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La sabía decisión del Rey Los tres jóvenes, todavía desconcertados, dieron las

gracias y un fuerte abrazo a su padre. Después, como


Hace muchos años, en un reino muy lejano, vivía un rey flotando en una nube de felicidad, se fueron a sus
viudo con sus queridos hijos los príncipes Luis, Jaime y aposentos con los bolsillos llenos y la cabeza rebosante
Alberto. Los muchachos eran trillizos y se parecían de proyectos para las siguientes cuatro semanas.
muchísimo físicamente: los tres tenían los ojos de un Cuando el reloj marcó las doce en punto los príncipes
azul casi violeta, la piel blanquísima, el cabello abandonaron el palacio, decididos a disfrutar de un mes
ondulado hasta los hombros, y una exquisita elegancia único e inolvidable. Como es obvio, cada uno tomó la
natural heredada de su madre. Desde su nacimiento dirección que se le antojó conforme a sus planes.
habían recibido la misma educación e iguales Luis decidió cabalgar hacia el Este porque allí se
privilegios, pero lo cierto es que aunque a simple vista concentraban las familias nobles más ricas e influyentes
solían confundirlos, en cuanto a forma de ser eran y creyó que había llegado el momento de
completamente distintos. conocerlas. Jaime, como buen vividor que era, se fue
Luis era un joven un poco estirado, superficial y de directo al Sur en busca de sol y alegría. ¡Necesitaba
gustos refinados que se preocupaba mucho por su juerga y sabía de sobra dónde encontrarla! A diferencia
aspecto. ¡Nada le gustaba más que vivir rodeado de de sus hermanos, Alberto concluyó que lo mejor era no
lujos y adornarse con joyas, cuanto más grandes mejor! hacer planes y recorrer el reino sin un rumbo fijo, sin un
Jaime, en cambio, no concedía demasiada importancia destino en concreto al que dirigirse.
a las cosas materiales; él era el típico bromista nato que Un día tras otro las semanas fueron pasando hasta que
irradiaba alegría a todas horas y que tenía como objetivo por fin llegó el momento de regresar y presentarse en
en la vida trabajar poco y divertirse mucho. Alberto, el el salón del trono para dar cuentas al rey. Con diferencia
tercer hermano, era el más tímido y tranquilo; de unos minutos los príncipes saludaron a su padre,
apasionado del arte y la cultura, solía pasar las tardes quien les recibió con cariñoso achuchón.
escribiendo poemas, tocando el arpa o leyendo libros – Sed bienvenidos, hijos míos. ¡No os imagináis lo
antiguos en la fastuosa biblioteca del palacio. mucho que os he echado de menos! Este castillo estaba
El día que cumplieron dieciocho años el monarca quiso tan vacío sin vosotros… ¿A qué esperáis para contarme
hacerles un regalo muy especial, y por eso, después de vuestras aventuras? ¡Me tenéis en ascuas!
un suculento desayuno en familia, los reunió en el salón Luis estaba entusiasmado y deseando ser el primero en
donde se celebraban las audiencias y los actos más relatar su historia. Mirando a su padre y sus hermanos,
solemnes. Desde su trono de oro y terciopelo rojo miró se explayó:
feliz a los chicos que, situados de pie frente a él, se – ¡La verdad es que yo he tenido un viaje
preguntaban por qué su padre les había convocado a esa magnífico! No tardé más de un par de jornadas en
hora tan temprana. llegar a la ciudad más próspera del reino.
