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EL DIVINO IMPACIENTE
C1SNEROS
LA SANTA VIRREINA
EL DIVINO
IMPACIENTE
POEMA DRAMÁTICO EN VERSO, DIVIDIDO EN UN
PRÓLOGO, TRES ACTOS Y UN EPÍLOGO
A Manuel Herrera
NOTABREVE
ACTO II
recibe esta tarde misma en
D ama.
CUADRO PRIMERO
audiencia a los dos padres de Pues yo querría
la nueva Compañía que van a
Sala en el Palacio Real de Lisboa. A izquierda del foro, puerta, y otra,
en chaflán, con cortinas, a la derecha. Sentados en cojines y tabure tes,
platican, en un rincón, D on M artín A lonso de Sousa , el C onde de
C astañeda , D on A lvaro de A tayde , el E mbajador M ascareñas y
U na D ama.
Oriente. que se quedaran los padres
D on M artín.
en la Corte.
Eso dicen. A tayde. Igual afirman
Parece que el Rey quería todas las damas, que están
que quedasen en Lisboa con los padres como niñas
y no fuesen a las Indias. con zapatitos de raso.
M ascareñas. Todas son, conde, visitas y
Pero dicen que el infante andar de iglesia en iglesia
y murmurar: ¿Quién predica? D ama.
¿A qué hora empieza el víacrucis? Publicar dicen que quieren un
¿Que padre dice la misa? ¡Mal decreto con su firma
año para galanes este año de ordenando que sus pajes
sacristías y pláticas de convento confiesen cada ocho días.
y devociones de almíbar!
A tayde.
C astañeda. Yo he conocido en París a
Eso será aquí en Palacio, donde Ignacio y su Compañía, ¡y os
es la tierra más fría, que en los digo que el mundo todo se
barrios y en las plazas del muelle trueca donde ellos pisan!
y la judería, como es más simple
la tierra bien que prendió la M ascareñas.
semilla. Las iglesias de los Yo he visto al padre que traje
barrios rebosan cuando desde Roma, maravillas.
predican; para escuchar Cuando de allí, a Portugal con
confesiones le faltan horas al mi séquito venía, pasamos,
día, y cuando a la calle salen allá en Navarra, casi por la
tras el sermón o la misa, niños puerta misma del castillo de
les siguen el paso, flores las Javier, donde su madre tenía.
mozas les tiran. Los muelles no Yo le advertí que con sólo
son los muelles que antaño se detener la comitiva breves
conocían: seminarios de horas, abrazarla sin dificultad
truhanes y lonjas de picardía. Ya podía, pues era fácil que
se conciertan en paz los fletes y nunca la viera más en la vida.
mercancías, y las firmas se «La eternidad es muy larga -
respetan y las palabras se me dijo-, y llevamos prisa.» Y
estiman. En fin, dirán lo que aguijó la muía coja que desde
quieran, pero esta es la verdad Roma traía. Pero yo, Atayde,
fija: la Lisboa de los hurtos, las vi luego que cuando el sol se
pendencias y las riñas, como ponía, quebraba su luz en
una calza de seda la han vuelto algo que le brillaba en la
de abajo arriba. vista. Como yo le preguntaba
con sencillez me decía: ¡Es
A tayde. que me lloran un poco los ojos
Si es eso, ¡también la Corte!, que con la ventisca!
el Rey tanto les estima que por
ellos quiere hacer de nosotros A tayde.
cenobitas. Yo no dudo que son santos...,
¡pero hay santos que atosigan!
D ama. A tayde.
Pues vos bien que estáis, Atayde, Querría,
con él de continuo. valido de la amistad y la
camaradería de París, que le
A tayde. pidiera licencia al Rey, que es
Hija, sabida las dificultades grandes
las necesidades mandan y que en concederlas había.
los negocios obligan. Ando (Entra por derecha un
tras él porque quiero que él a P aje.)
Su Alteza le pida lo que a él P aje.
puede concederle y a mí me (Dirigiéndose al C onde de
lo negaría. C astañeda.)
