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INTRODUCCION

El Océano Pacífico tiene el más alto riesgo de presencia de ondas sísmicas marinas
por encontrarse cercado de un cinturón de gran actividad tectónica y una cadena de
volcanes que se denominan Círculo de Fuego del Pacífico. En tal sentido, el Océano
Pacífico está estructural, topográfica y sísmicamente condicionado para servir de
campo propicio al desfogue de las tensiones telúricas convirtiéndose así en el
sistema generador de Tsunamis más activo de nuestro planeta.

Tsunami es una palabra de origen japonés que proviene de dos vocablos: Tsu
(puerto) y nami (ola). Literalmente significa grandes olas en el puerto. No causa
daños en alta mar, pero es destructivo en las costas. La palabra Tsunami es
conocida comúnmente entre la población con el nombre de Maremoto.

Los Tsunamis son una serie de ondas marinas de gran tamaño generadas por una
perturbación en el océano, al ocurrir principalmente un movimiento sísmico
superficial (< 60 km de profundidad) bajo el fondo marino y de magnitud mayor a 6.5º
en la escala de Richter

Los tsunamis, llamados también maremotos constituyen uno de los fenómenos


naturales de mayor relevancia en el mundo por sus características desastrosas,
afectando a la mayoría de los países costeros, especialmente en el Océano Pacífico.
De acuerdo a estadísticas, de los aproximadamente 420 tsunamis acaecidos en el
siglo XX, el 20 % causaron daños de consideración en las zonas costeras cercanas a
su origen y el 15% de éstos también causaron daños en zonas costeras lejanas.

CONCEPTO DE TSUNAMI:

Un TSUNAMI (del japonés TSU: puerto o bahía, NAMI: ola) es una ola o serie de
olas que se producen en una masa de agua al ser empujada violentamente por una
fuerza que la desplaza verticalmente. Este término fue adoptado en un congreso de
1963.

Los terremotos submarinos provocan movimientos del agua del mar (maremotos o
tsunamis). Los tsunamis son olas enormes con longitudes de onda de hasta 100
kilómetros que viajan a velocidades de 700 a 1000 km/h. En alta mar la altura de la
ola es pequeña, sin superar el metro; pero cuando llegan a la costa, al rodar sobre el
fondo marino alcanzan alturas mucho mayores, de hasta 30 y más metros.

El tsunami está formado por varias olas que llegan separadas entre sí unos 15 o 20
minutos. La primera que llega no suele ser la más alta, sino que es muy parecida a
las normales. Después se produce un impresionante descenso del nivel del mar
seguido por la primera ola gigantesca y a continuación por varias más.

Un tsunami es una serie de olas procedentes del océano que envía grandes oleadas
de agua que, en ocasiones, alcanzan alturas de 30,5 metros, hacia el interior. Estos
muros de agua pueden causar una destrucción generalizada cuando golpean la
costa.
ORIGEN DE LOS TSUNAMIS:

La mayoría de los tsunamis son originados por terremotos de gran magnitud bajo la
superficie acuática. Para que se origine un maremoto el fondo marino debe ser
movido abruptamente en sentido vertical, de modo que una gran masa de agua del
océano es impulsada fuera de su equilibrio normal. Cuando esta masa de agua trata
de recuperar su equilibrio genera olas. El tamaño del tsunami estará determinado por
la magnitud de la deformación vertical del fondo marino entre otros parámetros como
la profundidad del lecho marino. No todos los terremotos bajo la superficie acuática
generan maremotos, sino sólo aquellos de magnitud considerable con hipocentro en
el punto de profundidad adecuado.

Si bien cualquier océano puede experimentar un tsunami, es más frecuente que


ocurran en el Océano Pacífico, cuyas márgenes son más comúnmente asiento de
terremotos de magnitudes considerables (especialmente las costas de Chile y Perú y
Japón). Además el tipo de falla que ocurre entre las placas de Nazca y
Sudamericana, llamada de subducción, esto es que una placa se va deslizando bajo
la otra, hacen más propicia la deformidad del fondo marino y por ende los tsunamis.

En la gran mayoría de los casos, el movimiento inicial que provoca la generación de


los tsunamis es una dislocación vertical de la corteza terrestre en el fondo del
océano, ocasionada por un sismo, En el transcurso del siglo veinte, éste ha sido el
origen de aproximadamente el 94% de los 450 tsunamis ocurridos en el Océano
Pacífico, Otros agentes causales menos frecuentes han sido: erupciones de volcanes
sumergidos, impacto de meteoritos, deslizamientos submarinos y explosiones
nucleares.

