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Historia Política Mundial II

Analisis de los textos seleccionados


(Trabajo practico segundo cuatrimestre)

Alumno: Vidal, Lucas.

Carrera: Ciencias Politicas y Relaciones Internacionales.


La era de las Ideologias de Karl Bracher.

Analisis externo:

Origen y naturaleza.

Tiene un origen publico y su naturaleza es historica, política como también se


puede considerar una investigacion social historica.

Autor.

Karl Bracher nació el 13 de marzo de 1922 en Stuttgart en una familia de clase


media. Su padre era maestro y luego trabajo el ministro de cultura de
Württemberg. Fue educado en el Eberhard-Ludwigs-Gymnasium en Stuttgart.

Durante la Segunda Guerra Mundial sirvió en la Wehrmacht (fuerzas armadas


unificadas de la Alemania Nazi) sin embargo, fue capturado por solados
estadounidenses muestra servía en el Afrika Korps en Túnez y se mantuvo
como prisionero de guerra en Kansas. Luego de finalizada la guerra, volvió a
Alemania y obtuvo un doctorado de la Universidad de Tübingen en 1948 y
estudio en la Universidad de Harvard desde 1949 hasta 1950. Luego en
enseñó en la Universidad de Berlín hasta que se unió a la facultad de la
Universidad de Bonn.

El profesor Bracher exploró la devolución de la República de Weimar de una


frágil democracia parlamentaria después de la Primera Guerra Mundial, a una
dictadura nacionalsocialista, a lo que llamó única entre los regímenes
totalitarios en su resumen de la filosofía fundamentalmente antisemita de Adolf
Hitler. Sin embargo, no exploró el ascenso del fascismo únicamente a través
del prisma de un académico independiente, sino más bien, desde la
perspectiva de un alemán preocupado en un país donde la dictadura había
fracasado terrible, pero donde la democracia de posguerra “no se había
asegurado”.

El profesor Bracher se negó a absolver a la generación alemana de los años


1920 y 1930 de complicidad en los horrores del nazismo. De hecho, culpo en
gran medida a la voluntad popular consciente de arrastrar al poder al Partido
Nazi. Su punto de vista rompió con la conclusión más convencional de otros
historiadores de que el colapso de la democracia alemana había sido el
resultado inevitable de fuerzas inmutables, como la inclinación natural del país
hacia el autoritarismo o los duros términos del Tratado de Versalles, o de una
conspiración capitalista, o de temores del bolchevismo, que, para algunos
hicieron al nacionalsocialismo simplemente el menor de dos males totalitarios.
Mientras escribía que el nacionalsocialismo era sinónimo de “hitlerismo”,
repartió la culpa por las atrocidades nazis y notó que “un movimiento de
resistencia coherente nunca existió”. Y a pesar de todo el poder concentrado
en Hitler, definió su ejercicio como sorprendentemente improvisativo y derivado
en parte de las luchas internas entre sus subordinados. En un ensayo en 1956
Bracher señalo “el antagonismo entre las agencias rivales se resolvió solo en la
omnipotente posición clave del Führer”. “La posición clave del dictador derivó
precisamente de la compleja convivencia y oposición de los grupos de poder y
de lazos conflictivos”.

Finalmente, el 19 de septiembre del 2016, la Universidad de Bonn, donde fue


profesor desde 1956 hasta 1987 anuncio su muerte a los 94 años.

Obra.

“La era de las ideologías: una historia de pensamiento político del siglo XX”
(Zeit der Ideologien. Eine Geschichte politischen Denkens im 20) fue publicada
en Stuttgart: Deutsche Verlags-Anstalt, en 1982. En castellano se publica en
1989.

Análisis interno:

Idea principal.

En el capítulo “Dictadura como un concepto”, el autor va hacer un análisis


comparado entre el nacionalsocialismo, el fascismo y el comunismo. Lo que va
hacer el autor a lo largo del capítulo es una comparación primero del
nacionalsocialismo y el fascismo para luego hacer un análisis comparado de
ambas con el comunismo (se podía decir que esta es su metodología de
análisis). El eje central que define este periodo es el “totalitarismo”, siendo así
la oposición entre democracia y totalitarismo un término puramente político que
emana de la ideologización, la cual (según el autor) tiene su origen en los
jacobinos en el año II de la Revolución Francesa.

Ideas secundarias.