D ama. Señor: están aguardando para la
¿Y qué es ello? audiencia ofrecida los padres.
Castañeda. Pasen aquí
A tayde. sus revenrencias.
Una licencia
para pasar a las Indias. D ama.
¡Qué dicha!
D on M artín . (Levanta el P aje la cortina
¿También queréis ir allá? para dejar paso al P a
dre Simón R odríguez y
A tayde. T ambién, alP. Francisco Javier )
don Martín, que es
[linda M ascareñas.
la esperanza y la fortuna que los Vengan el padre Simón
que allá fueron pintan. Cargando y el padre Javier.
cinco galeras de clavo y canela (Los padres hacen una re
fina, con buena suerte en el mar verencia al grupo. Se
y en el precio buena vista, puede quedan algo retirados y
hacerse allá fortuna sin gran confusos).
sudor ni fatiga. Ved el caso de Javier.
Juan Freytas, que ha dos años No tarde en
fue a las Indias: ropas de lana anunciarnos.
llevó: las trajo de seda fina.
C astañeda.
M ascaeeñas. Ya le arde a Su
¿Y en eso estáis empleando Alteza el corazón
al padre Javier?
por verles; admiración Dama.
será que no se arrodille Mil gracias.
cuando lleguen.
Javier.
Dama. A vuestros pies.
(A Javier , con beatifico Atayde.
embeleso.)
Ante el padre Tanta franqueza y desgarro
no hay mirada que no brille, ni raya casi en altivez.
frente que no se humille... Javier.
Javier. Perdón: ¡es que alguna vez me
¡Ni perro que no me ladre! acuerdo que soy navarro!
(A ATAYDE, que se ha separado un
Dama. poco del grupo -que queda
Si vais a salir mañana, cuchicheando- y ha ido en
según Su Alteza dispuso, un seguimiento de JAVIER.) ¿Y tú?
trocho de sotana me daréis. Atayde.
Javier. Sólo de tu mano
depende, padre Javier,
Es cosa vana que mi ida a Oriente.
como se pone al uso llevar Javier
así los embozos o bailar así
tal baile, ahora usen damas Bien, hermano;
y mozos esto de colgarse ¿pero irás como cristiano o irás
trozos de la sotana del fraile. como mercader? Porque si en
mí está lograr la licencia, me
Dama. resisto a que traspases el mar
Ésas son muestras de amor para desacreditar ante los
y del afecto invenciones. negros, a Cristo.
Javier. Don Martín. Cuando
Cuélguense en los corazones ese ardor que hoy le
mis consejos, que es mejor. [embarga
No vale andar en sermones, le pase, padre, a la larga, ya verá
y en la misa y el rosario para que los infieles no sirven más
que luego el diario de la que en la carga de galeras y
vida siga igual. Señora: en la bajeles. Sólo hay que ver
catedral tengo mi prisioneros en ellos.
confesonario.
Javier. Cállense, que el discutir no
Con esas leyes de termina como empieza.
egoísmos altaneros, lo que
hagan los misioneros lo Don Martín.
desharán los virreyes. ¿Vámonos? Voy a salir.
Don Martín. Castañeda.
Son unos pobres paganos sin Y yo voy a prevenir de
religión. la visita a Su Altaza.
Javier. (Salen todos, menos los
Son hermanos; padres, por derecha. Por
siguen la ley natural... Acaso izquierda, CASTAÑEDA.)
muchos cristianos no pueden P. Simón. Ha estado
decir igual. Ellos viven al algo inconveniente.
mandar de su instinto, como
potros. Saben creer o matar..., Javier.
¡pero no saben andar a medias, Acaso, padre; mas cuente que
como vosotros! Si los voy a como es tanto el quehacer ¡no
bautizar es por hacerlos más tengo tiempo de ser, a más de
sanos; mas cuenten que, con mis todo..., prudente!
manos, os bautizara lo mismo si (Atayde, que ha salido
hubiera un otro bautismo para con los demás por dere
los malos cristianos.
cha, vuelve a entrar al
Don Martín. No encuentro de JAVIER.)
estuvo el sermón oscuro.
