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El Romanticismo europeo y norteamericano

(Trabajo elaborado por el profesor Lic. Elvis Ricardo Mora Chaverri)


I.- Introducción
1.- El Siglo XVIII y los albores del Romanticismo
En el siglo XVIII, llamado también Siglo de las Luces y del Enciclopedismo, se advierten en las literaturas
europeas una serie de novedades y actitudes que hacen presagiar un próximo cambio de ideas y la instauración
de un nuevo estilo. El Neoclasicismo se había impuesto ya al principio de esta centuria y había uniformado el
gusto de los escritores europeos que trabajaban sujetos y, a veces, hasta esclavizados, a unas normas que se
daban como seguras e inmutables.
En Inglaterra, destaca como poeta lírico Alexander Pope. La novela inglesa alcanza durante el siglo
XVIII gran notabilidad. Daniel Defoe escribe una novela tan singular y tan sensacional como Robinson
Crusoe, cuya popularidad jamás ha menguado. Sobre la base de las peripecias reales de un náufrago solitario,
Defoe consigue el prodigio de escribir un relato que jamás cansa y que va creciendo en interés con un solo
personaje, y ello le sirve para poner de manifiesto la victoria del hombre sobre la Naturaleza y el gran valor del
espíritu práctico.
Jonathan Swift ha alcanzado también una duradera popularidad gracias a sus divertidos Viajes de
Gulliver, una fantasía en la que el protagonista visita países de enanos, de gigantes y otros no menos
inverosímiles y curiosos; ello da pie a Swift para ejercer una intencionada sátira social y política. Entre los grandes
novelistas ingleses de esta época, no podemos dejar de mencionar a Lawrence Sterne, autor del irónico Viaje
sentimental; a Samuel Richardon, con sus lacrimosas Pamela y Clarisa Harlowe, en forma epistolar,
quien logró imponer la novela sentimental.
En Francia, la Ilustración, los enciclopedistas y los gérmenes de la Revolución Francesa, imponen nuevas
ideas literarias y hacen tender hacia un estilo nuevo. El Barón de Montesquieu ejerce una hábil sátira social
y política en sus Cartas Persas; Juan Jacobo Rousseau incorpora el sentimentalismo de la novela inglesa
en La nueva Eloísa; A. R. Le Sage adapta al francés la novela picaresca española en su Gil Blas de
Santillana; el abate Prévost escribe una importantísima novela amorosa titulada Manon Lescaut; y
Bernardino de Saint Pierre la idílica Pablo y Virginia. Esta diversidad de actitudes y de estilos y este renacer
de la novela francesa auguran los grandes aciertos del género durante el siglo XIX.
En Alemania, se advierten los primeros síntomas del Romanticismo en el tumultuoso movimiento juvenil
denominado Sturm und Drang (tempestad y empuje), que se entusiasma por las canciones populares
germánicas y las muestras de poesía tradicional, a la vez que desdeña la influencia de los clásicos, paso decisivo
en contra del Neoclasicismo. El interés de la antigua mitología alemana, el entusiasmo por todo lo germánico y
la oposición al espíritu francés neoclásico ilustrado se manifiesta en Klopstock, autor del poema cristiano La
Mesíada, en la que se suele ver la creación de la lengua poética alemana; en Lessing, autor de Laucoonte;
en Herder, recolector de cantos populares.

II.- El Romanticismo literario


El siglo XVIII fue clásico por cuanto se creyó en la perfección del esfuerzo literario y se vio como
prototipo de esa perfección, al hombre civilizado, a la Naturaleza domesticada, a lo útil y lo moral. En fin, la
ordenación y la regla, la doctrina y la lógica, el ingenio y la cortesía.
El Romanticismo fue una reacción contra el imperio de las modas clasicistas francesas. Se originó en
Alemania; se propagó luego a Inglaterra, Italia, Francia, España, América y Rusia. En cada país adquirió
caracteres específicos.
Al principio de aplicaba el término “romántico” a las señoras jóvenes, a los espectáculos de la
Naturaleza, al lenguaje apasionado; es decir, a todo lo que se oponía a la época anterior, a lo que se
presentaba como antítesis del concepto “clasicista”. Pero en el primer tercio del siglo XIX se generalizó la
denominación de “Romanticismo” para designar a uno de los movimientos espirituales.
Ya al finalizar el siglo XVIII, la poesía mostraba síntomas prerrománticos: se prefería el sentimiento e
incluso el sentimentalismo a la razón; los poetas se dejan penetrar de la melancolía y se forjan un ideal de la
vida rústica y sencilla; había un estilo sencillo y espontáneo al expresar las ideas propias y sentimientos, que
empieza a manifestarse especialmente en los “cafés” que eran entonces “salones libres”.

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Este foco de inquietud va poniendo de moda, en todas partes, brotes de una literatura de tipo confidencial
que emociona y conmueve abriendo paso a la valoración de lo individual.
Así, surge el Romanticismo, cuyos rasgos o características más sobresalientes son:
1.- La exaltación del yo: es la base del Romanticismo. Esto tare como consecuencia la independencia
espiritual, religiosa, política y artística.
2.- Frente a la autoridad de la norma y de la academia, se proclama la plena libertad de expresión.
Siendo el yo la única base de inspiración, todo cuanto sea espontáneo y sincero, habrá de ser lícito.
3.- El romántico ama la Naturaleza, inmensa, que se le ofrece como una visión infinita y como un
espejo de su propia alma. Los clásicos amaban la medida en todo y “racionalizaban” a la Naturaleza en forma
de geométricos jardines. Los románticos, en cambio, adoraban a la Naturaleza en libertad. Ese amor alcanzó
proporciones de un verdadero culto panteísta: los bosques enmarañados, el mar inmenso y la tristeza que
exhalan las ruinas melancólicas, ejemplo del inútil esfuerzo del hombre al paso de los siglos.
4.- Buscan lo exótico. Huyen de lo cotidiano y vulgar; buscan escenarios lejanos para sus fantasías:
islas remotas, selvas vírgenes, ciudades fantásticas. El Oriente se pone de moda y es objeto de numerosas
evocaciones. España, la España pintoresca. Llena de recuerdos árabes, pasa a ser un tema habitual de los
románticos europeos. Grecia conmovió a los románticos y algunos hasta lucharon y murieron por ella (Lord
Byron, por ejemplo). Las vastas extensiones de América, llenas de grandiosidad y de misterio, sirven de
escenario a las fantasías del Romanticismo.
5.- El Clasicismo volvía sus ojos a la antigüedad greco – latina; en oposición, el Romanticismo siente
un fervor ilimitado por la Edad Media, su historia, sus instituciones y sus leyendas. Además, revalorizan la
espiritualidad caballeresca medieval.
6.- El amor se vuelve un imposible. Se idealiza a la mujer amada; se la ve como un ángel y no como
un ser humano. De ahí que, con frecuencia, al no alcanzar el amor soñado se produce cierta melancolía y
sentimentalismo patológicos que conducen, a menudo, al suicidio.
7.- La Naturaleza es el origen de toda belleza y bondad. El romántico vuelve sus ojos hacia el
hombre rural que no estaba contaminado. La civilización corrompe al hombre, lo limita, lo inhibe. Es mejor la
cultura y el hombre primitivo en sí mismos. Eran mejores los hombres primitivos y más clara su bondad. El
hombre contemporáneo es producto de la Revolución Industrial.
8.- Proclaman la igualdad de todos los hombres y su libertad. Destacan, además, la fraternidad
y la importancia del hombre común, en contraposición del hombre genérico de los neoclásicos.
9.- El sentimiento es más importante que la fría visión de la razón. Hay un volver a las cosas
comunes de una manera nueva que descubre el alma de las cosas sencillas, la poesía toda es un estímulo para
los sentidos.
10.- La intuición y la imaginación son las formas más elevadas del conocimiento. El filósofo
Kant afirmaba que “es a través de la intuición que se llega al conocimiento”. La imaginación es la esencia de
todo lo que vemos y sentimos; y consiste en el estímulo de la emoción con el inmediato propósito de crear placer
por medio de la belleza y, a través, de esta, se llega al conocimiento concreto.
*********
Lo poético, desmesurado y fogoso se impone ahora sobre lo equilibrado y regularizado por los
neoclásicos. De esta suerte, el Romanticismo se impone como un movimiento revolucionario y juvenil; por ello
mismo ha de afianzarse a costa de una lucha valiente y audaz contra los neoclásicos y los timoratos. La gran
fuerza de las revistas y de la prensa, que ya gozaban de popularidad e influían en las ideas, se pone al servicio
de una u otra tendencia y se entabla una lucha literaria que tiene por instrumentos tanto el estudio o ensayo
doctrinal como la parodia y la caricatura.