Los movimientos dictatoriales del fascismo y el nacionalsocialismo tienen su


origen en los tres grandes grupos de ideas del siglo XIX, conservadoras,
nacionales, sociales. A partir de aquí Bracher comenzara a desarrollar como
estas ideas influyeron terminaron influyendo para que se den dichos
movimientos.

En casi todos los estados contemporáneos surgieron corrientes de un


imperialismo nacional de visión misionaria, en Alemania su pujanza
potencialmente antidemocrática fue formulada con especial agudeza por el
historiador Treitschke. Internamente, mediante una justificación del gobierno
elitista en lugar del parlamentario, externamente por una acentuación de la
desigualdad de nacionales y razas y por una especial misión nacional, en la
que los mismos alemanes deberían concientizarse. En el caso Italiano, el
protagonista más importante de la unidad italiana era Giuseppe Mazzini. Para
él la idea de autodeterminación de los pueblos tenía un objetivo final
humanitario-universal, a cuyo servicio cada nación debía actuar a su manera.
Sin embargo, aun esta ideología que apuntaba a la unidad de todas las clases
bajo el signo de nación, finalmente lo condujo al campo del nacionalismo
imperialista. Esto se llevó a cabo dada una justificación que anticipaba al
fascismo, la idea de que hasta al siglo V todo esos territorios fueron de su
propiedad y si no hacían algo Francia se iba a quedar con todos ellos. Aquí es
donde se logra evidenciar una temprana indicación de como el fascismo
italiano se iba a identificar con el Imperio Romano de la Antigüedad clásica.
Dado estos hechos, el autor afirma que los filósofos nacionalistas, mientras la
nación sea débil, van a comenzar por metas humanitarias supranacionales
como objetivos finales. Y cuando se logra un fuerte Estado nacional formulan
reclamos de autarquía y expansión nacional-imperialista.

Luego el autor nos va hacer que ciertos conceptos políticos-ideológicos han


sido aplicados contrariamente, como el concepto de “socialismo”. La disputa de
sus tendencias democráticas y dictatoriales comenzó junto con la aparición del
movimiento de la clase trabajadora en el siglo XIX. El marxismo es solo una de
las tendencias que se presenta como con su característica exigencia exclusiva
de proclamar la forma autentica del socialismo, que Marx había equiparado con
el comunismo.

El concepto global de socialismo como tal borra la distinción fundamental entre


un concepto dictatorial y totalitario y una interpretación reformista y
democrática. Desde la revolución de Lenin y la división entre socialdemocracia
y comunismo después de la primera Guerra Mundial, esta distinción adquiere
un significado global. Al mismo tiempo surgen contramovimientos nacionalistas
y dictatoriales, que también se unen, bajo el eslogan de “socialismo nacional” y
de fascismo.

Desde su comienzo el nacionalsocialismo reclamo para si el rol de un


movimiento de trabajadores expresamente social pero claramente nacional. En
sus orígenes fueron típicos en estos aspectos, es más, antes de la Primera
Guerra Mundial había un Partido Obrero Alemán que enfrento a los sindicatos
checos, cuyo nombre y programa declarado “nacionalsocialista” sirvió para la
posterior creación del partido de Múnich de Hitler. Este movimiento debió su
posterior evolución a la subestimación de su “folclore socialista”.

Por mucho que las corrientes, las formas y los contenidos del socialismo en
todo el mundo difieran entre sí, no cabe duda de que guardan una estrecha
afinidad en cuanto a sus características totalitarias y antiliberales o su
tendencia a organizar y reglamentar al hombre.

El autor habla de una tentación para los ideólogos, la cual consistía en crear
una alternativa global al “socialismo internacional” de los marxistas, para ello
debían unir las dos corrientes más poderosas de ideologización política
destinada al pueblo en general, es decir, la nacionalización y la socialización de
masas. El viraje del socialista de izquierda Mussolini hacia la lucha
propagandística nacionalista de la Primera Guerra Mundial representaba
justamente esta combinación. En Alemania y Austria hubo movimientos
sindicalistas socialnacionalistas, que en parte fueron el resultado de secesiones
de la socialdemocracia y que surgieron después de 1904.