Atayde.
Javier. Javier, el Rey va a llegar muy
Agua clara y vino puro. pronto para la audiencia; ¿le
Atayde. Y su pedirás la licencia?
poco de arrogancia. Javier.
Javier. ¿Os vais, Atayde, a enmendar de
Soy blando con la ignorancia; vuestros yerros y males? Porque,
con la tibieza soy duro. si no os corregís, seremos, como
en París, enemigos y rivales.
Dama.
(Oyendo que alzan las vo Atayde.
ces.) Yo prometo, padre, ser mejor
que he sido hasta ahora.
(Entra, por derecha, Doña le robó fama y honor, como se
Leonor de Ariza, ca roba una flor al pasar por un
marista de la Reina, con jardín. Acudió al llanto y al
el rostro cubierto, como ruego, me juró ser siempre fiel,
buscando, cloradamen y engañando al amor ciego con
te, a alguien.) sus miradas de fuego y sus
palabras de miel, puso cerco
Doña Leonor. desleal a mi honor, que tras el
¿Está aquí el padre Javier? brillo de una esperanza ideal, se
Javier. rindió como un castillo con
almenas de cristal. Fui suya,
Alzad el velo, señora. padre, fiada de su honor de
DoñaLeonor caballero, ¡y ahora me deja
¡Atayde! tirada, como una pluma chafada
que se quita del sombrero!
Atayde. Atayde.
Leonor, ¡qué bien ¡No hagáis caso!
mis pisadas has seguido!
Doña Leonor Doña Leonor. ¿En qué
Buscando al padre he venido, he mentido?
mas porque escuches también Atayde.
mis palabras, te ha traído, sin yo Bien sé yo lo que pretendes,
buscarte, el Señor. Sé, padre, y no me verás cogido en el
cómo el dolor de los demás lazo que me tiendes, como
atendéis, y aquí vengo a que un pájaro.
escuchéis las querellas de mi
amor. Doña Leonor
No pido
Atayde. que te mires en mis ojos
Con el Rey tiene una vista; como un día te miraste.
no puede escuchar ahora, ¡Sólo ya pido de hinojos que
te lleves los despojos del
Javier. honor que me robaste!
Siempre escucho a quien
[implora. Atayde.
¿Quién sois? No hay cosa que más me enoje
que esa sentencia tan boba; el
Doña Leonor. honor nunca se roba, sino que se
Una camarista da... ¡y se coge!
de la Reina, mi señora, a
quien ese seductor, de modo
torpe y ruin
Ladrón será aquel que escoge puede ser que en vez de a Oriente
alguna rosa especial vayas a dar con la ley...
y, derribando el tapial,
la roba; no el que, al acaso, Atayde.
coge la rosa que, al paso, Yo prometo que al tornar de
le está ofreciendo el rosal. Oriente...
¿No estás conforme, Javier?
Javier.
Javier. ¡Antes de embarcar
Al quererte defender, tu ha de ser la boda!
mismo anhelo te acusa; ladrón
es todo el que abusa del honor Un paje.
de una mujer. Y ahora (Abriendo la cortina de la
empiezo a vislumbrar por qué izquierda.)
quieres embarcar para las ¡El Rey!
Indias; ¡allí se está bien,
dejando aquí las cuentas por Javier.
liquidar! En París ya prometía (Invitando rápidamente a
mucho el mozo, y ya tenía Leonor y A tayde a pa
buena anchura su conciencia, sar, por derecha, a una
¡mas no tanto!... Así le urgía
tanto al hombre la licencia sala contigua).
que, con arte, quiso hacer Aquí junto habéis de estar.
cómplice suyo a Javier. Pero ¡Ya conoces tu deber!
Javier no es tan necio. La
licencia tiene un precio: ¡el Atayde.
honor de esa mujer! ¡Pero me has de prometer la
licencia!