– Hijos míos, hoy es un día clave en vuestra vida. Parece – ¡Caramba, eso es estupendo! ¿Y qué tal te recibieron?
que fue ayer cuando vinisteis al mundo y miraos – ¡Uy, maravillosamente! En cuanto se enteraron de mi
ahora… ¡ya sois unos hombres hechos y derechos! El presencia los aristócratas me agasajaron con desfiles,
tiempo pasa volando ¿no es cierto?… fuegos artificiales y todo tipo de festejos. Además,
La emoción quebró su voz y tuvo que hacer una como es natural, el tiempo que permanecí allí me alojé
pequeña pausa antes de poder continuar su discurso. en elegantes palacetes, degusté exquisitos manjares, y
– He de confesar que llevo meses pensando qué me presentaron a una hermosa y sofisticada duquesa
regalaros en esta importante ocasión y espero de que me robó el corazón…
corazón que os guste lo que he dispuesto para vosotros. Luis se quedó mirando al infinito, rememorando con
Cogió una pequeña caja de nácar que reposaba sobre la nostalgia aquellos momentos tan especiales para él.
mesa que tenía a su lado y del interior sacó tres bolsitas Cuando volvió en sí, mostró a todos su saquito de
de cuero atadas con un hilo dorado. monedas.
– ¡Acercaos y tomad una cada uno! – Y mirad mi bolsa… ¡sigue llena! Me han invitado a
El viejo rey hizo el reparto y siguió hablando. todo, así que de las cien monedas solo he gastado tres.
– Cada bolsa contiene cien monedas de oro. ¡Creo que ¡Un mes de lujo por la cara!… ¿A que es genial?
es una cantidad suficiente para que os vayáis de viaje El desparpajo de Luis hizo reír a su padre.
durante un mes! Ya sois adultos, así que tenéis libertad – ¡Ja, ja, ja! Está claro que has disfrutado y me alegro
para hacer lo que os apetezca y gastaros el dinero como mucho por ti.
os venga en gana. Seguidamente, el rey miró a otro de sus hijos.
Los chicos se miraron estupefactos. Un mes para hacer – Y tú, Jaime, ¿te lo has pasado igual de bien que tu
lo que quisieran, como quisieran y donde quisieran… ¡y hermano?
encima con todos los gastos pagados! Al escuchar la El simpático muchacho también estaba loco de
palabra ‘regalo’ habían imaginado una capa de gala o contento.
unos calzones de seda, pero para nada esta magnífica – ¡Oh, sí, sí, mejor que bien!… ¡Puedo decir sin mentir
sorpresa. que ha sido el mejor mes de mi vida!
– Mi única condición es que partáis este mediodía, así – ¡No me digas!… Estamos deseosos de conocer tus
que id a preparar el equipaje mientras los criados andanzas.
ensillan los caballos. Dentro de treinta días, ni uno más – ¡Es difícil resumir todo lo que he vivido en pocas
ni uno menos, y exactamente a esta hora, nos palabras!… Solo os diré que al poco de partir me crucé
reuniremos aquí y me contaréis vuestra experiencia ¿De con unos carromatos en los que viajaba una compañía
acuerdo? de más de cuarenta artistas. Como no me reconocieron
les dije que era un comerciante de telas que iba al sur y
me dejaron unirme al grupo. ¡Fue estupendo! En cada – Pero he de confesar que también fue una artimaña para
pueblo al que iban ofrecían un espectáculo que dejaba a poneros a prueba. Miradme… ¡yo ya soy un anciano!
todo el mundo boquiabierto. Había equilibristas, Necesito descansar y pasar los años que me quedan
cómicos… ¡e incluso faquires! cuidando las flores del jardín y paseando a mis perros.
– ¡Caramba, qué bien suena todo eso!… ¡Debió ser ¡Ha llegado la hora de que este reino tenga un nuevo
muy divertido! gobernante que guíe su destino!
Jaime se exaltaba recordando sus vivencias. El rey suspiró con aire cansado.