Aquí aparece en forma muy clara la profunda diferencia entre el fascismo y


nacionalsocialismo: una ideología nacional-imperial, con un toque socialista, y
el Estado poderoso como el máximo valor en el fascismo, y una ideología de
integración antisemita populista con la “raza” germana nórdica, como el
máximo valor en el nacionalsocialismo, ambas antimarxistas y al mismo tiempo
anticapitalistas. Lo esencial es la relación que el fascismo logro establecer
entre ideología y realidad, entre accionismo y régimen autoritario, en el
momento en que hubo que consolidar el poder tomado por una minoría. Igual
de interesante es la cuestión de cómo los pocos elementos intelectuales que
constituían el nacionalsocialismo, en el pensamiento de Hitler, pudieron ser
transformados en lo que parecía ser una medida inconcebible de apoyo.

En esto un aspecto importante fue el carácter de “mezcolanza” de la ideología.


Operaba a través de la interacción de elementos tradicionales y
revolucionarios, populistas y sociales, autoritarios y totalitarios.

Tradicional: para el fascismo significo, la idea del Imperio Romano y el Estado


unificado nacional-monárquico. Para el nacionalsocialismo significo el “Reich
germánico de la Nación germana”, es decir el concepto medieval de Reich.
Revolucionario: significo la eliminación de todas las fuerzas previas, seguido
del derrocamiento de la estructura del poder y el sistema de valores.

Populista: se refería a la persuasión y manipulación seudodemocrática.

Social: significo la preocupación por las pautas igualitarias y las


preorganizaciones colectivas, de una comunidad de pueblo.

Autoritario: esta fue la estructura elitista de las luchas políticas y la toma de


decisiones.

Totalitario: fue la idea central de la absoluta identidad de Führer y pueblo, duce


y nación, partido y Estado.

En el comunismo las cosas fueron diferentes, pero comparables. Su punto de


partida fue la teoría científica con pretensiones empíricas. Sin embargo, las
adaptaciones a la estrategia revolucionaria de Lenin y al gobierno dictatorial
mismo fueron las que dieron a la ideología comunista su verdadera forma
política, tanto dentro de la URSS como fuera de ella.

Se podía decir que con el comunismo continuaron presentes la autocracia y el


imperialismo rusos, pero con nueva etiqueta ideológica, la dictadura del
proletariado y la revolución mundial socialista ahora justifican un despotismo. Si
comparamos esto con las ideologías fascistas y nacionalsocialistas,
encontramos que el núcleo racional y progresista del comunismo es en gran
medida la propaganda. En forma similar, la preocupación por la modernización
y la tecnología favoreció al incremento del poder, mientras que la
infraestructura económica y política quedo muy atrás. La evolución posterior del
poder comunista iba a fundamentarse en el poder militar tanto internamente
como hacía en el exterior.

La ideología militante comunista desempeño un rol clave, en tanto que la


revolución permanecía en la agenda comunista y mientras el enemigo de
clases interno exigía la continua lucha, una permanente militarización, la
terminología militante de sus programas y declaraciones no era tan diferente de
los clamores de lucha de la propaganda nacionalsocialista en totas las esferas
de la vida social.

Una comparación de las principales características de esta forma de gobiernos


revela las similitudes entre los regímenes.

Tradicional: opresión hacia adentro y una política de gran potencia hacia


afuera. O sea una continuación de los métodos y tradiciones zaristas.

Revolucionarios: significo la manipulación seudolegal de los consejos al lado y


por encima del aparato estatal.
Populista: pretensiones democráticas comunistas se diferenciaban de las
expectativas marxistas, principalmente por la imposición del consenso.

Social: la reorganización igualitaria y colectiva de toda la sociedad y la


economía buscaba llevar el socialismo a toda la “gente trabajadora”

Autoritario: el comunismo fue y continuo siendo autoritario, por cuanto la


voluntad del partido y su conducción era formado y forzado de arriba hacia
abajo, pero también la sociedad misma.

Totalitario: desde el comienzo del culto a Lenin y más tarde, en el estalinismo


mismo reinaba la ideología de identificación. Este principio de unidad totalitario
estaba tan tangible desacuerdo con la continuación de la lucha de clases.

Conclusión.

En el capítulo “dictadura como concepto” de la obra “la era de las ideologías”


Bracher refleja su pensamiento que es más orientado a la derecha que la
izquierda. Claramente con sus distintas comparaciones y los marcajes de
similitudes el autor quiere diferenciar las distintas ideologías, por eso plantea
esta metodología de análisis, la cual lo ayuda en este objetivo.

Valoración personal.