Atayde.
¿Qué dices? Javier. La
Javier. tendrás.
Que no saldrás (Todo esto ha sido dicho muy
con tu anhelo y ambición, rápido, mientras salian
Atayde, si antes no das a tu Atayde .y Leonor. Entra el Rey
mal reparación. Piensa que tu por izquierda, seguido del
perdición puedes labrar de Conde de Castañeda.) El Señor
otro modo. Sabes que el Rey os dé la paz.
no consiente tales modos en
su gente. Si yo se lo digo todo, Rey.
Y Él te bendiga, Javier.
(Toma asiento en un si Esta mañana, pasando ribera
llón. El CONDE se man del malecón acunado por un
tiene detrás a alguna blando murmullo, y
distancia. Delante, de cabeceando, contemplaba el
pie, Javier y el P. Si galeón tan ligero y tan marino,
món.) y el mástil esbelto y fino me
Sabes cómo se han movido parecía una pluma que, con
bandos en este palacio, que me renglones de espuma, iba a
han rogado y pedido que os escribir mi destino. Todo mi
quedaseis. He querido consultar afán atraía: la luz, la
al padre Ignacio por cartas, y a marinería, la gloria de la
su entender, de este modo se ha mañana llena de sol y alegría,
de hacer: se queda el padre y ante la ruta lejana ese andar
Rodríguez en nuestra Corte, y tú en el bajel yendo y viniendo
sigues solo, a las Indias, Javier. las gentes, que fingía sobre él
P. Simón. como ese temblor de piel de
Ya sé que no necesitan las los galgos impacientes...
Indias de un servidor, ¡pero me Rey.
duele el dolor que de este modo Padre Francisco: de sobra se
me quitan! ve que es Dios el que pide tal
Javier. labor, pues que coincide la
Dios lo pide por su amor, y vocación y la obra de tal
no hay sino obedecer. Acaso modo.
el no padecer, siéndolo J a v ie r .
dolor mayor, a los ojos del Dios decide
Señor le traiga a más que así sea, y yo uniré mi
merecer. voluntad a sus leyes.
Rey.
Rey.
¡Con qué entrega generosa Y yo a tu lado estaré, que para
llevan en sí los hermanos el aumentar la fe da Dios su
querer como una rosa cetro a los reyes. La Cruz del
desmayada entre las manos! Señor bien alta quiero en mis
J a v ie r . Indias clavar. Por eso, para
Nuestros afanes humanos, ¿qué buscar remedio donde haga
intentarán contra Dios? Desde falta, noticia fiel me has de
niño hubo una voz que me dar del estado de mis gentes
llamaba hacia Oriente... ¡y ya
estamos frente a frente, como en
un duelo los dos!
en puntos de Religión; el llevo mi cruz, mi rosario y
número y proporción de al cuello mi escapulario,
gentiles y creyentes; dónde a que me defiende.
Cristo se traiciona, en dónde Castañeda.
mengua su luz o su fe se No añada
desmorona... ¡No quiero
tener corona donde no si es ya tan comprometida la
remate en Cruz! empresa, nuevos martirios.
¿Quién cuidará de su vida tan
Javier. necesaria?
No existe bien soberano Javier.
para los pueblos igual ¡El que cuida de
a este afecto paternal las rosas y los lirios! Mientras
de un Rey prudente y cristiano.
Todo lo demás es vano; más pobre y sencilla la vida,
errar puede la opinión, mayor la paz. Me sobra todo.
puede ser vana la ley. Además, llevo conmigo a
Un hombre y una nación Mansilla, el lego.
no aspiren a mejor don Rey.
que un buen padre y un buen No olvidarás,
[Rey. Javier, que has sido nombrado
Rey. nuncio de todo el Oriente.
