Documente Academic
Documente Profesional
Documente Cultură
Hay qu e redefi nir los su jetos-ci udada nos, sus demandas, las relacio nes
con las insti tuciones, las pol íticas p ú blicas adecuadas pa ra red uci r las excl u-
siones...
Por ejemplo: no se puede t rata r a los «sin pa peles» , a la po blació n droga-
dicra, a los jóvenes o ni ños margi nados, a las m ujeres gol peadas y sin recu r-
sos propi os, a la población de gente mayor sin rol social, a los desocu pados
estr uctu rales perma nen tes, etc., con los medios trad i cionales del Estado del
bienestar desarrollado, o sea, con la escuela, asistencia social, pol icía, etc.,
que actúan con modelos u niformistas, organizaciones bu rocráticas y p roce-
dimien tos reglados. Se req uieren políticas específicas de proxi midad, flexi-
• .J.. .
290 LA CIUDAD CONQUISTADA
En concl usión: los derechos que con figuran la ciudadanía hoy son mu-
cho más complejos que en el pasado y se t ienen que adecuar a poblaci ones
mucho más diversificadas. e individualizadas. La gl obal ización nos deman da
establ ecer cartas de derechos universales, estr uct uras representativas de regu-
l aciói1 y pa rticipación en ámbitos supraestatal.es ( incl uso m u nd ial es) y pol í-
ti cas pú bl icas que garan tizan estos derechos en. estos ámbi tos. Pero también
es más necesario que en el pasado el reconoci miento de.derech os en ámbitos
de proxi midad, la ciudad o región, que deben asumi r los gobiernos l ocales o !
regi onales y que req uieren multi plicar los mec.-nismos de partici pación ciu-
dadana. La dial éctica global-local nos exige U I) esfuerzo de imagi nación po-
lítica no sólo en el ámbi ro global , hoy a la m oda, sino tam bién en el local ,
q ue n o es un anacronismo, sino todo lo con trari o. Con independen cia d el
discurso, que p uede expresarse mediante una retórica esen cial ista o parrict.i-
larista, los nacionalismos «subestatales», la resu r rección de regionalismos, el
n uevo auge del m u nicipalismo contienen elémentos de moderni d ad, res-
po nden a causas muy actuales, aunq ue tam bién demandan nuevas estr ucru-
ras territoriaks y asumir proyecros sociocul tu rales que combinen identida-
des heredadas con aperturas a la diversidad.
,•
DE LOS DERECHOS SIMPLES A LOS DERECHOS COM PLEJ OS
I
.tLa ti pología
an to de derechos
liberal como socialistasimples heredados
de los siglos XVIII ypor
XIXlahasta
trad ición
hoy esdemocrática
insuficiente
cuarta generación), los presen taremos en forma casuística, sin pretender que
para dar respuesta a las demandas de nuestr3:. época. Para facilitar la com.: 11
p rensión de lo que entendemos por derechos com plejos (mejor que decir de
los ti pos que exponemos sean los únicos o los más importa n tes:
'--7---r--
- -:r;:- --.-
1
U,<; CIL'DADES EN LA GLOBALIZACI ÓN. LA CUESTIÓN DE LA CllJO.-\D.\"\ i..\ 291
en el teji do u rba n o. Todos los ba rrios o áreas resi.:ienciJ.l c:' d ber ser
accesi bles y visi bles, com un icados y mon umen tal izados. c'n .1. rc'as d i-
versas socialmen te; los ciudadanos deben estar orgulloscis del l uga r
en el que viven y se les debe reconocer el derecho a pernu n c-er en él
y a ser vistos y reconocidos por los otros como ci udad;1111Js. Cada
pa rre de la ciudad debe tener su atractivo pa ra los otros ..:i u fadanos,
apa rece r física y sim bóli camen te vi nculada al con j un te,, El c>spaci o
pú bli co es una condición básica para la existen cia de b L-¡u1..hd anía,
el derecho a un espacio públi co de calidad es u n dert>ch1..) h u mano
fun damen tal en n uestras sociedades. El derech o a un lug;u. ;1 l a m o-
vi l i dad, a l a belleza del entorno, a la cen trali dad, a la 1.:;il i J;1d am -
bi ental , a la inserción en la ciudad formal, al au togo b i er!h)... con fi -
gu ra n el «derecho a la ciudad ».