En su zona de generación, mientras se desplazan por aguas profundas mar afuera,


las olas de los tsunamis son de gran longitud (cientos de kilómetros) y exigua altura
(centímetros). No obstante que se propagan a gran velocidad (cientos de
kilómetros/hora), visualmente esto los hace indetectables desde embarcaciones y
aviones. Sus periodos (lapso de tiempo entre el paso de dos olas sucesivas) son de
15 a 60 minutos. No se les ha de confundir con las olas cortas de tormentas
generadas por el viento, que comúnmente llegan a las costas, Ni con las ondas
mucho más extensas de las mareas, que una a dos veces arriban todos los días.

Para que un sismo genere un tsunami, es necesario que:

CONDICION INICIAL:

a) El hipocentro (punto de origen del sismo, en el interior de la tierra. Lugar donde


empieza la ruptura que se extiende deformando un plano de falla) del sismo, o una
parte mayoritaria de su área de ruptura, esté bajo el lecho marino a una profundidad
menos a 60 km (sismo superficial).

b) Ocurra en una zona de hundimiento de borde de placas tectónicas; es decir que la


falla tenga movimiento vertical: que no sea solamente de desgarre, con movimiento
lateral.

c) En cierto lapso de tiempo el sismo libere suficiente energía, y que ésta se


transmita eficientemente.

PROPAGACION:

El perfil de ondas resultante de un tsunami generado en océano abierto depende de


los parámetros de su fuente, de las características de la región de propagación y del
tiempo o distancia transcurridos desde el inicio de esa propagación.

Para el caso de ondas largas como son los tsunamis, su velocidad de propagación
depende básicamente de la profundidad del agua por la cual atraviesa (Figura 3).
Esto determina que durante su trayectoria, el tsunami se vea sujeto a fenómenos de
refracción, directividad y dispersión de energía.

Características físicas de un tsunami


Debido a la gran longitud de onda estas olas siempre “sienten” el fondo (son
refractadas), ya que la profundidad siempre es inferior a la mitad de la longitud de
onda (valor crítico que separa las olas de agua profunda de las olas de aguas
someras). En consecuencia, en todo punto del océano, la velocidad de propagación
del tsunami depende de la profundidad oceánica y puede ser calculado en función de
ella.

Formación de un tsunami

En donde V es la velocidad de propagación, g la aceleración de gravedad (9.81 m


/seg2) y d la profundidad del fondo marino. Para el Océano Pacífico la profundidad
media es de 4.000 m, lo que da una velocidad de propagación promedio de 198 m/s
ó 713 km/h. De este modo, si la profundidad de las aguas disminuye, la velocidad del
tsunami decrece.

Cuando las profundidades son muy grandes, la onda de tsunami puede alcanzar
gran velocidad, por ejemplo el tsunami del 4 de Noviembre de 1952 originado por un
terremoto ocurrido en Petropavlosk (Kamchatka), demoró 20 horas y 40 minutos en
llegar a Valparaíso en el otro extremo del Pacífico, a una distancia de 8348 millas,
avanzando a una velocidad media de 404 nudos

Al aproximarse a las aguas bajas, las olas sufren fenómenos de refracción y


disminuyen su velocidad y longitud de onda, aumentando su altura. En mares
profundos éstas ondas pueden pasar inadvertidas ya que sólo tiene amplitudes que
bordean el metro; sin embargo al llegar a la costa pueden excepcionalmente alcanzar
hasta 20 metros de altura.

Es posible trazar cartas de propagación de tsunamis, como se hace con las cartas de
olas; la diferencia es que los tsunamis son refractados en todas partes por las
variaciones de profundidad; mientras que con las olas ocurre sólo cerca de la costa.

Sus características difieren notablemente de las olas generadas por el viento. Toda
onda tiene un efecto orbital que alcanza una profundidad igual a la mitad de su
longitud de onda; así una ola generada por el viento sólo en grandes tormentas
puede alcanzar unos 300 metros de longitud de onda, lo cual indica que ejercerá
efecto hasta 150 metros de profundidad.

Los tsunamis tienen normalmente longitudes de onda que superan los 50 kilómetros
y pueden alcanzar hasta 1000 kilómetros, en tal caso el efecto orbital es constante y
vigoroso en cualquier parte del fondo marino, ya que no existen profundidades
semejantes en los océanos.