Por tus palabras te doy mis Castañeda.
gracias, padre Javier. ¡Ese Y en tal dignidad y estado
Rey quisiera ser que tú casi parece decente que se
piensas que ya soy! lleve allá un criado que le
(A Castañeda, que permanecerá guise y que le lave.
detrás del sillón.) Conde, habéis
de disponer para tan largo viaje Javier.
la precisa provisión. Conde: me movéis a risa con
Javier. esa razón tan grave... ¡Si
Mi persona y mi ilusión; ése vierais lo bien que sabe lo que
es todo mi equipaje. uno mismo se guisa! No
aleguéis la nunciatura, que en
Castañeda. un portal, en Belén, durmió
Debe llevar algún paje Cristo, nuestro Bien, de quien
de Corte. un nuncio es hechura.
Javier. Rey.
No es necesario que os Conde, ¿para qué te afanas, si
ocupéis más de nada; él tus ofertas declina?
Castañeda. (El C onde ha salido y ha
Quiero servirle... vuelto seguido de A tay
de y D oña L eonor .
Rey . Javier se dirige a ellos,
Son vanas toma a A tayde de la
nuestras prudencias humanas mano y, dejando aparta
para su empresa divina. Mañana da a D oña L eonor , le
mismo, naciente la aurora, si trae junto al R e y .
puede ser, han de zarpar, con J avier subrayará con
Javier, las carabelas a Oriente. intención los versos que
(A Javier.) van en bastardilla.)
Y piensa tú, al emprender
la misión que tanto anhelas, C astañeda.
que al ir partiendo el cristal Pasad juntos.
del agua las carabelas, A tayde. Gracias,
les va soplando las velas el conde.
ansia de Portugal.
Y a vos, padre, no os importe Javier.
quedaros; tened presente Éste es Atayde, señor, a quien
que seréis brújula y norte tengo un grande amor que él con
de mi reino y de mi Corte, amor corresponde. Fue éste mi
como Javier del Oriente. amigo mejor cuando en París,
Vaya en paz, padre Javier. casi niño, dábamos juntos
Javier.
lecciones. Si tuvimos
Antes, perdonad que os pida, discusiones, fueron de esas de
cariño que acercan los corazones.
señor, como despedida, una Conmigo mañana a Oriente él se
gracia. quisiera venir, y vengo, Alteza, a
Rey . pedir la licencia conveniente para
¿Qué ha de ser? que pueda partir mañana.
Rey .
Javier. ¿Piensa poner
(Al C onde de C astañeda.) A negocio de especiería?
Atayde y a una mujer de ahí
junto están, de mi parte, si el Rey A tayde. A sí
da en ello licencia, llamadles, me espero valer.
conde, en audiencia...
Rey .
Rey . Muchos son ya cada día;
En todo quiero agradecerte; que
pasen a mi presencia.
mas no todos un Javier Un poco de cortedad,
encuentran por valedor. ¿verdad, Atayde?
(A Castañeda.) A tayde. Verdad...
Dígale a mi secretario que
extienda lo necesario para su Javier .
objeto. Señora, por tal contento las
A tayde. Señor: me hacéis gracias al Rey le dad.
inmenso favor. D oña L eonor.
No sé decir cuanto siento.
¿Y esa mujer? Rey .
Javier. (Levantándose.)
(Yendo por L eonor .) ¿Falta algo?
Vos ahora Javier.
alzad sin miedo la vista. Falta besar a
Ésta es una camarista de la Vuestra Alteza las manos.
Reina, mi señora, a quien
Atayde se tiene por esposo D oña Leonor.
prometido. Y nosotros.
Y a pediros, señor, viene
-pues don Alvaro conviene Rey .
en ello muy complacido— (A Javier.) Y ahora ¡a
licencia para acortar dar a Cristo muchos cristianos!
trámites y celebrar Te veré antes de zarpar... Que,
mañana la velación. como el Señor desea, se haga tu
misión, y sea su gloria en todo
Rey . cumplida.
Y aun le podrá acompañar
si gusta en su expedición, Javier.
teniendo por descontado ¡Y Él acreciente la vida del Rey,
el que no haya impedimento que tan bien la emplea! (El R ey
para urgir el casamiento por el sale seguido del C onde.)