– ¡Sí! Yo me sentaba entre el público a verlo, pero lo – Como sabéis, el honor de heredar la corona recae
mejor venía después, porque una vez que recogían los siempre en el hijo mayor, el heredero, algo que en este
bártulos nos íbamos a cenar y bailar bajo la luz de la caso es imposible porque sois trillizos nacidos el mismo
luna. ¡Ay, qué vida tan despreocupada la de esa gente! día. Por eso, creo que mi sucesor debe ser quien más se
Si no fuera porque soy el hijo del rey os aseguro que lo merezca de los tres.
sería malabarista… Se quitó la brillante corona de esmeraldas, la puso sobre
Jaime también dejó la mirada perdida durante, la palma de sus manos, y se acercó a sus hijos. Las
regodeándose en sus recuerdos. Momentos más tarde, primeras palabras fueron para Luis.
añadió: – Querido Luis… Te has convertido en un hombre que
– Por cierto, me daban cama y comida a cambio de consigues todo lo que te propones. Te gusta vivir bien y
fregar los platos. ¡Tuve tan pocos gastos que traigo de lo alabo, pero espero que pasar los días entre encajes y
vuelta casi todas las monedas que me llevé! porcelanas no pudra tu noble corazón. Jamás te olvides
El padre suspiró pensando que su hijo no tenía remedio. de cultivar una gran virtud: la generosidad, que te
– Ay, mi querido Jaime ¿cuándo sentarás la cabeza? permitirá compartir parte de lo mucho que tienes con
¡Mira que te gusta hacer extravagancias!… En todo quien no tiene nada. Te deseo amor y felicidad el resto
caso, me alegro mucho de que este viaje haya sido tan de tu vida.
placentero para ti. Luis bajó la cabeza y el rey caminó un par de pasos
Finalmente, llegó el turno del tercer hermano. hasta que tuvo a Jaime a pocos centímetros de distancia.
– Bueno, pues ya solo quedas tú… ¡Cuéntanos cómo te – Querido Jaime… Te has convertido en un hombre que
ha ido! sabes disfrutar de todo lo que te rodea. Necesitas
Alberto no parecía demasiado satisfecho. emociones fuertes y sé que vivirás con intensidad hasta
– Bueno, yo quise ver con mis propios ojos cómo viven el final de tus días. Solo espero que tanto disfrute no te
los habitantes de nuestro reino. Durante un mes recorrí convierta en un ser vacío sin nada que ofrecer a los
todas las granjas que pude y charlé con un montón de demás. Intenta que tu vida sea útil, deja un legado
campesinos de las cosas que más les preocupaban, importante que jamás sea olvidado. Te deseo amor y
como la escasez de semillas y la falta de lluvia estos felicidad el resto de tu vida.
últimos años. Debo decir que todos fueron muy amables Finalmente, el rey se acercó al bueno de Alberto.
y compartieron conmigo lo poquito que tenían. – Querido Alberto… Te has convertido en un hombre
El anciano clavó su mirada en la del joven y le preguntó: culto y compasivo. Has aprovechado todos estos años
– No suena demasiado divertido, la verdad… Hijo mío, para estudiar y formarte lo mejor posible porque has
¿quieres explicarme de qué te ha servido todo eso? entendido perfectamente cuáles son las
Alberto contestó sin dudar responsabilidades de un príncipe. Te interesa el
– ¡Para ver la realidad! ¡Para conocer lo que pasa más bienestar de tu pueblo y te preocupan los más
allá de los muros de palacio!… Los que estamos aquí lo desfavorecidos. Mi corazón me dice que tú eres el
tenemos todo, pero ahí fuera la mayoría de la población elegido.
trabaja de sol a sol en circunstancias muy duras. Dicho esto, y ante el asombro del príncipe Luis y del
¿Sabíais que muchos no tienen ni un viejo arado que les príncipe Jaime, depositó la corona sobre su cabeza.
facilite las tareas del campo? ¿Y que la mayoría – A partir de hoy serás el rey de este reino. Gobierna
sobrevive a base de pan y queso porque no tienen otra con justicia y traerás prosperidad, gobierna con bondad
cosa que llevarse a la boca?… y serás amado, gobierna con la razón y serás respetado
A pesar de que lo que estaba contando era muy por las generaciones venideras. Como a tus hermanos,
deprimente, Alberto no se vino abajo y expuso la parte también a ti te deseo amor y felicidad el resto de tu vida.
positiva del viaje. Y así fue cómo por primera vez un regalo de
– ¡Lo bueno es que he tomado nota de todo y tengo un cumpleaños sirvió para que un monarca eligiera a su
montón de ideas que podemos llevar a cabo para sucesor. Al parecer se trató de una sabia decisión, pues
mejorar las condiciones de vida de todas esas según cuenta la leyenda, el nuevo rey luchó por crear
personas! En cuanto a mis monedas siento decir que una sociedad menos desigual, impulsó grandes
vengo con el saquito vacío porque las repartí entre los reformas, y pasó a la Historia con el nombre de Alberto
más necesitados. el Bondadoso.