b) El derecho a la educación y el derecho a f a formación crn:ú11u.1d11. La
ed ucació n conven cional obligatoria no garantiza la i nser1..:Í1..) n social y
p rofesi onal. Y tam poco la un iversi taria. Hay q ue pl ante;n ;d d t> recho
u n iversal (o sea, para todos los que lo n ecesi ten ) u na fo rnL11..·i t111 con-
ti n uada que «ocupe» y genere ingresos incl uso en los pc r ít)d os «Va-
cíos» por desocu paci ón , por necesi dad de reci claje, po r 1·.. ;1111bi o · d e
actividades o de lugar de trabajo.
c) El derecho a la asistencia sanitaria y el derecho a la salud .l' il /., scgúri-
dad Las causas que afectan hoy a la salud y al bienesta r son m úl ti-
ples: estrés, drogadiccióú , desocupación, abandono fam i l i a r, perso-
nas solas, accidentes de circulación, al imentación , viol en cia fam i l iar,
del i ncuencia urbana, etc. El sistema hospi talario y la red de cen tros
asistenciales son importantes, pero consti tuyen una re.s p ue.s ta m uy
ins uficien te si no se inscriben en un sistema más com p lejo de pre-
vención, vigila ncia, asistencia personalizada y represión de las con-
ductas que afecta n a la salud y a la seguridad del conj u n ro de la ciu-
dadan ía.
d) · El derecho al trabajo .Y el derecho al sala rio ciudadano o rn11¡¡ hdsim.
Es cierto que el derecho al tra ba jo es hoy u n derech o « p rogra má t i -
co» , que las au tori dades públicas no pueden gara nt iza r; i n cl uso las
pol íticas pú blicas son menos eficien tes que en el pasad o a Li h ora de
crear o promover luga res de traba jo, razón de más para a m pl i ar este
d erech o haci a el con cepto de «sal ario ci u dada n o)>, en t en d i do en
cualq u iera de las acepcio nes que se han propuesto actu al mente po r
la doctrina social y económica: salario pa ra todos . desde el n aci-
mien to, 6 sólo a .pa rtir de la mayoría de edad, o apl ica ble en perío-
dos de no traba jo, o a cambio de traba jo social, etc. Un a n u eva con -
292 LA CIUDAD CONQUISTADA
•
su asociacionismo y la práctica de su religión, fiestas y costu mbres y
111
el apren dizaje por parte de sus hijos de su lengua, cultura e historia
no solamen te supone reconocer un derecho h umano u niversal, sino
tam bién favorecer su i ntegraci ón. Pues l a otra cara de esta política es
no sólo asumir la multicul turalidad, sino esti m ula r la interculturali-
I
dad, el mutuo conocimiento de lenguas y culturas, pero también la
acep tación de valores un iversales, aunque ello suponga la renu ncia a
ciertos comportamien tos que los con traría n (por ejempl o respecto a
la cond ición de la m ujer). En u na dimensi ón m ás general, las políti-
. cas pú blicas deben promover normas y programas de acción posi tiva
para impulsar la inserción y el reconocimiento social de las poblacio-
nes discrimi nadas o vulnerables, como las de origen extranjero, pero
también las que sufren algunas deficiencias o hándicaps físi cos ·o
mentales y los niños o la gen te mayor a los que las condiciones de
vida u rbana muchas veces excluyen, etc. La gobernabilidad demo-
crática sólo es posible si se basa en l a igualdad formal. de los ciudada-
1 LAS CI U DA DES EN LA GLOBALIZACIÓN. LA CUESTIÓN DE LA CIU DADANÍA 293
¡
¡
1
!1 ! nos y en u n con ju nto de pol íticas pú bl icas cuyo objetivo sea red uci r
la desi .g.... ualdad real.