Nuncio o el Prelado. A tayde.
Javier. No anduviste tú remiso
Con ello habéis completado en hablar por mí.
vuestra gracia y alegría: que al Javier.
esposo, como guía, debe la Dios quiso
esposa seguir. El lo pensaba
pedir... ¡sino que no se atrevía!
#?
que hablase: y hazte la idea A tayde.
que cuanto dije, es preciso Me juzga de esa manera
que, si no es verdad, lo sea. como a un infiel.
Si hablé por ti, ha sido lleno
de caridad hacia ti: y cuanto Javier .
yo dije aquí tú lo tienes que Es muy triste
hacer bueno. No por Javier, decírtelo, y no quisiera
no por mí; por ti mismo... ¡y agraviarte...
por Jesús, cuyas llamadas de
luz estás, a ciegas, negando; A tayde.
y a quien estás remachando (Confranca ira.) ¡Si no fuera
continuamente en la Cruz! por el favor que me hiciste!
¿Te resuelves?
Javier .
A tayde. Escupe ya ese odio entero
Sí, Javier - que te hierve en la conciencia.
pero criado y mujer me ¡No temas por tu licencia!
resultan mucha carga para ¡Ya no peligra...! Ahora quiero
una empresa tan larga. llevarte de compañero,
Javier. ¡N o
pues has de ser mi suplicio.
hables como mercader! Dios te pone a mi servicio,
¡y unida a ti irá mi vida
D oña L eonor . como va junta y unida
No tienes que temer nada. la carne con el cilicio!
Yo seguiré, enamorada, tus (Entran, atropelladamen
pasos hacia el Oriente, como te, D on M artín, M asca-
la sombra, prudente, y como reñas y dos D amas . Al
el aire, callada. descorrer la cortina se
advierten en la pieza
A tayde. contigua algunas damas
¡Todas lo dicen! y cortesanos, que char
lan animadamente.)
Javier .
¡Qué negro M ascareñas.
modo de pensar...! Te digo, ¡Venga acá, padre Javier!
Atayde, que ahora me alegro
de llevarte allá conmigo. Así Javier.
tendrá el enemigo si ha de ¿Qué pasa?
vencer, que batir en cerco M ascareñas.
más apretado... ¡Y así tendré
yo a mi lado más almas que Empieza a correr que
convertir! os vais, y los cortesanos,
para besarle las manos, (Las damas cuchichean,
andan queriéndolo ver. señalando a D oña L eo
nor . Entra C astañeda
Javier . por derecha.)
¡Las manos!
Castañeda.
D ama primera. Atestado,
¡Como se va tan padre, le espera el salón; y
pronto el padre y tan lejos! en la plaza, de este lado, el
pueblo se ha congregado
Javier . pidiendo su bendición.
Si es que quieren mis consejos Puede asomarse al balcón,
de despido, bien está. que se impacienta la gente...
D ama segunda. Javier .
¿ Es cierto que se va ya? ¡Yo soy el más impaciente,
Castañeda, por dejar estos
Javier. salones y estar entre los
Y Atayde viene conmigo. indios de Oriente!
Voy muy alegre de llevar (Dirigiéndose hacia el salón
a bordo tan buen amigo. contiguo.) Vamos, pues.
A tayde. D ama primera.
¡Lo mismo yo! (Besándole la mano.) No me
neguéis la mano...
Javier .
Y su mujer D ama segunda.
también viene... (Inclinándose a besar la
sotana.)
D ama primera. Saldrá la aurora
¿Puede ser? cuando al Oriente lleguéis
con vuestra misión.
D ama segunda.
Javier .
¿Pero cómo tan callado Señora...,
clon Alvaro lo tenía? ¡qué lindas joyas tenéis!
Javier . D ama segunda. ¿Las
Mañana, al romper el día, queréis?
será la boda...
Javier .