Práctica de repaso y recapitulación


1.- El siglo XVIII fue eminentemente clásico; tres aspectos que se dieron en él fueron ____________________
___________________, ______________________________ y _____________________________________
2.- El siglo XVIII es conocido también como _________________________o ___________________________

2
3.- Tres obras precursoras del Romanticismo fueron ______________________________________________,
________________________________________ y _______________________________________________
4.- El Romanticismo fue una reacción contra _____________________________________________________
y se originó en _____________________________________________________________________________
5.- Cinco características del Romanticismo son ___________________________________________________,
__________________________________________, ______________________________________________,
__________________________________________, ______________________________________________.
III.- La poesía romántica
Édgar Allan Poe, el poeta de la composición
Probablemente, de no haber tenido que trabajar de periodista, Poe se habría dedicado en exclusiva a la
poesía. «Razones al margen de mi voluntad me han impedido en todo momento esforzarme seriamente por algo
que, en circunstancias más felices, hubiera sido mi terreno predilecto», manifestó en el prólogo a El cuervo y
otros poemas. Este será su género más controvertido y el que le granjeará las peores críticas.
Las épocas de creación poética más intensas se dieron al principio y al final de su carrera. Sus ideas
sobre la poesía, aparecidas en su ensayo sobre "El cuervo" titulado "Filosofía de la composición", pueden
parecer contradictorias. Declaró que la poesía era un mero artificio previsto y realizado con técnica de relojero,
sin embargo, lo cierto es que admitía en ella todo lo que viene «de lo irracional, del inconsciente: la melancolía,
la nocturnidad, la necrofilia, el angelismo, la pasión desapasionada, es decir, la pasión [...] del que llora
invariablemente a alguna muerta» cuyo amor ya no puede inquietarlo.
Cierta vez que promediaba triste noche, yo evocaba,
fatigado, en viejos libros, las leyendas de otra edad.
Ya cejaba, dormitando; cuando allá, con toque blando,
con un roce incierto, débil, a mi puerta oí llamar.
«—A mi puerta un visitante —murmuré— siento llamar;
eso es todo y nada más».
Pese a haberse iniciado en labores poéticas con dos poemas extensos ("Tamerlán" y "Al-Aaraaf") siempre
se declaró contrario a obras largas como la epopeya. En su ensayo "El principio poético" no concibe un poema
de más de cien versos, aunque también deploraba las obras demasiado breves. El objetivo del poema es estético,
su fin último es la belleza. Poe descreía de la poesía didáctica y alegórica: el poema nunca debe proponerse la
verdad como fin. Pero, como se ha visto, para Poe la poesía tampoco debía ser producto de la pasión: "El
cuervo" nace más de la pasión que de la razón, y esto vale también para el resto de sus grandes poemas,
poemas cuyo impulso fundamental es análogo al que movió al autor a la ejecución de sus cuentos «más
autobiográficos y obsesivos. [...] Sólo su acabado, su retoque fueron desapasionados».
Dos de sus mejores poemas son "Annabel Lee" —que muchos dicen inspirado por la muerte de su
esposa—, obra que, pese a lo expresado por su autor, jamás hubiera podido brotar de una combinación
cuidadosa y paciente de elementos; y "Ulalume", del que se dice que «Poe no sabía lo que había escrito, tal
como podría afirmarlo un surrealista que escribiera automáticamente»; este poema «transfiere del poeta al
lector un estado mental que ninguno de los dos podría definir con términos precisos».
En cuanto a su técnica poética, Poe concedía una importancia extraordinaria a la rima, y que, en
el análisis que hizo del placer matemático y musical que el espíritu recibe de la rima, puso tanto cuidado, tanta
sutileza como en todos los temas relacionados con la profesión poética. [...] Hace en particular un uso acertado
de las repeticiones del mismo verso o de varios versos, retornos obstinados de frases que simulan las obsesiones
de la melancolía o de la idea fija. Se habla también del célebre "verso leonino" de Poe (aquel que
incluye una rima interior en el hemistiquio; Poe lo usó mucho en "El cuervo"). En una palabra, la
poesía de Poe era «profunda y reverberante como el sueño, misteriosa y perfecta como el cristal». Poe poseía,
en grado excepcional, el sentido del elemento cadencioso de la poesía, de eso que podríamos llamar, en su
acepción más estrictamente literal, la magia del verso.

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IV.- El cuervo
El cuervo (inglés: The Raven) es un poema narrativo escrito por Edgar Allan Poe, que fue publicado
por primera vez en 1845 y constituye su composición poética más famosa. Son notables su musicalidad, el
lenguaje estilizado y la atmósfera sobrenatural que logra recrear. El poema narra la misteriosa visita de un
cuervo parlante a la casa de un amante afligido, y del lento descenso hacia la locura de este último. El amante,
que a menudo se ha identificado como un estudiante, llora la pérdida de su amada, Leonor. El cuervo negro,
posado sobre un busto de Palas, parece azuzar su sufrimiento con la constante repetición de las palabras «Nunca
más» (Nevermore). En el poema, Poe hace alusión al folclore y a varias obras clásicas.
Poe afirmaba haber escrito el poema de forma muy lógica y metódica. Su intención era crear un poema que
pudiese gustar tanto a las clases populares como a las personas de gusto más refinado, como explica él mismo
en el que fue su siguiente ensayo: la «Filosofía de la composición». El poema se inspira parcialmente en la figura
del cuervo parlante de la novela Barnaby Rudge de Charles Dickens. Poe toma prestados el complejo ritmo y la
métrica del poema «Geraldine», de Elizabeth Barrett. La publicación de El cuervo, el 29 de enero de 1845 en el
diario New York Evening Mirror, convirtió a Poe en un personaje muy popular en su época. Pronto se hicieron
reimpresiones, parodias y versiones ilustradas del poema. Aunque algunos críticos mantienen opiniones diversas
acerca de su valor literario, el poema sigue siendo una de las composiciones más famosas que se han escrito en
lengua inglesa.
Estructura métrica: El poema está hecho compuesto por 18 estrofas de 6 versos cada una: los cinco
primeros versos son hexadecasílabos u octonarios (de 16 sílabas) con cesura (pausa interior que divide el verso
en dos hemistiquios); el sexto verso – estribillo – es octosílabo (de 8 sílabas). El esquema de la rima es ABCBBB,
rima consonante o perfecta. Además, hace uso de la rima interna o en eco y de la aliteración y la
reiteración como mecanismos rítmicos.

A Mas-cuan-do a-brí- la- per-sia-na- se- co-ló- por- la- ven-ta-na,=16


B a-gi-tan-do el- plu-ma-je, un- cuer-vo- muy –so-lem-ne y -an-ces-tral.=16
C Sin –cum-pli-do o- mi-ra-mien-to,- sin- de-te-ner-se un- mo-men-to,=16
B con- ai-re en-va-ra-do y- gra-ve- fue a- po-sar-se en- mi- por-tal,=15+1 = 16
B en -un –pá-li-do- bus-to- de- Pa-las- que hay en-ci-ma- del- um-bral; =16
B fue,- po-so-se y- na-da- más.= 7 + 1 = 8