Poder Destructivo de un Tsunami


La fuerza destructiva del tsunami en áreas costeras, depende de la combinación de
los siguientes factores:

•Magnitud del fenómeno que lo induce. En el caso de ser un sismo submarino se


debe considerar la magnitud y profundidad de su foco. •Influencia de la topografía
submarina en la propagación del tsunami.

•Distancia a la costa desde el punto donde ocurrió el fenómeno (epicentro).

•Configuración de la línea de costa.


•Influencia de la orientación del eje de una bahía respecto al epicentro
(características direccionales).

•Presencia o ausencia de corales o rompeolas, y el estado de la marea al tiempo de


la llegada del tsunami.

•Influencia de la topografía en superficie, incluye pendientes y grado de rugosidad


derivado de construcciones, árboles y otros obstáculos en tierra.

TSUNAMIS MAS DEVASTADORES DE LA HISTORIA:

1. EL TERREMOTO Y TSUNAMI DEL OCÉANO ÍNDICO, 2004:


El mundo se sorprendió por el mortal tsunami que afectó a los países que rodean el
Océano Índico en el 2004.El tsunami fue el más letal que jamás haya ocurrido, con
una terrible cifra de 230.000 muertos, afectando a 14 países (el más afectado fue
Indonesia, seguido por Sri Lanka, India y Tailandia).

El masivo terremoto submarino tuvo una magnitud de 9,3, y provocó olas mortales
que llegaron a medir hasta 30 metros de altura.
2. EL TERREMOTO Y TSUNAMI DE TOHOKU, 2011:
Aunque todos los tsunamis son peligrosos, el tsunami que golpeó a Tohuku, Japón,
en el 2.011, podría tener las peores consecuencias a largo plazo.

Unos 125.000 edificios quedaron dañados o destruidos, la infraestructura del


transporte también fue golpeada duramente. Si bien, el alarmante número de 25.000
personas muertas o desaparecidas es suficientemente terrible, el tsunami resultante
también dañó la planta de energía nuclear de Fukushima, provocando una crisis y un
desastre en el nivel más alto de la escala internacional de Sucesos Nucleares.

3. EL TERREMOTO Y EL TSUNAMI DE VALDIVIA:


En 1960, el mundo experimentó el terremoto más fuerte desde que comenzó a
registrar estos eventos. El 22 de mayo, el gran terremoto de Chile (magnitud 9,5)
comenzó en la costa sur del centro de Chile, causando una erupción volcánica y un
devastador tsunami. Olas de hasta 25 metros de altura azotó las áreas locales,
mientras que el tsunami se aceleró a toda velocidad a través del Pacífico, con la
primera ola golpeando en Hilo, Hawai alrededor de 15 horas después de que el
terremoto comenzó, matando a 61 personas. Siete horas más tarde, las olas
golpearon las costas de Japón, causando la muerte de 142 personas más. Se estima
que hasta 6.000 personas perdieron la vida debido al terremoto y el tsunami.
4. EL TERREMOTO Y EL TSUNAMI DE SAMOA, 2009:
El 29 de septiembre del 2009, la isla de Samoa experimentó un terremoto de
magnitud 8,1 cerca de las 7:00 am. Las olas del tsunami resultante llegaron a medir
hasta 14 metros, en su nivel más alto, viajaron hasta un kilómetro tierra adentro en
algunos lugares, tragándose aldeas y causando una gran destrucción.

Samoa, Tonga y Samoa Americana registraron 189 heridos, muchos de ellos niños,
pero la pérdida de más vidas humanas se evitó gracias al Centro de Alerta de
Tsunamis del Pacífico, que dio a la gente tiempo para evacuar a zonas más altas.
5. EL TERREMOTO Y TSUNAMI DEL GOLFO MORO, 1976:
En las primeras horas del 16 de agosto de 1976, la pequeña isla de Mindanao en
Filipinas fue golpeada por un terremoto con una magnitud de al menos 7,9. El
terremoto causó un enorme tsunami que destruyó más de 433 metros desde la costa,
en donde los habitantes no estaban conscientes del peligro y de la necesidad de
escapar a tierras más altas. Miles de víctimas fueron absorbidas hacia el mar.