Desde el punto de vista de la complejidad que tiene el autor para escribir se


podría decir que sin una investigación previa, ni con una atención particular no
se podría llevar muy bien el texto. Sin embargo, teniendo con uno mismo una
buena investigación del pensamiento del autor, de su vida (como afectaron a su
pensamiento las cosas que vivió) y teniendo una justa atención para entender
lo que el autor quiere decir con sus palabras termina siendo un texto muy rico
de contenido, ya que nos ayuda entender (como algunos autores lo dicen) que
los tres regímenes como el Hitler, Mussolini y Stalin, no pertenecen a un
ideología en conjunto sino que se diferencian en varios puntos, así
diferenciando sus regímenes.

Analis de El fascismo. Sus interpretaciónes de Renzo De Felice.

Analisis externo.

Origen y naturaleza.

Esta obra dada que es una publicacion propia, es de origen publica con una
naturaleza historica y política, escrita con, como era costumbre del autor, un
gran respaldo de documentos de la epoca.

Autor.

Renzo de Felice nació en Reitli el 8 de abril de 1929, era hijo de un funcionario


de aduanas que participo en la Primera Guerra Mundial y luego fue voluntario
de la segunda. De Felice estudió Filosofía en la Universidad de Roma. Su
encuentro con Ferederico Chabod (historiador , alpinista y político italiano ,
patrón de la causa Valle de Aosta) fue decisivo para el desarrollo de su
vocación historiografica. Otro de sus grandes maestros, que influyo mucho en
su pensamiento fue Delio Cantimori (Influyente historiador, pensador y político
italiano, profesor de Pisa, entre otras universidades). El autor se sintio
deducido, en primer momento, por el marxismo. De hecho, en su epoca de
estudiante fue militante comunista activo, de tendencia Trotskista, incluso fue
arrestado en 1952 mientras preparada una manifestacion de protesta con la
visita a Roma del general americano Ridway. Sin embargo, abadono el
comunismo en 1956, por su desacuerdo con la invasion sovietica de Hungría.
Tras este abandono del marxismo, se fue alejando cada vez mas, acercandose
al liberalismo y al conservadorismo. A su juicio, el marxismo pecaba de
determinismo económico y dejaba de lado los factores políticos y culturales en
el proceso historico. Desde entonces De Felice estuvo abierto a las nuevas
tendencias de la historiografia cultural, mas proximas a la antropologia que a la
historia tradicional de las ideas. En ese sentido, las obras de Mosse y de las de
Germani jugaron un papel de primer orden en la evolucion de la historiografia
defeliciana.

En 1968 inicio su carrera docente como profesor de Historia de la Doctrinas


Politicas en Salerno. Pasó a enseñar Historia de los Partidos Políticos en
Roma. Sus primeros trabajos se centraron en la Ilustración y en el jacobinismo
italiano (movimientos revolucionarios de unificación conducidos por Giuseppe
Mazzini y Cavour). En obras como “notas e investigaciones sobre los ilustrados
y sobre el misticismo revolucionario, 1789-1799 (1960), “Los periodicos
jabobinos italianos” (1962), y “La Italia jacobina” (1964), De Felice ofrece una
contribucion esencial al concepto de jabobinismo y al conocimiento del
movimiento democratico republicano radical.

En los años siguientes, sus intereses se dirigio al estudio del fascismo. En 1965
inicio su amplia biografia de Mussolini, que es al mismo tiempo una
reconstruccion global del fenomeno fascista y una historia de la Italia de
aquellos años. La obra esta ariculada en distintas partes: “El revolucionario
1883-1920”, “El fascista 1921-1929”, “El Duce 1929-1940” e “Italia en guerra
1940-1943”. Hasta su muerte continuo elaborando su biografia de Mussolini.
No llego a culminar su gran proyecto, pero su exhaustiva biografia del “Duce”
sobrepaso las siete mil paginas.

Obra.

La obra “El fascismo. Sus interpretaciones” publicado en 1969, De Felice


abordo la critica de las principales teorias interpretativas del fenomeno fascista:
la liberal, la marxista, la sociologico-estructural, la catolica, la psicosocial, la
defendida por Nolte (historiador y filosofo aleman, especializado en el estudio
del fascismo y el comunismo).

En sus conclusiones, el historiador no creia en la validez abosluta de ninguna


de estas interpretaciones, pero juzgaba necesario tenerlas presentes y articulas
entre si a la hora de lograr la explicacion historica global del fenomeno fascista
en general y de los fascismos en particular.