Comentario: El poema se abre con un estudioso que, estando medio dormido frente a sus libros, oye
un ruido como de alguien tocando levemente a su puerta, pero no estando del todo seguro, le quita importancia
al hecho con la frase “Sólo eso y nada más”, dicha sin duda para tranquilizarse.
En la segunda estrofa nuestra atención es desviada hacia el escenario del suceso, hacia el fuego de la
chimenea y las espectrales formas que pinta sobre el suelo, dándonos a conocer seguidamente la profunda
aflicción del poeta por la pérdida, la muerte, de Leonor, doncella de gran belleza. No usa ahí Poe la palabra
“muerte”, pero que Leonor no está ya entre los vivos, que es un ser del más allá, de ultratumba, que vive entre
los ángeles, queda muy claro. Noticia que el verso final remacha: “y aquí nadie nombrará”.
En la tercera estrofa la velada intranquilidad, el implícito desasosiego de la primera, dan paso literalmente
a una confesión de verdadero terror (“fantásticos terrores jamás antes sentidos”), tan fuerte y tan justificado,
que su insistencia en la presencia de un visitante nos parece tan ilusoria como el poeta quiere hacernos ver. La
causa tiene que ser otra, y además muy siniestra.
En el cuarto movimiento, saca fuerzas de flaqueza el narrador (“Mas de pronto me animé y sin vacilación
hablé”) y se dirige, habla a un supuesto visitante; le pide perdón por su vacilación (“me tenéis que disculpar”)
y abre la puerta, encontrándose con el negro silencio de la noche por toda presencia (“…solo sombras, nada
más”). Hasta ahora todo es incierto, impreciso, intangible, misterioso.
Hasta que, en la quinta estrofa, se oye susurrar la palabra Leonor, que nuestro personaje repite y que
es además duplicada por el eco. Es un punto en que ha empezado a oírse, por así decirlo, la banda sonora del
poema. Al mismo tiempo, la tuerca del miedo ha dado una vuelta decisiva, Esa voz que desde las sombras de la
noche se oye es, en el contexto del suceso, signo de que algo paranormal o extraterreno está sucediendo, pues
Leonor está muerta, habita en regiones de ultratumba: estamos rozando la frontera del más allá, la estamos
pisando, sensación irónicamente acentuada por el irónico broche del poeta, “Sólo esto y nada más”.
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En la estrofa siguiente, el narrador se ve enfrentado bruscamente a una ineludible materialización de su
pesadilla. Si los espeluznantes signos descritos pertenecían todavía al terreno de las sospechas, de las
figuraciones, ahora los supuestos toques se hacen más fuertes (“…pero pronto aquel rasguido se escuchó más
pertinaz…”), innegables, contra la ventana de su estudio. Al inicio habían sonado contra la puerta. Pero, ¿quién
es el autor? ¿El viento? “El viento y nada más”, vaticina el cuitado sin convencernos en absoluto, pues ya
conocemos la profunda e inquietante perplejidad y pánico que le embargan. La respuesta es inminente, estamos
en un punto crítico, cabiendo varias soluciones más o menos plausibles dentro del contexto fabulado por el
poeta; como la aparición de un hombre o mujer más o menos misterioso, pero de carne y hueso, o quizá de un
espíritu, como el de la dulce Leonor.
Catapultado a la séptima tirada para salir de dudas, el lector no se va encontrar con ninguna de aquellas
dos soluciones, sino que imprevisible y bruscamente presenciará la entrada en escena de un gran cuervo, un
ave negra, rapaz y hosca; un ave siniestra por excelencia. En la sabiduría del habla castellana su mala fama está
popularmente condensada en el dicho, Cría cuervos y te sacarán los ojos. El intruso, de imponente apariencia,
se instala sin vacilar en lugar altanero, concluyendo la estrofa con el por sexta vez repetido, y nada más, que
irónicamente está alertando sobre la ocurrencia de “mucho más”.
En el clima sobrenatural en que estamos inmersos, ese cuervo tiene todos los visos de ser algo más que
un pájaro. ¿No será la encarnación de un espíritu, de un ser del otro mundo? ¿No será una infernal figura del
reino de Plutón? “Osado, viejo cuervo desterrado de la negrura abismal”, le demanda el protagonista. “Nunca
más” responde el cuervo, y su voz es como un eco del más allá.
Aunque acaba de franquear el umbral de la realidad, palpando una ominosa y ultraterrena oscuridad, el
protagonista habla sin embargo a su visitante en tono jocoso, descreído, desafiante, no queriendo aceptar su
fantasmagoría; con un desdén que trasluce una inútil defensa. Nada tan humano como esconder la cabeza bajo
el ala en trances críticos.
En la inercia de su vana esperanza, el desventurado susurra que al llegar la mañana el intruso habrá
desaparecido, acabando así su pesadilla, pero justamente ahí se oye de nuevo la voz del cuervo sentenciando,
“nunca más”, haciendo subir de punto nuestra perplejidad.
La muy coherente respuesta del cuervo en la estrofa 11 le sobrecoge, pero prefiere creer que la ominosa
sentencia, el implacable “nunca más”, no es más que una muletilla que algún amo le enseñó.
No interviene el cuervo en ese episodio, tampoco lo hace en el 12, pero indeclinable en el mantenimiento
del clima ultraterreno, el poeta recurre, si no al habla del intruso, sí a su diabólica presencia cuando le describe
como un “funesta ave ancestral”.
Qué quiere decir el cuervo con su recurrente estribillo, se pregunta el infortunado, antes de evocar a su
amada, la difunta Leonor, quien en este aposento ya no podrá reposar, “nunca jamás”, cual sádicamente
sentencia el cuervo. Y detrás de esa tortura, la insoslayable crueldad de la muerte, la ineluctable caída en el
abismo de la nada, del “nada más”. En la décimo tercera estrofa el ave permanece muda, fantasmal, posada en
un prealudido busto de Palas, atormentando con su mirada al desventurado: sus “al ave que ahora quemaba mi
pecho con su mirar”. El cuervo aterroriza de tres maneras: con su habla, su presencia y sus ojos.
El recuerdo de la amada alcanza tan alto grado de morbosa obsesión, que el amante ansía encontrar
liberación: “¡… olvida a la difunta Leonor!”, se exhorta a sí mismo. “Nunca jamás”, le responde inmediatamente
su verdugo, dándole otro golpe despiadado que viene a decir: “no sólo has perdido a tu amada para siempre,
sino que además tu pena no tendrá fin. Es particularmente pérfido aquí el cuervo, contrastando con la venturosa
visión que el protagonista tiene de unos ángeles, cuyos pasos siente tintinear sobre el suelo: un oasis celestial
en el poema.
“Profeta” y “diablo alado”, llama ahí al cuervo, sintiéndose deshecho, destrozado, como a merced de su
voluntad y, creyéndole capaz de conocer alivio para su tormento, le pregunta: “dime, te imploro, si existe algún
bálsamo en Galaad”. La respuesta está cantada, el lector la oye antes de leerla.
“Profeta” y “diablo alado”, repite, y tan sobrenatural vidente lo cree que hasta le pregunta si podrá
abrazar a Leonor en el reino de los ángeles, en el remoto Edén. Pero su respuesta, como fácilmente adivinamos,
no va a ser otra que el negativo estribillo. No hay quizá en todo el poema un “nunca jamás” más desolador y
sádico que éste. Atrás quedó la intriga sobre la identidad del visitante. Quedó zanjado que se trata de un siniestro
y demoníaco cuervo parlante. En las tres últimas estrofas es Leonor quien se convierte en el hilo maestro de la
trama, pero claramente queda agotado este recurso. ¿Qué intriga va a surgir a continuación? Lógicamente
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ninguna, no queda espacio, no quedan más que dos estrofas para la conclusión del poema. ¿Cómo lo va a
instrumentar el poeta?
Será bruscamente, por las bravas, como se ve en la penúltima tirada, donde el desventurado exige al
cuervo que se vaya, que abandone su habitación. “… ¡Quita el pico de mi pecho y tu sombra del portal!”. Pero
la respuesta está cantada, está cantada desde el inicio de la composición. No se va a ir, “nunca jamás”.
El clima de ultratumba y sobrenatural va por tanto a perpetuarse, así como el tormento del protagonista,
que cierra el poema con imágenes aceradamente terroríficas, aludiendo por última vez al cuervo, mientras la luz
de la lámpara proyecta su ominosa sombra sobre el suelo, sombra de la que nunca jamás se podrá liberar.
En realidad, desde la entrada del ave en la habitación no ha ocurrido nada, y nada sucede al final. Se
podría decir que esta es una historia sin desenlace si la juzgáramos con una óptica narrativa, aunque desde el
punto de vista poético puede concluirse que su desenlace consiste en que no hay desenlace, situándonos la
última estrofa en el mirador de un abismo, el helado e inescrutable abismo de la muerte, donde no hay antes ni
ahora, ni principio ni fin.

V.- El cuento romántico


El movimiento romántico, iniciado en Alemania y muy pronto extendido por el resto de Europa, da impulso
a la cuentística que viene a ofrecernos muestras de las más variadas manifestaciones románticas.
Es menester otorgar sitio principalísimo a los Relatos de Alejandro Puschkin. El cuento puro, en su
mundo completamente aislado del nuestro y, por lo tanto, que cautiva sin reservas nuestra atención, es el que
cultiva Puschkin. Al lado de él, están sus compatriotas Nicolás Gogol y Anton Chéjov, rusos todos.
En Alemania, sobresalen por su ingenio, Ernest Hoffmann, impregnado de afición por la Italia
romántica, por su música y por sus vinos, y por el hechizo misterioso de sus mujeres. En Chamisse, y su obra
Peter Schlemihl (el hombre sin sombra), se inspira Hoffmann para crear su Aventura de la Noche de San
Silvestre. También los Hermanos Jacobo y Guillero Grimm, se interesaron por el cuento y, de pueblo en
pueblo, recogieron hermosas tradiciones en su Cuentos infantiles y del hogar.
Pero también hubo cuentos en verso, de tipo dramático y sentimental como los de Grossi; un nuevo
tipo de fondo pasional histórico o exótico como los de Merimée; cuentos en que lo lírico, lo imaginativo y lo
autobiográfico se entremezclan, como los de Hans Christian Andersen.
Así, no solo se renueva el género, sino que los literatos llegan a formular teorías cuentísticas. Se afirma,
por ejemplo, la necesidad de que el cuento sea interesante. Goethe funde elementos idílicos con caracteres de
balada, en una técnica casi impresionista en las descripciones de paisajes y en la eficaz presentación de los
hechos. Entonces, el cuento se fija como “una historia de pocos personajes y pocos hechos, bien
concebido y proporcionado, verdadero y natural, con figuras no extraordinarias sino interesantes;
no perfectas, sino agradables. Añade que ha de dejar en el lector el estímulo para reflexionar sobre
ello y no revelar nada subjetivo por parte del autor”.
Tanto en su pensamiento teórico, como por su obra escrita, puede considerarse a Johan Wolfang Goethe
como el padre de la novela corta y, por ende, del cuento.
Imposible sería pasar por alto al hablar del cuento, a los ingleses Sir Walter Scott y Washington
Irving; y a los estadounidenses Mark Twain y Édgar Allan Poe.
Características del cuento
Es difícil diferenciar, en muchos casos, el cuento de la novela corta. No se trata de obras de inferior o
superior calidad literaria. La novela corta es, por lo común, relatos de sucesos posibles o verosímiles, en que se
destaca la psicología de uno o más personajes, un conflicto de ideas o de caracteres, un medio ambiente
pintoresco y atractivo. En el cuento, no sobresale ninguno de estos elementos y su propósito es más amplio. Se
distinguen también en cuanto al público lector, ya que es más fácil comprender, en la mayoría de los casos, un
cuento que una novela.
El cuento es narrativo, porque se propone contar algo. Es una narración fingida en todo o en
parte, no obstante lo cual puede apoyarse en hechos reales o que han ocurrido verdaderamente. Es invención
literaria de un escritor, generalmente en prosa. Es corto, de breve extensión; en la mayoría de los casos
pude ser leído en menos de una hora; los elementos del mismo (ambiente, acciones y personajes)
contribuyen a producir un solo efecto en el lector.

