inferior para unirse al plexo venoso
pterigoideo en la fosa infratemporal.
Drenaje del globo ocular:
Se realiza principalmente por la capa coroidea. En este proceso participan cuatro
venas de gran tamaño, las venas vorticosas (fig. 3.11). Estas venas salen del
globo ocular por cada uno de los cuadrantes posteriores del globo ocular y
drenan en las venas oftálmicas. También existe una vena central de la retina
que acompaña a su arteria.
Fig. 3.11
Aspectos clínicos
Enfermedades obstructivas
El factor de riesgo más importante y relacionado con los fenómenos obstructivos
retinianos es la arteriosclerosis, cuya incidencia aumenta con la edad y se
acelera por enfermedades generales como hipertensión arterial y diabetes
mellitus.
Por un lado, las obstrucciones venosas retinianas son consecuencia en la
mayoría de las situaciones de la compresión que ejercen las arterias sobre las
venas en las zonas de cruce entre ellas, debido al aumento de la rigidez arterial.
La trombosis puede afectar a la vena central de la retina o a algunas de sus
ramas dentro del globo ocular.
Por otro lado, las obstrucciones arteriales retinianas pueden presentarse como
trombosis (relacionadas sobre todo con la arteriosclerosis) o como embolias
(procedentes de las arterias del cuello o del corazón y que alcanzan las arterias
retinianas).
Para ambos casos la agudeza visual pude ser afectada considerablemente,
pérdida de visión completa.