Analisis interno.

Idea principal.

De Felice abordó la critica de las principales teorias interpretativas del


fenomeno fascista: la liberal, la marxista, la sociológico-estructural, la católica,
la psicosocial, etc.

El autor esta convencido de lograr una explicacion en terminos efectivamente


historicos del fenomenos fascista y de los diversos fascismos en particular.
Para esto es necesario tener presente todas las interpretaciones formulas
hasta ese momento. Sobre todo, en mayor medida que generalizar el
significado de algunos caracteres generales del fascismo, se han de tener
siempre muy presentes las caractericas concretamente nacionales, vinculadas
con las situaciones hisotricas particuales.

De Felice esa convencido de que definir el fascismo es, sobre todo, escribir su
historia. También esta convencido de que aunque este sea el camino, se ha
trabajado mucho y eficientemente queda mucho por hacer.

Al no llegar a ver al fascismo como un fenomeno se pierde la posibilidad de


comprender la intima razon de la constitución de un determinado bloque de
Estados pero dictado por una igualmente intima razon de contraposicion al
primero, y la historia de Europa y del mundo entre las dos guerras mundiales
terminaria por recibir una explicacion meramente diplomatica o incluso casual:
si en Versalles no se hubiesen cometido ciertos erriores, si la Italia fascista no
se hubiese aliado a la Alemania nazi, si en Francia hubiese triunfado la tesis de
los que querian intervenir militarmente junto a Finlandia contra la URSS, si
Hitler hubiese respetado el pacto de Ribbentrop-Molotov (tratado de no
agresión entre Alemania y la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas).

Ideas secundarias.

El autor comienza a enumerar y explicar los diferentes elementos que son


necesarios para comprender históricamente el fenómeno fascista. El primero
de los elementos es de tipo geográfico-cronológico: el fascismo fue un
fenómeno europeo que se desarrolló en el periodo transcurrido entre las dos
guerras mundiales. Sin dudas, diversas precondiciones y raíces preexistían a la
Primera Guerra Mundial, tanto desde el aspecto social como moral. Estas
precondiciones eran “marginales” y ninguna permite pensar que se habrían
desarrollado sin la crisis traumática determinada por la Primera Guerra
Mundial. La crisis determinada por la guerra fue la única y verdadera causa de
su irrupción y de su extensión a grupos sociales que hasta ese momento
habían sido inmunes a ellos. De esta manera, en la posguerra la crisis se hace
activa y general y afecta, a todos los aspectos de sociedad. El desenlace
fascista que tuvo la crisis en algunos países no fue completamente inevitable.
Fue una consecuencia de una multiplicidad de factores, de incomprensiones,
de errores, de imprevisiones, de ilusiones, de miedos, de fatigas y de
determinaciones que muy a menudo no eran en absoluto conscientes de los
resultados a los que su acción condujo efectivamente.

El segundo elemento es el referente a la base social. Aquellos que han


afirmado que el fascismo no fue la expresión de una determinada clase social
sino que tuvo partidarios y adversarios en todas las clases. Sin embargo,
mayor razón aún tienen aquellos que han señalado que, mientras en la clase
obrera y en la burguesía liberal y católica, en general, la actitud predominante
hacia el fascismo fue negativa, lo más ardientes defensores del fascismo se
reclutaron en la pequeña burguesía. La relación fascismo-clases medias es uno
de los nódulos esenciales del problema histórico del fascismo. El análisis de
quienes han puesto acento sobre esta relación puede ser sintetizado del
siguiente modo:

1. Después de la Primera Guerra Mundial, en diversos países europeos,


las clases medias tuvieron que afrontar un periodo grave y en algunos
casos de gravísima crisis, esta crisis eran vinculadas con el proceso ya
iniciado de transformación y de masificación incipiente de la sociedad,
que derivaban directamente de la guerra y de la aceleración del proceso
de movilidad social.
2. En el plano económico-social, esta crisis de las clases medias se
manifestó en formas y medidas parcialmente diferentes cuando efecto a
las clases medias tradicionales. Todas las clases medias se veían
obligadas a enfrentar una sociedad en rápida transformación,
caracterizada por la afirmación creciente del proletariado y de la gran
burguesía.
3. En el plano psicológico-político, esta crisis de las clases medias produjo
un estado de frustración social que se manifestó a menudo como
profunda inquietud, un confuso deseo de venganza frente a la sociedad
en relación con la cual se consideran como las principales y que, a
menudo ese estado de frustración podría haber sido explotado y
conducido por el movimiento socialista para establecer una alianza
efectiva con al menos un sector de las clases medias. Otro hecho que
ayudo a esto fue el miedo al bolchevismo, que condujo a gran parte de
la clase media al camino del fascismo, considerándolo como un
movimiento revolucionario.
4. Algunos autores consideran que el fascismo habría sido la tentativa de
dar vida políticamente a una tercera fuerza que se contrapusiese a la
democracia parlamentaria de los países capitalistas y al comunismo y
cuyo motor principal residía en las clases medias en función de su
afirmación como realidad social autónoma.