g) Los derechos electorales universales y el derecho a unq participación po-
lítica múltiple, deliberativa, diferenciada territorialmente, con diversi-
'dad de procedimientos y mediante actores e instrumentos diversos. Es
u na parad oja que al mismo tiem po que u n o recon oce la deval ua-
ción de los parlamentos y otras asambleas rep resenta tivas en tan to
que i nsri ruciones de gobiern o y el bajo nivel de presrigio de l os pa r-
t idos políticos, n uestras democracias den casi el mo n opolio, o en
rodo caso el rol pri ncipal sobre cualq uier otra, a la pa rticipación po-
lírica media nte elecciones de asambleas y pa rridos políticos. Actual -
m ente hay u n d esfase enr re u na doctr ina y m úl tiples práct i cas so-
ciales de d em ocraci a pa rt i ci pat iva, deli bera t i va, directa, etc., y l a
resisrenci a de las i nstituci ones políti cas y de los parti dos con rep re-
sen taci ón en los órga nos de pode r a legal iza r y generaliza r formas de
pa rti cipaci ón pol ítica más ri cas que las estrictamente electorales. L:
pa rtici paci ón ci udadan a arr iculada con la i n i ciativa política l ocal
puede crear condici ones pa ra rom per ma rcos legales estrechos. Po r
ejemplo, imponer la legal izaci ón de med ios de com u nicación loca-
les, forzar la ocu pación de facto de suelo en posesión de orga nism os
o emp resas estatales o pa rapú blicas que la ciudad necesi ta pa ra u n
d esa rrollo o quiere proteger, l egalizar formas de pa rti ci pación y de
gesti ón no previstas por la l egisl ación general, etc. Hay que hacer
valer el derecho a la i n novación políti ca desde los ámbi tos locales
insti tucionales y sociales, generar nuevas estructu ras de represen ta-
ción y gesti ón pú blicas en ámbi tos ter ritoriales hoy significativos
(como por ejem plo las region es met ropol itanas) , si m plifi car en
ca m bio el mapa político-ad min ist ra tivo y contractualiza r las rela-
ciones inreri nsti rucio nales, atender las in iciat ivas in n ovadoras de
pa rti ci pación y cooperaci ón sociales que p ueda n surgi r de la socie--
dad civil, etc.
h ) El derecho a la úformación, a la comznzicación .y al acceso a las tecnolo-
gías de información )' comunicación 11 ' Si el teléfono se ha general iza-
.
do, n o pasa lo mis mo con las radios y televisiones locales y sobre
todo con las « n uevasn tecnologías, q e su ponen no sólo disponer del
eq ui pamiento en casa (ordenador personal), sino ta m bién la forma-
ción m ín i ma pa ra u t i lizarlas ( moni tores en cada ba rrio, los ciberca-
fés) y la posi bi lidad de incidi r sobre los conten idos, de promover
ofertas que corresponda n a necesidades sociales, de constituir redes
ciudada nas, ere.
294 LA CIUDAD CONQUISTADA
Nota sobre derechos )' deberes. Todos los derechos citados comportan evi- ¡
dentemente los deberes correspondientes por parte de sus ti tulares, sin lo
cual los derechos pierden eficacia para el conju nro de la ciudadanía. El dere-
cho a la ciudad supone el civismo y la tolerancia en el espacio público, el
derecho a la formación contin uada supo ne el esfuerzo i ndivid ual para asu
m i rl a , al derecho a la calidad de vida supone un con jun to de comporta-
m ientos para respetar el derecho· de los otros ;·etc. .
En todos los derechos citados es necesario disti ngui r lo que son derech os
colectivos de los derechos i ndivid uales. En ningú n caso el fundamen talismo · ·. 11
de los derechos colectivos debería men oscabar la dimensión individ ual de los 1
derechos citados. Más adelante tratamos de la ciudadanía y el terri to rio. Es
preciso en fatizar que desde una cultura democrática del siglo XXI los derechos ·. j
colectivos en un ámbito territorial no pueder.i red uci r el ámbito de autono-
mía individ ual alcanzado en n uestras sociedades. En n uestras sociedades ur-
banas m ulticulrurales es preciso combinar el respeto y también el apoyo pú-
blico si .es preciso a los colectivos con iden tidades culturales propias con la
protección públ ica por parte de las insti tuci ones de proxi midad de los dere-
chos ind ivid uales y el respeto a lo que consideramos derechos h u man os bási-
cos, sean cuales sean los usos y las costu m bres de aquellos colec::tivos. Ell o es
pa rt icular mente importa nte cuando se trata de grupos vul n erabl es dentro de
algunos colectivos inmigrantes (por ejemplo, m u jeres y niños).
LA DEJ\10CRACIA DIGITAL
La llamada sociedad informacional mod ifica las relaciones en tre insti tu ciones
y ciudada nos y entre los ciudadanos entre sí. Si antes, como decía Tocg uevi-
lle, a los dictadores n o les importaba ,q ue los súbdi tos no les quisiera n siem-
pre q ue ta m poco se quisieran entre ellos, hoy parece que con las TIC a l os
poderes políticos y económicos no les importa que los ci udadanos se com u -
n iq uen entre sí siempre que eso no les dé más posi bilidades de inrerven i r en
=
' .
la gesti ón de los asun ros pú bl icos o en el control de los agentes econ ómi cos.