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Édgar Allan Poe (1813 – 1849) y Narraciones extraordinarias
Indudablemente es Édgar Allan Poe el mejor representante del Romanticismo norteamericano. Posee un
temperamento turbulento y morboso; soñador y extraño a las pasiones corrientes. Consigue crear un mundo
irreal en el que el horror fantástico no excluye la lucidez, que expresa perfectamente en su admirable estilo,
puro y atrevido, apretado como las mallas de una armadura. Una facultad de análisis, vigorosa y minuciosa, se
une en él a una imaginación maravillosamente fecunda. Y en sus narraciones, oscilando entre la sombra del
misterio y el análisis de los detalles, muestra su capacidad de dar vida y expresión a aquellas oscuras regiones
que se extienden desde los extremos límites de lo probable a los misteriosos confines de la superstición y de la
irrealidad.
Sus narraciones son conocidas con el nombre de “Narraciones extraordinarias”. Puede dividirse en
varios grupos:
1.- Las juveniles. En casi todas ellas el autor se deja llevar por una fuerte inclinación hacia la filosofía
de la ciencia, que le conduce a relacionar todas las situaciones de sus cuentos, incluso los menos susceptibles
de ello, con los principios de las diferentes ciencias. Son ejemplos de esta época:
a.- Aventuras de un tal Hans Pfall: en ella nos cuenta el fantástico viaje que el personaje realiza en
un globo con el que llega a la Luna.
b.- La noticia sensacional del globo, describe la travesía del Atlántico efectuada durante tres días de
tempestad, tripulando un globo cuya estructura se detalla minuciosamente.
c.- Descubrimiento de von Kempelen va siguiendo los pasos de un alquimista que pretende
transformar en oro metales de escaso valor.
También pertenecen a este grupo las obras que tratan sobre la metempsicosis (hacer pasar un alma a
otro cuerpo), como Metzengerstein, historia de un caballo que renace merced a las llamas que destruyen una
pintura y hacen morir en el fuego al nuevo dueño.
2.- Las de horror, pasión y terror. Este grupo está formado por las historias que más fama le han
dado. A pesar de que el propio autor diga que existen ciertos temas de interés, pero demasiado horribles para
cumplir el fin de una legítima ficción, incurre en ellos de buen grado como en Entierro prematuro, que insiste
en el terror de ser sepultado vivo. En El pozo y el péndulo, presenta una morbosa descripción del horror de
la Inquisición; en ella, el condenado tendido en el borde de un pozo, ve aproximarse, con el ritmo de un péndulo,
el filo de una guadaña que le cortará el pecho. En La máscara de la muerte roja, alucinante visión de un
macabro horror, en el que, al terminar una espléndida fiesta organizada por un príncipe que se ha retirado con
su séquito a un castillo para huir de la peste que se cierne sobre el país, aparece el fantasma de la Muerte Roja
que con su sola presencia mata a todos los que habían pretendido eludirla. En El corazón delator, el asesino
confiesa su delito al oír latir su corazón y cree que es el de la víctima sepultada bajo el piso.
3.- El vampirismo femenino constituye otro grupo de sus narraciones. La pasión es para Poe un
sentimiento morboso; una necesidad de posesión que termina en el aniquilamiento y la muerte. En Ligeia,
símbolo de la voluntad exaltada sobre los límites del poder humano, los ojos de la muerta reviven en los ojos
de otra mujer. En Berenice la facultad de atención, anormal y morbosa, se concentra íntegramente en los
dientes, hasta inspirar el macabro delito. En Morella, una mujer reencarna en el cuerpo de su propia hija. En
El retrato ovalado, un pintor mata inconscientemente a la mujer que adora, mientras le hace un retrato, sin
advertir que para dar vida al cuadro, la roba del original.
4.- Las narraciones grotescas. Son ejemplos de este grupo La noche mil dos de Scherezada en la
que se demuestra que la verdad es más extensa que la ficción y que los modernos inventos y algunos fenómenos
raros de la Naturaleza, pueden parecer inverosímiles a un espíritu ignorante. Los anteojos es la historia de un
miope que, no queriendo pasar por tal, está a punto de casarse con su propia bisabuela.
5.- En un último grupo de narraciones, la acción está vinculada a un ejercicio particularmente agudo y
excepcional: la facultad analítica. En El escarabajo de oro, la interpretación de un criptograma (escrito en
cifras) trazado sobre un pergamino, permite descubrir un tesoro escondido. En tres narraciones de este tipo
aparece un policía aficionado, C. Augusto Dupin, quien con su aguda perspicacia logra resolver problemas
aparentemente insolubles: Doble asesinato de la calle Morgue, El misterio de Marie Roget y La carta
robada.

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Prácticas de repaso y recapitulación
I.- Complete los siguientes pensamientos con las palabras que considere necesarias:
1.- En su obra poética, Édgar Allan Poe concedía especial importancia a la ____________________; por eso,
usaba el verso llamado ______________________, que posee una pausa interior llamada ________________
y que lo divide en dos partes llamadas _______________________________; además, utilizó un tipo de rima
especial denominada _________________________________________.
2.- Dos recursos rítmicos utilizados por Édgar Allan Poe en su poesía y que se reflejan en “El cuervo” son:
___________________________________________ y ____________________________________________
3.- Mida los siguientes versos del poema “El cuervo” y diga cómo se llaman esos versos; marque la rima hy
señale la rima interna o en eco. Luego, señale una aliteración:
La noche miré de lleno, de temor y dudas pleno,
y soñé sueños que nadie osó soñar jamás;
pero en este silencio atroz, superior a toda voz,
sólo se oyó la palabra "Leonor", que yo me atreví a susurrar...
sí, susurré la palabra "Leonor" y un eco volviola a nombrar.
Sólo eso y nada más.

4.- Las narraciones de Édgar Allan Poe se conocen como ___________________________________________


5.- Poe fue un excelente poeta; entre sus obras líricas más famosas está El cuervo; entre las obras narrativas
destaca____________________________________________.
6.- Los cuentos de Poe se ubican dentro del movimiento llamado _____________________________________
7.- Tomando como base el cuento de Poe que usted leyó, escriba:
a.- ¿De qué trata el cuento? Narre su argumento en forma breve. ____________________________________
_________________________________________________________________________________________
_________________________________________________________________________________________
_________________________________________________________________________________________
_________________________________________________________________________________________
_________________________________________________________________________________________
_________________________________________________________________________________________
b.- Cite el tema central del cuento. ____________________________________________________________
_________________________________________________________________________________________
c.- Cite dos personajes fundamentales del cuento. _______________________________________________
_________________________________________________________________________________________
d.- Cite dos características románticas que se reflejen en este cuento. _______________________________
_________________________________________________________________________________________
_________________________________________________________________________________________
d.- Cite tres características del cuento que se reflejen en este relato. _________________________________
_________________________________________________________________________________________
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VI.- La novela romántica
1.- Características fundamentales
La novela romántica es esencialmente histórica, es decir, está ambientada en el pasado. Esta
ambientación, a menudo, es un reflejo del nacionalismo romántico (ya que se presenta en el momento de
la formación de los pueblos europeos)., así como de la nostalgia ante los cambios brutales en las costumbres y
los valores impuestos por la transformación burguesa del mundo.
Entre las novelas preferidas por los románticos encontramos la novela histórica, que se origina en las
de Sir Walter Scott y que prontamente fue cultivada en toda Europa. También encontramos la novela de
desesperación amorosa cuyo pináculo es, sin duda, Las penas del joven Werther, de Joan Wolfang
Goethe; y cuyos orígenes arrancan de la novela epistolar del inglés Richardson y del francés Rousseau; otro tipo
de novela es la de la exaltación patriótica y la novela fantástica, que luego da paso a la novela de terror
o gótica.
En la novela romántica se sustituyen definitivamente los temas griegos y latinos por los medievales,
por los imaginativos y pasionales que llegan a lo patológico o enfermizo. Lo legendario también adquiere mayor
importancia, así como el sentimiento religioso y de la Naturaleza. Se acepta lo feo como elemento de contraste
y la autobiografía se mezcla, a veces, con páginas policíacas. La sociedad y sus prejuicios y el triunfo del
individualismo aparecen con fuerza. El pueblo es tomado en cuenta como elemento activo y principal, con sus
defectos y virtudes. Y como algunos románticos fueron constantes viajeros, las visitas a tierras extrañas aparecen
en sus novelas, de ahí la búsqueda de sitios extraños, llenos de exotismo, como un medio de evasión al ambiente
que rodea al escritor.

2.- La novela terrorífica o gótica


La novela de terror se desarrolla fundamentalmente desde fines del siglo XVIII y posee características
distintas asociadas al movimiento estético conocido como Romanticismo. Su principal característica y rasgo
distintivo es el cultivo del miedo y sus emociones. De hecho, no puede decirse que existiera la novela de
terror hasta la aparición del terror gótico y, estrictamente hablando, la primera novela gótica fue El castillo
de Otranto (1765) de Horace Walpole.
Las características de este género pasan por una ambientación romántica: paisajes sombríos, bosques
tenebrosos, ruinas medievales y castillos con sus respectivos sótanos, criptas y pasadizos bien poblados de
fantasmas, ruidos nocturnos, cadenas, esqueletos, demonios... Personajes fascinantes, extraños y extranjeros,
peligro y muchachas en apuros; los elementos sobrenaturales pueden aparecer o solamente ser sugeridos. La
ubicación elegida, en tiempo y espacio, respondía a la demanda de temas exóticos característica del
medievalismo, el exotismo y el orientalismo.
En sentido estricto, el terror gótico fue una moda literaria, fundamentalmente anglosajona, que se
extendió desde finales del siglo XVIII hasta finales del siglo XIX, como reacción al Racionalismo.
El movimiento gótico romántico surge en Inglaterra a finales del siglo XVIII. El renacimiento del gótico
fue la expresión emocional, estética y filosófica que reaccionó contra el pensamiento dominante de la
Ilustración, según el cual la humanidad podía obtener el conocimiento verdadero y obtener felicidad y virtud
perfectas; su insaciable apetito por este conocimiento dejaba de lado la idea de que el miedo podía ser también
sublime. Las ideas de orden de la Ilustración van siendo relegadas y dan paso a la afición por el gótico en
Inglaterra y así se va abriendo el camino para la fundación de una escuela de la literatura gótica, derivada de
modelos alemanes.
Las narrativas góticas abundan entre 1765 y 1820, con la iconografía que nos es conocida: cementerios,
páramos y castillos tenebrosos llenos de misterio, villanos infernales, hombres lobo, vampiros,
doppelgänger (transmjutadores o fenómeno del gemelo malvado) o doble personalidad y demonios, etc..
Los ingredientes de este subgénero son castillos embrujados, criptas, fantasmas o monstruos, así como
las tormentas y tempestades, la nocturnidad y el simple detalle truculento, todo ello surgido muchas veces de
leyendas populares.
Obras como Frankenstein de Mary Shelley y Drácula de Bram Stoker reúnen las citadas características:
se recurre aullidos espectrales y truenos, rayos y centellas de tormentas; transcurren en escenarios

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ruinosos, lúgubres y sepulcrales; la depresión profunda, la angustia, la soledad, el amor enfermizo,
aparecen en estos textos vinculados con lo oculto y lo sobrenatural.

