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Que esta asignatura se llame Escuela francesa es irreal, en realidad damos cuenta que
Escuela francesa es Lacan. Porqué Lacan?, para nosotros deudores de su pensamiento
puede suscitar múltiples respuestas. Jacques Lacan, su nombre tiene distintos ecos:
francés extravagante, difícil, rebuscado, genial. Sí, todo eso pero que más? Al discurso
psicoanalítico, o mas bien algo parecido, se lo encuentra por TV, en revistas de
actualidad, en todas partes (un gran cambalache); todo el mundo dice algo que le
atribuye al Señor Sigmund Freud: inconsciente, sexualidad, complejo de Edipo, madres
castradoras, agresividad, libido, traumas, angustia, etc. Pero es conveniente dar cuenta:
qué es un psicoanalista cuando se habla de Jacques Lacan. Como lacanianos somos
duros en eso, el punto es: hay o no psicoanálisis. Se podrá decir que hay varios
psicoanálisis desde Freud, para Lacan hay un psicoanálisis.
Dice Lacan:
«Es tal el espanto que se apodera del hombre al descubrir la figura de su poder, que se
aparta de ella en la acción misma, que es la suya, cuando esa acción la muestra
desnuda. Es el caso del psicoanálisis. El descubrimiento prometeico, de Freud, fue una
acción tal, o su obra nos da testimonio de ello, pero no está menos presente en cada
acción, humildemente llevada a cabo por cada uno de los obreros formados en su
Escuela»
La peste nos dice Lacan, fue combatida con éxito, del pensamiento de Freud, no
quedaron rastros, de psicoanalistas a managers de almas, en un contexto social que
facilitaba esta conversión. Se trata de una santa alianza entre una parte sana del Yo del
analizante con el Yo sano del terapeuta, unidos contra la parte enferma, por supuesto del
paciente, para que una vez vencidas las resistencias, este se adapte a la óptica de lo que
es la salud para el terapeuta. De otra manera, estar sano es llegar al fin de análisis,
habiendo logrado una total identificación al yo del analista como Ideal. Yo del analista
que es sobre todo fuerte, frente al pobre yo débil de los pacientes neuróticos. Todo
consiste en sustituir el discurso neurótico por el sano de los analistas. Se usa mucho la
frase: … «…lo que a Ud. le pasa es que a Ud.» y comienza la perorata.
Por suerte, lo Icc. insiste y no se deja atrapar por estas maniobras insensatas. Se dirá
entonces son las resistencias. Si, es cierto, pero de quién? Del analista sin duda, contesta
Lacan. Porque el deseo no se deja gobernar por ningún tirano de turno, ningún
reformador, ninguna vanguardia iluminada, ningún partero del cambio.
El deseo se muestra complejo por esencia, extraño a cualquier realidad, insumiso a la
elección de sexo, edad o posición social del sacerdote recomendado que intenta tomar
el nombre de analista.
El deseo no es educable, no es susceptible de pedagogía, tampoco de una sexología. El
deseo es solo susceptible a una ética.: ceder en cuanto a su deseo.
Lacan viene del campo de la Psiquiatría, según Paul Bercherie, un psiquiatra francés,
que asevera que la tesis de Lacan, fue la última gran Tesis psiquiátrica en Francia.
Describe y fundamenta una nueva entidad clínica: la paranoia de auto-punición.
Luego dice Bercherie, la clínica psiquiátrica se quedó muda y luego Lacan, abandonó la
psiquiatría y entró de lleno en el campo freudiano.
Lacan, mostró un gran interés por la psicosis, y por la histeria. Escribe en 1951:
«Intervención sobre la transferencia», donde recupera el historial de Dora para
relanzarlo hacia una nueva manera de pensar la histeria y la transferencia. Lacan da
cuenta de una clínica de estructuras. Otra cuestión plantear si Lacan es estructuralista
porque toma estas nociones de Román Jakobson y de Lévi-Strauss? Lacan es un
estructuralista muy particular, en tanto la estructura se entienda como completad,
plenitud, totalidad, unidad. Desde esta perspectiva, Lacan no es estructuralista. Para
Lacan la estructura no se puede pensar sin sujeto, y al sujeto del psicoanálisis no se lo
puede pensar fuera de la castración. Entonces para Lacan esta estructura es una
estructura que tiene un lugar vacío, un lugar de falta.