La democracia digital es todavía
mocrá tico de las TIC es pobre.
opon en, como son:
Hayl eja na, o, m de
obstáculos
ás exactamente, el uso
diferentes tipgs q ue de-
se
Las experiencias l ocales son interesa ntes, como las desarrolladas en Cata-
l uña, ran to a _nivel general (Local ret) como local, en u no.s casos de iniciativa
m u nici pal (por ejemplo, Callús), en otras asociativa (por ejemplo, Raval-
net) , pero son aún m uy lim i tadas. Y en cambio las TIC son hoy u n factor
296 LA CIUDAD CONQUISTADA
Los terri to rios de n uestra vida social son hoy más complejos y difusos que
en el pasado. El esq uema barrio-cotidianidad ya no vale para mucha gen te.
La ciudad como ámbito delimitado, diferenciado del territorio del entorno,
espacio del trabajo y del consumo, avent ura de libertad ofrecida al niño y al
joven se ha hecho a la vez men:os accesible y más dispersa, sin lím i tes preci-
. sos. ¿Aún es posible la ciudad como experiencia in ieiática? Sí, seguramen te .
es posible y necesaria, pero hay que darle algunas condiciones.
Conviene que las políticas del territorio delimi ten hasta cierto punto los .
barrios, los centros, los mon umentos, las fronteras de la ciudad. Es difícil
asum ir o construir la propia ciudadanía si uno vive en ámbitos muy red uci-
LA.S CI U DADES EN LA GLOBALI ZACIC)N. LA CUESTI ÓN DE LA CIU DADA N ÍA 297
•
blaciones y actividades sucesivas ... forma parte del proceso de adquisición
de la ciudadanía, de la const rucción de las iden tidades personales y colecti-
vas. Conocer y ydescubri r la ciudad
a los otros, en rse
es asumi sus como
dimensiones
individ múltiples
uo y comoes miem
conocer-
bro
se u no mismo
de comun idades diversas. Éste es un descubri m iento más reciente, ya no so-
mos sólo de un barrio, de u na clase social, de un a rel igión. Somos m últiples
en cuanto a iden ti dades y perti nenci as, podemos entender mejo r l a d iversi-
dad d e n uestra sociedad.
En el terri torio « local » vivi m os ta m bién la gl obalidad. Fo rma m os pa rte
de com u n idades vi rtuales, nos relacionamos con el m u ndo. Vivir la dialécti-
ca l ocal-gl obal es ind ispensa ble para no ser un ser ma rgi nal, asu mi r a la vez
las iden tidades de p roxi midad y las relaciones vi rtuales es darse los medios
de ejercer la ciudadanía y de i nterpreta r el mu ndo pa ra no perderse. Y cono-
298 LA CIUDAD CONQUISTADA
cer a los otros a través de la proximidad virtual puede ser una contri bución
decisiva para_. acepta r y entender a los otros; v.cinos físicos pero desconoci-
dos culturales. La cultura global debería desterrar la xenofobia local.
Es en el espacio local donde los valores, las lenguas, las culturas se en-
cuentran , pueden convivi r y relacio narse. La ciudada n ía supone igualdad ,
n o h omogeneidad. Los derech os cultu rales de l os ciudadanos tienen que ga-
ran tiza r tanto la preservación y el desarrollo :e las identidades originarias
( len guas, historia, cost u m bres ...) como las relaci on es entre ellas; las fusiones
ni son imprescindi bles ni son negativas, son la vez inevi tables y pa rciales.
. ! 11
¡
EL VALOR DE LA IDENTIDAD DEL TERRITORIO:
EL DESAFÍO Y LA OPORTUNIDAD DE LA CLOB:\LIZACJ()N
Decía Havel que su casa era Praga, Cheq uia, y an tes Checoslovaq ui a..., pero
tam bién se sentía cul tural men te, sen ri men ralm en re eu ropeo, y ciu dada n o
del m un do; sus yalores eran u n iversal istas. Su·casa tam bién era su ba rrio, y
su casa, claro, y e'!) la casa sus espacios p refeidos, e i n cluso en la cárcel sen-
tía q ue la celda era su casa: .
La vin culación a una ciudad o una comarca, a un pueblo o a un ba rrio, 11
es un proceso compl ejo que ah ora no toca explicar, pero sí que conviene por
lo men os destaca r u n aspecto. Todos tenemos una historia que nos une a di- .
versos terri torios, de escalas diferen tes, y todos tienen u na iden tidad que los
•
diferencia. La pérdida de identidad de los territorios, que se disuelva n en
entidades más grandes y pierdan su especificidad, su empobrecimien to hasta
perder atributos que les dan sen tido y llevan a su aban dono, es una agresión
d
a n uestra propia iden ti dad, nos hace m:ás débi les y vu l nerables, quita u na
•
' 11
parte de sentido a n uestra vida.