El rey, muy emocionado, se levantó y con voz grave
anunció:
– Cuando tomé la decisión de invitaros a conocer
mundo durante un mes quería que vivierais una
experiencia única siguiendo el dictado de vuestro
corazón.
Los tres príncipes contuvieron la respiración al ver que
su padre se ponía más serio que de costumbre.
El loro y la cacatúa que alguien, oculto en algún lugar cercano, le observaba
fijamente.
Cuenta una antigua leyenda que hace muchos años los – ‘¡Oh, no, esto es el fin!… Como me haya pillado una
loros y las cacatúas, a pesar de ser parientes cercanos y cacatúa estoy perdido.’
vivir en el mismo bosque, se llevaban muy mal. Nadie ¡¿Qué podía hacer?! Por desgracia, una sola cosa:
recordaba el motivo causante del conflicto, pero el caso enfrentarse a la situación de la forma más valiente y
es que no se podían ni ver y a menudo surgían entre digna posible. Se giró muy despacio con las alas en alto,
ellos discusiones y peleas muy desagradables. y preguntó:
Tan grave era el asunto que en cierta ocasión el líder de – ¿Hay… hay alguien ahí?
la gran familia de loros y el líder de la gran familia de Vio un matorral agitarse como un sonajero y, tras unos
cacatúas tomaron una decisión: dividir el territorio en momentos cargados de tensión, contempló alucinado
dos. De común acuerdo, la parte norte del bosque se la cómo de entre sus ramas salía un ave blanquísima que
quedaron los loros y la parte sur las cacatúas. Esto lucía un coqueto penacho amarillo en la cabeza. Nuestro
permitió a ambos bandos continuar con sus vidas amigo sintió que no había visto nada más bonito en su
ignorándose mutuamente, y lógicamente las riñas vida.
desaparecieron. – ‘¡Oh, qué muchacha tan bella!… ¿Estaré soñando?’
En ese tiempo, un joven loro verde de nuca amarilla Se quedó tan quieto y tan pasmado que fue ella la que
decidió emprender un viaje de dos meses para ver algo tuvo que acercarse. Cuando estuvieron uno frente a otro,
de mundo. Deseoso de vivir aventuras planeó cruzar el los dos jóvenes se miraron embelesados.
bosque hasta divisar la playa, y una vez allí, decidir qué – Tú debes ser un loro verde de nuca amarilla, de esos
rumbo tomar. En su cabeza bullían varias ideas, pero la que viven al otro lado de la valla ¿verdad?
que más le apetecía era colarse en algún barco y navegar El loro puso cara de tontorrón y afirmó:
hacia un exótico y lejano destino. – ¡Y tú eres una cacatúa galerita!… ¿Sabes que eres
El problema era que para llegar a la costa tenía que preciosa?
atravesar obligatoriamente la parte sur, y eso podía Ella también se ruborizó.
traerle graves consecuencias. Sopesó ventajas e – Gracias, eres muy amable, pero ¿quieres explicarme
inconvenientes y ganaron las ventajas por goleada, así por qué estás en nuestro bosque? Ya sabes que la ley
que al final, optó por correr el riesgo. nos prohíbe pisar vuestras tierras y a vosotros las
Salió de su hogar una cálida mañana de verano, justo nuestras.
después de amanecer, y recorrió volando su querido El pobre sacudió la cabeza para volver a la realidad y se
bosque norte. Se dio cuenta de que había llegado a la puso nervioso de nuevo.
frontera porque se topó con una kilométrica valla de – Lo sé, lo sé… Mi objetivo es alcanzar la playa antes
madera. En ella había apuntalados varios carteles con del anochecer. Es arriesgado, pero si quiero viajar en
grandes letras rojas que lanzaban un mensaje barco tengo que pasar por aquí porque nuestra parte del
amenazante: bosque no tiene costa.