El hecho de que la movilización secundaria de las clases medias no puede ser


desligada de la aceleración contemporánea de la movilización primaria del
proletariado y del hecho de que este segundo tipo de movilización tropezó con
mayores dificultades de las que encontró en el pasado para hallar canales
propios legítimos. En esta situación, la tendencia general al aumento de la
influencia de las clases no productivas en el total de la población afectaba
también al proletariado en general y a la clase obrara en particular. Ello
alimento y despertó en el proletariado y las organizaciones de clase que este
creó las tendencias centrifugas y arrojo a algunos sectores del proletariado
mismo a una situación psicológica y políticamente bastante ambigua.

El autor luego de esto va a citar a W. Conze (fue un historiador alemán en la


Alemania nazi y en la Alemania posterior a la Segunda Guerra Mundial. 1910-
1986) para que podamos ver la situación de Alemania en 1930-1940 “el Partido
Comunista no era prácticamente en absoluto un partido obrero. Como
consecuencia de la crisis se convirtió más bien en un partido de desocupados.
De este modo son fáciles de comprender las razones que determinaron que en
el transcurso de estos años los intercambios de miembros entre el partido
comunista alemana y del Partido Nacionalsocialista Alemán se hiciesen cada
vez más corrientes”

En todas las experiencias del fascismo, la juventud desempeño un rol particular


que puede ser resumido solo parcialmente bajo el común denominador de la
extracción social de las diversas categorías de jóvenes comprometidos en esas
acciones.

Desde el punto de vida de su base social, el fascismo fue un fenómeno


básicamente de clases medias y su elite también perteneció a estas clases. En
la fase de los orígenes, los jefes fascistas, habían vivido dos tipos de
experiencias particulares, había militado en los partidos de extrema izquierda
en puestos de responsabilidad o habían combatido en la guerra. Esta situación
suscito en ellos una actitud particular para encarar situaciones nuevas como la
falta de prejuicios, la falta de escrúpulos, la agresividad, capacidad de mando,
coraje, etc. Además era una elite en condiciones de elaborar una ideología
revolucionaria y nacionalista.

Hay muchos aspectos que olvidan aquellos que pretenden otorgar el valor de
una interpretación global del fascismo a la relación entre este y las clases
medias. El más importante es el de autonomización progresiva del mecanismo
totalitario de las fuerzas que habían contribuido a la afirmación del fascismo y
habían logrado que se convirtiese en un régimen. Esta autonomización
progresiva se realizó en particular en relación la base pequeño y mediano-
burguesa que había constituido el núcleo de las escuadras de acción (en su
obra De Felice le da una gran importancia al rol de las clases medias para el
surgimiento y la llegada al poder del régimen fascista).

Conclusión.

Si bien no me he extendido demasiado sobre el análisis que hacia el autor a


cada una de las teorías que analiza, es claro que el autor no creía en la validez
absoluta de ninguna de estas interpretaciones, pero juzgaba necesario tenerlas
presentes y articularlas entre sí a la hora de lograr una explicación histórica
global del fenómeno fascista en general y de los fascismos en particular.

Valoración personal.

Es un texto con una gran riqueza académica. Dado las obras que ha escrito De
Felice y todo su trabajo sobre el fascismo, todo el texto esta correspondido a un
gran estudio que hizo toda su vida sobre el tema. Además como pude
investigar, el autor siempre se apoyó en documentos históricos para toda su
investigación, por lo que le da mayor valor a sus obras por ser tan certeras con
la realidad de ese momento y del fenómeno del fascismo (teniendo en cuenta
que el autor vivió la época también).

Bibliografía utilizada:

https://www.nytimes.com/

https://es.wikipedia.org

https://elpais.com

https://www.revistalarazonhistorica.com

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