Desde la política, o mejor dicho desde el ·poder polírico-bu rocrático y
desde las ideologías ad ministrativas, en nombre de pensamien tos racional is- tas-
a bstractos o de intereses con vol u ntad de dom i nio, a men udo se ha me- n 11
ospreciado la pe rsisten cia de las iden tidad es ter ri tor i ales y de los senti-
mien tos de pertenencia a u nos l ugares, a unós paisajes y a unas relaciones
sociales construidas por la histori a y concretadas en geografías transmisoras
de sentido.
Estos espacios que contienen el tiem po no son i n móvi les, n o están con-
denados a serlo; precisamen te su carácter polisém ico los hace más suscepti-
bles de evolucionar, de in tegrar nuevas forms de vida y de actividad, de
abrirse a otras cultu ras. Y, sobre todo, la iden tidad entre ter ritorio y socie-
faci li ta ¡¿ mo\·i l izaci ón con tra las agresiones del exteri or )' el surgi mi ento de
i n i cia ti\· pa ra genera r n uevas d i nám icas locales y- constr ui r n uevas cohesio-
nes soci d.i es r cultu rales.
En to::ces tenemos que p regu ntarnos si .e n el mundo actual se pueden
susci ta r estas i n i ciativas, si la gl obalización que crea o agudiza excl usion es de
L L
te r ri ro r ios :· col ectivos sociales no h ace posi ble ta m bién reacciones de senti-
do com r2 ri o. Y si ter ri torios en Íos que faltan pod eres pol íticos potentes,
cent ros u r ba n os met ropol i tanos y actividad es de n ueva econ om ía pueden
ten er su oportun idad y reposi cionarse favorablemen te desde el ámbi to local
·en el n u c\'O m undo global.
Un re rr i tori o se p uede entend r en tres d imensio nes tem po ral es. Esd el te-
rri ro r i o h i stóri co, con elementos geogd.ficos fuertes que lo ma rcan , que es
u na real i dad cultu ral, m uy presente en n uestra imagi nació n , en algu n as rela-
ciones sociales; que establece vínculos y ta m bién distancias ... Este terri rq rio
puede expresa rse en determ i nadas divisi ones o formas de organizació n térri-
to rial qu e, au n que cor responda n a époc;:as pasadas, todavía tienen vi rtuali-
dad en la con ciencia social, como po r ejem plo los Territori os Históricos del
País Vasco, . la d ivisión terri to rial de la Generalitat republicana o la d ivisión
provi n ci al espa ñola. Es u na here ncia del pasad o con la que hay que conta r
en el p resente.
El ter ritorio del presen te está determi nado en gran parte por las divisio-
nes admin istrativas actuales, los mu nici pios, las comarcas, las provi ncias y
las com u nidades autón omas. Pero tam bién por la organización de diversas
i nsti tuci ones y grupos que no siempre correspo nden a los anteriores: igl esias
y u niversidades, pa rtidos pol íticos y organizaciones sociales, etc. Tam bién
config u ran los terri tori os del presen te relacio nes men os visi bles, como las
que se establecen entre ciudades y pueblos, n uevas redes telemhicas, l a loca-
lizació n de cen tros comerciales, parques tecnológicos o campus u n iversi ta-
rios ...
Y todavía ex iste otra dimensió n terr itor ial, de futu ro, estratégica, resul-
tante de las din im icas sociales y de los proyectos colectivos. Es un terri torio
en constr ucció n , que se apoya en los dos an terio res pero tam bién en u na
gran d iversidad de i niciativas, n o siempre compa tibles. Las decisiones de los
gobiern os «ex teriores» pueden entrar en con tradicción con los intereses o las
demandas que expresen los gobiernos locales, las in iciativas de agen tes eco-
nómicos privados pueden confronta rse con la coh esión social o la sostenibi-
300 LA CIUDAD CONQUISTADA
lidad del territorio ... Pero también se puede configurar un terri torio de fu- _
tura resultado de la existencia de un proyecto hegemónico construido por la
concertación de un conjunto de actores sociales movilizados. El territorio es
también resultado de u na estrategia colectiva.
•
«economía nacional» ha revalorizado los ámbitos regionales y locales como
11
espacios económicos más o menos atractivos, prod uctivos o competitivos, y
tam bién que proporcionan certezas, o no, respecto al funcionamiento insti-
tucional , la sostenibilidad o la cohesión social. Por otro lado la globaliza- 11
ción genera u na necesaria reacción local, que reafi rma los elemen tos de
identi dad y de diferenciaci ón, imprescindi bles para mantener la cohesión
in terna pero tam bién pa ra ser atractivos hacia al exterio r y pa ra garan tiza r
un di namismo sostenible y la integración de n uevas poblacio n es y activi-
dades.