En total, 5.000 personas perdieron la vida, con otros 2.200 desaparecidos, 9.500
heridos y más de 90.000 habitantes quedaron sin hogar. Ciudades y provincias de
toda la zona norte del Mar Célebes de Filipinas, quedaron devastadas por el tsunami,
con olas que llegaron a medir 5 metros de altura.

6. EL TERREMOTO Y TSUNAMI DE ALASKA, 1964:


El 27 de marzo de 1964 fue Viernes Santo, pero el día de culto cristiano se vio
interrumpida por un terremoto de 9,2 grados de magnitud (el más violento jamás
registrado en la historia norteamericana). El tsunami resultante devastó la costa
occidental de América del Norte, causando la muerte de 121 personas en lugares tan
distantes como Alaska y California.

Las olas se registraron en alturas de hasta 30 metros y un tsunami de 8 metros


arrasó el pequeño pueblo de Chenega, en Alaska, matando a 23 personas.
7. EL TERREMOTO Y EL TSUNAMI DE PAPUA NUEVA GUINEA, 1998:
No se esperaba que el terremoto de magnitud 7,0 que sacudió la costa norte de
Papua Nueva Guinea, el 17 de julio 1998, causara un tsunami tan devastador, sin
embargo, el terremoto provocó un gran derrumbe submarino, que a su vez generó
olas de hasta 15 metros de altura y un promedio de 10 metros de altura. Cuando el
tsunami golpeó la costa, causó al menos 2.183 muertes, más de 500 personas
desaparecidas y unos 10.000 habitantes quedaron sin hogar.

Numerosos pueblos quedaron muy dañados, mientras que otros, como Arop y
Warapu, quedaron completamente destruidos. Si una sola cosa positiva puede
extraerse de la catástrofe, fue que les dio a los científicos información valiosa sobre
la amenaza de deslizamientos de tierra submarinos y los inesperados tsunamis que
pueden causar, es de esperar que esta información permita salvar vidas en el futuro.
8. EL TERREMOTO Y TSUNAMI DE TUMACO, 1979:
Unos segundos antes de las 8:00 am del 12 de diciembre de 1979, un terremoto con
una magnitud de 7,9 comenzó a hacer ruido frente a Colombia y la costa del Pacífico
del Ecuador. El tsunami que siguió arrasó seis aldeas de pescadores y destruyó gran
parte de la ciudad de Tumaco, así como varias otras ciudades de la costa
colombiana. En total, 259 personas murieron, mientras que 798 resultaron heridas y
95 desaparecidas.

9. EL TERREMOTO Y TSUNAMI EN JAVA, 2006:

El 17 de julio de 2006, el fondo del mar cerca de Java, Indonesia fue sacudido por un
terremoto de magnitud 7,7. El tsunami de 7 metros de altura azotó la costa de
Indonesia, incluyendo un tramo de 150 kilómetros de Java que había tenido la suerte
de quedar ileso por el tsunami del 2004.

Las olas penetraron más de un kilómetro tierra adentro, llegando al nivel de los
edificios en lugares como la playa de Pangandaran. En total, por lo menos 668
personas perdieron la vida, 65 fueron declarados desaparecidos y más de 9.000
personas requirieron tratamiento médico por las lesiones sufridas a raíz del terremoto
y tsunami.
10. EL TERREMOTO Y TSUNAMI DE HOKKAIDO, 1993:
El 12 de julio de 1993, un terremoto de magnitud 7.8 partió la tierra en 80 millas de la
costa de Hokkaido, Japón. Las autoridades japonesas respondieron con rapidez,
emitiendo una alerta de tsunami, pero la pequeña isla de Okushiri estaba lejos de
poder ser ayudada. A sólo unos minutos después del terremoto, la isla fue
bombardeada por olas gigantes, algunas de los cuales llegaron a la asombrosa cifra
de 30 metros de altura.

Fue demasiado para las barreras contra tsunamis colocadas en la isla y ciertas áreas
fueron alcanzadas por múltiples olas. El terremoto se cobró 197 víctimas y el tsunami
250 habitantes de Okushiri (Hokkaido y el sureste de Rusia también se vieron
afectados), aunque se salvaron muchas vidas, gracias a los recuerdos del tsunami
del 1983 que afectó a la isla 10 años antes, lo que provocó una evacuación más
rápida.
BIBLIOGRAFÍA

Fernández, M., Molina, E., Havskov, J., Atakan, K., 2000: Tsunamis and tsunami hazard in
Central America. Natural Hazards 22: 91-116.