“ATENCIÓN LOROS: PROHIBIDO PASAR A LA – ¡Pues has tenido suerte de encontrarte conmigo y no
ZONA SUR. RIESGO DE PRISIÓN” con un vigilante! Por las tardes suelen patrullar esta
De los nervios sus patitas empezaron a temblar como si zona, así que como no te des prisa será cuestión de
fueran de gelatina. Respiró hondo y trató de relajarse minutos que te pillen.
girando el cuello en círculos y bebiendo un poco de la – Ya veo… ¿Qué me aconsejas que haga?
cantimplora. Cuando se sintió más tranquilo se secó el – Me temo que tu única alternativa es disfrazarte de
sudor de la frente con un pañuelo, comprobó que su cacatúa y hacerte pasar por una de nosotras.
brújula funcionaba, y dijo para sí: – ¿Estás de broma?… No te burles de mí, por favor.
– Me temo que aquí empieza la parte más complicada La cacatúa bajó la voz.
del viaje. Como ya es mediodía aprovecharé que todos – ¡Hablo en serio! Tú sígueme, pero calladito para que
los animales están comiendo en sus casas para superar no nos descubran.
este reto lo más rápido posible y sin hacer ruido. La cacatúa caminó de puntillas en línea recta y el loro,
El loro estaba en forma y saltó la valla con facilidad, confiado, la siguió. Al llegar a un lugar del bosque que
pero una vez dentro de territorio extraño pensó que parecía igual que cualquier otro, la hermosa guía le
hacer la ruta volando le convertiría en un blanco fácil de dedicó una sonrisa y dijo:
detectar. Lo más seguro era ir a pie y utilizar las plantas – ¡Aquí es!
para camuflarse a medida que avanzaba. – Aquí es… ¿qué?… ¡Yo no veo nada!
Esta parte del bosque le pareció más frondosa y mucho La cacatúa levantó la mirada y señaló un árbol
más silenciosa que la mitad norte, siempre repleta de gigantesco en cuyo tronco había un hueco medio tapado
loros venga a parlotear todo el santo día. Con cautela, con unas hojas.
anduvo durante un buen rato sin ver a nadie y sin – Vayamos ahí arriba. Enseguida lo comprenderás.
percibir nada más que el sonido de sus pisadas sobre la Desplegaron las alas y volando se metieron en el
crujiente hojarasca. agujero. El loro se quedó asombrado ante lo que vio.
De repente, llegó a un riachuelo. – ¡Parece un almacén de harina!
– ‘¡Qué bien! Con el calor que hace me vendrá de lujo La cacatúa hizo una pequeña corrección.
mojarme un poco antes de continuar.’ – No, no lo parece: es un almacén de harina, uno de los
Introdujo una patita en el agua, que por cierto estaba muchos que hay en esta parte del bosque. La harina se
helada, y cuando iba a meter la otra notó que un guarda aquí arriba para que los roedores, que son unos
escalofrío le recorría el espinazo. Su intuición le decía glotones, no se la coman. Venga, no perdamos tiempo:
¡rebózate en ella como si como si fueras una croqueta!
El loro entendió al instante lo que ella pretendía. Cogió Estaba tan cansado para volar que prefirió trepar por él
impulso, se tiró en plancha a la piscina de harina, y se como si fuera un escalador. Un minuto después llegó
embadurnó hasta que su plumaje verde se transformó en arriba del todo y asomó la cabeza. Aunque la luz ya era
un plumaje completamente blanco. A la cacatúa le hizo escasa, pudo divisar una inmensa playa y al fondo el
mucha gracia verlo con esa pinta. mar, infinito y azul.