M ascareñas. ¡Pasmado de No; lo decía
la noticia!
porque, sin pan y sin traje, vi en su vivienda... Y éste es,
una anciana que moría ayer señora, mi testamento.
en la judería.
M ascareñas.
D ama segunda. En poco más de una hora riñó
Le mandaré con un paje con desabrimiento; mendigó;
limosna. hizo un casamiento...
Javier. Javier.
Vive detrás Y perdóneme, señora,
de la iglesia... Y dicho en paz: si en el apresuramiento
si vuestra merced quisiera ir fui algo duro en el acento
en persona..., ¡no hiciera y no endulcé la sonrisa.
ninguna cosa de más! Soy más amigo del viento,
señora, que de la brisa...
D ama segunda. ¡y hay que hacer el bien de prisa,
Yo iré. que el mal no pierde momento!
Javier.
(Pasa al salón. Los corte
sanos se agolpan para
Le dará contento besarle las manos y la
sólo con poner los pies sotana.)
TELÓN
CUADRO SEGUNDO
TELÓN
ACTO III
CUADRO PRIMERO
M ig u e l . «... Ahora
por mi senda y mi camino, que
ando, hermano, en el como el cuerpo anda flaco le
[trance, pesa poco al espíritu y me lo
si el Señor fuere servido, de lleva en volandas como pajuela
embarcar a China, donde espero de trigo. No me olviden en los
abundante trigo para Dios. rezos como yo no les olvido.
Gracias al cielo, con los Inútil siervo de Dios y hermanó
japoneses sufrimos algo con vuestro, Francisco.»
qué compensar los pecados
infinitos con que habernos H erm ano.
agraviado la dulce sangre de ¡Viva como el primer día su
Cristo, el Señor nos preservó la impaciencia!
vida; seguro signo, pues la vida
nos alarga, de que es poco lo que H erm ana.
hicimos. Habrá que hacer más ¡Siempre el
labor, pues que Dios nos da más [mismo!
hilo. La salud anda quebrada y Habla de marchar a China
el color vuelto amarillo. De un como hablara aquí, de niño,
año tengo a esta parte el cabello de ir a la vera, al jardín, la
emblanquecido. Pero así voy cuadra o el corralillo.
más aprisa (Unos golpes en la puer
ta.)
VOZ, FUERA. M endigo .
¡Abran, hermanos, al pobre! Y Él bendiga a la familia,
si tiene alguno en peligro
H ermano . de mar o tierra.
¿Llamaron?
Hermana .
M iguel . (Cerrando la puerta.)
(Abre. Se oye, al abrir, el ¡Jesús!
viento fuera. Hay un
mendigo a la puerta.) M iguel.
Abre el postigo. ¿Qué pasa?
M endigo . Hermana .
Hermanos, por caridad, Un escalofrío
digan si es éste el castillo de que me cortó el cuerpo.
Javier. M iguel.
H ermana . (Mirando por izquierda.)
Éste es, hermano. Hermana,
¿no se le ha apagado al Cristo de
M endigo . la capilla la lámpara?
¿Quisieran darle al mendigo Hermana .
un poco de pan? Acaso un soplo de frío...
H ermana.
Espere, M iguel.
que voy por él, y el postigo Ve a remudarle el aceite
entorne, que el viento sur y encender...
hoy corta como un cuchillo. (Entra la H ermana . Pausa
corta. Se la oye gritar
M iguel. dentro.)
Tiene la tarde color de H ermana .
hábito de San Francisco. ¡Jesús! ¡Dios mío!
Hermano . M iguel.
Y anda como un oso pardo, ¿Qué pasa?
gruñendo de pico en pico, la
tormenta. H ermano .
(Ha vuelto la H ermana ¿Qué pasa, hermana?
con el pan.)
H ermana .
Hermana. (Entra, temblorosa de ex
Tome, hermano. citación.) ¡Estos dos ojos lo han
Dios le ampare en su camino. visto!