La teoría fálica, escrita por Freud recién en 1923, da cuenta de que no sólo se plasmó
para pensar el Edipo como un concepto estructural, sino que aparece el falo como un
articulador faltante, como lugar vacío de la estructura.
A la clínica lacaniana la podemos pensar como una clínica de las estructuras, pero
también como una clínica del falo porque Lacan sitúa la clínica freudiana a partir de la
sexualidad femenina, especialmente a partir de la función de la castración materna. Es
una clínica bajo transferencia, es imposible pensar la clínica sin una teoría de la
transferencia; concepto que en el Seminario XI « Los cuatro conceptos fundamentales
del Psicoanálisis» coloca como uno de los conceptos mayores, junto al de pulsión,
inconsciente y repetición.
Jacques Alain Miller en su Seminario «Dos dimensiones Clínicas» plantea que la clínica
no se puede reducir a una problemática terapéutica, a la cuestión de la cura, al
levantamiento de los síntomas, o a la desaparición del mismo. La cuestión ética está
implicada en la clínica en la medida en que se apunta a un más allá del bienestar y de la
adaptación.
Durante todo el tiempo de su enseñanza Lacan se propuso indagar los fundamentos
freudianos y cuestionar el lugar del analista que no debe cesar de ser cuestionado.
Este es el camino recorrido por Freud, camino que instaura la dimensión de un discurso
subversivo, en relación a todo un saber Psiquiátrico, Filosófico y Psicológico.
«…no sólo para volver a situar una palabra en el contexto de su tiempo, sino para
medir si la respuesta que aporta a las preguntas que plantea, a sido o no rebasada por
la respuesta que se encuentra en ella a las preguntas de lo actual».
« La institucionalización del psicoanálisis, era como una repetición, donde sin que lo
supieran los actuantes se ponía en escena el mito que Freud promovió en Tótem y tabú,
un arreglo fraternal dictado por el asesinato, no tanto consumado como inconfesado,
o confesable aunque no consumado, era la culminación de una convergencia en la
represión»
Los descubrimientos que sorprenden, puntúa Lacan, se asocian a detalles clínicos
abandonados, a conceptos inexplorados. En el Seminario I, «Los escritos técnicos de
Freud», Lacan diferencia la ignorancia del desconocimiento, este último está ligado al
Yo.
¿De que se trata cuando se habla de ignorancia? Podríamos decir que el Psicoanálisis es
una práctica de la ignorancia, tal como puntúa Lacan en el Seminario I:
_ Del lado del analista es una docta ignorancia: el analista no sabe más allá de las
asociaciones del analizante en el sentido de la abstinencia de saber y de poder que
Lacan propone. Sería «no gobernar, no educar» compatible con la «atención flotante
freudiana». Estamos hablando del deseo del analista.
«…el psicoanálisis deja el goce sobre la tierra. Los amos lo prometen para pasado
mañana, lo anulan al castigo y al látigo, lo permiten si uno se redime, si paga sus
culpas. Como el psicoanálisis nada tiene que ver con todo esto, tal vez es por ello que
haya tanta gente que nada quiera saber del psicoanálisis»
El saber es una conexión de significantes, cuando se dice S1- S2, no quiere decir que
hay dos significantes en conexión, sino que hay un conjunto de significantes en
conexión. La cosa freudiana, es la cosa de la cual se habla, esa Sache- vorstellung,
en cambio das Ding, es la cosa que se pierde en el hablar y se instituye como causa de
deseo, causa que está en el origen ( retroactivamente, la cosa no se muestra en el
discurso del analista, la interpretación la demuestra) Porque la verdad tiene estructura de
ficción., porque la verdad siempre habla como ficción, porque todo significante está en
el lugar de la cosa al mismo tiempo que la segrega. El significante inscripto como
verdadero al principio, es siempre falso porque está en el lugar de la cosa. No es que
hay una cosa y allí va el significante; sino que el significante cuando se inscribe,
segrega la cosa. Suple la cosa ( el saber Icc. es una inscripción). La interpretación
no consiste en probar que algo es falso o verdadero, las relaciones entre significantes no
pueden más que engañar, son siempre falsas. Lo único que no engaña es la angustia por
que es el límite del significante. Es la presencia de lo Real, en lo Real de la
transferencia. No hay análisis sin angustia y es signo que se ha tocado el objeto lo que
lo determina.