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Universidad de las Fuerzas Armadas-ESPE

Nombre: José Bucheli Materia: Programación II

Fecha: 09 de junio del 2018 Curso: II Semestre

Carrera: Electrónica e Instrumentación.

Esencia de mujer

La esencia de una mujer no se puede percibir solamente por el


perfume que utiliza. Y es que Perfume de mujer no es una película
que aborde el tema del romance desmedido y obsesionado, es sino
una historia de amistad y de aprendizaje entre un hombre angustiado
moralmente por la pérdida de la vista y el encuentro de un joven
inexperto en la búsqueda de su propia edificación personal. Es por
ende que la historia de dos personas que se llegan a conjugar en un
instante determinado de sus vidas o quizás la historia de dos
náufragos.

Hugo Murguía Zeballos no tendrá las características del personaje


principal de la película y por supuesto no tiene ninguna angustia que
le aqueje, ni mucho menos es un personaje errático, envuelto en una
constante lucha interna, aún menos es un actor conocido del star
system de Hollywood, es únicamente una persona común y corriente
como cualquier otra, empero la diferencia importante es que es una
de esas personas que irradia una llama interna inextinguible. Hugo
Murguía, mi distinguido tío es una de las personas más sabias con la
cual he tenido el gusto de haber entablado una estrecha relación
amical más allá de todo parentesco consanguíneo, es aquella buena
amistad que nos ha estrechado fuertemente e insondablemente. Lo
conocí no hace mucho tiempo, cuando había llegado a superar su
octogésima década y por supuesto con una gran sabiduría acumulada
por los años no pasados en vano, su paso por las fuerzas armadas
como el personaje de la historia, su llamado a vestir los hábitos
clericales y seculares, sus viajes por Arequipa. Sus experiencias como
estudiante en Chile, me sirvieron como un aliciente para seguir
luchando, fue como un manual de coraje y valor para afrontar los
golpes más hondos que te da el destino. Mi tío Hugo, es una luz
incesante que, así como el teniente coronel Frank Slade (Al Pacino) va
instruyendo a su joven e inexperto discípulo con los consejos más
sapientes para encarar la vida a cada instante.

Recuerdo haber arribado nuevamente a la ciudad blanca con una


profunda desazón e intranquilidad, estaba harto de todos y tenía
conflictos con mis padres y entorno, encontrándome profundamente
envuelto en una vorágine sin salida, volviéndose cada vez más
rutinaria y falto de confianza en mí mismo, por eso decidí marcharme
y descansar un par de días en Arequipa en la casa de mis familiares
más cercanos. Recuerdo aún a mi tío Hugo hablar cada tarde y contar
una historia nueva cada día, si bien la memoria no me falla le
encantaba más que nada la música al igual que a mí, era un melómano
empedernido, se paraba junto a la ventana de su habitación y se ponía
a dirigir como un experimentado director de orquesta, sobre todo
disfrutaba las clásicas de Beethoven y Enrique Chía, hablaba acerca
de un espía que conoció y que lo fusilaron en la época de Velasco
Alvarado. Conversaba muy lucidamente de los partidos de fútbol, me
enseñó a tomar fotos y no paraba de hablar, prácticamente lucía
rejuvenecido y lleno de vitalidad como en años anteriores, era un baúl
lleno de recuerdos y de consejos cuando le servía como estenógrafo.

“A veces en un momento se vive una vida” frase célebre del Al Pacino


al instante de cortejar a una dama, antes de disponerse a bailar un
tango a pesar de su estado de carente visión y que es una parte
memorable de la película.
Charlie Simms (Chris O’Donnell) es un joven proveniente de una
familia poco pudiente y que este becado en un colegio de prestigio
para niños ricos, sin contar con el apoyo de un padre; para ganar
dinero se ve obligado a servir de acompañante al igual que un lazarillo
de ciegos caminantes con el irascible teniente Frank Slade encarnado
por el genial Al Pacino.

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