– ¡Uy, qué guapo estás! – ¡Bravo, bravo, lo he conseguido! ¡El plan ha
El loro también se rio. funcionado!
– ¡Ja, ja, ja! Esto es de locos, pero si tú crees que puede Bajó por el lado opuesto a modo de tobogán, y dando
funcionar… trompicones corrió por la arena dorada hasta que se
– ¡Por supuesto que lo creo! Ya solo nos falta fabricar lanzó al agua. Nada más sumergirse, la harina que
un penacho como el mío y se me ocurre… ¡Ya lo tengo, cubría su cuerpo se disolvió y las hojitas de nenúfar del
vamos! tocado se alejaron arrastradas por la brisa. Fue una
Sigilosamente se acercaron a una laguna cubierta de sensación increíble ver que sus plumas recuperaban el
extrañas plantas acuáticas completamente desconocidas magnífico color verde del que tan orgulloso estaba.
para el loro. Una vez limpio y seco buscó un lugar resguardado
– ¿Ves esas flores flotantes? Se llaman nenúfares y sus donde pasar la noche. ¡Había sido un día lleno de
hojas son tan amarillas y tan largas como las plumas que emociones y necesitaba descansar para comenzar con
llevo en la cabecita. Con unas pocas fabricaré un tocado ánimo la nueva etapa de su viaje! Arrullado por el
para ti. ¡Vas a estar monísimo, ya lo verás! sonido de las olas reflexionó sobre lo afortunado que era
Dicho y hecho. La resuelta cacatúa se metió en la laguna por poder cumplir su sueño de viajar, pero su último
y cogió siete u ocho hojas de nenúfar. En menos que pensamiento, el más emotivo y profundo antes quedarse
canta un gallo hizo un plumero de lo más chic y lo dormido, fue para la linda y amorosa cacatúa que había
colocó sobre la cabeza del loro. cautivado su corazón.
Una vez completo el atuendo, el joven se acercó al
borde del agua para ver su reflejo.
– ¡Pero si parezco una cacatúa de verdad! Muchas
gracias por hacerlo posible.
– Ha sido un placer ayudarte. Ahora puedes seguir tu
camino sin que nadie te detenga, pero por favor, ¡vete
ya! La hora de la siesta está llegando a su fin y de un
momento a otro el bosque sur se va a llenar de animales.
¡Como alguno descubra el engaño te la cargas!
– Yo… yo… ¿Volveré a verte?
El loro verde de nuca amarilla se había enamorado
perdidamente de la dulce cacatúa galerita, así que
estuvo a punto de desmayarse cuando escuchó su
respuesta.
– ¡Claro que sí! Búscame a la vuelta porque yo te estaré
esperando.
Al darse cuenta de que ella sentía lo mismo, se atrevió
a darle un besito de amor en el pico.
– ¡Te prometo que lo haré!
En medio de una confusa mezcla de alegría y tristeza, el
loro y la cacatúa se despidieron.
Tras el parón de la comida y la siesta, el bosque volvió
a llenarse de vida. Tal y como había vaticinado su nueva
amiga, de entre las sombras empezaron a salir seres de
todo tipo, incluidas docenas de cacatúas galeritas. Se
formó un gran jaleo y el loro disfrazado tuvo que
esforzarse por mantener la calma y sacar a relucir sus
dotes de actor. Sin borrar la sonrisa de la boca e
imitando los gestos y la grácil forma de moverse de las
aves blancas, fue recorriendo el bosque sin que nadie se
percatara de que era un impostor.
Su disfraz era tan bueno y lo hacía tan bien que muchas
cacatúas le saludaban pensando que era una de ellas. A
él no le quedaba más remedio que corresponder con un
“Hola” o un “Buenas tardes” para no levantar
sospechas.
Y así, controlando sus temores, consiguió dominar la
situación y llegar al muro que ponía fin al bosque sur.
Cuando lo vio, su corazón empezó a latir a toda
velocidad.
– ¡El muro!… ¡He llegado al muro!… ¡Un último
esfuerzo y estaré fuera de peligro!

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