Nuevas realidades y el aprovechamiento de las ·oportunidades reclaman
n uevas estruct uras político-ad ministrativas que no sólo apoyen las dinámi-
cas posi tivas existentes, sino que utilicen la representatividad de las institu-
ciones y los medios públicos para hacer de guía y de motor de las mismas.
-
·
-
-- - --- -
- ,· LAS CIUDADES EN LA GLOBALIZACI ÓN. LA CUESTIÓN DE LA CIUDADANÍA 301
Hoy toca redefi n i r los mapas de organ ización del territori o. Por ejemplo
en Francia en pocos meses se han constitu ido 120 estruct u ras pol íticas de
gestión local en casi todas las áreas terri toriales de más de 50.000 ha bi tantes
(sólo faltan 15), que son la otra vert iente de las «Com un i dades u rbanas»
(corporaciones met ropoli tanas) consti tuidas en las áreas de más de 500.000
habi ta ntes. Esca red efin i ción p uede hacerse arti culando m un icipios (y co-
rúa rca, si procede), pero tampoco hay g ue consi derar intocables todas l as di-
visiones existentes (por ejempl o gu izás hay que pl antear l a m od ificaci ón del
ma pa comarcal o integra r en el n uevo terri tori o m u n ici pi os ahora adscri tos
a otras comarcas, provi nci as o comu nidades au tónomas) . Y asum i r la especi-
ficidad de cada terri tori o, es decir, no plan tea r com o soluci ón u n n uevo u n i-
formismo bau t izado como « region al » . Las formas de autogobi erno pa ra el
Al t Pi ri neo, la plana de Llei da, la región merropoli tana de Ba rcelo na o las
Terres del Ebro no tienen q ue ser idénti cas.
Las i den tidades l ocal es en u n os marcos ter ri toriales determ inados se recu pe-
ran o se i m enta n. Es eviden te que la histo ria, los referen tes geográfi cos co-
1
m u nes, la persistencia de ciertas for mas de vida colectiva, elemen tos cul t ura-
les específicos y diferenciad ores, formas hngüísticas propias, acti vi dades
econ ómicas d efin itori as o que marcan el territorio ... todo ello crea l as bases
para la reivi ndicación de la idemidad terri torial. Pero hay que valorarlo y
reinrerpretarlo al servicio de proyectos de futuro. Y hacer un instru men to
•
para posiciona rse en la globalización, en el marco que corresponda o sea po-
sible.
La identidad no puede ser estática o referirse a unas esencias por defin i -
ción perma nentes, sin o refo r m ulada y reelaborada constantemente media n -
te la i ncorporación de nuevos elementos resultantes de dina mismos econ ó-
m i cos, cu l t ural es, dem ográficos ... y n uevas coh esion es q ue gen era n lo
p royectos colect ivos. La iden t idad es ta m b ién p rod ucto del p resen te, de
n uevas relaciones i nrercul ru rales, de las posi bilidades de i nregración que su r-
gen de la fuerza de las movilizaciones si se p ueden formu lar objetivos com u-
nes e inren:'ses coincidentes que acerquen valo res y poblaciones .
Es deci r, que la identidad tam bién es resul tante en cada mo men to h istó-
rico del ti po y fuerza de las i l usiones de fu ru ro que se expresen en el ter ri to-
rio, en sus i nst i tuciones y colect ivos social es. Hay una d i mensión vol u nra ris-
ca en la iden t idad q ue depende de los actores que im p u lsan p royecto:-
coleccivos y que comporta tam bién, y hay que ser consciente de ello y asu-
302 LA CIUDAD CONQUISTADA
mirlo, un cierto grado de conflicto, pues las iden tidades son complejas; en
ellas hay elementos o lectu ras contradictorias, e incluso los elemen tos iden-
ti tarios del pasado pueden ser excluyentes u opuestos a n uevos valores o
n uevos contenidos del presente.
En resumen, los terri torios existirán si sus habi tantes lo quieren y cons-
t r uyen un proyecto de futuro.