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Costa Rica. GEOS, V. 21, N 2: 108-113.

SITIOS WEB

http://walrus.wr.usgs.gov/tsunami/sumatraEQ/model.html

http://www.pmel.noaa.gov/tsunami/tsu_links.html

http://www.terraserver.com/special/tsunami/tsunami.asp

http://www.prh.noaa.gov/ptwc/

http://www.pmel.noaa.gov/tsunami/indo_1204.html
ANEXOS
Efectos en la costa.
La llegada de un tsunami a las costas se manifiesta por un cambio anómalo en el nivel del
mar, generalmente se presenta un aumento o recogimiento previo de las aguas; esta última
situación suele dejar descubiertas grandes extensiones del fondo marino. Posteriormente, se
produce una sucesión rápida y acentuada de ascensos y descensos del nivel de las aguas,
cuya altura puede variar entre uno y cuatro metros; sin embargo, se han registrado casos
puntuales en que las olas alcanzaron alturas superiores a los

Secuencia que muestra el estacionamiento del acuarium de Japón, antes, durante y después
del tsunami de 1983.

Tsunami de Japón 2011

La ola de un tsunami acumula gran cantidad de energía; cuando llega a la línea costera, esta
ola avanza sobre la tierra alcanzando alturas importantes sobre el nivel medio del mar. La ola
y el flujo que le sigue, cuando encuentran un obstáculo descargan su energía impactando con
gran fuerza. La dinámica de un tsunami en tierra es bastante compleja y normalmente no
predecible; esto se debe a que influyen factores muy diversos como son: el período, la altura
de la ola, la topografía submarina y terrestre determinando daños de diversa intensidad.

Los efectos de un tsunami son diferentes dependiendo de la duración del período. Con corto
período, la ola llega a tierra con una fuerte corriente, y con período largo, se produce una
inundación lenta con poca corriente. Por otra parte, mientras mayor sea la altura de la ola,
mayor es la energía acumulada; por lo tanto, y dependiendo de la pendiente y morfología del
terreno, mayor será la extensión de las áreas inundadas. Al respecto, estudios japoneses han
determinado que mientras menor es la pendiente de la ola (razón entre la altura y la longitud
de onda) mayor será la altura máxima de inundación.

Por otra parte, las variaciones en las formas y las pendientes de la batimetría submarina
cercana a la línea de costa influye directamente en el potencial de energía del tsunami,
ocurriendo amplificación o atenuación de las ondas.

Así, una costa en peldaños que tenga una plataforma continental escalonada con bruscos
cambios de pendiente, hará que la onda de tsunami pierda gradualmente su energía cinética
y por tanto potencial, lo anterior debido a los choques sucesivos de la masa de agua con el
fondo marino. Las olas van disipando su energía en las paredes con los cambios bruscos de
profundidad.

En tanto, una costa con topografía de pendientes suaves en forma de rampas en que la
plataforma continental penetra suavemente en el mar, permitirá que la energía del tsunami
sea transmitida en su totalidad, y por lo tanto, se incrementa el poder destructivo del mismo.
Estas son costas de alto riesgo con olas de gran altura que producen inundación. En este caso
la pérdida de energía es sólo por roce.

En las bahías puede haber reflexión en los bordes de las costas; en este caso si el período es
igual (o múltiplo entero) al tiempo que demora en recorrer la bahía, al llegar la segunda ola
puede verse reforzada con un remanente de la primera y aumentar la energía al interior de la
bahía, este es el fenómeno de resonancia. Esta condición puede producir la amplificación de
las alturas del tsunami al interior de una bahía como ocurre en la bahía de Concepción
(SHOA, 1995).
La figura complementaria muestra la forma rectangular de la bahía con 14, 6 kilómetros de
largo por 11,7 kilómetros de ancho, con una profundidad media de 25 metros. En 25 metros
de profundidad la velocidad del tsunami es de 15,6 m/segundos o bien 56,3 km/hora, lo que
significa que este recorre el largo de la bahía en 15,5 minutos y el ancho en 12,5 segundos.

La topografía de las tierras emergidas influye directamente en la penetración del tsunami en


superficie. Cuando la pendiente es relativamente fuerte la extensión de la zona inundada no
es significativa, en cambio, cuando el terreno es plano o con escasa pendiente, la
penetración puede abarcar kilómetros tierras adentro.

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