VII.- Mary Shelley (1797 – 1851)


La fama de Mary Shelley como escritora se basa en una sola novela, Frankenstein. Millones de personas
que nunca han oído hablar de Mary Shelley saben su historia a través de las películas y otros medios de
comunicación inspirados en la novela. La palabra “Frankenstein” se ha convertido en un sinónimo de monstruo,
y el cuento trágico de Shelley sobre un bien intencionado estudiante de la ciencia y la criatura de apariencia
humana se ha convertido en un estatus de los mitos.
Nacida en 1797, Mary Shelley fue la hija de dos de los principales intelectuales más radicales de
Inglaterra. Su padre, William Godwin, fue un influyente filósofo, político y novelista. Su madre, Mary
Wollstonecraft, autora de “Vindicación de los derechos de la mujer”, fue una pionera en la promoción de
los derechos de la mujer y la educación. Shelley nunca supo de su madre, que murió diez días después de haber
nacido su hija, pero fue influenciada a lo largo de su vida por los escritos de su madre y su reputación. Cuando
María tenía cuatro años, su padre volvió a casarse. María no recibió educación formal, pero el Sr. Godwin animó
a su hija a leer su bien surtida biblioteca. El hogar de Godwin era también un lugar de conversación intelectual
viva. Muchos escritores visitaron a Godwin para hablar de la filosofía, la política, la ciencia y la literatura. Cuando
María tenía nueve años, ella y su hermanastra se escondieron debajo de un sofá para escuchar a Samuel Taylor
Coleridge recitar su poema "La balada del viejo marinero”. Este poema popular influenció más adelante a
Shelley para desarrollar sus ideas en Frankenstein.
Futuro marido de María, el admirado poeta Percy Shelley, fue uno de los frecuentes visitantes de su
padre. Cuando Mary tenía dieciséis años, se fugó con Percy a Francia. Se casaron en 1816 y vivieron juntos
durante ocho años, hasta que Percy murió. Ellos pasaron su tiempo viajando por Suiza, Alemania e Italia,
visitando lugares con amigos, estudiando literatura, idiomas, música, el arte y la escritura. En su diario, Shelley
describe sus años con Percy como una época “romántica más allá del romance”. Su vida durante este período
fue también llena de tragedias personales. Ella dio a luz a cuatro niños en cinco años, tres de los cuales murieron
cuando eran bebés. Muchos críticos han señalado que estos nacimientos y estas muertes influenciaron la mente
de Shelley en el momento en que escribió Frankenstein. Mary Shelley no puso su nombre en la novela cuando
se publicó en 1818. Muchos revisores y lectores suponen que fue escrita por Percy Shelley, ya que éste había
escrito el prefacio. El nombre de Mary Shelley fue unido por primera vez a la novela en la edición de 1831 para
la que escribió la introducción. Después de la muerte de Percy en 1822 en un accidente de barco, Mary Shelley
regresó a Inglaterra y se apoyó en su hijo y en los escritos de su padre. Ella escribió cuatro novelas, entre ellas
El último hombre (1826), una historia futurista sobre la destrucción de la raza humana. Ella también escribió
cuentos, ensayos y relatos de viajes. A fin de preservar el legado literario de su marido, ella recogió y publicó,
anotada, una edición de los poemas de Percy Shelley. Murió en 1851.

VII.- Frankenstein o el moderno Prometeo


Autor: Mary Shelley
Nacionalidad: inglesa
Género literario: novela epistolar
a.- Novela es una ficción narrativa, minuciosa y coherente que, creando un mundo a imagen de la realidad,
encierra una visión e interpretación de la vida, del mundo y del hombre.
b.- Novela es una obra literaria en prosa, de cierta extensión, que describe sucesos humanos, inspirados más o
menos en la realidad, pero inventados, esto es que resultan ser creación o ficción de un escritor.
Entre las características fundamentales de la novela están:
1.- Es narrativa porque cuenta sucesos, acciones o peripecias, comportamientos y problemas interiores;
acontecimientos históricos o seudo – históricos, etc.
2.- Es minuciosa y coherente porque da detalles y los acontecimientos giran alrededor de una lógica.
3.- En vez de buscar un solo efecto, como el cuento, se distingue la novela por entremezclar acciones y
personajes; y por aprovechar todos los temas menores que la trama puede sugerir. Hay tema central hy temas
secundarios o subtemas.

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4.- Estructuralmente, se divide en capítulos que pueden distinguirse por títulos, números o simplemente por
un espacio mayor. Algunos se agrupan en partes, libros o volúmenes.
5.- Está escrita en prosa literaria en la que alternan la narración, la descripción, el diálogo, el monólogo, la
exposición, la epístola o la técnica que más convenga al estilo del relato.
Movimiento literario: Romanticismo
Entre las características de este movimiento y que están presentes en la novela Frankenstein, sobresalen:
1.- Amor a la Naturaleza e importancia del paisaje: paisajes agrestes, noches tormentosas, mar
tempestuoso, ambientes nocturnos y sepulcrales, ruinas de castillos medievales; todo esto conecta con los
sentimientos tumultuosos de los seres humanos (el barco de Walton en medio de una tormenta en el océano,
choca con un áisberg; aparecen grandes tormentas eléctricas: la madre de Víctor va a dar a luz y muere, el
Monstruo se presenta; encuentran el cadáver de William, asesinato de Elizabeth). El ciclón y el trueno son
eventos propios del romanticismo.
2.- Exaltación del “yo” e individualismo egocentrista: personalidad aguda y dolorosa, sentimiento de
superioridad y aislamiento (Víctor se aísla para crear al Monstruo, la criatura se aísla por el rechazo de la
sociedad; Víctor, el Monstruo y Walton son egocentristas, cada uno sigue sus planes pase lo que pase.
3.- Ideales de libertad, el romántico se concibe como un ser libre y buscador de la verdad; no acepta leyes
de ninguna autoridad: Víctor sabe perfectamente que su proyecto es ilegal, sabe que si alguna autoridad se
enterase, estaría en graves problemas. A pesar de esto, sigue con sus planes.
4.- Lo sobrenatural, la magia, el misterio: por un lado, los médicos, que fueron sus maestros, son personas
que solo creen en las ciencias exactas; Víctor se interesa por lo sobrenatural: dar vida a un ser muerto.
5.- Subjetivismo: emociones, sueños y fantasías; intuición, imaginación e instinto; impulsos no racionales
marcados por los sentimientos. La pasión es una fuerza superior a la razón. Víctor c rea el Monstruo: lo desea
tanto que no se detiene a pesar de que es racionalmente incorrecto; Elizabeth muere, Víctor entra en
desesperación y quiere revivirla.
6.- Angustia metafísica: nostalgia, melancolía, tristeza y soledad, una vida humana infeliz. Por eso buscan lo
sombrío y crepuscular. Después de crear al Monstruo, Víctor se ve sumido en una profunda angustia y una
depresión que no le permiten ser el mismo hombre de antes.
7.- Idealización de la mujer: mujer ángel, mujer etérea, la que da amor y salva al hombre del abismo; y la
que es demonio, funesta, apasionada, que encadena al hombre y lo somete. Elizabeth, llena de alegría, feminista,
brillo y paz, restos de Elizabeth y Justine, nace la mujer demonio, infernal y funesta, abominable.
Contexto socio – cultural: en la Inglaterra de principios del siglo XIX se operaban cambios de tipo económico,
político y social que, en el plano intelectual, tuvieron como consecuencia un movimiento individualista y rebelde,
el romanticismo. Los inicios de la revolución industrial y los avances que ésta supuso en los ámbitos de la
producción y las comunicaciones generaron una sensación de optimismo ante las ilimitadas posibilidades del ser
humano en el desarrollo científico. La contrapartida de esos inicios de industrialización fue la aparición de la
mano de obra barata, de los abusos, de la pobreza urbana. En el plano político surgieron ideólogos radicales
que se oponían a respetar las normas establecidas en la sociedad, desde la inferioridad de condiciones de la
mujer, hasta el propio papel preponderante de la familia. William Godwin, padre de Mary Shelley, estaba en
esa línea de pensamiento, como lo estaban la mayoría de personajes que se reunían en las tertulias de su casa.
Los románticos defendieron a ultranza el individualismo, las posibilidades del hombre que se enfrenta a unas
normas de comportamiento que considera opresoras como única opción de lograr la felicidad. Esa actitud
conlleva frecuentemente la búsqueda de realidades distintas, o la aceptación de lo misterioso y desconocido
como parte integrante de la realidad. En ese contexto social y cultural crece la autora de Frankenstein. En su
obra, escrita a la edad de dieciocho años, se reflejan las inquietudes de toda una generación, sobre todo, las de
una muchacha que interpreta el mundo según sus propias ideas, vacilantes aún, y que no puede evitar plasmar
sus experiencias personales. Así, sus personajes ponen de manifiesto realidades tales como el papel secundario
de la mujer en la sociedad del momento, la fe en la posibilidad del hombre de alcanzar objetivos ilimitados,
como la creación de la vida con medios artificiales, la crueldad y la injusticia derivadas de la marginación social
de aquellos que no se someten a las normas, etc.