11
m undo en el cual las regi ones y ciudades encuen tran n uevas oportu-
nidades y desafíos.
b) La urbanización regional izada y el paso de aglom eraci ones met ropo-
l itanas a regiones u rbanas con un gran centro que articula una red
de centros pequeños y medianos (o un sistema de ciudades relativa-
men te equilibrado, como en el centro de Italia o en el País Vasco)
que se posicionan como actores en la vida pol ítica, económica y cul-
tural nacional e internacional.
c) La consolidación de las regiones como espacios socioeconómicos sig-
nificativos, por las sinergias que en ellos se prod ucen, como ámbito
de las políticas públicas in tegradas y como ámbitos de cohesión so-
cial v, de desarrollo sosteni ble.
d) La reacción política que se produce en las sociedades regionales que
exigen una cuota de autogobierno tan to para decidi r sobre las políti- 11
cas p ú blicas (de promoción económi ca, sociales y cult u rales, am-
bien tales) de su ámbi to como pa ra hacerse escuchar en niveles supe-
ri ores que tom an decisio n es que les afecta n (po r ejem plo, sobre
grandes infraestructu ras o sobre formas de apoyo a actividades eco-
nómicas), tanto en ámbitos estatales como su praestales.
e) Esta reacción política se apoya m uchas veces en .la reivindicación de
identidades cuJturales y lingüísticas acen tuadas por la necesi dad de
afirma r la diferencia ante las tendencias homogeneizadoras de la glo-
. balización. _
I_
----- --- -·· ·
-· - . ----
LAS C!U DA DES EN LA G LOBA LI ZACIÓN. LA CUESTIÓN DE LA CI U DA DAN ÍA 303
•
El caso europeo es hoy el ejem plo más eviden te de la necesidad de esta am-
pliación. La inexistencia de u na Constitución o ley fundamental europea, la
complejidad y opacidad del entramado i nsti tucional, la confusión sobre los
y la inex istencia o
p rocesos decisorios, la debili dad rela tiva del Parla men to
lax i tud de las organizaciones políticas y sociales de ámbi to europeo, la falta
de u na «opin i ón pú bli ca» europea, la lógica i nrerguberna m ental y el fu nci o-
na mien to tecnocdtico a la hora de decid i r y gest iona r las pol íticas pú bl i -
cas... son factores a la vez causal es y expresivos de la i nexistencia rea l de u na
ci ud adanía europea que atri buya u n pl us a los eu ropeos, que en l a p ráctica
sólo d isfruta n de los derechos hisró ri ca mente adqu i ri dos en su ám bi to esta-
_tal pero en cambio son «sú bdi tos» eu ropeos. En u n l i bro reciente ( La ciuda-
danía europea, 2001) desarrolla mos esra temática. H oy los derech os políti-
cos y sociales n o p ued en ci rcu nscri bi rse al m arco estatal. Es preciso
reconocer la igualdad y la pleni tud de los derechos pol íticos a todos los resi-
dentes en un país europeo, así como el derecho de todos al diálogo social en
este ámbi to (organizació n , negociación , conflicto a n ivel sup raesratal ), a ac-
304 LA CIUDAD CONQUISTADA
El nivel «regional»
plementad o po r l a perm anen cia del n ivel local (por su m áxi ma proxi m idad )
n os parecen d os criterios ciudadan os posi tivos.
• El ba rrio
El ba rri o su bsiste y se reval ori za. Aun que se aprecien fen ómen os de d isol u-
ción de la vida ba rrial (las relaci ones sociales se m ul ti pl ica n en otros <ím bi-
ros, i ncl uso a distanci a .g... racias al teléfo no, al correo electró n ico, al au ro mó-
vil, a los viajes), se prod uce tambi én u na reacción de idenridad y cohesi ón
freme a fenómenos de homogeneizaci ón, de resistencia frente a in i ciat ivas
pú bl icas y sobre todo pri vadas vivi das como agresi ón al enrom o o a la per-
ma nencia en el luga r. El barrio es u n ímbi to reivi ndicati vo, partici pa tivo )' .
de cooperación social que. determ inadas políticas pú bl icas i·efuerzan , como
la descen t ral ización , los planes o p rogramas i ntegrales qu e responden a la
• . ··- · .l. .