Me acerco con la candela a la (Se abre en el fondo un
lamparilla..., miro al Cristo que, rompimiento de luz
en el altar, está sobre el Aparece en él la playa de
crucifijo..., advierto un color Sanchón (San Choan),
extraño por todo el cuerpo del en Cantón. Arena, mar y
Cristo..., le toco, y... ¡mirad mis cielo. Se ve entrar al
P adre Javier, tal como él
manos mojadas de un rojo tibio! se ha descrito en la carta,
¡listaba sudando sangre! apoyándose en el hombro
¡Sudando sangre! ¡Lo he visto! de P ablo de S anta F e ,
¡Tocad! que es el mismo Y agiro ,
(Tocan sus hermanos las ya bautizado.)
manos de ella.) Javier .
Ahora sí que, hermano Pablo de
M iguel . ¡En verdad Santa Fe, ya mi cuerpo se me
es sangre! niega a obedecer el ánima...
H ermano . P ablo .
¡Sangre templada! ¡Padre!
Javier .
H ermana . Veo
¡Dios mío! que esta playa de Sanchón será
¡Allá en su tierra lejana, de mi senda término. ¡Morirse
algo le pasa a Francisco! viendo las costas de China, que
(D on M iguel ha cogido el
eran mi anhelo, sin entrar en
ella, como Moisés murió en el
hachón que iluminaba desierto, con la tierra prometida,
la escena. Han salido que era todo su deseo, tan cerca
todos por izquierda, ha de sus miradas y de sus manos
cia la capilla. Queda la tan lejos!
escena a oscuras. Se P ablo .
oyen las voces dentro.) No diga el padre esas cosas.
¡Tocadlo! Javier. Pablo,
M iguel .
déjame un momento.
(P ablo se ha retirado a un
¡Sangre, sí, sangre! rincón. El P. Javier ha
Hermana .
caído de rodillas en el
centro.)
(Sollozando.) Postrado a tus pies benditos
¡Algo le pasa a Francisco! ¡¡Algo aquí estoy, Dios de bondades,
le pasa a Francisco!!
entre estas dos soledades del mar Javier.
y el cielo infinitos. Con sal en la ¡Morir cuando queda tanto que
borda escritos fracasos de su hacer en Tu obsequio!
poder, vencida de tanto hacer
frente al mar y a su oleaje, ya va Pablo. ¿Qué
a rendir su viaje la barquilla de quiere, padre?
Javier... Te he confesado hasta el Javier.
fin con firmeza y sin rubor; no Don Álvaro
puse nunca, Señor, la luz bajo el de Atayde... Pídele al cielo que le
celemín. Me cercaron con rigor
angustias y sufrimientos. Pero de perdone..., que yo con esa esperanza
mis desalientos vencí, Señor, muero... ¿Lo harás?
con ahínco. Me diste cinco Pablo.Lo
talentos, y te devuelvo otros haré.
cinco.
(Desfallecida la voz-) Javier.
Bendice, ahora que se gasta mi luz, a Se me nublan los ojos,
Ignacio y Loyola... Cuida a mi gente y todo el cuerpo se me hace una llaga
española... Y si algún día mi casta viva.
reniega de Ti, y no basta para
aplacar tu poder, en la balanza poner Pablo.
sus propios merecimientos, ¡pon ¡Padre!
también los sufrimientos que sufrió Javier.
por Ti Javier! (Luchando aún por mantener el
(Se deja caer sobre sus rostro hacia el cielo.) Señor, en
piernas. Se acerca P ABLODE Ti espero.
Santa Fe.)
(Sonrisa de gozo.) Sí..., no
Pablo. me ocultes tu rostro... Ya va a buscarte
¡Padre! tu siervo...
(Trata de sostenerlo por los (Va dejando caer la cabeza, mientras
hombros. El P. J AVIER, dice:) In te, Domine, speravi non
como si no se entérase, sigue confundar in aeternum!
con la vista en el cielo.) (Se desploma definitivamente.
Va cayendo, lentamente, el
TELÓN