Antecedentes de la obra: En la introducción a la edición de 1831 de Frankenstein, Mary Shelley explica


cómo escribió su famosa novela. En el verano de 1816, ella y Percy Shelley vivían cerca del poeta Lord Byron y
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su médico y amigo de John Polidori, en Lago Ginebra, en los Alpes suizos. Durante un período de lluvia incesante,
los cuatro estaban leyendo historias de fantasmas, cuando Byron propuso que cada uno de ellos escribiera una
historia. Durante esos días, Mary Shelley no podía pensar en una idea para su historia. Entonces, mientras ella
escuchaba a Lord Byron y Percy discutir la probabilidad del uso de la electricidad para crear vida artificial, de
acuerdo con una teoría llamada galvanismo, una idea comenzó a crecer en su mente:
Tal vez un cadáver podría ser reanimado;
el galvanismo había dado prueba de tales cosas:
tal vez los componentes de una criatura podrían ser fabricados,
reunidos, e investidos con el calor vital.
Al día siguiente, comenzó a trabajar en Frankenstein. Un año más tarde, ya había terminado su novela. Fue
publicada en 1818, cuando tenía Mary tenía diecinueve años edad. Frankenstein es un ejemplo de novela
gótica, tipo de novela popular entre 1760 y 1820. Los principales ingredientes de la novela gótica son el
misterio, el horror y lo sobrenatural. La misma palabra “gótica” tiene varios significados: significa duras
penas o tratos crueles, refiriéndose a los bárbaros, tribus góticas de la Edad Media. También significa “medieval”,
en referencia al histórico período asociado con castillos y caballeros con armadura. En la literatura, el término
se aplica a las obras con una atmósfera sombría donde destaca lo desconocido e inspiran miedo. Las novelas
góticas en general se caracterizan por presentar salvajes y remotas regiones, tales como castillos embrujados o
las llanuras el viento maldito, y sus parcelas que involucran hechos violentos o misteriosos. Mientras que la
atmósfera de Frankenstein de Shelley es una pesadilla, la novela es mucho más que una historia de horror.
La situación creada por Shelley con los personajes centrales de su novela - un joven estudiante de la ciencia y
la criatura creada- es moralmente compleja. A través de su conflicto, Shelley plantea profundas interrogantes
sobre la ciencia y la sociedad y sobre los efectos positivos y los lados destructivos de la naturaleza humana.
Estas interrogantes tocaron la fibra sensible de los lectores de Shelley en la década de 1800, tiempo de los
descubrimientos sorprendentes en ciencia y tecnología y la creciente fe en el poder de la ciencia para mejorar
la vida humana. Hoy en día, en un mundo donde los avances científicos, como la clonación y la ingeniería
genética, interrogan sobre la redefinición de la propia vida, sus preguntas no son menos relevantes

Ciencia y técnica: A principios de 1800, los científicos estaban a punto de descubrir el potencial de la
electricidad. En este tiempo, los científicos sabían de la existencia de la electricidad estática, así como la
electricidad producida por un rayo. Pero entonces se comenzaba a descubrir que la electricidad podía ser
producida por una reacción química. En la década de 1780, Luigi Galvani, profesor de anatomía en Bolonia,
Italia, llevó a cabo experimentos en el tejido animal usando una máquina que podía producir chispas eléctricas.
Llegó a la conclusión de que el tejido animal contenía la electricidad en forma de un fluido. La teoría de Galvani,
de la “electricidad animal”, ha demostrado ser incorrecta; pero si hubiera demostrado que la contracción
muscular era respuesta a un estímulo eléctrico. Su investigación abrió el camino a nuevos descubrimientos sobre
el funcionamiento de los nervios y los músculos y demostró que los aparatos eléctricos vitalizan fuerzas en los
tejidos vivos. En la novela, Víctor Frankenstein aprende acerca de la controvertida teoría de “galvanismo”, como
parte de su formación científica en una universidad de Alemania. Hoy en día, el galvanismo se refiere a una
corriente directa de la electricidad producida por una reacción química.
Frankenstein o El Moderno Prometeo es una obra pionera de la ciencia-ficción. El tema de la novela no
es otro que la creación del hombre artificial. Y para desarrollarlo Mary W. Shelley se aparta de los fenómenos
sobrenaturales, la magia o la alquimia, propios de los cuentos góticos, y utiliza conocimientos científicos. Recoge
los presupuestos de la filosofía materialista y de la ciencia de su época sobre los orígenes de la vida. Unos
presupuestos de los que tanto su padre, a quien dedica el libro, como Percy B. Shelley, Lord Byron o el Dr.
Polidori eran fervientes defensores.
Ella misma ofrecería su versión sobre el origen de su novela: una noche, durante el lluvioso verano de 1916, a
orillas del lago Ginebra, impresionada por la discusión entre Shelley y Byron sobre un experimento de Erasmus
Darwin, abuelo de Charles Darwin, según el cual un fragmento de verme conservado en un frasco de cristal
había conseguido moverse por si solo, Mary se retiró a su habitación. Una vez allí tuvo la visión de un monstruo
que, tendido, se levantaba torpemente bajo la mirada horrorizada del estudiante que lo había construido. Con
la narración de esa visión empezó a escribir la novela. Y esa visión se convertiría en el eje de su creación.
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Para la creación de su personaje Mary W. Shelley se basa en la investigación más avanzada del siglo XIX: en la
Biología evolucionista de Erasmus Darwin, en la teoría de Joseph Priestley según la cual la electricidad se
encontraba en el origen de la vida, y en el galvanismo, que había descubierto que la electricidad podía excitar
la contracción de los músculos. Esta aplicación de la electricidad había llegado a Gran Bretaña a través del
médico escocés James Lind a quien, según las últimas investigaciones, un joven Percy B. Shelley habría
frecuentado durante su estancia en Eton- y que en aquellos momentos se aplicaba en el intento de reanimación
de cuerpos muertos, una práctica muy en boga y que se llevaba a cabo en sesiones públicas muy concurridas.
Por otro lado, la ambientación de la novela refleja también las últimas preocupaciones del progreso como, por
ejemplo, el intento de abrir una ruta marítima a través del Polo para llegar al Pacífico Norte, o la mejora de las
comunicaciones.

Estructura de la obra: la forma estructural básica de la novela es epistolar. Robert Walton dirige a su hermana
una serie de cartas y en una de ellas inserta la extensa narración de Víctor Frankenstein, quien a su vez inserta
en la misma la narración autobiográfica de la criatura. Al final de la historia de Frankenstein, vuelve el navegante
a erigirse en narrador, esta vez a través de un diario personal en el que explica la conclusión de los
acontecimientos. Mary W. Shelley divide el libro en tres volúmenes. El primero está constituido por el prólogo
de la autora, las cartas de Walton a su hermana y por siete capítulos más que exponen toda la vida de
Frankenstein hasta el asesinato de su hermano William por la criatura y el ajusticiamiento equivocado de Justine
por esa muerte. El volumen II cuenta con nueve capítulos, seis de los cuales presentan la autobiografía del
monstruo y los tres restantes, las actitudes previa y posterior de Frankenstein. Por último, el volumen III está
formado por otros siete capítulos, en los que el científico explica cómo se comprometió con su criatura a crearle
una compañera y cómo, al romper esa promesa, desató las iras del monstruo contra el que luchó hasta perder
su propia vida.

Tema central: Se puede considerar tema principal de la novela la bondad natural del hombre y los efectos
perniciosos que la sociedad puede producir en ella. Este mismo tema, reflejado en la reacción agresiva de la
criatura frente al rechazo de que es víctima, enlaza con otro gran tema: el enfrentamiento del ser humano contra
su creador. Como temas secundarios, aparecen el potencial ilimitado de la voluntad humana, que permite a
Víctor conseguir su objetivo aun en contra de todas las previsiones; la importancia de la familia y los amigos
para el desarrollo de la personalidad; la soberbia del hombre que le lleva a querer competir incluso con la propia
naturaleza; el poder de convicción de la palabra, que aunque no permite al monstruo ganarse el afecto de sus
vecinos, sí le lleva a convencer a Víctor y a Walton de los buenos sentimientos iniciales que poseía.

Argumento de la obra: Robert Walton ha conseguido por fin iniciar una aventura que acaricia desde hace
años y emprende un viaje de exploración al Polo Norte en busca de algún mar que le permita llegar al Pacífico
sin rodear la Tierra. En las heladas aguas del Polo se encuentra con Víctor Frankenstein, un científico ginebrino
que navega en condiciones precarias y que está al borde de la muerte. Víctor le cuenta cómo su obsesión por
alcanzar un objetivo durante largos años se trocó al fin en su autodestrucción. Había conseguido, tras muchos
esfuerzos y trabajos, dotar de vida a un ser inerte, convirtiéndose así en una especie de dios creador de lo que
él esperaba fuese una nueva generación de hombres felices. Sin embargo, su creación le parece horrenda una
vez finalizada y abandona a la criatura a su suerte, sumido en una enfermedad depresiva provocada por el
remordimiento y el horror ante lo que había osado hacer. La criatura, sola en el mundo, se ve abocada al
desprecio por parte de los demás seres humanos, dado que su espantoso físico aleja cualquier posibilidad de
acercamiento. Es tal su desesperación ante la más absoluta soledad y ante la crueldad de los hombres que
decide vengarse de toda la especie y, en particular, de su creador. Así destruirá la vida de los seres más queridos
de Frankenstein (su hermano menor William, su amigo Henry Clerval, su esposa Elizabeth) e indirectamente la
de Justine, una criada de los Frankenstein, y el padre de Víctor. Víctor consagra el resto de su vida a la
destrucción de la criatura, a quien persigue hasta el Polo Norte, donde, ante los admirados ojos de Robert
Walton, perderá la vida. El monstruo, desesperado ante la muerte de su creador, desaparece en el mar, después
de haber explicado al nave gante su intención de dejarse morir.