306 LA CIUDAD CONQUISTADA
El terri torio más próximo, el espacio más peq ueño, forman parte de n uestro
ser in divid ual y colecti vo. Nos referim os, en general, a regiones, pays (en
francés) o comarcas de base relativamen te rural, que pueden tener activida-
des ind ustrial es más o menos modernas y más bien dispersas, una diversidad
de centros de pequeña talla y algún cen tro un poco más grande que lucha
por consolida r su cen tralidad entre la difusi ón comarcal y la atracci ón de
un a metrópolis no m uy lejana. En estos terri torios a men udo hay elemen tos
de un idad histórico-geográfica y cultural (y quizás religiosa), algunas activi-
dades económicas que perfila n su carácter y les dan cohesión social... pero
q u e los actuales procesos que designamos ( d emasi ado fácilmente) como glo-
bal izació n po nen en en tredicho. Enton ces se prod uce u na reacció n , bien
an te la agudización de una crisis de la activi dad económ ica (agrícola o in-
d ustrial, resul tado de la competencia i n ternacional o de las decisiones exte-
rio res) , bien en con tra de determin ados proyectos infraestr ucturales o de ac-
tividades qhe hacen correr un riesgo a la cohesión y progreso del terri tori o
(trasvases, trazado de au topistas, campos de tiro mili tares, etc.). Estas reac-
ciones, que se apoyan en la identidad cultu ral del terri torio y que pretenden
revalorizarla e incluso «reinven tada», no son simplemente defensivas, sino
que plan tean .también alternativas de reconstr ucción global del territorio .
Muy esquemá ticamen te in dicaremos a cont i n uación los ejes que considera-
mos pri ncipales en esta reconstrucción.
Ni la i den tidad n i el progreso del terri rorio se ga ran tiza n sin una in fraes- ·
tructu ra y u na red de servicios de cal idad. Nos referi mos por un lado a la
conectividad tanto con el exterior como interna en el _área: red via ria y ferro-
via ria, eventualmente fluvial o maríti ma, acceso al aeropuerto y a la metró-
poli más próxi mos, posicionamiento en la red de comun icaciones regi onal y
macror region al, acceso general izad o a In ternet y red local «in rranet» pa ra
optimiza r la conectividad interna, ere. Por otro lado hace fal ta una bu en::i.
oferta de servicios básicos para la actividad económica y la calidad de vida:
agua, energía, con trol amh iental , ere.
servicios de carácter educativo, escuelas de rod0s los niveles, cen tros preu n i-
versi tarios, u niversi tarios y postuniversi tarios, escuelas o insti tutos orienta-
dos hacia n uevos oficios, investigación por lo .:menos aplicada teniendo en
cuenta las tradiciones y las potencialidades eco.nómicas de la región, p rogra-
mas de formació n contin uada que tenga n como públi co objetivo a toda la
población, alfabetización en las actuales tecn ologías de informaci ón y co-
m unicación ... Y complemen tariamen te, insti tuciones pú blicas y entidades
privadas tienen que implantar políticas de at¡acción de recu rsos humanos
cualificados, generar conexiones con el exterio- para socializa r en el ter ri to-
rio informaciones y conocimientos que represn ten una innovación, crear
observatorios y redes que se conecten internacional men te, p ro mover con-
. .
gresos y s1mpos1os, etc.
La cultura se apoya en u nas bases materiales: equipam ien tos como m useos y
teat ros, cines y cen tros polivalen tes, escuelas con progra mas postescolares,
mon umentos, i nstalaciones deportivas, centros- de jóvenes, residencias pa ra
an cia nos, bibliotecas y mediatecas, cibercafés y cent ros públi cos o social es
de acceso libre a In ternet y de formación en las TIC, rad ios y televisiones
locales, prensa y publicaciones en general, el p?isaje nat u ral y el construido,
etc. Hay, obviamente, una relación m uy direcr-a eritre la fuerza y la calidad
de estas bases materiales, el ámbito social y geográfico que cubren y la capa-
cidad del terri torio de atribuir una iden tidad cohesionadora y evolutiva a
sus habi t<1:ntes. En el mundo actual creemos qÚe hay que considerar dos di- d
mensiones especialmen te importan tes de la oferta cultural en ( ambos casos se
trata de encon trar un comp romiso ideal entre dos demandas diferen tes y
1
11
que a veces se consideran opuestas. La oferta cultural tiene una función de
cohesión interna, de relación entre los diferen tes elemen tos pasados y pre-
sentes que configuran la identidad, siempre heterogénea, del territorio y de
la sociedad que ahí vive. Pero también tien e una función hacia el exterior, ·
de dar u na imagen del país, de atraer flujos de población visi tan te, de inver-
siones y actividades, de informaciones ... Hoy la cultura es un factor impo r-
tan tísimo pa ra el p rogreso del terri torio, pa ra su capacidad de atracción ,
pa ra la calidad de vida que ofrece, pa ra las relaciones que permi te esta blecer.
Otra dimensión de la oferta cultu ral que hay que cüar, tam bién compuesta
de dos elemen tos que pueden estar en tensión, es la que se refiere a la cultu-
ra cómo elemen to que une y consolida los componen tes culturales acumula- .
dos por la historia y la cultura como apert ura e·intercambio, con capacidad