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Espacio y tiempo: la acción de Frankenstein transcurre en diversos escenarios: Ginebra, Alemania, Gran
Bretaña y el Polo Norte. En todos ellos, la autora se prodiga en descripciones de paisajes naturales. Esos paisajes
cobran un protagonismo esencial en el libro, puesto que, como buena romántica, Mary W. Shelley alude
constantemente a la relación indisoluble que existe entre la naturaleza y los estados de ánimo de los personajes,
los cuales pueden llegar a sentirse felices en medio de la mayor de las desgracias al contemplar la vida que
renace en el bosque con la primavera o anhelar la muerte con más fuerza que nunca ante la contemplación de
una devastadora tormenta. Tanto el doctor Frankenstein como su criatura son especialmente sensibles a la
observación del paisaje, y la autora elige deliberadamente entornos familiares (los Alpes y, en concreto, el Mont
Blanc fueron lugares míticos para la generación de autores románticos ingleses, posiblemente por el contraste
que suponían con su propio entorno natural) que puede describir pródigamente. La naturaleza, además,
representa para la autora, educada en el ateísmo, el símbolo de la energía intangible que determina el
comportamiento de los seres humanos.
En cuanto al tiempo, cabe distinguir, en las tres narraciones de la novela, entre el tiempo del narrador (apenas
han transcurrido nueve meses desde que Robert Walton escribe a su hermana la primera carta hasta que anota
en su diario la intención de regresar) y el tiempo interno dela historia del doctor Frankenstein.
Aunque la narración de este último se realiza en una semana, los hechos van desde el momento de su nacimiento
hasta el momento de la narración, en el que Víctor tiene veintiocho años. En cuanto a la narración que la autora
pone en boca del monstruo, la duración real es de casi un día, aunque explica los hechos acaecidos en los dos
últimos años, el tiempo que ha transcurrido desde su creación hasta la muerte de William.

Estilo del Narrador: No podemos dejar de señalar la edad de la autora en el momento de crear la primera
versión de su novela. A sus dieciocho años y rodeada como estaba de pensadores idealistas, autores románticos
y rebeldes, su estilo no puede por menos que mostrar las características esenciales de su generación. Es digna
de señalar la abundancia de descripciones minuciosas de paisajes y de sentimientos. Destacan especialmente
las últimas, ya que la historia de Frankenstein, concebida en principio como una narración de terror, acaba por
convertirse en un drama introspectivo que abunda en el análisis de los sentimientos. Precisamente por eso,
seguramente, la autora elige la forma autobiográfica en las narraciones de sus dos narradores protagonistas,
porque la perspectiva interna le permite profundizar al máximo en los mismos. La variedad de puntos de vista
(Walton, Frankenstein y la criatura, además de cartas de otros personajes que se insertan en la narración)
contribuye a evitar una redundancia excesiva en el análisis de los sentimientos desencadenados por la situación,
ya que cada narrador extrae sus propias conclusiones y reacciona de una forma determinada ante la misma
situación: así, por ejemplo, la curiosidad de Walton, el sentimiento de culpa de Frankenstein y la sensación de
soledad e injusticia del monstruo ante un mismo hecho: la propia vida de este último.

Personajes de la obra: en esta novela los personajes que aparecen son los siguientes:
Víctor Frankenstein: Es el hijo mayor del matrimonio entre Alphonse Frankenstein y Caroline Beaufort, es un
personaje, está obsesionado desde muy joven por la búsqueda de la piedra filosofal y el elixir de la vida, "...
¡qué gloria conseguiría si lograba desterrar la enfermedad del cuerpo humano, y volver al hombre invulnerable
a todo salvo a la muerte violenta!”. Por lo que experimentando para alcanzar su objetivo, dio vida a una criatura
monstruosa a la que abandona a su suerte.
Caroline Beaufort: Es la madre de Víctor, tiene una débil salud debido a carencias sufridas en el pasado. Mujer
mucho más joven que su esposo y muere de Escarlatina.
Alphonse Frankenstein: Padre de Víctor, hombre distinguido en la Sociedad, que ayuda a un amigo en
desgracia y a la muerte de este se casa con su hija, Caroline Beaufot. Y muere al saber la noticia de la muerte
de su querida Elizabeth.
Elizabeth Lavenza : De muy pequeña fue adoptada por la familia Frankenstein cuando la encontraron con
unos campesinos que la criaban y sus padres de origen noble ya no existían (la madre era alemana y había
muerto en el parto, el padre desapareció y no se sabía si estaba muerto o preso), se crió junto con Víctor como
una hermana. Al crecer se convierte en una joven más bella, inteligente, sensible, pura y vivaz. Se casa con
Víctor después de la muerte de Clerval, y muere la noche de bodas asesinada por el monstruo (Víctor aún no
había cumplido su promesa).

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Henry Clerval: Es el mejor amigo de Víctor y Elizabeth desde la infancia, tiene un carácter noble, generoso,
solícito, tierno. Finalmente muere asesinado por el monstruo, porque Víctor no ha cumplido la promesa la mujer.
Señor Waldman: Profesor de química, aparentaba unos 50 años, tenía un semblante benévolo, con cabellos
grises en las sienes contrastando con el resto casi negro. De estatura baja, de una voz dulce. En su trato es
amable y refinado.
Monstruo: Es el fruto de los experimentos de Víctor Frankenstein. Le dio vida en medio de una tormenta en el
mes de noviembre. Fue armando todos sus miembros con las partes de diversos cadáveres. Porque tenía la
siguiente apariencia: "... Su piel amarillenta apenas cubría la obra de sus músculos y arterias que quedaban
debajo, el cabello era negro, suelto y abundante; los dientes tenían la blancura de la perla, pero estos detalles
no hacían más que contrastar espantosamente con unos ojos acuosos que parecían del mismo color blancuzco
que la cuencas que los alojaban, una piel apergaminada, y uno labios casi negros..." Razón provocó en Víctor
Frankenstein horror y repugnancia; y lo abandona a su suerte. Este personaje demostró una inteligencia
espectacular en sus capacidades mentales, y culpa a Víctor de su infelicidad. Un ejemplo lo es la siguiente frase:
"Yo era afectuoso y bueno, y la desdicha me ha convertido en ruin. Haz que sea feliz y seré de nuevo virtuoso."
Pidiéndole a su creador una compañera, una mujer.
Ernest: Uno de los hermanos de Víctor, fue el que le comunicó la muerte de William cuando este llega a la casa
de la familia en Ginebra luego de seis años de ausencia.
William: El hermano menor de los Frankenstein, es el niño que muere asesinado por el monstruo, pero esto
sólo lo sabe Víctor y calla, por lo que Justine es acusada injustamente por la muerte del menor.
Justine Moritz: Joven dulce y afectuosa con la familia Frankenstein, fue acusada injustamente de la muerte
de William, el niño de la familia. Por una evidencia que el monstruo coloca entre sus ropas, un medallón con la
imagen de Caroline Beaufort, que pertenecía a la víctima. Por lo que es enjuiciada y muerta en cadalso.
La familia de Félix (De Lacey): Campesinos que habitan una cabaña frente a la de Frankenstein, es de
quienes aprende el idioma y los contradictorios sentimientos humanos. A causa del rechazo a Frankenstein por
su impresionante aspecto físico, hacen nacer en él, el odio a la humanidad por parte de Frankenstein.

Comentario de la obra: la obra pone de relieve una serie de valores humanos, entre los que destaca la justicia,
bien como denuncia de los hechos o como un sentido moral imprescindible para respetar la vida y la libertad.
La obra constituye algo más que un relato de terror. Constituye, pues, a la vez, una profunda introspección del
ser humano. Por consiguiente, destaca todos los valores que hacen que un ser sea verdaderamente humano,
necesitado de afecto y con necesidad y capacidad de comunicar afecto a sus semejantes. El monstruo es una
criatura desvalida, que carece de afecto y que es abandonada a su suerte. Los hechos trágicos, las muertes
inocentes, van sembrando la vida de acontecimientos que necesitan una reparación, si no en el plano de la
realidad, porque no se puede retroceder en el tiempo, sí en la evolución interna del propio individuo. La
exaltación de los sentimientos positivos y la necesidad de justicia están al servicio de dicha reparación.
Frankenstein suele considerarse como la mejor novela gótica romántica y el primer relato de ciencia-ficción,
pero no podemos simplificar nuestro análisis porque la obra de Shelley trasciende lo sobrenatural para penetrar
en la tragedia más amarga para un ser humano: la soledad, el abandono y el sufrimiento a causa de la
intolerancia de los otros. En cuanto a lo formal, el texto tiene una estructura narrativa epistolar como era
frecuente al final del siglo XVIII. Está compuesto por tres narraciones que confluyen en un solo relato dramático.
La primera la desgrana Robert Walton a través de las cartas que escribe a su hermana, Margaret. En la cuarta
de dichas cartas se reproduce la espeluznante historia del médico Víctor Frankenstein, que incluye a su vez el
relato hecho por el monstruo, quien describe la vida de la familia Delacey. El monstruo cuenta que ha leído a
Milton, Plutarco y el Werther, de Goethe, y cada una de estas fuentes literarias influirá de un modo concreto
en la personalidad del monstruo: El paraíso perdido le instruiría sobre los planes de Dios con los hombres; Las
vidas paralelas le recordará las responsabilidades cívicas; y con Werther, descubrirá el amor. En Frankenstein,
Shelley nos ofrece un muestrario amplísimo de influencias que le han ayudado a adentrarse en el alma humana,
pertrechada con multitud de sentimientos e ideas ajenas.

Prácticas de repaso y recapitulación


I.- Complete los siguientes pensamientos con las palabras necesarias.

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1.- Tres tipos de novela que se dieron durante el Romanticismo fueron _______________________________,
_____________________________________ y __________________________________________________
2.- Cinco características de la novela romántica son _____________________________________________,
___________________________________________, _____________________________________________
___________________________________________, _____________________________________________
3.- La novela de terror se desarrolla fundamentalmente desde el siglo ____________________ y posee
características asociadas al movimiento literario llamado ___________________________________________
4.- La primera novela de terror o gótica que se escribió se llama _____________________________________
5.- Cinco rasgos o características de la novela de terror o gótica son _________________________________,
___________________________________________, _____________________________________________
___________________________________________, _____________________________________________
II.- Lea los siguientes textos y luego, conteste las preguntas anotadas al final.
Texto 1.- “Las alteraciones de la vida no son ni mucho menos tantas como las de los sentimientos humanos.
Durante casi dos años había trabajado infatigablemente con el único propósito de infundir vida en un cuerpo
inerte. Para ello me había privado de descanso y de salud. Lo había deseado con un fervor que sobrepasaba
con mucho la moderación; pero ahora que lo había conseguido, la hermosura del sueño se desvanecía y la
repugnancia y el horror me embargaban. Incapaz de soportar la visión del ser que había creado, salí
precipitadamente de la estancia. Ya en mi dormitorio, paseé por la habitación sin lograr conciliar el sueño.
Finalmente, el cansancio se impuso a mi agitación, y vestido me eché sobre la cama en el intento de encontrar
algunos momentos de olvido. [...] Me desperté horrorizado; un sudor frío me bañaba la frente, me castañeteaban
los dientes y movimientos convulsivos me sacudían los miembros. A la pálida y amarillenta luz de la luna que se
filtraba por entre las contraventanas, vi al engendro, al monstruo miserable que había creado. Tenía levantada
la cortina de la cama, y sus ojos, si así podían llamarse, me miraban fijamente. Entreabrió la mandíbula y
murmuró unos sonidos ininteligibles, a la vez que una mueca arrugaba sus mejillas. Puede que hablara, pero no
lo oí. Tendía hacia mí una mano, como si intentara detenerme, pero esquivándola me precipité escaleras abajo.
Me refugié en el patio de la casa, donde permanecí el resto de la noche, paseando arriba y abajo, profundamente
agitado, escuchando con atención, temiendo cada ruido como si fuera a anunciarme la llegada del cadáver
demoníaco al que tan fatalmente había dado vida”.
1.- Este fragmento es la descripción de un remordimiento. ¿Cuál es?
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2.- ¿Cómo se designa al monstruo? ¿Sabe si en algún momento de la obra es llamado Frankenstein? ¿Por qué
se le aplica el calificativo de cadáver demoníaco?
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3.- Señale los elementos de este fragmento que son propios de la novela gótica. Indique también las referencias
al miedo, que pueden caracterizar la obra como una novela de terror.
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4.- ¿Cómo se reflejan las características del Romanticismo en este fragmento de Frankenstein?
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Texto 2.- “―Esperaba ya que me recibierais así ―dijo el monstruo―. Todos los humanos odian a quienes son
infelices. ¡Cuánto odio debo despertar yo que soy el más infeliz de los seres vivientes! Incluso vos, que me
disteis la vida, incluso vos me detestáis y me rechazáis, a mí, a la criatura con la os atan lazos que sólo la muerte
podrá romper. Decís que queréis matarme; ¿pero cómo podéis utilizar la vida como si fuera un juego? Cumplid
antes los deberes que tenéis conmigo y yo lo haré con los que me ligan a todo el género humano. Si aceptáis
mis condiciones os dejaré tranquilo, tanto a vos como a vuestros semejantes. Pero si rehusáis, me hundiré en
el crimen hasta saciar mi sed de sangre en la de todos aquellos que os aman y a los que amáis.
―¡Monstruo odiado! ¡Infame asesino! Los tormentos del infierno serán un castigo demasiado benévolo para tus
crímenes. ¡Demonio inmundo! ¿Me reprochas que te haya creado? ¡Pues, bien, acércate y extinguiré el brillo de
la vida que, en mi locura, supe alumbrar en ti! [...]
―¿Cómo podré conmoveros? ¿No conseguirán mis súplicas que miréis con piedad a esta infeliz criatura que
suplica vuestra benevolencia y vuestra compasión? ¡Creedme, Frankenstein, soy bueno: mi espíritu está lleno
de humanidad y amor, pero estoy solo, horriblemente solo! ¡Incluso vos, que me creasteis, me odiáis! ¿Qué
puedo esperar, pues, de aquellos que no me deben nada? Me aborrecen y me acosan. Las desiertas cumbres y
los glaciares han de ser mis refugios. Vago sin cesar por estos lugares y habito en las heladas cavernas; sólo allí
me siento seguro. Son ésos los únicos placeres que no me niegan los humanos y bendigo los desolados parajes
que son, para mí, más amables que vuestros mismos semejantes. Si toda la humanidad conociera mi existencia
correrían, lo mismo que vos, a armarse para aniquilarme. ¿Acaso no es lógico que los odie, puesto que ellos me
aborrecen? ¿Cómo ser bondadoso con mis enemigos? Soy desgraciado y ellos deben compartir mis sufrimientos.
Sin embargo, tenéis en vuestras manos la posibilidad de hacerme feliz y librar a los hombres de una horrenda
venganza que no sólo sufriríais vos y vuestra familia, sino también miles de seres que morirían en el torbellino
de mi frenética matanza. ¡Permitid que la compasión nazca en vos, no me rechacéis! Oíd mi historia y, cuando
lo hayáis hecho, abandonadme entonces a mi suerte o apiadaos de mí”.-

1.- El libro de Mary Shelley no tiene un único narrador. Su estructura es más o menos esta:
a.- Cuatro cartas y luego el diario personal escritos por Robert Walton, un joven que realiza una expedición al
Ártico. Allí encuentra a un hombre enfermo (el doctor Frankenstein), quien le relata su historia.
b.- El relato del doctor Frankenstein (incluido en el diario de Walton). Víctor Frankenstein cuenta cómo creó al
monstruo, cómo huyó de él y cómo la criatura lo encontró luego de unos años y le narró a él, su creador, lo que
había hecho en ese tiempo.
c.- La historia que la criatura le relata a su creador, el doctor Víctor Frankenstein.
d.- La continuación del relato del doctor Frankenstein, donde éste cuenta cómo la criatura le pide que cree otro
ser como él para tener compañía y cómo, cuando él se niega, el monstruo comete horribles crímenes.
Horrorizado, Frankenstein decide matar al monstruo y lo persigue hasta el
Ártico.

e.- Nuevamente, el diario de Walton, donde éste describe la muerte de Frankenstein y cómo la mismísima
criatura entra al barco y al ver muerto a su creador, llora arrepentida.
Se trata, entonces de tres historias, una dentro de la otra, a la manera de cajas chinas.
Explique qué tipo de narrador se presenta en este fragmento, en qué persona gramatical narra y cuál es su
visión (si sabe más, menos o igual que los personajes).
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2.- Ustedes leyeron un fragmento del relato que la criatura hace al doctor Frankenstein.
a.- Elijan tres o cuatro oraciones del texto y reescríbanlas como si las contara el doctor Frankenstein. Pueden
comenzar así: La criatura me contó que... / El terrible monstruo relató que... Solo pueden usar una vez el
verbo decir.
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3.- Para referir las palabras pronunciadas por otro o por uno mismo en otras circunstancias, hay dos
posibilidades (en realidad, hay más, pero estas dos son las más importantes).
Estilo o discurso directo: se repiten textualmente las palabras del otro, sin cambiar nada. Por ejemplo:
“ Me preguntó: ´ ¿Querés que te lleve?´".
Estilo o discurso indirecto: se repiten las ideas transmitidas, pero hay algunos cambios (personas y
tiempos verbales, entre otros). Por ejemplo: “Me preguntó si quería que me llevara”.
¿Qué estilo se elige en el libro para introducir las palabras del monstruo en el relato de Frankenstein?
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Texto 3.- "Poco a poco hice otro descubrimiento mucho más importante que el primero. Me di cuenta de que
aquellos seres poseían un modo de comunicarse mutuamente sus experiencias y sensaciones por medio de
sonidos articulados. Vi que las palabras que utilizaban tenían la virtud de provocar, en aquellos a quienes iban
dirigidas, pena o alegría, sonrisas o gestos de tristeza. En verdad se trataba de una ciencia divina que,
inmediatamente despertó en mí el deseo de poseerla. Sin embargo, todos mis intentos fueron vanos. En efecto,
mis vecinos hablaban demasiado aprisa y las frases pronunciadas no tenían, al parecer, ninguna relación con
objetos tangibles, por lo que yo no me encontraba en condiciones de hallar un indicio que me permitiera penetrar
su sentido. Logré solamente y a costa de enormes esfuerzos, aprender el nombre de algunas de las cosas que
con más frecuencia entraban en sus conversaciones, como fuego, leche, pan y leña. También aprendí el nombre
de mis vecinos. El joven y la muchacha tenían varios, pero el anciano se llamaba solamente p a d re. La muchacha
podía ser hermana o Ágata y el joven, Félix, hermano o h i j o. No puedo expresar la alegría que experimenté
al descubrir el sentido de tales vocablos y al ser, a mi vez, capaz de pronunciarlos. Había podido, también, oír
otras expresiones sin que hubiera logrado averiguar su significado ni desentrañar su utilización; estas eran, por
ejemplo: bueno, querido, desgraciado."

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1.- Una pregunta a prueba de distracciones: ¿finalmente, el monstruo habrá aprendido a hablar? Justifiquen su
respuesta usando el término narrador.
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2.- En el prólogo a la novela, Mary Shelley señala: "Las opiniones de los protagonistas vienen influidas, es lógico,
por su carácter particular y por la situación en que se hallan; no han de ser consideradas por lo tanto como las
mías propias". ¿Cuál es el temor de la autora? Explíquenlo usando los términos narrador y autor.
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